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Reducción de la calidad de los empleos Turismo chileno amenazado por la delincuencia
from 12-08-2023
Durante mucho tiempo Chile fue reconocido como un destino turístico seguro en Latinoamérica, característica que lamentablemente en los últimos años ha cambiado. El aumento de la delincuencia, la percepción de inseguridad y los casos de turistas extranjeros víctimas de diversos crímenes y delitos, han dado vuelta al mundo, afectando negativamente la imagen país.
Prueba de ello es la última calificación otorgada a Chile en el “Travel State Gov”, web de los servicios de pasaportes estadounidenses. Este sitio entrega a quienes están interesados en viajar a un determinado país, información relevante del lugar y categorizan los distintos destinos turísticos con niveles de advertencias, aplicando una escala de 1 al 4, donde la categoría 1 corresponde a países con niveles normales de precaución, y la categoría 4 a lugares donde se sugiere no viajar.
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Chile fue calificado como destino categoría 2, es decir, que se sugiere a los turistas tener una mayor precaución, advirtiéndoles sobre el aumento en los delitos violentos, como asaltos, homicidios, robos de automóviles y residenciales, y también acerca de las zonas geográficas de mayor riesgo.
efectos económicos, como la inversión extranjera.
En el marco del desarrollo social, la generación de empleo de buena calidad es un indicador que permite evidenciar el progreso de las sociedades. En tal sentido, el Empleo de Buena Calidad o Trabajo Decente (según la OIT), es aquél que incorpora regularidad y protección social para el trabajador, pero también de condiciones de seguridad y de dignidad. De este modo, se entiende que la precarización del trabajo es una condición que corre en dirección opuesta a lo que requiere nuestro país para avanzar por la senda del desarrollo, hacia mayores niveles de bienestar social.
violentos.
El informe sobre Chile también señala que frecuentemente se producen manifestaciones sin previo aviso, produciendo problemas para el transporte y el libre desplazamiento por el territorio. Estos factores de seguro desalientan a un potencial turista a viajar a nuestro país o al menos, visitar lugares que creíamos consolidados o esperábamos consolidar.
La Organización Mundial del Turismo declara que la seguridad es uno de los factores principales que influye en la elección de un destino turístico, es por ello que lo que se vive actualmente en Chile, va a afectar en la imagen país, provocando eventualmente la disminución del turismo receptivo, junto a otros
Un elemento que sustenta nuestra imagen país y que es un pilar fundamental para desarrollo del turismo chileno, es la gran diversidad ecológica que poseemos, lo que nos ha procurado ser reconocidos en el año 2002 como el mejor destino verde del mundo. Contamos con una gran variedad de ecosistemas: desierto, bosques, océanos, glaciares, lo cual es una gran fortaleza al momento de promocionar nuestro país como destino turístico en el extranjero. Aunque se han realizado diferentes acciones para frenar la delincuencia, a nivel central y local, la realidad actual es que nuestra capital hoy es evitada por muchos turistas extranjeros, quedándose en hoteles de aeropuerto y viajando directamente al destino elegido. Por otro lado, los guías locales evitan ir al casco histórico y a muchos otros atractivos patrimoniales emblemáticos de la capital, por seguridad de los visitantes. El trabajo de ahora en adelante para volver a ser un destino turístico seguro y atractivo internacionalmente será arduo, y requerirá acciones drásticas y concretas en contra de la delincuencia, con campañas comunicacionales a nivel interno y externo, centradas en los rasgos identitarios, en el patrimonio natural y cultural que posee nuestro país.
Por esto, es lamentable observar en Chile un gradual aumento de empleos precarios, en especial, en actividades económicas que son mayoritariamente estacionales y de mano de obra no calificada, concentradas en los sectores silvoagropecuario, comercio y servicios personales de baja especialización. La ocupación en este tipo de actividades presenta un alto grado de informalidad y de cuenta propia (independientes), lo que implica empleo de baja calidad, con ausencia de contratos de trabajo y, por ende, de garantías de higiene y seguridad social para el trabajador.
En este contexto, el mercado laboral está dando clara evidencia de una debilidad estructural para generar trabajo decente, con un crecimiento gradual del desempleo, en donde el aumento de la búsqueda de trabajo por las personas que estuvieron en un momento inactivas se está disparando con fuerza, en especial, por parte de las mujeres. Es así como la fuerza de trabajo femenina aumentó en 192 mil personas en solo 12 meses. Personas que ahora necesitan urgentemente trabajar, los recursos personales y familiares fueron agotados y el creciente aumento del costo de la vida se vienen a sumar a esta crisis laboral. Las cifras son decidoras, a nivel nacional un desempleo que alcanzó el 8,5% y que en la Región Metropolitana se ubica en torno al 10% (barrera sicológica de alerta pública), con una tasa de informalidad promedio nacional que supera el 27% y en algunas regiones pueden incluso alcanzar el 35% (Araucanía, Los Ríos y Tarapacá). Todo esto, a pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno con un aumento del empleo público, cuestión que ratifica la relevancia del sector privado en la generación de puestos de trabajo. Sector muy debilitado en inversión, confianza y expectativas. Por lo expuesto, es posible inferir que la pérdida de calidad de los empleos, hace imprescindible formular políticas socioeconómicas a nivel nacional y regional para apoyar transformaciones productivas y de mejora en la actual estructura económica del mercado del trabajo que permita, por un lado, calificar la fuerza de trabajo con las actuales tecnologías de producción y, por otro, generar señales e incentivos para aumentar la inversión privada y crear empleos que cumplan con los requisitos formulados por la OIT acerca de un “Trabajo Decente”.
Es lamentable observar en Chile un gradual aumento de empleos precarios, en especial, en actividades económicas que son mayoritariamente estacionales y de mano de obra no calificada.
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