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El hilo rojo
Agosto de 2016
76 ANIVERSARIO DEL ASESINATO DE TROTSKY
León Trotsky, el espectro de la revolución
Desde el 20 de agosto de 1940 una pregunta no ha dejado de resonar ¿Por qué Stalin mandó a asesinar a Trotsky?
Héctor “Catoto” Penuto Federico Roth
E
n su apasionante novela “El hombre que amaba a los perros” el escritor cubano Leonardo Padura, nos presenta un diálogo imaginario ocurrido en la URSS luego de que Ramón Mercader, el sicario estalinista, terminará con la vida de León Trotsky. El plan habría sido “Una exageración. Al viejo había que dejarlo que se muriera de soledad o que en su desesperación metiera la pata y él solo se cubriera de mierda. Nosotros lo salvamos del olvido y lo convertimos en un mártir”. Pero entonces, ¿por qué Stalin habría elaborado un plan que llevó a agentes estalinistas por cuatro de los cinco continentes durante más de una década, obligando a Trotsky a transitar en un “planeta sin visado” por las sucesivas expulsiones, primero de la URSS, luego de Turquía, Francia y otros países europeos para recaer en México, su última morada? Esta no era una simple obsesión paranoica. Stalin procedió a la aniquilación de toda la generación de revolucionarios rusos que había protagonizado el octubre de 1917. Pero hay algo en la figura de Trotsky que es particular. Su asesinato es la muestra de
la enorme influencia que podía ejercer el fundador del Ejército Rojo entre las masas proletarias de la URSS y del mundo. Y más aún frente a los grandes cataclismos que se avecinaban.
UNA TAREA IMPRESCINDIBLE En la década del 30, el Partido Comunista y la Internacional Comunista ya no eran expresión de la vanguardia proletaria, sino la cristalización de la casta burocrática que había usurpado el gobierno en la URSS. Se movía guiada por sus propios intereses contra las necesidades revolucionarias del proletariado. Esto había sido corroborado por Trotsky con la derrota, sin prestar combate, del proletariado alemán frente al ascenso del nazismo en 1933, y luego en la política contrarrevolucionaria del Frente Popular llevada adelante en España. Trotsky dedicó todas sus energías a la organización de un nuevo partido mundial de la revolución. Era imprescindible para esta tarea. Sintetizando lo mejor de la experiencia de la generación revolucionaria bolchevique, encarnaba el punto más alto de la generación revolucionaria que había protagonizado la construcción del primer estado obrero. En esto continuaba el camino que habían iniciado con Lenin, Rosa Luxemburgo y otros revolucionarios, que en medio de la Primer Guerra
Mundial lograron sentar las bases de un nuevo partido mundial de la revolución, enfrentando el apoyo de la socialdemocracia a las burguesías de sus propios países. Ahora, ningún otro podía ocupar su lugar enfrentando al estalinismo y manteniendo vigente la estrategia revolucionaria.
UN NUEVO PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN MUNDIAL En momentos de su fundación en 1938, la IV Internacional no reunía en sus filas más que un puñado de cuadros y militantes. Sin embargo, Trotsky pronosticaba que la guerra generaría nuevos ascensos revolucionarios, la bancarrota del estalinismo, como a la salida de la Primera Guerra Mundial había sucedido con la socialdemocracia. Y no era el único que opinaba esto. En El profeta desterrado, su gran biógrafo Isaac Deutscher, relata la respuesta del embajador francés Roberto Couloundrea a Hitler ante el estallido inminente de la guerra. “Usted se ve a sí mismo como vencedor…pero, ¿ha considerado usted otra posibilidad: la de que el vencedor sea Trotsky?”. Cuando Trotsky leyó ese diálogo, comentó “Los acosa el espectro de la revolución, le dan el nombre de un hombre”. La fundación de la IV Internacional era la única opción estratégica que
correspondía a la lucha por enfrentar la deformación del Estado obrero, así como para prepararse para nuevos enfrentamientos entre clases. El desarrollo de procesos revolucionarios en Europa durante la inmediata posguerra y el rol contrarrevolucionario jugado por el estalinismo, le dieron la razón a Trotsky.
