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La Inspirada b\u00FAsqueda de la imperfecci\u00F3n
by La Mirilla
Siete meses de dedicación absoluta llevaron a Clara Aguayo a ganar la décima edición del concurso Lúmina, que promueve nuevos talentos del diseño en Uruguay. Con su colección Taro, Aguayo buscó resaltar la resiliencia del hombre y así hacerse un lugar en la industria local. “Y creo que lo voy a lograr”, dice.
POR BELÉN FOURMENT
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FOTOS: BRUNO LARGHERO
Los últimos siete meses Clara Aguayo pasó casi todo el tiempo en su taller, al que se llega atravesando una preciosa casa y un minúsculo patio donde un cachorro juega con su pelota. Había días en que cruzaba la puerta a las 9 de la mañana y salía recién en la madrugada, después de haber estado insistiendo con una rutina que implicaba dibujar, cortar, coser, probar, arreglar, pulir, con un único propósito: llegar con una colección pronta a la final del concurso Lúmina, que organiza Punta Carretas Shopping y que este año tuvo su décima edición. “Fueron siete meses de coser todos los días, todo el tiempo. Hacía dibujos, que al principio eran como una utopía, y después los llevaba al molde y después a la prenda. Todo ese proceso es de búsqueda y fue relindo. Hacía una costura y me lo ponía, veía cómo caía”, cuenta sentada sobre una mesa en la que se desparraman piezas de tela color chocolate, cortadas hace poco tiempo. “Es un dolor de cabeza a veces, pero tiene una parte relinda: el resultado es fiel”, dice a La Mirilla.
Fueron siete meses de dedicación constante y de un proceso fiel, que al final consagró a Aguayo, egresada de la Escuela Universitaria Centro de Diseño y de la Universidad del Trabajo del Uruguay, como ganadora de Lúmina. En la pared, un diploma certifica a esta pálida chica de rulos como triunfadora, que tendrá la posibilidad viajar a Italia con un acompañante y realizar -en Roma o Milán- un curso de veraneo de tres semanas de duración, en el Istituto Europeo di Design.
-El día de la presentación de las colecciones, ¿pensabas que ibas a ganar? -A mí me pasó algo raro. No es que yo me la creía, porque estás reinsegura todo el tiempo; son siete meses agotadores, es agotador el vértigo del concurso, exponerte a que te juzguen. Durante todo el proceso no pensé realmente en ganar, porque quería que saliera directamente de mi alma, que no estuviera contaminado por la ambición. Pero el día ese tenía una tranquilidad, sentía que iba a ganar. Era intuición, no era que veía lo de los demás y pensaba que lo mío era mejor.
-¿Qué pasó cuando escuchaste tu nombre? -Cuando dicen tu nombre empezás en un ruido, no entendés nada. Se me tiraron mis amigos arriba, me abrazaron y me enteré que había ganado cuando llegué a mi casa.
TRES DISEÑADORES QUE LA INSPIRAN
Dos días después de la final de Lúmina, que fue el 27 de abril en el Auditorio del Sodre, Clara Aguayo escribió en las redes sociales un agradecimiento que dedicó a sus compañeros de concurso, a su novio Nacho Sarube, a quienes la ayudaron el día de la presentación, a sus modelos, a su familia y “a todos mis amigos, mis hermanos, creativos, sensibles, honestos, dulces y compañeros”.
Leé la nota completa en nuestra edición N° 20