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Pacto fiscal Un gobierno de pieles negras, máscaras blancas

PABLO GUTIÉRREZ

Académico Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile

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Para el desarrollo económico, un pacto fiscal, que utilice como eje una reforma tributaria resulta muy necesario. El país requiere de una mayor recaudación tributaria, para gastar más en seguridad, educación, salud y pensiones. Además, se debe suplir el déficit estructural –endeudamiento–, ya que el Estado espera gastar más de lo que recibe.

Hoy, las proyecciones económicas no son favorables. Si se suben los impuestos, será difícil separar el efecto que se produzca del cambio de impuestos en la economía y el efecto de una recesión. Esto pue - de generar expectativas más negativas para la economía, repercutiendo en la actividad económica. Por tanto, el gobierno debe ser muy preciso en lo técnico, para que el mercado no sobrerreaccione ante una modificación impositiva.

Una reforma tributaria que intenta recaudar más debe apuntar a hacerlo de mejor forma, minimizando los efectos de comportamiento de los impuestos. Por ejemplo, en el caso de un aumento en el impuesto corporativo, una forma de aminorar su efecto negativo en la inversión es por medio de la depreciación ace - lerada, beneficio que fomenta la inversión de cualquier empresa, incluyendo las pymes. Sobre la productividad por trabajador, esta ha estado estancada. El gasto de gobierno puede ayudar a mejorarla, por medio de inversión pública, mejorar la educación y ayudando a reducir barreras para la movilidad intergeneracional.

El gobierno necesita un acuerdo, más allá del gobierno de turno, para los próximos 10 años. Si este pacto no tiene la envergadura adecuada, tendremos una discusión similar en los próximos dos años.

Parafraseando el libro del psiquiatra Frantz Fanon, y una de las obras más revolucionarias de la década del 50, para definir lo que ocurre en medio del gobierno del Frente Amplio, reflejado en la figura presidencial de Gabriel Boric.

Hemos visto cómo se ha ido diluyendo la alegría y la sensación que hubo en la población de un cambio generacional que iba a traer una nueva etapa en la política chilena, tanto en la forma como el fondo. ¿Qué pasó? Primero la lentitud de nombramientos de cargos importantes en la conducción del país, posteriormente los errores de varios minis

Académico terios que llevaron a los primeros cambios de gabinete y ahora último, el caso de corrupción que se ha tomado la opinión pública y los traspasos de fondos estatales a fundaciones.

Pieles negras, máscaras blancas hace alusión a que tuvieron que volver a gobernar con políticos de la Concertación, los mismos que fueron muy criticados durante el llamado “estallido social” con frases que todos conocemos como “no son 30 pesos, son 30 años”.

Hoy vemos un gobierno sin un sello, que no ha generado un estilo y una marca en la opinión pública. Esto se demuestra incluso en algunos cam -

HUGO bios o leyes que se han logrado hacer en este periodo y que no han tenido el impacto esperado en la opinión pública. Por otro lado, vemos a una oposición que de todos estos hechos ha aprovechado la oportunidad de golpear al gobierno y las figuras más próximas al presidente, en vez de intentar presentar alguna propuesta que apunte al objetivo de mejorar las condiciones de vida de Chile. Estamos viviendo una política de dimes y diretes, con muy poca madurez y soberbia en demostrar los errores y/o retrocesos de ambas partes. A seguir esperando un futuro esplendor.

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