CURSO A DISTANCIA
Modulo de: Vocaciรณn y Ministerio
Elaborado por Mag. Leonel Rubiano Villa
Cali, Colombia 2009
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Se prohíbe la reproducción parcial o total de este material sin previa autorización
DERECHOS RESERVADOS 2009
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LECTURAS COMPLEMENTARIAS Las lecturas complementarias que se reproducen al final de cada módulo tienen un fin estrictamente académico y es para uso exclusivo de los estudiantes de Cursos a Distancia del Departamento
de Extensión de la
Fundación Universitaria Bautista, de acuerdo con el Artículo 32 de la Ley 23 de 1982, cuyo texto es el siguiente: “Es permitido utilizar obras literarias o artísticas o parte de ellas, a título de ilustración en obras destinadas a la enseñanza, por medio de las publicaciones, emisiones o radio difusión o grabaciones sonoras o visuales dentro de los límites justificados por el fin propuesto, o comunicar con propósito de enseñanza la obra de radio difundida para fines escolares, educativos, universitarios y de formación personal sin fines de lucro, con la obligación de mencionar el nombre del autor y título de las obras utilizadas”.
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COMO ESTUDIAR ESTE MÓDULO El módulo está diseñado para estudiarlo en un mes. Por eso la guía está dividida en cuatro unidades. Lo anterior indica que usted debe esforzarse por estudiar una unidad por semana, sino puede hacerlo no se desanime. Hágalo a su ritmo.
Dedique cada día un tiempo adecuado para el estudio e investigación de las tareas asignadas.
Tenga un lugar de estudio en su casa donde pueda concentrarse.
Pida la dirección del Señor.
Antes de estudiar la lección, haga un repaso de la unidad y los temas a tratar.
Lea varias veces la lección.
Tenga a mano un diccionario bíblico, un diccionario de la lengua española, para las palabras o términos de difícil comprensión.
Elabore resúmenes, mapas conceptuales o cuadros sinópticos.
Si puede reúnase con otros estudiantes del módulo para intercambiar ideas y ayudarse en el desarrollo de las tareas propuestas.
Haga las lecturas complementarias que están en la antología al final del módulo.
De clic en los títulos para ir directamente a ellos.
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INDICE GENERAL
PREFACIO
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INTRODUCCIÓN
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CONTENIDO GENERAL DEL CURSO
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NATURALEZA DE LA ASIGNATURA:
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JUSTIFICACIÓN:
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OBJETIVOS:
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UNIDAD 1 1.EL LLAMAMIENTO AL MINISTERIO
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CRISIS EN LA VIDA PROFESIONAL
15
LOS PELIGROS DE SER UN PROFESIONAL
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CINCO CARACTERÍSTICAS EN LA VOCACIÓN MINISTERIAL
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¿QUE MIDE EL ÉXITO MINISTERIAL?
16
¿QUE ES MINISTERIO?
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PERSPECTIVA BÍBLICA
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REDESCUBRIENDO EL MINISTERIO
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EL MINISTERIO DE LA MUJER EN LA IGLESIA
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EL MINISTERIO
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MINISTERIO SIGNIFICA SERVICIO
24
UNIVERSALIDAD DEL MINISTERIO
24
LA MUJER
25
LA CREACIÓN: UNIDAD, IGUALDAD
25
Y COMPLEMETARIEDAD LA MUJER Y LA IGLESIA
26
MINISTERIO PERSONAL DE CADA CREYENTE
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MINISTERIO PASTORAL
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OTRAS OPCIONES VOCACIONALES
31
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
32
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UNIDAD 2
LA VOCACIÓN
38
CONCEPTO DE VOCACIÓN
38
ETAPAS DEL DESARROLLO VOCACIONAL
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PERSPECTIVA BÍBLICA DE LA VOCACIÓN
40
EL LLAMAMIENTO GENERAL
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EL LLAMAMIENTO PARTICULAR
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PRINCIPIOS ANTES DE ESCOGER LA VOCACIÓN DE TU VIDA MI VOCACIÓN Y SERVICIO MI VOCACIÓN IMPLICA ENTENDER QUE SIGNIFICA
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EL REINO DE DIOS. APUNTES GENERALES SOBRE LA VOCACIÓN
45
EL BIVOCACIONALISMO
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GUÍAS PRÁCTICAS PARA DESCUBRIR LA VOLUNTAD
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PARTICULAR DE DIOS ELEMENTOS PSICOLÓGICOS DEL LLAMAMIENTO
48
VOCACIONAL Y MINISTERIAL ALGUNOS COMPONENTE DEL LLAMADO VOCACIONAL
49
CUATRO INTERROGANTES COMPLEMENTARIAS
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PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
51
UNIDAD 3 3.LA VOCACIÓN Y EL REINO DE DIOS
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PANORAMA BÍBLICO DEL MINISTERIO
58
LA BIBLIA Y EL REINO DE DIOS
58
EL MINISTERIO DESDE LA PERSPECTIVA DEL REINO
59
QUE RELACIÓN TIENE EL REINO DE DIOS Y LA VOCACIÓN.
63
EL MINISTERIO DEL CREYENTE Y SU RELACIÓN CON
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EL REINO DE DIOS PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
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7
UNIDAD
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4. LOS DONES Y LOS TALENTOS
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LOS DONES ESPIRITUALES
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LOS DONES ESPIRITUALES CLAVES DE NUESTRA
71
VOCACIÓN DONES Y VOCACIÓN SIGNIFICADO DE LOS DONES, TALENTOS Y MINISTERIOS
71 77
DEFINICIÓN DE TALENTO
94
QUE ES EL MINISTERIO
97
LOS CINCO MINISTERIOS PARA EL DESARROLLO DE LA IGLESIA
97
LOS DONES Y TALENTOS PARA EL MINISTERIO
97
CLASIFICACIÓN DE LOS DONES TALLER BIBLIOGRAFÍA LECTURAS COMPLEMENTARIAS
98 100 108 110
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PREFACIO IR AL INDICE
El programa de extensión de la Fundación Universita ria Seminario Teológico Bautista Internacional de Cali, es un programa que busca capacitar a los pastores y líderes, que debido a la distancia donde viven, no pueden acceder a los estudios presenciales.
El programa de extensión busca que el líder y pastor de la iglesia tenga un contacto directo con la formación teológica. El presente modulo se llama “Vocación y Ministerio”, y esta diseñando para ser trabajado a distancia. A través del estudio del modulo, de las lecturas complementarias o antologías. Dentro de este modulo se estudian cuatro aspectos importantes. La vocación, el ministerio, el Reino de Dios, los dones y Talentos.
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MÓDULO DE VOCACIÓN Y MINISTERIO INTRODUCCIÓN IR AL INDICE
Conocer a Jesucristo como Señor de la vida y Salvador integral es la mayor bendición que toda persona puede recibir. Tener a Cristo es tener perdón, vida eterna, paz y una nueva perspectiva de la existencia. Además hay otra bendición que puede ser la más
importante; tener a Cristo es tener la
posibilidad de servir en su causa y de entregar la vida por el cada día.
Quien cree que ser cristiano consiste solamente en tener asegurado el cielo, vive en un gran error, ser cristiano consiste en vivir todos los días y en entregarse a su servicio con amor y compromiso.
La experiencia del apóstol Pablo también nos ayuda a comprender la relación entre conversión y servicio. Pablo pregunto primero : ¿Quién eres? Y luego pregunto ¿Qué quieres que yo haga?
En este curso nos proponemos estudiar lo que hace referencia a la segunda pregunta. El Señor desea que conozcamos lo que el quiere de nosotros y que nos dispongamos a servirle.
El curso completo de vocación y ministerio está dividido en cuatro unidades mayores, su-unidades, unidades complementarias, una guía de talleres y76 una antología de lecturas.
La vocación ministerial es algo que cada uno de nosotros como cristianos debemos descubrir y para ello el estudiado lo estaremos desarrollando en los siguientes tópicos.
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Unidad Uno: El llamamiento al ministerio. En esta unidad se analizarán los siguientes
temas: Llamamiento
ministerial, lo que es el ministerio,
redescubrimiento del ministerio, el ministerio de la mujer y el ministerio de todo creyente. Unidad Dos: La vocación: En esta unidad se analizarán los siguientes temas.
El concepto de vocación, Etapas del desarrollo vocacional,
Perspectivas bíblicas de la vocación y guías prácticas para descubrir la voluntad de Dios para mi vocación y servicio ministerial. Unidad Tres: La vocación y el Reino de Dios: En esta unidad se analizaran los siguientes temas: Ministerio desde la perspectiva del Reino, el Reino de Dios en el Nuevo testamento, la Biblia y el Reino de Dios.
Unidad Cuatro: Los Dones y Talentos: Esta unidad se analizaran los siguientes temas: Los dones espirituales claves de nuestra vocación, Diferencia entre don y talento, la base bíblica de los dones, los ministerios, Test de los dones espirituales, significado de los dones, talentos y ministerios.
En la parte final del módulo aparecerán una antología de lecturas complementarias y que ayudaran al desarrollo de los temas de cada unidad.
Para realizar este estudio de vocación y ministerio usaremos este módulo, antologías de lecturas y la Biblia de estudio.
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CONTENIDO GENERAL DEL CURSO IR AL INDICE
El contenido general del curso de Vocación y Ministerio, consta de cuatro unidades de desarrollo temático, guías de trabajo y talleres y una antología de lecturas. NATURALEZA DE LA ASIGNATURA: IR AL INDICE
Este curso ofrece un estudio general del ministerio cristiano, la vocación divina y el llamamiento, se hace un análisis de los dones espirituales a la luz del Nuevo testamento y su relación con el ministerio encargado a todo creyente. Además se presenta un panorama de las diferentes áreas del ministerio cristiano en la iglesia de hoy (2 horas) JUSTIFICACIÓN: IR AL INDICE
Haber ingresado a un seminario no es garantía de haber definido el llamamiento específico de Dios; muchas veces ese llamamiento necesita aclaración o confirmación a la luz de la enseñanza bíblica y del mismo servicio ministerial. Por otra parte, los estudios teológicos se aprovechan mejor cuando el/la estudiante logra definir sus dones, su llamamiento y su área de servicio dentro del cuerpo de Cristo. La comprensión de los conceptos bíblicos de la vocación y el ministerio es fundamental para el desarrollo de todo(a) líder cristiano (a).
No se puede entender la vocación ministerial sin el conocimiento de la Biblia, de los diversos estudios hechos sobre la vocación cristiana. Entendiendo la vocación como un llamado del Señor, para su servicio en la iglesia del Señor.
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En la Biblia podemos notar, la importancia de la vocación desde el Antiguo Testamento, pasando por el Nuevo Testamento, por la historia y el aporte de grandes autores del tema. OBJETIVOS: IR AL INDICE
OBJETIVO GENERAL Que los participantes definan de una manera más clara y específica cuáles son los dones con los cuáles el Señor los ha dotado para su servicio, y cuál es el llamamiento ministerial que él les ha extendido. OBJETIVOS ESPECIFICOS Asimilar Y aplicar a su propia experiencia, los conceptos bíblicos de vocación y ministerio. Conocer y reflexionar sobre el desarrollo histórico de la clericalización del ministerio. Comprender y personalizar la visión Neotestamentaria de los dones espirituales. Ampliar la visión de las diferentes áreas de servicio ministerial en la iglesia de hoy.
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UNIDAD 1 IR AL INDICE
DESCRIPCIÓN:
En esta unidad se estudiarán los siguientes temas: que significa el llamamiento al ministerio, que es el ministerio, redescubriendo el ministerio, el ministerio de la mujer y el ministerio personal de cada creyente.
La
importancia del ministerio esta en enfocar al alumno en lo que significa el ministerio y valorar el hecho de que somos real sacerdocio.
OBJETIVOS: Identificar cuales son los componentes del llamado ministerial. Describir las bases Bíblicas del llamamiento cristiano. Analizar el llamado desde diferentes puntos de vista. Reconocer la importancia del ministerio cristiano. Valorar el ministerio cristiano.
EJES PROBLEMICOS:
En el desarrollo de
esta unidad nos haremos algunas preguntas o ejes
problémicos que estaremos despejando a la luz de las lecturas y del módulo de estudio.
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o ¿Qué es el ministerio cristiano y que implicaciones tiene para el creyente de hoy? o ¿Cuál ha sido el desarrollo histórico del ministerio desde el Antiguo Testamento hasta nuestros días? o ¿Por qué las bases bíblicas son fundamentales en el llamado de un siervo del señor? o ¿Qué papel desempeña la mujer dentro del ministerio de la iglesia? o ¿Cómo podemos redescubrir nuestro llamado?
LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
Ministerio Personal de cada Creyente. Elvira Ester Zukowsky de Ramírez. Este artículo de cuatro páginas, es importante para poder entender el papel de cada cristiano en el ministerio de la iglesia y conocer cuál es el rol que debemos tener.
La Misión de la Iglesia y el Ministerio de la Mujer. Rebeca Ulloa. Este artículo de 9 páginas, busca valorar el ministerio de la mujer en la iglesia.
Bases del ministerio Pastoral en el Nuevo testamento. Escrito por Carlos T. Gattinoni.
Este artículo de 20 páginas pone las bases a lo que es el
ministerio pastoral
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EL LLAMAMIENTO AL MINISTERIO IR AL INDICE
¿Cómo entra una persona al servicio cristiano vocacional? ¿Recibe el candidato al llamamiento de Dios o simplemente escoger una carrera? ¿Es el ministerio una ocupación o una carrera? Qué es lo que requiere el ministro cristiano? El ministro cristiano requiere una vida moral inspiradora, liderazgo eclesiástico efectivo, habilidades ministeriales, creencias teológicas. Richard Niebuhr habla de que “la vocación es una profesión perpleja” Gaylard Noyce dice: “El agotamiento del ministro, es más el resultado de una identidad pastoral confusa que da sobrecarga de trabajo”. Lo que debemos preguntarnos es ¿A quién sirvo A Cristo o a la congregación? Para esto William Martín dijo: “Todos los cristianos son llamados a servir a Dios en y a través de la vocación”
Las vocaciones en el antiguo testamento religiosas eran Sacerdotes y Profetas. En tiempos de Jesús eran.: Sacerdotes, maestros, educadores, medicina, negocios. Calvino era de origen humilde y digno. Labrador, comerciante, zapatero. Después del año 1.500 la clase alta vivían una vida refinada, obreros. Siglo XVIII. Educadores, médicos, leyes. Siglo XIX. Eran clérigos. Siglo XX. Aparecen una infinidad de vocaciones y profesiones. Entre ellas las tres que predominaron fueron. Medicina, ley y divinidades.
CRISIS EN LA VIDA PROFESIONAL: La ética de la conducta profesional, la perdida de los valores, cambios de intereses, dimensión personal y social
LOS PELIGROS DE SER UN PROFESIONAL: La iglesia de Cristo no necesita profesionales presumidos, preocupados con el manejo de sus propias carreras. La iglesia no necesita miembros orientados al éxito que
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solamente ministran a triunfadores. La iglesia no necesita a quienes esperan la vida cómoda y buena. Los cristianos han de vivir el ideal original de las profesiones “Servir antes que ser servidos” El ministerio es más que una profesión.
CINCO CARACTERÍSTICAS EN LA VOCACIÓN MINISTERIAL Una persona educada------- educación. Una persona experta--------- competente. Una persona Institucional----- autonomía. Una persona responsable----- servicio.
Una persona dedicada-------- dedicación.
¿QUE MIDE EL ÉXITO MINISTERIAL? El éxito según los resultados. Satisfacción personal. Acercamiento espiritual que evalúa el compromiso y la fidelidad.
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¿QUE ES MINISTERIO?
DEFINICIÓN:
Lo primero que sale al paso es el hecho de que la expresión se a tomada en varios sentidos uno que es el servicio y otro es el que abarca todo el servicio cristiano y lo que tiene que ver con el ministerio de la iglesia Viene del griego (diakonia) oficio y obra del diácono , servicio, ministerio de un servicio religioso espiritual y la obra del evangelio en general. “Ministerio”
Es
este
término
general que
abarca
todas
las
responsabilidades de trabajo en las iglesias, pero su definición es muy ambigua ya que algunos hablan del ministerio como la manera de desarrollar la labor de servicio cristiano. David Haney dice: “en algún momento entre los años 33 y la actualidad, el término “ministro” se transformó, tanto gramaticalmente como teológicamente, de verbo (algo que se hace) en sustantivo (la persona que lo hace); lo que originalmente era una función de la Iglesia se convirtió en un funcionario de ella. Es decir al principio el “ministerio” era lo que estaba asignado en común a todos los creyentes; en efecto, todo discípulo tenía su propio ministerio o ministerios. Estos provenían de los dones y llamamiento del Espíritu. El pastor existía en virtud de un don y un llamamiento que consistía en adiestrar a los ministros (los laicos) para sus ministerios”
En la carta de Pablo a los Efesios es la mejor declaración del ministerio que posteriormente Lucero lo llamaría “sacerdocio” de todos los creyentes. (Efesios 4: 1, 7, 8,11-16). El patrón bíblico para el ministerio se deriva de ambos testamentos de la Biblia. Durante el siglo II d. C. se introdujeron desviaciones de dicho patrón y continuaron, haciéndose crecientemente severas en el período medieval de la
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iglesia. A pesar de ello, unos cuantos fieles continuaron siguiendo el patrón bíblico. Esto incluía a Crisóstomo y Agustín en la iglesia primitiva y a los Pulicianos, valdenses así como a Wycliffe y Huss durante el período medieval. El período de la reforma presenció un retorno al patrón bíblico más extenso por medio de la magistral reforma de Lucero, Calvino, Y DE LA REFORMA ANABAUTISTA. Durante el período moderno, líderes puritanos como Baxter, Perkins y Edgard dirigieron un retorno a los principios bíblicos en el ministerio pastoral. Bridges, Morgan y Spurgeon fueron ejemplos de ministerios bíblicos en el siglo XIX. En su misericordia Dios nos ha elegido para que seamos ministros de él. La responsabilidad y privilegio del ministerio ha resultado en el desarrollo de la disciplina ministerial dentro de la teología práctica. También ha producido una larga procesión de individuos que han llenado las páginas de la historia de la iglesia en respuesta al llamado de Dios a ser ministros de la verdad. Esto nos hace pensar el termino
ministerio se convirtió en un sustantivo.
Carente del significado bíblico, el ministerio no sólo fue restringido a la competencia de profesionales, sino también recargado a responsabilidades que pertenecen a otro y son ajenas al Nuevo testamento. En la actualidad, el primer paso hacia la renovación de la iglesia es poner el claro el concepto “ministerio” Tal vez, la gran tarea consista en romper con la tan arraigada definición que hasta ahora hemos usado para ministerio. Según la Biblia esta definición dice que todo discípulo de Cristo tiene un llamado específico o llamados a una tarea en particular, que todo discípulo de Cristo con dones que contribuyen al cuerpo local de los creyentes y que deben ser usados en la totalidad de la empresa misionera. PERSPECTIVA BÍBLICA: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en la sinagoga de ellos, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Al ver las multitudes tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a
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sus discípulos: “A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”
Este resumen del ministerio de Jesús y de su enorme compasión por las multitudes resulta muy instructivo, especialmente si recordamos que en aquellos días los síntomas de la religiosidad judía parece indicar que esta era benéfica para las multitudes. Si examinamos cuidadosa este texto nos da las características del ministerio y estas son: vocación cualidades personales, estilo de liderazgo, carácter y su responsabilidad ministerial.
Hay una enorme distancia entre los conceptos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento en este tema del ministerio.
En el Antiguo
Testamento se nos presenta el sacerdocio de unos pocos, en el Nuevo testamento se nos presenta el ministerio de todos.
En el Antiguo Testamento la función sacerdotal fue importante implicaba consagración ritual a Dios, capacitada para ofrecer los sacrificios y, por ende, otorgaba un poder especial que lo hacía diferente. El poder ante Dios le daba poder ante los hombres.
En el Nuevo testamento los rasgos sacerdotales se le asignan exclusivamente a Cristo y el ministerio es puesto en manos de todos los creyentes. Al desaparecer el acto ritual del sacrificio desaparece la función sacerdotal. En el Nuevo testamento Cristo es el único y suficiente sacerdote: Hebreos 7: 11-16
En la nueva visión neo testamentaria , los sacrificios no acercan a Dios y la consagración ritual no reviste santidad (Heb. 2:14; Gál. 3:19,20; Heb 1:3; Col. 2:9) Jesús es constituido único mediador por
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ser el único sin pecado que puede interceder verdaderamente por nosotros (Tito 2:5; Hb. 9:14,15)
La fe cristiana afirma que los sacrificios que agrada a Dios son de Hechos (Hb. 13:16) y que el culto verdadero es la vida (Hb. 7:27): En el Antiguo Testamento se usa 400 veces el término THYSIA que significa “sacrificio”; en los evangelios solamente dos veces, y eso para desvirtuarlos: Mat. 9: 13; 12:7.
En el Nuevo Testamento se evita el término sacerdote y se usan otros,
como
apostoloi
(enviados),
episkopoi
(supervisores),
diakonoi (servidores), hegoumenoi (dirigentes) o simplemente Koplountes (Los que arriman el hombro). Los dirigentes neo testamentarios no tuvieron nada que ver con el antiguo modelo sacerdotal del viejo Testamento.
Lo único sacerdotal en el Nuevo testamento es la comunidad de vida que brota de Jesús. Ahora, y gracias a Cristo, todos somos sacerdotes: Apocalipsis 1:6; 20:6: 1ª de Pedro 2: 5-9; 1ª pedro 5: 14
El nuevo clericalismo evangélico es una contradicción del modelo neo testamentario del ministerio.
Por lo tanto, tenemos un patrón original y preciso del uso del lenguaje que refleja un conjunto muy original de prácticas. Más importante que el uso del término ministerio del Nuevo testamento. Y al analizar este ministerio encontramos varios aspectos: Los ministerios son diversos; existen muchas funciones diferentes en el cuerpo de Cristo.
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Los ministerios son plurales: en algunos papeles, especialmente los que tienen que ver con la dirección de las congregaciones locales, varios hermanos y hermanas realizaban un mismo oficio. El ministerio universal esta diseñado en la Palabra de Dios en los textos paulinos de 1ª.Cor. 7:7; 12,14 y efesios 4:7.
Los textos bíblicos más importantes para el ministerio
son ( Mateo 8:15;
27:55; Lucas 8:3 y 10:40 Lucas 22:27; Marcos 10:45.
En conclusión podemos decir que el llamado al ministerio es algo que sentimos, cuando dios nos llama. En el ministerio podemos hablar de dos tipos de llamamiento uno que es general y otro particular. Pero en general el Señor nos llama al servicio cristiano.
REDESCUBRIENDO EL MINISTERIO:
Una de las tareas que pretende el curso de vocación y ministerio, es ayudarle a redescubrir su ministerio y enfocarse en lo que Dios quiere para cada uno. El ministerio como hemos visto tiene su énfasis y definición en la Biblia, tiene sus bases en las experiencias.
Para poder redescubrir el
ministerio es clave pensar en la tarea que Dios nos ha mandado a hacer. Antes que hacer algo Dios nos ha escogido para ser alguien en la vida. Y esto comienza con nuestra decisión de seguir a Jesús y en convertirnos en sus discípulos y seguidores. Es por ello que es bueno hacernos las siguientes preguntas ¿Qué debe ser y hacer un ministro de la Palabra?
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¿Cómo puede formarse el ministerio contemporáneo con mandatos bíblicos? ¿Qué tipos de ministerios existen? >El momento de la decisión y habiendo llegado a la proverbial “bifurcación” en el camino de lo que es el ministerio los creyentes debemos decidir entre dos alternativas. La primera es un acercamiento al ministerio que es característicamente pero no necesariamente necesitado de base, centrado en el hombre, llevado por el consumismo y culturalmente definido por los medios de comunicación y medios interactivos. La segunda opción presenta un ministerio centrado, enfocado en Dios, bíblicamente definido y que da prioridad a las Escrituras. En este curso de lógico abogamos por el segundo modelo, el cual acude a la suficiencia de las Escrituras y la reve lación de las obras del pasado, del presente y el futuro de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que tiene la mayor relevancia ahora y siempre. La iglesia tiene que acudir a las Escrituras y enfrentar el reto de dar forma al ministerio contemporáneo con mandatos bíblicos.
El redescubrimiento del ministerio de cada creyente intenta equilibrar las tensiones entre las consideraciones temporales y eternas y entre los factores divinos y humanos en le ministerio. El carácter de Dios, su revelación y su voluntad no han cambiado aunque el tiempo y la cultura lo hayan hecho. Lo cierto del caso es que Dios nos ha llamado a asumir una tarea de compromiso, una tarea de servicio, que implica la renuncia, el considerar el costo y el modelo de Jesús en la paradoja de la vida ministerial. Es por ello que Pablo dice: “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel “ 1ª de Corintios 4: 1,2 .
Redefinir el ministerio nos lleva inevitablemente a redefinir el rol del pastor, del servidor, del diacono, del siervo. Es clave entender claramente el papel que cada uno de nosotros tiene ante la gran demanda ministerial.
Una
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demanda que cada día es más grande y con más necesidades; debido al crecimiento de la iglesia y los nuevos enfoques que nos presenta el mundo. Por ello es necesario redescubrir nuestro ministerio desde la perspectiva de la vocación y el llamado que cada uno ha recibido.
EL MINISTERIO DE LA MUJER EN LA IGLESIA:
Una pastora ordenada dijo una vez “Todos estos años he tenido que luchar contra mi familia, contra los líderes denominacionales, con migo mismo por entender el papel de la mujer en el rol profético y pastoral”
Una estudiante
de último año de un seminario decía. “Por fin tengo una idea del tema que quiero estudiar para la tesis,- algo sobre el papel de la mujer en la iglesia. Y que ministerios hay para la mujer.
Estos comentarios reflejan un gran signo de interrogación en la mente de muchas
mujeres
cristianas.
Algunas
se
niegan
a
asumir
las
responsabilidades de algún ministerio en la iglesia por miedo de ofender a Dios, de desobedecer algún mandato bíblico interpretado a la luz de la enseñanza de su denominación o recibir las críticas de los líderes de la iglesia. Algunas mujeres viven frustradas divididas en sus mentes entre el deseo de responder a un llamado ministerial y la enseñanza que han recibido. Esto nos lleva a plantear e la iglesia en general la necesidad de una nueva consideración del concepto y de la práctica del ministerio de la mujer en la iglesia cristiana.
En los párrafos que siguen, examinaremos
brevemente los conceptos básicos detrás del título del ministerio de la mujer.
Cabe aquí una advertencia: este estudio probablemente presentará más preguntas que respuesta; levantará más problemas que soluciones. Pero, con está limitación en mente se hará un análisis del papel de la mujer.
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EL MINISTERIO
El primer paso en nuestra discusión del ministerio de la m ujer en la iglesia involucra una definición del concepto cristiano de este ministerio.
MINISTERIO SIGNIFICA SERVICIO
La manera en que el Nuevo Testamento comúnmente describe el ministerio de los seguidores de Cristo con el uso de términos como diakoneo, diafonía, diáconos ( servir, servicio, servidor respectivamente) refleja una enseñanza fundamental de Jesucristo: la marca distintiva de sus discípulos es el servicio. (Mateo 20: 26-28; 23:11; 25:44; Mr.9: 35; 10:43-45; Lucas 22: 2627). El carácter de este servicio se deja ver claramente en el sentido original de la Palabra: El diáconos es el sirviente de la casa, diafonía es el trabajo doméstico; diakoneo significa servir a la mesa, un trabajo de esclavo o de la mujer,
trabajo
despreciado
por
los
griegos, quienes
valoraban
la
autorrealización, la autoridad y el ejercicio del poder como propios del hombre. En la Biblia Jesús y Pablo hacen un fuerte énfasis sobre el servicio el término doulos (esclavo) somos siervos de Dios y esclavos de Cristo.
