oraciĂłn de la maĂąana
Cruzar fronteras, construir encuentros
Subsidios para la
lema 2018 introducción
Cruzar fronteras, construir encuentros “¿Fronteras? Yo nunca he visto una. Pero he oído que existen en la mente de algunas personas.” Esta cita de Thor Heyderdahl encabeza una de las reflexiones lasallanas que nos ofrece el Hermano Superior General y su Consejo para tomar conciencia del llamado personal y comunitario que nos hace Dios y la calidad de nuestras respuestas. “Ir más allá de nuestras fronteras nos exige reconocer la presencia de Dios en el otro, y presentar la novedad esencial, la “buena nueva” de Cristo resucitado, válida para toda condición humana, sin distinción de pueblos, ni de tiempos. El mundo que tenemos exige discernimiento. Ser lasallistas más allá de las fronteras en un mundo globalizado, anunciar la buena nueva hoy, en una demografía cambiante, implica reflexión, diálogo y discernimiento.” El Hno. Superior General Robert Schieler por el año 2016 decía a los Hermanos Visitadores: “Para transfigurar y ser transformado, primero hay que conocer a personas que son diferentes, no a nuestros familiares, amigos y vecinos que son como nosotros.” Esto implica cruzar fronteras y experimentar la vida en las periferias. El paso a nuevos entornos, ya sea dentro de nuestros propios Distritos y Comunidades o más allá, puede proporcionar el impulso para la más fundamental transformación a la que San Juan Bautista de La Salle nos exhorta: “Es necesario que el cambio que debe operarse en nosotros se verifique en lo interior, y que seamos plenamente transformados por la luz, por la plenitud de la gracia y por la posesión del Espíritu de Dios” (Med. 152.2). Como Distrito en respuesta al llamado de Dios de ir más allá de las fronteras, juntos caminaremos bajo el lema que nos convoca este año: “Cruzar fronteras, construir encuentros”. Es una invitación a reflexionar sobre las fronteras que construimos a
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nivel personal, comunitario, ideológico, etc.; superando las raíces de prejuicios instaladas en nuestros pensamientos, en las personas y/o comunidades para así construir encuentros que transforman la vida, generando un mundo más humano y fraterno. El lema “Cruzar fronteras, construir encuentros” nos propone este año el método del discernimiento, en sintonía con los criterios que sobre él el Papa Francisco presenta en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium y el próximo Sínodo de los Obispos a realizarse este año 2018 sobre el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, cuyo documento preparatorio nos dice lo siguiente: “Existe un discernimiento de los signos de los tiempos, que apunta a reconocer la presencia y la acción del Espíritu en la historia; un discernimiento moral, que distingue lo que es bueno de lo que es malo; un discernimiento espiritual, que tiene como objetivo reconocer la tentación para rechazarla y, en su lugar, seguir el camino de la plenitud de vida. Los tres verbos con los que esto se describe en la Evangelii Gaudium Nº 51 son: “reconocer, interpretar y elegir”. El Espíritu habla y actúa a través de los acontecimientos de la vida de cada uno, el propósito del discernimiento es descubrir cómo transformarlas, a la luz de la fe, en pasos hacia la plenitud del encuentro con el otro y la alegría a la que todos estamos llamados.
