PERGAMINO foil dorado
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RESPALDO PERGAMINO
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Edición limitada 100 unidades numeradas Título original.: Atardece en el trópico Textos y artes originales: Remedios Editado por: Nathaly Ponce Ulloa Copyright © NOTODA ArtBooks, 2021 Impreso en Panamá por Monograma Letterpress Studio Panamá
PERGAMINO ATARDECE EN EL TRÓPICO tiempos en transición, en mutación tiempos que protagonizamos, agonizamos
CORTE GOTAS
RESPALDO PERGAMINO
¿Por qué? ¿Por qué me regalas tantos aviones de papel? Y ella me contestó: Porque tú, Tú eres mi cielo. Jairo Aníbal Niño.
La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado. Gabriel García Marquez.
Hacer-se escarabajo Nathaly Ponce Ulloa María Camila Bernal nos abre la puerta de su jardín, otra vez. No nos hagamos una idea ingenua de un jardín floreado, bellamente ordenado por un paisajista, uno libre de animalejos y plagas. ¡Que los tonos rosados, verdes y dorados, la suavidad aparente de su trazo, los cuerpos de mujeres bellas y los ornamentos, no nos confundan! El trópico es un lugar caliente y de calenturas, plagado de insectos e historias amargas, de crecimientos desordenados y a destiempos, con climas cambiantes donde la lluvia puede convertirse en tormentas, un lugar donde los cuerpos, de tanto perder y sufrir, pueden quedar lampiños. Mi propuesta, estimado lector, es que a su obra se le aproxime con ojos escudriñadores y sobre todo, sin ideas preconcibdas acerca de lo que “pintan las mujeres”, esos esencialismos terribles que aun persisten y que enceguecen: no todo lo rosado es tierno o femenino, no toda la naturaleza es crecimiento o vida. De la calma a la vorágine, de la vida a la muerte, este jardín reune cambios, reflexiones, mutaciones, cortes y costuras que, a partir de los elementos que conforman el discurso de la artista, nos muestran un proceso de transformación. Sin embargo, hay un elemento que aparece como novedoso, significantes que, a modo de palabras se introducen en la obra, junto a poemas, ensayos y textos breves que entrarían dentro de la categoría de literatura autobiográfica, y que acompañan este viaje al jardín, lugar que sirvió de refugio en su infancia. Pero es cierto que ella no se ha nombrado poeta, es una artista plástica, una artista, una creadora en todo el sentido de esta palabra pues sola se ha creado su propio lugar en el mundo. No nos quedemos en las cateogorías segregativas, todo arte comparte con la poesía ese lenguaje singular que hace resonar un vacío de sentido y a la vez permite la multiplicidad de lecturas de una misma obra.
El artista es aquel que puede, con su lenguaje, revelar el sin sentido, permitir la pregunta, dejar un espacio vacío en donde cada uno construya su propia lectura, su propia experiencia frente al arte. Y, en este jardín, nos convertimos en escarabajos, seres con el poder de la transformación de la existencia. Seres dados a la muerte, pero con el poder para crear y dejarse invadir por la belleza, la simpleza de la línea, de resucitar con la memoria, siempre caprichosa, y vivir. Crear para poder hacer algo con la nostalgia de aquello que se sabe perdido para siempre. A partir de la singularidad de un vínculo que entreteje a un padre, una hija y la palabra poética, su obra apunta a lo universal del deseo, el deseo de encontrar una voz a pesar de elegir el silencio frente a los otros, sin explotar los lugares comunes del calladita te ves más bonita. Escondido entre una paleta de colores que aboga por la calma y los espacios naturales como refugio, el trabajo de María Camila Bernal aparece como un discurso subversivo frente a las demandas actuales del escándalo, lo efímero y la validez del canon frente al arte. Es una postura ética que apuesta por la apertura, la estética y la singularidad, por la memoria y la tristeza como aquello que también puede hacernos vivir a contracorriente, como mujer, extranjera desde su infancia. Que no nos engañen la fantasía, la ensoñación y la belleza: rompedora de las formas estipuladas, decidiendo trabajar sus voces con respeto y libertad para sí y para el otro, su obra no espera la validez de nadie.
PERGAMINO Disfrutemos de este jardín, entreguémonos a su vorágine. Dejémonos invadir por los espacios de María Camila Bernal, remedios para un mundo cada vez más descompuesto. Este diálogo entre la pintura y la poesía apunta a los afectos y la postura ética de una mujer, a lo más arcaico que conocemos como especie si pensamos en el lenguaje y la memoria, a lo más mítico si nos preguntamos por elementos como el escarabajo, amuletos usados en vida que acompañaban la muerte, acompañantes de los ritos funerarios egipcios, o si pensamos en los sueños, formaciones insconscientes atemporales y alógicas, realización de deseo, que nos remiten sin duda al jardín de Alicia. Desde allí, este poemario puede leerse sin los referentes del tiempo, lugar o contexto, también su obra, porque todos hemos tenido una infancia, con suerte una feliz. Seamos pues, escarabajos.
