CONDIMENTOS
PARA UNA
RECETA DE VIDA POR SERGIO GARCÍA
...para Victoria
Carlos Echeverry CEO | La Mรกquina de Ideas
Te he visto crecer los últimos 8 años, en boca de tu padre. Recuerdo muy bien tu esfuerzo en gimnasia, tus viajes a torneos, tu espíritu competitivo, tu día a día en la escuela, que tu padre me contaba siempre en los desayunos: él frente a un plato de frutas (plátano + pera) - y esta frase te la regalo, pues siempre yo se la repetía: “la fruta es para los pájaros, el agua para los autos y el campo para los mosquitos” - y yo frente a un café. Tampoco fueron solo una, o dos, o tres las veces que lo acompañé a comprar el regalo que te iba a llevar cuando regresara a San Juan: desde una Barbie cuando eras más chica, luego te llegó la adolescencia -empezaste a estirarte- y fue mucho más difícil para él acertar en la compra ¿una remera, una mini, una cartera? hasta la decisión de qué le regalo en estos tus quince años. Fuese donde fuese el lugar del mundo donde yo enviara a tu padre -Portoviejo o Mazatlán, Barranquilla o Mérida, Puerto La Cruz o La Pazsiempre viajaste con él. No recuerdo ni un solo día en que todos los que estamos en La Máquina, los lunes cuando nos veíamos, hiciéramos la misma pregunta : ¿y Victoria? Y siempre un breve comentario, lleno de amor. Lo que te debe quedar claro después de leer este maravilloso regalo, es esta otra frase, que me regaló mi padre: “la experiencia es un faro, no un muelle”. Y aunque tu padre tiene una inagotable capacidad para enseñar, no te lo tomes muy a pecho y léelo como lo que es: un regalo de un padre que ama a su hija y le deja el mejor legado posible: lo que ha vivido.
Damián García Vicepresidente de Contenidos La Máquina de Ideas
He leído varias veces las 107 frases que Sergio deja como uno de sus primeros legados a su hija Victoria, principal destinataria de las mismas. Y las he leído porque tuvo el atrevimiento y la doble osadía de pedirme, antes de que pasase por la magia de la tinta y el papel, echar un vistazo a sus posibles errores de dedo -la escritura para mí es un vicio de lo más sano, creo-, y le brindara unas palabras que, obviamente –esto me ha quedado muy argentino-, serán muy breves. Las 107 frases, condimentos de la vida de Sergio que ahora tienen en sus manos, me llevaron a una reflexión: a la importancia de la genética. Sí, ahora me explico. Genética viene del griego, y más concretamente de la palabra génesis, que en el idioma del Olympo significa nacimiento, creación, origen. Y me quedo con la última acepción: origen. Y la genética, dice la Wikipedia -ese espacio digital tan gustoso para Sergio-, es el campo de la ciencia que busca comprender la herencia biológica que se transmite de generación en generación. Y sí, en esas 107 frases no sólo están presentes los ancestros: padres, abuelos, hermanos… es decir, los bisabuelos, abuelos, tíos y papá de Victoria, con leves descripciones físicas y certeros apuntes temperamentales, mezclados con agudos y sinceros pensamientos, deseos, anhelos, alegrías y sufrimientos del autor. Porque las 107 frases portan precisamente otra herencia genética, que se suma a la biológica y que, obvio –también me quedó muy argentino- ya la tiene Victoria desde el momento en que fue concebida. Se trata de la genética antropológica: Todos esos dichos y refranes, conforman un ligero, y a la vez, concentrado bagaje que acompaña a Sergio desde que tuvo uso de razón, acumulado y aplicado hasta el día de hoy y que, a buen seguro, seguirá sumando y usando. Porque no sólo ha recogido los procedentes consanguíneos sino que, como atenta esponja nómada, los captados en cada uno de los momentos de su vida. Y aquí los brinda, a pecho desnudo, a su queridísima hija y a todos los que tengan la oportunidad de disfrutar con estos adagios, proverbios, aforismos, dichos o refranes, cuyo origen me hace recordar su famoso chiste sobre de dónde vienen los argentinos: ese que dice que mientras que los mexicanos saben que de los aztecas, los centroamericanos de los mayas, los peruanos de los incas… los argentinos tienen perfecta conciencia de que su procedencia es de los barcos. Y así es como llegaron hasta Sergio muchas de estas sentencias, cruzando el ancho mar en la vieja maleta de sus ancestros andaluces, transmitidos después en ese boca a boca, hasta llegar a hoy, algunos con versiones ya latinoamericanizadas, como debía ser y como fluye la otra genética, la antropológica, que bebe también de las fuentes de amigos, de jefes, de compañeros de trabajo, de breves encuentros, y todo lo introduce en la cocina de su alma para dar en herencia un rico recetario, repleto de vida y saber.
Sergio GarcĂa El padre
A veces cuesta mucho definir algo y resulta más fácil hacerlo por la negativa: que no es. Este no es un libro de citas como la libreta del Casanova latino Florentino Ariza en “El amor en los tiempos del Cólera” de Gabriel García Márquez, donde enumeraba en detalle cada una de sus conquistas sexuales, se trata de un compendio de frases, aunque a veces gastadas o deformadas por los años, siempre están vigentes y las repito como expresión de vida para dar consejo (aunque no me gusta mucho), etiquetar una circunstancia o simplemente para poder entender qué es lo que está pasando. Estas citas me ayudaron para enfrentar relaciones, trabajos, para tratar de entrenar equipos, reconstruir relaciones de amigos separados o reparar algún proceso dañado por la codicia. Es una recopilación, más que “casera”, sin rigor periodístico de procedencia, solo de memoria; citas asociadas a una anécdota que la contextualiza y a una emoción que la marca. Es mi experiencia a través de los años la que le quiero dejar a Victoria y aquellos que se animen a leer este libro. Por mi nómade naturaleza, mi condición de errante, mi pasión por lo nuevo y por mis ancestros inmigrantes, muchas de las citas o frases son de mi familia, amigos, profesionales que trabajaron conmigo, otros que no eran profesionales pero igualmente sus conocimientos y vivencias fueron vitales en mi formación y hasta de mozos, miembros del servicio de inmigración de algún país o tal vez de algún otro personaje que no recuerdo. Todas estas frases están impregnadas de cultura popular, sabiduría de calle, que no te la enseñan en la escuela o la universidad a través de un método y que se entienden solamente cuando te duele aplicarlas en la vida real con gente de carne y hueso. Buscando en diccionarios, la red y otros reservorios de sabiduría, encontré una definición de experiencia, que dice así: “es una forma de conocimiento o habilidad derivados de la observación, de la participación y de la vivencia de un evento o proveniente de las cosas que suceden en la vida, es un conocimiento que se elabora colectivamente.” La experiencia, en última instancia, por su naturaleza y esencia se puede transmitir y eso es lo que pretendo en estas páginas; acortarle el camino a Victoria y que sirva de modus operandi para solucionar problemas. No son modelos instructivos que se deban aplicar en circunstancias similares. Cada quién tiene sus propios condimentos para armar la receta de su vida y estos son los de la mía.
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Era la frase preferida de mi abuela que nos decía a mi hermano y a mí cada vez que por alguna circunstancia nos quejábamos o manifestábamos apatía por hacer alguno de nuestros deberes escolares o mandados que ellas nos pedía. Siempre se la atribuía a su madre y era parte de ese recuerdo colectivo que sus abuelos trajeron de España y que día a día se los transmitían con ejemplos.
#1 “Lunes garbana, martes mala gana, miércoles tormenta, jueves mala venta, viernes vendaval, pa`un día que queda quién va a la mar”
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Otra frase de la abuela Herminia y por el mismo estilo se endilgaba a sus ancestros, pero estoy casi seguro que la sacó de alguna “Vosotras” o “Para Ti” de las que era lectora asidua. Lo importante era cómo lo transmitía y el lenguaje gesticular que hacía como búho sabio cuando la repetía. Creo que ahí empezó mi vocación de consultor. No importa de dónde saque el conocimiento si en realidad es bueno y aplica: lo importante es convencer a quién está escuchando.
#2 “Cuando aprendía las respuestas de la vida, me cambiaron las preguntas”
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Era el año 1996 o 97. La primera vez que la escuché fue en la Oficina de calle Mendoza en el Diario de Cuyo, en una tarde muy calurosa de verano. Estábamos hablando con Carlos Echeverry de un amigo en común, Jorge Atucha, un porteño marplatense que por las cosas de la vida vino a San Juan a trabajar. Un maestro de la labia y un vendedor de temer al que le aprendí el estilo después de varias charlas de café. Echeverry siempre invocaba esta frase de su padre, y hacía la acotación: “un vendedor de nacimiento y de mucho cuidado”, según su hijo y sucesor, que nada tiene que envidiarle.
