contra la modernidad

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EDICIONES apEStOSaS

CONtra la mODErNIDaD Y SuS mECaNISmOS DE OprESIóN

“…Desarrollo sostenible, que sostiene mentiras y engaños de aquellos que viven de la explotación de la naturaleza, y hablan de respetarla, pido con entereza: no la respetéis más y por favor dejadla en paz …” (Canción: Son tiempos, autor: trovador español Paradoxus.)

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Índice: 1-. Marvin Harris, “Jefes, cabecillas, abusones”, ¿Había vida antes de los jefes?…………………………………………… 3 2-. “PRIMITIVISMO. ¿UTOPIA O DESTINO?”…..........6 3-. Éxtasis e intoxicación: ¿Un mundo del encantamiento, o el anarcoalcoholismo?, extracto de “Anarquía y Alcohol”….15 4-. Extracto de “La Abolición del Trabajo”, por Bob Black………………………………………………………….18 5-. John Zerzan. “Malestar en el tiempo”. Capítulo: Tiempos de orar, tiempos de trabajar…………..24

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Marvin Harris. “Jefes, cabecillas, abusones”. Capítulo: “¿Había vida antes de los jefes?” Las poblaciones de tamaño reducido nos dan parte de la respuesta. Con 50 personas por banda o 150 por aldea, todo el mundo se conocía íntimamente, y así los lazos del intercambio recíproco vinculaban a la gente. La gente ofrecía porque esperaba recibir y recibía porque esperaba ofrecer. Dado que el azar intervenía deforma tan importante en la captura de animales, en la recolecta de alimentos silvestres y en el éxito de las rudimentarias formas de agricultura, los individuos que estaban de suerte un día, al día siguiente necesitaban pedir. Así, la mejor manera de asegurarse contra el inevitable día adverso consistía en ser generoso. El antropólogo Richard Gould lo expresa así: "Cuanto mayor sea el índice de riesgo, tanto más se comparte." La reciprocidad es la banca de las sociedades pequeñas. En el intercambio recíproco no se especifica cuánto o qué exactamente se espera recibir a cambio ni cuándo se espera conseguirlo, casa que enturbiarla la calidad de la transacción, equiparándola al trueque o a la compra y venta. Esta distinción sigue subyaciendo en sociedades dominadas por otras formas de intercambio, incluso las capitalistas, pues entre parientes cercanos y amigos es habitual dar y tomar de forma desinteresada y sin ceremonia, en un espíritu de generosidad. Los jóvenes no pagan con dinero por sus comidas en casa ni por el uso del coche familiar, las mujeres no pasan factura a sus maridos por cocinar, y los amigos se intercambian regalos de cumpleaños y Navidad. No obstante, hay en ello un lado sombrío, la expectativa de que nuestra generosidad sea reconocida con muestras de agradecimiento. Allí donde la reciprocidad prevalece realmente en la vida cotidiana, la etiqueta exige que la generosidad se dé por sentada. Como descubrió Roben Dentan en sus trabajos de campo entre los Semais de Malasia central, nadie da jamás las gracias por la carne recibida de otro cazador. Después de arrastrar durante todo un día el cuerpo de un cerdo muerto por el calor de la jungla para llevarlo a la aldea, el cazador permite que su captura sea dividida en partes iguales que luego distribuye entre todo el grupo. Dentan explica que expresar agradecimiento por la ración recibida indica que se es el tipo de persona mezquina que calcula

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lo que da y lo que recibe. "En este contexto resulta ofensivo dar las gracias, pues se da a entender que se ha calculado el valor de lo recibido y, por añadidura, que no se esperaba del donante tanta generosidad. "Llamar la atención sobre la generosidad propia equivale a indicar que otros están en deuda contigo y que esperas resarcimiento. A los pueblos igualitarios les repugna sugerir siquiera que han sido tratados con generosidad. Richard Lee nos cuenta cómo se percató de este aspecto de la reciprocidad a través de un incidente muy revelador. Para complacer a los Kung, decidió comprar un buey de gran tamaño y sacrificarlo como presente. Después de pasar varios días buscando por las aldeas rurales bantúes el buey más grande y hermoso de la región, adquirió uno que le parecía un espécimen perfecto. Pero sus amigos le llevaron aparte y le aseguraron que se había dejado engañar al comprar un animal sin valor alguno. "Por supuesto que vamos a comerlo", le dijeron, "pero no nos va a saciar, comeremos y regresaremos a nuestras casas con rugir de tripas". Pero cuando sacrificaron la res de Lee, resultó estar recubierta de una gruesa capa de grasa. Más tarde sus amigos le explicaron la razón por la cual habían manifestado menosprecio por su regalo, aun cuando sabían mejor que él lo que había bajo el pellejo del animal: Sí, cuando un hombre joven sacrifica mucha carne llega a creerse un gran jefe o gran hombre, y se imagina al resto de nosotros como servidores o inferiores suyos. No podemos aceptar esto, rechazamos al que alardea, pues algún día su orgullo le llevará amatar a alguien. Por esto siempre decimos que su carne no vale nada. De esta manera atemperamos su corazón y hacemos de él un hombre pacífico. Lee observó a grupos de hombres y mujeres regresar a casa todas las tardes con los animales y las frutas y plantas silvestres que habían cazado y recolectado. Lo compartían todo por un igual, incluso con los compañeros que se habían quedado en el campamento o habían pasado el día durmiendo o reparando sus armas y herramientas. No sólo juntan las familias la producción del día, sino que todo el campamento, tanto residentes como visitantes, participan a partes iguales del total de comida disponible. La cena de todas las familias se compone de porciones de comida de cada una de las otras familias residentes. Los alimentos se distribuyen crudos o son preparados

