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■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 3 de mayo de 2015 ■ Núm. 1052 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver

Un encuentro entre la idea y la imagen Wendy Selene Pérez y Francisco García Noriega

Helena Araújo, una Scherezada en el trópico En memoria de Ramón Martínez Ocaranza, Evodio Escalante


3 de mayo de 2015 • Número 1052 • Jornada Semanal

BAZAR DE ASOMBROS TEATRO Y SOCIEDAD

En este número ofrecemos a nuestros lectores una mirada al universo icónico en sus diversas manifestaciones, puesto que del 8 al 15 de mayo tendrá lugar la quinta edición del Festival Internacional de la Imagen (FINI), auspiciado por la Universidad Autónoma de Hidalgo, al que asistirán especialistas nacionales e internacionales en disciplinas como cartel, estampa digital, video documental, así como fotografía análoga y digital. El reconocido fotógrafo inglés Marcus Bleasdale será invitado de honor y se rendirá homenaje a los mexicanos Carlos Jurado y Ambra Polidori, ambos con una larga trayectoria. Agradecemos a Lorena Campbell y a Giovanni Troconi, coordinadores artísticos del FINI, su amplia y valiosa colaboración para la hechura de esta breve pero sustanciosa muestra del infinito universo de la imagen. Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx

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ace cincuenta y cinco años fundamos en la ba­ rroca ciudad de Querétaro un grupo de teatro al que dimos el nombre de Cómicos de la Len­ gua de la Universidad Autónoma de Querétaro. En varias ocasiones he hablado sobre la fundación, la vida y el trabajo de este grupo que, al contar los cin­ cuenta y cinco años de edad, se convierte, junto con los entremeses cervantinos de Guanajuato, en un decano del teatro universitario de provincia. Desde la primera función nos acercamos al géne­ ro de la poesía en voz alta. En el atrio de Santa Rosa de Viterbo, prodigio de eclecticismo y de barroquis­ mo geométrico, se escucharon las voces de don Jor­ ge Manrique y de San Juan de la Cruz, alfa y omega de la poesía en lengua castellana. Muchos pensa­ ron que el experimento era pedante y elitista, pues­ to que era inaccesible para una población iletrada. Los campesinos y los obreros de distintos rumbos del estado de Querétaro dieron un rotundo mentis a los críticos “realistas”. Con recogimiento y entusias­ mo escucharon las “Coplas a la muerte de mi padre”, de Jorge Manrique, y el “Cántico espiritual”, del frailuco carmelita. Tal vez perdieron algunas palabras, pero su inteligencia natural, su sensibilidad y su amor por el rito les permitieron vivir un momento de intensi­ dad espiritual y gozar de la belleza de las palabras, de los ritmos y de la “música callada” del poema. Hace muchos años, el secretario de Educación del gobierno obregonista, José Vasconcelos, inició una campaña en pro de la lectura. En las librerías de vie­ jo todavía pueden encontrarse los libros verdes que contenían tragedias griegas, La iliada, La odisea, Platón, Aristóteles, Tagore... Los tirajes eran amplios y generosos, y los libros se repartían entre los estu­ diantes y las personas que los solicitaban. Uno de los críticos pesimistas, después de asegurar que era una tontería regalar obras de Eurípides a los iletrados, se acercó a un anciano campesino que llevaba bajo el brazo el ejemplar de los Diálogos de Platón. Le pregun­ tó: ¿Para qué quiere ese libro si ni siquiera sabe leer? El anciano campesino se ajustó el pantalón de manta y contestó escuetamente: “Lo quero para mi nieto.” Las “Coplas…”, de Manrique; el “Cántico espiri­ tual”, de San Juan de la Cruz; “La égloga segunda”, de Garcilaso, “La suave patria”, de López Velarde, “El llan­ to por Sánchez Mejías”, de García Lorca; “La tierra baldía”, de Eliot; “El lebrel del cielo”, de Thompson y “El viacrucis”, de Claudel fueron algunos de los poe­ mas que se escenificaron. Fueron sujetos a un es cru­ tinio severo y objetivo, se consideró que los que de­ bían permanecer en el repertorio eran los textos de Manrique, San Juan, López Velarde y García Lorca.

Hugo Gutiérrez Vega Los Cómicos empezaron a recorrer la República y a actuar en toda clase de escenarios, desde el Dego­ llado de Guadalajara hasta la polvorienta placita de un ejido hidalguense. Los entremeses, de Cervantes, Los pasos, de Lope de Rueda, Entremeses, de Queve­ do, Quiñones de Benavente, algunos textos escogi­ dos de Juan Ruiz de Alarcón, Los villancicos de Sor Juana Inés de la Cruz, Tres farsas francesas de la Edad Media (una de ellas fue el excelente Micer Pathelin), La cantante calva de Ionesco, obras de García Lorca y Pío Baroja, de Azuela, de Novo, y de Mendoza (con Las cosas simples el grupo ganó el concurso nacional de teatro) y con las escenificaciones de poesía en voz alta, los Cómicos cerraron su repertorio inicial que con el paso de los años han ido ampliando y enriquecien­ do. Extraño los trabajos de poesía en voz alta que, además de su valor intrínseco, son una inmejorable escuela de vocalización y de templanza actoral. Recientemente, la Universidad de Guadalajara inició una colección de publicaciones para promo­ ver la lectura. El que esto escribe es responsable de los libros de poesía. Iniciamos la campaña con una antología de don Jorge Manrique. El día del lanzamien­ to del libro, estando presentes el rector Tonatiuh Bravo Padilla, las autoridades universitarias y mi querido amigo Fernando del Paso, firmé más de 250 libros. Los jóvenes formaron largas filas en espera de la firma que no era la mía sino la de don Jorge Manrique que yo inmerecidamente representaba. Eso fue realmente sobrecogedor y desmiente los vaticinios de los realistas y de los pesimistas. Las en­ tusiastas promotoras de: “Letras para volar”, Patricia Rosas y Margarita Franco Gordo, lograron que don Jorge Manrique les hablara a los jóvenes de las pre­ pas de Guadalajara

Escolares en el programa “Letras para volar”

jornadasem@jornada.com.mx

Directora General: Carmen Lira Saade, Director: Hugo gutiérrez Vega, Jefe de Redacción: LuiS toVar, Edición: FranCiSCo torreS C órdoVa , a Leyda a guirre r odríguez y r iCardo y áñez , Coordinador de arte y diseño: F ranCiSCo g arCía n oriega , Diseño de portada y dossier: marga Peña, Diseño de Columnas: J uan g abrieL P uga , Relaciones públicas: V eróniCa S iLVa ; Tel. 5604 5520. Retoque Digital: a LeJandro P aVón , Publicidad: e Va V argaS y r ubén H inoJoSa , 5688 7591, 5688 7913 y 5688 8195. Correo electrónico: jsemanal@jornada.com.mx, Página web: www.jornada.unam.mx

© Marcus Bleasdale, Niños cristianos queman casas de musulmanes que huyeron después del golpe de Estado de marzo de 2013, Bangui, República Centroafricana

La Jornada Semanal, suplemento semanal del periódico La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de CV; Av. Cuauhtémoc núm. 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, Delegación Benito Juárez, México, DF, Tel. 9183 0300. Impreso por Imprenta de Medios, SA de CV, Av. Cuitláhuac núm. 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, Azcapotzalco, México, DF, tel. 5355 6702, 5355 7794. Reserva al uso exclusivo del título La Jornada Semanal núm. 04-2003-081318015900-107, del 13 de agosto de 2003, otorgado por la Dirección General de Reserva de Derechos de Autor, INDAUTOR/ SEP. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. La redacción no responde por originales no solicitados ni sostiene correspondencia al respecto. Toda colaboración es responsabilidad de su autor. Títulos y subtítulos de la redacción.

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Ramón Martínez En memoria de Ocaranza Evodio Escalante

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onocí a Ramón Martínez Ocaranza en los años sesenta en una reunión de personas que trabajábamos en la difusión cultural que tuvo lugar en la ciudad de Chihuahua. Cuando nos presentaron, todos alrededor de una mesa, yo dije que venía en representación de la Universidad Juárez de Durango. ¿Durango, la tierra de Silvestre Revueltas?, me inquirió alguien de inmediato. A lo que respondí: “Y de José Revueltas, a mucho orgullo.” Esto le encantó a don Ramón Martínez Ocaranza de quien me hice amigo instantáneo. Es que a su vez, el poeta era no sólo gran amigo de Revueltas sino un camarada en toda la extensión del término: compartía con él la misma inquietud revolucionaria. Como José Revueltas, Ramón Martínez Ocaranza también fue perseguido por la justicia y estuvo varios años en la cárcel en Morelia durante el sexenio nefasto de Gustavo Díaz Ordaz. De ello el mejor testimonio es Otoño encarcelado, su libro de sonetos que se escribe en 1966 y se publica dos años después en 1968. Gran conocedor de la tradición poética de la lengua española, y también marxista desesperado, si puedo decirlo así, en la cárcel escribe lo que es para mí su mejor soneto, que es una suerte de despedida vital. Lo leo: Yo que di por perdido lo ganado, Como di lo ganado por perdido, Ruedo sobre mi círculo de olvido Como si fuera círculo olvidado. Lo que yo tuve, todo fue prestado, Y por prestado, ya me lo han pedido. Yo no debí jamás haber nacido; Porque hasta de nacer me han acusado. Que ya nadie recuerde mi osadía De haber perdido lo que más quería, Como un caracol sobre la arena. Mi vida se redujo a pocas cosas: A ver el mar y a cultivar las rosas. Y por tan pocas cosas, tanta pena.

Gran lector no sólo de Heráclito y Parménides, no sólo de Lorca y de Ezra Pound, sino igualmente de la Biblia, qui-

DURANTE EL SEXENIO NEFASTO DE GUSTAVO DÍAZ ORDAZ ESCRIBIÓ EN PRISIÓN EL LIBRO OTOÑO ENCARCELADO. siera mencionar estos dos tercetos que me resultan igualmente estremecedores: Yo siempre quise ser, en las edades, Predicador contra las vanidades, Porque la vanidad, del mundo es. Pero no vi la luz del testimonio, Y me perdí en las trampas del demonio, Por las orillas del Eclesiastés.

Si la filosofía es una preparación para la muerte, según famosa frase de Platón, Martínez Ocaranza parece paladear esta frase cuando escribe, también en Otoño encarcelado: Mi muerte y yo, establecimos pacto De solidaridad estremecida: Juramos, por las gracias de la vida, No ver espinas en el dulce cacto. Porque mi muerte es puro contacto Del verbo con la rosa presentida. Es la substanciación arrepentida Que purifica mi rosal intacto. Y cuando vaya yo, pensando en ella, Por una playa de una mar muy bella –Si alguna vez los dos nos separamos–, Le escribiré una carta en que le diga, Con dulzura de bíblica cantiga: Señora de mi amor: ¿en qué quedamos?

