NĂşmero 94 / Abril 2013
Día mundial de la Madre Tierra Ejemplar Nº: 94 Fecha: Abril 2013 Revista La Posta. Publicación mensual de distribución gratuita.
Publicidad 461 5589 155 057500 156 597175 revistalaposta@hotmail.com Dirección: Lic. Laura Rondinone Colaboración: Silvana Molina Redacción: Lic. Clydes Silva Diseño: www.ampliodiseno.com.ar Las ideas u opiniones expresadas en las notas son responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la revista ni las firmas anunciantes, quienes deslindan cualquier responsabilidad en ese sentido. La información vertida en cada aviso es responsabilidad exclusiva de su anunciante. Se prohíbe la reproducción total o parcial del material incluido en esta revista por cualquier medio conocido o por conocerse. Reg. de la propiedad intelectual E/T
Decidimos dedicar este número de La Posta a la tierra. En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que declara el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra. El documento expresa: “Reconociendo que la Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar, y convencida de que para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la naturaleza y la Tierra”. La intención entonces es reflexionar acerca de nuestra tierra, de los recursos que nos brinda y de todo aquello que está a nuestro alcance para poder aportar nuestro granito de arena en pos de un futuro mejor.
Hay elementos, como el plástico, que debemos reciclar porque tardan muchísimos años en degradarse. En nuestra búsqueda de datos sobre el cuidado de la tierra nos topamos con el tema de las tapitas y su costado solidario. Vemos que se juntan y recolectan para fines solidarios, pero ¿qué se hace con ellas? Nos enteramos de que la mayoría de las comodidades químicas y plásticas de la vida -como el mobiliario, los productos farmacéuticos y las comunicaciones- dependen del petróleo. Algunos pronostican que las reservas del llamado oro negro se acabarán y que los cambios drásticos se producirán en el 2030. Muchos de nosotros seremos testigos de ese cambio. Por lo tanto, el hombre deberá recu-
rrir a fuentes de energías renovables -como la hidráulica, la eólica, la solar, la biomasa (a través de la vegetación), o la mareomotriz. Sin embargo, pese a la importancia de este recurso aparece otro que disputa su poder: el agua. El geólogo Luis Ricardo Reartes nos habla de este recurso. Por otra parte, nos asomamos a los frutos de la tierra junto a María Teresa Heiland, una vecina que nos cuenta las ventajas de tener su propia huerta. ¿Economía, entretenimiento, terapia o salud? Además, y haciendo un homenaje a la tierra, descubrimos Jallalla, un centro cultural que funciona en barrio Matienzo y que está construido íntegramente en adobe, o como lo define su dueña, un hogar hecho de caricias.
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Casa de adobe en barrio Matienzo
Un hogar hecho de caricias Jallalla es un centro cultural construido en adobe. Está ubicado en barrio Matienzo, en la calle Bernardo Housey. Alejandra Ferreyra, propietaria del lugar y profesora de yoga, nos cuenta cómo comenzó a construir este espacio con sus propias manos. Vestida de blanco y con un timbre de voz reposado, nos recibe con un abrazo. En la entrada al centro cultural vemos colgada la bandera Whipala, que caracteriza a los pueblos originarios. En una de sus paredes en relieve se encuentra dibujada la Chacana, cruz andina, símbolo milenario de origen indígena, a partir de las cuales se desarrollaron tanto la cultura inca como algunas culturas pre incaicas. Alejandra acaba de terminar su clase de yoga. La luz es tenue y las colchonetas se despliegan en un piso de madera impecable. El sonido del agua al caer en una fuente enmarca la charla que nos conecta con la naturaleza. Los espacios hablan de nosotros, nos delatan, nos identifican. Jallalla (que significa buenos augurios) habla de la filosofía
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de vida de Alejandra, que va en busca del origen: la madre naturaleza.
