“El amor es, en esencia, un equilibrio entre luz y sombra. En el libro, menciono que ‘la poesía me ayuda a mirarme con claridad, pero también el amor de aquéllos que me rodean’. He experimentado ambas caras del amor: el que te da estabilidad y el que te sumerge en el caos. Creo que es importante aceptar ambas facetas para realmente entender lo que es amar”. Nadia Contreras
[“El arte de explorar la verdad. Entrevista a Nadia Contreras sobre La infinita aproximación”, por Héctor Ramírez, en esta edición]
SUPLEMENTO CULTURAL NO. 651 / 13 DE ENERO DE 2025 / AÑO 14 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Nadia Contreras.
La Gualdra No.
Editorial
Dice el Dr. Eduardo Matos Moctezuma, que el patrimonio cultural de México es “todo aquello que nos caracteriza como mexicanos. Son nuestros vestigios tanto prehispánicos como coloniales e históricos, todo lo que las generaciones anteriores nos legaron y que forman parte sustancial de nuestra historia”;1 quise iniciar las ediciones de este año nuevo con esa reflexión que nos lleva a definir -retomando sus palabras- lo que es el patrimonio cultural de Zacatecas: el patrimonio cultural zacatecano -tangible e intangible- es lo que nos caracteriza, lo que las generaciones anteriores nos legaron, los vestigios o huellas prehispánicas, coloniales e históricas.
Fue la conservación de esos vestigios históricos legados por nuestros antepasados lo que dio pie a que, después de un arduo proceso para cumplir con los requisitos internacionales, el centro histórico de la ciudad de Zacatecas fuera incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO el 11 de diciembre de 1993.
Las labores de registro y conservación patrimonial iniciaron a principios del siglo pasado, cuando el pintor Manuel Pastrana se dio a la tarea de hacer la catalogación de los bienes patrimoniales tras la toma de Zacatecas; esas actividades las realizó con el nombramiento de Inspector Local Honorario y Conservador de los Monumentos Coloniales de la República y como Inspector de Monumentos Artísticos de Zacatecas entre la segunda y tercera década del s. XX; luego, a finales de la década de los 40, don Federico Sescosse y los otros integrantes del Patronato Cultural de Zacatecas -posteriormente llamado Sociedad de Amigos de Zacatecas-: Genaro Borrego Suárez del Real y Eugenio del Hoyo Cabral, retomaron el objetivo de lograr que Zacatecas fuera un ejemplo nacional en materia de conservación del patrimonio edificado e iniciaron con el proyecto de restaurar el ex templo de San Agustín.
A la par del proyecto de restauración de San Agustín, el Patronato Cultural de Zacatecas organizó, en 1955, un curso sobre arquitectura barroca e historia del arte que fue impartido por Francisco de la Maza tomando como referente a los edificios del centro histórico; además de participar integrantes de la ciudadanía interesados en historia del arte, fueron convocados también otros integrantes del clero -sacerdotes y seminaristas- en el entendido de que al sensibilizarlos en los temas de conservación y preservación del
patrimonio edificado, Zacatecas tendría en ellos aliados indispensables para resguardarlo.
Las labores de conservación patrimonial continuaron, de tal suerte que 1953 se creó la Ley de Protección y Conservación de Monumentos y Edificios del Estado de Zacatecas; y en los 60 se promulgó la Ley de Conservación de Monumentos de las Zonas Típicas del Estado de Zacatecas y se integró lo que hoy conocemos como Junta de Monumentos -concebida como un organismo encargado de vigilar la operatividad de esa ley-.
En 1993, tras un largo esfuerzo institucional y ciudadano realizado, el centro histórico se integra a la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Actualmente, México es el primer país en América Latina y el séptimo a nivel mundial con el mayor número de bienes reconocidos por la UNESCO, con un total de “35 sitios inscritos: 27 culturales, 6 naturales y 2 mixtos”,2 entre ellos se encuentra nuestro centro histórico que ingresó en la lista primordialmente por su paisaje cultural (traza urbana conservada hasta nuestros días) y por el valor único y excepcional de la Catedral Basílica de Zacatecas.
El gobierno de México como Estado Parte de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO, está comprometido a realizar labores de conservación y protección de los 35 bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial. No obstante, en Zacatecas, hoy tenemos una puerta norte de catedral intervenida inapropiadamente el año pasado y cuyo daño es irreversible -de ahí que se encuentre temporalmente cubierta para evitar que los factores climatológicos le afecten más-; y el ICOMOS México ha afirmado que, si el paisaje cultural de nuestra ciudad resulta afectado por acciones de terceros, el nombramiento de Patrimonio Mundial entrará en la lista de riesgo y posteriormente procederá su retiro del listado.