#3 “Vende hasta una loca embarazada�
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Jorge Atucha, ese porteño que por un breve tiempo fue gerente comercial del Diario de Cuyo y por mucho un gran amigo, murió aquí en San Juan una tarde de julio en que corría un zonda atroz. La empresa decidió colocar en su lugar a Nelson Bellino, su sucesor comercial. En una reunión muy desacartonada con Carlos Echeverry y Nelson nos dimos cuenta que todo lo que Jorge tenía de vendedor, a éste en el reparto de habilidades se lo habían negado. La frase la dijo Carlos y a mi se me grabó a fuego porque luego ya en otras circunstancias la volvimos a citar con otros actores y con la misma vehemencia.
#4 “No vende ni un tamal en un derrumbe�
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Otra frase de Carlitos cuando hay que sacar pecho y la verdad no tenemos más pálida idea del rumbo que vamos a tomar. Era muy frecuente escuchar esta expresión en Diario de Cuyo cuándo preparábamos campañas y estrategias de productos y se las queríamos vender al doctor Montes, que por alguna circunstancia nos decía NO. No estoy muy seguro, pero la primera vez fue con una campaña de clasificados que tenía como ruta creativa la boca de Cristina, una cajera del mostrador de fúnebres en el horario de la tarde, muy linda la muchacha, algo de no olvidar.
#5 “¿Y qué hacemos? Empanadas, que es lo que más se vende”
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Esta frase en rigor de verdades es la segunda parte del ritual, cuando Carlos cita la anterior yo cito esta y entre los dos nos miramos la cara de perdidos. Los orígenes de esta frase se remontan a mi trabajo en Electrometalúrgica Andina, la fábrica de carburo, con Daniel Reche otro porteño de Capital, en una de esas interminables tardes de trabajo en la década de los 90 cuando Menem vendía las joyas de la abuela.
#6 “¿Y qué hacemos? Lo compremos todo hecho”
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Esta expresión la uso muchísimo aún en la actualidad y debo reconocer que no he explorado todavía nada de mi capacidad de asombro. Cada tanto me vuelven a engañar en lo profesional, en lo personal, en lo sentimental, etc. pero igual sigo creyendo. La fe en la gente vale la pena esfuerzo y el volver a empezar. La frase se la aprendí a un amigo Hugo Garayo, del Norte argentino, tan del norte que se fue a vivir a Paraguay. Compañero de primer año de la facultad, allí en el 84 y 85; según él es un dicho aplicado en su tierra por los inocentes redimidos por la luz de la verdad después que han sido defraudados.
#7 “Me engañaste como a una sirvienta paraguaya en celo”
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Esta cita la aplico después del saludo que responde a la pregunta ¿Cómo estás? o similar, y sirve para contrarrestar la mala onda. Normalmente, cuando alguien pregunta cómo vas, sobre todo en Argentina, siempre te responden pesimistas; algunos echándole la culpa a Cristina, otros a algún político y los menos a las circunstancias políticas de turno. La respuesta siempre es pesimista y la conversación se hace negativa, y eso no me gusta. La frase se la escuché por primera vez al gordo Giménez, un personaje y amigo muy querido de la Liga Sanjuanina de Fútbol devenido a vendedor de publicidad. Él a su vez se la sacó al dueño de una parrillada cruzando la Avenida de Circunvalación, que si mal no recuerdo se llamaba Bonanit y se comía un apunta espalda buenísima.
#8 “Los dioses del Olimpo están conmigo y la diosa Fortuna está haciendo horas extras para mí”
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Esta frase la usé por mucho tiempo antes de salir al exterior y aunque no le sacaba el pesimismo, por lo menos le agregaba una cuota de esperanza. Corría el año 83 y con Alfonsín y Sourruilete te acostabas con un dólar uno a uno y te levantabas con un dólar uno a quinientos. La situación económica estaba muy mal, tanto que cuando saludabas a alguien te respondía: “en la Lona…” como si fueran boxeadores que en la contienda los habían dejado nocaut. Ya en la época de Menen y Hérman Gonzáles las cosas eran diferentes; no solo te devaluaban sino que además te daban bonos a cobrar un siglo después. Con De la Rúa, Cavallo y el corralito fueron 20 años que pasaron tan rápido que no te distes cuenta cuanto te habían robado y en ese momento no te sentías que te habían llenado la cara de dedos y estabas nocaut sino además que te habían sacado del ring. Aun así, con todo lo que se habían llevado, decidí usar la expresión más optimista, porque podían robarme el dinero pero nunca quebrarme el espíritu. Eso sí, nunca más puse un peso en un banco. La expresión se la escuché a un amigo del alma Hugo (no el paragüacho trucho) sino al dueño de Hugo Latino, un personaje fantástico, golpeado por la miseria y tocado por la abundancia, que nunca se rindió y hoy es un empresario exitoso; y aunque no nos vemos muy seguido, continúa siendo un amigo.
#9 “¿Cómo andás?: Subiéndome a la lona”
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Esta cita la llevo desde que tengo uso de razón y me gusta aplicarla mucho cuando hago una declaración de inocencia o de indefensión sobre alguna circunstancia en la que me encuentro sin recursos para afrontarla y me entrego a lo que otro sepa. El que más la usaba era Reche en la fábrica de carburo cuando hacía referencia a los inspectores de la DGI que semana tras semana caían con sus requerimientos impositivos de información y control.
#10 “Es como un bebé de pechos”
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Una expresión que hace muchos años le saqué a Dante Montes cuando estábamos en las oficinas de la Calle Mitre. La usaba mucho para cuando me explicaba cómo solucionar algún inconveniente con un cliente, con problemas laborales o tal vez también algunos carácter impositivo. De Dante aprendí mucho de su inteligencia práctica y un “bárbaro” sentido común para resolver las cosas.
#11 “Del tamaño del sapo es la pedrada”
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Hace algunos meses estaba entrevistando a un colombiano para el área de circulación, su nombre es Ricardo Vives y, la verdad, no quedó para el puesto. En la entrevista usó la frase cuando mencionó a una mujer que ambos conocíamos: Rita Gamarra, la dueña del periódico Hora Sero (sí, con s) de Puerto La Cruz, en Venezuela, con la expresión en un colombiano muy cucuteño la definió en cuerpo y alma. Quién la conozca o la haya padecido sabe de qué se trata; por esto, su historia personal, una manera muy desenfadada y caótica de tomar decisiones y una profunda convicción personal tiene mi más profunda admiración.
#12 “Esa mujer vuela con los motores apagados�
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De mi formación profesional o, mejor dicho, de mi deformación profesional “Contador devenido a encantador de serpientes” encontré muchos dichos de vendedores que me parecieron fascinantes. Éste es uno de ellos que define a los más rápidos y de mayor efectividad. Lo escuché y empecé a usar allá en la Difunta Correa, entre velas y medallitas cuando hice mis primeros pinitos en esta costumbre fenicia y con el tiempo me ayudó a definir a los vendedores de publicidad.
#13 “El que no corre vuela y el que no, lo andan buscando”
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Con los años he ido perdiendo la memoria y usando cada vez más la frase (aunque a mi entender nunca fui un prodigio a la hora de recordar algo). Obviamente es una alusión al mal de Alzheimer, lo de alemán por el Psiquiatra que primero lo detectó siendo de Baviera era fácil de recordar la nacionalidad, aunque parezca cosa de brujerías no me acuerdo dónde lo escuché la primera vez. De olvidar y no encontrar acuné un hábito que lo he llevado desde el principio de los tiempos escribir lo que me dicen y lo que no, al principio en servilletas y luego ya un poco más sofisticado en las libretas Moleskine.
#14 “Es que mi amigo el alemán me esconde las cosas”
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Es una de las frases que recuerdo de mi madre, una se帽ora muy de evocaciones, que desde temprana edad me ayud贸 mucho en la escuela primaria y de alguna u otra forma intentaba hacerme reflexionar sobre ciertos temas. A pesar de sus esfuerzos, la reflexi贸n no ha sido parte de mi vida y no se me da mucho. La tengo que seguir cultivando.
#15 “No por mucho madrugar se amanece más temprano”
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También es una frase de mi madre que intentaba usar para hacernos sentir culpables a mi hermano y a mí cuando no la teníamos en cuenta en algún consejo o comentario que ella hacía. En mí lograba muchas veces efecto pero en mi hermano creo que nunca. Con el tiempo la usé para algunas conquistas tratando de sacar algún rédito de esta situación, pero al final me di cuenta que no tenía el mismo tacto que mi madre y rápidamente cambié el método.
#16 “Soy el último orejón del tarro”
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De mucho cuidado. La usé mucho en Argentina cuando manejaba el área de contabilidad e impuestos. El cuidado venía de estos últimos personajes del ente recaudador y las negociaciones con sindicatos. Si mal no recuerdo la aprendí de José Luis Quiroga, el entonces Gerente Administrativo del Diario de Cuyo con una vasta experiencia en este campo.