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por los recolectores y repartidos después. Hay un trasiego constante de nueces, bayas, raíces y melones de un hogar a otro hasta que cada habitante ha recibido una porción equitativa. Al día siguiente son otros los que salen en busca de comida, y cuando regresan al campamento al final de día, se repite la distribución de alimentos. Lo que Hobbes no comprendió fue que en las sociedades pequeñas y pre-estatales redundaba en interés de todos mantener abierto a todo el mundo el acceso al hábitat natural. Supongamos que un !kung con un ansia de poder como la descrita por , Hobbes se levantara un buen día y le dijera al campamento: "A partir de ahora, todas estas tierras y todo lo que hay en ellas es mío. Os dejaré usarlo, pero sólo con mi permiso y a condición de que yo reciba lo más selecto de todo lo que capturéis, recolectéis o cultivéis." Sus compañeros, pensando que seguramente se habría vuelto loco, recogerían sus escasas pertenencias, se pondrían en camino y, cuarenta o cincuenta kilómetros más allá, erigirían un nuevo campamento para reanudar su vida habitual de reciprocidad igualitaria, dejando al hombre que quería ser rey ejercer su inútil soberanía a solas. Si en las simples sociedades del nivel de las bandas y las aldeas existe algún tipo de liderazgo político, éste es ejercido por individuos llamados cabecillas que carecen de poder para obligar a otros a obedecer sus órdenes. Pero, ¿puede un líder carecer de poder y aun así dirigir?

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“PRIMITIVISMO. ¿UTOPIA O DESTINO?” entrevista recogida de: http://jonariza.wordpress.com/2010/03/17/primitivismo%C2%BFutopia-en-la-utopia/ Tal vez la vertiente más radical e incomprendida del movimiento libertario se esconde tras el concepto de Primitivismo. Es imposible abarcar toda una cosmovisión como es la primitivista en un texto, mucho menos en una entrevista, pero intentamos dilucidar algunos puntos que pueden resultar interesantes. Nos ha costado bastante contactar con una persona dispuesta a contestar esta entrevista pues, curiosamente, los primitivistas puros, por llamarlo de alguna manera, no abundan dentro del colectivo libertario, si personas con ideas afines, parcialmente: antitecnología, ecologistas, etc. Por motivos personales nuestro contacto prefiere que no se revele ninguna información personal y atendemos a su deseo sin problemas pues nos interesa el qué, no el quién. 1. Casi una obligación. Háblanos un poco de los orígenes del Primitivismo. Que autores han influido en esta corriente, cuales son sus principales impulsores, etc. Hay que destacar que el primitivismo no es una ideología como podría serlo el comunismo o el anarquismo, pues no nace de un proceso de construcción lógico – filosófico sino de la propia naturaleza, al margen de ese invento que llaman civilización. Es decir, el primitivismo es un concepto para denominar un estado natural. Rousseau es, sin duda, el primer autor lúcido en escribir sobre la antinaturalidad de la civilización y su mito del buen salvaje, es el punto de partida de lo que hoy conocemos como primitivismo. En esencia, Nietzsche y su superación de la convención o destrucción 6


de la moral civilizada, hacia el super hombre, que es la búsqueda de la esencia, libre de dogmas y orgulloso de su naturaleza, es otro destacable impulsor de la idea natural primitivista. El primitivismo es una certeza natural y por lo tanto pueden observarse sus manifestaciones en actitudes que, en principio, podrían parecer ajenas a su propia naturaleza. Los ascetas cristianos, eremitas y anacoretas ya practicaron un alejamiento de la civilización para entrar en contacto con la espiritualidad suprema, que para ellos era dios y para el primitivista, el estado natural, lógico y necesario. Otra forma de ver la misma necesidad natural. En el mismo sentido se expresaba Antístenes o Crates de Tebas cuando desde el siglo IV a. C. desarrollaron el movimiento que será conocido como “cínico” y predicaban el mal de la civilización y una vuelta a la vida natural y sencilla, lejos del materialismo. La propia supervivencia de culturas primitivas, que para nosotros no es un término negativo, sino deseable, pone en evidencia lo convencional de eso que llaman civilización. ¿Acaso esas culturas han evolucionado en el mismo sentido que las civilizadas?. Si la civilización fuera un fin natural, como lo es la necesidad de la alimentación, todos los seres inteligentes tenderían hacia ella, algo ajeno a la realidad. Más modernos y concretos son John Zerzan, John Moore y otros, como los ecologistas profundos (Naess, Devall, etc), pero hago hincapié en que el primitivismo no es una doctrina. Basta observar el entorno para percibir sus principios, puestos de manifiesto a lo largo de la historia de las más diversas formas, a lo largo y ancho del planeta. 2. En nuestra opinión, el Primitivismo no es una ideología. Trasciende dicho marco de pensamiento para acercarse a una 7


cosmovisión. ¿Podrías describir cuales son los fundamentos del Primitivismo?. Independencia, humildad, ausencia de convenciones, equilibrio en el entorno, rechazo de la ciencia y la tecnología… mira, escucha, observa, vive. El neolítico, con sus estructuras de poder económico y político, al cual atribuyen las mafias del sistema, la virtud de haber parido la civilización, del pensamiento abstracto y la dependencia de las convenciones, acabaron con el bien más preciado de la humanidad: su libertad. Lo que defienden como una ventaja en pro del bienestar no es más que un ardid que confunde la Vida con la comodidad, el consumismo, el conformismo y la mediocridad. La naturaleza humana posee mecanismos más que suficientes para adaptarse al medio sin depender de convenciones simbólicas, superfluas, denigrantes, lamentables. 3. ¿Podemos considerar el Primitivismo como una reinterpretación del anarquismo?¿Tal vez una corriente que se nutre de él o simplemente, ideas libertarias al margen que convergen con el anarquismo?. Como el anarquismo, sin duda, un estado natural, el primitivismo es la consideración material de dicho estado. El anarquismo sería el espíritu y el primitivismo su cuerpo en el entorno. Ahí radica la unión entre ambos términos, que no son más que las dos caras de la misma moneda: la naturaleza del ser vivo humano. Tal vez sea una visión muy personal, pero no escapa a la razón. De hecho, creo imprescindible hacer hincapié en el “anarquismo” primitivista para diferenciarlo de otros movimientos que se asimilan y que no predican más que el Darwinismo Social o el simple y llano racismo. El primitivista predica la liberación, ante todo. 4. El anarquismo mana del movimiento obrero que impregnó la sociedad en el siglo XIX. Sus ideólogos principales 8


