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México requiere un Órgano Regulador independiente y especializado

La mayoría de las personas dentro de la industria del juego en México saben perfectamente que la Ley Federal de Juegos y Sorteos data de 1947 y que nunca ha sido reformada; o que su Reglamento, aunque mucho más reciente, no alcanza a subsanar todos aquellos supuestos que una ley de más de 70 años no prevé.

Decir que el marco legal mexicano que rige los juegos con apuesta está desactualizado suena algo repetitivo y hasta ocioso. A pesar de los varios intentos de iniciativa de reforma o propuestas de nueva ley que se han presentado en el Congreso de la Unión en los últimos años, muy poco –por no decir nada– ha cambiado. Como industria hemos aprendido a autorregularnos y a saber sortear las lagunas de la Ley de Juegos.

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Sin embargo, ¿qué sucede cuando la ausencia de reglas claras ya no sólo resulta inconveniente, sino que, además, costosa? Si bien existen muchas áreas que requieren una mayor o más eficiente regulación, ahora sólo nos concentraremos en el ente regulador.

Según el artículo 3 de la Ley de Juegos, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) es el órgano encargado de reglamentar, autorizar controlar y vigilar los juegos con apuesta en México. Más aún, el artículo 2 del Reglamento de Juegos señala que la Dirección General de Juegos y Sorteos (DGJS) –dependiente de la SEGOB– tiene competencia para “autorizar, controlar, vigilar, tramitar y resolver los asuntos relacionados con el cumplimiento de la Ley (de Juegos) y el presente Reglamento (de Juegos)”.

S egún el artículo 3 de la Ley de Juegos, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) es el órgano encargado de reglamentar, autorizar controlar y vigilar los juegos con apuesta en México.

Autora Andrea Avedillo Directora del Departamento Jurídico, Lazcano Sámano, S.C.

Autor Alfredo Lazcano Presidente Lazcano Sámano, S.C.

De los artículos anteriores se desprende que el órgano regulador específico en materia de juegos con apuesta es la SEGOB a través de la DGJS. Ahora bien, dado que la DGJS no cuenta con un marco legal que le otorgue independencia, de alguna manera, se encuentra supeditada a la SEGOB, que, por tratarse de la Secretaría de Estado encargada de la política interior del país, está mucho más expuesta a cambios por cuestiones políticas y coyunturales.

Para muestra de lo anterior basta analizar lo que ha ocurrido en el sexenio de la Administración actual. Desde 2018, año en el que tomó posesión el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, han sido nombrados tres Secretarios de Gobernación distintos. Cada cambio de titular en la SEGOB ha significado un cambio de Director General de Juegos y Sorteos.

Estos cambios no sólo tienden a retrasar la resolución de los trámites que se realizan en la DGJS, sino que muchas veces significan costos adicionales debido a que el criterio de la autoridad puede ser distinto al de su antecesor, obligando a los miembros de la industria de juegos a replantear sus trámites regulatorios, e incluso a realizarlos nuevamente desde cero.

Como se puede observar en otras jurisdicciones más maduras, la independencia, especialización de los reguladores o autoridades a cargo del sector del juego es una pieza fundamental para el desarrollo ordenado y la estabilidad de esta actividad económica. Se genera certeza al interior del sector y brinda más confianza a los operadores nacionales y extranjeros, generando de esta manera mayor inversión.

Este tema se tenía presente desde 2014 cuando fue discutida en la Cámara de Diputados del Congre- so de la Unión la “Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se expide la Ley Federal de Juegos con Apuesta y Sorteos” (Proyecto de Ley). En dicho Proyecto de Ley se proponía la creación de un Instituto Nacional de Juegos y Sorteos “como órgano desconcentrado de la Secretaría (de Gobernación), con autonomía técnica y operativa”. Asimismo, el Proyecto de Ley contemplaba una serie de requisitos que debía cumplir la persona que fuera nombrada como director general del Instituto, eliminando de esta forma la arbitrariedad en el nombramiento de individuos que, por desconocimiento del sector, terminan perjudicándolo.

Instituto Nacional de Juegos y Sorteos.

L a nueva administración al frente de la DGJS tiene la oportunidad de, como en anteriores administraciones, acercarse a los miembros de la industria para trabajar de manera conjunta desde la buena fe, la responsabilidad y la transparencia; lo anterior, en tanto no exista una regulación más robusta que proteja la autonomía y profesionalización del órgano regulador mexicano.

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