4ยบ ESO
VERSIONANDO CUENTOS
EL LISTILLO Y EL EMPOLLÓN Como
siempre,
escuelas, todo
de
el
en
todos
todas
los
mundo
las
lugares, existen
de los
“empollones” y los “listillos”. En mi instituto también los había. Álvaro popular
era
el
al
que
adoraba
y
se
gracias.
Por
típico
todo
el
reían
otro
lado
chico mundo
de
sus
estaba
Sergio, que se dedicaba a estudiar y seguir estudiando. Un día, como todas las mañanas, Sergio entraba por el comedor e iba a su clase, pero hoy era diferente del resto. El curso comenzaba hoy. Al entrar a clase, Álvaro saludó a Sergio con una zancadilla y dijo: - Ahí van mis deberes del curso: ¡Andando! – Gritó al ver caminar a Sergio. Así fueron todas las mañanas hasta que Sergio decidió plantarle cara: - Tus deberes los haré yo, pero los exámenes no los puedo hacer por ti – A lo cual Álvaro continuó con una carcajada. Sergio, al verlo reírse, cabreado contestó:
- Cuando yo tenga un futuro y tú no tengas nada, a ver quién al
se
ríe
mas
considerar
como
un
sus
reto,
Hagamos
un
Álvaro,
–
palabras
le
dijo:
trato,
el
– que
saque mejores notas al final de
curso
tendrá
disfrazado
de
que
pollo
venir
durante
la última semana de curso. Sergio
aceptó
la
apuesta
y
se
preparó para la clase.
Aquello fue muy sonado durante todo el mes entre nosotros, los alumnos y los profesores. Pasaba
el
tiempo
asignaturas, en
sus
y
Álvaro
ponía
todo
su
empeño
en
sacar
las
aunque él nunca en su vida había puesto tanto esfuerzo
estudios.
En
cambio,
a
Sergio,
que
estaba
acostumbrado
a
estudiar, no le costaba tanto como a Álvaro que es el típico “popular” del instituto. Todos los alumnos estaban desconcertados por el hecho de esa apuesta, que
para
Álvaro
era
todo
un
reto.
Tras
el
hecho
de
ese
suceso,
los
alumnos decidieron hacer apuestas, ya que era algo increíble para ellos. La
mayoría
apostaba
por
Álvaro,
pero
otros,
creían que no iba a conseguir su propósito.
sabiendo
cómo
era
él,
Pasaba el curso y Sergio iba estudiando día a día y poniendo todo su tiempo libre a ello, en cambio Álvaro se cansó de esforzarse tanto y pensó: - ¡Bah! Me he cansado, voy a estudiar los últimos días y seguro que aprobaré con mis chuletas
y ganaré la apuesta.
Se acercaba la semana de los
exámenes finales
y Álvaro todavía no
había estudiado nada. Él prefería pasar las tardes con los amigos por los parques en vez
de dedicarse a los estudios. Todos los alumnos estaban
atentos a Álvaro y a Sergio, ya que era el tema del curso. Un
día,
Álvaro
y
Sergio
se
cruzaron
por
los
pasillos,
se
miraron
fijamente y dijo Álvaro: - ¿Preparado
para
perder
la
semana
que
viene?
Porque
el
que
mejores notas va a sacar soy yo, claramente- burlándose de él. Sergio, enfadado, contestó: - Ya veremos; quien ríe el último, ríe mejor. Llegó
la
semana
esperada
para
todos,
Álvaro
había
estudiado
muy
poco, pero él no estaba preocupado porque iba a hacer trampas (como siempre). Pasaron los días y los dos hicieron todos los exámenes. La gente estaba muy curiosa por saber quién había ganado la apuesta. Sergio llegó a clase, preocupado, para saber sus notas, ya que él no quería hacer el ridículo delante de todos sus compañeros. Álvaro llegó a clase pensando: -Copiando es todo más fácil, seguro que he ganado. ¡Soy el mejor! Cuando la profesora vio que estaban todos los alumnos en el aula repartió las notas a sus alumnos y dijo:
- La media de Sergio es ocho y medio. Felicidades- dijo la profesora. - La media de Álvaro es un nueve y medio. Álvaro, al ver que había superado a Sergio, dio un salto de alegría, pero la profesora le miró y dijo - No cantes victoria, muchachito- dijo la profesora enfadada. – ¿Pero por qué, profesora? Si he aprobado y, lo mejor de todo, voy a disfrutar de un buen espectáculo la última semana, ¿no es así pollo? Dijo Álvaro burlándose de Sergio. - Nada de eso muchachito. Has hecho trampas durante los exámenes y por lo tanto quedas totalmente suspendido- dijo la profesora. – - ¿Cómo? Gritó Álvaro enfadado. Los alumnos, al ver que Sergio había ganado la apuesta, entre todos lo cogieron y lo celebraron todos juntos. Y así, el “empollón” dio una lección a todos, enseñándoles que:
Alberto Romero y Larissa 4º 4 ESO
FERNANDO Y EL LOBO
Había una vez un niño llamado Fernando. Era tan malcriado que no le gustaba ir a la escuela. Los maestros siempre le llamaban la atención, aunque este les ignoraba. Una mañana, a segunda hora escolar, el profesor de idioma le castigó. Se había portado tan mal que lo envió a limpiar los aseos de Primaria, ya que estaban más sucios de la normal. Mientras limpiaba los váteres, uno de ellos estaba tan atascado y empezó a desaguar con la mano. Luego tocó la sirena para irse a casa. Normalmente él se va solo a casa, ya que sus padres trabajan fuera del pueblo y salen tan tarde de sus trabajos que no pueden ir a recogerlo. A llegar a casa se sentó a la mesa para comer, pero de repente se acuerda de lo que había hecho y le entró una arcada que dejó de comer y se puso a mirar la televisión. Llegó
al
atardecer
hora
de
la
Mientras la veía se quedó dormido. cena
y
sus
padres
ya
habían
llegado.
