El amor, fuerza primordial y única en la naturaleza íntima de lo espiritual y material, es el solo regulador que, manteniendo el orden de las leyes, rije como soberano en la tolerancia y armonía, factores indispensables para el establecimiento del reinado de la paz.
"Los Hijos de la Fe", inspirados en estos sentimientos e iluminados por los resplandores de luz vivísima que destella El Espiritismo se proponen, por la estricta observancia de estos principios realizar sus fines siendo cada uno de ellos lo que preceptúa la hermosa máxima que sirve de membrete a esta base constituyente.