L O S FA R O S
Y OTRAS LUCES DEL MAR DE LA
PROVINCIA DE ALICANTE
LOS FAROS Y OTRAS LUCES DEL MAR DE LA
PROVINCIA DE ALICANTE
© Excma. Diputación Provincial de Alicante Edita:
Área de Promoción y Desarrollo Local Excma. Diputación Provincial de Alicante
© Textos: Juan Díaz Ortuño y José Bañuls Samper © Fotografías: Antonio García
Depósito Legal: A Diseño y Maquetación: NIPPERS Comunicación Asesoramiento Técnico: Editorial Caimari Impresión: Industrias Gráficas Libecrom. S.A.
Los Faros y otras luces del mar de la provincia de Alicante
T EXTOS : J UAN D ÍAZ O RTUÑO, J OSÉ B AÑULS S AMPER F OTOGRAFÍAS : A NTONIO G ARCÍA
J I
Faro del Cabo de La Nao
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Los Faros y otras luces del mar de la provincia de Alicante 011
Saluda de Presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll
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Saluda del Diputado Provincial, Juan Roselló Martínez
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Mapa de situación de los faros
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A modo de Presentación Juan Díaz Ortuño
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El Faro, una simbología mítica José Bañuls Samper
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Arriba del promontorio José Bañuls / Juan Díaz
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Farolas, puertos y enfilaciones José Bañuls / Juan Díaz
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Vigías del Mar, estrellas en tierra Juan Díaz 007
Faro del Cabo San Antonio
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Los Faros: Datos técnicos
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Faro del puerto de Denia Faro del Cabo de San Antonio Faro del puerto de Jávea Faro del Cabo de La Nao Faro del puerto de Moraira Faro del puerto deportivo de Les Basetes Faro del puerto de Calpe Faro del puerto deportivo Cabo Blanco Faro del puerto deportivo Luis Campomanes Faro del puerto deportivo Mar y Montaña Faro del puerto deportivo El Portet Faro del puerto de Altea Faro de Punta Albir Faro del puerto de Benidorm Faro de la Isla de Benidorm Faro del puerto de Villajoyosa Faro del puerto de El Campello Faro del Cabo de Las Huertas Faro del puerto deportivo Costa Blanca Faro del puerto de Alicante Faro del Cabo de Santa Pola Faro del puerto de Santa Pola Faro de la Isla de Tabarca Faro de la desembocadura del río Segura Faro del puerto de Torrevieja Faro del puerto deportivo de Cabo Roig Faro del puerto deportivo de la Dehesa de Campoamor Faro del puerto deportivo de la Torre de la Horadada
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Faro del Cabo San Antonio
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Presentación
Excma. Diputación Provincial de Alicante Los faros han representado desde la más remota antigüedad un punto de referencia en el que el marino situaba la seguridad de su nave para arribar a puerto, sano y salvo, con su tripulación y mercaderías o para salvar las adversidades de la costa. Desde la Diputación Provincial, con este libro pretendemos rendir homenaje y recuerdo a esas construcciones y a todos cuantos a lo largo del tiempo han contribuido con su trabajo y esfuerzo a que la luz de los faros y bocanas haya estado luciendo, bajo cualquier circunstancia, en los principales puntos de nuestras costas. Hoy día, los avances tecnológicos han hecho que los faros ya no supongan el diferencial entre la vida y la muerte, la felicidad o la tragedia. Pasa el tiempo y ahí están, impertérritos, cumpliendo su ancestral misión. Siguen llamándonos poderosamente la atención, desde el mar como desde la tierra. Y aunque su función principal ya no sea tan fundamental en la navegación de altura, el marino que costea -mercante, pescador o deportivo-, sigue sintiendo el destello de alivio cuando cruza frente a la luz de la bocana del puerto, rumbo a la seguridad de su amarre, o siente su aviso de la actitud de la costa. Los grandes faros de nuestra provincia viven, como la mayoría de faros de España, un periodo de transición rumbo a nuevas metas de funcionalidad. Puede ser que la soledad del farero quede sustituida por la curiosidad de un abigarrado grupo de turistas que hasta él acudan deseosos de pasar unos días sintiendo el esplendor de la mar desde la amanecida hasta el ocaso sobre el promontorio que lo alberga. Puede ser todo. Sea como sea, con este libro queremos preservar tanto la memoria del elemento, del faro, como la vida actual de nuestros faros y luces de puerto. A fin de cuentas, tributo y homenaje a nuestras gentes del mar. José Joaquín Ripoll Serrano Presidente
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Faro del Cabo de La Nao
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El libro
Excma. Diputación Provincial de Alicante Área de Promoción y Desarrollo Local
Cuando en el Área de Promoción y Desarrollo Local nos planteamos la idea de realizar una publicación que abarcara esas referencias tan importantes en la costa que son los faros, decidimos llevarla acabo bajo un concepto amplio e incluir en ella tanto a los grandes faros como a las farolas de los puertos y las luces de enfilación. La larga tradición marinera de nuestra provincia bien merecía una atención tan especial como ésta a esas luces de esperanza que acotan el mar. Acometimos la empresa con entusiasmo y encontramos en el equipo que ha realizado este trabajo, tanta ilusión en el proyecto como teníamos nosotros mismos. Y me consta que no siempre ha sido fácil acceder a determinadas documentaciones o a determinados lugares; se ha requerido constancia, imaginación y aptitudes físicas, especialmente por parte de quienes han hecho posible que las imágenes que ilustran esta publicación reúnan la belleza y plasticidad que sólo la profesionalidad consigue incluso corriendo algún riesgo físico. Y todo el conjunto gráfico va acorde con unos textos que en muchas ocasiones pasan de las cuestiones técnicas a la más pura narración literaria que, incluso, roza la vena poética, me atrevería a afirmar. Espero que disfruten con esta obra. Sería muy gratificante que llegue a ser un punto de referencia en su biblioteca por si alguna vez necesitan una luz de ayuda en su navegación personal.
Juan Roselló Martínez Diputado Provincial
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Faro del Puerto de Santa Pola
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Faros de la Costa de la Provincia de Alicante
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JUAN DÍAZ ORTUÑO
A MODO DE
PRESENTACIÓN Páginas 6 y 12: Faro del Cabo de La Nao
Páginas 8 y 10: Faro del Cabo de San Antonio
Página 14: Faro del Puerto de Santa Pola
Página 15: Faros de la Costa de la Provincia de Alicante Página 16: Faro de la Isla de Tabarca
I.- Faros Dicen que ya en la Odisea (siglo I a.C.), Homero habla de los faros. Cierto es que en el Canto XIX de la Ilíada se refiere a ellos: “Como aparece el fuego encendido en un sitio solitario de la cumbre de un monte a los navegantes que vagan por el mar, abundante en peces, porque las tempestades los alejaron de sus amigos; de la misma manera, el resplandor del hermoso y labrado escudo de Aquileo llegaba al éter”. Lo documentado es que libios y kutitas construyeron “torres de fuego” en las costas del bajo Egipto desde el siglo VIII a.C., si bien el faro más antiguo referenciado, en torno al año 650 a.C., es el de Sigea, en la costa occidental del Mar Negro, construido por los griegos y muy citado en los relatos sobre la Guerra de Troya. Las ayudas visuales a la navegación se remontan a los primeros intentos del hombre por explorar nuevas rutas para el comercio, alejándose considerablemente de la costa con sus embarcaciones. Durante el día los propios accidentes geográficos les servían de orientación pero durante la noche tenían que ayudarse de la luz emitida por algunas hogueras encendidas en puntos estratégicos suficientemente elevados para poder localizar la costa y regresar a puerto. Mas tarde, para que estas hogueras no se apagaran con la lluvia o el viento, las protegieron con algún tipo de estructura y después colocaron superficies reflectoras a su alrededor para que amplificaran la luz y fueran
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visibles desde mayores distancias. El dispositivo no era complicado pero exigía que alguien cuidara siempre de mantener el fuego encendido para que la ayuda estuviera siempre disponible y el navegante se sintiera protegido. Así nacieron los faros. Los faros son estructuras que tanto ayer como hoy señalan la situación de la costa a los navegantes. Antaño, en ellos se enseñó la ciencia de la hidrografía y del pilotaje, el arte de establecer el rumbo de la embarcación atendiendo a las constelaciones. Aún hoy quedan restos del antiguo faro fenicio de Akko, Acre; existen referencias del faro cartaginés del puerto de Lilibeo, en Sicilia; sabemos del famoso faro de Alejandría y de los construidos por Roma conocemos de la existencia de bastantes estructuras. La más famosa, para nosotros, la Torre de Hércules, en La Coruña. Faro (Pharos) fue una pequeña isla egipcia, situada frente a Alejandría. Dinócrates de Rodas la unió a tierra firme mediando un dique artificial, el heptastadion, que servía al mismo tiempo de paso y conducción de canalizaciones (agua). En la isla, en torno al siglo III a.C., levantó Sóstrato de Cnido, contemporáneo de Eratóstenes y Euclides -por orden de Ptolomeo II-, una fastuosa
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Página 18: Faro del Puerto de Benidorm Faro de la Isla de Benidorm
Páginas 20 y 21: Faro de Punta Albir
torre de señales que como una las 7 Maravillas del Mundo antiguo, señaló Antípatro de Sidón, ha pasado a la posteridad como el Faro de Alejandría. A partir de entonces, llamamos faro a toda construcción que recuerde la utilidad de aquella. Un terremoto acabó definitivamente con él en el siglo XIV. Como tal palabra, faro, llega al castellano con Covarrubias en 1611. El por qué de aquella construcción en el extremo oriental de la isla, el actual fuerte Kait Bey, se debe al importante tráfico marítimo de la zona y en las características de la costa egipcia: aluviones del Nilo que restaban profundidad entre breves y traicioneros arrecifes de caliza que sólo permitían canales de entrada difíciles de ver desde el mar. El faro de Alejandría reflejaba la luz diurna del sol y proyectaba la de su importante hoguera en las noches señalando el cobijo del puerto alejandrino. Fortaleza además de faro, el Faro constituía el eje de las defensas marítimas de la ciudad. Y más hacia el Oeste el sistema se veía prolongado por una larga línea de atalayas y faros que jalonaban la costa norteafricana y conectaban Egipto con su reino filial de Cirene. El tsunami del año 365 cambió la estructura de toda aquella costa.