Todos habían ayudado a preparar la comida y su madre le preguntó qué
tal
las
clases,
pero
como
Fernando
era
un
niño
mentiroso
y
malcriado pues le dijo- todo bien, mamá.Cuando terminaron de cenar, Fernando ayudó a lavar los cubiertos y al terminar pidió permiso para salir a dar un paseo por medio del bosque. (Ellos vivían fuera de la ciudad). Su padre le dio permiso, pero su madre le dijo que antes de salir se pasara
por
la
casa
de
su
abuela
y
si
no
hacía
el
mandado
y
se
entretenía por el bosque, jamás le dejaría salir por la noche. Entonces Fernando hizo caso el mandado
y fue rumbo hacia
donde su abuela
Teresa. Mientras iba por el camino, Fernando vio una sombra que le perseguía por detrás de él; pero como tenía miedo de encontrarse con algo feo, pues no regresó a mirar y siguió con el camino. Entonces este ser extraño corrió hacia delante de él y Fernando, del susto de ver que en un segundo había algo enfrente de él, se orinó en sus pantalones.
Fernando, mientras se orinaba, vio que había hecho algo tonto porque solo era un lobo asustado que no sabía qué hacer. El lobo le preguntó si le podría ayudar y Fernando, como era bueno (pero también malo), le contestó en qué le podía ayudar. Entonces el lobo le dijo que si le daba cobijo y Fernando le dijo que donde su abuela había sitio para quedarse, ya que en su casa no le dejaban tener animales. Este lobo pícaro y astuto le agradeció a Fernando, pero Fernando no sabía lo que tramaba la loba. Al llegar a casa de la abuela, Fernando le presentó al lobo donde la abuela y la abuela al verlo se asustó, porque era
el
lobo
que
estaban
cazando
durante
una
temporada
y
no
lo
encontraban. La abuela al disimulo disimulaba que no sabía nada del lobo, (pero lo sabía que era un come bebés). Les invitó a su casa y cuando la abuela fue para el garaje, sacó una escopeta y le apuntó al lobo en todo el morro y le dijo: - Lobo asqueroso, tienes el orgullo de presentarte en mi casa después de hacer barbaridades. Te largas o te disparo,- y el lobo, al ver la reacción de la abuela, se puso de rodillas y le dijo a la abuela que le perdonase, que ya no era malo, que se había vuelto bueno y estaba arrepentido de todo lo que había hecho porque en el pasado tenía hijos y necesitaba alimentarlos. La abuela, como era tan vengadora, no le dio ni tiempo a decir nuevamente perdón al lobo y le dio un tiro en toda la frente. Hugo
Cardozo y Bárbara
Cedeño 4º 4º ESO
ELISA LA LISTA Un día en primavera, dos chicas enamoradas, Elisa y Ángela, se dirigían a casa de una de ellas sabiendo que los padres no estaban.
Al rato de estar juntas, aparecieron los padres de Elisa y, al verlas abrazadas y dándose algún beso, se cabrearon muchísimo. Entonces, echaron a Ángela de su casa y le prohibieron a Elisa volver a verla. Ella, muy triste, se encerró llorando en su habitación y cogió su móvil y se pasó la noche hablando con su novia a escondidas... A la mañana siguiente, al levantarse fue al salón y se encontró a su padre con un hombre muy serio. El padre, muy cabreado, la mandó a sentarse y le dijo sin ninguna vacilación: 'Este es José Miguel, va a ser tu futuro marido, quieras o no quieras, pero harás lo que yo te diga' Elisa se levantó de golpe y se volvió a encerrar en su habitación. Su madre estaba muy preocupada y fue a hablar con ella. Le dijo que comprendía lo de Ángela, pero que por su bien hiciera caso a su padre... Elisa volvió a sollozar y le respondió que conocía a José Miguel de algunas fiestas. Siempre estaba bebido de más y metido en muchas peleas, por lo que lo metían al calabozo. Dejó de llorar y miró a su madre muy seria y le pidió que, por favor, no le hicieran eso. Pero su madre no podía hacer nada, y salió de la habitación con lágrimas en los ojos...
Elisa tuvo que ceder. La boda se celebró a la semana y se fueron juntos a vivir a la casa de José Miguel. De momento todo iba bien, hasta el momento que él volvió a la bebida y siempre se peleaba con Elisa. Ella, cuando su marido se iba, se pasaba horas hablando con Ángela; pero cierto día, José Miguel casi la descubre y la mandó a trabajar al supermercado. Aunque Elisa se negaba, él la cogía de los pelos y la llevaba. Meses después de aguantar peleas, trabajos, muchos jaleos y a su marido, ella dejó el trabajo a escondidas y se pasaba las tardes encerrada en el bar bebiendo sola, ya que nadie se le acercaba, pero siempre estaba con el móvil hablando con Ángela, no podía vivir sin ella... Una tarde, José Miguel empezó a sospechar ya que no se quejaba, se iba y volvía antes de tiempo, la siguió, y vio que se metía en el bar...
Muy cabreado, corrió hacia el supermercado y preguntó a las que trabajaban allí. Le contaron que hacía tiempo que lo había dejado. José Miguel, más cabreado aún, llegó al bar y la cogió en brazos y se la llevó a la casa. La encerró y le dio una paliza. Ella, a medianoche, se escapó a pedir ayuda a los del pueblo, pero nadie hizo nada por miedo a su marido. Elisa empezó a dar vueltas llorando hasta que llegó a casa de Ángela... Al abrir, Elisa se lanzó a abrazarla. Comenzó a llorar mucho más que antes e hizo que Ángela también llorase. Pasaron dentro y hablaron de todo lo sucedido... Ellas tuvieron una gran idea, decidieron irse de aquel pueblo para no volver nunca más. Cogieron dos mochilas, con todo el dinero y las tarjetas de crédito, algo de ropa, un poco de comida, se subieron a la moto y ya nadie volvió a saber nada de ellas. Clara García y Tania 4ºESO 4 ESO
“RUDOLF” Érase una vez, en una gran ciudad de España, unos estudiantes de ingeniería electrónica que estaban preocupados porque no se les venían ideas para el proyecto de fin de carrera. Una mañana, en una clase con su profesor don Chepeto, les vino la inspiración y decidieron intentar hacer un robot con sentimientos. Se lo contaron y le pareció tan interesante que se comprometió a ayudarles. Tras meses investigando, al fin lo lograron. Le fueron enseñando a comportarse como un humano e incluso lo mejoraron logrando que hablara tan bien como andaba. Además de todo esto, uno de los estudiantes una mañana le preguntó, '' ¿Cómo me sienta este traje, estoy guapo? '' Y él respondió ingenioso ''A ti todo te sienta bien''. Los alumnos se dieron cuenta de que, al decir eso, se le iluminó la nariz de color rojo, al igual que cada vez que decía una mentira; de ahí que acabaran por llamarle ''Rudolf''. Cada vez era más inteligente y se daba cuenta de más cosas. Los chicos no paraban de hablar del dinero que ganarían con él y él acabó sintiéndose defraudado, por lo que por la noche decidió escaparse. Iba caminando por la calle y se encontró a dos mendigos que se hacían llamar Gedeón y Juan ''El Honrado''. Estuvieron hablando toda la noche muy sorprendidos de lo que era capaz de hacer. A la mañana siguiente, un hombre de ''negocios'', Stromboli, se percató de lo que era capaz de hacer Rudolf y les ofreció un hogar a cambio de él. Ellos aceptaron sin dudarlo. Stromboli cogió en brazos al robot y se lo llevó a su casa. Cuando llegaron se la enseñó y entablaron una conversación en la que acaba diciéndole: ''Rudolf, conmigo serás feliz. Mañana haré que vengan todas las cadenas televisivas a entrevistarte y tendrás que enseñarles todo lo que sabes hacer, ¡Seremos famosos!Termina contundente Stromboli sus palabras.