UNIVERSALIDAD DEL MINISTERIO:
Una segunda característica del ministerio ejemplificado en la iglesia del Nuevo testamento es su universalidad. El pueblo de Dios es un sacerdocio santo y real ( 1ª Pedro 2: 4-10) la iglesia en su totalidad tiene el privilegio, la responsabilidad de poner en práctica la función sacerdotal en todos los aspectos de la vida diaria. Cada integrante de la comunidad debe considerarse parte del equipo ministerial del Señor, llámese hombre o mujer.
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En resumen, al hablar del ministerio cristiano estamos hablando de la tarea de la iglesia entera, su responsabilidad de seguir a su maestro en una vida de servicio y sacrificio para el beneficio de otros y para la gloria de Dios
LA MUJER.
Cualquier definición de mujer peca por inadecuada e incompleta,, pero este es el segundo paso en nuestro estudio. En los últimos años se ha escrito volúmenes sobre la mujer y su lugar en la sociedad y en la iglesia y entre ellos encontramos dos posiciones. La primera es la tradicional, que agina a la mujer siempre un papel subordinado al del hombre en el matrimonio, en la iglesia y en la sociedad en general, basándose en una interpretación particular de Génesis 2 y varios pasajes del Nuevo testamento, de ante mano mala interpretación y no teniendo en cuenta los diversos contextos socio culturales y bíblicos. Y la segunda una posición agresiva feminista que desafía toda institución o ideología marcada por lo que se caracteriza como machista. Y aquí se incluye la iglesia y la teología bíblica.
LA CREACIÓN: UNIDAD, IGUALDAD Y COMPLEMETARIEDAD.
El primer elemento que debe entrar en una definición de mujer, nos lleva a la creación de la humanidad (Adán, hombre, el nombre genérico) registrada en Génesis 1: 26-29 y repetida en 5: 1-2. Esto muestra que tanto el hombre como la mujer son creación de Dios. Un estudio cuidados y lo más objetivo posible de Génesis 2 nos lleva a ciertas conclusiones acerca de la mujer.
En primer lugar, su creación o formación fue un acto específico de parte de Dios; la mujer tanto como el hombre, deben su existencia a Dios.
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En segundo lugar, se resalta la unidad de la humanidad y el hecho que el hombre y mujer comparten una misma naturaleza espiritual y una misma relación con Dios. Esta unidad de naturaleza se ve en el uso de la palabra Adán.
En tercer lugar, el relato de la formación de la mujer de una parte del costado del hombre pone el énfasis en el hecho de que los dos sexos comparten una misma sustancia física.
La ayuda idónea de Génesis2: 24-28. ha sido interpretada durante siglos para subordinar la mujer y darle un papel secundario a la del hombre. Esta interpretación se debe a una comprensión errónea de la palabra (ezer) usada 21 veces en el Antiguo Testamento, en la mayoría de las circunstancias se refiere a Dios, que utili za su poder para socorrer a su pueblo, pero la ayuda prevista para Adán no iba a venir de arriba; Dios preparó para él una persona igual a él, una que iba a estar a su lado como su complemento, para darle la ayuda correspondiente que necesitaba.
LA MUJER Y LA IGLESIA.
El presente estudio se limita a la consideración del ministerio de la mujer en la iglesia. Aquí no corresponde a una respuesta al machismo o al feminismo en la sociedad secular. Es por ello que tocaremos el tema del papel de la mujer en el ministerio cristiano.
Podemos comenzar diciendo que el papel de la mujer en el ministerio de la Biblia ha sido preponderante. Desde Rut, maría la hermanan de Moisés, Ester la misma Rahab las podemos ver en el Antiguo Testamento con un papel significativo. En el Nuevo testamento podemos encontrar el ministerio exitoso de las mujeres. Desde María la madre de Jesús, como la mujer
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samaritana, la primera misionera en el Nuevo testamento
y todas las
mujeres que servían al señor en Lucas 8.
Aunque Jesús vivió dentro de una cerrada sociedad tradicional, afectada por el sistema patriarcal judío, muchas veces salió de los límites de su cultura para dirigirse a una mujer o a una gentil. Aceptó la ayuda de las mujeres, les dio un lugar en su grupo de seguidores, converso con ellas, les enseño verdades espirituales. Hasta enseño a Martha y María que era más importante escuchar sus enseñanzas, les confió las primeras noticias de su resurrección.
Esto señala la importancia de la mujer en el trabajo de la iglesia y su papel preponderante, ya que hoy si vamos a una iglesia encontramos muchas mujeres sirviendo, mujeres que evangelizan, predican, enseñan, visitan hospitales, cocinan en la iglesia, diezman y ofrendan para la obra de Dios y muchas de ellas son misioneras en las tribus indígenas. A pesar de todo esto hay iglesias tradicionales que no aceptan el papel ministerial de la mujer, que todavía las vetan para estar dentro del ministerio. Y podríamos hacernos la siguiente pregunta ¿Cómo, entonces, es la iglesia que se reconoce como una comunidad de pecadores redimidos por Cristo por medio de la fe; Una iglesia que se encuentra involucrada en la misión del reino de Dios en la frontera con el Reino de Dios en la frontera con el Reino de este mundo, una iglesia que valora, acepta y permite a la mujer ser parte integral del ministerio cristiano.
En la práctica corriente, una mujer puede servir en la iglesia de mil maneras, y de hecho muchas mujeres están sirviendo como líderes de congregaciones aún en las iglesias
más conservadoras. Sería bueno recomendar a las
iglesias a una evaluación e interpretación de las enseñanzas bíblicas acerca de la mujer y su rol ministerial y manifestar que todos servimos aun Dios del reino y no del reinito y que él no hace acepción de personas.
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MINISTERIO PERSONAL DE CADA CREYENTE
En la sociedad se ha hecho una brecha entre laicos y clérigos.
La iglesia no puede funcionar como una estructura jerárquica.
En la iglesia el ministerio de cada creyente
y el sacerdocio de
todos los cristianos, hace que la iglesia sea lo que debe ser.
Es muy importante tener en cuenta que en el nuevo testamento el pueblo de Dios tiene una nueva identidad.
Es el pueblo del nuevo pacto. Este concepto destruye cualquier concepción que ve al sacerdocio como tarea de una clase especial en el Antiguo testamento, ya que el sacerdocio es de todo creyente.
Es el pueblo del Reino de Dios. El concepto del reino en la Biblia implica la intervención activa de Dios en el mundo, esto significa no solo la presencia de dios, sino también los resultados de su intervención. Isaías 61.1 “en cualquier lugar donde existe el Reino de Dios hay compasión por el necesitado, justicia para el pobre y un toque de amor y transformación para los marginados. En el nuevo testamento continúa con la exposición del reino de Dios.
Es un pueblo de siervos. Dios llamó a Israel su siervo Fil. 2:5-8. son ejemplos del cumplimiento de su servicio.
Es un pueblo investido de poder. En el Antiguo Testamento. El Espíritu Santo es presentado como un agente renovador de la creación de dios y como el que ejerce los cambios tan esperados
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en el era mesiánica. Durante el ministerio de Jesús el Espíritu Santo fue la fuente de su poder. Y después de su resurrección infundió el poder a los discípulos.
Es un pueblo con dones. Para cumplir el ministerio que nos fue asignado por dios, el Espíritu Santo, nos provee regalos o dones que no es otra cosa que herramientas para usar en nuestra tarea de servicio.
EL MINISTERIO PERSONAL DE CADA CREYENTE
“Si la iglesia ha de funcionar coherentemente, con la identidad que le ha sido asignada por Dios, es fundamental, entonces que cada creyente asuma su propio ministerio personal” la visión de Dios para su iglesia. Se ha dicho que la iglesia debe girar en torno a dos funciones primordiales. “la evangelización y la enseñanza”. “ministerio” es sinónimo de una posición jerárquica dentro de la organización de la iglesia” según ella, la iglesia es:
un pueblo restaurado, en un proceso continúo hacia su madurez en Cristo.
un pueblo que hace buenas obras.
un pueblo santo.
un pueblo comprometido con la justicia.
un pueblo que suple las necesidades materiales.
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un pueblo que vive en comunidad de amor.
un pueblo que ora.
un pueblo que adora.
un pueblo de testigos y misioneros.
un pueblo de ministros.
Tarea de la educación cristiana. la educación será el instrumento que permitirá a los creyentes tomar conciencia del propósito de Dios en las tres dimensiones: (universal, local y personal) “Cuando cada creyente comprenda que por ser integrante del cuerpo de cristo es un sacerdote o ministro, y que su desempeño incide
en el
cumplimiento de los propósitos divinos en el mundo, se estará comenzando a transitar el camino de la visión de Dios” “el ministerio es de todos”
MINISTERIO PASTORAL
REQUISITOS: Que sea irreprochable, justo, santo. Marido de una sola mujer. Sobrio, prudente, decoroso, hospedador. Apto para enseñar, retenedor de la palabra fiel. administrador. No-dado al vino, ni amigo de peleas. Que no sea codicioso ni avaro.
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Que gobierne bien su casa. Que tenga buen testimonio. No un neófito. Que no caiga es descrédito. Que sea amable y apacible. MINISTERIOS PASTORALES: Pastor General, pastor de jóvenes, pastor de departamento infantil, pastor del ministerio musical, pas tor de logística, pastor ministerial.
OTRAS OPCIONES VOCACIONALES:
MISIONERO: Apertura de nuevas iglesias. APÓSTOL: Visitar a los misioneros y acompañarles. PROFETA: Ministerio de la predicación profética. CAPELLÁN: Atención en hospitales, colegios, clínicas. CONSEJERO FAMILIAR. Guiar a las personas MAESTRO DE ESCUELA, COLEGIO, SEMINARIOS. CARGOS ADMINISTRATIVOS. Secretario ejecutivo. LA COMUNICACIÓN. Radio, televisión, escritor. EVANGELISTA. Predicación masiva grupos grandes. MINISTERIOS DE APOYO. Coordinador de ministerios. CUIDADO PASTORAL. Cuidar la vida de los ministros. IMPULSOR DE IGLESIAS. Quien levanta iglesias
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PREGUNTAS DE REFLEXIÓN IR AL INDICE
El alumno después de estudiar esta unidad y la lectura de la antología en la parte final del módulo deberá responder las siguientes preguntas de reflexión.
1. ¿Cuáles son los aspectos más importantes que debe tener en cuenta una persona que es llamada al ministerio?
___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________
2. ¿Explique por qué el ministerio se convirtió en un sustantivo?
3. ¿Cuáles son las diferencias que existen en el Antiguo y Nuevo Testamento sobre el ministerio?
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_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ ____________________________________________________________
4. Haga una breve sinopsis de la historia del ministerio. _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________
5. ¿Qué significa los siguientes términos:
5.1.
Apostoloi:____________________________________________
5.2.
Thysia:_______________________________________________
5.3.
Episkopoi:____________________________________________
5.4.
Diakonoi:_____________________________________________
5.5.
Koplountes:__________________________________________
5.6.
Hegoumenoi:__________________________________________
5.7.
Ezer:_________________________________________________
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5.8.
Diakoneo._____________________________________________
5.9.
Doulos:_______________________________________________
6. ¿Explique por qué los ministerios son plurales, universales y diversos?
___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________ ___________________________________________________________
7. ¿Por qué la iglesia a través de la historia ha relegado el papel de la mujer en el servicio cristiano? (Ver estudio en el módulo y la antología: La misión de la Iglesia y el Ministerio de la Mujer de Rebeca Ulloa). _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________
8. ¿cómo un creyente puede darse cuenta de la importancia de su ministerio como Sacerdote de Cristo? (ver módulo y la lectura en la antología. “El ministerio de todo Creyente” de Elvira Ester Zukowsky de Ramírez. Revista Misión, diciembre de 1983.
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_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ ________________________________________________________
9. ¿Cuáles son las Bases Bíblicas del Ministerio?
_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _________________________________________________________
10 ¿Qué diferencia existe entre servicio y ministerio?
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UNIDAD 2 IR AL INDICE
LA VOCACIÓN
DESCRIPCIÓN:
En esta unidad se estudiara el tema de la vocación al servicio del reino de Dios y de la iglesia. Durante el desarrollo de esta sección se estudiará los siguientes temas.
El concepto de vocación, las definiciones, etapas del
desarrollo vocacional, perspectivas bíblicas de la vocación, el llamamiento general y particular, principios antes de escoger la vocación, mi vocación y servicio, principios antes de escoger una vocación, el bivocacionalismo guías prácticas para descubrir la voluntad de Dios.
OBJETIVOS: Conocer las bases Bíblicas de la vocación. Distinguir las diferencias que existen entre vocación y llamado. Identificar cuales son las etapas del desarrollo vocacional. Diseñar una estrategia para descubrir la voluntad particular y general de Dios para mi vocación. Entender el significado del término bivocacionalismo.
EJES PROBLEMICOS:
En el desarrollo del estudio del modulo, nos haremos algunas preguntas problemitas. Que esperamos sean despejadas a la luz del estudio del modulo y de las lecturas complementarias.
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o ¿Qué entiende por vocación? o ¿Cuáles son los elementos más importantes que se desarrollan en el llamamiento vocacional? o ¿Cuáles serían las perspectivas bíblicas que se debe tener en cuenta en el desarrollo vocacional? o ¿Cuántas razones debo tener en cuenta antes de escoger la vocación? o ¿Qué es el bivocacionalismo y que ventajas o desventajas tiene?
LECTURAS COMPLEMETARIAS:
La Visión Paulina del Ministerio, de John Howard Poder, artículo de u páginas que hablan de la vocación ministerial, teniendo como basa la Apóstol Pablo.
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LA VOCACIÓN IR AL INDICE
CONCEPTO DE VOCACIÓN: El vocablo procede del latín Vocatio, que significa “Acción de llamar” Este vocablo encierra el concepto religiosos del llamamiento de Dios. Vocatio deriva del verbo Vocare, que significa llamar. La pregunta es ¿Quién llama? Las diferentes definiciones contienen la idea de un llamamiento a una profesión, a un estudio, a una actividad, a un estado, a una actividad o a un género de vida. La vocación significa llamado. La vocación implica toda nuestra vida y realización de nuestros ideales; la eficiencia de nuestra obra; la satisfacción en aquello que nos ocupamos y nuestro espíritu victorioso. La vocación nos impele a obrar de tal modo que todo lo que pensemos, planeamos o realicemos se adapte a nuestro ser como el alma al cuerpo. Nuestra vocación particular hallará su vocación plena cuando nuestra vida se ajuste perfectamente a ella.
DEFINICIONES: “La vocación corresponde a la actividad profesional deseada, conforme a la orientación de las tendencias personales preferidas, que resultan de un
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conjunto de motivaciones (instintivas, afecti vas, y utilitarias), que incitan a elegir un oficio y no otro según la atracción” Pieron. “La vocación es en su etimología y en su real y vulgar aceptación, la voz interior que nos lleva hacia una profesión y ejercicio de una determinada actividad” Gregorio Marañon.
Escoger una vocación es una de las decisiones más importantes y de mayor alcance del hombre. La ocupación que escojamos determinará como vamos a emplear por lo menos un tercio del tiempo que permanecemos sin dormir. Nuestro trabajo determina nuestros ingresos, y estos a su vez afectan el propio nivel de vida y el lugar de residencia, el tipo de trabajo que hacemos y el éxito en nuestra profesión. La selección de una ocupación tiene especial importancia para el cristiano, cuando aceptamos el hecho de que Cristo es Señor de nuestras vidas. La vocación viene de Dio, quien tiene un lugar determinado para que cada persona dedique su vida en una ocupación especial. ETAPAS DEL DESARROLLO VOCACIONAL:
1. La Etapa de Crecimiento. (Concepción hasta los 14 años). 1.1.
época de fantasías profesionales.
1.2.
El niño tiene que tomar decisiones laborales y realistas.
1.3.
El niño vive de imaginaciones, queriendo ser lo que es el padre.
2. La Etapa Exploratoria. (15 a 25 años) 2.1.
La persona trata de hallarse así misma, desarrollando prioridades.
2.2.
La persona elabora planes ocupacionales sobre una base real.
2.3.
la persona tiene tropiezos, vacilaciones, desorientación mientras que intenta ubicarse dentro de su vocación.
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3. La Etapa de Consolidación. (25 a 45 años). 3.1.
El hombre se establece, forma familia, hogar y lugar en el rol.
3.2.
Aquí se aprecia menos vacilaciones, hay luchas para afianzarse en la vida.
4. La Etapa del Mantenimiento. (45 a 60 años) 4.1.
La persona procura aguantarse en la posición alcanzada.
4.2.
Es más constante en su trabajo y profesión.
4.3.
Se mantiene allí hasta su jubilación.7
5. La Etapa del Declive. (60 en adelante) 6.1.
Etapa de jubilación.
6.2.
Crisis por disminución de actividades vocacionales.
6.3.
Adaptación al retiro.
6.4.
Insatisfacción al acostumbrarse al ocio.
PERSPECTIVA BÍBLICA DE LA VOCACIÓN: Dios es quién nos convoca o nos llama porque nos trata de manera singular y porque tiene un plan especial para cada uno(a) (Jeremías 1:5; 1ª Corintios 9: 16,17). “Para los cristianos, vocación significa nada menos que Dios tiene interés en cada persona y que se ha preocupado por mí desde mi nacimiento. Dios tiene planes para cada persona, para ser y hacer algo específico que llene sus planes” Santiago Canclini. La Biblia nos señala diferentes vocaciones: Génesis 2.18 La vocación de la ayuda idónea (Hasta aquí no había diversificación). Génesis 4:2 aparece la profesión de pastor de un rebaño de ovejas
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ya indica diversidad de oficios; además Génesis 4:20; 4:21; 4:22. en estos textos aparecen Los que crían ganados, los músicos, artífices de toda obra de bronce y hierro hoy día, la diversidad es impresionante. Ya que uno encuentra una cantidad de profesiones y carreras universitarias, como también diversidad de trabajos y ministerios en la iglesia.
Es fundamental y prioritario descubrir el propósito de Dios para nuestras vidas (Efesios 2:10; 5:17, Col. 1: 9; 4:12
EL LLAMAMIENTO GENERAL:
Dios llama a toda persona a aceptar el amor de Dios, a ser santos, a amar y disfrutar su amor, a ser hijos suyos, a glorificar su nombre (Efesios 1: 3-6). Este llamamiento se responde por medio de la aceptación de Jesús como Señor y Salvador; así se inicia la nueva vida que Dios desea para todos.
Dios nos llama a todos en general a formar parte de su pueblo, a formar parte de la comunidad de fe (1ª de Corintios 1: 2,9; 1ª de Pedro 2:9,10)
Dios llama a su pueblo a participar en la misión de Cristo, que es extensión de su Reino sobre la tierra. Esta misión es integral. (Juan 20:21; Marcos 16:15)
Dios nos llama, antes que a hacer algo (una tarea), a ser algo (una persona): a tener comunión con Jesucristo (1ª. De Corintios 1:9): a ser libres (Gálatas 5:13):: a disfrutar de su paz (Colosenses 3:15); a ser santos (Romanos 1:7; 1ª Pedro 1: 15,16); a testificar ( 1ª de Pedro
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2:9); a sufrir (1ª de Pedro 2:20,21); a participar de la gloria (1ª de Pedro 5:10)
EL LLAMAMIENTO PARTICULAR:
Dios tiene planes concretos y especiales para cada persona. El llamamiento Particular es personal y específico (Exodo 3: 4 , 5,10 y Hebreos 5:4)
Los planes de Dios responden a las necesidades del mundo y son expresión de su amor para con todos (Éxodo 3:7 y Mateo 9:36)
Conocer la voluntad particular de Dios es de suma importancia para todo creyente.
El llamamiento general lo encontramos en las Escrituras, no así el llamamiento particular. En este último requerimos de guías diferentes. En resumen: el llamamiento general es para todos, el particular es para cada persona.
Una consideración adicional: Pablo, en 1 de Corintios 7:20 diferencia el llamamiento general (en que fue llamado) y el llama miento particular (el estado). En el primero se refiere a la conversión y en el segundo al estado civil (casado o soltero), cultural (judío o gentil) y social (esclavo o libre). Dice John Stott refiriéndose a este caso: “A lo que se oponía Pablo era a las acciones irreflexivas e imprudentes, al cambio por el solo Echo de cambiar, y especialmente a la noción de que nada anterior a la conversión , y nada fuera de la religión, tuviese valor para Dios”
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Es también importante destacar que para los cristianos cada vocación es sagrada, sea secular o religiosa, en la medida que a través de ella podemos glorificar a Dios (Exodo 31: 1-11) Este es un principio rescatado y proclamado por la reforma protestante del siglo XVI.
Dios es quien nos convoca o nos llama porq ue nos trata de manera singular y porque tiene un plan especial para cada uno de nosotros. (Jeremías 1:5 y 1ª Cor. 9:16,17) Para los cristianos, vocación significa nada menos que Dios tiene interés en cada persona y que se ha preocupado por mí desde mi nacimiento. Dios tiene planes para cada persona, para ser y hacer algo específico que llene sus planes. La Biblia nos señala diversas ocupaciones o vocaciones y diversidad de oficios, hoy en día la diversidad es impresionante: En la Biblia tenemos las siguientes vocaciones (Génesis 2:18; 4:2; 4:20-22. Es fundamental y prioritario descubrir el amor de Dios para nuestras vidas. (Efesios 2.10; 5:17; Colosenses 1:9 y 4:12) El llamamiento es General: Dios llama a cada persona a aceptar el amor de Dios, a ser santos, a amar y disfrutar su amor, a ser hijos suyos y glorificar su nombre, Dios nos llama a ser parte de su pueblo, a participar en la misión de Cristo que es la extensión de su Reino sobre la tierra. Esta misión es integral. Dios nos llama antes que hacer algo (una tarea), a ser algo (una persona): a tener comunión con Jesucristo, a ser libres, a disfrutar de su paz, a ser santos, a testificar, a sufrir y participar de su gloria. El llamamiento es particular. Dios tiene planes concretos y especiales para cada persona.
El llamamiento es particulares persona y
específico. Los planes de Dios responden a las necesidades del mundo y son expresión de su amor para con todos. “Conocer la
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voluntad particular de Dios es de suma importancia para todo creyente”
PRINCIPIOS ANTES DE ESCOGER LA VOCACIÓN DE TU VIDA
Tres grandes decisiones, merecen cuidado, pensar, y orar mucho al Señor. Escoger seguir al Señor, escoger la compañera de la vida y escoger la profesión de la vida. Esto demanda mucha dependencia en Dios y un gran análisis. Los principios entre otros son: Escoger de acuerdo a la voluntad de Dios. Romanos 12:2; 1ª Juan 5.14 Poner en oración las decisiones de tu vida profesional. Escoger de acuerdo a tus dones, talentos, destrezas y habilidades. Mirar el medio social y las necesidades del mundo. Escoger tu profesión y vocación, en la cual tenga satisfacción, amor hacia dicha profesión. Facundo Cabral dice “la persona que no trabaja y no hace las cosas con amor, viene a ser un desempleado en potencia” Escoger una profesión que ayude al sostenimiento. Que la profesión no sea tan saturada y pueda servir de aporte a la iglesia y a la sociedad. Escoger personalmente sin dejar que otros ejerzan presión. Que la profesión y la vocación sean para la gloria de Dios.
MI VOCACIÓN Y SERVICIO ¿“Para que sirvo yo”? toda vocación de servicio tiene como principio el servicio a Dios. Y este servicio está delineado por una vida de entrega a
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él y de descubrir los dones y capacidades que Dios le ha dado. Mi vocación y servicio implican:
Andar como es digno de la vocación. Efesios 4.1
Reconocer que somos creados para toda buena obra. Efesios 2:10
Aceptar el desafío de Dios Juan 15.16.
Servir a Dios es la mejor elección e inversión de tu vida.
MI VOCACIÓN IMPLICA ENTENDER QUE SIGNIFICA EL REINO DE DIOS
Cuando hablamos de servicio y de mi vocación, es muy importante entender que servimos al Reino de Dios y no a nuestro reinito. Este Reino de Dios tiene cuatro dimensiones.
LA DIMENSIÓN INTERIOR LA DIMENSIÓN SOCIAL LA DIMESNIÓN ECLESIAL LA DIMENSIÓN ESCATOLÓGICA. APUNTES GENERALES SOBRE LA VOCACIÓN
Carl F. Henry dijo: “A través del cristiano es su lugar de trabajo, el mundo tiene contacto con el siervo de Dios”
Jóvenes necesitamos consagrar nuestros dones al Señor.
Tú que res médico, abogado, ingeniero, licenciado, terapeuta, psicólogo, trabajador social, administrador, contador, zapatero,
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orfebre, músico o profesional en cualquier área. Consagra tu vida de servicio al Señor.
El mundo en que vivimos necesita de la influencia de un pueblo cristiano y de jóvenes preparados para servirle mejor. Moody dijo “Veo al mundo perdiéndose Dios me está llamado, yo no puedo ver al mundo perdiéndose y quedar inerte sin servirle”
En medio de tanta necesidad en el mundo y en la iglesia El Señor requiere de ti, de tu profesión, de tus dones, de tus talentos, tu capacidad, tu tiempo, tu dinero, tu familia y de toda tu vida.
Cuando Dios toma una persona y esa persona se deja moldear por él, ocurren grandes cosas en su vida. El ministerio del gran Moody fue grande y a pesar de ser un hombre humilde y de muy poca elocuencia y capacidad intelectual; Dios lo usó “Una vez fue enviado un periodista para que lo entrevistara y observará porque este hombre era tan especial y elocuente. El periodista asistió a una de sus campañas y lo oyó hablar. Al terminar le pidió la entrevista y le dijo: me han mandado para que averiguara cual es el secreto de su vida y que cosa rara veo en usted. Pero con sinceridad no veo nada en usted raro y que lo haga lo que es. Moody respondió: Eso es lo raro que a pesar de no ser nada. Dios me usa grandemente” EL BIVOCACIONALISMO:
El término bivocacionalismo se usa para describir a una persona que trabaja combinando actividades una actividad secular y un ministerio cristiano ya sea como pastor, misionero, profesor teológico etc.
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E apóstol Pablo vivió la experiencia del bivocacionalismo en razón a las contradicciones de la obra misionera en el primer siglo Hechos. 18:1-3; Hechos 20:32-35.
Cada día se encuentran más servidores de la obra de Dios que son bivocacionales.
Ventajas: Facilita el sostenimiento económico, permite el anuncio del evangelio a otros círculos de la sociedad, promueve la vinculación de un mayor numero de personas al servicio del Señor, desahoga de posibles presiones de entes eclesiásticos, etc.
Desventajas: Puede conducir al descuido de la obra del Señor por sobrecarga de trabajo, puede detener el crecimiento de la iglesia, agota física y emocionante, disminuye el rendimiento ministerial. etc.
El ejemplo de Guillermo carey: el padre de las misiones modernas (s. XVIII) fue a la india como misionero y en vista de la escasez de fondos provenientes de Inglaterra se sostuvo siendo supervisor de una fábrica, agricultor y profesor.