manifiestan sus postulados con un objetivo: la liberación del obrero y generación de una sociedad justa y libre. Asimismo, el sindicalismo roció el movimiento como forma de organización y lucha dentro del sistema capitalista. ¿En qué medida el Primitivismo aporta soluciones concretas al quehacer diario del trabajador en un sistema económico capitalista?. El anarcoprimitivismo es la única solución. Lo demás son parches que perpetúan el sistema. La huída de la civilización es el único camino hacia la liberación. Esos autores que citas no hicieron más que concretar el espíritu natural del ser humano y por lo tanto, oponerse a la convención civilizadora puesta de manifiesto, entre otras cosas, en el capitalismo y la división del trabajo y cualquier otra forma de opresión y control. 5. El Primitivismo habla del Tecnosistema. Un concepto novedoso en relación con otros de más raigambre libertaria. ¿Podrías definir qué es el Tecnosistema?. Es lo mismo que el sistema. Es decir, el conjunto de elementos al servicio de una idea opresora para el control de la masa, sin más. Puesta de manifiesto a través del capitalismo, como sistema de control de la riqueza, religión, de las mentes, democracia, del poder, etc. El hecho de incluir el prefijo ”tecno” radica en evidenciar este proceso en el mismo sentido que el capitalismo y demás, pues es habitual obviarlo de la crítica libertaria, por los supuestos beneficios que la tecnología ha aportado a la humanidad. 6. ¿Que opina el Primitivismo de la Ciencia?. No hablo de su aplicación práctica, sino del simple impulso humano para entender y explicar, mediante modelos objetivos y contrastables de la realidad, los fenómenos de su entorno.

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El primitivismo solo critica la ciencia al servicio del sistema y por lo tanto, de la producción en masa, al margen del medio y con un solo fin: la opresión. Pero también mostramos que los postulados científicos son solo una parte de la realidad y desde luego, ni la más grande ni la más importante. Hay que tirar a la ciencia del pedestal en que el anda subida. 7. ¿Y sobre la técnica?. Entendiendo por técnica la transformación del medio a fin de hacer más eficiente el trabajo y obtener un beneficio neto en energía y tiempo. La técnica no es criticable en sentido abstracto. Si lo son las técnicas, en concreto. Aquellas que se manifiestan en el mismo sentido expuesto para la ciencia. A día de hoy, ciencia y técnica ponen de manifiesto su imposibilidad de desarrollo al margen de la civilización, luego son innecesarias. 8. Supongamos un mundo ideal primitivista. Podrías concretar en pocas palabras el proceder en relación a los siguientes acontecimientos: a. Aborto. Una medida acorde con las necesidades circunstanciales. b. Homosexualidad. El sexo es una opción personal. La procreación no tiene nada que ver con el placer. c. Diferencias de género. En un estado natural cada cual busca su nicho de existencia, no hay margen a la comparación, que siempre es convencional. La diferencia entre sexos es una creación de la civilización. d. Eutanasia. Una necesidad. e. Enfermedad mental. Una tara. f. Creencias metafísicas. La expresión del pensamiento simbólico. Una lacra para la vida natural. 9. Siguiendo con la suposición de un mundo primitivista. ¿Cómo sería la gestión de los siguientes procesos?. 10


a. Alimentación. Acorde con el medio y conforme a las necesidades nutricionales. b. Salud. Individual y atendida por la experiencia. El entorno pone los medios para su cuidado. La capacidad de adaptación es fundamental. c. Educación. Una terrible forma de esclavitud que debe de ser suprimida. d. Tiempo libre. Un invento de la civilización. El ocio es asunto individual. e. Información. Un recurso más al servicio de la experiencia. f. Relaciones entre comunidades autogestionadas. ¿Comercio?. El comercio es otro invento a destruir en un estado natural. El intercambio justo es la clave. Siguiendo el principio contrario al simbolismo, el valor solo puede basarse en la necesidad natural que cubre un producto, nada más. 10. Entre tanto, ¿existe alguna estrategia de actuación primitivista?. En dos sentidos: por un lado, para la consecución de los objetivos que le son propios, es decir, la revolución que acabará con el sistema y permitirá el desarrollo de sus ideas en la praxis. De otro, actuaciones parciales y concretas a fin de luchar contra las aberraciones del sistema. Cualquier acción contra las manifestaciones externas del sistema es un paso hacia la revolución final que llegará por las buenas o malas, cuando la civilización se colapse. La destrucción de la civilización es un deseo y deber del primitivista. Entre tanto, la práctica de una vida natural es algo al alcance de cualquiera. Solo hay que mover el culo un poco. 11. La naturaleza provee. Pero llevamos tanto tiempo apartados de ella que hoy día muchos confunden una seta con una alita de pollo frita. ¿Tenéis alguna forma organizada de impartir formación para la obtención de los recursos 11


necesarios de la naturaleza?: curtir, coser, esculpir, reconocer alimentos, cocinarlos, etc. Si te refieres a la existencia de algún curso de primitivismo o algo así, no. No existen como tal. Sin embargo, si es cierto que a nivel individual y no solo en mi caso, procuramos dar un poco de contenido formativo a las salidas “ociosas”. Por ejemplo, es muy gratificante visitar pueblos en este país y asistir a los métodos tradicionales de artesanía y si es posible, aprenderlos: ordeñar, cazar, pescar, curtir, trenzar, etc. 12. Primitivismo. Esta palabra alude a inicio, algo “sin previo”. Origen. En sentido estricto, el término implica un proceso de cambio, progreso, siendo “lo” primitivo el principio. Sin embargo, los primitivistas, corrígeme si me equivoco, no solo negáis las virtudes del progreso, sino que negáis la propia idea de progreso. ¿Creéis que el término es correcto?¿ No sería más adecuado otro término atemporal, como “naturalismo”, por ejemplo?. Si y no. El término implica la idea de progreso, pero solo si lo observamos en un contexto de progreso. El término es adecuado por cuanto representa lo que su carga conceptual posee y eso nos interesa a efectos de clarificar. Términos como naturalismo representan otra cosa. 13. La historia del anarquismo ibérico es ejemplar, tanto en implantación como pervivencia a lo largo del tiempo. Sin embargo, en otros lugares, el anarquismo dista de la raigambre de otros movimientos como el comunismo. ¿Qué recepción tienen las ideas primitivistas dentro del movimiento anarquista?. ¿Existe algún lugar donde el movimiento primitivista sea autónomo?. ¿Podrías recomendar algunos enlaces de la red.?