¡Genial!- Exclama Rudolf muy entusiasmado. Al día siguiente, la noticia ya había llegado a todos los medios de comunicación, por poco que conocieran aún de aquel robot: '' Rudolf, el robot humano '' Stromboli ha creado un robot que es capaz de hablar, andar y, lo más alucinante, ¡SENTIR! No sabemos mucho más, pero hoy estará en el famoso programa televisivo ''Saber descubrir'', ¡No se lo pierdan! No pasó mucho tiempo para que los estudiantes, que andaban buscándolo por todos lados, leyeran la noticia. Le contaron al profesor la razón por la que creían que se había escapado, y él se enfadó y decidió buscarlo por su cuenta, yendo al programa. Llegó la hora del programa y toda España estaba expectante en sus televisores. Gracias a sus contactos de la universidad Chepeto consiguió estar presente entre el público. Sonó una melodía en el plató y comenzó a hablar el presentador: ''Hola, bienvenidos todos al programa ''Saber descubrir''. Hoy tenemos con nosotros un invitado muy especial, y no, no me refiero a su creador Stromboli, sino a su maravilloso invento. ¡Adelante chicos!'' Entran al plató y se sientan a los lados del presentador dando comienzo a una tanda de preguntas: A ver, Rudolf, ¿Eres humano?-Pregunta el presentador con humor. Sí, ¡Y es muy divertido serlo!-dice irónicamente, pero con la particularidad de que se le alumbra la nariz de color rojizo. Todos se dieron cuenta de aquel detalle. Eh, Rudolf, ¿Por qué esa nariz roja?- Pregunta de nuevo el presentador. No lo sé- Responde el robot, volviéndose su nariz a alumbrar. ¿No será que estás diciendo mentirijillas? Ah, claro, ahora lo entiendo, ¿de esa nariz roja viene tu nombre?- Vuelve a decir ingenioso. No, no lo creo- Dice de nuevo sucediendo lo mismo. Ah, pues va a ser que sí, que es esa la razón- comenta el presentador justo antes de que todos comiencen a reír. Como les resultaba gracioso, siguieron haciéndole preguntas para que mintiera y Rudolf, al ver que todos se reían de él, se enfadó y salió corriendo del plató, yendo detrás Chepeto. Para quedar bien, Stromboli siguió hablando con el presentador, como si no pasara nada. Chepeto encontró al fin a Rudolf y le dijo que él le iba a cuidar siempre, que sería el hijo que nunca había logrado tener y le prometió que no le utilizaría nunca. En ese momento, Rudolf le dio su
primer abrazo y ahí se descubrió de verdad que habían logrado que tuviese todos los sentimientos, incluso el del amor. Celia García y Alicia Pérez 4ºESO 4
EL LIBRO DE LA CIUDAD Érase una vez, en un pueblo muy pequeño llamado Fuente Álamo, un niño
el
cual
vivía
en
una
familia
sin
recursos.
Por
mandaron a unos centros para menores, pero eran ciudades
importantes.
A
él
junto
con
otros
niños
su
bien
lo
muy lejos y en
los
repartieron
en
grandes ciudades, a él lo enviaron a China.
El
niño,
llamado
Mowgli,
llegó
al
centro
y
se
encontró
con
muchos
jóvenes a los que les esperaba una familia. Él fue el primero en irse,
lo
cual no le permito conocer a nadie y lo mandaron a una familia del centro. Al llegar a su nuevo hogar, se encontró con un hermano llamado Baloo y una hermana llamada Bagheera. Mowgli preguntó por sus padres y ellos
respondieron
que
no
los
iba
a
poder
conocer,
ya
que
ellos
trabajaban para poder mantenerlos y que no vivían en esa casa. Al día siguiente, a Mowgli lo llevaron a la escuela y conoció a mucha gente,
algunos
engreídos,
y
otros
buenas
personas.
En
un
recreo
a
Mowgli le invitaron a jugar al fútbol.
Él se puso a jugar al fútbol. Al terminar, unos empollones le dijeron que fuera a ver al presidente de todos. Cuando llegó, parecía todo como un templo y el rey o presidente de los empollones le pidió que le enseñara a jugar al fútbol. Él respondió varias veces que no sabía, pero él seguía
queriendo que le enseñara a jugar. El
rey
le dijo que era muy bueno,
parecía Leo Messi y él dijo que no, enfadado, que no era ese. Él era del Real Madrid y que en todo caso parecería Cristiano Ronaldo. Entonces, se empezaron a pelear y, de pronto, llegaron Baloo y Bagheera, planearon un plan para rescatarlo: uno los entretenía y el otro ayudaba a escapar a Mowgli. Los
días
siguientes
Bagheera
y
Baloo
estuvieron
debatiendo
Mowgli debía irse de ese colegio. Había un abusón llamado
por
qué
Shere Khan,
al que no le caían bien los alumnos nuevos y quería hacerle daño a él. Al explicárselo a Mowgli, se enfadó, pero sus hermanos le dijeron que en el otro colegio había una niña muy guapa. Entonces él cambió de idea y se fue al otro colegio. Cuando pasó un curso, Baloo decidió ir a verlo. Cuando lo vio, estuvo hablando
con
él
y
le
explicó
que
ya
podía
volver
a
su
viejo
colegio
porque Shere Khan ya se había ido del colegio, ya que había terminado sus estudios allí, y Mowgli con mucho
gusto.