CORTE GOTAS
RESPALDO PERGAMINO
El atardecer es ese momento sublime que nos detiene, sobre todo aquí, en el trópico. Tiñe el cielo de un rosa encendido. Tiene el poder de borrar la memoria, quitar los pesares, aunque sea por un segundo. No hay manera de capturar el instante, vive y arde efímero y eterno, se percibe con el pecho en llamas para luego evaporarse con la humedad de la selva. Continua el cielo transformándose. Y el sentir. Y el alma. Ha llegado la lluvia.
Fragmentos Fragmento Nombre masculino. Parte o pedazo, generalmente irregular, de una cosa partida o quebrada. "los fragmentos de un glaciar" "los fragmentos de un alma" "los fragmentos de un silencio" Fragmentar Verbo transitivo. Dividir un todo en fragmentos. "era necesario fragmentar la nostalgia, letra por letra para reubicarla en nuevo lugar donde doliese menos"
PERGAMINO
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Como la selva misma que atrapa, así mismo la tinta no suelta, encanta. El impulso resulta ser insaciable. No hay razones. No hay pretextos para soltar la pluma, se vuelve visceral, casi de supervivencia.
Vorágine En el marco de la serie Atardece en trópico, nacen los estudios que he bautizado como “Vorágine”, en memoria y relación con la novela de José Eustasio Rivera que leí en la infancia, historia de dos amantes enmarcada entre los llanos y la selva amazónica. Gracias a papá memoricé el epílogo del relato, y ha dado vueltas entre mi cabeza y algunos dibujos, a través de los años, tomando nuevas formas y reapareciendo en estos estudios recientes.
“El último cable de nuestro Cónsul, dirigido al señor ministro y relacionado con la suerte de Arturo Cova y sus compañeros, dice textualmente: Hace cinco meses búscalos en vano Clemente Silva. Ni rastro de ellos. !Los devoró la selva!”. José Eustasio Rivera.
Estudios para atardecer Cuando las libretas desprenden sus hojas alzan vuelo hacia nuevos posibles, donde se vale el error y la tragedia, donde se encuentran sin temores los descubrimientos y los ocasos. Tengo especial apego por mis libretas de bocetos, siento que en ellas surge el génesis de mi creación. Hasta hoy no he tenido el coraje de arrancar siquiera una página de alguna de ellas, por ello mandé a fabricar unas libretas con papel fabriano 100% algodón en un formato vertical, libretas ensambladas y cosidas a mano en Bogotá, generando un sustrato que me permita la libertad de dibujar sin temor a equivocarme, de dibujar para mí, sin prejuicios y, a la vez, tener la tranquilidad de deshojarlas sabiendo que para ello fueron concebidas, para dar a esos trazos la gracia de la emancipación.
PERGAMINO De alguna manera había que sobrevivir a la realidad…
RESPALDO PERGAMINO
El valor de un segundo en silencio.
Aunque sea constante la soledad del artista con su obra, la pandemia inevitablemente la ha hecho más profunda. Me ha traído a la mesa recuerdos por poco olvidados y me ha dado el regalo de ver el otro lado de la moneda desde el presente. Los estudios son los primeros pensamientos que empiezo a recopilar, dibujos que refrescan la memoria retratando elementos que con alma propia conservan la particularidad de los acontecimientos cotidianos de infancia. No estoy segura del camino de estos estudios ni de su destino, pero se me hizo urgente desde lo más interior volver con el alma a las calles de Villeta en vacaciones, a la navidad con las primas, al tintico de mi abuela Elisa, su mecedora y su rosario, al piso ajedrezado donde corríamos en competencia por las primeras arepas hechas en su horno de leña.
Cortar y pegar puede ser un acto de rebeldía, de desviar la predestinación de las imágenes y encarrilarles en un camino incierto. Sin encontrar un punto final
PERGAMINO
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RESPALDO PERGAMINO
En la línea están la voz y las cenizas, los gritos de júbilo y los más prolongados adioses. La nostalgia continúa …
Invierno En épocas de lluvia en Bogotá, cuando tenía aproximadamente 6 años, recuerdo que el jardín de la casa se llenaba de escarabajos que volaban en multitudes entre las rosas y las fresas silvestres. Mi hermano y yo jugábamos a atraparlos, llenábamos frascos enteros, los examinamos, los bautizamos y luego los liberamos. Nunca supe quién vino en la noche a sembrar las semillas de escarabajo! Aguardaba en la ventana de la Casa de la 75 junto a mi abuelo a contemplar todas las tardes. Él veía la lluvia pasar con suspiros de nostalgia mientras yo buscaba sigilosamente algún hombre con overol y guantes que fuese el principal sospechoso de ser el jardinero de escarabajos. En mi imaginario de infancia se asentó el hecho de que, por salir de la tierra con la lluvia, estos pequeños insectos surgirían de semillas tras haber sido sembrados, y hace un par de años, cuando viví una temporada en el Valle de Antón, la lluvia se encargó de inmortalizar este recuerdo. Es por ello que en “Invierno” y en mi obra reciente, siguen revoloteando con su mística donosura, teniendo como misión crear un universo donde el “realismo mágico” siga vigente a pesar de los tiempos en los que pareciera que la belleza y la utopía se desvanecen.
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