Estos dinamismos del espíritu serán inspiración para nuestro caminar distrital: reconocer, interpretar, decidir (elegir), transformar. Aquí tenemos una palabra nueva, transformar, la incluimos porque nuestra vida diaria está regida por encuentros ya sean cotidianos, programados, casuales; y éstos tienen en sí la potencialidad para transformar. Jesús, a lo largo de la vida y tras su Resurrección, se encuentra con diversas personas a las que comunica su fe, su amor, su perdón, su esperanza, les devuelve la dignidad. De nosotros depende la dimensión y el valor que le damos a cada uno de nuestros encuentros. Sólo el encuentro con Jesús nos dará la gracia de ser como Él portadores de esperanza para transformar nuestra vida personal, nuestras comunidades, nuestros ambientes. Reconocer El reconocimiento se refiere, en primer lugar, a los efectos que los acontecimientos de mi vida, las personas que encuentro, las palabras que escucho o que leo producen en mi interioridad: una variedad de «pensamientos, deseos, sentimientos, emociones» (Amoris laetitia, 143). La fase del reconocimiento sitúa en el centro la capacidad de escuchar y la afectividad de la persona. Reconocer mis limitaciones humanas, las de mi familia, mis compañeros, mis alumnos, etc. Interpretar No basta reconocer lo que se ha experimentado: hay que “interpretarlo”, o, en otras palabras, comprender a qué el Espíritu está llamando a través de lo que suscita en cada uno. Esta fase de interpretación es muy delicada: se requiere paciencia, vigilancia y también un cierto aprendizaje.
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Para interpretar es necesario confrontarse honestamente, a la luz de la Palabra de Dios, también con las exigencias morales de la vida cristiana y de los signos de los tiempos, siempre tratando de ponerlas en la situación concreta que se está viviendo ya sea a nivel personal, comunitario, áulico, etc.
Decidir Una vez reconocido e interpretado el mundo de los deseos y de las pasiones, el acto de decidir se convierte en ejercicio de auténtica libertad humana y de responsabilidad personal, siempre claramente situadas y por lo tanto limitadas. La elección está llamada a traducirse en acción, a tomar cuerpo, a iniciar un camino hacia el prójimo, aceptando el riesgo de confrontarse con la realidad que había puesto en movimiento deseos y emociones. Otros movimientos interiores nacerán en esta fase: reconocerlos e interpretarlos permitirá confirmar la bondad de la decisión tomada o aconsejará revisarla. El camino de la vida impone decidir, porque no se puede permanecer indefinidamente en la indeterminación. Pero es necesario dotarse de los instrumentos para reconocer la llamada del Señor a la alegría del amor y elegir responder a ella. Transformar Los pasajes evangélicos que narran el encuentro de Jesús con las personas de su tiempo resaltan algunos elementos que nos ayudan a reconocer que un verdadero encuentro con el Señor transforma la vida, hay una nueva concepción en la persona sobre su realidad, y una alegría renovada en su manera de continuar el camino. Cuando Dios transforma nuestra vida es para que vivamos con alegría y generemos un impacto en otras personas. Al ser transformados en nuestros encuentros con Dios podemos transformar nuestros encuentros con los demás. En el material que preparamos encontrarán subsidios para los distintos niveles: Inicial, Primario, Secundario y Adultos. Pensamos un recorrido sencillo pero de profunda reflexión y compartir comunitario, que favorezcan la reflexión de la mañana, con celebraciones y material de lectura orante. Acompañamos cada nivel con diversos recursos que procuramos los ayuden a propiciar una mediación significativa y comunitaria.
1. Somos ciudadanos del mundo. Hno. Paulo Petry, fsc – Consejo para la RELAL – Hno. Castañeda Casas, fsc – Sec. Regional de Misión. 2. Documento Preparatorio para la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos 2018.
