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Una vida curicana azarosa digna de recuerdo

JOSÉ MANUEL LÓPEZ MORENO

María Georgina Quitral Espinoza, identificación que no mueve a recuerdo, nació en Iloca a fines de 1916; su padre, Fidel Quitral, era peón agrícola, y su madre, Fidelina Espinoza Letelier, empleada en la casa solariega del Fundo Iloca, de don Agustín Besoain, que a partir de 1957 se transformó, por obra de la familia Saint-Jean, en el Hotel Iloca, presente hasta hoy. La temprana muerte del padre agravó la estrechez económica en que vivían la madre y sus tres hijos. Ello motivó su traslado a San Javier por poco tiempo y luego a radicarse en Curicó, cuando la niña tenía 7 años de edad. Allí aparece tímidamente el personaje que motiva esta crónica; en adelante la conoceremos como Rayén, su nuevo nombre y Quitral por el apellido paterno, con raigambre inca y mapuche. Eligió llamarse Rayén porque significa flor en mapudungun. Flor de Quitral resultaba poético y ancestral.

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Fue en Curicó, donde lució su espléndida voz en reuniones familiares o en la iglesia. A los 15 años fue madre, pero su hijo fue criado aparte por una dama curicana. La historia artística de Rayén nace a raíz de la visita a Curicó de un santiaguino, Don Alfredo Arana, quien, prendado de la belleza de su voz logró trasladar a Santiago, a su propia casa, a la futura cantante y a su madre. Estando allí contactó a un empresario teatral, Don Ignacio Benítez, quien escuchó a Rayén sin verla. Este fue el compromiso del mecenas, porque no quería que la apariencia rústica de la niña interfiriera con la apreciación de su talento. Cantó detrás de una puerta. Siguió a ello su inclusión en clases formales de canto y luego en el Conservatorio Nacional de Música (1935).

Fue pareja de un descendiente de alemanes, Hans Krefft, teniendo un hijo, Jorge Krefft, que murió de cáncer a los 36 años, causándole gran dolor, junto con la ruptura de su matrimonio.

Su fama nace en 1937, a los 21 años, al debutar en Santiago, Sewell, Concepción, Viña del Mar; el Teatro Municipal de Santiago, sin embargo, no le abrió sus puertas. Esto, que ella percibió como discriminación hacia su etnia, motivó el cambio de nombre ya señalado y el hecho que todas sus presentaciones las hiciera con atuendo de mujer mapuche. En 1938 cantó, sin micrófono, en la inauguración del Estadio Nacional de Santiago. Luego sale con su arte al extranjero (Montevideo, Buenos Aires, Lima); el punto cúlmine de su carrera fue su actuación en el Teatro Colón de Buenos Aires, encarnando a la Reina de la Noche de la Flauta Mágica de Mozart. Hizo luego Rigoletto en el Teatro Municipal de Santiago. Su obsesión era cantar en el Opera House de Nueva York. Viajó allí, a conseguir una audición de prueba, la cual la consiguió por intermedio de Claudio Arrau, quien la mantuvo en su casa. No hizo caso al maestro que le indicó que tenía que mejorar algunos “ripios” de su voz antes de postular. Así, fracasó en la prueba y el maestro Arrau se desentendió de ella. Entre 1945 y 1956 actuó en países americanos y europeos, con una crítica especializada que fue reservada. En ese lapso tuvo otro matrimonio, también fugaz. Tardíamente aceptó una beca del gobierno alemán por 3 años. Regresó pobre y enferma. Cantó en público por última vez en 1975 en un acto académico en el Teatro Gran Palace. Recibió el honor de ver su figura en una colección filatélica chilena de cantantes liricos. La canción Copihue Rojo ella la ligó al pueblo mapuche. Murió pobre en el Hospital San Juan de Dios en 1979. Este recuerdo resume el dulce y el agraz de una curicana dotada de un regalo natural portentoso, su voz de soprano. Su limitada educación, estrechez económica, carencias afectivas, percepción de discriminación por su etnia, atentaron contra el despliegue total de su don. Quedó en el camino de ser estrella mundial.

Es una cifra que cuadriplica los datos de la década de los 70, lo que revela que cada vez hay mayor preocupación por cuidar el planeta. Cada pedaleada que da un ciclista en alguna parte del mundo supone una bocanada de aire para la Tierra; cada metro recorrido sin más ayuda que los pulmones, significa un coche menos emitiendo CO2 a la atmósfera, cada kilómetro de carril-bici que se levanta es una barrera de movilidad que cae. Es oportuno aclarar que, cuando se habla que, en nuestra Región del Maule, Curicó es “la capital del ciclismo”, se están refiriendo a los grandes exponentes curicanos destacados en el ciclismo, como deporte competitivo a nivel nacional e internacional, y no que exista necesariamente un mayor número de usuarios de la bicicleta o que exista un mayor número de kilómetros de ciclovías. Y lo que es peor, en los últimos meses y años, ha subido tristemente la cantidad de ciclistas fallecidos o heridos graves en diversos accidentes de tránsito, tanto sea por imprudencia de quienes las conducen o (como suele ocurrir muy seguido) por responsabilidad de los conductores todo tipo de vehículos motorizados.

La bella y eterna Italia

Los chilenos celebramos nuestro día nacional, el 18 de septiembre, día de la independencia de España, nuestra Madre Patria. Los italianos celebran su día nacional, el 2 de junio, cuando mediante un referéndum, dos posiciones políticamente antagónicas, el 2 de junio de 1946, se enfrentaron los que querían que el país siguiese siendo una monarquía y los que querían ser gobernados por un gobierno democrático, o sea una república. La posición republicana ganó por más de dos millones de votos, siendo este gran país desde entonces, llamado República Italiana.

Todo país tiene su propia historia, Italia tiene la suya, digna de ser conocida y estudiada, y así ha sido, pues despertó el interés en el mundo, por la incidencia que ha tenido desde el imperio romano hasta hoy, con una capital actual, llamada Roma, cuyo nombre era el centro político del imperio romano. La caída del imperio, no provocó la desaparición del nombre Roma y a miles de años, subsiste su nombre como capital de un país, que es descendiente directo de ese imperio, que conquistó grandes territorios del mundo antiguo. La Italia moderna, como le pasó a muchos países en Europa, el viejo continente, a través de cientos de años, ha sufrido muchos cambios y guerras, de manera que hoy gracias a su unificación, se convirtió en el gran país que es, recuperando ciudades y territorios, que otros países pretendieron apropiarse. Escribo estas líneas sencillas, pero de sincero agradecimiento y admiración, por este país del cual aprendí “Abbastanza bene” (bastante bien)

VÍCTOR URIBE V. su hermoso idioma, contando en mi familia, con dos hermanas de mi madre que se casaron con dos hombres que vinieron como miles de Italia, buscando mejores oportunidades en Chile y gracias a Dios, sus esfuerzos e inteligencia para trabajar, se vieron premiados y con ello aportaron un grano de arena a engrandecer al país que los acogió. Francesco Di Gregorio Rossi y Stefano Gismondi Scarella, Q.E.P.D, nuestra familia no los ha olvidado, y quizás al recordarlos hacemos un homenaje a vuestro país de origen. Personalmente, muy tardíamente quizás, le expreso a Stefano Gismondi Scarella, Q.E.P.D, mi reconocimiento, pues a la muerte prematura de mis padres, él fue quien influyó en mi vida, haciendo de mí un hombre de bien y además me enseñó a admirar y amar a su país, la eterna Italia.

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