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elprograma

emas Aire Acondicionad as de provision de Ag provision d ovisio

AREAS TECNICAS SUSTENTABLES DEL EDIFICIO.

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Planta potabilizadora de agua

Sistema doble de recirculacion de aguas grises

Sistema de tratamiento de aguas negras y grises

Sistema de calentamiento y calefa ccion de agua solar

Sistema de enfriamiento natural (puede ser llegando a la napa)

Sistema de captacion de energia mediante paneles fotovoltaicos y banco de baterias.

(4) De acuerdo a la resolución funcional se deben resolver la cantidad de ascensores y montacargas como asi también las escaleras.

(5) Se considera aproximadamente un 10% de la superficie cubierta destinada a circulaciones horizontales y verticales.

(6) Podra disponerse de un piso técnico exclusivo para todos los sistemas o generar áreas espacificas en diferentes áreas del edificio.

Vectores De Sentido

La complejidad de la época y de las circunstancias particulares de una localización, de unas preexistencias, y de unas lógicas o ilógicas institucionales hacen que a veces nos encontremos con constructos inconclusos, inciertos, abandonados, no por obsolescencia o cambio de función sino por una suerte de fracaso anticipado de un proyecto institucional de alguna manera utópico o fallido, pero construido, lo que en su momento dimos en llamar una “utopía fáctica” como esta construcción de una parte de un pabellón para una “Ciudad Universitaria” de la Universidad Nacional de Tucumán en el Cerro San Javier, próximo a la ciudad de Tucumán, en la pequeña provincia del mismo nombre, en la década del ’50 del siglo XX.

Llegar hasta allí fue un hecho en parte determinado por el azar. Circunstancias que producen las invitaciones y los intercambios académicos. Y también la necesidad, en este caso del vice decano de la Facultad de Arquitectura de la UNT de entonces, arquitecto José Sala, de mostrarnos esa “ruina moderna” que se hallaba allí, a medio construir, en los cerros tucumanos. La emoción que nos produjo, en dos momentos distintos, a Cristián Nanzer y a mí fue similar. Producto de “El Azar y la necesidad” , como el título de un viejo libro de un biólogo francés llamado Jacques Monod, una dupla potente y misteriosa que nos lleva a diversos lugares del conocimiento. Algo especial y particular había sucedido allí y queríamos entender de que se trataba. Y cual podría ser el sentido contemporáneo de revisitarlo y reconsiderarlo.

Nos dejó pensando, y decidimos volver. Esta vez con el curso de 5º año de nuestro nuestro Taller Mediterráneo de la FAUD UNC, con las Cátedras asociadas de Estructuras y Equipamiento, para tratar no sólo de entender que había sucedido allí, sino también para intentar volver a poner ese proyecto inconcluso en tiempo presente. Eso implicó escuchar historias curiosas, y nos llevó a familiarizarnos con nombres de diversos arquitectos que iban y venían de Buenos Aires a Tucumán, de Italia, que pasarían algunos por Córdoba y otros terminarían en Estados Unidos, ricos y famosos o en el mas crudo ostracismo. Cosas que produce la arquitectura y sus éxitos o sus fracasos, y ruinas “modernas” como estas de las que nos hemos querido ocupar.

En este “viaje”, no sólo hacia la geografía tucumana, sino hacia nuestro pasado como nación, nos interesó reconocer partes de nuestra Argentina mal llamada interior, y esa pieza de arquitectura didáctica como una metáfora de un país que no fue. Que estuvo atravesado por viejas teorías de los “polos de desarrollo” -que hubo algunos-, y que resulta altamente educativo y estimulante reconocer esas realidades y comprender esas circunstancias que hicieron que las cosas fueran de una manera y no de otra. O sea, volver la mirada sobre intervenciones particulares en el territorio con una idea de desarrollo singular. Singular sin que necesariamente las mismas fueran meramente extractivistas y/o depredadoras de recursos naturales. O meras “islas de abundancia y segregación” en entornos pobres. Ello no sería nada novedoso por otra parte. A todo eso alude por exceso o por omisión ese barco moderno sin mar encallado en los cerros tucumanos.