Al llegar al colegio antiguo, él reconoció a un montón de gente, pero se juntó
con
un
niño
de
ese
colegio.
Algunos
desconocidos
no
se
lo
recomendaban. Su amigo nuevo y él se fueron fuera un día a buscar a otro amigo. Cuando llegó al lugar, se encontró al temido Shere Khan. Él comenzó a decir que no le tenía miedo. El abusón le dio unos segundos para que corriera porque le daba pena, sin embargo él se quedó allí y le plantó cara. En ese momento llegó Baloo y se enfrentó
a él. Empezaron a
pegarse y, de pronto, llegaron un montón de amigos, ayudaron a Baloo
que estaba debilitado y echaron a Shere Khan de esa ciudad. Bagheera ayudó a Mowgli a hacer su vida, lo envió a una escuela de prestigio y a Mowgli lo verían cada fin de semana.. Agustín Navarro y Pedro Agustín Vera 4º ESO
LA BELLA Y LA BESTIA Había
una
vez,
un
ingeniero
en
paro
que
vivía
en
un
pueblo
de
Madrid donde nadie quería darle trabajo porque le tomaban por loco. Tenía tres hijas, Elena, Marta y Bella que era la más guapa y lista. Un día
le
llamaron
para
un
trabajo
en
Galicia
y
este
no
quiso
desaprovechar la oportunidad. Cada una de sus hijas le pidió un regalo: Elena quería un vestido, Marta un collar de perlas y Bella, que era más humilde, una rosa cortada con sus propias manos. Durante
el
trayecto
hizo
muy
mal
tiempo,
pero
al
final
llegó
a
su
destino, hizo su trabajo, compró los regalos y partió de vuelta a casa. Pero cuando todavía le quedaba, el coche se paró y no arrancaba. Como era tarde, decidió buscar donde quedarse a pasar la noche. Encontró a las
afueras
una
casa
bastante
grande con
aspecto antiguo
y
pasó a
curiosear, ya que la puerta estaba abierta de par en par. En el salón había una mesa enorme preparada para cenar, se sentó y cató todos los manjares. Cansado, decidió subir a las habitaciones. La primera puerta daba a una
pequeña
habitación
con
una
cama
y
su
cansancio
le
empujó
a
acostarse a descansar. Al día siguiente, seguía preguntando y mirando dónde podía haber alguien, pero nadie contestaba. Bajó las escaleras y se encontró
la
mesa
llena
de
zumos,
tostadas,
pan,
ensaimadas,
fruta,
chocolates y muchas cosas más, por lo que desayunó con mucho apetito. Terminó precioso
y
salió
donde
a
arreglar
encontró
el
rosas
coche. muy
En
la
bonitas.
puerta
había
Entonces
cortó
un una
jardín para
llevarle a su hijita Bella. Cuando caminaba, de repente se le cruzó un hombre muy misterioso de muy buen vestir, pero bastante feo, que le dijo: -
¿Quién te crees que eres tú para cenarte mi cena, dormir en una de mis camas, comerte mi desayuno y encima cortar una de mis rosas favoritas?
A lo que el pobre hombre respondió: -
Vengo
desde
Madrid
y
mi
coche
se
ha
estropeado,
como
hacía
mucho frío busqué dónde hospedarme. Antes de pasar pregunté si
había alguien, pero nadie contestó. Y la rosa la he cogido porque tengo una hija muy buena que me la pidió.
El hombre, muy enfadado, le dijo que se lo perdonaba todo y le dejaba marchar, si a cambio le traía a su hija. Entonces el padre, asustado, aceptó. Al llegar a casa, habló con Bella y le explicó la situación. Ella le dijo que lo quería ahora
le
mucho, que todo
tocaba
a
ella
lo había
cumplir
con
lo
hecho por
sus
que
a
pedía
hijas
y
cambio
que aquel
monstruo. Bella llegó a aquella mansión, muerta de miedo, pasó y aquel extraño hombre dónde
le
invitó
empezar,
a
cenar.
pero
lo
Había raro
tanta
de
todo
comida es
que
que
no
parecía
sabía
por
que
los
candelabros, la tetera y algún que otro objeto tenía vida. Pensó que sería el cansancio y Bestia, el dueño de aquella casa, le enseñó su habitación. Aquel cuarto era inmenso, tenía un armario tan grande como dos veces el de casa, lleno de ropa de tiendas de marca, tacones y demás. También tenía un espejo precioso al lado de una mesa con colonias muy costosas, la cama, que era grandísima, y lo más bonito de todo era un ventanal precioso que daba al jardín. Por otro lado, Bestia sabía que con su aspecto de ogro nunca conseguiría enamorar a Bella y
pensó
en
llamar
a
un
amigo
suyo
inmediato y con muy buenos resultados. A
la
mañana
desayunó principio
con le
siguiente, él.
Al
observaba
con
un poco de miedo, pero en el
fondo
ella
creía
que
era
muy buena persona. Al fin y al
cabo,
no
sabía
hasta
cuándo tendría que convivir allí. Bestia se marchó a ver a
su
Mientras,
amigo Bella
se
cirujano. dedicó
a
cirujano
que
le
ayudaría
de
investigar la casa. Al cabo de unas horas, aparecieron correteando una taza muy graciosa delante de una tetera muy enfadada con voz de madre. Bella no se creía lo que sus ojos veían, los paró y les dijo: -
¿Pero vosotros quiénes sois?