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los sublemas
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reconocer
Febrero / Marzo / Abril
En Febrero nos reencontramos como educadores para soñar juntos un nuevo año. Tejemos, entre diálogos y mates, los sentidos que queremos compartir con nuestros chicos en esta nueva etapa. Es tiempo de planificar, realizar acuerdos y proyectar experiencias educativas que nos transformen, nos reposicionen y nos abran al Dios de la vida que habla en los seres humanos de hoy y se revela en ellos. Es tiempo para mirar el mundo juntos y soñar otro mundo posible en la escuela tejiendo diversos sentidos que se pondrán en juego con los chicos durante el año. Y así, entre preparativos, llega Marzo y la vida de la escuela comienza a andar. Y nos reencontramos con nuestro grupo de niños o nos encontramos con un grupo nuevo y vamos compartiendo las expectativas que el nuevo año y la nueva etapa nos deparan… y así, reencontrándonos, el año empieza a rodar y este sublema nos invita embarcarnos en la aventura de reconocer(nos). Reconocer es, ante todo, prestar atención, profundizar, examinar, distinguir, identificar… ¿Qué supone entonces esta aventura para nosotros? Ayudados por el Papa Francisco los Obispos entendemos que reconocer(nos) supone… Tomar conciencia de los efectos que provocan en mi interioridad los acontecimientos de mi vida, las personas con las que me encuentro, las palabras que escucho o leo y la dirección hacia la cual me empujan esa diversidad de emociones, deseos y sentimientos. (Cf. Documento preparatorio para el Sínodo de los Obispos 2018, Nº 2, página 9 http://jovenes.accioncatolica.org.ar/wp-content/ uploads/2017/06/ Documento-Preparatorio-para-el-Sinodo-de-Jovenes-2018.pdf ) Reconocer al otro, buscar su bien, ampliar mi mirada para descubrir un bien mayor que nos beneficia a todos, alentar la comunión que sana, promueve y afianza las relaciones interpersonales en medio de un mundo posmoderno y globalizado que privilegia un estilo de vida con vínculos débiles e inestables entre las personas Cf. EG 9.67.235· Aprender a encontrarse con los demás valorándolos y aceptándolos como compañeros de camino descubriendo a Jesús en los rostros de los demás, en su voz, en sus reclamos, en sus luchas, optando siempre por la justicia y la fraternidad y reconociendo el valor inviolable de toda vida humana Cf. EG 91.213· Promover un auténtico testimonio de comunión fraterna que sea anuncio atractivo y resplandeciente de la Buena Noticia donde todos puedan admirar cómo nos cuidamos, cómo nos sostenemos, cómo nos acompañamos y cómo nos damos aliento mutuamente. EG 99
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Vivir la mística de acercarnos a los demás y de buscar su bien con la certeza de que cada/toda persona es digna de nuestra entrega. Los demás amplían nuestro interior para recibir los más hermosos regalos del Señor porque encontrarnos con otro ser humano en el amor nos capacita para descubrir algo nuevo de Dios. EG 272. 274
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interpretar
Nuestra escuela es un ensayo cotidiano de reconocer(nos), un laboratorio donde día a día ponemos en juego la alteridad, el lugar del otro (y de lo Otro), la empatía. Nos reconocemos a nosotros mismos y nos reconoce(mos) en el otro para tomar conciencia de nuestros límites y saltar esas barreras que nos permiten descubrir al otro y enriquecernos con su presencia. Cruzar fronteras, construir encuentros y re-conocer(nos) es el desafío.
Mayo /Junio/ Julio
No es novedad decir que la realidad social se vuelve cada vez más compleja. De hecho, no podemos hablar sencillamente de realidad, sino que deberíamos hablar de realidades. Suceden cosas en el mundo actual que nos obligan a pensar que no existe una única realidad, sino que existen tantas como personas en él. Francisco nos dice que “la humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, la educación y la comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas”. Entonces, ¿cuál es la realidad? ¿La vida de aquellos beneficiados por los aclamados avances de la humanidad? ¿O la de aquellos, que sobre sus vidas y sus miserias se apoyan el capitalismo y la globalización para lograr dicho progreso? Ambas, y también todas las distintas realidades que hay entre ellas. La pregunta quizás sería ¿qué realidades conocemos nosotros?, o ¿a cuáles le ponemos atención? Como cristianos, y