LECTURA ORANTE
1719-2019
corazón un compromiso una vida un
Hace trecientos años que nació el árbol que nos cubre con su sombra. Podemos destapar unas botellas y empinar con canciones unas copas. Podemos pronunciar lindas palabras de circunstancia, sin tocar la cosa. Pero también podemos celebrar la fiesta destapando la memoria para empuñar con mano responsable el corazón y darlo gota a gota. Trescientos años es un tiempo bueno para preciar su audacia constructora.1
1 (Fragmento del poema A los Trecientos años, H. Fermín Gainza - CASI PURO REZO, Editorial Stella – Buenos Aires - 1982
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presentación El Tricentenario de la entrada a la casa del Padre de nuestro Santo Fundador es una hermosa ocasión para volver a visitar su experiencia y su obra como quien se acerca a una fuente donde late un corazón generoso, se recrea un compromiso entusiasmante y donde es posible renacer a una vida más plena de sentido y horizonte. La invitación es que todos y todas y en comunidad podamos hacer la experiencia de sentirnos asociados a las huellas, al legado de la vida y la obra de San Juan Bautista de Lasalle, reencontrarnos con su vocación-misión para entrar en comunión con su espiritualidad y compromiso, con su fidelidad a Dios y a los pobres. Este es entonces un tiempo propicio para animarnos mutuamente a mirar nuestra identidad de educadores, para seguir escribiendo la historia como hombres y mujeres que enraizados en la experiencia fundante de La Salle, se arriesgan creativamente a responder a nuevas invitaciones y desafíos que provienen de un momento histórico marcado por una gran complejidad y conflictividad, donde violencia y desigualdad se vuelven llamado y tarea para construir lugares comunitarios de aprendizajes, de convivencia fraterna y de bien común. Los #300 años en la perspectiva del lema nos irá marcando el camino a recorrer como Distrito y cada sublema nos ayudará siempre más a estar en permanente conexión con este acontecimiento que abrazamos y celebramos.
un corazón En todas las culturas el corazón siempre fue reconocido como el centro biológico de la persona humana, el lugar dónde reside
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la sensibilidad y el afecto, lo que nos permite sentir el ritmo de otros corazones. La modernidad ha descuidado la dimensión del corazón dando mayor lugar a la razón instrumental que al afecto, la compasión y la misericordia. En el lenguaje bíblico el corazón cobra una dimensión más amplia y más profunda: “Las resonancias que suscita la palabra ‘corazón’ no son idénticas en hebreo y en nuestra lengua. En nuestra manera de hablar, el corazón está ligado a la vida afectiva: el corazón ama o detesta, desea o teme; en cambio no se le atribuye ninguna función en la actividad intelectual. El hebreo habla del corazón en un sentido mucho más amplio. El corazón es lo que se halla en lo más interior; ahora bien, en lo íntimo se hallan, sí, los sentimientos, pero también los recuerdos y los pensamientos, los razonamientos y los proyectos. El hebreo habla con frecuencia del corazón en casos en que nosotros diríamos memoria o espíritu, o conciencia: anchura de corazón (1Re 5,9) evoca la extensión del saber, ‘dame tu corazón’ puede significar ‘préstame atención’ (Prov 23,26), y ‘corazón endurecido’ comporta el sentido de espíritu cerrado. Según el contexto puede restringirse el sentido al aspecto intelectual (Mc 8,17) o por el contrario extenderse (Hech 7,51); el corazón designa entonces toda su personalidad consciente, inteligente y libre”.2 De ahí que, para nuestra experiencia cristiana, el corazón sea el lugar donde Dios habita y como lasallanos/as cada día renovamos ese deseo de que Jesús viva por siempre en nuestros corazones, y lo hacemos refiriéndonos a Jesús encarnado, con toda su humanidad y también con toda su divinidad. Nuestros corazones necesitan reconciliar esa dimensión de totalidad que nos permita sin dualismos creer y proclamar que: “Tan humano como Jesús, solo el propio Dios podía serlo”.3
Xavier Léon-Dufour: Vocabulario de teología bíblica, Editorial: Herder, 1962. Leonardo Boff: Jesucristo el Liberador: ensayo de cristología crítica para nuestro tiempo – Editorial SAL TERRAE, 2000. 2 3
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Y así lo podamos experimentar como comunidad de educadores que laten al ritmo de un mismo corazón que cree, sueña y crea relaciones cordiales y oportunidades para que nadie en el mundo se quede sin la incondicionalidad de un amor que acoge, educa y transforma.
Este Corazón con Mapamundi viene a recordarnos que Juan Bautista de La Salle tiene un corazón universal, que a lo largo de 300 años se ha expandido en 77 países y llega a mover hoy el corazón de 1.014.174 estudiantes, 93.687 educadores, de entre ellos 3.929 Hermanos, en 984 escuelas, porque para La Salle educar consiste en “tocar” y dejarse “tocar el corazón”.
Este año también la Iglesia nos regala el Testimonio de los 4 Mártires Riojanos4, ellos son una clara señal de un corazón que ama hasta dar la vida. Angelelli tiene una expresión que sintoniza con lo que vamos celebrando: “Deberemos tener permanentemente un oído puesto en el corazón del Misterio pascual, que es Cristo, y el otro oído en el corazón del pueblo, que debe ser protagonista, porque allí es donde el Espíritu Santo va impulsando la historia, haciéndola viva y dinámica, haciéndola siempre joven. Descubramos, por tanto, esta doble fidelidad”5.
P. Carlos de Dios Murias, P. Gabriel Longueville, Laico Wenceslao Pedernera y Monseñor Enrique Angelelli. 5 Enrique Angelelli, Misa Radial, La Rioja, 20 de junio de 1971. 4
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Y como dice el último Capítulo General: Estamos viviendo un tiempo de gracia, un tiempo de tránsito, que nos conduce a mirar el corazón de nuestra historia carismática y evangélica; un tiempo que nos inspira a la libertad, a la audacia y a la creatividad de la primera experiencia y a hacer frente a este momento como un tiempo de conversión personal e institucional con el mundo de lo vulnerable y de los empobrecidos (Circ. 469, 1,15).
un compromiso En muchas ocasiones la palabra compromiso está fuertemente asociada con la obligación y el cumplimiento. La lógica que propone el sistema en el que nos movemos como sociedad pareciera ir conduciéndonos poco a poco al mero cumplimiento de las obligaciones. Este modo de vivir acelerado y muchas veces autorreferencial no nos deja espacio para encontrarnos con otros/as con quienes compartir y asumir juntos/as no solamente lo que nos toca vivir, sino también lo que juntos/as queremos sostener y transformar. Mientras vamos celebrando los 300 años de la Pascua de nuestro Santo Fundador, quisiéramos poder resignificar el compromiso quitándole ese tono de sobre exigencia y revestirlo de un sentido nuevo, donde cada vez que digamos estamos comprometidos, lo que queramos decir sea que estamos profundamente asociados y entrelazados con otros y otras que apuestan con toda la voluntad y el deseo a la realización de un proyecto común. Y este sea una opción y una convicción tan fuerte que nos tome la vida por entero. San Juan Bautista de La Salle como hermano mayor sostuvo a su familia, haciéndose cargo de sus hermanos y de la casa cuando sus padres fallecieron; sostener la fundación del Instituto con sus comunidades y obras, también le supuso esfuerzo, valentía y hasta negarse a sí mismo. Las obligaciones abundaban en su vida, y muchas veces también lo abrumaban. Sin embargo, fue capaz de continuar adelante con convicción, porque su compromiso con el proyecto común era mayor a cualquier dificultad, conflicto o prueba.
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Las manos entrelazadas simbolizan el compromiso de tantos Hermanos, Educadores, Padres y Personas que se han implicado dedicando su tiempo y su vocación para que la escuela siga sosteniendo el compromiso de San Juan Bautista de La Salle. Ese compromiso nació de una mirada atenta a la realidad que lo rodeaba. Las pobrezas en las calles de Francia inundaban su corazón de preguntas, y la vida de los niños librados a su suerte lo inquietaban como ninguna otra cosa. Su espíritu de discernimiento dio como fruto un compromiso claro: abrazar la vida de esos niños pobres que rondaban las calles en busca de pan, de contención, de una mirada de cariño y brindar un servicio educativo. Es decir, tener con ellos un compromiso, un proyecto. Conocemos cómo continúa esa historia, y sabemos que La Salle debió superar varios obstáculos, y reforzar su compromiso en más de una oportunidad.