Comienzo de la idea y construcción con adobe “Con mi compañero siempre tuvimos la idea de construir con adobe. Hace cuatro años fuimos a La Rioja, muy cerca de Famatina, y nos encontramos con muchas construcciones de adobe antiquísimas, cuenta Alejandra; la gente de la zona construye mucho de esta manera. Entonces nos propusimos ayudarlos y nos invitaron a las minkas (palabra quichua que significa solidaridad, también conocidas como mingas), como se llama a los grupos de trabajo comunitario con fines de utilidad social. Funciona así: la gente se junta y todos trabajan, a veces con gente que ni te conocés. Cont. Pág 6
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Casa de adobe en barrio Matienzo Ahí fue cuando aprendimos a construir en adobe. Primero hicimos los ladrillos: se hacen los moldes de madera y se rellenan con barro, paja y guano. Después pusimos en práctica distintos sistemas: quincha es un entramado en caña que forman las paredes y que luego se rellenan con barro. El otro sistema es el hornero: barro y más barro. Después se hace el revoque grueso y más tarde el fino, que lleva un proceso más largo por-
que la tierra se tiene que macerar con el guano de entre cuatro a cinco meses. A eso lo tenés que refinar. La construcción llevó aproximadamente dos años porque la hacíamos los fines de semana. En otras casas se utilizan máquinas o herramientas, pero nosotros decidimos hacerlo todo a mano, por eso decimos que es una casa acariciada, porque empleamos nuestras manos”. El dolor y el final de la obra Alejandra sigue contando: “El centro cultural todavía no estaba terminado -me faltaba revocar- cuando murió mi compañero. Entonces me detuve y fui haciendo de a poco, elaborando mi duelo. Este espacio también me ayudó. Las ondulaciones en la pared son porque todo lo hice a mano, con caricias”. También Alejandra nos cuenta los beneficios del adobe, que es muy bueno para la gente asmática o alérgica: en verano es fresco y en invierno, muy
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calentito. “La madre tierra te cobija”, sentencia. Excepto el piso, que es de madera, las aberturas, los marcos y todos los demás elementos que conforman Jallalla son reciclados. “Está hecha con cosas que encontramos en la calle. Si estás en una zona de pino, tomás el barro y lo mezclás; en una zona ganadera, mezclás el guano de vaca con barro, que es mejor que el guano de caballo, dice; siempre tomando lo que te da la madre naturaleza. El contacto con la madre tie-
rra es muy bueno. Es una unión sólo de la tierra con vos”. El nacimiento del centro cultural y la cocina solar A partir del año pasado Jallalla comenzó a utilizarse como un espacio cultural, donde se enseña violín, yoga, teatro, telar, batik y la construcción de cocinas solares y secador solar. En la entrada hay una cocina solar también reciclada: las Cont. Pág 10
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Casa de adobe en barrio Matienzo planchuelas de aluminio son de imprenta y forman un casco; en el centro tiene una base de hierro que sostiene los recipientes para cocinar, que deben ser negros para que atraigan los rayos del sol. En el medio, donde se unen las planchuelas en un vértice, se concentran los rayos; se va dando vuelta y guiándola hacia el sol. “Acá cocino de todo: carnes, tortas y guisos. Una carne se cocina en dos horas, cuenta Alejandra. El placer de cocinar con Inti (como se llama al sol) es muy lindo”. Proyectos de una nueva construcción y un baño seco La idea de Alejandra es dejar la casa del frente para sus hijos y ampliar hacia el fondo con este tipo de construcción. También quisiera construir un baño seco, ecológico, en el que la materia fecal se separa de la orina y funciona con lombrices que descomponen los restos orgánicos. En el caso de la orina, se puede hacer una sangría o utilizarla para el riego de las
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plantas, a las que les aporta importantes proteínas. “Le estamos haciendo mucho daño a la tierra: la producción de la soja, del monocultivo y los agroquímicos provocan daños, sentencia Alejandra; las inundaciones no son en vano. Estoy convencida de que hay que volver a nuestras raíces”. Huertas silvestres y medicinales Muchas veces sacamos plantas de nuestro terreno creyendo que son yuyos y resulta que son hierbas medicinales o comestibles. “Muchas plan-
tas silvestres son muy buenas para la salud y contienen propiedades, dice Alejandra; hay una variedad importante de amaranto, que es un cereal y proviene de nuestros aborígenes: se consume el cereal y las hojas, y es bueno para el hígado, la hipertensión y para disminuir el colesterol malo”. El dato: La clave del “gran” impulso del amaranto se debe a la composición química de su semilla, pequeña como la cabeza de un alfiler. El nivel proteico en amaranto es 16 por cien-
to mayor que el que poseen los cereales tradicionales, según se revela en una nota publicada en La Voz del Interior, en octubre del año pasado. Nos despedimos de Alejandra del mismo modo que nos recibió: con un abrazo. Es el mismo que día a día le da a la madre tierra, respetándola y maravillándose a cada paso de lo que ella le brinda. En agradecimiento, la naturaleza le devuelve su respeto.