Así iniciamos el año. A pesar de lo anterior, les deseo, estimados lectores, un muy buen 2025. Estamos de regreso. Que disfrute su lectura.
Contenido
Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
1Matos Moctezuma, Eduardo, “Patrimonio Cultural de México. Mitos y verdades”, Revista Arqueología Mexicana, en: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/patrimonio-cultural-de-mexico#:~:text=El%20patrimonio%20cultural%20de%20 México,parte%20sustancial%20de%20nuestra%20historia.
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Diseño Editorial
7 8 6 4 5
La Gualdra
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
La vegetariana
El arte de explorar la verdad Entrevista a Nadia Contreras sobre La infinita aproximación Por Héctor Ramírez
Caín, de José Saramago Por Miguel Ángel de Ávila González
Tres voces de la distopía Por Rafael Calderón
El mejor cine que vi en 2024 Por Adolfo Núñez J.
Sufrir hasta convertirse en un árbol: de H. Kang Por Vianney Carrera
Sufrir hasta convertirse en un árbol:
La vegetariana de H. Kang
6 Por Vianney Carrera
Apesar de que ya pasaron 3 mil 500 años de la invención de la escritura, el ser humano aún no tiene una definición exacta de lo que significa en concreto sufrimiento, ni sus implicaciones.
Diccionarios como el del Español de México (DEM) y la Real Academia Española coinciden en que es un acto de “aguantar”, o se relaciona con una sensación física, es decir, todo lo que el cuerpo sienta como malestar. Sin embargo, ninguna de las dos explicaciones coincide con lo que la escritora Han Kang plasmó en su novela La vegetariana al momento de retratar el sufrimiento de Kim Yeonghye, la protagonista, cuando ella, en un estado casi vegetativo, expresó: “Me puse cabeza abajo y entonces me empezaron a na-
cer hojas en el cuerpo”.1
Nacida en Gwangju, Corea del Sur en 1970, Han Kang se convirtió en la primera mujer de su país en recibir el Premio Nobel de Literatura en 2024, gracias a que la Academia Sueca describió su prosa como "Intensa prosa poética que afronta traumas históricos y expo-
La escritora relata la historia de Yeonghye, una mujer quien tras tener una serie de pesadillas, decide convertirse en vegetariana. Lo que empezó como un camino naturalmente disruptivo, y que se pudo haber quedado como tal, creció a tal altura que hizo de la protagonista una víctima de las personas más cercanas a ella. Los lectores nunca conocen la voz de su personaje principal y sólo se nutren de lo que sufre Yeonghye a través de tres testigos: su esposo, su cuñado y su hermana.
La primera parte, titulada como el nombre de la novela, hace un escaneo de cómo la protagonista es percibida por su marido; él la ve como un ente sin nada especial, de hecho menciona, que decidió casarse y asentar su vida con ella por esa misma razón.
No obstante, a raíz de que su compañera decide no comer carne, él se convierte en su principal agresor, reflejando parte de la idiosincrasia social surcorena, la cual, según la autora, refleja lo habitual de la cosificación hacia las mujeres y la presión que tienen de ser perfectas en todos los aspectos. Con esa premisa, las pesadillas de Yeonghye se convierten en un escape infortunado a ese sufrimiento, ya que
ne la fragilidad de la vida humana". Entre sus obras más destacadas, se encuentra Actos Humanos (2018), La clase de griego (2011) y La vegetariana (2016) con la cual obtuvo el Premio Man Booker International y fue una de sus primeras obras traducidas al inglés, valiéndole el reconocimiento de la crítica internacional.
la única manera de cortarlo desde la raíz es a través de ella misma y todo a través de lo que ingiere. Conforme avanza la novela, los motivos por los que dejó la carne se vuelven irrelevantes; la autora puntualiza por medio de acciones el trato que la protagonista recibe de las personas, así como la distorsión de su propio ser que traza una tragedia a través del sufrimiento físico y emocional que le es infringido a manera de castigo.
En la segunda parte, titulada “La mancha mongólica”, conocemos la voz de su cuñado, quien ve a Yeonghye como un objeto hermoso y artístico, ahogando a la mujer en un hoyo del cual ni siquiera se percató que había entrado. Por esas secuelas que terminan dañándola a ella y a su familia más de lo que ya estaba, se convence de que su cuerpo necesita una metamorfosis drástica, pero a través de ese proceso, se convierte en una presa aún más vulnerable.