A nosotros muchas veces nos cuesta sostener los compromisos, quizás porque la tarea desgasta, porque no encontramos el sentido, o porque los momentos personales y vitales nos desvían la necesaria atención que requiere aquello que nos llevó a comprometernos. Como cristianos/as, el compromiso es fundamental, y aquí la Palabra puede ayudarnos a sostenerlo con sentido y generosidad: Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente (Mt 10,8), y el Profeta nos recuerda: Ya se te [nos] ha indicado, hombres y mujeres, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios (Mq 6,8). Como educadores lasallanos de este Distrito nuestro esfuerzo hoy tiene que estar en discernir cuál es el compromiso que nos toca vivir,
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recreando la fidelidad al carisma en la realidad actual, comprometiéndonos a ser educadores con vocación, con deseo de educar a los niños, niñas y adolescentes hasta mover sus corazones (MF 81.2), para que descubran la libertad y el amor de los y las hijas de Dios y sean transformadores de una sociedad que necesita justicia e igualdad, porque los hombres [y mujeres] prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como estrellas por los siglos de los siglos (Dn 12, 3).
una vida Esta expresión: una vida de entrada nos pone frente a una elección, porque no se trata de cualquier modo de vivir, sino uno con sentido, con proyecto, que vamos construyendo con otros entretejiendo opciones y decisiones. Siempre estamos en búsqueda, ensayando nuestro modo de ser y hacer felices a otros, ahí en esa búsqueda y en esa construcción se juega la vida. Encontrarle sentido a la vida es un desafío que se inicia desde que nacemos y que va hasta el final. Sin olvidar que no se trata sólo de decisiones individuales sino de contextos que facilitan u obstaculizan tanto la dignidad y felicidad de la propia vida como la oportunidad de ser parte de un proyecto comunitario y colectivo. La Salle vivió desde esta clave. Su experiencia vital tiene como punto de partida una necesidad que supo leer y comprender desde el proyecto de Dios. Con espíritu de fe, reunió y organizó una comunidad para ser una respuesta desde el Evangelio. Pasado el tiempo, supo mirar hacia atrás y vio que esa experiencia vital contagió a otros y otras a sumarse a esa comunidad y que él ya podía dar un paso al costado cediendo el protagonismo a otros hermanos, favoreciendo el liderazgo y la animación. En Jesús vemos como desde la Pascua, la vida resucitada da sentido a toda su praxis histórica de anuncio del Reino y Pentecostés como aquel momento donde la comunidad cristiana, animada por el Espíritu Santo, se hace protagonista de ese anuncio.
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Por eso, este sublema, en palabras del Hno. Robert Schieler, “expresa nuestra esperanza en el futuro de la misión lasallana y hace evocar cómo debemos seguir los pasos de La Salle respondiendo a los llamados de Dios en nuestras vidas, como lo hizo La Salle en su época”. Una vida, entonces, es una invitación a tomar conciencia de que esa inspiración evangélica que La Salle recibió, hoy se encarna en la vida de cada niño, de cada joven, de cada educador/a. Una vida con sentido y en clave comunitaria abraza todo lo que genera vida, suscita vida y trabaja por ella desde la justicia.
De ahí que el signo propuesto por el instituto para acompañar este sublema sea una lámpara con una planta en su interior. La lámpara simboliza la vida. Pero una vida que no sólo es repetir el pasado, la herencia, lo que ya hemos vivido. La vida está dentro del marco de una lamparilla, que representa la creatividad. Juan Bautista de La Salle fue una persona muy creativa: creó nuevos métodos de enseñanza, creó una nueva comunidad para animar la escuela, creó un método de oración, una nueva manera de pertenecer a la Iglesia.
Celebramos su vida desbordante de creatividad. Él nos invita, trescientos años después, a ser creativos/as en nuestra manera de enseñar, de construir la nueva comunidad lasallana, de pertenecer a la Iglesia, de recrear la espiritualidad para niños jóvenes y adultos. Lasalle nos inspira, el Evangelio nos invita y el tiempo presente nos exige, un corazón, un compromiso y una vida que nos siga creativamente entusiasmando.
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Danos un corazón grande. Un corazón de carne que palpite. Un corazón dispuesto siempre a amar. Un corazón compasivo para quien sufre. Un corazón en el que tengan cabida todos los Lasallanos del mundo entero. Señor Jesús, Tú nos amas y nos haces a todos hermanos. Tú nos llamas a seguirte. Tú nos invitas a anunciar la Buena Nueva. Danos la valentía para vivir nuestro compromiso. Enséñanos a ir más allá de nuestras fronteras. Enséñanos a descubrirte en los más pequeños. Enséñanos a mirar con los ojos de la fe. Enséñanos a compartir nuestra misión con todos los Lasallanos del mundo entero.
este tiempo tricentenario
Dios Padre y Madre, Tú nos amas con infinita misericordia. Tú nos llamas a ser tus hijos e hijas. Tú nos invitas a cuidar la Tierra, casa común de todos.
oraciones para acompañar
Un CORAZÓN, Un COMPROMISO, Una VIDA
Espíritu Santo, Tú nos amas y nos ofreces el don de la fraternidad. Tú nos llamas a vivir con alegría. Tú nos invitas a ser personas de interioridad creativa. Danos la fuerza para una vida plena, con sentido. Infúndenos tu gracia para vivir los valores del Evangelio. Infúndenos tu gracia para sentirnos parte activa de la Iglesia. Infúndenos tu gracia para crecer también por dentro. Infúndenos tu gracia para ser testigos creíbles, junto con toda la Familia Lasallana, en medio de nuestro mundo. Santísima Trinidad, Dios comunión, queremos ser fieles a nuestro carisma,
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coherentes en nuestra vida de fe y comprometidos en la misión educativa lasallana. Juntos y por asociación, deseamos renovar nuestro compromiso Lasallano, y celebrar, en actitud de acción de gracias, estos 300 años de vida. Te lo pedimos por mediación de María, que es Reina y Madre de las Escuelas Cristianas. Y por intercesión de San Juan Bautista de La Salle, Patrono Universal de los Educadores cristianos. Amén. (Oración del Tricentenario del Instituto) Buen Jesús, Vos que inspiraste a San Juan Bautista de La Salle Y a las primeras comunidades de maestros para responder creativamente a su realidad y su tiempo por medio de las Escuelas Cristianas. Hoy hace crecer en nuestras comunidades las vocaciones lasallanas que el mundo necesita, varones y mujeres que se animen a ser: Educadores Cristianos, que sabiéndose convocados para una misión, se comprendan como los sujetos del cambio que soñamos. Hermanos, que sean en las escuelas y en nuestro pueblo: corazón, memoria y profecía de la Asociación para el servicio educativo de los pobres. Seglares, que comprendan su vida y empleo como ministerio, Voluntarios, que comprometan su tiempo y sus capacidades para un mundo más justo y fraterno. Jóvenes, que vayan descubriendo en la espiritualidad lasallana tu Reino como proyecto.
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Que juntos y por asociación, estemos atentos al propio llamado y acompañemos a otros a vivir el suyo, siendo signos de fe en nuestra tierra y nuestro tiempo. Que, como el cura Brochero y el Hermano Héctor, todas y todos nos animemos a caminar hacia la santidad que se concreta en el servicio. Que recordemos que las Comunidades de las Escuelas Cristianas y las vocaciones lasallanas son una obra tuya, que es también nuestra. Que María de la Estrella, camine a nuestro lado y nos lleve a tu encuentro. Amén. (Oración del Equipo de pastoral vocacional del Distrito Argentina Paraguay)
La Santa Sede ha declarado 2019 un Año Jubilar en honor del 300 aniversario de la muerte de San Juan Bautista de La Salle. Daremos inicio al Año Jubilar en el Distrito con el comienzo del ciclo lectivo y las actividades del verano de 2019. El Año Jubilar concluirá el 8 de noviembre en nuestras obras educativas, al final del Tricentenario y del Año de las Vocaciones Lasallanas. Un año de Jubileo ofrece la oportunidad de expresar nuestra fe a través de acciones concretas a favor de los más necesitados. Los invito a todos a celebrar el jubileo a través de actos prácticos de bondad y servicio a los jóvenes que anhelan misericordia y compasión. Tradicionalmente, un Año Jubilar es también una ocasión para peregrinaciones. El objetivo de una peregrinación es visitar lugares imbuidos de significado espiritual y la experiencia de la presencia de Dios. Animo a cada uno de ustedes a convertirse en peregrino durante el Año Jubilar. Deje que su peregrinación lo lleve “más allá de las fronteras” a lugares que lo inspiren con un sentido de la presencia de Dios y a las personas pobres y vulnerables que son ocasiones de encontrar a Jesucristo. Circular del Hno. Martín Digilio, fsc Visitador 15 de noviembre de 2018.
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un corazón un compromiso una vida Jorge Roig - Antoni Bosh Hubo un hombre en Francia que soñó con un modo de enseñar que dejó su vida de lado y siguió las huellas de Jesús. Por este mundo desigual de avaricia y pobreza expandió la semilla de la Esperanza y encendió la llama de la paz Una comunidad fraterna continúa la misión guiada por la fe y ayuda a los que sufren Enseñan con pasión ganan corazones con amor Y dan razones para creer. Tu puedes cambiar vidas Él decidió tomar una opción por los otros él quiso ser juntos y aprender juntos, predicando con el ejemplo, siempre sembrando con su presencia. Todos aprendemos del sendero de la estrella. Todos caminamos por la estela de la estrella. COMPARTIMOS UN CORAZÓN UN COMPROMISO UNA VIDA PARA VIVIRLA CON TODOS LOS DEMÁS UN AMOR, UNA VIDA UN COMPROMISO VIVE EN NUESTROS CORAZONES POR SIEMPRE Hoy vamos tras sus pies nos une un corazón sientiendo nuestra fe, viviendo nuestra unión La hora de la verdad, sembrando la ilusión mirada más allá La Salle vive hoy.