lasallanos, estamos invitados a no poner nuestra mirada en cualquier realidad, ni a hacerlo inocentemente. Como lo hizo Jesús, como lo hizo San Juan Bautista, entendemos que la forma de acercarnos a estas realidades es teniendo un discernimiento desde el lugar del pobre. ¿Significa que debemos tener una mirada más atenta sobre los pobres? Significa mucho más que eso. “Todo punto de vista consiste en ver las cosas desde un determinado punto. Pues bien, ¿cuál es hoy el punto desde donde podemos tener una visión más exacta de la realidad? Para América Latina, dicho punto lo constituye actualmente el "lugar de los pobres". Y por "lugar de los pobres" entendemos la causa de los pobres, su existencia sacrificada, su lucha, sus intereses referidos a la vida, al trabajo, a la dignidad y al placer. Los pobres constituyen las grandes mayorías, y las cuestiones que ellos suscitan afectan a todos los hombres; por eso nadie puede permanecer indiferente ante el grito del oprimido que pide pan y liberación. Asumir el lugar del pobre constituye el primer gesto de solidaridad. Asumir el lugar del pobre supone un esfuerzo por ver la realidad desde su óptica. Y entonces queda perfectamente claro que la realidad debe ser transformada, porque es demasiado injusta para la mayoría de los hombres, a los que empobrece y margina.” Si queremos ser capaces de interpretar nuestro mundo desde una perspectiva cristiana y lasallana, debemos mirar los hechos desde las realidades más empobrecidas; posicionarnos en este lugar, sin hablar de esas realidades como si nos fueran ajenas.
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ajenas. No es un desafío menor, teniendo en cuenta que estamos inmersos en una cultura que promueve el individualismo, y cuya mirada sesgada hace que no nos sintamos identificados con estas realidades, sino que por el contrario, las creamos ajenas, distantes, y hasta peligrosas. “Hay hombres ciegos, que no pueden ver; hay también hombres cegados, que no quieren ver las cosas como son, sino como ellos las juzgan; y hay hombres cegadores, que pretenden que los demás no vean la realidad como es, sino como ellos quieren que sea.” Las palabras de Monseñor Angelelli, pronunciadas hace ya más de 40 años, vuelven a nuestros oídos con el mismo mensaje: es necesario abrir los ojos. Y esa mirada, nuestra mirada, debe ser la de la Fe, como propuso La Salle hace más de 300 años. En la medida en que no seamos capaces de correr el velo que se nos pone día a día desde los discursos sociales y los medios de comunicación; que no tengamos la valentía de mirar a través de nuestros propios ojos, y no por los anteojos de la televisión; ; en la medida en que no sea el Evangelio el criterio para comprender la realidad, y no los intereses de algunos pocos, que quieren hacer creer son los de todos, no podremos realmente interpretar lo que le pasa a los niños, a los jóvenes y a sus familias, con quienes compartimos la misión día a día. Históricamente Dios nos habla desde la vida de los pueblos, y particularmente desde los empobrecidos. No es, no ha sido, y tampoco será tarea fácil sostener una espiritualidad de ojos abiertos, sin duda. Interpretar la realidad desde los ojos del Dios de la Vida, desde la mirada de Cristo, nos traerá angustias, frustraciones, enojos, enfrentamientos. Pero no debemos olvidar su Palabra, que frente a los contratiempos que puedan presentarse, con claridad, convicción y firmeza nos sigue y seguirá diciendo: “¡Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen.” (Mt 13, 16) 2013, FRANCISCO, Papa, Evangeli Gaudium, pág 44-45, párrafo 52. (Boff 1986, 9) Texto extraído de la Homilía de la misa radial de Monseñor Angelelli, 9 de marzo de 1975
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decidir
Agosto/Septiembre/Octubre
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El lema de este este año nos invita a salir de nuestras “zonas de confort” y cruzar fronteras. Fronteras que pueden ser de distancia, culturales, ideológicas, sociales, afectivas, etc. Muchas veces ir acercándonos a éstas fronteras es ir en busca de lo desconocido, pero a la vez esperanzador. También los lasallanos nos proponemos para este 2018 construir encuentros. Frente a la cultura del individualismo, queremos caminar hacia encuentros que generen vida, encuentros sinceros, distintos, transformadores. Encontrarme con otros supone una actitud de búsqueda generosa de apertura a los demás.
