Distribucion territorial de la pob (2)

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Fondo de Población de las Naciones Unidas

Distribución territorial de la población y crecimiento económico local en Nicaragua

Jaime Sobrino, El Colegio de México

Borrador final Mayo, 2007


Contenido Introducción

1

1. Crecimiento poblacional, 1950-2005 Componentes de la dinámica demográfica Distribución territorial de la población Sobre la migración interna

4 5 12 24

2. Estructura y dinámica del sistema urbano nacional Urbanización y ciclo del desarrollo urbano Tamaño y número de localidades urbanas Organización espacial del sistema urbano Zona metropolitana de Managua

31 31 36 44 52

3. Crecimiento económico territorial, 1960-2005 Evolución económica nacional Estructura y dinámica por departamento Competitividad industrial en el sistema urbano nacional

59 60 73 80

Conclusiones y recomendaciones de política pública

90

Anexo metodológico

98

Bibliografía

101

Anexo estadístico

106


Introducción Durante buena parte siglo

XX,

los países de América Latina atestiguaron un patrón

de concentración territorial de su población y actividades económicas hacia un gran polo de atracción, generalmente la capital de la nación. Nicaragua no fue la excepción a dicha tendencia, puesto que en 1950 Managua concentraba 10.3% de la población del país, en tanto que para 1995, ya constituida como zona metropolitana, participó con 23 por ciento. En los últimos años del siglo

XX

este patrón comenzó a alterarse en prácticamente

todas las naciones, como respuesta al incremento en los niveles de urbanización y la multiplicación del número de ciudades integrantes de su sistema urbano nacional, algunas de las cuales adquirieron un papel preponderante como lugar de atracción demográfica y económica, consolidando su posición como lugar central dentro de un contexto regional. En Nicaragua, la participación demográfica de la zona metropolitana de Managua disminuyó de 23% en 1995 a 22.2% en 2005, al tiempo que para este último año participaba con 22% de la generación total de producto interno bruto (PIB) y con 43.4% del PIB industrial. El patrón dominante se hizo más complejo dado que se diversificaron los lugares de concentración, surgiendo así patrones de poblamiento regionales con fuerzas concentradoras

propias.

Algunos

de

estos

patrones

muestran

altas

concentraciones junto a territorios todavía prácticamente vacíos. Estos espacios vacíos se caracterizan por tener condiciones físico-geográficas que inhiben su accesibilidad, así como un descuido por parte de las políticas públicas para proveerlas de infraestructura y equipamiento. No es fácil ser concluyente al tratar de definir si el actual patrón de poblamiento en Nicaragua es de concentración o de dispersión; en todo caso, al multiplicarse los espacios de concentración demográfica y económica, y mantenerse la dispersión

1


en zonas poco pobladas, es de esperar que se encontrarán diferencias significativas de región a región. Bajo esta perspectiva, el objetivo del presente estudio consiste en analizar las transformaciones en la distribución territorial de la población en Nicaragua, así como en las tendencias de localización de las actividades económicas. Estas transformaciones se estudiarán con mayor detalle para el periodo 1995-2005, pero se hará un referente histórico que irá desde 1950 para el tema demográfico y 1960 para el económico. Para alcanzar el objetivo anterior, se utiliza un esquema general que permite estudiar de manera interrelacionada la distribución geográfica de la población y las actividades económicas, considerando los procesos que influyen directa o indirectamente en dicha interrelación. Este esquema tiene su base en la conceptualización de la organización territorial integral, que considera los siguientes patrones geográficos y los procesos que los determinan: i) patrón de asentamientos humanos en el territorio; ii) patrón de interacción entre asentamientos de población; iii) patrón de localización de las actividades económicas; iv) patrón de desarrollo socio-demográfico y económico-productivo comparativo, y v) patrón territorial de uso y conservación de recursos naturales. Es evidente que lo más importante no es sólo la descripción, sino también las explicaciones de los patrones, que en varios estudios de distribución de la población se han realizado, pero no sistemáticamente. El contenido comprende tres capítulos y un apartado de conclusiones y recomendaciones de política. En el primer capítulo se estudia el crecimiento poblacional

de

Nicaragua

en

el

periodo

1995-2005,

identificando

las

características de los componentes de su crecimiento natural (natalidad y mortalidad) y social (migración internacional). En un segundo momento se hace un desglose de la población en urbana y rural y sus patrones de poblamiento. Para

2


finalizar se analizan los patrones, tendencias y determinantes de la migración interna en el periodo 2000-2005. El segundo capítulo tiene el propósito de estudiar las principales características de la estructura y evolución del sistema urbano de Nicaragua, en donde se compara la urbanización ocurrida en el país contra un modelo general denominado ciclo del desarrollo urbano. Posteriormente se dividen a las ciudades del país según su tamaño de población y se estudian sus dinámicas de crecimiento poblacional. En un tercer momento, y con el uso de una variable del censo de población de 2005, información disponible por primera vez en el país, se analiza la estructura territorial del sistema nacional de ciudades y la conformación de subsistemas urbanos. El último acápite se dedica al examen de la conformación y evolución reciente de la zona metropolitana de Managua. El tercer capítulo tiene el propósito de analizar las principales características del crecimiento económico ocurrido en Nicaragua en el periodo 1960-2005, así como el patrón reciente de localización de las actividades económicas y el desempeño competitivo del sistema urbano nacional en el quinquenio 2000-2005. Para lo anterior se realizó un ejercicio de estimación del

PIB

para 2005 por municipios y grandes

divisiones de actividad. En el cuatro rubro de anotan las conclusiones del estudio y propuestas de lineamientos de política pública para la distribución territorial de la población y la promoción de las actividades económicas en el espacio. La fuente primaria de información para la elaboración del estudio fueron los censos de población, por lo que un propósito complementario consiste en utilizar los datos del censo de 2005 y validar su calidad en términos de las tendencias históricas documentadas para el estudio de la dinámica demográfica y crecimiento económico ocurrido en el país.

3


Capítulo 1 Crecimiento poblacional, 1950-2005 La demografía es una ciencia cuya finalidad es el estudio de la estructura, dinámica y tamaño de la población en un territorio, analizando sus variaciones en el tiempo y las causas de tales cambios. Las aportaciones de la demografía se dividen en tres grandes áreas: i) demografía formal, que estudia las relaciones analíticas de la estructura de la población y de sus variables demográficas de fecundidad, mortalidad, migración y fuerza de trabajo; ii) estudios de población, en donde se agrupan reflexiones y escuelas de pensamiento sobre la relación entre la población y otras categorías de análisis, tales como desarrollo, salud o políticas públicas, y iii) dinámica poblacional, cuyo propósito consiste en investigar los determinantes sociales, económicos, políticos y culturales del cambio demográfico (Goodall, 1987; Welti, 1997). A partir de la metodología de análisis e instrumentos desarrollados en la demografía formal, el propósito de este capítulo consiste en analizar la dinámica poblacional

de

Nicaragua

en

el

periodo

1950-2005,

identificando

las

características de los componentes de su crecimiento natural y social. En un segundo momento se hará un desglose de la población en urbana y rural y sus patrones de poblamiento en las escalas territoriales de departamento y municipio. Para finalizar se estudiarán los patrones, tendencias y determinantes de la migración interna. Si bien se abordará el periodo 1950-2005, se realizará un mayor detalle para la evolución demográfica ocurrida durante la década 1995-2005. Los censos de población se han constituido en la principal fuente de información para el estudio de la estructura y dinámica demográfica de un país; a pesar de las limitaciones, se reconoce que tal estudio no podría realizarse sin la información contenida en dichas fuentes. En el presente estudio se utiliza como información base la derivada de los censos de población de Nicaragua levantados en los años

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1950, 1963, 1971, 1995 y 2005. Un propósito adicional a cubrir en este capítulo consiste en evaluar la validez y consistencia de los resultados del censo de población y vivienda de 2005, a partir de la demostración de tendencias en la evolución demográfica nacional y en sus componentes del crecimiento poblacional. Componentes de la dinámica demográfica Entre 1950 y 2005, la población nicaragüense aumentó de 1.1 a 5.1 millones de habitantes. Con dichos volúmenes, Nicaragua era en 1950 la vigésima segunda nación más poblada entre las 51 del continente americano, participando con 0.3% del monto demográfico continental; en tanto que para 2005 ascendió a la posición 19 y su contribución se duplicó para ubicarse en 0.6 por ciento. Al interior del istmo centroamericano, Nicaragua se ubicó en la cuarta posición tanto en 1950 como en 2005, estando por abajo de Guatemala, Honduras y El Salvador. Cabe mencionar que Centroamérica fue una de las áreas del continente americano con mayor ritmo de crecimiento poblacional, siendo que su participación se elevó de 2.7% en 1950 a 4.6% en 2005. Según cifras censales, el incremento poblacional en poco más de cuatro millones de habitantes entre 1950 y 2005 significó una tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) de 2.9%, pero mostró variaciones a lo largo del tiempo (Cuadro 1). Se aprecia una primera etapa, entre 1950 y 1971, caracterizada por un discreto decrecimiento en el ritmo de crecimiento poblacional desde 2.9% en el lapso intercensal 1950-1963 a 2.6% para el periodo 1963-1971. Una segunda etapa comprende entre 1971 y 1995, con un notable incremento relativo y alcanzando una

TCPA

de 3.6 por ciento. Por último, la tercera etapa abarca el decenio 1995-

2005, en donde se manifiesta una marcada disminución en el crecimiento relativo y con una tasa de crecimiento de 1.7 por ciento. Los montos demográficos y las tasas de crecimiento que expresan las estimaciones de población realizadas por

INEC-CELADE-UNFPA

(2004), antes de

5


conocerse la información del censo de 2005, son distintas con respecto a los datos censales. Para los cinco años de estudio, la población estimada supera a la censal y con una variación que va del 22.6% en 1971 a 2.7% en 1995; esta sobreestimación se atribuye tanto a la omisión censal como a las irregularidades en la declaración de edades, situación más patente en el censo de población de 1971 (véase Ibarra, 1979; Mació, 1969). Cuadro 1 Nicaragua: Población y tasas de crecimiento, 1950-2005 Concepto Población censal

1950 1 057 023

1963 1 535 588

Año 1971 1 877 952

1995 4 357 099

2005 5 142 098

1950-1963 2.91

Tasas de crecimiento 1963-1971 1971-1995 2.55 3.57

Población estimada 1 190 287 1 780 437 2 301 728 4 476 881 5 483 447 3.15 3.26 Fuente: para la población censal, censos de población y vivienda; para la población estimada, INEC-CELADE-UNFPA.

2.81

1995-2005 1.67 2.05

Según la población estimada, el ritmo de crecimiento poblacional acusó una tendencia creciente entre 1950 y 1971, situación contraria según datos censales, alcanzando una

TCPA

de 3.3% en el lapso 1963-1971, para después descender a

2.8% en el periodo 1971-1995 y con un mayor descenso en la década 1995-2005, en donde se registró un ritmo promedio anual de 2 por ciento. Cabe mencionar que para 2005 la estimación poblacional resultó 6.6% más elevada con respecto a la cifra censal definitiva. Las

estimaciones

demográficas

de

INEC-CELADE-UNFPA

y

las

referencias

bibliográficas obligan a concluir la existencia de una importante omisión en la población censada de 1971, lo que implica que al utilizar sólo datos censales se obtenga una tendencia descendente en el ritmo de crecimiento poblacional durante la década de los sesenta y un repunte en los setenta, ochenta y noventa. En contraste, las estimaciones de población apuntan hacia una desaceleración demográfica a partir de los setenta, en consonancia con lo ocurrido en el contexto latinoamericano, y que se complementa con los efectos de la revolución sandinista iniciada a finales de esa década, desaceleración que se hace más notoria en la última década del siglo y principios del nuevo milenio, y apuntalada por un repunte

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en la migración internacional (véase Baumeister, 2004; Torres y Barahona, 2004; Welti, 1997: 179-231). Todo crecimiento poblacional es producto de dos componentes: natural (nacimientos menos defunciones) y social (inmigraciones menos emigraciones). Con base en los ritmos de crecimiento poblacional derivados de la información censal y de los indicadores demográficos elaborados por

CELADE

(2007), se tiene

que Nicaragua ha manifestado un descenso en el ritmo de crecimiento natural a partir de la década de los setenta, para ubicarse con una tasa de 2.6% en la década 1995-2005 (Cuadro 2). Cuadro 2 Nicaragua: Componentes del crecimiento poblacional, 1950-2005 Periodo

Crecimiento Saldo neto Tasas de crecimiento Total Natural Social absoluto migratorio 1950-1963 2.91 3.22 -0.31 478 565 - 60 345 1963-1971 2.55 3.38 -0.83 342 364 - 125 445 1971-1995 3.57 3.28 0.29 2 479 147 282 602 1995-2005 1.67 2.55 -0.88 784 999 - 462 624 Fuente: Indicadores demográficos de CELADE y Censos de población y vivienda.

El descenso en la tasa de crecimiento natural de la población nicaragüense se atribuye a la ocurrencia de la transición demográfica. Esta transición es un modelo general que describe y explica los cambios a través del tiempo en la mortalidad y la fecundidad como resultado del crecimiento y desarrollo económico (Goodall, 1987). Para la década 1995-2005, Nicaragua se ubicaría, según las estimaciones de CELADE, en una fase de plena transición, ya que su ritmo de crecimiento natural promedio anual es menor a 3%, aunque existen sectores de población rural que no acceden a los beneficios del progreso económico y muestran altas tasas de fecundidad y mortalidad. Esta fase la comparten los países centroamericanos de El Salvador, Guatemala y Honduras, mientras que Costa Rica y Panamá pertenecen a una fase de transición avanzada.1 1

Carlos Welti (1997: 225-227) divide a la transición demográfica en cuatro fases: i) transición incipiente, cuando un país contiene altas tasas de natalidad y mortalidad, dando una tasa de

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Por lo que respecta al crecimiento social, Nicaragua se ha ido consolidando como un país con expulsión neta de población. Los motivos, tipo, magnitud, periodicidad y destino de estos flujos migratorios han cambiado en el transcurso del tiempo. El movimiento migratorio reciente, sobre todo con destino a Costa Rica, ha sido producto de la carencia de oportunidades laborales en suelo nicaragüense, las posibilidades reales o ficticias de empleo en el país de destino y la creciente importancia de las redes sociales y familiares que contribuyen a que los migrantes respondan con cierta rapidez a informaciones y oportunidades que se originan en aquel país (Alvarenga, 1997; Olivares, 2003). De acuerdo con los datos censales, y corrigiendo la omisión poblacional existente en el censo de 1971 con la estimada por

INEC-CELADE-UNFPA,

se obtiene que entre

1950 y 1971 Nicaragua consiguió una categoría migratoria de equilibrio, ya que tenía una tasa de crecimiento social que no alcanzaba el -0.5 por ciento. Esta migración estuvo asociaba a la búsqueda de mejores ingresos y nivel de vida, por lo que predominaban las razones económicas. La mayoría de la población migrante era pobre y de origen rural, en donde sus condiciones de estancamiento agropecuario de sus parcelas, o el cambio en las prácticas de producción en los suelos donde laboraban, propiciaron el flujo en búsqueda de mejores oportunidades de ingreso. La gran mayoría de estas migraciones eran de tipo estacional y se dirigían preferentemente a Estados Unidos y México (Pritchard, 1999). El cuadro 2 menciona que, según datos censales, Nicaragua registró un saldo neto migratorio positivo entre 1971 y 1995, pero la realidad fue distinta. Ese periodo se caracteriza por la ocurrencia de la convulsión política del país: la crecimiento natural por arriba del 2%; ii) transición moderada, que se caracteriza cuando un país presenta alta natalidad y moderada mortalidad, lo que implica un incremento en la tasa de crecimiento natural y con valores cercanos o mayores a 3%; iii) en plena transición, que ocurre cuando un país alcanza una tasa moderada de natalidad y moderada o baja en la de mortalidad, que se traducen en una tasa de crecimiento natural entre 1.5 y 2.5%; y iv) transición avanzada, en donde el país ha alcanzado una baja tasa de natalidad y baja o moderada de mortalidad, y el crecimiento natural anual promedio es menor a 1.5 por ciento.

8


primera, entre 1978 y 1979, cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la iniciativa privada, los partidos conservador, social-cristiano y comunista, y los sindicalistas de todas las tendencias se oponían a Anastasio Somoza y sus partidarios, lo que finalizó con la caída de Somoza. La segunda, de 1982 a 1987, que enfrentó al nuevo Estado, dominado por los sandinistas, a una nebulosa de opositores, denominada la Contra, compuesta por hispanoparlantes rurales e indígenas, aliados a los disidentes del sandinismo y a Somoza, teniendo el respaldo de Estados Unidos (Bataillon, 2004). Durante este periodo, el flujo migratorio experimentó un cambio radical en cuanto a sus motivos y destinos. El conflicto político y militar generó otro tipo de migración, la de los refugiados, que reclamaban su derecho de protección internacional en países anfitriones. Los primeros en salir tras la derrota de la dictadura de Somoza fueron miembros y familias de grupos afines al régimen dictatorial; posteriormente se concentró en jóvenes en edad de prestar el servicio militar. El número de refugiados, exiliados y migrantes por la guerra civil fue significativo, pero existen grandes variaciones en su estimación. Una fuente calculó entre 400 y 800 mil personas en 1993, de las cuales 270 mil vivían en Miami (Herrera, 1994: 133), mientras que otra habla de 40 mil en Costa Rica en el año de 1988 (Ramírez, 1989: 21). Si se toma como válida la estimación poblacional de CELADE-UNFPA

INEC-

para el año de 1971, entonces entre ese año y 1995 Nicaragua

reportó un saldo neto migratorio negativo y del orden de poco más de 500 mil habitantes, lo que indica una salida promedio de más de 20 mil personas al año. Una de las modalidades de la migración nicaragüense en este periodo fue el inicio del flujo hacia Costa Rica, país que participó activamente en el movimiento revolucionario de Nicaragua, primero en apoyo al

FSLN

para derrocar a Somoza,

pero después otorgando facilidades para la logística estadounidense de apoyo a la Contra.

9


Por último, entre 1995 y 2005 el flujo migratorio de Nicaragua manifestó un incremento relativo que se explica por las nuevas tendencias de la economía global, y que se manifiesta, por un lado, por el entrelazamiento de las estructuras productivas y el mercado de trabajo de los países emisor y receptor, principalmente Costa Rica, y, por otro lado, por la discrepancia en materia de desarrollo entre ambos países (Marín, Monge y Olivares, 2001). Según el cálculo elaborado con las cifras censales de 1995 y 2005, en esa década el saldo neto migratorio de Nicaragua observó un monto negativo en poco más de 462 mil habitantes, es decir una salida promedio de 46 mil personas al año. Este flujo anual promedio resulta entre 25 y 30% mas elevado con respecto a las estimaciones derivadas de los resultados de la Encuesta Nicaragüense de Demografía y Salud (ENDESA) y de la Encuesta de Medición del Nivel de Vida (EMNV), levantadas ambas en 2001 y que cubriría el periodo 1995-2001. Asimismo, Andersen (2007: 23) estima una migración promedio anual al exterior de 37 mil personas en esta década, monto 24% menor al calculado en este documento. Un aspecto de esta migración lo constituye el de las remesas a las familias residentes en Nicaragua, cuyas estimaciones por parte del Banco Central de Nicaragua (2007) indican un incremento de 75 a 600 millones de dólares entre 1995 y 2005, que representan 2.4 y 12% del

PIB

en los años respectivos. Estas

remesas monetarias se complementan con remesas en especie, las cuales en 1999 fueron declaradas por el 36% de las familias que recibían remesas en moneda, y que se traducían en un valor promedio de 1 355 dólares por familia (Pritchard, 1999: 17-25). Otro aspecto de esta migración contemporánea consiste en el alto porcentaje de mujeres que participan en estos movimientos, contribuyendo, por tanto, con un aporte muy significativo en el envío de remesas al país (Pritchard, 1999: 9-10).

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El análisis del cambio demográfico ocurrido en Nicaragua entre 1950 y 2005, realizado con el uso de información censal, arroja al menos dos grandes conclusiones. La primera tiene que ver con la evidente omisión en el monto poblacional de 1971, lo que distorsiona las tendencias del comportamiento de los componentes de crecimiento natural y social; esta distorsión puede ser superada si se utiliza la estimación poblacional elaborada para ese año por UNFPA

INEC-CELADE-

y que aparece en el cuadro 1.

La segunda conclusión atañe a los resultados del censo de población de 2005, según los cuales la

TCPA

de la población de Nicaragua entre 1995 y 2005 se ubicó

en 1.7%, lo que significa casi cuatro décimas porcentuales menos con respecto a la estimación poblacional de que estimó

CELADE

INEC-CELADE-UNFPA.

La tasa de crecimiento natural

para esta década, y que se utiliza en el presente estudio, es

2.6%, mientras que una estimación indirecta que se puede hacer a partir de los montos de la población total y de la población de cero años de ambos censos la ubicaría en 2.4%, dos décimas porcentuales menor. Y en tercer lugar, el saldo neto migratorio estimado en este documento es sensiblemente superior con respecto a lo establecido por otras fuentes. Así, y tal como ha ocurrido en México a propósito de los resultados definitivos del conteo de población y vivienda de 2005, la información del censo de población nicaragüense de 2005 obligará a repasar y revisar las tasas y montos del crecimiento demográfico total y su desglose en los componentes natural y social para el periodo 1995-2005. En este documento se adelanta que, incluso si se agrega la omisión normal que enfrenta todo censo de población a los resultados oficiales del censo de 2005, el ritmo de crecimiento poblacional en la década fue inferior al 2 por ciento. Asimismo, la tasa de crecimiento natural estaría muy cercana a la estimada por

INEC-CELADE-UNFPA,

mientras que la expulsión neta de

población hacia otros países fue mayor a lo predicho.

11


Bajo la perspectiva de una importante emigración es necesario que las políticas públicas para la promoción económica y el desarrollo social adopten una visión migratorista. Las remesas constituyen un indiscutible apoyo para la superación de la pobreza en el corto plazo, pero no son la panacea para la proyección del desarrollo integral a mediano y largo plazos; estas políticas públicas con visión migratorista deberán procurar la generación suficiente de empleos bien remunerados, el mejoramiento de los ingresos de las familias y el avance en sus niveles de bienestar social. Estas políticas públicas también deberán contener un contexto espacio-sectorial, es decir qué hacer y en dónde. A continuación se abordará el tema de la estructura y cambios en la organización de la población en el espacio nicaragüense. Distribución territorial de la población El estudio de la distribución territorial de la población es compartido por diversos campos del pensamiento científico, por lo que éste aparece implícita o explícitamente presente en las definiciones o finalidades de las distintas ciencias involucradas. Por ejemplo, la demografía es el estudio de la población y su movimiento en el seno de un conjunto humano delimitado espacialmente y revestido de cierto significado social (Gérard y Wunsch, 1973: 17). La geografía humana alude al estudio de los hechos y fenómenos que interrelacionan a la población con el espacio, con el medio ambiente y con los procesos sociales en una perspectiva temporal (Clark, 2003: 195). La economía regional es el campo de estudio que tiene por objeto la comprensión de la relación entre el espacio ocupado y la vida económica (Polese, 1998: 18). La yuxtaposición del tema de la distribución territorial de la población en distintas disciplinas es debido a que ésta es resultado de un proceso histórico en el que intervienen diversos factores (Garza, 2000: 526): i) distribución de los recursos naturales; ii) desarrollo tecnológico en los procesos de producción y distribución de bienes y servicios; iii) especificidades del desarrollo político y social; iv) evolución

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económica nacional; v) impacto del modelo de globalización en las economías nacionales y locales; vi) condiciones de vida y desigualdades sociales; vii) patrones étnicos y culturales, y vii) implementación de políticas públicas con fuerte impacto espacial. Esta compleja combinación de factores ha propiciado propuestas para su análisis desde una perspectiva integral y en la que se deben incluir la descripción y explicación de al menos cinco grandes patrones de organización espacial (Arroyo, 2006):

i)

asentamientos

humanos

en

el

territorio;

ii)

interacción

entre

asentamientos de población; iii) localización de las actividades económicas; iv) desarrollo socioeconómico comparativo, y v) uso y conservación de recursos naturales. Los estudios con una perspectiva eminentemente demográfica se han abocado preferentemente a resolver las interrogantes de los dos primeros patrones de organización espacial antes mencionados, al tiempo que en la formulación e implementación de una política de población se incluyen también acciones que tienen que ver con el punto iv (Benítez, 1998: 469-474;

CONAPO,

2006). En lo que

resta de este capítulo se analizará lo referente al patrón de asentamientos en el territorio, dividiendo, primero, a la población en urbana y rural y, posteriormente, por unidades político-administrativas (departamentos y municipios). Para concluir se estudiará el patrón de interacción entre asentamientos de población, utilizando como medida de interacción a los flujos migratorios. El análisis de la distribución territorial de la población generalmente se efectúa a través de la concentración demográfica según dos atributos: i) tipo de localidades, y ii) unidades espaciales político-administrativas. En cuanto al primero, los estudios parten de una división canónica entre localidades urbanas y rurales, en función de su tamaño de población, características del mercado de trabajo y condiciones de vida de la población. El segundo toma como base la división político-administrativa del país.

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Para los fines de la presente investigación, se entiende por población urbana de Nicaragua aquella población que reside en una zona metropolitana o en localidades de 15 mil y más habitantes. La población mixta es aquella que habita en los cascos urbanos (o cabeceras municipales) con una población menor a 15 mil habitantes, así como las localidades de mil y hasta 14 999 habitantes. La población rural se obtiene con la resta de la población total menos la urbana y la mixta. Cabe señalar que en los censos de población nicaragüenses se atribuye población urbana a la suma de urbana y mixta manejada aquí. La distribución territorial de la población en Nicaragua muestra una tendencia a la concentración en localidades urbanas hasta 1995, es decir hacia un mayor grado de urbanización, pero con una regresión en el lapso 1995-2005. En 1950 la población total del país sumó 1.1 millones de habitantes, de los cuales 178 mil habitaban en ciudades, lo que indica un grado de urbanización de 16.8 por ciento. Para 1995, con una población total de 4.4 millones de habitantes, la urbana se incrementó a 2 millones, por lo que el grado de urbanización alcanzó 45.5 por ciento. Finalmente, la década 1995-2005 evidenció un menor ritmo de crecimiento de la población urbana frente a la total, por lo que el grado de urbanización bajó a 44.5 por ciento (Cuadro 3). Cuadro 3 Nicaragua: Población censal y tasas de crecimiento, 1950-2005 Concepto Población total a Población urbana b Población mixta c Población rural

1950 1 057 023 177 674 191 575 687 774

1963 1 535 588 368 976 258 326 908 286

Año 1971 1 877 952 576 368 320 012 981 572

1995 2005 4 357 099 5 142 098 1 980 541 2 290 225 390 265 635 703 1 986 293 2 216 170 Porcentajes verticales 100.0 100.0 45.5 44.5 9.0 12.4 45.6 43.1

1950-1963 2.91 5.78 2.33 2.16

Tasas de crecimiento 1963-1971 1971-1995 2.55 3.57 5.73 5.28 2.71 0.83 0.97 2.98

1995-2005 1.67 1.46 5.00 1.10

Población total 100.0 100.0 100.0 a Población urbana 16.8 24.0 30.7 b Población mixta 18.1 16.8 17.0 c Población rural 65.1 59.1 52.3 a Población en localidades de 15 mil y más habitantes. b Población en cabeceras municipales (casco urbano) o en localidades de mil a 14 999 habitantes. c Población en localidades que no son cabecera municipal o en localidades menores a mil habitantes. Fuente: Censos de población y vivienda.

