claves
Suplemento
de la politica internacional
JULIO 2016
Crisis migratoria y ola de atentados en Europa
Diego Dalai LAS CONSECUENCIAS DE LA POLÍTICA IMPERIALISTA EN ASIA Y ÁFRICA
E
n apenas semanas el mundo se vio conmocionado repetidas veces por crueles y sangrientos atentados en países clave de la Unión Europea como Francia y Alemania. El de Niza en Francia fue quizás el más notorio por la cantidad de muertos y heridos así como por el modo insólito de atropellar con un camión a una multitud durante una celebración patria. Haber pasado previamente los controles policiales en un país que se encuentra en Estado de Emergencia y militarizado desde el brutal atentado de noviembre de 2015 en París, grafica la gravedad de la situación. Pero los ataques siguieron en la propia Francia y ahora en Alemania, la mayor potencia europea que se creía a
salvo de hechos semejantes. En menos de 10 días hubo 3 ataques que suman 15 muertos y decenas de heridos con las formas más variadas y aberrantes: asesinatos a quemarropa, ataque con hacha y cuchillo y ‘hombre bomba’. En ambos países la mayoría de los casos, son reivindicados o atribuidos al ISIS, como lo fueron anteriormente el del teatro Bataclan (y otros sitios de París) con más de 150 muertos (el peor de la historia en Francia) o el cruel ataque al semanario satírico Charlie Hebdo en enero de 2015 reivindicado por Al-Qaeda. Estos asesinatos y atentados repudiables son consecuencia directa de las operaciones militares que estas potencias imperialistas llevan adelante en Siria, Afganistán, Irak y otros países de Asia y África. Allí los muertos y heridos se cuentan por decenas y cientos de miles. Los desplazados se cuentan por millones y se vive una crisis humanitaria crónica, crisis habitacional, sanitaria y alimentaria. De hecho, sobre
estos países ya prácticamente no se habla de desocupación o pobreza porque las cifras son brutales, las economías fueron en gran parte destruidas y reconfiguradas por la guerra en torno a nuevos negocios como el tráfico de petróleo, de armas y de personas. Otra increíble foto que recorrió el mundo por estos días fue la de un viejo barco repleto de inmigrantes dando una ‘vuelta de campana’ en aguas del Mediterráneo libio. Sin ver las caras de la gente, la foto trasmite su desesperación tratando de aferrarse inútilmente a algún caño, cayendo al agua, intentando no hundirse. Cientos pudieron ser rescatados pero 7 fallecieron. En lo que va del año murieron en condiciones similares casi 3.500 inmigrantes. En 2015 fueron 3.700. Solo la guerra en Siria produjo unos 5 millones de desplazados, la mayoría desde que comenzó la intervención imperialista dirigida por EEUU y Francia. De ellos, la mayor parte se
aloja en los países limítrofes, especialmente Turquía, desde donde muchos tratan de pasar a Europa. Los recientes acuerdos entre la Unión Europea y el gobierno turco le cerraron el paso a cientos de miles de inmigrantes que ahora buscan la ruta más peligrosa de Libia. Allí, donde la intervención imperialista contra el dictador Kadaffi dejó un país en ruinas, plagado de distintas facciones armadas y mafias de todo tipo, pagan cientos y hasta miles de dólares por un lugar en estos botes que recurrentemente se van a pique por viejos o por sobrepeso. En estas páginas tratamos de reflejar la situación de los migrantes, que a nivel mundial alcanzaron los 65 millones en 2015, no solo en el viejo continente sino también en EEUU y Argentina, expresando la posición de la izquierda combativa, contra las políticas reaccionarias de los gobiernos capitalistas y por la solidaridad de clase entre los trabajadores nativos y extranjeros.