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El primitivismo es una corriente marginal debido a los muchos prejuicios de los propios libertarios, por no hablar de la gente que ni se lo plantea. Sin embargo, no depende de la lógica humana pues es el estado natural. El hecho de que la gente creyese que la Tierra era plana no la volvía plana. En realidad, es el destino humano. La civilización es el contrapeso a ese fin inevitable pero sin esta, sin la civilización, el equilibrio se restablecerá. Te paso algunos enlaces: http://www.primitivism.com http://www.greenanarchist.org http://caosmosis.acracia.net http://www.eco-action.org/ http://www.insurgentdesire.org.uk 14. ¿Cómo ves el futuro del Primitivismo?. Inevitable. 15. Te voy a nombrar unos términos con diversa carga conceptual. En pocas palabras, me gustaría que expresaras tu opinión desde un punto de vista primitivista. a. Anarcocapitalismo. Una hez de la civilización. b. Vacuna. Solución superflua. c. Cristianismo. Bonito mecanismo de esclavitud… d. Aznar. Una hez de la civilización. e. Liberalismo económico. Una hez de la civilización. f. Einstein. Un humano más. g. Imprenta. Un invento curioso y nocivo. h. Música. Un invento curioso. i. Hitler. Una hez de la civilización. 13


j. Sindicalismo. Una reacci贸n. 16. Muchas gracias por la entrevista. Si quieres agregar algo, todo tuyo. Infeliz qui茅n no asuma su naturaleza. Gracias a vosotros.

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Éxtasis e intoxicación: ¿Un mundo del encantamiento, o el anarcoalcoholismo?, extracto de “Anarquía y Alcohol”. “Herido, roto, botado, cargado, arruinado, perdido, cogido, fracturado, explotado, maltratado, bombardeado. Cada uno oyó hablar de la gente ártica con cientos de palabras que describen a la nieve; nosotros tenemos cientos de palabras para un borracho. Perpetuamos nuestra propia cultura de la derrota”. Sosténgala derecha allí puedo ver el desprecio en su cara: ¿Son estos anarquistas tan tensos que incluso denuncian el único aspecto de diversión del anarquismo la cerveza después de los alborotos, de los disturbios y el licor que es la diversión en un pub en donde toda esa teoría de la revolución se discute alrededor? ¿Qué hacen para la diversión, a todo esto – nos difaman por que nos preocupamos en divertirnos? ¿No conseguimos relajarnos y tenemos un buen rato en parte de nuestras vidas? No nos entienda mal: no estamos en de la contra indulgencia, sino a favor de ella. Ambrose Bierce definió un asceta como “concurrimos una persona débil que sucumbe a la tentación de negarnos al placer”. Como Chuck Baudelaire escribió, usted debe siempre ser integro y consecuente todo depende de esto. ¡Entonces no estamos en contra de la embriaguez, sino en contra de la bebida y a lo que nos lleva! Para los que abracen a la bebida como ruta a la embriaguez, también abrasaran el engaño en su vida apartándola de un total encantamiento. La bebida, como la cafeína o el azúcar en el cuerpo, sólo juega un papel importante en la vida si usted proporciona en ella tal importancia. La mujer quien nunca bebe el café no requiere de ello, ya que por la mañana cuando ella despierta: su cuerpo produce la energía y su propio enfoque, como miles de generaciones de evolución lo han preparado para hacer. Si ella bebe el café con regularidad, 15


pronto su cuerpo deja al café asumir aquel papel, y ella se hace dependiente a el. Así el alcohol artificialmente asegura momentos temporales de relajación y de seudo-liberación empobreciendo la vida de todo lo qué es sinceramente descansable, alegre, relajada y de liberación. Si alguna gente sobria en esta sociedad no parece tan imprudente y no libera a sus contrapartes del emborrachamiento, ése es un accidente mero de la cultura, es una mera evidencia circunstancial. Estos puritanos siempre han existido, agotan y acaban al mundo de toda magia, con el genio del alcoholismo a sus compañeros (y del capitalismo, la jerarquía, la miseria que ayudan a mantener) la única diferencia es que ellos auto-renuncian a esa falsa magia y al genio de la botella que perturba los corazones. Pero otras personas "cuerdas y sobrias", orientan su vida en describir mejor el encantado y el éxtasis, la abundancia y la plenitud, fijándose bastante en su entorno. Para estos individuos para nosotros la vida es una celebración constante, una de que no necesite ningún aumento de drogas, de sustancias y de cuál no necesitamos ningún horario para sentirnos libres. El alcohol, como el Prozac y el resto de las medicinas para el “control de la mente” (mente-control) que actualmente aumenta los ingresos monetarios del “gran hermano” (corporaciones, estados, etc), el cual sustituye el tratamiento sintomático para la curación. Quita el dolor de una existencia embotada, monótona por algunas horas (en el mejor de los casos), después lo vuelve dos veces más intenso, creando una notable dependencia, la dependencia al egoísmo y a la perdida de tiempo. No sólo sustituye las acciones positivas que tratarían las causas originales de nuestro dependencia las previenen, mientras que más energía se centra en su realización y cada vez se recupera el estado de emborrachamiento. Como el turismo del trabajador, la bebida es una válvula de presión que afloja la tensión mientras que mantiene el sistema que la crea. 16


En esta cultura de botón, nos hemos acostumbrado a concebir de nosotros como simples maquinas para ser manejadas: agregar la sustancia química apropiada a la ecuación para conseguir el resultado deseado. En nuestra búsqueda para la salud, la felicidad, el significado de vida, funcionamos a partir de constantes medicamentos Viagra, vitamina C, vodka en vez de acercarnos a nuestras vidas entorno a ella y a la dirección de nuestros problemas en sus raíces sociales y económicas. Esta actitud orientada por producto es la fundación de nuestra sociedad de consumo y de alienación: ¡Sin consumir productos, no podemos vivir! Intentamos comprar la relajación, la comunidad, ¡La seguridad en sí mismo ahora incluso el éxtasis viene en una píldora! Queremos el éxtasis como un modo de vivir, no un envenenamiento en el hígado por el alcohol diario. "La Vida es Beber. Emborráchate" es la esencia del argumento que entra en nuestros oídos por las leguas de nuestros amos y luego pasan a nuestras propias bocas babeando, y pronunciando mal las palabras (por causa de la droga), perpetuando cualesquiera de las verdades fortuitas e innecesarias a las que nos referimos pero no nos caemos, seguimos por más, en busca de más, totalmente domesticados. ¡Contra la embriaguez inmadura y por la embriaguez del éxtasis consciente libre de sustancias! ¡Incendiar las tiendas de licores, y sustituirlas por patios para disfrutar la vida en naturaleza!