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Canción del Lema 2019
lectura orante del lema
corazón un compromiso una vida A los trescientos años un
Hace trecientos años que nació el árbol que nos cubre con su sombra. Podemos destapar unas botellas y empinar con canciones unas copas. Podemos pronunciar lindas palabras de circunstancia, sin tocar la cosa. Y mañana podríamos seguir una danza de ciegas mariposas.
a darse, sin temor a la derrota. Porque La Salle se largó a vivir con gente humilde por la senda angosta, para sumar los hombres y llevar hacia adelante el sueño de su obra.
Pero también podemos celebrar la fiesta destapando la memoria para empuñar con mano responsable el corazón y darlo gota a gota.
Trescientos años es un tiempo bueno para preciar su audacia constructora, para juzgar lo exacto de su rumbo, para animarse a continuar ahora lo que él y sus hermanos empezaron sufriendo en su tricentenaria aurora.
Y podemos también, si nos da el cuero destapar con valor algunas ollas para colar el rumbo equivocado o acelerar la marcha laboriosa.
Su tiempo y nuestro tiempo, a la distancia, coinciden y nos dicen que ya es hora de jugarnos por Cristo para hacer llegar a manos nuevas nuestra antorcha.
Y podemos también comprometernos a continuar la historia.
a Salle 1719-2 01 9 eL D
Porque La Salle se largó a jugar su vida entre las manos misteriosas, llagadas por amor, que lo invitaban
Un
azón. Un cor co iso. Una vid om a. pr m
Trescientos años es un tiempo hermoso para ver el sentido de la ronda: porqué La Salle se largó a bailar en las escuelas pobres, con la sola estrella de la fe que le marcaba el ritmo de su ruda Barcarola.
H. Fermín Gainza Casi puro rezo, Editorial Stella
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introducción Como cada año presentamos este material consciente de que la lectura de nuestra propia vida a la luz de los textos bíblicos está en el centro de nuestro caminar y que en esa relación la vida y la palabra cobran nuevas significaciones, sobre todo porque al decir del Hno. Fermín: “300 años es un tiempo hermoso” para recrear al amparo de la Palabra esta fidelidad tricentenaria que nos legara San Juan Bautista de Lasalle. Tener presente y activo este acontecimiento nos va a permitir mirar y narrar las experiencias que venimos transitando en nuestros contextos desde nuestra identidad lasallana, para que, en diálogo con los relatos bíblicos en sus contextos, podamos no solo comprender mejor, sino para que nos anime a comprometernos de corazón y con toda la vida con las prácticas de Jesús desde una fe encarnada y transformadora como la que vivió nuestro Fundador. Para que nuestras Comunidades se mantengan animadas e interpeladas por la mística de la Palabra les proponemos tomar como ejemplo la pedagogía de Jesús en el encuentro con los Discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35). Para adquirir este espíritu y vivir de él: los Hermanos de esta Sociedad tendrán profundísimo respeto a la Sagrada Escritura; y, para manifestarlo, llevarán siempre consigo el Nuevo Testamento, y no pasarán ningún día sin leer algo en él, por sentimiento de fe, de respeto y de veneración a las divinas palabras que contiene, considerándolo como su primera y principal regla. (RC 2,3)
Cada sub Lema contará con dos lecturas orantes “Un corazón, un compromiso, una vida” En cada encuentro proponemos partir de la propia experiencia personal y comunitaria, dejándonos invitar, interpelar e inspirar por
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el mismo Jesús y el acontecimiento de los Trescientos años que estamos transitando. A su vez, en cada encuentro haremos cinco pasos que servirán de encuadre para rezar con la propia vida a la luz de la Palabra. Lámpara para mis pies es tu palabra, luz en mi camino. Sal 119,105 (Igualmente quienes animen pueden adaptar este recurso como mejor le convenga al grupo o comunidad, teniendo en cuenta que la propuesta que les hacemos guarda “la pedagogía que Jesús utilizó con los discípulos de Emaús”).
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Acercarnos y ponernos a caminar juntos Se trata de generar un espacio de encuentro y brindar la posibilidad para conocer la situación del grupo o comunidad que va a rezar a partir de la vida y la Biblia, tratando de ayudar a que cada persona pueda decir su propia palabra, pueda nombrar su experiencia.
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Incentivar el diálogo Aquí es importante disponerse para la escucha y el diálogo, actitudes fundamentales para una mayor aproximación entre las personas, caminando juntos, dando lugar al saber y sentir de las otras personas, lo que favorece relaciones más igualitarias y reciprocas.
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Entender e interpretar Jesús no empieza hablando de la Biblia, la utiliza en el momento adecuado, como muestra el texto, Jesús utilizó la Biblia con la pareja de discípulos en el momento central y ese momento es decisivo porque nos está mostrando una postura pedagógica.
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La Biblia viene en segundo lugar porque Dios nos da su mensaje en dos libros: el primer libro es la vida; el segundo es la Biblia. Y sólo nos dio el segundo libro porque con el primero no lográbamos comprender su mensaje. Por causa de la maldad humana el pueblo no alcanzaba a percibir la revelación de Dios en medio de la vida, por eso nos da su mensaje en el segundo libro, la Biblia, para mejorar el primero, para iluminar y ayudar a comprender el sentido pleno de la Vida, motivarnos a vivirla, corregir errores y tomar posición frente a las situaciones de injusticia y opresión. Siempre la Biblia está al servicio de la Vida plena.
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Dejar que se nos abran los ojos No alcanzaron las explicaciones de los textos bíblicos para que María y Cleofás sintieran que volvía el calor a sus corazones desesperanzados, sino que se les tuvieron que abrir los ojos para ver aquel gesto concreto de partir el pan. Fue ahí donde reconocieron quién era aquel forastero que caminaba con ellos. La lectura Bíblica es fundamental para desencadenar procesos que nos permitan ser parte de transformaciones de la realidad. Es la Palabra la que indica el camino, es ella la que nos devuelve la esperanza.
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Sentir arder el corazón y ponernos en camino Jesús alcanzó su objetivo ayudando a María y a Cleofás a retornar de Emaús a Jerusalén. Esos lugares más que espacios geográficos representan posturas ante la realidad. Emaús es el lugar de la fuga, del desencanto, es una manera de dar la espalda a la realidad, de abandonar. Ponerse en camino para regresar a Jerusalén con todos sus desafíos es la postura de
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quienes han visto y oído, de quienes se han reencantado con su misión de discípulos y discípulas porque han sido parte de un encuentro que cambia la vida y los dispone para anunciar, arriesgar y compartir. Para familiarizarnos con el método el primer encuentro lo haremos junto a los Discípulos de Emaús, poniendo en diálogo su situación y su contexto con nuestra situación y nuestro contexto.
Ellos, contaron lo sucedido en el camino
Discípulos de Emaus (Cerezo Barredo)
Primer paso: Acercarnos y ponernos a caminar juntos/as ¿De qué realidades y experiencias conversamos juntos por el camino? (Luego de compartir leemos el relato bíblico)
Aquel mismo día dos discípulos se dirigían a un pueblecito llamado Emaús, que está a unos doce kilómetros de Jerusalén, e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos, pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: «¿De qué van discutiendo por el camino?» Se detuvieron, y parecían muy desanimados.
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Segundo paso: Incentivar el diálogo ¿Qué está pasando, inquietando? ¿Cómo cuentan nuestros relatos los sentimientos y los estados de ánimo que atravesamos? (Luego de compartir leemos el relato bíblico).
Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó: «¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no está enterado de lo que ha pasado aquí estos días?» «¿Qué pasó?», les preguntó. Le contestaron: «¡Todo el asunto de Jesús Nazareno!» Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido por Dios y por todo el pueblo. Pero nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron condenar a muerte y clavar en la cruz. Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Pero todo está hecho, y ya van dos días que sucedieron estas cosas. En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo nos han inquietado, pues fueron muy de mañana al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, volvieron hablando de una aparición de ángeles que decían que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.»
Tercer paso: Entender e interpretar ¿Qué necesitamos entender? ¿En qué situaciones nos damos cuenta de que nuestros corazones son lentos para creer? (Luego de compartir leemos el relato bíblico).
Entonces él les dijo: «¡Qué poco entienden ustedes, y qué lentos son sus corazones para creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?» Y comenzando por Moisés y recorriendo todos los profetas, les interpretó todo lo que las Escrituras decía sobre él.
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Cuarto paso: Dejar que se nos abran los ojos ¿A qué lugares necesitamos entrar con otros y con Jesús? ¿Qué mesas esperan el pan de la palabra, de la comprensión, de la comunión? Con los ojos abiertos: ¿qué vamos reconociendo y bendiciendo? (Luego de compartir leemos el relato bíblico)
Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir adelante, pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.» Entró, pues, para quedarse con ellos. Y esto sucedió. Mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, y en ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero ya había desaparecido.
