EDITORIAL
T
ras un largo periodo de ausencia, la revista “Crónicas” vuelve a ver la luz. Después de varios meses de “retiro”, el equipo de redacción pensó que ya era el momento de volver, porque las circunstancias han mejorado en gran medida y porque pretendemos satisfacer la demanda de nuestros lectores nos han preguntado en reiteradas ocasiones que cuándo retornábamos. Los condicionantes habían provocado que financiáramos con nuestros propios fondos el último número editado de la publicación con el objetivo de no afligir a nuestros patrocinadores mayor recargo ante la complicada situación que se presentaba. Tras esto, resultaba necesario que mantuviéramos nuestra revista en una situación de espera. Ello no quiere decir que no se estuviera realizando la tarea que supone preparar artículos para completar la edición; pero había que actuar con prudencia tanto con nuestros colaboradores como con nuestros patrocinadores porque la situación epidémica así lo exigía. Ahora, que la evolución de la epidemia parece estar controlada y la situación económica vislumbra cierta recuperación, hemos decidido volver a la calle con “nuestras cosas” para deleite de los lectores, contando con el apoyo de nuestros patrocinadores y del Ilmo. Ayuntamiento, en su doble faceta de mecenas y de interesado en que la publicación salga a la calle como elemento destacado de la actividad cultural pueblana. Y aquí estamos. Llenos de ilusión por complacer la solicitud de los lectores y satisfechos por presentar nuevos reportajes, documentos, investigaciones que los colaboradores nos han aportado de manera altruista, como siempre. Como portada, exhibimos algo especial. Nuestro particular homenaje a Jesús López Muñoz, “SEJO”. Nuestro cura párroco que nos dejó “helados” y nunca más apropiado el verbo, con su fallecimiento el pasado mes de enero. Para él, el reconocimiento de la asociación cultural “Las Cumbres de Montalbán”, editora de la revista tanto como asiduo colaborador de la misma, como insaciable investigador, divulgador y “DEFENSOR” del patrimonio artístico pueblano. En las páginas de este número, junto con a un amplio abanico de artículos, aparece una somera descripción de todo lo que ha supuesto su vivacidad en defensa y conservación del patrimonio de los pueblanos. Mediante dicha
crónicas
crónica, queremos ensalzar lo que hizo así como lo que de alguna manera ha dejado iniciado para completar. Previamente, poco después de su fallecimiento y tras analizar su obra en reunión de la junta directiva de la asociación “Las Cumbres de Montalbán”, presentamos un escrito solicitando al Ilmo. Ayuntamiento de La Puebla de Montalbán, el homenaje que sus hechos exigen para dejar en la historia de La Puebla de Montalbán, constancia de los mismos y su trascendencia. Hemos de señalar que el Ayuntamiento acogió favorablemente nuestra propuesta y dicha distinción se va a realizar casi al mismo tiempo en que estas líneas verán la luz. Pero, sin duda, la mejor demostración de distinción que podríamos otorgar los pueblanos a “SEJO” sería la de mantener viva su llama en defensa del patrimonio pueblano. Aportar cada uno nuestro granito de arena, para rescatar del olvido aquello que esté en riesgo de perderse y restaurar lo que el paso del tiempo va amenazando con la ruina. Todos, sin distinción, debemos estar interesados en la labor, porque constituye una tarea de todos el mantener, restaurar y potenciar aquello que habla de la historia de La Puebla, de sus gentes, costumbres, tradiciones, etc. Por otro lado, fruto del crecimiento de la revista, queremos dar la bienvenida a Cristina Castro Morón, quien va a ejercer, a partir del número actual, la importante función de corrección literaria y estilística de los textos. De esta manera mejoramos la calidad de la publicación en beneficio de nuestros lectores. Quiero terminar reconociendo, una vez más, la ayuda fotográfica que nos presta Fernando Melara Márquez. Cada vez que nos dirigimos a él, solícito, nos atiende con prontitud y suyas son muchas de las imágenes que acompañan y embellecen los textos publicados. Dejar constancia de ello en estas páginas es una obligación moral ineludible. Tampoco quiero olvidar a quien nos ha prestado su dibujo para ilustrar el artículo de SEJO: Daniel Jarama de los Reyes. Muchas gracias porque siempre que se lo solicitamos, realiza un dibujo para nosotros que ensalza el valor de la revista. Reiteramos una vez más, nuestra gratitud a los patrocinadores y colaboradores, que aún en tiempos difíciles, contribuyen con su apoyo y dedicación al maravilloso objetivo de divulgar la cultura y el patrimonio pueblanos, así como a nuestro ayuntamiento por su respaldo ante las dificultades. 3