4 minute read
El flujo de aire en un edificio
por Honeywell
Analizamos las razones por las cuales el flujo de aire en edificios ya no es una vía de un solo sentido.
El flujo de aire es esencial en el ambiente
de un edificio. Puede impactar en la integridad estructural del edificio, en la eficiencia energética y en la salud ambiental. Este último se ha convertido en un tema cada vez más relevante a la par que las empresas buscan regresar a sus edificios y la industria se ajusta a la nueva normalidad. Los usuarios querrán ambientes más saludables en los edificios en los que trabajan, estudian, se entretienen y viajan.
Un edificio saludable moderno mejora la confianza y productividad de las personas
que lo utilizan y al mismo tiempo considera la eficiencia energética. La columna vertebral de la calidad de aire interior – compuesta por la ventilación, la humedad, la temperatura, la filtración y la presurización – es le punto inicial para un edificio saludable. Cada edificio tiene estas vértebras, sin embargo, pueden no estar optimizadas para la salud del edificio.
Fuera con el aire viejo Una cosa es entrar a tu casa y sentirla “congestionada” o “rancia” y abrir la ventana o encender un ventilador. Esa no es una posibilidad en una oficina de gran altura o un hospital. Los edificios con poca ventilación no sólo son incómodos, también pueden ser insalubres. Los edificios sin un buen control y monitoreo del flujo de aire pueden contribuir a la propagación de virus, bacterias, polen, contaminantes, patógenos y otros agentes contaminantes.
Más que sólo mover el aire en el espacio, la calidad de aire en cualquier edificio depende de la cantidad de aire nuevo que entra y la habilidad de expulsar el aire viejo o “sucio”. El proceso de aplicar ventilación controlada e intencional a los edificios se estableció y es guiada por la ASHRAE 62.1 y otros estándares regionales e internacionales. A menudo para estos estándares es esencial la tasa de cambios: cuántas veces por hora el volumen aire en un espacio es reemplazado por aire nuevo mediante la ventilación mecánica.
Tasa de cambio Medir la tasa de cambio del aire sucede cuando el sistema de aire acondicionado es comisionado y rara vez se vuelve a hacer. Esto puede generar dificultades para comprobar que los cambios se están aplicando con la tasa deseada. Las estaciones de medición del flujo de aire instaladas en los equipos y sistemas de aire acondicionado dentro de un edificio miden y rastrean las tasas del flujo de aire de manera continua a través del sistema de administración del edificio (BMS, por sus siglas en inglés).
Esto permite a los dueños del edificio cambiar fácilmente la tasa de cambio si los parámetros de los lineamientos cambian, sin interrupción del servicio o el gasto que implica contratar a un especialista para hacer las medidas y los cálculos. Una tasa de cambio adecuada del aire puede disipar olores, químicos y dióxido de carbono CO 2 , mientras que balancea el uso de energía y reduce la transmisión de enfermedades.
Conoce los últimos lineamientos Monitorear y ajustar el flujo del aire dentro de un edificio puede hacer que los ocupantes se sientan más cómodos y también juega un papel fundamental en reducir la capacidad de contagio de un virus o una bacteria transmitida por aerosoles. Un estudio realizado por la Universidad de Yale encontró que manteniendo niveles de humedad dentro del 40% al 60% de humedad relativa, pueden reducir significativamente la habilidad de reproducción y propagación de un virus.
La guía actualizada de la ASHRAE para inhibir el esparcimiento de virus incluye:
• Incrementar la ventilación del aire exterior (áreas altamente contaminadas) • Desactivar la ventilación controlada por demanda (DCV) Abrir las compuertas de aire exterior lo más cercano a un 100%, eliminando así la recirculación • Considerar los filtros de aire portátiles con filtros HEPA • Considerar UVGI (irradiación germicida ultravioleta), protegiendo a los ocupantes de la radiación, particularmente en espacios de alto riesgo como lo son salas de espera, prisiones, y albergues. • Considerar alterar los horarios de operación del equipo para ventilar los edificios con aire fresco dos horas antes y dos horas después de la ocupación.
El flujo del aire no sólo debe ser una consideración cuando un edificio es comisionado. Debe abordarse activamente en función de la temporada, la ocupación, las pautas y normas de construcción actualizadas e incluso factores como minimizar la posible propagación de un virus.
En muchos países desarrollados, las personas pasan más del 90% de sus días en interiores, por lo que la calidad del aire interior en los edificios en los que trabajamos, vivimos y jugamos necesita ser optimizada para la salud. Los usuarios lo exigirán. Podemos ayudar a los dueños de los edificios con ello.