La gualdra 115

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SUPLEMENTO CULTURAL

No. 115 - 9 DE SEPTIEMBRE DE 2013 - AÑO 3

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

“Entre los gobernantes y los ciudadanos, cada acto de corrupción es un acto de ojetería, y cada acto de ojetería es una traición a la patria. Y si de veras queremos a México, hay que cuidar y defender nuestras raíces, nuestro campo, nuestro patrimonio natural y cultural. Eso vale más que hacer actos públicos protocolarios”. Alejandro Solalinde [Una entrevista con él, en páginas centrales]


LA GUALDRA NO. 115 / 9 DE SEPTIEMBRE DE 2013 / AÑO 3

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“Según la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), al año ingresan a México aproximadamente 150 mil migrantes indocumentados, la mayoría provenientes de Centroamérica. De acuerdo con organismos de la sociedad civil esta cifra asciende a 400 mil”. Estos datos los dio a conocer la Comisión Nacional de Derechos Humanos en su Informe Especial sobre Secuestro de Migrantes en México, y los menciono ahora para contextualizar la encomiable labor que realiza desde el 2007, el padre Alejandro Solalinde, nacido en el Estado de México en 1945, y que desde el 2007 abre el Albergue Hermanos en el Camino, en Ixtepec, Oaxaca. El albergue del padre Solalinde, ayuda desde entonces a los migrantes que en su paso por México a los Estados Unidos sufren una serie de tropelías por todos conocidas. Solalinde es un ser humano excepcional y un sacerdote católico atípico, liberal, valiente y muy comprometido con sus ideas, que por cierto, han de dejar temblando a más de un gobernante y a varios integrantes de la Iglesia. Solalinde no tiene miedo, pero ahora camina a todas partes escoltado por cuatro guardaespaldas que no lo dejan solo ni para ir al baño. Ha sido amenazado por grupos delincuenciales quienes ven en él un obstáculo para sumar a sus filas a los migrantes o para secuestrarlos. “En materia de protección al migrante, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en su Opinión Consultiva OC-18/03, de 17 de septiembre de 2003, solicitada por México y apoyada por 30 países, sobre la condición jurídica y derechos humanos de los migrantes indocumentados, estableció la obligación de respetar y garantizar los derechos fundamentales de los migrantes”, dice el documento citado de la CNDH, y sin embargo, es un hecho que esas personas, las más desprotegidas siguen siendo vulneradas. Y ahí, a mitad del camino, está Solalinde para brindarles protección y cobijo, a pesar de todo. Hablar de migración nos resulta muy conocido en nuestro Estado, ¿quién no tiene por lo menos a un familiar en el otro lado? En Zacatecas y

en la mayor parte del centro norte del país, la migración forzada sigue siendo parte de nuestra cultura, y lo seguirá siendo en tanto las oportunidades de una vida digna sean escasas. Nuestra gente también tiene que pasar por múltiples dificultades en su camino a Estados Unidos; es irremediable recordar ahora el hecho trágico sucedido hace unos años, en el que murieron varios jóvenes de Ojocaliente y Pabellón de Arteaga en un vagón de tren, asfixiados… ¿sabía usted que dos de ellos hacían teatro en Pabellón? Historias como ésas y como las de los migrantes que mueren en la frontera al cruzar el desierto caminando, siguen ocurriendo y en México se siguen generando. La CNDH dice que “El aumento de la pobreza, la disparidad de salarios, el desempleo, los diferenciales en expectativas de vida y la brecha educativa, que es cada vez mayor, están directamente relacionados con la migración, ya que muchas personas quedan marginadas de la oportunidad de ejercer plenamente sus derechos económicos, sociales y culturales”. El padre Solalinde visitó recientemente Zacatecas, invitado por el Doctorado en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, y nos dimos a la tarea de concertar una entrevista con él. Hablamos de migración, de educación, de arte, de política, de amor por el país… Nos faltó tiempo para seguir hablando, pero me quedo con la frase del final de esa amena plática con él y que comparto con ustedes ahora, a propósito de la proximidad de la celebración de nuestras fiestas patrias: “Entre los gobernantes y los ciudadanos, cada acto de corrupción es un acto de ojetería, y cada acto de ojetería es una traición a la patria. Y si de veras queremos a México, hay que cuidar y defender nuestras raíces, nuestro campo, nuestro patrimonio natural y cultural. Eso vale más que hacer actos públicos protocolarios”. Los invito a leer la entrevista completa en las páginas 5, 6 y 7 de esta edición. Que disfruten su lectura.

No le dolió (II) (Historia a las orillas de una ciudad: primer y último domingo de octubre) por Gabriel Luévano Gurrola

El Gran Gatsby, reloaded por Mauricio Flores

Alejandro Solalinde Un ejemplo de vida por Jánea Estrada Lazarín

Diario de Mateo por Mateo Estrada Gaviria El templo de las musas por Violeta Tavizón Mondragón

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La maestra Lupita por Eduardo Campech Miranda -Ícaro, las turbinas y el mar sin estrellaspor Roberto Galaviz El Picaporte por Simitrio Quezada

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A veces por Pilar Alba Con la ilusión por Alberto Huerta Amada, Mara por Edgar Khonde Pinacoteca Universitaria Universidad Autónoma de Zacatecas Dos exposiciones de la Biennale de Venecia por Carlos Belmonte Grey

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín / Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Trinidad / Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

11 12 Juan Carlos Villegas / Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


9 DE SEPTIEMBRE DE 2013

No le dolió (II)

(Historia a las orillas de una ciudad: primer y último domingo de octubre) [...] Se desnudaron. Al poco tiempo Gonzalo entendió que no estaban en edad para esas cosas, sobre todo cuando Martha fingió un espasmo de hembra entendida en la lujuria y se lanzó a su rostro sin medir la fuerza del empuje. Se golpeó en la cabecera, justo donde se hallaba una cruz sencilla. Aprovechando el golpe, se recostó, tornando la contusión en un letargo felino. Ronroneó tranquila, abrió las piernas, invitadora. Gonzalo embistió dos, tres veces, por cortesía y sin resultado. Guardó la cabeza entre la almohada. Desecharon el sexo con un mutismo largo, roto ante una propuesta eficaz de la mujer: -¿Por qué no vamos al cine mañana? Más tarde, solo, anclado en la cama, Gonzalo soñó que dormía y despertaba con Martha a su lado, para ver morir paulatinamente las partes de su cuerpo. Primero fueron las piernas, muy largas, vistas desde la frente de los sueños. Quería mover los dedos y no lo logró, estaban muertos. Luego el pie entero, hasta la rodilla, la cadera. Tuvo la certeza de estar relleno de rocas, untado al colchón como una calcomanía. Ni el torso, los brazos, los podía mover. El último control sobre su cuerpo le quedó en la nuca, que al levantarse en un esfuerzo sobrehumano, permitió a los ojos contemplar el espectáculo del miembro gangrenoso, clavado en medio de las piernas, podrido. Giró la cabeza y vio, en el lugar que había ocupado Martha, una silueta de arena. Al despertar, medio hundido en la pastosidad diurna, creyó aniquilada otra cosa aparte del cuerpo fofo: la imaginación, como una secuela de su condición dolida, la cual desde los últimos pasillos de la memoria creía oculta en un pedazo de carne, un órgano invisible junto al corazón. Ese día no haría de comer. Las sobras de la noche bastaban. Pasó el día sentado en la mesita de damas, viendo el techo, contando las horas, en tanto una ilusión trágica se le volvía un estorbo, algo quebradizo pero sólido bajo la lengua. En ese momento la imagen de su niñez se le desperdigaba pródiga, aunque sin mucha salvedad, sobre los minutos que juntos formaban el círculo de la hora y ésta, con las sucesivas, el tiempo necesario, faltante pero corriendo como pegada a la hurañez de las mismas paredes entre las que aprendió el oficio de vivir cocinando masa asquerosa (o el asqueroso de cocinarse la vida igual a la masa), para el arribo de la pareja; ni siquiera suya, sino “la

