BLOOM
SERIES 28 JULIO 2017
REGRESA EL MITO DESCUBRE TODOS LOS SECRETOS DE LA SERIE “TWIN
ENTREVISTA KYLE MACLACHLAN AGENTE COOPER
PEAKS”
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4 OPINIÓN #LALOGIANEGRA
8 REPORTAJE #DAVID LYNCH #MARK FROST
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ACTUALIDAD #1990/2017
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ENTREVISTA #KYLE MACLACHLAN
OPINIÓN
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i ha visto la primera temporada de ‘Twin Peaks’ (¡o incluso si no lo ha hecho!), recordará muchas cosas: la habitación roja (perdón, la Logia Negra), el enano bailarín, los personajes que hablan al revés o el cadáver de Laura Palmer flotando en el río, envuelto en un plástico… Imágenes icónicas que se han repetido hasta la saciedad. Pero es probable que también recuerde que los personajes lloraban mucho, y muy fuerte. El llanto, especialmente en el primer episodio, causaba un efecto perturbador: que llegaba a desagradar al espectador. ¿Por qué, si al fin al cabo estaba acostumbrado a que en los dramas televisivos se llorase todo el rato? Al exagerar el llanto, David Lynch convertía un lugar común de los culebrones televisivos a los que parodiaba en un acto molesto y grotesco.
La tercera temporada de ‘Twin Peaks’, 25 años después, parecía anunciarse como una inmersión plena en el lado oscuro del universo Lynch. La lógica era la siguiente: si en la original se había tenido que plegar a los códigos televisivos de la época porque “la tele aún no estaba preparada”, con la libertad proporcionada después de arduas negociaciones por ‘Showtime’ íbamos a atiborrarnos de escenas oníricas, texturas hipnóticas y tramas circulares. En definitiva, más secuencias como el viaje astral a lo George Méliès del tercer capítulo. Iba a ser la versión de ‘auteur’ de la serie original, imbuida de cierta nostalgia –al fin y al cabo, uno de los rasgos esenciales del ‘Twin Peaks’ original era que te hacía sentir como en casa– que corrigiese los defectos de la original.
“La televisión actual es inteligente, sutil, dramática y profunda. La respuesta de Lynch ha sido convertir a su protagonista en un bufón infantilizado”
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ues nada de eso. ‘Twin Peaks: el retorno’ es a su sutil manera otra parodia de la televisión actual “de calidad”. Nos hemos acostumbrado a las series protagonizadas por tipos brillantes, visionarios, manipuladores, profesionales hasta la obsesión que generan en el espectador la fascinación de ver el talento y la razón en acción. También a los diálogos sutiles, a las trampas complejas, a los dramas ‘shakespearianos’. Ya se sabe, todo eso que define a la “era dorada de la televisión”. ¿La respuesta de Lynch? Convertir a su protagonista, Dale Cooper, el Sherlock Holmes de lo irracional, en Dougie, un ‘clown’, un monigote sin capacidad de entendimiento, atrapado en un mundo mediocre y hortera, desagradable, feo y vomitivamente ‘kitsch’. El opuesto absoluto del existencialista Rust Cole de ‘True detective’. ¿Querías misterio? Aquí tienes mediocridad suburbial.
REPORTAJE
‘Twin Peaks’ revolucionó el universo de las ficciones televisivas y conduciría a la eclosión de las grandes series de culto como ‘Los Soprano’ o ‘The Wire’”
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n España, el final de la serie El Fugitivo fue un auténtico acontecimiento. La gente se reunía en las casas o en los bares con televisión para ver el último capítulo, en un tiempo en el que no todo el mundo tenía televisor en casa. Pues bien, en un momento en el que la gente disponía ya de televisor en su casa (inicios de los noventa), los espectadores se reunían para disfrutar colectivamente del enigma que inauguró una nueva era de la ficción seriada al grito de “¿Quién mató a Laura Palmer?“.
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win Peaks (ABC: 1990-1991) revolucionó el universo de las ficciones televisivas y se erigió como la primera y esforzada piedra de un camino que conduciría poco después a la eclosión de las grandes series de culto como Los Soprano o The Wire (HBO: 2002-2008). Pero Twin Peaks fue un incomprendido soplo de aire fresco en un panorama televisivo algo anquilosado, que había desarrollado muchas series sobre “profesionales” (policías, médicos y abogados y detectives cochambrosos suelen ser los protagonistas más apreciados) y algunas “de calidad” que acabaron
evidenciando que, como medio, la televisión tenía una indisimulada mala conciencia, “lavada” en ocasiones con productos como Holocausto (NBC: 1978), éxito rotundo de público y crítica que dio visibilidad al tema del exterminio del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial.