#17 “De armas tomar”
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Cuando internacionalicé mi carrera también internacionalicé la frase de armas tomar por esta otra y fui dejando de lado la anterior. Debo reconocer que suena mejor en colombiano paisa y la escuché en la entrevista con Jhon Fredy, que fugazmente pasara por la Gerencia de Circulación del diario Q`hubo. Era el método usado para negociar ya con los voceadores o canillitas que en todas partes son un verdadero problema y el último bastión en venta de periódicos.
#18 “De hacha y machete�
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Estaba presentando un ejercicio en un Taller de Negociación Avanzada y Ventas en Arequipa, Perú, a un grupo de vendedores del Diario Correo a más de dos mil metros de altura con ambos tobillos esguinzados por haber estado tanto tiempo de pie y el Gerente Regional Mario Pautrat definió el ejercicio con esta frase. El fulano no entendía nada de lo que estaba planteando pero como buen arequipeño el problema de ignorancias no era de él sino mío. Desde entonces cuando las situaciones son difíciles y las apuestas están en contra, sin sacarle el hombro a la situación, me acuerdo de esta frase y si Mario después entendió cualquier desafío es posible lograrlo.
#19 “Es un arroz con mango”
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Hace muchos años conocí a Guillermo, un chanta porteño desarrollador de sistemas, un personaje con todas las letras, hincha de Bandfield y amante del buen “morfi” como yo. Resbaloso como un pez en el agua y difícil de atrapar, usaba siempre esta expresión para hacerme saber que algunos cambios en el sistema eran verdaderos desarrollos que tenía que facturar por separado. Con el tiempo y cuando empecé a vender servicios que parecen tan sencillos y tan simples de concebir me di cuenta qué tan profunda era la frase.
#20 “Tengo el hardware de boludo pero no el software�
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Me pareció una frase muy chistosa de alto contenido popular cuando se la escuché a Patricia, una de las líderes de ventas de diarios en Suba, en mi travesía durante 10 semanas seguidas en Colombia. Hasta entonces yo usaba la expresión “es más barato vestirla que darle de comer”, pero la expresión en colombiano profundo me pareció más atractiva. De Colombia me atrajo mucho su gente, su idioma, su vida; tal vez siempre me atrajo demasiado.
#21 “La visto pero no la mantengo�
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Traduciendo el caucetero coloquial “alguien que no se queda quieto”. Durante mucho tiempo fue una frase de mi padre muy usada por mi madre y no la repliqué en mis conversaciones en principio, pero definitivamente la practiqué bastante. A fin y al cabo, mi vida no ha sido más que una serie de fragmentos, una cadena de eslabones del tamaño de una semana engarzados sutilmente por un aeropuerto los fines de semana. Cada lunes, una ciudad distinta, casi siempre en un país diferente, con problemas comunes y actores que van cambiando de acuerdo a la obra que se intenta interpretar.
#22 “Pata e`choco”
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Sin ser sarcástico la frase siempre la usé intentando prevenir a todos los que se acercaban a preguntar ¿cómo estás? Era un mecanismo de defensa que regularme lanzaba para prevenir al interlocutor de que las cosas no estaban bien, acompañado de un leguaje gesticular muy propio de que se avecinaban largas letanías y postales de problemas. Por suerte, no lo ocupaba muy seguido y sólo lo empleaba cuando había tenido algunas decepciones de trabajo o amorosas. Ya maduré, y en la perspectiva del tiempo ningún problema excepto la muerte es tan grave como para arruinarme el día. Ya no la aplico aun cuando persisten las decepciones personales, laborales y hasta las sentimentales.
#23 “Bien… o te cuento”
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Se la aprendí a Arturo, un vendedor de LVI Radio Colón en San Juan en una de mis etapas de transición. Un tipo con mucha calle, un corazón enorme. Sin esforzarse mucho era un filósofo contemporáneo, práctico, enamorado de su actual esposa, sus hijas, de la vida y siempre positivo. Acuñó esta frase en mi diario convivir porque usaba dos de los extremos del que siempre trato de alejarme: la gente negativa y el matrimonio. Lo comentarios huelgan y a las pruebas me remito.
#24 “Es más pesado que un matrimonio a disgusto”
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Huir del “Satánico doctor no” es una de mis consignas en la vida y la otra, como buen vendedor, buscar el terreno apto para que las cosas fluyan. Ser práctico es y será una necesidad para no sentirme atado. El hecho de tener posibilidades y opciones es un recurso en el que siempre he invertido bastante. En esta frase también me ayudó mucho Arturo, un maestro en cuestión de sacarle el cuerpo a las situaciones adversas o que no prosperaban. Me costó al principio entenderlo hasta que le encontré la vuelta.
#25 “Es menos práctico que un submarino a remos”
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Otra frase de este sabio de la vida que es mi padre, muy arraigada en sus ascendentes españoles y en mucha concordancias con la familia de mi madre. La escuché desde pequeño y aunque nunca entendí porque el can tenía ese desconcierto ni tampoco qué hacía en un lugar donde vuelan esas bolas como balas de cañón, sí entendía a mi padre cuando las usaba. Ya con los años hice de perro en varias ocasiones e intenté infructuosamente salir de la cancha.
#26 “Más perdido que perro en cancha de bochas”
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De perdido a desconcertado, de la sartén a la llama, frase muy utilizada en mis tiempos de universitario, extraída de la fibra más íntima del saber académico popular en los pasillos de la universidad y de un profesor mendocino de Contabilidad I, de apellido Maisón, loco como una cabra y brillante como un genio. Cuando hablaba uno no sabía si se estaba refiriendo a la vida o al costeo básico de la cuenta “mercaderías”. Hoy a la distancia del tiempo y analizando con la mente lo más fría posible aquellos días, el profe no transitaba un delirio permanente con chispazos de coherencia; al final, la vida es un balance de lo que nos queda y lo que se nos va influido por los resultados de lo que hacemos a diario.
#27 “Más desorientado que Adán en el día de la madre”
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Discúlpame, Victoria, el léxico, pero en el ambiente camionero, fruto de la profesión de mi padre en el que desarrollé mi infancia tenía algunas de estas licencias idiomáticas que no resultan agresivas sino más bien ilustrativas de la vida. La frase, a pesar de todo, no le corresponde a mi padre, ni a ninguno de sus colegas de trabajo, sino a mi prima Adriana que a los 4 o 5 años de edad la llevaron al Doctor Elías (nuestro pediatra de cabecera) y se la dijo sin pelos en la lengua cuando intentaba ponerle una inyección quién sabe para que tormento y bacteria.
#28 “Siempre me toca bailar con las más puta”
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Sin connotaciones sexuales por lo de “caliente” ni racistas por lo de “negra”, la frase también fue extraída del ambiente del transporte de cargas tan cercano a mis afectos. La expresión la usé muchos años cuando la circunstancia lo ameritaba. Muchas veces estuve enojado y enceguecido por las circunstancias, con el tiempo aprendía a separar las aguas y a no tomar decisiones en estado de cólera avanzada. No fue fácil y cada tanto recaigo pero lo sigo trabajando.
#29 “Más caliente que negra en baile”
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Una frase que en este libro no podía dejar de estar, expresión muy mexicana extraída de los momentos mas cruciales de la vida de Lidia, la directora comercial del grupo El Debate. Una sinaloense muy fuerte en convicciones y áspera en trato que le cambió la vida el día que se dedicó a las ventas. Durante años fue el encabezado de cada desafío que nos ponía la dirección. Trabajamos juntos, nos cambiaron las bases, las reglas, el mercado se llenó de crisis, narcos y violencia pero de todas esas batallas salimos airosos. Fue un bautismo de fuego para ambos, para ella como gerente y para mi como consultor. Luego el destino se encargó de marcarnos caminos diferentes, pero siempre quedó un grato recuerdo de Culiacán.
#30 “Está cañón”
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Los primeros años de consultoría fueron soñados. Nos movíamos por todas partes y a veces literalmente estábamos en dos países al mismo tiempo o en tres ciudades en una misma semana. Acuñamos esta frase con Carlos Echeverry y no sé a quién se le ocurrió primero o de qué película sacamos la frase, pero lo cierto es que creamos una leyenda, dejamos un legado y una estela de comentarios por dónde pasamos. Sin ser sicarios, matones o asesinos a sueldo nos enfocamos en movernos con mucha efectividad, a ser muy sigilosos y a ganarnos una reputación que normalmente nos ha precedido. Esto me ayudó a ser práctico, a dar resultados en lo inmediato y a veces a no tener sentimientos. Le hemos cambiado la vida a mucha gente.
#31 “Voy, lo mato y vuelvo”
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Usualmente conocí la expresión como “duro de roer” y la usaba mucho el Papipepe, así le decía al abuelo Pepe mi primo Jorge, allá en la época cuando vivíamos en la Bodega Arenas, al costado del canal en la calle La Plata en Caucete. Con el tiempo cambié el hueso por la fruta pero la sensación fue la misma que el abuelo le daba por aquellos días. Siempre que la cosa estaba difícil y me costaba convencer a alguien me acordaba de la frase y del abuelo, un español de Caleta de Vélez-Málaga, muy terco, muy trabajador y muy buen tomador de vinos. Siempre tomé estas situaciones no como una muralla sino como un reto, tal vez como lo hizo el abuelo cuando se vino de España.
