Subsidios para el
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nivelprimario
Cruzar fronteras, construir encuentros
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lema 2018 introducción
Cruzar fronteras, construir encuentros “¿Fronteras? Yo nunca he visto una. Pero he oído que existen en la mente de algunas personas.” Esta cita de Thor Heyderdahl encabeza una de las reflexiones lasallanas que nos ofrece el Hermano Superior General y su Consejo para tomar conciencia del llamado personal y comunitario que nos hace Dios y la calidad de nuestras respuestas. “Ir más allá de nuestras fronteras nos exige reconocer la presencia de Dios en el otro, y presentar la novedad esencial, la “buena nueva” de Cristo resucitado, válida para toda condición humana, sin distinción de pueblos, ni de tiempos. El mundo que tenemos exige discernimiento. Ser lasallistas más allá de las fronteras en un mundo globalizado, anunciar la buena nueva hoy, en una demografía cambiante, implica reflexión, diálogo y discernimiento.” El Hno. Superior General Robert Schieler por el año 2016 decía a los Hermanos Visitadores: “Para transfigurar y ser transformado, primero hay que conocer a personas que son diferentes, no a nuestros familiares, amigos y vecinos que son como nosotros.” Esto implica cruzar fronteras y experimentar la vida en las periferias. El paso a nuevos entornos, ya sea dentro de nuestros propios Distritos y Comunidades o más allá, puede proporcionar el impulso para la más fundamental transformación a la que San Juan Bautista de La Salle nos exhorta: “Es necesario que el cambio que debe operarse en nosotros se verifique en lo interior, y que seamos plenamente transformados por la luz, por la plenitud de la gracia y por la posesión del Espíritu de Dios” (Med. 152.2). Como Distrito en respuesta al llamado de Dios de ir más allá de las fronteras, juntos caminaremos bajo el lema que nos convoca este año: “Cruzar fronteras, construir encuentros”. Es una invitación a reflexionar sobre las fronteras que construimos a
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nivel personal, comunitario, ideológico, etc.; superando las raíces de prejuicios instaladas en nuestros pensamientos, en las personas y/o comunidades para así construir encuentros que transforman la vida, generando un mundo más humano y fraterno. El lema “Cruzar fronteras, construir encuentros” nos propone este año el método del discernimiento, en sintonía con los criterios que sobre él el Papa Francisco presenta en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium y el próximo Sínodo de los Obispos a realizarse este año 2018 sobre el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, cuyo documento preparatorio nos dice lo siguiente: “Existe un discernimiento de los signos de los tiempos, que apunta a reconocer la presencia y la acción del Espíritu en la historia; un discernimiento moral, que distingue lo que es bueno de lo que es malo; un discernimiento espiritual, que tiene como objetivo reconocer la tentación para rechazarla y, en su lugar, seguir el camino de la plenitud de vida. Los tres verbos con los que esto se describe en la Evangelii Gaudium Nº 51 son: “reconocer, interpretar y elegir”. El Espíritu habla y actúa a través de los acontecimientos de la vida de cada uno, el propósito del discernimiento es descubrir cómo transformarlas, a la luz de la fe, en pasos hacia la plenitud del encuentro con el otro y la alegría a la que todos estamos llamados.
Estos dinamismos del espíritu serán inspiración para nuestro caminar distrital: reconocer, interpretar, decidir (elegir), transformar. Aquí tenemos una palabra nueva, transformar, la incluimos porque nuestra vida diaria está regida por encuentros ya sean cotidianos, programados, casuales; y éstos tienen en sí la potencialidad para transformar. Jesús, a lo largo de la vida y tras su Resurrección, se encuentra con diversas personas a las que comunica su fe, su amor, su perdón, su esperanza, les devuelve la dignidad. De nosotros depende la dimensión y el valor que le damos a cada uno de nuestros encuentros. Sólo el encuentro con Jesús nos dará la gracia de ser como Él portadores de esperanza para transformar nuestra vida personal, nuestras comunidades, nuestros ambientes. Reconocer El reconocimiento se refiere, en primer lugar, a los efectos que los acontecimientos de mi vida, las personas que encuentro, las palabras que escucho o que leo producen en mi interioridad: una variedad de «pensamientos, deseos, sentimientos, emociones» (Amoris laetitia, 143). La fase del reconocimiento sitúa en el centro la capacidad de escuchar y la afectividad de la persona. Reconocer mis limitaciones humanas, las de mi familia, mis compañeros, mis alumnos, etc. Interpretar No basta reconocer lo que se ha experimentado: hay que “interpretarlo”, o, en otras palabras, comprender a qué el Espíritu está llamando a través de lo que suscita en cada uno. Esta fase de interpretación es muy delicada: se requiere paciencia, vigilancia y también un cierto aprendizaje.
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Para interpretar es necesario confrontarse honestamente, a la luz de la Palabra de Dios, también con las exigencias morales de la vida cristiana y de los signos de los tiempos, siempre tratando de ponerlas en la situación concreta que se está viviendo ya sea a nivel personal, comunitario, áulico, etc.
Decidir Una vez reconocido e interpretado el mundo de los deseos y de las pasiones, el acto de decidir se convierte en ejercicio de auténtica libertad humana y de responsabilidad personal, siempre claramente situadas y por lo tanto limitadas. La elección está llamada a traducirse en acción, a tomar cuerpo, a iniciar un camino hacia el prójimo, aceptando el riesgo de confrontarse con la realidad que había puesto en movimiento deseos y emociones. Otros movimientos interiores nacerán en esta fase: reconocerlos e interpretarlos permitirá confirmar la bondad de la decisión tomada o aconsejará revisarla. El camino de la vida impone decidir, porque no se puede permanecer indefinidamente en la indeterminación. Pero es necesario dotarse de los instrumentos para reconocer la llamada del Señor a la alegría del amor y elegir responder a ella. Transformar Los pasajes evangélicos que narran el encuentro de Jesús con las personas de su tiempo resaltan algunos elementos que nos ayudan a reconocer que un verdadero encuentro con el Señor transforma la vida, hay una nueva concepción en la persona sobre su realidad, y una alegría renovada en su manera de continuar el camino. Cuando Dios transforma nuestra vida es para que vivamos con alegría y generemos un impacto en otras personas. Al ser transformados en nuestros encuentros con Dios podemos transformar nuestros encuentros con los demás. En el material que preparamos encontrarán subsidios para los distintos niveles: Inicial, Primario, Secundario y Adultos. Pensamos un recorrido sencillo pero de profunda reflexión y compartir comunitario, que favorezcan la reflexión de la mañana, con celebraciones y material de lectura orante. Acompañamos cada nivel con diversos recursos que procuramos los ayuden a propiciar una mediación significativa y comunitaria.
1. Somos ciudadanos del mundo. Hno. Paulo Petry, fsc – Consejo para la RELAL – Hno. Castañeda Casas, fsc – Sec. Regional de Misión. 2. Documento Preparatorio para la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos 2018.
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los sublemas
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Cruzar fronteras, construir encuentros
reconocer
Febrero / Marzo / Abril
En Febrero nos reencontramos como educadores para soñar juntos un nuevo año. Tejemos, entre diálogos y mates, los sentidos que queremos compartir con nuestros chicos en esta nueva etapa. Es tiempo de planificar, realizar acuerdos y proyectar experiencias educativas que nos transformen, nos reposicionen y nos abran al Dios de la vida que habla en los seres humanos de hoy y se revela en ellos. Es tiempo para mirar el mundo juntos y soñar otro mundo posible en la escuela tejiendo diversos sentidos que se pondrán en juego con los chicos durante el año. Y así, entre preparativos, llega Marzo y la vida de la escuela comienza a andar. Y nos reencontramos con nuestro grupo de niños o nos encontramos con un grupo nuevo y vamos compartiendo las expectativas que el nuevo año y la nueva etapa nos deparan… y así, reencontrándonos, el año empieza a rodar y este sublema nos invita embarcarnos en la aventura de reconocer(nos). Reconocer es, ante todo, prestar atención, profundizar, examinar, distinguir, identificar… ¿Qué supone entonces esta aventura para nosotros? Ayudados por el Papa Francisco los Obispos entendemos que reconocer(nos) supone… Tomar conciencia de los efectos que provocan en mi interioridad los acontecimientos de mi vida, las personas con las que me encuentro, las palabras que escucho o leo y la dirección hacia la cual me empujan esa diversidad de emociones, deseos y sentimientos. (Cf. Documento preparatorio para el Sínodo de los Obispos 2018, Nº 2, página 9 http://jovenes.accioncatolica.org.ar/wp-content/ uploads/2017/06/ Documento-Preparatorio-para-el-Sinodo-de-Jovenes-2018.pdf ) Reconocer al otro, buscar su bien, ampliar mi mirada para descubrir un bien mayor que nos beneficia a todos, alentar la comunión que sana, promueve y afianza las relaciones interpersonales en medio de un mundo posmoderno y globalizado que privilegia un estilo de vida con vínculos débiles e inestables entre las personas Cf. EG 9.67.235· Aprender a encontrarse con los demás valorándolos y aceptándolos como compañeros de camino descubriendo a Jesús en los rostros de los demás, en su voz, en sus reclamos, en sus luchas, optando siempre por la justicia y la fraternidad y reconociendo el valor inviolable de toda vida humana Cf. EG 91.213· Promover un auténtico testimonio de comunión fraterna que sea anuncio atractivo y resplandeciente de la Buena Noticia donde todos puedan admirar cómo nos cuidamos, cómo nos sostenemos, cómo nos acompañamos y cómo nos damos aliento mutuamente. EG 99
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Vivir la mística de acercarnos a los demás y de buscar su bien con la certeza de que cada/toda persona es digna de nuestra entrega. Los demás amplían nuestro interior para recibir los más hermosos regalos del Señor porque encontrarnos con otro ser humano en el amor nos capacita para descubrir algo nuevo de Dios. EG 272. 274
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Cruzar fronteras, construir encuentros
interpretar
Nuestra escuela es un ensayo cotidiano de reconocer(nos), un laboratorio donde día a día ponemos en juego la alteridad, el lugar del otro (y de lo Otro), la empatía. Nos reconocemos a nosotros mismos y nos reconoce(mos) en el otro para tomar conciencia de nuestros límites y saltar esas barreras que nos permiten descubrir al otro y enriquecernos con su presencia. Cruzar fronteras, construir encuentros y re-conocer(nos) es el desafío.
