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LAS MARCHAS: UN PULSO DE PODER
como uno de los seis países más polarizados del mundo, junto a Argentina, los Estados Unidos, España, Suecia y Sudáfrica.
Según el informe socializado en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, organización internacional para la cooperación público-privada, este documento alerta sobre los mayores riesgos a los que se enfrenta el planeta en los próximos años, entre los cuales están: los fenómenos meteorológicos extremos, la crisis de empleo y desigualdad social, las enfermedades infecciosas, el deterioro de la salud mental, los ataques cibernéticos y el endeudamiento de las naciones.
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La publicación es el resultado de la participación de 12.000 líderes de diferentes sectores que identificaron riesgos críticos a corto plazo en 124 países, recopilados a través de la Encuesta de Opinión Ejecutiva del Foro Económico Mundial, al exponer el tema de la fragmentación que afrontan varios países del mundo entre los cuales se cita a Colombia
Independientemente del criterio que se tenga sobre Davos, lo cierto es que los colombianos nos sentimos, expectantes con la situación futura de nuestro país por cuenta de la fragmentación.en que se encuentra sumida Colombia, que no es otra cosa que un pulso político y una medición de poder entre los que siempre lo han detentado de un modo u otro. Los ciudadanos sencillamente somos el instrumento para obtener el anhelado resultado y así como se nos convocó en la campaña política, se nos convoca ahora para dar apoyo a unos u otros. Y muchos seguramente atenderán el llamado, los que votaron como una contribución para cambiar el país y generar justicia social, peticiones acumuladas a lo largo de los años de luchas sociales de diferentes agremiaciones entre los cuales están los llamados sectores de izquierda y muchos ciudadanos de centro y de derecha, inclusive, con la esperanza de empezar a andar un camino que nos permitiera experimentar cómo es vivir en un país con paz, tranquilidad y el progreso prometido..
Por ello el Presidente Petro desconcierta. Su inteligencia y estructura intelectual ha sido reconocida por tirios y troyanos y lo que esperábamos de su gobierno, serenidad, mesura, seriedad y comunicación en todas sus propuestas de cambio, no lo hemos recibido. Lo único cierto es la incertidumbre, porque todo son rumores, mensajes mitad amenazantes y mitad esperanzadores y posiciones radicales que ciertamente han logrado generar temor en la comunidad a pesar de que ya hay un presidente electo y la campaña política es un hecho ya consumado, coalición y oposición convenientemente parecen haberlo olvidado, sin percatarse de las consecuencias que podrían desencadenar.
Las obligaciones constitucionales son de gran responsabilidad para quien se desempeñe como presidente de Colombia de acuerdo al artículo 188 :de la Carta: El Presidente de la República simboliza la unidad nacional y al jurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos. Puntualmente el numeral 4. del artículo 189 establece que esta obligado a: Conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado.
Y es en este punto en donde el llamamiento presidencial a la movilización “popular” en las calles el próximo 14 de febrero, para mostrar el apoyo a una de sus iniciativas más controvertidas, la reforma a la salud, mismo que igualmente pide para las otras reformas, despierta temores debido a los acontecimientos del año pasado.. Además, la convocatoria se convierte en un llamado a ciegas, toda vez que hasta ahora los colombianos desconocemos qué es lo que hay que apoyar pues con excepción de la reforma política no se han radicado los textos de las reformas, no se sabe cómo va funcionar la logística de ese apoyo en las calles, como se va a socializar, ni cómo se va a debatir, luego es forzoso concluir que se trata es de marchar para demostrar el apoyo al gobierno que se eligió para hacer el cambio, sin conocer en qué consiste el tan anhelado cambio. Es decir es entregar un voto de confianza, con la mayor buena fé.
Es innegable que las relaciones entre el Estado y la sociedad en Colombia son un factor clave en el estudio de las situaciones de desigualdad en el país. En la fragmentación y la debilidad institucional del Estado social de derecho colombiano, se destacan como sus generadores los fenómenos de corrupción y relaciones de clientelismo que guían al entramado burocrático y al cuerpo estatal en la ejecución de sus funciones, atentando contra la democracia y por ende, el bienestar de toda la ciudadanía.
Es cierto que atacar estos males enquistados en el aparato estatal debe ser, como lo prometió, el objetivo del Gobierno Petro. Pero hay modos de modos y además diversidad de colombianos habitando la geografía nacional. Con los poderosos habla el Gobierno y acepta hacer cambios (siguen las EPS) para los menos favorecidos hay subsidios y planes de ayudas. Es claro que a los que nos sacan pero pagamos por todo y por nada, no existimos. Ni Nos nombran.
ENTRE TANTO: Al Dr. DANIEL ROJAS, Presidente de la SAE, no lo suspendió la Procuraduría por haber denunciado la corrupción en la Entidad. Previamente lo habían hecho los dos presidentes anteriores de la SAE en sus respectivos periodos.
La medida se da por la investigación del presunto incumplimiento del contrato de compraventa del paquete accionario correspondiente al 82.16 % de las acciones suscritas de Triple A S.A. E.S.P., la empresa de servicios públicos de Barranquilla, lo que podría hacer efectiva la cláusula penal por 59 mil millones de pesos, por parte de la empresa K-Yena, segun informó la Procuradora Margarita Cabello.
Será la Contraloría General de la República la que diga la última palabra, en uso del control preventivo que se le solicitó, o sea ya no tendremos que esperar a que el control sea posterior, como usualmente lo hace el ente de control: Después de ojo afuera…