14


Por su parte, la concentración de población en localidades mixtas mostró un comportamiento irregular a lo largo del periodo, pero con una tendencia hacia su disminución, siendo que en 1950 en estas localidades residía 18.1% de la población del país, mientras que en 1995 su participación se redujo a 9%, para registrar un aumento significativo en el decenio 1995-2005 y ubicarse en 12.4% para el último año. Como corolario del avance en el grado de urbanización hasta 1995 y el repunte demográfico de la población mixta entre 1995 y 2005, el peso de la población rural ha venido descendiendo. En 1950 el 65.1%, casi dos de cada tres habitantes, residía en un asentamiento rural, mientras que en la década de los ochenta esa proporción bajó a 50 por ciento. En el censo de población de 1995 el monto de los habitantes en localidades urbanas y en rurales prácticamente fue el mismo, mientras que en 2005 la participación de la población rural se ubicó en 43.1%. El tránsito hacia la concentración de la población en localidades urbanas significó que en 1950 hubiera 100 residentes urbanos por cada 387 en núcleos rurales, parámetro que disminuyó hasta 97 rurales por cada 100 urbanos en 2005. El grado de urbanización de 44.5% alcanzado por Nicaragua en 2005 significa que aun no se puede catalogar como una nación preferentemente urbana (que concentra más de la mitad de su población en localidades urbanas), distinción que en el istmo centroamericano sólo había alcanzado Panamá hacia el año 2000, con un grado de 52.7%, mientras que Costa Rica se encontraba muy cerca con 49.2%; Nicaragua estaría en una situación intermedia, quedando rezagados El Salvador con 35.9% (dato de 1992), Honduras con 34.7% y con 32.5% Guatemala (CELADE, 2007a).2 La forma genérica que adoptó la gráfica del grado de urbanización en casi todos los países de Latinoamérica durante el siglo

XX

fue la de una “s” alargada,

2

Los grados de urbanización de los países centroamericanos se obtuvieron con la población que reside en localidades de 20 mil y más habitantes. Según esta delimitación, el grado de urbanización de Nicaragua en 2005 se ubica en 43 por ciento.

15


mostrando el mayor avance en la urbanización dentro del lapso 1940-1980, y asociada a un importante crecimiento demográfico, significativo crecimiento económico nacional comandado por la expansión del sector manufacturero y flujos masivos

de

migración

interna

del

tipo

rural-urbana

(Pinto,

2002).

Tal

comportamiento se presenta también en Nicaragua, aunque con especificidades (Gráfica 1). Gráfica 1 Nicaragua: Grado de urbanización, 1950-2005 50 40 30 20 10 0 1940

1950

1960

1970

1980

1990

2000

2010

Fuente: Censos de población y vivienda.

La máxima aceleración en la urbanización del país ocurrió durante la década de los sesenta, una o dos décadas después que en la mayoría de las naciones latinoamericanas, al tiempo que esta máxima aceleración solo le permitió alcanzar al país un grado de urbanización de 30%, frente a un rango entre 35 y 45% que se observo en los países de contraste. La segunda especificidad tiene que ver con el punto de inflexión, registrado a partir de la década de los noventa, otra vez uno o dos decenios con posterioridad. La tercera especificidad consiste en el descenso en el grado de urbanización observado entre 1995 y 2005, situación no evidenciada en otra nación latinoamericana y que obliga voltear al concepto de contraurbanización, el cual define al proceso de distribución territorial de la población en donde las localidades 16


mixtas o urbanas de menor tamaño de caracterizan por ser las de mayor dinamismo demográfico (Geyer y Kontuly, 1993). En el siguiente capítulo se retomará esta discusión. Por otro lado, las simetrías de la urbanización en Nicaragua con respecto a la de otras naciones latinoamericanas tienen que ver con la relación entre urbanización e industrialización. La expansiva urbanización de los sesenta en Nicaragua estuvo asociada a un crecimiento importante en la industria manufacturera, cuya participación en el

PIB

total nacional se elevó de 11.6% en 1960 a 17.5% en 1970

(Banco Central de Nicaragua, 2007a), al tiempo que fue la década con mayor dinámica demográfica, utilizando los datos ajustados de

INEC-CELADE-UNFPA

para

1971 y no los censales. Es muy probable que el breve periodo de tiempo en la expansión de la urbanización en Nicaragua se explica, en primer lugar, por el terremoto ocurrido en Managua en 1972 y que ocasionó la muerte de 20 mil personas (casi 5% de su población), y en segundo lugar por la revuelta política iniciada en 1978 y que concluyó hasta principios de la década de los noventa, teniendo como principales campos de enfrentamiento a las ciudades de Managua, Matagalpa, Masaya, León, Chinandega y Estelí (García Márquez, 1979: Ruchwarger, 1985). Por lo que respecta a la distribución de la población según unidades político administrativas, la Ley de División Política y Administrativa de Nicaragua divide a su territorio en 15 departamentos, dos regiones autónomas y 153 municipios. Los departamentos

son

fundamentalmente

áreas

administrativas,

puesto

que

contienen una cabecera departamental, pero carecen de gobierno local. Las regiones autónomas comprenden extensos territorios habitados por una significativa población de grupos indígenas y otras razas mayoritarias, a los cuales el Gobierno de Nicaragua les concedió formalmente su autonomía en 1987, conformando la Región Autónoma Atlántico Norte (RAAN) y la Región Autónoma Atlántico Sur (RAAS). Nicaragua es el país latinoamericano en donde los territorios

17


autónomos abarcan el mayor porcentaje de su superficie, pero al mismo tiempo es el país en donde las acciones para implementar tal autonomía han demorado más tiempo (Dye, 2004: 9). En 1950 más de la mitad de la población del país se concentraba en cinco departamentos: Managua, Matagalpa, León (estos tres con más de 100 mil habitantes), Chinandega y Masaya. En estos cinco departamentos habitaba 54.4% de la población total. El escenario para 2005 tuvo algunos cambios, siendo que Managua se mantiene como el más poblado y con un volumen demográfico que superó el millón de habitantes. A Managua le siguió otra vez Matagalpa, mientras que Chinandega y León intercambiaron lugares y en quinto lugar se ubicó Jinotega, cuando ocupaba el décimo puesto en 1950. A pesar de estos cambios, la participación demográfica de los cinco departamentos más poblados se volvió a ubicar en 54.4 por ciento (Cuadro 4).3 Cuadro 4 Nicaragua: Población y tasas de crecimiento por departamento, 1950-2005 Clave

Departamento 1950 1 057 023

1963 1 535 588

Año 1971 1 877 952

1995 4 357 099

2005 5 142 098

1950-1963 2.91

500 Nueva Segovia 27 078 1000 Jinotega 48 554 2000 Madriz 33 178 2500 Estelí 43 742 3000 Chinandega 81 836 3500 León 123 614 4000 Matagalpa 135 401 5000 Boaco 50 039 5500 Managua 161 513 6000 Masaya 72 446 6500 Chontales 50 529 7000 Granada 48 732 7500 Carazo 52 138 8000 Rivas 45 314 8500 Río San Juan 9 089 9100 RAAN 39 029 9300 RAAS 34 791 Fuente: Censos de población y vivienda.

45 900 76 935 50 229 69 257 128 624 150 051 171 465 71 615 318 826 76 580 75 575 65 643 65 888 64 361 15 676 44 992 43 971

65 784 90 640 53 423 79 164 155 286 166 820 168 139 69 187 485 850 92 152 68 802 71 102 71 134 74 129 20 832 54 988 90 520

148 492 257 933 107 567 174 894 350 212 336 897 383 776 136 949 1 093 760 241 354 144 632 155 683 149 407 140 432 70 143 192 716 272 252

208 523 331 335 132 459 201 548 378 970 355 779 469 172 150 636 1 262 978 289 988 153 932 168 186 166 073 156 283 95 596 314 130 306 510

4.14 3.60 3.24 3.60 3.54 1.50 1.83 2.80 5.37 0.43 3.15 2.32 1.82 2.74 4.28 1.10 1.82

Nicaragua

Tasas de crecimiento 1963-1971 1971-1995 2.55 3.57 4.60 2.07 0.77 1.69 2.38 1.33 -0.24 -0.43 5.41 2.34 -1.17 1.00 0.96 1.78 3.62 2.54 9.45

3.45 4.45 2.96 3.36 3.45 2.97 3.50 2.89 3.44 4.09 3.14 3.32 3.14 2.70 5.19 5.36 4.70

1995-2005 1.67 3.45 2.54 2.10 1.43 0.79 0.55 2.03 0.96 1.45 1.85 0.63 0.78 1.06 1.08 3.14 5.01 1.19

Aunque la concentración demográfica en los departamentos más poblados no sufrió cambio entre 1950 y 2005 (en ambos el 54.4% de la población habitaba en los cinco con mayor número de habitantes), lo que si se observa es una modificación significativa en el ordenamiento de los departamentos según su tamaño. Nueva Segovia,

RAAN

y

RAAS

obtuvieron un mayor ascenso en su rango,

3 Para facilitar la redacción, las regiones autónomas de agrupamiento genérico de departamentos.

RAAN

y

RAAS

serán incorporadas en el

18


al escalar siete lugares cada uno, en tanto que Carazo perdió seis puestos, y Boaco y Chontales siete. Sólo Managua, Matagalpa y Río San Juan permanecieron en su mismo puesto en ambos años (primero, segundo y décimo séptimo, respectivamente). Este cambio en la jerarquía demográfica de los departamentos se explica por la movilidad

geográfica

de

la

población,

mostrando

la

migración

interna

especificidades en la composición del flujo origen-destino durante cada uno de los periodos intercensales (Mapa 1). Entre 1950 y 1963 un total de ocho departamentos atestiguaron una

TCPA

por

encima de la registrada por el país en su conjunto, por lo que fueron los atractores de la migración interna. Estos flujos se dirigieron espacialmente hacia tres áreas: i) porción noroeste del país (Nueva Segovia, Jinotega, Madriz, Estelí y Chinandega), caracterizados por concentrar actividades económicas en el sector agropecuario, especialmente el cultivo de café, algodón y producción pecuaria; ii) margen oriental del Lago de Nicaragua (Chontales y Río San Juan), y iii) en torno a la principal ciudad del país (Managua), evidenciando un flujo importante de migración rural-urbana que contribuyó a la incipiente urbanización nacional. En la década de los sesenta, los departamentos con una

TCPA

superior a la del

país se redujeron a cuatro y los flujos migratorios mantuvieron como uno de sus destinos preponderantes al departamento de Managua, cuya población de esta ciudad acusó una

TCPA

de 6.4%, la más alta en toda la centuria, fortaleciéndose la

migración del tipo rural-urbana. La movilidad se complementó con el mayor poblamiento relativo en el departamento fronterizo norteño de Nueva Segovia, así como en las porciones del Atlántico sur (RAAS y Río San Juan).

19


Mapa 1 Nicaragua: dinรกmica poblacional por departemantos, 1950-2005

1950-1963

1971-1995

1963-1971

1995-2005

20


Es muy probable que la omisión poblacional del censo de población de 1971 no tuvo un patrón espacial aleatorio, ya que al parecer hubo un levantamiento censal correcto en el departamento más importante (Managua), pero no así en aquellos con un patrón de asentamientos humanos predominantemente rurales (como Jinotega, Madriz y Estelí), y en otros que incluso registran menor población en 1971 con respecto a 1963, es decir un despoblamiento absoluto (Matagalpa, Boaco y Chontales). De 1971 a 1995 el número de departamentos con una

TCPA

más elevada que la

del país se mantuvo más bien reducido, cinco, pero ahora su distribución territorial indica una tendencia en el poblamiento hacia la porción oriental del país, su costa atlántica (RAAN,

RAAS

y Río San Juan), sumándose el departamento central de

Jinotega. El carácter de estas unidades como flujos migratorios de destino indica una tipología migratoria rural-rural o rural hacia pequeñas ciudades; flujos que evidenciaron en mayor medida el tipo de migración interna en este periodo. Cabe mencionar el dinamismo de Masaya, departamento contiguo a Managua, lo que indicaría cierta migración rural-urbana pero tendiendo como destino no a la capital del país, sino localidades cercanas y que forman parte de su área de influencia. Por último, en la década 1995-2005 siete departamentos lograron un crecimiento poblacional relativo mayor al registrado en el país en su conjunto y su distribución territorial muestra un predominio de poblamiento hacia las fronteras con Honduras y Costa Rica, al tiempo que Masaya se mantuvo como una opción para disfrutar las ventajas territoriales de su cercanía con la capital del país. Un aspecto que llama la atención es que Río San Juan es el único departamento cuya

TCPA

superó a la del país en su conjunto durante todo el periodo de análisis,

1950-2005, aunque no fue suficiente para abandonar el último puesto según volumen demográfico entre las 17 unidades administrativas, como tampoco su posición como área con la menor densidad poblacional, 12.7 habitantes por kilómetro cuadrado en 2005, valor sólo por encima de

RAAS

y

RAAN,

pero 30

21


habitantes menos en relación al promedio nacional. En 1950 concentró 0.9% de la población del país, mientras que en 2005 su participación aumentó a 1.9%, siendo el único departamento con un monto poblacional inferior a 100 mil habitantes. Este dinamismo poblacional se atribuye a su ubicación fronteriza con Costa Rica, el país con el principal destino de la migración internacional nicaragüense, por lo que opera como lugar de tránsito hacia suelo tico, así como de primera recepción de migrantes de retorno. El municipio en Nicaragua, como en todos los países latinoamericanos, constituye la célula de la organización político-administrativa y demográfica-social del país. Los gobiernos municipales son un poder comunitario, porque están basados y sostenidos por la realidad social más inmediata y concreta; son un poder localizado, por estar sometidos a la geografía, y son un poder con responsabilidad, ya que aunque dependen del gobierno central en cuanto a autonomía o subordinación, poseen personalidad jurídica y moral (Byrne, 1986; Massé, 1993). Un aspecto que debe resaltarse es la incipiente y débil estructura financiera de las alcaldías en el país; por ejemplo, en 2005 los ingresos públicos de la alcaldía de Managua (829 millones de córdobas) representaron apenas 5.6% de los ingresos del gobierno central (14 708 millones de córdobas) (Banco Central de Nicaragua, 2007b). Entre 1995 y 2005 la población del país se incrementó de 4.4 a 5.1 millones de habitantes, lo que significó un crecimiento por 785 mil habitantes y una TCPA de 1.7 por ciento. Los diez municipios que registraron el crecimiento absoluto más importante concentraron 27.3% del total (Cuadro 5). Estos diez municipios se pueden agrupar en tres grandes categorías: i) pertenecientes a la zona metropolitana de Managua (Managua y Tipitapa); ii) sedes de ciudades que fungen como cabeceras departamentales (Matagalpa, Puerto Cabezas, Jinotega, Masaya y Estela), y iii) áreas de poblamiento no ligados a localidades urbanas (Waslala, El Tortuguero y Tuma-La Dalia).

22


Por lo que respecta a los diez municipios con el mayor ritmo de crecimiento poblacional, su volumen demográfico pasó de 129 a 230 mil habitantes, lo que implicó una

TCPA

conjunta de 6%, es decir 3.6 veces mayor a la registrada en el

país en su conjunto. Una característica de casi todos ellos es su reducido volumen demográfico ya que, salvo Puerto Cabezas, los demás tenían una población menor a 30 mil habitantes en 2005. El dinamismo demográfico de San Juan del Norte y El Castillo, del departamento de Río San Juan, se debe a su carácter de municipios fronterizos con Costa Rica. Cuadro 5 Nicaragua: Municipios con mayor crecimiento poblacional, 1995-2005 Clave

Municipio

Nicaragua Municipios 5525 4030 9110 1035 6010 2515 5510 9125 9316 4015

Managua Matagalpa Puerto Cabezas Jinotega Masaya Estelí Tipitapa Waslala El Tortuguero Tuma-La Dalia Nicaragua Municipios

Población 1995 2005 Crecimiento absoluto 4 357 099 5 142 098 1 504 006 1 718 151 903 100 104 381 39 771 77 222 117 523 92 988 82 808 32 924 9 402 43 887 Tasa de crecimiento 4 357 099 128 581

8530 San Juan del Norte 9135 Prinzapolka 9316 El Tortuguero 8525 El Castillo 9315 Laguna de Perlas 9310 La Cruz de Río Grande 9110 Puerto Cabezas 5515 Mateare 9120 Bonanza 9115 Rosita Fuente: censos de población y vivienda.

271 5 312 9 402 9 717 6 253 13 642 39 771 17 804 11 810 14 599

Crecimiento

784 999 214 145

937 489 133 416 66 169 99 382 139 582 112 084 101 685 49 339 22 324 56 681

34 389 29 035 26 398 22 160 22 059 19 096 18 877 16 415 12 922 12 794

5 142 098 229 860

1.67 5.98

1 307 16 105 22 324 19 864 10 676 23 284 66 169 28 775 18 633 22 723

17.04 11.73 9.03 7.41 5.50 5.49 5.22 4.92 4.67 4.52

De los ocho municipios restantes con el mayor crecimiento poblacional relativo, sólo uno de ellos contenía una localidad urbana (Puerto Cabezas) y otro formaba parte de la zona metropolitana de Managua (Mateare), en tanto que los siete 23


restantes eran más bien rurales y pertenecientes a

RAAN

y

RAAS,

lo que pone de

manifiesto una importante redistribución poblacional al interior de esas dos regiones autónomas. El mayor dinamismo poblacional en la década 1995-2005 no fue precisamente en municipios con características urbanas, lo que de alguna manera incidió en una disminución en el grado de urbanización nacional, sino más bien, la apreciación es hacia el poblamiento de zonas con características mixtas y rurales. Esta hipótesis será probada en el siguiente rubro. Sobre la migración interna La migración interna es el componente demográfico que influye directamente en la distribución espacial de la población en un país. La definición de migración inscribe al cambio de residencia habitual, por parte de la población, de una unidad político-administrativa a otra, es decir, la migración hace referencia al proceso a través del cual una persona o grupo de personas interrumpen sus actividades cotidianas y se desplazan de un territorio a otro con el objeto de establecer una nueva residencia habitual, al tiempo de encontrar un nuevo lugar dónde vivir, un nuevo mercado de trabajo en donde insertarse y, en general, reorganizar su vida. Las distintas definiciones que existen sobre migración incluyen aspectos relacionados con la movilidad geográfica, el cambio permanente, la inscripción de límites político-administrativos, la inclusión de criterios relativos a la distancia, mostrando la dificultad de contar con un concepto único sobre el fenómeno (López, 2007). En la información censal, la medición de la migración interna con el uso de información censal se realiza a través de dos preguntas: lugar de nacimiento y lugar de residencia en una fecha fija previa. La primera capta la migración absoluta o histórica, mientras que la segunda proporciona información sobre la migración reciente.

24


Con base en la información de los dos últimos censos de población, se tiene que en 1995 un total de 631 mil personas residían en un departamento distinto al del lugar de nacimiento, conformando la migración histórica o absoluta en el país. Ese volumen representaba 14.5% de la población total de ese año (Cuadro 6).

Cuadro 6 Nicaragua: Migración absoluta por departamentos, 1995-2005 Clave

Departamento Nicaragua

Inmigrantes 631 079

500 Nueva Segovia 21 550 1000 Jinotega 27 577 2000 Madriz 8 251 2500 Estelí 20 399 3000 Chinandega 34 412 3500 León 21 459 4000 Matagalpa 28 976 5000 Boaco 7 489 5500 Managua 254 875 6000 Masaya 27 048 6500 Chontales 11 369 7000 Granada 16 757 7500 Carazo 15 127 8000 Rivas 12 227 8500 Río San Juan 27 785 9100 RAAN 31 521 9300 RAAS 64 257 Fuente: Censos de población y vivienda.

1995 Emigrantes 631 079 18 049 29 186 20 641 45 760 42 313 76 088 74 902 44 588 50 939 34 101 57 526 30 642 37 630 23 783 5 474 14 723 24 734

Saldo

3 501 - 1 609 - 12 390 - 25 361 - 7 901 - 54 629 - 45 926 - 37 099 203 936 - 7 053 - 46 157 - 13 885 - 22 503 - 11 556 22 311 16 798 39 523

Inmigrantes 676 474

2005 Emigrantes 676 474

27 645 32 599 9 592 25 935 28 307 22 690 35 868 9 013 243 915 32 590 13 233 15 999 17 837 14 467 32 925 55 791 58 068

22 132 37 003 23 556 45 222 39 811 75 551 94 059 47 243 57 832 30 068 57 394 26 366 33 167 20 437 6 898 21 085 38 650

Saldo

5 513 - 4 404 - 13 964 - 19 287 - 11 504 - 52 861 - 58 191 - 38 230 186 083 2 522 - 44 161 - 10 367 - 15 330 - 5 970 26 027 34 706 19 418

En términos absolutos, el departamento de Managua era el de mayor atracción poblacional y con un monto de inmigrantes superior a 250 mil personas. Después de Managua seguían

RAAS,

Chinandega y RAAN, cuyos inmigrantes oscilaban entre

30 y 64 mil personas. Estos cuatro departamentos participaban con 61% del total de los flujos de destino. Por otro lado, los departamentos de León y Matagalpa originaron el mayor número de emigrantes, más de 70 mil en cada uno, seguidos por Chontales y Managua con un éxodo superior a 50 mil personas. En estos cuatro departamentos se concentraba 41.1% de los emigrantes totales. Solo cinco de los 17 departamentos consiguieron un saldo neto migratorio positivo, siendo el más significativo, en términos absolutos, Managua por ubicarse ahí la capital del país y cuya dinámica poblacional fue significativa hasta la década de los sesenta. Junto con Managua aparecen Nueva Segovia, cuya expansión 25


demográfica ocurrió en los cincuenta y sesenta,

RAAN

y

RAAS,

en donde su

dinamismo poblacional se incrementó en los setenta y ochenta, y Río San Juan, departamento cuyo crecimiento poblacional relativo ha sido mayor que el total nacional desde la década de los cincuenta. Cabe mencionar que este último, Río San Juan, es el departamento con mayor número relativo de migrantes y en 1995 el 31.8% de su población era de personas que habían nacido en otro departamento del país. De los 12 departamentos expulsores de población sobresalieron León, Matagalpa y Chontales, cuyo saldo negativo excedió 50 mil personas, mientras que desde el punto de vista relativo Boaco y Chontales se ubicaron como las áreas más representativas de emigrantes al tener más de 25% con respecto a su volumen poblacional. Para 2005 la población total que residía en un departamento en el que no nació aumentó a 676 mil, pero su participación respecto a la total cayó a 13.2 por ciento. El descenso en este indicador se explica por tres procesos: i) disminución de flujos migratorios; ii) migración de retorno, y iii) efecto de la migración internacional. No se cuenta con la información necesaria para abundar en estos tres procesos, por lo que se anotarán algunos esbozos e hipótesis. En función del cambio en el número de inmigrantes y emigrantes entre 1995 y 2005, los departamentos se pueden agrupar en cuatro: el primer grupo corresponde a siete unidades (Nueva Segovia, Jinotega, Madriz, Matagalpa, Boaco, Río San Juan y

RAAN)

cuyos montos de inmigrantes y emigrantes

aumentaron entre un año y otro, incremento relacionado con su ritmo de crecimiento poblacional, pero no se afectó el signo de su saldo neto migratorio. Son departamentos cuya movilidad geográfica de la población se caracteriza por el predominio de flujos de migración interna. Todos ellos tenían en 2001 menos del 12% de los hogares con miembros en el exterior (Baumeister, 2004: 43).

26


El segundo grupo incluye a seis departamentos (Estelí, León, Masaya, Chontales, Carazo y Rivas) en donde el número de inmigrantes aumentó entre 1995 y 2005, pero el de emigrantes disminuyó; este descenso en el número de emigrantes se puede atribuir a tanto a flujos de migración interna de retorno, como también de migración internacional desde el departamento de residencia, distinto al de nacimiento, hacia suelo de Costa Rica y Estados Unidos (el porcentaje de hogares con algún miembro en el extranjero en 2001 en estos departamentos osciló entre 11 y 22%). El descenso en el volumen de emigrantes, empero, no cambio su saldo neto, salvo en Masaya que de ser una unidad de expulsión neta en 1995 se convirtió en atractora para 2005. Managua y

RAAS

conforman el tercer agrupamiento, caracterizados por tener un

menor número de inmigrantes en 2005 con respecto a 1995, pero un mayor volumen de emigrantes. En estas áreas operaron factores que promovieron la expulsión de población nativa y no nativa, como pudiera ser la carencia de oportunidades laborales. Estos flujos se dirigieron hacia otras porciones del territorio nacional o incluso fuera de éste; en dichos departamentos más del 15% de los hogares tenía un miembro en el extranjero en 2001. El cuarto y último grupo incluye a Chinandega y Granada, departamentos que disminuyeron su volumen de inmigrantes y emigrantes y que se explica fundamentalmente por movimientos migratorios hacia el exterior. En 2001 más del 20% de los hogares en cada departamento tenía un miembro en el extranjero. El censo de población de 2005 ofrece por primera vez en la historia censal de Nicaragua información sobre la migración reciente ocurrida a una escala intermunicipal, es decir tanto la migración interdepartamental, como aquella resultante entre municipios de un mismo departamento. La migración reciente que reporta el censo alude a los flujos de población entre 2000 y 2005.

27


La migración reciente intermunicipal sumó 174 mil personas, lo que significa 3.4% de la población total de 2005. Esta cifra no puede ser comparable con la registrada en el censo de 1995, pero es muy seguro que debido al ascenso de la migración internacional, el volumen de la migración interna reciente haya disminuido. Con el propósito de estudiar los flujos de migración interna reciente por tipo de movilidad, los 153 municipios se agruparon en tres tipos: i) urbanos; ii) mixtos y iii) rurales (Cuadro 7). Los municipios urbanos incluyen a los que conforman la zona metropolitana de Managua, así como aquellos que contienen una localidad de 15 mil y más habitantes. Los municipios mixtos concentran hasta el 35% de su población en la cabecera municipal y/o en localidades entre mil y 14 999 habitantes. Los municipios rurales contienen una distribución de la población en donde 65% o más de sus habitantes reside en localidades de hasta mil habitantes. En la tipología de municipios urbanos se incluyeron 32 unidades políticoadministrativas, las cuales tenían en conjunto una población en 2005 de 2.9 millones de habitantes; los mixtos fueron 44 municipios y su población sumó 668 mil personas. Por su parte, los rurales abarcan los 77 restantes y con una población de 1.5 millones de habitantes. Estos montos son un tanto cuanto cercanos a los descritos en el cuadro 3. Cuadro 7 Nicaragua: Migración reciente por tipología de municipios, 2000-2005 O/D Urbanos Mixtos Urbanos 40 843 17 246 Mixtos 11 186 5 431 Rurales 25 328 9 349 Inmigración 77 357 32 026 Saldo neto - 3 192 6 182 Fuente: Censo de población 2005.

