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LA GANADERÍA EL ENCASTE MURUBE
Pedro Gutiérrez Moya “Niño de la Capea“ formó su ganadería de bravo cuando aún estaba en activo. Primero, a finales de los años setenta del siglo pasado, se hizo con un hierro de la Asociación que puso a nombre de su mujer, Carmen Lorenzo Carrasco. Y diez años más tarde adquirió el legendario pial en forma de ancla, que perteneció entre otros, a los hermanos Moreno Santamaría. En ambos casos, se sirvió de ganado de encaste Murube para dar forma a su proyecto.
La primera compra constó de 170 vacas y un semental procedentes de Carmen Urquijo de Federico y más tarde aumentó su rebaño con 133 vacas, 36 machos y 5 sementales adquiridos a don Antonio Ordóñez, también de idéntico origen. Estas reses proceden de la vacada que tuvo Dolores Monge, viuda de Murube y sus hijos Joaquín y Faustino desde 1851, de sangre directa de la raíz Vistahermosa.
La nomenclatura válida para este encaste sería Murube - Urquijo dada la labor trascendental de Antonio Urquijo. El toro de esta estirpe es un animal de buen tamaño, hondo, con caja, manos cortas y generoso cuello. Posee generalmente el pitón blanco y el morrillo astracanado y el pelo común es el negro, aunque muy rara vez salen ejemplares castaños o colorados.
Tienen la virtud principal principal del ritmo en sus acometidas, una cualidad muy apreciada por los rejoneadores. Desde principios del presente siglo y por influencia de Pablo Hermoso de Mendoza este encaste se impuso en el toreo a caballo por el son que presentan delante de las cabalgaduras. Otras divisas con este mismo encaste que también están presentes en las ferias son las de Fermín Bohórquez, Los
Nos movemos contigo
Ven a tomar el aperitivo en el patio de caballos todos los días de feria.
Y tras los festejos, música en directo, flamenquito y el mejor ambiente en Cuarto Tercio (barra del tendido 9) y Las Terrazas de las Ventas (terrazas de tendidos 5 y 7 )