Recuerdos Del Futuro

Nuestro GPS se movió entre ciertas coordenadas para plantear los interrogantes sobre la reprogramación contemporánea del territorio y las ciudades en casos llamados terciarios como el que nos ocupa (o sea un tipo de equipamiento de servicios en un predio de una universidad pública). Así, nuestras nuestras especulaciones e indagaciones giraron alrededor de cierto abanico de posibilidades: a) la economía del conocimiento y su universalización; b) el desarrollo de un tipo de turismo educativo en sus diversas facetas y modalidades; c) la investigación científica y tecnológica básica y aplicada y su divulgación; d) el desarrollo de la actividad deportiva de alto rendimiento y de inclusión social; e) la protección de la naturaleza, defensa del medio ambiente y cultivos alternativos, jardines botánicos y reservas de flora y fauna; f) desarrollo de industrias limpias, plantas de reciclado, etc.; g) sedes culturales y recreativas. ¿Posibilidades y oportunidades contemporáneas? Quién sabe.

En un contexto local y global a la vez -“glocal” le llaman algunos- encontramos este “Objet trouvé”. Que tuvo a su vez una mirada y una escala “regional” en su concepción inicial. En una reserva verde de la UNT de 14 mil hectáreas en el Cerro San Javier. Uno de los sentidos iniciales principales es que ciertas praxis proyectuales se encuentran en estos formatos de aproximación a las realidades multiformes de las territorialidades: todo es multiescalar, hay paisajes operativos, accesibilidades, constructos, tectónicas del propio territorio, cosas para imaginar, estructuras para evaluar y ponderar, la realidad fáctica es la preexistencia principal que hay que comprender para poder dialogar con ella y sus actores, para encontrar posibilidades de intervención. Difícil no perderse en ese “magma”. entender la realidad y sus coordenadas, cierta historia esencial, el rastreo tipológico, el proyecto institucional, las condiciones topológicas del emplazamiento, las eventuales razones del fracaso para caracterizar las huellas en la idiosincrasia en los actores del presente, para evitar que opere la mera nostalgia como vector de sentido en un proyecto necesariamente contemporáneo y en consecuencia, situado en unas posibilidades y necesidades seguramente muy diferentes. El territorio que habitamos está también fuertemente antropizado: la agricultura, los caminos, los tendidos ferroviarios, eléctricos, los transportes, los diques, la producción de energía.

“Geografía Infraestructural es el nombre de una ciencia inventada que podría atender esta idea de pensar sostenible el mundo a través de la construcción de cualquiera de sus piezas tenga la escala que tenga y para ello, cerramos el círculo, proponiendo la transferencia de ida y vuelta de todas las disciplinas interesadas en tal proyecto entre las cuales, la arquitectura tendrá que conquistar su papel” . Creo que cada vez será mas costoso para la sociedad contemporánea, y para la sociedad futura, en todos los órdenes, usar y tirar las cosas, se impone, por razones cada vez más obvias, reusar, reciclar, refuncionalizar y transformar. Lo cual no significa dejar todo como está ni nada por el estilo. Tiene que ver con el reuso de los materiales, de las partes, de los contenedores edilicios, de viejas estructuras para nuevos usos, de resignificar partes de edificios para constituir nuevas totalidades.

Esa es la primera aproximación:

La comprensión de estos factores excede ampliamente la categoría de “contextos”. En el proyecto contemporáneo nos parece pertinente llamarle a esto el “usufructo de las externalidades”. Significa una visión más holística, integral del proyecto, diríamos hoy interactiva con una multiplicidad de variables que en otro momento histórico -los ’70- algunos autores como Christopher Alexander denominaban “arquitectura sistémica” o nuestro más cercano Mario Corea Aiello postulaba como un “diseño transfuncional”. Y en esa última palabra clave -transfuncional- estaba el meollo del tema: superar la nominación unidireccional funcionalista, reduccionista de un período de la arquitectura un tanto opaco, y abrir un conjunto de registros y variables más complejas de las cuales debía hacerse cargo la arquitectura contemporánea para interpelar los desafíos de su época.

Indagar sobre territorios existentes que nos ayuden a identificar los conceptos de organizaciones, las tácticas geopolíticas, y las estrategias de su arquitectura, a través de la hibridación de la infraestructura. La creciente necesidad de innovar en la intersección de distintos sectores, mercados y áreas del conocimiento, la tendencia cada vez más acusada de mezclar cosas para generar nuevas soluciones. Se abren así nuevos caminos, que se basan en la mezcla, en conectar piezas antes aisladas, con una infraestructura de soporte. Así podremos fusionar productos o áreas del conocimiento y arquitecturas con dispositivos de servicio, entre los que no existía ninguna conexión reconocida. Como escribe Isabel Allende en una de sus últimas novelas: “…la curiosidad y el deseo son recursos naturales renovables” … No solo necesitamos sumar conocimientos, sino que se trata de multiplicar probabilidades.