María Teresa Perdomo, poeta y sonetista como el maestro Ocaranza, pero igualmente filóloga de altura, ha señalado en un libro dedicado a estudiar al poeta que la poesía de Ramón Martínez Ocaranza tiene dos etapas. La primera de ellas concluye (y alcanza su cumbre, agregaría yo) con la publicación de Otoño encarcelado; la segunda comprende los libros, ciertamente más sueltos y experimentales que publica a partir de ahí, entre ellos Elegía de los triángulos (1974) y Patología del ser (1981). La negatividad hegeliana, que encarna de ma-

nera dialéctica en la obra de Revueltas, también hace estragos en la poesía erizada de espinas de Ramón Martínez Ocaranza. En esta segunda parte de su obra, señala de manera cauta María Teresa Perdomo: “Sigue siendo un enamorado de la belleza, pero descubre por todas partes la fealdad.” Esta etapa, añade la escritora, “es poesía predominantemente crítica, resultado de una intensa actividad interior que obliga a su autor a cuestionarlo todo”. No sólo estoy de acuerdo con esta aguda observación, sino que agregaría que gran parte de la dificultad que podría experimentar el lector para identificarse con esta poesía es que a menudo no es poesía en el sentido convencional del término, sino inquisición, invectiva, aforismo, axioma filosofante, reflexión poemática, divagación, epitafio anticipado, etcétera. Sorprendentemente, la idea que Martínez Ocaranza se ha hecho de la poesía es una idea todopoderosa. De tal suerte, la poesía le parece superior a las matemáticas y la física. Así es. La poesía, con sólo metáforas, le da mate a las matemáticas. Por eso leemos en Patología del ser: “Los tigres de las metáforas de un poeta son más feroces que los tigres de la física y de las matemáticas.” La patología es la dimensión del odio en la conciencia del hombre. “Yo soy mi Dios y el odio es mi profeta”, señala Martínez Ocaranza. “Todo lo que sé es una copa de bárbara ceniza.” “El poeta trabaja su canción con el material de su muerte.” En el mismo sentido: “El poeta trabaja los materiales de su muerte para matar la muerte.” Como si se lo dirigiera a su hermano de lucha José Revueltas, Ocaranza escribe: “Hay que ser hombres. Hay que aguantar las chingas de la Historia.” Ojo, escribe historia con mayúscula –su horizonte sigue siendo el del materialismo histórico. “Mi cárcel es mi Ser. Yo soy mi cárcel. El último candado de la tierra.” No sé bien a bien si éste es un epitafio o es simplemente una palabra final, una despedida, que debemos asumir como la herencia que nos deja el poeta nacido en 1915 en Jiquilpan, Michoacán. En dado caso, es una invitación que algo tiene de escalofriante. Escribe Ramón Martínez Ocaranza, y con esto termino: “Y vámonos al diablo, camaradas. Que la conciencia humana está podrida.”


Festival Internacional

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Wendy Selene Pérez ES LA QUINTA EDICIÓN DE ESTE ENCUENTRO DE PROFESIONALES DE LA IMAGEN. FOTOGRAFÍA ANÁLOGA Y DIGITAL, ESTAMPA DIGITAL, VIDEO DOCUMENTAL Y CARTEL, LAS CATEGORÍAS.

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s como cuando llegan las sorpresas. Cerrar, abrir los ojos. Y al abrirlos, no saber a dónde mirar, ¿a dónde primero si es tanta la diversidad, la calidad y la genialidad? Algo así pasa desde el primero de los siete días del Festival Internacional de la Imagen, el Fini , que desde el año 2011 organiza la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, en su campus de Pachuca, esta ciudad de ventarrones y clima templado que ronda los 268 mil habitantes, a sólo 92 kilómetros de Ciudad de México. Al Fini hay que hacerle justicia. Su eslogan, “el encuentro de las imágenes y las ideas”, resume por qué. La característica peculiar del Fini es que, si bien da un peso importante a la fotografía, es multidisciplinario: conjunta la foto fija, la foto análoga digital, las técnicas alternativas, la estampa digital, el video documental y, a partir de este año, el cartel. Hay un concurso para cada una de estas áreas, para estudiantes y profesionales. Y les ha ido bien, cuentan sus organizadores. Hay mil 300 finalistas de treinta y cinco países para las diferentes categorías, con una bolsa de premios de 40 mil dólares. El tema es justicia social. Este festival le da cuerda a los sentidos y a la mente; quien asista podrá encontrarse las fotos de gran forma-

to, colocadas por diversas áreas, incluida una barda perimetral entre el campus y las calles, una gran muralla de exposición donde los transeúntes y los automovilistas participan. También estarán los coloquios y conferencias con artistas ubicados en el top mundial. Para esta edición, del 8 al 15 de mayo, el invitado de honor es Marcus Bleasdale, que dejó su vida como banquero y que tiene un potente trabajo sobre El Congo. Y Mary Ellen Mark y Martin Bell, autores del documental Streetwise, nominado a un Oscar. Habrá una exposición y reconocimiento a la artista Ambra Polidori y el homenaje del año lo recibirá el gran fotógrafo Carlos Jurado, un broche de oro para cerrar el Fini . Otros invitados son la española Ana Soler Baena y Stephanie Sinclair, quienes impartirán conferencias y presentarán su trabajo. En entrevista, Lorena Campbell, coordinadora artística del Festival, y Giovanni Troconi, coordinador de Arte del festival, cuentan más detalles sobre esta cuarta edición.

Carlos Jurado, Caballito

–¿Qué tiene el fini que no tienen otros festivales? L orena : Además de que es multisiciplinario, tiene la parte académica con un coloquio de cinco días, donde hay unas mesas de reflexión alrededor del tema central que

CARLOS JURADO

HOMENAJE ESPECIAL A UN MEXICANO

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arlos Jurado tiene ochenta y ocho años y sigue imparable. Tanto, que contagia. Continúa haciendo magia durante años con sus cámaras de cartón. Él mismo las fabrica, él mismo las pinta y él mismo las dispara. Cuando le preguntan cómo hace para calcular el tiempo de exposición, responde con una genialidad:“Con el corazón.” Jurado nació en San Cristóbal de las Casas en 1927, pero no se queda quieto. En 1944 inició sus estudios de pintura en la escuela La Esmeralda de Bellas Artes, con maestros destacados como Antonio Ruiz el Corzo y María Izquierdo. En 1951 trabajó en zonas indígenas del país produciendo materiales para la enseñanza. Y posteriormen­ te ingresó al taller de Gráfica Popular, en el año 1954. En 1963 recibió el Premio Nuevos Valores, del Salón de la Plástica Mexicana y en 1973, el Premio del Salón Anual de la Plástica Mexicana. En 1986, el Museo Universitario del Chopo organizó una exposición retrospectiva de su obra en la cual se pre­ sentan más de doscientas piezas, entre las cuales se encuentran, pinturas, grabados, seri grafías y ambientaciones. Durante sus inicios fue considerado como un fotógrafo adelantado a su tiempo por ser el precursor del renacimiento de los procesos al­ ternativos de impresión, la captura de la imagen estenopeica, incluso la fiebre “lomográfica”. Con el transcurso de los años ha desempeñado diversas actividades tanto artísticas como académicas. En 1973 se inicia en la creación fotográfica. Ocupa cargos de dirección en la Uni­ versidad Veracruzana, donde establece, por primera vez en México, la carrera de Fotografía a nivel de licenciatura. En 1974 publicó, con el apoyo de la unam , El arte de la aprehensión de las imágenes y el unicornio, un libro que se volvería mítico, convirtiéndose en un clásico o una obra de culto. La Universidad Veracruzana le otorgó el Doctorado Honoris causa junto a los escritores Carlos Monsiváis y Mario Muñoz en 1995. Y en 2006 recibió la Medalla al Mérito Fotográfico por parte del Sistema Nacional Carlos Jurado, Autorretrato de Fototecas del inah

Carlos Jurado, Paisaje

se analizará y se propondrán soluciones; este año es alrededor de la justicia social, pero otras veces ha sido el medio ambiente, la infancia, la mujer. G iovanni : Si te pones a recorrer los festivales que hay en México, por ahí encuentras festivales culturales de diferentes estados. Por ejemplo, el Cervantino, que sí es multidisciplinario pero para mí se queda en artes escénicas. Claro que es interesantísimo; han traído cosas maravillosas. Es de muy alto nivel en teatro, danza, música, pero no del arte. –¿Y cómo surge el fini ? Giovanni: “Fue una iniciativa del Patronato Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Querían hacer un proyecto que les ayudara a internacionalizar la universidad; era algo importante para el rector

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de la Imagen

© Marcus Bleasdale, Niño trabajando en la mina de oro de Watsa, noreste del Congo, 2004 © Marcus Bleasdale, Entierro de la hija de de ocho meses de edad de un minero de oro, Mongbwalu, noreste del Congo, 2004

y para los directores de la universidad. Primero pensaron en un concurso, pero después se decidió hacer algo diferente, multidisciplinario, que no sólo fuera fotografía. Ya tenían la Feria Universitaria del Libro y la FiL vino a sumar. El Fini se podría calificar como un festival tradicional en cuanto a los temas y técnicas que toca. –Destaca mucho la parte artística, ¿cómo hacen la selección de invitados? L orena : Este festival, de lo que se ha preocupado desde un inicio, es de traer artistas de una gran trayectoria, que realmente sean importantes en su área, que tengan un prestigio y sean reconocidos en las mejores revistas, que su obra pertenezca a colecciones de museos importantes o provenga de colecciones privadas y públicas. Son artistas importantes y gente relacionada con el arte desde otro punto de vista, como galeristas, editores de imagen, críticos, curadores, videoastas, documentalistas. Tratamos de abarcar todos los géneros de la imagen desde muchas perspectivas. –Han estado Cristina García Rodero o Kimiko Yoshida, ¿quién más? Giovanni: Nos hemos preocupado por que sean de un altísimo nivel. Hemos tenido a James Mollison, el de la serie Where Children Sleep, que hizo en conjunto con Fábrica-Benetton. Yoshida es una fotógrafa muy contemporánea que utiliza mucho la ambientación, el vestuario y el maquillaje. Casi todos son autorretratos, pero toda la puesta en escena es fabulosa. Cristina García Rodero es una de las fotógrafas documentalistas más importantes. Ha estado Graciela Iturbide, que por supuesto es una señorona en la fotografía, además de una mujer encantadora, de verdad una persona con una gran riqueza en muchos sentidos. Han estado curadores como José Kuri, que es uno de los dueños de Kurimanzutto. Viene ahora Marie Ellen Mark, una de las mujeres top de la foto documental, pero también son top en foto Nan Goldin y Sophie Call, con una foto más contemporánea, más conceptual, aunque

nosotros estamos trabajando más como sobre fotoperiodistas, fotógrafos documentalistas. –Y luego está la parte teórica… Lorena: Ha estado José Ramón Alcalá, un teórico de las nuevas tecnologías, una de las personas que más sabe de estas cosas del arte y que se ha metido en comunicación y redes sociales. Tuvimos a Enrico Bossan, que es un editor sigue

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MARCUS BLEASDALE INVITADO DE HONOR

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arcus Bleasdale es el artista invitado especial en la V edición del Festival Internacional de la Imagen (fini ). Es un fotoperiodista inglés que vive en Oslo, Noruega. Es considerado uno de los mejores fotógrafos documentales actuales, especializado en conflictos y derechos humanos. De financiero se convirtió en un fotorreportero que revela cómo la mayor parte de las guerras son generadas por intereses económicos. Como veinteañero ya tenía dos casas, un Porsche 911 y ganaba medio millón de libras esterlinas al año. “No creo haber estado involucrado en un solo conflicto que no haya sido mo­ tivado por intereses económicos, ya sea una lucha por la tierra o los diaman­ tes o el oro”, dijo Marcus Bleasdale en una reciente entrevista. Comenzó a hacer fotos después de que una novia terminó con él y le dejó la cámara. Quién hubiera pensado que años después estaría casi una década documentando un mundo cruel en República del Congo y se con­ vertiría en uno de los documentalistas más reconocidos en el mundo. Su trabajo ha sido utilizado como testimonio en el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la onu y el Parlamento británico. Ahora cuenta en entrevistas que es propietario de una firma que conjunta fotógrafos de todo el mundo, que vive en un discreto departamento en Oslo y no tiene auto. Ha recibido diversos premios internacionales, pero por su trabajo en el Congo ha ganado en dos oca­ siones el World Press Photo. Sus fotografías han sido publicadas en Europa y en Estados Unidos, en medios como Times Magazine, The Telegraph Magazine, Geo, The New Yorker, Time, Newsweek y National Geographic