Quinto paso: Sentir arder el corazón y ponerse en camino En nuestra vida cotidiana y en el ministerio de educadores y educadoras: ¿qué nos hace arder el corazón? Después de este encuentro: ¿Cómo contamos lo sucedido en el camino? (Luego de compartir leemos el relato bíblico)
Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» De inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a los de su grupo. Estos les dijeron: «Es verdad. El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.» Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.”
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Claves para enriquecer la lectura del texto El modo cómo Lucas narra el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús nos muestra la forma en que las comunidades del tiempo de Lucas usaban la Biblia y hacían lo que hoy llamamos Lectio Divina o Lectura Orante. En realidad, los caminantes de Emaús eran las comunidades (y somos todos nosotros). Cada una y cada uno de nosotros y todos juntos, somos el compañero o la compañera de Cleofás (Lc 24,18). Junto a él, caminamos por los caminos de la vida, buscando una palabra de apoyo y orientación en la Palabra de Dios. Cleofás y María formaban parte del grupo de discípulos y discípulas que seguían a Jesús. En el camino a Emaús, María no está en posición de igualdad con relación a Cleofás, ya que el texto silencia su nombre y su voz. (Se supone con razón que a Cleofás lo acompaña María su esposa, ella había estado al pie de la cruz con las otras Marías; junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena” Jn 19, 25). Ellos van con miedo, tristeza y desesperanza como consecuencia de las estructuras sociales, políticas y religiosas de dominación y opresión que están viviendo. Una situación semejante está también presente en la vida de millones de personas oprimidas en nuestras sociedades. Jesús no comienza por hablar o explicar lo que dirá más adelante. Él empieza por preguntar y escuchar, de modo que la primera palabra sea la de quienes van caminando tristes y desanimados, es decir, parte de su realidad. Jesús establece una relación de escucha y diálogo a través de preguntas muy sencillas: ¿de qué venían conversando? ¿qué pasó? Para saber cómo se sienten y que saben, para poder conocer el modo de ver la realidad de sus interlocutores. Para que la Biblia pueda hablar a la vida de las personas, es necesario conocer bien la realidad en la que ellas están insertas, y es también necesario conocer la realidad, el contexto en que fueron escritos los libros de la Biblia y la situación de sus primeros destinatarios. En ese diálogo Jesús usa un texto religioso de la Biblia hebraica, para despertarles la memoria histórica y así mostrarles que la Biblia contiene la Palabra de Dios revelada en la historia del pueblo, del que la pareja de Emaús era parte.
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Lasalle tiene sobre este encuentro de Jesús un relato muy esclarecedor, podemos escucharlo y seguir interiorizando
Una de las primeras cosas que han de hacer quienes han resucitado con Jesucristo y quieren llevar vida nueva es regular bien sus conversaciones, procurando que sean santas y agradables a Dios. Pues sucede de ordinario que donde se cometen más faltas y de mayor entidad, sobre todo en las comunidades, es en las conversaciones. Por lo cual, las conversaciones son una de las cosas sobre las que más hay que vigilar, para que no resulten perjudiciales. Y, para conseguirlo, no pueden hacer nada mejor que tomar como modelo de las suyas la de Jesucristo con los dos discípulos que iban a Emaús, así como la que tuvieron estos dos discípulos entre sí, antes de que Jesucristo se uniera a ellos, y después que los dejó MD 30,1,1. ¿Tienen cuidado, en sus conversaciones y en los recreos, de tomar a Jesucristo como modelo? ¿Acuden a ellos con el propósito de edificarse mutuamente? ¿Salen de ellos abrasados en el amor divino, como los discípulos que iban a Emaús, mejor informados de sus obligaciones, como ellos, y más animados a cumplir con ellas? ¿La materia de sus reflexiones es también la materia de las de ustedes? ¿Sus máximas y prácticas son, alguna vez, materia de sus conversaciones? Ese es el medio de lograr provecho incluso de los ratos que la obediencia les concede para descansar de sus trabajos y para que se recreen. MD 30,1,2. Para acomodar sus conversaciones a la de estos dos discípulos y a la de Jesucristo con ellos, es bueno que sepan primero sobre qué conversaban estos discípulos. Sólo se trataba de cosas buenas: hablaban de lo que había sucedido en Jerusalén a la muerte de Jesucristo,
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de sus obras santas, de sus milagros y de su vida admirable, a causa de lo cual era tan considerado por el pueblo, que lo miraba como gran profeta, e incluso como el Mesías que había de liberar a Israel. Hablaban también de los rumores que se habían difundido sobre su resurrección. MD 30,2,1. Cosas de esta índole son las que deben constituir el tema ordinario de las conversaciones de los religiosos y de quienes viven juntos en comunidad. Puesto que se han retirado y alejado del mundo, sus conversaciones también deben ser totalmente distintas de las que tienen los mundanos. Pues de poco les serviría haberse alejado con el cuerpo, si no adquiriesen un espíritu que se oponga al suyo. Y, precisamente, en las conversaciones es donde deben manifestarlo. MD 30,2,2. Los buenos efectos que la conversación de estos dos discípulos produjo en ellos fueron: en primer lugar, que Jesucristo se juntó a ellos. Ese es también el fruto que se obtiene de las conversaciones santas, el tener a Jesucristo consigo. En segundo lugar, que su corazón se vio plenamente encendido para practicar el bien e inflamado del amor de Dios. Es también el beneficio que procuran las buenas consideraciones que se hayan tenido en la recreación, que se sale enardecido y animado a hacer el bien. En tercer lugar, como Jesucristo estaba satisfecho de su conversación, entró en el lugar al que iban, y permaneció con ellos. De igual modo se complacerá Jesús con ustedes cuando sientan gusto en hablar de Él y de lo que puede conducir a Él. En cuarto lugar, en fin, Jesús les dio su sagrado cuerpo y ellos lo reconocieron. MD 30,3,1. Ustedes experimentaran dicha semejante cuando hablen gustosos sobre asuntos de piedad. Jesucristo, que está en medio de ustedes, se os dará y les comunicará su Espíritu. Y en la medida en que hablen de Él y de lo que le concierne, también ustedes aprenderán a conocerlo y a gustar el bien y sus santas máximas. MD 30,3,2.
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Quédate con nosotros, Señor de la esperanza, el mundo que tu amas hoy lucha por vivir, y aunque a veces dudamos de tu presencia en casa, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti. Y porque ya anochece, quédate con nosotros, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti. Quédate con nosotros, Señor de la pobreza, los pobres y los niños te quieren descubrir, porque a veces no saben que son tus preferidos, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti. Quédate con nosotros, Señor de la justicia, los hombres no aprendemos a dar sin recibir, vivimos muchas veces una justicia falsa, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti. Quédate con nosotros, Señor de la promesa, tú mismo aseguraste amarnos hasta el fin, por eso humildemente volvemos a pedirte, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti.
oraciÓn final
Quédate con nosotros
Así retomando en comunidad el Camino de Emaús en clave de Lectura Orante pretendemos mantenernos animadas y animados en el seguimiento de Jesús y su proyecto para ir desentrañando su mensaje mientras transitamos juntos el camino en este tricentenario de la pascua de nuestro Fundador. San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros!
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sub lema:
un CORAZÓN Encuentro: Tenían un solo corazón
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Primer paso: Acercarnos y ponernos a caminar juntos/as En estos tiempos de crisis complejas, atravesado por múltiples conflictos: ¿De qué realidades y experiencias conversamos juntos por el camino? ¿Qué pone en tensión nuestros corazones?
2
Segundo paso: Incentivar el diálogo ¿Qué está pasando, inquietando? ¿Sobre qué temáticas y situaciones nos cuesta construir criterios y acuerdos en común? Es decir: ¿Poner en sintonía nuestros corazones?
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Tercer paso: Entender e interpretar las escrituras Lectura del texto de Hch 4, 32-35 La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos. Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima. Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades.
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un corazón
Claves para enriquecer la lectura del texto En este fragmento del Libro de los Hechos de los Apóstoles, Lucas nos ofrece uno de los varios “retratos” de la primera comunidad de los creyentes. Todos idealizaban bastante a la comunidad, si bien sabemos de otros textos dónde se muestran también las diferencias y disensos. Pero se indica un mensaje claro: los creyentes se sienten llamados a la vida en común, incluso a renunciar a los bienes particulares y ponerlos a disposición de todos, de manera que nadie pasara necesidad. Y en medio de ellos, los Testigos, dando testimonio de la resurrección del Señor. En este sentido bien podemos decir que “Los Hechos” son “el evangelio de la iglesia”, y que no se limita a narrar “hechos”, sino a mostrar la vida en el Espíritu de la primera comunidad, o mejor dicho el Espíritu de Jesús se muestra en ella. En ese sentido es muy importante aprender de esta comunidad la síntesis fe-vida que experimentaban: se sentían muy unidos a Dios; se invocaba al Espíritu Santo, se evocaban pasajes maravillosos del Antiguo Testamento, todo ello en un ambiente de intensa espiritualidad, sin que por ello se olvidaran de que algunos hermanos no tenían lo necesario y por lo tanto todos tenían que colaborar. La oración y el testimonio del Evangelio eran sumamente importantes; pero su culminación era el amor entre los hermanos. Aquí notamos dos cosas de los primeros cristianos. 1. Tenían un vivo sentido de responsabilidad y solidaridad de unos con otros; 2. y esto los impulsaba a un verdadero deseo de compartir todo lo que tenían. No compartían porque se les impusiera, sino por propia decisión. Una comunidad es realmente cristiana no cuando hay una ley que obliga a compartir, sino cuando el compartir nace del corazón.