En “Los árboles en llamas”, tercera y última sección, la hermana de la protagonista, Kim Inhye, comparte el sufrimiento de su familiar, ya que ella se dio cuenta que ambas fueron víctimas de las circunstancias sociales; la escritora lo resume con el siguiente pasaje: “De pronto, tuvo la sensación de que nunca había vivido y se sintió sorprendida”. 2 Este persona-
je describe a Yeonghye como una entidad más cercana al reino vegetal, la cual, pese a que cada vez se acerca más a ese estado, logra liberarse de todo lo que la sociedad le “enraizó” a través de culpa.
Han Kang concluye con un personaje que rechaza su misma realidad y resulta chocante para los que la rodeaban, quienes terminan cortándola de todo vínculo por el simple hecho de que no logró retomar el orden con el cual se desenvolvió dentro de la socie-
dad surcoreana. Son esos personajes que la redujeron en un concepto inferior al de un vegetal, orillando a su protagonista a determinar que la única manera para poder salir de su sufrimiento es ni siquiera ser humana, sino transmutar en un ente menos complejo, como un árbol, pero libre de cualquier señalamiento o expectativa.
Han Kang ejemplifica a través de Yeonghye parte del sufrimiento universal del ser humano que persiste a lo largo de la historia, uno que se relaciona con el mundo en el cual se vive y que no cambiará pese a ser miserable. El sentir del personaje principal, a pesar de ser parte del inconsciente colectivo, no se puede desglosar sólo en un diccionario, sino que se hace a través
de las acciones.
Kang, Han. La vegetariana. (2024). Penguin Random House. Barcelona. p. 114. Ibidem, p. 146.
Han Kang. Premio Nobel 2024.
El arte de explorar la verdad Entrevista a Nadia Contreras sobre La infinita aproximación
6 Por Héctor Ramírez
La infinita aproximación, reciente obra de Nadia Contreras, es una antología de ensayos que recorren una década de intensa reflexión sobre la vida, las relaciones humanas y la búsqueda perpetua de conocimiento. Publicada por Bitácora de vuelos ediciones en 2024, esta obra invita a los lectores a una travesía intelectual y emocional que, aunque no promete respuestas definitivas, nos acerca cada vez más a una comprensión de nuestra esencia.
Héctor Ramírez: La infinita aproximación plantea una búsqueda constante de la verdad y el conocimiento.
¿Cómo surgió la idea de esta obra y qué significa para ti ese concepto de "aproximación" que mencionas?
Nadia Contreras: El concepto de "aproximación" refleja precisamente ese afán de entender, de saber, pero sin la expectativa de llegar a una verdad absoluta. La vida es un viaje, un proceso de constante aprendizaje. Este libro recoge mis reflexiones a lo largo de una década, en la que me he preguntado sobre la esencia humana, nuestras relaciones, el universo. Cada ensayo es una parada en ese camino, una mirada hacia lo que somos y lo que estamos intentando ser.
HR: Uno de los capítulos que más resuenan es Memorias sobre mi padre y una infancia, donde haces una exploración muy personal de tus recuerdos familiares. ¿Qué importancia tiene la infancia en tu obra y, en particular, tu relación con tu padre?
NC: La infancia es una fuente inagotable de emociones y recuerdos, y mi relación con mi padre ha marcado profundamente mi vida. En el ensayo, hablo de "huecos en nuestra historia", de esos momentos que la memoria no retiene, pero también de imágenes muy vivas, como verlo caminar hacia el ingenio azucarero. Mi padre es una figura que, aunque estuvo presente, también representaba
ausencias que me marcaron. Escribir sobre eso es una manera de explorar mi propio pasado y entender cómo esos vacíos nos definen.
HR: En Los deseos de esta manera, por precaución... reflexionas sobre los deseos y la fugacidad de la vida. ¿De qué manera estas reflexiones se conectan con tus propias experiencias vitales, como las intervenciones quirúrgicas que mencionas en el texto?
NC: Vivir experiencias cercanas a la muerte transforma tu perspectiva. Después de mis intervenciones quirúrgicas, comprendí que la vida es demasiado corta para vivir proyectando deseos a largo plazo. Ahora prefiero enfocarme en pequeños logros diarios, metas alcanzables que me permitan
disfrutar del presente. Como menciono en el ensayo, "los deseos que quiero ver son aquéllos que se dan en un periodo cercano en el tiempo". Es una manera de encontrar paz en lo inmediato, sin agobiarme por lo incierto del futuro.
HR: En Viajar hacia lo que somos, utilizas el viaje como una metáfora de la vida. ¿Cómo conectas el viaje físico con el proceso interno de autodescubrimiento?