II.- Un mediterráneo de faros. Los antiguos, que conocían bien el comportamiento climático estacional del Mediterráneo, a efectos de navegación, dividían el año en dos épocas: la época apropiada, el mare apertum, y la época en la que la navegación no estaba prohibida pero se intentaba evitar a menos que fuese imprescindible, el mare clausum. Así pues, la navegación antigua se desarrollaba básicamente en primavera y verano (mare apertum). Las indicaciones más precisas sobre la estación navegable proceden de Hesíodo (619-694) quien nos señala el otoño/
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invierno como una mala época para la navegación. Sobre la primavera hace unas advertencias de índole general, y sólo el verano lo señala como la época del año idónea para la navegación y, en concreto, reduce la temporada óptima a los 50 días que preceden a la caída de las Pléyades, es decir desde fines de julio a mediados de septiembre. Otros investigadores, aún partiendo de las indicaciones de Hesíodo, estiman que la temporada real debía alargarse algo más, entre la primavera y el otoño, es decir entre abril y octubre. Mucho respeto le tenían al Mediterráneo. Aún Andrea Doria (1466-1560), el almirante italiano al servicio de Carlos I, decía que “en el Mediterráneo hay tres puertos seguros: Cartagena, junio y julio”. Y ello a pesar de que el Mediterráneo ha ofrecido, y ofrece, grandes facilidades a los marinos para orientarse al ser un mar con elevadas montañas costeras y numerosas islas montañosas que han servido de puntos de referencia a los navegantes en los días de gran visibilidad, los más frecuentes en este mar. Con buen tiempo, eran muy escasos los trayectos en los que no se avistaba tierra. Sin embargo, la irregularidad de los vientos en el Mediterráneo ha dificultado la navegación y ha condicionado un mayor uso de las embarcaciones con remos, apoyándose en las corrientes.
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Faro de la Torre de la Horadada
Faro de la desembocadura del río Segura, en Guardamar del Segura Faro del Puerto Deportivo de Campoamor
En la navegación regional, con singladuras relativamente cortas, el correcto conocimiento de las referencias costeras juega un papel muy importante en la orientación. Seguramente la fundación de santuarios costeros en lugares referenciales para el marino pudo tener, entre otros fines, la de constituir marcadores relevantes de rutas. La documentación más antigua, tanto literaria como iconográfica, sobre la orientación de los marinos nos remite reiteradamente al vuelo de las de aves. En realidad, más que un sistema de validez universal para orientarse con respecto a los puntos cardinales, la práctica de soltar aves desde los navíos permitía conocer la dirección en la que se localizaba la costa más cercana, como narró Plinio El Viejo. A comienzos del primer milenio a.C. se generaliza en el Mediterráneo oriental la navegación con orientación astronómica. Sus inicios son difíciles de fijar, sin embargo, los propios griegos atribuían la innovación de la orientación astronómica a los fenicios y así la estrella polar era conocida entre los helenos como phoeniké (la estrella fenicia), lo que parece poner de manifiesto que éstos desarrollaron con anterioridad a los griegos una orientación astronómica, tal vez con conocimientos adquiridos en sus contactos con los egipcios del Tercer Milenio y, desde luego, con Mesopotamia. Antes de la llegada de la brújula a los bajeles que navegaban por estas costas, la orientación se realizaba por la posición del sol y las referencias de los accidentes geográficos (Mongó, Bernia, Puig Campana, Aitana, Maigmó, etc.). Al caer la noche, la orientación sólo provenía de la observación de la estrella Polar, en la Osa Mayor -la Estrella Fenicia-, pero la posición no se podía determinar sin referencia costanera. Hay quien dice que el calculador
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Página 24: Faro del Puerto Deportivo Costa Blanca
Página 25: Faro del Puerto de Villajoyosa
Faro del Puerto de Alicante
Astronómico de Antikitera servía a estos cometidos de navegación nocturna. Sin lugar a dudas, el kemal 1 árabe sirvió. Lo cierto es que los romanos sembraron de faros el litoral mediterráneo, de los cuales tenemos noticias por restos arqueológicos que desvelan su emplazamiento o por autores que mencionan su existencia. Tito Livio (59 a.C. – 17 d.C.; Libro XXVIII) relata la existencia de innumerables torreones en las costas de Hispania que tanto servían de atalayas de señales como de refugio y defensa contra ladrones. Pomponio Mela (siglo I a.C.) y Estrabón (63 a.C. – 19 d.C.) referencian varias faros de obra en nuestras costas. Algunos autores otorgan origen romano a los fundamentos del Faro de Santa Pola. Con la caída del imperio romano el comercio marítimo se paralizó y los países se aprestaron más a la guerra que al desarrollo social y económico. La irrupción del Islam en la península, ya que controlaban el norte de África, recuperó la tradición marinera. Como auxilio de los navegantes dispusieron y mejoraron, a lo largo de la línea de costa, las viejas atalayas, y construyeron más, en las que por la noche se encendían fuegos que les servían de orientación. Sencillo instrumento de origen árabe que servía para medir la altura de los astros sobre el horizonte. Consistía en una tablilla perforada en su centro con un agujero por donde pasaba un cordel anudado que el observador sujetaba entre los dientes. 1
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La tradición ptolemáica se recupera en Oriente en el siglo IX y se analiza críticamente. En cambio, en Occidente se pierde hasta que los sabios andalusíes la difunden en el siglo X. Gracias a las tablas astronómicas y los almanaques, los marinos árabes medievales podían conocer la longitud del Sol en una fecha dada; les bastaba, entonces, con calcular la altura del sol a su paso por el meridiano (operación que realizaban con la ayuda de un astrolabio o un simple cuadrante) para determinar así la latitud en la que se encontraban. Las tablas de declinaciones solares ya existían en al-Andalus desde el siglo XII, como las elaboradas por Ibn al-Kammad, que fueron utilizadas por Cristóbal Colón. Desde el siglo XI los marinos árabes utilizan la aguja imantada para guiarse, aunque la declinación magnética no se utilizara hasta el XV y desarrollan las primeras, y precarias, redes de faros portuarios, como el de Denia, y fuegos significativos en la costa para alertar de peligros como escollos y bajos. El califato de Córdoba estableció para el Mediterráneo un sistema portuario basado en tres ciudades arsenales; Almería, Denia y Tortosa, que tuvo dos siglos de vigencia.
III.- La costa mediterránea española Desde el siglo VI a.C. tenemos referencias griegas de nuestras costas: accidentes costeros y escasos informes de los pueblos del litoral. A finales del III a.C. comienzan los romanos a situarse en ellas. A la vista de estas referencias podemos inferir que la línea de costa era mucho mas recortada en la antigüedad y que su evolución en los dos últimos milenios la ha regularizado, formando la mayor parte de los deltas y llanu-
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Página 27: Faro del Puerto de El Campello
ras litorales actuales. El delta del Ebro, si es que empezaba a emerger, no constituiría un peligro para la navegación en tiempos de fenicios, griegos y romanos. Cuando Estrábon (siglo I a.C.), en el reinado de Augusto, redacta su famosa Geographiká (libro III, Iberia), aprovecha los datos suministrados por anteriores visitantes como Polibio de Megalópolis, Artemidoro de Éfeso, Posidonio de Apamea y Asclepiádes de Mirlea, cuatro grandes mentalidades de la ciencia helenística que conocieron bien las costas y el inmediato interior. Sin tener claro aún el por qué, pocos decenios más tarde cambia ya el aspecto de las costas. El mapa (Orbis pictus) que en tiempos de Augustus dirige Agrippa, y hace pintar en una de las paredes del “Porticus” de su hija en Roma, y la Chorographia que acompañó, como texto explicativo a dicho mapa, no dejó de influir directa y eficazmente en los escritores geográficos de su tiempo. Si romanos y árabes dominaron estas costas y marcaron su iluminación estratégica, al llegar la Edad Media se abandona todo y ni siquiera podemos hablar de puertos aún. El término puerto se refiere más a un lugar que a una realidad material, ya que la ausencia de infraestructuras portuarias fue nor-
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Página 28: Puerto de El Campello
Página 29: Faro del Puerto de Torrevieja Página 30 y 31: Faro de la Isla de Tabarca
mal en muchas ciudades costeras bajomedievales. En la Corona de Aragón sólo Mallorca y Alicante tenían muelles de piedra a fines del siglo XV, mientras Barcelona y Valencia, vieron fracasar sus intentos por mantener unos muelles de madera, de difícil y costosa conservación. La iluminación de la costa desaparece como tal y se dedica, sobretodo, al aviso de la presencia pirática. La verdadera iluminación de las costas comenzó con la Edad Moderna. Al puerto de la ciudad de Alicante le cabe el honor de haber sido el lugar donde se levantó el primer faro provisional para analizar lo que sería la normativa a aplicar una vez estatalizado el servicio de faros en 1835. En la segunda mitad del siglo XIX el impulso a la construcción de faros fue definitivo por la posibilidad de usar nuevos materiales y nuevas fuentes de energía. En España se constituyó en 1842 la Comisión Permanente de Faros y en 1847 se aprobó el primer Plan de Alumbrado Marítimo de las costas españolas del que proceden la mayor parte de los faros que hoy existen en nuestro país.
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Con la pérdida de las colonias hacia 1821, España vuelve los ojos hacia su suelo peninsular, pero la inestabilidad de la época tampoco permitió acometer las obras portuarias hasta la segunda mitad de siglo. Para fomentar el comercio marítimo se comienza por reconocer los puertos naturales, labor realizada por la Armada, Dirección de Hidrografía y otras instituciones. El siguiente paso fue el Plan General de Alumbrado de las Costas, de 1847, que conduce a la construcción de la red de faros y balizamiento de puertos naturales. Por el Real Arancel del Almirantazgo sabemos que el Impuesto de Linterna (luz de puertos, de 23 de diciembre de 1748) se aplica, al menos, desde 1833 en el Puerto de Alicante, cobrándose entre 1 y 12 reales por embarcación que recalara. Y en 1847 sabemos de luces de puerto, en los puertos de Alicante y Villajoyosa; de su altura y alcance (ambos,13 millas) y de los costos anuales de mantenimiento de la luz del Puerto de Alicante (4.800 reales), mientras que la de Villajoyosa era mantenido por los pescadores. A primeros del siglo XX aparece la crisis portuaria debido a la guerra arancelaria y a la filoxera, que arruinó los viñedos de Europa. Fue la primera crisis de la globalización y el comercio mundial se resintió durante décadas. El mundo marinero, dedicado al trasbordo desde las playas y embarca-
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Faro del Puerto de Moraira Faro del Puerto de Denia
Faro del Puerto de Calpe
deros a los buques fondeados, también entra en crisis. Los estibadores crearon potentes sindicatos cuya fuerza todavía persiste y que supone, en muchas ocasiones, un freno a la modernización de los puertos. La pesca, que era una actividad económica irrelevante, con apenas un 5% de población activa en 1895, para a ocupar el 30% de la población de los municipios costeros en 1925. Este cambio debido a sucesivas crisis sociales por la falta de industrialización, originó la creación de puertos de refugio para pescadores, que se concreta en un plan nacional de 1925.