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Extracto de “La Abolición del Trabajo”, por Bob Black. Nadie debería trabajar. El trabajo es la fuente de casi toda la miseria en el mundo. Casi todos los males que puedas mencionar provienen del trabajo, o de vivir en un mundo diseñado para el trabajo. Para dejar de sufrir, tenemos que dejar de trabajar. Esto no significa que tenemos que dejar de hacer cosas. Significa crear una nueva forma de vivir basada en el juego; en otras palabras, una convivencia lúdica, comensalismo, o tal vez incluso arte. El juego no es sólo el de los niños, con todo y lo valioso que éste es. Pido una aventura colectiva en alegría generalizada y exhuberancia libremente interdependiente. El juego no es pasivo. Sin duda necesitamos mucho más tiempo para la simple pereza y vagancia que el que tenemos ahora, sin importar los ingresos y ocupaciones, pero, una vez recobrados de la fatiga inducida por el trabajo, casi todos nosotros queremos actuar. El Oblomovismo y el Estajanovismo son dos lados de la misma moneda despreciada. La vida lúdica es totalmente incompatible con la realidad existente. Peor para la "realidad", ese pozo gravitatorio que absorbe la vitalidad de lo poco en la vida que aún la distingue de la simple supervivencia. Curiosamente -o quizás no- todas las viejas ideologías son conservadoras porque creen en el trabajo. Algunas de ellas, como el Marxismo y la mayoría de las ramas del anarquismo, creen en el trabajo aún más fieramente porque no creen en casi ninguna otra cosa. . Los liberales dicen que deberíamos acabar con la discriminación en los empleos. Yo digo que deberíamos acabar con los empleos. Los conservadores apoyan leyes del derecho-a-trabajar. Siguiendo al yerno descarriado de Karl Marx, Paul Lafargue, yo apoyo el derecho a ser flojo. 18


Los izquierdistas favorecen el empleo total. Como los surrealistas -excepto que yo no bromeo- favorezco el desempleo total. Los Trostkistas agitan por una revolución permanente. Yo agito por un festejo permanente. Pero si todos los ideólogos defienden el trabajo (y lo hacen) -y no sólo porque planean hacer que otras personas hagan el suyo- son extrañamente renuentes a admitirlo. Hablan interminablemente acerca de salarios, horas, condiciones de trabajo, explotación, productividad, rentabilidad. Hablarán alegremente sobre todo menos del trabajo en sí mismo. Estos expertos que se ofrecen a pensar por nosotros raramente comparten sus ideas sobre el trabajo, pese a su importancia en nuestras vidas. Discuten entre ellos sobre los detalles. Los sindicatos y los patronos concuerdan en que deberíamos vender el tiempo de nuestras vidas a cambio de la supervivencia, aunque regatean por el precio. Los Marxistas piensan que deberíamos ser mandados por burócratas. Los anarcocapitalistas piensan que deberíamos ser mandados por empresarios. A las feministas no les importa cuál sea la forma de mandar, mientras sean mujeres las que manden. Es claro que estos ideo-locos tienen serias diferencias acerca de cómo dividir el botín del poder. También es claro que ninguno de ellos tiene objeción alguna al poder en sí mismo, y todos ellos desean mantenernos trabajando. Debes estar preguntándote si bromeo o hablo en serio. Pues bromeo y hablo en serio. Ser lúdico no es ser ridículo. El juego no tiene que ser frívolo, aunque la frivolidad no es trivialidad: con frecuencia debemos tomar en serio la frivolidad. Deseo que la vida sea un juego -pero un juego con apuestas altas-. Quiero jugar para ganar. La alternativa a trabajar no es el ocio solamente. Ser lúdico no es ser estático. Aunque valoro el placer de la pereza, nunca es mas satisfactoria que cuando sirve de intermedio entre otros placeres y pasatiempos. Tampoco promuevo esa válvula de seguridad disciplinada y gerenciada llamada 19


"tiempo libre"; nada de eso. El tiempo libre es no trabajar por el bien del trabajo. El tiempo libre es tiempo gastado en recobrarse del trabajo, y en el frenético pero inútil intento de olvidarse del trabajo. Mucha gente regresa de sus vacaciones tan agotada que desean volver al trabajo para descansar. La diferencia principal entre el tiempo libre y el trabajo es que al menos te pagan por tu alienación y agotamiento. No estoy jugando a las definiciones. Cuando digo que quiero abolir el trabajo, me refiero justo a lo que digo, pero quiero decir a lo que me refiero definiendo mis términos de formas no idiosincráticas. Mi definición mínima del trabajo es labor forzada, es decir, producción impuesta. Ambos elementos son esenciales. El trabajo es producción impuesta por medios económicos o políticos, por la zanahoria o el látigo (la zanahoria es sólo el látigo por otros medios). Pero no toda creación es trabajo. El trabajo nunca es hecho por amor al trabajo mismo, sino para obtener un producto o resultado que el trabajador (o, con más frecuencia, alguien más) recibe del mismo. Esto es lo que el trabajo debe ser. Definirlo es despreciarlo. Pero el trabajo es usualmente peor de lo que indica su definición. La dinámica de dominación contenida por el trabajo tiende a desarrollarse con el tiempo. En las sociedades avanzadas e infestadas de trabajo, incluyendo todas las sociedades industriales, capitalistas o "comunistas", el trabajo siempre adquiere otros atributos que lo hacen aún más nocivo. Usualmente -y esto es aún más cierto en los países "comunistas" que en los capitalistas, donde el estado es casi el único patrono y todos son empleados- el trabajo es asalariado, lo que significa venderte a ti mismo a plazos. Así que el 95% de los estadounidenses que trabajan, trabajan para alguien (o algo) más. En la URSS o Cuba o Yugoslavia o cualquier otro modelo alternativo que puedas mencionar, la cifra correspondiente se aproxima al 100%. Solo los fortificados bastiones de campesinos del Tercer Mundo 20