NC: Para mí, viajar es más que desplazarse de un lugar a otro. Cada viaje externo refleja un proceso interno de cambio, de autoconocimiento. En el libro, menciono que "cada viaje que realizamos es un viaje hacia lo que somos", y eso es lo que he experimentado. Cuando nos alejamos de
nuestra rutina, cuando enfrentamos nuevos horizontes, también nos enfrentamos a nosotros mismos. Es en esos momentos de soledad y cambio que realmente descubrimos nuestras verdades más profundas.
HR: Uno de los temas más dolorosos que abordas es el desamor y la soledad en tu primer matrimonio, sobre todo en relación con la falta de intimidad. ¿Cómo te ayudó la escritura a procesar ese periodo tan difícil?
NC: La escritura fue mi salvación en esos momentos de oscuridad. Pude exteriorizar el dolor, la frustración, la sensación de estar atrapada en una relación que no me nutría. Como menciono en el libro, experimenté "la incapacidad de vivir la intimidad, de compartir travesuras y explorar plenamente el cuerpo". Escribir sobre esa experiencia fue una forma de comprenderla mejor y, en última instancia, de liberarme de ella. Creo que muchas personas pueden identificarse con ese tipo de sufrimiento en silencio.
HR: Memorias sobre mi padre y una infancia incluye referencias a obras como Ordesa de Manuel Vilas y Los años falsos de Josefina Vicens. ¿Qué rol juegan estos autores en tu desarrollo literario?
NC: Ambos autores me han influen-
ciado profundamente. Vilas, en Ordesa, aborda la figura del padre y el duelo de una manera tan cruda que no puedes evitar reflejarte en su dolor. Con Josefina Vicens, en Los años falsos, me fascina su capacidad para describir el conflicto entre lo que somos y lo que nos exigen ser. Estas lecturas me han ayudado a estructurar mis propias reflexiones sobre la memoria, el dolor y las relaciones familiares.
HR: En el capítulo El equilibrio de las sombras, exploras las dualidades en la vida, como la alegría y la tristeza, el amor y el desamor. ¿Crees que esas dualidades son inherentes a la experiencia del amor?
NC: Absolutamente. El amor es, en esencia, un equilibrio entre luz y sombra. En el libro, menciono que "la poe-
sía me ayuda a mirarme con claridad, pero también el amor de aquéllos que me rodean". He experimentado ambas caras del amor: el que te da estabilidad y el que te sumerge en el caos. Creo que es importante aceptar ambas facetas para realmente entender lo que es amar.
HR: La poesía parece ser un eje central en tu vida. ¿Qué papel ha jugado en tu proceso de introspección y sanación?
NC: La poesía es mi refugio. Escribir poesía me permite poner en palabras aquello que no siempre puedo expresar de otra manera. Como menciono en El equilibrio de las sombras, la poesía "me ayuda a mantener el equilibrio en la vida". Ha sido mi herramienta para navegar emociones difíciles, para encontrar claridad en medio de la con-
fusión, y sobre todo, para conectar con los demás a un nivel más profundo.
HR: En el ensayo Escuchar y mirar. Sobre todo, mirar, mencionas tu decisión de desconectarte de la tecnología para reconectar con lo esencial. ¿Cómo ha sido este proceso para ti?
NC: Ha sido revelador. Vivimos en un mundo que nos exige estar conectados todo el tiempo, pero al hacer una pausa y dejar de lado el teléfono o la computadora, he redescubierto el valor de las pequeñas cosas. Como menciono en el texto, "dejar el celular me ha permitido reconectar con las pequeñas cosas: el sonido del viento, la risa de un ser querido". Es un ejercicio que todos deberíamos intentar para no perder de vista lo que realmente importa.
Muestra de La infinita aproximación, de Nadia Contreras (Ensayo breve, Bitácora de vuelos ediciones, 2024)
Viajar hacia lo que somos
Me gusta viajar, sobre todo por carretera. La antesala de los preparativos, el día en que uno parte con suficientes maletas, con víveres esenciales para acortar el tiempo mientras el horizonte se amplía, a veces benévolo, delante de nuestros ojos. Otro de los momentos favoritos es llegar al lugar en que pasaremos la noche o, bien, los tantos días. Habitaciones de hoteles, por ejemplo, que al abrir la puerta te ofrecen una luz tibia sobre los objetos: la cama amplia, la mesita de noche o escritorio, el armario con perchas, la pequeña sala. Me gustan las habitaciones bien acondicionadas y de cortinas que permitan entrar la luz si uno quiere, abrirlas acaso, cuando haya finalizado el encuentro amoroso. Cualquier cosa puede ocurrir
a puerta cerrada en una habitación de hotel. Me refiero a la complicidad, al acto de redescubrirse lentamente. “En todos los momentos donde mi ser estuvo, / en todo esto que cambia, en todo esto que muda, / en toda la sustancia que el espejo retuvo, / sin ropajes, el alma está limpia y desnuda”, escribe Alfonsina Storni.