GUÍAS PRÁCTICAS PARA DESCUBRIR LA VOLUNTAD PARTICULAR DE DIOS
¿Cómo pretender descubrir la particular de Dios, si ésta no nos enseña por medio de las Escrituras? UN PROCEDIMIENTO:
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Reconocer que la voluntad de Dios es la guía más segura para su vida y decidir entregarse a ella sin restricción alguna (Salmos 25:9)
Orar pidiendo su dirección. Santiago 1:5
Consultar las expectativas e inclinaciones con cristianos maduros y personas responsables. Proverbios 13:10
Pensar con detenimiento y reflexionar con seriedad los pro y los contra de las diferentes alternativas. Salmo 32: 8,9
Evaluar las circunstancias y las oportunidades sin concederles a ellas la única Palabra: Proverbios 14:12; Hechos 16:6,7
Esperar en dios, en lugar de apresurarse o manifestar impaciencia. Mateo 2:13.
ELEMENTOS PSICOLÓGICOS DEL LLAMAMIENTO VOCACIONAL Y MINISTERIAL:
Deseo inconsciente de aceptación o figuración.
Deseo inconsciente de expiar una culpa pasada.
Deseo inconsciente o consciente de satisfacer a una autoridad: padres, pastores etc.
Deseo inconsciente de poder.
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FACTORES INCIDENTES:
¿Cómo incide mi temperamento y mi personalidad?
¿Cómo incide los dones que el Señor me ha confirmado.
¿Cómo inciden las necesidades sociales y eclesiales de mi propio contexto?
¿Cómo
incide
la
estructura
particular
de
la
iglesia,
denominación o misión donde sirvo?
¿Cómo inciden mis necesidades personales¿ económicas, familiares y de salud.
¿Cómo incide mi modelo familiar y mi tradición cultural.
ALGUNOS COMPONENTE DEL LLAMADO VOCACIONAL:
Una convicción interna que persiste a través de los años.
La consideración de las apremiantes necesidades del mundo.
Una voz audible otra experiencia milagrosa.
Convicción de la congregación local.
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CUATRO INTERROGANTES COMPLEMENTARIAS:
¿Qué desea Dios de mí? ¿Qué es lo que él desea que haga?
¿Cuáles son las capacidades que Dios me ha dado?
¿Qué está haciendo Dios en este mundo y cuáles son sus planes?
¿Cuáles son las necesidades prioritarias de este mundo y cómo podría ayudar a suplirlas?
Nota: El alumno debe responder estas inquietudes de manera personal y teniendo en cuenta lo estudiado en el módulo y en las lecturas complementarias.
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PREGUNTAS DE REFLEXIÓN IR AL INDICE
1. Defina claramente los términos Vocatio y Vocare.
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2. Cuales son las definiciones de Pieron y Marañon y cual de las dos es la más clara y acomodada al ministerio.
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3. Señale las cinco etapas de la vocación y explique cada una de ellas.
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_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________
4. Que es le llamamiento general y el llamamiento particular y señale los ejemplos que son presentado en el modulo.
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5. Cuales son los principios que debemos tener en cuenta antes de escoger nuestra vocación.
_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________
6. Cuál fue la frase que aportó Moody al ministerio y la vocación.
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7. Cuáles son las cuatro dimensiones del Reino de Dios. Explique cada uno y de ejemplos.
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8. Quién fue Moody y que aportes puede destacar en la vocación y ministerio.
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_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ 9. Que es bivocacionalismo y que opina usted de las ventajas y desventajas presentadas en el modulo.
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9. Que debo hacer para servir al SeĂąor.
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10. CuĂĄles son los procedimientos para descubrir la voluntad particular de Dios para nuestras vidas.
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11. Explique los elementos psicológicos del llamamiento y formule ejemplos claros de cada uno ellos.
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12. Según Yoder en su artículo en las antologías: Cómo es la visión paulina del ministerio, explique y amplíe el tema:
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UNIDAD 3 LA VOCACIÓN Y EL REINO DE DIOS IR AL INDICE
DESCRIPCIÓN:
En esta unidad, se estudiarán los siguientes temas: El Panorama Bíblico del Ministerio, La Biblia y el Reino de Dios, que relación existe entre el Reino de Dios y la vocación, el Ministerio del creyente y su relación con el reino de Dios.
OBJETIVOS: Conocer las Bases Bíblicas del ministerio. Identificar en la Biblia los versículos que hablan del Reino de Dios. Distinguir la relación que existe entre el Reino de Dios y la Vocación particular. Descubrir cual es el ministerio que tiene cada creyente. Señalar cuales son los panoramas que nos ofrece el ministerio en la vida del reino de Dios.
EJES PROBLEMICOS:
En el desarrollo de esta unidad, nos estaremos haciendo las preguntas en cuanto al desarrollo del ministerio y su relación con el Reino de Dios y la vocación. o ¿Qué es el ministerio?
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o ¿Qué es el Reino de Dios? o ¿Cuál es la relación entre el Reino de Dios, el ministerio y la vocación? o ¿La iglesia de hoy sirve al Reino de Dios o a su propio reinito? o ¿Qué diferencia hay entre Reino de Dios y Vocación? o ¿Cuáles son las cuatro dimensiones del Reino de Dios?
LECTURAS COMPLEMENTARIAS
C. Rene Padilla. La Biblia y el Reino de Dios. Es un artículo de de 21 páginas donde el autor plantea la importancia del Reino de Dios y la Biblia. Igualmente las reacciones de Pedro Arana y Darío López.
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PANORAMA BÍBLICO DEL MINISTERIO IR AL INDICE
En la actualidad, el primer paso hacia la renovación de la iglesia es poner en claro el concepto del ministerio, el Ministerio desde la perspectiva del Reino, LA BIBLIA Y EL REINO DE DIOS
Uno de los temas más emocionantes del estudio del ministerio, es el reino de Dios.
Estamos ante un tema que ha sido motivo de exploración desde Varias perspectivas. Es uno de los símbolos Bíblicos que más ha cautivados a los teólogos, y nos sólo a los teólogos, sino a muchos ideólogos. El símbolo del Reino de Dios apunta a la realización de la voluntad de Dios en relación con la creación de una nueva sociedad, caracterizada por la justicia y la paz, liberada del pecado y de sus consecuencias. Hablar del Reino de Dios es hablar del propósito redentor de Dios en Cristo Jesús., propósito que abarca a toda la creación. Es hablar de la vocación histórica que tiene la iglesia respecto a ese propósito aquí y ahora, entre los tiempos; es hablar de una realidad futura, una realidad escatológica, que constituye el punto de partida a la vez que la meta de la iglesia. Consideraciones básicas del reino de Dios en la Biblia:
El énfasis principal central den Nuevo testamento, es que Jesús ha venido a cumplir las profecías del Antiguo Testamento y que en Su persona y Su obra el reino de Dios se ha hecho una realidad presente.
La manifestación del reinado de Dios se dará en términos de justicia y paz. El gobernará sobre todas las naciones de la tierra; su reinado no tendrá fin.
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El Reino de dios, es una presente y una realidad futura; ha venido y está presente entre nosotros y vendrá, de modo que esperamos su advenimiento.
El Reino tiene que ver con el poder dinámico de Dios por medio del cual los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio.
La misión histórica de Jesús sólo puede entenderse en conexión con el reino de Dios.
La enseñanza de Jesús es sobre la ética del Reino, los valores que auspician son los valores del Reino, la nueva comunidad que forma está llamada a ser paradigma de la nueva humanidad bajo el dominio de Dios. Diríamos entonces que el Reino de Dios es el poder dinámico de Dios que se hace visible por medio de las señales concretas que muestran que Jesús es el Mesías.
EL MINISTERIO DESDE LA PERSPECTIVA DEL REINO:
El Reino es el tema más destacado en los Evangelios. “Reino de Dios o Reino de los Cielos” son la misma ide. (mateo 3.1,2; 5: 3; 6:10, 33; 24:14; Lucas 8:1; 9:2; 23:42,43; Juan 3: 1-7; 18: 36; Hechos 1: 3-6)
El Reino antecede a la iglesia y es el tema unificador de los dos testamentos: Isaías 11: 6-9; con Apocalipsis 11:15; Miqueas 4:3; Jeremías 31:34 con Efesios 2:15; Gálatas 3:28.
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El reino de Dios es el tema preferido en el Nuevo Testamento para referirse al movimiento de Dios sobre la tierra, mientras que “Iglesia” aparece solamente dos veces en el Nuevo testamento. Mateo16:18 y 18: 15-17
El Reino es el objetivo de Dios y la iglesia es su instrumento, podemos decir con esto que la iglesia es la sierva del reino de Dios.
El Reino de Dios es el gobierno de Dios ejercido y procurado sobre toda su creación. Donde quiera que Dios es Rey está su Reino; donde quiera que no lo es, lo quiere ser.
El Reino de Dios tiene varias dimensiones:
Dimensión Interior: El Reino se hace presente en el corazón del hombre (Marcos 1:14; Juan 3:3) Está es la dimensión esencial de Reino.
Dimensión Social. El Reino se hace presente irrumpiendo en la sociedad y en las culturas (2ª de Pedro 3:13). Esta dimensión cubre el servicio solidario, el reordenamiento de la sociedad, la promoción
humana,
la
reconciliación,
la
fraternidad,
la
compasión, el perdón, etc. Es importante tener en cuenta que si el reino de Dios no afecta la sociedad, no hay un verdadero avivamiento espiritual de la iglesia. Una de las cosas que más me ha marcado en la vida es ver como la iglesia irrumpe en la sociedad necesitada sin distingos de raza, religión, clase social la iglesia que pastoreo cada mes, hace una visita social al departamento de urgencias del hospital
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departamental; para compartir café y pan, orar por los enfermos, dar consuelo a los familiares y acompañar a las personas, Con esto estamos promoviendo el Reino de Dios que tiene una dimensión social.
Dimensión Eclesial: El reino se hace presente en la iglesia como su paradigma para el mundo. Este Reino crece y se manifiesta al mundo, así como un grano de mostaza (Mateo 13: 32: Primero fue Israel (Isaías 2:1-4), ahora la iglesia (1ª de Pedro 2:9).
“La iglesia es el laboratorio que verifica que el
Reino es una posibilidad real y no sólo un ideal subjetivo”
Dimensión escatológica.
El reino se hará presente plena y
eternamente en la vida futura (Apocalipsis 21:1; Lucas 22:29). Así, el Reino “ya es” y “todavía no es”; vivimos esa tensión entre el “ya” y el “Todavía no”
El Reino no es de manera exclusiva eclesial o religioso: “Siempre que los hombres luchan por la paz y la hermandad, cuando combaten la enfermedad, el mal y la pobreza, cuando corrigen la injusticia y protegen a los oprimidos, estamos ante las evidencias muy reales de que anhelan la venida del Reino, no importa como lo llamen, o si su definición es o no cristiana” David Haney
La iglesia debe entonces rescatar la pasión por el Reino, esa pasión que tuvo Cristo: Mateo 6:33; 13: 44-46. El gran propósito de los “Hijos del Reino” y su verdadero objetivo es el Reino. Sin esa visión seguiremos desviados.
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La iglesia no es el Reino La iglesia es, como ya dijimos, su paradigma y su agente de extensión: Lucas 9:2; Mateo 28: 19-20; Hechos 1:8
A la luz de las manifestaciones visibles del Reino de Dios y de la formación de la comunidad del reino, entendemos la proclamación del Reino por parte de Jesús “El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el evangelio”
Es aquí donde surge entonces la pregunta relacionada con el ministerio ¿Quién extenderá el Reino? y ¿Quién hará el ministerio?
El sentido exacto en que el reino ha venido puede verse en la obra y en la persona de Jesucristo, pero es continuada en la iglesia, la iglesia está para ser testigo del dominio de Dios sobre la totalidad de la creación.
El Reino de dios no pertenece exclusivamente al futuro, es también una realidad presente manifestada en la comunidad cristiana que es morada de Dios ene. Espíritu, como dijimos la iglesia es el resultado visible del Reino.
Como comunidad del reino la iglesia confiesa y proclama a Jesucristo como Señor Rey.
¿QUE RELACIÓN TIENE EL REINO DE DIOS Y LA VOCACIÓN?
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Para poder entender nuestra vocación y el llamado de Dios para hacer el ministerio cristiano, debemos tener muy claro el concepto del Reino de Dios. En la experiencia ministerial uno puede observar que el trabajo vocacional, se ha enfocado más al trabajo para mi reinito y no para el Reino de Dios que es tan amplio y tan necesitado.
Necesitamos como siervos del Reino despojarnos del egoísmo personal y ministerial, despojarnos de todo aquello que nos estorba la verdadera visión de Dios, el de ver a un mundo transformado y con propósitos.
Cuando entendemos que nuestro verdadero llamado es a servir y no a vivir de los que servimos, comprendemos el valor del Reino y el propósito de iglesia que tenemos.
En su libro Vida con propósito Rick Warren nos
presenta el verdadero propósito de la iglesia. Una iglesia que adora al Señor, que evangeliza a los perdidos, que discípula a los nuevos convertidos, que sirve al reino, que tiene comunión y compañerismo. Los cinco propósitos de la iglesia son claves en entender nuestra vocación y el servicio que hacemos para el Reino.
Es importante considerar que la comprensión que tengamos de la enseñanza Bíblica del reino de Dios, de allí se deriva nuestro compromiso y práctica evangélica. El evangelio del reino de Dios. La buena noticia de la irrupción del reino en la historia es clave para el discipulado, el seguimiento a cristo y para nuestra eclesiología.
Dentro de nuestra vocación ministerial me atrevería a decir, que en nuestras iglesias no hemos calibrado a fondo ni hemos comprendido suficientemente y a cabalidad, el contenido y las implicaciones del anuncio y vivencia de la realidad del Reino Quiero citar a Wilfredo Kaspoll, historiador y decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de San marcos, después de un trabajo en la iglesia evangélica. llega a las siguientes conclusiones.
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“Lo cierto es que el protestantismo crece aluvionalmente, organiza y moviliza grandes masas humanas que proviene mayormente de los sectores populares y de barrios Marginados. Sobre ellos derraman una sobre carga de ideologías fundamentalistas que los anula social y gremialmente haciéndole aún su conciencia nacional.
Los conversos son bombardeados sistemáticamente
con mensajes
fundamentalistas y escatológicos. Estos se suministran particularmente en las iglesias donde la labor del pastor adquiere un papel decisivo. Su autoridad es reconocida, no hay duda ni cuestionamientos a sus opiniones y mandatos, es autoritario y machista, luchan por crecer numéricamente y por explotar la conciencia y el bolsillo de los feligreses pero se olvidan de la sociedad, del hombre que sufre. Solo son ellos y nada más”
Que dura critica a un evangelio mercantilista y que se ha olvidado del servicio al Reino. Esto nos lleva a revisar nuestra vocación y el propósito que dios tiene para su iglesia como agente del Reino y sierva de él.
Estas opiniones críticas explican de alguna manera, no solo la práctica de un significativo
numero de comunidades evangélicas, sino
también los
contenidos que al interior de ellas se transmite y se enseña. Podemos estar en desacuerdo y diferir de algunas de las afirmaciones que se escuchan y la citada, podemos cuestionar las ideologías religiosas e ideológicas como también las tradiciones evangélicas. Pero si somos honestos tenemos que reconocer, tenemos que admitir, que nos hace falta entender claramente lo que significa el rei no de Dios y su irrupción en luna sociedad enferma y endémica.
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EL MINISTERIO DEL CREYENTE Y SU RELACIÓN CON EL REINO DE DIOS
Tradicionalmente se ha concebido que la iglesia debe girar en torno a dos funciones primordiales: la evangelización y la enseñanza, por tanto se asume que el trabajo en la iglesia en el Reino de Dios es sinónimo del trabajo de la misma iglesia en su enfoque ministerial. En la revista misión de marzo de 1984, Elvira Zukowsky de Ramírez, habla de funciones de la iglesia que es sierva del Reino de Dios.
1. La iglesia es un pueblo restaurado, en un proceso continuo hacia la madurez en Cristo. (Gál. 4:19)
2. La iglesia es un pueblo que hace buenas obras. (Colosenses 3:12)
3. La iglesia es un pueblo santo. (Tito 2:12)
4. La iglesia es un pueblo comprometido con la justicia. (Santiago 2:12)
5. Un pueblo que suple las necesidades materiales de otros.(1ª Juan 3.17)
6. Un pueblo que vive en comunidad de amor. (Juan 13.34)
7. Un pueblo que ora (1ª Timoteo 2:1)
8. Un pueblo que adora. (Juan 4:23)
9. Un pueblo de testigos y misioneros. Fil. 1:18)
10. Un pueblo de ministros. (1ª. Pedro 4:10)
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Lo que acabamos de describir es la función que cumple el Reino de Dios y constituyen el propósito de Dios para su pueblo. Y esto lo hace a través de la iglesia que es su agente.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN IR AL INDICE
1. A qué nos referimos cuando hablamos del Reino de Dios.
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2. Cuál es el enfoque principal del Nuevo Testamento. En cuanto al Reino de Dios.
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3. Analiza los siguientes textos Bíblicos. Mateo 3.1,2; 5.3; 6:10; 6:33; 24:14; Lucas 8:5 y explique como los versículos muestran el Reino de Dios.
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4. Cuales son las consideraciones básicas del Reino de Dios.
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5. Cuales son los propósitos que Rick Warren presenta en el ministerio de la iglesia y en lo que tiene que ver con el servicio.
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6. Cuales son las bases del Reino de Dios.
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7. Haga una comparación de las reacciones de Pedro Arana y Dario López, que están en la antología de este modulo.
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UNIDAD 4
LOS DONES Y LOS TALENTOS IR AL INDICE
DESCRIPCIÓN:
En esta unidad se desarrollarán los siguientes temas: Los dones espirituales claves de nuestra vocación, definición de dones, talentos y ministerios, dones y vocación, el don y los dones, combinación de los dones, textos claves de los dones, propósito de los dones, distribución de los dones, nuestra responsabilidad, aspectos adicionales, definición de talento, diferencia entre don y talento, las bases Bíblicas de los dones, talentos y ministerios, el significado de dones y talentos.
OBJETIVOS: Describir lo que significa don, talento y ministerio. Identificar cuales son los dones, talentos y ministerios que Dios nos ha dado. Conocer la definición de los dones y talentos. Aprender a manejar los dones y ministerios de la iglesia. Señalar la diferencia entre don, talento y ministerio. Desarrollar el test de dones que aparece en este modulo.
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EJES PROBLEMICOS:
En esta unidad nos haremos los siguientes cuestionamientos en cuanto al desarrollo de los dones espirituales y los talentos naturales. o ¿Qué es un don del Espíritu Santo? o ¿Que es un talento? o ¿Qué es un ministerio? o ¿Qué diferencia hay entre don y talento?
o ¿Cuáles son los dones de Palabra, de milagros y prácticos? o ¿Por qué los dones son claves en nuestra vocación?
LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
Wagner Peter: Los dones espirituales. Es una lectura de 28 paginas, en las que el autor define lo que es dones del Espíritu Santo y su desarrollo a través del ministerio.
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LOS DONES ESPIRITUALES IR AL INDICE
LOS DONES ESPIRITUALES CLAVES DE NUESTRA VOCACIÓN:
Los dones son capacidades espirituales por medio de los cuALES Dios se ha permitido equipar a su pueblo para su servicio eficaz dentro y fuera de la iglesia.
DEFINICIONES DE LOS DONES:
“Son capacidades espirituales diferentes al los talentos naturales” “Son capacidades entregadas exclusivamente a los cristianos” “Son gracia de Dios y no el resultado del esfuerzo o de la disciplina humana” “Son herramientas para el servicio, no objetos de vanagloria y orgullo”
Son para servir dentro y fuera de la congregación, pero siempre desde la perspectiva de la misión integral de la iglesia” “Es una habilidad especial que cada cristiano posee como una especie de recompensa por tener un carácter tenaz o por madurez espiritual. El imparte estos dones de acuerdo con su gracia”
DONES Y VOCACIÓN:
A muchos cristianos les mueve la siguiente pregunta: ¿Cuál será el llamamiento de Dios para mi vida? Al hablar con ellos, a veces tenemos la
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impresión de que Dios disfruta llamándolos para tareas que corresponden a las capacidades o dones del Espíritu Santo.
Dios no llama a nadie, sin antes ver sus capacidades sin haberle dotado de los dones para el ministerio. Creo que el Señor nos da los dones nos hace el llamado según las capacidades que cada uno posee y según el carácter de la personalidad ya sea flemática, colérica, sanguínea, etc.
La vocación de nuestra vida depende en gran manera de los dones que Dios me ha dado para el desarrollo del ministerio. Estos dones tienen que ver con la función práctica que cada uno desarrolla.
El tema de los dones espirituales presenta algunos desafíos hermenéuticos:
Las listas presentadas en los diferentes textos bíblicos no coinciden; es decir, no existe una lista única y definitiva.
Los dones no fueron definidos por los escritores bíblicos, solo enunciados.
Los dones no fueron ordenados en categorías o clases diferentes, sencillamente aparecen en las diferentes listas sin clasificación alguna.
La interpretación de los dones (significado, número, vigencia, ect) está sesgada por la tradición de la denominación religiosa o la posición teológica particular del intérprete.
EL DON Y LOS DONES:
El Espíritu Santo es el “don” que descendió en Pentecostés y que se hace realidad viva en cada creyente: (hec hos 2.38; 10:45; 11:17).
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El Espíritu Santo es el “don” que descendió como cumplimiento de la promesa del Padre. (Juan 14:116 y Romanos 5:5)
El Espíritu Santo es el “don” requisito para recibir los “dones”. (Efesios 4:7,8)
COMBINACIÓN DE LOS DONES:
En la vida de la iglesia uno puede ver combinación de dones en los creyentes. Hay unos que tienen el don de evangelización, profecía y misericordia. Otros que tienen el don de servicio y hospitalidad. Otros el don de sanidad, de enseñanza, de servicio, de pastor. Otros el don de fe, de milagros, de lenguas de ayudar. Otros el don de administrar, presidir, apóstol etc. En general es muy común encontrar diversidad y combinación de los dones.
Cada cristiano tiene su combinación especial de dones y esta combinació n tiene con propósito el de servir a través de estas habilidades. Lo importante de tener en cuenta es que la combinación la da el Señor, ya que el reparte los dones como el quiere y según las capacidades de cada persona.
TEXTOS CLAVES PARA LOS DONES:
Los apóstoles Pablo y Pedro son los únicos escritores bíblicos que usan los términos Carisma (singular) y Carismata (plural). Pablo los usa 16 veces pedro una vez según las listas de estos dos apóstoles. En la Biblia aparecen 22 dones. Aunque Pedro Wagner en su lista habla de otros dones como el Celibato, pobreza voluntaria, misionero, hospitalidad etc.
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Los testos bíblicos son: Romanos 12; 1ª Corintios12-14; Efesios 4:712; 1ª. Corintios 7:7; 1ª Pedro 4: 10-11.
PROPÓSITO DE LOS DONES:
Están indisolublemente unidos con los misterios: 1ª Corintios 12:4,5; 1ª Pedro 4:10.
Estos ministerios contribuyen al crecimiento del cuerpo de Cristo (Efesios 4:12). Ese crecimiento es integral, orgánico, numérico y diaconal)
Estos ministerios han de ser realizados de tal forma que
puedan
glorificar a Dios. 1ª Pedro 4:11.
El propósito central es: Glorificar a Cristo, Edificar el cuerpo de Cristo y perfeccionar a los creyentes.
DISTRIBUCIÓN DE LOS DONES:
Cada creyente tiene por lo menos un don espiritual. Romanos 12:6; 1ª Corintios 7:7; 12:7; efesios 4:7; 1ª Pedro 4.10.
Ningún creyente tiene todos los dones del Espíritu: 1ª Corintios 12: 29,30 por eso nos necesitamos mutuamente.
El Espíritu Santo reparte los dones de manera soberana. 1ª Corintios 12:18
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Los dones espirituales en ningún caso son una recompensa a la fidelidad: son distribuidos según el plan de Dios.
Cada don que sabemos que poseemos son para celebrar el amor de Cristo.
NUESTRA RESPONSABILIDAD EN CUANTO A LOS DONES:
Debemos desear los dones mejores. 1ª. Corintios 12:31, la Biblia no plantea aquí, que hayan mejores dones que otros. Todos son iguales y recordemos que hemos dicho que son para gloria de Dios. Cuando nos referimos a los dones mejores, es aquellos que sirven para el desarrollo y crecimiento de la iglesia de Cristo.
Debemos descubrir cuáles son nuestros dones. 1ª.Corintios 12: 1. Hay muchas maneras de cómo descubrirlos y como saber que dones Dios me ha dado.
Algunos serían los consejos
prácticos para descubrir los dones: Orar al Señor para que nos de sabiduría para descubrirlos. Hacer el cuestionario de los dones, tanto el personal como el del pastor y un familiar cercano.
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Mirar que cosas de las cuales hacemos en la iglesia nos producen satisfacción y dan fruto. Oír a otras personas que están en el ministerio.
Debemos dedicar nuestros dones al Señor. (1ª Pedro 4:11). Es muy importante que dediquemos nuestros dones al servicio del Reino de Dios y por ende de la iglesia. “los dones no hacen famosos cristianos, simplemente hacen cristianos servidores”.
Debemos procurar desarrollar nuestros dones al máximo. 1ª Timoteo 4.14.
ASPECTOS ADICIONALES:
Los dones espirituales en si mismo no producen espiritualidad, ni son evidencias de ella.
Los dones espirituales son diferentes a los talentos naturales. Pero estos pueden ser canales por medio de los cuales un don puede ser ejercitado.
Aunque los dones llegan por la gracia de Dios, su desarrollo depende de nuestra disposición y entrega. 1ª de Timoteo 4:14, y 2ª de Timoteo 1:6.
La práctica de los dones debe ser evaluada: o ¿Es genuina? (Juan 15:26).
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o ¿Es Bíblica? (2ª de Pedro 1:21). o ¿Glorifica a Cristo? (Juan 16:14). o ¿Contribuye a qué los cristianos sean semejantes a Cristo? (Juan 16: 8-11.
SIGNIFICADO DE LOS DONES, TALENTOS Y MINISTERIOS.
EL DON DE LA GENEROSIDAD O DAR:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de contribuir con recursos materiales a otras personas y a la obra del Señor de hacerlos con liberalidad y alegría. Es un don especial para ofrendar de manera generosa y abierta.
1. Citas Bíblicas: Lucas 3.11; Lucas 21: 1-4;Juan 12: 3-8; Hechos 4: 3237; Hechos 20:35;Romanos 12: 8 y 2ª de Corintios 8:2-5
2. Posibles Tareas: Comisión financiera, apoyo económico a las misiones, tesorero, asesor económico, coordinador de las ofrendas, apoyo económicos a grandes proyectos.
3. Peligros: Algunos creyentes corren el riesgo de reducir el ejercicio cuando pasan por dificultades económicas, este don no depende la situación económica y de prosperidad.
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4. Consejos. Familiarícese con los proyectos que apoyan a los líderes, mantenga sus ojos abiertos a las necesidades.
EL DON DE LA HOSPITALIDAD:
Peter Wagner y Christian Schwarz, hablan del don de hospitalidad, que es la capacidad que tiene algunos creyentes de hospedar personas en sus casas y son felices haciendo esta labor, los que tiene esta capacidad hacen que la gente que les visite se sienten como en sus casas.