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de la revista Colors, una revista con mucho impacto visual. Esa revista ha sido un hito dentro del mundo de la publicidad con todas las campañas que inició Bennetton. Bossan dirige una escuela que se llama Fábrica, cerca de Milán, propositiva en cuanto a estas tendencias del arte, es como una Escuela de Bauhaus, más o menos. –¿Quién participa este año? Lorena: Viene Marcus Bleasdale, dos veces ganador del Premio World Press Photo, reconocido como uno de los documentalistas del mundo; viene Mary Ellen Mark, que sin lugar a dudas es una de las fotógrafas top del mundo. Estará Ana Soler Baena, una artista multidisciplinaria española que va a hacer una instalación muy interesante, hecha especialmente para el Fini y basada en el concepto de justicia; le ayudará un grupo de estudiantes voluntarios. Se proyectarán 12 mil metros de elásticos, desde una serie de ventanas hasta un asta bandera que está en una explanada, el patio del Patronato Universitario. Es como la mirada del que pierde la libertad y está en el encierro, hablando de la justicia; a través de esas ventanas la mirada se centra en el ese punto, que representaría de alguna manera la libertad y la esperanza. –Cada año hacen un homenaje a un artista mexicano; el año pasado fue emotivo con Vicente Rojo, ahora será Carlos Jurado, el alquimista de la foto. G iovanni : Cada año le rendimos homenaje a un artista visual importante para el acervo mexicano. Lo ha recibido Julio Sousa Mayo, el único sobreviviente de los hermanos Mayo. Luego, Felipe Cazals, que presentó su filme Ciudadano Buelna, el cierre de una trilogía sobre la Revolución Mexicana. Han resultado sumamente conmovedores. Obviamente, es con la presencia de estos artistas; les hacemos un video homenaje. Este año se lo vamos a hacer a Carlos Jurado, que es un personaje superquerido en el mundo de la fotografía en México. Él tiene un par de libros icónicos de la fotografía en México; sigue trabajando con cámara oscura, porque construye sus propias cámaras de cartón. Todo su trabajo lo hace así, es un gran personaje, muy simpático, con mucha

energía y muchas ganas de vivir, enamorado de la foto. Y también es pintor. –Cuando vienen los artistas a Pachuca, un tanto lejos de la urbe defeña, ¿cómo se han ido? Giovanni: En cuanto a lo que opinan, la última fue la de Isabel Muñoz, que cuando llegó y vio la calidad de las impresiones-exposiciones, la museografía y el montaje, dijo “¡guau!, yo tenía mucho temor de lo que fueran a hacer con mis imágenes!”, que ese es el temor de la mayoría de los artistas visuales, cómo las vas a imprimir, cómo las vas a presentar, si las vas a cuidar, porque finalmente ellos no están aquí en ese proceso: ellos seleccionan sus imágenes y se ponen en tus manos y te las mandan. Habló maravillas de la calidad de la impresión, de la museografía, de la manera general en la que se presentó todo su trabajo. Muñoz dice que está sonando mucho el festival en Europa, sobre todo en España. –¿Hay exposiciones que después se podrán ver en el df? Lorena: Todas las exposiciones son en las instalaciones de la universidad y después algunas tienen salidas en otro lado, como la de Isabel Muñoz, que estuvo en el Centro Cultural España y ahora está en el Metro Pino Suárez. Ha tenido mucho éxito, son unas impresiones muy buenas.

veces los obligan a que maten a un integrante de su familia, como para que se vayan fogueando. El Congo tiene minas muy ricas en minerales, uno de ellos es el coltan, que es el material que se usa para las pantallas de los celulares, para tablets y computadoras, y ahora es un mercado enorme. Hay muchas marcas que buscan ese material para hacer sus aparatos electrónicos, lo que ha generado una guerra para controlar ese mercado. Estados Unidos sacó una ley que prohíbe a todas sus empresas comprar este mineral en República del Congo. Tienen que demostrar que las minas son legales, que tienen a trabajadores legales, si no, no pueden comprarles. Como generalmente ninguna es legal... Y entonces Marcus, en el correo que manda desde su celular, al final viene una leyenda que dice como: “Este correo esta enviado desde un celular que estoy casi seguro no fue hecho con minerales extraídos de una mina ilegal.” Él suele decir que hace fotos como un testigo porque, y así lo dice, está enojado por las situaciones de injusticia. Cree que la foto es una herramienta de cambio, como el fotógrafo Lewis Hine, que a

–El invitado de honor de este año es Marcus Bleasdale; sus fotografías hacen recordar a Sebastião Salgado. Es la primera vez que estará en México. ¿Qué pueden anticipar de su trabajo? Lorena: De Marcus no conocía mucho y es muy impresionante porque él ya lleva varios años fotografiando tanto África Central como el Congo. Cuando yo vi sus fotos me di cuenta de que en ese lugar, República del Congo, suceden, al mismo tiempo todas las injusticias sociales: el hambre, las enfermedades por epidemias, la pobreza, la falta de empleo, la discriminación, la trata de personas, el mercado negro, la prostitución, niños que trabajan o que son obligados a enlistarse a los ejércitos para matarse unos a otros. Leí una historia por ahí, que a los chavos los obligan a meterse en la guerra aunque no quieran. A Ambra Polidori, Materia prima

Ambra Polidori, de la serie Observaciones sobre los colores, 2001

AMBRA POLIDORI

RECONOCIMIENTO A OTRA MEXICANA

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a Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y su Patronato otorgarán, en esta quinta edición, un reconoci­ miento a la artista mexicana Ambra Polidori. Ambra Polidori nació en Ciudad de México. Estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la Uni­ versidad Nacional Autónoma de México y entró de manera autodidacta en el campo de las artes, realizando video, fotografía, instalación y ambientación desde 1985. Su obra se ha expuesto de manera individual en México, Estados Unidos, Cuba, Francia, Italia y España. De manera colectiva ha participado en más de cien exposiciones. Su trabajo se encuentra en numerosas coleccio­ nes privadas y en veintiocho colecciones públicas, entre las cuales po­ demos mencionar: El Museo del Barrio, Nueva York; Maison Européen­ ne de la Photographie y Bibliotèque Nationale, París; Accademia Carrara, Galleria d’Arte Moderna e Contemporanea, Bergamo, Italia; Banco de España; Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana; Museo de Arte Moderno, muac y Centro de la Imagen, Ciudad de México, y la Colección Jumex, México. Ha sido acreedora a varios premios y reconocimientos como el del Sistema Nacional de Creadores, Fonca; Bienal de Fotografía (Cona­ culta e inba ); Imagine Donna organizado por udi /Mandragola y el arci , Palermo, Italia. Ha colaborado como crítica de arte en diferentes suplementos culturales, periódicos y revistas, tanto de México como del extranjero, y ha publicado, entre otras ediciones, dos libros de artista en Italia. Asimismo, su trabajo ha sido reseñado o co­ mentado por importantes escritores y críticos de arte


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MARTIN BELL & MARY ELLEN MARK

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a fotógrafa Mary Ellen Mark y el cineasta Martin Bell, su esposo, exhibirán en el fini su documental Streetwise, nominado a un Oscar en 1985. Se trata de un estudio so­ bre la dura vida de los niños de la calle en la ciudad de Seattle, Washinghton. Martin Bell es director, productor, editor y fotógrafo de cine británico­estadunidense. Para lograr filmar Streetwise, Bell tuvo que ganarse la confianza de la comunidad de vagabundos, traficantes, prostitutas y niños fugitivos que vivían en las calles de Seattle en el Estado de Washington. La idea de mostrar el bajo mundo de la “ciudad más habitable de los Estados Unidos” (mote de Seattle), se convirtió en una pieza poética que muestra la adversidad, la lucha por la super­ Foto: maryellenmark.com vivencia y la dignidad humana. Recientemente los realizadores han puesto en marcha una campaña de recaudación de fondos para continuar con el proyecto inicial, visitando de nuevo a Tiny, la pequeña prostituta, protagonista de este documental, y des­ cubrir qué ha sido de su vida treinta años después. Mary Ellen Mark es una laureada fotógrafa y fotodocumentalista estadunidense con medio siglo de experien­ cia. Lo mismo ha retratado grandes luminarias del cine y realizado trabajos de moda o entretenimiento, que foto­ grafiado la vida profunda de la gente marginal, de drogadictos, prostitutas, gente en el abandono y las víctimas de los flagelos de la guerra. Le ha tocado presenciar cambios sociales como la lucha de gays y lesbianas o las protes­ tas hippies; frente a su objetivo han estado desde prostitutas de Bombay hasta Marlon Brando o Jack Nicholson, pero su pasión ha sido captar la imagen de los excluidos, de los desterrados de la Tierra. Ha publicado en Life, New York Times Magazine, The New Yorker, Rolling Stone y Vanity Fair. Entre los múltiples reconocimientos que ha recibido están el Premio al Logro de Por Vida, en 2014, por la East­ man Fountation y el World Photo Press Prize. Tiene varios libros, entre ellos, Pasaporte, editado en 1974; Misión de la Madre Teresa en Calcuta, 1985; Fotógrafos en el trabajo, 1992; Detrás de la Escena, en 2009, y su más reciente El hombre y la bestia, con fotos de México e India, de 2014. Es una enamorada de México, ha impartido diversos talleres en Oaxaca. En algunas fotos aparece con trenzas largas.

Mary Ellen Mark, Tiny, Streetwise, WA, 1983

principios de 1900, empezó a publicar en los diarios y la gente empezó a ver las fotos, ahí hubo un cambio legal con los niños y el trabajo en las fábricas. –Mary Ellen Mark, un icono de la foto, viene junto con su esposo, ¿qué presentará en el festival? G iovanni : Ella ha venido a México ya varias veces, a Oaxaca, a dar talleres, pero no había dado antes una conferencia en festival. Ella es una artista que realmente vale la pena escuchar, ir a ver sus imágenes, yo iría aunque no estuviera metido en el proyecto. Va a dar una conferencia magistral donde mostrará su trabajo. Viene con su esposo Martin Bell (que también participará como jurado); ambos hicieron, a finales de los años setenta, un documental que fue nominado al Oscar, Street Wise. Ahora están haciendo un proyecto para ver qué ha sido de la vida de todos estos chicos que filmaron. El documental se grabó en la calles de Seattle y trata sobre la prostitución infantil. Están tratando de reencontrar a todos esos niños que entrevistaron para el documental y van a contarnos de eso.

Mary Ellen Mark, escena del documental Streetwise, 1983

–Mucha gente, estudiantes y profesionales, esperan los resultados de los concursos, ¿cómo ha sido la respuesta este año? G iovanni : Este año incorporamos cartel y llegaron cerca de trescientos. Para ser una primera vez está bastante bien. Por ejemplo, la Bienal del Cartel en México, que ya lleva veinte años, recibe un promedio de seiscientos carteles, pero ya tiene mucha fama. Llegaron muchos de estudiantes. En el caso de cartel se selecciona a treinta finalistas

Mary Ellen Mark, escena del documental Streetwise, 1983


Francisco García Noriega

3 de mayo de 2015 • Número 1052 • Jornada Semanal

EL FINI SE CONSOLIDA COMO UN REFERENTE MUNDIAL DE LA IMAGEN POR SU CARÁCTER MULTIDISCIPLINARIO E INTERNACIONAL, ARMANDO ZUNZUNEGUI ESCAMILLA, DIRECTOR GENERAL.