Mayo /Junio/ Julio
No es novedad decir que la realidad social se vuelve cada vez más compleja. De hecho, no podemos hablar sencillamente de realidad, sino que deberíamos hablar de realidades. Suceden cosas en el mundo actual que nos obligan a pensar que no existe una única realidad, sino que existen tantas como personas en él. Francisco nos dice que “la humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, la educación y la comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas”. Entonces, ¿cuál es la realidad? ¿La vida de aquellos beneficiados por los aclamados avances de la humanidad? ¿O la de aquellos, que sobre sus vidas y sus miserias se apoyan el capitalismo y la globalización para lograr dicho progreso? Ambas, y también todas las distintas realidades que hay entre ellas. La pregunta quizás sería ¿qué realidades conocemos nosotros?, o ¿a cuáles le ponemos atención? Como cristianos, y lasallanos, estamos invitados a no poner nuestra mirada en cualquier realidad, ni a hacerlo inocentemente. Como lo hizo Jesús, como lo hizo San Juan Bautista, entendemos que la forma de acercarnos a estas realidades es teniendo un discernimiento desde el lugar del pobre. ¿Significa que debemos tener una mirada más atenta sobre los pobres? Significa mucho más que eso. “Todo punto de vista consiste en ver las cosas desde un determinado punto. Pues bien, ¿cuál es hoy el punto desde donde podemos tener una visión más exacta de la realidad? Para América Latina, dicho punto lo constituye actualmente el "lugar de los pobres". Y por "lugar de los pobres" entendemos la causa de los pobres, su existencia sacrificada, su lucha, sus intereses referidos a la vida, al trabajo, a la dignidad y al placer. Los pobres constituyen las grandes mayorías, y las cuestiones que ellos suscitan afectan a todos los hombres; por eso nadie puede permanecer indiferente ante el grito del oprimido que pide pan y liberación. Asumir el lugar del pobre constituye el primer gesto de solidaridad. Asumir el lugar del pobre supone un esfuerzo por ver la realidad desde su óptica. Y entonces queda perfectamente claro que la realidad debe ser transformada, porque es demasiado injusta para la mayoría de los hombres, a los que empobrece y margina.” Si queremos ser capaces de interpretar nuestro mundo desde una perspectiva cristiana y lasallana, debemos mirar los hechos desde las realidades más empobrecidas; posicionarnos en este lugar, sin hablar de esas realidades como si nos fueran ajenas.
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ajenas. No es un desafío menor, teniendo en cuenta que estamos inmersos en una cultura que promueve el individualismo, y cuya mirada sesgada hace que no nos sintamos identificados con estas realidades, sino que por el contrario, las creamos ajenas, distantes, y hasta peligrosas. “Hay hombres ciegos, que no pueden ver; hay también hombres cegados, que no quieren ver las cosas como son, sino como ellos las juzgan; y hay hombres cegadores, que pretenden que los demás no vean la realidad como es, sino como ellos quieren que sea.” Las palabras de Monseñor Angelelli, pronunciadas hace ya más de 40 años, vuelven a nuestros oídos con el mismo mensaje: es necesario abrir los ojos. Y esa mirada, nuestra mirada, debe ser la de la Fe, como propuso La Salle hace más de 300 años. En la medida en que no seamos capaces de correr el velo que se nos pone día a día desde los discursos sociales y los medios de comunicación; que no tengamos la valentía de mirar a través de nuestros propios ojos, y no por los anteojos de la televisión; en la medida en que no sea el Evangelio el criterio para comprender la realidad, y no los intereses de algunos pocos, que quieren hacer creer son los de todos, no podremos realmente interpretar lo que le pasa a los niños, a los jóvenes y a sus familias, con quienes compartimos la misión día a día. Históricamente Dios nos habla desde la vida de los pueblos, y particularmente desde los empobrecidos. No es, no ha sido, y tampoco será tarea fácil sostener una espiritualidad de ojos abiertos, sin duda. Interpretar la realidad desde los ojos del Dios de la Vida, desde la mirada de Cristo, nos traerá angustias, frustraciones, enojos, enfrentamientos. Pero no debemos olvidar su Palabra, que frente a los contratiempos que puedan presentarse, con claridad, convicción y firmeza nos sigue y seguirá diciendo: “¡Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen.” (Mt 13, 16) 2013, FRANCISCO, Papa, Evangeli Gaudium, pág 44-45, párrafo 52. (Boff 1986, 9) Texto extraído de la Homilía de la misa radial de Monseñor Angelelli, 9 de marzo de 1975
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Cruzar fronteras, construir encuentros
decidir
Agosto/Septiembre/Octubre
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El lema de este este año nos invita a salir de nuestras “zonas de confort” y cruzar fronteras. Fronteras que pueden ser de distancia, culturales, ideológicas, sociales, afectivas, etc. Muchas veces ir acercándonos a éstas fronteras es ir en busca de lo desconocido, pero a la vez esperanzador. También los lasallanos nos proponemos para este 2018 construir encuentros. Frente a la cultura del individualismo, queremos caminar hacia encuentros que generen vida, encuentros sinceros, distintos, transformadores. Encontrarme con otros supone una actitud de búsqueda generosa de apertura a los demás.
Ahora bien, comprometernos a caminar en esta clave de cruzar fronteras y construir encuentros siempre supone DECISIONES. Decisiones que tienen que ver con buscar el bien y distinguirlo del mal en este mundo, decisiones de distinguir entre lo menos bueno y lo bueno, entre lo más bueno y lo óptimo, a partir de indicios que nos vienen dados por la misma realidad y que no pueden ser simplemente elegidos arbitrariamente por el capricho o el gusto de cada momento... todo esto parece que es algo esencial, constitutivo, del ser humano como ser orientado a actuar con libertad y responsabilidad en relación con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Vivir actuando humana y responsablemente es vivir decidiendo de una u otra forma. Lo hacemos todos los días. Decidir con libertad es el motor de nuestra recorrido vital. El documento preparatorio de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos propuesto por el Papa Francisco para este año cuyo tema será “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” nos da alguna pista con respecto al discernimiento y las “decisiones”: “Tomar decisiones y orientar las propias acciones en situaciones de incertidumbre y frente a impulsos internos contradictorios es el ámbito del ejercicio del discernimiento. Se trata de un término clásico de la tradición de la Iglesia, que se aplica a una pluralidad de situaciones. En efecto, existe un discernimiento de los signos de los tiempos, que apunta a reconocer la presencia y la accion del Espiritu en la historia”. “El Espíritu habla y actúa a través de los acontecimientos de la vida de cada uno, pero los eventos en sí mismos son mudos o ambiguos, ya que se pueden dar diferentes interpretaciones. Iluminar el significado en lo concerniente a una decisión requiere un camino de discernimiento. Los tres verbos con los que esto se describe en la Evangelii Gaudium, 51 – reconocer, interpretar y elegir – pueden ayudarnos a delinear un itinerario adecuado tanto para los individuos como para los grupos y las comunidades, sabiendo que en la práctica los límites entre las diferentes fases no son nunca tan claros.” “Una vez reconocido e interpretado el mundo de los deseos y de las pasiones, el acto de decidir se convierte en ejercicio de auténtica libertad humana y de responsabilidad personal, siempre claramente situadas y por lo tanto limitadas. Promover elecciones verdaderamente libres y responsables, despojandose de toda connivencia con legados de otros tiempos, sigue siendo el objetivo de toda pastoral…” “La decisión debe ser sometida a la prueba de los hechos en vista de su confirmación. La elección no puede quedar aprisionada en una interioridad que corre el riesgo de mantenerse virtual o poco realista – se trata de un peligro acentuado en la cultura contemporánea –, sino que está llamada a traducirse en acción, a tomar cuerpo, a iniciar un camino, aceptando el riesgo de confrontarse con la realidad que había puesto en movimiento deseos y emociones. Otros movimientos interiores nacerán en esta fase: reconocerlos e interpretarlos permitirá confirmar la bondad de la decisión tomada o aconsejará revisarla. Por esto es importante “salir”, incluso del miedo de equivocarse que, como hemos visto, puede llegar a ser paralizante.” En el año 2005 un periodista y escritor polaco llamado Ryszard Kapuscinski, en un artículo publicado en el diario La Nación titulado “El encuentro con el otro”, planteaba lo siguiente:
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“Desde siempre, el encuentro con el Otro ha sido una experiencia universal y fundamental para nuestra especie. Según dicen los arqueólogos, los primeros grupos humanos eran pequeñas familias o tribus de treinta a cincuenta individuos. De haber sido más numerosas, su nomadismo habría perdido rapidez y eficiencia. De haber sido más reducidas, la autodefensa eficaz y la lucha por la supervivencia les habrían resultado más difíciles. He aquí, pues, a nuestra pequeña familia o tribu vagando en busca de alimento. De pronto, se topa con otra familia o tribu y descubre que hay otras personas en el mundo. ¡Qué paso significativo en la historia mundial! ¡Qué descubrimiento trascendental! Hasta entonces, los miembros de estos grupos primordiales, que deambulaban en compañía de treinta o cincuenta parientes, habían podido vivir en el convencimiento de que conocían a toda la población mundial. Resultó que no era así: ¡también habitaban el mundo otros seres similares a ellos, otras personas! Pero ¿cómo actuar frente a semejante revelación? ¿Qué hacer? ¿Qué decisión tomar? ¿Debían arremeter contra esas otras personas? ¿Mostrarse indiferentes y seguir su camino? ¿O, más bien, tratar de llegar a conocerlas y comprenderlas?...”