1. Citas Bíblicas: Mateo 10: 11-14,40; 25:35; Lucas 10:38-42; Hebreos 13:1-2; 1ª de >Pedro 4: 9-10; 3ª de Juan 5-10.
2. Posibles tareas: Anfitrión de grupos pequeños, atención a los desamparados, atención a los asistentes al culto, obra entre grupos marginados, alojamiento de visitantes.
3. Peligros: Algunos cristianos que tienen estos dones tienen dific ultad con la familia que no posee este don,
4. Consejos: Comunique a los responsables de su iglesia que le encantaría alojar huéspedes en su casa cada vez que sea necesario.
EL DON DEL CONOCIMIENTO:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de investigar, sistematizar y resumir las enseñanzas de la palabra de
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Dios y penetrar con profundidad en ella. Quien tiene este don aporta ideas muy valiosas a la iglesia. Quines tienen este don regularmente tienen el don de sabiduría y enseñanza.
1. Citas Bíblicas: Romanos 15: 14; 1ª de Corintios12:8; 13: 2, 8-10; 2ª de Corintios 12:7; Efesios 3: 14-19.
2. Posibles tareas: Investigación sobre el crecimiento de la iglesia, preparación de seminarios, planificación a largo plazo, estudios bíblicos, periodismo, estudios teológicos, evangelización creativa.
3. Peligros: Para algunos el conocimiento no aporta nada a la iglesia, Algunos se envanecen en el conocimiento, se vuelven racionalistas, orgullosos y se creen más que los demás.
4. Consejos: Ocúpese de estudiar la Biblia durante más tiempo que los demás, Recopile datos e información que sea importante, estudie cada día más y más para prepararse en el ministerio.
EL DON DE MISERICORDIA:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo
de
sentir compasión por personas
que
están en crisis
o
experimentando dificultades y transformar esa compasión en actos concretos que reflejen el amor de Cristo y alivien los sufrimientos. Los que tienen este don buscan llegar a las necesidades de los demás mediante obras nacidas del amor.
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1. Citas Bíblicas:
Mateo 25: 37-40; Marcos 9:41; Lucas 10:33-37;
Hechos 9:36-42; Romanos 12:4-8; Santiago 1:27; Santiago 2: 14-17
2. Posibles tareas: Consejería espiritual, oración intercesora, obra con grupos marginados, obra en prisiones, misiones internacionales, obra con padres y madres solteras, cuidar minusválidos, visitar hospitales o enfermos, trabajo entre drogadictos.
3. Peligros: Algunos cristianos que tienen ese don son tan sensibles que se vuelven críticos y negativos del sistema, tienden a criticar a los que no tiene este don.
4. Consejos: Este alerta a situaciones en las que los demás necesiten su misericordia, no se puede limitar a una sola tarea, saber escuchar.
EL DON DE ORGANIZACIÓN O ADMINISTRACIÓN:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo para trazar derroteros seguros y conducir las empresas de Dios de tal manera que prosperen, a pesar de las dificultades y los vientos contrarios de la oposición. Este don se evidencia por la habilidad para planear, organizar, ejecutar y evaluar los proyectos emprendidos en la obra del Señor. Este don permite a los cristianos comprender los objetivos para áreas específicas del ministerio y trazar planes para alcanzar estos objetivos.
1. Citas Bíblicas: Éxodo 18: 13-27; 1ª Corintios 12:28; 1ª pedro 4:10. 2. Posibles tareas: Supervisión de diferentes áreas de ministerio, planificación del crecimiento de la iglesia, organización, manejar la finanzas y la dirección de proyectos administrativos.
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3. Peligros: A veces los hermanos que tengan este don se vuelven muy técnicos y descuidan la parte espiritual.
4. Consejos: Participe en seminarios cristianos, y no cristianos, de administración, utilice un sistema de planificación, le puede ayudar a utilizar su tiempo de forma más eficaz.
EL DON DE SABIDURÍA:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo
de
Cristo de conocer las intenciones del Espíritu Santo, de tal manera que reciben la respuesta como aplicar un conocimiento dado a las necesidades específicas en el cuerpo de Cristo. Este don se caracteriza por la habilidad discernir la aplicación práctica de las verdades de Dios a situaciones especiales. Este don permite a los cristianos ayudar a otros y tener la respuesta sabia a una situación vivida en la experiencia del grupo.
1. Citas Bíblicas: 1 Reyes 3: 5-28; 1ª Corintios 12: 7-8; Santiago 3: 1318
2. Posibles Tareas: Consejería, solución de conflictos, equipo de oración, asesoría profesional, cursos de entrenamiento, consejería de dones, seminarios, asesoría de iglesias.
3. Peligros: Como los demás solicitan muy a menudo el consejo de las personas que tiene ese don, se corre el peligro que ofrezcan respuestas a situaciones para los cuales no hay solución útil que ofrecer , hay que tener cuidado con juzgar a los demás.
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4. Consejos. Estudiar casos concretos le ayudará a aprender a aplicar principios generales a situaciones concretas, desarrolle buenas técnicas de para formular buenas preguntas.
EL DON DE APOSTOL:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de salir de sus hogares e ir a fundar o nutrir iglesias entre personas de otros climas y culturas. Este don permite a los cristianos ser reconocidos como líderes espirituales por muchas iglesias diferentes.
1. Citas Bíblicas: Mateo 10:2-15; Juan 13: 12-17; hechos 8: 14-25; 14:14; 15:1-6; Romanos16:7; 1ª Corintios 12:28,29; 2ª Corintios 12:12; Gálatas 1:1; Efesios 4:11
2. Posibles tareas: Implantación de iglesias, asesorías a iglesias, planificación
a
largo
plazo,
responsabilidad
regionales,
de
denominaciones, misiones en el extranjero.
3. Peligros: Algunas personas con este don les falta alguien que pueda corregirles, por eso es bueno verse involucrados en un grupo o comunidad, algunos carecen del don de liderazgo. Algunos plantan iglesias y se quedan como pastores y la obra fracasa.
4. Consejos: Debe ser flexible al llamado y unirse con otros que han sido llamados al ministerio, tener en cuenta los patrones bíblicos que son proporcionados en (1ª Timoteo 3. 1-7; 5:17-22)
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EL DON DE CONSEJERIA O EXHORTACIÓN:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del Cuerpo de Cristo de colocarse al lado de otras personas, y en amor cristianos aconsejarles
o
exhortarles,
consolarlas,
estimularlas,
fortalecerse
o
confortarlas, de tal manera que ellas se sientan ayudadas.
1. Citas Bíblicas: Juan 4: 1-42; Hechos 14: 21-22; Romanos 12:6-8; 2ª de Corintios1: 3-7; 1ª Tes.2:11; 5:14; 1ª Timoteo 5:1
2. Posibles tareas: Integración de nuevos creyentes, visitar enfermos, equipo de consejería, ministerio de células, consejería de dones, equipos de oración, ánimo a los creyentes, consejería matrimonial, familiar, drogadicción, alcoholismo etc.
3. Peligros: Algunos cristianos con este don asumen demasiadas responsabilidades, por lo que su vida personal y espiritual se resiente.
4. Consejos: Aliméntese de la Palabra, la oración, haga cursos de consejería.
EL DON DE EVANGELISTA:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de compartir el evangelio a los no creyentes en forma efectiva, de tal forma que hombres y mujeres se hagan discípulos de Jesús y miembros de la iglesia, especialmente se hace referencia a las personas que hacen labor de evangelista a masas. Este don viene del sustantivo “Euangelistes”
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1. Citas Bíblicas: Hechos 8: 5-5-6; 8: 26-40; 14:13-21; Romanos 10: 1415; Efesios 4:11. 2ª de Timoteo 4:1,2.
2. Posibles tareas: predicación, celebraciones, visitas a enfermos, consejería, programas de radio, misiones, células de evangelización, grupos musicales.
3. Peligros: Algunas personas con este don dan la impresión de ser vendedores o negociantes de almas y algunos ejercen presión sobre los candidatos y se preocupan por los números y se descuida el discipulado.
4. Consejos: Únase a un grupo que este involucrado en actividades conjuntas, adopte programas de evangelización, trabaje con otros que tengan este don, asuma liderazgo en programas de evangelización.
EL DON DE AYUDAR:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de invertir los talentos que poseen en la vida y ministerios de otros miembros del Cuerpo, haciendo posible así que la persona ayudada incremente su eficiencia en el uso de sus propios dones.
1. Citas Bíblicas: Éxodo 18: 21.-22; Lucas 10: 38-42; Romanos 16: 1-2; 1ª de Corintios12:28
2. Posibles tareas: Apoyo a dirigentes, ayuda en secretaría, ayuda en mudanzas, trabajo de conserjería y limpieza.
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3. Peligros: Algunas personas sufren un desorden social conocido como el “síndrome del ayudante” otros exageran en el don y descuidan su vida y su familia.
4. Consejos: Si tiene el don busque oportunidades de ayuda y servicio, observe a los hermanos o ministros que estén sobrecargados ministerialmente y ofrézcales su ayuda.
EL DON DE PRESIDIR O LIDERAZGO:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de servir como facilitadores de los diferentes procesos de integración, movilización y maduración de grupos determinados a fin de que estos avancen hacia metas concretas.
1. Citas Bíblicas: Éxodo 18: 13-27; Romanos 12:8; 1ª Tesalonisenbses5: 12-13; 1ª de Timoteo 3: 1-7; 5: 17-22.
2. Posibles tareas: Pastor, anciano, director de cultos, director de departamentos, planificación a largo plazo.
3. Peligros: Un peligro es aislarse, las tentaciones de dinero, el sexo y el poder.
4. Consejos: Estudie lo que la Biblia dice del liderazgo, estudie los personajes bíblicos como Nehemías, Moisés, José, Daniel, David y Jesús, desarrolle nuevos líderes.
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EL DON DE MISIONERO:
Este don es la habilidad que tiene un persona en otra cultura. El cristiano utiliza sus otros dones en otras culturas dejando su propia cultura para establecerse como misioneros. Regularmente los que tienen este don tienen en don de evangelización.
1. Citas Bíblicas: Hechos 9: 13-17; 14:21-28; 1ª Corintios 9: 19-23.
2. Posibles Tareas: Obra entre los marginados, misión con los trabajadores extranjeros, misiones en el extranjero, fundación de iglesias.
3. Consejos: Aproveche los viajes al extranjero para relaciona rse con la gente de otras culturas, busque oportunidades para estudiar y conocer otras culturas.
EL DON DE SERVICIO:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del Cuerpo de Cristo de identificar las necesidades no satisfechas con respecto a otras personas o a una tarea relacionada con la obra de Dios, y hacer uso de recursos disponibles para satisfacer estas necesidades. Este don permite a los cristianos reconocer donde debe concentrar sus esfuerzos y procurar que se hagan las tareas necesarias.
1. Citas Bíblicas: Lucas 10:38-42; 22: 24-27; Hechos 6:1-7; Romanos 12: 6-7
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2. Posibles Tareas: Arreglos caseros, jardinería, atención a visitantes, cocina y repostería, mantenimiento, cuidado de niños.
3. Consejos: Trabaje de forma consciente para mejorar sus habilidades en el área, Si tiene el don de servir, informe a la iglesia para buscar apoyo.
EL DON DE PASTOR:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de asumir la responsabilidad de edificar, equipar a sus ministerios, coordinar el trabajo y cuidar del bienestar espiritual de un grupo local de creyentes por un período largo.
1. Citas Bíblicas:
Juan 10:1-15; Hechos 20:28-31; Timoteo 4: 11-16;
Hebreos 13: 7,17, 20-21, 1ª de Pedro 5: 1-5 2. Posibles
Tareas:
Dirigir
iglesias,
misiones,
grupos
familiares,
preparación de líderes, visitar, aconsejar a los hermanos, servir de coordinador del ministerio.
3. Consejos: Si tienen el don de ser pastor, descubra sus capacidades, ayude a los demás, ponga en práctica sus dones espirituales.
EL DON DE CELIBATO:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del Cuerpo de Cristo de permanecer solteros y gozarse en ello; no casarse y no sufrir
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tentaciones sexuales indebidas. Este don permite a los cristianos vivir felices siendo solteros, y así servir mejor al Reino de Dios.
1. Citas Bíblicas:
Mateo 19: 10-12; 1ª Corintios 7:7-8; 7: 32-35; 1ª
Timoteo 4:1-5
2. Posibles Tareas: Como el don del celibato hace más efectivo los demás dones, en teoría es posible combinarlo con cualquier tipo de tarea. Este don se puede usar en las misiones, obras sociales de servicio.
3. Consejos: Repítase a sí mismo cada día, tenga cuidado con no afectar el testimonio, reúnase con otros cristianos que tengan el don de celibato y compartan juntos sus experiencias.
EL DON DE LA ENSEÑANZA:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de comunicar verdades espirituales o de facilitar a otros la percepción de esas verdades por sí mismos, para salud y edificación del Cuerpo y de sus miembros, de tal manera que estos aprendan.
1. Citas Bíblicas: Hechos 18:24-28; Romanos 12:6-7; 1ª Corintios 12: 28-29; Efesios 4: 11-14.
2. Posibles Tareas: Ministerio en grupos pequeños, seminarios, cursos de entrenamiento, estudios bíblicos, clases para miembros nuevos, entrenamiento para el desarrollo de líderes.
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3. Consejos: Organice su horario de estudio y preparación, mantenga una actitud de aprendiz, aprenda métodos de estudio y de exégesis básicos de la Biblia, lea libros de retórica, comunicación y pedagogía.
EL DON DE DISCERNIMIENTO:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo que les permite saber con certeza si cierta clase de conducta o de enseñanza que se dice procede de Dios y si es divina o humana.
1. Citas Bíblicas: Mateo 16:22-23; hechos 5:1-10; 8:18-24; 13:6-12; 16:16-22; 1ª Corintios 12:10; 1ª Tesalonicenses 5: 19-22; 1ª juan4:1-5
2. Posibles tareas: Relaciones públicas, consejería, ministerio de liberación, obra con los menos privilegiados, eq uipos de oración, consejo a la iglesia.
3. Consejos: Tener una sólida base bíblica, que sea confirmado por otros creyentes, tenga el don de amor y ser sensibles.
EL DON DE FE:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del Cuerpo de Cristo de tener la seguridad, no solo de creer que Dios puede hacer lo que se le pida, o que lo hará, sino en el sentido más profundo. El ya lo ha hecho.
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Este don se evidencia a través de la habilidad especial de afirmar en forma extraordinaria el poder de Dios y confiar en él.
1. Citas Bíblicas: Mateo 8: 5-13; 17:20; 21:18-22; Romanos 4: 18-21; 1ª Corintio 12:9 y Santiago 1:5-8
2. Posibles Tareas: Dirección de grupos de oración, consejo de la iglesia, planificación a largo plazo, creación de ideas, liderazgo.
3. Consejos: Anote las respuestas a sus oraciones como medio para aumentar su fe, busque el contacto con otras personas, aprenda de personajes bíblicos de fe.
EL DON DE SANIDAD
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del Cuerpo de Cristo de servir como intermediarios humanos a través de los cuales Dios se complace en curar la enfermedad y restaurar la salud, aparte del uso de los medios naturales.
1. Citas Bíblicas: Marcos 2: 1-12; 8:22-26; 16:17-18; Juan 9:1-12; 14:123-14; Hechos 3:1-8; 14: 8-15; 28:8-9; 1ª Corintios 12:9, 28-30; Santiago 5:14-15.
2. Posibles tareas: Consejería, equipo de oración, visitar a los enfermos.
3. Consejos: Si alguien no se cura no se desespere, hay que dar tempo a Dios, ore en grupos de oración cuanto le sea posible, dependa de Dios.
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EL DON DE LENGUAS:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo de hablar a Dos en lenguaje que nunca han aprendido y/o de recibir y comunicar un mensaje inmediato de Dios a su pueblo por medio de una declaración divinamente ungida en un lenguaje que nunca han aprendido.
1. Citas Bíblicas: Marcos 16:17; Hechos 2:1-13;
10: 44-48; 19: 1-7;
Romanos 8:26-27; 1ª. Corintios 12: 10, 28-30; 14: 6,26-28
2. Posibles Tareas: Ministerio de oración, lucha espiritual.
3. Consejos: Si tiene don utilícelo con frecuencia, especialmente durante sus tiempos personales de oración, utilícelo para el beneficio de la iglesia.
EL DON DE INTERPRETACIÓN DE LENGUAS:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del Cuerpo de Cristo de dar a conocer en lenguaje vernáculo el mensaje de aquel que habla en lenguas.
1. Citas Bíblicas: 1ª Corintios 12: 10; 12:27-31; 14:1-5; 14:12-19; 14: 2628.
2. Posibles Tareas: Grupos de oración, equipo de cultos, lucha espiritual.
3. Consejos: El interprete debe depender del Espíritu Santo, cuidado con no distorsionar el mensaje.
tener
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EL DON DE MILAGROS:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos Miembros del Cuerpo de Cristo para servir de intermediarios humanos a través de los cuales Él se compadece en ejecutar actos poderosos, que son percibidos por los observadores como alteraciones del curso ordinario de la naturaleza.
1. Citas Bíblicas: Mateo 14: 28-33; 24:23-24; Lucas 10: 17-20; Juan 14: 2-14; hechos 9: 36-42; 19:11; 20: 9-12; Romanos 15: 18-19.
2. Posibles tareas: Ministerio de oración, misiones, lucha espiritual.
3. Consejos: Tener cuidado de no robarle la gloria al Señor, depender de Dios.
EL DON DE PROFECÍA:
Es la capacidad especial que Dios da a ciertos miembros del Cuerpo de Cristo de percibir correctamente la voluntad divina y de propalarla con claridad a otros a través de palabras divinamente dirigidas.
1. Citas Bíblicas.
Mateo 7: 15-22; 24: 11.23-24; 15:32; 1ª Corintios
12:28,29; 14: 3,22-40; 1ª Juan 4.1-6.
2. Posibles Tareas: Misiones, campañas de evangelización, planificación, obra social, grupos celulares.
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3. Consejos: Debe adquirir buena base bíblica, tener una relación espiritual con Dios, consultar con otros, informarse bien de los elementos del llamado.
EL DON DEL SUFRIMIENTO:
Es la capacidad que Dios da a ciertos miembros del Cuerpo de Cristo de sufrir por causa de la fe y al mismo tiempo mantener un espíritu gozoso y victorioso.
1. Citas Bíblicas. Hechos 7: 54-60; 8:1-4; 20:22-24; 1ª Corintios 13: 13; 2ª Corintios 1: 8-11; 11. 21-33;
12: 9,10; Filipenses 1. 12-
14. 2. Posibles Tareas: Intercesión, misiones en el extranjero, obra pionera.
3. Consejos: Algunos que tienen este don esperan que los demás cristianos también lo tengan, debe tener cuidado de no juzgar, no terminar siendo masoquista. APORTES FINALES: Si no sabe cuales son sus dones es sencillamente porque nunca los ha identificado. Un don espiritual es una habilidad especial que Dios da según su gracia, a cada miembro del cuerpo de Cristo para que sea utilizado en el desarrollo de la iglesia.
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Cada cristiano tienen una combinación diferente de dones. Cuando usted descubre sus dones; esto le coloca dentro de una minoría. No es de esperar que el mismo don lo posean la mayoría de los cristianos. Así como el cuerpo humano tiene diferentes miembros y órganos, el cuerpo de Cristo tienen diversos miembros y órganos. La iglesia tiene una gran variedad de miembros que trabajan según la actividad propia de cada miembro. Cada miembro del cuerpo de Cristo tiene por lo menos un don espiritual. Los dones espirituales no son recompensa a la fidelidad, son distribuidos según el plan de Dios. Los dones espirituales se dan según la necesidad de cada miembro y del cuerpo d Cristo que es la iglesia. No todos los cristianos tiene el don de evangelización, pero todos tenemos la responsabilidad de compartir la fe en Cristo a los demás. No todos tienen el don de generosidad, pero debemos servir a los demás.
DEFINICIÓN DE TALENTO:
El talento es una habilidad natural e innata que una persona tiene, regularmente nacemos con talentos que son perfeccionados al pasar el tiempo. La diferencia con el “don” es que el don es una habilidad sobrenatural, que viene de Dios; mientras el talento es de origen natural y
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nace de las capacidades que poseemos como seres humanos. Los talentos son herramientas útiles para el servicio del reino de Dios y la iglesia como tal.
Existe diversidad de talentos que pueden servir como canales de bendición en la vocación ministerial. Igualmente algunos talentos pueden convertirse en dones del Espíritu Santo. Ejemplo el talento o vocación de enseñanza secular puede convertirse en un don, cuando la persona llega a Cristo y se dispone a servirlo.
EL TALENTO DE LA CREATIVIDAD ARTÍSTICA:
Este talento artístico aparece en muchas variantes como por ejemplo la danza, la escultura,, alfarería, teatro,, música, composición, escritura, etc. La persona que tiene esta habilidad es alguien que expresa su capacidad artística y su sentimiento.
1. Citas Bíblicas: Éxodo 31:1-11; 2º de Samuel 6:12-16; 1º de Reyes 7:14
2. Posibles
tareas: Diseño
de
las
publicaciones
de
la
iglesia,
pantomimas, desarrollo de materiales de relaciones públicas, grupos de trabajo manuales, teatro, decoración de interiores, composición de canciones, composición musical.
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3. Peligros: Algunos creyentes están tan fascinados por los grandes artistas y sus obras inmortales que no confían en su propia capacidad artística, algunos no soportan las críticas y algunos buscan más su gloria que la gloria de Dios.
4. Consejos para el uso del Talento: Busque contacto con personas que también se ocupen de este talento y consagre su talento al servicio del Señor en la iglesia.
EL TALENTO DEL TRABAJO MANUAL:
Este talento se puede utilizar de muchas maneras distintas (Por ejemplo, la jardinería, la construcción, la mecánica, la costura, la pintura etc.) Las personas que tienen este talento disfrutan sirviendo a Cristo y a los demás.
1. Citas Bíblicas: Éxodo 30: 22-31; 2º de Reyes 12:11-13; 2º. Crónicas 34: 9-13; Hechos 18:3 2. Posibles tareas: Construcción, jardinería, ayudar a los vecinos en los arreglos caseros, mantenimiento, misiones en el extranjero 3. Peligros: Muchos cristianos con este don tienen sentimientos de inferioridad porque sus habilidades no se entienden como dones espirituales. 4. Consejos: Una buena manera de trabajar es mirar a otros, Pruebe su habilidad, ponga sus habilidades al servicio de la iglesia, use su don para ofrecer ayuda en su vecindario.
¿QUE ES EL MINISTERIO?
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Los ministerios de la iglesia es la centralización de la responsabilidad ministerial en la iglesia y es la combinación de varias actividades que tienen que ver con los dones y talentos que El Señor le ha dado a cada creyente. Los ministerios de la iglesia están combinados de la siguiente manera, según la actividad de cada iglesia. A continuación mostramos el ejemplo de la iglesia actual.
LOS CINCO MINISTERIOS PARA EL DESARROLLO DE LA IGLESIA:
ADORACIÓN: Ministerio de oración, de ayuno, de alabanza, directores de culto y de servidores. EVANGELIZACIÓN: Evangelismo, Grupos familiares o Células en hogares. DISCIPULADO: Consolidación, Escuela Bíblica Dominical, enseñaza a los niños, jóvenes y adultos. COMUNIÓN Y COMPAÑERISMO: Reuniones sociales, campamentos, retiros, celebraciones. SERVICIO: Obra social, la canasta del amor, las brigadas sociales, visita al hospital, visita a los enfermos y hermanos de la iglesia, la administración de la iglesia.
LOS DONES Y TALENTOS PARA EL MINISTERIO:
Texto: 1ª Pedro 4:10,11; Efesios 4: 7 -12; Romanos 12: 6;
Definición de dones: Habilidad sobrenatural.
Definición de Talento: Habilidad natural.
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Definición de Ministerio: El servicio de la iglesia que reúne a todos los dones y talentos.
Propósito de los dones: Efesios 4: 11-13: Perfeccionar a los Santos para la obra del ministerio. Edificar al cuerpo de Cristo. Servir a los demás. Glorificar a Cristo.
La Biblia nos desafía a ser Buenos Mayordomos en el desarrollo de los dones.
Los dones no se deben confundir con los T_________________________ Los
T___________________
no
deben
confundirse
con
los
D___________________ Los dones del Espíritu Santo los da el Señor como el quiere. Debo desear los dones mejores. Debo cuidar los dones y talentos que Dios me ha dado. CLASIFICACIÓN DE LOS DONES:
Dones para el ministerio de la Palabra. Apóstol, profeta, maestro, evangelista, pastor, exhortación.
Dones para funciones prácticas: Administración, presidir, misericordia, repartir con liberalidad, servicio, ayudar, sabiduría, ciencia, dar.
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Dones para obrar milagros o carismáticos: Milagros, sanidad, lenguas, interpretación de lenguas, discernimiento de espíritus, fe.
Dones de apoyo: Música, hospitalidad, misionero, intercesión.
Dones personales: Celibato, pobreza voluntaria, martirio.
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TALLER IR AL INDICE
1. ¿Cuáles son los dones para el desarrollo ministerial?
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2. ¿Qué dones del Espíritu Santo son necesarios para el desarrollo del ministerio de Proclamación?
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3. ¿Cuáles son los resultados de una vida consagrada?
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_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________
4. ¿Cuáles son las barreras que no nos permite consagrarnos?
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5. ¿Qué personajes bíblicos recordamos fueron consagrados?
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6. ¿Qué diferencia hay entre dones, talentos y ministerios?
_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________
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_____________________________________________________________ _____________________________________________________________
7.
Busque el significado de los siguientes términos:
Ministerio_____________________________________________________
Don__________________________________________________________
Ministro_______________________________________________________
Talento_______________________________________________________
Laico_________________________________________________________
Obispo________________________________________________________
Koinonía______________________________________________________
Diakonía______________________________________________________
Vocación______________________________________________________
Servicio_______________________________________________________
Bivocacionalismo________________________________________________
Sacerdocio____________________________________________________
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8.
Señale las diferentes definiciones que aparecen en la lectura del artículo sobre los dones que aparecen al final de este modulo.
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9.
Elabora una lista de los dones, talentos y ministerios que usted descubrió al estudiar el modulo y en la lectura de los siguientes textos: Romanos 12; 1; 1ª de Corintios 7; 1ª de Corintios 12-14; Efesios 4 , 1ª de pedro 4: 10-11.
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10. Elabora un pensamiento que resuma lo que es el ministerio de los dones.
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11. Señales cuáles son los dones dedicados al ministerio de la Palabra, de milagros y prácticos. _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ ____________________________________________________________
12. Según la antología de los dones. ¿cuál es la relación entre dones y talentos?
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13. ¿Qué significa la palabra carismático?
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14. ¿De dónde proviene la fuente de los dones espirituales?
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15. Según la antología ¿Cuáles son los propósitos de los dones?
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16. Favor realizar el cuestionario o test de los dones espirituales, que esta en este modulo de estudio e identifique sus dones.
17. Haga una reseña biográfica de los dones y talentos que usted posee para el desarrollo del ministerio cristiano.
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BIBLIOGRAFÍA IR AL INDICE
CANCLINI, Santiago. Señor Guíame a mi Vocación. El Paso, Texas. Casa Bautista de Publicaciones, 1988. 61 páginas.
CRANE, James. El Espíritu Santo en la experiencia del cristiano. El Paso, Texas. Casa Bautista de Publicaciones. 1979. 128 p.
FAJARDO, David. Pero ¿Debo dejarlo todo? El Paso, Texas. Casa Bautista de Publicaciones, 1990. 63 páginas.