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ste número está dedicado al V Festival Internacional de la Imagen (Fini), encuentro de las imágenes y las ideas, promovido por el Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Dos de los organizadores del evento son Lorena Campbell y Giovanni Troconi. Este último ha sido colaborador de este suplemento con ilustraciones para portada e interiores, y publicó recientemente el magnífico libro Diseño gráfico en México 100 años 1900-2000, que es una profunda investigación sobre el diseño gráfico e incluye colaboraciones de los diseñadores nacionales más relevantes. El Fini es una oportunidad única para conocer el trabajo de profesionales de la imagen nacionales e internacio-

nales que participarán en esta ocasión, así como para entablar contacto con ellos. También habrá artistas, fotógrafos, diseñadores y académicos. El país invitado en esta ocasión al Fini es Dinamarca, cuna de los mejores diseñadores y arquitectos del mundo, con una tradición cultural ejemplificada por el orden y la igualdad social, manifiesta en todas sus expresiones.

PARTICIPANTES Y ACTIVIDADES DEL FINI 2015 Como artista invitado está el británico Marcus Bleasdale (Inglaterra), ampliamente conocido por su obra como fotorreportero en áreas de conflicto; asimismo, su tra-

bajo destaca la defensa de los derechos humanos. Entre los proyectos más conocidos de Bleasdale se pueden mencinar la publicación de los libros Cien años de oscuridad (One Hundred Years of Darkness), y La violación de una nación (The Rape of a Nation). En este último reportaje, detalla la injusticia en la República del Congo en el África subsahariana, donde el conjunto del tejido social ha quedado desgarrado después de las dictaduras, los conflictos armados, la explotación minera, el ébola y el ViH - Sida . Estos reportajes reflejan la realidad social de comunidades sometidas a todo tipo de injusticias. El compromiso con la imagen se traduce en la calidad del trabajo por medio de secuencias que narran detalladamente la

Un encuentro entre © Stephanie Sinclair, Madre de 14 años, de la serie Demasiado joven para casarse

la idea y la

© Stephanie Sinclair, VII, de la serie Demasiado joven para casarse

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imagen

© Marcus Bleasdale, The Price of Precious, Congo, 2004

© Marcus Bleasdale, Niños cristianos queman casas de musulmanes que huyeron después del golpe de Estado de marzo de 2013, Bangui, República Centroafricana

situación de los trabajadores en las minas y su entorno social, que es lo que denota la problemática de esa región de África. La explotación del trabajo humano en las mineras se repite una y otra vez, y Bleasdale lo plasma con absoluta pulcritud. Su trabajo se ha comparado con el de Sebastião Salgado, aunque no sea así precisamente, pues si el estudio de la situación social es lo que comparten, no así la naturaleza de la imagen. La creación de imágenes trascendentes dependerá de varios factores; situación y compromiso social, capacidad intelectual, formación cultural y talento. Los requisitos de una una buena imagen: encuadre, iluminación, orientación, son características, entre otras, que se van puliendo con el proceso del trabajo diario, se requiere de sigue

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© Stephanie Sinclair, Niñas, de la serie Demasiado joven para casarse

STEPHANIE SINCLAIR

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tephanie Sinclair fotógrafa estadunidense. Es conocida por profundizar en los temas de gé nero y derechos humanos más delicados alrededor del mundo, fotografiando los conflictos de la última década con valiente persistencia. A pesar de mostrar aconteci­ mientos dramáticos de la guerra, su trabajo más desta­ cado confronta la brutalidad cotidiana que sufren algunas mujeres, como lo demuestra su proyecto Too Young to Wed, que comenzó al encontrarse con jóvenes afganas que se habían prendido fuego por haber sido obligadas a contraer matri monio cuando eran niñas. Después de su experiencia en Afganistán continuó fotografiando novias o esposas menores de edad en Ne­ pal, India, Etiopía, Tanzania, Sudán del Sur, Yemen y América. Sus estudios de la vida doméstica en estos países ponen de relieve el abuso físico y emocional que provocan arraigadas convenciones sociales en las personas más vulnerables, como mujeres y niños. Las imágenes de Sinclair expresan sensibilidad y confianza, ya que sus personajes muestran una gran valentía al consentir ser fotografiados en su momento más vulnerable. Sinclair es también fundadora y directora ejecutiva de Too Young to Wed, organización sin fines de lucro que proporciona evidencias visuales de los problemas de derechos humanos que enfrentan las mujeres y niñas de todo el mundo. ty t w extiende su voz para construir una comunidad global dedicada a acabar con el matrimo­ nio infantil y brindar apoyo a través de proyectos de generación de ingresos, clases de alfabetización y grupos de terapia para mujeres que son víctimas de abuso. Los reconocimientos que Stephanie Sinclair ha recibido por este proyecto incluyen tres premios World Press Photo y algunas exposiciones de prestigio en las Naciones Unidas (2014, 2012) y la Bienal del Whitney (2010) en Nueva York, asi como el Premio Pulitzer (2000), entre otros. Sus fotografías se publican regularmente en revistas de gran prestigio como National Geographic y The New York Times Magazine


3 de mayo de 2015 • Número 1052 • Jornada Semanal

ANA SOLER BAENA ARTISTA INVITADA

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ultidisciplinaria, es la cualidad principal de la artista española Ana Soler Baena. En el marco del fini 2015 realizará un proyecto de instalación “site especific” titulado Unique Perspective, con ayuda de alumnos voluntarios, una obra que estará centrada en el tema de la justicia social. También es parte del jurado. Baena es doctora en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y desde el año 2000 es profe­ sora en la Universidad de Vigo. Su actividad artística e investigadora, no circunscrita a ningún ámbito específico, se de­ sarrolla paralelamente en multitud de centros internacionales, como Kyoto City University of Art, Tokyo National University of Fine Arts, National Chiayi University (Taiwan), Toronto York University, la École de Arts Decoratifs de Estrasburgo, el Museo Kupferstichkabinett de Basilea, El College of Art de la Heriot­Watt University de Edimburgo, Scuola Internacio­ nale di Gráfica d’Arte de Florencia o el Istituto Nazionale per la Gráfica de’Arte de Roma. Su obra, presente en la escena artística contemporánea española con exposiciones tanto individuales como colectivas, figura en importantes colecciones privadas, de institu­ ciones y museos. Ha obtenido diversos premios internacionales, entre ellos el Premio Nacional de Grabado 2001, que otorga la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. “Hay que darle ventanas a los jóvenes porque son ellos el futuro; plataformas como el fini son necesarias para que ellos se expresen y para que tengan un encuentro con la realidad. Creo que estamos en el momento justo para impulsar a la juventud”, dijo hace unos días durante una entrevista

Ana Soler Baena montando su exposición Flywaterbags, Cidade da Cultura (CdC), Galicia, España Foto: Facebook

tenacidad de búsqueda para encontrar y componer una imagen o una secuencia de imágenes que en su conjunto expresen lo que está pasando. El Fini se esfuerza por compartir el trabajo de los profesionales en la imagen convocando también a otros tres artistas: los estadunidenses Mary Ellen Mark, Martin Bell, y la mexicana Ambra Polidori, representantes del fotoperiodismo contemporáneo. Mary Ellen Mark está casada con el director de cine Martin Bell, relación de la cual se desprende la búsqueda de escenarios insólitos, como es el caso de los circos, la vida cotidiana de las calles o los escenarios cinematográficos. Ambos crean una galería de imágenes que penetran hasta el otro lado de la cámara y sitúan al receptor en escenarios mágicos producto de la composición del artista. Por otro lado, en esta quinta edición del Fini se rendirá homenaje al pintor y fotógrafo chiapaneco Carlos Jurado, importante artista plástico. Ambra Polidori, nacida en Ciudad de México, explora otro concepto con su obra al construir sus propios escenarios mediante la intervención de imágenes para crear obras plásticas con múltiples significados. Su trabajo adquiere un un valor estético a través de la interposición de imágenes en donde color y textura cobran un valor preponderante e intenso. La lectura de cada obra

Ana Soler Baena, Flywaterbags, Galicia, España. Foto: Facebook

© Marcus Bleasdale, Niño soldado de regreso a su base en el distrito de Ituri, noreste del Congo, 2003

recorre caminos intrincados que se van descubriendo conforme se analiza cada intervención. Por otro lado, el Fini ha convocado a un concurso internacional de la imagen que incluye varios géneros: fotografía y técnicas alternativas, cartel y video documental. La competición está abierta a estudiantes y fotógrafos profesionales, diseñadores, ilustradores y videoastas. En el área del diseño gráfico se ha invitado a profesionales del medio, entre ellos al destacado tipógrafo checoslovaco Frantisek Storm y a los diseñadores gráficos mexicanos Gabriel Martínez y Germán Montalvo. Para los interesados en el diseño, la posibilidad de compartir con el tipógrafo Frantisek será una experiencia muy importante; el checoslovaco ha desarrollado múltiples tipografías, entre ellas, Anselm, Quercus, Andulkay. Ha sido reconocido mundialmente con la nominación al Premio Magnesia Litera y es autor de varios libros de ensayo sobre tipografía. Gabriel Martínez estudió diseño gráfico en la Universidad Iberoamericana, ha desarrollado proyectos gráficos de toda índole, pero destaca su labor en el desarrollo de la tipografía para la Presidencia de México y la compañía Jumex, además de haber creado las familias tipografías Arcana, Darka, Integra y Neocodex; logotipos e identidad corporativa para Mexicana de Aviación, Grupo Presidente y Cervecería Moctezuma. Montalvo es un ilustrador sobresaliente cuya creatividad, empeño y dominio del dibujo se ven reflejados en su trabajo como diseñador gráfico. Germán Montalvo estudió diseño gráfico en la Scuola del Libro, Societá Humanitaria, en Milán, Italia. Es reconocido por su trabajo como diseñador en el Grupo Madero, en donde participó durante diez años a lado de Vicente Rojo y otros importantes diseñadores, como Rafael López Castro, Luis Almeida y Azul Morris, entre otros. Su trabajo se destaca por su creativa labor en el desarrollo de portadas y carteles, así como por su forma particular de usar el color, la tipografía y la ilustración. Ha desarrollado una nueva forma de expresarse tipográficamente al componer, diagramar y diseñar libros. Las publicaciones 100 salsas. Al son de la letra y Color de los sabores, entre muchas que ha realizado, son muestras de cómo se genera un juego gráfico entre ilustración, mensaje y tipografía, mismos que permiten al lector interactuar con el libro de una manera inductivo-creativa

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LEER

Jornada Semanal • Número 1052 • 3 de mayo de 2015

Las trampas de la belleza, Sergio Zermeño, Miguel Angel Porrúa, México, 2014.

