Augusto Monterroso
EL ECLIPSE HOJARIO DE LA BREVEDAD 9
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Augusto Monterroso
El eclipse HOJARIO DE LA BREVEDAD 9
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LA OVEJA NEGRA En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra. Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
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LA FE Y LAS MONTAÑAS Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía. La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe.
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EL ECLIPSE Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora. Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo. Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas. Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida. –Si me matáis –les dijo– puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura. Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo y esperó confiado, no sin cierto desdén.
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Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.
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© De la edición, Caravasar Libros (2017) Portada, edición y diseño: Armando José Sequera
Obra para la promoción de la lectura Distribución gratuita SE PROHIBE SU VENTA
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HOJARIO DE LA BREVEDAD CUADERNOS PUBLICADOS 1 Armando José Sequera – Cuando China invadió a los Estados Unidos (crónica). 2 Luis Cernuda – La poesía y el piano (poemas en prosa). 3 Pedro Emilio Coll – El diente roto (cuento). 4 Wislawa Szymborska – Parábola (poemas). 5 Umberto Eco – ¿Y si el asombro llegara a su fin? (ensayo). 6 Quevedo, Neruda y Loynaz – Tres poemas de amor. 7 José Gregorio Bello Porras – Dos cuentos ejemplares. 8 Armando José Sequera – Las llaves del cielo (crónica). 9 Augusto Monterroso – El eclipse (cuentos).
PRÓXIMAMENTE: 10 T. S. Eliot – Los gatos habilidosos del viejo Possum (poemas). 11 Luigi Pirandello – Orígenes de la poesía (ensayo). 12 Eunice Odio – Si pudiera abrir mi gruesa flor (poemas).
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Augusto Monterroso Bonilla (Tegucigalpa, Honduras, 21 de diciembre de 1921 – Ciudad de México, 7 de febrero de 2003). Escritor hondureño nacionalizado guatemalteco, autor de la más famosa minificción: “El dinosaurio”. Entre sus libros más conocidos se encuentran Obras completas y otros cuentos (1959), La oveja negra y demás fábulas (1969) y Movimiento perpetuo (1972). Recibió varios reconocimientos a su obra, el más importante de ellos el Príncipe de Asturias de las Letras, en el año 2000. HOJARIO DE LA BREVEDAD es una colección de microcuadernos de narrativa, poesía, ensayo, crónica y cualquier otro tipo de texto breve. Con su nacimiento pretendemos homenajear la colección Gaviotas de azogue, de la editorial cubano-hispana COMOARTES, con sede en Madrid.
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