La taza se escondía detrás de la tetera, asustada, y esta contestó: -
Yo soy la Sra. Potts y este es mi hijo Chip, el revoltoso. Nosotros junto a
Ding Dong, el
reloj de pie, Lumiere, el candelabro, Fifi, el
plumero, y el armario somos sirvientes y amigos de Bestia. Bella
estaba
muerta
de
la
sorpresa,
pero
en
el
fondo
se
lo
estaba
pasando muy bien en aquella casa y quiso conocer a los demás. Al cabo de varios
días
ya
había
conversado con
el plumero y hasta
con
un
armario. El hijo de la tetera no paró de hacerle preguntas a las que ella contestó encantada y estuvieron juntos.
Hasta que llegó Bestia y todos se colocaron en sus posiciones para hacer sus respectivos trabajos. Bella subió a ponerse elegante para cenar con Bestia, ya que intuía que aquella noche sería diferente. Bestia se preparó su traje más elegante y listo para esperar y sorprender a su hermosa invitada. Bella bajó al salón con unos de los preciosos vestidos de aquel armario y se encontró con un nuevo hombre, mucho más guapo, elegante y simpático.
No sabía cómo era posible aquello, se sentaron a cenar observados por todos los amigos de Bestia. Este le explicó cómo habían ido estos días y cómo fue la operación. Bella lo veía encantador, estuvieron conversando toda la noche frente a la chimenea. Hasta
que
bailaron.
llegó
la
Entonces
hora fue
del
cuando
baile,
como
Bestia
le
dos
enamorados
confesó
su
bailaron
amor.
La
y
chica,
sonrojada, no sabía qué decir y le besó. Fue un beso de amor verdadero, de los que nunca había vivido. Al cabo de los días, estuvieron en la ciudad, en la playa y muchos más sitios que Bestia no visitaba por pánico a lo que la gente podría opinar. La hija llamó a su familia y le contó todo lo ocurrido. Finalmente, el padre y las hermanas se mudaron a Galicia. Allí pudieron trabajar y hacer
amigos.
Tenían
todo
lo
que
deseaba
para
su
familia:
felicidad,
trabajo y lo más importante, amor. Gema Solano y María Gallardo 4º 4 ESO
EN EL NOMBRE DE LA IGLESIA
Lucas calles aquel a su
era un chico de unos cinco años cuando fue recogido en las viejas de la peor zona de Roma, por Abraham Mosconni, el cual, en entonces, se hizo sacerdote después de haber perdido trágicamente mujer y con un hijo de unos siete años a su cargo llamado Tulio.
A partir del día en que Lucas fue recogido, todo el tiempo, a Abraham lo ascendieron a obispo, metieron en un internado. A los dos años de Tulio se graduó y se fue dejando a Lucas solo y especie de cárcel de muros altos, fríos y tétricos.
cambió para todos. Con y a Tulio y Lucas los estar en el internado, desamparado en aquella
Este, al no tener a su hermano para aconsejarlo, empezó a relacionarse con la peor calaña del internado. Estos le contaron que era adoptado, lo
cual influyó en que su relación se hiciera más íntima. Cuando Lucas se graduó, siguió viéndose con sus compañeros a pesar de las continuas advertencias de Tulio. Un día, sus supuestos amigos le engañaron diciéndole que iban a gastarle una broma a uno de sus amigos haciendo como si robaran en la tienda del padre de éste. Se prepararon cogiendo bolsas y ocultando sus caras con pasamontañas, pero lo que no sabían era que el hombre estaba dentro, y al verlos se puso a forcejear con ellos, consiguiendo quitarle el pasamontañas a Lucas. El dueño lo reconoció y lo dejó ir, pero llamó a Abraham y a la policía. Cuando su padre se enteró, en vez de ayudar a su hijo como se hubiera esperado, lo entregó a la policía. Esa noche, al ver Lucas que la policía se presentó en su casa acompañada de su padre y ver cómo este les ayudaba a entrar, decidió huir por la ventana de su cuarto, la cual daba a una calle trasera. Fue en ese momento cuando empezó la vida de ladrón de Lucas. Al principio sólo lo hacía por necesidad, pero con el tiempo se convirtió en su modo de vida. Viajó por todo el mundo, robando objetos de todo tipo y causando miles de problemas a su paso, convirtiéndose así en una de las personas más buscadas del mundo. Pasaron los años y Lucas no podía dejar de pensar en la traición de su padre y en que no había podido despedirse de su hermano y aclarar las cosas con él. Por eso, un día ya no pudo soportar más el remordimiento de haber dejado a su hermano de aquella forma y decidió volver. Al llegar se dirigió a su antiguo hogar, pero descubrió que ya no vivía nadie, estaba abandonado y hecho polvo, destrozado, casi irreconocible para sus ojos, por lo que se refugió allí e intentó buscar información sobre el paradero de su familia. Al poco tiempo descubrió que su padre seguía de obispo en el Vaticano y que su hermano formaba parte de la guardia papal. No tardó en quedar con Tulio, pero lo que pasó aquel día en que se encontraron fue algo irreal. Algunos lo podrían llamar casualidad y otros destino, pero ese mismo día robaron la Biblia del Vaticano.
Lucas y Tulio pasaron todo el día juntos y solucionaron todos los problemas que habían tenido. Cuando Tulio volvió a casa esa noche, él y su padre se pusieron al tanto de los acontecimientos ocurridos ese día. Pero Abraham, al ser tan leal a la iglesia, delató a Lucas por segunda vez, aunque no contaba con que Tulio intentaría ayudar a su hermano a salir del país. Este, al saber de lo que su padre había hecho, llamó a Marina, su novia, para informarla de la situación. Rápidamente recogieron a Lucas y alquilaron una habitación en un motel a las afueras de Roma, poniendo en marcha el plan de Tulio, el cual se basaba en que Marina junto con Lucas huirían a otro país usando los múltiples conocimientos de informática de esta, mientras que Tulio esperaría y solucionaría las cosas para poder irse sin causar sospechas. Marina, sacó dos billetes de avión hacia Suecia y le creó una identidad falsa, temporal a Lucas. A ella no le gustaba mucho la idea, pero como bien le dijo Tulio, Lucas no podría hacer esto solo, necesitaba toda la ayuda posible. Pasaban los días, y Marina y Lucas intentaban actuar como una pareja ante los ojos del resto del mundo, pero era difícil hacerlo cuando en verdad no podían estar más preocupados y nerviosos. Cuando por fin llegó el día en el que Tulio tenía que reunirse con ellos, vieron algo que no podían haberse imaginado. Abraham había llevado a Tulio ante la justicia y lo habían acusado falsamente de su complicidad en el caso. Lucas, al verlo esa mañana en las noticias, no se lo podía creer. Era normal que Abraham no le hubiera apoyado y entregado a él, pero al único hijo de sangre que tenía... simplemente estaba atónito ante aquellas imágenes.
