Mi camino hacia la Gestalt comienza sin saberlo. Inicié un recorrido de contacto con el otro de manera diferente a la socialización normal en mi temprana edad. Una personalidad de fuerte templanza y liderazgo me convertía temprano en fuente de consulta, consejos y acompañamiento para lo que en aquel entonces siendo unos jovencitos llamábamos problemas sin saber en profundidad como ese significado mutaría con el pasar de los años de ser quizás simples malos entendidos o significados
encontrados
existencialistas.
a
verdaderos
dilemas
ranscurre el paso por la Universidad, por un Técnico Superior necesario para seguir avanzando en el desarrollo profesional y mientras ese desarrollo acontece comienzan a aflorar lo que luego resultarían ser las proyecciones y dicotomías propias de esa etapa temprana de la adultez, el paso fue sigiloso sin advertir como cual cadenas de un arriero pretendían detener el avance natural del contacto fluido. El camino sigue allí y el avance cotidiano es la norma el flujo natural de la vida, entre logros y desaciertos, alegrías y tristezas. Rondan las 25 primaveras y un mundo hermoso se vislumbra prometedor, el quehacer compasivo de acompañamiento ya marcaba una pauta, resonaba en los contextos y junto a él viajaban los errores propios de la adultez ególatra. Tres años después algo comienza a gestarse dentro de mí ya ese andar que sin saber transitaba y que me
llevaría a la Gestalt se nutría de una nueva experiencia, la maternidad hacia su entrada triunfal y vestida de gala; marcando un antes y un después en toda una experiencia que quedaría tatuada en mi alma y que hasta el presente agrega matices a ese tatuaje. Por allá, por el trígesimo día del noveno mes del año 1.995 nació
Lobsang Y se abre en mi vida un capitulo nuevo, diferente; ahora todo tiene color, sabor, olor distinto, la mirada y la textura de las cosas ahora serían distintas, nuevas, retadoras, excitantes. Los contextos variaron, se incorporaron nuevos intereses y otros perdieron vigor y mi quehacer empírico se nutría aunque defectuoso pero ahora era
más rico en vivencias un nuevo rol traía consigo grandes aprendizajes. El TSU en Administración perdió popularidad, sin embargo los embates de la vida me sorprenden con una enfermedad que me paralizó 10 años mientras mi mente volaba mi cuerpo respondía a su ritmo, en su tiempo. Todo se paralizó. Suspendida en el tiempo, dudando y con miedo casi terror un día me pregunté ¿Y esto es todo?, ¿No se puede hacer nada?, pues si, tratamientos iban tratamientos
venían
pero
consciente
e
inconscientemente apostaba a la vida, a mi vida y a la de mi hijo que dependía de la mía, esos diez años en el ritmo que me permitía la situación me concentré en recuperarme y criarlo, y así fue y salió nuevamente el sol.
A partir de algĂşn momento todo comenzĂł a motorizarse pero con una mirada diferente
Mis contextos crecían conmigo y con ellos la necesidad de comprender, entender algunas situaciones ya los problemas se hacían grandes y complejos y en mi surge la necesidad de prepararme para que el acompañamiento ahora sea oportuno y efectivo y transito por varios caminos hasta que llego a la Psicoterapia Gestalt. Realmente allí entré en otra dimensión, descubrí un mundo que siempre estuvo frente a mis ojos pero que no tenía la capacidad de ver, ese mirar hacia adentro, ese darme cuenta una y otra vez alimentó el querer seguir creciendo en conciencia, expandiendo la comprensión integrando lo alienado y heme aquí ya licenciada de las artes administrativas y especializada en el desarrollo organizacional donde el factor principal, el activo más valioso es el ser humano y de él he aprendido a lo largo de estos años como se incorporan las potencialidades y se minimizan las adversidades y luego en el aula de clases frente a todos los formando que optan por una carrera he podido ver y disfrutar un contexto diferente que nutre la experiencia, eso que al final se convierte en calle para el terapeuta. Muchas otras vivencias y aprendizajes estuvieron por allí nutriendo el caldo de cultivo, técnicas y herramientas
complementarias del contacto y del despertar de la conciencia y como diosa alquimista hice lo propio para integrar en un todo el mejor abordaje y el más amoroso y efectivo acompañamiento.
Pero allí no termina la historia, continua de una forma paradójica, ahora estoy en otras tierras lejanas, hacia el sur y desde aquí me formo gracias a las bondades de la tecnología de la mano de una institución que apuesta a lo mismo al crecimiento, a la expansión a lo nutritivo siendo prolija y estando de dónde vengo.
Agradecida por su existencia, ahora voy de su mano en esta continua transformación y crecimiento.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS
Larinza Díaz Martínez @larinzadiaz @clinicaparaelalma