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LA GANADERÍA
Por José Miguel Arruego
La ganadería de Antonio López Gibaja, creada en su origen, allá por 1993, con simiente de Carlos Núñez y Marqués de Domecq, cuenta en la actualidad con procedencia de la ganadería de El Torero. Dichas reses fueron adquiridas de modo directo en el año 2009 a su propietaria doña Lola Domecq Sainz de Rozas, hija de Don Salvador Domecq, y paulatinamente se ha ido convirtiendo, por absorción, en la única sangre de la vacada.
Se trata de animales por tanto de la rama parladeña del encaste Vistahermosa, vía el Marqués de Tamarón y Conde de la Corte, con algún reducto de la sangre de Veragua con la que contaba la ganadería adquirida por Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio. De este tronco nace a su vez la que creó su hijo Don Salvador Domecq y Díez en los años 50 del pasado siglo con las reses que le correspondieron tras dividirse la ganadería de su padre.
Son ejemplares, por lo general, de lomo recto, mediada viga, finos y fibrosos, con longitud de pitón, bien cornidelanteros o bien acodados, pero sin presentar una excesiva amplitud de sienes. Entre los pelajes, predominan los negros, castaños o colorados en distintas tonalidades si bien aparecen en ocasiones, salpicados, burracos y, en menor medida, jaboneros.
Los toros que siguen la vertiente morfológica de Salvador Domecq son algo más bastos de tipo y presentan un mayor desarrollo óseo, a diferencia de los que siguen la línea de Juan Pedro Domecq, que presentan una tipología mucho más fina, seguramente por el influjo que produjo el toro “Lancero”