LA ACTUALIDAD DE SU PENSAMIENTO Trotsky fue el nombre propio de la revolución porque luego de la debacle del estalinismo sería mucho más dificultoso levantar las banderas del marxismo revolucionario, sin posibilidad de recuperar las peleas teóricas y políticas que dieran los revolucionarios que lo enfrentaron. Llegando a nuestros días, la corrección de la perspectiva estratégica que marcó Trotsky se demuestra también en que el trotskismo sigue invocando hasta nuestros días el “espectro” de la revolución proletaria. Con la actual crisis económica se reactualizan las premisas de su pensamiento. Gracias a la batalla de Trotsky, las nuevas generaciones de trabajadores y jóvenes en el mundo tenemos importantes lecciones de estrategia revolucionaria para continuar con su legado, la tarea de construir un partido mundial de la revolución socialista.
d s a e d i s a l y s a r b o s a l r o p o d i r r o Un rec
1905 “Los acontecimientos de 1905 se presentan como el grandioso prólogo del drama revolucionario de 1917. (…) Nuestra gran ventaja en 1905 (…) consistió en que los marxistas estábamos armados con un método científico para el estudio de la revolución histórica (…). El proletariado alcanzó el poder en 1917 gracias a la experiencia adquirida por sus mayores en 1905. Los jóvenes obreros necesitan poseer esta experiencia, necesitan conocer la historia de 1905” (Trotsky).
1917. Escritos en la revolución Compilación de artículos y discursos producidos al calor del año revolucionario ruso. Primero desde su exilio en Nueva York, y luego en su regreso a Rusia (abarcando la Revolución de Febrero, la preparación de Octubre y el período inmediato posterior a la insurrección).
Cómo hicimos la Revolución Rusa “Aquí tenemos un libro que demuestra cómo la teoría y la práctica se
interrelacionan mutuamente, que a su vez es fácil de leer para los principiantes y está presentado con una narrativa muy placentera. Trotsky da al mismo tiempo lecciones básicas de teoría revolucionaria, política y organización, junto con una educación básica en la historia de la más grande conquista jamás lograda por la clase obrera. Y cuando tantos que se reclaman revolucionarios, desde hace mucho tiempo están enterrando ansiosamente la Revolución rusa y todo lo que ésta significa, esta defensa hecha por un exponente excepcional permanece tan clara y convincente como en el día que fue escrita”. Al Richardson (Historiador marxista inglés).
Octubre “La burguesía liberal puede tomar el poder, y lo ha hecho muchas veces como resultado de luchas en las cuales no había participado: para ello posee órganos de control magníficamente desarrollados. Sin embargo, las masas trabajadoras se encuentran en otra situación; se las acostumbró a dar y no tomar. Trabajan, son pacientes el mayor tiempo posible, esperan, pierden la paciencia, se sublevan, combaten, mueren, dan la victoria a otros, son traicionadas, caen en el desaliento, se someten, vuelven a trabajar. (…) Para tomar con seguridad y firmeza el poder en sus manos, el proletariado
necesita un partido que sobrepase ampliamente a los demás en claridad de pensamiento y decisión revolucionaria. El partido de los bolcheviques, que más de una vez y con razón fue designado el partido más revolucionario en la historia de la humanidad, era la condensanción viva de la nueva historia de Rusia, de todo lo que había en ella de dinámico”. (Trotsky).