#32 “Duro de pelar”
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Los libros dicen que un buen líder desarrolla una conducta asertiva en la vida y en su profesión, este tipo de hábitos se traducen siempre en beneficios en su comunicación. Claro está, también te deja sin amigos y pocos se animan a confesarte lo que realmente piensan, aunque es cierto te trae una cierta tranquilidad de conciencia. He tratado de concebir esta conducta asertiva y juro que no ha sido fácil. A veces he pensado seriamente en usarla y otras he recurrido a alguna mentira piadosa. Algunas veces estuve en problemas como en Mazatlán cuando Javier cursó el informe a la gerente administrativa Anabel en donde decía que ella no era la persona para el puesto. Cada vez que tengo dudas sobre aplicar esta frase me recuerdo a mí mismo: “Siempre hacer lo correcto acorta el viaje, porque se hace una sola vez.”
#33 “Más vale colorado una vez, que pálido toda la vida”
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Ya es un clásico esta frase de mi amigo y “colega” Paco Flores. De él la tomé cuando la relataba desde sus primeros años de consultor en LMI. Varias veces la usamos en sociedad en el infierno de Sinaloa cuando intentábamos cambiar El Debate de Los Mochis y metimos nuestras narices entre el Señor Ramos y sus secuaces o en la indomable altura de La Paz, cuando Rolando nos trataba de convencer que los monos vuelan y que todos los Canelas son abiertos de pensamiento. De algo estuvimos siempre seguros: no podíamos ser tibios, cualquier claudicación hubiese sido un signo de debilidad y hubiésemos perdido la batalla, si no pregúntenle al señor Ramos y a Rolando.
#34 “Gay sí, marica no”
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Otra frase de mi abuela que a su vez se la atribuía a su mamá. La usaba mucho cuando veíamos televisión y en las noches ya en horario de protección al menor había alguna escena subida de tono. Desde entonces el cine, las películas y las mujeres fueron una de mis tantas pasiones. Pero la primera vez que tuve a Victoria en brazos en el Hospital Privado, esa mañana del 30/9, literalmente mi corazón iba a reventar por esa criatura, sin dudas, lo que más quiero en esta vida.
#35 “Vai a riventar queriendo”
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Esta frase la inventé yo (porque no la escuché en ninguna parte) y por teléfono se la dije a Paco antes de que llegara a su Consultoría In House a Lima, en el grupo EPENSA. No hizo más que reír porque el desafío que se le venía era muy grande. Claro, el destino me puso la misma oportunidad en el camino cuando me tocó a mí hacer lo mismo en Colombia y aunque las circunstancias eran diferentes al igual que las áreas de trabajo, a mi no fue un amigo el que me lo dijo, sino un correo anónimo que a las puertas de la muerte me invitó. Lo bueno es que ninguno de los dos dijo que no y el reto se cumplió por partida doble para LMI.
#36 “Te esperan como al Mesías, algunos te quieren y otros te quieren matar”
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La primera vez que escuché esta frase fue en una de mis clases en la escuela primaria Pedro Echagüe de la Villa Independencia de mi maestra de cuarto o quinto grado, la señorita (por aquel entonces) Mary Romero. Al principio no nos llevamos muy bien pero con el tiempo aprendimos a querernos y después a extrañarnos. Según me cuentan, ella nunca se olvidó de mí y yo nunca me olvidé de ella. Lo cierto es que lo de la recta (debo reconocerlo… sin ser tan recta) fue un tema que siempre tuve claro.
#37 “El camino más corto entre dos puntos es la recta”
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Me he caracterizado en la vida por ser un personaje muy racional en algunas circunstancias, demasiado, pero en el fondo soy escorpiano temperamental y muy apasionado. Las situaciones pueden ser blancas, negras o en alguna tonalidad de gris, pero en cualquier parte de la escala cromática definitivamente son pasionales en mi trabajo, en las relaciones, en todo. Cuando el desinterés, la apatía o la mala leche se cruzan e insultan algunas de mis pasiones es cuando aplico esta regla en mi vida, me los como crudos. La primera vez que escuché esta expresión fue en Buenos Aires de un taxista muy temperamental, casi igual que yo.
#38 “Déjenlo que me lo como crudo”
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Esta frase cobró vida de la boca de Carlos Echeverry, en la presentación del nuevo modelo editorial y gráfico que presentamos en Culiacán ante la mirada atónita de don Idelfonso y de su incrédulo administrador, el señor Ramos. Don Idelfonso, un señor maravilloso que a pesar de su edad tenía y tiene más fuerza que toda su empresa junta. El toro más bravo, don Ramos, un personaje querido, odiado y temido. Con él no hubieron medias tintas, ni ese día ni el resto de la consultoría, un enemigo que vale la pena tener para templar el espíritu.
#39 “Hay que lidiar con el toro más bravo”
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Otra frase que en mi carrera y en mi vida acuñé con mucho cariño y con una voluntad férrea de llevarla adelante. Me la regaló la profesora Quiroga, que tenía un programa de cable donde hablaba de periodismo educativo. La autoría de esta frase es de Napoleón Bonaparte y como dije me la regaló porque la imprimió en un reloj de escritorio que durante muchos años tuve en la oficina de la calle Mendoza en el Diario de Cuyo. Cuando las cosas se ponían peliagudas bastaba solo con echar un vistazo al escritorio y encontrar las fuerzas, pero claro, algunas veces encontré mi propio Waterloo, pero no fue impedimento para seguir intentando.
#40 “La palabra imposible no existe en mi diccionario”
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Durante varias tertulias de vinos y tangos con don Armando en Culiacán apareció esta frase, que me quedó gravada por lo profundo del texto y lo que representaba en esos años el hecho de la separación en mi elección de vida. El día que llegamos a la consultoría renunció a su puesto y aunque me hubiese gustado mucho trabajar con él, aprendí algo muy importante de su decisión, qué batallas debía pelear y en cuáles no oponer resistencia.
#41 “Nada es más eterno que la ex esposa”
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O al menos dispara desde otro barranco. Sin ser una frase que haya aplicado muchas veces en la vida y casi nunca en el plano laboral, en el sentimental la he tenido mucho en cuenta. Cada vez que aparecía el fantasma de la formalización de una relación un escalofrío me corría por la espalda y en ese momento la mejor opción es TOMARSE UN AVIÓN. La distancia calma cualquier pasión y aplaca las intenciones mas genuinas de matrimonio. Esta frase la escuché por primera vez en mis primeros viajes a México, en la ciudad de Tijuana, del gerente general que no recuerdo su nombre.
#42 “Indio que huye sirve para otra guerra”
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Es una frase también muy mexicana, no de Tijuana, sino de más al sur por las tierras de Sinaloa. Javier Salido, el dueño del periódico la usó mucho cuando lanzamos una infinidad de productos y por H o por B, por inga o por mandinga, no resultaban y había que cambiar estrategias o gente y empezar de nuevo los entrenamientos. Una tarea ingrata que siempre me tocó realizar, por la que me gané varias enemistades.
#43 “El problema no es la flecha, sino el indio”
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Esta frase es del Güero López, un amigo de Güamúchil, que entre noches de tequila en el San Marcos y algunas borracheras confesó que a veces el indio no tiene la culpa y que hace lo que nosotros le decimos que haga. Sin estar borracho debo reconocer que de esto tengo mis culpas. Traté siempre de poner la persona correcta en el puesto indicado pero a veces me equivoqué. Con los años fui cambiando y me di cuenta que entrevistar a una persona para un trabajo es una gran responsabilidad no solo para la empresa que necesita el candidato sino para la persona que estamos entrevistando porque tenemos en nuestras manos su destino y estamos definiendo su vida y si nos equivocamos somos los artífices de su frustración si los elegimos para le puesto equivocado.
#44 “El problema no es el indio, sino el que lo hace compadre�
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También es una frase de mi madre que seguramente la sacó de la suya. Lo que sí definitivamente vino del viejo continente, y como tal, su preocupación en la vida fue ver con quién salía o a qué chica elegía como pareja, novia o querencia. Debo reconocer que cada vez que la escuchaba me causaba cierto desagrado, tal vez inconscientemente porque por alguna razón no aprobaba alguna de mis elecciones. Como todas las cosas que no me gustaban antes que rechazarlas las investigaba, ejercicio que sigo haciendo, y analicé el origen de esta frase, encontré una interpretación que distaba mucho de su connotación actual. El sentido de esta frase tiene que ver con el valor de las cosas, en la antigüedad tener una yunta de bueyes era un sinónimo de estatus y abundancia, pero si aparecía alguien con una concha de mar con pelos, como es imposible que esto exista, sería muy raro y valdría mucho más que dos bueyes. Lo cierto es que con el tiempo adopté esta expresión ya para mi vida con la nueva connotación, buscando siempre tener algo que los demás apreciaran como único. Aunque mi madre sigue refunfuñando mis elecciones de pareja.