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Cruzar fronteras, construir encuentros
transformar
Al toparse con el Otro, la gente tuvo, pues, tres alternativas: hacer la guerra, construir un muro a su alrededor o entablar un diálogo. Es nuestra DECISIÓN discernir con total libertad para ir en busca de un mundo mas justo e igualitario para todos.
Noviembre /Diciembre
Ya hemos recorrido juntos gran parte del camino que el Señor trazó este año para nosotros, dónde experimentamos la presencia de Dios cercano a nuestra realidad familiar, comunitaria, educativa. Su gracia fue animando nuestro andar por momentos inciertos, de desilusiones, soledad, pero en ellos fuimos fortalecidos, San Pablo dirá: “Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad”. En este sublema queremos proponerles que cada uno sienta y perciba en su realidad, que es Dios el que toma la iniciativa de venir a nuestro encuentro, de provocarlo, de producirlo, no para quedarse a un lado, sino al contrario, para acercarse a nuestra realidad y transformarla, y a la vez al ser transformados por Él nos invita a ir al encuentro de nuestros hermanos para darles a conocer su amor y compartir juntos el camino de fe. El encuentro entre Dios y el hombre, en la persona de Jesucristo, se realiza en lo cotidiano, en las vivencias compartidas con los demás, interpretando los acontecimientos que se nos presentan. En la Biblia encontramos muchos pasajes bíblicos donde Jesús provocó encuentros, durante su vida pública y después de la Resurrección. Sin duda su cercanía creaba comunión, pertenencia, encuentro, mediados por miradas profundas, diálogos sinceros creando así la cultura del encuentro. Jesús anuncia un acontecimiento que pide ser escuchado y atendido pues lo puede transformar todo. Él lo está ya experimentando e invita a todos a compartir su experiencia: Dios está tratando de introducirse en la historia humana.
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En torno a Jesús hay muchas personas que de corazón buscan a Dios; pero la realidad es sobre todo, que es Dios quien se preocupa por nosotros, reconoce nuestra historia
de vida, nuestros rostros, cada uno somos una historia de amor particular. En cada uno de los encuentros que tuvo Jesús con la realidad de cada persona: escuchaba, miraba, atendía con amor y paciencia, llamaba a seguirlo, sanaba, curaba, les devolvía la dignidad acercándose, generando así en cada uno de ellos una vida nueva, renovada y transformada. Podemos pensar en el texto donde Jesús se encuentra con María Magdalena, Jesús la llama por su nombre: "¡María!". Los Evangelios nos muestran la felicidad de María: la Resurrección de Jesús no es una alegría suministrada con cuentagotas, sino una cascada que arrolla toda la vida. El Papa Francisco al comentar este evangelio decía: “la existencia cristiana no está entretejida con felicidad suave, sino con ondas que arrollan todo. Nuestra vida, tantas veces cargada de esas mismas experiencias de soledad, de vacío y de dolor, se ve transformada por la presencia de Dios, que mucho antes de que nosotros lo busquemos, sale a nuestro encuentro, nos llama por nuestro nombre. María Magdalena al sentirse interpelada personalmente, experimenta dentro de sí una felicidad tan profunda que cambiará su existencia y que está destinada también a transformar la existencia de todo hombre y mujer. El encuentro con Jesús transforma, no deja indiferente a nadie. Cuando alguien conoce de verdad a Jesús y se abre a su mensaje, su vida cambia, y para siempre.” Esa la invitación, que a partir de nuestra experiencia de encuentro con Jesús y ser transformados por Él, vivir y comunicar su mensaje, sintiéndonos invitados a transformar otras realidades por medio de la fe.
la ilustración
J.A. Pagola, La alternativa de Jesús, (inédito) Loyola 2005.
1. La ilustración se compone de varios elementos dispuestos sobre azul, uno de los colores institucionales. Como en otros años se representa los planos de lo terreno y lo celestial, el “arriba” y “abajo”, esta vez, con la esfera del sol y de la Tierra. En el centro, jugando como la línea (frontera) que los separa, tres hojas del tipo de las “de higuera”, en tres tonos diferentes. La tipografía elegida es muy sencilla, fina, que invita a pensar en líneas, pasos, espacios por los que atravesar. 2. Mientras pensaba en cómo poder expresar el lema, intentando que fuera mas allá de la idea de la línea traspasada, recordé el texto de Zaqueo (Lucas 19, 1-10). Algunos elementos que encontré en él para trabajar la ilustración: Zaqueo cruza varias “fronteras” para llegar a Jesús: en principio y claramente, la frontera que le representa su propio físico, es bajo y entonces, sube a un árbol (higuera/sicómoro, según las versiones); la otra frontera que traspasa tiene que ver con su rol social, Zaqueo es
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recaudador de impuesto, una labor que lo convertía en pecador, sin embargo, vence el posible rechazo y se encarama en busca de la mirada y la amistad de Jesús; una tercera frontera es la de lo religioso, Zaqueo que podía ser creyente encuentra una propuesta diferente, vital que le permite convertirse, encuentra en Jesús la renovación de su fe. Seguramente hay otras “fronteras” traspuestas en el texto para cada quien, estas tres son las que están representadas con las tres hojas de higuera. Los tres tonos de las mismas sugieren que todo momento es oportuno para romper fronteras y salir al encuentro de Dios, de lxs otrxs o de nosotrxs mismxs. 3. La cuestión del plano de “arriba y abajo” también aparece en el texto elegido. Algunas ideas que me parecieron interesantes: en ese texto se altera la imagen común de la humanidad dirigiéndose a la divinidad “desde abajo hacia arriba”, aquí es Jesús quien mira a lo alto para encontrar al hombre, lo humano; por otro lado, se encuentran porque ambos lo desean… la feliz coincidencia de salir al encuentro de quien ya salió a nuestro encuentro. Ese es un concepto que me interesa recordar cuando nos vemos agobiados por las obligaciones de normas, contenidos teóricos u obligaciones con que se ha llenado la sencilla invitación de Jesús de construir el Reino. El plano superior está representado por el sol brillante, signo de renovación y renacimiento en la cosmovisión de los pueblos pre-colombinos. (1) En el plano inferior, la Tierra, como geografía concreta donde juega el creyente su ser cristiano (otrx Cristo).
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(1) En un texto leído hace muchísimos años atribuído al Inca Atahualpa: “Nosotros no hemos asesinado a nuestro Dios como ustedes. Lo amamos. Él es el sol y con él amanecemos y renacemos cada mañana.”
Lasallanos sin fronteras Letra y música: Jorge Méndez
Reconocer Un discernimiento de los signos de los tiempos. Su palabra en nuestra historia, su señal para seguir. Dios de nuestra plenitud de vida, nuestra estrella, nuestra guía, nuestra forma de vivir. Interpretar Vínculos que brotan de este hallazgo de profundidad y el paso con que Dios nos acompaña al caminar. Voz que resplandece desde adentro. Este canto es otro intento de su luminosidad. Y en realidad, yo nunca he visto una. Sólo he escuchado que existen en la mente. Cruzar fronteras, construir encuentros.(1)
Decidir Un deslumbramiento del amor se vuelve encuentro con lo que se vislumbraba por aquí y por allá. Misteriosamente ese proceso nos convierte en más de aquello que soñamos abrazar. Transformar Haz de luminosidad fraterna quebrando la lógica de la desigualdad. Inclusión que engendra nuevos horizontes.(2) Nuestra estrella lasallana brilla más.
(1) Sobre un texto de Thor Heyderdahl (2) Sobre una frase de Patricio Bolton.
Cruzar fronteras, construir encuentros INTRODUCCIÓN AL MATERIAL DE
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Te presentamos, en estas páginas, distintas actividades para trabajar el Lema 2018 y los respectivos sublemas. Somos un equipo de educadores/as que estamos en aulas de Nivel Inicial y 1º Ciclo de Primaria y pensamos en actividades que realizaríamos con nuestro grupo de niños. De ahí que la clave fuera pensar actividades concretas, sencillas, fáciles de mediar pero que, al mismo tiempo, nos inviten a estar en sintonía con lo que este lema nos propone y que creemos que es tan necesario hoy para nuestro mundo: “Cruzar fronteras, construir encuentros”. Evidentemente, cada una de ustedes sabrá adaptar a la realidad de su obra y de su grupo muchas de las propuestas y recursos que aquí hacemos. Esperamos que este material, que disfrutamos mucho en construir en cada reunión, sea de utilidad y nos comprometa cada vez más a vivir nuestro ministerio con pasión y amor. ¡Que viva Jesús en nuestros corazones!