Twin Peaks fue un producto errático e imperfecto que supo aprovechar el relativo cansancio de un público acostumbrado a la serialidad televisiva y, por tanto, cada vez más exigente. La propuesta televisiva de David Lynch y Mark Frost generó un gran entusiasmo entre los muchos fans que intentaban averiguar quién mató a la pobre Laura Palmer. La serie estaba cargada de complejas subtramas, giros de guión inesperados, indisimulados guiños a sus legiones de fans, múltiples niveles de lectura y sofisticado merchandising, demostrando así una pasión por lo metanarrativo que amortizaba por igual los clichés del culebrón televisivo y de las series de género que le servían de indisimulada referencia. 5
REPORTAJE
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a serie fue cancelada por la ABC el 16 de febrero de 1991 tras el estreno del episodio 24 por sus insuficientes índices de audiencia, provocados en parte por un cambio en el horario de emisión. La reacción de los airados fans logró su rehabilitación, pero la serie no consiguió levantar sus pésimos índices de audiencia. La ABC no entendió que la serie tenía pocos espectadores, sobre todo si se comparaba con las cifras de los primeros capítulos, pero muy militantes. Tampoco entendió que la serie podría servirles para crear marca, posicionarse internacionalmente, descubrir nuevos talentos o influir en series posteriores. Twin Peaks fue un auténtico fenómeno mediático en el que su importancia no se ve reflejada en los índices de audiencia sino en la enorme influencia que ha ejercido sobre creadores posteriores. Jordi Balló y Xavier Pérez afirman que su influencia fue tan abrumadora que “no hay serie criminal posterior que no haya adoptado su visión negra, órfica, de descomposición”.
“Ahora mismo hay mucha más oferta interesante que cuando debutamos nosotros”.
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ontaba a EL PERIÓDICO Mark Frost, cocreador de ‘Twin Peaks’ con David Lynch, en una reciente entrevista con motivo de la publicación de ‘La historia secreta de Twin Peaks’ (Planeta), su fastuoso libro-dosier sobre esa localidad imaginaria en algún lugar del noroeste de la costa del Pacífico.
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Hace unos años, unos cinco para ser más precisos, Mark Frost observaba este nueva edad de oro de la televisión -la tercera, después de los 50 y los primeros 80- con una mezcla de fascinación y frustración. Tras casi haber inventado la tele moderna con 'Twin Peaks', no quería ver el espectáculo desde los laterales, sino volver a bastidores. A mediados del 2012 llamó a David Lynch y le propuso resucitar a su criatura compartida. ‘Twin Peaks’ tenía de todo para todos. Lynch y su confianza en el subconsciente propiciaron que el ‘prime time’ de una cadena generalista como ABC se llenara de ideas de guión e imágenes absolutamente osadas. Por otro lado, Mark Frost era un experto narrador curtido en ‘Canción triste de Hill Street’, obra capital de la segunda edad de oro de la televisión. Él mismo explica así la simbiosis: «Lynch es un director increíble, un experto en atmósferas, tempos, espacios. Mi habilidad es contar historias. Al unificar las habilidades de ambos, surgió esta curiosa combinación».
REPORTAJE
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ara quien no haya visto la serie: todo empezaba con la investigación del asesinato de una reina del baile, Laura Palmer (Sheryl Lee), en un pueblo al noroeste de Washington. Aparece envuelta en plástico a la orilla de un río. Pero el jefe de la investigación no es un policía severo, sino Dale Cooper (Kyle MacLachlan), un tipo de optimismo inspirador que adora la comida por encima de todas las cosas y se basa para sus pesquisas en métodos tibetanos. Es el personaje menos raro de cuantos aparecen, con permiso del noble sheriff Harry S. Truman (Michael Ontkean).
Como buena obra de David Lynch, ‘Twin Peaks’ no pertenecía a un solo género, y si hubiera que elegirlo, dicho género sería «lynchiano», uno de esos conceptos que «solamente se pueden definir de forma ostensible, es decir, lo conocemos cuando lo vemos», en palabras del escritor de culto David Foster Wallace. La sensibilidad inasible, trágica, cómica de David Lynch, tan misteriosa como las pulsiones del deseo y de nuestro subconsciente, unificaba una serie que era a la vez misterio procedimental, culebrón retorcido como pocos, historia de terror sobrenatural, comedia absurda… El equilibrio imposible se decantó hacia el absurdo (no siempre bueno) en una segunda temporada en la que David Lynch no participó lo suficiente. «Se volvió muy estúpida y mema en la segunda temporada; se volvió ridícula», ha dicho Lynch en una entrevista reciente con ‘The New York Times’. «Dejé de verla porque se volvió muy mala».