pareja”, así, a secas, ella y su camello y su madre estúpidamente oblicua en las conversaciones, enterrada bajo los párpados que evidenciaban un tic congénito, en los glúteos derrotados y grandes a pesar de la pequeñez del cuerpo. Una pequeñez distinta a la del padre solitario llevándola al zoológico para hacerla olvidar el trance de la muerte; la primera tenía que ver con el achicamiento de la gente en los recuerdos, siempre menores a sus dimensiones reales y corrompidas mientras que la segunda, la del cuerpo de Martha, se prestaba a la excitación que seguro sentiría otro hombre, pero no él (porque ahora irían a ver una película); uno que supiera traducir las formas gráciles en una inocencia rota por la presión de brazos o bocas o virilidades que buscan pervertir lo que es menor a ellos. A las siete llegó. Traía puesto un pantalón caqui, una blusa blanca y los labios pintados de rojo. Se dirigieron a una plaza cerca del cine, en espera de la función. Comieron dulces de leche, miraron jugar a los niños. -Es curioso-, dijo Martha. Nunca tuve muchos días de éstos, de joven, digo. Me alegra que las cosas lleguen así. Tarde pero seguras. Entraron al cine. Vieron una película donde, sorpresivamente, un hombre mataba a su mujer ahogándola con la fuerza de una mano huesuda, lastimándole la garganta. Se sintieron mal. Al salir, ella exclamó -¡Es horrible! Pero se notaba contenta. Le había tomado las manos, jugueteado en la barbilla, acariciado el rostro con los labios. Él callaba. Gonzalo la acompañó a su casa. Caminaron mudos. Antes de entrar, Martha tuvo que hacer un esfuerzo poniéndose de puntitas para besarlo en la boca. No dijo nada, sonrió feliz y cerró la puerta. Sin embargo, él comprendió que hubiera resultado mejor, muchísimo, haberse dejado ganar siempre en las damas, sobre todo al llegar a su casa, sentarse en la mesita y abrir la gaveta. Se quitó los zapatos, recordó a los niños. Pensó comer algo de la vaporera, lo primero en salir, sólo para burlarse del estómago insolente rugiendo cosas que sería mejor no considerar: algún recuerdo de la niñez, el gusto por un aroma o una fruta, la masa a medio cocer pegada en el paladar. Buscó un sentimiento que le volase el corazón, al menos las cenizas que había ofrecido a la mujercita vieja que le besó los párpados en el cine. No encontró nada. Se decidió entonces

Literatura

Por Gabriel Luévano Gurrola

Rene Magritte, El presente, 1939.

por el llanto, la cortina perfecta para cubrir su rostro. Dio poco resultado. ¡Caramba!- se dijo. Trató de pensar en la mamá, los aretes, el camello de Martha, sin entender que era muy tarde porque el arma ya se había de-

cidido en su pequeña manita gorda a acariciar la lengua. Un error: el mundo le quedó en los dientes con una densidad plomiza. No le dolió el balazo, pero el rostro seco, eso sí.


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El Gran Gatsby, reloaded

Libros

Por Mauricio Flores* En tuiter de Tryno Maldonado, el filme El Gran Gatsby (estelarizado por Leonardo Di Caprio) resulta el anuncio televisivo de perfumes más largo de la historia. A otros nos recordó una versión anterior (a cargo de Robert Redford), exenta de las fantasías de la reciente. Pero a otros (y eso es destacable) los llevó a sus orígenes, la novela del norteamericano F. Scott Fitzgerald (1896-1940). No se conocen muchas traducciones al castellano de The Great Gatsby, la novela que encumbrara en los primeros lustros del siglo pasado al gran Scott Fitzgerald. La de Maya Ramos Smith, inserta en la Gran Colección de la Literatura Universal (Gallimard/ Promexa) y la del novelista español Justo Navarro, ahora relanzada por Sexto Piso y bellamente ilustrada por Jonny Ruzzo. Acerca de un siglo de publicada la novela vuelve a ser noticia y novedad editorial. Lo que responde no sólo a sus cualidades intrínsecas sino al acompañamiento de su versión glamour, como la podríamos catalogar, y en donde Di Caprio personifica al “romántico confundido”, ese hombre que se afana en alcanzar el amor con la riqueza material; mal habida, por cierto. De intempestiva vida, Scott Fitzgerald registró en El Gran Gatsby el acontecer neoyorquino de los años veinte, antesala de la gran crisis del 29 que cimbrara las estructuras económicas y sociales de toda Norteamérica y buena parte del mundo. Tiempo de pobreza económica y moral. En ella se muestran conductas, ya sea fundadas sobre tierra o terrenos pantanosos, como lo advierte el narrador desde su arranque. Las francachelas descomunales y salvajes serán marco para expresiones de hombres y mujeres que, a sus treinta y algo (el formidable golpe

de los treinta años), aseguran haber estado ya en todas partes y visto y hecho todo. “Sofisticada… Dios mío, ¡qué sofisticada soy!”, leemos en la novela. Pero si alguien hizo todo, fue este autor que se volcó al ejercicio literario para descubrirse en ese “viaje a la muerte a través del atardecer”; aire que alcanzó a todos los integrantes de la llamada “generación perdida”: Hemingway, Anderson, Pound, Eliot… (Daisy, protagonista de la novela, exclama: “¿Qué vamos hacer esta tarde? ¿Y mañana, y en los próximos treinta años?”, lo que no es sino una manera de recordar al Eliot de La tierra baldía: “Qué haremos mañana / qué haremos siempre”). Sin ser una edición crítica (por el contrario, al sumársele las ilustraciones de Ruzzo allana cualquier ritmo farragoso), la que ahora se ofrece salda varios de los huecos que pudieran presentársele al nuevo lector. Además de que las 26 notas del traductor despejan texto y contextos de la llamada era del jazz. Habrá nuevas versiones y traducciones de la novela, como de todas las grandes obras literarias que trascienden los tiempos. Corresponderá al lector del tiempo presente su ubicación en las dimensiones exactas, así leamos: Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado. O: Así seguimos, barcas contracorriente, devueltos sin cesar al pasado.

Jonny Ruzzo Nació y creció en Rhode Island y vive en Nueva York desde 2008, desarrollando su carrera como artista. Como creador gráfico, alberga una gran pasión por los diseños atrevidos y la tipografía, y disfruta experimentar con estas formas de arte como medio en su trabajo. Está obsesionado con la belleza, y le gusta disfrutar la frontera entre ilustración y arte. Su obra gráfica ha destacado por su creatividad y técnica.