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III.- Nuestros faros. En 1829, la Guía de los Marinos y descripción de todos los Faros, de Philip J. Coulier, sólo adjudicaba a España nueve luces permanentes y ninguna en nuestras cotas alicantinas, aunque cita la utilidad para tales cometidos y referencia en nuestro litoral la “torre roja de San Roque” (Cabo Roig), la “torre vieja”, la Torre del Cap Cervera, la Torre de la Mata, la Torre Talayola (en el extremo del Cabo de Santa Pola), las torres del “Algibe”, “Calabazina” y “Aguamarga”, camino del puerto de Alicante, la “Torre de Alcora” en el Cabo de la Huerta, las torres de “Isleta”, “Agua” y “Charco”, la “Torre Guibon, al Este de Villajoyosa, en un bajío”, “la punta de Benidorm”, la Torre d’Escaleta”, Torre Bombarda, la “Torre del Cap Negrete”, la “Torre de Moreyra”, la Granadella, la Torre del Cabo de San Antonio “a 2 millas del Cabo de San Martín”, la “Torre de Agua-Dulce, en el bajío de Punta Sardo” y la Torre Almadrava. Ninguna de ellas fijas, y no cita las de los puertos de Alicante, Villajoyosa y Denia. Tal vez por esta denuncia de oscurecimiento de nuestras costas durante 1847, el gobierno de la Reina Isabel II ordenó hacer un estudio sobre los sis-
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Página 34: Faro de la desembocadura del río Segura Página 35: Faro del Cabo de La Nao
temas de faros en Francia e Inglaterra y se dio cuenta de que España estaba muy atrasada en proveer faros amplios y modernos para sus marinos. En aquél año de 1847, sólo se contabilizaron “20 luces” permanentes en los puertos y costas de la España peninsular. La Reina entonces ordenó a su gobierno publicar un “Plan General para el Alumbrado Marítimo de las Costas de España”. El plan exigía el establecimiento de un Servicio de Faros formal a nivel nacional, y un incremento en el número de faros; de los 20 existentes a los 120 necesarios, más la instalación de los equipos de luces más modernos, incluyendo más lentes Fresnel. Esta modernización que España emprendió en 1847 es análoga a los cambios efectuados por la Junta de Faros Estadounidenses en 1852. La Memoria sobre el estado de las Obras Públicas en España en 1856, editada con motivo del 150 aniversario de la creación del ministerio de Fomento (en 2001) el capítulo quinto, dedicado a los faros, boyas y balizas, hace mención de las sumas invertidas en la construcción, sostenimiento, conservación y mejora de los mismos que, en número de cincuenta y cuatro, se hallan repartidos en todos los distritos marítimos excepto en el de las Islas Canarias. El desarrollo del sistema portuario peninsular fue tardío, especialmente en el Mediterráneo, debido fundamentalmente en la falta de soberanía sobre ese
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Página 36: Faro del Puerto Deportivo de Les Basetes Faro del Puerto Deportivo El Portet
Página 37: Faro del Puerto Deportivo de Cabo Blanco Faro del Puerto Deportivo Luis Campomanes
mar, y a la falta de refugios naturales en esta zona. Se suele achacar este retraso al monopolio de Cádiz para el comercio con América, pero creo que fue determinante la causa antes expuesta. El primer intento serio de organizar un sistema portuario se produce en el último tercio del siglo XVIII, en época de la Ilustración. Retrocediendo en el tiempo, la obra más antigua de la que se tiene referencia en utilidad de faro en nuestra provincia estaba en la Daniya islámica, hoy Dénia: la Torre de El Fortí de las Atarazanas dianenses; del siglo XI. También en Dénia el rey Fernando de Aragón (Fernando II de Valencia) ordenaba en 1510 la construcción de la Torre del Raset. Entre ambas situaremos la luz del Puerto de Alicante. Indudablemente, con fines no permanentes de ayuda a la navegación y con objetivos de vigilancia pirática, hemos de situar las torres de vigía de nuestra costa. Desde la Torre de la Horadada, en el límite con Murcia, hasta la dianense Torre de El Palmar, en Denia, la costa provincial contó con hasta treinta y siete torres de vigía (Coluier, en 1829, aún señala treinta y dos). Todas ellas tuvieron un sólido origen romano aunque sus referencias lleguen con la sobreedificación que se realizara en la Baja Edad Media y en siglo XVI por las órdenes del rey Felipe II.
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Página 38: Faro del Cabo de San Antonio Página 39: Puerto Deportivo Mar y Montaña
La costa alicantina tiene una longitud de más de cien millas, alternándose las costas bajas con las altas, especialmente en la mitad de su extensión longitudinal. El Cabo San Martín, en Jávea, divide la misma en dos senos; al norte, el golfo de Valencia, y al sur el viejo sinux ilicitanus. Legua a legua, las viejas torres jalonaban el litoral y mantenían sus cometidos, con sus turnos de descubierta y sus caminos de atajadores. Desde El Mojón, esa pequeña pedanía a caballo entre Pilar de la Horadada (Alicante) y San Pedro del Pinatar (Murcia) donde se ubica el mojón que separa ambas provincias, hasta la desembocadura del RaconsMolinell, nuestro litoral está abierto a los vientos del 2º Cuadrante y segunda mitad del Primer Cuadrante, presentando buenas ensenadas de abrigo contra los demás vientos. Por ello, la importancia de balizarlos. Esta breve semblanza arranca en 1850, con el faro de la Isla de Tabarca (1850-54), del Cabo de San Antonio (1855, aunque se trasladó de emplazamiento en 1861), del Cabo de la Huerta (1856), del Cabo de Santa Pola (1858), de Villajoyosa (1859), de Torrevieja (1862), de Altea (1863), de
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Dénia (1824) o del más reciente del Cabo de la Nao (1924) y de las enfilaciones de las instalaciones náuticas más modernas.
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Página 41: Faro de la Isla de Benidorm Faro del Puerto de Altea
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JOSE BAÑULS SAMPER
UNA SIMBOLOGÍA MÍTICA Página 40: Faro del Puerto Deportivo Costa Blanca, en Alicante
El faro es un elemento ancestral de ayuda a la navegación que hoy día, por efecto de los avances tecnológicos, ha dejado de ser esa necesaria asistencia que los marinos ansiaban encontrar en situaciones comprometidas de cabotaje, en las que vientos, corrientes o tormentas los habían alejado de sus rutas y necesitaban con urgencia la luz del faro para en la oscuridad de la noche, poder situar en la carta el punto exacto en el que se encontraban y así poder trazar un nuevo y seguro rumbo, que les llevase hasta su destino, librándoles de los peligros de escollos u otros albures de la navegación. Para el marino, el faro, como símbolo, como elemento imprescindible e intemporal de la mar, siempre supondrá la seguridad de reconocer por sus propios medios, con su vista y sus conocimientos, el lugar exacto donde la singladura le ha dejado. El faro es una realidad tangible, práctica y vital, pero los mares que lo rodean, las brumas durante el día y las sombras de la noche hacen que esta construcción humana alcance a veces, cotas de irrealidad. Un faro es una construcción enclavada en los límites. En los límites de la tierra, del mar y del cielo. El faro siempre está lejos del marino, pues por muy cerca que este vea su luz, por muy claro que le indique cual es su posición, esa misma luz del faro siempre está allá, a lo lejos, inalcanzable, en las alturas de un promontorio o un farallón, o en lo alto del muelle de abrigo de cualquier puerto de nuestro mar. De tal modo que la quimera cierta de su luz se confun-
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de con la sólida y vetusta fabrica de su construcción, capaz de aguantar los más fuertes temporales sin que la violencia de las olas y el viento le hagan más que centellear y vislumbrar entre chaparrones y aguaceros la inconfundible secuencia de su destello. Si metafóricamente las personas de tierra, necesitan un faro que les guíe y les ilumine, las personas de mar, necesitan un faro que les trasmita la sensación de firmeza de la tierra firme, de la seguridad del abrigo o del destino, sea este cercano o lejano. Que marque la ruta a seguir o el peligro a esquivar, que ayude, en definitiva, a la vida. Y hay algo muy cierto en la importancia de un faro. Este será tan importante como lo sea el mar que lo rodea y la costa de la que protege al navío desde donde lo vislumbran. El faro es tan importante como sean los caminos de la mar que pasan a su alcance. La mar inmensa siempre representa nuevos caminos por recorrer, pero en esos caminos la presencia perenne de los faros representa la seguridad de transitarlos, de volver una y otra vez a pasar bajo el alcance de su luz y de sentir la seguridad que su sola presencia transmite.
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Página 44: Faro del Puerto Deportivo de Campoamor Página 45: Faro del Puerto de Javea Páginas 46 y 47: Faro del Cabo de San Antonio
La mar es el máximo exponente de la grandiosidad, el sitio por excelencia donde todo ser humano puede alcanzar el sueño de perderse en el infinito, de transitar por una aparente ilimitada inmensidad, pero es axiomático que hasta la misma mar tiene sus límites, y durante siglos, a los marinos, a esos hombres que transitaban por un elemento de dimensiones no humanas como es la mar, los límites los marcaban las señales de los faros. El humo o la construcción durante el día y la luz durante la noche, esa luz que va y viene, esa luz que relumbra inaprensible pero real, que ilumina y que salva. El faro fue una realidad que dio comienzo, como ya se indica en otro capítulo de este libro, en nuestro propio mar Mediterráneo, hace casi 3.000 años. Ya el poeta Homero los inmortalizó cuando relató que bajo un faro que había en el cabo Sigeo, la flota ateniense buscó refugio, en unos días que el vate inmortalizó en sus dos grandes obras. La Iliada y La Odisea.