Marina estaba con él en aquel momento y su cara era todo poema. Podía verse el terror, la confusión y la preocupación en su rostro. Y era normal, estaba viendo cómo se llevaban al amor de su vida a un sitio en el que sólo Dios sabía qué podría pasarle. Sin más tardar, Lucas se llevó a Marina al hotel en el que estaban hospedados e hizo de él su base de operaciones. Sabía que si descubrían el paradero del libro podrían intercambiarlo por Tulio y comprar su libertad. Además contaba con una experta informática, Marina, y un espacio de tiempo de 14 días para poder descubrirlo antes de que juzgaran a su hermano.
Los dos estuvieron trabajando día y noche para conseguir alguna pista del paradero de aquel libro. Al principio no podían encontrar nada, buscaron en todos los sitios posibles e hicieron todas las cosas imaginables que Lucas hubiera hecho, hasta que al final dieron con algo. Un billete de avión con la identidad de Marina hacia Canadá, pero ella había estado en todo momento con Lucas. Siguieron esa pista durante veintiocho horas seguidas, hasta que encontraron lo que buscaban. La persona que se escondía bajo aquella identidad y posiblemente tenía el libro, era una alemana llamada Eris, la cual formaba parte de un grupo radical llamado L.R.M y que actualmente estaba en la Isla Gabriola, una de las cientos de islas cerca de Canadá. Nada más saber su paradero, Lucas llamó a un buen amigo suyo para ayudarles a llegar hasta el libro. Este amigo, Alfonsoscar, y Lucas se conocieron en Marruecos cuando este huía de unos soldados del ejército hace unos cinco años atrás. Lucas, Marina y Alfonsoscar se encontraron en Suecia al día siguiente de haber hablado y se dirigieron hacia su destino. Cuando llegaron, Marina se quedó en un pueblo cercano a la costa preparando las cosas para la hora en que regresaran a Italia, mientras que Lucas y Alfonsoscar fueron a la isla a inspeccionar el terreno y hacerse una idea de contra quiénes se enfrentarían. Estos consiguieron llegar sin ser detectados e, inmediatamente, se pusieron a buscar algún escondite en el que el enemigo pudiese ocultarse, pero cuando lo encontraron, por un lado estaban alucinados y
maravillados por ver tantas armas y equipos especiales de todo tipo; pero por otro estaban algo asustados, o más bien intrigados por saber cómo narices iban a conseguir el libro y salir vivos con tanta seguridad y munición. Aunque, como todo buen delincuente, tenían un as bajo la manga. Volvieron rápidos junto a Marina y llamaron a "la pandilla", que más bien viene a ser un montón de hombres que les deben favores o por amenazas o atentados contra sus vidas en caso de que se negaran. Una vez que todas esas personas se reunieron en el pequeño pueblo, Lucas expuso su plan. Al principio no convenció mucho a ninguno, pero no había tiempo de pensar en ningún otro, ya que solo faltaba poco tiempo para el juicio, además era imposible hacer otro plan que al menos tuviese más posibilidades de sobrevivir que ese. Lucas y tres más se infiltraron como agentes de esa especie de secta mientras que Alfonsoscar y el resto esperaban en las inmediaciones de la isla para darles cobertura en su huída con el libro. Los infiltrados estuvieron conviviendo varios días con dicha organización. En ese tiempo intentaron ganar la mayor confianza de algunos guardias y distraerlos mientras que jaqueaban y rompían la seguridad. Cuando ya lo tuvieron todo listo, provocaron un apagón, noquearon a los guardias que vigilaban el libro y lo extrajeron de la habitación acorazada que habían construido expresamente para dicho objeto. Intentaron salir de allí lo más rápido posible sin levantar demasiadas sospechas, pero el generador de emergencia se activó antes de lo esperado dejándolos expuestos cuando ya casi habían conseguido salir fuera del perímetro. Ahora eso era un "sálvese quien pueda". Lucas y los demás salieron lo más rápido posible y entonces empezó la masacre. Se oían muchos disparos por todos sitios, no se podía saber por dónde podría alcanzarte una bala. Los gritos de los heridos eran ensordecedores y la sangre empezaba a teñir el suelo de un rojo intenso decorado con cadáveres inertes y destrozados.
Lucas y Alfonsoscar consiguieron escabullirse con el libro con unas pocas heridas y se reunieron con Marina sin más tardar, la cual los esperaba con impaciencia en la costa. No tenían mucho tiempo, ya que estaban a solo un día de juzgar a Tulio, por lo que se lavaron la sangre y curaron las heridas lo más rápido posible e hicieron y enviaron un vídeo explicando las condiciones y los pasos a seguir para recuperar el libro. Seguidamente partieron hacia Italia. Habían quedado en que el intercambio se produciría a las seis de la tarde del día en que juzgarían a Tulio, en el lugar donde Abraham recogió a Lucas en su infancia. Efectivamente, Abraham fue junto con Tulio, el dinero y con dos hombres parecidos a gorilas como escolta. La situación era tensa, nadie se atrevía a hablar, solo había miradas de odio y reproche entre los hermanos y su padre. Lucas solo se limitó a darle el libro a su padrastro y recoger a Tulio y el dinero. Cuando los dos tuvieron lo que vinieron a recoger, se fueron cada uno por su lado sin decir nada, ni un gesto o mirada siquiera, serios e inquebrantables. Lucas llevó a Tulio junto a Marina, que los esperaba en un Land Rover negro con Alfonsoscar. Después del reencuentro, no tardaron en irse de aquel país que les traía malos recuerdos de su vida. Alfonsoscar volvió a Marruecos, mientras que Tulio, Marina y Lucas se fueron a Río de Janeiro, donde iniciaron una nueva vida como delincuentes retirados y formaron una familia. Elías Elías García García y Helena Helena Saura 4º ESO
HAMSEL Y GRETEL
Érase una vez dos hermanos, Hamsel y Gretel, que se fueron de viaje a un bosque, llamado SKRILEX. lo
que
llevaban
caminado
Para acordarse de dónde habían venido y dentro
del
bosque,
hacían
marcas
en
los
árboles.