GALILEA, Segundo. El Reino de Dios y la liberación del hombre. Bogotá. Ediciones Paulinas, 1985, 69 p.
GILES, James. De pastor a pastor. El Paso, Texas.
Casa Bautista de
Publicaciones, 1988, 119 p.
GONZÁLEZ, Faus. Hombres de la comunidad. Apuntes sobre el ministerio eclesial. Santander, Sal térrea, 1989, 163 p.
HANEY, David.
El Ministerio de Todo Creyente. El Paso, Texas. Casa
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MACARTHUR YR, John. El Ministerio Pastoral. Barcelona, España. Editorial Clie, 1995, 479 p.
RODRIGUEZ, Herman. Así Llama Dios. Service, 1996. 172 p.
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YODER, Jonh Howard. El Ministerio de Todos. Guatemala. Editorial Semilla, 1995, 123 p.
SEGURA, Harold. Señor que quieres que yo haga, curso de Vocación y ministerio, Cali. S.B.T.I., 1998, 15 p.
SWARTZ, Christian.
Los Colores del Ministerio.
España, Editorial Clie,
2004, 157 p.
STOTT, John. El cristiano contemporáneo. Grand Rápids, Nueva Creación, 1995, 433 p.
NOTAS DE CLASE DE VOCACIÓN Y MINISTERIO DEL Profesor. Leonel Rubiano Villa
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LECTURAS COMPLEMENTARIAS IR AL INDICE
ANTOLOGIAS MINISTERIO PERSONAL DEL CREYENTE Páginas 1-7 Al observar Las prácticas de la iglesia actual es necesario reconocer que en muchos casos los valores de la sociedad la han permeado de tal modo que se ha mudado inclusive los principios cristianos fundamentales. Por eso Romanos 12.1-2 ("No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto") nos llega de nuevo como un desafío a evaluar a la luz de la enseñanza bíblica todo lo que somos y hacernos. Una de esas prácticas, que por cierto es muy frecuente, es la escisión entre "laicos', y "clérigos. Responde a un supuesto aceptado con naturalidad en el mundo, que considera a la iglesia como una estructura Jerárquica donde cada miembro ocupa un status definido. . Sin embargo, la iglesia no puede funcionar de acuerdo con normas impartidas por el mundo. La identidad del pueblo de Dios tiene un origen divino y su funcionamiento cebe responder a la enseñanza bíblica. Como veremos luego, todas las facetas que constituyen La identidad de la iglesia nos llevan a la conclusión que solamente el ministerio comprometido de cada creyente (el sacerdocio de todos los cristianos) hace posible que la iglesia sea lo que debe ser. Dicho de otro modo, veremos que la iglesia podrá responder a su identidad solamente cuando cada miembro asuma plenamente su ministerio. En el libro titulado A Theology of Personal Ministry, Lawrence 0. Richards y Gib Martin se dedican primeramente a explorar en la Palabra el concepto de identidad del pueblo de Dios, para luego extraer las implicaciones prácticas que de allí se derivan. Para nuestra reflexión nos basaremos en el enfoque de estos autores, lo cual nos confrontará con verdades fundamentales, ineludibles para quienes deseamos tomar con seriedad la tarea de educación cristiana en la iglesia.
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En la presente nota nos abocaremos específicamente a explorar el concepto de identidad del pueblo de Dios. Esta tarea nos conducirá a analizar en notas futuras la situación actual de la iglesia. La intención no es señalar fallas sino despertar la conciencia a lo que consideramos una de las tareas primordiales dentro del quehacer educativo en la iglesia: redescubrir su identidad y comunicarla a sus miembros para que todos, plenamente conscientes de su responsabilidad, funcionen coherentemente con ella.
Identidad del pueblo de Dios En el Antiguo Testamento la posibilidad de entrar en relación con Dios estaba dada por la pertenencia a un pueblo. En su soberanía, Dios había dispuesto que Israel sería su pueblo". Así lo identifica en repetidas ocasiones. La diferencia entre el pueblo de Dios y los demás pueblos radicaba en que los lazos que le daban cohesión no eran lazos naturales _sangre, elementos culturales _ sino la obra sobrenatural de Dios, aunque Israel no siempre reconoció esto. La salida de Egipto fue siempre un hito de la intervención de Dios y permaneció como el gran evento que les permitía identificarse como “pueblo suyo". En el Nuevo Testamento la relación con Dios también radica en la obra de redención efectuada por Dios mismo. Por la fe en Jesús, tanto los judíos como los gentiles son invitados a constituir el Pueblo de Dios (2 Co. 6.16-18). Dentro de este pueblo no hay distinción de “judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer, porque unidos en Cristo Jesús todos ustedes son uno solo" (Gá. 3.28). Este concepto nos previene claramente del pecado de establecer diferentes categorías de cristianos. "Al rechazar la distinción entre clérigos y laicos, estarnos afirmando la igualdad de todos los creyentes. . . no podemos hacer distinción entre cristianos de primera clase (clérigos) y cristianos de segunda clase (laicos)" (Ibíd. P. 1.5). Para una comprensión más analítica y profunda de la identidad del pueblo de Dios, siguiendo lo propuesto en el libro mencionado, exploraremos los siguientes aspectos que componen este concepto: 1) Es el pueblo del nuevo pacto El pacto en el Antiguo Testamento estaba íntimamente vinculado con las promesas de lo que Dios haría en el futuro. De este modo, el pueblo de Dios halló una manera de identificarse con Jehová: era el pueblo que gozaba de sus promesas. Dios estableció el pacto con Abraham prometiéndole que sería la fuente de bendición a los demás pueblos de la tierra por medio de la nación que se formaría de su descendencia. A través de otro pacto Dios
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prometió que esta nación descendiente de Abraham tendría su propio territorio: la tierra prometida. Más adelante, en el pacto con David, Dios hizo La promesa de un rey proveniente de su descendencia, el mismo que gobernaría a la nación nacida de la promesa. Pero todas estas promesas se encauzaban hacia una mayor y que podía entreverse en todas las anteriores: la promesa del nuevo pacto. Por medio de Jeremías Dios prometió hacer un nuevo pacto por medio del cual se establecería un nuevo modo de relacionarse con Jehová en reemplazo de la relación establecida en el antiguo pacto. Cristo es precisamente el cumplimiento de ese nuevo pacto p rometido. A partir de Jesucristo ya no es necesario ningún otro sacrificio presentado por sacerdote humano. Cristo es el sumo sacerdote. Del sacrificio de su propia persona fluye el perdón que alcanza a todos los que desean integrar su pueblo. Además del perdón que nos permite a todos el libre acceso a Dios, gozamos de otro privilegio: representar a Cristo en el mundo. Así lo explica 2 Corintios 3.18: "... todos Nosotros… somos como un espejo que refleja la gloria del Señor y vamos transformándonos a su imagen misma" (V.P.). Este privilegio de representar a Jesucristo no es otra cosa que la tarea sacerdotal. Este concepto destruye cualquier concepción que ve al sacerdocio como tarea de una clase especial, tal como se concebía en el Antiguo Testamento o corno erróneamente se practica hoy. Bajo el nuevo pacto, todos somos representantes de Jesucristo y, por lo tanto, el sacerdocio es ministerio de cada creyente. 2) Es el pueblo del Reino de Dios El concepto de reino en la Biblia implica la intervención acti va de Dios en el mundo. Esto significa no sólo la presencia de Dios, sino también los resultados de su intervención. Todo el Antiguo Testamento presenta este énfasis. En Isaías 61.1 y 2 se resume elocuentemente el concepto de Reino de Dios. "En cualquier lugar donde existe el Reino de Dios hay compasión por el necesitado, justicia para el pobre, sanidad para el enfermo y un toque de amor y transformación para los marginados" (lid., P. 63). El Nuevo Testamento continúa con la exposición del tema del Reino de Dios haciendo hincapié en los puntos ya mencionados. La vida de Jesús representa la presencia del propio Rey ejerciendo el reinado en su persona durante sus años en la tierra. Pero hay otra dimensión en la que su reinado hoy continúa ejerciéndose. El hecho que "Dios nos libró del poder de la oscuridad y nos elevó al reino de su amado hijo. . . “(Col. 1. 13), no es una meta figura poética, sino una realidad que ningún cristiano puede olvidar.
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Haber sido elevado al reino de Jesucristo significa que la presencia de ese rey se manifiesta en la vida del creyente. Es así corno Jesucristo ejerce su reinado en el mundo: a través de la vida de cada súbdito suyo. Cuando llevamos frutos de justicia dignos de su Reino, estamos haciendo que Jesucristo ejerza su rei nado. En otras palabras, le hacemos Señor y Rey.
3) Es un pueblo de siervos También en relación con el tema ce servicio, el Antiguo y el Nuevo Testamento presentan una clara continuidad y coherencia. Dios llamó a Israel “su siervo", lo cual implica la misión de revelar a Dios ante las demás naciones. Por la desobediencia del pueblo, la misión no pudo cumplirse hasta la llegada de Jesucristo, quien reunía en su persona las condiciones de Mesías-Siervo. El cumplimiento de la misión en la que Israel había fallado llevó a Jesús al sufrimiento y la muerte. Pero su vida de servicio es el modelo en el que su pueblo habría de inspirarse para cumplir con su identidad de siervo. La humildad de Jesús, la entrega de sí mismo (Fil. 2. 5-8), y la postergación de sus intereses en favor de otros (Fil. 2. 3-4) son ejemplos para aquellos que integramos su pueblo. “Yo les he, dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho" (Jn. 13.15).
4) Es un pueblo investido de poder A través de todo el Antiguo Testamento el Espíritu Santo es presentado como el agente renovador de la creación de Dios y como aquel que habría de ejercer los cambios tan*esperados en la era mesiánica (JI. 2.28-29). Durante el ministerio de Jesucristo, el Espíritu Santo fue la fuente de su poder. Los Evangelios y las Epístolas muestran la intima relación de las tres personas de la Trinidad. El nacimiento de Jesús (Mt. 1.18, 20) y su bautismo (Lc. 1.35) son ocasiones claves en las que se ve La operación del Espíritu Santo. Jesús mismo atribuye su poder al Espíritu Santo (Mt. 2.28). Luego de resucitar, Jesús encomendó a los suyos la continuación de su ministerio, pero prometió que enviaría al Espíritu para infundirles ese mismo poder. Así, en cumplimiento de esa promesa, todos los que creernos en Él contamos con el poder de Dios que nos es dado en el Espíritu Santo que habita en nosotros. Su poder se manifiesta en la enseñanza y guía (Jn. 14.26), la transmisión de la voluntad de Dios (Jn. 16. 12) y la transformación según la imagen de Cristo (2 Co. 3.18).
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5) Es un pueblo con dones Para cumplir el ministerio que nos fue asignado por Dios, el Espíritu Santo nos provee regalos o dones que no son otra cosa que herramientas para usar en nuestra tarea de servicio. Hay pasajes típicos en la Biblia sobre el tema de los dones (Ro. 12; 1 Co. 12; Ef. 4), pero el objetivo no es, en ninguno de ellos, el de presentar una lista acabada de los dones existentes, sino más bien enseñar la interdependencia que debe existir entre los diferentes componentes del Pueblo de Dios. De esta reflexión sobre los aspectos que hacen a la identidad del Pueblo de Dios, podemos concluir afirmando que si la iglesia ha de funcionar fielmente a su identidad, entonces cada creyente deberá ser pleno partícipe de ella, asumiendo su propio ministerio personal.
EL MINISTERIO PERSONAL DE CADA CREYENTE II En nuestra nota anterior abrimos la reflexión en torno al tema de la identidad de la iglesia y anticipamos que en los números siguientes nos ocuparíamos de las implicaciones que se derivan de ese concepto de identidad, tal corno lo presentan Richards y Martin en su libro A Theology of Personal Ministry) Concluimos esa nota con esta afirmación: "Si la iglesia ha de funcionar coherentemente, con la identidad que le ha sido asignada por Dios, es fundamental, entonces, que cada creyente asuma su propio ministerio personal". En otras palabras, es necesario el desarrollo de ministerios Personales que en muchos casos han sido desplazados por ministerios institucionalizados. La visión de Dios para su Iglesia Tradicionalmente se ha concebido que la Iglesia girar entorno a dos funciones primordiales: la evangelización y la enseñanza. Por tanto, se asumió tácticamente que ministerio" es sinónimo de una posición jerárquica dentro de la organización de la iglesia, ya que a través de posiciones podían cumplirse esas dos funciones de enseñanza y evangelización. Así, por ejemplo, se consideró como "ministros a aquellos designados para puestos tradicionales como el de maestros, diáconos, evangelistas, etc. .
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Esto no hizo más que fomentar una élite de "ministros" dentro de la iglesia, reprimiendo el ministerio de otros miembros que no pertenecían a ninguna de estas categorías o roles tradicionales. Sin embargo, el propósito de Dios para La iglesia es mucho más amplio que esas dos funciones. Si bien Él desea que se evangelice y enseñe, su visión va mucho más allá. La visión que Dios tuvo para La iglesia universal está detallada en su Palabra. Según ella, la iglesia es: Un pueblo restaurado, en un proceso continúo hacia la madurez en Cristo. (Gá. 4.19). Un pueblo que hace buenas obras (Col. 3.12). Un pueblo santo (Tito 2.12). Un pueblo comprometido con la justicia (Stg. 1.27ss). Un pueblo que suple las necesidades materiales de otros (1 Jn. 3.17). Un pueblo que vive en comunidad de amor (Jn. 13.34). Un pueblo que ora (1 Ti. 2. l). Un pueblo que adora (in. 4.23). Un pueblo de testigos y misioneros (Fil. 1.18). Un pueblo de ministros (1 P.4.10). Lo que acabamos de describir y muchas otras funciones constituyen el propósito de Dios para todo el cuerpo de Cristo, a nivel de la iglesia universal. Dentro de este encuadre, Él tiene un plan específico para cada congregación o iglesia local, lo cual sería el segundo nivel de su propósito. Dentro de este contexto, cada creyente tiene asignado por Dios su rol o ministerio personal, lo cual constituye el tercer nivel del propósito divino. Cada cristiano está llamado, pues, a cumplir el propósito de Dios en los tres niveles o dimensiones. De modo que el propósito total de Dios para su iglesia en el mundo cumple en la medida en que cada hijo suyo es fiel a su vocación o ministerio personal. Pero, ¿cómo habrán de cumplir su ministerio aquellos que no son conscientes de esa responsabilidad? : ¿Cómo asumirán su compromiso mientras la iglesia funciona de tal modo que los ministerios personales son ignorados, minimizados o anulados por ministerios oficializados por la tradición? Propósito de Dios para toda la iglesia (contenido en la Biblia.)
Visión de Dios para cada iglesia local(a ser descubierto dentro de su contexto.)
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Visión de Dios para cadaPara creyente (a ser la visión errada de ministerio y fomentar una visión que incluye combatir descubierto dentro ministerios personales, la educación en la iglesia local tiene su rol. de su contexto.) Tarea de la educación cristiana Además de necesitar una sincera apertura al obrar del Espíritu Santo, aquí estamos frente a la necesidad de una seria tarea educativa en la congregación local. La educación será el instrumento que permitirá a los creyentes tornar conciencia del propósito de Dios en las tres dimensiones (universal, local y personal) a fin de que puedan asumir la responsabilidad que les cabe. Algunos de los requisitos para esto son: 1) Una enseñanza clara de la visión de Dios para la iglesia, fundamentada en la palabra Algunos de los aspectos que hemos puntualizado, extraídos de pasajes bíblicos, y muchos más a lo largo de toda la Biblia configuran esta visión o propósito de Dios para toda la iglesia. Habiendo comprendido algo de la amplitud y profundidad de los propósitos de Dios, se habrá destruido el falso concepto de que” ministerio" equivale a un puesto en la organización eclesiástica y que,” servir" significa tener parte en algún programa, comisión o departamento de la iglesia. Cuando cada creyente comprenda que por ser integrante del cuerpo de Cristo es un sacerdote o ministro, y que su desempeño incide en el cumplimiento de los propósitos divinos en el mundo, se estará comenzando a transitar el camino de la visión de Dios. 2) Estímulo y aliento a ministerios personales Este es un medio informal y espontáneo para formar a los creyentes en la responsabilidad que tienen dentro de la iglesia y que probablemente ya han sido ensayados y ejercidos, pero no reconocidos públicamente. Aquellos que tienen un ministerio tradicional, como por ejemplo los maestros, son fácilmente reconocidos y estimulados con algunas prácticas; por ejemplo, son homenajeados en días especiales, figuran en listas de oración, etc. No ocurre así con el creyente que ministra a enfermos y marginados, o el que abre su hogar para un estudio bíblico en el vecindario, o el que visita una cárcel llevando el evangelio
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A modo de estímulo o aliento sería oportuno conversar personalmente con este silencioso ministro, haciéndole comprender el valor de su tarea dentro del plan de Dios. Tal conversación podría permitir una definición de la tarea que está cumpliendo, ponerle un nombre y revalorizar la seriedad de ese ministerio. Otro modo de alentar a este ministro personal podría ser dándole la oportunidad de compartir las bendiciones de su trabajo en forma oral ante la congregación o en alguna columna escrita. La inclusión de estos ministerios junto con los de maestros, diáconos, pastores y otros tradicionales, cambiará la visión de ministerio elitista y reafirmará a todos los creyentes en su llamado personal. 3) Reconocimiento de la soberanía de Dios Para Dios no hay moldes rígidos y su visión para una congregación puede ser muy diferente a la que tiene para otra congregación. Así, cierta congregación puede ser llamada a ministrar a *los desamparados, otra a personas adictas a vicios, otra a niños por medio de escuelas o guarderías. Estos ministerios predominantes en una congregación variarán de acuerdo con las necesidades de la comunidad en que la iglesia está inserta y según los dones de los creyentes que la componen. Lo importante es que cada cristiano reconozca la soberanía de Dios y le consulte acerca de caminos nuevos y creativos para cumplir su visión, en vez de tratar de encasillarse dentro de programas existentes. 4) Líderes de La iglesia que sirven corno modelo de ministerio personal Es cierto que los líderes tienen la tarea de administrar la organización de diferentes departamentos. Pero también deben tener presente la visión personal que Dios les da y no reemplazarla por una tarea que es sólo el mantenimiento de la institución. Esta tiene su importancia, pero la prioridad debe ser el llamado personal de cada creyente, sea que ocupe un cargo oficial o no. En Hechos 6 se ilustra esta situación. Los apóstoles no quisieron continuar sirviendo las mesas para lo cual había hombres más idóneos. Al proceder así, no quitaron importancia al trabajo administrativo, el cual también es parte de la visión de Dios para la iglesia, sino que reforzaron el valor del ministerio personal. Ellos tenían su propio ministerio personal y querían ser fieles en su cumplimiento. Cuando los líderes anteponen su ministerio personal a cualquier tarea oficial transmiten a los demás miembros el concepto de que el llamado de cada creyente es a un ministerio personal y que cumplirlo es más importante en los planes de Dios que desempeñar un cargo oficial.
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LA MISION DE LA IGLESIA Y EL MINISTERIO DE LA MUJER. Páginas 8-19
Rebeca M. de Ulloa Ya se oye,'ya germina mi canto: Está retofiando mi trasplante de palabras. Se yerguen nuestras flores en el tiempo de lluvia.
Cantares mexicanos
La mujer cristiana en nuestra América ha tenido siempre una participación dinámica y substancial en el cumplimiento de la misión de la iglesia, a través *de ministerios que han sido piedra angular en el desarrollo espiritual del pueblo evangélico en nuestro continente. Si atendernos a la historia, diremos que la mujer cristiana en América Latina tiene una memoria recogida no sólo en los libros o materiales donde aparecen biografías de mujeres que ofrendaron sus vidas, de manera audaz y valiente, en el servicio a Dios; sino también a través del conocimiento personal de mujeres que ya no están entre nosotros, pero que fueron siervas que compartieron una vida de fe y de amor por otros. En mi experiencia vocacional cristiana, debo mi formación a una mujer; que desde niño ejerció una pastoral sensible y amorosa. Una pastora que creyó que Dios iba a hacer algo especial con mi vida en el trabajo del Reino, y que aún en mi época adolescente, con mis dudas e inquietudes, me escuchó y siempre me tuvo paciencia. Pero nunca dejó de decirme: "Dios va a hacer algo especial con tu vida*. (') Pero además de esta memoria evangélica, también es necesario remitirnos a la memoria de la mujer en el proceso histórico de la confirmación de nuestros pueblos. Descubriremos que las mujeres siempre han estado presentes y activas en momentos decisivos de sus pueblos, sea que hablemos del período precolonial, o desde los quinientos años, sobre los cuales ya se ha estado reflexionando desde varias ópticas. Las influencias de la mujer han sido en diferentes áreas de la vida de sus pueblos: sea en gestos de independencia, revoluciones, en el campo de la cultura, con sus diversas manifestaciones, en la educación, por mencionar sólo algunas. Sin embargo, en esta memoria de la mujer, se ha de reflexionar y cuestionar a la luz del presente: ¿Cómo se nos ha percibido? Aunque, ciertamente, la mujer ha sido y es factor vital de sostén y lucha, ha existido un rezago en
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relación con el varón. Su trabajo no siempre ha sido reconocido y valorado. Mucho podríamos escribir sobre las luchas que la mujer ha tenido que enfrentar para poder lograr derechos jurídicos, laborales, políticos o educativos. La marginación y la explotación de la mujer en América Latina es una realidad que no se puede ignorar y que sigue formando parte de esta memoria histórica en nuestro continente. Creo que la misma pregunta surge en relación con la iglesia Y Su misión, y con la participación de la mujer: ¿Cómo se ha percibido a la mujer cristiana en su ministerio? La cuestión abre una serie de opiniones de las mismas mujeres evangélicas, que por situaciones y circunstancias de su realidad, podrían expresarse de muy diversas maneras. Por un lado, unas dirían que "la mujer cristiana no tiene ningún impedimento para evangelizar, visitar enfermos, educar niños..." Por otro, "no entendemos por qué a la mujer no se le permite predicar en la congregación". Y una lista más de interrogantes: ¿Tienen el varón y la mujer capacidades espirituales iguales? ¿Dios ordenó la subordinación de la mujer con respecto el varón? ¿Puede la mujer ser pastora? ¿Los dones y ministerios que Dios otorga son distintos según se trate de varón o mujer? ¿Cómo deben concebirse la autoridad y el Poder en la iglesia? ¿No es la Palabra muy clara, al decirle a la mujer que guarde silencio en la congregación? Las anteriores cuestiones no con hipotéticas, sino reales y se escuchan hoy día en nuestras iglesias las cuales deben abrirse al diálogo, si somos honestos en nuestra visión cristiana. En la presente reflexión hemos de considerar dentro de esta memoria, la identidad de la mujer cristiana en la concepción irle su ser y en la ubicación de su hacer en la historia de la redención, sin dejar de exponer algunos planteamientos del eje temático que establece dos categorías: misión y* ministerio, en relación, por supuesto, „con la iglesia y la mujer. Pero, ¿hacia dónde vamos en esta reflexión? Además de la memoria, la historia señala un proyecto que se define desde la realidad donde se ha inscrito esta memoria en un repaso de sus huellas, tanto de aquellas que han afirmado a la mujer en su dignidad como hija de Dios, como de otras que la han oprimido y excluido de tina participación más integral en la misión de la iglesia en el mundo. Consideramos un proyecto que apunta hacia la transformación de la realidad de la mujer, que en la nueva creación es vida que se proyecta en conjunción con el cuerpo de Cristo. Además, este proyecto se define también desde la realidad de nuestro continente, donde la Buena Nueva se encama bajo el 'compromiso de la reconciliación y donde la mujer cristiana tiene una función primordial. Compromiso que opta por la vida, la paz y la Justicia del Reino, por la esperanza en esta nuestra abatida América Latina.
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De este modo, atendemos hacia un proyecto integral de vida. Una nueva humanidad: varones y mujeres, unidos en el caminar del nuevo orden del Reino de Jesucristo. Identidad y misión de la mujer "Mujer, se vale parir sueños... no sólo hijos". Estas palabras vinieron a mi mente de manera espontánea cuando escribía una reflexión para un encuentro de Mujeres en Teología, y, junto de mí, estaba mi hija más pequeña, en ese entonces, de cinco meses de edad. Y es que pensaba: «Soy madre y esposa; pero también me da por la poesía; y soy pastora y maestra de Biblia, y me encanta enseñar la palabra a grupos de mujeres; y disfruto la alfabetización de adultos y el trabajo con los niños y adolescentes en la escuela; y junto con mi esposo, trabajamos diseñando cursos para institutos bíblicos de áreas urbanas, rurales e indígenas'. Y me doy cuenta que soy parte de todo lo que Dios m permite desarrollar. Pero no soy .muchas mujeres«, soy sólo una mujer que miento privilegio el serlo. Pero por este privilegio siento la carga de proclamar a muchas mujeres cristianos latinas, que han llegado a una conclusión muy dolorosa, como me dijo una hermana: *Creo que ser mujer es un desfavorable error divino». No, Dios no se equivocó con nosotras; el hombre, varón y mujer, somos los que nos hemos equivocado y errado al distorsionar lo que está escrito en su Palabra, para un uso opresivo sobre los demás. Especialmente en relación con la identidad de la mujer, existen divergencias de interpretación. Quisiera esbozar, de manera breve, tres planteamientos del texto bíblico que conforman la identidad de mujer en la Biblia: en la creación. En la calda y en la redención. Veremos cómo en la concepción de identidad se delinea su misión en el mundo. En la creación: Existen dos relatos de la creación: Génesis 1:26-30 y Génesis 2:18-24. Sí hacemos un resumen de proposiciones acerca de la mujer, quedaría así: * De Génesis 1:26-30: La mujer es creada Por Dios a su imagen y semejanza (vv.26-27), al igual que el varón. Es creada por Dios junto con el varón para ejercer soberanía y mayordomía (v.28). *De Génesis 2:18-24: La mujer es creada del varón (v.22). Es creada por Dios para ser ayuda idónea (v. 18).