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Imagínense durante unos instantes, ¿qué no habrá transcurrido desde entonces hasta nuestros días, bajo la luz de los faros? ¿Qué acontecimientos en las vidas de miles y miles de marinos habrá tenido como protagonista esa centella de luz, parpadeante entre la escabrosa costa y la negrura profunda del mar? ¿A cuantos navíos llevó a buen puerto la ansiada y esperada luz del faro de su rompeolas, que prometía el remanso de una tranquila dársena nada más sobrepasar el destello de la luz de su bocana? ¿Qué ideas no se forjaron en la mente de inquietos viajeros acerca de lo que les esperaba más allá del refulgir de su luz, e incluso en los pensamientos de aquellos que únicamente navegaron con la fuerza de su mente, pero que día tras día contemplaban su luz fascinante desde la estabilidad de la tierra firme? Retornando a la simbología de los faros, conviene precisar que los estos han venido representando con el devenir de los tiempos, el progreso y la inventiva de los seres humanos. Hay faros que fueron catalogados como maravillas del mundo -ahí está el caso del Faro de Alejandría-, y también han existido modestos faros, alimentados por una humilde hoguera, que situados sobre toscas torres de defensa o en la cima de peñascos o farallones naturales -ahí está el caso de Calpe y el Peñón de Ifach-, han servido para ayudar a la navegación e incluso para ayudar a las gentes de tierra adentro, avisándoles de la llegada del peligro a bordo de bajeles enemigos.
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Página 48: Faro del Puerto Deportivo de El Portet Página 49: Faro de Punta Albir
Página 50: Puerto de Alicante Página 51: Faro del Puerto de Calpe
Faro del Puerto Deportivo Mar y Montaña
La evolución técnica de los faros siguió el mismo ritmo que el progreso del hombre. Los primeros faros eran, sin duda, simples hogueras encendidas en lo alto de un farallón estratégicamente situado para que al ver su luz, se pudiese regresar a puerto sin mayor peligro. El siguiente paso sería dotar a estos lugares de un elemento protector que permitiera mantenerlos encendidos aún en caso de lluvia o viento. La continuación fue dotarlos de elementos reflectores que ampliaran su luminosidad y fueran visibles desde mayores distancias. Todo ello era muy simple, pero necesitaba a alguien que lo cuidase y mantuviese, así nacieron los faros y los fareros. Del primer faro del que se tiene constancia es el ya mencionado de la isla de Faros –de ahí viene el nombre-, en Alejandría. El siguiente, aunque sin certeza, sería el Coloso de Rodas, situado en la entrada del puerto de aquella isla griega. De la época romana hay constancia del faro de Ostia, en el puerto de Roma; el de Marsella, en Francia o el de Dover en Gran Bretaña. Con la desaparición del Imperio Romano, el comercio marítimo decayó y no hay constancia de nuevos faros hasta los siglos XI ó XII. Fue a partir del 1600 cuando se retomó la idea de los faros, aprovechando la instalación de antiguas Torres Vigía, como en el caso de Porto Pí, en Mallorca.
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Las iluminación de las costas mediante faros, comenzó realmente durante el siglo XVIII con el aumento del comercio marítimo, lo que hizo necesario iluminar las entradas de los principales puertos, así como señalizar los peligros de las costas. En España fue durante el año 1842 cuando se constituyó la Comisión Permanente de Faros y en 1847 se aprobó el primer “Plan de Alumbrado Marítimo” de las costas españolas del que proceden la mayor parte de los faros que hoy existen en nuestro país. Junto a los tradicionales faros de cantería surgieron los faros metálicos mucho más ligeros como los del delta del Ebro. También es notable por sus dimensiones el de Cabo de Palos que albergó la Escuela de Torreros o el Faro de Trafalgar. Uno de los primeros avances tecnológicos fueron las lámparas en las que una mecha cilíndrica de algodón, rodeada por un tubo de cristal que regulaba el aporte de oxígeno a la combustión, absorbía el aceite por capilaridad. La mecha podía subir y bajar y la chimenea de cristal dirigía la corriente de aire hasta su extremo. La cantidad de luz emitida se aumentó poniendo varias mechas por lámpara, pero esto equivalía a consumir más aceite. Pronto se estudió la posibilidad de alimentarlas con distintos tipos de aceites más baratos y más fáciles de obtener. La energía eléctrica fue definitiva para alimentar las luces de los faros. Después de algunas experiencias en balizas se encendió el faro de Villano, en Vizcaya, primer faro eléctrico de nuestras costas que estaba dotado con una lámpara de arco. Así llegamos a las actuales
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Página 52: Faro del Puerto de Santa Pola Faro del Puerto Deportivo Luis Campomanes
Página 53: Faro del Puerto de Torrevieja
lámparas de incandescencia, haz sellado, halógenas, etc. y a las energías renovables como la fotovoltaica o la eólica para alimentarlas. En los faros de los puertos, resultaba cómodo y accesible el mantenimiento y el trabajo en los mismos, la cercanía a las poblaciones y el buen acceso hacían que el farero fuera, en la práctica, un trabajador más de la población. No se puede decir lo mismo de esos grandes faros situados estratégicamente en los lugares prominentes de la costa, que desde siempre han tenido asociados a su esencia, la figura del farero. La figura de la soledad elegida, del servicio a los demás desde el anonimato y el alejamiento. No hay que ir muy atrás en el tiempo para encontrar faros a los que únicamente se podía acceder por intrincados caminos, sólo aptos, como mucho, para el paso de caballerías, donde acarrear el combustible para alimentar la linterna y las provisiones para subsistir era a veces, tarea de titanes. Más difícil aún resultaba la vida del farero en los casos en que a su faro, única y exclusivamente se podía acceder por el mar. Aquí la presencia de mal tiempo, tormenta o tempestad podía hacer que el faro estuviese incomunicado durante días, afortunadamente en nuestro Mediterráneo las tormentas nunca tienen una duración mayor, como
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Página 54: Faro del Puerto Deportivo de Cabo Blanco Faro del Puerto de Alicante
Faro del Puerto Deportivo de Les Basetes Página 55: Faro del Puerto de Javea Páginas 56 y 57: Faro del Cabo de Las Huertas
ocurre en faros de otros mares, en los que la incomunicación por mal tiempo, podía durar semanas. Una vida solitaria y segura dentro de la robusta construcción del faro y de la casa del farero, habitualmente de piedra sólida que protegía y salvaguardaba tanto a la luz en si misma, como a su guardián. Pero una vida expuesta a mil peligros, nada más abandonar la fortaleza de su torre y las cuatro paredes, en algunos casos, de su vivienda. Faros hay que junto a su edificio, contemplan la soledad de un exiguo cementerio, de aquellos, fareros o sus familiares, que sucumbieron y dejaron la vida en la soledad de un farallón prominente o un aislado cabo. Todo cambia. Los faros ya no necesitan farero. Están controlados con máquinas y computadoras. Su luz ya no resulta tan imprescindible para garantizar el buen rumbo, pero a mi, desde la azotea de mi casa, me sigue resultando evocadora la luz verde de la bocana del puerto, y no digamos, cuando en las últimas horas de la noche, en esos momentos que el alba comienza a despuntar tímidamente por levante, los avatares del trabajo me llevan hasta el aeropuerto a tomar un avión que en escaso lapso de tiempo me situará en unas tierras lejanas. Pues bien, en mi ruta hacia el aeropuerto, cruzando las salinas, la luz del Faro de Santa Pola, me hace soñar en que hubo un tiempo, en el que el comienzo de un viaje como el que emprenderé en breve, tenía como obligada referencia las luces de otros faros, Cabo de las Huertas, San Antonio… que desde la borda de un vapor me indicaban con sus guiños luminosos, que al otro lado del mar, había alguien que me esperaba.
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ARRIBA DEL PROMONTORIO Página 58: Faro del Cabo de San Antonio
FARO DEL CABO DE SAN ANTONIO Este faro fue uno de los primeros en llevarse a cabo con arreglo al Plan de Alumbrado. Su base fue una desmochada torre de vigía ubicada en el Cabo de San Antonio, sucesora de anteriores construcciones defensivas y religiosas. El primero de enero de 1855 se puso en marcha como faro de 2º Orden y con un alcance de 19 millas, dotado con lámpara de corredera con mecanismo de relojería, utilizando aceite de oliva como combustible. Su primitivo emplazamiento provocaba sobras en la misma punta del cabo por lo que se ordenó su reemplazamiento al lugar actual, apagándose el faro el 15 de septiembre de 1861 para lucir de nuevo el 30 de octubre del mismo año en una nueva torre donde la linterna queda ahora a 174 metros sobre el nivel del mar. La primera reforma se produjo en 1914 y en 1926 se readaptó a la orden de faros de 1917 cambiando maquinarias y elementos. En 1960 se produjo su electrificación siendo nuevamente reformado en 1962. Albergó este faro el sistema de comunicaciones marítimas del Puerto de Alicante a través, desde 1885, de un semáforo de banderas. El sistema se sustituyó en 1894 y el edificio lo empleó la Estación costera de Telefónica.
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FARO DEL CABO DE LA NAO Por Real orden del primero de marzo de 1902 se dispuso la construcción de un faro en el punto más oriental de la provincia, el cabo de la Nao; el Promontorium Ferrariense de los romanos. En base a una larga serie de reclamaciones internacionales sobre la necesidad del mismo, en 1905 se ordenó acelerar el proceso administrativo. El 28 de mayo de 1928 se encendió por primera vez la linterna del más reciente de nuestros grandes faros provinciales. Se trató de un faro de los llamados modernos; alcance de 30 millas, óptica sueca y luz alimentada por acetileno, traído desde la Isla del Aire (Menorca) en la remodelación de aquél faro. Conserva el grupo original aunque desde 1961 está totalmente electrificado. El objetivo de entonces fue convertirlo en faro aeromarítimo; en un radiofaro con un alcance de 50 millas, operativo desde 1970. Aquí se había llevado a cabo en 1902 un experimento de telegrafía sin hilos con la isla de Ibiza y, posteriormente, en 1914 se efectuaron pruebas de telefonía sin hilos que animaron a ubicar aquí, de la mano de la CTNE (Telefónica), La Nao Radio. En la actualidad es punto de la Red Española DGS.
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Página 61: Faro del Cabo de La Nao
FARO DE PUNTA ALBIR El ingeniero Antonio Molina diseñó un faro de 5º Orden para uno de los puntos más altos de las Peñas de Arabí, cerca de las ruinas de la vieja Torre Bombarda, que también tuvo estos cometidos. Los planos tienen fecha de 1860. El objetivo era señalar en la noche la entrada en la rada de Altea que era fondeadero seguro y cuyo puerto desarrollaba una intensa actividad de exportación. La Real Orden de 29 de Enero de 1863 señala su primer encendido para el último día del mes de abril de ese año, como sucedió, pero convertido ya en faro de 2º Orden, con linterna a 111’91 metros sobre el nivel del mar. La lámpara original se alimentaba de aceite de oliva y veinte años después, en 1883, se alimenta de parafina. El 20 de abril de 1921 quedó adaptado a las reformas promulgadas en 1918 y reparado de los desperfectos que le habían causado el incendio del 2 de Enero de 1914 y por el fortísimo temporal del 2 de Enero de 1920. Con esta reforma, utilizó para la iluminación gas acetileno, que se fabricaba en el mismo faro, y así permaneció hasta que en 1950 cambió el gasómetro por petróleo y una lámpara Aladino (incandescencia por capilaridad). Una década después volvió al acetileno y quedó automatizado y agregado operativamente al Cabo de la Huerta. Desde 1984 cuenta con suministro energético por energía fotovoltaica.