“No somos dueños de la tierra, somos parte de ella” Abya Yala Mestiza es un grupo de tres personas estudiosas sobre la temática indígena que trabaja en forma de talleres en escuelas secundarias y terciarias en torno a la problemática de los pueblos originarios. En esta oportunidad explican a La Posta la cosmovisión de estos pueblos. Principio de reciprocidad Para la concepción indígena, la totalidad del entorno natural (plantas, montañas, piedras, ríos, animales, etc.) tiene vida al igual que el ser humano. El agua, para las culturas de los andes centrales, es a su vez un ser vivo que vivifica y fecunda la tierra. Por lo tanto no podemos concebir a la tierra en su totalidad, con sus diferentes niveles espaciales, como lo entiende la cultura occidental hegemónica, es decir,
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como el entorno que el ser humano necesita para desarrollar su vida, sacando provecho de ella para su propio bienestar. La cosmovisión indígena entiende y siente a este entorno como parte de sí y a su vez formando parte de ese todo, en una relación de reciprocidad, no sólo con la tierra sino también con el mundo espiritual que se aloja en ella. De esto surge el gesto de “devolver” a la tierra parte de lo que nos ofrece año a año en las cosechas, en lo que nos provee el monte, el agua. Este es el principio de la reciprocidad que guía la vida comunitaria indígena y que hace que dicho sistema sea sustentable en el tiempo. Ese respeto es indispensable para la supervivencia de ambos. Autonomía territorial En correlación al principio de reci-
procidad surge, en imprescindible unión, la necesidad de autonomía territorial para poder llevar a cabo este intercambio fluido de la Tierra con dichos pueblos. Actualmente existen en nuestro territorio nacional numerosas poblaciones en lucha por la reivindicación de este derecho ancestral, exigiendo que se reconozca por parte de los estados provinciales y nacionales esa relación especial que los pueblos indígenas tienen con el territorio. Principio de complementariedad La tierra es todo. El lugar donde habitan los dioses (en el mundo de arriba) y el lugar donde habitan los hombres, de donde extraemos nuestro alimento, donde desarrollamos nuestras actividades productivas y nuestros vínculos personales, todo unido por el principio de la complementariedad.
Por lo tanto, y para concluir, podemos decir que la Tierra tiene un sentido más profundo que el de ser el lugar donde habitamos, es decir, la naturaleza. Le pertenecemos a la Tierra, por lo tanto no podemos sentirnos dueños de ella. Debemos aprender a mantener un estrecho vínculo y un equilibrio con ella, utilizando sólo lo imprescindible para poder “vivir bien”, pedir pero también proveer, devolver lo que nos fue otorgado. Ese es el sentido de dicha relación ancestral.