-Méjico, India, Brasil, Turquía- albergan temporalmente concentraciones significativas de agricultores que perpetúan el acuerdo tradicional de la mayoría de los trabajadores en los últimos milenios: el pago de impuestos (= rescate) al estado o renta a los parasíticos terratenientes, a cambio de que les dejen en paz en todo lo demás. Incluso éste simple trato empieza a verse agradable. Todos los trabajadores industriales (y de oficina) se encuentran bajo el tipo de supervisión que asegura el servilismo. Pero el trabajo moderno tiene peores implicaciones. La gente no sólo trabaja, tienen "empleos". Una persona realiza una tarea productiva todo el tiempo "¡o si no...!". Aún si la tarea tiene aunque sea un átomo de interés intrínseco (y cada vez menos trabajos lo tienen) la monotonía de su obligatoriedad exclusiva elimina su potencial lúdico. Un "empleo" que podría atraer la energía de algunas personas, por un tiempo razonable, por pura diversión, es tan sólo una carga para aquellos que tienen que hacerlo por cuarenta horas a la semana sin voz ni voto sobre cómo debería hacerse, para beneficio de propietarios que no contribuyen en nada al proyecto, y sin oportunidad de compartir las tareas o distribuir el trabajo entre aquellos que tienen que hacerlo. Este es el verdadero mundo del trabajo: Un mundo de estupidez burocrática, de acoso sexual y discriminación, de jefes cabeza hueca explotando y descargando la culpa sobre sus subordinados, quienes -según cualquier criterio técnico-racional- deberían estar dirigiendo todo. Pero el capitalismo en el mundo real sacrifica la maximización racional de la productividad y el beneficio ante las exigencias del control organizacional. La degradación que experimentan la mayoría de los trabajadores es la suma de varias indignidades que pueden ser denominadas como "disciplina". Foucault ve este fenómeno de manera complicada, pero es muy simple. La disciplina consiste en la totalidad de los controles totalitarios en el lugar de trabajo -supervisión, movimientos repetitivos, 21


ritmos de trabajo impuestos, cuotas de producción, fichar, etc-. La disciplina es lo que la fábrica, la oficina y la tienda comparten con la cárcel, la escuela y el hospital psiquiátrico. Es algo históricamente nuevo y horrible. Va más allá de las capacidades de los dictadores demoníacos de antaño como Nerón y Gengis Khan e Iván el Terrible. Pese a sus malas intenciones, ellos no tenían la maquinaria para controlar a sus súbditos tan completamente como los déspotas modernos. La disciplina es el modo de control moderno, especialmente diabólico, es una irrupción novedosa que debe ser detenida a la primera oportunidad. Eso es el "trabajo". El juego es todo lo contrario. El juego es siempre voluntario. Lo que de otro modo sería un juego, es trabajo si es forzado. Esto es axiomático. Bernie de Koven ha definido el juego como la "suspensión de las consecuencias". Esto es inaceptable si significa que el juego es inconsecuente. No es que el juego no tenga consecuencias. Eso sería rebajar al juego. El asunto es que las consecuencias, si las hay, son gratuitas. El jugar y el dar están estrechamente relacionados, son facetas conductuales y transaccionales del mismo impulso, -el instinto de jugar-. Ambos comparten un desdén aristocrático hacia los resultados. El jugador recibe algo al jugar; es por eso que juega. Pero la recompensa principal es la experiencia de la actividad misma (cualquiera que sea). Algunos estudiosos del juego, normalmente atentos (como el Homo Ludens de Johan Huizinga), lo definen como "seguir reglas". Respeto la erudición de Huizinga pero rechazo enfáticamente sus restricciones. Existen buenos juegos (ajedrez, baseball, monopolio, bridge) que están regidos por reglas, pero hay mucho mas en jugar que seguir reglas. La conversación, el sexo, el baile, los viajes -estas prácticas no siguen reglas, pero son juegos sin la menor duda. Y es posible jugar con las reglas tanto como con cualquier otra cosa-. 22


El trabajo hace de la libertad una burla. El discurso oficial dice que todos tenemos derechos y vivimos en una democracia. Otros desafortunados que no son libres como nosotros tienen que vivir en estados policiales. Estas víctimas obedecen órdenes "¡o si no...!", sin importar cuán arbitrarias. Las autoridades les mantienen bajo supervisión constante. Los burócratas del Estado controlan hasta los detalles más pequeños de la vida diaria. Los oficiales que les empujan de un lado a otro sólo responden ante sus superiores, públicos o privados. De cualquier modo, la disensión y la desobediencia son castigados. Los informantes reportan regularmente a las autoridades. Se supone que todo esto es muy malo. Y lo es, excepto que no es sino una descripción del puesto de trabajo moderno. Los liberales y conservadores y anarco-capitalistas que lamentan el totalitarismo son falsos e hipócritas. Hay mas libertad en cualquier dictadura moderadamente desestalinizada que en el típico puesto de trabajo estadounidense. Encuentras el mismo tipo de jerarquía y disciplina en una oficina o fábrica que en una cárcel o monasterio. De hecho, como Foucault y otros han mostrado, las cárceles y las fábricas surgieron casi al mismo tiempo, y sus operadores copiaron conscientemente las técnicas de control de unas y de otras. Un trabajador es un esclavo de medio tiempo. El jefe dice cuándo llegar, cuándo irse, y qué hacer entre los dos. Te dice cuánto trabajo hacer y qué tan rápido. Puede llevar su control hasta extremos humillantes, regulando, si le da la gana, las ropas que llevas o qué tan a menudo puedes ir al baño. Con unas pocas excepciones, puede despedirte por cualquier razón, o sin razón. Eres espiado por informantes y supervisores, amasa un expediente de cada empleado.