Ahora bien, comprometernos a caminar en esta clave de cruzar fronteras y construir encuentros siempre supone DECISIONES. Decisiones que tienen que ver con buscar el bien y distinguirlo del mal en este mundo, decisiones de distinguir entre lo menos bueno y lo bueno, entre lo más bueno y lo óptimo, a partir de indicios que nos vienen dados por la misma realidad y que no pueden ser simplemente elegidos arbitrariamente por el capricho o el gusto de cada momento... todo esto parece que es algo esencial, constitutivo, del ser humano como ser orientado a actuar con libertad y responsabilidad en relación con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Vivir actuando humana y responsablemente es vivir decidiendo de una u otra forma. Lo hacemos todos los días. Decidir con libertad es el motor de nuestra recorrido vital. El documento preparatorio de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos propuesto por el Papa Francisco para este año cuyo tema será “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” nos da alguna pista con respecto al discernimiento y las “decisiones”: “Tomar decisiones y orientar las propias acciones en situaciones de incertidumbre y frente a impulsos internos contradictorios es el ámbito del ejercicio del discernimiento. Se trata de un término clásico de la tradición de la Iglesia, que se aplica a una pluralidad de situaciones. En efecto, existe un discernimiento de los signos de los tiempos, que apunta a reconocer la presencia y la accion del Espiritu en la historia”. “El Espíritu habla y actúa a través de los acontecimientos de la vida de cada uno, pero los eventos en sí mismos son mudos o ambiguos, ya que se pueden dar diferentes interpretaciones. Iluminar el significado en lo concerniente a una decisión requiere un camino de discernimiento. Los tres verbos con los que esto se describe en la Evangelii Gaudium, 51 – reconocer, interpretar y elegir – pueden ayudarnos a delinear un itinerario adecuado tanto para los individuos como para los grupos y las comunidades, sabiendo que en la práctica los límites entre las diferentes fases no son nunca tan claros.” “Una vez reconocido e interpretado el mundo de los deseos y de las pasiones, el acto de decidir se convierte en ejercicio de auténtica libertad humana y de responsabilidad personal, siempre claramente situadas y por lo tanto limitadas. Promover elecciones verdaderamente libres y responsables, despojandose de toda connivencia con legados de otros tiempos, sigue siendo el objetivo de toda pastoral…” “La decisión debe ser sometida a la prueba de los hechos en vista de su confirmación. La elección no puede quedar aprisionada en una interioridad que corre el riesgo de mantenerse virtual o poco realista – se trata de un peligro acentuado en la cultura contemporánea –, sino que está llamada a traducirse en acción, a tomar cuerpo, a iniciar un camino, aceptando el riesgo de confrontarse con la realidad que había puesto en movimiento deseos y emociones. Otros movimientos interiores nacerán en esta fase: reconocerlos e interpretarlos permitirá confirmar la bondad de la decisión tomada o aconsejará revisarla. Por esto es importante “salir”, incluso del miedo de equivocarse que, como hemos visto, puede llegar a ser paralizante.” En el año 2005 un periodista y escritor polaco llamado Ryszard Kapuscinski, en un artículo publicado en el diario La Nación titulado “El encuentro con el otro”, planteaba lo siguiente:
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“Desde siempre, el encuentro con el Otro ha sido una experiencia universal y fundamental para nuestra especie. Según dicen los arqueólogos, los primeros grupos humanos eran pequeñas familias o tribus de treinta a cincuenta individuos. De haber sido más numerosas, su nomadismo habría perdido rapidez y eficiencia. De haber sido más reducidas, la autodefensa eficaz y la lucha por la supervivencia les habrían resultado más difíciles. He aquí, pues, a nuestra pequeña familia o tribu vagando en busca de alimento. De pronto, se topa con otra familia o tribu y descubre que hay otras personas en el mundo. ¡Qué paso significativo en la historia mundial! ¡Qué descubrimiento trascendental! Hasta entonces, los miembros de estos grupos primordiales, que deambulaban en compañía de treinta o cincuenta parientes, habían podido vivir en el convencimiento de que conocían a toda la población mundial. Resultó que no era así: ¡también habitaban el mundo otros seres similares a ellos, otras personas! Pero ¿cómo actuar frente a semejante revelación? ¿Qué hacer? ¿Qué decisión tomar? ¿Debían arremeter contra esas otras personas? ¿Mostrarse indiferentes y seguir su camino? ¿O, más bien, tratar de llegar a conocerlas y comprenderlas?...”