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María Teresa Heiland tiene una huerta en su casa
“Quiero comer sano” En este mundo moderno, donde todo está al alcance de la mano para comprar lo que se quiere y en el momento que se lo disponga, todavía es posible recurrir a desempolvar viejas técnicas de producción de alimentos. “Quiero comer sano; hay mucha diferencia entre lo que se compra en la verdulería y lo que se cosecha con amor y cuidado en una huerta orgánica”, dice María Teresa Heiland,
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vecina de barrio Residencial Vélez Sársfield. La huerta orgánica es una forma natural de cultivar los alimentos respetando las leyes de la naturaleza. María Teresa pone en práctica esas leyes y nos cuenta: “Preparo todos los fertilizantes y no empleo ningún producto químico”. En el ingreso a la huerta se puede ver un montículo de tierra: es el resultado de la poda
de plantas, hojas, tallos, raíces, maderas, cortezas y semillas. También un tarro de lata en el que Teresa junta los residuos vegetales: “Excluyo las cáscaras de cebolla y de huevo, dice; pero todo lo demás lo deposito acá”. Palita en mano, remueve los desechos y muestra la transformación de esos residuos con la ayuda de las lombrices rojas californianas. “Las dejo hambrear para que luego se coman todos los residuos, dice; de esta manera se recicla por medio de sus excreciones”, procedimiento que permite abonar de forma natural el suelo. En el centro de la huerta, y como si se tratara de un elemento decorativo, surgen unos pimientos pequeños multicolores. Tere explica: “Pasan por distintos tonalidades hasta que finalmente llegan al rojo”. Mientras,
unos hilos de enredadera que no dicen nada sorprenden en sus extremos con unos pepinos enormes. “La planta de pepinos es rastrera y muy invasiva, pero me dieron unos pepinos inmensos y muy ricos, cuenta; toco de oído, me equivoco, pero voy aprendiendo sobre la marcha”, confiesa. Cont. Pág. 16
María Teresa Heiland tiene una huerta en su casa
En 18 metros cuadrados de terreno, María Teresa ha podido cosechar distintos tipos de verduras. Orgullosa y tratando de no olvidarse, las enumera: “Este año saqué zapallitos de tronco, melón, chauchas, choclos, rúcula, tomates, rabanitos y hasta sembré un girasol porque quería ver cómo crecía”. Despliega su cosecha en la mesada de la cocina y compara el tamaño del pepino con un termo. Es grandísimo y no se parece a los que compramos en la verdulería. Las verduras que crecen bajo este cui-
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dado, como en el caso de la huerta de María, se producen empleando los mismos métodos que se empleaban antiguamente (cuando no existían los químicos). El conocimiento de hoy ha permitido alcanzar todo tipo de técnicas para incrementar la producción de estos productos, altamente recomendables para nuestra salud. La producción industrial convencional de vegetales genera grandes riesgos para la salud ya que hoy se utilizan elementos de alta peligrosidad, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes. La Organización Mundial de la Salud recomienda la alimentación con vegetales orgánicos porque son saludables y preventivos para muchas enfermedades. Son casi las doce y media y me atrevo a preguntarle qué almorzará. Como no podía ser de otra manera, sacará de su huerta un poco de rúcula, achicoria, pepino. “Con eso haré una buena ensalada y la acompañaré con un bife de cerdo”, dice.
Durante toda la entrevista saca a relucir sus móviles internos, esos que la llevan hacia el patio, a remover la tierra y a cuidar de sus cultivos. “La naturaleza es sabia, dice, y mi in-
tención con esta nota es que la gente se incentive y cree su propia huerta. Yo fui criada en el campo y leo mucho sobre el tema; ojalá otros se contagien de mi entusiasmo”.
El agua: ¿un recurso de futuras disputas? Luis Ricardo Reartes es geólogo y educador por excelencia. El medio ambiente es su preocupación permanente y considera que uno de los recursos más importantes de los pueblos es el agua. do sus aguas cloacales o los campos que dones y botellas de agua y convirtién¿Es cierta la disputa en torno del se cultivan echan pesticidas y conta- dolos en macetas. agua en un futuro no muy lejano? minan; después la lluvia se encarga de El futuro tema de conflicto entre los arrastrarlo y llevarlo al acuífero. ¿Cuáles serían esas medidas prepueblos es el agua. Ojalá me equivoventivas importantes? que y que los gobiernos se pongan de ¿Cuál cree que sería la clave para En principio, respetar los recursos acuerdo, que si un país tiene agua de no destruir nuestro medio am- hídricos y tratarlos como uno de los sobra auxilie al que tiene menos, pero biente? más valiosos que hay. El asentamienno creo que esto se de así. Las grandes Trabajar con los chicos desde la pri- to poblacional debe estar bien estudiado potencias no se hacen problema: si les maria; mientras más pequeños, me- y