No. 9 / 25 DE MAYO 2019
ESPECIAL DE LA GUALDRA EN CANNES
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Abdellatif Kechiche, actor y director de cine franco-tunecino FOTO: CORTESÍA DEL FESTIVAL DE CANNES
Abdellatif Kechiche regresa al Festival de Cine de Cannes para ofrecer una película que es más bien una experiencia de los sentidos y una ruptura con las reglas narrativas cinematográficas. Se trata de la segunda entrega de su trilogía del mektoub, con Mektoub My Love: Intermezzo.
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ESPECIAL DE LA GUALDRA EN CANNES NO. 9 / 25 DE MAYO DE 2019
Crónica del Día 10 en el festival de Cannes La Gualdra en Cannes
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SERGI RAMOS
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omba nuclear sobre la Croisette ayer por la noche. Les hablábamos en el anterior número de la esperada película de Abdellatif Kechiche, Mektoub my love: intermezzo. Prevista en cuatro horas, al final tuvimos una proyección de tres horas y media, que terminó pasada la 1 de la madrugada. Carlos y yo pudimos verla juntos y lo que aparecía en pantalla iba más allá de lo que habíamos
imaginado. Algo que radicalizaba todo lo que se le criticó a Kechiche en su anterior trabajo y que aquí llevaba hasta su último extremo. Al terminar, y después de que una buena parte de los compañeros fueran abandonando la sala, reinaba un silencio de muerte. Tímidamente iniciamos un aplauso, al que los que nos rodeaban contestaron con una serie de abucheos. Las caras, a la salida, eran de funeral. En nuestras bocas lucíamos una sonrisa que tardamos en perder. Y nos atrevemos con una previsión para la
competición oficial, esperando ser más visionarios que en anteriores ediciones. Aunque a Carlos le gustaron más la brasileña Bacurau y la película de los hermanos Dardenne, apuesta por Almodóvar y El retrato de joven con fuego de Céline Sciamma. A mí me gustó el atrevimiento de Kechiche, me emocionó Dolan y me convenció Parasite, comentada en este número. Probablemente esta última reciba algún premio, pero probablemente los principales vayan a Almodóvar o los Dardenne. Veremos.
/// Sala de conferencias de prensa. ■ FOTO: CORTESÍA DEL FESTIVAL DE CANNES
Un encuentro con Sylvester Stallone; cierra las clases de Cannes 2019 El veteraro actor presentó imágenes de Rambo V: la última sangre, que saldrá en salas el próximo otoño t
SERGI RAMOS
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l interprete de íconicos personajes como Rocky y Rambo fue recibido por una tormenta de aplausos en el Palacio del Festival de Cannes. Con más de 40 años de carrera, Stallone ha vuelto a Cannes para presentar imágenes de Rambo V: la última sangre que saldrá en salas el próximo otoño. Fue el periosidsta Didier Allouch quien dirigió la mesa de preguntas: El éxito Stallone: Al inicio no pensé que fuera tener éxito. No era nadie, era un simple cochero. Nuestra vida puede cambiar en un momento. Todo lo que se necesita es una idea. Mi físico
no era perfecto, mi rostro está en parte paralisado. Cuando intentaba de conseguir algunos trabajos, no entendían lo que yo decía. Pero siempre me mantuve opotimista. Si yo pude conseguirlo, todo el mundo puede hacerlo.
/// Sylvester Stallone fue recibido por una tormenta de aplausos en el Palacio del Festival de Cannes ■ FOTO: CORTESÍA DEL FESTIVAL DE CANNES
El éxito de Rocky: En principio Rocky iba a hacer un fracaso. Habiamos hecho el filme en 25 días con poco presupuesto. El éxito se debe a esta historia de un hombre que luchó poara llegar a la cima. Fracasó una vez, perseveró y lo consiguió en la segunda. Rocky es un filme optimista. El mensaje político d Rambo: Soy casi un ateo político. Ni siquiera había votado antes de hacer la película. Hice in-
vestigaciones sobre todos los suicidios de los veteranos lástimados por la guerra de Vietnam. La historia era interesante. El filme no debía de pasar por un mensaje político, pero así fue.
Cierto, ellos han envejecido, pero todos juntos, y son fuertes. Cuando envejecemos, no hay que hacer como si o intentar esconder los cambios, hay que aceptarlo y continuar.
Sobre envejecer: Rocky Balboa muestra la manera en que aceptamos envejecer. Esa es la misma idea de The expendables. Hemos reunido a todos los héroes de infancia en una película.