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Del primer relato descubrirnos que, ambos, varón y mujer, son creación de Dios. En ambos se reflejó su imagen y su parecido al Creador, son seres dotados de un espíritu inteligente y con voluntad sobre la creación; con reflejo de Dios mismo. En cuanto su misión, el mandato responsabiliza a ambos de la creación. Si la imagen tiene que ver con la idoneidad espiritual del ser homo, y puede ser algo intangible, las acciones demandadas a la pareja humana representan lo concreto, el espacio temporal -histórico donde esta presencia divina se hace presente en la acción mayordoma del hombre y la mujer sobre la creación. No existe diferencia alguna en cuanto al mandato, se da por igual al varón y a la mujer. Aquí no tiene cabida alguna la interpretación de que es dado a la mujer el fructificar (engendrar), sólo ser madre y compañera, y al varón el señorear la tierra. Aquí lo claro es que, ambos pertenecen a la misma humanidad y ambos son variantes del ser que Dios los creó a su imagen y semejanza. El segundo relato describe y especifica más la función de la mujer. Aunque señala una diferencia sensible en cuanto a su identidad. El juicio principal que se deriva del texto es el de la subordinación de la mujer el varón, en razón del propósito de su creación, esto es, para ser ayuda idónea. Este concepto ha crudo las más variadas interpretaciones. Están las más románticas que no faltan en la bodas: "La mujer no fue creada del pie del varón, para que no se sometiera; ni de la cabeza, para que no sometiera; sino fue creada de la costilla, para que caminaran juntos... pero que siempre van acompañadas de Efesios 5:22: “La mujer, sométase a su marido". Están también los más ofensivos, en las que se concluye que la mujer, por haber sido creada después que el varón, depende de él y ve el mundo “a través de sus ojos”. O bien, que fue creada para satisfacer al varón y servirle. LA mujer vive en función de la felicidad del varón, a causa de que se la ha concebido como un ser derivado de otro, como lo interpreta una feminista. Es necesario atender a dos aspectos importantes del texto: En primer lugar, debemos descartar la concepción jerárquica de la creación, es decir, que el varón tenga más valor cualitativa mente por haber sido creado primero, y que la mujer, por consecuencia, sea un ser dependiente sin capacidad de actuar con libertad y voluntad propia. En segundo lugar, debemos apuntar el significado de ayuda idónea hacia el sentido divino de las relaciones entre dos seres que se complementan en la igualdad y la diferencia de su creación. Iguales en el ser homo, que comparten la misma humanidad. Diferentes en el ser mujer y varón, que
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comparten, en constructivas.
la
reciprocidad
la
aptitud
de
establecer relaciones
Jewett comenta al respecto de las relaciones, que el profundo sueño del hombre señala que la mujer no es creación propia del varón sino el completamiento divino de la creación del Hombre. De esta manera, cuando el varón dice “esto es ahora... “, se trata de un reconocimiento del mismo "yo" en el *tú". El varón acepta en la mujer a un asociado que complementa su propia humanidad. La misión de la mujer es ser humana con voluntad, inteligencia y libertad, y así, cumplir su ser idónea en esta comunicación con el varón, con el que deben privar relaciones de unidad vocacional en un diálogo con capacidad de decisión, inteligente y libre. En la caída: Del texto de Génesis 3 se derivan juicios que han impreso una memoria en la concepción de la mujer a través de la historia. Eva ha sido ejemplificada para dar a la mujer una identidad que no siempre es muy digna. Por razón de espacio y del tema, no haremos un análisis del texto sino que atenderemos a las consecuencias que de él se concluyen para moldear la identidad, pero también delimitar la misión, de la mujer en la historia de la salvación. En repetidas ocasiones, en el ámbito eclesiástico, los hermanos varones entre ellos, pastores bromean diciendo: “Señor, ¡qué mujer, la que me diste...! utilizando las palabras que usó Adán para justificarse de haber caído en la Í tentación. O a nivel popular, como dice una canción mexicana, donde el varón le dice a la mujer: “Usted es la culpable de todas mis desgracias...” Existen dos juicios, en concreto, que a mi parecer son los que trascienden a través del tiempo: la culpabilidad y la dependencia, que en el orden bíblico afectan en primera instancia a la mujer judía, pero que aún hoy tienen mucho que ver en la iglesia, con nosotros. Unas líneas de Michele Aumont refieren al intento de definir quién es la mujer: "Es la mujer ángel o demonio, fermento de amor o discordia, musa o inspiradora, esposa fiel o mujer fácil... poder de seducción, Eva de todos los tiempos y de todos los continentes" . La culpabilidad como exclusión privó a la mujer de sus privilegios de ser humano creado por Dios, en razón de su pecado. La culpabilidad genera, en lo teológico, limitaciones en lo que era la misión original: ser mayordoma y soberana de la creación, junto al varón. Ahora es madre y esposa, como sentencia y no como bendición. En lo psicológico, la culpabilidad de Eva es asumida emocionalmente por la mujer judía; se deteriora su estima ante el varón., En lo sociocultural, la culpa determina sus funciones en las
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instituciones judías, en especial, la familia y el estado; se le considera ciudadana de segunda clase. En lo religioso, la mujer no tenía una participación de autoridad en el culto del pueblo de Israel. Salvo casos excepcionales como Débora, juez y profetisa (Jue.4.5), y Miriam, hermana de Moisés, profetisa (Ex. 15:20-21). Aquí cabe destacar que creemos en la piedad y la conciencia de la mujer judía, en su adoración a Dios; de eso no hay duda. Nos hemos referido al culto público, en funciones sacerdotales, como las que desempeñaban en el libro de Nehemías en la familia sacerdotal en el papel de mujeres cantoras (Neh.7:67). En su fertilidad, la estima de la pareja era considerada con base en el número de hijos. Y sabemos que la estima era mayor si los hijos eran varones. Ser mujer estéril era sentirse excluida de la bendición de Dios como por ejemplo, los casos de Sara, Ana y Raquel, entre otros. La dependencia como dominio. De la unidad de relaciones viene una ruptura entre el varón y la mujer. Ahora la mujer dependería del varón y éste ejercería dominio sobre ella. La dependencia se manifiesta en dos vertientes: subordinación y posesión. La voluntad y el cuerpo de la mujer estarán bajo la disposición del esposo, la mujer es vista como objeto en el sentido de ser contada entre las posesiones del marido (Ex.20-27). Eva se convierte en el sentido negativo de nuestra existencia como mujeres y llega a representar un mito a consecuencia de su pecado. Eva, la impulsiva, la débil, la seductora, la culpable. Este texto justifica, teológicamente, la exclusión y subordinación de la mujer, sea a niveles familiares, eclesiales o pastorales. Se limitó su misión cristiana, como más tarde se manifiesta en la interpretación del apóstol Pablo, en relación con la función de la mujer, al referirse a Eva en 1 Timoteo 2:13-14 y el hablar de la creación de la mujer en 1 Corintios 1:3-9. En la Redención: Jesucristo inaugura una nueva era: ha del Reino de Dios aquí en la tierra. Existe ahora una nueva dinámica, transformadora y radical para el ser humano, varón y mujer. Sin embargo, Jesús expone con audacia su relación redentora hacia la mujer de su tiempo, ejemplo de su plan de acción hacia la mujer de hoy. ¿Qué hace Jesús con la mujer? Es indudable que la incorpora y anima a caminar de una manera diferente y renovada, digna, segura, al sentirse libremente amada---La nueva identidad del Reino. Jesús incorpora a la mujer en el diálogo y en la misión. Un diálogo que se abre para sanidad, confesión, restauración, liberación de nuestras almas de tantas opresiones físicas, morales, intelectuales y sociales, ataduras que deforman la mente, el cuerpo y el espíritu, pero que se configuran nuevos en la fuerza de la esperanza en su vida y en su palabra.
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Una misión que realizan de manera natural y vigorosa todas aquellas mujeres que habían descubierto o recuperado la seguridad en si mismas. Ellas tenían un anuncio que manifestar a todos. Una Buena Nueva, la del Reino de Dios, que se daba adentro, en la intimidad de sus corazones y que por necesidad se compartía. Esta misión se da en el ser testigos primeramente. Pero también se da en el servicio manifestado hacia Jesús (Lc.8:3) no con una actitud de subordinación, en el sentido de dominio, sino en un servicio libre y voluntario hacia aquél que las había reintegrado a una sociedad, de las que antes eran excluidas. De esta manera Jesús incorpora a las mujeres en encuentros festivos. Y nos libera de la culpa que excluye. Nos alienta como a María, a escoger la mejor parte: su palabra (Lc.10:38-42). Nos restaura como a la mujer adúltera (Jn.8:2-11). Nos integra como a la mujer samaritana (Jn.4:1-42). Nos permite en libertad compartir su resurrección como a María Magdalena (Jn.20:11-18). Nos sana de toda opresión física y moral como a la mujer con flujo de sangre (Mc.5:25,34). Vemos como esta inclusión en el Reino nos impone un compromiso. De éste, la mujer ejerce diaconía, como. Febe y Tabita (Ro.16:1-2 y Hch.9:36), y también profecía (proclamación) como las hijas de Felipe (Hch.21:9). Ministra en el discipulado como Priscila (Hch. 18:2,26), y en la evangelización, que se da como una constante a través de todo el Nuevo Testamento, donde las mujeres reflejan el celo del anuncio de la Buena Nueva. Incluyo como un todo integral, la pastoral que tiene que ver con el cuidado y la entrega de la mujer en esta misión redentora, como resultado de su propia experiencia redentora en Jesucristo. Esta es la memoria que Jesús imprime a la mujer. Es identidad que apunta hacia las nuevas relaciones del Reino. Al escribir este apartado, evoco en mi memoria a tantas mujeres que Jesús ha incluido en su Reino y comprometido en su servicio. Es difícil seleccionar un caso del nacimiento a una nueva identidad gracias a su obra redentora. Pero, como dice el refrán popular, Para muestra, basta un botón". María (nombre ficticio) llegó al templo un domingo. Pese a ser muy joven se le notaban las “marcas” de su profesión. Era prostituta. Llevaba de la mano a una pequeña de 5 años llamado Marta, y sin más preguntó: ¿Quién es el pastor?" Mi esposo le contestó: "Soy yo, a sus órdenes". Ella le dijo: "Voy a terminar con mi vida y aquí le dejo a mi hija para que la cuiden; mi vida no vale nada*. Entonces mi esposo habló con ella acerca de lo que valía su vida y que Dios la amaba, así como a Marta. Las llevamos a nuestra casa y al paso de los días, durante los cuales vivimos con ella todo su odio, marginación, rebeldía contra Dios y abandono total, María optó por la vida y
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por la vida de su hija. Creyó en Jesús y realmente lo hizo. Le conseguimos trabajo en una lavandería donde tuvimos que responder por ella cuando en cierta ocasión se perdió un dinero, y más de una noche nos buscó porque “necesitaba" el sexo. María se fue integrando a la iglesia y esto ayudó a sanar más pronto sus heridas. Para abreviar, María se casó con Antonio, el pianista de la iglesia y ambos se han comprometido con el trabajo diaconal y misionero en otra congregación; Marta es ahora una hermosa joven cristiana y ha decidido ingresar a un Seminario para servir mejor a Jesucristo. Identidad y ministerio de la mujer Rosario Castellanos, ilustre escritora mexicana, expresa que es toda una hazaña convertirse en lo que se es, es algo de privilegiados, no importa el sexo o las condiciones. Pero exige no sólo el descubrimiento de sus rasgos esenciales ocultos bajo la insatisfacción o el hastío, sino el rechazo de las falsas imágenes que los falsos espejos le ofrecen a la mujer en las cerradas galerías donde su vida transcurre. Creo que estas palab ras tienen mucho que ver con la mujer cristiana en la concepción de su identidad ministerial. Porque muchas veces exponemos una falsa imagen de nosotros mismas, cuando en la intimidad guardamos la auténtica expresión de un ministerio. Y esto obedece, en muchos casos, a la imagen ministerial que la mujer debe reflejar y así cumplir la misión cristiana que de ella se espera, basada en la memoria de la Biblia. Pero, ¿en qué pensamos cuando decimos ministerio de la mujer? La respuesta dependería según a quién ministra. A nivel familiar, por ejemplo, ser madre es todo un ministerio que implica cuidado y atención. Especialmente, cuando nuestros hijos están pequeños y nos necesitan “tiempo completo”. A nivel eclesial, ser maestra de adoles centes demanda mucha paciencia y amor. A nivel diaconal, trabajar con mujeres solas exige sensibilidad y todo nuestro apoyo. Sí la mujer cristiana ministra como madre, maestra o diaconisa. No hay ninguna restricción para ella. Sin embargo cuando se habla de iglesia y muje r en relación con el o los ministerios como se ha estado reflexionado en la última década en nuestros países latinoamericanos en foros, encuentros y congresos, a los que asisten, en unos casos sólo mujeres. Y en otros, líderes y pastores-pastoras, bien, como ahora. (Al menos en México) adonde han asistido tanto líderes como miembros de iglesias de diferentes confesiones surgen muchos cuestionamientos a los que hay que responder como iglesia en razón de ser cuerpo. Si hemos de definir ministerio, diremos que es la expresión de una vocación (llamamiento) otorgada por Dios a cada creyente para servir. La capacitación para ejercerlo se da con los dones y talentos que hacen idónea a la persona para ejercer una función determinada. Así también, aunque el ministerio es
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personal no es individualista, sino comunitario, pues apunta siempre hacia la edificación del otro, hacia el compromiso para con el otro. Y todos, como cuerpo, respondemos por el ministerio del otro (Ef.4:16). Es multifacético porque hay diversidad de funciones, las cuales surgen de una vocación con “rostros” distintos (Ro. 12:6 -8), y es creativo, porque hay tantos ministerios como necesidades requieran cuidado (1 P.4: 10). Ahora, si lo hemos de aplicar a la mujer, percibo que hay dos problemas que es necesario abordar: el de la autoridad y el de la tradición. Son, a mi parecer los dos puntos de tensión más fuertes: que desequilibran o confunden la identidad de la mujer. Autoridad En todo grupo social se maneja la autoridad, si bien esta puede usar para dominar al otro o para el bien común. Esta última concepción es la que representa la visión cristiana. En el ministerio, Dios da poder para ejercerla, pero si no se usa para edificación, cumple con el propósito de la misi6n de la iglesia. Como ya apuntamos en líneas anteriores, el ministerio es de origen divino, por lo tanto, contiene en su esencia la autoridad espiritual para cumplirlo. Dios llama a la mujer, de eso no hay duda. Pero ¿a cuáles ministerios? ¿Es que hay acaso ministerios sólo para varones y otros sólo para mujeres? Al parecer sí, de acuerdo con las imágenes que se te han impuesto a la mujer en su misión. Aquí nos aventuramos a una pregunta con respecto a la autoridad: ¿Qué es lo cuestionable, la autoridad espiritual contra la autoridad jerárquica? En el orden de Dios, la autoridad ministerial conlleva autoridad espiritual y jerárquica en función del ejercicio vocacional. El problema está en manejar la autoridad para impedir o limitar esa función. Hay ministerios donde a la mujer no se le permite participar, como la predicación desde el púlpito, aunque sí lo haga desde abajo (cuando no está en un lugar alto) o desde el atril. Otro asunto, que es más uno de lenguaje, es la resistencia a que a la mujer se le llame pastora--misionera sigue siendo el término más adecuado para la mujer, aunque sus funciones sean de pastora en una congregación local. Otro es el diaconado ordenado por la iglesia. Hay miles de mujeres en América Latina que son diaconisas por vocación, pero los cuerpos diaconales o de ancianos siguen siendo de varones. Otro asunto es la completa negación de la mujer en el culto, debido a las tan manipuladas expresiones paulinas de "la mujer calle en la congregación" (1 Co.14:35) y “la mujer aprenda en silencio” "la mujer no puede enseñar al varón, ni ejercer dominio sobre él” (1 Ti.2:11-12). Si observamos los ejemplos, el problema es de espacios geográficos, de lugares santísimos. Y
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a eso se reduce la autoridad ministerial, es decir, a que la mujer no puede romper los moldes establecidos o irrumpir en los lugares adonde sólo los varones tienen acceso. ¿Es esto auténtico? Tomemos dos casos ilustrativos. Elmira es pastora de una comunidad marginada, en una ciudad del noreste de México. Se arriesgó a meterse a trabajar en esa zona. Al poco tiempo, ya contaba con un buen número de personas: niños, jóvenes, mujeres y varones adultos, aunque al principio éstos no le hacían el menor caso. La comunidad la empezó a conocer más y a convivir con ella. Empezó a tener autoridad espiritual sobre las personas. Conoció a un matrimonio graduado de un seminario y pensó que podría ser el pastor y organizar la iglesia. Este hermano llegó pero no duró ni tres meses, no por incapaz, sino porque la fuerza pastoral sobre el grupo la tenía Elmira. Ella continúa en su ministerio, tiene autoridad ministerial. Al terminar una clase sobre Efesios que impartía en una Escuela Teológica, un hermano me compartió la necesidad de un pastor en su iglesia y que estaban invitando a hermanos a predicar los domingos. Le dije que mi esposo y yo podríamos ministrar la palabra en su congregación. A lo que me contestó: 'Sí hermana, pero sólo su esposo, porque está prohibido que la mujer 'hable' y 'ore‟ en la congregación". Sólo atiné a decirle: “¿Cómo es posible que usted acepte mi autoridad en la interpretación de la palabra, en la enseñanza, y no permita que ministre la palabra, en la predicación?” Me respondió: "Esta es una escuela, no una iglesia. Y en esta última no se permite que la mujer les enseñe a varones". Me sentí "partida" en mi identidad ministerial. Y aunque dialogamos mucho sobre la vocación, que viene de Dios, no llegamos a ningún acuerdo. Lo que me llamó la atención, es que es el alumno más fiel que he tenido en dos cursos de los que he impartido. La autoridad del ministerio no se puede objetar cuando se da en servicio y para el bien de otros. La mujer es llamada por Dios a forjar una identidad ministerial, no en razón de su sexo, es decir, para que lo use como bandera de lucha, pero tampoco como corona de lágrimas. La mujer ganará autoridad espiritual "si ministra conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado..." (1P.4:11); pero también en el equilibrio de "andar digna de la vocación a la que fue llamada" (Ef.4:1). Es sabido que la mujer cristiana siempre ha cumplido de manera fiel y responsable con el llamamiento que Dios le ha dado. Y lo ha hecho, aún y cuando no se reconozca su función como igual a la del varón. No proponemos que la mujer alcance lugares jerárquicos que tienen que ver con el dominio. Sino que su ministerio, cualquiera que sea, no se subordine en un sentido opresivo o limitante que falsee su imagen de sierva en el trabajo del Reino.
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Tradición La palabra tradición significa transmisión, que se da a través del tiempo y abarca todas las áreas del ser humano: la familiar, la social, la cultural, la política y la laboral, entre otras. Y de algún modo, las tradiciones van conforme nuestra identidad, pues somos lo que se nos ha legado. En la misión de la iglesia Y el ministerio de la mujer, la tradición, vista como aquello que niega el quehacer cristiano en cualquier función de servicio, debe ser cuestionada. Existen por lo menos tres tipos de tradiciones que le imponen una identidad a la mujer en sus funciones: la b íblica, la cultural y la eclesial. Estas interactúan entre sí, pues tienen patrones comunes que obedecen a un orden patriarcal donde el sexo femenino se subordina al masculino. Pero no se debe reducir el concepto del patriarcado sólo a términos de varón-mujer, por el sexo, pues tiene que ver con otros aspectos de las relaciones humanas, como lo son el clasismo y el racismo en nuestras sociedades occidentales. Todos podemos ejercer patriarcado en un momento determinado, cuando se coerciona a otro a través de la discriminación y opresión. Sin embargo, la educación sobre los sexos que recibimos desde pequeños determina, en gran medida, nuestra identidad con respecto a las funciones que debemos, podemos o tenemos que desempeñar. Y esto tiene que ver tanto con la perspectiva con la que se estudia la Biblia, como con la educación familiar que se rige según la sociedad, y con cómo ésta repercute en la iglesia. ¡Y cómo cuesta romper las tradiciones, que al fin y al cabo son sólo imágenes distorsionadas, que no permiten la libertad de expresión vocacional! Me decía un hermano: “Me cuesta mucho ver a una mujer en el púlpito, pero no niego la autoridad de su palabra”. Otro, cuando se te pidió ayuda para una reunión de mujeres en ministerios pastorales, le expresó a una amiga pastora: “Están mal al decir que ejercen liderazgos. A mí Dios no me ha revelado que la mujer pueda tener autoridad espiritual sobre el varón". Estas expresiones sinceras, porque los son, no reflejan más que esa memoria que se da en la tradición y la cual no puede segmentarse en áreas, pues confluyen una en la otra. El problema en la iglesia sin embargo, es que tenemos que vivir no en función mía, lo que yo acepto o no, sino que la misión requiere de ese vivir en común ministerialmente; y así expresarlo al mundo en el cumplimiento de nuestra misión. Es menester afirmar la identidad ministerial, no en razón del sexo, sino en función del servicio. Aunque esto rompa moldes establecidos o tradición. La apertura a la incursión de la mujer en ministerios donde sólo han funcionado varones, tiene que darse también a la inversa, para que los varones puedan
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ejercer en ministerios de los que las mujeres se han posesionado”. Es cada vez más frecuente encontrar en iglesias locales a parejas, varón y mujer, en departamentos de cuna; también es más común ver mujeres en escuelas teológicas y ver cuerpos diaconales donde comparten varones y mujeres, así como ministerios sociales con grupos específicos, en los que a veces ejercen mujeres y « veces varones, pero con visión de cuerpo interactúan en la misión de la iglesia como siervos comprometidos. La misión integral de la iglesia: desde la Mujer “Despierta, despierta, Débora, entona cántico
(Jue.5.-12)
La consigna en estas dinámicas palabras es que la mujer esté alerta, que conozca su nombre y que su voz se escuche. Estos tres elementos conforman el Proyecto de vida Y esperanza en nuestra América Latina, que deben configurarse en ministerios de servicio Y compromiso por el Reino de Jesucristo. Pero es muy importante recordar que la misión integral de todos los miembros, es el desarrollo de sus capacidades en diversas funciones. Esta es la unidad en la diversidad que señala el apóstol Pablo a los Efesios (4: 1-16). La vida de la iglesia, como comunidad de redimidos, es el espacio que propicia el ambiente necesario para crecer, fortalecerse y realizarse como seres humanos con un propósito definido el de ser ministros, siervos y siervas, donde, con respeto a la vocación a la que Dios ha llamado a cada uno, el anuncio de la Buena Nueva, se da así más auténtico, más gozoso, más integro. Así, la mujer cristiana cumple su ministerio en un proyecto que brota de la realidad, con una clara visión de la fuerza de la Palabra y la acción de] Espíritu. Alerta: sensibilización Dios nos llama a estar alertas y sensibles de corazón, que todos nuestros sentidos se abran para ver, oír, oler, tocar y probar la realidad que nos circunda. Como dicen que las mujeres tenemos un sexto sentido, el de la intuición nos ayudará a percibir con claridad las situaciones a las que hay que atender con más prontitud. Un ministerio se concibe, se gesta y sale a la luz siempre gracias el cuidado, la entrega y el compromiso de servir. La mujer alerta es la que tiene la capacidad de despertar a otros a una nueva vida, además de estimularlos a buenas obras. Pero si esta sensibilidad se ahoga cuando como cuerpo no se reconoce o apoya, puede truncarse todo un ministerio que no sólo afecta a la mujer misma, sino que mina la capacidad de servicio de toda una comunidad.
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Conoce su nombre: ubicación Dios nos llama a ubicarnos en el ministerio para el cual nos ha llamado. Las situaciones críticas de muchos países de nuestro continente colocan a la mujer en otros lugares donde ejerce ministerios que antes no existían. Conocí a un grupo de viudas quichés de Guatemala, mujeres cristianas que perdieron a sus esposos en la guerra. Cultivan la Fraternidad y a la vez, participan activamente en la lucha por los derechos humanos. Otra hermana salvadoreña atiende en Guatemala a niños huérfanos, exilados por la guerra en El Salvador. Son mujeres que trabajan entre el dolor de la muerte, pero que saben quiénes son y a qué las llamó Dios. En ambos casos su iglesia las apoya. La ubicación en un ministerio de la mujer no es por el prestigio, ni por la competencia con el varón; es por el servicio y la realización como hijas de Dios. Es en esta perspectiva que la mujer asume su función en el cuerpo de Cristo que debe ser la misma de cada miembro de la iglesia.
Su voz se escucha: renovación Dios nos llama a que nuestra voz de mujer se escuche de manera renovada. La mujer tiene tanto que decir en la iglesia y en el mundo. Así como labora en su ministerio de manera sensible y ubicada, del mismo modo su voz es nueva y diferente por la vida y la libertad que de ella emanan. Esta voz es palabra y acción, porque el ministerio se reflexiona, pero a la vez, se compromete en un espacio y tiempo determinados de nuestra historia. La voz de la mujer es la voz de la iglesia, que comparte una misma vocación, “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Jesús, quien nos llamó de la oscuridad a su luz admirable... “(1 P.2:9). Y es en este proceso que la iglesia cumple su misión de redención en la búsqueda de la renovación, que se da en la esperanza que lucha contra toda desesperanza. Y donde la mujer cristiana es, en sí misma, sujeto que participa con su vida; es sujeto activo en nuestra América, historia que se sigue escribiendo. Ya se oye, ya germina mi canto: Está retoñando mi trasplante de palabras. Se yerguen nuestras flores En el tiempo de lluvia.
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PASTORES DEL PUEBLO DE DIOS EN AMERICA LATINA Comunitarias. Pero lo novedoso de la situación latinoamericana reside precisamente en la participación del hombre común en su acceso al papel de protagonista de su propia historia. En consecuencia, toda actividad pastoral debe buscar la mayor humanización del hombre concreto que tiene delante de sí, así sea el anciano en su retiro el paralítico en su lecho, o el joven disperso en sus diversiones. Más que la relación directa debe buscarse la relación entre la actividad pastoral y la participación histórica de los hombres. Este libro procura describir una obra pastoral para hoy en América Latina; si lo consigue estará describiendo el hermoso desafío y las grandes posibilidades que se abren en el ministerio cristiano para la juventud evangélica vocacionada.
