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LA GANADERÍA EL ENCASTE DOMECQ
La ganadería de Juan Pedro Domecq puede considerarse la madre del encaste a la que pertenece. Son reses de la rama parladeña de la Casta Vistahermosa, vía el Marqués de Tamarón y Conde de la Corte, con algún reducto de la sangre de Veragua con la que contaba la ganadería cuando fue adquirida por Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, además del influjo que aportó posteriormente el semental ‘Lancero’ de Núñez.
Juan Pedro Domecq y Díez, principal artífice de esta alquimia de bravura, heredó la vacada en los años 30 del pasado siglo y se la traspasó a su hijo Juan Pedro Domecq Solís cuarenta años después. Tras el fallecimiento de éste en 2011, se hace cargo de la divisa y el antiguo hierro del Duque de Veragua su primogénito Juan Pedro Domecq Morenés, que es quien la dirige en la actualidad.
Son animales, por lo general, de lomo recto, mediada viga, finos y fibrosos, con longitud de pitón, bien cornidelanteros o bien acodados, pero sin presentar una excesiva amplitud de sienes. Entre los pelajes, predominan los negros, castaños o colorados en distintas tonalidades si bien aparecen en ocasiones, burracos, ensabanados o jaboneros.
La prontitud, la codicia y la clase son las virtudes principales de esta divisa, que a su vez ha servido de origen y simiente para crear o refrescar otros muchos hierros, tanto en España como en América. El encaste Domecq ha dado origen a varias líneas, todas derivadas del animal que con la simiente heredada de su padre, ideó Juan Pedro Domecq y Díez. Los líneas más representativas son Marques de Domecq, Osborne, Salvador Domecq y