Su herencia artística No pienso mucho en la herencia que mi carrera va a dejar. No creo que lo podamos planificar. Una cosa es cierta, siempre hay que continuar a luchar.
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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25 DE MAYO DE 2019
Los traseros de mujer en primer plano: el placer y el cuerpo para La Palma de Oro
Kechiche crea una experiencia de casi 4 horas con Mektoub My Love: Intermezzo
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bdellatif Kechiche regresa al Festival de Cine de Cannes para ofrecer una película que es más bien una experiencia de los sentidos y una ruptura con las reglas narrativas cinematográficas. Se trata de la segunda entrega de su trilogía del mektoub, con Mektoub My Love: Intermezzo. Si la primera Mektoub, My Love (2017) había sido fuertemente criticada por lo que algunos consideraban era una película de nalgas y pechos de mujeres, ahora con esta segunda parece que Kechiche les dice: “tomen, que mi proyecto es aún más radical que lo que han visto”. Desde la apertura con una citación Jeremias 5:21 de la biblia hace su declaración de artista: Ils ont des yeux et ne voient point, Ils ont des oreilles et n’entendent point (Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye)”. Intermezzo dura 210 minutos, y eso por un corte de 28 minutos que hizo a última hora porque la versión original son cuatro horas. No hay créditos, ni títulos, ni al inicio ni al final. La estructura es relativamente simple, cuatro episodios o largas secuencias: La primera una sesión fotográfica que dura un minuto, es la apertura y aviso del tono de la cinta, se cierra con un primerísimo plano sobre el trasero de una mujer; la segunda, de 40 minutos, unos jóvenes en la playa. Las chicas en un bañador que marca su cuerpo con ligeras transparencias. La presentación de los chicos. Cuarenta minutos viendo cómo se ponen protector solar
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SERGI RAMOS
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n competición oficial ha sido muy bien recibida por el público Parasite, del coreano Bong Joon Ho. Tras haber realizado dos superproducciones como Snowpiercer (2013) y Okja (2017), Bong Joon Ho vuelve a retomar el tono de The host, la película con la que consiguió su primer gran éxito comercial en Europa. El título de la película sugería otra incursión del director en el género fantástico o de cienciaficción, una tendencia que lleva ganando peso en el propio cine de autor y al que Cannes le ha abierto ya los brazos sin algún tipo de escrúpulo, como hemos podido comprobarlo en las distintas secciones. Regreso a la sátira Sin embargo, la película propone algo distinto. La primera secuencia nos presenta a los miembros de una familia, los Ki-Taek, que nos remite directamente a la de su anterior The host. En un destartalado departamento situado en los sótanos de un edificio en un barrio popular, la cámara pasa de un miembro a otro de la familia mientras estos se esfuerzan en piratear
/// Abdellatif Kechiche (de lentes) en conferencia de prensa ■ FOTO: CARLOS BELMONTE GREY
las chicas, se agarran el pelo, se frotan, se echan más crema bloqueadora en los senos y por debajo de los bañadores, traseros en primer plano y piernas abiertas en segundo plano llenan el cuadro; la tercera de 170 minutos, una noche en una discoteca. Las chicas bailan toda la noche, perrean entre ellas. Traseros en primer plano agitándose, senos presionados por las camisetas, senos frotados contra otros senos. Los chicos las besan. Un poco de gin tonic, de whiskies y de champagne. En el baño de la disco un cunnilingus de 10 minutos, la mujer se expone completa toda desnuda y toda abierta; y por último, un minuto, en una habitación un trasero en primer plano de una chica dormida, el chico a su lado está cubierto hasta la cintura. Él se levanta, se sale de las sábanas y el encuadre es de medio cuerpo hacia arriba, no vemos su desnudez completa. Breve descripción del tono. De ahí porqué
en las proyecciones no tuvo aplausos, algunos se salieron y se respiró un ambiente de incomodad. Claro, puede parecer una clásica objetivación del cuerpo de la mujer. Y es que con solo ver los cuerpos de los actores se puede respirar sensualidad: Shaïn Boumedine, Ophélie Bau, Salim Kechiouche, Hafsia Herzi, Marie Bernard y Roméo De Lacour. Kechiche recupera la misma tropa de la primera entrega solo integrando a Marie Bernard. Pero además de cuerpos cuál es la historia. Simple, en 1994 un grupo de amigos en Sete, sur de Francia, están disfrutando del verano. Las chicas parisinas bajan a vacacionar. Los chicos locales las invitan a unirse al grupo y a ligar. Las parisinas se integran sin temor, todo es amistad, deseo, sensualidad, amor y diversión. Una experiencia cinematográfica y ruptura de las reglas narrativas. En una conferencia de prensa un poco tensa por la película y por la personalidad del director, quien apenas se había sentado y los reporteros empezaban a tomar fotos, se sobresaltó y pidió que paramos de fotografiar a sus actores ya cansados “la fotografía es una arte que se aprende, y ustedes hacen muchas cochinadas”. Se buscó que explicara su dispositivo, aunque con poco éxito porque él se rehúsa a hacerlo. Sin embargo, se pueden rescatar sus frases y armar el rompecabezas: “Es una celebración de la vida y del deseo. La música y el cuerpo. Es una experiencia cinematográfica completamente libre. Una experiencia que rompe las reglas narrativas... Luego puede ser que algunos no sean sensible a mi mirada y al talento de mis actrices.