En la novela La paz de los sepulcros, de Jorge Volpi, por ejemplo, en un hotel a las afueras de la Ciudad de México, dos cuerpos sin vida son encontrados: el de Alberto Navarro, importante político y posible candidato a la presidencia, y el de un joven desconocido. Dicen: los hoteles están llenos de historias, de romances, de misterios. Y de crímenes.
¿Qué pueden decirnos sus pasillos, sus rincones, las habitaciones mismas? Si hay un hotel en Los Ángeles que es mejor no pisar, leí hace algún tiempo en una de las páginas de El confidencial, ése es el antiguo hotel Cecil. Apodado como el lugar más embrujado de la ciudad, cuenta con una larga historia de suicidios, asesinatos, desapariciones y reportes de actividad paranormal.
Un lugar para no dormir, literalmente. Construido en 1927, se dice que sirvió de inspiración para una de las temporadas de la serie American Horror Story. Cuenta con 600 habitaciones y algunos de sus huéspedes son tristemente famosos, como Elizabeth Short, apoda-
Nadia Contreras Ávalos
da “La Dalia Negra”, que fue vista por última vez en sus inmediaciones antes de ser terriblemente descuartizada en 1947, los asesinos en serie Jack Unterweger y Richard Ramírez 'El acosador nocturno', y Elisa Lam. La historia de los hoteles se remonta a la antigüedad, donde el servicio de alojamiento era considerado una obligación social. Si uno busca en internet, se encontrará con datos relevantes en torno a estos sitios en donde lo que importa es quedarse a solas, “cuando estuvieran solos él y ella en la habitación del hotel, entonces estarían juntos y a solas”, escribe Joyce en Dublineses (1914). Durante el Imperio Romano, las posadas estaban designadas para alojar a los altos funcionarios y también a los viajeros de paso. Sin embargo, estos centros no eran exclusivos para el alojamiento, sino que también eran centros de diferentes actividades o negocios. Hacia los siglos X y XI tras la caída del Imperio Romano, los monasterios se apropiaron del servicio de hospedaje. Lo prestaban de forma voluntaria y además estaba protegido por ley. A partir del siglo XII y XIII las cruzadas dieron un fuerte impulso al comercio y la hospitalidad dio paso a locales que comenzaron a cobrar a cambio de alojamiento. De los siglos XV al XVIII se desarrolló un servicio de posadas, no sólo destinadas al alojamiento de
(Quesería, Colima, 1976). Escritora, académica, tallerista y gestora cultural. Es fundadora y directora de Bitácora de vuelos ediciones, revista de literatura y sello editorial en formato físico y electrónico. En 2020 obtuvo la beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) para proyectos digitales del programa “Contigo en la distancia”. Becaria del PECDA Coahuila, en la categoría Creadores con trayectoria, género Poesía (20162017; 2021-2022) y galardonada con diversos premios estatales y nacionales. En 2014 el Congreso del estado
HR: Finalmente, Nadia, ¿qué esperas que los lectores se lleven de La infinita aproximación?
NC: Espero que los lectores encuentren en estas páginas un reflejo de sus propias búsquedas. Que entiendan que la vida no es un destino, sino un viaje constante, una aproximación perpetua a la verdad, al amor, a uno mismo. No se trata de llegar a la meta, sino de aprender a disfrutar del camino.
Con La infinita aproximación, Nadia Contreras nos ofrece un mapa para navegar las complejidades de la existencia.
Cada ensayo, una parada en este viaje interminable, nos invita a reflexionar sobre la vida, el amor, y la búsqueda de significado en un universo en constante cambio.
viajeros sino también como centros de actividades, negocios o para elegir a miembros del consejo eclesiástico o del parlamento. El primer hotel de concepción moderna fue el “Badische Hof” construido en Alemania, con algunos aspectos novedosos para la época como sala de lectura o biblioteca. Con la aparición del ferrocarril también surgieron los hoteles “término” para dar alojamiento a los viajeros al lado de las estaciones. A mediados de 1800 aparecieron los hoteles de propiedad corporativa. El famoso Ritz y su cadena de hoteles se inauguró en 1880, y el modelo de negocio se extendió de Europa a Estados Unidos tras 1900. Francia fue el gran referente en la industria hotelera desde mediados del siglo XIX hasta que a finales del siglo XX Estados Unidos tomó el relevo con sus grandes cadenas hoteleras y gigantes establecimientos. Puede que algún día decida vivir en una ciudad inmensa para abrazarla eternamente y que ella me corresponda. Cada viaje que realizamos es un viaje hacia lo que somos, hacia nuestras particularidades y hacia aquellas facetas que revelamos sin querer, día tras día. “Soy todos los viajes que he realizado” es una frase válida. Y lo vivido en cada destino, en cada hotel, y las experiencias de amar profundamente, son fórmulas para ser felices.