#45 “Puede más un pelo de concha que una yunta de bueyes”
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Otra expresión que siempre me causó desagrado y era moneda corriente entre los chicos de secundaria cada vez que lanzaban una amenaza. Al ser de contenido sexual, obviamente adquiría mayor relevancia. También busqué el origen de esta frase y encontré algo muy interesante. En la Antigua Grecia las mujeres no tenían derechos y eran castigadas por su maridos o padres de acuerdo a su criterio. Uno de los castigos más temidos era atarles las manos en la espalda y hacerlas comer de rodillas con el plato en el suelo. De ahí la expresión “comer” y “doblada”, que por cierto, era bastante incómodo e inhumano. Ninguna de las dos acepciones ocupé en mi vida, ni el castigo ni la amenaza, pero me enseñó que el diálogo, sobre todo con una mujer, es muy importante y muchas veces bastante enriquecedor.
#46 “Te la vas a comer doblada”
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Esta frase es de Einstein, famoso físico y célebre por su Teoría de la Relatividad, pero suena mejor cuando la dice Heriberto Valdés, un mexicano de las mismísimas tierras del Generalísimo Pancho Villa, consultado, consultor, colega y compañero de trago, entre otras cosas. A Heriberto le sirvió mucho para entender y mejorar la circulación allá en Durango y a mi para entenderlo a él. Cada vez que necesito resultados distintos aplico este concepto y milagrosamente el alemán y el mexicano tienen razón.
#47 “Si siempre haces lo mismo, vas a obtener el mismo resultado�
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Esta frase es de mi padre, un hombre de pocas palabras y muchas anécdotas. Con los años se ha vuelto más cascarrabias y ha ido ganando más seguridad y sabiduría, crítico de mi estilo de vida (aunque haya sido un claque de la suya, salvando las distancias y los trabajos). Una expresión que usaba siempre que la suerte estaba echada. Yo la usé para prevenirme y en ese caso como fracaso era el resultado más probable, buscar el desafío de cuanto más había que invertir para cambiar esa suerte.
#48 “Como chancho pa`la feria�
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La escuché hace poco en el Sindicato de Vendedores de periódicos en Colombia, de la boca de uno de sus miembros de la junta directiva que no recuerdo su nombre. La usó en una de esas tantas negociaciones que tuvimos para llegar a un acuerdo en la venta de optativos. Esta expresión le dio nombre a una actitud que siempre cultivé escuchar y proponer, entender y resolver. Darle una oportunidad al diálogo antes de cerrar una puerta definitivamente. Si ante la mayor adversidad hay un punto de coincidencia o solución, no todo está perdido.
#49 “Venga y hablemos que algún negocio hacemos”
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De doña María, la dueña del diario El Cuarto Poder, de Chiapas, una mexicana que daba miedo, que le faltaban las cartucheras cruzadas y una escopeta en la mano. En un entorno muy bélico de zapatistas y periodistas (uno no sabe cual es peor) usaba esta frase para bajar costos y mantener la rentabilidad. La tomé el pie de la letra y juro que me enseñó más que un flujo de caja o un PyG en mi carrera de contador y consultor.
#50 “Sale más caro el caldo que las albóndigas”
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Esta frase no es de una pitonisa, ni de una vidente, era de una suegra que debo mantener su nombre en reserva por secreto de sumario e integridad física si quiero seguir vivo. Le aconsejaba a su hija que no creyera en las cosas que le decía. Ahora, como padre de Victoria, me doy cuenta de su preocupación.
#51 “Prometer prometer hasta meter y, un vez metido, olvidar lo prometido�
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También extraída del Sindicato de Voceadores en Bogotá, como parte de las complicadas negociaciones que nos dejó Guillermo, un personaje nefasto que fue Gerente de Circulación en Q`hubo durante un breve interludio. Esta frase, en léxico de un voceador, tiene y tenía gran importancia a la hora de conciliar posiciones. Un caso más de los que encontré a lo largo de mis viajes, en cualquier parte, de cualquier persona, se aprende algo y se saca lo bueno.
#52 “Y seguimos pa`compadres�
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En mi época de secundaria se puso muy de moda esta frase en plano conflicto bélico con Chile, y ante la tensión que se desatara una guerra, la gente y sobre todo Miguel, uno de mis amigos de secundaria y compañero de banco, desataban estas ideas para bajar la presión. Con los viajes la usé mucho, como nuestros “hermanos“ chilenos, no solo han sido peligrosos con nosotros sino que a todos le han sacado algo.
#53 “Más peligroso que chileno haciendo mapas”
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Tito. Claro, no me la decía a mí sino en esas conversaciones de grandes que los más chicos escuchábamos. Fue socio de mi padre y cuando era muy pequeño era uno de mis ídolos. Dicen que cada 7 años se cambian las amistades, los ídolos y las cosas que queremos, esto se produce porque vamos madurando pero cuando hago la retrospectiva he notado que he perdido mucho y en alguna parte quedó una cicatriz.
#54 “Más peligroso que mono con navajas”
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Williams, de Barranquilla, que trabajaba en Bogotá, la trajo a colación en una reunión evocando su ciudad natal, con añoranza y mucha nostalgia. Me quedó grabada no solo la frase sino la nostalgia de aquellos días de Universidad donde tenía que andar mucho para lograr algo. Sobre todo notas y dinero, que siempre eran pocas. La frase de ese entonces era que caminaba mas que el Tío de la lista. Durante la consultoría en Colombia esta frase ha sido un estandarte de la gestión y Ciudad Bolívar su escenario.
#55 “Caminando más que un loco nuevo”
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Esta frase está en mi inconsciente desde que tengo uso de razón, creo que desde que el diablo existe. Varias veces debo reconocer de la efectividad de esta frase, pero con un poco de perspectiva siempre vuelve a tener vigencia. Por eso, cuando tenía que despedir a alguien o sacarlo de su función y llevaba muchos años en esa posición, siempre le di una oportunidad más, la de “desaprender”. Algunos la tomaron y muy aceptaron el desafío o ya no tenían las fuerzas para cambiar. Pero los que la tomaron tuvieron muy buenos resultados y yo mi conciencia tranquila.
#56 “Sabe más el diablo por viejo, que por diablo”
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Hay frases que me definen y ésta es una de ellas. Me pinta en cuerpo y alma. De dónde la saqué tengo varias teorías y muy pocas certezas pero la mayoría de ellas salen de la escuela primaria. Era muy estudioso y de buen concepto entre mis maestros, pero a veces un poco irreverente. De mayor me endilgaron esta frase para definir mi vida de “Don Juan” y las decisiones difíciles que tenía que tomar en mi trabajo como consultor. A veces me la decía mi jefe, a veces mis amigos y otras la repetí en voz baja para mí.
#57 “Qué le hace una raya más al tigre”
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Jorge, mi primo, un sujeto que influyó mucho en mis años de primaria. Yo de campo, él de ciudad; yo de pueblo, él de mundo. Usaba esta frase para graficar que la cosa estaba muy jodida. Ya de grandes el afecto nos mantuvo juntos. Jorge siguió siendo muy exitoso y aunque la frase no se la escuché más en su vida y en la mía, tuvimos varios altibajos y ambos, en su estilo, sorteamos las situaciones difíciles.
#58 “Más cagado que palo de gallinero”
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Rosa Leiva de Pelaytay, otra profesora que en mi vida dejó una huella por su carácter y temperamento, peronista, enseñaba geografía y luego en la era democrática fue diputada departamental. Podía uno estar o no de acuerdo con su ideología pero nunca podía dejar de considerarla. Usaba esta expresión para sus retos o regaños cuando no teníamos un trabajo completo. Cualquier excusa era inválida excepto la muerte. Esto me ayudó mucho en la vida. Desde entonces supe que el día laboral, si haces lo que te gusta, no tiene 8 horas sino 24. Y aunque a veces se me hace cuesta arriba poder cumplir nunca dudo de mi convicción y entrega.
#59 “Todo tiene arreglo en esta vida, menos la muerte�
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A mi profe de contabilidad, la señora de Alcaráz, le decían la “Chanca”, no se por qué, ya que era muy correcta y seguro heredó el apodo de su marido. Me la dijo una tarde de setiembre en la escuela Normal cuando cursaba el cuarto año y estaba con uno de mis amores de secundaria, Mary, una muchacha libre, rebelde, de carácter y sonrisa amplios pero muy vaga para los estudios. El destino nos juntó por un tiempo y no sé si la sombra le sirvió de algo pero la suya me sirvió a mi para ver el mundo con un poco más de desacartonamiento. No todo en la vida tiene una sola forma de verla, ni una sola estructura. También hay grises y gente que piensa diferente. Este mundo es ancho y ajeno y hay que vivirlo como se pueda y quiera.