no como ahora, que estamos tapifalta el agua pueden tomar la cuenca jor, a fin de lograr conciencia. Para que, zando las sierras con edificaciones. Mire Guaraní y listo. cuando sean adultos, sepan y respon- lo que pasa en Carlos Paz: no quedan En Córdoba se descubrió un acu- una capacidad en volumen de 11 di- dan. Las medidas preventivas deben ir sierras, y ese era el atractivo turístico. ques como el San Roque. adelante. En este punto de la charla, Re- Por otro lado, estamos dañando la cuenífero. artes muestra con profunda satisfacción ca. Si no la respetamos, nuestros diques Ese acuífero lo tenían visto los geólolos trabajos realizados con sus alum- van a quedar tapados de sedimentación gos hace tiempo. Se sabía que había una ¿Donde empieza ese acuífero? infiltración grande, que afloraba por ahí En el dique Piedras Moras (cerca de Al- nos en distintas campañas de con- y basura. El tema es muy importante, alguna vertiente. Se hicieron perfora- mafuerte) donde nace el río Talamo- cientización del uso racional del agua. no va a haber ciudad que aguante. En ciones por distintos temas y se en- chita. No sé si es bueno o malo haber Trabaja enseñando a realizar huertas Punilla las ciudades son levantadas a contraron con un importante volumen descubierto esto, porque grandes em- hidropónicas y convencionales, de- la vera de los ríos, un collar inmenso de agua. La Universidad Nacional de presas pueden decidir perforar y des- mostrando que en una superficie muy de población. Los ríos están exhaustos Córdoba realizó los estudios y se die- pués ¿qué envían ahí? O terminan los pequeña se pueden producir nuestros y llegan con toda la carga de sedimentos ron cuenta de que era grande. Tiene asentamientos poblacionales envian- propios alimentos, reciclando los bi- y basura a los diques. Cont. Pág.20
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El agua: ¿un recurso de futuras disputas? Pensando en el agua potable de la ciudad ¿Qué se puede hacer para impedir su derroche? Se deben hacer campañas con los chicos. Los niños son los que mejor van a interpretar las cosas. Tenemos que insistir en preservar este recurso y no malgastarlo. Mire lo que pasó en La Plata. Teniendo agua por todos lados, no tenían agua potable para tomar. Es insólito. ¿Cómo sería usar racionalmente el agua? Si usted necesita dos litros de agua diarios para beber y regar una planta lo tiene que hacer con el agua necesaria, eso está bien. Pero no puede lavar el auto o la vereda con agua potable. Hay que
tener conciencia de que es un líquido maravilloso declarado en la Constitución como el primer recurso de los pueblos. Si no hay agua, no se levantan ciudades. Aquí se hace todo lo contrario: se asientan ciudades sin agua. Conocemos varias ciudades del interior con este problema, como Valle Hermoso, Huerta Grande, Salsipuedes y El Pueblito. Las situaciones son dramáticas y se van parchando. Se debería decir: hay tanta disponibilidad de recursos hídricos para tanta población, pero ese no es el razonamiento que se hace. En otros países, ¿se realiza esta planificación de recursos hídricos? Sí, tengo entendido que en los países nórdicos planifican las ciudades en fun-
ción del agua que se tiene. En Córdoba, contrariamente a lo que se debería hacer, se redujo la cota del dique San Roque. Si usted elige vivir en el interior, lo primero que va a preguntar es si tiene recursos hídricos para llevar a cabo las tareas diarias El campo y los pueblos valen por el agua que tienen. ¿Cómo se lleva a cabo la reducción del dique San Roque? Se avanzó con tierra para agrandar la ciudad con supermercados y hoteles. Si usted va por la costanera se puede ver la reducción del margen de la antigua rivera. Se redujo bastante para ampliar la ciudad. Fuera de la entrevista, Reartes me muestra las piedras que no conozco,
me habla de la ruta del río subterráneo, me invita a conocer lugares a través de su descripción viva. Sus palabras claves son educar y hacer. Su mirada se sostiene en el origen y en el principio de nuestro planeta.
Alumnos, padres, exalumnos, docentes, exdocentes, vecinos, curiosos y aquellos que se sientan parte del República de Siria: ¡están todos invitados a participar! Por eso dicen que es una maratón familiar. También que es solidaria, y por eso se solicita, a todos aquellos que se inscriban, colaborar con un paquete de pañales descartables. Lo recaudado será donado a una institución de salud a determinar próximamente. Esto del perfil solidario no es azaroso en el
República de Siria; más bien es un principio y un leit motiv que ha recorrido siempre esta institución educativa, ayudando de distintas maneras a quienes más lo necesitan. Son ejemplos las donaciones a la Escuela Albergue de Santa Elena y las Caravanas Solidarias a la escuela de Villa Benegas, en Traslasierra, a la cual el República de Siria apadrinó durante muchos años logrando, en ese intercambio, enriquecedoras experiencias para todos.
