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Cuarto  de huéspedes 

Uriel Jarquin Gálvez Twitter @ujargalvez

EL VOTO ÚTIL

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La campaña de un grupo de ciudadanos, llamando a votar en

las elecciones del 6 de junio, ha venido cobrando fuerza. La intención es generar una corriente de opinión que permita a los partidos o coaliciones mejor posicionados ganar y evitar que el hoy partido en el poder consiga una mayoría absoluta.

Esto, además, como un voto de castigo contra la clase política que hoy gobierna y que a los ojos ciudadanos debe ser acotada mediante un voto que los haga reflexionar, que han fallado a la sociedad y que volteen sus ojos hacia ella para atender sus legítimos reclamos, en lugar de sólo satisfacer sus ambiciones personales.

La postura, entendible, también busca vencer el abstencionismo o la anulación del voto y así exigir a los políticos que cumplan con su responsabilidad como representantes de una sociedad que los elige para que velen por sus intereses y defiendan sus derechos. Con el voto útil o sin él, después del 6 de junio habrá nuevas autoridades municipales y nuevos legisladores, y qué mejor que sea la sociedad la que los elija.

Es cierto que hay hartazgo de la ciudadanía hacia los políticos, pero no es razón válida para promover el abstencionismo.

El Instituto Nacional Electoral, único árbitro en las elecciones, ha exhortado a la participación activa, responsable y con todas las medidas sanitarias para emitir el sufragio, a fin de que sea una fórmula de consolidación del régimen democrático.

Se puede estar en desacuerdo con el actuar de las autoridades, puede no gustar tal o cual candidato, se puede simpatizar con un partido o con otro. Cada quien tiene sus preferencias; lo importante es manifestarlo en las urnas.

El proceso electoral que vivimos terminó sin entusiasmar a la opinión pública. El ambiente de indiferencia y hasta desánimo que se percibe en amplios sectores de la ciudadanía se debe en principio al clima de confrontación generado desde la Presidencia de la República en los últimos años, las secuelas económicas y de salud de la pandemia y la violencia que ha generado un clima de preocupación en varios estados. Y no es para menos: desde la óptica de los ciudadanos las elecciones son pagadas con dinero público y no respetan el verdadero sentir de los electores.

Pero si consideramos que los candidatos que triunfen en la elección ganarán con apenas el respaldo de 30% o menos de la ciudadanía, porque la mayoría se abstendrá, resulta un contrasentido el enorme costo de nuestro sistema.

Después de la elección, algunos partidos entrarán en una crisis de identidad política y será entonces el momento de plantear una reforma de fondo a la política de México.

En tanto iniciativas como el voto útil son manifestaciones ciudadanas que ante la división tan marcada de la sociedad mexicana buscan dar la entrada a una verdadera división de poderes, respeto a nuestras instituciones democráticas y sobre todo a la legalidad.

En esta ocasión el voto es por mucho más que escaños, presidencias municipales o gubernaturas, es por México.

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