Rurales Emigración 22 460 80 549 9 227 25 844 32 499 67 176 64 186 173 569 - 2 990

El mayor volumen de migración interna corresponde al tipo urbana-urbana, la cual representó 23.5% del volumen total, e indica el carácter predominante de concentración espacial de la población en torno a zonas urbanas. La zona 28


metropolitana de Managua es la principal receptora de este tipo de migración, teniendo como origen a ciudades de cualquier tamaño de población o ubicación geográfica; otros nodos atractores son Chichigalpa y Nagarote. De esta manera, la migración urbana-urbana se caracteriza, en términos generales, por un desplazamiento de población citadina con destino preferente en la ciudad primada del sistema urbano nacional. Cabe mencionar que el monto de la migración urbana-urbana no incluye un flujo de 10 mil personas que ocurrió al interior de la zona metropolitana de Managua, y que corresponde a movilidad intrametropolitana, tema que será tratado en el siguiente capítulo. El segundo flujo más importante fue la migración rural-rural y con un monto de 32 mil personas, 18.7% del total. Esta migración se presenta entre municipios con distintas potencialidades agropecuarias y accesibilidad, y predominando los movimientos de corta distancia, es decir al interior del departamento, como también aquellos con destino en RAAN, RAAS y Río San Juan. Un aspecto que llama la atención del cuadro 7 es que la tipología de municipios mixtos obtuvo un saldo neto migratorio positivo, mientras que en la urbana y la rural fue negativo. Esto significa que los principales nodos de atracción poblacional en el país durante el lapso 2000-2005 no fueron los centros urbanos, sino más bien las cabeceras municipales o localidades con población entre mil y 14 999 habitantes. Este saldo superavitario se debe en mayor medida al balance entre los municipios urbanos y mixtos, corroborando este hallazgo para seguir sustentado el proceso de contraurbanización escenificado en el país durante la década 19952005. Los municipios que más contribuyeron al saldo neto migratorio positivo de la tipología mixta, y por ende al fenómeno de la contraurbanización, se ubican en el área de influencia de la zona metropolitana de Managua, lo que de alguna manera

29


es congruente con los postulados de la contraurbanización, que hablan de una primera etapa caracterizada por la dispersión poblacional en torno a la principal ciudad del país (Bourne, 1975; Friedmann, 1972). Estos municipios pertenecen a los departamentos de Managua (Ticuantepe y El Crucero), Masaya (Nindirí), Carazo (El Rosario y Dolores) y Rivas (San Juan del Sur, Moyogalpa y San Jorge). El saldo neto migratorio de estos municipios supero los 7 mil habitantes. En síntesis, la dinámica poblacional de Nicaragua entre 1950 y 2005 mostró patrones que se registraron en otras latitudes de Latinoamérica, pero también especificidades que tienen que ver con tendencias diferenciales o ritmos y temporalidad distintos. Nicaragua avanza en la transición demográfica, pero llegó un poco tarde a ella. La expansión en la urbanización también ocurrió de manera tardía, pero fue de corta duración. El país todavía no concentra más del 50% de su población en localidades urbanas, pero los datos del censo de población de 2005 vislumbran la emergencia de un proceso de contraurbanización que se lleva a cabo en el área de influencia de Managua. Los flujos recientes de migración interna son menores que los de la migración internacional, propiciando patrones de redistribución territorial de la población. En el siguiente capítulo se retomarán estos hallazgos, al tiempo que se profundizará en el análisis de la estructura y evolución del sistema urbano nacional.

30


Capítulo 2 Estructura y dinámica del sistema urbano nacional Las ciudades son por naturaleza economías abiertas porque producen y exportan una serie de bienes y servicios, importan medios de producción, insumos y mercancías para la demanda final, y permiten el libre movimiento y movilidad de los residentes. Este carácter de economía abierta implica que los problemas de una ciudad no se originan solamente en ella, como tampoco pueden ser resueltos totalmente a su interior. El

concepto

de

sistemas

de

ciudades

alude

a

las

interrelaciones

o

interdependencias entre localidades urbanas y que involucran tres elementos (Racionero, 1978: 16): i) objetos (ciudades); ii) relaciones entre los objetos (interrelaciones funcionales), y iii) atributos de los objetos (condiciones sociodemográficas y económico-productivas). Desde la perspectiva de la teoría general de sistemas, el análisis del sistema urbano nacional comprende tres categorías de análisis (Kunz, 1995): i) rasgos fundamentales del sistema, en cuanto a la definición y cuantificación de los atributos de las ciudades; ii) comportamiento del sistema, es decir el análisis y cuantificación de las interrelaciones y su correlato con el comportamiento de los atributos de los objetos, y iii) organización del sistema, o conjunto de propiedades que determinan la estructura y comportamiento de todo el sistema. A partir de estos conceptos, en las siguientes páginas se analizarán las principales características de la estructura y evolución del sistema urbano de Nicaragua en el periodo 1950-2005. Urbanización y ciclo del desarrollo urbano El ciclo del desarrollo urbano es un modelo teórico de cambio en el cual las grandes ciudades, las ciudades medias y las pequeñas ciudades experimentan

31


fases diferenciales de crecimiento en el tiempo (Geyer y Kontuly, 1993; Pacione, 2001: 75-79). En la fase inicial, denominada de concentración y primacía, la ciudad más poblada de un país incrementa su participación demográfica en el total nacional, es decir la

TCPA

de su población supera a la registrada en el contexto

nacional. La segunda fase corresponde a la polarización regresiva y en ella la disminución de la tasa de crecimiento en la ciudad principal se conjuga con un mayor ritmo de crecimiento en ciertas ciudades intermedias, en algunos casos cercanas a la ciudad primada, propiciando una dispersión espacial de la población urbana. La tercera fase se denomina de contraurbanización y, según el modelo, representa una continuación de las fases previas; en ella la dispersión poblacional transita de la ciudad primada y las intermedias hacia las ciudades pequeñas, las cuales alcanzan el mayor ritmo de crecimiento entre el conjunto del sistema urbano nacional. Sin embargo, la fase de contraurbanización ha estado en debate y se han establecido al menos dos posturas: la primera asume que dicho fenómeno es más bien temporal, y no una tendencia, por lo que asume la función de interfase entre una etapa de polarización regresiva y una de neoconcentración (Cochrane y Vinning, 1988). La segunda posición apunta hacia su ocurrencia de manera independiente a la evolución demográfica de las grandes y medianas ciudades, como consecuencia de patrones particulares de localización de las actividades económicas, ante la flexibilización del proceso productivo (Coombes, Longa y Raybould, 1989). Con el propósito de probar el modelo del ciclo del desarrollo urbano a la urbanización nicaragüense en el periodo 1950-2005, se tomó como base la información de la población urbana y mixta del cuadro 3, dividiendo la población urbana en dos: la de la zona metropolitana de Managua y el resto del sistema urbano nacional. Posteriormente, a las tasas de crecimiento poblacional intercensales de cada conjunto se les restó la registrada por crecimiento natural, para expresar las tasas de crecimiento social (Gráfica 2).

32


Gráfica 2 Nicaragua: Ciclo del desarrollo urbano, 1950-2005 4.00 3.00 2.00 1.00 0.00 -1.00 -2.00 -3.00 1950-1963

1963-1971 Managua

1971-1995 Resto urbano

1995-2005 Mixta

Fuente: Censos de población y vivienda.

La gráfica 2 permite apreciar claramente que Nicaragua ha atravesado las tres fases establecidas en el modelo del ciclo del desarrollo urbano. La primera fase, de concentración y primacía, ocurrió desde 1950 y hasta la década de los setenta, en donde la capital del país fue el principal destino de los flujos absolutos y relativos de la migración interna, alcanzando una tasa de crecimiento social de alrededor de 3%, y que le permitió aumentar su participación en la población total del país de 10.3% en 1950 a 20.5% en 1971, y en la población urbana de 61.5 a 66.8 por ciento. El resto del sistema urbano nacional también registró una tasa de crecimiento social positiva, pero con un valor menor al 2% anual promedio, mientras que las localidades mixtas registraron expulsión de población y su tasa de crecimiento social osciló en el -1 por ciento. En lo económico, esta fase se caracterizó por un significativo ritmo de crecimiento. Entre 1960 y 1971 el producto interno bruto (PIB) nicaragüense se elevó de 10 432 a 20 390 millones de córdobas (a precios constantes de 1994), con una

TCPA

de

33


6.3%, mientras que el

PIB

per cápita avanzó de 8 802 córdobas en 1963 a 10 858

en 1971, lo que significó una TCPA de 2.7% en este indicador. A partir de los setenta y hasta los noventa, Nicaragua atestiguó la segunda fase en el ciclo del desarrollo urbano, de polarización regresiva, porque las tasas más elevadas de crecimiento social ocurrieron en el resto del sistema urbano nacional. Managua siguió siendo atractora de población y entre 1971 y 1995 obtuvo un saldo migratorio neto promedio anual de poco más de 7 mil habitantes, a una tasa promedio del 1% anual. Sin embargo, el resto de localidades de 15 mil y más habitantes fueron las principales receptoras de la migración interna, con un monto anual promedio de más de 23 mil personas y una tasa cercana al 4 por ciento. La expulsión poblacional de las localidades mixtas se aceleró a un ritmo de casi 3% anual promedio. Contrario a lo ocurrido en otros países del planeta, en donde la fase de polarización regresiva se explica por la combinación de fuerzas centrífugas hacia las ciudades que le siguen en tamaño a la principal concentración urbana del país, y de fuerzas centrípetas desde la ciudad primada hacia su corona regional de ciudades, en el marco de un significativo crecimiento económico (Richardson, 1980), en Nicaragua esta fase se atribuye más bien a la multiplicación de zonas urbanas durante el periodo, de siete en 1971 a 26 en 1995, así como por el mayor dinamismo de ciudades que estuvieron ajenas a los efectos de la turbulencia política y la guerra civil de los ochenta, tales como Juigalpa, El Viejo, Bilwi y Ocotal, que registraron tasas de crecimiento poblacional superiores a 5% anual promedio. La fase de polarización regresiva coincidió con el conflicto armado, en primera instancia contra la dictadura de Somoza y posteriormente frente a la contrarrevolución sandinista, pero también con un escenario económico de crisis y estancamiento. Entre 1971 y 1995 el

PIB

nacional retrocedió de 20 390 a 19 332

millones de córdobas, lo que significó una tasa de -0.2% anual promedio, en tanto

34


que el

PIB

per cápita se desplomó de 10 858 córdobas en 1971 a 4 437 en 1995,

una tasa de -3.7% anual promedio. De esta manera, el

PIB

por habitante en 1995

era apenas 50.4% del obtenido en 1963 y 40.9% del de 1971. Estos datos ponen de manifiesto el importante impacto del movimiento armado en la evolución económica nacional y en el patrón de distribución territorial de la población. La tercera fase, de contraurbanización, aparece en Nicaragua durante la década 1995-2005; en ella las localidades mixtas fueron las únicas que consiguieron un crecimiento social positivo, en tanto que Managua y el resto de las localidades del sistema urbano nacional experimentaron una expulsión neta de población. La contraurbanización es un proceso de desconcentración de la población y que implica un cambio desde un patrón de mayor concentración en la distribución territorial de la población, hacia otro de dispersión. En los países que han presenciado esta fase del ciclo del desarrollo urbano, la contraurbanización se ha explicado por la combinación de distintos factores (Champion, 1988; Hugo, 1989): i) cambio estructural en la economía nacional; ii) fortalecimiento de la actividades agropecuarias; iii) emergencia de deseconomías de aglomeración en las grandes ciudades; iv) menor impacto en la fricción de la distancia por el avance en los sistemas

de

comunicaciones

y

transportes;

v)

federalización

y

mayor

transferencias de gasto público a gobiernos locales; vi) políticas públicas para la descentralización; vii) cambio en las preferencias de localización residencial, y viii) cambio

en

la

composición

sociodemográfica

de

las

familias.

Esta

contraurbanización ha sido de corta o larga duración y, como se aprecia en los factores explicativos, está relacionada más bien con economías nacionales desarrolladas y en las cuales la adopción de procesos de producción flexible y su inserción en el mundo globalizado son la regla. La contraurbanización también se asocia con una discreta evolución económica nacional y con cambios importantes en los patrones de localización residencial hacia su suburbanización, más allá de los suburbios hacia la corona rural de influencia de las grandes ciudades.

35


La contraurbanización nicaragüense no puede ser explicada con la literatura existente sobre el tema, por lo que es preciso hipotetizar sobre su ocurrencia. Entre 1995 y 2005 el país registró una evolución económica de recuperación moderada, en donde el córdobas, con una

PIB

TCPA

nacional creció de 19 332 a 29 495 millones de

de 4.3 por ciento. Asimismo, el

PIB

per cápita se

incrementó de 4 437 a 5 736 córdobas, con un ritmo de crecimiento de 2.6% anual promedio, pero muy lejos del alcanzado en la década de los sesenta. La estructura económica nacional no mostró signos de cambio estructural, puesto que la participación de los sectores primario, secundario y terciario se mantuvo prácticamente estable, resaltando acaso el avance del sector secundario de 26.9 a 27.8%, una ganancia en poco menos de un punto porcentual y que le fue arrebatado al sector primario. Bajo este escenario económico, la contraurbanización pudo tener respuesta en los siguientes factores: i) falta de capacidad de atracción de inversiones productivas en las principales ciudades del sistema urbano nacional (ciudades no competitivas); ii) flujos de migración internacional con origen preponderante en las zonas urbanas; iii) no ampliación de las desigualdades regionales, y con ello disminución relativa en los flujos de migración interna, y iv) cambio en la composición familiar. Es indudable que el fenómeno de contraurbanización observado en Nicaragua en el lapso 1995-2005 motivará un número importante de trabajos para su estudio e interpretación de sus causas y consecuencias. A lo largo del presente documento se expondrán una serie de hipótesis que podrán ser retomadas en futuros trabajos como agenda de investigación. Tamaño y número de localidades urbanas En este acápite, el sistema urbano de Nicaragua se dividirá en los siguientes tamaños de población: ciudad principal (Managua); ciudades intermedias, con población de 50 mil y más habitantes; pequeñas ciudades, con población entre 15

36


mil y 49 999 habitantes, y localidades mixtas mayores, con población entre 5 mil y 14 999 habitantes. En 1950 Nicaragua tenía una población de 1.1 millones de habitantes y de ellos 178 mil residían en las cuatro localidades urbanas existentes; el grado de urbanización era de 16.8 por ciento. Este sistema urbano nacional en gestación se conformaba con una ciudad de más de 100 mil habitantes (Managua) y tres pequeñas ciudades. Esto significaba la existencia de una ciudad por cada 264 mil habitantes. Adicionalmente existían seis localidades mixtas mayores que concentraban 52 mil habitantes. Para el año 2005, las localidades urbanas ascendieron a 29, con lo que en promedio un asentamiento rebasó el umbral poblacional de los 15 mil habitantes cada dos años para incorporarse al sistema urbano nacional. De las 29 ciudades, Managua había rebasado el millón de habitantes, en tanto que seis eran de tamaño intermedio y 22 eran pequeñas ciudades. La población residente en las 29 ciudades sumó 2.3 millones de habitantes, con lo que el grado de urbanización aumentó a 44.5 por ciento. Para esta fecha había una ciudad por cada 177 mil habitantes. Al sistema urbano nacional se le añadían 40 localidades mixtas mayores en donde habitaban 341 mil habitantes (Cuadro A1 del anexo estadístico). La distribución de las ciudades por tamaño es una herramienta útil para el análisis de las fases del ciclo del desarrollo urbano comentado con anterioridad, así como para el examen de las tendencias del crecimiento urbano y la concentración poblacional (Krakover, 1998) (Cuadro 8).

37


Cuadro 8 Nicaragua: Tamaño y y número de localidades urbanas, 1950-2005 Año

Ciudades Managua Intermedias 1 0 109 352 61.5 0.0

1950

Número Población %

Total 4 177 674 100.0

1963

Número Población %

6 368 976 100.0

1 234 580 63.6

0

1971

Número Población %

7 576 368 100.0

1995

Número Población %

Pequeñas 3 68 322 38.5

Mixtas mayores 6 51 698

10 88 013

0.0

5 134 396 36.4

1 384 904 66.8

1 54 841 9.5

5 136 623 23.7

10 102 370

26 1 980 541 100.0

1 1 003 712 50.7

6 512 953 25.9

19 463 876 23.4

31 251 561

Número 29 Población 2 290 225 % 100.0 Fuente: censos de población y vivienda.

1 1 143 032 49.9

6 571 427 25.0

22 575 766 25.1

40 341 074

2005

La información del cuadro 8 permite percibir algunas especificidades de la estructura y cambio del sistema urbano de Nicaragua durante el periodo de estudio. Por principio de cuentas, se aprecia que en el periodo 1950-1971, dentro de la fase de concentración y primacía del ciclo del desarrollo urbano, tan sólo tres localidades rebasaron el umbral de los 15 mil habitantes para formar parte del sistema urbano nacional, es decir una nueva ciudad cada siete años. Un sistema urbano muy débil, tanto por el reducido número de ciudades, como por la inexistencia de ciudades intermedias. En este contexto, Managua se consolidó como el centro urbano primado del país, al elevar su participación en la población urbana total de 61.5 a 66.8%, y su índice de primacía a 3.18 en 1971.

P3

se elevó de 2.89 en 1950

4

4

El índice de primacía es un indicador de la importancia de la ciudad más poblada en una región o país. Esta medida se obtiene al dividir la población de esta ciudad entre la suma de las poblaciones de las localidades que le siguen en tamaño. El índice presentado en el texto corresponde al número de veces que Managua era más grande con respecto a la sumatoria de las tres ciudades que le seguían en importancia.

38


Cabe mencionar que por el proceso de concentración de la población urbana en torno a Managua, y el cambio de León en 1971 de pequeña a ciudad intermedia, la participación de las pequeñas ciudades en la población urbana del país disminuyó de 38.5% en 1950 a 23.7% en 1971. Las localidades mixtas mayores se incrementaron apenas de seis a 10, aunque su tamaño promedio se elevó de 8 616 a 10 237 habitantes entre 1950 y 1971. Durante este periodo expansión demográfica relativa fue un tanto similar a la población de las pequeñas ciudades y para el último año su volumen era equivalente a 75% del existente en aquellas. En el lapso 1971-1995, fase de polarización regresiva en el ciclo del desarrollo urbano, el número de ciudades casi se cuadruplicó, por lo que apareció una nueva ciudad cada año y tres meses. El cambio más sobresaliente fue el aumento de las ciudades intermedias, cuyo número aumentó de una a seis, con la incorporación de Chinandega, Masaya, Estelí, Granada y Matagalpa; la participación de este tamaño de ciudades en la población urbana del país se elevó de 9.5% en 1971 a 25.9% en 1995. Sin embargo, la expansión demográfica en estas ciudades intermedias no fue del todo significativa al haber sido las principales sedes de los enfrentamientos armados entre sandinistas y la contrainsurgencia. Por su parte, Managua disminuyó su peso en la población urbana del país de 66.8 a 50.7%, pero aumentó su participación en la población total de 20.5 a 23% entre 1971 y 1995. Tal avance participativo en la población total se explica por haber mantenido un saldo neto migratorio positivo, aunque en términos relativos las ciudades pequeñas, registraron las mayores tasas de crecimiento social, lo que permitió que este tamaño de localidad mantuviera poco más del 23% de la población urbana del país. Como símbolo de lo anterior, Managua elevó su índice de primacía P3 de 3.18 en 1971 a 3.24 en 1995.

39


El número de localidades mixtas mayores se triplicó durante el periodo 1971-1995, pero su tamaño promedio se redujo significativamente y en 1995 el monto poblacional de éstas representaba tan solo 54% del de las ciudades pequeñas. Finalmente, entre 1995 y 2005, en la fase del ciclo del desarrollo urbano de contraurbanización, el número de ciudades avanzó en tan sólo tres unidades, lo que significa una nueva localidad urbana por cada tres años y cuatro meses. Managua expulsó población y eso significó que su participación en la población urbana se contrajera de 50.7 a 49.9%, mientras que su peso en la población total del país se redujo de 23 a 22.2 por ciento. El número de ciudades intermedias permaneció sin cambio y su concentración demográfica con respecto a la población urbana también cayó de 25.9 a 25 por ciento. La debilidad de las ciudades intermedias propició que el índice de primacía

P3

de Managua se

incrementara de 3.24 en 1995 a 3.53 en 2005. Así, las protagonistas del crecimiento poblacional en esta década fueron las pequeñas ciudades, que aumentaron de 19 a 22 y su participación en la población urbana aumentó de 23.4 a 25.1%, mientras que con respecto a la población total se elevó de 10.6 a 11.2 por ciento. Por lo que respecta a las localidades mixtas mayores, su número se elevó de 31 a 40 y su población conjunta pasó de 252 a 341 mil habitantes, elevando su participación en el total nacional de 5.8% en 1995 a 6.6% en 2005. Entre estas fechas, el incremento demográfico absoluto fue de 89 mil personas, del cual 38 mil ocurrió en 27 localidades que permanecieron en el misma tipología, lo que marcó una

TCPA

de 1.7%, más 91 mil por la anexión de 13 nuevos asentamientos a la

categoría, menos 40 mil habitantes de localidades que cambiaron a la categoría de ciudades pequeñas (Nandaime, Somoto, Masatepe y Ciudad Darío), además de Villa Sandino que en 2005 tuvo menos de 5 mil habitantes (en 1995 su población fue de 6 mil).

40


Este conjunto de asentamientos contribuyó para la consecución de la fase de contraurbanización,

destacando

Nindirí,

Somotillo,

Río

Blanco,

Rosita

y

Larreynaga, con TCPA superiores al 3 por ciento. Otra vereda para el estudio del tamaño de las áreas urbanas consiste en su análisis como una distribución de frecuencia. En el cuadro 8 se muestra que la distribución de las ciudades de Nicaragua se caracteriza, como en prácticamente todos los países del mundo, por un mayor número de asentamientos conforme disminuye su tamaño, por lo que la frecuencia decrece sistemáticamente conforme aumenta el tamaño de localidad. Esta distribución gráfica muestra un sesgo a la derecha y contrasta ampliamente con una distribución normal, o curva de Gauss, por lo que la distribución más común para el estudio del tamaño urbano es la distribución de Pareto que propuso George Zipf, al postular una relación estadística entre el número y tamaño de las ciudades, y por tanto entre su tamaño y población (Zipf, 1949). Según la formulación de Zipf, la población de una ciudad de rango i puede estimarse a partir de la siguiente ecuación: Pi = P1 / Ria En donde Pi es la población de la ciudad de rango i; Ri es el rango de la ciudad i, y a es una constante. Para estudios empíricos, la fórmula anterior se ha modificado de la siguiente manera: Log Pi = Log a – b Log Xi Quedando como una función de regresión lineal simple en donde el coeficiente b mide la pendiente de la recta; si alcanza un valor cercano a 1, entonces la distribución se conoce como regla rango-tamaño; si es mayor a 1, existe una situación de primacía, y si es menor que 1, indica un sistema urbano no primado (Gráfica 3). Los resultados de la regla rango tamaño para el sistema urbano de Nicaragua certifican la etapa de concentración y primacía ocurrida en el período 1950-1971,

41


puesto que para el primer año el coeficiente de ajuste obtuvo un valor de 1.367 y se incrementó a 1.406 para el último año. Nicaragua arribó a la década de los setenta con un grado de urbanización del 30%, un incipiente sistema urbano y una elevada primacía en torno a la capital del país. Gráfica 3 Nicaragua: Distribución rango-tamaño del sistema urbano nacional, 1950-2005

Logaritmo de la población

6.0

5.5

5.0

4.5

4.0 0.0

0.2

0.4

0.6

0.8

1.0

1.2

1.4

Logaritmo del rango

1950

1971

2005

Fuente: censos de población y vivienda.

En la fase de polarización regresiva, 1971-1995, el número de ciudades aumentó considerablemente y esto coadyuvó a un sensible cambio en la distribución del sistema nacional de ciudades según tamaño de población: de tener un perfil primado se pasó a uno muy cercano a la regla rango-tamaño y con un valor de 1.044. En apariencia Managua perdió jerarquía, pero sólo fue de manera relativa, puesto que aun se mantuvo como destino de un flujo importante de migración interna. Otro aspecto que debe tomarse en cuenta es que la disminución en el coeficiente b no fue producto del dinamismo poblacional de las ciudades que le seguían en rango a Managua, sino más bien por la incorporación de nuevas áreas urbanas con similares tamaños de población.

42


La fase de contraurbanización, 1995-2005, significó una estabilidad en la evolución y tamaño relativo de las ciudades del sistema urbano nacional, por lo que el coeficiente de ajuste fue prácticamente similar al de 1995, con un valor de 1.048; el incremento en cuatro milésimas indicaría un discreto pero mayor avance relativo en el crecimiento poblacional de Managua con respecto al resto del sistema urbano, aspecto que lo fortalece el aumento en el índice de primacía descrito con anterioridad. Un aspecto que llama la atención es la relativa estabilidad en el rango de las principales ciudades del país a lo largo del periodo de estudio (Cuadro 9). Cuadro 9 Nicaragua: Evolución del rango de las principales ciudades, 1950-2005 Rango 1950 1963 1 Managua Managua 2 León León 3 Granada Granada 4 Masaya Masaya 5 Chinandega 6 Matagalpa 7 8 9 10 Fuente: Censos de población y vivienda.

