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historia&ideas
El hilo rojo
30 de junio de 2016
9 de julio ¿Qué independencia celebramos? Nadia Dubienski
E
l 9 de Julio de 1816 las Provincias Unidas del Río de La Plata declararon su independencia de la monarquía española, que la había conquistado y colonizado desde hacía casi 300 años. La “historia oficial” lo considera como el momento fundacional de la soberanía de nuestro país. Pero ¿cómo llegamos al Congreso de Tucumán? El “Día de la Independencia de Argentina”, que cumple 200 años, fue producto de un complejo proceso. Para comprender el mismo debemos remontarnos mucho más atrás. A fines del siglo XVIII, Inglaterra, era una potencia naval y comercial desafiante, en plena industrialización. La Corona española era consciente de este enemigo de peso. Debido a su lento impulso económico, la casa de los Borbones decidió implementar en el último cuarto del mismo siglo, una serie de reformas en sus posesiones americanas. Entre las más destacadas se encontraban la creación del Virreinato del Rio de La Plata y su división en Capitanías e Intendencias en 1776, convirtiéndose Buenos Aires en capital virreinal; el desplazamiento de los “criollos” de la administración y en particular de cargos de mayor responsabilidad, en favor de funcionarios españoles
especialmente formados para dicha función y en detrimento de la autonomía política criolla; y la creación de un aparato militar unificado tanto para España como sus posesiones americanas, amenazadas por Inglaterra y su avidez de mercados, materias primas y fuerza de trabajo. A esta situación la Corona española tuvo que sumar la presión imperialista de la Francia napoleónica (a la que luego volveremos). Los sectores dominantes de la oligarquía terrateniente y comercial, de Buenos Aires y el Litoral, fueron los grandes beneficiados de estas nuevas medidas. El puerto de Buenos Aires se volvió el eje de la economía debido a la implementación del Reglamento del Libre Comercio que le brindaba la posibilidad de vender y comprar mercancías de ultramar, aunque con la intermediación de España ya que mantenía el monopolio comercial. Cambios que no fueron tan beneficiosos para el Interior de las provincias del Virreinato, que no se ajustaron al nuevo centro de la economía, habiendo estado estructuradas en función de los intereses del anterior eje: el centro minero del Alto Perú (actual Bolivia). Andando el tiempo y reformas en marcha, se suceden las Primeras Invasiones Inglesas en 1806, la cual fue repelida, no por ese ejército imperial
unificado, sino por los sectores subalternos (jornaleros, vendedores ambulantes, artesanos, peones, lavanderas, costureras, mozos de pulpería y esclavos) de Buenos Aires alzados en armas, mientras el virrey Sobremonte optó por “cuidar” las Cajas Reales llevándoselas a Córdoba con la salvaguarda de todas las tropas de caballería, aunque debió devolverlo por las presiones del Cabildo (fueron finalmente entregadas a las tropas británicas y se depositó en Londres). Un Cabildo Abierto lo destituye. Surge la figura de Santiago de Liniers como nuevo virrey, la Corona y su “seguridad” empieza a desgastarse. Para febrero de 1807 las tropas inglesas intentaron una nueva expedición que no llevaron hasta el final. Para julio del mismo año, 9000 ingleses desembarcaron nuevamente, más decididos a hacerse de la cuenca del Plata. Nuevamente los sectores subalternos ahora organizados en “milicias urbanas” expulsaron la invasión. Estas segundas invasiones inglesas -como las primeras- fracasaron estrepitosamente. La conmoción aun perduraba y se acentuó al llegar las nuevas, no buenas, de que España había sido invadida por Francia y la familia real estaba presa. Napoleón Bonaparte nombró rey de España a su hermano mayor, José. En España, comenzaron los levantamientos contra los franceses y la formación
de juntas “insurreccionales” fieles a Fernando VII (a quien le correspondía alzarse como rey). Estas se formaron espontáneamente en América como en España (siendo la Junta Central de Sevilla la primera en levantarse), sin embargo la fragilidad del orden colonial se expuso totalmente y solo faltaba la noticia final que llegó a mediados de mayo de 1810 sobre la derrota absoluta de España frente al asedio de las tropas francesas. La respuesta rioplatense a la crisis imperial fue la conformación de un gobierno propio, el 25 de mayo de 1810. Tanto este gobierno como los que le sucedieron (hasta 1816) le juraron fidelidad el Rey de España.