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Al toparse con el Otro, la gente tuvo, pues, tres alternativas: hacer la guerra, construir un muro a su alrededor o entablar un diálogo. Es nuestra DECISIÓN discernir con total libertad para ir en busca de un mundo mas justo e igualitario para todos.
Noviembre /Diciembre
Ya hemos recorrido juntos gran parte del camino que el Señor trazó este año para nosotros, dónde experimentamos la presencia de Dios cercano a nuestra realidad familiar, comunitaria, educativa. Su gracia fue animando nuestro andar por momentos inciertos, de desilusiones, soledad, pero en ellos fuimos fortalecidos, San Pablo dirá: “Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad”. En este sublema queremos proponerles que cada uno sienta y perciba en su realidad, que es Dios el que toma la iniciativa de venir a nuestro encuentro, de provocarlo, de producirlo, no para quedarse a un lado, sino al contrario, para acercarse a nuestra realidad y transformarla, y a la vez al ser transformados por Él nos invita a ir al encuentro de nuestros hermanos para darles a conocer su amor y compartir juntos el camino de fe. El encuentro entre Dios y el hombre, en la persona de Jesucristo, se realiza en lo cotidiano, en las vivencias compartidas con los demás, interpretando los acontecimientos que se nos presentan. En la Biblia encontramos muchos pasajes bíblicos donde Jesús provocó encuentros, durante su vida pública y después de la Resurrección. Sin duda su cercanía creaba comunión, pertenencia, encuentro, mediados por miradas profundas, diálogos sinceros creando así la cultura del encuentro. Jesús anuncia un acontecimiento que pide ser escuchado y atendido pues lo puede transformar todo. Él lo está ya experimentando e invita a todos a compartir su experiencia: Dios está tratando de introducirse en la historia humana.
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En torno a Jesús hay muchas personas que de corazón buscan a Dios; pero la realidad es sobre todo, que es Dios quien se preocupa por nosotros, reconoce nuestra historia
de vida, nuestros rostros, cada uno somos una historia de amor particular. En cada uno de los encuentros que tuvo Jesús con la realidad de cada persona: escuchaba, miraba, atendía con amor y paciencia, llamaba a seguirlo, sanaba, curaba, les devolvía la dignidad acercándose, generando así en cada uno de ellos una vida nueva, renovada y transformada. Podemos pensar en el texto donde Jesús se encuentra con María Magdalena, Jesús la llama por su nombre: "¡María!". Los Evangelios nos muestran la felicidad de María: la Resurrección de Jesús no es una alegría suministrada con cuentagotas, sino una cascada que arrolla toda la vida. El Papa Francisco al comentar este evangelio decía: “la existencia cristiana no está entretejida con felicidad suave, sino con ondas que arrollan todo. Nuestra vida, tantas veces cargada de esas mismas experiencias de soledad, de vacío y de dolor, se ve transformada por la presencia de Dios, que mucho antes de que nosotros lo busquemos, sale a nuestro encuentro, nos llama por nuestro nombre. María Magdalena al sentirse interpelada personalmente, experimenta dentro de sí una felicidad tan profunda que cambiará su existencia y que está destinada también a transformar la existencia de todo hombre y mujer. El encuentro con Jesús transforma, no deja indiferente a nadie. Cuando alguien conoce de verdad a Jesús y se abre a su mensaje, su vida cambia, y para siempre.” Esa la invitación, que a partir de nuestra experiencia de encuentro con Jesús y ser transformados por Él, vivir y comunicar su mensaje, sintiéndonos invitados a transformar otras realidades por medio de la fe.
la ilustración
J.A. Pagola, La alternativa de Jesús, (inédito) Loyola 2005.