La teoría de la revolución permanente
Ya en 1904 Trotsky empieza a estudiar las diferentes actitudes de las clases frente al zarismo y la aplicación de la ley del desarrollo desigual y combinado en la economía mundial. De allí deduce que la burguesía rusa (y luego lo extiende a nivel mundial) no jugará nunca más un papel revolucionario. El miedo a la movilización de las masas y que éstas terminen en la expropiación de los principales recursos económicos poniéndolos al servicio de la clase trabajadora termina de verificarse en 1905. Tomando el poder en un país en medio del capitalismo mundial, el Estado obrero tendría que avanzar en las tareas no solo democráticas sino también socialistas. Para sobrevivir y superar al capitalismo sería necesario impulsar la revolución a
nivel mundial, especialmente en los países avanzados como Alemania y EEUU. Trotsky generalizará esta teoría para países desarrollados y subdesarrollados en sus Tesis de 1929. (G. Liszt).
Cómo se armó la revolución “Ahora, cuando podemos abarcar toda la labor de la revolución durante cinco años, aparece con meridiana claridad que casi todas, si no todas, las principales cuestiones y dificultades de la edificación soviética –en su forma más compacta, condensada y ruda– se presentaron principalmente ante nosotros en el terreno militar” (Trotsky).
El capitalismo y sus crisis “(…) para salvar a la sociedad no es necesario detener el desarrollo de la técnica, cerrar las fábricas, conceder premios a los agricultores para que saboteen a la agricultura, transformar un tercio de los trabajadores en mendigos, ni llamar a los maníacos para que hagan de dictadores. (…) Lo que es indispensable y urgente es separar los medios de producción de sus actuales propietarios parásitos y organizar la sociedad de acuerdo con un plan racional. Entonces será realmente posible
de Trotsky
por primera vez curar a la sociedad de sus males. Todos los que sean capaces de trabajar deben encontrar un empleo. La jornada de trabajo debe disminuir gradualmente. Las necesidades de todos los miembros de la sociedad encontrarán la posibilidad de una satisfacción creciente. Las palabras “pobreza”, “crisis”, “explotación”, saldrán de circulación. La humanidad podrá cruzar finalmente el umbral de la verdadera humanidad” (Trotsky).
El programa de transición “La tarea estratégica del próximo período (…) consiste en superar la contradicción entre la madurez de las condiciones objetivas de la revolución y la falta de madurez del proletariado y de su vanguardia (confusión y desmoralización de la vieja dirección, falta de experiencia de la joven). Es preciso ayudar a las masas, en el proceso de sus luchas cotidianas, a encontrar el puente entre sus reivindicaciones actuales y el programa de la revolución socialista. Este puente debe consistir en un sistema de reivindicaciones transitorias, partiendo de las condiciones actuales y de la conciencia actual de amplias capas de la clase obrera y conduciendo a una sola y misma conclusión: la conquista del poder por el proletariado”. (Trotsky)
Los sindicatos y las tareas de los revolucionarios
“En la época actual, la del capitalismo imperialista, los sindicatos, a pesar de los límites que impone hoy la burocracia (excluyendo a los desocupados, a los trabajadores en negro, representando a una minoría de la clase obrera), continúan siendo las organizaciones más extensivas de la clase. Por ello, intervenir en ellos es una tarea de primer orden para los revolucionarios, expulsando a la burocracia sindical y recuperándolas para los trabajadores. Para Trotsky, esta tarea tiene como objetivo central ganar, a través de ellos, influencia en la mayoría del movimiento obrero. (…) Los sindicatos o tienden a integrarse cada vez más o se independizan completa e incondicionalmente del Estado capitalista, practicando la democracia obrera e impulsando programas transicionales y organizaciones cada vez más amplias que ayuden a las masas a convencerse de la necesidad de terminar con la explotación y opresión capitalista, luchando por el socialismo” (G. Liszt).