1971 Managua León Granada Masaya Chinandega Matagalpa Estelí

1995 Managua León Chinandega Masaya Granada Estelí Matagalpa Juigalpa Bluefields El Viejo

2005 Managua León Chinandega Masaya Estelí Granada Matagalpa Juigalpa Jinotega Bilwi

Managua y León han permanecido como las dos ciudades con mayor población en el país, siendo que en 1950 la primera era la única del sistema urbano nacional con un tamaño mayor a 100 mil habitantes, mientras que en 2005 ese tamaño lo tenía León, mientras que Managua había rebasado el millón de habitantes. Masaya también se ha mantenido desde 1950 como la cuarta ciudad más poblada del país. Los cambios positivos más relevantes corresponden a Chinandega y Estelí; la primera hizo su aparición en el sistema urbano en 1963 y se mantuvo en quinto lugar hasta 1971; en 1995 ascendió al tercer puesto y ahí se mantuvo para 2005. La segunda, por su parte, rebasó el umbral de los 15 mil habitantes a finales de los sesenta, y avanzó del séptimo al sexto puesto entre 1971 y 1995, y del sexto al 43


quinto en el decenio 1995-2005. En el polo opuesto, Granada fue la única ciudad entre las más importantes del sistema que perdió jerarquía en el rango poblacional, al bajar del tercer lugar en 1950 al sexto en 2005. Organización espacial del sistema urbano En el rubro anterior se mencionó que en 2005 el sistema urbano nicaragüense estaba compuesto por 29 ciudades, de las cuales Managua había rebasado el millón de habitantes, seis eran ciudades intermedias (con un tamaño de 50 mil y más habitantes) y 22 eran pequeñas ciudades (con monto poblacional entre 15 mil y 49 999 habitantes). En ellas residían 2.3 millones de habitantes, lo que arrojaba un grado de urbanización de 44.5 por ciento. De manera adicional existían 40 localidades mixtas mayores (con población entre 5 mil y 14 999 habitantes) que concentraban 341 mil habitantes. Los 17 departamentos del país comúnmente han sido divididos en tres regiones (INEC, 2000): i) Región de Pacífico (Chinandega, León, Managua, Masaya, Granada, Carazo y Rivas); ii) Región Norte Central (Nueva Segovia, Jinotega, Madriz, Estelí, Matagalpa, Boaco, Chontales y Río San Juan), y iii) Región Atlántica (RAAN y RAAS). (Cuadro 10). Una primera consideración de la información presentada en el cuadro 10 consiste en que la tasa de crecimiento poblacional por tamaño de localidad no mostró una variación considerable y tanto los tres tamaños de ciudades como las localidades mixtas mayores evidenciaron un saldo neto migratorio negativo, por haber conseguido una

TCPA

por debajo de la tasa de crecimiento natural (2.5% anual

promedio). Las ciudades intermedias fueron las de menor dinamismo, mientras que las más activas fueron las localidades mixtas mayores. Esto significa, entonces, que la contraurbanización ocurrida en Nicaragua en la década 1995-2005 se caracterizó por una dispersión de la población; en esta dispersión participaron las ciudades pequeñas y las localidades mixtas mayores,

44


pero, sobre todo las localidades mixtas menores (con población entre mil y 4 999 habitantes). Cuadro 10 Nicaragua: Distribución del sistema urbano por regiones, 2005

Rubro

Nicaragua

Pacífico Ciudades 16 1 4 11

Regiones Norte Central

Atlántica

10 0 2 8

3 0 0 3

15

7

Total Millonaria Intermedias Pequeñas

29 1 6 22

Mixtas mayores

40

18

2 290 225 1 143 032 571 427 575 766

Población 1 808 123 1 143 032 403 134 261 957

378 466

103 636

168 293 210 173

103 636

341 074

148 179

133 900

58 995

Total Millonaria Intermedias Pequeñas Mixtas mayores

Tasas de crecimiento poblacional, 1995-2005 1.46 1.09 2.25 1.31 1.31 1.09 0.54 2.54 1.48 0.99 2.01

Total Millonaria Intermedias Pequeñas

1.68

1.68

a

Mixtas mayores 1.67 1.24 1.77 2.54 La tasa de crecimiento corresponde a las localidades ubicadas en la misma categoría en 1995 y 2005. Fuente: Censo de población y vivienda, 2005.

a

La región del Pacífico es la de mayor población y grado de urbanización del país, además de albergar a más de la mitad de las ciudades del sistema urbano nacional. En 2005 esta región tenía 2.8 millones de habitantes y su grado de urbanización se ubicó en 65.1%, por lo que era un territorio predominantemente urbano, siendo que casi dos de cada tres habitantes residía en alguna de sus 16 ciudades.

45


Su estructura de ciudades estaba compuesta por la capital del país, de tamaño millonario, cuatro ciudades intermedias y 11 pequeñas, a lo que se anexaban 18 localidades mixtas mayores. Se puede considerar como una región con cierto grado de consolidación urbana, albergando a cinco de las 10 ciudades más pobladas del país (Managua, León, Chinandega, Masaya y Granada), así como a tres de las 10 localidades mixtas mayores más importantes (San Rafael del Sur, Somotillo y Nindirí). El magro crecimiento poblacional de las ciudades de esta región en el periodo 1995-2005 fue uno de los elementos que impulsó la consecución de la fase de contraurbanización, tanto en el contexto nacional como regional. En efecto, la tasa de crecimiento poblacional conjunta de las 16 ciudades se ubicó en 1.1% anual promedio, indicando un saldo neto migratorio negativo que fue más patente en las ciudades de tamaño intermedio. El grado de urbanización regional cayó de 65.4% en 1995 a 61.1% en 2005. Los destinos de este flujo migratorio fueron hacia localidades mixtas mayores de la propia región, hacia ciudades de las otras dos regiones del país y, sobre todo, hacia Costa Rica. Esta movilidad geográfica de la población indica la ocurrencia de débiles efectos difusores centrípetos desde ciudades de mayor tamaño a núcleos mixtos, una preponderancia por fuerzas centrífugas que coadyuvaron a la dispersión poblacional en el contexto nacional, así como la pérdida de capital humano en el escenario de la migración internacional. La región Norte Central contenía a 10 de las 29 ciudades del sistema urbano nacional de 2005, de las cuales dos eran intermedias y ocho pequeñas ciudades. En estas áreas urbanas habitaban 378 mil personas, por lo que el grado de urbanización regional era 21.7%, lo que significa que apenas uno de cada cinco residentes lo hacía en una localidad urbana. El subsistema de asentamientos humanos se complementaba con 15 localidades mixtas mayores.

46


Cuatro de las 10 ciudades más pobladas del país (Estelí, Matagalpa, Juigalpa y Jinotega) y cinco de las diez mixtas mayores más importantes (Camoapa, Río Blanco, Santo Tomás, San Carlos y Condega) se ubicaban en esta región. El crecimiento poblacional de las zonas urbanas en la región Norte Central fue el más relevante entre las tres regiones, y las ciudades intermedias observaron un equilibrio demográfico, fortaleciendo su papel en el contexto regional. Las pequeñas ciudades consiguieron un ritmo de crecimiento poblacional más importante que las localidades mixtas mayores, por lo que se puede hablar de un patrón de distribución espacial de la población con tendencia a la concentración en áreas urbanas, aspecto que se comprueba con el incremento en el grado de urbanización regional de 19.6% en 1995 a 21.7% en 2005. Por su parte, la región Atlántica mostró el mayor rezago en su grado de urbanización y la nula conformación de un subsistema urbano. En 2005 sólo tenía tres pequeñas ciudades y su grado de urbanización se ubicó en 16.7%, lo que implica que solo uno de cada seis habitantes era urbano. Asimismo, el crecimiento poblacional relativo de estas tres ciudades fue poco relevante, y superado por el conseguido en las localidades mixtas mayores que consiguieron un equilibrio migratorio. Esta región fue la más activa en el proceso de contraurbanización, ya que las dos unidades administrativas autónomas que la conforman experimentaron un ritmo de crecimiento poblacional total de 2.9%, mientras que tres pequeñas ciudades sólo lo hicieron al 1.7%, implicando una caída en su grado de urbanización de 18.9% en 1995 a 16.7% en 2005. Si se toma en cuenta que las localidades mixtas mayores alcanzaron a lo más un equilibrio demográfico, entonces la prácticamente totalidad de la migración recibida tuvo como destino a localidades rurales. La expresión territorial de la contraurbanización del país en la década 1995-2005 fue la de un saldo neto migratorio negativo en las ciudades de la región del

47


Pacífico, cuyo destino preponderante fue Costa Rica, y de un saldo neto migratorio positivo en los núcleos rurales de la región Atlántica. La dispersión poblacional a lo largo del territorio nacional escenificó la combinación de los flujos de migración internacional con origen fundamental en las ciudades de la principal región del país, y con los flujos de migración interna cuyo destino relativo más recurrente fueron las localidades rurales de la región Atlántica. Al principio de este capítulo se mencionó que todo sistema de ciudades está conformado por objetos, atributos de los objetos e interrelaciones entre los objetos. Los objetos del sistema urbano son las ciudades; el atributo estudiado hasta ahora es su tamaño y las interrelaciones indican la importancia funcional de cada ciudad y su área de influencia. Para identificar las interrelaciones en el sistema urbano nicaragüense se utilizó como indicador la variable de viajes por motivo de trabajo que aparece en los tabulados del censo de población de 2005 y aparece por primera vez en la historia censal del país. Esta variable permite estimar interrelaciones de tipo económicas y vinculadas con la inserción de población no residente en un mercado de trabajo local. Con la matriz de desplazamientos de la población por motivos de trabajo, el tamaño de las ciudades y su posición geográfica, se logró armar la estructura del sistema nacional de ciudades, en el cual las 29 áreas urbanas se dividen en cuatro rangos de jerarquía (Cuadro 11).5

5

La jerarquía de cada lugar central se definió a partir de la aplicación de un modelo gravitacional. Los resultados permiten concluir la existencia de cuatro rangos: rango 1, para la zona metropolitana de Managua; rango 2 para las ciudades de 50 mil y más habitantes; rango 3 para las ciudades de 30 mil a 49 999 habitantes, y rango 4 para las ciudades de 15 mil a 29 999 habitantes.

48


Cuadro 11 Nicaragua: Conformación jerárquica del sistema urbano nacional, 2005 Rango 1 1

Rango 2 6

Rango 3 9

Estelí

Ocotal

Rango 4 13 Jalapa Somoto Sébaco

Matagalpa Jinotega Chinandega

Corinto El Viejo

León Managua

Chichigalpa Bilwi Nagarote La Paz Centro Ciudad Darío

Granada

Boaco Nandaime Masatepe

Juigalpa

Nueva Guinea

Bluefields Masaya

San Marcos Diriamba

Rivas

Jinotepe Fuente: Censo de población y vivienda 2005.

Managua no sólo es la ciudad más poblada del país, sino también el lugar central primado del sistema urbano nacional. Su área de influencia directa se extiende sobre todas las ciudades de rango 2, al tiempo de ser tributaria única de una localidad de rango 2 (Granada), una de rango tres (Bilwi) y seis de rango 4 (Nagarote, La Paz Centro, Ciudad Darío, Boaco, Nandaime y Masatepe). Cinco de estas ciudades pertenecen a la región del Pacífico, dos a la Norte Central y una a la Atlántica. 49


De manera adicional al subsistema encabezado por Managua, en el cuadro 11 se aprecia la conformación de cinco subsistemas regionales: i) Norte, compuesto por cuatro ciudades y lugar central en Estelí; ii) Norte Centro, con tres ciudades y lugar central en Matagalpa; iii) Noroeste, con cinco zonas urbanas y lugares centrales en León y Chinandega; iv), Sureste, incluyendo tres asentamientos y con cabecera en Juigalpa, y v) Pacífico Sur, con Masaya como lugar central y compuesto por cinco ciudades (Mapa 2).

Mapa 2 Nicaragua: Relaciones funcionales del sistema urbano, 2005

La zona metropolitana de Managua encabeza al sistema nacional de ciudades y su área de influencia abarca, en mayor o menor medida, a prácticamente todo el territorio nacional. Su primacía se refleja en su volumen demográfico, ya que contenía 8.3 veces más población que León, ciudad que le seguía en tamaño en 2005. Para este año radicaban en ésta 1.1 millones de habitantes que representaban 22.2% de la población total del país y 49.9% de la urbana. 50


Los vínculos establecidos entre las ciudades de segundo rango, más Juigalpa de rango 3, y las de rangos inferiores se traducían en una división del territorio en seis grandes regiones funcionales, presentando cada una diferentes niveles de poblamiento, dinámica demográfica e integración funcional. Por tamaño de población, el subsistema del Noroeste (León-Chinandega-El Viejo-ChichigalpaCorinto) era el más importante, después del de Managua, y concentraba 13.9% de la población urbana en 2005. En el polo opuesto, el subsistema del Sureste (Juigalpa-Bluefields-Nueva Guinea) era el de menor peso y participaba con 4.7% de la población urbana nacional en 2005. En cuanto a ritmo de crecimiento, el subsistema Norte Centro (MatagalpaJinotega-Sébaco) fue el de mayor dinamismo poblacional y con una

TCPA

de 2.6%

en la década 1995-2005, tendiendo un saldo neto migratorio positivo, aunque marginal. Debajo de éste se ubicó el subsistema Norte (Estelí-Ocotal-JalapaSomoto) con una tasa de 2%, mientras que el Sureste fue no sólo el de menor población, sino también de menor crecimiento poblacional relativo y con una tasa de apenas 0.5% anual promedio. El subsistema de Managua era el más poblado, con un dinamismo demográfico intermedio y la mayor integración funcional; salvo Bilwi y Boaco, las seis ciudades restantes enviaban a más del 5% de su población ocupada a esta metrópoli, indicando un elevado nivel de interrelación. El siguiente subsistema en integración funcional era el del Noroeste, en donde los flujos interurbanos por motivo de trabajo significaban hasta 5% de la población ocupada en el lugar de origen; un poco más abajo se ubicó el subsistema Pacífico Sur (Masaya-Diriamba-JinotepeRivas) con flujos interurbanos por motivo de trabajo cercanos al 3% de la población residente. En los subsistemas Norte y Norte Centro los flujos fueron menores a 3%, mientras que en el Sureste, de menor población y dinámica demográfica, la interacción también fue la menor y con un valor inferior a 1 por ciento.

51


La descripción anterior pone de manifiesto el considerable peso de Managua en la estructura y funcionamiento del sistema urbano nacional, pero también en la existencia de lugares centrales que pueden ser impulsados en aras de una política económica y social con visión en el territorio. El apoyo a lugares centrales como Chinandega, Masaya o Matagalpa podría devenir en la conformación de centros integradores de espacios subnacionales que contribuirían a fortalecer el sistema urbano nacional. Sin embargo, el apoyo a estos centros debe ser complementario a una política más agresiva de atención para la reactivación de Managua, acciones que permitirían aprovechar economías de escala por el tamaño millonario de esta urbe, su posición geográfica y papel de lugar central primado en el sistema urbano nacional. Para concluir este capítulo se detallará la conformación metropolitana de Managua. Zona metropolitana de Managua La conformación de una zona metropolitana ocurre cuando una ciudad, independientemente

de

su

tamaño,

rebasa

su

límite

territorial

político-

administrativo para integrar un área urbana ubicada en dos o más municipios; en otras palabras, la metropolización de una ciudad tiene lugar cuando, en su proceso de expansión, utiliza para el desarrollo urbano suelo que pertenece a uno o más municipios en los cuales no se ubica la ciudad central. Las metrópolis son, generalmente, las áreas más dinámicas del cambio económico y demográfico en buena parte de los sistemas nacionales de ciudades. La palabra metrópoli se ha utilizado rutinariamente como sinónimo de gran ciudad (Kasinitz, 1995). Según datos de las Naciones Unidas, en 1975 había en el planeta 211 metrópolis con población de un millón y más de habitantes, mientras que en 2003 el número aumentó a 409, de las cuales 99 se ubicaban en países latinoamericanos. De manera más específica, en este último año había cinco metrópolis millonarias en el istmo centroamericano, siendo Guatemala la más

52


poblada, seguida por San Salvador, Managua, San José y Tegucigalpa (United Nations, 2003). La multiplicación de zonas metropolitanas en el planeta durante la segunda mitad del siglo

XX

ha sido marco recurrente para el estudio de nuevos patrones en los

procesos nacionales de urbanización, en donde los sistemas de asentamientos se dividen, por un lado, entre urbanos y rurales, o la manifestación del tránsito de una economía agrícola a otra de carácter urbana, y, por otro lado, entre metropolitanos y no metropolitanos. En el dominio de lo metropolitano, los estudios se han abocado tanto al análisis de la interdependencia entre la ciudad central y su periferia, como también al seguimiento de la evolución intrametropolitana, o etapas de metropolitanismo, que describen los desplazamientos, primero de la población y posteriormente de las actividades económicas, desde la ciudad central hacia la periferia metropolitana (Busquets, 1993; Suarez-Villa, 1988). La delimitación operativa de una zona metropolitana considera los siguientes elementos: i) componente demográfico, que tiene que ver con el crecimiento de la población y los movimientos intrametropolitanos centro-periferia; ii) mercado de trabajo, en cuanto a la estructura y dinámica de la economía local, ritmos de desconcentración del empleo y tendencias de relocalización espacial de cada sector económico, iii) conformación territorial, determinado por las características de la expansión urbana –continua, sectorial, axial o discontinua-, y iv) dimensión política, en función del grado de fragmentación del territorio en unidades políticoadministrativas. Para la delimitación de la zona metropolitana de Managua al año 2005 se determinó como municipio central al de Managua y como municipios periféricos aquellos que estaban continuos o contiguos a Managua y que cumplían con los siguientes criterios: i) carácter urbano, con una localidad de 15 mil y más habitantes en 2005, o que más del 50% de su población estuviera concentrada en alguna localidad de hasta 10 mil habitantes, y ii) integración funcional, que los

53


viajes por motivo de trabajo al municipio de Managua representaran al menos 15% de la población económicamente activa del municipio en cuestión. Estos criterios son los que se han utilizado comúnmente para la delimitación de zonas metropolitanas en Estados Unidos (Rain, 1999), Inglaterra (Pacione, 2001: 23) y México (CONAPO, INEGI y SEDESOL, 2004; Sobrino, 2003). A partir de estos criterios, la zona metropolitana de Managua quedó conformada con el municipio de Managua, como sede de la ciudad central, y los municipios conurbados o periféricos de Tipitapa, Mateare y Ciudad Sandino (Cuadro 12). Cuadro 12 Nicaragua: Zona metropolitana de Managua Clave

Municipio Total

Población 1995 2005 1 003 712 1 143 032

5525 Managua 903 100 5510 Tipitapa 82 808 5515 Mateare 17 804 5522 Ciudad Sandino Fuente: Censos de población y vivienda.

TCPA 1.31

937 489 101 685 28 775 75 083

0.37 2.07 4.92

Territorialmente, la zona metropolitana de Managua se ha ido conformado sobre el margen del lago de Managua, estando el municipio de Managua en la parte sur, el de Tipitapa en el lado oriente y los de Ciudad Sandino y Mateare en el bordo poniente. Entre 1995 y 2005 la población de la zona metropolitana de Managua se incrementó de 1 a 1.1 millones de habitantes, con una

TCPA

de 1.3%, que al ser

menor a la del país en su conjunto, significó una pérdida en su contribución a la población nacional de 23 a 22.2%. Sin embargo, al interior de la zona metropolitana el comportamiento demográfico fue diferencial. El municipio de Managua registró una expulsión neta de población por un monto de 224 mil habitantes, de los cuales más del 90% constituyeron 54


migración interna e internacional, mientras que el volumen restante conformó la movilidad intrametropolitana. El municipio de Tipitapa también registró un saldo neto migratorio negativo y del orden de 5 mil habitantes, de los cuales poco más del 60% fue migración interna e internacional, y el restante movilidad intrametropolitana. Por su parte, Mateare registró un saldo migratorio positivo de 6 mil habitantes, de los cuales la gran mayoría se atribuyó a movilidad intrametropolitana. Las

etapas

de

metropolitanismo

son

los

procesos

de

urbanización

intrametropolitana en que transcurre la dinámica de crecimiento de las distintas partes de una metrópoli, que de manera general se inicia con el desplazamiento de la población y posteriormente con el de las actividades económicas desde la ciudad central hacia los municipios periféricos. Las etapas de metropolitanismo se dividen en cuatro: i) urbanización, cuando la

TCPA

de la ciudad central supera a la

de la periferia; ii) suburbanización, cuando la periferia alcanza una TCPA mayor con respecto a la de la ciudad central; iii) desurbanización, cuando la ciudad central observa un despoblamiento absoluto, y iv) reurbanización, cuando la ciudad central retoma un crecimiento demográfico positivo. En función de lo anterior, entre 1995 y 2005 la zona metropolitana de Managua atestiguó la etapa de suburbanización, porque la

TCPA

del municipio central fue

marcadamente inferior con respecto al observado en los municipios periféricos, y en especial con respecto al municipio de Mateare. Un mayor acercamiento a la movilidad intrametropolitana lo proporciona la información del censo de población de 2005 sobre el municipio de residencia cinco años atrás (Cuadro 13). Entre 2000 y 2005, un total de 10 mil habitantes cambiaron su residencia al interior de la zona metropolitana de Managua, lo que representó 0.9% de la población de 2005. Este porcentaje parecería ser muy reducido, pero es similar al observado entre 1995 y 2000 en las zonas metropolitanas de México con una población cercana a la de Managua (metrópolis millonarias).

55


Cuadro 13 Zona metropolitana de Managua: Movilidad intrametropolitana, 2000-2005 O/D Managua Tipitapa Managua 2 637 Tipitapa 514 Mateare 71 19 Ciudad Sandino 260 69 Llegadas 845 2 725 Saldo - 6 885 2 130 Fuente: Censo de población y vivienda 2005.

Mateare Ciudad Sandino 1 257 3 836 45 36 93 1 632 2 934 3 965 2 751 2 004

Salidas 7 730 595 183 1 961 10 469

Los datos del cuadro 13 ratifican la etapa de suburbanización en el desarrollo metropolitano de Managua, puesto que el municipio central fue el único con expulsión neta de población y en donde por cada atractor expulsó 9 personas. En contraste, la mayor atracción la obtuvo Mateare, que como se recordará fue el municipio con el mayor ritmo de crecimiento poblacional dentro de la metrópoli, y en donde por cada habitante que se mudó a otra parte de la zona, llegaron 16 a residir en éste. La delimitación de la zona metropolitana de Managua incluyó los criterios de contigüidad de municipios, carácter urbano e interrelación; esta última fue evaluada en términos de los viajes por motivo de trabajo. Sin embargo, el área de influencia del mercado laboral de Managua va más allá de los municipios periféricos metropolitanos. En 2005 había 21 municipios en los que más del 10% de su población económicamente activa estaba insertada en el mercado metropolitano de trabajo. Estos municipios, sumados a los de la zona metropolitana, conforman la micro-región funcional de Managua (Mapa 3). Estos municipios pertenecían a cinco diferentes departamentos: i) León (La Paz Centro y Nagarote); ii) Managua (Villa El Carmen, Ticuantepe, El Crucero y San Rafael del Sur); iii) Masaya (Nindirí, Masaya, Tisma, La Concepción, Masatepe, Nandasmo, Catarina, San Juan de Oriente y Niquinohomo); iv) Granada (Diriá y Diriombo), y v) Carazo (San Marcos, Dolores, Diriamba y El Rosario).

56


Mapa 3 Zona metropolitana de Managua: micro-región funcional

En esta micra-región funcional había una ciudad intermedia (Masaya) y cinco pequeñas ciudades, así como 13 municipios mixtos y dos rurales. La población conjunta de esta micro-región fue de 1.7 millones de habitantes en 2005, 33.7% de la población nacional, de la cual 1.1 millones eran de la zona metropolitana de Managua y 600 mil de su área de influencia. Lo expuesto en este capítulo ha permitido profundizar sobre las características de la etapa de contraurbanización que manifestó Nicaragua en el periodo 1995-2005; esta contraurbanización fue resultado de una desaceleración demográfica en su sistema urbano nacional, en particular las ciudades intermedias, al tiempo de ofrecer como lugares de destino de la migración interna a municipios de la costa atlántica con un patrón de poblamiento rural. Es indudable que la migración 57


internacional hacia Costa Rica jugó un papel preponderante en este proceso, puesto que una muy buena parte de este flujo se originó en las áreas urbanas, lo que incide en una pérdida de capital humano y no aprovechamiento de economías de aglomeración. La conformación del sistema urbano nicaragüense presenta una alta primacía, ya que la metrópoli principal del país tenía en 2005 un tamaño de población 8.3 veces mayor con respecto a la segunda más poblada; esta primacía ha ido aumentando con el paso del tiempo, puesto que en 1950 Managua era sólo 3.6 veces más grande que León. Los hallazgos del capítulo dan lugar para concluir que en la formulación de una política de distribución territorial de la población en Nicaragua, el tema de la movilidad geográfica de la población debe constituirse en la columna vertebral de las acciones a instrumentar. Esta política deberá ser proactiva y no reactiva a la migración interna e internacional. En el próximo capítulo se tratará el tema de la evolución económica nacional, pero desde ahora se puede adelantar que un crecimiento económico sostenido y viable no puede ser concebido sin tener en cuenta a las ciudades como lugares de localización de actividades y generación de empleos. Se debe tener en mente al sistema urbano nacional como el eje de la localización de las actividades económicas, pero también se debe entender a este sistema urbano como una estructura con rangos de jerarquía, en donde las economías de escala juegan un papel relevante. La política de distribución territorial de la población deberá tener, como uno de sus objetivos principales, la consolidación y fortalecimiento del sistema urbano nacional, en particular de su ciudad principal y las ciudades intermedias.

58


Capítulo 3 Crecimiento económico territorial, 1960-2005 El estudio de la evolución económica y su localización territorial requiere la incorporación al análisis de una serie de factores, variables, condicionantes y resultados derivados de las teorías del desarrollo económico. En la literatura económica se mencionan una gran variedad de elementos y factores que determinan el crecimiento económico y explican la senda del desarrollo. El crecimiento económico se identifica por un aumento del producto generado en una sociedad durante un tiempo determinado. El desarrollo engloba lo anterior más un aumento en la calidad de vida de la población. Por tanto, el desarrollo económico es un proceso de cambio estructural que experimenta una sociedad y que implica una situación diferente y no simplemente un escenario cuantitativamente modificado (Flammang, 1979:50). El desarrollo económico es un proceso por el cual una tasa de crecimiento del ingreso per cápita que es reducida o negativa, se transforma de manera significativa y autosostenida en el largo plazo. Dicha transformación, o cambio estructural, es producto de una modificación en el uso de factores productivos, de variaciones relevantes en la dinámica demográfica hacia su transición y de la adopción de innovaciones tecnológicas. Las variables que comúnmente se asocian al desarrollo económico son uso de recursos naturales, de mano de obra, de capital y cambio institucional, pero el elemento fundamental que explica el crecimiento económico y la productividad es el progreso tecnológico, el cual permite aumentar la eficiencia en el uso de los factores productivos. La literatura sobre el desarrollo económico se ha complementado con una serie de estudios en los cuales se intenta analizar el crecimiento económico en el territorio. Las aportaciones en este campo no han sido tan vastas como en el primero y la premisa básica consiste en que cualquier revisión de la teoría del crecimiento regional debe comenzar con la introducción explícita del espacio y la distancia, por lo

59


que la teoría de la localización de las actividades económicas ha sido una rama complementaria de las teorías sectoriales del desarrollo económico para explicar la evolución económica de las ciudades y regiones. La relación entre ciudades y desarrollo regional es obvia ya que el segundo depende de la localización de actividades económicas en las primeras. Las ciudades contienen impactos generadores en el desarrollo nacional y regional, siendo positivos o negativos, por lo que la eficiencia de la metrópoli principal de una región o país es el lazo de unión más importante entre el sistema urbano nacional y el índice de desarrollo nacional. De esta manera, el crecimiento económico de un país es similar al registrado por sus zonas urbanas más importantes, las cuales interactúan en un sistema competitivo espacial para atraer inversión, en función del aprovechamiento de economías de aglomeración (Goodall, 1977:45). El propósito de este capítulo consiste en analizar las principales características del crecimiento económico ocurrido en Nicaragua en el periodo 1960-2005, así como el patrón reciente de localización de las actividades económicas y el desempeño competitivo del sistema urbano nacional en el quinquenio 2000-2005. Evolución económica nacional Entre 1960 y 2005 el

PIB

de Nicaragua aumentó de 10 432 a 29 495 millones de

córdobas, lo que significó una TCPA de 2.3 por ciento (Banco Central de Nicaragua, 2007a).6 Por su parte, la población nicaragüense acusó un ritmo de crecimiento anual promedio de 2.9%, por lo que el

PIB

per cápita se redujo de 7 408 a 5 736

córdobas, una tasa de decrecimiento anual promedio de -0.6 por ciento. Si se acepta el prefijo de que el crecimiento económico se mide con la evolución del

PIB

per cápita (LeRoy, 1986: 500), entonces el desempeño de la economía nicaragüense durante la segunda mitad del siglo

XX

no fue del todo satisfactorio,

mostrando un rezago con respecto a los países latinoamericanos, los cuales en

6

Todos los valores monetarios expresados en córdobas están a precios constantes de 1994. Los valores monetarios en dólares están expresados a precios corrientes.

