La Gualdra Cannes 16 de Mayo de 2019

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No. 1 / 16 DE MAYO 2019

ESPECIAL DE LA GUALDRA EN CANNES

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

FOTO: CORTESÍA DEL FESTIVAL DE CANNES

Jim Jarmusch, director de la película The dead don’t die.

La nueva película del director estadounidense Jim Jarmusch (1953), The dead don’t die, fue presentada en la Competencia de la Selección Oficial del 72 Festival de Cine de Cannes; Jarmusch consiguió traer un gigantesco grupo de actores estelares: Bill Murray, Steve Buscemi, Adam Driver, Selena Gomez, Iggy Pop, Chloë Sevigny, Tilda Swinton, Tom Waits, entre otro más. Se trata de una comedia gore citando a los padres del horror (Romero, Carpenter) y a la cultura pop cinematográfica (de Psicosis a Star Wars). Como es común en las obras de Jarmusch la música es esencial para construir el ambiente lúgubre y perfecto


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ESPECIAL DE LA GUALDRA EN CANNES NO. 1 / 16 DE MAYO DE 2019

The dead don’t die, de Jim Jarmusch, compite por la Palma de Oro

La Gualdra en Cannes

Crónica Día 2, 72 Edición del Festival de Cannes t CARLOS BELMONTE GREY

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egundo día del 72 Festival de Cine de Cannes. La temperatura bajó a los 16 grados, lluvia y aire, comparado con el día de apertura con gran sol, el ambiente estuvo bastante gisáseo esta mañana al salir del hotel a las ocho de la mañana, bajar la colina, llegar al bordo de mar y caminar hasta el palacio del Festival, hacer una inexistente cola de espera en el Teatro Lumiere y ver la primera película en Competición por la Palma de Oro,

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a realidad virtual (VR) inmersiva quizás no sea el mejor medio para crear imágenes estéticas, fieles, verosímiles, pero “genera sensaciones, más allá de la imagen están la música y las experiencias. Nosotros queríamos mostrar diferentes formas de volar y de experiencias que de otra forma no se podrían vivir, contar y tener en la memoria”, declaró la artista Laurie Anderson en la entrevista realizada en la Playa de la Quincena de los Realizadores un día después de la apertura de su instalación Go where you look! Anderson (esposa del fallecido Lou Reed) es compositora, realizadora, escritora y pionera en la creación de artes digitales. En 1987 llegó al Festival de Cannes dentro de la sección paralela Quincena de los Realizadores para presentar su primera película, Home of the Brave, convertida en un filme concierto de culto; de ahí que fuera invitada ahora para presentar su nueva creación

The dead don’t die, de Jim Jarmusch. Casi dos horas de una lúgubre, cómica y desértica historia de zombis. Una experiencia que permite seguir viendo el cine de Jarmusch en su lindo esplendor. Y hablando de experiencias, no podíamos perder la oportunidad de ver la instalación de Realidad Virtual inmersiva Go where you look! Co-realizado por la multifacética artista Laurie Anderson y el artista de medios digitales HsinChien Huang. Los artistas han ralizado una historia sobre experiencias de vuelo, de cómo incluso sería flotar en la luna o de cómo sería

ser el único pasajero de un vuelo que se va a desintegrar y nosotros veremos todas las piezas despegarse. La entrevista con los artistas, en la fría Playa de la Quincena de los Realizadores nos dio la opción de pensar de otra manera esta forma de cine. Y para cerrar el día, un poco de la presencia mexicana en el Festival de Cannes gracias a la obra de Luis Buñuel, Los olvidados, proyectada en la Sala Buñuel del Palacio del Festival, la película es parte de las obras seleccionadas para los Clásicos de Cannes, que son un recorrido por las obras de arte cinematográficas más emblemáticas

Go where you look! (Ve hacia donde veas) instalación de realidad virtual en la Quincena de los Realizadores co-realizada con el artista de nuevos medios digitales Hsin-Chien Huang. Se trata de tres instalaciones de 15 minutos cada una, montadas en la Casa de los Artistas de la ciudad de Cannes, Aloft, Chalkroom (estos dos Ganaron el Premio a Mejor VR en el Festival de Venecia) y To the Moon. Historias de inmersión que cuentan formas de volar: en un avión que se desintegra y donde uno es el único pasajero que termina flotando, y un vuelo sobre la luna que termina montado en un paseo en burro. Historias sin una narrativa cerrada porque cada viajero-espectador se vuelve un personaje viajando por los lugares, observando todo en 360 grados, virtualizando sus sombras y sus manos para meterlos en ese mundo. Las manos de los espectadores tocan las cosa del avión despedazado o las piedras que caen en la luna, o dirigen su vuelo con los brazos extendidos como Superman.