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un corazón 4
Cuarto paso: Dejar que se nos abran los ojos Esta experiencia de los creyentes: ¿qué nos permite ver? ¿Sentimos que hay situaciones que necesitan una mirada, más atenta, más cercana? ¿Qué necesidades se pueden estar escapando de nuestra mirada?
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Quinto paso: Sentir arder el corazón y ponerse en camino ¿Qué de nuestras propias experiencias lasallanas y de la experiencia de los primeros creyentes nos hace arder el corazón? ¿Qué prácticas son necesarias para que en la comunidad nadie pase necesidades? El Corazón universal: ¿hacia dónde nos pide que nos acerquemos?
Lasalle sintoniza con este relato y nos ofrece su recomendación para tenerlo presente y ponerlo en práctica
La tercera cosa que pide Jesucristo a su Padre para sus santos apóstoles, en la oración que hace en el evangelio de este día, es unión muy estrecha entre ellos, que sea tan íntima y estable, que
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un corazón
desea se asemeje a la de las tres divinas personas; no en todo, puesto que ellas poseen, las tres, una misma esencia; sino por participación, y de tal modo, que la unión de espíritu y de corazón que Jesucristo deseaba que existiese entre sus apóstoles, produjera el mismo efecto que la unión esencial que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; es decir, que entre todos ellos sólo hubiese un mismo sentir y un mismo querer; las mismas aficiones, las mismas máximas y las mismas prácticas. Esto es lo que recomienda san Pablo a los fieles a quienes escribe. Y es también lo que se puso de manifiesto en los santos apóstoles y en los primeros discípulos de Jesucristo, según lo que refiere san Lucas en los Hechos de los Apóstoles, que tenían todos un solo corazón y una sola alma. MD 39,3,1
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oraciÓn final
Mis manos, esas manos y tus manos hacemos este gesto, compartida la mesa y el destino como hermanos, las vidas en tu muerte y en tu vida. Unidos en el pan los muchos granos iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos; comiéndote sabremos ser comida. El vino de tus venas nos provoca, el pan que ellos no tienen nos convoca a ser contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de tu memoria marchamos hacia el Reino haciendo historia, fraterna y subversiva Eucaristía. Pedro Casaldáliga, obispo
San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Qué viva Jesús en nuestros corazones!... ¡por siempre!
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un corazón
ENCUENTRO CON UN SOLO CORAZÓN 1
Acercarnos y ponernos a caminar juntos/as En nuestra comunidad o en los diferentes espacios que participamos: ¿Cómo estamos transitando las diferencias de sentimientos, pensamientos de posicionamientos frente a los hechos de la realidad? Ante tanta diversidad y pluralidad: ¿Cómo cultivar un corazón que contenga, que incluya?
2
Incentivar el diálogo ¿Qué espacios de conversación nos damos para construir una palabra comunitaria? ¿Qué situaciones, conflictos, encrucijadas exigen tener una sola voz?
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Entender e interpretar Lectura del texto de Romanos 15,5-7 Que el Dios fuente de toda paciencia y consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús. para que, con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios.Porque les aseguro que Cristo se hizo
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un corazón servidor de los judíos para confirmar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas que él había hecho a nuestros padres.
Claves para enriquecer la lectura del texto Pablo escribió la Carta a los Romanos en un momento decisivo de su misión apostólica. Ya había concluido su tercer viaje misionero, y se disponía a llevar a Jerusalén la colecta en favor de los pobres, que tan laboriosamente había recogido en Macedonia y Acaya. Sentía que su misión en Oriente ya estaba terminada y tenía proyectado emprender una nueva etapa en su obra de evangelización: su propósito era llevar la Buena Noticia a Occidente, desde Roma hasta España. Para preparar su visita a los cristianos de Roma, el Apóstol les envió una Carta, la que por su profundidad y relevancia de los temas abordados es considerada de excepcional importancia dentro del cristianismo. Pablo se dirige a los cristianos de una comunidad nacida de la colonia judía residente en Roma, a la que se van incorporando gentiles, es decir, paganos. Y hace un anuncio revolucionario. La Biblia no se escribió para los judíos, sino para todos los pueblos. La Palabra de Dios no está encadenada al pueblo de Israel: es para la salvación del mundo. Al inicio de este texto el versículo 5 dice: “Que el Dios fuente de toda paciencia y consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús”. Los creyentes se encuentran ante el desafío de tener un mismo sentir, un mismo pensamiento, a ser unánimes como comunidad (unánime se compone de un=uno y ánimus=ánimo, de modo que es estar de un mismo ánimo, sentir, parecer). En síntesis, a estar de acuerdo, pero siendo tan diversos, teniendo tan diferentes proveniencias, e intereses: ¿Cómo es posible?
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un corazón
La clave se encuentra al final de Romanos 15,5, “a ejemplo de Cristo Jesús”. Nuestro sentimientos y pensamientos tienen que estar en sintonía con los del Maestro. “Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús” Fl 2, 5, en ese corazón nos encontramos todos, y de ahí nace una nueva práctica: “Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes”. Pablo entiende muy bien quién es Jesús, y lo que significa para los de su tiempo. Con la llegada de Jesús, el viejo vaso de Israel se desborda. Ya no cabe en él el Espíritu de Dios. Israel ve, atónito, que el Dios de Israel no es propiedad de Israel. Israel ha sido sólo - y a veces muy mal - su mensajero. Ahora es tiempo de aprender un nuevo modo de comprendernos, la medida ya no es la hostilidad de la ley, sino la hospitalidad del amor: • amar a otros, tal como Cristo me amó a mí (Juan 13:34); • perdonar a otros, como Cristo me perdonó a mí (Efesios 4:32); • soportar a otros, como Cristo me soporta a mí (Colosenses 3:13); • acoger a otros, como Cristo me acogió a mí (Romanos 15:7).
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Dejar que se nos abran los ojos Este mensaje de Pablo a la Comunidad de Roma: ¿En qué interpela nuestra manera de mirar las diferencias, las múltiples diversidades con las que convivimos?
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Sentir arder el corazón y ponerse en camino En un tiempo en el que se valora tanto la diversidad y la singularidad: ¿Por qué sentimos que es importante tener un solo corazón y una sola voz?
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un corazón En sintonía con el Corazón de Lasalle: ¿Qué aperturas y que gestos de acogida tenemos que impulsar desde la comunidad, como signo de un corazón y una palabra que no deja a nadie en la orfandad?
Lasalle en su voto heroico junto a los hermanos nos transmite una convicción muy iluminadora
“Y a este fin, yo, Juan Bautista de La Salle, sacerdote; yo, Nicolás Vuyart, y yo, Gabriel Drolin, desde ahora y para siempre, y hasta el último que sobreviva, o hasta la completa consumación del establecimiento de dicha Sociedad, hacemos voto de asociación y de unión, para procurar y mantener dicho establecimiento, sin podernos marchar, incluso si no quedáramos más que nosotros tres en dicha Sociedad, y aunque nos viéramos obligados a pedir limosna y a vivir de sólo pan. En vista de lo cual, prometemos hacer unánimemente y de común acuerdo todo lo que creamos, en conciencia y sin ninguna consideración humana, que es de mayor bien para dicha Sociedad. Caminando Juntos: Biografía de San Juan Bautista de La Salle Escrito por Hno. Jean Jacquot
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No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios.
oraciÓn final
Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense. Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca.
Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús. En fin, mis hermanos, todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos. Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido y el Dios de la paz estará con ustedes. (Flp 4,4-9)
San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Qué viva Jesús en nuestros corazones!... ¡por siempre!
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sub lema:
un cOMPROMISO Encuentro: Un impulso generoso
1
Acercarnos y ponernos a caminar juntos/as Es bastante frecuente que en nuestras conversaciones hablemos de compromiso, porque de hecho es una palabra muy sentida para nuestra experiencia cristiana y lasallana. En nuestra Comunidad, en los equipos de trabajo: ¿qué tenemos para decirnos de nuestros compromisos? ¿Cómo los explicitamos?
2
Incentivar el diálogo La Palabra compromiso es un sustantivo que proviene del latín compromissum, compromissi, y también es un verbo que está formado por la preposición cum- (con) y el adjetivo promissus, promissa, promissum derivado del verbo promitto, promisi, promissum (prometer, asegurar, comprometerse a). Por eso el concepto de esta palabra es el acto de “prometerse con” otro/os. En síntesis, podemos decir que es hacernos mutuamente una promesa. Nuestros compromisos o nuestras promesas compartidas: ¿En qué acciones las reconocemos?