ENTRE LA SOCIOLOGÍA Y LA LITERATURA HUGO JOSÉ SUÁREZ

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ergio Zermeño hace una invitación a recorrer algunos de los episodios de su vida en la novela Las trampas de la belleza. Hasta ahora, el sociólogo había escrito preponderantemente libros académicos resultado de largas investigaciones, en los que se ocupa de los movimientos sociales, la política y la sociedad. Uno de sus textos, quizás el de mayor impacto, es México, una democracia utópica (17 mil ejemplares vendidos) que analiza el movimiento del ‘68, publicado por primera vez en 1978 por Siglo xxi y prologado por Carlos Monsiváis. En las décadas subsecuentes, el autor se ocupó de varios temas alrededor de las tensiones y desafíos de la sociedad, o de las formas entreveradas de esa modernidad desigual que nos toca vivir desde este lado del planeta en títulos como La sociedad derrotada (1996), La desmodernidad mexicana (2005) y Reconstruir a México en el Siglo xxi (2010). En esta ocasión no es la sociología la que está en juego, o lo está de otra manera; no hay autores, método, tesis, bibliografía: se trata de una novela sobre Roberto, el protagonista principal que es, en una parte de la obra, el propio Zermeño. El libro cuenta la historia de un becario mexicano que en los años sesenta del siglo pasado se desplaza a París para realizar sus estudios doctorales. Se narran las tensiones propias de aquel que deja su patria –y en ella su esposa, su cultura, sus lazos intelectuales y familiares– y se encuentra con un mundo ajeno y fascinante que le ofrece nuevos amores y experiencias. Se describe el encuentro con una hermosa mujer, las clases con su maestro Alain Touraine, la publicación de su primer libro en México. Pero ninguna vida es fácil, se debe lidiar con las pertenencias y las distancias, con las dificultades económicas, con el azar que a veces juega en contra y otras a favor, con los sentimientos que nos invaden por dentro, con la falta de trabajo y la incertidumbre respecto del futuro. La tensión se resume en una expresión a media novela: “Qué indisciplinado es el destino. ¿Por qué dos empleos al mismo tiempo, dos hijas al mismo tiempo, dos mujeres al mismo tiempo?” Lo más interesante es que de la mano del hilo principal –que es cómo el estudiante administra la ausencia y búsqueda de la hija que no conoce, y los vaivenes del proyecto de vida en pareja–, se pueden leer momentos fundamentales de la realidad política y social mexicana y latinoamericana. Zermeño escribe sobre el golpe de Estado en Chile en 1973, el movimiento del ‘68, la transición política en Méxi-

co, el zapatismo, la huelga de la u n a m . A la vez, reflexiona sobre “una profesión endemoniadamente compleja como la sociología” que se empeña en el “desmantelamiento de nuestras certezas”. Por ejemplo, observa cómo los líderes que en un momento levantaron las banderas de los movimientos sociales más progresistas, a la vuelta de los años terminan ejerciendo el poder con las mismas mañas de siempre: “El poder es como una culebra, según el punto que enfoques será la dirección que encuentres, pero eso sí, acorralado, su ponzoña es mortal.” Critica las dirigencias que “si no mueren en la batalla, siempre ganan a la larga”; hay un “código de conducta entre los dirigentes” que permite la gobernabilidad donde “las mieles del poder inteligente salpican para todos”. Asimismo, reflexiona sobre el quehacer sociológico y el constante desfase entre analistas y actores sociales; luego de la confrontación pública con un dirigente del ‘68 por interpretaciones diferentes de los hechos, recuerda las palabras de Touraine: “en el momento en que el autor y el actor están de acuerdo, la sociología está muerta”. El libro es una invitación a mirar la historia por el ojo de la cerradura. Se nombran personajes como Carlos Salinas de Gortari, no en su faceta presidencial sino más bien como un chamaco berrinchudo que no sabe administrar una derrota en una competencia de natación. Además, Zermeño describe lugares o situaciones como su viaje a Grecia, a India o a Brasil. Saca conclusiones de su observación cotidiana, explica por qué en el Cono Sur se quitan la palabra al hablar mientras que los mexicanos usan las pausas para el intercambio oral, o incluso se pregunta “por qué corresponde más a la esencia de las mujeres q u e a l a d e l o s h o m b re s e l q u e re r a alguien para siempre”. En suma, nos invita a una sociología desenfadada y vagabunda donde la imaginación y el análisis se entrelazan con la experiencia personal.

En la sociología hay varios autores que han ensayado autobiografías con distintas intenciones y formatos, desde Pierre Bourdieu hasta Guy Bajoit. Lo interesante en todas ellas no es lo ejemplar de una vida –de hecho, similar a tantas otras–, sino el ojo sociológico que se filtra en cada uno de los momentos que le toca vivir al personaje. El aporte de Zermeño es abrir el cajón de sus recuerdos y fantasías –muchas estrictamente personales– mostrando al sociólogo detrás de las publicaciones. Por ello su obra no sólo retrata al autor de Reconstruir a México sino da herramientas para comprender la historia de las ideas en el país y a sus actores fundamentales. En 2005 el autor se preguntaba “¿cómo hacer sociología cuando la sociedad se desvanece?” En parte, Las trampas de la belleza ofrece una respuesta •

En nuestro próximo número

VIETNAM , el nuevo tigre de Asia Kyra Núñez

Viaje a Indochina: un periplo por el sudeste asiático

La Jornada Semanal

@JornadaSemanal


ARTE Y PENSAMIENTO ........ Agustín Ramos

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Naief Yehya

Un vacío se llena con otro vacío. Si esto no es una ley, lo parece. La extinción de frutos de temporada se compensa con temporadas de consumo. Consumo religioso: reyes, candelaria, ceniza, cuaresma, semana santa. Consumo laico: la bandera, la mujer, Juárez, Zapata, el trabajo, Puebla. Consumo híbrido: primavera, madres, maestros y elecciones... Elecciones. ¿A quien, entre quienes gobiernan o suspiran por hacerlo, le importamos? ¿Puede fortalecerse la democracia con una campaña publicitaria tan aberrante como cualquier otra? ¿De cuándo a acá interesa la opinión de los gobernados a quienes desgobiernan o buscan gobernar? Con veintitantas mil desapariciones forzadas y cien millones de cerebros sumergidos en una lavadora conducida por muñecas inflables, muñecos de ventrílocuo y árbitros en subasta, en México sólo parece realista la aspiración de igualar y superar a Alemán, a Salinas y a quien plasmó el apotegma de que un político pobre es un pobre político; el enriquecimiento ilícito es la aspiración política de los artífices de nuestra democracia –desde las supernovas ministeriales hasta el polvo galáctico que vigila garitas, pasando por los cometas intelectuales. Hoy ya no da risa la inocencia del munícipe que se apuró a deslindar a Apatzingán del ataque a las Torres Gemelas para que no la fueran a confundir con Afganistán. Hoy hemos progresado y la semejanza, más que en el sonido de los nombres, está en los hechos de guerra. Hoy la política sólo es un gran negocio, vital. Grande, porque los sobrantes del latrocinio se destinan a vigilar y castigar en un clima de paz porfiriana. Vital, porque la putrefacción es el suelo donde arraiga y florece la delincuencia organizada, la única posible; la delincuencia impune que alienta, explica y justifica el cada vez más frecuente protagonismo militar y paramilitar, protagonismo que se trenza, por un lado, con el acallamiento político de las conciencias y, por otro, con el atraco permanente a los hogares por parte de Conagua, cfe , Telmex/Movistar, sat / Segob, snte , Televisa/ tv Azteca, La Banca, La Radio y, of all people, el ine y su arco iris partidario. Sin embargo, quizá no sin razón, la democracia se alaba como “el mejor de los sistemas posibles”. Y aquí cabe la siguiente precisión: se da por sentado que la palabra “democracia” designa al sistema capitalista, antiguamente opuesto al por ventura extinto “socialismo realmente existente”; así que ahora en vez de decir “sistema capitalista en su fase más salvaje”, se dice “neoliberalismo o sistema democrático global regido por el mercado”, y todos quedan contentos.

Se le alaba, digo, confiando en la posibilidad de construir un mejor futuro día a día, con pequeños actos de valor cívico como votar. Se le respeta, acatando el mandamiento de participar en los comicios aun cuando resulten mascaradas ofensivas y rituales opresivos, o bien –más bien muy mal– se acude a éstos con el propósito pérfido o necio de ganar unas elecciones que siempre han sido más o menos fraudulentas. Los oportunistas hacen su agosto en esta temporada de langostas. Pero la gran ganadora será, ahora más que nunca, la mencionada lavadora de cerebros, la principal acreedora de los ganones nominales. Porque esos ganones deben quedar bien. Sea con grupos de presión o con aliados, en el mejor de los casos donde las brujas del pragmatismo cuecen puras habas. Sea, en el peor, con traficantes de la lectura de información escogida y sesgada, del crimen organizado y desorganizado, de las transnacionales de la aculturación y la devastación. O sea, en la normalidad democrática, con industriales de la materia y el espíritu, con mercaderes de huesos y de carne (porque de otros ya no hay). Entonces, ¿vale la pena votar para que después, después y no antes de las elecciones de junio de 2015, haya motivos suficientemente poderosos para una nueva reforma electoral que inhiba, evite y si es posible hasta prohíba las trampas que se descubran, detecten, comprueben e inventen en un proceso ya para entonces irremediable? Entre la candidez de quienes creen y el realismo de los cínicos está la resistencia. Jacques Rancière advierte:“No se trata de desesperanza. Es una tensión profunda. Mucho trabajo futuro para quien no quiere morir idiota. ¡Y peor para los que estén cansados!” Pero también la deshonestidad, no sólo el cansancio, ha empedrado de buenas intenciones el camino de México a este infierno • (Continuará.)

Drones en el Festival de Tribeca: Good Kill Fin de una era Parte del daño colateral que trajo la “guerra contra el terror” de la dupla presidencial Bush-Obama, fue la destrucción de la leyenda del piloto de guerra heroico, del aviador desafiante y cínico que no conoce el miedo, mezcla de John Wayne, Gregory Peck y un poco de Tom Cruise. Las guerras de la primera mitad del siglo xx se impregnaron de la mística de las confrontaciones en los cielos, los célebres dogfights. La tecnología avanzó rápidamente en el terreno aeroespacial, los jets se volvieron cada vez más versátiles, veloces y letales. Sin embargo, la mayoría de sus misiones

era en contra de naciones y enemigos con mínimo o nulo potencial aéreo, como Vietnam, Irak y Serbia. Los exuberantes jinetes de los cielos, al estilo Top Gun, heredaron la carga romántica de los pilotos que se jugaban la vida en aviones frágiles con armas extremadamente falibles en la primera guerra mundial, pero también arrastraban el legado de la destrucción indiscriminada de los bombardeos masivos en Alemania, Inglaterra y Japón. El fin de la Guerra fría marcó también el ocaso de una era del despilfarro desenfrenado en aviones extremadamente costosos, como el F35 (178 millones de dólares). Y entonces alguien tuvo la idea de usar aviones sin piloto. Así comenzó la era de los drones.

Polémicas El mayor Tom Egan (Ethan Hawke) es un piloto con numerosos despliegues de servicio en Afganistán e Irak. La más reciente misión de Egan tiene más alcance que ninguna de las anteriores, pues lo obliga a volar sobre muchos países y, para ello, no tiene que alejarse del suburbio de Nevada donde vive con su esposa e hijos. El veterano ha sido reasignado a un equipo de operadores de drones que trabajan desde uno de los numerosos tráilers estacionados en una base militar en las afueras de Las Vegas. La cinta Good Kill, de Andrew Niccol, que se estrena en la reciente edición del Festival de Tribeca, muestra con veracidad la manera en que se conducen las misiones de “eliminación” de presuntos terroristas en el Medio Oriente. Egan y su copiloto, Suárez (Zoë Kravitz), una mujer de origen hispano, buscan los objetivos que les indican sus superiores, los siguen, verifican los protocolos y, cuando reciben la luz verde, disparan sus misiles. “Splash!”, “Good Kill”, dicen, celebrando la eficiencia de su ejecución, mientras se despeja el humo y el polvo en la pantalla, cuentan a las víctimas y preparan el siguiente ataque. El cajón con aire acondicionado repleto de monitores y equipo de videojuego es el microcosmos donde se debaten los puntos de vista en torno al uso de drones. Suárez tiene una visión humanista, mientras sus dos colegas creen fervientemente que están protegiendo

a “América”, y que la solución al resentimiento que están creando en media docena de países con estos asesinatos cobardes es seguir matando sospechosos. Mientras tanto, Egan permanece ausente, deprimido y borracho.

enajenación Egan añora volar y siente que su trabajo como piloto de un avión a control remoto es indigno. Extraña sentir el viento en su avión y la sensación de peligro. Pero lo más importante es que comienza a entender que su trabajo como asesino a distancia es injusto, inmoral, ineficaz y, a la larga, contraproducente. Sin embargo, el piloto es incapaz de expresar esto. Al contario, lo que hace es beber y angustiarse, lo cual enloquece a su esposa. Visualmente, Niccol y su cinematógrafo, Amir Mokri, establecen paralelos entre los áridos paisajes de Pakistán, Afganistán y Yemen, y el anestesiado suburbio donde vive Egan. Para retratar la extraña condición existencial de esta clase de “guerreros” que viven en familia y durante sus horas de trabajo se dedican a la cacería virtual de seres humanos en países remotos, Niccol crea una atmósfera enrarecida, a la vez claustrofóbica y agorafóbica, que refleja la soledad, la frustración y el distanciamiento de los personajes.