El formidable golpe…

Scott Fitzgerald Es considerado el máximo exponente de la llama Jazz Age y formó parte de la Generación Perdida. Estudió en la Universidad de Princeton, sin llegar a graduarse, y se alistó al ejército para participar en la Primera Guerra Mundial. Viajó a Francia junto con su mujer Zelda, donde acabó de escribir su obra maestra, El gran Gatsby. “Una vez más, a Zelda”, dedica el autor su novela. Posteriormente regresó a Hollywood para probar suerte como

Treinta años: la promesa de una década de soledad, una lista menguante de solteros por conocer, una reserva menguante de entusiasmo, pelo menguante. Pero a mi lado estaba Jordan, que, a diferencia de Daisy, era demasiado lista para arrastrar de una época a otra sueños olvidados. Mientras atravesábamos el puente en penumbra su cara se apoyó pálida y perezosa en la hombrera de mi chaqueta y la presión tranquilizadora de su mano fue calmando el formidable golpe de los treinta años.

Así seguimos el viaje hacia la muerte a través del atardecer, que empe-

zaba a refrescar. Scott Fitzgerald, El Gran Gatsby [fragmento].

guionista de cine, apremiado por problemas financieros y su adicción al alcohol, donde murió a causa de un infarto a los 44 años.

F. Scott Fitzgerald, El Gran Gatsby, Sexto Piso, México, 2013, 168 pp. * mauflos@gmail.com


9 DE SEPTIEMBRE DE 2013

Alejandro Solalinde Un ejemplo de vida Por Jánea Estrada Lazarín

Alejandro Solalinde

El padre Alejandro Solalinde Guerra, nació el 19 de marzo de 1945 en Texcoco, Estado de México. Además de sus estudios sacerdotales, es graduado de dos carreras universitarias (Historia y Sicología) y tiene una maestría en Terapia Familiar. Es un férreo defensor de los derechos humanos y un sacerdote católico excepcional. En el año 2007 abrió el albergue Hermanos en el camino, en Ixtepec, Oaxaca, para interponerse a las violaciones a los derechos humanos de los indocumentados que a su paso por nuestro país sufren calamidades y desamparo. Vive amenazado constantemente por grupos delincuenciales que se consideran obstaculizados por la labor que realiza; a causa de esto, ha tenido que abandonar el país pero ya está de regreso, custodiado siempre por sus escoltas; sigue trabajando, y lo hará hasta el final de sus días. Vino a Zacatecas la semana pasada y nos concedió una entrevista. Iniciamos con el tema obligado: la migración; el padre Solalinde sabe que Zacatecas es un Estado que tiene a una parte considerable de su población en el otro lado; y él, que se dedica a brindar albergue y cobijo a los migrantes en su tránsito a Estado Unidos, sabe que el tren en el que viajan pasa por aquí, por nuestra tierra. De ahí pasamos al tema de la educación, porque él considera que la falta de ésta es una de las causas de que los hombres y mujeres tengan pocas oportunidades de vida en este país.

Jánea Estrada: Hablemos de educación, padre… usted además de ser sacerdote, tiene dos licenciaturas más y una maestría… ¿por qué apostarle a la educación? Alejando Solalinde: La educación nos hace más personas, es lo que hoy necesitamos. De qué le sirve al hombre el tener si eso no le garantiza el ser. El tener no apoya a la convivencia, el ser sí. La educación apoya una base sólida de autoestima, de aprecio a uno mismo y a los demás. La educación nos hace que nos comuniquemos y que entremos en comunión con los seres humanos y eso nos enriquece. Los procesos educativos ideales deberían moldear a las personas no desde un estereotipo gastado, sino dejando que éstas saquen su propio perfil, porque cada uno es original. Yo creo que la crisis que vivimos hoy se debe precisamente a la falta de una educación auténtica. La familia no está educando, no está formando –en algunos casos sí-; pero la familia nutre, da esa capacidad de relacionarse con los demás en paz; la recibida en la familia es una educación no escolarizada pero sí formal. La educación escolarizada formal debería también formar personas, nutrir con valores, alimentar el aprecio a los demás mediante el contacto con las obras escritas, pintadas, edificadas, hechas… Ayer tuve

la dicha de pasear por el centro de Zacatecas, es algo tan hermoso… uno se pregunta cuando está frente a Catedral ¿quién pudo hacer esto? Es una filigrana… Hay una cosa muy importante, la iglesia católica también está destinada a educar, a educar en la fe, que es el reino de Dios, ahí está la respuesta para la emergencia del mundo de hoy, si queremos salir de esta pésima situación, de la crisis, de la clase política de hoy, que se ha devaluado porque no tiene deseos de servir ni de dar la vida por su propio pueblo: es el reino de Jesús, pero no ese Jesús sin reino, porque éste no ha alcanzado para salvar a esta sociedad y ha justificado aun dentro de la propia Iglesia el poder, el dinero y los privilegios. El Jesús con reino nos invita a unas relaciones fraternas, la cerecita en el pastel son todas las cosas bellas que los hombres nos han legado; hay que conocerlas, por eso es importante la educación. JE: ¿Usted lee mucho, padre? AS: Sí, leo de todo. Yo tomo un libro y puedo interactuar con quien lo escribió, en él hago mis anotaciones, como un códice… yo platico con los libros. Me gusta lo poesía, Jaime Sabines me encanta. No tengo tiempo para estar al día con la literatura, pero cuando puedo leo poesía y libros de historia…

JE: ¿Por qué estudió además historia y sicología? AS: Porque es el ser humano el que me interesa. Estudié primero filosofía para entender al ser humano, estudié teología para entender su trascendencia, luego historia para saber qué ha hecho en el curso del tiempo y del espacio y aprender de eso, luego sicología para poder meterme en ese mundo interior del ser humano. Los sacerdotes tenemos el privilegio de poder entrar por la puerta a la intimidad del ser, a las conciencias, a donde sólo entra Dios. Para eso estudié todo eso, para poder entender al ser humano. JE: ¿Y ya logró entenderlo? AS: [ríe] Nunca lo voy a terminar de entender ¿qué cree?, todo lo que he estudiado me ayuda a aproximarme… son muchos mundos y Dios no me manda a entenderlos, pero sí a amarlos y aceptarlos como son. JE: ¿Incluso a los que hacen daño? AS: Incluso a ellos. Las personas que

hacen daño más que malas son personas ciegas. Y son las primeras víctimas, antes que victimarios, de una mala educación. Yo me pregunto, qué hubiera sido de un sicario –y lo pongo el en extremo de la deshumanización actualque se atreve a hacer daño en contra de sus hermanos más vulnerables y más indefensos como son las y los migrantes… qué hubiera pasado con ellos si en su familia les hubieran dado cariño, respeto, si en la escuela los hubieran realmente formado en valores morales y cívicos, si los hubieran hermanado en la cultura y el arte. Una persona educada, que se sensibiliza con el arte, tiene menos posibilidades de llegar a ser “mala”. Pero hay fallas tanto en la familia, como en la escuela, la Iglesia y el gobierno, que vuelven a las personas así… JE: Hay hambre, padre… AS: Qué bien que lo dice, además de todo hay hambre y la necesidad los lleva por otros caminos. Y a todo se acostumbra uno, menos a no tener qué comer… pero el fin no justifica los medios.