Este tipo de ejercicio es reconocer las partes de esa Nación, sus recursos desperdiciados u olvidados, la necesidad de ponerlos en valor. Y para ello en primer lugar conocerlos, verlos, tocarlos, recorrerlos, medirlos, intervenirlos, soñarlos mejores. En consecuencia, ensayar proyectos concretos en sus dos dimensiones: programáticas y técnicas. De las primeras ya hemos hablado, tienen que ver con la pertinencia de lo propuesto, pero es importante no recaer en el equívoco funcionalista o sociologista de como interpretar este concepto de pertinencia pues es usual que en los talleres de arquitectura esta cuestión sea malinterpretada y derive en enormes pérdidas de tiempo que generan especulaciones no específicas que distraen el sentido del trabajo disciplinar y en consecuencia el necesario aporte interdisciplinar.

Recentramiento T Cnico

Si podemos postular un campo específico disciplinar es la relación, la articulación entre actividad albergada y ámbito albergante. Si sólo hablamos de actividades albergadas necesarias podemos hablar de una “sociología de las actividades”, de un “diseño institucional” de los programas. No necesariamente es trabajo de un arquitecto. Si solo nos referimos a constructos sin importar para que sirven, que finalidad o función tienen, sólo cómo piezas matéricas no de cobijo de ciertas actividades podemos hablar de esculturas y/o “instalaciones”, o sea prescindir absolutamente de su finalidad. Quizás hoy podemos discutir de una manera más compleja los conceptos de programa como la capacidad adaptativa de determinadas tipologías a lo largo del tiempo.

Por ello incluso hemos ampliado de una manera interesante el concepto mismo de programa, comenzando con los lugares como programa. Hasta conceptos tipológicos y topológicos de contenedores híbridos, de superposiciones programáticas, de soportes e infraestructuras como arquitecturas complejas y multiescalares. Y del peso cuali – cuantitativo de estructuras, conectividades y servicios en las arquitecturas contemporáneas.

Todos estos son temas que van a tratar de superar miradas de estas arquitecturas

“modernas” pensadas de manera un tanto binaria hace casi 70 años en lo que hace a cuestiones como la relación interior-exterior, control climático, cierta sobre-determinación funcional, etc. Esta pieza es interesante en sí misma como registro de un momento de la arquitectura, que intenta abordar la escala del territorio “salteando” la ciudad histórica -quizás la incomprensión más evidente del movimiento moderno- y las implicancias en el urbanismo y en el proyecto urbano contemporáneo en particular de estos formatos.

Y por cierto es interesante la reinterpretación contemporánea de esto y sus estrategias de “remediación” con “tácticas de microurbanidad” y tambien de “híbridos rururbanos”. Todos formatos que nuestros jóvenes profesores y estudiantes más desprejuiciados de hoy están dispuestos a experimentar. Pues precisamente de ello se tratan estas prácticas proyec- tuales: recuperar el taller para la experimentación proyectual por sobre las retóricas del deber ser como material principal de la construcción de conocimiento. arquitectura y las artes, o al menos la dificultad de articulación real entre los saberes y su necesaria precisión.

¿Qué implica esto en términos prácticos? reconstruirlo graficamente en 2D, reconstruir sus secciones y sistemas de cargas gravitatorias en maquetas de estudio y a partir de allí ver sus posibilidades de soporte, de aptitud para diversos comportamientos posibles, incluidas las alteraciones escalares, las discontinuidades y las nuevas articulaciones. Y el comportamiento de la pieza en términos no sólo mecánicos sino termodinámicos . Y en el otro extremo, reconstruir el soporte con nuevas maneras de abordar la modelización del territorio y su paisaje.

El aspecto esencial para el abordaje de esta pieza es partir de su propia naturaleza tipológica determinada por el binomio estructura y función: la primera como albergante de ese doble peine con un pasillo central para alojar en lo esencial las residencias estudiantiles como parte de un proyecto mayor de campus. Hasta allí parece un planteo muy limitado para reformular sus programas de reutiliza ción. Pero las primeras sorpresas que nos depara la sección transversal, aunque diferentes a lo efectivamente construido, muestran que precisamen te allí se encuentran las primeras y más importantes posibilidades de reinterpretación de los diagramas de cargas gravitatorias para producir otras posibilidades de este objeto como ámbito albergante de otros programas de usos.

Como solemos decir, nuestro desafío es poder transformar ese enorme entusiasmo por aprender arquitectura,

(texto) Alejandro Cohen Titular Arquitectura 6A, Adjunto Arquitectura 5B

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