60


general evidenciaron un crecimiento en este indicador y con valores que oscilaron entre 1 y 3% anual promedio. Para 2005 el

PIB

de Nicaragua (tasado en 4 525 millones de dólares) solo

superaba al de Belice entre las siete naciones del istmo centroamericano y representaba apenas 20.7% del de Guatemala, el país con el mayor

PIB,

así como

63% del de Honduras, la quinta nación en jerarquía en el orbe regional. Pero el PIB per cápita de Nicaragua se ubicó en el séptimo y último lugar centroamericano y sólo arriba de Haití en el contexto latinoamericano; con un

PIB

per cápita de 880

dólares, representaba sólo 19.5% del de Costa Rica, el más alto en Centroamérica, y 21.7% del promedio latinoamericano y del Caribe. Un examen sobre el crecimiento anual del

PIB

de Nicaragua durante 1960 y 2005

permite proponer la existencia de tres etapas, relacionadas con los escenarios políticos y las administraciones presidenciales en turno (Gráfica 4): La primera, de crecimiento acelerado y concentración económica, data de 1960 a 1977, en donde el PIB total avanzó de 10 432 a 29 013 millones de córdobas y el PIB per cápita de 7 408 a 12 517 córdobas, lo que significó tasas de crecimiento promedio anual de 6.2 y 3.1%, respectivamente. La segunda, de crisis en la revolución sandinista, se escenificó entre 1977 y 1990, años en los que el

PIB

total y el

PIB

per cápita se

desplomaron de 29 013 a 17 859 millones de córdobas y de 12 517 hasta 4 883 córdobas, lo que significó una contracción anual promedio de -3.7 y de -7%, respectivamente. Por último, entre 1990 y 2005 se configura la tercera etapa, de crecimiento moderado ante la apertura comercial, en donde el

PIB

total ascendió a

una TCPA de 3.4% para ubicarse en 29 495 millones de córdobas en 2005, en tanto que el

PIB

per cápita mostró un ritmo de crecimiento de 1.1%, alcanzando un valor

de 5 736 córdobas en 2005, 23% menor con respecto al de 1960. Durante la fase de crecimiento acelerado y concentración económica, 1960-1977, el

PIB

total aumentó a una

TCPA

de 6.2%, una de las más altas en el contexto

latinoamericano y se debió principalmente a los siguientes factores: i) rápida

61


expansión del cultivo del algodón, que reemplazó a cultivos de menor rendimiento; ii) impulso a las exportaciones manufactureras para atender la demanda de la región, gracias a la creación del Mercado Común Centroamericano (MCCA), y iii) aumento en la inversión pública, básicamente en infraestructura física (BID, 1983: 10). Gráfica 4 Nicaragua: Crecimiento acumulado y tasas de crecimiento del PIB, 1960-2005 20

300

15 250

10 5

200

-5

150

PIB

TCPA

0

-10 100

-15 -20

50

-25

2005

2002

1999

1996

1993

1990

1987

1984

1981

1978

1975

1972

1969

1966

1963

0 1960

-30

Fuente: Banco Central de Nicaragua.

Esta fase se enmarca en la dictadura somocista, siendo que Luis Somoza Debayle adquiere el poder político y militar en 1956, tras el asesinato de su padre Anastasio Somoza García, mientras que en 1967 el hermano de aquel, Anastasio Somoza Debayle, asume el control político y militar. La política económica de la dinastía somocista se basó en la expansión agropexportadora, a partir del aprovechamiento de ventajas comparativas, y la sustitución de importaciones, para proteger al aparato industrial, descuidando la intervención monetaria y fiscal, por lo que la redistribución del ingreso estuvo ausente y con ello se agudizaron las desigualdades sociales (Harris, 1985). El sistema estaba diseñado para maximizar la riqueza de la familia de Somoza y sus allegados, los cuales llegaron a 62


concentrar cerca del 30% de la generación del

PIB

nacional hacia 1977 (Gibson,

1989: 49). El resultado de la política económica de aprovechamiento de ventajas comparativas en el sector agropecuario, sobre todo en algodón, pero también en azúcar, mariscos y carne de res, se tradujo en un significativo crecimiento de las exportaciones de 63 a 637 millones de dólares entre 1960 y 1977, lo que implicó un ritmo de crecimiento anual promedio de 14.6 por ciento; para el primer año el coeficiente de apertura comercial (exportaciones como porcentaje del PIB) se ubicó en 11.9%, mientras que para el segundo ascendió hasta 18 por ciento. El sector agropecuario estaba conformado por un subsector moderno, intensivo en capital y exportador, y por otro subsector atrasado, tradicional y de producción de bienes básicos para autoconsumo y atención del mercado local. Buena parte del subsector moderno estaba vinculado a la familia de Somoza, y concentraba más de tres cuartas partes de la propiedad, mucha de ella obtenida a través de mecanismos ilegales de apropiación de tierras. El terremoto de 1972 ocasionó al menos tres elementos que convulsionaron al país durante la década de los setenta: i) en lo económico, se observó una tasa de decrecimiento del

PIB

en 1975 y la tasa de inflación fue cercana a 30% en 1973 y

20% en 1974, debido a la pérdida parcial del aparato manufacturero y los sistemas de comunicación. Ante una inexistente política fiscal, la reconstrucción hubo de ser realizada con financiamiento externo, por lo que el país alcanzó uno de los niveles más altos del servicio de la deuda externa en Centroamérica; ii) en lo territorial, ante la destrucción de parte del aparato productivo y del centro de la ciudad, Managua perdió auge como polo atractor de población ante la carencia de oportunidades de empleo, situación que devino en una pérdida de economías de aglomeración, y iii) en lo social, la población mostró cada vez mayor descontento ante la apropiación de la ayuda internacional por parte de Somoza.

63


La segunda fase, 1977-1990, se denomina de crisis en la revolución sandinista, en donde el

PIB

total registró una tasa de decrecimiento anual promedio de -3.7 por

ciento. Su preámbulo fue el asesinato, en enero de 1978, de Pedro Joaquín Chamorro, director del diario La Prensa, lo que motivó una huelga nacional y movilizaciones populares en las ciudades de Chinandega, Estelí, León, Managua, Masaya y Matagalpa. El

FSLN

lideró estas movilizaciones que rápidamente se

transformaron en lucha armada y propiciaron la caída de Somoza en julio de 1979. El movimiento armado propició un escenario de crisis, ante la fuga masiva de capitales, y la

TCPA

del

PIB

fue de -10% en 1978 y -28% en 1979; con ello el

PIB

descendió de 29 013 millones de córdobas en 1977 a 18 908 en 1979. Ningún otro país latinoamericano ha sufrido tal caída en su producción nacional en un plazo tan corto de tiempo. Tras la caída de Somoza, Daniel Ortega, del

FSLN,

asumió la presidencia de la

república y para enfrentar las tareas de reactivación de la economía sus primeras acciones consistieron en: i) confiscación de empresas que habían pertenecido a Somoza y sus allegados; ii) nacionalización del sistema financiero, el cual se encontraba en bancarrota por el fuerte endeudamiento del gobierno anterior, la fuga masiva de capitales y la generalizada falta de pagos de las deudas; iii) nacionalización de los mecanismos del comercio exterior; iv) control del sector minero; v) creación de un sistema de reforma agraria, a partir de la confiscación de tierras pertenecientes a Somoza y allegados; vi) definición de áreas de la economía estratégicas y reservadas para el sector público, y vii) reorganización del sector público (Enríquez y Spalding, 1989; Vilas, 1985). Estas acciones estuvieron contenidas en un programa de política económica que pretendía cuatro objetivos principales (Bolaños, 1984): i) transformación interna en el sector agropecuario, servicios financieros, y organización del comercio exterior; ii) reactivación y estabilización de la economía; iii) participación individual y colectiva, y iv) conformación de una economía mixta, en la que participarían la iniciativa privada, el sector público e inversiones conjuntas o coordinadas entre los

64


sectores público y privados. Las propiedades y empresas confiscadas formaron la mayor parte del nuevo sector estatal de la economía, llamado Área de Propiedad del Pueblo (APP), en donde las propiedades agrícolas se colocaron bajo la supervisión del Instituto Nicaragüense de la Reforma Agraria (INRA), mientras que las empresas energéticas, mineras y manufactureras se agruparon en la Corporación Industrial del Pueblo (COIP). El modelo de economía mixta adoptado por el gobierno sandinista, que había sido acogido en gran cantidad de países durante la década de los setenta y dio lugar al denominado “Estado de Bienestar”, propició un rápido y significativo crecimiento en la participación del sector público en las funciones de producción de bienes y servicios, siendo que en 1980 este sector generó más del 40% del

PIB

total

nacional, cuando en 1978 lo hacía con alrededor de 15 por ciento. Los primeros años fueron de cierto éxito, puesto que la 5%

en

1981.

Sin

embargo,

TCPA

condiciones

del

PIB

se ubicó en 7% en 1980 y

internas

de

desestabilización

macroeconómica, y externas de bloqueo comandado por Estados Unidos, propiciaron una adecuación de los lineamientos de política económica, y el surgimiento del programa de reactivación económica en beneficio del pueblo en 1980, del programa económico de austeridad y eficiencia en 1981 y del plan económico en 1987. El bloqueo económico y comercial dictado por Estados Unidos, que inició en 1981 y se profundizó en 1985, tuvo resultados funestos para la economía nacional: entre 1981 y 1990 la economía atestiguó una tasa decreciente promedio anual de -2%, mientras que la inflación se disparó, alcanzando tres dígitos en 1985 y 1986, cuatro dígitos en 1987 y 1989 y un disparatado 33 548% en 1988. Asimismo, las exportaciones cayeron de 637 millones de dólares en 1977 a 331 millones en 1990; con estos valores, el coeficiente de apertura comercial se modificó de 18% en 1977 a 13.8% en 1990.

65


A partir de 1990 Nicaragua observa una tercera fase de evolución económica, de crecimiento moderado ante la apertura comercial. Entre 1990 y 2005 el nacional creció de 17 859 a 29 495 millones de córdobas, con una

TCPA

PIB

de 3.4 por

ciento. Al mismo tiempo, las exportaciones pasaron de 331 a 866 millones de dólares y el coeficiente de apertura comercial se elevó de 13.8% en 1990 a 19.1% en 2005. El inicio de esta fase coincide con el cambio en la presidencia por la vía democrática. En 1990 Violeta Barrios fue la abanderada de una coalición de 14 partidos políticos integrados en la Unión Nacional Opositora (UNO) y por la vía del voto ganó la elección presidencial a Daniel Ortega del

FSLN,

quien dejaba al país

con un PIB per cápita de 4 883 córdobas, 66% del alcanzado en 1960 y 39% del de 1977. El programa económico de Violeta Barrios, seguido de alguna manera por Arnoldo Alemán a partir de 1996 y por Enrique Bolaños desde 2001, estuvo supeditado al consenso de Washington que postulaba nueve principios básicos a seguir por parte de las naciones emergentes (Guillén, 1994): i) disciplina fiscal; ii) nuevas prioridades al gasto público; iii) reforma fiscal; iv) liberalización financiera; v) desregulación del tipo de cambio; vi) liberalización comercial; vii) desregulación para la inversión extranjera directa; viii) privatización de empresas del Estado, y ix) desregulación económica. El empuje a una economía de mercado y su inserción en el proceso de globalización implicó un cambio sustancial con respecto al modelo sandinista de economía mixta. Sin embargo, el país no ha contado con un Estado fuerte que le permita formular e implementar políticas económicas, como tampoco el desarrollo de una democracia liberal. Durante todo este tiempo, el

FSLN

y Daniel Ortega, a

partir de movilizaciones sociales, forzó arreglos para la devolución de propiedades confiscadas al somocismo, así como una serie de concertaciones cupulares. No en balde, Daniel Ortega fue candidato perdedor en las elecciones presidenciales

66


de 1996 y 2001, pero las negociaciones y el poder político remanente del

FSLN

propiciaron el triunfo de éste en las elecciones y Daniel Ortega será presidente de Nicaragua entre 2007 y 2012. El programa de ajuste económico ha tenido como palancas la privatización de empresas, el manejo de la tasa de cambio y la reforma fiscal. La privatización de empresas tuvo efecto en las finanzas públicas por el menor peso de los trabajadores al servicio del Estado, los cuales disminuyeron de 208 mil en 1990 a menos de 100 mil en 2005. El manejo de la tasa de cambio contrarrestó el déficit público, así como la inflación que pasó de una tasa de más de 13 mil por ciento en 1990 a niveles de menos del 20% anual durante los noventa y el primer quinquenio del nuevo milenio. Por su parte, la reforma fiscal se tradujo en un aumento en la recaudación de impuestos de menos del 15% del

PIB

en 1990 a

más del 30% en los primeros años del siglo XXI (Agosin, 2001; Dye, 2004). Las tres administraciones presidenciales bajo el sello del neoliberalismo han mostrado saldos positivos en el dinamismo de la economía nacional. Violeta Barrios consiguió un ritmo de expansión promedio del

PIB

de 2.3% anual, contra

4.7% de Arnoldo Alemán y 3.4% de Enrique Bolaños. Durante la administración de este último se formuló un Plan Nacional de Desarrollo con un horizonte 20052009, cuyo objetivo consistió en alcanzar altas tasas y sostenidas de crecimiento económico, mediante el apoyo al desarrollo local y los conglomerados productivos, a través del desarrollo del capital humano y protección social, el desarrollo de la gobernabilidad democrática con amplia participación ciudadana, transparencia y rendición de cuentas, equidad y la continua modernización del Estado (Presidencia de la República, 2005). Al desglosar el

PIB

por sectores y grandes divisiones se observa un

comportamiento disímbolo en cada fase evolutiva, aunque con una tendencia a mantener su participación económica el sector primario, una pérdida en el terciario y un avance del secundario (Cuadro 14). Cabe mencionar que estas tendencias

67


son distintas con relación a la mayoría de las naciones latinoamericanas, en las cuales a partir de la segunda mitad del siglo

XX

han atestiguado una disminución

en el peso del sector primario, un mantenimiento del secundario y un avance en el terciario. Cuadro 14 Nicaragua: Producto interno bruto por sector y gran división, 1960-2004 Rubro Total

Millones de córdobas de 1994 1960 1977 1990 10 432 29 013 17 859

2005 29 495

1960 100.0

Porcentajes verticales 1977 1990 100.0 100.0

2005 100.0

Sector Primario Secundario Terciario

2 066 2 250 6 116

5 228 8 910 14 875

3 540 4 611 9 708

6 246 8 194 15 054

19.8 21.6 58.6

18.0 30.7 51.3

19.8 25.8 54.4

21.2 27.8 51.0

Gran división Agropecuaria Minería Industria Electricidad Construcción Comercio Transporte Finanzas Servicios

2 066 621 1 207 78 343 2 130 769 100 3 116

5 228 1 043 5 277 304 2 285 6 188 2 234 568 5 884

3 540 106 3 320 385 800 3 065 1 230 392 5 021

6 246 334 5 836 701 1 324 5 399 2 194 1 025 6 436

19.8 6.0 11.6 0.7 3.3 20.4 7.4 1.0 29.9

18.0 3.6 18.2 1.0 7.9 21.3 7.7 2.0 20.3

19.8 0.6 18.6 2.2 4.5 17.2 6.9 2.2 28.1

21.2 1.1 19.8 2.4 4.5 18.3 7.4 3.5 21.8

Fuente: Banco Central de Nicaragua. Sistema de Cuentas Nacionales, serie 1994-2005 a precios constantes de 1994. Para la serie 1960-1993 se tomaron como base los valores de 1994 del sistema de cuentas nacionales y los valores anuales por gran división se ajustaron según sus tasas de crecimiento reprtadas en la serie histórica 1960-1999 a precios constantes de 1980.

En

1960

la

economía

nicaragüense

tenía

una

estructura

económica

significativamente terciarizada al concentrar este sector casi 60% de la producción total, mientras que el 40% restante lo generaban, casi en igualdad de importancia, los sectores primario y secundario. Las divisiones más importantes eran servicios, comercio y agropecuaria, que participaban con 70% del total. Durante la fase de crecimiento acelerado y concentración económica, 1960-1977, el sector más dinámico fue el secundario, y a su interior la industria manufacturera, mientras que el sector primario creció a un ritmo ligeramente inferior al de la economía en su conjunto, y el sector terciario fue el menos activo, en particular la división de servicios personales, sociales y comunales. El avance de la industria 68


manufacturera ocurrió en un periodo de rápida urbanización, fomentado por la política de sustitución de importaciones y fundamentalmente con procesamiento de bienes de consumo inmediato para la atención del mercado interno. Sin embargo, la expansión de las exportaciones agropecuarias no fue aprovechada para el desarrollo de la agroindustria, ni de la producción y exportación de bienes con mayor valor agregado. Para 1977 hubo un cambio en la jerarquía de las divisiones, comandándolas ahora el comercio y seguido por los servicios y la industria manufacturera. La participación de estas tres divisiones en el

PIB

total se ubicó en 59.8%, que

comparado con el 70% de las tres más significativas en 1960 indica una importante diversificación económica durante este periodo, siendo la construcción y los servicios financieros actividades con poco peso pero gran elasticidad de cambio. La fase de crisis en la revolución sandinista, 1977-1990, se caracterizó por una pérdida absoluta de

PIB

en los tres sectores y en ocho de las nueve divisiones,

pero con velocidades distintas. El sector menos afectado fue el primario, mientras que el secundario evidenció los mayores efectos y sobre todo la minería, actividad que prácticamente desapareció en la estructura productiva del país, y la construcción, ante el desbalance en las finanzas públicas. La única división que mostró un saldo positivo fue la electricidad, energético que atendió las necesidades de una población con importante crecimiento demográfico y del orden de más de 3% anual promedio. Las distintas velocidades en la pérdida de

PIB

por divisiones propiciaron un cambio

en el rango jerárquico de éstas y una neoconcentración productiva. La división de servicios pasó del segundo al primer lugar, la agropecuaria del cuarto al segundo y la industria manufacturera se mantuvo en tercer lugar. Estas tres divisiones concentraron casi dos terceras partes del producto total, un avance de más de

69


seis puntos porcentuales en el nivel de participación de las tres divisiones más importantes. El dinamismo sectorial y por divisiones en la fase de crecimiento moderado ante la apertura comercial, 1990-2005, se caracterizó por un mayor desempeño en el sector secundario, liderado otra vez por la industria manufacturera, y muy cercano a él por el conseguido en el primario, sobre todo la producción agrícola. Uno de los hechos destacables fue el resurgimiento de la minería, así como el dinamismo de los servicios financieros, una de las actividades privatizadas. Ya ha sido ampliamente estudiado y comprobado que en la era de la globalización los servicios financieros y al productor han sido las actividades con mayor crecimiento en la generación de producto y empleo en las naciones y principales ciudades del mundo desarrollado y en desarrollo (Gemmel, 1986; Malecki, 1997; Sassen, 2001), llegando a representar en 2000 el 5% de la población ocupada en México, 6% en Portugal, 8% en Grecia, 10% en Corea, España e Italia, 13% en Irlanda, Suecia y Dinamarca, 15% en Australia, Holanda e Inglaterra y más del 25% en Luxemburgo. Según datos del censo de población de 2005, en Nicaragua esta actividad dio empleo a menos del 1% de la población ocupada. Es indudable que a pesar de su dinamismo, esta actividad aún es poco significativa en la estructura productiva nacional. La fase de crecimiento moderado no atestigua una reestructuración productiva en el país, sino más bien la ampliación cuantitativa de su base económica, sustentada en las actividades agropecuarias y procesamiento de bienes de consumo inmediato. De esta suerte, entre 1990 y 2005 no hubo cambio en el rango y posición de las tres principales divisiones (servicios, agropecuaria e industria manufacturera), aunque la estructura nacional mostró símbolos de diversificación porque estas participaron en 2005 con 62.8% del

PIB

total, frente a

66.5% en 1990. Esta diversificación ocurrió en gran medida por el poco avance de

70


los servicios personales, sociales y comunales, complementado por el auge de la minería y los servicios financieros. Uno de los puntos críticos de la política económica neoliberal, no sólo observable en Nicaragua sino también en varias naciones del mundo, ha sido la incapacidad para generar una cantidad suficiente de empleos formales y bien remunerados. Lo anterior ha propiciado una creciente informalidad en los mercados urbanos y regionales de trabajo, así como el aumento en los flujos de migración internacional. Un aspecto que corrobora el comportamiento del mercado de trabajo es la comparación de la evolución entre el

PIB

y la oferta ocupacional, lo que permite al

mismo tiempo calcular la productividad parcial del trabajo. Entre 1995 y 2005 el ritmo de crecimiento económico fue prácticamente similar al registrado en la oferta de trabajo, por lo que la productividad parcial del trabajo se mantuvo en un monto ligeramente por arriba de los 17 mil córdobas por ocupado (Cuadro 15). Cuadro 15 Nicaragua: Productividad de la mano de obra, 1995-2005 Gran división Total

a

PIB 1995 19 332

2005 29 495

Personal ocupado 1995 2005 1 136 286 1 722 839

Agropecuario 4 304 6 246 486 924 598 103 Minería 142 334 4 119 5 633 Industria 3 601 5 836 107 932 214 692 Construcción 1 034 1 324 45 277 95 142 Electricidad 425 701 6 022 5 023 Comercio 3 382 5 399 205 840 290 515 Transporte 1 336 2 194 40 122 67 198 Finanzas 409 1 025 7 143 15 148 Servicios 4 699 6 436 232 907 431 385 a en millones de córdobas de 1994. b en córdobas de 1994. Fuente: Banco Central de Nicaragua y censos de población y vivienda.

b

Productividad 2005 1995 17 014 17 120 8 839 34 450 33 362 22 847 70 624 16 430 33 303 57 231 20 177

10 444 59 224 27 181 13 911 139 638 18 586 32 642 67 674 14 920

La productividad mide el resultado de un proceso de producción a partir de la combinación de factores productivos. Desde el punto de vista macroeconómico, la 71


productividad es la maximización del producto, mientras que en la perspectiva microeconómica se entiende como la minimización de costos. La productividad es un indicador de eficiencia y eficacia del sistema económico en la producción de bienes y en la prestación de servicios. La eficiencia se relaciona con el uso de factores productivos y la cantidad de producción; la eficacia, por su parte, se relaciona con las medidas para satisfacer los requisitos de cantidad y calidad, sobre la base de que un conjunto de necesidades sociales requiere ser cubierto en aras de la calidad de vida y el bienestar de la población. La productividad es un indicador del grado de competitividad del sistema económico y de la salud económica. Su incremento en el tiempo habla de una mejora en la eficiencia productiva y da pie para alcanzar una mayor eficacia hacia el desarrollo económico local. En Nicaragua, la electricidad es la división con mayor productividad parcial del trabajo, seguida por los servicios financieros y la minería. Entre 1995 y 2005 el mayor avance en la productividad parcial del trabajo ocurrió también en estas tres divisiones, lo que hablaría de una ampliación en la desigualdad de los niveles salariales por tipo de actividad económica, lo que contribuyó a la agudización de las disparidades sociales en el mercado nacional de trabajo. Otra actividad que logró un avance significativo en su productividad parcial fue la división agropecuaria, lo que seguramente alentó a los flujos migratorios con destino en áreas rurales, coadyuvando a la consecución de la fase de contraurbanización en el ciclo del desarrollo urbano. Por su parte, las actividades propiamente urbanas, como la industria manufacturera, la construcción y los servicios personales, sociales y comunales, experimentaron un decrecimiento en su productividad parcial del trabajo, lo que habla de una merma en sus niveles de eficiencia productiva, no aprovechamiento de economías de aglomeración y problemas en los mercados urbanos de trabajo, lo que se tradujo en éxodos de población hacia otras partes del territorio nacional y del extranjero en búsqueda de oportunidades de trabajo.

72


Lo expuesto permite concluir que Nicaragua presenta un bajo nivel económico, evaluado con el indicador de del

trabajo,

y

su

PIB

per cápita, y el cambio en la productividad parcial

evolución

ha

estado

fuertemente

vinculada

con

el

desenvolvimiento de eventos políticos y militares. Las acciones de liberalización de la economía en el mundo global, adoptadas a partir de 1990 y proseguidas en las dos administraciones presidenciales subsiguientes, tuvieron un efecto positivo en la generación de riqueza, pero sin alcanzar los estándares de los setenta; la diferencia entre ahora y los setenta consiste quizá en menores niveles de desigualdad social, aunque un asunto aún pendiente consiste en la generación de una cantidad suficiente de empleos y la reactivación de los mercados urbanos de trabajo. Lo anterior se detallará en los rubros siguientes, en donde se analizará la distribución territorial del PIB así como las condiciones de competitividad urbana. Estructura y dinámica económica por departamento Las

actividades

económicas

se

caracterizan por

un triple

proceso

de

concentración (Garza, 1980: 49-50): i) concentración técnica, o concentración de la producción en pocas firmas o unidades productivas, resultado de la consecución de economías de escala; ii) concentración sectorial, o concentración de la producción en pocos grupos o ramas de actividad, derivada del aprovechamiento de economías de localización en el contexto urbano y regional, y de ventajas comparativas en el entorno internacional, y iii) concentración espacial, o concentración de la producción en puntos puntos del territorio, generalmente ciudades,

como

consecuencia

del

aprovechamiento

de

economías

de

aglomeración. Estos patrones de concentración también se presentan en Nicaragua: la concentración sectorial es patente cuando tres de las nueve grandes divisiones de la estructura económica han generado el grueso del

PIB

nacional. Estas divisiones

han mostrado muy poco cambio en el tiempo (servicios, comercio y agropecuaria en 1960; servicios, agropecuaria e industria en 2005), pero sus niveles de

73


concentración han disminuido (70.1% en 1960 y 62.8% en 2005), lo que habla de una tendencia hacia la diversificación relativa en la estructura económica nacional. La concentración espacial también es patente, puesto que en 2005 el departamento de Managua generó 39% del

PIB

total nacional, mientras que el

segundo más importante fue Matagalpa y con una aportación de 7.3%; asimismo, Río San Juan era el de menor aportación y con una participación de 1.3 por ciento (Cuadro 16). Esto significa que el departamento más importante producía 5.3 veces más riqueza que el siguiente en jerarquía y 30 veces más que el de menor generación de PIB.