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un COMPROMISO ¿Qué ponen en juego de lo individual y lo colectivo lo que hacemos juntos?
3
Tiempo para entender e interpretar Lectura del texto: Ex 35,29-35 De esta manera, llevados por un impulso generoso, hombres y mujeres presentaron su ofrenda voluntaria para la ejecución de todos los trabajos que el Señor había prescrito a los israelitas, por intermedio de Moisés. Entonces Moisés dijo a los israelitas: «El Señor ha designado especialmente a Besalel –hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá–y lo ha llenado del espíritu de Dios, a fin de conferirle habilidad, talento y experiencia en la ejecución de toda clase de trabajos, tanto para idear proyectos, como para trabajar el oro, la plata y el bronce, labrar piedras de engaste, tallar la madera o ejecutar cualquier otra labor de artesanía. Además, le ha concedido –lo mismo que a Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan– el arte de comunicar sus conocimientos. El Señor los llenó de habilidad para realizar labores de orfebrería, de tejido, de bordado y recamado de telas de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino. Y no sólo son capaces de ejecutar todas estas tareas, sino que también tienen espíritu de inventiva».
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un COMPROMISO
Claves para enriquecer la lectura del texto El pueblo de Israel respondió con prontitud al llamado de participar en la construcción de la Tienda de las Citas, y aportaron con generosidad todo lo valioso que tenían para la obra. Las ofrendas eran tan abundantes, que tuvieron que pedir que ya no llevaran más… Siguiendo el relato en Ex 36:4-7, dice que: “vinieron los maestros que hacían toda la obra para decirle a Moisés: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que se nos ha mandado hacer. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más ofrenda. Así impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba”. Con ese espíritu de colaboración pudieron llevar adelante la obra como parte de un plan que debía llevarse adelante con todo tipo de detalles: - imaginaron un hermoso lugar para el encuentro y la adoración; - fueron desafiados a dar y la ofrenda fue más que la necesaria; - podía ser hecha solamente por quienes tuvieran un corazón bien dispuesto; - hombres y mujeres de en medio del pueblo dieron de acuerdo a sus posibilidades una respuesta tan generosa, que fue necesario suspender la ofrenda. Así por medio de una gran tarea de colaboración el pueblo en el desierto contribuyo a sostener la promesa. Se “com-prometieron” porque entre ellos y ellas había habilidades y saberes, dones y conocimientos que les permitieron idear y sostener un proyecto común, que a la vez sirviera para alimentar la mística del camino.
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un COMPROMISO 4
Dejar que se nos abran los ojos El diálogo con este relato de colaboración compartida: ¿En que motiva, valora nuestros compromisos?
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Sentir arder el corazón y ponerse en camino ¿Qué sentido nuevo les aporta el texto a nuestros compromisos? La mística y la práctica de asociación lasallana: ¿cómo expresaría en el hoy de nuestra misión este “Comprometernos”? ¿qué nos prometemos para seguir estando juntos/as en el camino?
La experiencia de Lasalle nos sigue confirmando en un modo particular de compromiso
Este paso que dieron los 3 hermanos es conocido como «voto heroico», porque el compromiso que asumen Juan Bautista y sus dos compañeros excede aquello que podríamos llamar las responsabilidades normales de sus vidas y su trabajo. Tal es la confianza que se tienen y el amor por el proyecto que los une, que están dispuestos a “vivir solo de pan” si hiciera falta, para que a los niños no les falte la educación. El espíritu del Instituto implica, por consiguiente, que todos sus miembros reaviven en sí mismos el espíritu de celo, a la luz de la vida y enseñanzas del Fundador, para dirigirse a los demás con corazón de pobre.” (Regla a7).
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oraciÓn final
Vendría bien Vendría bien, después de tantos discursos, vendría bien para la Iglesia y el pueblo, que fuésemos embajadores de Dios. Y vendría bien para la gloria del Señor que reinventásemos la paz y mostrásemos el Cuerpo de Cristo con todos sus miembros bien trabados, tirando de la misma cuerda de la justicia, aunque diferentes, en diversa lengua, con distinto temple y original cultura, disímiles gustos, ideas y programas; pero tirando la misma cuerda, avanzando, todos, al paso o a la carrera, por el único camino. Y vendría bien que tomáramos conciencia del honroso encargo de servir, en auténtica caridad, sin fingimiento. Vendría bien para la Iglesia y el pueblo estar lejos de la espada y lejos de la puerta de la Banca; y acompañar a los perseguidos en el nombre del Señor. Vendría bien una y otra vez redescubrir los senderos del pobre,
los avergonzados caminos de la miseria, y encontrarnos, de repente, cara a cara, con Jesús de Nazareth; y, llenos de coraje, tomarle sus manos llagadas, sus manos de pobre manchadas con sangre de hoy; y mirar en sus ojos los ojos de los niños del Líbano, y los ojos internacionales de los niños con hambre, y los ojos de los niños de mi pueblo y mi ciudad. Y vendría bien descender de nuestras cabalgaduras a vendarle las heridas del costado, las heridas del lado del corazón, las heridas de los que claman sin respuesta, de los que lloran sin consuelo, de los que gritan enmurallados en nuestros modernos castillos de silencio. Vendría bien para la Iglesia y el pueblo la Buena Noticia traducida a todos los llantos a toda sed, a toda hambre, a toda soledad a toda desesperanza. Y vendría bien –te lo digo humildemente– que tú y yo simplemente nos pusiéramos a ser cristianos con la gracia de Dios.
P. Esteban Gumucio, sscc
San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Qué viva Jesús en nuestros corazones!... ¡por siempre!
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un COMPROMISO
ENCUENTRO PERMANECERÁN EN MI AMOR 1
Acercarnos y ponernos a caminar juntos/as En un tiempo en el que todo cambia aceleradamente, y en el que además se valora fuertemente estar cambiando: ¿Hablamos alguna vez de “permanecer”?
2
Incentivar el diálogo ¿Con que relacionamos el “permanecer”? ¿A qué experiencias nos remite?
3
Tiempo para entender e interpretar Lectura del texto: Jn 15,10-17 Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría sea la de ustedes, y esa alegría sea perfecta. Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.
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un COMPROMISO
Claves para enriquecer la lectura del texto Este texto del evangelio de Juan pertenece a lo que se denomina el libro de la gloria, que abarca los capítulos del 13 al 20. Dentro del cual hay un conjunto de discursos de Jesús en el marco de la última cena. En ese contexto de despedida Jesús les habla a sus discípulos, por quienes está dispuesto a entregar su vida, porque los ha amado con el mismo amor con que el Padre lo ha amado. Ahora los tiene que dejar, y los conoce bien, sabe de sus fragilidades, sabe que aún no han aprendido a quererse, los ha visto discutiendo por los primeros puestos… Por eso sus palabras se vuelven enfáticas, para que les queden bien grabadas: “Éste es mi mandato: que se amen los unos a otros como yo los he amado”. Jesús no quiere que su estilo de amar quede en el olvido, si así pasara nadie los podría reconocer como sus discípulos. De hecho, les deja un recuerdo imborrable, las primeras generaciones daban testimonio de esto en una síntesis perfecta: “Pasó su vida haciendo el bien” Hch 10,38. Era bueno encontrarse con él, su vida fue una Buena Noticia, todo él era la cercanía amorosa de Dios. Con su estilo de amar inconfundible no podía pasar de largo ante alguien sufriendo. No está pendiente de sí mismo. Está atento a cualquier llamado, disponible siempre para hacer lo que sea necesario. Al mendigo ciego que le pide compasión mientras va de camino, lo acoge con estas palabras: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Con esa actitud anda por la vida quien ama como Jesús. Jesús sabe estar junto a los más desvalidos, no hace falta que se lo pidan, toma la iniciativa y hace: cura sus dolencias, libera sus conciencias o comunica confianza en el Dios que se revela a los sencillos. Antes de partir se asegura la continuidad del amor-servicio y les dice: “Permanezcan en mi amor”, este es un mandato fundamental para las y los discípulos a lo largo de los tiempos, para ser fieles a su persona y a su proyecto. Las distintas acepciones del verbo, “permanecer” puede tener una connotación temporal, que es “lo que permanece”, lo que resiste el paso del tiempo; y la otra espacial, en referencia al espacio físico, a un lugar. Por ello el término se puede traducir por morar, habitar. Así en el evangelio aparecerá varias veces el verbo en este sentido, de los lugares en los que Jesús permaneció, se quedó, y de los discípulos que se quedan con él.
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un COMPROMISO 4
Dejar que se nos abran los ojos Este mandamiento de Jesús ¿qué nueva mirada les aporta a nuestros compromisos lasallano?