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Alejandro Solalinde

tivo de 50 artistas que se han unido en torno al albergue, entre ellos Chico Toledo, que ha sido muy solidario con nosotros; su hija acaba de llevarnos ropa, víveres… lo mismo que hace su papá, quien nos lleva despensas. Los artistas saben que la comunidad no acepta bien a los migrantes, y han ido a interactuar con ellos. Recuerdo también a Helen Escobedo, de feliz memoria, quien hizo una instalación de 51 figuras de personas, una procesión de figuras desde las vías hasta el albergue, hasta adentro… eso hizo que la gente de la comunidad participara, porque entraba al albergue y empezó a interactuar con los migrantes… Los artistas también han llevado funciones de circo, invitaron a la gente a que entraran al albergue donde fue la función. Es que todos debemos estar unidos y los artistas han contribuido mucho a eso. Oaxaca es muy rico en cultura y artistas. Me han ayudado mucho Toledo y Cristian Pineda –que es quien coordina al colectivo-. JE: ¿Qué podemos hacer los zacatecanos para ayudarle? AS: Desde aquí pueden ayudarme a mí, atendiendo a los migrantes que pasan por aquí. No hay necesidad de ir hasta Oaxaca, como quiera Dios me ayuda para salir al día; pero ellos siguen su camino, son como el agua de un río: el cauce cambia pero el agua es la misma. Hay que cuidar esa agua en donde nos toque a cada uno. JE: ¿No le da miedo, padre? AS: No me da miedo. Y no es valor civil… es el don de fortaleza del espíritu santo, yo puedo tener miedo como cualquiera, pero a la hora de la hora el espíritu santo me da esa fortaleza…

JE: ¿Y qué podemos hacer si no podemos acabar con eso? AS: Le voy a platicar una experiencia, en el Salvador, un padre salesiano, José Morataya, se fue a vivir al corazón de donde viven los maras; hizo unos talleres y le costó mucho trabajo, pero los maras fueron entrando poco a poco. Hoy tiene una sinfónica de 100 músicos, logró que este proyecto fuera financiado por instituciones europeas. Los han capacitado en oficios también, y ha bajado mucho la delincuencia. Me inspiró mucho… a lo mejor estoy loco, pero esos maras no son basura, no me resigno a que sean material desechable, son personas que han sufrido mucho; por eso en enero iniciaré un proyecto de reconstrucción humana, financiado por la Unión

Europea, para tratar de rescatar a este tipo de personas. JE: ¿Y qué tiene planeado? AS: Vamos a empezar desde abajo, como empezamos el albergue, sin nada… serán talleres enfocados a dar terapias ocupacionales. Yo he platicado con ellos, en la cárcel, algunos ya no viven para contarlo, pero tengo la certeza de que algunos de ellos son buenos aunque hayan cometido errores. Tengo el apoyo además de gente comprometida, de artistas oaxaqueños, de profesionistas… JE: ¿De Francisco Toledo? AS: Él ha sido una persona lindísima con todos nosotros. Le voy a decir algo bonito: en Oaxaca hay un colec-

JE: Usted mismo ha sido un migrante por esa causa. ¿Qué le hizo regresar? AS: El amor lo vence todo. Dice San Juan en la Biblia que “en el amor no hay temor”. Que le pregunten a quienes son madres, yo he aprendido muchísimo de ellas, son mis principales maestras; por defender a sus hijos hacen lo que sea, no les importa el peligro. Decía Jesús: “No hay amor más grande que el de aquél que da la vida por sus amigos”. Por eso para mí la mujer es sacramento del amor de Dios. Yo le digo a mis escoltas, a cada paso, ¿qué haríamos sin las mujeres? Seríamos unos perfectos inútiles… JE: ¿Cuántos escoltas lo acompañan? AS: Cuatro, generalmente; pero a veces son dos o tres. Ahorita traigo a dos… pero con armas nuevas… [ríe] JE: ¿Usted también..? AS: [ríe] Yo no, pero no tardo… [ríe] Medidas cautelares… Me río porque la vida es muy bella… JE: Siguiendo con esto de su proyecto, padre ¿Qué hay que hacer para que más gente se solidarice con la causa de ayudar por ayudar? AS: Aquí debe entrar la Iglesia. Yo

quiero mucho a la Iglesia Católica pero hay que decirlo: a veces como que está de vacaciones… no hace lo que principalmente debe hacer: educar y formar. Un día el nuncio apostólico me dijo ya medio enfadado ¿pues qué quiere que hagamos pues? Pues bajarse, le dije, salir, acercarse a la gente, escucharla, platicar con los jóvenes y las mujeres… si hacemos eso estamos del otro lado. Jesús nos mandó a pasar la buena noticia, pero sin rollos, comunicarlo con la vida misma, si el testimonio no dice lo que la palabra encierra, no funciona, y menos hoy. Los jóvenes no quieren escuchar rollos ni mentiras, pero sí oyen cuando ven un testimonio honesto y congruente. Aquí tienen un buen Obispo, pero hay que hacer un esfuerzo para llegar a la gente y lo mismo va para los laicos. JE: ¿Qué hacemos nosotros entonces? AS: Ir a Jesús. Pero no al Jesús de un catálogo para que sea escogido por cada quien a su conveniencia… no, me refiero al Jesús que anduvo abajo, con la gente, un hombre en conflicto totalmente porque él se encontró con una sociedad polarizada entre el dinero y el ser humano. Rompió esquemas, a la mujer la integró en su discipulado. Nosotros hemos tenido un Jesús mediatizado pero que no forma parte de nuestra vida, ése es el problema, que es un Jesús del rollo, de la estampita, de las horas santas… que no está mal nada de eso, pero no es lo más importante. JE: ¿Y los periodistas, padre? AS: Cuando yo digo que la gente es buena, también me refiero a los periodistas, ellos son buenos, son además proféticos, son los que están narrando la verdad y por eso les está yendo como les está yendo… A ellos debo decirles que estamos en la lucha. La sociedad actual, por este sistema neoliberal capitalista, está polarizada, unos se van a la cargada con el dinero, y por eso son ojetes con sus hermanos; pero hay otros que se solidarizan, en ellos me fijo, en los que se atreven de manera heroica a decir la verdad, como San Juana Martínez o Carmen Aristegui; ese tipo de periodistas son nuestros aliados y la mejor protección que yo he tenido. Gracias a ellos y a la CNDH que también me ha ayudado… ahí están mis angelitos de la guarda [sus escoltas] de la PGR, agentes federales investigadores que me acompañan siempre… [se queda reflexionando un poco] Es que este 1% que tiene la riqueza está detentando el poder y está agandallándose ese dinero que le toca a los demás; y no importa si las leyes actuales hechas a modo digan que ellos son propietarios legales, mentira, es ilegal y Dios no reconoce esa propiedad… [Una violinista empieza a tocar en el restaurant donde estamos] Ay, ya voy a llorar, ésa melodía me gusta mucho… JE: ¿Le gusta la música, padre? AS: Sí, mucho, me gusta el rock, la música barroca, los clavecines franceses.