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Página 63: Faro de Punta Albir
Página 64: Faro del Cabo de Las Huertas
FARO DEL CABO DE LA HUERTA / LAS HUERTAS El 15 de agosto de 1856 entró en funcionamiento, sobre la vieja torre del Cabo de Alcodre, como también se le llama, un faro de 4º Orden, con arreglo al primer plan estatal, que en 1918 era ya uno de los primeros en estar al orden del plan de modernización planteado en 1917. En 1921 se la instaló una luminaria de acetileno que se fabricaba en las propias instalaciones del faro con un gasómetro para carburo de calcio. En 1935 quedó electrificado. El 30 de enero de 1980 dispuso, en su última remodelación, de una nueva torre de hormigón para soportar la luminaria y la estructura del antiguo faro se recuperó para almacén-vivienda.
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FARO DEL CABO DE SANTA POLA Inicialmente fue programado como complemento del Faro de la Isla de Tabarca y por ello se le adjudicó una luz de 6º Orden. La torre sobre la que se asentó bien pudo tener un origen romano. Las traducciones e interpretaciones de la obra de Plinio, al hacer la descripción de esta costa, señalan el cabo con los nombres de Atalayón y del Aljibe (de l’Aljub), señalando siempre la presencia de una torre. Bien fuera aquella o una posterior, el caso es que se edificó sobre una de las torres costeras que por aquellos días se conocía como Talayola y fue inaugurado el 23 de enero de 1858, teniendo su linterna a 138 metros sobre el nivel del mar. Su primea lámpara fue de aceite y a ella siguieron las de parafina y vapor de petróleo. No fue hasta 1921 cuando se le empezó a dar más importancia que al Faro de la Isla de Tabarca y se acometió su reforma canibalizando elementos de otras instalaciones: el aparato mecánico llegó del Faro de Málaga y las lentes del faro ibicenco de Punta Grossa. En 2 de mayo de 1924 se puso en marcha ya como faro de 2º Orden. En 1958 se produjo su electrificación y quedó automatizado en 1984.
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Página 67: Faro del Cabo de Santa Pola
Página 68: Faro de la Isla de Tabarca
FARO DE LA ISLA DE TABARCA En 1850 el ingeniero Agustín Elcoro proyectó el faro incluido en el Primer Plan de Alumbrado de España. Se argumentó su necesidad por ser el lugar “teatro de frecuentes naufragios y desgracias que ocasiona el no ver la isla de noche a causa de su poca elevación”. Serviría para identificar la isla y como luz de costa. Se encendió por primera vez el faro el primero de junio de 1854. La maquinaria del primer faro oficial que se ponía en marcha en las costas alicantinas era mecánica, alimentado con aceite de oliva y linterna de Tercer Orden. En 1916 se acometió su primera reforma dotándolo de lámpara de incandescencia por vapor de petróleo y se retiró para de la maquinaria que había quedado afectada por una serie de movimientos sísmicos que habían afectado a su nivelación el año anterior. Desde el 13 de agosto de 1927 quedó supeditado al Faro del Cabo de Santa Pola y ante el mal estado del mismo en 1971 se programó su sustitución por una torre de hormigón de nueva factura. La linterna se trasladó a ella el 14 de marzo de 1988 y la vieja edificación permanece como elemento para albergar elementos de interpretación y actividades de la isla por su arquitectura muy lograda. Desde 1983 cuenta con instalación de energía fotovoltaica con paneles sobre el viejo faro.
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F A R O L A S
PUERTOS Y ENFILACIONES Página 70: Faro del Puerto de Denia
ENFILACIÓN DEL PUERTO DE DENIA De inicio ibérico como Diniu, la vinculación dianense al mar llega con la ciudad romana de Dianium. Las tropas de Sertorio establecieron en Diuanium una base naval en el siglo I a.C. Ya no dejó de ser importante centro de tráfico marítimo hasta la conquista cristiana en 1244. Aquella Daniyya contó incluso con atarazanas y luz de puerto. El geógrafo árabe AlIdrisi señaló su importancia y Martín Viciana (1564) lo dibuja, muy a las claras, como el actual. Reactivó su tradicional vinculación al mar en el siglo XVI. Pues bien, ahí en pleno puerto y fiel testigo de un tráfico marítimo, especialmente turístico, de primer orden, luce la farola del Puerto de Denia, en el mismo lugar desde que se ubicó allá por el 1847. Levantada sobre la vivienda del farero es una muestra del sistema de balizamiento del I Plan General. La obra original tuvo que esperar hasta el año 1862 para su inauguración, y su luz servía para balizar la entrada al puerto entre los bajos de El Caballo y la Androna. Estaba compuesta por un elemento Sautter, de 6º orden. El presupuesto de la construcción ascendió a la cantidad de 57.969 reales. La escollera Norte, hoy en día, arranca de la Punta del Raset y termina en morro circular con una luz.
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LUCES DE BOCANA DEL PUERTO DE JÁVEA Al pie de los acantilados del Cabo de San Antonio. El cabo, de día, y el faro del cabo, de noche, facilitan la localización del puerto. La ensenada de Jávea se halla comprendida entre el Cabo de San Martín y el Cabo de San Antonio. LUZ DEL PUERTO (luces de bocana) DE MORAIRA El Cabo Moraira ofrece una buena protección natural a este puerto, obra de finales de los setenta, que dispone de buen calado. El dique en forma de “L”, de 600 metros de longitud, en dirección al cabo, termina en luz de puerto. LUZ DEL PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) LES BASETES Entre el Cabo de Moraira y el Peñón de Ifach, en el litoral del municipio de Benisa se ubica este pequeño puerto que permite el atraque de 80 embarcaciones de poco calado y hasta 8 mts. de eslora en una dársena reducida situada justo en el linde de los municipios de Benissa y Calpe. Dispone de luces de bocana para la enfilada. LUZ DEL PUERTO (luces de bocana) de CALPE En la Contestania, se dice, fundaron los fenicios ciudades con los mismos nombres de las que abandonaron en su patria. Ante el peñón, tan parecido al de Gibraltar, fundaron Calpe y a la roca la llamaron Ifac, del Norte.
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Panorámica del Faro de la Isla de Benidorm
LUZ DE PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) PUERTO BLANCO Pequeño y abrigado, se localiza al sur de Calpe junto a una cala, con tráfico muy escaso dispone de 106 amarres. Por su entorno, es adecuado mayoritariamente para embarcaciones de pequeño calado. LUZ DEL PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) LUIS CAMPOMANES Quizás lo más característico es que está situado prácticamente, sobre el meridiano 0 (de Greenwich; Longitud: 00º 00’ 04” E), a los pies de un acantilado, como complemento a una urbanización, en la partida alteana del Mascarat. Dispone de 542 amarres para embarcaciones de hasta 30 mts. de eslora. Su máximo calado interior es de 7 mts. LUZ DEL PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) MAR Y MONTAÑA Situado entre l’Illa y l’Illot, a levante del Puerto de Altea este pequeño puerto, formado por dos espigones, solo es accesible para embarcaciones con un calado máximo de 1’5 mts. LUZ DEL PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) EL PORTET Pequeña dársena, para unos pocos amarres, de poco calado; uno de los puertos más pequeños de las costas españolas.
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LUZ DEL PUERTO (luces de bocana) DE ALTEA El puerto de Altea, de origen pesquero hasta 1977, comienza su remodelación a finales de los setenta para compartir uso deportivo desde principios de los ochenta. Aunque los pantalanes se inician en 1981, se inaugura su Club Náutico en 1985. Mantiene una actividad pesquera considerable. La bocana está abierta al sur y enfilada hacia la Punta del Albir. Las luces del puerto son bien visibles. Este puerto sirvió para el desembarco de las tropas del Archiduque Carlos, que en 1704 le concedió el título de Villa. Sus últimas actuaciones se desarrollaron en el año 2000. LUZ DEL PUERTO (luces de bocana) DE BENIDORM En la cara W de la punta de Canfáli, al pie de la iglesia de Santiago, arranca su dique de levante. En su interior amarran numerosos barcos de paseos turísticos, así como un oequeño Clun Náutico. FARO DEL ISLOTE DE BENIDORM El Plan de Estudios, Construcción y Reparación de las Obras Públicas para 1898-99, de fecha 12 de agosto de 1898, siendo director general de Obras Públicas Arias de Miranda, contempla una dotación de 600 pesetas para el proyecto del Faro del islote de Benidorm.
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Página 74 y 75: Faro del Cabo de La Nao Página 76: Faro del Puerto de Benidorm
El faro estuvo operativo en la década de los veinte; en realidad no es más que una baliza administrada por la Autoridad Portuaria de Alicante. El islote, Isla de los Periodistas, ha tenido aprovechamientos ocasionales relacionados con la pesca e igualmente de ocasional fue su ocupación humana. Los fareros introdujeron parte de una fauna doméstica que ha sido trasladada a tierra firme al convertirse en parte del Parque Natural de la Sierra Helada (11.03.2005). FARO DE VILLAJOYOSA / LUZ DEL PUERTO (luces de bocana) DE VILLAJOYOSA Tal vez fuera uno de los edificios más emblemáticos de hoy, por la estructura resultante del mismo. Villajoyosa, como se ha dicho en páginas anteriores, contaba con luz de puerto antes de la centralización de los servicios de señales marítimas en 1835, la primitiva luz estaba situada a 13’90 metros sobre el nivel del mar y tenía un alcance de hasta 2 leguas, según datos de Sánchez Terry. No obstante, con arreglo a la nueva reglamentación decimonónica, el 20 de febrero de 1859 entra en funcionamiento el primer faro vilero, de 6º Orden y 5 millas de alcance, diseñado por el ingeniero José María Borregón. Se trataba de un fanal normalizado que poco a poco consolidó su utilidad y envergadura,
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Página 78: Faro del Puerto de Villajoyosa
pasando a ser de obra, tenía una altura de 15’70 metros sobre el nivel del mar y un alcance de 5 millas y funcionaba con una lámpara moderadora de resorte para aceite de oliva, posteriormente sustituida por una lámpara Maris para petróleo y parafina. Los aparatos, óptico y linterna, eran franceses de la firma Lapaute, y costaron 6.044 pesetas. A su cuidado había dos torreros, se le llamó “Faro de Vista Alegre”, y dotándosele de franjas blancas y negras en 1914, a propuesta del comandante del cañonero “Temerario” para que pudiera ser más visible de día anunciando el fondeadero existente a sus pies. En 1918, ante la importancia que venía adquiriendo la actividad portuaria vilera se aprueban sendos proyectos de modernización y mejora en el alcance. Así, llegará a La Vila un torreón de fundición, que se añadirá al cuerpo de mampostería existente, para albergar el nuevo fanal, entrando en servicio el 17 de Abril de 1921. El 8 de febrero de 1942 este faro quedó electrificado y consiguió, con nueva maquinaria, un alcance de 15 millas. Pero en junio de ese año se anunció la suspensión de su actividad; una tempestad lo había dejado inservible al socavar los terrenos donde se asentaba. Un nuevo temporal, en agosto de 1945 hizo colapsar la estructura aún existente y el temporal del 15 de febrero de 1949 no dejó ni rastro del que fuera Faro de Vista Alegre. En 1949 se inició la escollera que mantiene la actual luz de puerto.