“En la segunda temporada, la serie se volvió estúpida, mema y ridícula, yo dejé de verla”, admite el cineasta
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REPORTAJE
DENTRO DE 25 AÑOS
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l director volvió a la serie para un episodio final que reescribió de arriba abajo y dirigió con su visión única. En esta ‘finale’, Laura Palmer decía al agente Cooper en la habitación roja unas palabras que han despertado obsesión: «Volveré a verlo dentro de 25 años». Y añadía: «Mientras tanto», a secas, antes de congelarse en una pose estatuaria en plan ‘Vogue’ de Madonna.
La oportunidad de reunir a Palmer y Cooper y, de paso, a toda o casi toda la vieja banda dentro de esos 25 años (que han acabado siendo 26) era demasiado tentadora. El cocreador Mark Frost avisaba recientemente en ‘Entertainment Weekly’ cómo la idea no fue poner el piloto automático : «Nos pusimos a ello sabiendo que no podíamos limitarnos a hacer lo mismo que en el pasado; teníamos que subir el listón. Esa fue la advertencia que nos hicimos» Dentro de ya muy poco, en solo unas horas, podremos comprobar el resultado del experimento. Esta noche, otra entrega de ‘Twin Peaks’, 18 episodios dirigidos por David Lynch, arranca en Showtime, aquí en Movistar Series Xtra Resucitar la serie no fue cosa , simultáneamente a su estreno americano (4.00 horas). Preparen fácil, sobre todo porque Lynch, una buena cafetera y una buena caja de donuts, al estilo yanqui: será a punto de alcanzar los 70, no episodio doble. estaba dispuesto a claudicar.
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Según parece, resucitar la serie no fue fácil. Esencialmente porque por aquellos años David Lynch estaba a punto de alcanzar los 70 y esa no parece una edad para aprender a claudicar. El proyecto del ‘revival’ encontró enseguida una casa, Showtime, a cuyo presidente de programación, Gary S. Levine, conocían Lynch y Frost de los días de la anterior ‘Twin Peaks’; Levine era entonces vicepresidente para el desarrollo de series dramáticas.
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estado en Twin Peaks poco tiempo. Y en ese tiempo solo he visto decencia, honor y dignidad. Un crimen aquí no es solo un acontecimiento más, no es solo un suceso para comentar al final del día. Aquí la muerte afecta a todos y cada uno de sus hombres, mujeres y niños; porque aquí la vida tiene un sentido. Cada vida. Es una forma de vida que yo creía que había desaparecido, pero no, aún existe en Twin Peaks”.
Esas eran las palabras con las que el Agente Cooper exponía ante Albert Rosenfeld, el personaje de Miguel Ferrer, la supuesta bondad del idílico pueblo creado por David Lynch y Mark Frost.
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mores secretos, drogas, luchas de negocios y obsesiones enfermizas. Nada en ‘Twin Peaks’ era lo que parecía. Y esa maldad que subyacía bajo la aparente idilidad del pueblo era lo que a David Lynch le interesaba contar. En cierto modo, y salvando las distancias, sería lo mismo que haría años después ‘True Detective’ en su primera temporada, donde no importaba la trama del Rey Amarillo sino el impacto emocional del caso entre los policías protagonistas.
Pero lo que convirtió a aquella serie de narración compleja en un fenómeno de masas no fue eso, sino la capa más superficial. La gente quería saber quién mató a Laura Palmer, aunque a Lynch no le interesase contarlo porque aquello era más que un whodunit y Laura, un mcguffin. No obstante, la cadena ABC, consciente de las demandas de sus espectadores, instó a Lynch a dar respuesta al misterio. Una resolución que no llegó al final de la primera temporada sino en mitad de la segunda. Y la serie siguió después de ello. Ahora, la naturaleza poco convencional de ‘Twin Peaks’ vuelve a nosotros. Y no, no habrá misterio de quién-lo-hizo esta vez. Lo que sí tendremos es puro Lynch, que ha gozado de carta blanca para armar esta nueva temporada. Dieciocho episodios, nada menos, donde podrá desbarrar todo lo que quiera, para bien o para mal, nos guste o no (recordemos que las primeras temporadas tuvieron muchas críticas por la cantidad de tramas secundarias). Y es que el canal Showtime ya tiene lo que quiere; no necesita audiencia masiva para ‘Twin Peaks’ porque su mero regreso es el acontecimiento seriéfilo más relevante. No es este el primer regreso televisivo reciente -aún anda por la parrilla de FOX el de ‘Prison Break’- y podría no ser tampoco el primero que decepcione. Ni la vuelta de Mulder y Scully a ‘Expediente X’ ni la de Lorelai y Rory a ‘Las chicas Gilmore’ llegaron a convencer a su fandom. Pero ‘Twin Peaks’ se enfrenta a un más difícil todavía: es una serie aún más de culto que cualquier otra que haya vuelta, está más lejos en el imaginario y, por tanto, mitificada..