distancias La cinta presenta la polémica de manera bastante didáctica, hasta cierto punto manipuladora. La historia transcurre durante el período de intensificación de los ataques con drones en 2010 y con la llegada de asesores de la cia al programa del ejército. De esta manera, Niccol desvía un poco la responsabilidad de los soldados hacia los burócratas de Langley, Virginia, que ordenan sus matanzas por teléfono. Good Kill es un filme acerca del distanciamiento entre víctimas y victimarios, así como entre aquellos que dan las órdenes y quienes tiran del gatillo, e incluso entre amantes, pero sobre todo entre el patológico y falso mundo cosmopolita de Las Vegas y un mundo provinciano en el que la gente tiene pavor de salir de su casa por miedo a ser volada en pedazos por los misiles de los drones •

JORNADA VIRTUAL

Otra temporada en el infierno (i de iii)

TOMAR LA PALABRA

naief.yehya@gmail.com


Jornada Semanal • Número 1052 • 3 de mayo de 2015

........ ARTE Y PENSAMIENTO

Germaine Gómez Haro

Alonso Arreola

germaine@casalamm.com.mx

Sergio Hernández: Blanco de plomo

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SERGIO HERNÁNDEZ (Santa María Xochistlapilco, Oaxaca, 1957) le ha gustado siempre contar historias. Su imaginación desbordada ha dado lugar a una iconografía personal que despliega un sinfín de personajes recurrentes que se entreveran con su zoología fantástica en escenas que evocan temas tan variados como el Popol Vuh, el Apocalipsis, el circo, por mencionar sólo algunos. Su pasión por la literatura lo ha llevado a recrear personajes como Moby Dick y el vizconde demediado de Italo Calvino, entre muchos otros que, de varias maneras, han aparecido una y otra vez en sus pinturas, interactuando con toda suerte de insectos inimaginables. Sus aventuras literarias se mezclan

con sus sueños y pesadillas que se desprenden de sus historias personales de la niñez transcurrida en el seno familiar en la mixteca oaxaqueña. Siempre me ha parecido que sus pinturas, pletóricas de materia y una paleta intensa en la que resaltan los azules cobalto, rojos fulgurantes y verdes vegetales, reflejan en buena medida el talante apasionado e inquieto de este artista que explora continuamente los vericuetos de la cocina pictórica y las numerosas posibilidades de la creación gráfica. Quienes conocen la obra de Sergio Hernández seguramente la relacionan con un colorido explosivo y con el gusto por contar historias, lo cual nada tiene que ver con su trabajo reciente. Blanco de plomo se titula la serie que se presenta actualmente en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) en Etla, Oaxaca, y es una selección de una extensa serie de pinturas realizadas sobre superficies de plomo en las que el artista ha estado experimentando a lo largo de los dos últimos años y que por primera vez se exhibe al público. Algunas piezas preliminares se expusieron el año pasado en la Galería de Arte de la Universidad Autónoma de Puebla ( buap ), pero hace ya muchos años que no se presentaba una muestra extensa de su trabajo. De ahí la importancia de esta exposición que, adicionalmente, rompe con todos los esquemas de su trabajo anterior y abre la puerta a un universo plástico inédito en su carrera. Blanco de plomo se refiere al misterioso material pictórico utilizado desde la Antigüedad, según las crónicas de Plinio y Vitruvio que describen su preparación a partir de plomo metálico y vinagre. Digo “misterioso” porque su elaboración en sí tiene mucho de alquimia y su uso a lo largo de la historia ha tenido destinos inconcebibles: fue el único blanco utilizado en pinturas de caballete hasta el siglo xix y se usó incluso como base para el maquillaje de reinas y damas de la aristocracia. Las obras de Ser-

Blanco de plomo i y ii , Sergio Hernández

gio Hernández resultan misteriosas a primera vista, y su carácter enigmático crece a medida que el espectador se adentra en las capas de blancos líquidos, que alternan entre zonas níveas etéreas y otras más densas. Dice el autor: “Yendo y viniendo por el taller Restauro de Manuel Serrano, descubrí que necesitaba una técnica que me permitiera dibujar con mucha agua. Yo rumiaba el color como las vacas. Quería pintar en el aire con agua –sin tocar la superficie– la piel de su tersura o su blancura. Quería abarcar el espacio en su totalidad.” Y efectivamente, el resultado es tan delicado que cuesta trabajo entender la complejidad del proceso. Casi diríase que son pinturas no figurativas, porque apenas se perciben presencias en su mayoría vegetales sobre la superficie plúmbea que recibe flores y plantas –y otros elementos como pieles de serpiente y cocodrilo– que quedan impresos a partir del proceso químico como huellas fósiles de una sutileza extrema. El pH de las plantas se encarga de plasmar el color. “Todo es una epifanía, es una aparición”, comenta Sergio frente a una de sus obras en la que se distinguen apenas las siluetas de unas flores de loto ingrávidas entre una constelación de minúsculas estrellas centelleantes. A decir del artista, interviene la mano humana pero no directamente, sino conforme él lo provoca y así las formas surgen de la epidermis de la superficie de plomo. Este trabajo tiene sus orígenes en un viaje reciente a Japón, en el que Sergio captó la belleza interior del arte zen. “Antes de pintar un bambú tiene que crecer dentro de uno”, expresó Su Dongpo, poeta, pintor y calígrafo del siglo xi . Así se perciben los Plomos, de Sergio Hernández, poemas visuales que me remiten a otra hermosa premisa de la filosofía zen: el instante que el hombre contempla la Naturaleza, es el instante en que la Naturaleza se hace consciente de sí misma •

Pulitzer al carbón

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ODA COLUMNA DE TEXTO es caída vertical en cuyo fondo aguarda un minero, un buscador de palabras. Descolgándonos en la cueva de aquel periódico extranjero que nos gusta, manchándonos las manos con sus paredes, fuimos perdiendo luz y ganando humedad. Todo se hizo pegajoso. Frases, vocablos, sílabas, letras, puntos, comas, tildes, paréntesis, diéresis, corchetes… Cada construcción sintáctica parecía dispuesta a desmoronarse si alterábamos su orden. Empero, con el zapapico en las manos y una tonta soflama entre los parietales, decidimos golpear el término más prometedor que conseguimos a golpe de vista para seguir su veta: Premio Pulitzer. Así, al paso de unos días de trabajo forzado brincando de fuente en fuente –incluso usando dinamita– logramos algo de oro para este domingo, lectora, lector. Pepita 1: Premio Pulitzer. Entregados a periodistas, escritores y compositores cada mes de abril desde 1917, fueron idea del editor estadunidense Joseph Pulitzer y son administrados por la Universidad de Columbia en Nueva York. A partir del año '43 se instauró la categoría de música, cuyo primer ganador fue William Schuman por Secular Cantata No. 2. Desde entonces lo han conseguido, entre otros –y cuando no, se declara desierto–, Aaron Copland (Appalachian Spring), Charles Ives (Sinfonía nº 3), Walter Piston (Symphony no. 3 y no. 7), Wynton Marsalis (Blood on the Fields), John Adams (On the Transmigrations of Soul), Bob Dylan (por su impacto en la música estadunidense) y, en este 2015, Julia Wolfe por Anthracite Fields. Piedra 2: Julia Wolfe. Fundadora del celebérrimo proyecto neoyorquino Bang on a Can, en donde comparte créditos con David Lang (también ganador del Pulitzer en 2008) y Michael Gordon (su marido), Julia Wolfe ha producido numerosos álbumes que la sitúan en lo más alto de la escena contemporánea. Con una hora de duración, comisionada por el Mendelssohn Club of Philadelphia, la pieza Anthracite Fields está inspirada en las viejas minas de su Pensilvania natal, allí donde tantos hombres enfermaron o murieron dejando mujeres y niños cuidando flores simbólicas y esperanzadas. Producto de muchas entrevistas y visitas a museos y sitios olvidados, Wolfe compuso un oratorio para coro y sexteto dividido en cinco movimientos (uno de ellos dedicado, precisamente, a las flores). Mineral 3: carbón de antracita. Es el que más carbono tiene de los carbones. Es el más seco, limpio y lustroso. No hay mucho en el mundo, aunque se sigue extrayendo, principalmente en China. Dato sorprendente: en la antigua comunidad de Centralia, en Pensilvania, comenzó un incendio subterráneo en 1962 por descuido de quienes controlaban las minas de antracita, después de lo cual la gente debió ser reubicada

David Lang, Michael Gordon y Julia Wolfe

al paso del tiempo dejando tras de sí una huella fantasmal. Hoy, más de cincuenta años después, el fuego sigue consumiendo el subsuelo lentamente en una suerte de horno que podría durar doscientos años. Con esta y otras fuentes de inspiración en torno a la vida del carbón, Wolfe y Bang on a Can llevaron a cabo la premier de Anthracite Fields en abril de 2014, hace un año exactamente. Pedrusco 4: Bang on a Can. Fue en el Día de las Madres de 1987 cuando Wolfe y sus compinches decidieron organizar un maratón sonoro de doce horas bautizado Bang on a Can en una galería del SoHo neoyorquino. Actualmente se trata de una organización con influencia en el mundo entero que apoya y difunde las obras de compositores experimentales cuyo discurso salta de los nichos underground a importantes instituciones, festivales y fundaciones que las albergan. Verbigracia: recordamos con harto gusto esa noche de hace nueve años cuando, en el marco del otrora y venido a menos Festival de México en el Centro Histórico, Bang on a Can presentó obras de Steve Reich, Conlon Nancarrow (ambos ganadores del Pulitzer) y, claro, Brian Eno (Música para aeropuertos). Ejecutantes disciplinados y virtuosos, lo que mostraron ese día es que en la música el serialismo, el minimalismo, la repetición y el compromiso matemático obsesivo también pueden llevarnos a un estado de gracia en donde el pensamiento se incorpora a un flujo particular y liberador. Guijarro 5: Día de las Madres. Estamos cerca. Geoda 6: Estamos… hartos de la corrupción cínica y rampante de gobiernos como el de Veracruz (acabamos de ir), cuyo adeudo con múltiples proveedores (músicos incluidos) y sociedad alcanza márgenes históricos. Por si fuera poco, basta platicar con sus habitantes para conocer el peligro constante en que viven. En fin. Haga como nosotros: límpiese un poco el hollín de esos políticos corruptos buscando a Julia Wolfe, ganadora del Premio Pulitzer 2015, y déjese caer hasta el fondo de sus dominios. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos •

BEMOL SOSTENIDO

@LabAlonso

ARTES VISUALES

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ARTE Y PENSAMIENTO ........ Ana García Bergua