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John Zerzan. “Malestar en el tiempo”. Capítulo: Tiempos de orar, tiempos de trabajar. «Ningún tiempo es enteramente presente», afirmaba el filósofo estoico Crisipo mientras el concepto del tiempo iba abriéndose camino empujado por la doctrina judeocristiana subyacente: la existencia de un camino lineal e irreversible entre la creación y la salvación. Esta visión esencialmente histórica del tiempo está en el meollo mismo del pensamiento cristiano. La obra de San Agustín, que data del siglo v, contiene ya todas las nociones básicas de tiempo mensurable y unidireccional. Al propagarse la nueva religión, se hará necesaria una estricta regulación temporal, en un plano práctico, a fin de mantener la disciplina que exigía la vida monástica. Las campanas que llamaban a los monjes a la oración ocho veces al día eran audibles bastante más allá de los confines del claustro, con lo cual esta medición del tiempo acababa imponiéndose al conjunto de la sociedad. La población continuó exhibiendo «une vaste indifférance au temps», en palabras de Marc Bloch (1940), durante toda la época feudal, pero nada tiene de casual que los primeros relojes públicos aparezcan adornando las catedrales de la Cristiandad. En este sentido, también merece la pena señalar que la llamada a la oración a ciertas horas fijas se convertiría en la principal exteriorización de la fe islámica durante el medioevo. La invención del reloj mecánico es uno de los más importantes puntos de inflexión en la historia de la ciencia y la tecnología; y ciertamente, también del arte y la cultura (Synge 1959). Cada perfeccionamiento de la exactitud pondría a disposición de la autoridad nuevos y mejorados medios de opresión: un temprano devoto de los esmerados relojes mecánicos fue, por ejemplo, el duque Gian Galeazzo Visconti, descrito en 1381 como «un sosegado pero taimado gobernante, enamorado del orden y la precisión» (Fraser 1988). Como escribe Weizenbaum (1976), el reloj empezará a crear, «literalmente, una nueva realidad...que era, y sigue siendo, una versión empeorada de la vieja». 24


Se había introducido un cambio cualitativo: el tiempo no cesaría de fluir, aun cuando no ocurriera nada. A partir de entonces, cualquier acontecimiento se rodearía de este envoltorio homogéneo, objetivamente medido, móvil, cuyo progreso unilineal instigará movimientos de resistencia. El más radical de ellos es el quiliasmo, que surge en distintas partes de Europa, entre los siglos XIV y XVII Y generalmente se presenta en forma de levantamientos de un campesinado que aspiraba a re-crear el estado de igualdad primigenia que dictan las leyes de la naturaleza y se oponía explícitamente a la noción de tiempo histórico. Pese a que tales explosiones utópicas fueron sofocadas, los restos de los anteriores conceptos de tiempo persistirían localmente en muchas áreas como un estrato «inferior» de la conciencia popular. El Renacimiento alcanzaría nuevas cotas de dominación mediante el tiempo, pues los relojes públicos empezaron a tañer sus campanas las veinticuatro horas del día; y además se les añadió otra aguja más para marcar el paso de los segundos. El gran descubrimiento de la época será una aguda sensación de la presencia omni-devoradora del tiempo; y nada lo retratará de forma más gráfica que el Tiempo con mayúscula, esa deidad híbrida del Kronos de los griegos y el Saturno de los romanos, ese lóbrego anciano, tan familiar, que representa el poder cronológico y va armado con la fatídica guadaña de la agricultura, la domesticación. El Dios Tiempo vino precedido de la danza de la muerte y otros artificios relacionados con el momento mori, pero la diferencia es que este dios renacentista pondrá el acento en el tiempo, no en la muerte. En el XVII la población cobraría conciencia, por primera vez, de vivir en un siglo determinado. Toda persona debía conocer su ubicación en el tiempo. En El nacimiento masculino del tiempo (1603) y El avance del conocimiento (1605), Francis Bacon abrazaría esta dimensión en auge para revelar cómo un endiosado sentido del tiempo iba a ponerse al servicio del naciente espíritu científico. «Elegir el tiempo es ahorrar tiempo», escribió; también: «La verdad es hija 25


del tiempo». Le seguiría Descartes, quien introdujo el concepto de tiempo ilimitado y se convertiría en uno de los primeros en abogar por la idea de progreso en su sentido moderno, que está íntimamente relacionado con el de un tiempo lineal sin ataduras y encuentra una expresión característica en la famosa invitación cartesiana a que nos convirtamos en «dueños y señores de la naturaleza». El universo mecánico de Newton, cima de la revolución científica del XVII, se basa en su concepción del «tiempo absoluto, verdadero y matemático, que de por sí y por su propia naturaleza fluye uniformemente sin relación con nada eterno». El tiempo se ha convertido en el gran regidor que no rinde cuentas ante nadie ni está sujeto a ninguna influencia; que es completamente independiente del entorno, modelo de autoridad impertérrita, garante perfecto de una alienación inconmovible. Y desde luego, a pesar de los cambios en la ciencia, la concepción del tiempo cotidiana y dominante hoy sigue ateniéndose a la física newtoniana clásica. La aparición y la apariencia de un tiempo independiente y abstracto encontraría su paralelo en el surgimiento de una clase obrera numéricamente en alza y formalmente libre, pero obligada a vender en el mercado su fuerza de trabajo o mano de obra como un artículo también abstracto. Esta mano de obra, anterior a la instauración del factory system pero ya sujeta a la potestad disciplinaria del tiempo, era la antítesis del monarca Tiempo, pues de libre y de independiente no tenía más que el nombre. A juicio de Foucault (1973), Occidente ya se había vuelto una «sociedad carcelaria». Seguramente sea más explícito el proverbio balcánico que reza: «Mi reloj es mi cerrojo». En 1749 Rousseau simbolizaba su rechazo de la ciencia y la civilización modernas tirando su reloj de bolsillo. Pero los cincuenta y uno que le regalaron a María Antonieta para celebrar su compromiso matrimonial encajan mejor en la tónica dominante de la época. La palabra no puede ser más apropiada, pues en efecto el tiempo se había convertido en algo que vigilar cada vez 26