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Actividad para introducir al Lema Para comenzar a trabajar el lema que nos acompañará a lo largo del año, te proponemos este encuentro/actividad a desarrollar en dos momentos. Primer momento: Cerca cerquita Esta actividad inicial se trata de un juego para que los chicos puedan vivenciar la “frontera” que existe entre ellos y el mundo que los rodea. Previamente a realizarla se sugiere trabajar sobre los significados de las palabras que conforman el lema como “fronteras” y “encuentros” a través de preguntas: ¿a qué llamamos fronteras? ¿Cómo podemos cruzarla? ¿Para qué? ¿Con qué nos podemos encontrar si cruzamos? Luego llevamos a los niños (con alguna de sus pertenencias, por ejemplo, la mochila) a un espacio abierto, amplio. Allí, la docente desplegará una soga extensa que delimite el espacio dentro del cual se concentrarán. Bajo la consigna ¿cómo debemos hacer para permanecer todos adentro del círculo y que nadie quede afuera? de a poco irá cerrándolo y ellos deberán adaptarse al espacio que tengan. Es esperable que los niños dejen afuera del círculo sus mochilas para que estén más cómodos, una vez que esto ocurra se propone la siguiente variable: Comenzar nuevamente el juego ahora con las mochilas a las que -en esta nueva propuesta- se les asignará un valor: será un niño de otra escuela. Se irá achicando el círculo y los alumnos deberán acomodarse al nuevo espacio decidiendo cómo solucionar los lugares para esos nuevos niños (mochilas).
NOTA Para los más pequeños o grupos que se considere, puede proponérseles con anterioridad traer un objeto preciado, con valor sentimental.
Finalizada la actividad nos sentamos en ronda y compartimos: ¿Cómo se sintieron al comenzar el juego? ¿Estaban cómodos? ¿Y a medida que se achicaba el círculo? ¿Por qué decidieron dejar afuera la mochila/objeto en la primera ronda? ¿Y por qué no a un compañero? ¿Qué es más importante? ¿Y en la segunda ronda, cómo se sintieron? ¿Por qué optaron por conservar la mochila/objeto? Pueden sumar nuevas preguntas a partir de lo que surja en el diálogo. Se busca que los niños puedan reflexionar en qué priorizar, acordar, discernir, elegir para que todos (conocidos o no) puedan estar JUNTOS. Segundo momento: El puente que nos une/encuentra Proponemos a los niños escuchar el cuento “La Otra Orilla” de Marta Carrasco, y luego reflexionar juntos.
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Te compartimos un fragmento del cuento y el mensaje que nos deja…
“A este lado del rio hay un poblado, al frente, en la otra orilla, hay otro poblado, hace siglos que no se hablan. Los de acá dicen que los de allá son muy distintos: que son gritones y flojos. ¿Qué dirán los de allá de los de acá? Un día un niño y una niña deciden visitarse y descubren cuán iguales son los distintos de esta tierra”. Luego de escucharlo, conversamos a partir de preguntas orientadoras: ¿Qué le pasó a la niña del cuento? ¿Qué pensaban de las personas del otro lado del rio? ¿Por qué habrá decidido cruzar el rio? ¿Qué sentimientos tuvo durante el cruce? ¿Qué gestos encontró del otro lado del rio? ¿En qué se parecían y en qué se diferenciaban? ¿Por qué? ¿Qué deseo tuvieron y para qué? A partir de las respuestas de los niños, charlamos sobre las ideas que tenemos de los demás, los temores al experimentar nuevas experiencias con otros, las oportunidades que tenemos de acercarnos para conocerlos, compartir y aprender de y con los demás,... recordamos que Dios nos dio la vida invitándonos a ser amigables, solidarios, respetuosos, aceptando las diferencias, por eso debemos valorar las oportunidades y animarnos a pasar o cruzar -tal como hizo la niña del cuento- para crecer y enriquecerse junto a otros.
Para cerrar este segundo momento te proponemos alguna de estas opciones: 1) ¿Qué proponen dar a otros para acercarse, conocerse y compartir? Se presentará en una cartulina con el lema, debajo de este, de un lado, siluetas de niños con el nombre de cada alumno o la sala; en el medio un puente y del otro lado carteles con palabras que los niños dicten de lo que se proponen brindar a los demás para permitir encontrarse y aprender con los otros, por ejemplo: miradas, escuchar, tiempo, respeto, etc. 2) ¿Cómo podrían presentarse ante otros niños? ¿Cómo podrían representarse para luego jugar e interactuar con otros? Se los invita hacer un títere con bolsitas de papel personificándolo para presentarse ante un niño de otra sala interactuando con ellos, contando sus gustos, juegos miedos y, una vez finalizado, los intercambien. Puede ser que las salas de cuatro lo hagan con los de tres dándoles la bienvenida y las salas de cinco en una experiencia con los de primer grado que ya “pasaron” a otro nivel. 3) ¿Cómo pueden conocer otros niños si están lejos? ¿Cómo podrían comunicarse con ellos y qué les contarían, preguntarían? Hacer una carta contando quienes somos, nuestras actividades, juegos, canciones qué nos gusta e invitarlos a conocernos intercambiando mensajes e imágenes con alumnos de otras obras de La Salle.
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Cruzar fronteras, construir encuentros
los sublemas
reconocer
Con este primer sub lema damos comienzo a un nuevo ciclo lectivo. Cruzar fronteras, construir encuentros para reconocernos nos invita a vivir la mística de acercarnos a los demás y de buscar su bien con la certeza de que toda persona es digna de nuestra entrega. Nos reconocemos a nosotros mismos y nos reconocemos en el otro para tomar conciencia de nuestros límites y saltar las barreras que nos permitan descubrirlo y enriquecernos con su presencia. Los invitamos a disfrutar de este encuentro, a vivirlo dentro de la sala y grado, con sus colegas mediante la siguiente actividad y celebración. En la actividad te presentamos dos momentos: el primero es un cuento para ayudarnos a reconocernos quiénes y cómo somos; el segundo es un juego para conocer cómo y quiénes son los demás; finalmente celebraremos este “reconocer-nos” desde la palabra de Dios y un signo.
Actividad
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Primer momento: leemos el cuento “Me gusta como soy”
Febrero / Marzo / Abril
Me gusta como soy Había una vez, un chico que tenía el pelo color blanco, pero blanco-blanquísimo, como la nieve, como la crema, como el algodón. Nació un día de sol brillante. Los papás estaban tan contentos que no dejaban de sonreír, y a todos les comentaban emocionados, lo hermoso que era su bebé. Cuando salieron del sanatorio, los rayos de sol iluminaron la cabeza de Ezequiel, y la mamá le dijo al papá - Mira, parece un angelito - Sí, es el bebé más lindo, del mundocontestó radiante, el papá. Así creció Ezequiel, contento, querido y orgulloso de su pelo blanco, blanquísimo. Vivió en el campo hasta que tuvo 5 años, allí se crío jugando con los animales, alimentando a las gallinas y sus pollitos, hasta aprendió a andar en un caballito, que el papá le regaló, especialmente para él, al que le puso de nombre Petiso, y se convirtió en su mejor amigo. Una noche llena de estrellas, Ezequiel escuchó que los papás conversaban en la galería de la entrada de su casa. Se acercó despacito porque los notó preocupados, al verlo los papás le dijeron que era muy tarde y debía ir a dormir. Ezequiel queda tan intrigado, que se escondió detrás de la puerta para escuchar. ¡¡¡Qué sorpresa se llevó!!! Los papás estaban hablando de mudarse, ¿mudarse? ¡Sí! Ir a vivir a otra casa, nada más ni nada menos que a la ciudad, y todo el asunto era porque Ezequiel tenía que empezar a ir a la escuela, y por allí donde vivían no había ninguna cerca. ¡QUE ALEGRÍA! Conocer la ciudad tener nuevos amigos, eso sí que parecía divertido. Así fue que juntaron sus cosas y se mudaron a una linda casita en la ciudad que quedaba muy cerquita de una hermosa escuela con sus paredes pintadas con dibujos que habían hecho los chicos junto con las maestras. Ezequiel estaba tan entusiasmado, que no podía quedarse quieto. Fue con su mamá a comprar el guardapolvo y los útiles escolares, él eligió todos con la marca de su cuadro favorito. Esa noche casi no pudo dormir, de tan entusiasmado que estaba. Entonces llegó el día tan esperado, ¡el primer día de clases! Ezequiel se levantó muy temprano, contento y nervioso. Se lavó la cara, los dientes y se peinó su blanco-blanquísimo pelo blanco. Ese pelo que era su marca especial en la vida, ese pelo que su mamá acariciaba todas las noches antes de que se duerma, su hermoso pelo de nieve, como le decía su papá. Llegó a la escuela junto con sus papás, lo besaron en la entrada, y Ezequiel, con paso decidido, se acercó al patio a la fila de primer grado. Allí se empezó a sentir raro, todos los chicos lo miraban, no sólo los de su grado, de todas las filas los grandes, los chicos, y Ezequiel no entendía por qué, quería que lo tragara la tierra. De pronto un chico se acercó y le dijo:
- Che, ¿por qué tienes el pelo así? Ezequiel no contestó, no sabía qué decir, se preguntaba -¿así cómo, lindo como la nieve?.- Ante su silencio todos lo miraron, algunos empezaron a reírse y otros a cargarlo, le gritaban: - ¡Cabeza de crema, cabeza de papel, cabeza de azúcar! Ezequiel miró a su alrededor y de pronto, con espanto descubrió que no había ningún chico con el pelo blanco-blanquísimo como el suyo y parecía que esto les molestaba a los chicos de la escuela. Lloró en silencio, como para adentro, ya no le gustaba la escuela, se sentía triste y quería volver a casa. La seño los saludó uno a uno con un beso y los llevó hasta el aula de primer grado. El aula era lindísima, estaba decorada con los nombres de todos los chicos, con dibujos, letras y números. Pero Ezequiel estaba tan triste que no podía ver lo linda que era su aula, solo quería llorar y salir corriendo. Se sentó solo, nadie quiso sentarse con él, porque todos pensaron que su color de pelo lo hacía un chico raro. María Luz, la seño, les dijo que iba a tomar lista, que a medida que los nombrara fueran parándose al lado de su silla. María Luz comenzó - que se paren los altos- los chicos desorientados se miraron – vamos, dijo la seño, párense los altos- Los chicos se pararon. La seño siguió diciendo, ahora los petisos, los de pelo color rojo, los que usan anteojos, los que no usan anteojos, los morochos, los pálidos, los que tengan aparatos, los de pelo blanco, los de pelo marrón, los que tengan dientes chiquitos, los de dientes grandes, los que se portan bien, los que se portan mal, los simpáticos, los tímidos, los charlatanes, los calladitos y así siguió con una lista interminable. Los chicos no hacían más que pararse, sentarse y volverse a parar, porque todos, todos, todos, se sentían nombrados varias veces. Algunos eran bajitos, charlatanes, de pelo amarillo y a veces se portaban mal. Otros eran calladitos, altos, de dientes chiquitos y simpáticos. Todos tuvieron que levantarse tantas veces que quedaron agotados. Pero faltaba lo último. María Luz dijo – ahora que se paren, los que quieran divertirse, los que quieran aprender, los que quieran hacerse amigos, los que quieran jugar, los que quieran reírse- Se imaginan lo que pasó, ¡SIII! Se levantaron todos juntos, gritando yo, yo, yo, yo, seño. Entonces, María Luz dijo.No importa las diferencias que tengamos, miremos que tenemos en común para así poder respetarnos y pasarlo bien todos juntos. Ezequiel había dejado de llorar. Otra vez se sentía contento y con ganas de estar en la escuela. De pronto se acercó un chico y le preguntó si podía sentarse con él. Ezequiel le contesto que sí. De ahí en más, lo que conozco de esta historia es que Ezequiel se hizo muchos, muchos amigos, y otra cosa que me contaron, es que cuando había que actuar de Papá Noel, siempre lo elegían a él, lo que lo hacía sentirse muy, pero muy orgulloso de haber nacido con ese pelo blanco- blanquísimo.