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LUZ DE PUERTO (luces de bocana) DE EL CAMPELLO Está situado al S de la Illeta. Este puerto dispone de 370 amarres para embarcaciones de hasta 15 mts. de eslora. Su calado máximo es de 3 mts. LUZ DE PUERTO DEL PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) COSTA BLANCA Situado en la Playa de la Cova, en la ensenada de la Albufereta, es un pequeño puerto con un largo espigón que dispone de 230 amarres para pequeñas embarcaciones con una eslora máxima de 9 mts., su calado máximo es de 3 mts. FARO DEL PUERTO DE ALICANTE Estatalizado el servicio de faros desde 1835, Alicante, como dijimos, tiene el orgullo de haber sido el lugar donde se levantó el primer faro con arreglo a aquella primera normativa. Fue una instalación provisional, pero no sería el primer faro que tuvo el puerto alicantino. Tenemos referencias de que aquí ya se cobraba el impuesto de luz de linterna, creado el 28 de enero de 1833. El Puerto de Alicante tiene Privilegio para tal otorgado en 1271 por Alfonso X el Sabio, “Puerto de Castilla” y su espigón de piedra empezó a construirse en 1476. En 1803, según proyecto del ingeniero Manuel Miralles, se inició la prolongación del muelle que terminó albergando el faro.
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Panorámica en las proximidades del Faro de Punta Albir
El primer faro, más allá de la luz de puerto primigenia, fue un diseño de 1842 del ingeniero Elías Aquino; una estructura de madera de 33 metros de altura cuya maqueta fue exhibida en la Exposición Universal de París de 1868. Se trató de una estructura provisional muy vistosa, de color amarillo con herrajes negros. El aparato de aquél faro terminó sus días sobre la estructura del Cabo de las Huertas. La bahía alicantina quedaba balizada por los cabos de Las Huertas, Santa Pola y Tabarca, por lo que a partir de 1850 no tenía sentido el faro en el puerto de Alicante y se optó por las balizas de bocana, Así, el primero de noviembre de 1855 se emplazó un fanal sideral al final del muelle de Levante, con cúpula y cupulín de bronce esférico, coronado por una rosa de los vientos y linterna de petróleo que sería reemplazada por otras más potentes en 1869 y 1883. Como el puerto iba ampliándose, la Junta del Puerto pidió el 18 de agosto de 1908 un nuevo fanal en el extremo del rompeolas que fue inaugurado el primero de septiembre de 1912; se trataba de un castillete metálico para albergar una maquinaria de 4º Orden, que en 1915 conseguía dotación de nuevas y mejores lámparas de vapor de gasolina y que en 1925 sería electrificado. Aquél castillete sufrió varios traslados: en mayo de 1934 fue repuesto en la prolongación del dique y en 1977 sufrió una importante remodelación. Aquél
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faro de hierro fundido fue pionero en su tiempo y referente para los faros metálicos del Delta del Ebro construidos en 1864 por el Ingeniero Lucio del Valle. Hoy luce su renovada imagen junto a la vieja estación de Benalúa. LUZ DEL PUERTO (luces de bocana) DE SANTA POLA La actividad pesquera, los envíos de sal y la construcción naval crearon una actividad que determinó la construcción de abrigos hasta la conversión en puerto. En el último tercio del XX llegó el auge de la construcción náutica de recreo. El primitivo puerto, de impronta romana, fue el Portus Ilicitanus que se mantuvo operativo hasta el siglo V. Hasta mediados del XVI no recuperará su actividad y el puerto nacerá como tal a finales del XVIII y siempre al socaire del puerto de Alicante. A mediados del XIX se configura la rada y en 1911 se prolongan los muelles. En 1935 y 1953 se desarrollaron mejoras. En 1972 se fundó el Club Náutico, inaugurándose las instalaciones en 1981. Una nueva marina se incorporó en 2005. LUZ DEL PUERTO (luces de bocana) DE GUARDAMAR (Marina de Las Dunas) Utiliza el puerto la margen derecha de la desembocadura del río Segura y fue inaugurado en 1999.
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Página 83: Faro del Puerto de Santa Pola
LUZ DEL PUERTO (luces de bocana) DE TORREVIEJA El 31 de marzo de 1862 los numerosos barcos de todo tipo que abarrotaban el fondeadero de la bahía de Torrevieja, y los que navegando con sus velas desplegadas buscaban el inseguro refugio de la bahía, tuvieron la primera luz que les guiaba hasta el fondeadero. Un aparato dióptrico de luz fija y de color rojo, que alcanzaba a verse desde 4 millas de distancia. Esto supuso un importante avance, pues la bahía de Torrevieja, que aún no disponía de puerto propiamente dicho, siempre se encontraba repleta de pailebotes, bergantines, goletas y navíos de todo tipo, que mantenían un incesante tráfico de cabotaje y de navegación de altura. La luz del faro les ayudaría extraordinariamente en las recaladas y en mantener la posición en las aciagas noches de levante tormentoso. El faro contaba con vivienda para el farero, situada junto a él y diseñada siguiendo el patrón común de la época. Un edificio rectangular de 101’6 m2. de superficie. Casi cien años después, este edificio fue derruido para levantar otro en su lugar. El foco luminoso se alzaba 10’2 metros sobre el nivel del mar, y 6’2 sobre el suelo. Estaba situado sobre una columna de hierro. La pequeña linterna era cilíndrica y dorada. Fanal y óptica -fabricadas por Letourneau- fueron compradas en Francia y su precio alcanzó las 6.100’75 pesetas. Su lámpa-
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Faro del Puerto de Torrevieja Dique de Levante
ra, Maris, se puso bajo cuidado de un farero que accionaba el mecanismo para subirla y bajarla, según las necesidades del servicio. El primer cambio le llegó al Faro el 1 de junio de 1919. Su óptica fue sustituida por un sistema de pantallas, que giraban movidas por un motor de resorte, aumentándose su alcance hasta las 10 millas y su luz dejó de ser fija, pasando a ser de ocultaciones, blancas y equidistantes. El 28 de junio de 1942, esta farola cesó en su funcionamiento, siendo sustituida por las nuevas luces, que hasta la fecha balizan los espigones, tanto de levante como de poniente, del puerto que finalmente y para tranquilidad de la población, fue construido. La antigua casa, siguió siendo la vivienda del farero, y el paso del tiempo hizo necesaria su reparación. Así en el año 1951, el Ingeniero Jefe, Sebastián Canales Mira-Percebal, firmó el proyecto de reparación de la vivienda, argumentando: “El edificio primitivo, construido al pie de la antigua luz de arribada al cargadero de la sal, a poca altura sobre el nivel del mar, como consecuencia de la elevación de rasantes que originan las obras del puerto en construcción, precisa modificar su altura para ponerla a nivel de dichas obras y evitar que quede inhábil”.
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Página 86: Luz del Puerto Deportivo de Cabo Roig Página 87: Puerto Deportivo de la Torre de la Horadada
Para la ejecución de las obras, el Ministerio aprobó un presupuesto de 46.263 pesetas. LUZ DEL PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) DE CABO ROIG Instalación deportiva portuaria al abrigo del cabo del mismo nombre como complemento de un desarrollo turístico urbanístico. LUZ DEL PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) DE CAMPOAMOR Llama la atención por su estructura semicircular adaptado a la orografía del lugar, en una de las calas de la costa oriolana. LUZ DEL PUERTO DEPORTIVO (luces de bocana) DE TORRE DE LA HORADADA Aprovechando la protección que ofrecía la Punta de la Horadada surge esta instalación deportiva, la situada más al Sur de la provincia alicantina, ya lindando con la vecina Región de Murcia.
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Paginas 88 y 89: Un barco de crucero entra en el Puerto de Alicante
BIBLIOGRAFÍA: Derrotero de las Costas del Mediterráneo. Instituo Hidrográfico de la Marina. Ministerio de Defensa. Faros y Señales de Niebla. Instituo Hidrográfico de la Marina. Ministerio de Defensa. Náutica. Agència Valenciana del Turisme. Gneralitat Valenciana.