Quien gobierna y en nombre de quien Los sectores dominantes económicamente, de la tierra que hoy se denomina Argentina, eran por un lado, la oligarquía terrateniente y comercial de Buenos Aires que fue la gran ganadora con la creación del Virreinato del Rio de la Plata; y por otro la oligarquía del Interior. Si pensamos de conjunto el proceso revolucionario de 1810 hasta la declaración de la Independencia en 1816, vemos que dicho proceso no afecto la estructura de la sociedad. Si bien
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La independencia es festejada por Inglaterra
EL CONGRESO DE TUCUMÁN DE 1816
hubo participación muy consciente hasta de esclavos que huían de sus amos para enrolarse en el “ejército revolucionario” por la libertad, en pugna con el ejercito realista, y hasta aspectos radicales como la política de Castelli en 1811 sobre la liberación de los indios y su igualdad como ciudadanos o la Asamblea Constituyente de 1813 (que en parte representa el triunfo de la política de Mariano Moreno) y sus propuestas de libertad de prensa, libertad de vientre, extinción de tributo y supresión de títulos y signos de nobleza, la estructura de la sociedad no se transformó en absoluto. Los que detentaban el poder económico, lo siguieron conservando. Al principio dijimos, que la oligarquía bonaerense y del Litoral tuvo grandes beneficios por el comercio, tanto para comprar como para vender, aunque con la intermediación de España que conservaba el monopolio comercial. Si bien la Corona en algún momento tuvo que permitir el libre comercio del Virreinato con Inglaterra, fue un reflejo para hacer tiempo a retrasar su propia crisis. La oligarquía porteña quería la independencia para hacerse del control del Estado y tener absoluta autonomía política, su objetivo fue derribar a esa capa de mandones de alto rango (virreyes, gobernadores, etc) que protegían los intereses materiales de España y así poder establecer contactos comerciales directos con Europa. Para la oligarquía del Interior la revolución era un modo de escapar del centralismo virreinal que lo dejo sin ganancias y sin la posibilidad de formar parte de la casta de funcionarios. Aunque también la expondrá a las decisiones de Bs As, que en auge económico no pudo ver que la relación con Inglaterra perjudicaba a algunas pequeñas producciones ante la llegada de las baratijas inglesas. A la par que se desarrollaban las discusiones políticas acerca de la forma que debía tomar el nuevo gobierno, las guerras civiles entre criollos y realistas se intensificaron y amenazaron a la ex colonia desde el norte y el oeste. Era necesario actuar. La declaración de la Independencia expresó la separación definitiva el yugo colonial español. No fue sencillo, a la par que se desarrollaban las discusiones políticas para formar un nuevo gobierno, las guerras civiles se intensificaron y amenazaron a la ex colonia desde el norte y el oeste. Era necesario actuar. El Congreso se realizó en base a un acuerdo entre las elites porteñas y las del Interior (excepto las provincias influencias por Artigas) pero los sectores populares no tuvieron ningún tipo de participación. La independencia duró muy poco, los sectores de la incipiente burguesía (fundamentalmente ganaderos y comerciantes porteños) afianzaron la dependencia de Gran Bretaña.
El Congreso de 1816 es el primero que plantea una abierta ruptura con la metrópoli, que desde hacía años se encontraba en decadencia. Se enfrentaron diferentes posiciones: quienes defendían la formación de un gobierno centralista (representado por Buenos Aires) y quienes buscaban instaurar un gobierno de carácter federal (representado por algunas provincias del Interior). A pesar esto el Congreso sesionó para saldar estas diferencias aunque en la práctica no pudieron hacerlo, convirtiéndose en el problema central de las décadas siguientes hasta mediados del Siglo XIX: los famosos unitarios y federales. Allí comienza el proceso de construcción del Estado nacional argentino. Los intereses de la oligarquía porteña estuvieron muy lejos de ser doblegados, recién en 1820 comienzan a desintegrarse las precarias alianzas obtenidas hasta ese momento entre los sectores de las clases dominantes en pugna.