Finalizada la lectura reconstruimos oralmente entre todos la historia, mediante las siguientes preguntas: ¿Qué ocurre en la historia?¿Qué le sucedió a la familia? ¿Cómo era Ezequiel? ¿Dónde vivió hasta los 5 años? ¿Qué hacia allí? ¿Por qué los papás se querían ir a vivir a la ciudad? ¿Cómo se tomó Ezequiel la noticia? ¿Le gustaba la idea de comenzar la escuela? ¿Cómo se preparó? ¿Quién lo ayudó? ¿Cómo le fue en su primer día de clases? ¿Qué hicieron sus nuevos compañeros al verlo? ¿Cómo se sintió Ezequiel ante los comentarios de sus compañeros? ¿Quién lo ayudó? ¿De qué manera? ¿Qué hizo la Seño para ayudar a Eze a que no estuviera triste? Luego del juego de la seño: ¿cómo se sintió Ezequiel? Si fueras Ezequiel: ¿cómo te sentirías? Si fueras compañero de Ezequiel: ¿cómo reaccionarías ante un compañero que es distinto a vos físicamente? Reconocernos supone hacer el ejercicio que hizo Ezequiel: tener una mirada más profunda
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respecto de sí mismo y de los demás; darse cuenta que el otro tiene sentimientos y emociones como yo; descubrir que cada uno tiene aspectos personales que le gustan y que no le gustan; que esos aspectos que no me gustan tienen valor porque forman parte de mí mismo, no son ni buenos ni malos… Reconocer supone salir de la superficialidad para valorarnos y valorar a los demás. Podemos cerrar este momento con alguna de las siguientes propuestas: Me miro en un espejo y reconozco todo lo que soy, lo que me gusta y lo que no me gusta. Recordemos que lo importante es reflexionar que “aquello que no me gusta”, no necesariamente es algo “malo”, simplemente forma parte de lo que soy. Algunos aspectos se pueden modificar y otros no. En una hoja tamaño A4, me dibujo. Luego escribo (o explico oralmente) ¿Qué es aquello que me identifica? Es importante promover la valoración de los demás y reconocer que cada uno es importante desde la valoración propia. Invitamos a los alumnos a reflexionar sobre la importancia de cada uno de nosotros, y, reconociéndonos así, comenzar a valorar al otro. Conversamos ¿por qué el otro es importante? ¿quiénes serían esos otros? ¿para qué necesito a mi familia, a mis amigos, mis compañeros y maestros? Hacemos una lluvia de ideas, las escribimos y las dejamos en algún lugar visible del aula. Segundo momento: El dado preguntón Relacionarnos con otros supone reconocer que “ese otro”, más allá de las diferencias, alimenta mi alma, me nutre de otras experiencias, otros aprendizajes. Ser diferentes nos enriquece y nos posibilita compartir dones para hacer de este mundo un espacio de belleza todos los días. Dice el Papa Francisco que uno de los grandes aportes que el cristianismo puede hacer hoy a nuestra sociedad es recuperar la dimensión comunitaria: en un mundo donde se desvaloriza al otro y prima el individualismo promover la comunión fraterna desde el testimonio es el mejor anuncio que podemos hacer de la buena noticia de Jesús. Desde esta clave es que proponemos a los chicos realizar el siguiente juego para conocer más a nuestros compañeros, valorarlos y aprender con ellos. La docente invita a los alumnos a jugar y les reparte papelitos de 6 colores diferentes; quienes tengan los papelitos del mismo color deberán reunirse, formando una ronda, y se presentarán por sus nombres. La señorita se ubica en un lugar visible para todos los grupos y presenta “El dado preguntón”. A medida que la docente vaya lanzando el dado, todos los participantes del grupo deberán expresar oralmente lo que la consigna indica. Por ejemplo: se lanza el dado y la consigna es “¿cuál es tu comida favorita?”… Cada integrante del grupo deberá decir cuál es su comida favorita. Las consignas pueden variar según las edades de los niños:
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¿Cuál es tu comida favorita? ¿A qué te gusta jugar más? ¿Con quién vivís? ¿Qué dibujito te gusta más? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Cómo se llama tu mascota? ¿Cómo se llaman tus padres? ¿Cómo se llama el amigo con el que más te gusta jugar?
Finalizado el juego todos se reunirán y quien se anime contará brevemente la experiencia vivida, si hubo coincidencias con algún compañero del grupo o si algo de lo que expresaron les llamó la atención. En un rectángulo blanco que simule a un espejo, escribirán o dibujarán el nombre de 3 compañeros a quienes quisiera acercarme mas o conocer en la próxima semana. Se lo ofrecemos a Jesús en el momento de oración y lo guardamos para la celebración. Celebración Invitamos a los chicos a visitar la Capilla del colegio (o bien, ambientamos nuestra sala o grado para un momento de oración/ celebración). Nos sentamos en ronda y recuperamos juntos lo realizado hasta el momento. Hacemos memoria oral de lo trabajado con el cuento y el juego. Recordemos que lo importante es que los chicos entiendan que reconocernos empieza por valorarnos a nosotros mismos y desde allí a los demás.
Yo tengo un amigo que me ama
Realizamos una lluvia de ideas antes de empezar la celebración. Nos hacemos la señal de la cruz... Maestra: Acordémonos que estamos en la Santa Presencia de Dios… Niños: Te adoramos Señor Cantamos juntos: Yo tengo un amigo que me ama
Mi mano está llena de su bendición
Recuperamos “los espejos” con los que trabajamos la semana anterior y recordamos los nombres de las personas que pusimos allí. Reflexionamos todos juntos: ¿Por qué pensé en esas personas? ¿Logré acercarme a algunas de ellas? ¿De qué manera? ¿Pudimos acercarnos? ¿de qué manera? Iluminamos con la palabra la celebración: Marcos 7, 24-30. “Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio. El le respondió: «Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros». Pero ella le respondió: «Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos». Entonces él le dijo: «A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija». Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.”
Palabra de Dios… ¡Gloria a Ti Señor Jesús!
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La mujer era de un pueblo que no tenía buena relación con los judíos. Por eso Jesús le dice esa frase, porque pensaba que ella no entendería bien cuál era su misión. Sin embargo, la mujer le da una lección de fe: le demuestra que entiende muy bien que él es un hombre especial que puede curar las heridas más profundas y que puede cruzar las fronteras que los diferencian y sanar a su hija. Y así lo hace Jesús. La Palabra de Dios, entonces, “nos invita a experimentar otro modo de relacionarnos con los demás, para lograr un conocimiento más profundo con quienes nos rodean, superando las fronteras que nos separan”. Cerramos la Celebración con un signo que queremos nos acompañe durante todo el año en el aula: la estrella que nos une. Sobre una estrella –realizada en cartulina o goma eva– vamos a redactar un compromiso como sala o grado que exprese nuestro deseo de reconocer al otro y acercarnos a los demás más allá de las diferencias; el deseo de valorarnos a nosotros mismos desde lo que somos y tenemos para dar y poder, desde allí, irradiarlo a los demás. Terminamos la celebración cantando: “Mi mano está llena de su bendición”. San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros!