1. La ilustración se compone de varios elementos dispuestos sobre azul, uno de los colores institucionales. Como en otros años se representa los planos de lo terreno y lo celestial, el “arriba” y “abajo”, esta vez, con la esfera del sol y de la Tierra. En el centro, jugando como la línea (frontera) que los separa, tres hojas del tipo de las “de higuera”, en tres tonos diferentes. La tipografía elegida es muy sencilla, fina, que invita a pensar en líneas, pasos, espacios por los que atravesar. 2. Mientras pensaba en cómo poder expresar el lema, intentando que fuera mas allá de la idea de la línea traspasada, recordé el texto de Zaqueo (Lucas 19, 1-10). Algunos elementos que encontré en él para trabajar la ilustración: Zaqueo cruza varias “fronteras” para llegar a Jesús: en principio y claramente, la frontera que le representa su propio físico, es bajo y entonces, sube a un árbol (higuera/sicómoro, según las versiones); la otra frontera que traspasa tiene que ver con su rol social, Zaqueo es
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recaudador de impuesto, una labor que lo convertía en pecador, sin embargo, vence el posible rechazo y se encarama en busca de la mirada y la amistad de Jesús; una tercera frontera es la de lo religioso, Zaqueo que podía ser creyente encuentra una propuesta diferente, vital que le permite convertirse, encuentra en Jesús la renovación de su fe. Seguramente hay otras “fronteras” traspuestas en el texto para cada quien, estas tres son las que están representadas con las tres hojas de higuera. Los tres tonos de las mismas sugieren que todo momento es oportuno para romper fronteras y salir al encuentro de Dios, de lxs otrxs o de nosotrxs mismxs. 3. La cuestión del plano de “arriba y abajo” también aparece en el texto elegido. Algunas ideas que me parecieron interesantes: en ese texto se altera la imagen común de la humanidad dirigiéndose a la divinidad “desde abajo hacia arriba”, aquí es Jesús quien mira a lo alto para encontrar al hombre, lo humano; por otro lado, se encuentran porque ambos lo desean… la feliz coincidencia de salir al encuentro de quien ya salió a nuestro encuentro. Ese es un concepto que me interesa recordar cuando nos vemos agobiados por las obligaciones de normas, contenidos teóricos u obligaciones con que se ha llenado la sencilla invitación de Jesús de construir el Reino. El plano superior está representado por el sol brillante, signo de renovación y renacimiento en la cosmovisión de los pueblos pre-colombinos. (1) En el plano inferior, la Tierra, como geografía concreta donde juega el creyente su ser cristiano (otrx Cristo).
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(1) En un texto leído hace muchísimos años atribuído al Inca Atahualpa: “Nosotros no hemos asesinado a nuestro Dios como ustedes. Lo amamos. Él es el sol y con él amanecemos y renacemos cada mañana.”
Lasallanos sin fronteras Letra y música: Jorge Méndez
Reconocer Un discernimiento de los signos de los tiempos. Su palabra en nuestra historia, su señal para seguir. Dios de nuestra plenitud de vida, nuestra estrella, nuestra guía, nuestra forma de vivir. Interpretar Vínculos que brotan de este hallazgo de profundidad y el paso con que Dios nos acompaña al caminar. Voz que resplandece desde adentro. Este canto es otro intento de su luminosidad. Y en realidad, yo nunca he visto una. Sólo he escuchado que existen en la mente. Cruzar fronteras, construir encuentros.(1)
Decidir Un deslumbramiento del amor se vuelve encuentro con lo que se vislumbraba por aquí y por allá. Misteriosamente ese proceso nos convierte en más de aquello que soñamos abrazar. Transformar Haz de luminosidad fraterna quebrando la lógica de la desigualdad. Inclusión que engendra nuevos horizontes.(2) Nuestra estrella lasallana brilla más.