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JE: ¿Quiénes son sus pintores referentes, los que más le gustan? AS: Me gusta mucho Siqueiros por sus volúmenes, su fuerza, su rigor; también Diego Rivera y Remedios Varo. De los europeos, Dalí, Paul Cézanne, Giotto, Toulouse-Lautrec… me gustaba que pintara en bares, cancaneras, gente del pueblo. Me impresiona mucho Van Gogh también. Algún día me gustaría tener obras de arte en el albergue, pero ahorita me doy de santos porque tenemos paredes… [ríe] JE: Su papá era profesor, ¿y su mamá a qué se dedicaba? AS: Era ama de casa, su papá se crió con los dos obispos primeros de Zacatecas, en La Chona. Era una persona de rancho, que sabía montar, era una mujer de valores, estudió en el Colegio de Sagrado Corazón de Aguascalientes, ella era de ahí. A ella le debo el valerme por mí mismo, esta camisa me la lavé y planché antes de venir a Zacatecas. Fuimos cuatro hermanos y una hermana; todo lo hacíamos nosotros, porque mi mamá decía “Háganlo ustedes, porque las mujeres no son sus sirvientas” [ríe]; ellos me dan un donativo seguro cada mes, hasta la fecha. Mi madre me enseñó que por encima de todo, uno debería de luchar siempre por la libertad. Nos acostumbró a avisar lo que haríamos, no a pedir permiso, pero también a ser responsables de nuestras acciones. Nos orientaba. Se llamaba Bertha Guerra. ¡Guerra! Su expresión era “¡Me revienta la injusticia!”, era muy católica, pero no era mochilona. JE: Me da la impresión que usted tampoco es mochilón… AS: Ah, no, no, para nada. Ahí sí los voy a decepcionar, aunque se caigan los changos del tendedero, yo no soy de rosario diario, ni de liturgia de las horas, ni de la misa diaria, pero cada domingo celebro una misa bien preparada con mis migrantes. No soy un religioso que tenga cuadritos y veladoras. Lo único que traigo conmigo es esta cruz de madera en el pecho, pero doy gracias a Dios a cada instante, trabajo todos los días por el bien de la gente. Eso es para mí más importante. JE: Estamos a punto de celebrar las fiestas patrias… Hablemos de eso para finalizar… AS: Recuerdo que el 25 de diciembre del 94 me invitaron para celebrar una misa en el Ángel de la Indepen-

dencia, y yo dije en aquella ocasión que para mí era un honor celebrar esa misa para quienes dieron la vida por México, sacerdotes –la mayoríaexcomulgados desde el primer pelo hasta la punta de los pies, maldecidos, y a quienes yo reconozco como mártires. Y yo dije, qué ironía que el entonces decano del primer cuerpo diplomático venga a poner una ofrenda floral por nuestros héroes ahora, y qué contradicción que a estas alturas su excomunión no haya sido levantada. Yo hasta la fecha les hago una misa cada 16 se septiembre; celebrar a los héroes no es nada más el folclor, poner una banderita, echarles pólvora y seguir con el mismo desmadre nacional. Tenemos que honrar su memoria luchando por la libertad, por la justicia, tratando de lograr un México más igualitario, en el que no sigamos padeciendo la vergüenza de tener un país con 44 millones de pobres… no seguir llamando exitosos a los que han acaparado la mayor parte de la riqueza nacional y decirles por su nombre, que son personas aprovechada, abusivas, y fracasadas porque finalmente se quedarán como el perro de las dos tortas. Luchar por México es luchar contra la corrupción, la pobreza y la impunidad. Entre los gobernantes y los ciudadanos, cada acto de corrupción es un acto de ojetería, y cada acto de ojetería es una traición a la patria. Y si de veras queremos a México, hay que cuidar y defender nuestras raíces, nuestro campo, nuestro patrimonio natural y cultural. Eso vale más que hacer actos públicos protocolarios. Que Dios los bendiga…

El tiempo pasó muy rápido. El padre Solalinde tenía muchas más actividades en su agenda por nuestro Estado. Me emocionó escucharlo, me dejó pensando que efectivamente hay muchas cosas por hacer en nuestro entorno, por nosotros, por nuestra gente, por nuestro país. Alejandro Solalinde es una de esas personas que deberían darse por miles en el mundo, pero como no es así, hay que tomar su ejemplo de vida para trabajar con pasión en lo que cada uno sabe hacer, sin pedir permiso, pero sí con mucha responsabilidad.

Alejandro Solalinde

Me gusta Sarah Brightman, Andrea Bocelli, la ópera… eso lo aprendí de mi padre que tocaba varios instrumentos, era profesor de barrio y duró 53 años dando clases. Yo empecé a tomar clases de guitarra y piano. Estudié también pintura, con el maestro Alberto Sedas, discípulo de Diego Rivera, me enseñó a trabajar con acuarela y yo dedicaba gran parte de mi tiempo, como hobby, a pintar, pero ya no tengo tiempo, preferí dedicarme a la gente…


LA GUALDRA NO. 115

Por Mateo Estrada Gaviria Lunes. Mayo 10 de 2004. Toda la mañana estuve en la biblioteca de la UJI [Universitat Jaume I]. Comí en el edificio de tecnológicas… En la tarde acudí donde el ingeniero. Al volver a casa pasé por una librería [Plácido Gómez, Avinguda rei en Jaume]. Encontré Nada de [Carmen] Laforet. Ahorraré para comprarla. El ahorro significa no gastar demasiado en comida, café “y tal”. Cené un pan y un café con leche. Soy, otra vez, un pobre rosquete (Leganés dixit)… Ya tengo grabadora prestada en mi recámara. Sigo viviendo en una casa sin virtud. “Todos somos ‘otros’ en esta comunidad”. Mi cuarto está al fondo de la casa. Las paredes y techos son delgados, razón por la cual escucho los sonidos y desplazamientos del piso superior –presuntamente habitado por rumanos (dios, los hombres…). Su ruido se escucha como si fuese aquí, en la casa: se abren puertas, ventanas, se camina descalzo, con zapatos, en fin. Pero no es aquí. Vivo con los sonidos ajenos. Martes. Las predicciones climatológicas se cumplieron: sigue lloviendo. La primavera aquí no existe, o es una falsedad. La temperatura está a 15 grados. Ayer escribí que la casa no tiene virtudes. No mentí. Dejé pasar algo que llama la atención –igual no es virtud-. Para empezar le llaman piso. Yo ocupo una habitación que no tiene ventana. ¡Toda habitación debe tener una! De este piso, las ventanas unas están para la calle y otras a la zona común de varios edificios. El piso está en la calle –carrer- Trinidad 7-9, cerca de La Puerta del Sol (es un antiguo casino). Cuando comento la ubicación, me dicen: “vives en la zona de los trabajadores”. Desde hace días la portera y los habitantes del piso de abajo, unos colombinos que no abandonan su música, preguntan: -¿ya trabajas? ¿Ya tenés papeles? Las preguntas me desesperan. Miércoles. Al fin encontré. Güero, flaco, niña. Lo miré en la zona de revistas y periódicos. Clic inmediato. Doce del día... En su cama. Concluimos y salí. Duré horas en encontrar mi ruta. El retorno a casa fue caminando.