Europa cierra sus pu
Entrevista con Stefan Schneider, Grupo
uertas
o RIO - Berlín
¿CUÁL ES LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS REFUGIADOS EN ALEMANIA? La situación de los refugiados es muy compleja. Muchos tienen que quedarse en centros de acogida durante muchos meses, sin privacidad, con poco espacio y en condiciones pésimas de higiene. Por suerte, ya no hay tantas escenas de refugiados haciendo cola durante varios días para ser atendidos por las administraciones. Pero sigue habiendo muchos problemas de infraestructura en los centros de acogida. De modo tal que muchos refugiados se niegan a seguir quedándose en estos centros. En las últimas semanas, hubo varias protestas de refugiados contra las condiciones de albergue, algunos ocupando plazas con carpas y negándose a volver a esos centros. Es que no son más que el colmo de todas las leyes racistas que están vigentes contra los refugiados en este país. Desde el 2014, el derecho al asilo se ha restringido una y otra vez. Mientras el gobierno de Merkel celebraba el “verano de la bienvenida”, cuando en setiembre del año pasado terminó aceptando el ingreso de 1 millón de inmigrantes porque no le quedaba alternativa frente a la presión en las fronteras y las divisiones entre los distintos gobiernos europeos, al mismo tiempo se votaron múltiples leyes que facilitan deportaciones y consolidan las leyes de permanencia (que les obligan a los refugiados a quedarse en una ciudad o en un pueblo sin la posibilidad de viajar sin autorización previa). Así ponen más presión al ‘mercado laboral’. Por un lado es muy difícil para los refugiados encontrar trabajo, hay leyes que dictan que pueden trabajar solo
si no hay nadie de la Unión Europea que puede hacer este trabajo. Por otro lado se implementaron excepciones para refugiados que estén dispuestos a trabajar por menos de un Euro la hora. Ya muchas empresas alemanas emplean refugiados bajo estas condiciones, incluyendo gigantes como Correos de Alemania.
¿QUÉ OTRAS CONSECUENCIAS TIENEN ESTAS LEYES RACISTAS? Y, la verdad es que existen para dividir a la población y sembrar el racismo. De hecho, no se puede explicar el auge fenomenal de la extrema derecha en Alemania en el último año y medio sin el trasfondo de estas leyes racistas. Y este auge es realmente impresionante: el nuevo partido “Alternativa para Alemania” tuvo grandes éxitos en las elecciones provinciales y busca cuestionar por derecha al gobierno. Mientras tanto, incita una propaganda violentamente racista que tiene resultados reales, más aún luego de los ataques que causaron varios muertos la semana pasada. El año pasado hubo más de mil ataques contra centros de acogida o domicilios de refugiados, incluyendo incendios, bombas y tiroteos, además de violencia física contra miles de refugiados y migrantes. Contra todo esto, hace falta organizar la autodefensa de los refugiados, junto a activistas solidarios de la izquierda y los movimientos sociales.
¿CUÁL ES LA POLÍTICA DEL GOBIERNO DE MERKEL HACIA LA CRISIS MIGRATORIA EUROPEA? Desde el principio, Merkel buscó encontrar una “solución europea” con el sistema de “cuotas” (donde cada país
debía aceptar una cantidad de inmigrantes) para no quedarse sola con la resolución de la crisis migratoria. Pero esto fracasó. Países como Hungría o Austria cerraron sus fronteras nacionales, mientras Merkel apostó a que se cierren las fronteras en la periferia de Europa. Por ello pactó con el bonapartista Erdogan, presidente de Turquía, que en estos días llamó a un estado de emergencia, encarcela a decenas de miles de personas y gobierna por decreto, tras el intento fallido de golpe militar. A pesar de ello, el gobierno de Merkel quiere honrar el pacto con Turquía, más allá de alguna u otra crítica “humanitaria”. Sabe que, si hay alguna posibilidad de supervivencia de la Unión Europea, tienen que mantenerse abiertas las fronteras nacionales. Para Merkel, no es ningún problema que mueran decenas de miles de personas cada año en el Mediterráneo, o que más que dos millones de refugiados sigan en Turquía, mientras que no entren al territorio de la Unión Europea. Sin embargo, eso no quita por un lado la presión interna por derecha de endurecer aún más la política contra refugiados -que van a seguir creciendo, dentro y fuera de su propio partido- y por otro lado -aún más importante- las crecientes tensiones entre los países centrales europeos. La crisis migratoria es la mayor amenaza al proyecto “europeísta” promovido sobre todo por el capital exportador alemán. No podemos descartar una crisis mayor que termine en la ruptura de la Unión Europa. Hace falta construir una alternativa obrera, juvenil y de clase para enfrentar a las variantes reaccionarias que vemos.