COMPOSICIÓN SOCIAL DE LOS DIPUTADOS: 33 diputados formaron parte del Congreso. 29 de ellos, estaban presentes el 9 de Julio. Otros 3 restantes no pudieron llegar. Los diputados duraban un año en sus cargos.
Si bien Inglaterra, frente a la situación conservadora que reinaba en la Europa post-napoleónica ante el restablecimiento de las monarquías absolutas, no podía reconocer formalmente a un gobierno surgido de una revolución, pocos días después que el Congreso de Tucumán de 1816 declaró la ruptura de “los violentos vínculos” que unían las “Provincias del Sud América” a la corona española, los comerciantes ingleses residentes en Buenos Aires decidieron reconocer de hecho la independencia del Río de la Plata nombrando un representante ante el nuevo Estado americano. La independencia definitiva de las Provincias Unidas del Río de La Plata, que ya habían quebrado el monopolio comercial español, proporcionó a Inglaterra, en plena expansión de su capitalismo industrial, ubicarse como la nueva potencia hegemónica en Sudamérica. Estas tierras no solo se convertirían en un prometedor mercado
La presidencia era elegida una vez por mes, entre los diputados participantes.
¿Quiénes participaron? ¿Por qué se declara la independencia? El rey de España, Fernando VII, buscaba restaurar su poder en las colonias americanas. Las tropas realistas avanzaron desde el norte del continente recuperando los territorios de Venezuela y Colombia. Amenazaban al Río de la Plata desde Chile y el Alto Perú (actual Bolivia), ganando importantes batallas. El Pacto de los Cerrillos, con el caudillo salteño Güemes, le permitió a los criollos contener su avance. José de San Martín, gobernador del Cuyo, presionaba al Congreso para discutir la Independencia. Su objetivo era avanzar militarmente hacia Chile para combatir al ejército pro-colonialista. Para estabilizar la economía colapsada durante las guerras de independencia y Fortalecer lazos con las metrópolis como Inglaterra que necesitaba nuevos mercados.
- 15 provincias enviaron representantes: Buenos Aires, Salta, San Juan, Jujuy, Catamarca, Córdoba, La Rioja, Santiago del Estero, Mendoza, San Luis y Tucumán (del actual territorio argentino) y Charcas (Sucre), Mizque (Cochabamba) y Chichas (Potosí) del actual territorio de Bolivia.
¿Qué provincias rechazaron participar? La Banda Oriental junto al Litoral (Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y Misiones) no participaron porque estaban bajo la influencia de Gervasio Artigas, que representaba intereses antagónicos a los de Bs. As. Artigas quien era terrateniente formulaba un programa para repartir la tierra en pequeñas y medianas propiedades consolidando el mercado interno, diferente al poder central que pretendía preservar los grandes latifundios. Estos conformaban la Liga de los pueblos libres
Pueblos originarios Paraguay Congreso de tucumán
Paraguay, quien había declarado su independencia en 1813 y se enfrentaba tanto al poder realista como al poder central de Bs. As.
A pesar de no realizarse en Buenos Aires, la influencia de las posiciones porteñas (centralistas) eran predominantes. Se alquiló la casa de una acomodada dama de la alta sociedad tucumana: Francisca Bazán de Laguna.
CURIOSIDADES La famosa “Casa de Tucumán” fue demolida casi por completo en 1903 producto del decadente estado en que se encontraba. Fue reconstruida en 1941, cuando fue declarada Monumento Nacional Histórico.
Los territorios de la Patagonia y el Gran Chaco se encontraban bajo dominio de los pueblos indígenas que habitaban la zona desde hacía siglos.