El templo de las musas Por Violeta Tavizón Mondragón*

Diario de Mateo

Museo de Zóquite

Hilando historias a través del Museo Cuando visitamos un museo, muchas veces no imaginamos lo que hay detrás del montaje de cada objeto y de las salas que lo arropan, del cedulario que nos facilita la comprensión, de la compleja administración, de la gestión permanente de recursos, de las estrategias para acercar constantemente a los públicos, de las historias parcialmente reveladas. Los museos han fungido a lo largo de la historia como espacios que legitiman las piezas allí exhibidas. Sus fines han sido diferentes de acuerdo con la época. Desde el siglo XVIII se convirtieron en salas contenedoras de colecciones, producto de la colonización de países europeos como Francia, Alemania o Inglaterra. Allí se mostraban los tesoros adquiridos como fruto de las invasiones, los cuales, al ingresar al museo, se legitimaban dentro de la Historia del Arte universal. Para inicios del siglo XIX se les consideraba templos del conocimiento, espacios en los que se coleccionaban objetos de todo tipo en gabinetes o muros tapizados de lienzos, a veces diferenciados temáticamente. Ejemplo de lo anterior es una anécdota comentada por Luis Alonso Fernández en su libro Museología y Museografía, en

la que narra el momento en que Goethe visitó la Galería de Arte de Dresde en Alemania y quedó tan fascinado por la disposición en que estaban los objetos, que llamó a ese recinto un “templo de cultura” que debía estar dirigido a los iniciados y expertos, así como al público en general. De ahí que desde un principio los museos fueran concebidos como espacios de exhibición visitados únicamente por cierto tipo de público, el conocedor y acaudalado, este concepto ha cambiado completamente. En México, a partir de 1851, para fortalecer la metodología de enseñanza de la Academia de San Carlos, se fomentó la creación de sus propias galerías para que los alumnos aprendieran las distintas épocas artísticas. José Bernardo Couto fue el impulsor de esta propuesta y logró conformar un acervo artístico con obra de pintores barrocos novohispanos y europeos, así como piezas prehispánicas que exaltaban el pasado heroico de los antepasados caídos. De tal forma que las galerías de la Academia se convirtieron en una historia visual del arte mexicano y europeo. Es por ello que el museo es un lugar donde se ha expuesto la memoria del mundo, trofeos de los anales antiguos, obras maestras y objetos que se consideran únicos y especiales, dignos de ser mostra-

dos. Los museos contemporáneos también se atreven a presentar obras efímeras con montajes escénicos de los artistas actuales. El museo del siglo XXI es un espacio que se vislumbra como un contenedor del patrimonio material e inmaterial, natural y cultural para el desarrollo de la comunidad, donde un equipo multidisciplinario colabora para materializar proyectos museológicos integrales. Existe toda una gama de tipos de museos, ya que cualquier tema es digno de narrarse por medio de objetos en un espacio de exhibición. De tal forma que en nuestro presente existen desde los museos nacionales que muestran piezas emblemáticas que representan la historia del país, museos regionales, museos interactivos, museos históricos, museos de arte, museos de ciencias, museos que tratan temas éticos y morales, museos sobre gastronomía, casas museos de personajes connotados; hasta los museos comunitarios que muestran la historia cultural y natural, pasada y actual de una comunidad. En la actualidad, el museo ofrece al público la construcción particular de una realidad simbólica autónoma, que genera en los visitantes interpretaciones y reflexiones sobre diversos temas. * Curadora.


9 DE SEPTIEMBRE DE 2013

La maestra Lupita Por Eduardo Campech Miranda Doña Lupe de ochenta y cuatro años de edad alguna vez fue niña. No estuvimos en sus primeros pasos, ni en su primera palabra (una de las tantas razones que festejamos a los pequeños: el habla). Tampoco estuvimos en la realización de sus primeros trabajos. Pero la historia, ésa que en ocasiones tuve oportunidad de escuchar de viva voz y otras a través de terceros, está ahí. Historia oral, historia reflejo de la ipseidad nuestra de cada día. Doña Lupe no fue a la escuela. Esa gracia la tuvo una hermana mayor. Pero a fuerza de tesón e inteligencia fue autodidacta. Así aprendió (y aprehendió) las letras, sus múltiples combinaciones que generan el festejo referido (la palabra), que

nombran y dan existencia al mundo, que conforman nuestra personalidad. Así fue organizando, poniendo, y quitando números. Supo de la raíz en el barbecho y de la raíz cuadrada. Supo, sin acudir a la escuela y, mucho menos, sin recibir un aprendizaje en base a competencias, que el aprendizaje de los libros es para la vida. Doña Lupe, en algún momento pasó a ser la maestra Lupita. Ésa a la que los maestros trabajadores de la educación formal, buscaban para canalizar a sus alumnos, principalmente los que más “atrasados”. La maestra Lupita alfabetizó a sus hijos y a sus nietos. Pero también a decenas de hombres y mujeres que pasaron por su aula, -un pequeño cuarto de tres por tres metros, lleno de niños,

oloroso a viruta de lápiz, pan, aromas acres, papel, y tapizado por la algarabía de cada uno de los asistentes-. El paisaje era adosado por los clásicos libros Rosita y Juanito, Mi libro mágico y un título más que escapa a mi memoria, pero cuyo autor era Gregorio Torres Quintero. Dicen que los vecinos se quejaban. En tiempos en que la piratería no era un tema cotidiano, la maestra Lupita se atrevía a abrir un espacio educativo sin reconocimiento oficial, ¿cómo era posible que ella, que ni la primaria cursó, se ostentara como maestra y permitiera que así se le identificara? Dicen que la inconformidad llegó a oídos de aquél que prometió defender la moneda como un can. El mandatario, lejos de sancionarla, le

envió una felicitación: mexicanas así, comprometidas, necesita la nación (y las sigue necesitando). A ella agradezco la llave de la lectura. Ella me alfabetizó, el gusto por la práctica vino muchos años después, de forma tal vez azarosa. En sus clases la mente adquiría porosidad, el aprendizaje ingresaba inusitadamente, se adhería por los siglos de los siglos. Quien algo aprendía allí, aún lo sabe. El arte de sembrar, adquirido en la remota infancia tlaxcalteca, lo trasladó al papel y lápiz. No sé si ella llegue a leer estas líneas. No sé si alguna palabra de las escritas aquí llegue a hacer eco en esa mente que paga facturas de la edad. No sé cómo homenajear a mi abuela que no sea haciendo lo que ella me enseñó.

Por Simitrio Quezada Debes recordar que el extinguidor debe de estar en este sitio

Pablo Picasso, La caída de Ícaro

[Leerse mientras se escucha: Ella estrella / La gusana ciega]

Por Roberto Galaviz Observo desde la ventanilla del avión el Océano Atlántico a once mil metros de altura; desde esta extraña soledad del cielo entero veo allá abajo la noche sin estrellas de un mar que en su oscuridad se confunde en el tiempo ¿cuántas noches caben en esta noche en que Ícaro descansa su vuelo en las turbinas de un Boeing 777? Se escuchan gritos antiguos de marineros, náufragos y pescadores; - y de todos aquellos valientes que se entregaron al canto invencible de las sirenas(o al llamado de los tesoros y aventuras que el océano en su misterio guarda) ¿cuántos dioses se necesitaron para crear el corazón del Dios que arrojó el suyo al vacío para que la vida con toda su belleza y tú & yo, fuéramos?

* Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com

El picaporte

-Ícaro, las turbinas y el mar sin estrellas-

Tratemos ahora la diferencia entre las expresiones “debe” y “debe de”. Cualquier forma conjugada del verbo “deber” seguida de un infinitivo (verbos terminados en ar, er o ir) implica obligación. Ejemplos: Debes creer en nuestro Dios. Debo ir, porque prometí hacerlo. Debiste decirle la verdad. Debes comer cinco veces al día. Debes firmar todo documento que remitas. En estos casos nos circunscribimos al modo indi cativo. Respecto a la expresión “debe de” y sus variantes, nos movemos más en el modo subjuntivo, que expresa sobre todo probabilidad, deseo e incluso una realidad alterna. Ejemplos: A esta hora debes de estar en el gimnasio. Deberías de estar comiendo más verduras. Debes de sentirte muy apenado después de todo esto. Debo de estar imaginando todo esto. Debe de estar desvelándose mucho, pues lo vemos bostezando constantemente. Por todo esto me gusta que mis alumnos recuerden la frase con la que titulo la presente entrega: Debes recordar que el extinguidor debe de estar en este sitio. En dicha oración se utiliza primero el “debes” de obligación y después, en el objeto directo, el “debes de” de realidad alterna. Cada vez que nos dispongamos a incorporar una de estas expresiones, analicemos con detenimiento qué buscamos comunicar. No sea que nos sobre o nos falte una preposición “de”.


LA GUALDRA NO. 115

ag e n da cult ural La Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro histórico de Zacatecas. La proyección de las películas se realiza de manera gratuita, con fines culturales y educativos. Entrada general gratuita a excepción de las funciones programadas en la Segunda Semana de Cine Independiente: $30.00 Estudiantes con credencial y personas de la 3ª. edad $20.00

Miércoles 11 18:00 Hrs. Entrada libre DEMASIADO BELLA PARA TÍ (Trop Belle Pour Toi) Dir. Bertrand Blier Francia/ 1989/ 91 min. Clasificación C Miércoles 11 20:00 Hrs. ¡ESTRENO NACIONAL! Entrada general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00 LA CASTRACIÓN Dir. Iván Löwenberg México/2011/83 min. Clasificación C Jueves 12 18:00 Hrs. Entrada libre LA LEYENDA DE 1900 Dir. Giuseppe Tornatore Italia/ 1998/ 120 min. Clasificación B Jueves 12 20:00 Hrs. Entrada libre ACORDES Y DESACUERDOS (EL GRAN AMANTE) Dir. Woody Allen EUA/ 1999/ 95 min. Clasificación C Viernes 13 18:00 Hrs. Entrada general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00 ¡ESTRENO NACIONAL! LA CASTRACIÓN Dir. Iván Löwenberg México/2011/83 min. Clasificación C Viernes 13 20:00 Hrs. Entrada libre SIETE DÍAS DE VENGANZA (Encierro maldito) Dir. Daniel Grou Canadá/ 2010/ 105 min. Clasificación C Sábado 14 19:00 Hrs. Entrada libre LOS HOMBRES EN LA COCINA HUELEN A CACA DE COCHINA Dir. Alberto Amador México/ 2013/ 7 min. Clasificación B Sábado 14 20:00 Hrs. Entrada libre EN MEDIO DE LA NADA. Dir. Hugo Rodríguez México/ 1994/ 93 min. Clasificación C Domingo 15 12:00 Hrs. Entrada libre ATLÉTICO SAN PANCHO Dir. Gustavo Loza México/ 2001/ 120 min. Clasificación A Domingo 15 18:00 Hrs. Entrada libre EL SANTO LUZBEL Dir. Miguel Sabido México/ 1996/ 101 min. Clasificación B

MIÉRCOLES 11 Todos al Centro Histórico Miércoles de Danzón Plazuela Miguel Auza / 18:00 horas VIERNES y SÁBADOS Leyendas de Zacatecas Frente a Catedral / 20:00 horas SÁBADOS 14, 21 y 28 Danza, Música y Teatro Sábados en la Cultura Escalinatas del Antiguo Templo de San Agustín y Plazuela Miguel Auza 19:00 horas Restauración Virtual del Antiguo Templo de San Agustín 21:00 horas JUEVES 12, 19 y 26 Conciertos Taurinos Banda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y Ortega Plazuela Goitia / 19:00 horas

FERIA NACIONAL DE ZACATECAS 2013 FORO INFANTIL Del 9 al 22 de septiembre LUNES 9, 19:00 Hrs. Teatro infantil La historia de un colibrí La Otra Cara de la Luna - Zacatecas Dir. André Alejandra Robles MARTES 10, 19:00 Hrs. Teatro infantil Siempre suena algo La Ciénega Teatro - Zacatecas Dir. Iván Guardado MIÉRCOLES 11, 19:00 Hrs. Teatro Infantil ¡Hurtamos el nao! Guía Nocturna - Zacatecas Dir. Julia Robles JUEVES 12, 19:00 Hrs. Teatro infantil Mosquito Dengoso Cía. Trupe Emanuel – Brasil / Zacatecas Dir. Giovanny Moreno VIERNES 13, 17:00 horas Rock para niños Legión vampirezca 2013 Drackincolmillo - Durango Dir. Rogelio Vázquez SÁBADO 14, 20:00 horas Rock para niños Legión vampirezca 2013 Drackincolmillo - Durango Dir. Rogelio Vázquez

SEPTI EMBRE MUSEOS

MUSEO FRANCISCO GOITIA El espíritu de la abstracción Pintura Obra de José Luis Bustamante Permanencia: 22 de septiembre FOTOTECA DE ZACATECAS PEDRO VALTIERRA El otro mestizaje De Manuel González, Franck Courtel y Sandra Ryvlin Permanencia al 29 de septiembre de 2013 Horarios de vista: lunes a viernes, 09:00 a 17:00 horas Sábados y domingos 10:30 a 17:00 horas.


9 DE SEPTIEMBRE DE 2013

De norte a sur Por Alberto Huerta

con una enana contorsionista y una mujer que pasea desnuda en la habitación más alta de una torre y una bailarina con tutú rojo y amarillo, en medio de la nada, en una noche de tormenta, durante el verano, con relámpagos y truenos. Entonces un témpano de hielo recorre mi espinazo de norte a sur.

A veces Por Pilar Alba

Paul Gauguin, El espíritu de los muertos observando

Pinacoteca Universitaria Universidad Autónoma de Zacatecas

A veces me entra la locura y me pregunto: ¿qué se sentirá aventarse las escaleras de la prepa?, desde lo alto, sin pisar, sin ver los escalones esperando ver si se transforman, se convierten en una rampa y al final no se siente el fregadazo y caigo entre algodones. A veces me gustaría intentarlo, a ver si me salen alas y me voy volando, cruzando el cielo, directito a ninguna parte: “al infinito y más allá”; lejos, más lejos que la chingada que es a donde a veces me manda mi jefa cuando se enoja, porque no le ayudo, porque no lavo los trastes, porque no le limpio los mocos al Pablito o no quiero salirme de clases para recogerlo de la guardería. Irme al carajo, a donde nos mandó mi padre cuando se

fue al otro lado, cuando nos enteramos que tenía otra casa, otra vieja y otros hijos; y le hablamos para reclamarle, “váyanse al carajo, yo aquí estoy a toda madre”… a la madre, allá es donde a veces me manda Toño, cuando ya no quiere que andemos, que porque soy bien pendeja, porque no me dejo, porque no hago lo que él quiere. A veces, últimamente más seguido, me entran esas ganas, pero se queda sólo en eso, porque cuando ya estoy en el filito del escalón y parece que me aviento… mejor lo pienso, vuelvo a pensarlo y me entra el miedo, agarro la mochila, bajo rapidito, no vaya a ser que a la mera mitad me vuelvan a entrar las ganas y ahora sí vaya a hacerlo.

