PURE
La línea que separa el dolor del placer es muy fina, no existe la una sin la otra.
¿Y como llegaste a ese punto? -No lo se, supongo que todo me fue formando, es una manera de sentirme, de saber de mi existencia. Ahora me resulta más difícil pensarme sin dolor. Dolor convertido en placer.
¿Dolor? Cosa interesante en una persona tan joven. -Eso no depende de la edad, la cosa no es tan fácil, pero es una manera de tener control.
¿para que o porque necesitas ese control? -ojala lo supiera totalmente. Se que mi vida se basa en eso. Mi autocontrol es lo primero, como lo dije antes, me parece que todo empieza en mi formación, nuca lo tuve siempre había
alguien que se encargara de eso, lo cual fue malo. Ahora todo el tiempo intento mantenerlo, soy sumamente perfeccionista, una persona con expectativas muy altas; pero no es solo eso, se
expandió a otras situaciones, mis relaciones con las personas por ejemplo.
¿Qué hay de eso? háblame un poco mas.-No me llevo muy bien con las relaciones, compromisos o
esas cosas. Un tema demasiado complicado de llevar, no me comprometo con nadie. ¿y que hay con los demás?
-Pues siempre me es difícil hacer relaciones, de cualquier tipo, muy pocas personas me interesan, pero quien lo hace es realmente importante. Soy de extremos y a veces puede sonar
como un todo o nada…(silencio)… No estoy tan seca creo…(silencio)… ¿Qué pasa?- termino por preguntar- No se, me bloqueo… es el tema, supongo, a veces tengo
tantas ganas y tantas cosas que decir, pero algo pasa y no puedo, no puedo organizar mis ideas y me pierdo.
No había sentido para no hacerme daño, había sentido para si hacerlo. ¿Por qué justamente ella? Que tiene que hace que te mantengas ahí, necesitamos encontrar eso-
me dijoLa cosa no es que sea ella, sino que es a quien necesito, eso es lo que da un poco de razón,
pero aun no logro encontrar porque me gusta hacerme daño- pensé- mientras transcurría el regreso a casa
me dejo pensando en eso un buen rato, es tonto porque no hay sentido.
Creo y percibo que estas queriéndole un poco más?- dijo élMe quede helada, no pude contestar nada en ese instante, pues hasta estos momentos había
evitado aceptarlo
de cualquier manera, y lo estaba logrando,
aunque solo con los demás,
conmigo era estar mintiéndome, caí por ´más que lo evite, se metió hasta mis huesos. -No lo se- fue lo único que pudo salir de mi boca después de varios minutos intente no hacer mucho caso pero ese día la conversación era toda a cera de ella.
Un otoño intente matarme de hambre, desaparecer. Ese fue el inicio de todo, por una vez no estaba asustada, ya no importaba que me hiciera,
solo quería morir aunque eso ya no hubiese sido divertido. Después sucedió algo inevitable, ellos se dieron cuenta no fue tan malo como lo supuse, descubrí que tenía poder, ¿sabes lo que es tenerlo? Ellos harían cualquier cosa si yo no seguía, nunca supe porque querían mantenerme
aquí. Las personas no entienden. La cosa no era comer o no, la cosa era la necesidad de destruirme, de sentir ese placer, ¿pero como iban a entenderlo?
Pase un buen tiempo por diferentes sitios. La primera vez que pise un consultorio llore tanto que no quise regresar y así fue, no volví hasta después de varios años y evidentemente no fue
por decisión propia. Después de unos meses mi madre decidió trasladarme a otro lugar, fui a parar a un centro de reintegración juvenil, solo duro un día pero pase por no se cuantos psicólogos, a todos
contándoles la misma historia: “Ella estaba bien, pero ahora no quiere comer”. Tonterías lo que yo tenía no se puede resumir a un simple “no quiere comer”, pero eso nadie iba a
entenderlo. Llegue al INN y empecé una rehabilitación , eso era lo que ellos querían, yo no, pero tuve que aguantarme, seis meses yendo cada 15 días, cada mañana viendo las mismas caras asustadas
obligadas a ir por sus padres, tratadas todas igual como si las razones de estar ahí fueran las mismas, cada una tiene su historia, sus razones, nadie ve eso, solo nosotras lo sabemos.
Luego ya solo iba cada 2 o 3 meses todo permanecía igual. Salí, a mi ultima consulta no asistí, era algo que no quería terminar, pero al mismo tiempo no podía seguir ahí, desde ese tiempo lo que no he dejado es psicoterapia, a veces no se si voy a poder hacerlo. Dos años en el mismo sitio, es realmente mucho tiempo, suena aterrador. En los hospitales solo te engordan. Nunca cambiare esa idea, a pesar de que ha pasado tanto
tiempo ya, y es que estaba tan mal o bien, aun no lo se, que solo podía pensar en como evadir cada comida, todos los días me despertaba preocupada por eso, en mi cabeza solo había números. Nadie ha entendido que lo único que quería era desaparecer, no importaba cuanto daño me causara o de que manera iba a conseguirlo.
¿Sabes? Dejas de sentir, realmente nada te importa, por lo mismo nada te provoca. Así pase varios años, aun hay algo de eso, se aparece intermitentemente, no puedo decir que algún día
estaré curada, eso no va a suceder. La inmunidad a sentir, a no ser empático se va haciendo más y más fuerte, en las recaídas es
más difícil, hay tantos sentimientos juntos dentro que no sabes cuando ni como van a explotar. Mis fantasmas no dejaran de perseguirme.
Larissa Rivas Toledo