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EL ENCASTE NÚÑEZ
Los hermanos Lozano, una de las casas empresariales más determinantes en la historia del toreo moderno, se hicieron ganaderos de bravo en los años sesenta del pasado siglo, y tras contar con diversas procedencias en sus primeras décadas como criadores de reses de lidia, formaron definitivamente su ganadería con la más pura simiente de la sangre Núñez, que compraron en los años ochenta en la casa matriz.
En esta estirpe, formada por ese gran criador de bravo que fue don Carlos Núñez Manso, se condensa lo mejor de dos de las ramas ganaderas más influyentes en la época: Rincón y Villamarta. Esta aleación formó un arquetipo de toro con dos morfologías bien diferenciadas, la parte que proviene de Manuel Rincón, vía Indalecio García Mateos y la oriunda de Villamarta, que descendía de la formada por Ramón Mora - Figueroa.
Aunque ambas líneas se cruzaron para fijar y equilibrar caracteres, los ejemplares de esta estirpe tienden a tirar ‘a lo de Rincón’ o ‘a lo de Villamarta’, según su genealogía. De este modo, lo que proviene de la primera de ellas da un toro hondo, badanudo a veces, de manos cortas y recogida cornamenta, con tendencia a enseñar las palas. Predomina el pelo negro, siendo el mulato y el chorreado sus principales derivados, aunque también salen colorados y castaños en menor proporción.
El animal que proviene de Villamarta en cambio tiene hechuras más finas, viga más larga, defensas más desarrolladas y mucha más policromía en su pelaje. Se dan animales con multitud de accidentes como el girón, el salpicado, incluso el lucero o el calcetero. Y en cuanto a las pintas salen animales burracos, cárdenos, incluso ensabanados. Toro muy ponderado por las figuras de los años 60 y 70, por su ‘tranco de más’ a la hora de embestir. En los años 90 empezó su declive cuando las figuras dejaron
El 18 de mayo de 1959 se iba a celebrar en Madrid una corrida que la sorna popular había bautizado como “la del salario del miedo” y “la vuelta ciclista a España”, por lo que iban a tener que correr los toreros. Pepe Luis Vázquez, Antonio Bienvenida y Julio Aparicio formaban el cartel de veteranos que lidiaban toros de herederos de Jesús Sánchez. Debido a sus últimas actuaciones, poco afortunadas, el público estaba predispuesto contra ellos. Acabó siendo una corrida triunfal, con la terna a hombros.