Al
ver
que
oscurecía,
su
hermana estaba muy cansada y le dijo que si podían parar un ratito a dormir. Pararon donde había un manzano. A la mañana siguiente, Hamsel se
despertó
recibir
el
manzana despertó
sobresaltado impacto
sobre
su
sobresaltado
de cabeza. y
se
al una Se giró
asustado para ver si a su hermana le había pasado algo. Al rato, salieron y siguieron su rumbo. Por el camino se encontraron con una apuesta mujer, joven, bella, juvenil, que resultaba ser una chica guapa para Hamsel. A él le gustó nada más verla.
La mujer les dijo que si querían tomarse algo en su casa, que ella les invitaba. Y así fue como les invitó a un té verde. Al pasar por la fachada de la casa, se dieron
cuenta de que era de frutas, toda la
estructura,
diferentes
la
pintura
era
de
tipos
de
frutas,
(manzanas,
peras, plátanos, melones, sandías, etc.) Era muy peculiar, sí, pero algo raro sucedía en la casa. Al poco tiempo de llegar allí, se dieron cuenta de que, además de que hacía
calor,
notaban
una
presencia
un
tanto
extraña,
algo
raro
se
percibía en el ambiente. La mujer, a primera vista parecía muy amable, pero algo raro tramaba, no tenía muy buenos planes para ellos. La mujer, con toda la amabilidad, les dijo que si no tenían casa se podían quedar a dormir, que tenía unas camas para ellos. Al cabo de un rato aceptaron la propuesta de la mujer. Le asignó a cada uno una habitación con una cama y un cuarto de baño. A la hora de la cena
bajaron a cenar a la sala de estar, y les sirvieron un
plato combinado que llevaba unas patatas bravas con mahonesa y unos lomos asados a la plancha.
Después de que se tomasen la cena, les sirvieron un poco de té y unas infusiones, la mujer les dijo que les ayudaría a dormir. Al rato, la mujer le dijo a Hamsel que si podían hablar ellos dos en privado,
y
Hamsel
aceptó.
Hamsel
era
un
adolescente
de
17
años,
deportista, guapo, musculoso, extrovertido y a la mujer le gustó. Después
de un rato, la hermana empezó a preocuparse al ver que no
regresaban. Salió a buscarlo por toda la casa, habitación por habitación, sala
por
sala,
hasta
que
dio
con
una
puerta
medio
abierta
y,
efectivamente, ahí estaban los dos hablando. Gretel se puso muy celosa ya que no confiaba en la mujer, le traía mala espina y por eso interrumpió la romántica conversación. La
mujer se
enfadó mucho con Gretel y la encerró en una de las habitaciones sin que Hamsel se enterara. Hamsel le preguntó a la mujer de nombre África: -
¿Por qué no está Gretel en la casa?
-
Ha preferido volver por donde habíais venido. Me ha dicho que te dijera que no la siguieras.
-
Vale.
Hamsel no estaba muy convencido de la respuesta de África. Por eso, cuando África se fue al bosque en busca de fruta, Hamsel descubrió una puerta detrás de un armario. Se puso a buscar la llave por toda la
habitación.
Seis
minutos
después
las
encontró
debajo
de
un
pantalón que había en el suelo. Abrió la puerta y se encontró a Gretel. Tras abrazarlo, le contó todo lo que había pasado y Hamsel decidió que antes de que volviera África volverían a su casa. Y así fue, volvieron a su casa gracias a las marcas que habían hecho, y todo se resumió en un susto. Nerea Vidal y David Paredes 4º ESO
LAS JUERGAS DE PETER PAN Érase una vez un chico llamado Peter. Se diferenciaba de los demás en que no podía crecer. Un buen día decidió partir hacia la Tierra para ver
a
una
llamaba
chica
Wendy
y
que
había
era
de
conocido
por
Matalascañas
Chatroulette.
(Andalucía).
Esa
Esa
chica
noche
se
había
Luna llena y Peter Pan se presentó en la casa de Wendy con su amiga Campanilla,
que
era
un
hada
del
país
de
Nunca
Jamás.
La
chica,
sorprendida por los harapos que el joven llevaba a una cita, exclamó: - ¡Peter! Con lo famoso que eres en mi planeta. ¿Qué ropas me llevas?
Ahora
mismo
vamos
a
actualizarte,
te
pondré
un
pearcing y nos iremos de botelleo con mis amigas chonis. Wendy,
que
estaba
hermanos,
se
presentarle
a
al
cuidado
escaquear
consiguió Peter
de
sus
colegas.
sus para
Cuando
llegaron, la andaluza twitteó: “de botelleo con mi rollete
peterrubitohpan en el descampao”.
Tras ver el Retweett de su viejo enemigo, el capitán Garfio, se dirigió a capturarlo. Mientras
tanto
en
perdía’,
celosa
denunciar alcohol. apareció
la
llamó
que menores
A
los
pocos
el
lugar.
en
fiesta, a
la
Campanilla, policía
estaban minutos, La
para
consumiendo la
reacción
policía de
los
chonis
fue
inmediata
tras
escuchar la alerta de Wendy diciendo: “¡LOS MADEROS!”. En cuestión de milésimas de segundo, los adolescentes sacaron su lado más deportista para
huir
de
la
pasma.