Cuadro 16 Nicaragua: Producto interno bruto por departamento, 2000-2005 Clave

Departamento Nicaragua

Millones de córdobas de 1994 2000 2005 24 811 29 495

Porcentajes verticales 2000 2005 100.0 100.0

9100 RAAN 655 1 142 2.6 3.9 2000 Madriz 470 625 1.9 2.1 4000 Matagalpa 1 638 2 140 6.6 7.3 8000 Rivas 575 745 2.3 2.5 7500 Carazo 805 1 034 3.2 3.5 500 Nueva Segovia 755 965 3.0 3.3 8500 Río San Juan 295 376 1.2 1.3 1000 Jinotega 1 070 1 336 4.3 4.5 6000 Masaya 1 293 1 601 5.2 5.4 2500 Estelí 818 986 3.3 3.3 6500 Chontales 601 707 2.4 2.4 3500 León 1 444 1 686 5.8 5.7 5000 Boaco 641 740 2.6 2.5 5500 Managua 10 116 11 508 40.8 39.0 3000 Chinandega 1 779 1 948 7.2 6.6 7000 Granada 758 805 3.1 2.7 9300 RAAS 1 099 1 150 4.4 3.9 Fuente: cálculos elaborados con información del Banco Central de Nicaragua, INETER y censos de población y vivienda, según metodología reseñada en el anexo metodológico.

Al agrupar a los departamentos por grandes regiones se observa que en la región del Pacífico se producía 65.5% del

PIB

nacional en 2005, seguida por la región

Norte Central con 25.5% y el 9% restante se obtenía de la región Atlántica. La región del Pacífico era la más importante, no solo en términos demográficos, sino también económicos, y su peso productivo era 2.6 veces mayor con respecto a la 74


Norte Central y 7.3 en relación a la Atlántica (Cuadros A2 y A3 del anexo estadístico). Entre 2000 y 2005 el

PIB

total nacional aumentó de 24 811 a 29 495 mil millones

de córdobas, lo que significó un incremento absoluto por 4 684 millones de córdobas y una

TCPA

de 3.5 por ciento. En términos absolutos, el departamento de

Managua consiguió el mayor crecimiento en su

PIB

y por un monto de 1 392

millones de córdobas, seguido por Matagalpa con 502 millones,

RAAN

con 487

millones y Masaya con 309 millones de córdobas; estos cuatro departamentos concentraron 57.4% del crecimiento total. En el polo opuesto, los departamentos de Boaco, Río San Juan,

RAAS

y Granada tuvieron el menor asenso absoluto, con

un monto inferior a 100 millones de córdobas en cada uno, y en conjunto contribuyeron con apenas 6% del crecimiento absoluto en el PIB nacional. Desde el punto de vista del crecimiento relativo, 10 departamentos consiguieron una TCPA por encima del total nacional (3.5%), por lo que se pueden considerar los territorios ganadores dentro de la fase de crecimiento moderado ante la apertura comercial y bajo la administración presidencial de Enrique Bolaños. El dinamismo más significativo ocurrió en RAAN y con un ritmo de crecimiento de 11.8%, mientras que Madriz, Matagalpa, Rivas, Carazo y Nueva Segovia observaron tasas superiores al 5 por ciento. Su desempeño exitoso propició un proceso de desconcentración territorial de la producción y en conjunto elevaron su participación en el PIB total nacional de 20.9% en 2000 a 23.8% en 2005. Un segundo grupo de departamentos ganadores estuvo compuesto por Río San Juan, Jinotega, Masaya y Estelí, en donde su

TCPA

del

PIB

osciló entre 3.8 y 4.9%,

lo que implicó que su aportación al total nacional de elevara de 14 a 14.6% entre 2000 y 2005. Por su parte, siete departamentos consiguieron una TCPA menor a la del país en su conjunto y, por lo tanto, disminuyeron su participación en el agregado nacional.

75


Estos se pueden agrupar en tres: aquellos con un ritmo de crecimiento de alrededor de 3% anual promedio (Chontales, León y Boaco), y con una pérdida de participación de 10.8 a 10.6 por ciento. El segundo grupo contiene a Chinandega, Granada y

RAAS,

con el menor dinamismo y

TCPA

menor a 2% anual promedio, por

lo que su aportación se contrajo de 14.7 a 13.2 por ciento; estos fueron, sin duda, los territorios particularmente perdedores en el contexto económico durante los primeros años del nuevo milenio. El séptimo departamento con un crecimiento relativo por abajo del nacional fue Managua, el de mayor concentración absoluta. La tasa de crecimiento en este departamento fue 2.6%, por lo que su concentración se redujo de 40.8 a 39 por ciento, es decir casi dos puntos porcentuales menos. La desconcentración económica de Managua generó fuerzas centrípetas hacia sus vecinos sureños de Masaya y Carazo; Rivas y Río San Juan se vieron favorecidos por su condición fronteriza con Costa Rica, en tanto que los subsistemas urbanos con cabecera en Estelí (Norte) y Matagalpa (Norte Centro) influenciaron el desempeño económico favorable de los departamentos boreales de la región Norte Central. Este comportamiento disímbolo en el crecimiento económico propició una ligera dispersión territorial de la producción, siendo que en 2000 el coeficiente de variación era de 156%, disminuyendo a 148% en 2005.7 La estructura económica de los departamentos es diversa (Cuadro 17). Esta diversidad se explica por la distribución y aprovechamiento de recursos naturales, la distribución territorial de la población, la existencia de zonas urbanas y subsistemas regionales de ciudades y el proceso histórico de evolución económica. Así, coexisten en el territorio nacional departamentos en donde una o pocas grandes divisiones generan el grueso del

PIB

local, mientras que en otros la

producción es más repartida entre las distintas actividades económicas. 7

El coeficiente de variación es una medida del grado de desigualdad territorial y se obtiene al dividir la desviación estándar de la participación absoluta de cada departamento en el PIB nacional entre la media.

76


Cuadro 17 Nicaragua: Producto interno bruto por departamento y gran división, 2005 (en millones de córdobas de 1994) Industria 5 836

Construcción 1 324

Electricidad 701

Comercio 5 399

Transporte 2 194

Finanzas 1 025

Servicios 6 436

256 59 128 335 434 351 175 38 2 639 598 51 209 312 117 3 43 86

17 41 8 67 70 68 73 10 753 37 45 2 50 48 1 17 15

10 23 4 21 37 101 35 13 311 41 18 22 18 13 3 17 16

137 48 79 175 416 336 381 89 2 552 335 145 187 156 156 21 109 79

6 6 8 13 112 70 41 20 1 633 29 8 48 67 70 1 49 11

4 1 6 6 30 42 106 7 615 25 15 29 33 21 10 69 5

162 340 86 182 431 394 443 250 2 739 392 169 191 233 123 50 129 121

500 Nueva Segovia 2.08 1.82 0.07 1.34 0.40 0.45 0.78 0.08 0.12 1000 Jinotega 1.15 2.89 0.06 0.22 0.68 0.71 0.20 0.06 0.03 2000 Madriz 1.75 2.31 0.02 1.04 0.27 0.24 0.69 0.17 0.29 1.72 1.51 2500 Estelí 3.03 0.89 0.11 0.88 0.97 0.18 0.18 3000 Chinandega 8.52 1.00 0.26 1.13 0.80 0.79 1.17 0.78 0.44 3.98 1.05 2.53 1.09 3500 León 4.48 0.70 0.89 0.56 0.72 4000 Matagalpa 2.34 1.94 0.27 0.41 0.76 0.69 0.97 0.26 1.43 1.98 5000 Boaco 1.53 0.40 0.26 0.30 0.73 0.66 0.37 0.26 5500 Managua 2.50 0.10 0.25 1.16 1.46 1.14 1.21 1.91 1.54 1.55 1.89 1.08 1.14 6000 Masaya 2.11 0.34 0.52 0.24 0.46 6500 Chontales 2.47 1.41 5.62 0.36 1.42 1.09 1.12 0.15 0.62 1.31 1.13 1.27 1.03 7000 Granada 3.71 0.67 0.15 0.07 0.81 7500 Carazo 3.81 0.62 2.41 1.53 1.08 0.71 0.82 0.87 0.92 1.23 1.44 1.14 1.26 8000 Rivas 4.38 0.36 0.80 0.72 0.80 8500 Río San Juan 0.91 3.60 0.05 0.05 0.04 0.34 0.30 0.05 0.73 2.55 7.12 1.73 9100 RAAN 1.18 0.19 0.34 0.61 0.52 0.57 9300 RAAS 1.02 3.32 0.66 0.38 0.30 0.58 0.37 0.12 0.13 a Índice de diversificación relativa. Fuente: cálculos elaborados con información del Banco Central de Nicaragua, INETER y censos de población y vivienda, según metodología reseñada en el anexo metodológico.

0.77 1.16 0.63 0.85 1.01 1.07 0.95 1.55 1.09 1.12 1.10 1.09 1.03 0.76 0.62 0.52 0.48

Nicaragua 500 1000 2000 2500 3000 3500 4000 5000 5500 6000 6500 7000 7500 8000 8500 9100 9300

Nueva Segovia Jinotega Madriz Estelí Chinandega León Matagalpa Boaco Managua Masaya Chontales Granada Carazo Rivas Río San Juan RAAN RAAS

Total Agropecuaria 29 495 6 246 965 1 336 625 986 1 948 1 686 2 140 740 11 508 1 601 707 805 1 034 745 376 1 142 1 150 IDR a

371 817 306 186 412 249 880 310 232 115 210 115 136 194 286 617 810

Minería 334 1 1 1 6 76 6 3 33 28 45 1 28 3 92 9

Índices de especialización relativa

Una actividad especializada en un departamento es aquella cuya participación en la estructura económica local es mayor con respecto a la observada en el contexto nacional.8 La especialización es producto del aprovechamiento de economías de localización o interacciones del tipo insumo-producto (cadena productiva de eslabonamiento vertical) al interior de una actividad. Por su parte, la diversificación en la estructura económica local ocurre por el aprovechamiento de economías de urbanización o la generación de cadenas productivas entre diversos sectores (cadena productiva de eslabonamiento horizontal).

8

Las actividades especializadas por departamento se obtuvieron con el uso del índice de especialización relativa, cuya fórmula es: IERIJ = (PIBij/PIBJ)/(PIBi/PIB), en donde PIBij es el PIB de la división i en el departamento j; PIBj es el PIB total del departamento j; PIBi es el PIB nacional en la división i, y PIB es el PIB total nacional. Si el índice es mayor que uno, entonces esa actividad está especializada en el departamento en cuestión (véase Duranton y Puga, 2000).

77


En el cuadro 17 se aprecia que la gran división que estaba especializada en 2005 en un mayor número de departamentos era la agropecuaria con un total de 10, seguida por los servicios y la industria manufacturera que eran actividades especializadas en nueve departamentos: Éstas eran las divisiones con mayor dispersión territorial. En el polo opuesto, construcción, transporte y finanzas eran las de mayor concentración territorial, por ser actividades especializadas en a lo más cuatro departamentos. Las divisiones con un mayor grado de especialización en un departamento corresponden a aquellas vinculadas con el aprovechamiento de recursos naturales (agropecuaria y minera), y es el índice más representativo en 11 de los 17 departamentos (Cuadro 18). El índice de especialización relativa (IER) de

RAAN

en

minería indica que esta actividad tenía una participación en la estructura económica departamental 7.1 veces más grande con respecto a la participación de dicha división en el total nacional. Cuadro 18 Nicaragua: Rango de especialización y diversificación por departamentos, 2005 Rango Departamento 1 RAAN 2 Chontales 3 León 4 Río San Juan 5 RAAS 6 Jinotega 7 Carazo 8 Madriz 9 Boaco 10 Matagalpa 11 Managua 12 Masaya 13 Nueva Segovia 14 Estelí 15 Rivas 16 Granada 17 Chinandega Fuente: Cuadro 17.

Especialización División Minería Minería Minería Agropecuaria Agropecuaria Agropecuaria Minería Agropecuaria Agropecuaria Agropecuaria Transporte Industria Agropecuaria Industria Construcción Industria Comercio

IER 7.12 5.62 3.98 3.60 3.32 2.89 2.41 2.31 1.98 1.94 1.91 1.89 1.82 1.72 1.44 1.31 1.17

Diversificación Departamento IDR Chinandega 8.52 León 4.48 Rivas 4.38 Carazo 3.81 Granada 3.71 Estelí 3.03 Managua 2.50 Chontales 2.47 Matagalpa 2.34 Masaya 2.11 Nueva Segovia 2.08 Madriz 1.75 Boaco 1.53 RAAN 1.18 Jinotega 1.15 RAAS 1.02 Río San Juan 0.91

Según el índice de diversificación relativa (IDR), Chinandega era el departamento que contenía una estructura económica más diversificada en 2005, seguido por 78


León, Rivas, Carazo, Granada y Estelí, mientras que Managua, Chontales, Matagalpa, Masaya y Nueva Segovia tenían una diversificación intermedia, y RAAN,

Madriz, Boaco,

Jinotega,

RAAS

y Río San Juan contenían la estructura con

menores niveles de diversificación.9 Cabe mencionar que la diversificación en la estructura económica no era exactamente opuesta a la mayor especialización alcanzada en una gran división en específico, ya que, por ejemplo, Chontales tenía la segunda más alta especialización, pero una estructura con diversificación intermedia; sin embargo, los departamentos más diversificados eran también los que no estaban tan especializados en una división particular. Al comparar el

IDR

con el tamaño absoluto del

PIB

departamental se obtiene una

asociación positiva y estadísticamente significativa, por lo que, en consonancia con la teoría, a mayor tamaño económico, la estructura productiva del territorio es más diversificada, gracias al aprovechamiento de economías de aglomeración y la apertura de nuevos nichos de mercado (Henderson, 1997). Sin embargo, la mayor diversificación no significó un mejor desempeño en el quinquenio 2000-2005, sino que por el contrario ocurrió una asociación estadísticamente significativa entre mayor

TCPA

del

PIB

y menor

IDR.

Esto se puede explicar por el hecho de que en el

periodo de estudio se presentó más una ampliación cuantitativa de la base económica nacional, y menos una reestructuración cualitativa hacia nuevas actividades productivas. La industria manufacturera en Nicaragua aportó 19.8% del tiempo que su

TCPA

PIB nacional

en 2005, al

en el quinquenio 2000-2005 fue de 4.7%, es decir más de un

punto porcentual con respecto del crecimiento de la economía en su conjunto. Esta era una actividad especializada en nueve departamentos en 2005 (Nueva Segovia, Madriz, Estelí, Chinandega, León, Managua, Masaya, Granada y Carazo), y en términos generales su patrón locacional es hacia su concentración

9

La fórmula del índice de diversificación relativa es: IDRI = 1 / |(PIBij/PIBJ) - (PIBi/PIB)|, en donde PIBij es el PIB de la división i en el departamento j; PIBj es el PIB total del departamento j; PIBi es el PIB nacional en la división i, y PIB es el PIB total nacional. A mayor valor del índice, el departamento en cuestión tendría una estructura más diversificada.

79


en ciudades para el aprovechamiento de economías de aglomeración. Para concluir este estudio, a continuación se estudiará el comportamiento competitivo del sistema urbano nacional en esta actividad. Competitividad industrial en el sistema urbano nacional Las ciudades son el lugar preponderante para la localización de las empresas manufactureras porque éstas ofrecen un conjunto de ventajas denominadas economías de aglomeración, las cuales se dividen en economías de localización, de alcance y de urbanización. El aprovechamiento de estas economías explica la concentración territorial en pocos puntos del territorio (Blair, 1995: 95-115; Feser, 2002). La competitividad urbana se refiere al grado en el cual una ciudad, zona metropolitana o región urbana, en comparación con otros territorios en competencia, es capaz de atraer inversiones productivas que se traducen en generación de empleos e incremento en los ingresos, al tiempo de acrecentar y consolidar sus amenidades culturales, atractivos recreacionales, cohesión social, gobernanza y un medio ambiente adecuado para su población residente (Global Urban Competitiveness Project, 2005). La competitividad urbana tiene que ver con el cambio en su estructura económica local, es decir la ampliación cuantitativa de su base económica o la reestructuración cualitativa hacia otro sector económico (Kresl, 1998), así como con el grado de sustentabilidad en su modelo de crecimiento económico, con los beneficiarios de tal desempeño económico y su impacto social en la inclusión y cohesión del capital social (Body, 2002; Potts, 2002). La capacidad que tiene una ciudad para atraer inversiones productivas está en función de su acumulación y mejoramiento de una serie de ventajas competitivas, las cuales se agrupan en cuatro grandes rubros (Sobrino, 2006: 334-344): i) empresariales; ii) institucionales; iii) territoriales, y iv) distributivas.

80


Las ventajas competitivas empresariales corresponden a las decisiones y estrategias asumidas al interior de las unidades productivas que propician cambios en la organización, forma de producción y uso de factores productivos; estas ventajas se visualizan tanto por la incorporación de innovaciones tecnológicas y uso de capital humano (Malecki, 1997: 33), como también por las interrelaciones o interdependencias entre empresas y que generan sinergias y cooperación entre ellas. Las ventajas institucionales se refieren al papel de los gobiernos locales en la formulación e implementación de políticas para promover el crecimiento económico local, combinando así la planeación y ordenación de usos del suelo con acciones encaminadas al fomento y la promoción de las actividades económicas en la ciudad. Cuando ocurre una actuación conjunta y coordinada entre los agentes públicos y privados, entonces se obtienen economías asociativas que repercuten en un clima fiscal y regulatorio favorable para la inversión (Malecki, 2002: 932-933). Esta actuación coordinada puede dar lugar a la gestación de modelos asociativos público-privados en los cuales se combinan fuerzas para definir y operativizar objetivos comunes (Van Etten, 2002). Las ventajas competitivas territoriales corresponden al viejo concepto de economías de aglomeración, las cuales se dividen en economías de urbanización, de localización y de alcance. Las economías de urbanización son aprovechadas por toda la actividad económica, promoviendo la diversificación de la estructura económica local, y están asociadas con el volumen de población, incremento en el tamaño del mercado de trabajo, naturaleza del mercado de trabajo y desarrollo del transporte, infraestructura y servicios públicos. Por su parte, las economías de localización se refieren a las ventajas que se ofrecen para una cierta actividad, o conjunto de actividades, lo que se traduce en una especialización de la base económica local. Las economías de alcance son internas a un sector de actividad y están relacionadas con factores que permiten producir un rango de productos relacionados que producir cada uno por separado. Estas economías se vinculan con los conceptos de cadenas productivas y los principios de eslabonamientos

81


hacia delante y hacia atrás, que pueden ser analizados con el uso de una matriz insumo-producto. Por último, las ventajas competitivas distributivas se relacionan con los costos en los que incurren las unidades económicas por ubicarse en un punto y no en otro en el territorio. Estos costos incluyen: i) transacciones mercantiles asociadas a la distancia, para la adquisición de insumos o distribución del producto; ii) costos de factores específicos, relacionados con el acceso al suelo y mercado de trabajo local; iii) costos de coordinación interfirmas, vinculados con los flujos de información, y iv) costos de oportunidad por coincidencia, en función del tamaño del área de mercado y localización de los consumidores (McCann, 1995). En otras palabras, las ventajas distributivas tienen que ver con los costos diferenciales en el territorio para el acceso a los factores de la producción, contactos interpersonales, sistemas que sostienen las interrelaciones entre los agentes sociales (soft netwoks) y sistemas dependientes de infraestructura y telecomunicaciones (hard netwoks) (Malecki, 2002). Entre 2000 y 2005, el

PIB

de la industria manufacturera en Nicaragua aumentó de

4 636 a 5 836 millones de córdobas, con una

TCPA

de 4.7%, que al ser mayor a la

de la economía en su conjunto, 3.5%, le permitió aumentar su participación en la estructura económica local de 18.7 a 19.8 por ciento. Para el último año, la industria manufacturera era la tercera división más importante en la economía nacional, según volumen de producción, sólo por abajo de los servicios personales, sociales y comunales y de la división agropecuaria. Asimismo, en 2005 de las exportaciones totales del país, 866 millones de dólares,

423

correspondieron a la industria manufacturera, participando con 48.8 por ciento. Por otro lado, la población económicamente activa total sumó 1.7 millones de personas, de las cuales 215 mil se ocupaban en esta división, lo que implicaba una participación de 12.5% y una productividad parcial del trabajo de 27 181 córdobas, monto 1.6 veces mayor con respecto al de la economía en su conjunto.

82


El sistema urbano de Nicaragua en 2005 estaba integrado por la zona metropolitana de Managua, seis ciudades intermedias (con población de más de 50 mil habitantes) y 22 pequeñas ciudades (con tamaño de población entre 15 mil y 49 999 habitantes). La población conjunta de las 29 ciudades se elevó de 2 a 2.3 millones de habitantes entre 1995 y 2005, lo que significó una

TCPA

de 1.3%, que

al ser menor que la registrada en el país en su conjunto, 1.7%, implicó una disminución

en

su

participación

(y

la

ocurrencia

de

un

proceso

de

contraurbanización). Así, en 2005 el grado de urbanización en Nicaragua se ubicó en 44.5 por ciento. La información derivada del ejercicio de estimación del

PIB

por municipio y gran

división para los años 2000 y 2005 (véase anexo metodológico), permite concluir que las ciudades nicaragüenses contienen un mayor grado de concentración económica con respecto a la demográfica. La participación de las 29 ciudades en el

PIB

industrial nacional en 2005 se ubicó en 85.2%, contra 44.5% desde la

perspectiva demográfica, lo que habla de la existencia y aprovechamiento de economías de aglomeración para la localización, atracción y crecimiento de empresas manufactureras. De manera similar a lo ocurrido con la concentración demográfica, en donde las ciudades tuvieron un ritmo de crecimiento inferior al del país en su conjunto, la participación de las ciudades en el

PIB

industrial se redujo de 85.5 a 85.2% entre

2000 y 2005 (Cuadro 19). La concentración espacial de la producción manufacturera en Nicaragua es patente cuando las 10 principales ciudades participan con casi tres cuartas partes del

PIB

nacional de esta gran división. Esta concentración espacial registró ciertos

cambios entre 2000 y 2005; un primer aspecto que se debe resaltar es el hecho de que en ambos años fueron las mismas ciudades, aunque con cambios en su jerarquía. En 2000 las 10 ciudades más industrializadas del país aportaron 73.1% del PIB manufacturero nacional, mientras que en 2005 disminuyó a 72.4 por ciento.

83


Esta ligera reducción participativa obedeció fundamentalmente por el magro desempeño de Masaya, Granada, Chinandega y Chichigalpa, las cuales observaron una contracción conjunta en su aportación al

PIB

industrial nacional por

más de cinco puntos porcentuales. Cuadro 19 Nicaragua: Ciudades con mayor PIB industrial, 2000-2005 (en millones de córdobas de 1994)

a Rango Región

2000 Ciudad Nicaragua SUN Principales ciudades

1 1 ZM Managua 2 1 Masaya 3 1 Chinandega 4 1 Granada 5 1 León 6 2 Estelí 7 1 Chichigalpa 8 2 Ocotal 9 1 Diriamba 10 1 El Viejo a 1: región del Pacífico; 2: región Norte Central.

PIB

Regióna

% 4 636 3 965 3 389

100.0 85.5 73.1

1 951 390 210 185 167 121 112 108 77 67

42.1 8.4 4.5 4.0 3.6 2.6 2.4 2.3 1.7 1.5

1 1 2 1 1 1 1 2 1 1

2005 Ciudad

ZM Managua Masaya Estelí León Chinandega Granada Diriamba Ocotal El Viejo Chichigalpa

PIB

% 5 836 4 970 4 222

100.0 85.2 72.4

2 535 373 275 219 196 159 145 137 94 88

43.4 6.4 4.7 3.8 3.4 2.7 2.5 2.3 1.6 1.5

Fuente: cálculos elaborados con información del Banco Central de Nicaragua, INETER y censos de población y vivienda, según metodología reseñada en el anexo metodológico.

En las 10 ciudades más industrializadas aparecen la metrópoli primada del país, cinco de las seis ciudades intermedias (a excepción de Matagalpa) y cuatro pequeñas ciudades (Diriamba, Ocotal, El Viejo y Chichigalpa). En cuanto al cambio en la jerarquía y participación entre 2000 y 2005, el cuadro 19 muestra que Managua se mantuvo, y por mucho, como la ciudad con la mayor producción manufacturera y su primacía se elevó, puesto que en 2000 era cinco veces más importante que Masaya, el segundo polo industrial, mientras que para 2005 esa relación aumentó a 6.8 veces. Por su parte, Masaya era 1.9 veces más importante que Chinandega en 2000, la tercera más importante, mientras que para 2005 su peso se redujo a 1.4 veces con respecto a Estelí, la ciudad que ahora ocupó el tercer lugar. Junto con Managua y Masaya, Ocotal también ocupó el mismo puesto en 2000 y 2005, octavo lugar, mientras que cuatro mejoraron su posición (Estelí, León,

84


Diriamba y El Viejo), y tres retrocedieron escaños (Chinandega, Granada y Chichigalpa). El ascenso más importante en cuanto a rango y concentración fue para Estelí, que subió tres lugares y su participación se elevó casi dos puntos porcentuales, seguida por Diriamba con un ascenso en dos escaños y una ganancia de ocho décimas de punto porcentual. En contraparte, Chichigalpa fue la de mayor caída según rango, al perder tres lugares, mientras que Masaya experimentó la mayor contracción participativa. La posición geográfica de las 10 ciudades más industrializadas del país indica el predominio de la región del Pacífico al tener ocho casos, seguida muy abajo por la región Norte Central con dos representantes; la ciudad con mayor producción industrial en la región Atlántica era Bluefields, ubicada en la posición 21 en 2005. Asimismo, el subsistema urbano con mayor representación era el Noroeste (LeónChinandega-El Viejo-Chichigalpa), mientras que también había referencia para el subsistema Norte (Estelí-Ocotal) y Pacífico Sur (Masaya-Diriamba). No hubo un desempeño unificador al interior de cada subsistema, lo que habla de la poca generación de efectos difusores o de aprovechamiento de economías de localización y alcance. Para analizar la dinámica industrial en el sistema urbano de Nicaragua en el periodo 2000-2005 se utilizó una medida de desempeño industrial, la cual evalúa la capacidad de las ciudades para atraer inversiones productivas y lograr un crecimiento económico local, en comparación con las demás. Esta medida se puede considerar como un avance para el conocimiento de la competitividad urbana en el país, puesto que evalúa el desempeño de una ciudad en relación con lo hecho por las demás, desde el punto de vista de atracción de inversiones que se traducen en un aumento en la producción manufacturera local. La medida de desempeño industrial se construyó con la combinación de cuatro indicadores: i) cambio en la participación absoluta con respecto al total nacional entre 2000 y 2005; ii) crecimiento absoluto del

PIB

industrial entre 2000 y 2005; iii)

85


crecimiento relativo del

PIB

industrial 2000-2005, y iv) crecimiento relativo del

PIB

industrial frente al crecimiento relativo de su población. Estos cuatro indicadores se obtuvieron para cada una de las 29 ciudades del sistema urbano nacional, las cuales fueron jerarquizadas de mayor a menor, según el valor del indicador. La medida final se obtuvo con la suma de la posición jerárquica obtenida en cada indicador (Cuadro 20). Cuadro 20 Nicaragua: Posición competitiva de las ciudades según desempeño industrial, 2000-2005 a a a Lugar Región Ciudad Lugar Región Ciudad Lugar Región Ciudad 1 2 Estelí 11 2 Sébaco 21 2 Boaco 2 1 Diriamba 12 2 Matagalpa 22 1 Corinto 3 2 Jalapa 13 1 Masatepe 23 1 Nandaime 4 1 San Marcos 14 2 Ocotal 24 1 Rivas 5 2 Somoto 15 3 Bilwi 25 1 Chinandega 6 1 ZM Managua 16 3 Nueva Guinea 26 1 Masaya 7 2 Ciudad Darío 17 1 La Paz Centro 27 3 Bluefields 8 1 El Viejo 18 2 Juigalpa 28 1 Granada 9 1 Nagarote 19 1 Jinotepe 29 1 Chichigalpa 10 1 León 20 2 Jinotega a 1: región del Pacífico; 2: región Norte Central; 3: región Atlántica. Fuente: cálculos elaborados con información del ejercicio de estimación del PIB por municipio y gran división.