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¡Que viva Jesús en nuestros corazones… por siempre!
interpretar
Cruzar fronteras, construir encuentros
para
Mayo /Junio/ Julio
Este segundo sublema nos invita a conocer y reconocer nuevas realidades; tanto en lo personal como en lo colectivo. Es una oportunidad para capitalizar todo aquello que nos ayude a iluminarla y comprenderla. Si bien se habla de “la realidad” es cierto que no existe una única, homogénea sino, más bien, existen tantas como personas en el mundo. De ahí que este sublema nos invite a caminar, a cruzar fronteras para “abrir la mirada” a otras realidades, poder confrontarlas, poder entrar en contacto con otros. Ponernos en camino, esa acción tan simple, transforma miradas y posibilita preguntarnos ¿por dónde vamos pisando? Pasos firmes nos convierten en camino para otros y nos posibilitan dejar nuestra huella: Preguntas tales como ¿dónde estamos parados? ¿hacia dónde queremos ir? ¿cuál es el camino que debemos tomar? ¿estamos dispuestos a animarnos a cruzar e ir al encuentro del otro? Nos ayudarán a interpelarnos, abrir los ojos y mirar las diversas realidades con ojos de fe. Presentamos dos actividades y una celebración. La primera actividad tendrá como símbolo el camino y las huellas. La segunda la ceguera, el no poder ver y su contrapartida, la mirada. La celebración tendrá como centro el signo de la luz. Actividad 1 En un espacio amplio para poder desplazarse con comodidad invitamos a los niños a colocarse en ronda y les proponemos un ejercicio: caminar por la sala haciendo silencio, concentrándose en cada paso, escuchando atentamente la historia que les contaremos...
Huellas en la arena Una noche tuve un sueño... soñé que estaba caminando por la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida. Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: unas eran las mías y las otras del Señor. Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena y noté que muchas veces en el camino de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena. Noté también que eso sucedía en los momentos más difíciles de mi vida. Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor: "Señor, Tu me dijiste, cuando resolví seguirte, que andarías conmigo, a lo largo del camino, pero durante los peores momentos de mi vida, había en la arena sólo un par de pisadas. No comprendo porque Tu me dejaste en las horas en que yo más te necesitaba". Entonces, El, clavando en mi su mirada infinita me contestó: "Mi querido hijo. Yo te he amado y jamás te abandonaría en los momentos más difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente allí donde te cargué en mis brazos".
Concluido el ejercicio, en ronda, dialogamos sobre lo que escucharon: ¿Qué se cuenta en la narración? ¿Cómo ayudaron a esta persona? ¿Siempre estaba acompañada? ¿Sólo iba tomada de la mano? ¿De qué otra forma lo cuidaba? ¿Quiénes lo cuidaban? ¿Cómo te sentís? ¿Fue fácil el camino? A vos ¿Te gusta que te ayuden cuando estás triste?
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Después de reflexionar el relato, les proponemos lo siguiente: 1) Desplegar un papel extenso (rollos de papel madera o blanco) y en él marcar las huellas de los pies de cada alumno con pintura. 2) A partir de observar las huellas, diversas en formas y tamaños, concluiremos que cada caminar es distinto y en esas diferencias con los otros es que se enriquece el camino. Gracias a las diferencias podemos potenciar nuestras vidas, aprender y crecer con los otros. 3) Luego, seguimos reflexionando… ¿Cómo te sentirías estando solo? ¿Con quién compartirías los juegos, las canciones y los distintos momentos del día? En este tiempo… ¿Has conocido o encontrado nuevos amigos para compartir? ¿En qué momentos?
Otra opción para esta actividad es marcar la silueta de los pies de los niños, decorarlas y ubicarlas a modo de pisadas por diversos sectores del colegio. Teniendo en cuenta las preguntas anteriores las huellas pueden incluir el nombre del niño y la frase: “Te ayudo a caminar cuando:
-Comparto momentos con vos. -Te doy la mano si estás triste. -Charlamos y jugamos todos juntos” Quedando abierta la posibilidad de escribir otras frases de autoría propia de cada niño.
Dialogamos sobre la experiencia realizada. Acompañamos a los niños a tomar conciencia que, día a día, en nuestra vida cotidiana entramos en contacto con otras personas, y que si bien muchas veces caminamos solos, hacerlo con otros convierte el camino en más placentero, colorido, alegre… Si crecemos y vivimos nuestros días acompañados por nuestras familias, amigos, compañeros, maestras... la vida, se vuelve mucho más linda, fácil, compartir momentos de alegría y recibir ayuda aún cuando estemos tristes. Para concluir la actividad, se propone realizar una oración a Jesús y San Juan Bautista de La Salle, ofreciendo las huellas propias y las de todas aquellas personas que nos acompañan en este momento de la vida. Nos tomaremos unos minutos para meditar y pasar por el corazón a esas personas… una vez que hayamos pensado en ellas, cantaremos todos juntos, ya que “cantar es orar dos veces”: “En las huellas de Jesús”.
Actividad 2 Este sublema nos invita a conocer y reconocer nuevas realidades, teniendo como acción principal, la transformación de miradas. Por eso, a través del juego “el gallito ciego” encontraremos sentido a ese gesto fundamental que es mirar. En las huellas de Jesús. (Act. 1)
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El juego consiste en elegir a un alumno por vez y que este –con los ojos vendados– intente atrapar a sus pares y nombrarlos, al reconocerlos por sus características físicas, tocándolos, o por escuchar su voz.
Al finalizar el juego, reflexionaremos ¿Cómo se sintieron los que participaron como gallitos ciegos? ¿Qué sentido puede tener esta actividad? ¿Para qué habremos jugado a esto? ¿Qué son las miradas? ¿Qué quiere decir mirar? ¿Mirar, es lo mismo que ver y observar? ¿Qué diferencias hay entre ellas? Con esta actividad quisimos invitar a los niños a reflexionar sobre la importancia de las miradas, ya que son expresiones visuales que realizamos las personas sin darnos cuenta y que manifiestan nuestros sentimientos, nuestros estados de ánimo. Hay miradas de todo tipo,: de amor, desprecio, alegría, tristeza, emoción, dolor, sorpresa, desilusión. Y es muy importante que con nuestros ojos, podamos estar atentas a ellas, porque así es como podemos interactuar con los demás, reconociendo los momentos que están viviendo y ayudarlos en todo lo que necesiten. Muchas veces en nuestras vidas, si bien tenemos una buena visión estamos cegados porque sólo pensamos en nosotros y no podemos salirnos de nuestro lugar. Por ello es tan importante poder mirar al otro y no estar ciego como en el juego del que participamos. Para concluir la actividad les proponemos escuchar la canción “Miradas” (de Axel) y que los niños expresen qué tipos de “miradas” reconocen en su letra; también podemos realizar con ella un video con las miradas de los niños que conforman el aula y reconocer entre ellos qué miradas están presentes en nuestro grupo. A modo de cierre, iluminar este momento con la palabra de Dios: Marcos 10: 46- 52: El ciego Bartimeo es sanado.
Miradas - Axel
“Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo –Bartimeo, un mendigo ciego– estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!». Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: « ¡Hijo de David, ten piedad de mí!». Jesús se detuvo y dijo: «Llámenlo». Entonces llamaron al ciego y le dijeron: « ¡Animo, levántate! El te llama». Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: « ¿Qué quieres que haga por ti? El le respondió: «Maestro, que yo pueda ver». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.”
Palabra de Dios ¡Gloria a Tí Señor Jesús! Jesús curó al ciego... ¿Cómo estaba el ciego cuando llegó Jesús? ¿Cómo reaccionó cuando le dijeron que estaba Jesús cerca de él? ¿Cuando el ciego comenzó a gritar y a llamarlo, cómo actuaron algunas personas? ¿Qué hizo Jesús cuando escuchó su voz? ¿Siguió de largo o se detuvo? ¿Qué lo sanó?¿Qué actitud tuvo el ciego una vez sanado? Jesús nos invita a mirar a los demás con ojos de fe y vivir nuestra vida confiando en él, como aquel ciego, ya que Jesús siempre está con nosotros aunque no lo veamos; sólo fiándonos de él -y a través del amor y de su ayuda-, podremos entre todos, en comunidad, transformar realidades.
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Celebración Interpretar(nos) significa explicar, aclarar el significado de algo. En este caso, sería aclarar(nos) nuestras vidas, nuestra persona en toda su integridad a la luz de la Palabra. Será iluminar nuestro Ser Interior, apagar por un momento las luces exteriores que nos conectan sólo con lo mundano, que nos alejan cada vez más de nuestra esencia, que está muy adentro nuestro. Para poder llegar a ella y descubrirla es necesario ponerle Luz; saber quiénes somos y para qué estamos en este mundo, cual es nuestra misión en la vida, en este aquí y ahora. Si vivo en la oscuridad se me hará más difícil saber por dónde ir. Lejos estaré de los seres queridos, si quiero llegar a ellos no podré y si quiero guiarlos costará… si no logró descubrir a Dios dentro de mí. Nos hacemos la señal de la cruz... Maestra: Acordémonos que estamos en la Santa Presencia de Dios… Niños: Te adoramos Señor Proclamamos la lectura del Evangelio de Lucas (Lc 11, 33-36) “Cuando uno enciende una lámpara, no la esconde ni la cubre, sino que la pone sobre el candelero, para que los que entran vean la claridad. La lámpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está iluminado; pero si tu ojo está enfermo, también tu cuerpo estará en tinieblas. Ten cuidado de que la luz que hay en ti no se oscurezca. Si todo tu cuerpo está iluminado, sin nada de sombra, tendrá tanta luz como cuando la lámpara te ilumina con sus rayos».”
Palabra de Dios… ¡Gloria a Ti Señor Jesús! NOTA
Reconstruimos brevemente el texto con los niños y recordamos algunas de las ideas-fuerza trabajadas en este sublema. Como signo de esta Celebración realizamos con los niños una lámpara o portavelas con el sentido que ella pueda iluminar e iluminarme en este caminar, para lograr interpretar(nos) unos a otros… para tratar de vernos en profundidad.
También se puede reemplazar la lectura por la Parábola de La Luz Bajo el Celemín, de Valivan
Dentro de la lámpara escribimos el nombre de la persona a la que queremos que la luz de Dios ilumine. Mientras trabajamos y al cerrar, cantamos: “Bendita tu luz”.
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San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Que viva Jesús en nuestros corazones… por siempre!