/// La artista Laurie Anderson. ■ FOTO: CORTESÍA FESTIVAL DE CANNES

El proyecto que comenzó a formarse en el 2007 no implica pues una filmación en el sentido tradicional de las imágenes en movimiento: no hay actores, no se requieren locaciones, ni

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

/// Entrada al Teatro Lumiere. ■ FOTO: CORTESÍA FESTIVAL DE CANNES

de la historia. De la comitiva mexicana estuvo presente la directora del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), María Novaro.

comida, ni técnicos, ni cámaras. Todo es una creación en computadoras, y “esto no gusta a los cineastas tradicionales ni a las productoras, es mucho más barato. Por eso es todavía más un honor de estar presente en el Festival de Cannes” insistió Anderson. Todo consiste en poner las herramientas para crear sensaciones. Luego cada persona-personaje puede vivir la experiencia desde sus memorias o desde sus experiencias fílmica previas. Puede ser empatía o simplemente instinto. Por ejemplo, la gente con vértigo puede sentirse nerviosa y hasta sudar Ahora el reto es conseguir que estas instalaciones de VR (realidad virtual) se puedan extender a un mayor público, que algunas salas se vuelvan salas de “cine” virtuales. Esto, evidentemente, llevará cambios en la forma de comercializar la imagen. Porque la VR es una experiencia individual, sólo una persona se puede poner la máscara y los audífonos, entonces no es una arte social como los conciertos o las piezas de teatro.

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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Los olvidados, de Luis Buñuel, en Cannes Clásicos

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58 años de haber ganado el Premio de Mejor Dirección por Luis Buñuel en 1951, Los olvidados vuelve al palacio de festival para ser proyectada en la Selección de los Clásico de Cannes. Quizás esta sea la obra mayor de Buñuel en México y una de las más aclamadas por el cineasta homenajeado en el festival de cine en una sala dentro del Palacio que lleva su nombre, la Sala Buñuel, lugar de la dicha proyección. En el homenaje estuvo presente la directora de Imcine, María Novaro. Los olvidados convulsionaron en 1951 al mundo del cine y del aparato político mexicano por la cruda proyección internacional que hacía de un país en pleno milagro de modernización. Era la primera vez que la cinematografía nacional recibía un premio de renombre internacional pero sobre todo, se le otorgaba a una cinta que escapaba a los límites de tolerancia de la censura política y de la crítica intelectual, y que además no encajaba con los cánones del nacionalismo revolucionario. La culpa era de un controvertido exiliado español muy amigo de Salvador Dalí, con aires de surrealista y ánimos de subvertir la cultura:

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os zombis de la normalidad. En un pueblo, Centerville, de una población de 738 habitantes, un puesto de policía de tan solo 3 policías, una estación de gasolina con una tienda atendida por un friki vendedor de historietas y especializado en cine de horror tipo “nosferatu”, un solo hotel atendido por hombre lleno de gatos y amante de la salsa valentina, un granjero nacionalista y racista, un ermitaño en el bosque, un orfanato con niños y niñas separadas, una cafetería que hace el mejor café del pueblo, un grupo de hípsters de ciudad perdidos y una morgue cuidada un por una escocesa samurái y maquillista: algo raro está pasando, la noche llega muy tarde o muy pronto, las hormigas se alteran, los champiñones nacen donde no deberían, los relojes y celulares se han detenido; los muertos vivientes van regresar, un ataque de zombis se prepara. Todos estos ingredientes están en la nueva película de Jim Jarmusch, The dead don’t die, presentada en la Competencia de la Selección Oficial del 72 Festival de Cannes; Jarmusch consiguió traer un gigantesco grupo de actores estelares: Bill Murray, Steve Buscemi, Adam Driver, Selena Gomez, Iggy Pop, Chloë Sevigny, Tilda Swinton, Tom Waits, entre otro más. Jarmusch hace una comedia gore citando a los padres del horror (Romero, Carpenter) y a la cultura pop cinematográfica (de Psicosis

/// Fotograma de Los olvidados, de Luis Buñuel. ■ FOTO: CORTESÍA FESTIVAL DE CANNES