#60 “El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo acapara”
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En mis viajes una de las cosas que tuve que soportar como argentino que soy es la mala fama que tenemos en el exterior, obviamente, creada por los porteños que tienen más mundo que nosotros, los del interior. Enfrentarse a un auditorio y revertir esa pesada carga es muy difícil pero no es una tarea que sea irreconciliable, porque también a los argentinos nos ven como gente inteligente. Esta expresión la empecé a usar en las consultorías y agregando algo de provinciano debo reconocer que me fue muy bien.
#61 “Es lo que hay”
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En uno de los veranos, en Mar del Plata, que pude pasar con mi hija y mis sobrinos cuando todos eran chiquitos y más sencillos de domar. Ha habido otras vacaciones y todas fueron memorables y calculo que quedan algunas todavía por disfrutar. En ese verano de Mardel mi sobrino Marcos le compró de regalo a mi padre una remera que tenía la frase ”Es lo que hay” y había otra que decía “Es lo que queda” y rápidamente la hice mía (a la frase y la playera). Aunque me la compré nunca la llegué a usar y en alguna consultoría la regalé, como regalé muchas veces la frase, después de maratónicas jornadas de trabajo, como por ejemplo en Culiacán, cuando intentábamos apoderarnos del mundo como Pinky y cerebro y hacíamos un balance, siempre quedaba lo mismo, la sensación del deber cumplido.
#62 “Es lo que queda”
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Mi maestra de quinto grado, la primera Mary que tuve en mi vida, me regaló el Martin Fierro al final del ciclo lectivo cuando el terremoto acabó las clases en forma intempestiva. Fue el primer libro que leí, hubieron muchos versos que me gustaron y uno de los que saqué fue este. Envuelve en un gaucho antiguo y con una poética muy exquisita la realidad de que por más que ayudemos a alguien nunca va a cambiar. De esos me encontré muchos en la vida, algunos los pude sacar y con otros tuve que convivir, pero el resultado siempre es el mismo, a la larga desaparecen.
#63 “El que nace barrigón es añudo que lo fajen”
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Cuando era pequeño y vivía en la casa de mis abuelos había en televisión (en blanco y negro) un programa de humor que se llamaba “Hiperhumor” y en la temporada siguiente cuando la TV paso a color se llamó “Comicolor”. La usaba uno de los humoristas en un cuadro que siempre tenía como desenlace lo bruto que era el gordo Almada y por más que intentaran culturizarlo volvía a hacer las mismas cosas. Si el entorno era muy cultural usaba la frase del Martín Fierro, si la cosa era mas popular usaba esta frase. No tengo forma de saber si le dije que sí a todas las oportunidades que se me presentaron en la vida, pero cuando las tomé lo hice con mucha pasión, de corazón y puse lo mejor. No se si fui “pito” o “corneta” pero siempre traté de estar a la altura intelectual del resto (con la otra altura tuve algunas dificultades).
#64 “El que nace para pito, nunca llega a ser corneta�
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La frase la usó Ángel, uno de los Hortúa, que en ese entonces estaba como asesor a cargo de la Candelaria en Bogotá. La frase me gustó muchísimo porque le dio nombre a toda esa gente con la que había interactuado dinámica, incansable, inteligente, muy trabajadora y honesta. Tal vez fue lo que quise ser en mi vida y por eso siento profunda admiración por ellas. No puedo decir que lo logré y tampoco que alguna vez pueda lograr ese anhelo, pero en la búsqueda he tenido muchas satisfacciones.
#65 “Ese men es una abeja completa�
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El toro Alanís, un compañero de secundaria que la vida le había dado un padre de medio tiempo y una madre muy dulce. La usaba cada tanto y era un gusto siempre escucharlo. El destino hizo que al torito se lo llevara La Parca prematuramente, pero se fue en su ley, según me contaron, después de un partido de fútbol una de sus pasiones más comprometidas. En mi época la homosexualidad no estaba de moda, lo que no implica que no existiera y tampoco era un símbolo distintivo. Con el tiempo aprendí a aceptar el tema y a aquellos que habían optado por estas preferencias. Debo reconocer que me costó mucho y fue uno de los sesgos que más tardé en cambiar, tal vez maduré.
#66 “Si no se la come, anda detrás del camión de Terrabusi”
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Es la cita que más me ha costado recordar su origen, tal vez porque la aplico desde el mismo origen de los tiempos (los míos claro está) y no pude recordar su procedencia. Lo cierto es que siempre la uso para frenar alguna cargada (sobre todo en fútbol) y es que la usé mucho para mi mismo. Por mi naturaleza, siempre intento comerme el mundo y resulta muy difícil, a veces como en la parábola de los juncos, hay que tomar vara por vara y no la mota completa para lograr el cometido.
#67 “Cortá lo que vas a comer, que te podes atragantar”
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Esta frase se la puedo atribuir solo a una persona: A mí. La ocupé mucho en esas cacerías nocturnas o diurnas con amigos o enemigos en algún piringundín de mala muerte en este vasto continente. Creo en las relaciones de pareja y creo que ya lo dije, pero no tengo experiencia en el “comieron perdices y vivieron felices para siempre”. No he perdido las esperanzas, en algún lugar habrá alguien con la que pueda compartir lo que me queda de existencia.
#68 “Acabo de conocer a mi futura ex esposa”
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Si tuviera que definirme soy una persona tranquila de naturaleza pasional, es decir, soy relajado pero me caliento fácil (caliento es igual a enojo). Tampoco recuerdo su procedencia pero seguro tiene tantos años como yo. En más de una oportunidad he debido recurrir a la concentración para poder aplicarla y aunque no lo he hecho tantas veces como debiera con el tiempo he entendido que tranquilo se toman mejores decisiones.
#69 “Tranquilo como agua de tanque”
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Aquellos que conozcan bien a mi padre saben que esa era una de sus frases de joven, claro que se la decía a uno de mis tíos que, por secreto de sumario, no puedo decir quién era. En alguna de mis negociaciones se me hizo patente esta enseñanza y he recordado a mi padre y su técnica para contrarrestarla. A pesar de lo hostil que a veces parezca con ese carácter y escasa paciencia, en el fondo siempre fue bueno. Lleva 47 prometiéndome una cachetada y todavía no me la da.
#70 “Pide más que una monja en feria”
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Eso siempre me pasó, en cualquier relación laboral, sentimental o profesional, empecé dando la mano y terminé entregando mi vida. La primera vez que la escuché fue de mi maestra y no se porqué pero me dolió tanto que me quedó grabada a fuego. Algo que me sorprendió y me sigue llamando la atención es que cuando me encuentro con alguna de las maestras ya sea las que me dieron clase o simplemente las que me conocieron de la primaria, se acuerdan de mi perfectamente y cuando les digo a qué me dedico asienten como si fuera una verdad del destino y ya estuviese revelado en las escrituras.
#71 “Les das la mano y se agarran el codo�
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Cuando me dijeron esta frase no hay dudas fue por la connotación sexual que la misma tiene, basta solo reemplazar la “a” por la “u” y todo tiene sentido. La usamos con Betina una vez que intentábamos definir un antiguo amor que tuvo. El día que se la dije le quedó muy claro porque terminó su relación. La usé mucho esta frase para entender la personalidad de la gente y que era capaz de hacer, repasando el actuar de una persona y las circunstancias en las que actuó es sencillo saber qué es capaz de hacer, y de eso vivo ahora.
#72 “Si camina como pato, grazna como pato y tiene plumas de pato… es pato”
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Viene de mis tiempos de Secundaria y siempre le repetí esta frase a mis jefes o como un reclamo a quienes me solicitaban un trabajo o encargo como un reclamo por la carga o exceso de trabajo. Con el tiempo me di cuenta de que no era problema de los que me encargaban el “algo” sino del “alguien” que lo aceptaba. Cuando uno hace lo que le gusta la carga no es tan grande, patear y cabecear no se ven como imposibles; puede ser tan productivo que la experiencia te ayuda a aprender otra palabra “delegar”; igual pasión, igual responsabilidad, menor trabajo.
#73 “Quieren que patee el córner y que también lo cabecee”
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Es un proverbio árabe que leí en alguna tarjeta o libro. Entrando a la universidad y promediando ésta me di cuenta que ser un muchacho de pueblo me podía meter en líos para los que no estaba preparado. Ser inocente y asertivo no es bueno si los demás no están dispuestos a escuchar la verdad. Nunca me atrevía a transar la asertividad, pero sí aprendí a manejarla, sobre todo con aquellos que no son capaces de manejar información confidencial. Las declaraciones políticamente aceptadas son un recurso válido en determinadas circunstancias.
#74 “El amigo de tu amigo tiene un amigo, se prudente�
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Un día hablando con Carlos Echeverry hizo un comentario y me dijo que debía dejar de leer libros técnicos o de la profesión que lo que ya sabía era suficiente y que empezara a leer novelas, cuentos y otras hierbas para desarrollar mi creatividad. Seguí a medias ese consejo, incrementé mis horas de lectura y además de los libros aburridos empecé con los entretenidos, el primero que tomé fue El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez, Gabo. Ha sido toda una proeza intentarlo y una gran satisfacción, intentarlo, me refiero a leer libros.