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as expectativas son altísimas. Vuelve con un reparto que ningún producto, ni televisivo ni cinematográfico, podría soñar, y envuelta en un secretismo máximo. Nadie la ha visto todavía. Ni los críticos ni en Cannes. No sabemos si bien, si mal o si regular. Solo sabemos que Lynch. Mucho Lynch. ¿Será verdaderamente la serie del año (de la década, del siglo) o una decepción más de iconos que jamás se debieron tocar?
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ENTREVISTA
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n las últimas décadas hemos visto a Kyle Maclachlan (Yakima, Washington, 1959) dando vida a un miembro de ‘The Doors’ en la gran pantalla, encarnando a un millonario morboso en ‘Showgirl’, haciendo de marido imperfecto en ‘Sexo en Nueva York’ y de maduro interesante en ‘Mujeres desesperadas’, entre otros papeles destacados.
Pero en este tiempo no ha logrado librarse jamás de la sombra de Dale Cooper, su personaje en ‘Twin Peaks’. El actor pasó ayer por Madrid para promocionar la tercera temporada de la mítica serie, que David Lynch ha vuelto a dirigir 25 años después (madrugada del lunes en Movistar Series Xtra), y en persona su figura no defrauda: es tan inquietante, al tiempo que elegante, como el agente especial que investigaba la desaparición de Laura Palmer.
Kyle Maclachlan: "Nunca h
¿Qué pensó cuando le llamaron para proponerle hacer esta nueva temporada? David y yo somos buenos amigos, vivimos cerca en Los Ángeles y solemos vernos a menudo para tomar café. Un día, estando en Nueva York, me llamó y me dijo: “Quiero contarte algo, pero no por teléfono, sino cara a cara”. Resulta que ese día él también estaba en Nueva York, así que me acerqué a su hotel, me sirvió un café y me soltó: “¿Qué te parecería revisar el personaje de Dale Cooper y volver a hacer ‘Twin Peaks’?”. Rápidamente, le contesté: “¿Volver? Yo nunca me he ido de ‘Twin Peaks’, estoy deseando seguir donde lo dejamos”.
Los capítulos emitidos hasta ahora son complejos. A veces, uno se pierde siguiendo la trama. ¿Va a ser así toda la temporada?
Más que una serie, en realidad ‘Twin Peaks’ es una película de 18 horas que se emite en plazos semanales. Al final de ese recorrido, muchas de las preguntas que los espectadores se hacen ahora hallarán respuesta, pero en el camino encontrarán nuevas preguntas. A Lynch le gusta impactar al público a muchos niveles. Hay una trama lineal, pero luego hay otros impactos emocionales, subconscientes. Es mejor dejarse arrastrar en el viaje que él propone.
Vivimos una época de ‘remakes’ (nuevas versiones). ¿No le provocó dudas volver a hacer una serie tan mítica como esta? 12
ENTREVISTA
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os espectadores son detectives: reflexionan, se hacen preguntas y de alguna manera encuentran el sentido”, afirmó el realizador de Mulholland Drive (2001) y El hombre elefante (1980). Además, el director señaló que siempre pensó en Twin Peaks como “una película en televisión”, algo todavía más cierto, en su opinión, en la era dorada de la pequeña pantalla y de las producciones de televisión por cable.
he salido de 'Twin Peaks'"
En los nuevos capítulos ha trabajado, de nuevo, junto al compositor Angelo Badalamenti para unir la sensibilidad de las imágenes y la banda sonora, que fue uno de los elementos que más contribuyeron a la particular atmósfera de la serie original. “Hablo con Angelo, le doy algo para pensar y toca sobre eso. Y si no casa con lo que tengo en mente, le doy diferentes palabras y él toca sobre ellas”, explicó.