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Sentir arder el corazón y ponerse en camino Invitados a permanecer en su amor y a ser más que servidores, es decir amigas y amigos: ¿En qué desafía el caminar comunitario? Como Discípulos y discípulas de hoy asociados a la experiencia y a la obra de Lasalle: ¿Qué les responderíamos a este mensaje que nos dirige Jesús? Permanecer en el amor de Jesús implica decisión, atravesar las adversidades y seguir redoblando las apuestas con confianza como bien lo hizo Lasalle
Cuando se repuso su salud, se dio un tiempo para pensar seriamente en el futuro de la obra que llevaba entre manos. Y después de mucha oración, tomó algunas decisiones de gran importancia: alquilar una casa más saludable para los Hermanos; abrir un noviciado, donde pudieran formarse los maestros; formar mejor espiritualmente a quienes conducían las escuelas; y, quizás la más importante, arriesgar todo lo que le quedaba para sostener las escuelas, comprometiéndose sin vuelta atrás en la conformación de la Sociedad. “Yo creo que debió ser ésa la razón por la cual Dios, que todo lo dispone con sabiduría y suavidad y que no acostumbra forzar la inclinación de los hombres, queriendo inducirme a ocuparme enteramente de las escuelas, lo hizo de modo imperceptible y en etapas sucesivas, de modo que un compromiso llevaba a otro, sin poderlo preveer desde el principio”. (Memoria de los comienzos).
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oraciÓn final
La Salle, Hoy, somos nosotros Podrían parecer palabras lindas para promocionar productos nuevos. podría parecer un apellido heredado con trucos leguleyos. Podrían parecer un sueño absurdo para encubrir amargos desaciertos. ¡Y sin embargo, es cierto! LA SALLE, HOY, SOMOS NOSOTROS. Aunque cueste creerlo aunque haya que sudar para lograrlo, aunque parezca un sueño. Y es que sabemos que este desafío exige esfuerzos. LA SALLE el hombre del lucero de la fe encendido en la luz del Evangelio. Para alumbrar la escuela y mostrar a los niños el sendero que, a través de las cosas de este mundo, nos conduce hacia el reino de los cielos. Y eso le costó sangre y amarguras tragadas en silencio. Y a nosotros nos suena a lo imposible arriesgar nuestra vida tras su ejemplo. Hoy: el mundo ha crecido en espacio y en tiempo y en niños que polulan y van viniendo. Y hace casi tres siglos que La Salle se ha muerto. Poco a poco también sus hijos van cayendo.
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Y las necesidades de nuestro hoy exigen un relevo. Y claman, al menos que todos arrimemos nuestro hombro para seguir su ejemplo. SOMOS NOSOTROS, los que gozamos de su esfuerzo, los alumbrados por su brillo, los que queremos que esa luz siga brillando, los que debemos seguir tejiendo la epopeya como algo nuestro. Porque, a la luz de su enseñanza, hoy hemos descubierto que la escuela cristiana no es cosa solo de maestros: es la casa de todos y todos sostenemos sus muros y sus techos, y todos mantenemos su entusiasmo y su fuego ¡LA SALLE, ¡HOY, SOMOS NOSOTROS! LA SALLE NO SE HA MUERTO: HOY VIVE EN NUESTRAS VIDAS, SOMOS SUS COMPAÑEROS. ¡LA SALLE HOY SOMOS NOSOTROS! Hay que tomarlo en serio: hombro con hombro trabajaremos. H. Fermín Gainza, Casi puro rezo, Editorial Stella
San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Qué viva Jesús en nuestros corazones!... ¡por siempre!
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sub lema:
unA VIDA
Encuentro: Una vida haciendo el bien
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Acercarnos y ponernos a caminar juntos/as ¿Nosotros, nos autodefinimos o sentimos que otros nos llaman discípulas/os?
2
Incentivar el diálogo ¿Cómo explicitamos nuestro seguimiento? ¿podríamos hablar de una comunidad de discípulas y discípulos? ¿Cuáles serían sus rasgos?
3
Tiempo para entender e interpretar Lectura del texto: Hch 9,36-43 En Jope había una discípula llamada Tabitá, que quiere decir Dorcás, que significa «gacela». Pasaba su vida haciendo el bien y repartía abundantes limosnas. Pero en esos días se enfermó y murió. Después de haberla lavado, la colocaron en la habitación de arriba. Como Lida está cerca de Jope, los discípulos, enterados de que Pedro estaba allí, enviaron a dos hombres para pedirle que acudiera cuanto antes. Pedro salió en seguida con ellos. Apenas llegó, lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas lo rodearon y, llorando, le mostraban las túnicas y los
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unA VIDA abrigos que les había hecho Tabitá cuando vivía con ellas. Pedro hizo salir a todos afuera, se puso de rodillas y comenzó a orar. Volviéndose luego hacia el cadáver, dijo: «Tabitá, levántate». Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la tomó de la mano y la hizo levantar. Llamó entonces a los hermanos y a las viudas, y se las devolvió con vida. La noticia se extendió por toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor. Pedro permaneció algún tiempo en Jope, en la casa de un curtidor llamado Simón.
Claves para enriquecer la lectura del texto En Jope vivía una discípula de Jesús llamada Tabitá. Su nombre griego era Dorcas, que significa «Gacela» y pasaba su vida haciendo el bien. Tuvo el honor de ser la única mujer llamada «discípula» en el NT. Jope era un puerto marítimo donde la población se componía de judíos como de gentiles. Eran los tiempos de la formación de la primera iglesia poco después de la resurrección de Jesús. La Iglesia iba creciendo bajo el liderazgo de Pedro. Una discípula o discípulo es alguien que escucha, que aprende, que tiene un Maestro. Podemos preguntarnos ¿Qué habría aprendido Tabitá-Dorcas para que la llamaran «discípula»? En la cultura patriarcal las mujeres tenían lugares bien determinados, el deber de la maternidad era el rol principal. Siempre dependían de un varón: el padre, el hermano, el marido o el cuñado, quienes eran a su vez responsables de su manutención, cuidado y protección. Sin un varón a quien acudir las mujeres quedaban limitadas para la vida social. Tabitá no estaba sola, Ella y el grupo de mujeres y varones que habitaban en su casa son símbolo de un modo de vida radicalmente diferente. Es contracultural en una ciudad dominada por el comercio, y es desafiante para el orden judío la independencia que Tabitá tiene para administrar el fruto de su trabajo y de sus bienes.
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unA VIDA
“Tabitá se enfermó y murió”, quizás podemos pensar que esta mujer generosa y comprometida, que pertenecía a una comunidad con creatividad para la sobrevivencia y la solidaridad, que pudieron superar normas religiosas en favor de la vida y la dignidad de las personas, tienen que enfrentar la muerte. Tabitá y su comunidad pagan con sus cuerpos el costo de resistir a un sistema imperialista, violento y explotador. Posiblemente se había agotado hasta enfermar gravemente, puesto que se ocupaba de las viudas y estas eran muy numerosas a causa de tanta violencia. También podemos sospechar que en la vida y muerte de esta mujer se refleja algo del misterio de la resurrección de Jesús, de la memoria de sus palabras y de sus obras y del impulso de fe que esa memoria genera en sus discípulos/as. “..túnicas y mantos que hacía mientras estaba con ellas...” Las túnicas y los mantos que visten las viudas son el testimonio del trabajo comunitario de esta red de mujeres solidarias. Era un trabajo muy duro, generalmente hecho por mujeres. Este grupo de mujeres sabían de esfuerzos y también el valor que suponía entregarlo como ofrenda fraterna. En una ciudad portuaria, donde conviven grandes diferencias sociales, culturales y económicas, indiferencia e individualismo, la vida de Tabitá habría sido un modelo para la comunidad cristiana, en ella y su comunidad está vivo el paradigma de vida evangélica que Lucas presenta en Hechos 2 y 4, cuando cuenta cómo vivían los discípulos y discípulas. “Pedro se arrodilla y ora totalmente a solas”, hay en ese gesto mucho misterio. Dios se manifiesta en el contacto cuerpo a cuerpo. Posiblemente hay una alusión al episodio de Pedro junto a Jesús frente a la hija de Jairo (Lc 8,51). “Tabitá, levántate!”. A Tabitá se le ordena renacer a la vida para vivir como resucitada, así de este modo nuevo de vivir y servir es devuelta a su comunidad. Y Pedro, aunque tenía otra misión permanece cerca. “Siempre es posible percibir que en las narraciones de milagros existe una fuerte relación entre las personas involucradas o también entre las personas que participaron en los preparativos del acontecimiento. En el caso de Tabitá, hay una fuerte relación entre la comunidad y Dios, entre las personas participantes de la comunidad, entre la comunidad y Pedro, como también entre Pedro y Dios. Esta dimensión relacional es parte del milagro”. (I Richter Reimer, Vida de las Mujeres en la Sociedad y en la Iglesia – Pag. 31).
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unA VIDA 4
Cuando los ojos se abren Mirando la fuerza relacional que la vida de Tabitá supuso para su comunidad y en su ciudad, y mirando también la fuerza relacional que desencadenó su muerte: ¿Qué hechos o acontecimientos de nuestra comunidad, de nuestro entorno pueden ser releídos a la luz de este testimonio? ¿Qué nos permite ver la fuerza relacional que está anunciada en su nueva vida?