Decenas de jóvenes, trabajadores e intelectuales homenajearon a Trotsky en LID digital Hace apenas unas semanas, desde La Izquierda Diario y la editorial IPS-CEIP, enviamos una convocatoria abierta a militantes, colaboradores y lectores del diario para participar del dossier especial que impulsamos con motivo del 76 Aniversario del asesinato de León Trotsky. La respuesta no se hizo esperar y con grata sorpresa más de 30 compañeras/ os tomaron en sus manos la tarea de recuperar el legado teórico del dirigente revolucionario. Trabajadores, estudiantes, intelectuales y lectores del diario nos hicieron llegar su opinión acerca de la vigencia y actualidad de sus ideas y su acercamiento al trotskismo o su experiencia militante. Reflejaron parte de la vasta obra de Trotsky que abarca no solo la estrategia y la táctica, el programa y la política para construir un partido revolucionario en nuestra época; sino también temas de filosofía, arte, literatura, escritos militares, etc. Las notas se tradujeron en 5 idiomas
con gran repercusión, y se publicaron en la red internacional de diarios de 11 países. Desde La Izquierda Diario invitamos a continuar escribiendo, estudiando, reflexionando y reflejando en nuestras páginas algún aspecto de la obra del gran revolucionario ruso. Recomendamos la lectura de:
Postales de la vida de Trotsky. Sobre Trotsky, el arte y la literatura: no solo de política vivimos. La lucha por la revolución en el neoliberalismo. Los juicios de Moscú: La falsificación más grande de la historia. La foto de Robert. ¿Revolución sin imaginación?
www.laizquierdadiario.com
“Fui revolucionario durante mis cuarenta y tres años de vida consciente y durante cuarenta y dos luche bajos las banderas del marxismo. Si tuviera que comenzar todo de nuevo trataría, por supuesto de evitar tal o cual error, pero en lo fundamental mi vida sería la misma. Moriré siendo un revolucionario proletario, un marxista, un materialista dialéctico y, en consecuencia, un ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es hoy menos ardiente, aunque sí más firme, que en mi juventud (…) La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente.” León Trotsky
Pinceladas de una vida revolucionaria en lucha por el comunismo Nicolás Bendersky Ediciones IPS- CEIP
L
ev Davidovich Bronstein nació en Ucrania en 1879. A la edad de 17 años asumió la militancia revolucionaria bajo las banderas del marxismo, en un pequeño grupo de estudiantes y obreros rusos. Tras ser encarcelado por la policía zarista y pasar años en prisión, logró escaparse. Relata en Mi vida (Intento autobiográfico) que “En 1902, me fugué después de fabricarme un pasaporte falso con el nombre de Trotsky; de allí viene mi seudónimo, que rápidamente se convirtió en mi verdadero nombre”. Nunca iba a imaginar que esas letras recorrerían el mundo transformándose en sinónimo de la revolución socialista. Ya en el exilio europeo se contactó con la redacción del periódico Iskra dirigido por Lenin, Mártov y Zasúlich desde Europa y su sumó como miembro del comité editorial del periódico que ingresaba clandestinamente a Rusia promoviendo la organización obrera contra el zarismo.En el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) de 1903, el partido se divide en dos tendencias, la menchevique y la bolchevique. Trotsky en un principio se alineó con los mencheviques pero rápidamente se separó de éstos y mantuvo una posición independiente frente a ambos. Con tan sólo 26 años, fue elegido presidente del Soviet de Petrogrado, (verdaderos consejos de representación directa de obreros, campesinos y soldados)
