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CAPRICHOS DE LA NATURALEZA

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A PIE DE TERRUÑO

A PIE DE TERRUÑO

En ocasiones, más de las que nos imaginamos, la madre naturaleza nos sorprende. Por supuesto, también en el viñedo. Aquí van dos claros ejemplos.

Quizás estamos más acostumbrados a ver este tipo de fenómenos en las flores, donde dentro de una planta o una misma rama encontramos hojas y tallos de distinto color o con matices claramente diferentes. Pero, ¿lo habían visto dentro de un racimo de uvas? Técnicamente se denomina ‘variegación quimeral’. Se trata de una mutación genética que bien puede ser espontánea o bien inducida por una excesiva irradiación de rayos ultravioleta filtrados de la capa de ozono, por falta de clorofila, por un exceso de tratamientos o por la presencia de algún patógeno. Sea cual sea la causa, lo cierto es que este racimo, sin duda, sorprende.

¿Un nido hecho con sarmientos? Sin duda, lo parece, pero realmente se trata del sistema ideado por los viticultores de la isla griega de Santorini para conseguir obtener uva en un extremo suelo volcánico sacudido por el sol y un implacable viento seco. Para lograrlo entrelazan tres sarmientos en una construcción de cesta, de un modo tal que las yemas quedan orientadas hacia su interior. De esta forma, los racimos crecen dentro protegidos y, como en cada cosecha la cesta es más profunda, aumenta la protección. Un ejemplo de viticultura heroica que exige un duro trabajo imposible de mecanizar. De ahí la personalidad y calidad de los vinos allí producidos.

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