(1) Sobre un texto de Thor Heyderdahl (2) Sobre una frase de Patricio Bolton.
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MAYO 1 - Día internacional del trabajador/a - Acordémonos de que estamos en la santa presencia de Dios - Te adoramos, Señor El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, grupo de sindicalistas que fueron ejecutados en 1886. Ese mismo año, una organización de trabajadores, logró que el sector empresarial cediese ante la presión de las huelgas por todo el país hasta que el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, estableció que las horas diarias de trabajo serían ocho. Para que pueda haber trabajo tiene que haber inversión, tiene que haber capital (dinero). Trabajo y capital son dos cosas que siempre van juntas. Sin embargo, nunca conmemoramos el día del capital y sí, cada año el día del trabajador. ¿Por qué será?
El trabajo decente promueve la dignidad. El trabajo humano tiene un valor en sí mismo ya que está vinculado a un sujeto que decide por sí mismo. El capital, que es una de las variables que inevitablemente está vinculada al trabajo, nunca se encuentra en un plano de igualdad. El trabajo tiene prioridad respecto del capital. Cuando la economía de un país no organiza su capital de modo que produzca el trabajo necesario, lo que produce es exclusión. El sentimiento de estar excluido afecta al sentido de pertenencia porque uno se siente fuera de la sociedad en la que vive. Hoy conmemoramos a todos los trabajadores y trabajadoras que día a día se comprometen en distintas labores con responsabilidad y compromiso: los que trabajan en el sector de la extracción de las materias primas, los que trabajan en el sector que transforma esas materias primas en los productos que necesitamos para vivir, los trabajan en el sector de los muy diversos servicios (educación, salud, transporte, turismo y recreación, limpieza, mensajería, seguridad, administración pública, etc.) y los que trabajan en el sector financiero. El trabajo decente puede darse tanto en empresas de capital como en empresas cooperativas. No obstante, en estas últimas (las empresas cooperativas) las personas desarrollan un mayor sentido de responsabilidad y solidaridad social.
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Hoy podemos decidir mirar y admirar a los que trabajan cerca de nosotros. Hoy podemos agradecer a todos los que hacen algún trabajo que nos permiten satisfacer nuestras necesidades básicas y que nos ayudan a ejercitar nuestros derechos. Hoy podemos decidir comenzar a pensar cómo son los distintos modelos de empresas y organizaciones para, el día de mañana,
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Equipo coordinador Santiago Caballero, Fernando Fontanellaz, Lucas Leal, Martina Nadal.
Colaboradores Nivel Inicial y 1er Ciclo Nivel Primario: Mónica Analía Vélez - Melina del Mar Feito - Florencia Guatti - Victoria Nieto - Candelaria Martinez - Gabriela Lazarte - Hno. Fabián Maragliano 2do Ciclo Nivel Primario: Maria Lucila Salar - Maria Eva Angeli - Carolina Vicentini - Maria Alejandra Espel Nivel Secundario: Matías Frontuto y Cristian Moschen Lectura Orante: Gisela Romero Oración de la Mañana: Adrián Di Gregorio
Cruzar fronteras, construir encuentros Oración de la Mañana © Grupo Editorial Parmenia © Stella Viamonte 1984 – C1056ABD Ciudad de Buenos Aires – Argentina Tel: (011) 4374-0346 y rotativas Fax: (011) 4374-8719 E-mail: editorial@parmenia.com.ar www.parmenia.com.ar Publicación de uso interno Directora General: María Gabriela Spalla Fuentes Subdirectora de Ediciones: María Gabriela Flores Diseño y maqueta: Marisa Paulón Queda expresamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de la obra por cualquier medio o procedimiento, comprendiendo la reprografía y el tratamiento informático.