La ciudad que consiguió el mejor desempeño industrial al interior del sistema urbano nacional en el periodo 2000-2005 fue Estelí, de tamaño intermedio, seguida por las pequeñas ciudades de Diriamba, Jalapa, San Marcos y Somoto; tres pertenecen a la región Norte Central, mientras que las otras dos a la región del Pacífico. En sexto lugar se ubicó Managua, la ciudad primada y de gran tamaño, a la que le siguieron las pequeñas áreas urbanas de Ciudad Darío, El Viejo y Nagarote; León, la segunda ciudad más poblada del país, consiguió la décima posición. El desempeño industrial en el sistema urbano nacional por tamaño de población exhibe especificidades para cada agrupamiento de tamaño de ciudad. Como se observa, la zona metropolitana de Managua, la ciudad primada del país, consiguió el sexto puesto, mientras que dos de las seis ciudades intermedias se posicionaron entre el primero y décimo lugar (Estelí y León), una entre el lugar 11

86


y 20 (Matagalpa) y tres en el ordenamiento 21 a 29 (Chinandega, Masaya y Granada). En términos generales, las pequeñas ciudades consiguieron un mejor desempeño industrial que las intermedias. El promedio de la posición de las primeras fue 15 contra 17 de las segundas; asimismo, la variación en el desempeño industrial fue menor en las pequeñas que en las intermedias, lo que significa que en estas últimas hubo comportamientos mucho más disímbolos, siendo el ejemplo más representativo el binomio Estelí-Granada, siendo la primera la ciudad más competitiva y la segunda la del peor desempeño, sólo arriba de Chichigalpa. Así, los tamaños ganadores en la competitividad industrial fueron, en primer instancia, la ciudad primada, que elevó su concentración de 42.1 a 43.4% entre 2000 y 2005, y en segundo término las ciudades pequeñas, cuya participación en el

PIB

industrial del país se elevó de 19.1 a 19.5 por ciento. Por otro lado, las

ciudades intermedias registraron un menor desempeño y su participación cayó de 24.3 a 22.3%, aunque una de ellas fue la de mayor éxito (Estelí). El desempeño industrial de las ciudades según posición geográfica también muestra signos diferenciales. La región Norte Central se caracterizó por ser el territorio con la mejor posición competitiva promedio de sus zonas urbanas y un valor de 11. Sin embargo, también fue la de mayor asimetría o variación en el rango competitivo, lo que habla de una cierta polarización del crecimiento industrial a su interior, favoreciendo a las ciudades intermedias y en detrimento de las pequeñas. Por su parte, la región del Pacífico registró el segundo mejor promedio con 17 y también manifestó un importante grado de dispersión en el desempeño, de tal manera que las ciudades de esta región se concentraron entre las diez mejores, pero también entre las nueve con menor desempeño. En relación a la región Atlántica, sus tres ciudades consiguieron un lugar promedio de 19, el más bajo entre las regiones, siendo Nueva Guinea su núcleo urbano mejor posicionado.

87


Al agrupar a las ciudades según sus subsistemas urbanos se percata que a lo más en el subsistema del Norte (Estelí-Ocotal-Jalapa-Somoto) se escenificaron efectos difusores centrípetos desde su lugar central, Estelí, hacia el resto de asentamientos. Esta ciudad, entonces, no sólo fue la de mayor competitividad, sino también que su éxito productivo se irradió hacia su área de influencia. Lo anterior ocurrió también, aunque en menor grado, con el binomio MatagalpaSébaco, del subsistema Norte Centro, y León-El Viejo, del subsistema del Noroeste. Es indudable que el comportamiento favorable de Managua también se manifestó en efectos difusores centrípetos hacia su micro-región funcional, o área de influencia, y en ciudades de pequeño tamaño como Diriamba, San Marcos, Nagarote y Masatepe. El desempeño industrial de las ciudades estuvo acompañado por una tendencia hacia la especialización sectorial del

PIB

en esta gran división, porque hubo una

mayoritaria ampliación cuantitativa en la base económica local, con respecto a la reestructuración cualitativa (Gráfica 4). En otras palabras, la competitividad industrial entre las ciudades nicaragüenses se apoyó en el aprovechamiento de economías de localización, o en la conformación emergente de un cluster en una rama industrial específica. La gráfica 4 muestra una asociación positiva y estadísticamente significativa entre posición competitiva de la ciudad y porcentaje de su

PIB

total generado en la

industria manufacturera. Esta relación es compartida por Michael Porter para explicar la competitividad urbana (Porter, 1996).

88


Gráfica 4 Nicaragua: Desempeño industrial y especialización sectorial, 2000-2005 % PIB industrial en 2005

Posición competitiva

0 5 10 15 20 25 30 0.0

10.0

20.0

30.0

40.0

50.0

Fuente: cálculos elaborados con información del ejercicio de estimación del PIB por municipio y gran división.

En síntesis, la competitividad industrial en el sistema urbano de Nicaragua durante el quinquenio 2000-2005 se caracterizó por un desempeño favorable de la zona metropolitana de Managua y de las ciudades de pequeño tamaño. La ubicación geográfica de las ciudades ganadoras fue preferentemente en la región Norte Central y en detrimento de la Atlántica. En el subsistema urbano del Norte y en menor medida en los subsistemas del Norte Centro y Noroeste ocurrieron efectos difusores centrípetos desde la ciudad central (Estelí y León) hacia los núcleos urbanos de influencia. Managua también irradió efectos difusores hacia su microregión funcional. El mayor desempeño industrial estuvo asociado con una tendencia hacia la mayor especialización de la industria en la estructura económica local, lo que habla del aprovechamiento de economías de localización. Las ciudades que combinaron tamaño, posición geográfica y especialización productiva para su éxito industrial fueron Estelí, Managua y León, considerándose, por tanto, como las grandes ganadoras en esta fase de crecimiento económico nacional moderado ante la apertura comercial.

89


Conclusiones y recomendaciones de política pública La ciencia regional es la disciplina que se encarga de analizar la distribución espacial de la población y las actividades económicas; establece como una de sus premisas la existencia de fuerzas y condicionantes que propician un patrón de concentración en pocos puntos del territorio (Garza, 1996: 13). A partir de esta perspectiva de análisis, y con el apoyo de referentes conceptuales, modelos metodológicos e instrumentos técnicos de la demografía y la economía espacial, en este documento se analizó la interrelación entre la dinámica demográfica y la evolución económica de Nicaragua durante la segunda mitad del siglo XX. Entre 1950 y 2005, la población nicaragüense aumentó de 1.1 a 5.1 millones de habitantes, lo que significó una

TCPA

de 2.9 por ciento. El crecimiento demográfico

del país atestiguó tres etapas: i) crecimiento acelerado, entre 1950 y 1971, con un ascenso en el volumen total de 1.1 a más de 2 millones de habitantes y un ritmo de crecimiento promedio anual por encima de 3 por ciento; ii) crecimiento moderado, observado entre 1971 y 1995, en donde la población se duplicó, alcanzando 4.4 millones en el último año, pero la

TCPA

fue menor a 3 por ciento, y

iii) crecimiento en descenso, que se presenta a partir de 1995 y en donde el monto demográfico se elevó de 4.4 a 5.1 millones de habitantes en el decenio 19952005, con una TCPA menor a 2 por ciento. Un aspecto que debe tomarse en cuenta es la importante omisión poblacional que presenta el censo de población de 1971, por lo que es mejor utilizar para esa fecha la estimación demográfica elaborada por INEC-CELADE-UNFPA. En la etapa de crecimiento en descenso (1995-2005) se combinaron el tránsito hacia una tercera fase de transición demográfica, denominada de plena transición, así como un importante incremento en la migración internacional y con destino preponderante a Costa Rica. Cabe mencionar que Nicaragua se incorporó de manera tardía a la tercera fase de transición demográfica, con respecto a los

90


países latinoamericanos, pero al parecer su tasa de crecimiento natural está disminuyendo de manera más rápida de lo que se había estimado hasta antes de tenerse los resultados del censo de población de 2005. En este documento se entiende por población urbana aquella que reside en localidades de 15 mil y más habitantes, criterio distinto al que utilizan los censos de población, en donde se concibe como aquella que reside en las cabeceras municipales, independientemente de su tamaño, así como en las localidades de mil y más habitantes. El grado de urbanización calculado en este documento (porcentaje de la población que reside en localidades urbanas con respecto a la población total) avanzó de 16.8% en 1950 a 44.5% en 2005. El valor del primer año lo tuvieron la mayoría de los países latinoamericanos durante las tres primeras décadas del siglo mientras

que

el

segundo

indica

que

Nicaragua

aún

no

es

un

XX,

país

predominantemente urbano. En 1950 el sistema urbano nacional estaba en una etapa germinal y se conformaba por la capital del país y tres pequeñas ciudades (con población entre 15 mil y 49 999 habitantes); este sistema mostraba una elevada primacía, puesto que Managua era 2.9 veces más grande que el conjunto de las tres ciudades que le seguían en jerarquía (León, Granada y Masaya), al tiempo que concentraba 61.5% de la población urbana del país. Para 2005 el sistema urbano estaba compuesto por 29 ciudades, seis de ellas de tamaño intermedio (50 mil y más habitantes) y 22 pequeñas. Managua se constituyó en zona metropolitana durante la década de los noventa y en 2005, con más de un millón de habitantes, concentró 49.9% de la población urbana del país, casi 12 puntos porcentuales menos con respecto a 1950, pero su índice de primacía se elevó a 3.5. Estos valores indican un proceso de dispersión de la población urbana, sobre todo por la expansión en el número de ciudades, así como un mejor desempeño demográfico de la ciudad primada con respecto a las ciudades que le seguían en importancia. De manera contraria a la gran mayoría de

91


los países del concierto latinoamericano, en Nicaragua no se observa un fortalecimiento en su sistema urbano nacional a través de la consolidación de las ciudades de tamaño intermedio. Con el uso del modelo del ciclo del desarrollo urbano, la urbanización nicaragüense atravesó tres fases en el periodo 1950-2005. La primera, de concentración y primacía, ocurrió entre 1950 y 1971, de manera conjunta con la fase demográfica de crecimiento acelerado, y se caracterizó por el mayor crecimiento relativo de Managua, cuya concentración demográfica aumentó de 10.3 a 20.5% con respecto a la población total, y de 61.5 a 66.8% en la población urbana. El binomio crecimiento acelerado-concentración y primacía también fue presenciado en las naciones latinoamericanas. La segunda fase, de polarización regresiva, ocurrió entre 1971 y 1995, coincidiendo con la fase demográfica de crecimiento moderado, al igual que en casi todas las naciones de América Latina, y en ella Managua dejó de ser el área urbana con mayor ritmo de crecimiento poblacional, en relación al resto del sistema urbano nacional, por lo que su concentración en la población urbana disminuyó de 68.8 a 50.7%, aunque con relación a la población total elevó su participación de 20.5 a 23 por ciento. Contrario a lo predicho por el modelo del ciclo del desarrollo urbano, y opuesto también a lo ocurrido en las naciones latinoamericanas, en la fase de polarización regresiva de Nicaragua las ciudades intermedias no fueron las de mayor crecimiento poblacional, sino las pequeñas ciudades. Otra especificidad de la evolución de Nicaragua, con respecto a los países del planeta, es que la coincidencia en la fase demográfica de crecimiento moderado y en la de polarización regresiva en su urbanización nacional no se acompañó con una etapa de crecimiento económico. Por el contrario, en estos años ocurrió el fin de la dictadura somocista y la guerra civil contrainsurgente, que propició una

92


significativa crisis económica, así como un monto considerable de migración internacional por motivos políticos y militares. Las ciudades de Nicaragua, sobre todo las intermedias, fueron el escenario fundamental del conflicto. Nicaragua evidenció la tercera fase en el ciclo del desarrollo urbano, de contraurbanización, en el periodo 1995-2005, hecho no visto en otra nación del continente americano. La contraurbanización estuvo asociada con la fase demográfica de crecimiento en descenso, habiendo, por tanto, una interrelación entre disminución en la tasa de crecimiento natural de la población, incremento en el saldo neto migratorio hacia el exterior y dispersión territorial de la población. Por primera vez en mucho tiempo, la zona metropolitana de Managua tuvo un dinamismo poblacional por abajo del contexto nacional y su concentración se redujo de 23 a 22.2%, manifestando un saldo neto migratorio negativo. Este comportamiento migratorio fue observado también en el resto del sistema urbano nacional, sobre todo en las ciudades intermedias, por lo que la participación de Managua en la población urbana total se redujo apenas de 50.7 a 49.9 por ciento. La máxima velocidad en la urbanización ocurrió en la década de los sesenta, una o dos décadas después que en el contexto latinoamericano, y esta fue interrumpida por el terremoto en Managua de 1972 y posteriormente por la lucha armada, primero para el derrocamiento de Somoza y después frente a la Contra. Esta máxima velocidad a destiempo, y su desaceleración posterior, propiciaron que el país no sea hasta ahora una nación predominantemente urbana, por lo que se puede caracterizar como un país con un surgimiento tardío en su urbanización, así como un decaimiento precoz de ésta. Los patrones del crecimiento demográfico y de la distribución territorial de la población estuvieron acompañados con la evolución económica nacional. Durante la década de los sesenta, en el marco de un crecimiento demográfico acelerado y la concentración de la población en torno a Managua, el país experimentó una fase económica de crecimiento acelerado y concentración económica, en donde el

93


PIB

total acusó una

TCPA

de 6.2% entre 1960 y 1977, mientras que el PIB per cápita

se elevó a un ritmo promedio anual de 3.1 por ciento. Este dinamismo económico estuvo supeditado por el auge de las exportaciones agropecuarias, sobre todo algodón, el empuje de la industria manufacturera, para cubrir la demanda interna de bienes de consumo inmediato, y la construcción; estas dos últimas actividades se concentraban en Managua. Sin embargo, el modelo económico estaba diseñado para que los beneficios se concentraran en muy pocas manos, los Somoza y allegados, lo que propició una importante desigualdad social y con ello las razones para la sublevación y el movimiento armado. En los ochenta Nicaragua atestiguó una fase económica de crisis en la revolución sandinista; el que el

PIB

PIB

total se contrajo a un ritmo promedio anual de -3.7%, mientras

per cápita, no obstante el crecimiento demográfico moderado, sucumbió

a una tasa regresiva de -7% anual promedio. La crisis económica fue producto de la fuga de capitales, orquestada por la dictadura derrocada, como también del bloqueo económico y comercial impuesto por Estados Unidos. El modelo de economía mixta priorizó la atención a las divisiones agropecuarias e industria manufacturera, las cuales fueron las de menor decremento relativo, pero muy poco pudo hacer por la minería y el comercio. Por último, el descenso en el ritmo demográfico y el tránsito hacia la fase de contraurbanización, registrados en el lapso 1995-2005, estuvieron acompañados por una nueva etapa en lo político, la adopción del sistema democrático, así como un crecimiento económico moderado ante la apertura comercial. A partir de 1990 las administraciones presidenciales de Violeta Barios, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños adoptaron y adaptaron los principios del consenso de Washington para diseñar un modelo económico anclado en la disciplina fiscal, para el control de la inflación, y la desregulación comercial, para el fomento a las exportaciones. nacional creció al 3.4% anual promedio entre 1990 y 2005,

Como resultado, el

PIB

mientras que el

per cápita lo hizo al 1.1 por ciento. Las actividades con mayor

PIB

94


dinamismo fueron la minería y los servicios financieros, aunque con poco peso en la estructura económica nacional, mientras que las actividades agropecuarias y la industria manufacturera también fueron divisiones ganadoras. La relación entre urbanización y desarrollo económico ha sido profusamente analizada y comprobada (Adelman, 1964; Higgings, 1959; Kurihara, 1966; Romer, 1990; Solow, 1979; Tirado, 1998; Fujita, Krugman y Venables, 2000). Nicaragua es un país que no ha alcanzado su madurez urbana, porque menos del 50% de su población reside en localidades de más de 15 mil habitantes, y al mismo tiempo su PIB

per cápita, de 880 dólares en 2005, representa sólo una quinta parte del

promedio latinoamericano. Esta baja urbanización y eficiencia económica se combinan, en fechas recientes, con un proceso de contraurbanización o menor dinamismo poblacional en las zonas urbanas con respecto a los núcleos mixtos y rurales. Quizá la contraurbanización no es la mejor senda para el desarrollo del país, puesto que el sector agropecuario, pilar económico para las localidades mixtas y rurales, presenta una productividad parcial del trabajo 39% menor al promedio de todas las divisiones de la economía nacional, al tiempo de ser un sector altamente desigual y en el que coexisten un pequeño número de unidades productoras de gran tamaño, eficiencia y uso de maquinaria, frente al grueso de pequeñas unidades con precarios niveles de producción y productividad, cuya producción se utiliza fundamentalmente para autoconsumo. Los resultados de este estudio dan pauta para proponer que la movilidad geográfica de la población debe ser el eje estructurador de una política de distribución territorial de la población y sus actividades humanas. Esto significa que las acciones propuestas deben tener el carácter de proactivas y no reactivas a los flujos de migración interna y migración internacional.

95


La migración interna tiene como destino preferente a las localidades mixtas, no urbanas, por lo que las acciones a instrumentar deberán tener un doble propósito: i) fortalecer la infraestructura y el equipamiento de las localidades mixtas, tal vez bajo los principios de creación de centros proveedores de servicios, y ii) reorientar los flujos hacia localidades de mayor tamaño, lo que permitirá aprovechar economías de escala para la prestación de servicios públicos, pero también economías de aglomeración para el crecimiento económico local. Por su parte, el origen preponderante de la migración internacional son las zonas urbanas del país, lo que coadyuva al proceso de contraurbanización nacional, al tiempo de existir una fuga de capital humano. La causa fundamental de esta migración internacional es la falta de oportunidades laborales en los sitios de origen. Uno de los resultados del modelo económico neoliberal, derivado del consenso de Washington, ha sido la escasa generación de empleo en las economías urbanas y nacionales en prácticamente todas las naciones. Por tanto, se deberán instrumentar acciones para el fortalecimiento de los mercados urbanos de trabajo. La experiencia ha mostrado que la mano invisible del mercado no es suficiente para tal empresa, por lo que el apoyo a la generación de empleo deberá recaer también en el sector público. La participación del sector público en la generación de empleo cobra singular relevancia en Nicaragua, puesto que este gasto público podrá estar destinado para la construcción de infraestructura productiva y equipamiento social, capital fijo socializado que contribuye al desarrollo económico nacional, además de generar fuentes de empleo y efectos multiplicadores al resto de la economía nacional. La política de distribución territorial de la población, teniendo como columna vertebral el reconocimiento de la movilidad geográfica de la población, deberá ser concebida con una visión integradora de las políticas de población, la política social y la política económica. Solo así se pueden articular estos tres programas

96


de gobierno en aras de incrementar la eficiencia económica y el bienestar social en el país. Los lineamientos de la distribución territorial de la población se deben complementar con criterios claros y explícitos sobre el qué sector y en dónde priorizar las acciones. El examen realizado aquí sobre la competitividad urbana da elementos para proponer a la industria manufacturera como uno de los sectores a recibir la máxima prioridad para su fomento y promoción, lo cual repercutiría en la generación de empleos y la mayor inserción de Nicaragua en el mercado mundial. En cuanto al dónde, un crecimiento económico sostenido, viable y con impacto en el desarrollo social no puede ser concebido sin tener en cuenta a las ciudades como lugares de localización de las actividades y generación de empleo. Por tanto, la política de distribución territorial de la población deberá tener, como uno de sus objetivos principales, la consolidación y fortalecimiento del sistema urbano nacional. Una primera etapa para la consolidación y fortalecimiento del sistema urbano nacional deberá incluir a la zona metropolitana de Managua y a las ciudades de León y Estelí como las áreas prioritarias de acción. Estas ciudades fueron las que consiguieron un mejor desempeño en el juego de la competitividad nacional en el quinquenio 2000-2005. Esto significaría una política concentrada, por tener como núcleos principales a la primera, segunda y quinta ciudades más importantes del país, pero tendría una mayor probabilidad de difusión de efectos económicos y sociales hacia sus subsistemas urbanos.

97


Anexo metodológico Estimación del PIB por gran división y municipio El

PIB

uno de los indicadores más utilizados en el análisis económico y territorial,

además de emplearse para relacionarlo con otras variables de tipo social, ambiental o cultural. El Banco Central de Nicaragua ha sido la instancia gubernamental encargada de su cálculo, pero sólo se ha ofrecido para el contexto nacional, descuidando las estimaciones a una escala territorial menor, como son departamentos y municipios. En la página web del Banco Central de Nicaragua aparecen dos series distintas del PIB por gran división: i) en las estadísticas macroeconómicas de 40 años existe una serie 1960-1999 a precios constantes de 1980, y ii) en los indicadores económicos mensuales aparece una serie del PIB por enfoque de la producción y a precios constantes de 1994. Estas dos series no son comparables; por ejemplo, en la primera serie para 1995 la gran división agropecuaria tiene una aportación de 27% al

PIB

total, mientras que en la segunda serie para el mismo año esa

división participa con 24.5 por ciento. Con el propósito de contar con una serie comparable para el periodo 1960-2005, en primer lugar se tomó como base la segunda serie, lo que equivale a utilizar precios constantes de 1994 y la estructura por gran división que ahí aparece para los años 1994-2005. En segundo lugar, los montos por gran división para los años 1960-1993 se estimaron a partir de los montos reportados en la primera serie y con la aplicación de una regla de tres. Por ejemplo: el

PIB

de la división agropecuaria en 1994, según la segunda serie,

era 3 960.1 millones de córdobas (a precios constantes de 1994). En la primera serie, el PIB de la misma división en 1993 y 1994 fue 4 533.4 y 5 028.7 millones de córdobas (a precios constantes de 1980). Para estimar el valor de 1993, a precios constantes de 1994 y con la distribución sectorial asumida en la segunda serie, se

98


utilizó una regla de tres, multiplicando 4 533.2 por 3 960.1 (1993 viejo por 1994 nuevo) y dividiéndolo entre 5 028.7 (1994 viejo). Así, el valor ajustado para 1993 fue 3 569.9 millones de córdobas, expresados a precios constantes de 1994 (Cuadro 21). Este procedimiento se siguió para todos los años y gran división. Cuadro 21 Nicaragua: PIB por gran división, 1960-2005 (en millones de córdobas de 1994) Agropecuario Año Total 2 066 1960 10 432 2 252 1961 11 150 2 479 1962 12 287 2 828 1963 13 517 3 282 1964 15 030 3 585 1965 16 381 3 492 1966 17 011 3 755 1967 18 090 3 596 1968 18 381 4 102 1969 19 466 3 807 1970 19 789 3 953 1971 20 390 3 952 1972 20 873 4 308 1973 22 161 4 745 1974 25 475 4 828 1975 25 405 4 992 1976 26 763 5 228 1977 29 013 5 548 1978 26 108 4 695 1979 18 908 3 801 1980 20 275 4 163 1981 21 352 4 280 1982 21 139 4 527 1983 22 120 4 286 1984 21 882 4 080 1985 21 033 3 722 1986 20 886 3 601 1987 20 810 3 236 1988 18 449 3 533 1989 17 862 3 540 1990 17 859 3 402 1991 17 735 3 506 1992 17 837 3 570 1993 17 728 3 960 1994 18 229 4 304 1995 19 332 4 710 1996 20 498 4 682 1997 21 231 4 664 1998 21 942 4 944 1999 23 746 5 540 2000 24 811 5 689 2001 25 765 5 674 2002 26 052 5 785 2003 26 833 6 058 2004 28 402 6 246 2005 29 495 Fuente: Banco Central de Nicaragua.

Minería 621 696 1 021 966 962 964 1 038 1 082 951 797 709 684 581 647 812 564 392 1 043 636 267 154 166 141 144 111 87 115 106 96 136 106 105 122 126 113 142 174 202 275 326 275 313 330 295 354 334

Industria 1 207 1 340 1 567 1 866 2 094 2 347 2 464 2 807 2 944 3 161 3 457 3 622 3 789 3 977 4 495 4 601 4 791 5 277 5 280 3 836 4 398 4 531 4 533 4 788 4 808 4 582 4 676 4 601 3 437 3 373 3 320 3 533 3 352 3 353 3 379 3 601 3 874 4 169 4 155 4 445 4 636 4 908 5 009 5 132 5 571 5 836

Electricidad 78 86 90 107 122 155 160 195 214 244 225 228 354 257 224 296 413 304 339 303 316 281 274 261 278 301 335 359 342 357 385 386 398 404 417 425 442 463 514 514 560 607 615 646 679 701

Construcción 343 367 445 528 661 802 1 079 965 950 1 032 1 040 1 076 1 172 1 360 2 059 1 995 2 270 2 285 1 340 346 875 966 720 840 913 1 004 1 004 1 075 1 000 850 800 735 753 808 952 1 034 1 020 932 919 1 253 1 241 1 266 1 098 1 128 1 248 1 324

Comercio 2 130 2 246 2 369 2 716 3 063 3 354 3 468 3 652 3 897 4 057 4 219 4 346 4 523 4 959 5 618 5 424 5 685 6 188 5 304 3 299 3 872 4 044 3 971 4 009 3 817 3 606 3 620 3 606 3 151 3 056 3 065 3 212 3 256 3 176 3 228 3 382 3 656 3 860 4 137 4 528 4 603 4 677 4 830 4 897 5 145 5 399

Transporte 769 811 855 980 1 106 1 211 1 252 1 318 1 407 1 465 1 523 1 568 1 660 1 790 2 031 1 961 2 052 2 234 1 815 1 422 1 668 1 741 1 710 1 726 1 725 1 469 1 475 1 496 1 264 1 226 1 230 1 289 1 306 1 253 1 246 1 336 1 457 1 513 1 611 1 745 1 762 1 828 1 877 2 060 2 121 2 194

Finanzas 100 129 150 164 196 287 333 338 345 303 347 391 298 386 508 484 562 568 527 460 455 503 417 445 433 406 407 405 401 396 392 384 384 379 384 409 407 448 553 654 695 706 760 816 984 1 025

Servicios 3 116 3 223 3 311 3 362 3 543 3 677 3 726 3 977 4 077 4 305 4 461 4 524 4 543 4 477 4 983 5 252 5 607 5 884 5 317 4 279 4 736 4 958 5 093 5 381 5 512 5 499 5 532 5 562 5 523 4 935 5 021 4 689 4 760 4 659 4 549 4 699 4 759 4 961 5 114 5 337 5 499 5 773 5 858 6 074 6 243 6 436

La información de este cuadro permitió realizar el análisis del acápite sobre evolución económica nacional del capítulo 3. Para analizar el crecimiento económico territorial, uno de los propósitos del capítulo 3, era necesario contar con una serie de tiempo del

PIB

por municipio y

gran división. Por tanto, se tomó como base una estimación existente para 2000 y

99


que fue realizada con el uso de la siguiente información (Sobrino, 2004: 59-79): i) sistema de cuentas nacionales, 1994-2000; ii) censo económico urbano, 1995; iii) censo agropecuario, 2001; iv) censo de población y vivienda, 1995; v) estimaciones de población por municipio, 2000, realizadas por de Desarrollo Humano, 2002, elaborada por el

PNUD

UNFPA, Y VI) Índice

(Cuadro A2 del anexo

estadístico). La estimación del

PIB

por municipio y gran división para 2005 se realizó bajo el

siguiente procedimiento: para cada municipio se obtuvo su productividad parcial del trabajo relativa por gran división (PPTRIJ), dividiendo el

PIB

estimado de 2000

entre la población económicamente activa en esa división en 1995, y luego dividiendo esa productividad local entre la productividad parcial del trabajo en esa gran división para el país en su conjunto. En segundo lugar se obtuvo la productividad parcial del trabajo para el país y por gran división para 2005 (PPTJ), dividiendo el

PIB

de cada gran división (cuadro 21)

entre su población económicamente activa reportada en el censo de población de 2005 (véase el cuadro 15). En tercer lugar, se multiplicó la PPTRIJ por la PPTJ, con lo que se obtuvo la productividad parcial del trabajo de la división i en el municipio j para 2005 (PPTIJ). En cuarto lugar se multiplicó la

PPTIJ

por la población

económicamente activa de la gran división i en el municipio j, obteniéndose un

PIB

estimado para esa división en aquel municipio. Como quinto paso se sumaron los

PIB

estimados de la gran división para los 153

municipios. Los valores de estas sumatorias eran distintos a los del

PIB

nacional

por gran división en 2005 del cuadro 21, por lo que con una regla de tres, se llegó al

PIB

final estimado por municipio y gran división. Esta regla de tres consistió en preliminar estimado del municipio por el valor definitivo del

PIB

nacional en esa gran división, y después se dividió entre la sumatoria del

PIB

multiplicar el

PIB

preliminar estimado de los 153 municipios (Cuadro A3 del anexo estadístico).