#75 “Hemos venido a esta vida con los polvos contados�
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Mauricio, el técnico de las cámaras de circuito cerrado en Bosa, una localidad de Bogotá en Colombia, me la dijo cuando yo hablaba de mi ardiente San Juan. Y claro que la tomé de inmediato. Mauricio es un encantador de serpientes que le tocó entrar a jugar en esta vida por la puerta trasera. Viene de un pueblo muy pequeño y se afincó en una gran ciudad a punta de sacrificio y mucho trabajo; una historia como tantas, como la mía. Salvando las distancias, ya que no me afinqué en una gran ciudad sino en un continente. Con estos dichos uno puede revivir su historia y saber de dónde viene, tiene conciencia de dónde está y lo más importante: saber a dónde va.
#76 “Allí llega el agua con sed”
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He recorrido varios lugares, algunos de ellos son verdaderos infiernos, pero la frase define de perlas a mi querido San Juan. Aunque a veces agrego algunos grados para que parezca más caluroso, su gente, sus siestas, son lo que más destaco. Muchos lugares en el mundo me han seducido pero como dice la tonada “volveré siempre a San Juan”.
#77 “Hasta las lagartijas andan con sandalias�
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Definitivamente la recuerdo de hace mucho y seguramente de aquel grupo de amigos de Secundaria que el tiempo y la distancia me los arrebataron o mejor dicho me dejé arrebatar. Desde siempre la usé no solo para definir atributos (aunque se que no tengo ninguna autoridad para hacerlo) sino para calificar circunstancias que se presentaban con un panorama difícil y muy complicado. A pesar de ello, en muchos casos en los que la emplee nunca evadí el compromiso aunque supiera que la batalla estaba perdida, trataba de lucharla porque lo que importaba era ganar la guerra.
#78 “Es más feo que tropezar descalzo”
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Jhon Fredy, un personaje con el que trabajé unos meses en Bogotá la dijo cuando hablábamos de Marcos, uno de sus jefes de ventas. En verdad la frase los representaba a los dos con pelos y señales. Siempre fui muy “verborrágico” y eso me metió en muchos líos y problemas, con el tiempo apliqué una técnica mucho más matemática y por cierto más efectiva: tenemos una boca y dos orejas, hablar menos y escuchar más me trajo mejores resultados.
#79 “Habla más que recién encontrado”
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El abuelo Pepe era un hombre de muchas historias, un español que vino a las Américas pero que nunca dejó su tierra. Cuando saqué la doble nacionalidad no solo fue una oportunidad sino también una necesidad de cerrar el círculo y el día que llegué a Torre del Mar como español se lo dedique a su memoria. Una vez el Yeye, patrón de la finca en la que el abuelo era contratista, le ofreció hacer el viaje y llevarlo a pasear por España y él le respondió que todo lo que quería lo tenía en Argentina. La frase la usaba mucho y con un buen tinto también la profesaba, era muy difícil callarlo.
#80 “Habla más que el tío de la lista”
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Daniel Aguado, uno de los gerentes contemporáneos mío en el Diario de Cuyo, la mencionaba muy a menudo. En esta vida uno se encuentra de todo, hasta esos impertinentes que tratan de enseñarle lo que no saben o de convencerlo de algo que a sabiendas te das cuenta que no es cierto. De ahí que cada vez que voy a hacer algún comentario y aplicar alguna recomendación de cualquier tema tengo siempre presente que mi rol sea el del perro y no el de la pared.
#81 “Lo único que falta es que la pared mee al perro”
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Ya en consultoría esta frase me la dijo Carlos Echeverry en algún lugar de México. El concepto es igual que el de la pared y el del perro aunque hay que reconocer que esta frase tiene mas “vuelo”. Con los años y sobre todo en México la fui intensificando para mitigar la técnica “Cantinflas” de la que a veces era víctima. Siempre tuve cuidado del rol de pato y el de escopeta, lo que voy decir no parece argentino y puede parecer raro pero “cuando de conocimiento se trata, hay que ser humilde”.
#82 “El colmo es que los patos le disparen a las escopetas�
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De mi tío Tito y no tiene que ver con su apodo sino que se la escuché de chico y me quedó vivida la experiencia de ver a los marranos en el chiquero. La cita es buena no solo por su connotación gastronómica sino por su esencia filosófica. Nunca se alimenta el conocimiento si uno no se embarra un poco, de las veces que más sucio se sale, más se aprende.
#83 “Chancho limpio nunca engorda”
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Esta frase la usaba mi madre aunque la mezclaba mucho con una publicidad de hace como 4000 años que aparecía en los relatos de los partidos de fútbol por la radio: “al pan pan y al vino Toro” que para colmo el néctar de uva era mendocino. No puedo decir que apliqué esta cita al 100%. La verdad me manejé algunas veces en ciertos grises entre el blanco y el negro. Pero siempre tuve claro qué no hacer: nunca robé, nunca maté y siempre traté de no causar daño, y si por alguna causa lo hice tuve la necesidad de pedir disculpas.
#84 “Al pan pan y al vino vino”
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La frase no requiere de explicaciones. Se la tomé del repertorio de la abuela Herminia. Una mujer con un bagaje frondoso de conocimientos de la vida y muy rica en experiencias, de mucho carácter y bastante terca, si no pregúntenle a mi padre que la tuvo que padecer varios años en casa. Y en el otoño de su vida cada encuentro fue mágico. No fui su nieto preferido, ese era Marcelo mi hermano, pero siempre me trató con mucho cariño y era una de mis admiradoras cuando salía en las fotos del diario. Siempre que terminábamos una conversación me decía que yo era muy inteligente, que lo aprovechara. Eso puso la vara más alta tratando de ser lo que ella decía y aprovechando lo que aprendía.
#85 “No aclares que oscurece”
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Otra frase del Martín Fierro que me llegó por mi madre antes de leer el libro. Al principio de los siglos, cuando mi hermano y yo éramos pequeños, nos peleábamos a diario como perro y gato y mi madre siempre la recitaba. Con Marcelo vemos la vida desde puntos de vista distintos, a veces coincidimos otras no, pero siempre nos escuchamos. No concibo una vida sin mi hermano. Soy su fan en el fútbol y en otras cosas también. Durante años me atormentó la idea de que Victoria no tuviese un hermano con quién compartir y pelear, pero el destino ya solucionó ese pesar y le dio dos hermanos y cinco primos, los hijos de Marcelo que son como hermanos.
#86 “Los hermanos sean unidos / esa es la ley primera / porque si entre ellos pelean / los devoran los de afuera�
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Gámez, un verdadero personaje vendedor de publicidad del Diario de Cuyo, ya parte del inventario y un pedazo de historia de esa empresa. La expresión es muy curiosa y un tanto discriminatoria pero muy representativa. Esta frase la usé en doble vía la primera para sacer de la jugada a los metidos que entorpecen y la segunda para involucrar a los que realmente se tienen que involucrar, nada mejor que meterse en algo hasta llegar al resultado.
#87 “Más metido que pupo de gorda”
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Chiquito Varas. Si Gámez era un personaje en el diario este es el papá de los personajes en el matutino local. Un tipo muy inteligente y de mucha calle. La expresión es buena y muy gráfica, quién no se imagina el calcetín tieso de mugre, hasta el olor se puede sentir si hacen memoria. Siempre que pude me paré, aun cuando me sentía vencido y las circunstancias poco favorables. A veces las caídas eran laborales y de inmediato trataba de reincorporarme, otras sentimentales y aunque estas son más duras siempre dejan una salida para poder pararse.
#88 “Te paraste como media sucia”
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De procedencia desconocida y ausencia temporal completa esta frase es sin dudas una conceptualización de la experiencia, de esa que queda grabada en la mente, por dolor, por vergüenza, por bochorno, etc., pero que nunca se olvida. Claro está que el desafío está en volver a intentarlo, pero esta vez sin fracasar.
#89 “El que se quema con leche, cuando ve una vaca llora”
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Mariana, la socia de Henry, una vendedora de diarios del Nuevo Milenio, muy buena, colombiana asentada en Bogotá, de procedencia caleña y de manos curtidas por la experiencia. La cita contundente como su vida, no hay que perder tiempo con un tamal mal armado. No perder el tiempo si alguien no tiene las condiciones, no perder el tiempo si las circunstancias no se dan, no perder el tiempo si la misión es imposible pero si la convicción es segura, si es fuerte la razón y si hay un rastro de poder lograrlo hay que intentarlo el No ya está.
#90 “Ese es un tamal mal armado�
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CONDIMENTOS PARA UNA RECETA DE VIDA
Es una frase de Plaza Sésamo. A los 5 años la vi en blanco y negro y la gráfica del garabato es magnífica. Siempre que hubieron muchos en algún proyecto que encaré me quedé con el trabajo y los regaños. Con el tiempo y la experiencia he ido sacando algunas manos del plato cada vez que se puede clarificar la situación, aunque cada tanto vuelvo a caer.