¿Por qué se realizó en Tucumán? Fue una demostración de fuerzas frente al avance realista en el norte del territorio.
liga de los pueblos libres
para la exportación de manufacturas sino asimismo de capitales ingleses por la vía de inversiones y empréstitos que endeudaron al naciente Estado. Para esto, el capitalismo británico encontró un poderoso aliado interno en la oligarquía porteño-bonaerense cuya producción se orientaba hacia el mercado exterior. Una tarea enormemente progresiva como la independencia en manos de esta clase social vino a significar la edificación, no sin un extendido proceso de guerras civiles, de un Estado nacional subordinado a los intereses de la principal potencia imperialista de la época. La modificación introducida por Medrano al acta de Independencia, que agregó a la fórmula del juramento, luego de “(nos proclamamos) independientes del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”, la frase “y de toda otra dominación extranjera”, quedaría en letra muerta.
El Congreso se inauguró el 24 de marzo de 1816 en Tucumán y funcionó hasta el 4 de febrero de 1817.
Pueblos originarios
En mayo de 1817 se trasladó a Buenos Aires por el avance de las tropas realistas. Sesionó hasta febrero de 1820 cuando el Directorio fue derrotado (en la Batalla de Cepeda de ese año). A partir de ese momento la frágil unidad entre las provincias será barrida por los intereses regionales y las disputas entre unitarios y federales.
Del Virreinato del Río de la Plata al 9J 27 de octubre de 1777
27 de junio de 1806
Los ingleses invaden Buenos Aires e izan su bandera en el Río de la Plata durante 46 días.
Por orden del rey Carlos III se crea el Virreinato del Río de la Plata, abarcaba los actuales Estados España divide el de: Argentina, Virreinato en 8 Uruguay, Paraguay, intendencias (La Paz, Bolivia, partes del Cochabamba, Charcas, sur de Brasil, del Potosí, Paraguay, Salta, norte de Chile, La Casa de Cóconomirdoba sureste de Perú y las Borbón asume el y Buenos Aires), y cuatro islas Malvinas. imperio español gobiernos subordinados y transforma las a la autoridad directa dependencias del virrey (Montevideo, americanas Misiones, Chiquitos y en colonias. Moxos).
1809
1782
16 de noviembre de 1700
5 de mayo de 1808 14 de julio de 1806 El virrey Sobremonte huye a Córdoba, declarándola capital del Virreinato.
28 de junio de 1807 La segunda Invasión inglesa es derrotada.
Napoleón Bonaparte invade la Península Ibérica y luego de la abdicación de Carlos IV a su hijo Fernando VII, que no fue reconocido por el Emperador francés y entregó el poder a su hermano José Napoleón.
Fracasan las revoluciones en Chuquisaca y La Paz, que se enfrentaban al orden colonial.
25 de mayo de 1810 Se produce la Revolución de Mayo. Se crean las Provincias Unidas del Sur de América presidida por C. Saavedra. Mantenían su lealtad al rey Fernando VII de España, incluso hasta el 24/5 el Virrey Cisneros formaba parte de la Junta. Durante esos años se conforman diferentes gobiernos que no terminan de consolidarse por diferencias políticas entre los participantes.
28 de febrero de 1811
Enero de 1813
En Montevideo, nueva capital del Virreinato estalla el grito de Asencio, primera manifestación independentista.
La asamblea del año XIII se reúne para debatir sobre el futuro de las ex colonias (debatir la independencia, la sanción de una constitución y una forma de organización para las Provincias Unidas. Se crea el Directorio.
1813
1814
Los ejércitos criollos tuvieron importantes derrotas en Vilcapugio y Ayohuma. José de San Martín es nombrado General en Jefe del Ejército de los Andes.
El ejército realista avanza sobre territorio americano para recuperar sus colonias desde el norte del continente (Alto Perú) y Chile.
11 de diciembre de 1813 El Rey depuesto Fernando VII recupera su puesto, restaurando el absolutismo.
1815 Cae el Directorio luego de continuas sublevaciones, sobre todo, en el norte del territorio. El gobierno queda transitoriamente bajo el poder del Cabildo de Buenos Aires. Una Junta provisoria llama a que las provincias nombren diputados para formar una Constitución. Los representantes provinciales fueron elegidos a fines de ese año.