LATINOAMÉRICA Y ARGENTINA
La unidad de los trabajadores no tiene fronteras Eduardo Molina
L
a defensa de los y las trabajadores inmigrantes y la lucha por la unidad entre nativos y extranjeros es una cuestión de extrema importancia para el movimiento obrero también en América latina, especialmente en un país como Argentina, donde el pueblo trabajador se ha nutrido históricamente de los más diversos flujos migratorios, en la actualidad, sobre todo de los provenientes de países hermanos del Cono Sur, como Paraguay, Bolivia, Perú, Chile o Uruguay. La burguesía argentina, como las demás burguesías latinoamericanas, ha fomentado siempre los prejuicios antiinmigrantes, la xenofobia, junto a la discriminación racial y de género, para dividir a la clase trabajadora y negar a sectores de la misma derechos sindicales y políticos elementales. Fue y es un arma de importancia para abaratar la fuerza de trabajo, debilitar la organización obrera y envenenar la conciencia popular. En tiempos de crisis, esta tendencia reaccionaria se refuerza, como vemos hoy en la escandalosa política antiinmigrantes en Europa o en el discurso antimexicano de Donald Trump en EEUU. En Argentina y otros países de nuestra región, los capitalistas convirten a precarizados, mujeres e inmigrantes en trabajadores de segunda y “descartables”. La burocracia sindical es parte
esencial de ese juego, pues no sólo no tienen ninguna política para organizar a estas enormes franjas obreras, sino que muchas veces es agente de transmisión de los peores prejuicios, en especial contra los inmigrantes. Para enfrentar el ajuste y los ataques contra el salario, el empleo y las condiciones de vida y de trabajo, es necesario unir lo que la patronal y los burócratas dividen, tanto en la fábrica, como en el barrio. Las comunidades de inmigrantes constituyen alrededor del 4% de la población argentina y son un contingente importante de nuestra clase trabajadora y del pueblo más humilde y explotado. Que se pongan de pie, se hagan escuchar y conquisten lo que les corresponde es de interés de todos los trabajadores en Argentina, sería un importantísimo refuerzo a la lucha común. Por eso, es preciso imponer en los sindicatos y organizaciones populares la lucha por plenos derechos laborales, sindicales y políticos para los y las inmigrantes y contra toda forma de discriminación y xenofobia. Esto significa denunciar la criminalización que hacen los medios, la policía y la justicia de los inmigrantes y de los barrios y villas populares donde muchos de ellos habitan, careciendo de acceso a trabajo y vivienda digna. También combatir toda discriminación en el acceso a la escuela, la salud, la justicia, la documentación, etc. Si se los considera “aptos” para ser superexplotados, entonces les corresponden plenos derechos políticos, incluso a votar y ser elegidos a nivel nacional. Los estatutos sindicales ponen límites
a la representación de los obreros inmigrantes (los principales cargos nacionales están reservados a argentinos) y hacia abajo, su acceso a la afiliación, a ser delegados, etc., están cercenados por la burocracia pese a que en ciertos sectores, como la construcción, textiles y vestido, el trabajo agrícola, el trabajo doméstico y otros, entre los más precarizados, duros y peor pagos, un importante componente son los hombres y mujeres inmigrantes. Esta lucha por la unidad de la clase obrera “fronteras adentro” tiene otra dimensión, que le es inseparable y no menos importante, de cara a la necesaria unidad latinoamericana e internacional de los trabajadores. La existencia de millones de trabajadores, mujeres y jóvenes inmigrantes en Argentina, como en otros países de la región con miles de lazos de todo tipo, para la unidad de la clase obrera. No podemos olvidar tampoco a las decenas de millones de “latinos” en EEUU. En conjunto, constituyen una red de “puentes” para la unidad de la clase trabajadora a escala internacional. La clase trabajadora es una sola y su bandera, el viejo grito de guerra obrero y socialista ¡Proletarios de todos los países, uníos! En nuestro continente la lucha común contra los ajustes de los gobiernos al servicio de los capitalistas y la sumisión al imperialismo, demanda la unidad de los trabajadores nativos e inmigrantes, la poderosa fuerza social que puede llevar hasta el final la lucha contra el imperialismo y sus socios y agentes locales. Este es el único cami-
no para conquistar la necesaria unidad económica y política de nuestros países en la construcción de una Federación de Repúblicas Socialistas de América latina.
