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La polémica del mes
¿Se actúa ante el acoso en los centros?
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Hace unos días participé muy a mi pesar en un foro de internet en el que un joven hablaba de su experiencia como alumno que había sufrido acoso. Hasta ahí todo normal. Lo que me encendió la luz de alarma fue la cantidad de comentarios que con casi total unanimidad acusaban al centro en cuestión y a los docentes de mirar hacia otro lado y no hacer nada al respecto.
El hecho de que ahora se hable tanto de un asunto que antes se silenciaba me parece perfecto, porque denota la mayor concienciación que hay para que nadie sufra sin motivo alguno. Y porque no hay derecho a que ningún niño ni niña, ningún adolescente, sea sometido a presiones, insultos ni descalificaciones que pueden alterar su desarrollo como personas. Es cierto no obstante que la sobreexposición pública de este asunto genera una especie de síndrome, con casos falsos de bullying y una excesiva alarma social al respecto. En mi opinión para que este acoso social suceda debe haber sobre todo desigualdad entre quien lo comete y quien lo padece, que no cuenta con armas sociales para defenderse.
Se trata sin duda de una situación que puede llegar a ser dramática y de la que la amplísima mayoría de docentes –por no decir todos- estamos plenamente concienciados. Y aunque no fuera así tenemos la obligación de estarlo, ya que la normativa vigente nos obliga a ello, a establecer protocolos para detectar presuntos acosos y si los hubiera actuar al respecto. Aunque lógicamente la discreción que se debe mantener en estos procedimientos motiva que en ocasiones los interesados ni se enteren de ello, en el caso de que se archive el expediente.
Puedo asegurar, por mi ya larga experiencia como docente y como jefe de estudios, que desde hace ya bastantes años es un asunto que nadie toma a la ligera, y por eso me enerva cada vez que oigo que los profesores y los centros hacen la vista gorda ante estos casos. No es así, afortunadamente. Muchas veces, en los centros escolares, encontramos casos de acoso escolar, también llamado bullying, pero la mayoría de veces, los docentes no son conscientes de ello, o miran a otro lado convirtiéndose en participes indirectos de estos casos. A pesar de que, en los centros escolares, existen programas de ayuda contra el bullying, y charlas sobre el tema, los afectados por este acoso, no sienten comodidad al expresarlo que les pasa por miedo a empeorar la situación, ya que la mayoría de las veces, las acciones contra este acoso, son pocas, nulas o mal direccionadas.
En los casos en los que sí se hacen acciones contra la situación del afectado, se suelen hacer equívocamente en público o en medio de clase, poniéndolo en evidencia y seguidamente, situándole en el punto de mira de los abusones, haciendo que la situación empeore. Otras veces en las que, en lugar de denunciar la situación al profesor o profesora, se comunica directamente en jefatura de estudios, de nuevo las acciones son casi nulas, pues hasta que se presenten pruebas suficientes al jefe de estudios, este no moverá un dedo por arreglar la situación. Cuando las pruebas son más que concluyentes, de nuevo, se suele actuar de manera errónea, dándoles únicamente una reprimenda a los acosadores y dando la situación por arreglada cuando no es así. Este último caso, suele ocurrir mayoritariamente por mantener el estatus del centro y evitar una denuncia directa al centro por parte de los padres de la víctima, haciendo que el afectado, sienta todavía más inseguridad de expresar la situación y empeorándola todavía más.
Finalmente, concluimos que en la mayoría de casos de acoso escolar, los profesores o docentes conscientes de la situación, miran a otro lado y no se hacen responsables. A todos los alumnos que son afectados por el bullying, y también a todos los docentes de este centro os digo esto: sabed actuar y sed valientes, no os quedéis callados.
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