3 de mayo de 2015 • Número 1052 • Jornada Semanal

Jorge Moch tumbaburros@yahoo.com @JorgeMoch

P

OR DESPECHO ME DI al internet durante meses. A punto de llorar, por tanto recordar, me sentaba frente a la pantalla de la computadora a mirar cosas, las que fueran, un par de horas al día. Nomás unos twits, me decía, cuando en la fila del mercado sacaba el celular a ver qué había pasado, qué habían dicho, qué cosa de qué; es un minuto de olvido y no mirar alrededor, irse de ahí al ciberespacio y más allá. Por despecho me hundía en la pantalla, primero en la noche, luego en la madrugada, después la mañana y el día entero. Hilaba una liga con otra, saltaba del periódico a los juegos, los videos porno y las películas vintage, sólo para olvidar. Quise hallar el

olvido al estilo Sudoku. Acabé formando parte de una protesta en Paraguay, firmé miles de páginas en solidaridad con causas que no se resuelven, espié a todos mis vecinos del Facebook, pasé horas pendiente de sus vidas, los amigos que frecuentaban, sus discusiones, gustos y disgustos, plantas y mascotas. Logré olvidar eso que quería olvidar y hasta empecé a querer olvidar los recordatorios que saltaban a mi mente de vez en cuando, ideas que perdían sentido en el salto de liga a liga, de googleo enloquecido. Mírate este video conmigo y en el último cuadro, me besas, le decía a mi mujer. Por despecho perdí la proporción. Quién no llega hasta su muro exigiendo sus noticias y posteando su canción. Me levantaba sólo para conectarme y podía pasar horas perdido frente a la pantalla. No comía, apenas bebía agua y al día siguiente no sabía qué fue de mí: creo que vi cientos de fotos de gente que no conocía, jugué juegos con manzanas, caramelos y zombis del espacio, discutí sobre todos los temas, desde las elecciones hasta el sándwich con más ingredientes o las mejores películas de terror. Mi mujer y mis hijos me abandonaron: no controlas tu manera de ver la pantalla, llegas a buscarlos a la escuela alucinado, a la mitad de un corto sobre los diez pasos para bajar diez kilos o las noticias de las masacres. Ya no nos hablas, sólo nos respondes si te escribimos al mail o te ponemos like en el Facebook o pegamos algo en el Twitter. Andas chateando bajo, te has convertido en un monosílabo, me dijeron. Por despecho no respondí, pero posteé en Facebook muchas fotos y artículos de interés general, sobre política, religiones y recetas saludables. De mi mano sin fuerza se cayó el mouse sin darme cuenta. Y sólo por despecho me seguí perdiendo. Pasé días enteros en piyama, fotografiando a mi hámster. Pegué sus fotos en la p á g i n a d e l Fa ce-

book y recibí las felicitaciones (fueron sesenta, de amigos en piyama como yo), pero olvidé darle de comer. Por el dolor de su muerte perdí la concentración: pensaba y escribía en 140 caracteres. Fingía leer y opinaba sobre textos cuya longitud excedía mi atención. M i lógica abarcaba un párrafo, después del cual se escapaba hacia otra cosa: de Afganistán al vestido azul o blanco y dorado, de la historia sentimental de un amigo a la mascota de otro, de la amenaza del Estado Islámico a los aparatos para agrandar el pene; de las elecciones a las caricaturas del monero h .; del chiste sobre los chistes y de regreso a Afganistán, o a la tragedia, la guerra, la miseria, la inundación.Todo tan lejos y tan cerca a la vez. Posteaba una canción de Youtube y sentía que el mundo entero la tarareaba conmigo. Hasta que un día me desperté sin saber quién era ni qué hacía ahí, y en el espejo me encontré un emoticón del tamaño de mi cara. Por despecho me perdí en internet y me convertí en una persona de mi tiempo, a mi espalda la sombra de la locura o el cerebro lleno de manchas blancas y vacías, un mar de islas con los puentes dinamitados, un ser en medio del todo y la nada, lleno de buenas intenciones y ganas de que la Paz reine en el planeta para poder ver el internet en paz. Y cuando pensé que si no posteaba, nadie me querría, los twitteros callaron. Me llamo Ranulfo Ortega y soy adicto a los monosílabos: twit, boot, face, link. Eso lo supe en internet, lo escribí en internet en alguna página llena de fotos y anuncios que saltaban de un lado a otro; ya no sé lo que mi nombre significa ni recuerdo lo que me advertía el horóscopo de hoy (soy Cáncer). Ahora ocupo mi atención haciendo ejercicios para recuperar la atención; alguien me ha dicho que pronto seré feliz, si paso a la fase 4, no recuerdo fase de qué. Pero recuerdo el 4, ya es algo. Me están posteando ya la del estribo, ahorita ya no sé si tengo fe •

E

N ESTE PAÍS DE fantasía un infame político oportunista y derrochador se casa por conveniencia con una actricilla de telenovelas y consolidan así alianzas entre partidocracia y oligarquía mediática. Sólo en un país de fantasía, un mirrey, un yúnior, un mentecato prepotente como Manuel Velasco se exhibe y promociona, aunque diga gobernar uno de los estados más pobres, en onerosas campañas propagandísticas por todo el país. Sólo en un país de fantasía un personaje así, rinconero, aparece retratado hasta en el transporte público de otras ciudades, y se le sigue mediáticamente, “tendiendo la cama”, según el argot político,

para posibles sucias tretas venideras de repetición de imposiciones siguiendo el patrón del éxito comercial y mediático que supuso la unción de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera hoy dedicados al expolio nacional. En un país de fantasía la estampa es de una ridiculez surrealista: un gobernador chiapaneco viste de charro jalisciense, y son vitoreados los novios al salir de la iglesia, obligatoriamente acompañados de un obispo (que no casa a cualquier hijo de vecino, sino a pura gente bonita, claro) por indígenas en vestidos típicos que los bañan en pétalos de flores; un bello cuadro que es montaje vergonzoso y contiene los mismos elementos ruines del mitin oficialista por antonomasia en México: gente pobre, miserable, sin futuro, acarreada, vendida la dignidad por una migaja, convertida en utilería de escenario para el lucimiento de un par de sátrapas que nunca van en realidad a hacer nada por ellos, para sacarlos de su pobreza, su ignorancia útil, de la encrucijada de lo ilegal como herramienta de supervivencia. En este país de fantasía el opio de los pueblos se enseñorea en estupores y la mitología guadalupana es más importante que la realidad. El futbol es más importante que la realidad. Los chismes de la farándula son más importantes que la realidad. La realidad es otra cosa distinta a lo que sea que vivimos los habitantes de este país de fantasía; nimias cuitas y padecimientos: el quehacer cotidiano de criminales impunes que operan en una curul o en las esquinas del barrio; las trácalas de corruptos funcionarios que toman el dinero público para dilapidarlo en lujos frívolos; la amenaza constante de soldados, marinos y policías armados hasta el colodrillo porque hay otro contingente de sicarios igual, armado, cruel y violento acechándonos. La realidad “verdadera”, aquella que se adopta por decreto, la pintan la televisión, la radio, los anuncios que bombardean a la multitud enardecida con la película de acción del momento, con el partido de la li-

guilla o con la visita de un pontífice. Si se cruzan en el camino un desastre natural, un terremoto en las antípodas, un tsunami que barre con la otra mitad del planeta, incendios forestales remotos o un oportuno accidente abundoso en muertes internacionales como un avionazo o el hundimiento de un paquebote atestado pues qué mejor: el sufrimiento ajeno siempre nos causa esa mezcla peculiar de susto, morbo y secreto y mezquino disfrute tan propia de la condición humana, pero sobre todo seguirá acaparando nuestra atención, llevándosela lejos de esos infelices burócratas rateros, de los mirreyes abusivos, de la cleptocracia instalada en prácticamente todo instituto político y que parece dedicada solamente, en lugar de gobernar, de administrar con recato dineros públicos y colectivos, a cocinar complicidades con una oligarquía empresarial, comerciante y agiotista cuya voracidad no parece encontrar satisfacción y cuyo implícito reconocimiento a los mayoritarios sectores poblacionales de los que paradójicamente se alimenta y enriquece sin medida es el simple desprecio: en un país de fantasía un senador, en la sesión que legisla contra la corrupción, hojea catálogos de yates de precio estratosférico. Un senador que es, por cierto, líder presunto de una agrupación obrera… Porque sólo en un país de fantasía la hermana de conocidos narcotraficantes violentos, y esposa del principal indiciado –e indiciada también ella– en el secuestro y la desaparición documentada de decenas de estudiantes, aún estando presa, a saber por qué turbios y malolientes mecanismos “jurídicos” presume falta de pruebas en su contra y encuentra de pronto, en lugar de una condena carcelaria equivalente a la perpetuidad, un resquicio legaloide hacia la libertad comprada. Porque en este país de fantasía, fuera de la tele es el infierno. A menos que se disponga de ese dulce coctel de poder y dinero •

CABEZALCUBO

En este país de fantasía

PASO A RETIRARME

Allá tú si te olvidas de todo

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Jornada Semanal • Número 1052 • 3 de mayo de 2015

........ ARTE Y PENSAMIENTO

Orlando Ortiz

Luis Tovar @luistovars

De rupturas a rupturas

E

N UNA DE LAS charlas que Julio Cortázar dio en Berkeley en 1980 (la transcripción fue publicada recientemente con el título Clases de literatura), expuso a los oyentes que en su camino como escritor había pasado por tres momentos muy definidos: el estético, el metafísico y el histórico. Repasé en mi memoria cuanto había leído de él y me di cuenta de que estaba bien fundado lo que decía. Tal vez el azoro apareció de inmediato en la cara de sus oyentes o discípulos berkeleyanos, pues enseguida procedió a exponer las razones de su clasificación, explicable por completo para quien conozca la obra de Cortázar. La etapa que él denomina estética corresponde a ese momento por el que todos (o casi todos) hemos pasado, cuando creemos ciegamente que “lo estético” es lo único que importa, que el realismo o las inquietudes sociales, políticas, filosóficas y hasta las existenciales dañan las obras; insisto, creo que todos comenzamos así, pero algunos se quedan ahí, suponiendo que esa actitud incrementará el “valor literario” de sus obras. Nunca, en esos momentos, se nos ocurre preguntarnos qué es “lo estético”, nos perdemos en esa falacia del “arte por el arte” y, lo que es peor, a veces creyendo que estético quiere decir bonito. Cortázar puntualiza que en esa etapa los jóvenes de su generación y él mismo no ignoraban lo que estaba ocurriendo en el mundo –por ejemplo, la Guerra civil en España– y en su propio país, sino simplemente lo consideraban ajeno a sus preocupaciones literarias. Al parecer no se daban cuenta de que un escritor es también un hombre que existe en un momento histórico, en una circunstancia que es más que sólo literaria. De ahí que para ellos lo importante era estar al día en cuanto a las obras que aparecían en Europa para tomarlas como modelo a seguir; lo otro, su circunstancia –diría Ortega y Gasset–, estaba ahí pero no los tocaba. En el mejor de los casos, les preocupaba estar en la vanguardia, romper con las formas literarias gastadas, así como con los temas, desde su punto de vista, obsoletos. Eran autores de ruptura. Posteriormente, su segunda etapa, la que denomina metafísica (en realidad, creo, es existencial), corresponde al momento en el que decide aventurarse en la escritura de novela. Dejaré a un lado los detalles de todo el proceso, el caso es que percibió que en sus cuentos los personajes estaban ahí para responder a los requerimientos de la ficción, por más fantástica que ésta fuera; eran el pretexto para que “lo fantástico pudiera irrumpir”. Fue a partir de su cuento “El perseguidor” que comenzó a tomar conciencia de que su personaje ya no era una

figura para que surgiera la fantasía, sino que el personaje se había convertido en el centro del cuento, había adquirido una relevancia que desbordaba lo fantástico. Para ese entonces ya vivía en París. Lo agobiaba la realidad y se sentía en una abrumadora soledad, por ello comenzó a descubrir al prójimo, la importancia de ese otro que era él mismo. Se dio cuenta de ello en medio de atentados, terrorismo, represiones, masacres. Eran los años de la guerra de Argel y para ambos países –Francia y Argelia– las consecuencias eran trágicas. Luego, la Revolución cubana lo sedujo poderosamente y cuando, dos años después del triunfo, lo llamaron para ser jurado en el Premio de Casa de las Américas, pudo quedarse en la isla y convivir con aquel pueblo que carecía de todo y luchaba día con día para hacer avanzar la revolución. Era un pueblo admirable. A su regreso, comenta en la charla, sintió que había dejado de ser argentino y era latinoamericano. La historia arraigó en él con fuerza y con ella su conciencia histórica. Sus textos tomaron un cauce distinto y respondieron a una causa. Se pronunciaron de nuevo por la ruptura, sin renunciar por ello a nada y sin aceptar oportunistamente el entonces llamado compromiso, pero comprometiéndose en verdad con la realidad de Latinoamérica y con su escritura. Coincidentemente, nuestro continente comenzó a surgir en el mundo. Eso ocurrió, calculo, más o menos cuando los autores europeos, principalmente los franceses, sostenían que la novela (escribió Jean Ricardou en alguna parte) dejó de ser la escritura de una aventura para convertirse en la aventura de una escritura. Los personajes se transformaron en pronombres y no pocos novelistas llegaron a afirmar que ellos no escribían sus obras, que éstas se habían escrito solas; ellos habían sido solamente una especie de médium utilizado por las palabras. También había ruptura ahí, pero... ¿hubo cambio en ellos? •

F

IRMADA POR JORGE FONS, la sección El Correo Ilustrado de este diario publicó el pasado martes 28 de abril la siguiente carta, que se cita en extenso por razones fáciles de descubrir y suscribir tan pronto la misiva es leída: “No era necesario que La Jornada de enmedio del pasado domingo 26 anunciara con bombo, platillo y a todo color la próxima temporada de estrenos del cine de Hollywood. Es una pasarela de refritos (segundos intentos, nuevas versiones, películas derivadas y franquicias, las llaman) que tomarán por asalto y ocuparán las pantallas mexicanas gracias al tlc que le sambutieron a México y a los mexicanos.