Luis Buñuel. Buñuel llegaba a México y de golpe cuestionaba la imagen de la barriada de Ismael Rodríguez y sus personajes mártires como Pepe el Toro (Pedro Infante), su pobreza ingenua (Nosotros los pobres, 1948) y la bondadosa resignación a su mundo incompatible con el de los ricos. En Los olvidados los personajes son seres que deambulan en los suburbios entre terrenos baldíos y basureros donde se reúnen pandillas

de jóvenes, músicos ciegos, madres despreocupadas de sus hijos y violadas por sus padres, niños abandonados a la merced de pederastas burgueses y programas de regeneración de criticable éxito. Ambiente endulzado con el jugueteo de Buñuel: sus perros, patos, gallinas y huevos como redundancias y reminiscencias de sus placeres por subvertir la realidad al mostrar que no es monolítica. Esta propuesta escapaba a la ambición de

The dead don’t die, de Jarmusch, por la Palma de Oro en Cannes 2019 En el elenco, Bill Murray, Steve Buscemi, Adam Driver, Selena Gomez, Iggy Pop, Chloë Sevigny, Tilda Swinton, Tom Waits, entre otros

/// Fotograma de la película The dead don’t die, de Jim Jarmusch. ■ FOTO: CORTESÍA FESTIVAL DE CANNES

a Star Wars). Como es común en las obras de Jarmusch (Only lovers left alive, Coffee and Cigarettes y Down by Law) la música es esencial para construir el ambiente lúgubre y perfecto, como dice RZA en su réplica al fan de cine de zombies y dueño de la estación de gas: “El mundo es perfecto, hay que apreciar los detalles”. Esta vez Sturgill Simpson es el compositor

de la canción, The dead don’t die, mencionada en los múltiples momentos de juego de espejo o mise en abyme de la película: Driver a Murray, “qué buena es esa canción. Claro es la canción del título de la película”. Iggy Pop es el sensual zombi aficionado al café. Tilda Swinton, la samurái. Selena Gómez, la hípster. Waits, el ermitaño. Sevigny, Driver, Murray, los policías. Bsucemi,

un país moderno y progresista que cumplía con un cierto programa revolucionario y por eso no gustaba al gobierno alemanista que había tratado de censurarla. Buñuel recibió el apoyo en México de un poeta y crítico de la identidad del mexicano y su soledad, Octavio Paz. Paz escribió: “Quizá sin proponérselo, Buñuel descubre en el sueño de sus héroes la imágenes arquetípicas del pueblo mexicano: Coatlicue y el sacrificio” (El Poeta Buñuel, 4 de abril, 1951). Estas líneas aparecen en el último párrafo del folleto que Paz escribió para explicar la película antes de su presentación en el festival (10 de abril, 1951) y que él mismo repartió de su propia mano afuera del palacio. Además consiguió el apoyo de otros intelectuales como Cocteau, Chagall, Picasso y Prévert para que asistieran a Cannes dando impulso al rescate de un filme que parecía estaba destinado al ostracismo. Y así sucedió. Al regresar el filme con la “Palma de Oro” los críticos mexicanos la revaloraron y le otorgaron 11 premios Ariel incluido director (Luis Buñuel), mejor joven actor para Roberto Cobo y guionista para Luis Alcoriza. Actualmente, en México la película es aún motivo de polémica pero también de idolatría y reconocimiento. Menos mal.

el racista. Y todos son los zombis. The dead don’t die está armada desde el recurso narrativo y retórico de la anáfora, justo como hiciera en su Paterson (en Competición Oficial en Cannes 2016), y los personajes se tratan de explicar qué o quiénes están comiendo la carne de los pobladores: “debe ser una bestia, o un grupo de bestias”. O bien la réplica fatalista, “todo va acabar mal” de Driver, en una muestra de fatalismo inexorable porque “yo he leído el script hasta el final, el director me lo dio completo” insistía el personaje. Situaciones que eliminan el suspenso y el terror; desde la apertura de la película se abre en los bosques tan queridos de las películas de horror de los 80’s en Hollywood. Las réplicas repetidas de los personajes y los guiños a la actualidad hacen que los zombis sean los zombis modernos jorobados sobre nuestros celulares y IPad. Los zombis son consumidores de lo material, de querer siempre más, de ser caníbales de los superfluo y artificial. Son zombis secos, desérticos para no caer en un “baño de sangre por la carnosidad” sentenció Jarmusch en la conferencia de prensa cuando le preguntaron porqué hacer una película e zombis dentro de la comedia. Pero todo es normal, todo se pasa con naturalidad, sin sobresaltos. En el mundo ya todo puede pasar y la explicación más anormal suena normal. Las autoridades son ellos y ellos, por tanto, dictan los diagnósticos de las catástrofes humanas y de la tierra, al cabo siempre hay un lado a explotar para el capitalismo.

La Gualdra en Cannes

t CARLOS BELMONTE GREY


La Gualdra en Cannes

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