En
ese
mismo
instante,
entró
en
escena
el
capitán Garfio en su reactor personalizado, y dijo alegremente: - ¡Tengo un aifon! ¡Soy el alma de la fiesta¡ - ¡A por el hipster! Él solo se ha delatado-. Divulgó la policía. Cuando los agentes del orden se dirigieron al malvado pirata, toda su flota fue a ayudarle, raptando así a los pobres justicieros. Mientras tanto, Wendy
y
Campanilla
debería
tener
el
estaban
corazón
de
teniendo
Peter
Pan.
una De
discusión repente,
el
sobre ser
quién mágico,
empezó a debilitarse porque en la Tierra nadie creía en las hadas. Al mismo tiempo, nuestro pequeño héroe intentó salvar a los agentes, con
la mala fortuna de que no podía volar porque no le quedaban polvos mágicos,
cosa
que
aprovechó
el
malvado
capitán
para
raptarlo
a
él
también. Wendy, muy lista ella, hizo el esfuerzo de intentar salvar a su amado infiltrándose en el avión. Una vez ya en el aire, con los rehenes a bordo, Wendy mandó un WhatsApp por el grupo “XONIH EKIDE”, el cual decía: “¡Chonis, os necesito!”. Las
amigas
incondicionales
de
la
valiente
chica
activaron sus poderes de chonis para rescatar a sus compañeros: - ¡Chonis, en acción!- dijeron con entusiasmo. - ¡Superplataformas!-
gritaron
mientras
sus
zapatos se hacían cada vez más y más altos – ¡Ultrafijador de pelo!- Chillaron todas a la vez
para
¡Lo
hemos
romper
el
avión
conseguido!
¡Y
de un
cabezazo-
además
podemos
seguir divinas toda la noche! El aeroplano sufrió un aterrizaje forzoso. Las chonis siguieron su estela y pudieron llegar a ellos. Cuando se encontraron con el malvado capitán Garfio,
lo
rodearon
y
amordazaron
junto
con
su
tripulación
para
impedir su fuga. - ¡Soltadme!- exigió el capitán - ¡Calla!
¡No
me
hagas
usar
el
pearcing! Amenazó una de las
chonis. Después de este desafortunado imprevisto, en la fiesta vuelve a reinar la paz, por el momento… pero quedaba un cabo por atar, Peter y Wendy mantenían
una
conversación
entre
chupitos
y
whiskitos,
cuando,
repente, Peter pregunto: - ¿Y Campanilla? - La llevaba un perro en la boca- respondió la celosa chica. - Ahh, vale.- asintió Peter. Pedro Alberto Nieto y Jesús Cegarra 4º 4 ESO
de
LA CELICIENTA Érase una vez una muchacha que se llamaba Celicienta. Tenía 16 años y vivía con su padre, su madrastra y sus dos hermanas. Las hermanas se
llaman
Celicienta transportes
Manuela porque
y
Encarni.
trabaja
internacional.
El
como Al
padre
no
camionero
no
estar
su
puede en
ver
una
padre,
a
mucho
a
empresa
de
Celicienta
la
maltratan su madrastra y sus hermanastras haciéndole realizar todas las
tareas
del
hogar:
lavar
los
platos,
fregar
y
barrer el suelo, limpiar los cristales… y tiene poco tiempo para hacer amigos y relaciones. Un buen día, estaba Celicienta triste limpiando los zapatos
de
Encarni
y,
por
casualidad,
pasa
por
delante un amigo de sus hermanas, Félix, que era bastante guapo. Hablaron un poco y se dieron los números, pero en ese momento apareció Manuela e interrumpió
la
conversación,
mandando
a
seguir
limpiando a Celicienta. A partir de ahí todo cambió. Félix y nuestra humilde chica empezaron a hablar por WhatsApp y se hicieron muy amigos. Celicienta le contaba lo malas que eran sus hermanas y su madrastra, por todas las cosas que le mandaban hacer. Félix, al ver lo malas que eran, dejó de hablar con Manuela y Encarni. El curso se acababa, el verano se acercaba y Félix invitó a Celicienta a una fiesta para despedir el curso, a la que iban también sus hermanas. Llegó el día de la fiesta y como las hermanastras sabían que Félix y la muchacha se llevaban muy bien, le pidieron a su madre que dejara a Celicienta sin ir a la fiesta, para poder estar con el apuesto Félix. Llegó el día de la fiesta y Celicienta vio que no tenía vestido, pues se lo había quemado su madrastra y, además, a la hora de la fiesta, esta le mandó todas las macetas de la casa. -Antes de las 12 estaremos aquí, espero que lo hayas hecho todo.- le dijo. La
fallecida
madre
de
Celicienta
tenía
una
hermana
muy
joven
que
pasó en ese momento a ver a su sobrina, y se la encontró llorando. Le preguntó:
-Celicienta ¿qué te pasa? -Me han invitado a una fiesta en el instituto, pero mi madrastra me ha mandado regar las macetas y además no tengo vestido para ir. La tía, al verla tan triste, le dijo: -Tranquila,
vente
conmigo,
te
dejo
un
vestido
mío
y
te
llevo
a
esa
fiesta. Celicienta sonrió e
hizo caso a su tía. Fue a la
fiesta de fin de curso de su instituto con un vestido precioso. Al entrar, Félix la vio y la invitó a bailar. Sus
hermanas
miraban
envidiosas
mientras
ella
disfrutaba del baile con el chico que le empezaba a gustar bastante. Estuvieron hablando y riéndose toda la noche, pero todo tiene un fin. Tocaron las doce y Celicienta, asustada, salió corriendo sin dejar hablar a su acompañante. Al llegar a casa, intentó meterse en su habitación a hurtadillas, pero justo encendió la luz la madrastra, que la pilló con las manos en la masa a la recién llegada.
Al
verano sin
haber salir
desobedecido de casa.
tan
Esa
justamente,
fue
noche, Celicienta
castigada
llamó a
todo
Félix
el
para
contárselo y decidió ir a sacarla de allí en cuanto pudiera. A
la
madrugada
del
día
siguiente,
cuando
todo
el
mundo
dormía,
Celicienta salió de casa, donde la esperaba su amigo. Se dirigieron a la casa de su tía, que le abrió sin problemas. Al contárselo todo, su tía decidió llamar al cuñado para que supiera cómo trataban a su hija. El padre de Celicienta no tardó ni un momento y fue donde estaba ella. Al ver todo lo que había sufrido, decidió denunciar a su entonces novia. Al padre le salió un trabajo bastante mejor que el de camionero, pues estaba
cerca
de
la
casa
donde
se
habían
mudado
y
podía
estar
muchísimo más tiempo con su hija. Celicienta empezó a salir con Félix y terminaron casándose, siendo todo lo feliz que no había sido en su anterior casa y con la gente con la que convivía en ella. Simón García y Alfonso Moreno 4º 4 ESO