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Sentir arder el corazón y ponerse en camino ¿Qué estará diciéndonos este texto acerca de la vida y la muerte para las mujeres y varones que asumimos compromisos de relación, como educadores desde nuestra familia, nuestros grupos, nuestro contexto social, como ciudadanas/os?
Como Tabitá y como Pedro, Lasalle entiende que Dios nos hace responsables de la salvación, es decir de la vida y de las condiciones de vida de quienes están en situación de fragilidad He ahí la disposición en que se encuentran aquellos a quienes la providencia os encarga de instruir y a los que debéis formar en la piedad. Dios mismo es quien los los ha traído; es Dios quien los hace responsables de su salvación y quien les ha impuesto la obligación de atender a todas sus necesidades espirituales. Ese debe ser también el constante afán de ustedes. MD 37,1,2
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oraciÓn final
Dame, Señor, tu mirada Dame, Señor, tu mirada, grábala en el corazón, donde tu amor es amante, tu paso constante, tu gesto creador. Dame, Señor, tu mirada, y entrañas de compasión, dale firmeza a mis pasos, habita mi espacio y sé mi canción. Dame, Señor, tu mirada, y entrañas de compasión. Haz de mis manos ternura y mi vientre madura: aquí estoy, Señor. Ponme, Señor, la mirada, junto al otro corazón, de manos atadas, de oculta mirada que guarda y calla el dolor. Siembra, Señor, tu mirada, y brote una nueva canción, de manos abiertas, de voz descubierta, sin límite en nuestro interior. Danos, Señor, tu mirada... Cecilia Rivero Borrell, rscj Dame, Señor, tu mirada, CD Espacio habitado
San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Qué viva Jesús en nuestros corazones!... ¡por siempre!
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ENCUENTRO DAR LA VIDA POR LOS HERMANOS 1
Acercarnos y ponernos a caminar juntos/as Muchas veces oímos hablar de dar la vida o entregar la vida, en uno u otro caso: ¿a qué nos referimos con esas expresiones?
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Incentivar el diálogo ¿Qué casos cercanos conocemos dónde dar la vida es una práctica concreta y cotidiana?
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Tiempo para entender e interpretar Lectura del texto: 1 Jn 3,14-24 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida posee la Vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios? Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.
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unA VIDA Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
Claves para enriquecer la lectura del texto Este relato de la primera Carta de Juan, es un mensaje lleno de energía en el que se mezclan exhortaciones y proposiciones y dónde claramente hay una invitación a mirar a Cristo como modelo de amor a los hermanos. El que ama ha pasado de la muerte a la vida, el que no ama permanece en la muerte, el que odia es un asesino, y el asesino no tiene la vida. Por lo tanto, es primordial amar a los hermanos y ese amor tiene unas consecuencias prácticas muy concretas, compartir los bienes, socorrer a los necesitados, porque es ahí donde se muestra que se ama con obras y verdad… El amor es condición para ser y sentirnos hijos e hijas, hermanos y hermanas. Este amor de filiación y hermandad es consecuencia del don y de la tarea de comunión, y a su vez es central en la experiencia cristiana y en el mensaje a compartir y anunciar como discípulos y discípulas. Porque ya se nos ha dicho: “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. Jn 13,34-35, y se reafirma en Jn 15,12 “Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”. De este modo no queda ninguna duda que el amor mutuo es la forma más original del amor al hermano. Así en este breve relato de Juan hay un modo directo para conectar con la fuente que es Jesús, con su propia vida hecha práctica y mensajes que nos remiten por ejemplo a: «El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”. Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les
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dijo: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado». Mc 9,35-37; y sobre todo con Mt 18,35: «Así hará con ustedes mi Padre celestial, si no perdonan de corazón a sus hermanos». Por contraste el mandamiento del amor es ilustrado con el ejemplo de Caín y Abel, para decir que Caín era injusto, y por eso mató a su hermano, por el contrario, practicar la justicia consiste en amar al hermano. La comunión de bienes es la forma práctica del amor fraterno y realizarlo es compartir, ahí se expresa la comunión y el amor sin límites: «dar la vida por los hermanos», lo cual implica una gran exigencia: si se está dispuesto/a a entregar la propia vida, entonces con mayor razón a compartir los bienes. Porque si alguien ve a su hermano padecer necesidad «y le cierra su corazón ¿cómo permanecerá en el amor de Dios?», por tanto, endurecer el Corazón y no escuchar el clamor de los hermanos necesitados hace imposible el amor a Dios: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado». Mc 9,35-37. Por contraste el mandamiento del amor es ilustrado con el ejemplo de Caín y Abel, para decir que Caín era injusto, y por eso mató a su hermano, por el contrario, practicar la justicia consiste en amar al hermano. La comunión de bienes es la forma práctica del amor fraterno y realizarlo es compartir, ahí se expresa la comunión y el amor sin límites: «dar la vida por los hermanos», lo cual implica una gran exigencia: si se está dispuesto/a a entregar la propia vida, entonces con mayor razón a compartir los bienes. Porque si alguien ve a su hermano padecer necesidad «y le cierra su corazón ¿cómo permanecerá en el amor de Dios?», por tanto, endurecer el Corazón y no escuchar el clamor de los hermanos necesitados hace imposible el amor a Dios.
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Dejar que se nos abran los ojos Si esta carta de Juan es también un mensaje para nuestras comunidades hoy: ¿A qué nos está exhortando? ¿Qué propuesta nueva nos sugiere?
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Sentir arder el corazón y ponerse en camino Con el corazón en la mano: ¿qué implicancias prácticas tiene para nuestra espiritualidad y nuestra misión lasallana este “permanecer en la vida, amando con obras y de verdad? ¿Cómo podemos acompañarnos para disponernos juntos a vivir esta exigencia de la fe y el amor de comunión?
Lasalle nos que vivir en comunidad es ¿Qué tendremos querecuerda hacer comunitariamente para que seamos una gracia y un llamado, escuchémoslo parte de renacer o revivir?
Puesto que Dios les ha concedido la gracia de llamarlos a vivir en comunidad, no hay nada que deban pedirle con mayor insistencia que esta unión de espíritu y de corazón con sus Hermanos; pues sólo a través de esta unión alcanzaran la paz que debe constituir toda la dicha de su vida. Insten, pues, al Dios de los corazones, que del de ustedes y del de sus Hermanos forme uno solo en el de Jesús. M 39,3
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Señor, dame la valentía de arriesgar la vida por ti, el gozo desbordante de gastarme en tu servicio. Dame, Señor, alas para volar y pies para caminar al paso de los hombres. Entrega, Señor, entrega para “dar la vida” desde la vida, la de cada día.
oracion final
Salmo para dar la vida
Infúndenos, Señor, el deseo de darnos y entregarnos, de dejar la vida en el servicio a los débiles. Señor, haznos constructores de tu vida, propagadores de tu reino, ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres para llevarles el tesoro de tu amor que salva. Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu para ser conducidos a dar la vida desde la cruz, desde la vida que brota cuando el grano muere en el surco.
San Juan Bautista de La Salle… ¡Ruega por nosotros! ¡Qué viva Jesús en nuestros corazones!... ¡por siempre!
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oracion final
Palabra Encarnada Tu Palabra se hizo carne y mi carne se hace hoy palabra tuya, tallada con tu brisa de absoluto en mi roca de límite y distancia. Soy ágil libertad en tu corazón que me anida y en tu pensamiento que me crea. Soy palabra como espada de dos filos en tu mano de profeta, y palabra de corazón cercano en tus ojos de hogar universal. Soy palabra ronca de tanto sufrimiento, parida por gargantas enlazadas, en tu pueblo que grita su gemido. Soy palabra tuya, nazarena y pobre, con olor a tierra mojada de camino, y a mar con rumores de salitres y gentes en la playa a la deriva. Soy palabra hecha silencio remansada en el invierno donde todo saber se acaba, y nace nueva como flor de primavera en el tronco mutilado por la poda. Soy palabra llevada por los vientos hasta puertas y ventanas, que se hospeda donde abren, o se pierde jugando en cualquier calle. E. González Buelta
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“Cada mañana, con la cabeza despejada y serena, acojo las palabras sagradas. He llegado a entender que acogerlas no significa aferrarlas, sino ser alcanzados por ellas, estar tan tranquilo que me deje agitar por ellas, tan indiferentes y sin planes personales previos que pueda recibirlos de ellas, tan soso que me deje salar por ellas. Así he hospedado en mi casa las palabras de la Escritura Sagrada”. Erri De Luca
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Equipo Coordinador Lucas Leal, Ligia del Pueyo, Santiago Caballero, Adrián Di Gregorio, Susana Ramos. Equipos Nivel Inicial y 1er. Ciclo Primario Cintia González, Damiana Comba, Victoria Nieto, Gabriela Lazarte, Antonela Pozzolo, Florencia Bravo, Lucas Leal. 2do Ciclo del Nivel Primario Laura Soledad de Beus, Santiago Caballero. Nivel Secundario Santiago Tumulty, Pablo de Alzaa, Stella Maris Gangeme, Ligia del Pueyo. Oración de la mañana Adrián Di Gregorio. Lectura Orante Susana Ramos.
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