Río de palabras

Un témpano de hielo recorre mi espinazo con un río gélido. Fuego interior. Olla de barro sobre la hormilla. Con voces burbujeantes. Murmullos. Presagios del porvenir que viene en tropel como caballo desbocado. Y digo: ¡Lo esperaba! Espero aquí todo esto al despertar por la mañana, después de soñar

Amada, Mara Por Edgar Khonde*

La chava vamp llamada Ada narra: Allá va callada, alta, la tarda Mara Amada, pasa blanca la cámara, pasa blanca la barra, pasa tras la pala, cava; arranca la arra, da la aldaba a la malvar dama, Ana Arraña, la Calatrava, capta ajada las chapas granas. Mara ata la trampa a la haya, danza, clama cada alba daca la bala plata. Ana Arraña rasga la hacha, canta Ah las mañanas dadas a salar las alas. Las fantasmas sábanas, -Ana,

Mara-, manan amargas ¡ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahhh! Saltan mañana a mañana las vastas salas aladas a las casas; Mara carta la palabra mar, la traza: Amar a mar la ama, Amará a Mara la mar, Amar a mar a Mara, a Mara la mar la ama. Ana Arraña la llama Amada Mara la mar la sábana blanca mata a las fantasmas. Mara calma anda a la playa. * @edgarkhonde

Fenando Villalpando

La Pinacoteca Universitaria surge en 1993, al reunirse la obra visual con suficiente relevancia histórica o estética, que se encontraba diseminada en diversos espacios universitarios; entre otros, el antiguo Instituto de Ciencias, el Sindicato del Personal Académico y las oficinas del edificio central de rectoría. Además, se implementaron convocatorias a los artistas zacatecanos para que donaran obra y enriquecieran el patrimonio plástico universitario.

Finalmente la Pinacoteca se integró por varias colecciones de artes plásticas: la primera colección está formada por 11 obras de arte virreinal (Correa y Hernández Juárez entre otros); una segunda colección la conforman 28 retratos de personajes ilustres zacatecanos y de 6 esculturas; y una tercera, está compuesta por 101 obras de arte contemporáneo de diversos autores, entre los más sobresalientes: Tamayo, Toledo, Capdevilla, Françoise Bagot y obras de zacatecanos como Manuel Denna, Catarino del Hoyo e Ignacio Vera Ponce, entre otros.

La colección de Arte Virreinal se encuentra albergada actualmente en el edificio de rectoría y el ex templo de San Agustín. La de Retratos y la de Arte Contemporáneo se encuentran a resguardo en el Teatro Fernando Calderón. Forma parte también de la Pinacoteca, la expropiada colección plástica y antropológica “Federico Mertens” de Arte Huichol que integra la mayor parte del actual Museo Zacatecano. El objetivo general de la Pinacoteca Universitaria es resguardar, conservar, difundir y enriquecer las colecciones de artes visuales de la Universidad

Autónoma de Zacatecas procurando que coadyuven al fortalecimiento de las identidades culturales de los universitarios, su formación integral y la imagen institucional. Para conseguirlo realiza diversas tareas: organiza diversas exposiciones en espacios universitarios y fuera de la Institución; realiza talleres y diplomados en torno a distintas temáticas de la creación, la apreciación y la crítica del arte; elaborar materiales divulgativo para su difusión en diversos medios de comunicación sobre las artes visuales y sobre los acervos pictóricos universitarios.


LA GUALDRA NO. 115

Dos exposiciones de la Biennale de Venecia

Artes visuales

Por Carlos Belmonte Grey Crítica a la modernidad [The intimate sub-version, de Ángel Marcos] La 55 Exposición Internacional de Arte en la Biennale de Venecia acoge también a expositores individuales y no solamente a las delegaciones nacionales. Para ello ha creado la sección de Eventos Colaterales, que permite la presencia de trabajos como el del vallisoletano Ángel Marcos y su The intimate sub-version. Abierta desde el 31 de mayo y hasta el 30 de septiembre, en los dos pisos del edificio de la que era la Biblioteca San Francisco de la Viña de la Escuela de San Pascual, Ángel Marcos ha montado una crítica al capitalismo, al poder de la economía, del mercado y de la política, y la manera en que se reflejan en la sociedad. En el primer piso nos recibe con una escultura luminosa con las palabras “NON OLET”, que hace referencia a la frase latina “El dinero no huele”, para introducirnos en su propuesta que busca demostrar cómo la sociedad se aleja de la materia orgánica, de la estética y de los sentidos, vistos como obstáculos o elementos menores de la inmaterialidad del “dinero”. Ya en la segunda planta, a través de fotos colgadas en seis líneas de trapecios a lo largo del salón, con un ruta aconsejada por tapetes colocados al suelo, pero superpuestos unos sobre otros, y música de fondo con bulerías, cantes jondos y flamencos, Marcos nos lleva al interior de las casas de su pueblo natal, Medina del Campo, en Valladolid. Las fotografías retratan los interiores de las casas de los barrios populares de Las Tudas y La Mota, con sus objetos cotidianos en un ambiente que pretende neutralidad, es decir, sin expresar sentimientos del artista. Su intención es mostrar cómo la arquitectura de esas casas genera la percepción de anonimidad a pesar de que las personas, vistas a través de sus objetos, han creado una densa red de relaciones interpersonales. Marcos, nacido en 1955, crea así una obra si no autobiográfica sí expresiva de los sentimientos resentidos

al recordar su infancia y ver el presente de su pueblo natal. Sonoridades en el Pabellón Mexicano (Cordiox, de Ariel Guzik) Identificar a México en el extranjero es fácil cuando se utilizan charros, mariachis, tequilas y cactus. Y es una jardinera de cactus al exterior de la secularizada Iglesia de San Lorenzo, enmarcada por una amplia explanada con un pozo al centro, la que anuncia al Pabellón de México en la 55 Exposición Internacional de Arte en la Biennale de Venecia. El pabellón mexicano está consagrado a la muestra Cordiox, del artista Ariel Guzik, abierta al público desde el primero de junio hasta el 24 de noviembre. Se trata de una obra sonora construida por Guzik para la Biennale: es una máquina de cuatro metros de altura, compuesta por 180 cuerdas tensas distribuidas en tres conjuntos, a manera de arpa, colocadas alrededor de un cilindro de cuarzos que tiene en su centro un cuarzo fundido puro de 180 centímetros de altura por 45 de diámetro. Sin bocinas, ni amplificadores u algún otro componente digital, la máquina reproduce sonidos salidos de las vibraciones buscando, de esta forma, describir del espacio que la entorna. El lugar que arropa a la máquina son las ruinas, bien conservadas, de la Iglesia de San Lorenzo que data del siglo VI -aunque la construcción actual es del XVI-, tiene una altura de 20 metros y encaja en el proyecto de Guzik por su sonoridad, a tal punto buena que existe la versión de que Vivaldi ensayaba ahí. Guzik, nacido en 1960 en la Ciudad de México, es músico, artista, iridólogo, herbolario e inventor, becario por el Sistema Nacional de Creadores y director del Laboratorio de Investigación en Resonancia y Expresión de la Naturaleza en México. De ahí que su necesidad de explorar las sonoridades de la naturaleza a través de sus creaciones se encuentre involucrada en la investigación de la comunicación con los cetáceos.

The intimate sub-version

The intimate sub-version

The intimate sub-version

Cordiox, de Ariel Guzik


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