40º Aniversario de la Escuela República de Siria
Maratón Familiar Solidaria El próximo 13 de mayo la Escuela República de Siria, de barrio Parque Atlántica, cumple 40 años y los integrantes de la institución están preparando algunos eventos para festejarlo a lo grande. La actividad más relevante será sin dudas la Maratón Familiar Solidaria, que tendrá lugar el domingo 19 de mayo a las 10 horas. Parten de la puerta de la escuela y se recorrerán algunas calles del barrio, en un circuito que al cierre de esta edición aún no esta-
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ba definido pero que contará con todas las medidas de seguridad correspondientes. La inscripción para participar de la Maratón será del 13 al 17 de mayo durante el horario escolar. Todos los que están detrás de la organización esperan que ese día salga el sol y esté lindo para poder disfrutar de esta actividad al aire libre. Pero si por esas cuestiones impredecibles llueve, la actividad se pospone para el próximo domingo 26 de mayo, a la misma hora y lugar.
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Tapitas solidarias Ya nos hemos acostumbrado a toparnos con tarros que recolectan tapitas de plástico. ¿Para qué se juntan? ¿Cuál es la finalidad? ¿De qué manera se reciclan? La Posta estuvo en contacto con distintas fuentes de información que nos permitieron conocer algunas aristas de esta práctica que se ha impuesto en nuestro país. En principio, la recolección de tapitas de plástico surge como un acompañamiento a distintos fines solidarios. Es el caso del Programa de Reciclado de Tapitas de Plástico de la Fundación Garrahan, nacido en el 2006. El destino de los fondos es para la compra de equipamiento, compra de insumos y ayuda social, entre otros objetivos. A través de la venta de tapitas, en el Hospital de Niños de nuestra ciudad se compran desde medicamentos, leches especiales y nuevas tecnologías médicas, hasta juegos y libros para las
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ludotecas de las salas de espera. En nuestra zona sur se están recolectando tapitas para María Laura Cisneros, una profesora de folklore que está parapléjica y que requiere la colocación de un marcapasos diafragmático fuera del país. María Fernanda Torres, una vecina de Residencial Vélez Sarsfield comprometida con este caso, nos cuenta: “He colocado en distintos lugares de la zona sur botellas de plástico para recolectar tapitas y es asombroso ver la respuesta de la gente. Muchas veces encuentro bolsas repletas de tapitas detrás de las rejas de mi casa. Las juntamos y las clasificamos por color; una vez que reunimos una cantidad considerable viene un camión y las lleva. Un camión lleno de tapitas paga alrededor de tres mil a tres mil quinientos pesos (se venden por kilo). Las tapitas que sirven son de gaseosas, aguas minerales, jugos y amargos serranos. Una vez seleccionadas por la
empresa encargada de la recolección de las tapitas se clasifican por tipo de material, se muelen, se transforman en grumos y sirve de materia prima para la fabricación de otros objetos plásticos. Cabe aclarar que con este grumo no se pueden fabricar elementos que estén en contacto con alimentos. ¿Tan malo es? Plástico y ecología no parecen ir de la mano, pero para aclarar algunas dudas sobre qué tan malo es este material para el medio ambiente consultamos a la ingeniera química Luz Sánchez que nos aclaró el panorama. Características. Está formado por moléculas de gran longitud (macromoléculas). Aunque existen plásticos naturales -como la celulosa y el cauchola gran mayoría de los plásticos son sintéticos. En su gran mayoría se obtienen de materias primas como el petróleo,
aunque también hay algunos provenientes de carbón o el gas natural. Comparación. El plástico se desecha en un promedio de 500 años. Los productos orgánicos, en cambio, se descomponen en un promedio de 3 a 4 semanas. Descomposición. Cuando el plástico se somete a temperatura alta se descompone en subcompuestos que son tóxicos. El ejemplo más claro son los bidones de agua, que se trasladan sin tener las precauciones de la temperatura. Si bien el agua que está adentro puede ser muy buena, si esos bidones se transportan al sol, el plástico se descompone y desprende sustancias tóxicas.
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