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VIGÍAS DEL MAR
JUAN DÍAZ ORTUÑO
ESTRELLAS EN TIERRA Página 90: Faro del Cabo de Santa Pola
El faro, en su otero, siempre se ha debatido en esa dualidad que supone ser vigía del mar en el día y estrella en tierra cada noche. Silencio y paz sólo rotos por el batir de las olas o el fragor del temporal. Antaño anclados en la soledad son hoy sinónimo de remanso de belleza junto al mar y de indudable atractivo turístico. En posición dominante, avanzadilla hacia el inmenso azul, los faros cautivan. Son mudos testigos de historias, del paso del tiempo, de señal de arribada, de avances tecnológicos, de románticos paseos, de vidas abnegadas y trágicas páginas de la historia local que, en ocasiones traspasa la frontera de los hechos. Inhiestos siguen, puntuales a su cita, cumpliendo cada día su cometido, desde tiempos remotos. Este paseo por los faros de las costas alicantinas contiene retazos de belleza sin igual. Tal vez no consigan nuestros faros la espectacularidad de construcciones similares por los Siete Mares, pero encierran cautivadoras estampas de lugares emblemáticos, y suelen ser herederos de siglos de tradiciones, a veces, en el mismo exacto lugar. Ninguno de ellos está tan cargado de historias y vivencias como el Faro de Orchilla, en la Isla de El Hierro, cuyo farero se armó para defender “la raya”, el Meridiano 0, que en 1883 los ingleses se adjudicaron para Greenwicht; ni como la neoyorkina Estatua de la Libertad, que fue faro de 1886 a 1902 con una lámpara de arco eléctrico en su antorcha; ni como “La Linterna” del puerto de Génova (siglo XII); ni como otros muchos faros patrios del Cantábrico, de las costas catalanas, de las Islas
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Baleares o de los bajíos andaluces, algunos espectaculares. Tampoco ninguno de los nuestros tendrá referencias para ser ese “faro del Fin del Mundo” que orgullosos se adjudican algunos como el de Finisterre, el de San Juan de Salvamento, en la argentina Isla de los Estados, que inspirara la obra de Verne, o el del Cabo de Hornos, el más austral y chaparro del mundo. A ninguno de ellos le cabe tener a sus pies la divisoria de océanos, como el sudafricano Faro del Cabo Agulhas, con el hito que separa el Atlántico del Índico. Ninguno exhibe la belleza desolada y melancólica del faro de la Punta de Sagres o la pétrea silueta del de Formentor, en el mirador de El Colomer, ni a ninguno le han cantado como al de Capdepera. Pero por encima de todo, los de este libro, son nuestros y en ocasiones muy desconocidos. Son nuestros tesoros costeros; piedra sobre piedra y soledad frente al mar, edificados en lugares de fascinante belleza, en armonía con su entorno y esperando ser parte de nosotros. Las luces de nuestros faros, como las de todos, se repiten como cadencia de su sólida respiración; guiños de luz que se lanzan hacia la oscuridad en busca de unos ojos que ansían verlos; despiden o saludan singladuras mientras son
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Faro del Puerto de Calpe Faro de Punta Albir
Faro del Puerto de Moraira
Faro del Puerto de Altea
Faro del Puerto de Benidorm
ejemplos de rutina que comienza con el atardecer y de manera impertérrita no se altera con nada hasta el nuevo día. Pero ninguno es igual: la luz, las luces, su color, los destellos, su duración y régimen, los periodos de oscuridad y luminiscencia, en matemática combinación detallada en mapas, libros, registros y almanaques, pone nombre y referencia a cada uno de ellos. Tan importante resulta el gran faro como las sencillas balizas que marcan el puerto; las que señala el camino del arrumbe franco puerto, o el camino a las embarcaciones que abandonan el refugio portuario para faenar en caladeros y regresan a él para subastar su esfuerzo. Aquellas que permanecen al final de las aescolleras rodeadas de mar cerca siempre de las playas. Unos y otras son nuestros faros; el más humilde también reclama su protagonismo. Difícil resulta acceder a nuestros faros. Automatizados como están, tal vez sería bueno que volvieran a sentir la presencia humana, a retomar parte de la esencia primigenia que animó su construcción, a ser lugares de ciencia náutica y astronomía, a recobrar vida e incluso a albergar ocio y relax como componente turística.
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Página 94: Faro del Cabo de Las Huertas Página 95: Luz de bocana del Puerto Deportivo de Cabo Roig Páginas 96 y 97: Faro del Cabo de Santa Pola Página 98: Antigua Farola del Puerto de Alicante
Sería bueno recordar la vida de los fareros, los tiempos del aceite de oliva, de la parafina de Glasgow, del carburo o del petróleo; incluso de la primera electricidad. Conocer a Argand y sus lámparas, a Fresnel y sus ópticas, a Holmes y sus generadores, a Dotty y sus mechas… y otros tantos que brindaron evolución y revolución tecnológica. Saber de la soledad y del encierro, de las anécdotas, de los temporales, de una forma de vida casi ya olvidada. No sé a qué esperamos para poner en marcha en nuestro mediterráneo turístico una inactiva similar al Programa Europeo Al-Light (Atlantic Lighthouses) de recuperación y uso público de faros. Les busca utilidad alternativa y los convierte en recurso y atracción turística, lo que les otorga un nuevo vector de vida en los ámbitos cultural y turístico. Miles de turistas buscan cada año el atractivo de un faro puesto que en cada uno de ellos se vive una vieja historia. El único faro del litoral alicantino que está al alcance de unos pocos es, por el momento, el de Punta Albir convertido en prestigioso galardón del Festival de Cine de l’Alfàs del Pi. Los demás permanecen inmóviles, en su otero, frente al mar. Hoy los hemos querido recordar.
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LOS FAROS DATOS TÉCNICOS
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FARO DEL PUERTO DE
DENIA
Situación: 38º 50’ 09’’ Latitud Norte 0º 07’ 05’’ Longitud Oeste Elevación: 13 metros Alcance: 5 millas Construcción: Torre exagonal de color verde Señales: Luz de 0’5 seg, oculta durante 1,5 seg. (2 veces) Luz de 0’5 segundos, oculta durante 6 segundos.
Faros Cercanos. Norte: Faro del C.N. de Oliva: 11’40 Millas Náuticas Faro del Puerto de Gandía: 15’39 M.N. Sur: Faro de San Antonio, a 4’34 M.N. Faro del Puerto de Jávea: 5’29 M. N.
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FARO DE
SAN ANTONIO Situación: 38º 47’ 02’’ Latitud Norte 0º 11’ 08’’ Longitud Oeste Elevación: 175 metros Alcance: 26 millas Construcción: Torre blanca y edificio Señales: Luz de 0’2 segundos, oculta durante 3’1 segundos (3 veces). Luz de 0’2 segundos, oculta durante 9’9 segundos. Visible en un sector de 240º Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Denia: 4’34 M.N. Sur: Faro del Puerto de Jávea: 0’70 M.N. Faro del Cabo de La Nao: 4’40 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
JÁVEA
Situación: 38º 47’ 07’’ Latitud Norte 0º 11’ 02’’ Longitud Oeste Elevación: 11 metros Alcance: 5 millas Construcción: Torre troncocónica verde sobre base blanca Señales: Luz de 0’5 segundos, oculta durante 2’5 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Denia: 5’29 M.N. Faro de San Antonio: 0’70 M.N. Sur: Faro del Cabo de La Nao: 4’40 M.N. Faro del Puerto de Moraira: 11’40 M.N
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FARO DEL
CABO DE LA NAO Situación: 38º 44’ 00’’ Latitud Norte 0º 13’ 08’’ Longitud Oeste Elevación: 122 metros Alcance: 23 millas Construcción: Torre octogonal blanca y casa blanca Señales: Luz de 0’2 segundos, oculta durante 4’8 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro de San Antonio: 4’70 M.N. Faro del Puerto de Jávea: 4’40 M.N. Sur: Faro del Puerto de Moraira: 5’85 M.N Faro del P. D. de Les Basetes: 8’20 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
MORAIRA
Situación: 38º 41’ 02’’ Latitud Norte 0º 08’ 03’’ Longitud Oeste Elevación: 10 metros Alcance: 4 millas Construcción: Torre cilíndrica blanca con bandas verdes. Señales: Luz de 1 segundo, oculta durante 2 segundos Luz de 1 segundo, oculta durante 2 segundos Luz de 1 segundo, oculta durante 7 segundos Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Jávea: 11’40 M.N. Faro del Cabo de La Nao: 5’85 M.N. Sur: Faro del P. D. de Les Basetes: 2’70 M.N. Faro del Puerto de Calpe: 5’20 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
LES BASETES Situación: 38º 39’ 06’’ Latitud Norte 0º 05’ 03’’ Longitud Oeste
Elevación: 6 metros Alcance: 1 milla Construcción: Torreta troncocónica roja sobre base blanca Señales: Sin información disponible
Faros Cercanos. Norte: Faro del Cabo de La Nao: 8’20 M.N. Faro del Puerto de Moraira: 2’70 M.N. Sur: Faro del Puerto de Calpe: 3’10 M.N. Faro del P.D. Cabo Blanco: 4’42
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FARO DEL PUERTO DE
CALPE
Situación: 38º 38’ 02’’ Latitud Norte 0º 04’ 01’’ Longitud Oeste Elevación: 13 metros Alcance: 3 millas Construcción: Torre troncocónica verde Señales: Luz de 0’5 segundos, oculta durante 3,5 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Moraira: 5’20 M.N. Faro del P. D. de Les Basetes: 3’10 M.N. Sur: Faro del P. D. Cabo Blanco: 1’50 M.N. Faro del P. D. Luis Campomanes: 3’54 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
CABO BLANCO Situación: 38º 38’ 01’’ Latitud Norte 0º 02’ 01’’ Longitud Oeste Elevación: 7 metros Alcance: 3 millas Construcción: Torre cilíndrica roja Señales: Actualmente sin información
Faros Cercanos. Norte: Faro del P. D. de Les Basetes: 4’42 M.N. Faro del Puerto de Calpe: 1’50 M.N. Sur: Faro del P. D. Luis Campomanes: 2’35 M.N. Faro del P. D. Mar y Montaña: 3’00 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
LUIS CAMPOMANES Situación: 38º 37’ 07’’ Latitud Norte 0º 00’ 03’’ Longitud Oeste Elevación: 6 metros Alcance: 4 millas Construcción: Torre cilíndrica verde sobre base blanca Señales: Luz de 1’5 segundos, oculta durante 4’5 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Calpe: 3’54 M.N. Faro del P. D. Cabo Blanco: 2’35 M.N. Sur: Faro del P. D. Mar y Montaña: 0’80 M.N. Faro del P. D. El Portet: 1’55 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
MAR Y MONTAÑA Situación: 38º 37’ 04’’ Latitud Norte 0º 01’ 01’’ Longitud Oeste
Elevación: 7 metros Alcance: 1 milla Construcción: Columna verde sobre base blanca y sillería Señales: No disponibles en la actualidad
Faros Cercanos. Norte: Faro del P. D. Cabo Blanco: 3’00 M.N. Faro del P. D. Luis Campomanes: 0’80 M.N. Sur: Faro del P. D. El Portet: 0’90 M.N. M.N. Faro del Puerto de Altea: 2’81 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
EL PORTET Situación: 38º 36’ 09’’ Latitud Norte 0º 01’ 08’’ Longitud Oeste
Elevación: 6 metros Alcance: 1 milla Construcción: Torreta cilíndrica verde sobre base blanca Señales: Luz de 1 segundo, oculta durante 2 segundos Luz de 1 segundo, oculta durante 5 segundos Faros Cercanos. Norte: Faro del P. D. Luis Campomanes: 1’55 M.N. Faro del P. D. Mar y Montaña: 0’90 M.N. Sur: Faro del Puerto de Altea: 2’00 M.N. Faro de Punta Albir: 3’12 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
ALTEA
Situación: 38º 35’ 02’’ Latitud Norte 0º 03’ 02’’ Longitud Oeste Elevación: 12 metros Alcance: 4 millas Construcción: Torre octogonal verde Señales: Luz de 0’2 segundos, oculta durante 1’8 segundos Luz de 0’2 segundos, oculta durante 1’8 segundos Luz de 0’2 segundos, oculta durante 3’8 segundos Faros Cercanos. Norte: Faro del P. D. Mar y Montaña: 0’90 M.N. Faro del P. D. El Portet: 2’00 M.N. Sur: Faro de Punta Albir: 1’40 M.N. Faro del Puerto de Benidorm: 6’90 M.N.
