Primera edición: marzo 2013 Laura Izquierdo Hernández Editorial: Asociación Estrella de la mañana Diseño de cubierta: Laura Izquierdo Hernández Depósito Legal: Z. 2972-96 ISBN: 84-263-2409-6 Talleres gráficos Imprenta 50012 Zaragoza Printed in Spain
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Migmar tiene ocho aĂąos. Vive en un campo de refugiados tibetanos y es el mediano de tres hermanos.Noryang es la hermana mayor, Norbu es el hermano pequeĂąo y ademĂĄs vive con sus padres y su abuelo.
Hoy comienza un nuevo día para el pequeño Migmar. Es la hora de levantarse y se ha despertado con mucho calor. Tras vestirse decide salir fuera a jugar un rato, al ser festivo hoy no tiene que ir a la escuela. Migmar se divierte recogiendo pequeñas piedras que va encontrando por el suelo. En su casa al no tener ni lápices ni pinturas, utiliza piedras para dibujar sobre algún arenoso suelo. Sus dibujos favoritos son hacer grandes pájaros, flores o a su familia.
El peque単o Migmar, como es habitual, se encuentra haciendo uno de sus dibujos cuando su madre le asusta con un grito desde casa.
. . . Le dice su madre a Migmar. El ni単o deja sus piedras en el suelo y sale apresuradamente en busca de su padre.
? Cuando Migmar llega al campo de arroz donde trabaja su padre, se encuentra con que no está en ninguna parte. El niño, extrañado, decide ir a mirar a la cuadra donde guardan los bueyes. Ya preocupado ve que su padre tampoco está allí.
Como no sabe que hacer al no encontrar a su padre, decide volver a casa y decírselo a su madre. Migmar, de camino hacia su casa, todavía no sabe que su padre ha abandonado a su familia.
Para la familia de Migmar, el haber perdido el apoyo de su padre va a suponer un grave problema. Los trabajos de esta zona son muy duros, y a partir de ahora no va a haber nadie que pueda reemplazar el trabajo que realizaba.
La madre de Migmar comprendió rápidamente la situación en la que se encontraban. Por desgracia es habitual que ocurran hechos como éste, pero encontraron una solución, por lo menos de manera temporal para poder pasar el día a día.
- Migmar, hijo mío, a partir de ahora vas a ir a trabajar con tu abuelo. Tu padre se ha marchado a trabajar fuera durante una larga temporada - le dice su madre mientras intenta disimular que le está cayendo una lágrima.
Migmar se siente un poco triste por la noticia, ya que no va a ver a su padre durante una temporada. Pero a la vez está contento de ir a trabajar con su abuelo porque lo quiere mucho y se lo pasa muy bien con él.
Migmar pronto se acostumbra a trabajar. El trabajo es muy duro, a veces se cae y no lo hace tan bien como lo hacía su padre, pero a pesar de ello se siente feliz porque está al lado de su abuelo, aunque a veces le gustaría tener más tiempo para jugar con sus hermanos o hacer dibujos con sus piedras.
Un día, al inicio de otra jornada de trabajo con su abuelo, el pequeño Migmar lo encuentra con mirada triste.
-¿Qué te ocurre abuelo?- le pregunta Migmar, acostumbrado a su habitual alegría. -Hijo mío, creo que me estoy haciendo mayor. Tu abuelo cada vez ve peor y no se por cuanto tiempo podré seguir trabajando en el campo. Migmar ante la noticia le da un abrazo para intentar consolarlo, y éste le sonríe dulcemente.
Mientras pasaban los días, Migmar tenía que ir cada vez más haciendose cargo del trabajo duro. Su abuelo continuaba preocupado, no ya solo por su temor a perder la vista, sino porque su experiencia le avisaba de que estas primeras lluvias y vientos anunciaban la llegada de “los monzones”. Recordaba como en otros años las fuertes tormentas inundaban las casas y las cosechas.
La predicción del abuelo de Migmar no ha tardado en hacerse realidad. Los monzones han llegado y traen consigo fuertes vientos y lluvias. La familia entera está preocupada ya que Noryang, la hermana mayor de Migmar, ha caido enferma y con muchas friebres después de haber pasado mucho frío la noche anterior. Debido a las lluvias la casa de Migmar se había inundado y estaba todo mojado.
La situación de la familia de Migmar es verdaderamente preocupante. El abuelo ya casi no puede realizar trabajos en el campo, la hermana de Migmar lleva ya varios días enferma sin que mejore su estado, han perdido un buey en las inundaciones y ahora Migmar ya no puede ir ningún día a la escuela. Tiene que dedicar todo su tiempo a los trabajos de casa.
Un dĂa despuĂŠs de trabajar, Migmar se queda unos segundos mirando a un cielo especialmente estrellado. De repente, una de las estrellas empieza a parpadear y sorprendentemente va callendo a la tierra cada vez a mĂĄs velocidad. Sin casi pensarlo Migmar sale apresuradamente hacia el lugar donde ha caĂdo la estrella.
Una vez ahí, ve que la estrella ha perdido todo su brillo. Migmar siente un poco de miedo pero decide extender temblorosamente la mano para cogerla. Nada mas rozarla recupera de golpe toda su luz, una luz que hace posible leer el nombre de Migmar escrito en la estrella. -Esta debe ser mi estrella- piensa Migmar que al ver su nombre reflejado en ella pierde el miedo y decide cogerla con sus propias manos . Mientras la sostiene siente un calor en su interior y sin saber por qué sabe que a partir de ahora sus problemas mejorarán .
Pasados unos segundos la estrella empieza a ascender al cielo y al llegar arriba se mezcla con el resto de estrellas, por lo que Migmar ya no puede distinguir cual es la que lleva su nombre. A la mañana siguiente descubre su estrella en el cielo, aún siendo de día puede ver su radiante luz.
Desde el día en que Migmar encontró su estrella las cosas en la familia fueron mejorando poco a poco. Noryang se puso buena y su abuelo recuperó la vista. Ahora sabían que la estrella de Migmar les había dado una nueva oportunidad que no desaprovecharán, desde el cielo les daba fuerzas y con su luz ilumina los días grises. Así la familia de Migmar consiguió superar todos los obstáculos y ser muy felices juntos.