destacándose como orador y dirigente de la Revolución de 1905, la primera que se desarrollaba en Rusia. En su encarcelamiento y nueva deportación a Siberia escribe “Resultados y perspectivas”, un ensayo donde saca las lecciones de la revolución y sostiene que “El mundo esta preparado para la revolución socialista, incluso en la atrasada Rusia”, planteando que se abría para el proletariado la perspectiva de la conquista del poder en alianza con el campesinado. (Ver recuadro Teoría de la Revolución Permanente). En 1917 la Revolución de Febrero encuentra a Trotsky en el exilio, y encara su vuelta que se produce en mayo de ese año. Una vez en Rusia, se incorpora al soviet de Petrogrado que se había formado retomando la experiencia de 1905. En Julio se suma al Partido Bolchevique como miembro de su Comité Central. Más tarde Lenin afirmaría que, luego de su ingreso al partido, “no hubo mejor bolchevique que Trotsky”. En octubre, en momentos decisivos, dirige la insurrección como parte del Comité Militar revolucionario y rápidamente, la primera revolución socialista triunfante es identificada con el poder de obreros y campesinos dirigidos por sus máximos dirigentes: Lenin y Trotsky. Ante la declaración de guerra civil por parte de las potencias imperialistas y sus catorce ejércitos, Trotsky asume la conducción del Ejército Rojo que recluta a 5 millones de obreros y campesinos para su defensa. Su rol fue vital para defender las conquistas de octubre y, en su famoso tren blindado, recorrió el frente de batalla pertrechando al ejército pero sobre todo inyectando moral revolucionaria a las
tropas que enfrentaban la contrarrevolución. Lenin dijo “muéstreme Ud. otro hombre capaz de organizar en el término de un año, un ejército que es casi un modelo y de ganarse el respeto de los especialistas militares. Nosotros tenemos ese hombre”. La derrota de la revolución europea sumada a las penurias de la guerra civil promovieron que la Unión Soviética quedara aislada, lo que permitió que tomara la iniciativa la burocracia conservadora de Stalin, desplazando a la clase obrera del ejercicio directo del poder. Trotsky, ya desde 1923, encabezó una lucha sin cuartel contra esta burocracia que reemplazó el internacionalismo por la “teoría” del socialismo en un solo país. Como dirigente de la oposición de izquierda, anticipó las consecuencias de la burocratización tanto para el Partido Bolchevique como para la economía, la política y la cultura rusa. En 1929 Trotsky fue deportado de la URSS hacia la isla de Prinkipo en Turquía y comenzó su largo periplo como exiliado político. Por aquellos años, escribió “Stalin, el gran organizador de derrotas”, donde polemiza con la política del estalinismo que entrega la Revolución China; su magnífica autobiografía “Mi Vida”, donde traza pinceladas incisivas de su existencia tan apegada a la revolución socialista, y la Historia de la Revolución Rusa Como organizador de la Oposición de Izquierda Internacional durante la década del 30, desarrolló sus escritos sobre el fascismo, la revolución española y el ascenso de masas en Francia, con el fin de desarrollar la lucha obrera y la construcción de
partidos revolucionarios, ante la inminencia de una nueva guerra imperialista. En base al planteo de que las guerras son parteras de revoluciones, en 1938 Trotsky funda la Cuarta Internacional ante la debacle de la Tercera, para intervenir en dichos acontecimientos y prepararse para intervenir en ella. Tras su último exilio en México, fue asesinado por un esbirro de Stalin, quién veía en Trotsky el fantasma de la revolución y un peligro para sus intereses burocráticos. Antes de morir León Trotsky dejó el siguiente testamento: “Fui revolucionario durante mis cuarenta y tres años de vida consciente y durante cuarenta y dos luche bajos las banderas del marxismo. Si tuviera que comenzar todo de nuevo trataría, por supuesto de evitar tal o cual error, pero en lo fundamental mi vida sería la misma. Moriré siendo un revolucionario proletario, un marxista, un materialista dialéctico y, en consecuencia, un ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es hoy menos ardiente, aunque sí más firme, que en mi juventud (…) La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente.” Los trotskistas del PTS somos orgullosos continuadores de esta tradición que limpió las banderas de la revolución de la mugre burocrática estalinista. El trotskismo de hoy representa a los trabajadores, las mujeres y la juventud que luchan y a aquellos que pelean por el comunismo, una sociedad sin explotadores ni opresores, la misma por la que batalló León Trotsky.
STAFF Claudia Ferri y Gabriela Liszt. contacto@laizquierdadiario.com
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