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FARO DE
PUNTA ALBIR Situación: 38º 33’ 08’’ Latitud Norte 0º 03’ 00’’ Longitud Oeste Elevación: 112 metros Alcance: 15 millas Construcción: Torre cilíndrica blanca y casa Señales: Luz de 1’5 segundos, oculta durante 4’5 segundos Luz de 1’5 segundos, oculta durante 4’5 segundos Luz de 1’5 segundos, oculta durante 13’5 segundos Faros Cercanos. Norte: Faro del P. D. El Portet: 3’12 M.N. Faro del Puerto de Altea: 1’40 M.N. Sur: Faro del Puerto de Benidorm: 5’40 M.N. Faro del Islote de Benidorm: 5’60 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
BENIDORM Situación: 38º 32’ 01’’ Latitud Norte 0º 08’ 01’’ Longitud Oeste
Elevación: 7 metros Alcance: 3 millas Construcción: Torreta verde y caseta blanca Señales: Luz de 0’5 segundos, oculta durante 2’5 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Altea: 6’90 M.N. Faro de Punta Albir: 5’40 M.N. Sur: Faro del Islote de Benidorm: 1’88 M.N. Faro del Puerto de Villajoyosa: 4’48 M.N.
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FARO DEL ISLOTE DE
BENIDORM Situación: 38º 30’ 01’’ Latitud Norte 0º 07’ 08’’ Longitud Oeste
Elevación: 60 metros Alcance: 7 millas Construcción: Torre troncopiramidal blanca Señales: Luz de 0’3 segundos, oculta durante 2’7 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro de Punta Albir: 5’60 M.N. Faro del Puerto de Benidorm: 1’88 M.N. Sur: Faro del Puerto de Villajoyosa: 4’20 M.N. Faro del Puerto de El Campello: 12’69 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
VILLAJOYOSA Situación: 38º 30’ 04’’ Latitud Norte 0º 13’ 02’’ Longitud Oeste
Elevación: 14 metros Alcance: 4 millas Construcción: Torre octogonal verde sobre base blanca Señales: Luz de 0’5 segundos, oculta durante 2’5 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Benidorm: 4’48 M.N. Faro del Islote de Benidorm: 4’20 M.N. Sur: Faro del Puerto de El Campello: 9’00 M.N. Faro del Cabo de las Huertas: 12’39 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
EL CAMPELLO Situación: Dique exterior 38º 25’ 07’’ Latitud Norte 0º 23’ 01’’ Longitud Oeste
Elevación: 8 metros Alcance: 4 millas Construcción: Torre trapezoidal de hormigón, pintada de color verde sobre base blanca Señales: Destello luz verde. Luce: 1 segundo. Oculta: 2 segundos Faros Cercanos. Norte: Puerto de Villajoyosa: 9’00 M.N. Faro del Islote de Benidorm: 12’69 M.N. Sur: Faro del Cabo de las Huertas: 4’60 M.N. Faro del P. D. Costa Blanca: 6’90 M.N.
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FARO DEL
CABO DE LAS HUERTAS Situación: 38º 21’ 02’’ Latitud Norte 0º 25’ 03’’ Longitud Oeste Elevación: 38 metros Alcance: 14 millas Construcción: Torre cilíndrica blanca Señales: Luz de 1 segundo, oculta durante 2 segundos (4 veces) Luz de 1 segundo, oculta durante 6 segundos Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Villajoyosa: 12’39 M.N. Faro del Puerto de El Campello: 4’60 M.N. Sur: Faro del P. D. Costa Blanca: 2’30 M.N. Faro del Puerto de Alicante: 4’48 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
COSTA BLANCA Situación: 38º 21’ 07’’ Latitud Norte 0º 26’ 04’’ Longitud Oeste
Elevación: 6 metros Alcance: 1 milla Construcción: Columna blanca y verde Señales: Sin información actualmente
Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de El Campello: 6’90 M.N. Faro del Cabo de Las Huertas: 2’30 M.N. Sur: Faro del Puerto de Alicante: 3’05 M.N. Faro del Cabo de Santa Pola: 9’40 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
ALICANTE Situación: 39º 19’ 07’’ Latitud Norte 0º 29’ 04’’ Longitud Oeste
Elevación: 9 metros Alcance: 6 millas Construcción: Estructura triangular metálica pintada de color verde, con linterna verde. Señales: Luz de 1’5 segundos, oculta durante 3’5 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del Cabo de Las Huertas: 4’48 M.N. Faro del P. D. Costa Blanca: 3’05 M.N. Sur: Faro del Cabo de Santa Pola: 7’00 M.N. Faro del Puerto de Santa Pola: 19’76 M.N.
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FARO DEL CABO DE
SANTA POLA Situación: 38º 12’ 06’’ Latitud Norte 0º 30’ 08’’ Longitud Oeste
Elevación: 152 metros Alcance: 11 millas Construcción: Torre cuadrangular blanca sobre casa blanca Señales: Luz de 0’2 segundos, falta durante 2’6 segundos Luz de 0’2 segundos, falta durante 8’4 segundos Luz de 0’2 segundos, falta durante 8’4 segundos Visible en un sector de 280º Faros Cercanos. Norte: Faro del P. D. Costa Blanca: 9’40 M.N. Faro del Puerto de Alicante: 7’00 M.N. Sur: Faro del Puerto de Santa Pola: 3,57 M.N. Faro de la Isla de Tabarca: 2’93 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
SANTA POLA Situación: 38º 11’ 01’’ Latitud Norte 0º 33’ 08’’ Longitud Oeste
Elevación: 9 metros Alcance: 4 millas Construcción: Torre octogonal blanca y verde sobre base blanca Señales: Luz de 0’5 segundos, oculta durante 4’5 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Alicante: 19’76 M.N. Faro del Cabo de Santa Pola: 3’57 M.N. Sur: Faro de la Isla de Tabarca: 4’32 M.N. Faro del P. D. de Guardamar: 5’63 M.N.
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FARO DE LA ISLA DE
TABARCA Situación: 38º 09’ 09’’ Latitud Norte 0º 28’ 03’’ Longitud Oeste
Elevación: 29 metros Alcance: 15 millas Construcción: Torre cuadrangular de sillería sobre casa blanca Señales: Luz de 4 segundos, oculta durante 2 segundos Luz de 2 segundos, oculta durante 2 segundos Faros Cercanos. Norte: Faro del Cabo de Santa Pola: 2’93 M.N. Faro del Puerto de Santa Pola: 4’32 M.N. Sur: Faro de Guardamar: 8’42 M.N. Faro del Puerto de Torrevieja: 15,75 M.N.
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FARO DE
GUARDAMAR Situación: 38º 06’ 07’’ Latitud Norte 0º 38’ 03’’ Longitud Oeste Elevación: 8 metros Alcance: 5 millas Construcción: Soporte octogonal de homigón, de color rojo Señales: Luz roja de 0’5 segundos, oculta: 1’5 segundos Luz roja de 0’5 segundos, oculta: 1’5 segundos Luz roja de 0’5 segundos, oculta: ’5 segundos Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Santa Pola: 5’63 M.N. Faro de la Isla de Tabarca: 8’42 M.N. Sur: Faro del Puerto de Torrevieja: 9’80 M.N. Faro del P. D. de Cabo Roig: 13’90 M.N.
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FARO DEL PUERTO DE
TORREVIEJA Situación: 37º 57’ 09’’ Latitud Norte 0º 41’ 20’’ Longitud Oeste
Elevación: 15 metros Alcance: 7 millas Construcción: Torre octogonal de sillería Señales: Luz verde de 0’5 segundos, oculta durante 3’5 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro de la Isla de Tabarca: 15’75 M.N. Faro del P. D. de Guardamar: 9’80 M.N. Sur: Faro del P. D. de Cabo Roig: 4’00 M.N. Faro del P. D. de Campoamor: 5’10 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
CABO ROIG Situación: 37º 53’ 09’’ Latitud Norte 0º 44’ 08’’ Longitud Oeste
Elevación: 8 metros Alcance: 4 millas Construcción: Poste metálico pintado de color verde Señales: Luz de 1 segundo, oculta durante 3 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del P. D. de Guardamar: 13’90 M.N. Faro del Puerto de Torrevieja: 4’00 M.N. Sur: Faro del P. D. de Campoamor: 1’23 M.N. Faro del P. D. de Torre de la Horadada: 3’15 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
CAMPOAMOR Situación: 37º 53’ 09’’ Latitud Norte 0º 44’ 08’’ Longitud Oeste
Elevación: 8 metros Alcance: 4 millas Construcción: Poste metálico blanco con bandas verdes Señales: Luz de 1 segundo, oculta durante 3 segundos
Faros Cercanos. Norte: Faro del Puerto de Torrevieja: 5’10 M.N. Faro del P. D. de Cabo Roig: 1’23 M.N. Sur: Faro del P. D. de Torre de la Horadada: 2’12 M.N. Faro del Pto. de San Pedro del Pinatar: 4’66 M.N.
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FARO DEL PUERTO DEPORTIVO
TORRE DE LA HORADADA Situación: 37º 51’ 09’’ Latitud Norte 0º 45’ 04’’ Longitud Oeste Elevación: 8 metros Alcance: 4 millas Construcción: Columna cilíndrica blanca con bandas verdes Señales: Grupo de destellos de 10 segundos de duración: L 0’5 oc 1’0 - L 0’5 oc 1’0 - L 0’5 oc 6’5 Faros Cercanos. Norte: Faro del P. D. de Cabo Roig: 3’15 M.N. Faro del P. D. de Campoamor: 2’12 M.N. Sur: Faro del Pto. de San Pedro del Pinatar: 2’67 M.N. Faro del Canal del Estacio: 7’70 M.N.
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