#91 “Muchas manos en un plato, hacen mucho garabato�
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CONDIMENTOS PARA UNA RECETA DE VIDA
Es de mi abuela y ella era la que siempre repartía. Si era dulce se quedaba con la parte más grande. Si era cerveza, nos daba la espuma (claro que éramos muy pequeños), y si había fruta se la comía antes que la sopa para quedarse con el durazno grande. Esta frase me enseñó mucho de liderazgo para alzar las manos en algún proyecto o algo nuevo que se pretendía hacer. Esta frase me dio una visión de contexto le dio profundidad a muchas de mis percepciones.
#92 “El que parte y reparte se queda con la mejor parte�
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CONDIMENTOS PARA UNA RECETA DE VIDA
Se la escuché a la tía de Graciela, en México. La mencionaba cuando nos veía con dinero. Una vendedora de libros muy buena, según contaba su sobrina. Me di cuenta cuando la escuché que tenía que ser más precavido con el dinero, sobre todo con el mío. Sigo siendo un poco descuidado, pero ya tengo noción del problema y trato de cada tanto cuidarlo.
#93 “La plata es como los chismes, hay que contarla para que valga�
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Se la escuché a Sarita en Perú, una persona muy dinámica y activa, de las que vuelan con los motores apagados. La frase la incorporé porque graficó muy bien el porqué a veces no hay que dar una segunda oportunidad. No por ello deje de intentar cambiar el mundo, al menos siempre hay que intentarlo.
#94 “Lo que no tiene de Inga lo tiene de mandiga�
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Miguel, el de la Secundaria, me la dijo cuando otro de nuestros amigos, “el loco” Maravilla intentaba seducir a una chica. En mi caso, más que una sentencia fue un reto. Puede la vida no agraciarnos con inmejorables atributos físicos, porque nos falten centímetros o nos sobren kilos y con el tiempo las marcas se aniden en los párpados y aclaren nuestro cabello, el espíritu siempre está intacto. Mirando el medio vaso lleno, aún en ese pescado hay un potro escondido.
#95 “Es un caballito de mar, se cree un potro pero es un pescado�
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La expresión la escuché en una clase de historia en segundo de Secundaria y aunque al principio me pareció conformista me di cuenta con la experiencia que el tiempo madura muy bien las circunstancias para que encajen las piezas. El tiempo permitió que el análisis decantara y que Roma se pudiera construir. El tiempo ayuda pero los motores de que las coas se hagan somos nosotros mismos.
#96 “Roma no se hizo en un día”
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En la universidad éramos 8 amigos que estudiábamos juntos y sin querer habíamos montado un equipo de excelencia que era monitoreado por seguidores y detractores, en varios niveles. Carlos Landa era uno de ellos y siempre repetía esta frase. No hay que darle armas a nuestro enemigo o competencia, era la moraleja del cuento. Siempre la combinamos con otra frase “el poder de los pinches” haciendo alusión de que nos encontrábamos con cada sujeto que no nos explicábamos como estaba en ese cargo, pero tenían autoridad y a la larga son los que te ponen piedras en el camino. Esto me enseño a ser medido en todo y con todos.
#97 “No hay que avivar giles”
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Y todo lo que brilla no es oro, las apariencias engañan. En las consultorías, antes de bajar del avión, cuando no se conoce el cliente, estás en un país nuevo y en una cultura diferente aparece el temor de: “qué hago aquí, qué les digo que no sepan”, y después de 5 minutos de consultoría el resultado siempre es el mismo: hay cosas buenas que te vas a llevar y otras donde el mundo es un espejismo de éxito que se alimenta de ilusiones, hasta en las mejores organizaciones se encuentran restos de piza bajo la alfombra . No por ello hay que dejar de intentar y en la misión de buscar está la emoción de encontrar, así el reto es cada vez mayor y eso sí es verdadero.
#98 “El mundo es trucho”
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La usa Carlos Echeverry y el resto de los consultores para definir cuáles son las características que tienen que tener una foto periodística que se publica en una noticia. La vida es una instantánea en la que importa lo esencial, si nos perdemos en detalles dejamos escapar lo que verdaderamente es importante, lo que nos gusta, lo que sentimos, por lo que verdaderamente vivimos. Un hecho, una cosa, un alguien… en mi caso Victoria.
#99 “Caga más una vaca que cien pajaritos”
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La vida no es un jardín de rosas. De dónde saqué esta frase no recuerdo pero lo que sí tengo presente es que la pongo muy a menudo en práctica. En la profesión que elegí siempre te llaman para arreglar algo, y siempre involucra a personas, lo que lo hace mucho más difícil. Siempre hay alguien que se empeña en convencerte en que no se puede cambiar, que las cosas están así por algo y que el cambio es una quimera inventada por los consultores para sacar dinero. Al final de la historia, el que cambia, el que gana es el que más pasión le pone a lo que hace, venga ésta del corazón o de las vísceras.
#100 “Hacemos de tripas corazón”
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La decían en diferentes tiempos dos personas Hugo De Bernardo y Don Francisco Montes. Don Francisco llegó a mi vida profesional en el invierno de su vida, cuando ya estaba de vuelta. Un hombre que admiré mucho por su experiencia y lo que había armado, nunca leyó un informe de los que le pasé, me los devolvía con la frase. Hugo es un amigo entrañable de hace años la vida le puso y le sigue poniendo mil trabas y siempre las enfrenta con una sonrisa. Son dos modelos de éxito de carne y hueso que siempre consideré, son historias de vida como tantas otras que enseñan a vivir.
#101 “Tiene que alcanzar para todos, sino no es negocio�
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La abuela la usaba. Ya con el tiempo le pregunté a Damián, un amigo consultor de Toledo qué había allí para entender la frase de la nona y respondió con un mensaje tosco y resoplando para adentro: “Naa… Naaa, que va haber” . Siempre tomé esta expresión como algo indefinido pero nunca se me hubiese ocurrido “Nada”. Ahora entiendo el hastío de la veterana cuando lo decía.
#102 “Entre Pinto y Valdemoro”
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Joulieth Fuentes, de Barranquilla, una novata en el tema de circulación de periódicos me la dijo cuando intentaba explicarme porque se le retiraban lo asesores que no aguantaban la tarea de vender periódicos. Lo cierto es que otro día, entre charlas más distendidas, me di cuenta que era una máxima que aplicaba en toda su vida porque uso la misma frase para definir la ruptura emocional que había tenido con su último novio. Desde entonces ya no sufro más en mis cuestiones de corazón ni me pregunto porque se van, porque si lo hacen es porque no eran.
#103 “El que se va es porque no era”
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También de Jhon Fredy y aunque trató de endilgarme alguna chanza con esta frase aduciendo que saque el argentino que llevo dentro, le quedó más pegada a él en sus últimos días de gestión. Al final, por sus hechos se conoce a las personas y no es lo que digamos sino lo que hacemos lo que verdaderamente queda como legado.
#104 “Pelaste el cobre”
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Del mayor de los Hortúa, Edison, un sobreviviente a varias administraciones en la empresa en la que trabaja en Bogotá. Y nada más cierto y enredado que un manojo de anzuelos. Lo claro es que en la vida los anzuelos no los podemos cortar sino que tenemos que tratar que no se enreden y cuando eso pasa tener mucha paciencia para desenmarañarlos.
#105 “Más enredado que un manojo de anzuelos”
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De mi amigo Heriberto Valdez, allí en las tierras porteñas de Buenos Aires. En muchas circunstancias uno se encuentra gente que hace verdaderos e ingentes esfuerzos por complicar las cosas. Invierten tiempo, recursos y toda su inteligencia para entorpecer una gestión. Con los años uno se va poniendo desconfiado y se va cuidando más de aquellos que usan su habilidad para aprovecharse de las circunstancias. No hay una carrera para estudiar esto ni viene en alguna aplicación para el teléfono, solo se adquiere con experiencia y mucho cuidado.
#106 “Al más pelón le hacen trenzas”
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Esta frase es de Mauricio Sarabia el presi de LMI. Ya la usaba desde sus tiempos de diseñador y me la recordó su esposa Nicolasa Montes, sí de los Montes del diario en San Juan, y si se preguntan qué hace esta niña con este muchacho oriundo de Cochabamba, Bolivia, es tema de otro libro. La frase habla de que mientras más se prepara uno para encontrar soluciones los demás las ven más fáciles porque nunca recorrieron el camino de buscar la solución sino que se la encontraron en el camino. La experiencia mientras más simple y sencilla es más enriquecedora, pero igual tiene su costo.
#107 “No es comer choclo y cagar humitas”
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AGRADECIMIENTOS: A Carlos Echeverry, Damián García y Mauricio Sarabia, trabajadores incansables y amigos que colaboraron en este libro.