9 de julio de 1816 Se reúne el Congreso de Tucumán y se declara la independencia de la monarquía española.
dos visiones de la historia en debate
El Bicentenario M y el K
Claudia Ferri
N
o hay visiones imparciales del pasado, mucho menos inocentes. La historia nacional que se difunde en los manuales y en los actos escolares, en las fiestas patrias y en los discursos oficiales busca construir una “identidad nacional” que tendría en cuenta los intereses de los sectores explotados, los trabajadores. El Bicentenario M y el Bicentenario K son muestras claras de esto: los relatos, la simbología y la utilización política en el presente de estos festejos tienen una “mística” diferente pero no dejan de ser dos miradas que pretenden legitimar a las clases dominantes. A 200 años del 9 de Julio de 1816, los marxistas tenemos la tarea de desmitificar las versiones de la “historia oficial” y reflexionar acerca de la noción de independencia en un país como el nuestro.
El bicentenario M: una historia liberal y la visita de un Rey El macrismo va a concentrar los festejos del Bicentenario de 1816 en Tucumán, aunque se realizarán eventos en todo el país. El presidente comenzará las celebraciones el 8 de julio desde Humahuaca y, al día siguiente, encabezará un acto en la famosa Casa de Tucumán junto a todos los gobernadores (quiere mostrar un país federal), funcionarios políticos, judiciales y militares, representantes de la Iglesia. Pero lo que es realmente escandaloso es que invite nada menos que al mismísimo rey emérito de España Juan Carlos I. No pueden evitarse las comparaciones con la visita de Obama al cumplirse 40 años del último golpe de Estado en Argentina, promocionado por la CIA y los EE.UU. El relato oficial de Cambiemos presenta al Bicentenario como el festejo que dará inició al tercer siglo de los argentinos, el de la inclusión (“de todos
los argentinos” según las propias declaraciones del gobierno), luego de un primer siglo de organización y un segundo, de los derechos y de la democracia. Esta visión muestra una historia lineal y continua que oculta las contradicciones del proceso histórico – además de obviar por completo a las dictaduras militares del Siglo XX– y tiene como fin exaltar la imagen de los grandes “héroes de la patria”. Es una versión lavada de la “historia oficial mitrista”, la liberal, que desde el último cuarto del Siglo XIX se propuso construir un panteón nacional y delineó las políticas educativas necesarias para someter a las clases populares. Los grandes hitos en la historia que destacan como fundadores de la Nación argentina son: la revolución de mayo, la batalla de Caseros (en 1852, donde Rosas es derrotado) y la “Conquista al desierto”. En síntesis, la visión que Mitre y los liberales sostienen de la historia es la que reivindica a la oligarquía ganadera y a los comerciantes del puerto de Buenos Aires como los constructores del Estado. Los mismos que fomentaron la entrega y la dependencia al imperialismo inglés, y en el siglo siguiente, al estadounidense.