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CAPITULO 2
BASES DEL MINISTERIO PASTORAL EN EL NUEVO TESTAMENTO. Páginas 19-49 Carlos T. Gattinoni
Tócanos hurgar en el Nuevo Testamento con la Intención do poner al descubierto las bases bíblicas del ministerio pastoral. Al emprender la tarea tropezamos con el escollo de las encontradas opiniones de los eruditos acerca de la Interpretación de los textos. Así polemizan los exegetas sobre si cabe o no hacer distinción entre la forma del ministerio y su naturaleza esencial. Pronunciarse por la afirmativa es optar contra la Idea de que el episcopado es parte absolutamente necesaria para la existencia de la Iglesia. Eludimos penetrar en la discusión de este vasto tema, ya que razones de espacio ponen limites a nuestro trabajo, y colocándonos en buena tradición reformada, optamos por hacer la distinción entre la esencia y la forma del ministerio y afirmamos que toma éste formas diversas en el tiempo y el espacio (incluso en el tiempo y en el espacio del Nuevo Testamento). Cada generación cristiano debe plantearas de nuevo la cuestión de sus estructuras ministeriales, para conservar la autenticidad de la naturaleza del ministerio. Todas las confesiones cristianas están haciéndose este planteo en forma más o menos penosa. Ejemplo saliente de ello nos lo brinda la Iglesia Católica Romana actual. I Dejando entonces por el momento la cuestión de las formas, comenzamos por Indagar respecto de la naturaleza misma del ministerio. Nos parece que esto es previo, sin pretender rehusar la Importancia do las formas cambiantes que tome. Para cubrir este Intento, tomaremos como punto de partida el término "ministerio" en griego, o, diakonía. Lo primero que sale al paso es el hecho de que la expresión sea tomada en varios sentidos. A veces, hasta abarcar todo servicio; más restringido otras, para denotar la obra de Dios en el mundo o en el ministerio de la Iglesia; y en ocasiones, más restringida aún, como cuando la voz se emplea para aludir a las ofrendas, especialmente las destinadas a socorrer a los pobres de Judas. (Ro. 15:25. 31. 21 Co. 8:4,19; 9:1,12; Hch. 11:29). Aquí es lo toma en una acepción genérica, para designar al propio apostolado (Hch. 1:17,25); allá, en cambio, se refiero a un oficio ministerial, el de diácono (Ro. 16:1. Fil. 1:1; 1ª Ti. 3:8). Adquiere un significado curioso en 2ª Co. 3:3, donde la palabra es traducida en la Versión Valera 1960 por "expedida" en reemplazo de la
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traducción más cercana al original, aunque menos clara, que decía "administrada". 1. Comenzaremos Por considerar la diakonía en su sentido más lato. Significa servicio". Cualquier servicio es una diakonía. (Mt. 8.15; Mt. 27: 55; Lc. 8:3; Lc. 10:40; Filem. 13). Así es el ministerio de los ángeles (He. 1: 14; Mt. 4:11), o del Estado (Ro. 113:4). Pablo hasta llega a hablar de un ministerio del espíritu y de justificación (2 Co. 3:7 -9) y a endilgarles el adjetivo de "disfrazados" a ciertos ministros. (21 Co. 11:15). Ataca en este capitulo a los que vienen predicando a "otro" Jesús y "otro" Evangelio y "otro" Espíritu, los equipara a ministros de Satanás, y termina diciendo: "Así que no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia." Vale la pena notar esta perversión del ministerio como posibilidad y tentación permanentes. Si nos atenemos a su etimología, el término dlákonos Indica una tarea polvorienta. Dia = a través, y kónos = polvo. Se refería a la tarea del conductor de camellos que Iba guiando al animal, a pie, en medio del polvo, mientras el señor Iba sentado sobre el camello.' Si hemos de captar la naturaleza Intima del ministerio cristiano, no debemos perder de vista esta dimensión humilde de nuestra tarea. Ministro significa "sirviente, servidor". En tesitura tal de servicio, no hemos de retroceder ante la tarea más pequeña que se nos presente. Hay en el Evangelio de Juan un pasaje, a la vez Interesante y aleccionador, a este respecto. Nos dice el evangelista: "Sabiendo Jesús que el Padre la había dado todas las cosas en las manos y que había salido de Dios y a Dios Iba, es decir teniendo plena conciencia de su dignidad única, se levantó de la mesa, se quitó el manto, y tornando una toalla es la ciñó, y relata luego el lavado de los pies a los discípulos. Hizo la tarea de un siervo, acabada la cual los dijo: "Ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho vosotros también hagáis" (Juan 13:1-17). Semejante actitud servicial define el mismo espíritu de Jesús. "Yo soy entro vosotros como el que sirve" (Lc. 22:27). "No he venido para ser servido, sino para servir" (Mr. 10:45). La Insistencia de Jesús en la actitud servicial no puede pasar inadverti da para quien lea con detenimiento los Evangelios. Recordemos aquella escena, no muy edificante, cuando los discípulos, entregados a vanidades humanos y movidos a la puja por prestigio y distinción, se ponen a discutir entro si, sobre quiénes eran los más Importantes y el vivísimo disgusto que experimentaron ente el pedido que la madre de dos de ellos hizo en favor de sus hijos. Jesús les dijo entonces: "Saben ustedes que en el mundo los gobernantes mandan e sus súbditos, y sus grandes les hacen sentir el peso de su autoridad; más no será así entre ustedes, el que quiera ser grande será el siervo de ustedes, y el que quiera ser primero ha de estar dispuesto a ser el esclavo de todos, como el Hijo del Hombre, que no vino para ser servido sino para servir y dar su vida por muchos" (Mt. 20:25-28, NEB y pasajes paralelos = Mr. 10:45; Lc. 22:26). Recordemos asimismo, la parábola
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del Juicio final donde aquéllos que el Señor condena Intentan defenderse diciendo: "¿Cuándo no te servimos?" (Mt. 25:31-46). En ésa y en otras parábolas (por ejemplo, la del Buen Samaritano) el Maestro subraya la Importancia de darse en servicio a los demás. En varias de ellas establece la comparación directa entre la relación siervo-amo y la del discípulo y Dios (por ejemplo la parábola de los talentos). Además están las declaraciones muy explícitas como las de Mt, 10:24: '" discípulo no es más que su maestro, ni el siervo que su señor. Bástele al siervo ser como su señor". Con éstas están emparentadas las palabras que, según el Evangelio de Juan, Jesús dirige a sus seguidores: "El siervo no es mayor que su Señor" (13:16). Sin embargo, hay que oponerles aquellas otras del mismo evangelio: "Ya no os llamará siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; por eso os he llamado amigos" (15:15) lo cual nos coloca ente la paradoja cristiana. Se trata de una esclavitud que es libertad (Comp. 1 Co. 7:22-23; GA. 4:7). 2. Otro hecho que nos Impide pasar por alto el marcadísimo relieve que se da en el espíritu servicial como Inherente el ministerio cristiano, es el frecuente uso que el Nuevo Testamento hace de la palabra doulos (siervo) y sus derivados. Ante todo es un titulo aplicado a Jesucristo mismo. El es el Siervo por excelencia. Pero a él es aplica el vocablo país, que la versión Valora traduce por "Hijo", en varios pasajes. Al hacerlo así, sin duda se recurre a una traducción permisible; pero también sin duda, se lo hace obedeciendo a una cristología posterior. Oscar Culimann en su libro Cristología del Nuevo Testamento, consagra un capítulo a seguirle la pista a este término de Siervo aplicado a Jesús, aunque se Interesa particularmente por el adjetivo Sufriente que Integra el título dado por el exílico Isaías el Instrumento redentor de Dios. Este término aparece también en el Importantísimo pasaje cristológico de Fil. 2:5-11.y en los discursos de Pedro en Hch. 3:13, 26; 4:27. (Véase también Mt. 12:18 sigs.; Ro. 15:8).
El Nuevo Testamento da el mismo titulo de "siervo" a Marta (Lc. 1:38:48) a personajes del Antiguo Testamento (Ap.10:7; 11:18). A Simeón (Lc. 2:29) a los Apóstoles. Varias epístolas comienzan describiendo así a sus autores: Romanos, Filipenses, Tito, Santiago, 2ª Pedro. Judas; y el libro del Apocalipsis a Juan (1:1), (Hch. 16:17). El apóstol Pablo se atribuye esta designación, aparte de los encabezamientos de algunas de sus cartas, en 2 Co. 4:5, al decir: "Nosotros vuestros siervos por amor do Cristo". En 1 Co. 9:19, no vacila en llegar a esta osada declaración, que muestra el alcance que en él cobra el Espíritu servicial. "Me ha hecho siervo de todos para ganar al mayor número”. Otro tanto ocurre al despedirse de los presbíteros (ancianos) de Efeso cuando les dice: "Vosotros sabéis cómo me he comportado, sirviendo al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas y pruebas que me han venido. Califica de "buenos o fieles ministros" a Tiquico, Epafras, Timoteo (Ef. 6:21; Col. 1.7; 2 Ti. 4:12. De modo Indirecto la escribe
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a Timoteo en Fil. 2:2. En fin, el título denota al Ministro en sentido técnico de la expresión en 2ª Ti. 2:24, donde leemos: "El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable en todo". Es más todavía: Todo creyente es designado del mismo modo. En la cita que de Joel hace Pedro en su discurso de Pentecostés, aparece, según se recordará, la promesa amplia: "Sobre mis siervos y sobre mis siervos derramaré mi Espíritu" (Hch. 2:18). Al ser liberado Pedro, los creyentes, en su oración vigorosa, se refieren a si mismos como "tus siervos" (Hch. 4:29). Esta designación es también para el apóstol Pablo universalmente válida en todo el cuerpo de Cristo. "El que fue llamado esclavo es de Cristo" (1 Co. 7:22, véase Col. 4:1). Y otro tanto hace 1 Pedro (2:16). Aparte de ello, Pablo no retacea sus exhortaciones de servir a Cristo y a su reino (Ro. 7:6; Col. 3:24; 1 Ts. 1:9) y a servir a los hombres para servir al Señor: (Ro. 14:18, Gá. 5:13; Ef. 6:7). Al decir pintoresco de C. K. Barret "el arca de la salvación no lleva pasajeros”, sino que todos son tripulantes con una tarea que hacer, un servicio que prestar. También el Apocalipsis llama siervos a los cristianos en general (1:1; 2:20; 7:3) y a los mártires en particular (19:2), y nos convoca a todos a la adoración: "Alabad a nuestro Dios todos sus siervos”, así grandes como pequeños" (19:5). Y cuando, ya casi al terminar el libro, nos habla de la Ciudad de Dios, nos deja la promesa: "Sus siervos le servirán" (22:11) con lo que a esta cuestión del servicio lo da una dimensión de eternidad, La Idea del servicio a seres humanos como parte del servicio a Cristo resulta, además, en pasajes tales como I Co. 16:15; 2 Co. 6, 8:4; 9: 1, 12; Hch. 20:28, 34, 35; 2 Ti. 1: 18; Fim. 13 y, desde luego, en forma muy nítida en la parábola ya mencionada de Mt. 25:31-46. En su apretado estudio sobre el ministerio en el Nuevo Testamento, C. K. Barrett tras una argumentación convincente, llega a esta conclusión: "El Nuevo Testamento revela una concepción constante del servicio de Dios que se rinde en y a través de la vida de su Pueblo. Se bifurca en dos partes: Un servicio en la palabra y un servicio en la acción” 3. Esto nos lleva a otro término traducido por "servicio". a sabor: liturgia. Originalmente en la liturgia clásica significaba, servicio rendido el Estado. En cuanto nos fijemos en los pocos textos en que el término aparece, advertimos que es lo emplea con diversas acepciones: a) Como un servicio cualquiera. Incluso secular (2 Co. 9:12; Fil. 2:25; 2:30, Ro. 13:13; He. 8:2.6; 4:21; 10:11);b) en sentido figurado (Fil. 2:17; Ro. 15:16. He. 1 .7). De todos estos textos, los que es ubican en e l primer grupo han sido ya comentados en lo que anteceda. Los del segundo grupo se refieren en su mayoría al sacerdocio judío o a Cristo cuyo supremo sacerdocio declara caduco a cualquier otro. El único versículo que puede tener relación con el ministerio de la Iglesia es el de Hch. 13:2, cuyo sentido preciso no es posible trazar. Algunas versiones traducen "ministrando", otras "adorando, otras "orando". Los comentarios bíblicos se Inclinan diversamente por una u otra de ellas. Lo cierto es que fue una ocasión solemne, como lo Indica el hecho de que "ayunaban" y que luego procedían a "la Imposición de las manos" (vers. 3), en el culto de consagración de los misioneros. En cuanto a los pasajes que caen en el
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tercer grupo, el último no tiene relevancia para nuestro tomo, como tampoco lo tiene el primero en que Pablo compara la entrega de su vida con una libación ritual, y la fe de los filipenses con un sacrificio. Finalmente, en el pasaje de Ro. 15:16, el Apóstol usa para si la metáfora de sacerdote y para los gentiles convertidos la de ofrenda grata a Dios 1. Pero estos dos pasajes de Hch. 13 y de Ro. 15, nos remiten a un aspecto importante del ministerio de la Iglesia, a sabor: ofrecer "sacrificios de alabanzas, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre" (He. 13:15) o, dicho más llanamente, rendir culto a Dios (Véase también 1ª Pedro 2:5). ¿En qué sentido se diferencia este servicio de Dios (expresado en el término "servicio religioso") del servicio de Dios en general, que hemos descrito más arriba? La detenida lectura del Nuevo Testamento no nos autoriza a encontrar diferencia, ni a trazar límite entra uno y otro. No son disociables; el servicio de Dios sin servicio al prójimo es un contrasentido. El culto a Dios no es separable de la obediencia constante a su voluntad. Una de las mejores definiciones de adoración aparece en el comentario que sobre el Evangelio de Juan hace el Arzobispo Templo, cuando dice: "La adoración es la sumisión de toda nuestra naturaleza a Dios. Es la sensibilización de nuestra conciencia por su santidad; la nutrición de la mente con su verdad; la purificación de la Imaginación con su belleza; la apertura del corazón a su amor; la entrega de la voluntad a su propósito. La adoración es, entonces, una actitud, y no una forma. Esta actitud comporte aquella consagración plena de la vida entera que constituya el "culto lógico y agradable a Dios" (Ro. 12:1). Apunta Jesús en sus enseñanzas al valor relativo y subordinado del "servicio religioso" (el culto) respecto de la actitud hacia el prójimo (Mt. 6:1-18; 7:21; 15:5-8; 22:37-40; 18:15). Jesús se coloca en la línea francamente profética al señalar la contradicción entre actos religiosos, llenos de unción, y una vida que desdice la enfática declaración cultural. La separación entre adoración y moral era tan repugnante a Jesús, como lo había sido a los profetas de Israel. Dada, entonces, su unidad indestructible con la vida cotidiana, el culto cristiano, constituido en general por himnos, oraciones, lectura de la Palabra. predicación, y que culmina con la Cena del Señor, es un medio de glorificar el nombre de Dios, y un servicio de gratitud y alabanza, que le rendimos a El, al acercar a los hombres a una comprensión y a una vivencia más profundo de la vida cristiana. Lo cual, Indiscutiblemente, es parte integrante y vital del ministerio. Es obvio que nos hemos limitado a los pasajes en que aparecen las palabras "servicio” "ministerio" o "esclavos". Pero hay muchos otros pasajes en que la idea de servicio y esclavitud ante Cristo está expresada sin recurrir al empleo de estos términos.
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II Prestemos ahora atención el empleo que hace el Nuevo Testamento del término diakonia en sentido más restringido, con referencia al ministerio de la Iglesia o la obra de Dios en el mundo. 1. La acepción más restringida del vocablo se halla en Ro.12:7. Al enumerarse los diversos dones que aparecen en el ministerio general de la iglesia, se menciona entre ellos el de servir. En su comentario sobre la epístola a los Romanos F. J. Leenhardt lo interpreta como "asistencia fraternal", y A. M. Hunter como "servicio social", mientras que John Knox lo toma como "ayudantes que sirven a la Iglesia en diversas formas prácticas." Anderson Scott resulta poco convincente al explicarlo como "ministerio", lo cual es, por otra parte, textualmente exacto. El comentario editado por J. R. Dummelow dice así: "Ministerio, l.e. servicio a otros. Comp. Mr. 10:45; a veces cualquier oficio cristiano. Comp. 11:13; a veces, como en este caso, la atención a necesidades temporales. Comp. 1ª Te. 5:12, 1ª Ti. 3:4 s. y 5:17". Evidentemente, el sentido de la expresión no es preciso.
2. Asunto mucho más importante, puesto de relieve por la exégesis moderna en la discusión ecuménica, es que el ministerio sea cosa de toda la Iglesia, de toda la comunidad cristiana, y de cada comunidad cristiana en particular. El texto clave a este respecto es Ef. 4:12, sobre el cual volveremos oportunamente. Basta en este lugar mencionar que en ese pasaje se habla del "ministerio de los santos". los cristianos todos están llamados a ejercer el ministerio. Esta verdad, decimos, es algo que sectores de la Iglesia de nuestra época están volviendo a descubrir con no poco vigor. En Ap. 2:19, es a toda la Iglesia de Tiatira a la que se lo dice: "Conozco tu servicio" o ministerio. (Aún que fuera correcta la interpretación del "ángel" como el Pastor de la Congregación, el mensaje es para la Iglesia toda). Esta verdad fue eclipsada dondequiera Imperó el clericalismo; y el ministro, en lugar de actuar en representación de la Iglesia, fue su vicario y actuó él en lugar de la comunidad. En este peligro vuelven a caer hoy aquellos ministros que se proyectan a la comunidad, pensando que así es la Iglesia la que se proyecta; otro tanto sucede toda vez que el pastor absorbe las responsabilidades del conjunto. Importancia capital adquieren en este momento el capítulo 12 de la Primera Carta a los Corintios junto al ya mencionado de Ro. 12:1-8. El ministerio ha de ser ejercido por la totalidad de la comunidad, cada uno de cuyos Integrantes debe hacer su aporte a esa obra total mediante el ejercicio de los dones que la haya impartido Dios. No todo creyente puede hacer cualquier cosa en la Iglesia, sino aquéllas para las cuales haya sido capacitado. Todo creyente llena algún don, o carisma, que puede y debe poner al servicio del ministerio total de la comunidad cristiana.
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En este pasaje se subraya la diversidad de dones, y a la vez se acentúa el común origen de todos ellos: Dios. El versículo 7 de Corintios resulta oscuro en la Versión Valera. En la NEB aparece así: "En cada uno de nosotros el Espíritu se manifiesta en una forma particular, para algún propósito útil". Jean Héring, en su Comentario sobre el pasaje, traduce el versículo de esta manera: "A cada cual le es dada para la utilidad común una manifestación del Espíritu”. Y la RVS y la Taizé rezan así: "A cada cual es dada manifestación del Espíritu para el bien común". Ningún derecho a disfrutar para sí de los dones de que haya sido investido, lo asiste a quien se reconozca siervo de Cristo; pues sabe que reposa sobre él la sagrada responsabilidad de usarlo para el bien de toda la Iglesia. Cuadra citar aquí el atinado comentario de Anders Nygren: "La Intención no es que el cristianismo emplee esos dones para su propio placer y exaltación. Así como no debe echar mano de aquello para lo cual no ha sido dotado por Dios, aunque le atraiga más y lo asegura mayor consideración de los demás, tampoco debe emplear los dones que le fueron dados para conquistar fama y lucimiento. La han sido otorgados para servir. El orgullo carnal es tan condenable como la falsa humildad que entierra su talento". 3. Asombra la gran variedad de dones (carismas, que en conjunto denotan mucha riqueza de vida) que han de volcarse en diversidad de ministerios. El Espíritu revela su poder allí donde se encuentra, dando a la iglesia lo que necesita para cumplir su ministerio en el mundo. las listas de estos pasajes no pretenden ser exhaustivas ni sistemáticas. Hay en ellas superposiciones, y su enunciación no significa que una persona dada esté limitada a uno solo de los dones nombrados. El predicador, el teólogo, el hombre de lo ferviente y contagiosa, el que alienta con su exhortación, el que tiene dones de sanidad. el que posee poder para hacer cosas portentosas, el criterioso. el que tiene don de lenguas (cualquIera sea la interpretación que a esto se le de), el Intérprete, el apóstol, el profeta, el maestro, el que presta ayuda, el que tiene bienes materiales, el que sabe presidir, el dirigente y el buen administrador, todos ellos, tienen talentos mediante los cuales la Iglesia puede cumplir su misión. ¡Cuántos de estos y otros dones se pierden malgastados por no comprender el mensaje de este capitulo! ¡Cuántos son ahogados precisamente por quienes existen para estimularlos, los ministros profesionales! Consagra el apóstol una parte considerable de estos pasajes a recordar a las Iglesias de Corinto y de Roma que por diferentes que sean estos dones, ninguno es más valioso que otro. Todos son obra de Dios. Recurre a la conocida figura del cuerpo y sus diversas partes para hacerlos presente cuánto se necesitan mutuamente. Tratándose de dones (Ro. 12:6-8. 1 Co. 12:4-10) y siendo que el ministerio mismo es un don de Dios, proveniente de su misericordia (2 Co. 4:1; 1 Co. 12:11-13; Ef. 4:1-8; 11-13), no hay sitio alguno para el orgullo o la vanidad, y si mucho para una muy profunda humildad. Pablo incesantemente reconoce
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ser ministro del Evangelio, no por propia decisión o empeño sino por obra de la gracia de Dios (Ro. 1:5; Gá. 1:12, 15,16; véase también Col. 1:23). En consecuencia, el ministerio es un Instrumento en la obra de Dios. En Hch. 21:19 se nos refiere el encuentro entre Pablo y sus acompañantes, con Jacobo y los "Ancianos" de Jerusalén, a los cuales les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio". Sólo en esta perspectiva podemos ser "fieles ministros de Jesucristo". Ser ministro significa, por lo tanto haber recibido un altísimo o inmerecido honor. Hallamos una conmovedora expresión de la profunda gratitud que experimentaba el Apóstol en 1 Ti. 1:12-17. Este honor es un honor limitado. Pablo y Apolos son ministros, si, pero no son más que servidores (1 Co. 3:15). Todo privilegio acarrea responsabilidad. Así menudean en el Nuevo Testamento las exhortaciones a cumplir el ministerio (Col. 4:17; 2 Ti. 4:5,6). En Primera de Pedro hay una exhortación que se asemeja mucho a las del apóstol Pablo ya estudiadas: "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los demás, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios" (4:10). En el versículo siguiente exhorta a ejercer este ministerio, sea por la palabra, sea por la acción, conforme al poder de Dios, para que en todo sea Dios glorificado (4:11). Ilustran este principio general concerniente al Espíritu en que se ejerce el ministerio, las precisiones que aparecen en Ro. 12:6-8. Así, por ejemplo: "La profecía úsese conforme a la medida de la fe", es decir, dentro de limites impuestos por el Espíritu dador de la fe. "Ni por encima, ni por debajo; ni por negligente, ni por pretensioso. El riesgo es particularmente serio para la profecía; que se la ejerza agregando a ella cosas de cosecha propia, o que se siga hablando cuando ya no se tenga nada más que decir de parte del Espíritu”. Ha de hablar quien esté revestido de esto don, como señala Barclay, "con la autoridad de uno que sabe". A este propósito cita el padre de Carlyle: "Lo que esta parroquia necesita es un hombre que conozca a Cristo directamente y no de segunda mano". Esta característica no es privativa de la profecía, pues se aplica también a otros carismas mencionados en el pasaje. Importa comprender la función y el límite de cada don. Así, la enseñanza tiene como fin explicar el contenido de la proclamación y de la exhortación evangélica y señalar su aplicación a la vida práctica; porque la ética no es un lujo; la obediencia del cristiano es tan necesaria a su fe, como su fe a su obediencia". La enseñanza se enlaza con la exhortación, como ésta con la predicación. La exhortación o consolación, se dirige más al corazón que a la Inteligencia, la exhortación levanta el ánimo, mientras que la instrucción esclarece el juicio". "El que preside (o gobierna), debe hacerlo con solicitud (o con 'Celo'). El que de, ha de hacerlo con generosidad (o Sencillez), dejando al que tiene el don de administrar que lo haga en sentido de mayordomía: y el que luego reparte lo así dispuesto, lo realice con ecuanimidad". Finalmente nos dice el pasaje que quien está llamado a hacer misericordia, que lo haga con alegría de corazón. En consecuencia, hay que defender el honor del ministerio y velar por que no sea vituperado, y sobre todo por culpa de quien ha sido llamado a ejercerlo (Ro. 11:13; 2 Co. 6:3). En su discurso a los "ancianos" de
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Efeso, Pablo manifiesta claramente esta preocupación suya: "Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios" (Hch. 20:24). Responsabilidad tal puede llevar ---y a muchos por cierto llevó---a entrar, incluso, en la región tormentosa de las tribulaciones y de los sufrimientos. Con elocuencia vigorosa y hasta conmovedora Pablo describe algo de sus experiencias en el ministerio, que, a los que hemos estado colocados en situaciones mucho más apacibles, nos llenan de vergüenza, el sabernos también ministros del mismo Señor (2 Co.6:4 -10, 11:23-31). 4. Esto nos conduce a otra cuestión que echa por tierra bruscamente cualquier noción romántica que podamos habernos hecho del ministerio, como también acorrala toda actitud burguesa a que podamos habernos dejado arrastrar... El ministerio no es para los que buscan la
Descansada vida La del que huye del mundanal ruido, Y sigue la escondida Senda por donde han ido Los pocos sabios que en el mundo han sido.
Lejos de ello, se desarrolla en el fragor de la batalla, en la fatiga de la carrera, en el trabajo duro (2 Ti. 4:7). Aleccionador a este respecto es todo el segundo capítulo de la segunda carta a Timoteo, donde son muy frecuentes estas exhortaciones: "Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús", "Sufro penalidades como buen soldado de Jesucristo", "El que lucha como atleta no es coronado sino lidiare legítimamente (respetando las leyes del juego)". "El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero". "Procura presentarte con diligencia a Dios, aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse". Relacionada con el ministerio, la palabra koplán (laborar, trabajar) aparece más de veinte veces en el Nuevo Testamento. E n virtud de esta naturaleza ardua del ministerio (Véase 1 Co. 9:23-27), ¿cómo explicarse que la indolencia sea una de las tentaciones que más acosan a los ministros de Cristo? ¿De dónde pudieron, pastores y laicos, sacar la Idea de que la obra se puede realizar sin mucho trabajo y peloso esfuerzo? Si el activismo denota falta de sentido auténtico de misión, ¿qué diremos de la tesitura contraria? La pasividad, la indolencia, la pereza, son un escarnio para el ministerio, pues:
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El que en el ocio vive Al Hacedor ultraja No llena sus deberes Ni cumple su misión Ciertos nombres de cristianos de la iglesia primitiva nos han llegado únicamente porque fueran personas "que mucho trabajaron en el Señor" (Ro. 16. menciona a María, Trifena, Trifosa. Pérsida, familia de Estéfanas). Respecto de los Tesalonicenses, el Apóstol recuerda a los gentiles con gratitud por la obra de su fe" y "el trabajo de su amor, (1 Te. 1:3). En sus mensajes a las siete iglesias, el Apocalipsis elogia a la Iglesia de Efeso así: "Has trabajado arduamente" (Ap. 2:2, 3; véase también: 2:9,13. 19; 3:1, 8, 15). Ni faltan tampoco las admoniciones a rendir honor a los que trabajan con empeño (1 Co. 10:18; 1 Te. 5:12; 1 Ti. 5:17). Véase además He. 6:10-12; Mt. 25:30; Ro. 12:11, 1 Te. 5:4-8,14. 2 Ts. 3:6-12; Ef. 5:15, 16; 2 Ti. 2:1; 4:2; 1 Ti. 5:13; 1 Co. 16:13). La vida de Jesús fue sumamente activa. "Muchos eran los que Iban y venían (a El) de manera que ni aun tenían tiempo para comer". Entonces Jesús les dice a sus discípulos: "Venid vosotros aparte, afuera, y descansad un poco" (Mr. 6:31). El llamado al descanso viene después del trabajo. Jesús busca el debido equilibrio para los suyos. Con todo, el descanso no era para Él una prioridad. Precisamente cuando estaba cansado, Jesús se encontró con la Samaritana y tomó la iniciativa para llevarla a la vida abundante (Jn. 4). En ese mismo capitulo les dice a los discípulos "Os he enviado a segar y… a entrar en las labores de otros". Y si su Invitación va dirigida a los "cansados” para que encuentren descanso en él, lleva parejas la invitación a tomar su yugo y llevar su carga (Mt. 11:28-30). En su montado discurso de despedida a los dirigentes de la iglesia de Efeso, después de referirse al trabajo de sus manos para su sostén y el de sus colaboradores Pablo los dice: "En todo os he enseñado que trabajando así se debe ayudar a los necesitados" (Hch. 20:35. Véase 1 Co. 4:12 y 1 Ts. 2:9). Y no porque haya dedicado tiempo a trabajar con sus manos descuidó el trabajo directo de su ministerio. Puede cándidamente decir que "ha trabajado más que todos ellos" (1 Co. 15:10). La dinámica para toda su actividad se encuentra en el amor de Cristo (2 Co. 5:14), en el poder de Dios (Col. 1:29) y en la esperanza en Dios (1 Ti. 4:10). Sin embargo, a pesar de toda esta prodigiosa actividad desplegada, el Apóstol no es un activista que trabaja por trabajar. Su gran temor es haber trabajado "en vano". (Fil. 2:16; Ga. 4:11, 1 Te. 2:1-14). La promesa bíblica es que en última instancia todo el trabajo hecho en él, no será esfuerzo desperdiciado. En su gran discurso sobre la muerte y la resurrección acaba Pablo exhortando a todos a permanecer firmes en el Señor, "sabiendo que vuestro trabajo en él no es en vano" (1 Co. 15:58). En el último libro de la Biblia queda consignada esta otra promesa: "Bienaventurados los que duermen en el Señor, porque sus trabajos les siguen".