Bendita tu luz (instrumental)
Bendita tu luz
para
Cruzar fronteras, construir encuentros
decidir
Agosto/Septiembre/Octubre
Este sublema nos invita a repensar una dimensión importantísima de nuestro ser “humanos”. Desde que nacemos y mientras vamos creciendo vivimos sin saber conscientemente que estamos llamados a tomar decisiones permanentemente, desde que damos nuestros primeros pasos o decimos nuestras primeras palabras. Nosotros somos los únicos seres vivos que tenemos libertad para poder elegir y decidir. Vivimos enfrentando dilemas y tomando decisiones en consecuencia. Desde esta clave les ofrecemos dos actividades para trabajar con los niños. La primera es en torno al video “la recompensa de nuestras buenas acciones” para ayudarnos a pensar cómo nuestras buenas decisiones no sólo tienen derivaciones hacia nosotros mismos sino también hacia los demás. La segunda actividad es “el juego de las puertas” que nos posiciona en el dilema de elegir, dilema vital al que nos enfrentamos cotidianamente. Finalmente, para celebrar, traeremos a la memoria al Hno. Jumaélien que tomó una decisión gracias a la que hoy es posible la presencia lasallana en nuestro Distrito. Actividad 1 Invitamos a los niños a mirar el video “La recompensa de nuestras buenas acciones”. Concluido el video, dialogamos sentados en ronda: ¿Qué vieron? ¿Qué situaciones se le presentan al protagonista? ¿Cuál es su actitud ante ellas? ¿Qué otra decisión podría haber tomado? ¿Por qué habrá tomado esas decisiones? ¿Cómo hubieran reaccionado ustedes? ¿Qué logró con sus decisiones? ¿Qué pensará Jesús sobre su forma de actuar? ¿Si se arrepintieran por no haber decidido, qué podrían hacer? ¿Qué acción sería reparadora? Es importante que tomemos conciencia de que todas nuestras acciones redundan en el bienestar de los demás pero también en el nuestro. El hombre del video no recibía ninguna recompensa material: su recompensa o premio era el bienestar de los demás y la emoción y alegría que sentía cada vez que realizaba una buena acción.
La recompensa de nuestras buenas acciones
¿Qué nos dice Jesús respecto de las buenas acciones? Compartimos juntos el Evangelio según San Lucas (Lc 10, 25-37)
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“Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?». Jesús le preguntó a su vez: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?». El le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo». «Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida». Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: «¿Y quién es mi prójimo?». Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver". ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?». «El que tuvo compasión de él», le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la misma manera». El encuentro de Jesús con Marta y María”.
Palabra de Dios… ¡Gloria a Ti Señor Jesús! Cerramos esta actividad dejando resonar la cita bíblica. Les proponemos a los niños cerrar los ojos y pensar el recorrido por un día de su vida, desde que se levantan por la mañana hasta que van a descansar por la noche ¿Qué decisiones tomamos o podríamos tomar ante diferentes situaciones? Registramos en una cartulina situaciones de los niños y nos comprometemos a estar más atentos a lo que sucede a nuestro alrededor y a nuestras decisiones.
NOTA Con los niños de 1er ciclo podemos -en lugar de la lectura del texto- mirar el video: Parábola del Buen Samaritano (de Valivan)
Ejemplo: “Yo decido”... Ayudar a mi mamá cuando…. Si veo qué un niño está triste… Compartir mis juegos y juguetes con... Si alguien se golpea… Actividad 2 En esta segunda actividad les proponemos “El juego de las puertas”.
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Necesitaremos un panel de “telgopor” u otro material similar sobre el que colocaremos cartulinas recortadas de manera que simulen puertas (podemos obtener unas ocho “puertas” de cada una). Detrás de cada puerta habrá una imagen que represente una acción realizada por los niños con sus pares; en otra serie de puertas habrá diferentes propuestas para resolver esas situaciones. Por ejemplo: en alguna puerta habrá un niño peleando con otro por un juguete; en la siguiente, un niño empujando o pegándole a otro, etc. En las otras puertas: un niño dialogando con otro, un niño abrazando a otro, ambos niños hablando con un adulto.
Al finalizar el juego, proponemos realizar el siguiente análisis: ¿Qué decisiones tomamos? ¿Qué consecuencias tuvieron estas decisiones? ¿Qué sentimientos me surgen (enojo, tristeza, desprecio, cariño)? ¿Dependiendo de mi decisión, cuál piensan ustedes que será la reacción del otro/a? De esta forma podremos valorar la importancia de pensar antes de actuar y decidir correctamente sobre nuestras acciones, ya que siempre tendrán una consecuencia positiva o negativa. Luego de esta actividad, los niños llevarán a su hogar una llave realizada en cartulina de tamaño A4. Se les pedirá que conversen y reflexionen en sus hogares sobre qué compromiso estarían dispuestos a asumir como familia lasallana; que lo redacten o ilustren sobre ella y la envíen, ya que será el gesto de entrega para la siguiente celebración.
Celebración Nos hacemos la señal de la cruz... Maestra: Acordémonos que estamos en la Santa Presencia de Dios… Niños: Te adoramos Señor Celebramos las “buenas decisiones” que tomamos con nuestros compañeros, amigos, familia y muchas otras personas con las que me cruzo en la escuela y en otros ámbitos.
¿Nos quedamos?
Escuchamos la canción “¿Nos quedamos?”. Luego, proclamamos la Palabra de Dios: la recompensa para los que deciden seguir a Jesús “Pedro le dijo: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús respondió: «Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.”
Hno. Jumaélien
Palabra de Dios… ¡Gloria a Ti Señor Jesús! ¿De qué recompensa hablará Jesús? ¿Qué significa dejarlo todo para seguirlo? Evidentemente, Jesús habla de seguirlo en clave de tomar buenas decisiones para sí mismos y para los demás. Dejarlo todo es empeñarse en hacer lo mejor para construir un mundo mucho más bello para todas las personas. La recompensa que nos da Jesús es su amistad y amor, incondicionales, y la alegría de saber que estamos haciendo el bien como Él lo hizo. El Hno. Jumaélien tomó buenas decisiones, siguió a Jesús y su recompensa fue ver la obra de La Salle en nuestra tierra. La alegría de tantos niños que pudieron acceder a la educación gracias a su decisión de quedarse en esta tierra fue su gran recompensa.
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Les presentamos la historia del Hermano Jumailién, quien junto con otros dos hermanos deciden seguir a Jesús y venir a nuestro país para instalar a La Salle en Argentina. A pesar de las dificultades que se les fueron presentando, Jumailién, decide quedarse y apostar por las escuelas gratuitas para los pobres, Así como los apóstoles y el Hermano Jumaélien nosotros también podemos decidir hacer algo por el prójimo. Lo pensamos en casa, con nuestros padres, hermanos: ¿en qué estamos dispuestos a comprometernos? ¿Qué decisiones vamos tomar junto a nuestra familia para seguir a Jesús?¿En qué actitudes o gestos concretos reflejamos lo que decidimos hacer en familia? Las buenas decisiones son las llaves que abren la puerta a una buena vida. Ofrecemos “las buenas decisiones” que tomamos en familia como un compromiso asumido, estas pueden ser, por ejemplo: Colaborar con una fundación, Donar ropa, Estar atentos a campañas solidarias, Etc. Pegamos las llaves en un afiche para luego exponerlas en los pasillos de nuestra escuela. Cantamos “¿Nos quedamos?”
San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Que viva Jesús en nuestros corazones… por siempre!
¿Nos quedamos? Letra: Alejandro Cowes Música: Juan Pablo Cerrano
Siglo y cuarto que germina desde Reims a la Argentina Tierra fértil nuestra Patria para un signo de esperanza. El principio de este sueño tres palabras: yo me quedo. Horizontes, un carisma, aulas, lemas, mates, siglas. Niños, niñas, los Hermanos, pobres, ricos, profes, laicos asociados, misioneros, gritan fuerte: ¡yo me quedo! Viva llama mantuvieron corazones que ardieron Venerado Columbario testimonio del legado Hoy cenizas de aquel fuego, no se apaga: yo me quedo. Oraciones, rito, umbrales, formación, comunidades, asambleas, la ternura Reino, vida-fe-cultura. Manos juntas construyendo ¿nos quedamos? Yo me quedo
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Es mi casa, es mi escuela, es mi orgullo nuestra estrella. Dondequiera ir anunciando, soy por siempre lasallano. No es un sitio, no es un tiempo, Es ser fiel: yo me quedo.
Deseamos que estas actividades ayuden a los niños a entender que ser lasallano es ponerse al servicio de los demás brindando gestos concretos que puedan ayudar, transformar y transformarnos. Actividad En un primer momento proponemos a los niños mirar el video “For the birds”: un grupo de pájaros no aceptan a otro más grande por sus diferencias físicas y forma de ser.
Cruzar fronteras, construir encuentros
Desde esta clave es que les proponemos, en un primer momento, ver un video para trabajar el reconocimiento de las diferencias que nos enriquecen para, en un segundo momento, a partir de un cuento, poder pensar un poco en el entorno/contexto. Celebramos, finalmente, el camino recorrido este año cruzando fronteras y construyendo encuentros.
para
transformar
Cada sublema que trabajamos a lo largo del año nos sirvió para identificar y reconocer en el otro a un Jesús vivo, presente, misericordioso y comprometido con nuestro mundo. Este último sublema nos invita a trascender apoyados en el amor, deseo, búsqueda y construcción de un mundo más humano, justo e inclusivo.