Uno se pregunta: ¿y el cine mexicano? ¿Qué va a pasar con las 130 películas mexicanas realizadas el año pasado y que ansían un espacio donde ser exhibidas? ¿Cuál es su destino? Preguntas necias. Porque ocurre lo mismo en todas las áreas de la economía nacional, que yace postrada, enajenada, entregada en charola de plata al extranjero […] De toda la riqueza de esta privilegiada tierra ya sólo quedan el petróleo, el gas y los energéticos. Pero esa película se estrenará muy pronto y la veremos todos sin pagar boleto. Sólo habremos de sacar nuestro pañuelo y agitarlo diciéndole adiós a un presente y un futuro dignos.” Al maestro Fons le asiste la razón en todo lo anterior pero, sobre todo, en el salutífero ejercicio de la necedad: las preguntas que se hace son de las que no deben dejar de hacerse por más que de a ratos el cansancio, la costumbre o el hartazgo quieran orillarlo a uno a la claudicación y, por esa vía veloz, a la definitiva derrota. Todo lo contrario, pues hoy más que ayer es necesario obrar como decía Albert Camus:“tal vez la humanidad no tenga remedio, pero eso no es motivo para no intentarlo”. Llévese a cabo el parafraseo sustituyendo la palabra “humanidad” por “México”, “la situación actual”, “el entreguismo material y cultural” y, con un optimismo adecuadamente atemperado por la conciencia de lo duro que resulta remar contra corriente, pónganse manos a una obra que aunque incipiente ya ha sido comenzada, entre otros ejemplos, con la capacidad autocrítica de estas páginas, capaces de publicar el bien ganado jalón de orejas fonsiano a consecuencia de haber copiado lo peorcito de otros medios, o la insistencia de este espacio en echar luz sobre las inercias lamentables que rigen a ese claro ejemplo de esquizofrenia sociocultural que es el fenómeno cinematográfico mexicano, que un año y hasta dos produce una centena y pico de películas a sabiendas de que más de la mitad no han de ser vistas, haciendo triste gala de su propia incapacidad pa-

ra otorgarse reglas distintas que lo lleven a resultados diferentes y actuando todavía como si viviéramos en los aciagos años cuando se produjeron apenas una decena o dos de filmes.

de qué hablo entonces cuando de cine hablo

Sirva este otro parafraseo –aquí del célebre título de Murakami– para explicar de qué cosa se habla aquí al hablar de cine, pero mejor dígase in contrario sensu: no se habla de una película como de un evento aislado de su entorno, por la sencilla razón de que ninguna película puede ser tal cosa; no se habla de lo que Hollywood hace o deja de hacer, con esa conducta lacayuna de quien se sabe de memoria vida y milagros del patrón –que si la filmografía, que si se ha ganado un Oscar, que si se casó o se descasó con alguien…–; no jugarle al “relaciones públicas” gratuito hablando por anticipado de aquello a lo que tal o cual compañía distribuidora le conviene que se hable por estrictas razones monetarias; no se habla desde el malabarismo bipolar de quien deplora el estado del cine mexicano –inclusive antes de haberlo visto y conocer lo suficiente para sentirse autorizado a emitir una opinión–, pero invariablemente sabe qué cosa va a elegir entre dedicarle al menos unas cuantas líneas a Güeros o a González, por citar sólo dos ejemplos, o aventarse dos páginas enteras, media hora al aire y cien elogios a unos “vengadores” que todavía no ha visto, o peor aún, a ponderar el trailer o avance de una guerra galáctica de pacotilla, sin hacerse cargo de que al actuar así no se está hablando de cine –muchísimo menos está siendo “crítico”, como Mediomundo insiste–, sino se habla meramente de publicidad cinematográfica… No se habla, en fin, de cine a la manera de una vaca que regurgita del buche la pastura para después, predigerida, mascarla nuevamente y luego devolvérsela convertida en leche a un granjero que ni las gracias da y al que, por cierto, si hay algo que le sobra son nada menos que las vacas •

CINEXCUSAS

Neciario (o de qué hablo cuando hablo de cine)

PROSAÍSMOS

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ENSAYO

P

ara los griegos, el nombre Helena significaba “luz que brilla en la oscuridad”. Y no es casualidad que Helena sea una de Las Troyanas, de Eurípides, las mujeres que trataron de iluminar a sus congéneres para impedir la brutalidad de la guerra. Pero no voy a hablar de troyanas sino de Helena Araújo, la gran pensadora y escritora latinoamericana, nacida en Bogotá en 1934, y que el pasado 2 de febrero murió en Lausana, Suiza, donde vivía desde hacía más de cuatro décadas. Jamás regresó a Colombia. En sus novelas, cuentos y ensayos literarios, atravesados por seres de su país y su continente, su idioma fluye como el agua, a veces río selvático, otras torrente de deshielo, pero siempre cristalino. Y sus ideas, como el agua, horadaron la piedra. Sus ensayos sobre escritura femenina latinoamericana reunidos en La Scherezada criolla construyeron un nuevo mapa literario en el continente. Sus novelas Las cuitas de Carlota, Fiesta en Teusaquillo y sus relatos y cuentos reunidos en La “M” de las moscas, Ardores y furores y Esposa fugada y otros cuentos viajeros revelan una escritora capaz de alzar la voz allí donde sólo se espera sumisión y silencio. El filósofo colombiano Freddy Téllez, también residente en Lausana, dijo de ella en un homenaje que se le hizo el año pasado cuando cumplió ochenta años: “Helena era no sólo una ferviente feminista, sino una orgullosa desclasada gracias a sus ideas de izquierda.” Fue a fines de 1987 y en Berlín que conocí a Helena Araújo, aunque hacía tiempo que me hablaban de ella. De la escritora, de sus ideas y de sus ensayos críticos sobre la literatura producida por mujeres en América Latina. Gina Cánepa, chilena en el exilio, hoy en Providence, Estados Unidos, que

3 de mayo de 2015 • Número 1052 • Jornada Semanal

había llegado al Instituto Latinoamericano de Berlín para hacer su doctorado, es quien realmente “me la presentó”. Fue Gina quien me habló de La Scherezada criolla, aquel ensayo que después dio lugar a ese libro fundamental para la lectura crítica de escritoras latinoamericanas. “Scherezada en el trópico, Scherezada en el páramo, Scherezada en la sierra, en el llano, en la aldea, en la subdesarrollada ciudad latinoamericana. Scherezada sería un buen nombre kitsch para la escritora del continente... porque escribir ha sido su manera de prolongar una libertad ilusoria y posponer una condena [...]. ¿Hasta cuando será lo femenino una condición al margen de la historia?”, se preguntaba Helena en 1980 en ese escrito que no nos cansamos de leer en aquella década. “¿Mujeres que escriben? ¿Escritura femenina? ¿Podrá algún día la mujer expresarse en su lenguaje propio? Lo cierto es que cuando halla su estilo por fuera de las normas convencionales, se arriesga a quedar por fuera también de la literatura”,

Helena Araújo, una Scherezada en el trópico Esther Andradi

escribía Helena, y agregaba: “Ya lo dice Virginia Woolf, que además de los obstáculos que encuentra la escritora en su camino, está la dificultad técnica, ya que la forma de la frase en sí misma no se adapta a la personalidad femenina... pero ¿existe esa personalidad? “ insistía. En 1987, un grupo de estudiantes y doctorantes del Instituto Latinoamericano de Berlín fuimos convocadas por Gina Cánepa, que entonces ya era docente en el Instituto, para organizar el Primer Simposio Internacional sobre Literatura y Crítica Literaria de Mujeres de Latinoamérica. Nos reunía la pasión por exponer aquella literatura que asomaba con nombres, otro lenguaje y frescura en el horizonte literario del continente y que recién comenzaba a abrirse paso en la academia: la escritura de mujeres latinoamericanas. Eran tiempos de fotocopias. Helena Araújo desde Lausana, donde residía desde 1971 con sus cuatro hijas, había comenzado a rediseñar el mapa de la literatura latinoamericana desde la escritura de mujeres. Poetas, narradoras, traductoras. La chilena María Luisa Bombal, la argentina Silvina Ocampo, las colombianas Alba Lucía Ángel, Anabel Torres y Marvel Moreno; las mexicanas Rosario Castellanos y Margo Glantz; la brasileña Clarice Lispector o la cubana Nancy Morejón recibían por primera vez una lectura profesional y diferente. Con su mirada despojada fue pionera en la revelación de esta nueva literatura, difundiéndola en congresos, seminarios, revistas especializadas. Instalándolas en la discusión. Durante los días 4, 5, y 6 de diciembre de 1987 estudiantes, académicas y escritoras conferenciaron y celebraron el encuentro en el Instituto Latinoamericano de Berlín. Helena Araújo tuvo a cargo la conferencia inaugural del Simposio. Fue guía, sabia, crítica en esas jornadas. Como lectora y como creadora. La acompañaron las poetas Luisa Futoransky y Anabel Torres, la escritora Margo Glantz, la filósofa Rosa Helena Santos. Helena participaba en las conferencias tendida a lo largo de una banca que habíamos instalado para ella cerca de la puerta del salón. Y no es que durmiera. Es que esas vértebras lumbares desobedecían y desarticulaban la delgadez de su dueña. Y ella, entonces, en represalia, las acostaba. Cuando se abría el diálogo, después de las conferencias, Helena era casi siempre la primera en participar. Entonces sí, se erguía por un momento. Se sentaba. Sugería, consultaba, polemizaba. Abría el juego. Y al rato volvía a su posición horizontal. Otra vez, en 1988, regresando de Ginebra adonde había ido a visitar la tumba de Borges, pasamos por Lausana con mi esposo y nos recibió en su casa. Fue otra fiesta. Desde entonces –y esto no es un dato menor para quienes somos nómades–, su presencia me acompañó en cada mudanza, de casa, de país, de ciudad, de continente: sus escritos, sus libros, sus lecturas, su pensamiento... y sus tarjetas de buenos augurios por el Año Nuevo, llegaban a mi buzón con el correo caracol, ¡siempre a tiempo! Pero 2015 llegó y ya no hubo correo de Helena. Ni en mi casa ni en la de sus tantas amistades esparcidas por el mundo. “¿Para qué público escribo? ¿Para qué público escribimos? Para el público que soporta nuestra rebeldía”, dijo ella alguna vez. Que su escritura, su luz, su rebeldía nos sigan iluminando •

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