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En fin, también se nos proviene contra todo activismo. Citemos nuevamente a ese gran ministro del Evangelio y siervo de Dios y de los hombres, san Pablo. Está hablando de algunos que se vanaglorian de sus trabajos y los llama a mayor sobriedad instándoles a gloriarse únicamente en Dios “porque no es aprobado el que se alaba a si mismo, sino aquél a quien Dios alaba" (2 Co. 10:18; 1 Co. 4:1-7). No todo trabajo, no todo esfuerzo, es aprobado. El ministerio es trabajo arduo, Insume mucha energía. Pero ha de ser trabajo y actividad "según Dios", y quien lo hace no ha de perder nunca de vista el propósito misionero de su acción. El servicio pleno sólo puede darse en una relación vital con Jesucristo. "SI alguno me sirve, sígame, y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviera, mi Padre lo honrará" (Jn. 12:26; véase también 2ª Co. 14-13). 5. Echemos ahora una mirada a los modos en que el ministerio se realiza, o si queremos decirlo de otra manera, fijémonos en los Instrumentos del ministerio. a) Comencemos, como siempre será menester hacerlo, mirando a Jesucristo. ¿Qué es lo que vemos? lo vemos entregado a una constante actividad de predicación. Nos dicen los evangelios que recorría las ciudades y las aldeas predicando y enseñando (Mt. 4:17, 9:35; Mr. 1:14; Lc. 8:1; 1ª Pedro 3:19 añade que aún después de la crucifixión descendió a predicarles a los espíritus encarcelados. Véase también Mr. 16:20). Es la predicación una tarea para la cual Jesús entendía que había venido al mundo (Mr. 1:38), vale decir: la concebía como parte de su misión. No es posible trazar líneas de distinción entre predicación y enseñanza de Jesús. Si había diferencias dependían más de la forma circunstancial que del contenido. La distinción entre el mensaje y la enseñanza, válida en el caso de los Apóstoles, no cuadra a la situación de Jesucristo mismo. Ni es menester limitar la predicación a los discursos públicos. Los evangelios hacen saber que muchos conocían a Jesús por el "Maestro". ¡Y qué maestro fue el Señor! Su enseñanza no fue sistemática, sino circunstancial, no fue discursiva, sino parabólica: muchas veces fue paradójica; siempre vivido, penetrante, inolvidable. A veces fue polémica y pública. Muc has veces intima, privada. A sus discípulos los lleva aparte para enseñarles. Los evangelios nos han dejado registrados algunos pantallazos de esas enseñanzas suyas, que siguen brillando con fulgor sin Igual, y nos hacen ver que la predicación y la función docente de Jesús ocuparon una generosa proporción de su tiempo y consumieron mucho de sus energías. En los textos citados al comienzo de este apartado se menciona además de la enseñanza y la predicación, otro instrumento de su acción: la curación de los enfermos. "Todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos los sanaba", nos dice Lucas un poco hiperbólicamente (4:40), pues está escrito también que "no hizo muchos milagros allí a causa de la Incredulidad de ellos" (Mt. 13:58). Cuando Juan el Bautista, desde el fondo de su cárcel deprimente manda preguntar a Jesús si verdaderamente era “el que había de venir” recibe por
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respuesta lo siguiente: "Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el Evangelio" (Luc. 7:22). Expliquémoslo como podamos, pero lo cierto es que de su persona y acción emanaba salud. Quizá pueda ser Incluido dentro de su obra de curación la tarea de expulsar "espíritus Inmundos” a la que los Evangelios nos dicen que también se dedicó (Lc. 6:18; 2 y 27; Mr. 1:23-28; 5:2 siga.; 7:25 siga.; Mt. 4:24; 8:16; 9:32; 12:28; 17:18, etcétera). Algunos de estos casos pueden ser de epilepsia, otros de complejos reprimidos. Pero los estudios de la parapsicología y los testimonios de la obra misionera nos vedan reducirlos todos a estas dos clasificaciones. El libro de los Hechos resume la actividad de Jesús en esta palabra de Pedro: "Anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos del diablo" (Hch. 10:38). Toda esta actividad de Jesús estaba envuelta en una actitud constante de oración. Fue hombre de oración, y no es éste el lugar para explayarse en un estudio, por demás provechoso, de la vida de oración del Señor. El Evangelio de Lucas es el que más luz echa sobre este particular. Basta decir que la oración era para él instrumento de su ministerio móvil. Ora al consagrarse públicamente a su obra (Lc. 3:21); al meditar sobre sus planes y principios de acción (Luc. 4:1 Isgs.), ora al comenzar su ministerio (Lc. 3:21); ora una noche entera antes de elegir de entre sus discípulos a doce de ellos para ser sus apóstoles (Lc. 6:12, 13). Se detiene en medio de su actividad, para retirarse a orar, aunque para poder hacerlo tenga que madrugar (Mr. 1:35), ora al acercarse la hora de la cruz en el Getsemaní (Lc. 22:39-46). Y muere con una oración en los labios (Lc. 23:46). a) Mencionemos, para finalizar esta parte de nuestra exposición, otro instrumento de la obra de Jesús, a saber: su propia persona. Jesús, por razones obvias, no habla mucho acerca de ella en forma directa. Los pasajes del Evangelio de Juan que lo indican explícitamente son los "Yo soy" (6:35. 48. 51; 8:12, 18, 10:7; 10:11; 11:25; 14:6; 15:1). Pero en muchos otros parece estar latente la pregunta de los genios: "¿Y quién es éste?" (Mr. 4: 41). Su persona, su ejemplo, sus enseñanzas, su predicación, sus "obras portentosas" de bien, su muerte y su resurrección (que han de ocupar un lugar tan central en la predicación apostólica), son los Instrumentos de su acción. b) No ha de sorprendernos que estos mismos instrumentos están presentes en el ministerio de los apóstoles y de la Iglesia toda. Así vemos a Felipe (Hch. 8:5). Pedro (Hch. 10:42), Pablo (Hch. 20:25). Silvano y Timoteo (2 Co. 1:19) y Apolos (Hch. 18:24), para no mencionar más que algunos empeñados en la tarea de la predicación. Todo el libro de los Hechos es una narración de acción misionera, donde la predicación desempeña un papel principalísimo, aunque no exclusivo. Al terminar, su autor nos deja en suspenso la fascinante narración acerca de la obra del apóstol Pablo con estas palabras: "Y Pablo permaneció dos años
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enteros en una casa alquilada (pero como prisionero) y recibía a todos los que venían a él, predicando el Reino de Dios, y enseñando acerca del Señor Jesucristo abiertamente y sin impedimento". Pero también, además de la enseñanza y predicación, están muy presentes en el ministerio de la Iglesia primitivo las curaciones, los exorcismos y el hacer el bien. (Por ejemplo Hch. 3 siga.; 4:36. 37; 5:12, 18, 61-3, 9:36 siga., etcétera.) Siguiendo el ejemplo y la enseñanza del Señor, la Iglesia primitivo envolvió toda su actividad misionera en la oración (.Hch. 1:14; 1:24; 2:42; 4: 23-31; y así sucesivamente en todo el libro). Las epístolas igualmente abundan en pasajes que muestran la importancia cardinal que la oración, la alabanza y la Intercesión tienen en el ministerio de la Iglesia primitiva. c) Hay, sin embargo, una diferencia fundamental entre el ministerio de Jesucristo y el de la Iglesia. Dijimos que en el caso del Señor, su propia persona fue instrumento de su misión. Pero su persona, como veremos en seguida, se vuelve el contenido mismo del ministerio de la Iglesia. ¿Qué podemos decir en cuanto a la persona del ministro? Este nunca es contenido de su predicación o servicio. "No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo" (2 Co. 4:5). Con todo, en un sentido más limitado, la persona del ministro también es instrumento de la predicación. Según Kart Barth, Ro. 12:1 viene a significar más o menos esto: "Es la misericordia de Dios por lo que yo, pecador, puedo exhortarlos a ustedes, pecadores como yo, a consagrarse a Él (Ef. 3:8; 2 Co. 4:1). Esto Impone sobre el ministro la obligación de velar sobre su vida (Ro. 2:22 -24; 1 Ti. 4:16; 1 Co. 4:2; 2 Co. 4:2 y 5:11; 2 Co. 8:21; 1 Co. 9:26-27) y sobre sus dones (1 Ti.4:14). d) Como quiera que en esta época hay dentro de la iglesia voces que propugnan que ella se llame a silencio y demuestre la realidad del Evangelio con los hechos, se hace necesario detenerse para destacar la importancia del testimonio verbal. Para ello nos limitaremos a un pasaje clave (Ro. 10:8 21) dejando la tarea de Indagar más sobre este punto el que particularmente se interese por ello. El versículo clave es aquí el 17, donde dice ---la fe es por el oír, y el oír es por la palabra de Dios". Es la palabra de fe que predicamos” lo que debe estar "en el corazón y en la boca” y en ésta para que confiese el señorío de Cristo, para la salvación. ¿Cómo creerán de quien no han oído; y cómo oirán sin haber quien les predique? (versículo 14). Por determinación de Dios el Evangelio se transmite de boca en boca. Algunos chipriotas y algunos cirenaicos entraron en Antioquia y "hablaron también a los griegos, anunciando el Evangelio del Señor Jesús" (Hch. 11:20). Y así comenzó la obra misionera de propagación de la buena nueva, y ha seguido siendo así a lo largo de los siglos. Dicho esto apresurémonos a agregar que los palabras no Iban divorciadas do los hechos, y que la predicación fue acompañada de señales evidentes en obras de amor y en vidas transformadas. La dimensión social de esas obras de amor reclamando de la Iglesia originalidad creadora en su testimonio es hoy exigida con marcado urgencia por la situación del mundo.
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6. Nos quedan dos o tres aspectos más de la predicación y del ministerio general de la Iglesia por dilucidar. El primero se refiere a los móviles de la predicación. Quéjase Pablo de que algunos prediquen a Cristo no sinceramente, por contención; pero se regocija que de todos modos Cristo sea anunciado (Fil. 1:15-18). Para él eso era lo vital. Los evangelios nos dicen que en Cristo el móvil de su obra fue la compasión (Mt. 9:37). La suya fue expresión de la misericordia de Dios, y la clara revelación de la naturaleza de su amor (1 Jn. 4:9,10). No necesitamos recurrir a la explícita declaración de Fil. 1:8 para saber que este amor era la dinámica de la acción apostólica. La realidad de la comunión fraternal (koinonia) estaba cimentada en el amor, y fue factor desdeñable del testimonio cristiano. Lejos de ser un amor filantrópico nacido en los siervos de Dios por creación suya, este amor provenía de lo alto, como un don (Ro. 5:5). La certidumbre de que la iniciativa había partido de Dios es constante (Tit. 1:3; 2 Co. 1:21; Ef. 3:8-9; 1 Ti. 2:7). El móvil básico de la predicación y de la acción cristiana era, pues el amor a Dios y el amor a los hombres que, a su vez eran la respuesta agradecida por haber sido hechos primeramente objetos del amor de Dios. Amor de esta naturaleza generaba en ellos una actitud de obediencia. Por de pronto, el Señor es los había mandado (Hechos 10:42), la orden de Jesús de predicar el Evangelio a todo el mundo es bien explicita. Que el renombrado versículo de Mr. 18:15, Inspirador de tanta acción misionera y de evangelización, se encuentra precisamente en un trozo que no aparece en los mejores originales, no prueba que no exprese adecuadamente la intención del Señor. En todo caso estas palabras y las que hallamos en Hch. 1:8 y en Mt. 28:19, Lc. 24:47-48, etcétera atestiguan que la Iglesia primitiva estaba animada por lo profunda convicción de que esta acción misionera de predicación era una clara intención del Señor Resucitado. M. Goguel afirma que estas instrucciones misioneras, sea que hayan sido redactadas por Mateo (en el caso de la segunda de estas tres citas), o que ya estuvieran cristalizadas entes de él, "explican la diferencia que hay entre el cristianismo misionero y universalista de la Iglesia primitiva y el simple agrupamiento de los discípulos en torno a Jesús dentro del marco del judaísmo". El apóstol Pablo declara que es el placer de Dios salvar a los hombres por la locura de la predicación" (1 Co. 1:21). La buena nueva existe para ser anunciada, y no ha de ser guardada en secreto sino "proclamada desde las azoteas" (Mt. 10:27). Por otra parte, el sentimiento de obediencia a la voluntad de Dios, era bien agudo. Pablo llega a decir: "¡Me es impuesta necesidad! ¡Ay de mí si no predico el Evangelio!" (1 Co. 9:16). El ministro se siente como tenido por Dios. Idéntico sentimiento aparece en los siervos de Dios del Antiguo Testamento, especialmente los profetas (Moisés, Isaías, Jeremías, Amós, otros) Viven como bajo compulsión. No se ha de Interpretar esta en sentido legalista, como una obediencia a una ley formal y externa. Porque Dios por su espíritu interioriza su voluntad en sus ministros y la hace convicción a lo
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cual se dan con verdadero gozo, aun en medio de las tribulaciones (2 Co. 7:41). Este sentimiento viene acompañado de la seguridad de que la gracia de Dios obra en ellos (Ro. 1:5; 112:6; 1 Co. 15:10). Por eso, son hombres y mujeres que viven guiados por el Espíritu Santo en el cumplimiento de su ministerio (Hch. 2:41, 4:8, 6:3; 9:31; 11:24; 13:2; 16:6,7. 1 P. 1:12, Ro. 15:3 etcétera), lo cual bien merecería un extenso estudio aparte. 7. El segundo aspecto concierne al contenido de la predicación, el cual está formulado de diversas maneras. Jesús mandó predicar "el arrepentimiento" y “el reino de Dios que es ha acercado" (Mr. 6:12; Mt. 10.7). El Señor resucitado, les dice a los once discípulos y a los caminantes de Emaús que se habían reunido con ellos, que era necesario que se predicase en su nombre "el arrepentimiento y el perdón de los pecados" (Lc. 24:47). Pablo en su despedida de Mileto les recuerda que él pasó entre ellos "predicando el reino" (Hch. 20:25). El objeto de la predicación es Cristo mismo. "Predicamos a Jesucristo" (2 Co. 4:5; Ro. 16:25; Hch. 8:5). En 2 Ti. 4:2 se recurre a este otra fórmula "Que prediques la palabra” y en 1 Ts. 2:9 a esta otra: "El Evangelio de Dios". Finalmente, en 1ª Co. 15:4 Pablo declara que el fundamento de la predicación es la Resurrección de Cristo, sin la cual aquélla seria vana. Como vemos en la persona de Cristo, su vida, su obra, su muerte y su Resurrección, la palabra de Dios viva, hecha persona, es la buena nueva, el contenido do la predicación. Cristocéntrica ha de ser la predicación bíblica. En consecuencia, la Iglesia y el ministerio existen para la proclamación del Evangelio, para anunciar la palabra de Dios al mundo, dar a conocer y exaltar a Cristo, proclamar su señorío y anunciar su Reino. Esta es la función primordial del Evangelio. Dos cuestiones surgen aquí. Una es: ¿Cómo hacer esa proclama? Que nunca puede reducirse a la mera presentación de sermones. Y que incluso puede no estar contenida en un sermón dado. Es una proclama hecha de palabras y de actos, que comprende la vida entera. Y ahí va envuelto todo el problema de la comunicación. La otra es: ¿Cómo se puede cumplir este tarea única y especifica del ministerio sin caer en la apostasía de ubicarse en forma remota respecto del hombre de, la calle, y sin caer en el peligro Inverso de envolverse con los problemas del mundo sin desnaturalizar el Evangelio relegando a segundo término su mensaje esencial? 8. El tercer aspecto toca al Propósito, el fin del ministerio, que existe en función de la misión. La misión de la iglesia está en función de la misión de Jesucristo mismo. Prestemos atención entonces a esta misión suya. Algo de ella está Implícita en las formas de acción que hemos estudiado más arriba. Según los Evangelios Jesús mencionó específicamente algunas de las cosas para las cuales "habla venido” a saber: llamar a los pecadores a arrepentimiento (Mt 9:13b), servir y dar su vida en rescate de muchos (Mt. 20:28), buscar Y salvar las vidas de los hombres (Lc. 9:56; 19:10; Jn. 12:47), dar vida plena, abundante (Jn. 10:10), dar luz a las conciencias (Jn. 12:46; 9:39), dar testimonio de la verdad (Jn. 18:37), cumplir la ley (Mt. 5:17), no para traer paz, sino espada (Mt. 10:34; aunque Jn. 14:27 promete una pez
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diferente), y sufrir (Jn. 12:27). Desde luego Juan 3:16 define el propósito misionero de Dios en Cristo, y 2ª a los Corintios 5:14-21 nos declara que ese propósito, misionero es la reconciliación. De ahí que la Cruz sea el hecho central en la interpretación de su misión. En ella se manifiesta el propósito redentor de Dios, propósito que comprende sin duda la redención personal, la transformación de la vida (versículo 17), sin que se agote con ello el propósito divino, pues como dice la carta a los Colosenses "agradó el Padre por medio de él reconciliar todas las cosas" (1:20), lo cual abarca a la creación entera ("las que están en la tierra como las que están en los cielos"). Se trata de una redención total y una reconciliación absoluta. Se trate del Reino de Dios en el que toda autoridad y potencia humana ha de ser llevada el reconocimiento del señorío de Cristo y reducida a la obediencia de su voluntad hasta que Dios sea todo en todos, e incluso la muerte sea vencida (1 Co. 15:23-28). Es evidente que la obra de Cristo y su misión no pueden ser explicadas en los términos Individualistas de la salvación del alma". En Mt. 24:14 se nos dice que el Evangelio será predicado en todo el mundo para "testimonio a todas las naciones". Cualquiera sea la interpretación que se dé a este texto, pone de manifiesto el hecho de que el Nuevo Testamento no considera la misión como circunscripta el individuo. Tampoco puede explicarse en términos de las humanas utopías, ni de la reestructuración social política y económica. Tanto la transformación del Individuo corno la de la sociedad son parte del vasto propósito misionero de Dios. Asimismo, la Iglesia es un instrumento para ese propósito, el cual no se confina a ella. En consecuencia, aunque es Importante "edificar" la Iglesia, el ministerio está para llevar a cabo la misión más allá. Aquí también aparecen peligros y problemas. ¿Cómo construir la Iglesia como Comunidad de amor sin que degenere en un club social con intereses religiosos comunes? ¿Cómo evitar que la Iglesia, fascinada por la riqueza de su vida Interior de amor fraternal y de comunión espiritual, se convierta en un grupo cerrado, alejado de los problemas del mundo que lo rodea y del país en que habita? ¿Cómo evitar, por otra parte, que empeñada en su ministerio en el mundo, deje de ser ella y pierda así su capacidad de servir? 9. Para finalizar esta ya larga consideración acerca del ministerio general de la iglesia, que es, como ya quedó dicho, ministerio de salvación, en el sentido amplio y total que a este concepto de salvación de la Biblia, detengámonos en un pasaje de capital importancia para captar la manera más concreta al alcance del ministerio. Es el de Lc. 4:18-22. No son, desde luego, palabras originales de Jesús. Es el texto que empleó en su mensaje en la Sinagoga de Nazareth, tomado de Isaías 6:1-2. Jesús las hace suyas, y las emplea para describir su misión, al decir: "Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros (versículo 21). Jesús no arranca desde su trabajo o iniciativa personal, sino de su relación con Dios. Esto expresan las palabras Iniciales de esta cita del profeta exílico. "El Espíritu del Señor está sobre mi por cuanto me ha ungido".
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El propósito de Dios, o sea su misión, aparece en los Siguientes puntos: a) Para dar buenas nuevas a los pobres. b) Ganar a los quebrantados de corazón. c) Pregonar libertad a los cautivos. d) Dar vista a los ciegos. e) Libertar a los oprimidos. f) Predicar el Año Agradable del Señor. Quizás el mejor comentario práctico que se haya escrito sobre este pasaje sea el libro de Stanley Jones, Cristo y el Comunismo, que sin duda tendría que ser reactualizado, pero cuya visión profética para nuestra situación actual no podrá ser negada. El toma cada una de estas manifestaciones y las convierte en títulos de sendos capítulos. "Buenas nuevas a los desheredados del orden económico, político y social, de la salud física, del orden moral y espiritual. Este enunciado cubre todo la gama de necesidades humanas, desde las personales hasta las sociales, desde las materiales hasta las espirituales. Dado el interés marcado de Jesús por los pobres y la proporción importante de sus enseñanzas que ocupan las cuestiones relacionadas con el dinero, no se advierte cómo puede sostenerse que el Evangelio no tiene nada que ver con el orden económico que hunde en la miseria a millones de nuestros semejantes, que no tienen en nuestra América otra opción que ser pobres. En cuanto al segundo ítem, éste no aparece en los mejores manuscritos. ¿Sucedió que un copista lo salteó o que Jesús mismo lo omitió? Dada la compasión experimentada por Jesús por todos los quebrantados de corazón, no se advierte cuál pudiera ser la razón para silenciarlo. Lo cierto es que la Iglesia desde el principio concibió como su misión ministrar a los tristes en su dolor. Jesús en su parábola de Mateo 25:31-46, incluye la visita a los presos y cautivos entre aquellos actos de amor, revestidos de Importancia última, que se brindan en servicio a los más "pequeñitos" Y la iglesia en sus mejores momentos ha comprendido que es su deber interesarse, interceder y arriesgarse por los presos políticos, y por los oprimidos sociales, que nuestra modernidad multiplica despiadadamente. Otro tanto cuadra decir de los enfermos y de los incapacitados. Nadie cuestiona esto deber cristiano. Con todo, cabe preguntarse si la Iglesia ha tomado con la suficiente seriedad su ministerio a los enfermos. El surgimiento de herejías como la Ciencia Cristiana y otros movimientos de curaciones que proliferan en nuestros países, y la respuesta popular que reciben, ¿no indican que la iglesia ha estado lejos de cumplir su misión al respecto?
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Otro Ítem que menciona, el dejar en libertad a los oprimidos, se interpreta en el sentido moral y espiritual. Jesús levantó el peso terrible de culpabilidad que doblega las conciencias. "Tus pecados te son perdonados" fue en sus labios una palabra liberadora. Existe, como lo hace notar Paul Tournier una verdadera y una falsa culpabilidad. Muchísimos de nuestros contemporáneos están aquejados de diversas dolencias cuyo origen está en la culpabilidad que los agobie. Hay un ministerio que ejercer en ambos campos: en uno ayudando a quitar conceptos y actitudes que originaron la falsa culpabilidad, en el otro, que es el de la culpa auténtica, de orden moral y espiritual la Iglesia tiene el ministerio de anunciar el perdón que brote de la misericordia de Dios, manifestada en la Cruz, y hacer así que los hombres marchen libres y gozosos. El último ítem abarca la predicación entera, anunciar el Reino de Dios y hacer comprender la urgencia que hay en aprovechar la oportunidad de ahora, de este año, de este día, para entrar a ese Reino. Nos toca proclamar: "Ya llegó el grato día del Señor". Resulta evidente que ningún cristiano, ningún ministro ordenado o no, y ninguna congregación cristiana está en condiciones de abordar todas estas inmensas necesidades humanos, cuyo número supone vocaciones y carismas especiales. Nadie llena todos los dones, ni todos tienen el mismo don. Cada cual debe hallar su misión particular dentro de la gran misión, sabiendo que aquélla también es dada por Dios. Pero el que no todos tengamos la misma vocación, no autoriza a nadie a desentenderse de las otras formas de ministerio ni a quedar indiferente al dolor que aparece en otros campos de la labor total de la iglesia. Ningún ministro, por interesado que está en traer la certidumbre del perdón a las conciencias atormentadas, puede Ignorar el hambre física de sus semejantes, ni quien está apasionadamente consagrado a aliviar esta condición, puede esquivar su responsabilidad de atender el hambre y la sed de Dios que acosa al hombre. Porque si nuestras formas de ministerio pueden ser una cuestión técnica, el ministerio, en si, no lo es. Es una cuestión de amor. Sólo quien ama se interesa de veras, sólo quien ama sufre el dolor ajeno como propio. Walter R. Bowie, en The Interpreter's Bible, comentando el pasaje dice: "No puede luchar apasionadamente por la justicia quien primero no haya sufrido con simpatía; y nadie puede tener el fuego de la indignación contra la dureza cruel de la riqueza acumulada, o entregarse con toda la fuerza de su alma a lograr un orden social de mayor Igualdad de oportunidades, a menos que antes tenga una compasión por los pobres como la que expresó Jesús al decir lo que dijo en Nazareth. Este amor y esta compasión es lo que Dios pone en nosotros cuando podemos decir: "El Espíritu del Señor es sob re mí". Nos hemos extendido hasta aquí en el estudio del ministerio de la Iglesia en su totalidad sin hacer referencia directa al ministerio separado, ordenado. C. L. Taylor plantea un problema con esta pregunta: "¿Cómo enlistar la entera compañía del pueblo cristiano para el desempeño de sus ministerios sin
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oscurecer la función particular de los ordenados?". La coexistencia de ambas Ideas de las que el Nuevo Testamento da amplias evidencias: la del ministerio de la totalidad de la iglesia y la del ministe rio separado, plantea problemas que la iglesia debe esclarecer constantemente. Volvamos, entonces, nuestra atención ahora a las bases bíblicas del ministerio ordenado. Podríamos buscar los antecedentes históricos del ministerio en el Antiguo Testamento. Veríamos que en los tiempos de los Patriarcas el jefe de la familia ejerció funciones ministeriales. Luego también las ejercían jueces, reyes y profetas. Estos últimos, con levitas y sacerdotes, constituyen los oficios ministeriales del judaísmo posterior, a los cuales cabe agregarse el ministerio de la Sinagoga. Al pasar al Nuevo Testamento notamos que desaparecen las funciones del levita y del sacerdote y que únicamente se mantienen el profeta entre los ministerios de la iglesia y la designación genérica de ministros. Este hecho y la limitación de espacio nos han decidido a ceñirnos, en este estudio, al Nuevo Testamento. 1. En un enjundioso estudio sobre la vida pastoral, JeanJacques von Alimen aduce, como prueba de que el ministerio tiene un fundamento cristológico "el hecho extremadamente sorprendente de que casi todos los ministerios regulares de que habla el Nuevo Testamento son atribuidos a Jesucristo mismo. No sólo recapitula y justifica los tres ministerios-tipos de la antigua alianza, a saber: Profeta (Mt. 11:9) sacrificador (He. 2:17) y rey (Mt. 27:11), sino que también ejerce él mismo las tareas que ¡ha de conferir a sus representantes: es apóstol (Hb. 3:1), profeta (Lc. 24:19), doctor (Juan 3-.2) y también obispo (1ª Pedro 2:25), pastor (1ª Pedro 5:4), diácono (Mr. 10:45; . Lc. 12:37, 22:27), evangelista (Lc. 4:43), sanador (Mr. 1:23 Cosa curiosa, el único ministerio que no se le atribuyó es el de presbítero «No es esa la única cosa curiosa con respecto a la forma del ministerio hemos de encontrar en el Nuevo Testamento, porque si tocante a su naturaleza esencial hay en sus páginas una claridad meridiano, esta es reemplazada por una notable ambigüedad cuando se trata de sus formas. Además, a la cita de von Alimen hay que hacerle una salvedad, a saber: que los títulos de diácono, evangelista y sanador, no aparecen como títulos en los pasajes citados, sino que describen aspectos del ministerio de Jesús. Y en todo caso, no se le aplica a él el título de diácono, en el restringido sentido dado posteriormente a una de las formas del ministerio separado. