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EL ENCASTE DOMECQ LA

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EL TAJO Y LA REINA

EL TAJO Y LA REINA

Daniel Martínez conformó su ganadería, a finales de la década de los años ochenta del pasado siglo, con ejemplares de Salvador Domecq. Se trata de una las ramas con más chispa y más transmisión del encaste que formara Juan Pedro Domecq y Díez con las reses que adquiera su padre, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, de la rama parladeña del encaste Vistahermosa, vía el Marqués de Tamarón y Conde de la Corte.

Esta vacada albaceteña destaca por criar un toro de tamaño medio, generalmente de desarrolladas y astifinas defensas, en el que predominan los pelajes negros, castaños y colorados. La raza, la prontitud y la transmisión suelen ser las señas de identidad de sus reses, como las lidiadas en Las Ventas en la novillada con la que adquirió antigüedad esta divisa, allá por septiembre de 1995, con la que salió en hombros José Tomás y en la que se lidió un novillo bravísimo que correspondió a Rafaelillo.

José Miguel Arroyo Joselito y su padre Enrique Martín Arranz formaron sus ganaderías con varios de los hierros más ilustres del tronco Domecq (Las Ramblas, Daniel Ruiz...) y con breves aportaciones de vacadas oriundas de Carlos Núñez, que han sido absorbidas, a lo largo de los años, por la sangre predominante. Por esta circunstancia, se puede considerar prácticamente como procedencia única en esta casa la de Juan Pedro Domecq.

Joselito cría en tierras extremeñas un tipo de toro fino, vareado, no apretado de carnes, cornidelantero en la mayoría de los casos, y con una gran policromía de pelajes, que suele embestir con nervio y codicia. Esas virtudes le han permitido contar con el favor de sus compañeros a la hora de apuntarse a sus encierros y el respeto de los aficionados, que le han visto lidiar con éxito en las principales plazas de España y Francia.

Por José Miguel Arruego

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