El Bicentenario K: ¿Un relato nac & pop? El kirchnerismo, en sus 10 años de gobierno, buscó instalar un discurso y una mística propia aprovechando los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810. Como parte de ese relato fomentó la reconciliación con las FF. AA. que encabezaron un gigantesco desfile militar el día 25, como ya lo habían hecho Menem en el 90 y De la Rúa en el 2000. A través de la creación del Instituto Manuel Dorrego (por decreto de CFK) se buscó recuperar la visión revisionista de la historia nacional, enfrentada a la liberal desde mediados de Siglo XX. El relato k partía de criticar la mirada
liberal del pasado y construir una nueva versión con otros próceres y otros hitos marcando hilos de continuidad con el presente: San Martin, Juan Manuel de Rosas, Yrigoyen, Perón y finalmente Néstor Kirchner. Pero ¿Qué tiene de popular esta historia? Nada. Aunque se mencione a los sectores populares, a las masas montoneras o a los grupos más marginales, el eje está puesto en personajes históricos como el propio Dorrego o Rosas, éste último fue uno de los hacendados más poderosos de Buenos Aires y jefe de la Mazorca (milicias rosistas que torturaban y asesinaban opositores). El pueblo no ocupa un lugar central sino que aparece siempre aliado a los dirigentes de la revolución (en el caso de 1810), a algún caudillo federal o más adelante, ligado a la emergente burguesía nacional. Como ya dijimos a la hora de contar la historia no hay ingenuidades: el relato K le da una impronta progresista a los sectores de las clases dominantes que retoma el revisionismo para reivindicar la conciliación de clases planteando los intereses que tienen común: una identidad nacional. El entonces gobierno kirchnerista necesitaba que “el pueblo” confíe en los sectores de la burguesía que éste representaba. Esta línea de interpretación histórica nacionalista y con tintes antiimperialistas no logró ocultar los negociados que los K impulsaron con las grandes corporaciones multinacionales que hoy continúan extrayendo salvajemente los recursos naturales de nuestro país, ni los acuerdos que realizaron con los “fondos buitres” y los bancos tenedores de la deuda argentina; tampoco pudieron ocultar su rol como pagadores seriales de la deuda externa. La versión liberal (la M) presenta a la oligarquía como democrática y moderna que supo comandar los destinos de la Nación y la revisionista (la K) presenta a la burguesía como una clase
Las estrofas del Himno Nacional que fueron censuradas por “agresivas” El himno nacional argentino, escrito por Vicente López y Planes en 1812 y compuesto por Blas Parera en 1813 sufrió importantes modificaciones hacia fines del siglo XIX. El entonces presidente Roca, en su segundo mandato, presentó un decreto el 30 de marzo de 1900 con la intención de “producir algunas alteraciones en el texto del Himno Nacional Argentino”. Los motivos que llevaron al gobierno oligárquico a censurar una serie de estrofas, en las que se referían a los españoles como tiranos y crueles, se debía a las constantes críticas que recibían por parte de los políticos y diplomáticos españoles que consideraban agresivas y violentas las referencias a la corona española. Una de las frases más conocidas que fue eliminada es “a sus plantas rendido un león”, retomada por el escritor Osvaldo Soriano para titular una novela en la que, en lugar de España, el gran león a rendirse (emblemático símbolo asociado a esta monarquía) era Inglaterra, vencedora de la Guerra de Malvinas. Tanto Roca como los liberales se hicieron eco del pedido español y, en función restablecer los lazos con la antigua metrópoli, se decidió a recortar el Himno, que contaba hasta ese momento con 10 estrofas y duraba 20 minutos en total. Pasó a durar tan sólo 3 minutos y medio. Este es un ejemplo más de cómo la clase dominante argentina se subordinó a los pedidos de España. Pero el mensaje no estaba exclusivamente destinado a la decadente monarquía colonialista sino más bien a los grandes imperios que dominaban el mercado mundial, sobre todo Gran Bretaña. Una de las estrofas censuradas fue:
“Se levanta en la faz de la tierra una nueva gloriosa nación. Coronada su sien de laureles, y a sus plantas rendido un león”.
progresista en la que tenemos que confiar. Ambas miradas, que supieron alternarse como “oficiales” dependiendo del gobierno que asumía el poder, sostienen en su discurso que transitamos “doscientos años de vida independiente”. Sin embargo, hoy en día, Argentina es un país semicolonial, como gran parte de las naciones sudamericanas, sometidas al capital extranjero. La independencia política de la monarquía española no le restó peso a la creciente dependencia económica primero de Inglaterra, en el siglo XIX, y después de EE.UU., en el siglo XX. Ninguna de las dos visiones expresa los verdaderos intereses de los explotados ni de la clase trabajadora. Por eso es muy importante que las nuevas generaciones de trabajadores y de jóvenes no sólo critiquen y cuestionen estas visiones de la historia sino también que adopten una propia, científica y materialista, como sólo el marxismo puede dar.
STAFF Claudia Ferri y Gabriela Liszt. contacto@laizquierdadiario.com
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