No son películas para responder a nadie, son para responder a una época.” La historia pues no es una historia tradicional. No hay una trama lineal, ni un problema, no hay desenlace, ni evolución de los personajes. Bueno, hay pocos diálogos. Todo es una fiesta. Se trata de la experiencia de un realizador interesado en romper con una tradición narrativa que se nos ha impuesto y de la que parece difícil de salir. Kechiche lleva al espectador a una discoteca, a ver chicas bailar y a escuchar música, a tomar tragos y hablar banalidades. Por ejemplo, entre las chicas, a manera de coro griego –una bofetada intelectual a los que le señalan como un obseso del cuerpo- se cuentan cómo ellas prefieren los culos: gordos, grandes, planos, firmes, blandos, alargados, pequeños… Personajes femeninos con agencia “Traseros, sí claro. De dónde me vienen. De la pintura y de la escultura. Uno se pasea por París levanta la cabeza y ves traseros por todos lados. Me inspire de los colores de la pintura. Me quería poner en la posición de pintor. Por eso al principio quería los colores del impresionismo y luego, en la discoteca, algo de cubismo”, dijo Kechiche para dar algunas pistas de su dispositivo. Que en la cinta hay mujeres y cuerpos, sí cierto y todo el tiempo. Pero lejos de ser cuerpos objetos lo que se ve son cuerpos de mujeres que afirman su cuerpo, su deseo y su vida: -Un cunnilingus donde solo se desnuda la mujer. Sí claro, porque ella quiere recibir el placer, quiere solo gozar.
Amargas carcajadas. Parasite, del coreano Bong Joon Ho El realizador construye una sátira basada en las situaciones más inverosímiles para iniciar una reflexión sobre lo que separa a dos clases sociales opuestas el wi-fi de algún vecino descuidado. Entendemos rápidamente que todos los miembros de la familia son unos botarates fracasados que sobreviven gracias a la picaresca. Ki-Woo, el hijo de la familia, consigue un trabajo de profesor de inglés en una adinerada familia de la clase alta, gracias a un antiguo amigo del instituto. Para ello, claro, no duda en falsificar un diploma y mentir a la madre de familia, la señora Park. Al enterarse de que también está buscando una profesora de dibujo para su revoltoso hijo, a Ki-Woo se le ocurre otra patraña: hacer pasar a su hermana por una reconocida profesora de arte. Parásitos Esta será sólo la primera etapa que convertirá a la familia de los Ki-Taek en los parásitos de la
familia Park. El realizador construye una sátira basada en las situaciones más inverosímiles para iniciar una reflexión sobre lo que separa a estas dos clases sociales opuestas y sobre las relaciones de dominación que suscita la desigualdad entre unos y otros, y que no siempre van en un solo sentido. Lo hace a partir de un tono grotesco, en la exageración de las situaciones y la utilización de unos personajes caricaturescos, tanto en una familia como en la otra, en una actualización de la comedia italiana más ácida (Los monstruos de Dino Risi por ejemplo) o de las más actuales comedias esperpénticas del cineasta español Alex de la Iglesia, como La Comunidad (2000). Pero la gran fuerza del film radica en los progresivos cambios de tono que va adoptando, que la hacen bascular entre la comedia, el drama,
/// Cartel promocional de la cinta Parasite. ■ FOTO: CORTESÍA DEL FESTIVAL DE CANNES
el terror o el gore, sin que la película pierda un ápice de interés ni de coherencia con su trasfondo de crítica social. Una regocijante y frenética válvula de escape.
La Gualdra en Cannes
t CARLOS BELMONTE GREY