más estrechamente. Los relojes no tardarían en convertirse en los primeros bienes de consumo duraderos de la era industrial. William Blake y Goethe coincidirían en sus ataques contra Newton, el abanderado de los nuevos conceptos de tiempo y ciencia, porque éste alejaba la vida de lo sensual y reducía lo natural a lo mensurable. El ideólogo capitalista Adam Smith, por el contrario, se hizo eco del pensamiento newtoniano e incluso lo amplió al exigir más racionalización y más reducción de la vida a rutina. Smith, como Newton, trabajaba bajo el hechizo de un tiempo cuyos avances hacia una exhaustiva división del trabajo se volvían cada vez más poderosos e implacables, como condición y a la vez resultado de un progreso tenido por objetivo y absoluto. Los puritanos habían proclamado que perder el tiempo era el primero y en principio el más mortal de los pecados. Un siglo después Ben Franklin lo diría con otras palabras: «El tiempo es oro». Los relojeros habían sido los padres del factory system y el reloj era símbolo y manantial del orden por la misma razón por la cual la disciplina y la represión exigían el nacimiento de un proletariado industrial. El gran sistema hegeliano de principios del XIX pregonaba la «irrupción en el tiempo», o sea, nuestra incorporación a empellones en la inercia de la historia. El tiempo es nuestro «destino y necesidad», declararía Hegel. Postone (1993) observa cuán apretadamente se atarán entre sí «el progreso» del tiempo abstracto y «el progreso» del capitalismo como estilo de vida. Así, las sucesivas oleadas de industrialismo ahogarán la resistencia opuesta por los ludditas. Al hacer balance de este período, Lyotard (1988) llega a la conclusión de que «el tiempo se había convertido en una enfermedad incurable». La creciente complejidad de la sociedad de clases requiere una batería aún más elaborada de señalizaciones temporales. Como han indicado Thompson (1967) y Hohn (1984), la lucha contra el tiempo dará paso a la lucha por él; es decir, la radical resistencia a uncirse a su yugo se vería por lo general derrotada y por lo común sustituida por disputas sobre horarios laborales menos injustos y sobre una duración menos inhumana de la jornada de trabajo (y 27


por cierto, al dirigirse a la Primera Internacional el 28 de julio de 1868, Karl Marx defendió que el tiempo de empezar a trabajar eran los nueve años de edad). El reloj descenderá de las catedrales a las cortes de los monarcas y los tribunales de justicia; y de ahí a los bancos y las estaciones ferroviarias para acabar en la muñeca o el bolsillo de todo ciudadano respetable. Si quería colonizar la subjetividad en serio, el tiempo debía «democratizarse», pues como bien entendió, entre otros, Adorno, el sometimiento de la naturaleza externa sólo tiene éxito en la medida en que nuestra naturaleza interna también sea conquistada. Dicho de otra manera, la victoria del tiempo en su larga guerra contra la libertad de conciencia humana era una condición necesaria para que se liberasen energías que destinar a la producción industrial. El industrialismo traerá consigo una transformación aún más acusada del tiempo en una materia prima o un artículo de consumo, el tiempo como un depredador de voracidad jamás alcanzada hasta entonces, lo que Giddens (1981) identifica como «la clave de las más profundas alteraciones de nuestro día a día social provocadas por el incipiente capitalismo». «El tiempo no pasa en vano», como se suele decir: en un mundo cada vez más dependiente del tiempo y en un tiempo cada vez más unificado, un único reloj gigante cuelga sobre el mundo, dominándolo. Todo lo gobierna y su corte no tiene tribunal de apelación. La regularización de una hora universal estándar marca una victoria para la sociedad de la eficacia mecanizada al consagrar un universalismo que deshace toda particularidad tan ciertamente como las computadoras están conduciendo a la homogeneización de pensamiento. Paul Virilio (1986) ha llegado a profetizar que «la pérdida del espacio material conducirá al gobierno de nadie más que el tiempo». Un paso más en tan sugestiva deducción postula una inversión del nacimiento de la historia fuera del tiempo corriente. Es más, Virilio (1991) nos ve viviendo ya dentro de un sistema de temporalidad tecnológica donde la historia se ha eclipsado: «...lo principal es menos una cuestión de relaciones con la historia que una cuestión de relaciones con el tiempo». 28


Dejando de lado semejantes levitaciones teóricas, no escasean las pruebas ni los testimonios del papel central del tiempo en nuestra sociedad. En «Time-The Next Source of Competitive Advantage» (julio-agosto de 1988, Harvard Business Review), George Stark Jr. lo analiza como un eje sobre el que descansa el capital: «En tanto que arma estratégica, el tiempo equivale a dinero, productividad, calidad, incluso innovación». Desde luego las empresas no son las únicas en gestionar el tiempo: el, estudio por Levine (1985) de la exactitud de los relojes públicos; en seis países demostró que ésta era una medida exacta de la industrialización relativa de vida nacional.

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¿Cómo hacer cuadernillos? (en computador) 1-. Pasar el texto que se quiere editar a un documento Word. 2-. Ir a archivo/configurar pagina: presionas donde dice libro plegado y el texto en forma automática estará en forma horizontal. Los valores son: Superior: 0,63 Inferior: 0,64 Interior: 1,5 Exterior: 1,5 luego presiona ACEPTAR…

3-. ir a insertar/ numero de paginas la idea es que salga el total de paginas en números pares y perfectamente múltiplos de 4 (16-20-24-etc.) 4-. Cuando todo lo anterior este listo, imprimes. Cuando salga una hoja, esa misma la das vuelta y la imprimes por el otro lado, para que así luego al doblar las hojas queden en forma de libro.

Ahora puedes ir a fotocopiar y volverte loquill@ sacando todas las copias que quieras

FOtOCOpIa Y DIFuNDE !!! 31


Ediciones Apestosas 32


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