INMIGRANTES EN ESTADOS UNIDOS
Deportación en masa o muro racista Gloria Grinberg Juan Cruz Ferre Editores de Left Voice
E
n EEUU la población migrante se fue acrecentando en los últimos 40 años. Desde los ‘90, se mantiene la tendencia de que la inmigración ilegal supera a la legal. La población inmigrante ilegal llegaba a 11 millones en 2008. En 2005 el 57% de los inmigrantes ilegales provenían de México y otro 21% de otros países latinoamericanos, principalmente de América central. En 2014 Obama anunció una reforma migratoria que tenía la intención de frenar temporalmente la deportación de unos 5 millones de indocumentados, pero en 2015 estos inmigrantes se chocaron las cortes de Texas que frenaron la ley. La población inmigrante en EEUU sigue creciendo con los años así como la proporción de trabajadores extranjeros en la fuerza laboral de conjunto. En 1970 representaban sólo el 5,2% de la población activa. En 1990 eran el 8,8% y en 2011 el 16,2%, unos 25 millones de personas. Los hispanos son el 48,3% de la fuerza laboral extranjera. Aproximadamente un tercio de todos los inmigrantes se encuentra indocumentado, esto es un 5% de la población activa total (alrededor de 12 millones de personas). Solo hay un pequeño porcentaje de
trabajadores inmigrantes altamente especializados. La gran mayoría vienen a trabajar en empleos de bajos salarios que nativos en general no tomarían. La mayoría de los obreros rurales son inmigrantes, sector donde las condiciones de trabajo son deplorables, incluyendo trabajo infantil. La esperanza de vida sigue siendo 49 años, la misma que en 1960. El retraso de este sector en derechos sociales es tal, que la Ley Nacional de Relaciones del Trabajo no cubre a los trabajadores agrícolas.
LA ADMINISTRACIÓN DEMÓCRATA MANTIENE EL RACISMO Y LA OPRESIÓN El Partido Demócrata, mientras dice representar a los intereses de esta minoría, no ha traído ninguna mejora sustancial. A pesar de las promesas de Obama, su administración tiene el registro más alto de deportación de inmigrantes: casi 2 millones. El efecto de sus políticas ha sido devastador, con miles de familias separadas por la fuerza, madres encarceladas con sus niños, migrantes que huyeron de la violencia y la miseria en sus países de origen y ahora están en riesgo de ser deportados. En México y Centroamérica muchas familias pueden ser afectadas porque con las deportaciones se cortará el envío de remesas, un apoyo económico de primer orden en muchas regiones. Esta criminalización y persecución contra los migrantes, viene de la mano del desarrollo de una “industria de
contacto@laizquierdadiario.com
@IzquierdaDiario
las deportaciones”. Destinados a encerrar a los indocumentados, hay diez centros privados de detención, cinco centros del gobierno federal operados por empresas privadas y tres centros de detención estatales manejados por compañías privadas. Reciben 193 dólares por cama ocupada. Cotizan en bolsa, con el cínico aviso “Cuantos más presos, más rendimiento bursátil”.
EL ‘CHIVO EXPIATORIO’ DE LA ULTRADERECHA Los republicanos, han rechazado de plano todo intento de proteger a los indocumentados y vienen presionando por mantener las deportaciones masivas. Para el candidato Donald Trump, su país es “acosado” por ilegales y renovó su compromiso de construir un muro a lo largo de la frontera con México. Esta política sirve para consolidar el apoyo de una base reaccionaria y racista y para dirigir la atención sobre un chivo expiatorio de la crisis económica y los problemas sociales emergentes. Además, tanto republicanos como demócratas defienden los intereses de las compañías que obtienen inmensas ganancias de la explotación de los trabajadores inmigrantes, como las empresas de servicios, las constructoras y los grandes productores del agro. Las redadas tienen un papel importante en el “mercado de trabajo” ya que intimidan y provocan el miedo a la deportación y son sumamente útiles para bajar los salarios de los trabaja-
LaIzquierdaDiario
dores. La salud y las condiciones de trabajo están aún muy por debajo de la media del resto de los trabajadores.
LUCHA Y ORGANIZACIÓN A pesar de que ha habido un progreso en la organización y la participación política de los inmigrantes en EEUU, la mayoría están perseguidos, reprimidos, deportados y no cuentan con los mínimos derechos legales. La lucha de los trabajadores inmigrantes por los derechos democráticos es de primer orden y la mayoría de los sindicatos ha subestimado o ignorado este sector durante décadas, aunque las cosas parecen estar cambiando. No fue hasta la década de 2000 que la AFL-CIO reconoce a los trabajadores inmigrantes. La primera gran protesta fue la de ‘Trabajadores Inmigrantes 2003’ en los que numerosos grupos de inmigrantes realizaron manifestaciones masivas en todo el país. Luego, el 1° de mayo de 2006 se realizó la huelga y la movilización de inmigrantes más grande, llamada “Un día sin inmigrantes”. Después de esto, la agenda política comenzó a incluir algunas de sus problemáticas. Para lograr el derecho a la ciudadanía de un sector tan amplio de la clase obrera será necesario que todos los trabajadores, sindicalizados o no, le pongan el hombro a esta pelea y se organicen por fuera del partido demócrata y sus organizaciones, lo que fortalecerá enormemente no sólo a los trabajadores inmigrantes, sino al conjunto de la clase obrera estadounidense.