No, porque nunca hemos pretendido hacer un revival de la primera etapa de la serie. Desde el principio, tuvimos claro que no debíamos volver a aquellas dos primeras temporadas para responder a las incógnitas que entonces quedaron en el aire. Seguro que muchos fans lo habrían aplaudido, pero nunca habríamos logrado generar la misma dinámica que generamos entonces. A David le interesaba construir un nuevo relato, con una nueva narrativa y explorar nuevas facetas de los personajes. Esta serie es un paso hacia delante, no una vuelta atrás, aunque de vez en cuando hagamos referencias al pasado para mantenernos fiel al universo que la serie creó.
Aquella producción supuso una ruptura en la historia de la televisión. Luego vinieron otros títulos que hicieron época, como ‘Los Soprano’ y ‘The Wired’. ¿Qué serie cree que ha elevado el listón recientemente? Hay muchas. En los últimos años se ha producido una gran explosión de creatividad en las series. Podría citar ‘Black Mirror’, ‘The Americans’, ‘Juego de tronos’… Y sin que suene inmodesto por mi parte, creo que gran parte de este boom se debe a ‘Twin Peaks’, porque aquella serie abrió la puerta para que otros creadores se animaran a hacer “Adoro a este personaje, si por mí en la pequeña pantalla cosas diferentes a las que se habían hecho fuera, seguiría haciéndolo. Espero antes, cosas rompedoras que se salían de lo habitual. Ahora que que no pasen otros 25 años para otros se han atrevido a hacerlo, volver a trabajar en la tele ha sido volver a interpretarlo, pero si David un mayor desafío para David y para todo el equipo de la serie. me lo pide, me pondré a ello. ” 13
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"NUNCA PENSÉ QUE VOLVERÍA A 'TWIN PEAKS', PERO SIEMPRE TUVE ESPERANZA"
¿Cómo ha sido volver a ‘Twin Peaks? ¿alguna vez pensaste que pasaría? Es genial estar de vuelta en ‘Twin Peaks’, nunca pensé que volveríamos, pero siempre tuve cierta esperanza de que pasase algo para traer de vuelta al agente Cooper, así que cuando David me llamó hace unos años para decírmelo no podía estar más emocionado.
A diferencia de otras series que han regresado, ‘Twin Peaks’ no abusa de la nostalgia... David me dijo que esto no suponía revisitar ‘Twin Peaks’ sino que era una historia nueva y cuando leí los guiones me dí cuenta a qué se refería. Nuevas historias, nuevos personajes...
¿Cómo ha sido para ti, como actor, interpretar varios personajes en esta temporada? Es un gran reto. Me conmovió que David escribiese estos personajes para mí y pensase que era capaz de hacerlos. Pero también pienso que David y Mark han escrito la historia que querían hacer, así que supongo que simplemente pensaron que sería capaz. ¡Nunca tuve opción! Pero es un reto sobre todo interpretar al doppelgänger, alguien que ha evitado todo rastro de humanidad, que es casi una máquina, absorve cualquier bondad y es capaz de matar sin misericordia. Nunca había estado en algo así, pero sabía que David sería mis ojos, como director, para llevarme por el camino correcto. Confié completamente en él. 14
ENTREVISTA
¿Y qué hay de Dougie? Es otro reto. Era un ejercicio de confianza y sigilo. David me ayudaba mucho y me daba la libertad de tomarme mi tiempo. Era una nueva sensación como actor, algo que se supone que no debes hacer. Cuando la cámara está ahí tienes que hacer que la historia se mueva, pero podía ir lentamente, ese es parte del encanto de Dougie. Me dio la oportunidad de dejarle al personaje que experimente las cosas despacio.
La pregunta del millón: ¿realmente sabes qué está pasando en la serie? Sí lo sé. Conozco lo que le gusta a David o cómo le gusta contar historias, esa cualidad surrealista que escapa de la lógica... pero no puedo explicarlo.
¿Por qué crees que fue tan importante ‘Twin Peaks’ en su momento? Creo que Twin Peaks fue importante por varias razones. Obviamente en aquella época era algo muy diferente, más cinematográfico a nivel visual, por la música, etc. No se había visto algo así en televisión. Los personajes eran excéntricos y hacían cosas inesperadas. Y creo que le dio a otros creativos la esperanza de que podrían hacer más de lo que se podía esperar.
‘Twin Peaks’ ha sido como el primer día, es un director fantástico para los actores. Sería muy triste que no volviera a dirigir. Su lenguaje visual es tan rico y bello... 15