de Colima le otorgó la presea Griselda Álvarez Ponce de León por su trayectoria en la literatura. Su obra ha sido traducida al inglés, portugués e italiano. Escribe para diferentes medios nacionales y extranjeros. Sus libros más recientes en el género de poesía son: La niebla crece dentro del cuerpo y La luz es un efecto óptico. Antología de poemas (2003-2022). Es Coordinadora de Literatura del Instituto Municipal de Cultura y Educación Torreón. Ver: Incendio de imágenes (https://www.nadiacontreras.com.mx)
* Héctor Ramírez es periodista y gestor cultural mexicano, se
Caín, de José Saramago
Libros
Independientemente de que actualmente seamos creyentes del Dios de Baruch Espinoza o practiquemos el ateísmo, los personajes bíblicos continúan siendo figuras centrales de nuestra cosmogonía.
Nuestros primeros padres, Adán y Eva, después de vivir en el paraíso terrenal en forma placentera fueron expulsados por haber comido el fruto del árbol del bien y del mal: la manzana. Ya establecidos tuvieron primeramente dos hijos: Caín y Abel; el primero era ganadero y el segundo agricultor. Cuando ofrecían sacrificios a Dios de las primicias de su trabajo, los de Abel eran bien recibidos, no en cambio los de Caín; y, lo peor, Abel se burlaba de su hermano por esta circunstancia. La risita es lo que encabrona. Caín no supo cómo manejar su ira y terminó por asesinar a Abel con una quijada de Burro.
Caín no puede permanecer en el seno familiar y tiene que emigrar a otros pueblos. Señalado por el prurito de asesino de su hermano impuesto por Dios. Empieza a recorrer la tierra
en calidad de paria encontrando pueblos y caravanas de viajeros preexistentes y desconocidos para él. Hasta aquí el texto bíblico.
Coloca a Caín y diversos pasajes bíblicos en los cuales destila la ira y el coraje que siente por Dios y le reprocha su irracionalidad y su crueldad hacia sus criaturas, a las que considera malvadas, y no duda en exterminarlas cada vez que se le antoja.
Caín se percata de la extraña idea de lo justo que parece tener Dios. Éste no tiene la más mínima noción de lo que podría ser la justicia humana. En todos los casos los inocentes pagan siempre por los pecadores.
Dios es omnipotente para evitar que sucedan tantas desgracias. Posee todo el poder para controlar la vida de los seres humanos, liberarlos del dolor, prevenir accidentes, salvar niños, alimentar, proteger, ahorrar el esfuerzo del trabajo y los sacrificios, liberar de todas las enfermedades y aun de la muerte. Todo esto lo puede, pero no quiere y, por tanto, no lo hará.
Se encontró Caín a Noé constru-
yendo el arca, un barco parecido a un moderno portaaviones muy lejos de cualquier puerto. Dios había decidido exterminar a todos los seres humanos por malvados salvando únicamente a Noé y a sus tres hijos: Sem, Cam y Jafet con sus esposas y criados y un par de ejemplares de cada una de las especies de animales existentes en la tierra. Dios envió el diluvio universal. El caso de un hombre llamado Abraham al que el Señor ordenó que sacrificara a su propio hijo: Isaac. Cuando Abraham iba a degollarlo, Caín le detiene la mano, porque el ángel que Dios había enviado con el mismo propósito se retrasó porque se había fracturado un ala.
Los hombres quisieron construir una torre que llegara al cielo, Dios los condenó por su soberbia, confundió las lenguas y tiró la torre de un soplo.
Luego el caso de una ciudad donde los hombres preferían acostarse con otros hombres y el castigo de fuego y azufre que Dios hizo caer sobre ellos, sin salvar a los niños que todavía no sabían qué iban a preferir en su futuro.
A continuación, el de una enorme reunión de personas en la falda de una montaña a la que llaman Sinaí y la fabricación de un becerro de oro que adoraron a causa de lo cual murieron muchos israelitas.
El caso de una ciudad llamada Jericó, cuyas murallas se derrumbaron con el sonido de las trompetas hechas de cuerno de carnero y después, por orden de Dios, fue destruida con todo lo que había adentro, incluidos, además de los hombres y las mujeres, jóvenes y viejos, los bueyes, las ovejas y los burros. Esto es lo que he visto, comentó Caín, y muchas más pero no me alcanzan las palabras para describirlas. La novela es un irónico y mordaz recorrido en el que el lector asiste a una guerra secular y en cierto modo involuntaria entre el Creador y sus criaturas. Esta novela se lee con mucha facilidad porque su prosa es la de un narrador que encanta a los lectores por su vocabulario y por su estilo con el aderezo de incontables momentos para sonreír.
José Saramago, Caín, DEBOLSILLO, Penguin Random House, Grupo Editorial, tercera reimpresión, México, 2023.
6 Por Miguel Ángel de Ávila González
Tres voces de la distopía Libros
Inicio recordando que en estos tiempos la poesía registra ejemplos de múltiple identidad entre la distopía y la heteronimia como decir es un tema interesante hasta inagotable. Esto se puede indagar por autores como José Emilio Pacheco y sus múltiples inventarios entre autores que se vuelven fuente de indagación para su crítica literaria; la heteronimia de Eugenio Montejo es una presencia y el Cuaderno de Blas Coll es su ejemplo más célebre. En esa órbita, ahora se publica un título como Fisura. Tres poetas de la distopía (Sombrario, 2024) de Armando Salgado que, por su dinámica, resulta que ha dado a conocer por primera vez esta poética distinta de toda su obra con tres voces presentes por efecto del verso.
Como percibir su lección en perspectiva con la de Pacheco y Montejo, e ir al fundador de la heteronimia Fernando Pessoa y completar la travesía; la construye con tres voces: Mina Natalie (autora traducida al español por Rubén Morín), Isabella Martín y Javier Ánimas, originarios de ciudades como Los Ángeles, USA; Mérida, Yucatán; y de Valparaíso, Zacatecas (y algo deberán seguramente a Javier
Tejeda, Lino Cervantes y Álvaro de Campos). Inicia esta sinfonía de Salgado con un no prólogo y, al final, cierra un epílogo. Albert Camus se vuelve una suerte de carta o contundencia por el epígrafe: “Por el momento, quería obrar como todos los que alrededor de él parecían creer que la peste puede llegar y marcharse sin que el corazón de los hombres cambie”. Y Salgado remata de forma inconfundible: “Esta selección de poetas es ficticia”. Aclara que surgen a partir de la multitud de hablas en torno a los hechos de la pandemia provocadas por la Covid 19, la cual nos confinó a replantear imaginarios y prácticas sociales. Es Fisura una obra incubada como ejercicio de respiración lírica. El prólogo o no es el incendio en esa cadena y se vuelve volátil. Es parte del diario. Nombra la crisis sanitaria. A la par, enumera el cuerpo humano, el fuego, y señala que se extrae por medio de gasolina; sucede al unísono la voz que dice: “La escasez del agua, quema”. El encuentro disruptivo está presente en el epílogo y se vuelve pupila y la mirada ¿de dónde sale? Capta la voz y es un transeúnte o un pasajero que suscribe épocas por su condición de
testigo. Como si fuera de paseo no a las playas sino al océano lo que encuentra es basura, busca mantener el equilibro; se permite indagar esa distopía con la mirada y el olfato.
La palabra distopía procede del griego y fue creado por Stuart Mill a finales del siglo XIX como antónimo directo de utopía y en términos lingüísticos fue acuñada por Tomás Moro, al figurar en su obra más conocida, publicada en el año lejano de 1516, donde describe un modelo de una sociedad ideal con niveles mínimos de crimen, violencia y pobreza; se ilustra con ejemplos desde la literatura y salen a relucir obras como 1984, de George Orwell; Un mundo feliz, de Aldous Huxley; Fahrenheit 451, de Ray Bradbury; o la sucesiva aclaración: “Las sociedades distópicas aparecen en muchos subgéneros de ficción y a menudo se utilizan para llamar la atención sobre la sociedad, el medio ambiente, la política y la economía, religión, psicología, ética, ciencia o tecnología”. Algunos escritores la usan para referirse a sociedades existentes, muchas de las cuales son o han sido estados totalitarios o sociedades en un estado avanzado de colapso; la heteroni-
mia es precisamente una creación literaria del poeta portugués Fernando Pessoa y esta tradición fue fortalecida en lengua española por Antonio Machado, después por Pacheco y Montejo. La distopía de Salgado es resultado de la experiencia o crisis del Covid 19 que lo llevó a beber de aquellas fuentes de la escritura, la refleja como hermana gemela de la heteronimia y sin marcar fronteras sino leyendo con atención su propuesta. Es cuando la escritura adquiere fuerza por la voz de Natalie, Ánimas y Martín. Nombra a su alrededor la invención de la imagen plástica, dúctil, incisiva y polivalente con una misma identidad. La despliega como ejemplo de su heteronimia y emparenta con la de Pessoa, Montejo y Pacheco. Fisura replantea el encuentro de voces, para entender existe como ejemplo de otra frontera o evolucionar de su poética. Con esta distopía, Salgado muestra versos cincelados en la piedra de mármol que brillan como si fueran la imagen pulida, sin caer en el precipicio los difumina en el aire. Hay que descifrar el placer verbal y conocer a cabalidad el testimonio de estas tres voces disímbolas de su distopía.
6 Por Rafael Calderón
El mejor cine que vi en 2024
6 Por Adolfo Núñez J.
Hablar de “lo mejor del año”, es un ejercicio meramente subjetivo, reflejo de los gustos y preferencias de una sola persona. En los casos más afortunados, estos recuentos dan la oportunidad de aproximarse a trabajos de los que tal vez no se tenía conocimiento previo. Para tal efecto, en esta ocasión hablaré sobre las películas que más disfruté durante 2024 y las razones por las que considero que valen la pena ser mencionada. Primero hablaré sobre el cine hecho dentro de la industria estadunidense, tanto comercial como independiente, para después pasar a los trabajos que nos llegaron desde diferentes partes del mundo. En el cine hecho dentro de la industria, considero que hubo dos películas destacables por encima del resto: Furiosa: A Mad Max Saga de George Miller y Challengers de Luca Guadagnino. La primera es una reafirmación del australiano como una pieza clave para entender el engranaje en la historia del cine hecho en Hollywood; la se-
gunda es un trabajo que consolida al italiano como uno de los realizadores clave al momento de retratar el deseo y las complejidades de las relaciones humanas.
En el panorama del cine independiente hubo todo tipo de propuestas: desde el absurdo caricaturesco de A different man, estupenda comedia dirigida por Aaron Schimberg, hasta la reivindicación a la nostalgia y la cultura pop lograda por Jane Schoenbrun en I saw the TV Glow; pasando, por último, al naturalismo intimista de Good one, el debut en la dirección de India Donaldson. A mi parecer, los dos trabajos independientes que más sobresalieron el año pasado fueron The brutalist, de Brady Corbet; y Anora, de Sean Baker. La primera, una épica de tres horas y media sobre manipulación, rechazo y persecución; la segunda, una excepcional comedia de ritmo frenético y de tono desinhibido, con un protagónico inmejorable a cargo de Mikey Madison. En el cine de otras latitudes tam-
bién hubo una gran variedad de historias por contar. Una de las cineastas más valiosas de Italia es Alice Rohrwacher, quien el año que recién terminó nos otorgó La chimera, una maravillosa historia de realismo mágico sobre la vida, la muerte, la codicia y el amor. Desde Letonia llegó Flow, de Gints Zilbalodis, bellísima animación sin una sola línea de diálogo que plantea un poderoso mensaje sobre compañerismo, empatía y supervivencia. De Rumania se pudo ver la estupenda Do not expect too much from the end of the world, de Radu Jude, una punzante sátira, tan hilarante como desoladora, sobre el fin de los tiempos en el capitalismo tardío. Haciendo una crítica similar, pero con un tono mucho más serio, el japonés Ryusuke Hamaguchi plantea una urgente meditación sobre el progreso del hombre y su relación con la naturaleza en Evil does not exist. Otros trabajos destacados incluyen The seed of the sacred fig del iraní Mohammad Rasoulof, un urgente thriller que critica la represión perpetrada
por las autoridades en su país de origen. All we imagine as light, de Kayal Kapadia, es una mirada a la cotidianeidad de Mumbai, en la India, desde el punto de vista de tres mujeres con diferentes sueños, anhelos y aspiraciones. La Cocina es otro filme que sigue estableciendo a Alonso Ruizpalacios como uno de los cineastas más interesantes dentro del panorama cinematográfico mexicano. Desde Francia llegaron dos cintas que, curiosamente, tienen elementos de ciencia ficción y horror: por un lado, The beast, de Bertrand Bonello, una reflexión sobre las vidas pasadas y las conexiones emocionales en la era digital. Por el otro, la hiperbólica The substance, de Coralie Fargeat, posiblemente el fenómeno pop más emblemático del año. Es incierto saber qué nos deparará el cine de 2025, pero, si algo me han dejado en claro los últimos 12 meses es que año con año hay películas maravillosas, originales y diversas. Lo importante, a mi parecer, es tener la disposición y voluntad de descubrirlas.
Anora, de Sean Baker
Furiosa. A Mad Max saga, de George Miller
La Cocina, de Alonso Ruizpalacios The beast, de Bertrand Bonello The brutalist, de Brady Corbet
Do not expect too much from the end of the world, de Radu Jude
Flow, de Gints Zilbalodis A different man de Aaron Schimberg