Noviembre /Diciembre
A fin que los niños puedan seguir avanzando en el concepto de que es lo distinto con el otro lo que nos complementa y enriquece, enunciamos a continuación algunas preguntas orientadoras para dialogar a partir de él: ¿Qué ocurre al inicio del video? ¿Qué actitudes tienen los pajaritos pequeños con el pájaro grande? Cómo se llevaban los pajaritos pequeños entre ellos? ¿Qué hizo el pájaro grande al detectar que los más chiquitos no lo querían? ¿Qué opinas de la actitud de los pajaritos pequeños? Si fueras el pájaro grande ¿cómo te hubieses sentido? ¿Qué enseñanza te dejo el video? Ahora, pensemos en nuestro grupo de compañeros… ¿alguna vez alguien se sintió como el pájaro grande? ¿Qué hicieron para ayudarlo? En este punto podemos entregarle a cada niño la silueta de un pajarito para que en ella escriban o dibujen las respuestas. En un segundo momento, buscamos ampliar la mirada hacia afuera, valorando actitudes como la generosidad y solidaridad que podemos compartir con el otro. Leeremos el cuento: “Un alto en el camino” (página 28) que nos ayuda a ver las actitudes o miradas que los distintos personajes tienen frente a una misma realidad.
For the birds
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Un alto en el camino En un lejano país hubo una vez una época de gran pobreza, donde sólo algunos ricos podían vivir sin problemas. Las caravanas de tres de aquellos ricos coincidieron durante su viaje, y juntos llegaron a una aldea donde la pobreza era extrema. Era tal su situación, que provocó distintas reacciones a cada uno de ellos, y todas muy intensas. El primer rico no pudo soportar ver aquello, así que tomó todo el oro y las joyas que llevaba en sus carros, que eran muchas, y los repartió sin quedarse nada entre las gentes del campo. A todos ellos deseó la mejor de las suertes, y partió. El segundo rico, al ver su desesperada situación, paró con todos sus sirvientes, y quedándose lo justo para llegar a su destino, entregó a aquellos hombres toda su comida y bebida, pues veía que el dinero de poco les serviría. Se aseguró de que cada uno recibiera su parte y tuviera comida para cierto tiempo, y se despidió. El tercero, al ver aquella pobreza, aceleró y pasó de largo, sin siquiera detenerse. Los otros ricos, mientras iban juntos por el camino, comentaban su poca decencia y su falta de solidaridad. Menos mal que allí habían estado ellos para ayudar a aquellos pobres... Pero tres días después, se cruzaron con el tercer rico, que viajaba ahora en la dirección opuesta. Seguía caminando rápido, pero sus carros habían cambiado el oro y las mercancías por aperos de labranza, herramientas y sacos de distintas semillas y grano, y se dirigía a ayudar a luchar a la aldea contra la pobreza. Y eso, que ocurrió hace tanto, seguimos viéndolo hoy. Hay gente generosa, aunque da sólo para que se vea lo mucho que dan, y no quieren saber nada de quien lo recibe. Otros, también generosos, tratan de ayudar realmente a quienes les rodean, pero sólo para sentirse mejor por haber obrado bien. Y hay otros, los mejores, a quienes no les importa mucho lo que piense el resto de generosos, ni dan de forma ostentosa, pero se preocupan de verdad por mejorar la vida de aquellos a quienes ayudan, y dan mucho de algo que vale mucho más que el dinero: su tiempo, su ilusión y sus vidas.
Reflexionamos con los niños con la guía de preguntas: ¿Qué habrán pensado las personas de la aldea al ver la llegada del primer visitante? ¿Del segundo? ¿Y del tercero? ¿Con qué actitud te sentís más identificado? ¿Pensás que los visitantes se detuvieron para conversar con ellos sobre qué necesitaban? ¿Qué habrán necesitado las personas de la aldea? ¿Recibieron esa ayuda? Pensando en lo cotidiano, ¿hablamos con nuestros compañeros? ¿Nos interesamos por cómo se sienten? A modo de cierre te invitamos a elaborar un collage teniendo en cuenta los nuevos aportes de los visitantes, los aldeanos y los nuestros. Celebración NOTA días antes de la celebración les pediremos a los chicos que traigan dos fotos, una de comienzos del año escolar – cuando eran más pequeños – y otra de la actualidad.
Momento previo a la Celebración Nos reuniremos sentados en un gran ronda, en el centro se encontrarán las fotos de los niños. Dialogamos: ¿Qué ven? ¿Qué cambios pueden notar entre sus fotos? ¿Sólo crecieron en tamaño? Las cosas que vivieron: los juegos, las nuevas amistades, incluso las lágrimas… ¿los ayudaron a crecer? ¿Qué fue lo que más les gusto del año? ¿En qué momento se sintieron contentos, en cual triste?
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La docente irá anotando estas respuestas en una cartulina. Luego de escuchar a los niños
les comentaremos que hoy nos transformaremos: ¿en qué les gustaría convertirse?, también se anotarán las respuestas de los niños. Ustedes saben que hay un animal que se transforma: se encierra en una casita, que construye ella sola y de a poco va cambiando su forma hasta convertirse en algo totalmente diferente, ¿Alguien sabe que animal es?, los invitaremos a ver el corto: “Sweet Cocoon” (hasta el minuto 5:06). Este corto, trata sobre la ayuda que una oruga tiene para completar su transfor-mación. Sus ayudantes brindaron tiempo, esfuerzo, paciencia y creatividad para lograr este fin. Al igual que la oruga, para convertirnos en mariposa necesitamos de la ayuda de otros...
Sweet Cocoon
Hoy vamos a usar las fotos de la actualidad para mostrar este proceso, pero a nosotros ¿Qué elemento de la mariposa nos faltara? ¿Qué necesitamos como ella para volar?... Con la técnica de la pintura axial realizaremos manchones bien coloridos sobre la hoja para crear alas; los más grandes podrán cortar solos la silueta y los pequeños con ayuda de la docente. Para finalizar este encuentro nos proponemos pensar y agradecer a aquellos que nos ayudaron a crecer a lo largo del año, ¿Qué palabras lindas puedo compartir con mis amigos? (1) ¿En qué puedo mejorar para ayudarlos? ¿Aprendí a ponerme en el lugar del otro para ver cómo se sentía? ¿Todas las alas son iguales? ¿Es mejor o peor que sean distintas? ¿Por qué? Celebración Nos hacemos la señal de la cruz...
1. Intentamos compartir la mayor cantidad de palabras, ya que están serán registradas y luego utilizadas, por ejemplo: Compañía- JuegosAmistad- Amor- AmigosCrecer-Diversión- Distintos)
Maestra: Acordémonos que estamos en la Santa Presencia de Dios… Niños: Te adoramos Señor Les proponemos a los niños hacer silencio, respirar profundo, y escuchar la palabra de Dios. Proclamamos la palabra de Dios, según San Mateo 18, 1-5. “En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?». Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los
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Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.”
Palabra de Dios… ¡Gloria a Ti Señor Jesús! Nos ubicaremos frente al mural que comenzamos a construir en los primeros meses del año, veremos el puente, las huellas… e invitaremos a los niños a tomar en sus manos sus fotos decoradas con alas de mariposas, les pediremos que piensen y dejen pasar por el corazón aquellos recuerdos que los hagan sonreír, que les hagan rememorar a algún amigo en especial (quienes lo deseen podrán compartir con el grupo estos momentos)... Así, se irán poniendo de pie y ubicando su foto. La docente de nivel inicial invitara a los niños a incluir carteles con las palabras dichas en el momento de preparación para la celebración; en tanto que la de nivel primario podrá invitarlos a descubrir palabras en base a un juego de “letras desordenadas”. Una vez finalizado este momento observamos nuevamente nuestro mural y generamos el intercambio a partir de algunas preguntas: ¿Cómo les parece que quedó? Si no hubiéramos colaborado todos: ¿habría sido tan lindo? Si hubiéramos peleado y discutido con nuestros compañeros: ¿tendría todos estos colores? ¿Qué colores habrían predominado? Y si no estuvieran tus compañeros: ¿habrías tenido con quien jugar y compartir? ¿cómo te hubieras sentido?... Le agradeceremos a Jesús con esta oración (la seño la dice y los niños repiten): “Gracias Jesús por acompañarnos a lo largo del año, por darnos la posibilidad de compartir con nuestros compañeros y de crecer junto a ellos. Regalanos tu amistad siempre” Amén. Concluimos cantando “Yo tengo un amigo que me ama”.
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San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Que viva Jesús en nuestros corazones… por siempre!
Yo tengo un amigo que me ama.
mis ideas
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Equipo coordinador Santiago Caballero, Fernando Fontanellaz, Lucas Leal, Martina Nadal.
Colaboradores Nivel Inicial y 1er Ciclo Nivel Primario: Mónica Analía Vélez - Melina del Mar Feito - Florencia Guatti - Victoria Nieto - Candelaria Martinez - Gabriela Lazarte - Hno Fabián Maragliano 2do Ciclo Nivel Primario: Maria Lucila Salar - Maria Eva Angeli - Carolina Vicentini - Maria Alejandra Espel Nivel Secundario: Matías Frontuto y Cristian Moschen Lectura Orante: Gisela Romero Oración de la Mañana: Adrián Di Gregorio
Cruzar fronteras, construir encuentros Nivel Inicial y 1er ciclo de Nivel Primario © Grupo Editorial Parmenia © Stella Viamonte 1984 – C1056ABD Ciudad de Buenos Aires – Argentina Tel: (011) 4374-0346 y rotativas Fax: (011) 4374-8719 E-mail: editorial@parmenia.com.ar www.parmenia.com.ar Publicación de uso interno Directora General: María Gabriela Spalla Fuentes Subdirectora de Ediciones: María Gabriela Flores Diseño y maqueta: Marisa Paulón Queda expresamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de la obra por cualquier medio o procedimiento, comprendiendo la reprografía y el tratamiento informático.