100


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105


Anexo estadístico Cuadro A1 Nicaragua: Sistema urbano nacional, 1950-2005 a Rango Región Clave Localidad

1950 1 057 023 177 674 16.8 4

1963 1 535 588 368 976 24.0 6

109 352 1 5525 ZM de Managua 1 3540 León 30 544 1 3045 Chinandega 1 6010 Masaya 16 743 2 2515 Estelí 1 7015 Granada 21 035 2 4030 Matagalpa 2 6515 Juigalpa 2 1035 Jinotega 3 9110 Bilwi 3 9340 Bluefields 1 3025 El Viejo 1 3060 Chichigalpa 2 545 Ocotal 1 7520 Diriamba 1 7510 Jinotepe 1 8040 Rivas 3 9345 Nueva Guinea 2 5010 Boaco 2 4025 Sébaco 1 3550 Nagarote 2 505 Jalapa 2 2005 Somoto 2 4065 Ciudad Darío 1 3055 Corinto 1 3545 La Paz Centro 1 7505 San Marcos 1 7020 Nandaime 1 6025 Masatepe 1 5535 San Rafael del Sur a 1, región del Pacífico; 2, región Norte Central; 3, región Atlántica.

234 580 45 048 22 409 23 402

Nicaragua Ciudades Grado de urbanización Número ciudades 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29

b

28 507 15 030

Población censal 1971 1 877 952 576 368 30.7 7 384 904 54 841 29 922 30 796 19 801 35 422 20 682

1995 4 357 099 1 980 541 45.5 26

2005 5 142 098 2 290 225 44.5 29

1 003 712 123 865 97 387 88 971 71 550 71 783 59 397 36 999 30 824 22 588 33 745 33 607 28 823 25 264 30 558 25 132 20 868 31 359 17 344 16 102 19 646 21 668

1 143 032 137 952 93 166 92 598 90 294 79 418 77 999 42 763 39 491 39 428 38 623 36 466 34 243 34 190 32 240 31 257 27 650 25 585 20 405 20 261 19 614 18 291 18 126 16 646 16 466 16 363 16 310 15 866 15 482

16 926 17 299 16 041

19 083

b de 1950 a 1971 corresponde a la población de la localidad de Managua. En 1995 corresponde a la población de los municipios de Tipitapa, Mateare y Managua. Para 2005 corresponde a la población de los municipios de Tipitapa, Mateare, Ciudad Sandino y Managua. Fuente: censos de población y vivienda.

106


Cuadro A2 Nicaragua: PIB por municipio y gran división, 2000

Clave Nicaragua 505 510 515 520 525 530 535 540 545 550 555 560 1005 1010 1012 1015 1020 1025 1030 1035 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2505 2510 2515 2520 2525 2530 3005 3010 3015 3020 3025 3030 3035 3040 3045 3050 3055 3060 3065 3505 3510 3515 3520 3525 3530 3535 3540 3545 3550 4005 4010 4015 4020 4025 4030 4035 4040 4045 4050 4055 4060 4065 5005 5010 5015 5020 5025 5030 5505 5510 5515 5520 5522 5525 5530 5532 5535 6005 6010 6015 6020 6025 6030 6035 6040 6045 6505 6507 6510 6515 6520 6525 6530

Jalapa Murra El Jícaro San Fernando Mozonte Dipilto Macuelizo Santa María Ocotal Ciudad Antigua Quilalí Wiwilí de N.S. Wiwilí (Jinotega) Cuá-Bocay San José de Bocay Santa María de Pantasma San Rafael del Norte San Sebastián de Yalí La Concordia Jinotega Somoto Totogalpa Telpaneca San Juan Río Coco Palacagüina Yalagüina San Lucas Las Sabanas San José de Cusmapa Pueblo Nuevo Condega Estelí San Juan de Limay La Trinidad San Nicolás San Pedro del Norte San Francisco del Norte Cinco Pinos Santo Tomás del Norte El Viejo Puerto Morazán Somotillo Villanueva Chinandega El Realejo Corinto Chichigalpa Posoltega Achuapa El Sauce Santa Rosa del Peñón El Jicaral Larreynaga Telica Quezalguaque León La Paz Centro Nagarote Rancho Grande Río Blanco Tuma-La Dalia San Isidro Sébaco Matagalpa San Ramón Matiguás Muy Muy Esquipulas San Dionisio Terrabona Ciudad Darío San José de los Remates Boaco Camoapa Santa Lucía Teustepe San Lorenzo San Francisco Libre Tipitapa Mateare Villa El Carmen Ciudad Sandino Managua Ticuantepe El Crucero San Rafael del Sur Nindirí Masaya Tisma La Concepción Masatepe Nandasmo Catarina San Juan de Oriente Niquinohomo Comalapa San Francisco de Cuapa Juigalpa La Libertad Santo Domingo Santo Tomás San Pedro de Lóvago

Población 4 629 487 47 764 12 809 23 891 7 145 5 944 4 501 5 389 4 039 30 071 4 088 23 456 54 693 49 872 33 602 15 837 23 423 6 759 87 715 31 231 10 258 16 976 17 980 12 329 8 495 11 665 4 100 6 359 20 074 26 783 102 186 12 974 19 320 6 481 4 374 6 361 6 497 6 956 72 851 12 342 26 835 23 960 119 415 8 493 16 895 43 327 16 042 13 491 26 929 9 329 10 181 28 823 23 024 8 166 167 737 27 815 30 728 21 207 28 425 49 940 16 360 28 382 118 154 26 638 39 848 13 879 15 307 16 139 11 634 38 382 7 648 47 480 33 616 8 214 23 677 23 003 9 094 91 857 22 689 25 805 920 306 23 264 39 676 33 413 128 189 10 335 29 785 28 430 9 210 7 315 3 840 14 142 11 359 51 317 10 599 12 359 16 201 7 385

Total Agropecuaria 24 811 5 540 174 38 79 26 18 16 13 9 253 10 70 49 137 203

78 32 52 16 8 12 11 8 5 9 40 37 115 147

108 56 82 27 456 156 25 42 79 64 32 34 17 20 54 84 548 37 79 15 12 12 17 14 291 35 87 74 801 41 84 269 42 37 64 22 27 117 59 17 818 130 154 55 92 156 54 117 621 79 137 50 59 50 36 132 26 258 172 30 72 83 31 648 116 89 495 8 337 100 74 227 104 811 35 85 114 43 35 16 49 20 15 234 39 66 70 27

91 34 60 19 186 51 16 31 60 25 15 29 15 18 35 40 61 25 22 13 10 10 11 8 106 18 35 40 54 19 1 63 19 28 39 11 17 35 25 9 53 28 26 48 46 133 22 27 152 66 91 36 40 39 31 56 19 89 86 20 33 38 16 78 12 37 3 36 12 40 22 13 21 14 21 23 5 3 2 14 15 10 24 18 21 20 16

Minería 275

2

1

PIB en millones de córdobas de 1994 Industria Construcción Electricidad Comercio 4 636 1 241 560 4 603 43 1 9 4 6 2 1

3 15 4

6 1 27

7 9 10

1

2

7 1 1 10

4

1

1

1 11 29

2

19 1 6 1 2 1

1

9

56

2

2

7 4 2 6

1

1

108

8

8 3 3 5

2 1 4 9

2 3 2

3 3 2 1 35 3

7 3

1 1 1

1

30 35 4 3 6 17 10 3

1

5

1 6 13 121 5 30

4 6 52 1 4

1 33 1

1 1 10 1 3 1 30 1 2 6 2 1 2

14

7

2

13 15 1 3 4 2 216 29 10 100 1 606 18 3 72 33 390 8 12 33 19 13 10 10 1 1 21 2 1 6 1

3 3

7 1

1 1 1 32 7 5 48 600 7 3 16 3 17 1 2 3 1 1

2 2

2 1 13 1 2

1

3 1 36 8 11

1 2 6 12 1 1

7 4 1 18 215 3 1 6 3 18 1 4 2

2 1 19 1 1 4 1

Finanzas 695

12

1

22 27 2 3 7 9 4 1

4 9 132 2 11 1

1 1 49 6 14 7 219 7 18 37 7 2 6 1 2 14 9 2 209 20 30 2 18 8 7 34 156 3 12 4 5 2 1 28 1 35 18 2 11 9 7 138 23 9 119 1 979 15 5 47 19 171 6 26 17 8 9 2 10 1 1 63 3 6 19 3

4 3

2

1

8

3

1

8 1 3 1 42 4 9 7 1

2 1 14 1 1

1

2 2 1 37 4 6 2

Servicios 5 499 25 1 9 3 2 1 1 1 64 1 12 4 12 34

1 1 1

2 2 67 5 8 4 210 4 12 112 6 2 6 1 2 13 5 1 167 35 33 1 4 2 6 14 53 1 6 2 2 1

1 3 2 1 42 8 8 1 5 2 3 8 37 1 4 1 2 1

Transporte 1 762

1

21 1 2

2 3 17

2 1 1 4 31

1

3

1

1

3

1

8 4

3 1

2 2 1 75 13 10 72 1 176 13 3 24 2 12

5 2 1 20 465 4 2 3 1 8

2 1

1

1 1

4

8

1

1

11 15 16 6 171 31 2 3 4 11 2 2 1 1 6 15 138 4 11 1 1 1 3 2 47 4 20 7 216 5 40 41 7 4 9 2 3 18 13 3 247 17 28 3 15 9 12 21 161 6 19 7 8 6 2 22 6 99 44 6 19 26 4 89 26 14 114 2 250 27 17 32 29 174 6 19 31 8 8 2 12 2 2 83 4 7 18 5

107


Cuadro A2 conclusión Nicaragua: PIB por municipio y gran división, 2000

Clave Nicaragua

Población 4 629 487

Total Agropecuaria 24 811 5 540

6535 Acoyapa 16 914 58 6540 Villa Sandino 16 400 50 6545 El Coral 22 7005 Diriá 6 225 22 7010 Diriomo 21 208 78 7015 Granada 101 042 542 7020 Nandaime 33 396 116 7505 San Marcos 27 416 143 7510 Jinotepe 39 745 236 7515 Dolores 6 061 44 7520 Diriamba 54 306 273 7525 El Rosario 4 574 16 7530 La Paz de Carazo 4 348 14 7535 Santa Teresa 17 216 69 7540 La Conquista 3 848 10 8005 Tola 20 937 50 8010 Belén 16 198 47 8015 Potosí 11 302 51 8020 Buenos Aires 5 122 13 8025 Moyogalpa 9 236 33 8030 Altagracia 18 761 42 8035 San Jorge 7 534 51 8040 Rivas 39 431 222 8045 San Juan del Sur 13 918 50 8050 Cárdenas 5 704 15 8505 Morrito 6 329 26 8510 El Almendro 12 562 62 8515 San Miguelito 15 200 56 8520 San Carlos 32 852 113 8525 El Castillo 13 943 37 8530 San Juan del Norte 600 1 9105 Waspán 40 767 63 9110 Puerto Cabezas 51 430 112 9115 Rosita 18 254 54 9120 Bonanza 14 868 75 9125 Waslala 40 386 119 9127 Mulukukú 9130 Siuna 58 457 220 9135 Prinzapolka 9 301 13 9305 Paiwás 32 326 143 9310 La Cruz de Río Grande 17 870 55 9312 Desembocadura de Río Grande 3 363 6 9315 Laguna de Perlas 8 192 20 9316 El Tortuguero 14 551 30 9320 El Rama 53 392 175 9323 El Ayote 36 9325 Muelle de los Bueyes 22 654 98 9330 Kukrahill 8 101 34 9335 Corn Island 5 953 19 9340 Bluefields 41 234 184 9345 Nueva Guinea 72 776 298 Fuente: estimación según ejercicio reseñado en el anexo metodológico.

30 27 15 6 18 49 42 38 27 1 29 5 5 25 7 25 20 24 5 11 21 2 20 16 10 23 55 45 73 32 1 43 33 26 12 94 162 12 131 48 5 16 29 137 31 84 19 11 45 248

Minería 275

1 3 14

2 5

1

PIB en millones de córdobas de 1994 Industria Construcción Electricidad Comercio 4 636 1 241 560 4 603 3 3 1 4 15 185 31 26 61 18 77 5 4 15 1 6 10 11 2 6 5 17 55 10 1

4 2 1

1 1

7 15 3 19

1 3 19 2 5 6 1 9

3

1

2

2 2 2 2 2 3 14 3

1 1 1 1

1 1 1 7 1

1 1

2 1 9 51

2 10 3 1 2

1 4

23

3

1

1

2 1 1

4 1

1

1

Finanzas 695

1

2 5 34 4 6 12 2 15 1 1 2

2 12 1 2 7 1 6

1

4 6 6 3 6 5 12 54 7 1 1 2 3 8 1

2 2 3 1 3 2 6 19 3

1

4

3 20 5 3 8

1 6 2 1 1

1 12

12

2

6

1

1

6 1

1 1

1 1 1 6

6

3 1

1 9 2 4 10 5 44 14

8 8 3 3 21 117 18 23 44 10 45 2 2 7

Transporte 1 762

1 2

2

1

7 2

10 4

9 2 3 1 1 26 12

Servicios 5 499 10 9 2 5 15 124 19 34 62 9 60 3 2 13 1 6 7 5 2 5 6 9 47 10 1 2 3 7 24 3 10 24 7 6 7 10 1 5 5 1 2 1 14 1 4 3 2 44 15

108


Cuadro A3 Nicaragua: PIB por municipio y gran división, 2005

Clave Nicaragua 505 510 515 520 525 530 535 540 545 550 555 560 1005 1010 1012 1015 1020 1025 1030 1035 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2505 2510 2515 2520 2525 2530 3005 3010 3015 3020 3025 3030 3035 3040 3045 3050 3055 3060 3065 3505 3510 3515 3520 3525 3530 3535 3540 3545 3550 4005 4010 4015 4020 4025 4030 4035 4040 4045 4050 4055 4060 4065 5005 5010 5015 5020 5025 5030 5505 5510 5515 5520 5522 5525 5530 5532 5535 6005 6010 6015 6020 6025 6030 6035 6040 6045 6505 6507 6510 6515 6520 6525 6530

Jalapa Murra El Jícaro San Fernando Mozonte Dipilto Macuelizo Santa María Ocotal Ciudad Antigua Quilalí Wiwilí de N.S. Wiwilí (Jinotega) Cuá-Bocay San José de Bocay Santa María de Pantasma San Rafael del Norte San Sebastián de Yalí La Concordia Jinotega Somoto Totogalpa Telpaneca San Juan Río Coco Palacagüina Yalagüina San Lucas Las Sabanas San José de Cusmapa Pueblo Nuevo Condega Estelí San Juan de Limay La Trinidad San Nicolás San Pedro del Norte San Francisco del Norte Cinco Pinos Santo Tomás del Norte El Viejo Puerto Morazán Somotillo Villanueva Chinandega El Realejo Corinto Chichigalpa Posoltega Achuapa El Sauce Santa Rosa del Peñón El Jicaral Larreynaga Telica Quezalguaque León La Paz Centro Nagarote Rancho Grande Río Blanco Tuma-La Dalia San Isidro Sébaco Matagalpa San Ramón Matiguás Muy Muy Esquipulas San Dionisio Terrabona Ciudad Darío San José de los Remates Boaco Camoapa Santa Lucía Teustepe San Lorenzo San Francisco Libre Tipitapa Mateare Villa El Carmen Ciudad Sandino Managua Ticuantepe El Crucero San Rafael del Sur Nindirí Masaya Tisma La Concepción Masatepe Nandasmo Catarina San Juan de Oriente Niquinohomo Comalapa San Francisco de Cuapa Juigalpa La Libertad Santo Domingo Santo Tomás San Pedro de Lóvago

Población 5 142 098 54 491 14 847 25 901 8 549 6 795 5 207 6 076 4 404 34 580 4 868 26 461 16 344 57 485 43 305 42 029 37 880 17 789 26 979 6 486 99 382 33 788 11 927 19 025 21 114 12 825 9 597 12 975 4 136 7 072 20 620 28 481 112 084 13 455 20 140 6 768 4 719 6 758 6 781 7 124 76 775 13 328 29 030 25 660 121 793 8 838 16 624 44 769 16 771 13 797 27 900 9 529 10 326 27 898 23 266 8 591 174 051 28 118 32 303 26 223 30 785 56 681 17 412 32 221 133 416 30 682 41 127 14 721 15 877 16 273 12 740 41 014 7 650 49 839 34 962 8 254 26 265 23 666 9 416 101 685 28 775 27 449 75 083 937 489 27 008 13 656 42 417 38 355 139 582 10 681 31 950 31 583 10 732 7 524 4 734 14 847 11 785 5 507 51 838 11 429 12 182 16 404 7 650

Total Agropecuaria 29 495 6 246 238 42 87 41 21 19 21 17 323 16 84 56 169 150 118 137 83 107 27 547 223 40 53 104 67 50 44 21 24 55 96 705 34 83 12 12 17 17 17 369 47 100 67 836 51 83 272 59 40 73 22 26 89 74 23 977 161 201 81 115 180 72 177 835 108 161 56 65 51 44 194 26 289 192 30 91 111 38 841 209 114 691 9 144 155 69 248 171 929 46 119 153 64 37 23 58 24 19 288 54 61 86 34

96 34 56 22 8 13 16 14 6 13 52 41 128 118 93 104 51 76 18 227 55 22 40 78 26 15 33 17 19 36 43 54 23 22 9 10 13 9 6 109 24 35 37 54 25 2 67 22 30 38 10 13 25 22 11 49 26 23 67 42 141 22 34 188 83 99 33 40 38 30 62 18 100 88 19 41 45 22 71 10 36 4 27 13 28 22 13 22 14 19 24 6 2 2 13 17 12 28 18 23 20 19

Minería 334

1

1 3

4 1 23 1 14 22 12 1

3

1

1

2 12 2 3 11

3 1 26

4 20 21

PIB en millones de córdobas de 1994 Industria Construcción Electricidad Comercio 5 836 1 324 701 5 399 74 2 10 9 6 2 2 1 137 1 8 4 6 3 4 3 3 4 1 35 63 9 4 7 15 24 4 1 2 5 21 275 4 29 1

5

2

1 1

9 1 1 4 3 1 2 3 2 1 25 4 1 1 1

3 5 54 1 5

8

1 3 1

17 2

1 1

1 19

1 2 3 94 6 12 6 196 6 10 88 12 2 7 2 4 13 11 3 219 39 49 1 8 3 12 26 76 3 9 3 4 2 2 27

1 10 1 3 3 36 2 4 7 3 1 3 1 1 2 2 1 43 6 9 1 5 3 2 9 35 1 5 2 2 1 1 5

14 13

4 3

7

5 5 3 368 86 11 206 1 876 27 5 57 65 373 14 22 47 33 12 15 17 1 1 25 2 2 9 2

1 2 1 34 14 11 53 603 16 6 17 7 19 1 3 3 1 1

2 4

1 1 1 24 1 2 6 2

4 1 1 19 6 4 1 1 1 2 9 1 47 20 21 1 1 4 8 14 1

6

11 4 1 20 265 3 1 6 4 28 1 2 4 1 2

10

3

30 2 7 4 2 1 1 1 77 1 9 4 3 2 7 3 1 2 28 43 2 3 8 12 6 2 1 1 4 12 143 2 14 1 1 1 3 70 8 17 7 230 9 17 44 9 2 8 1 2 9 10 2 244 21 35 4 23 12 10 51 189 5 18 5 6 3 3 54 2 38 20 3 14 12 4 135 33 13 147 2 139 26 6 49 27 206 7 37 25 10 11 2 11 2 2 81 5 6 24 5

Transporte 2 194

Finanzas 1 025

1 1

1

3

1

1

1

4 5

1 4

1 1

1 1 1

1 11

5

1

1 13 1 9 2 53 2 18 12 1 2

2 4 1 45 5 11 4 1 1 6 21 1 2 1 1

3 2 1 18 1 3 1 1

1 1 34 2 2

3

10 1 3 8 69 1 4 1 2 1 1 5

8 5

4 2

3 3 1 93 21 13 94 1 345 18 4 45 4 17 1 2 3 1 1

1 10 4 2 21 565 8 1 3 3 16 1 4

1

1

5

12 1

1

2

Servicios 6 436 31 3 13 5 3 2 2 1 81 2 13 6 26 20 10 25 23 21 6 210 46 5 5 8 10 3 5 2 3 8 14 143 4 13 1 1 2 4 4 65 8 20 11 227 7 25 46 11 4 14 3 3 12 14 4 282 20 38 6 22 18 18 36 240 14 23 10 11 6 6 32 6 114 62 7 25 37 5 108 36 24 143 2 315 45 17 46 48 223 7 33 43 12 10 3 14 3 3 100 7 7 20 6

109


Cuadro A3 conclusión Nicaragua: PIB por municipio y gran división, 2005

Clave Nicaragua

Población 5 142 098

Total Agropecuaria 29 495 6 246

6535 Acoyapa 16 946 67 6540 Villa Sandino 13 152 47 6545 El Coral 7 039 27 7005 Diriá 6 375 26 7010 Diriomo 22 352 76 7015 Granada 105 171 572 7020 Nandaime 34 288 131 7505 San Marcos 29 019 186 7510 Jinotepe 42 109 281 7515 Dolores 6 761 54 7520 Diriamba 57 542 393 7525 El Rosario 5 317 24 7530 La Paz de Carazo 4 657 16 7535 Santa Teresa 16 891 69 7540 La Conquista 3 777 12 8005 Tola 22 012 71 8010 Belén 16 428 61 8015 Potosí 11 904 65 8020 Buenos Aires 5 420 21 8025 Moyogalpa 9 729 40 8030 Altagracia 19 955 52 8035 San Jorge 8 024 60 8040 Rivas 41 080 274 8045 San Juan del Sur 14 741 70 8050 Cárdenas 6 990 31 8505 Morrito 6 570 26 8510 El Almendro 13 363 55 8515 San Miguelito 17 031 66 8520 San Carlos 37 461 140 8525 El Castillo 19 864 84 8530 San Juan del Norte 1 307 4 9105 Waspán 47 231 97 9110 Puerto Cabezas 66 169 257 9115 Rosita 22 723 75 9120 Bonanza 18 633 114 9125 Waslala 49 339 174 9127 Mulukukú 29 838 101 9130 Siuna 64 092 264 9135 Prinzapolka 16 105 60 9305 Paiwás 31 762 123 9310 La Cruz de Río Grande 23 284 41 9312 Desembocadura de Río Grande 3 585 6 9315 Laguna de Perlas 10 676 37 9316 El Tortuguero 22 324 66 9320 El Rama 52 482 203 9323 El Ayote 12 417 57 9325 Muelle de los Bueyes 22 082 97 9330 Kukrahill 8 789 34 9335 Corn Island 6 626 20 9340 Bluefields 45 547 210 9345 Nueva Guinea 66 936 256 Fuente: estimación según ejercicio reseñado en el anexo metodológico.

31 23 19 5 14 50 45 33 29 1 27 5 6 28 7 35 20 31 7 14 24 2 21 18 21 23 46 56 85 74 2 76 51 39 17 119 71 193 52 107 38 4 32 61 155 44 80 23 9 67 191

Minería 334

1 1 3 22

2 2

1

PIB en millones de córdobas de 1994 Industria Construcción Electricidad Comercio 5 836 1 324 701 5 399 4 4 1 5 17 159 28 51 72 21 145 7 4 12 1 8 10 8 3 5 6 16 51 8 2

5 2 1

2 8 15 3 19 1 1 2 5 2 2 1 2 2 4 19 10 1

3 3 1 2 17 2 3 5 2 7

1

1

2 1 8

1 1 2

1 1

4 74 1 13

2

6

1 15 4 2 6 8 6 2 5 1 1 1 2 12 3 5 5 3 31 17

1 8 2 1 2 2 2

1 11 1 2 1 1

1

2 1 1

7 3

1 1 1 1 8 2

11 6 3 5 16 144 23 28 51 10 55 3 2 7 1 8 9 11 4 8 8 16 73 16 2 1 2 2 12 3 1 3 49 10 5 16 9 14 2 4 1 1 1 12 4 4 1 4 29 18

Transporte 2 194

Finanzas 1 025

1

2 5 35 6 14 19 4 26 1 1 3

1 2 24 2 6 14 2 10 1

3 3 4 2 4 2 7 38 5 2

1 1 1

1

1 2 13

1 1

9

1 30 4 3 5 1 4

1 41 1 1 13 12

2

1

5 2

2 2

Servicios 6 436 11 8 4 8 19 139 26 43 75 11 81 5 3 14 2 9 14 7 3 6 6 13 50 12 2 3 5 7 29 6 1 12 52 10 9 15 10 18 3 6 2 1 2 1 17 4 6 3 2 55 23

110


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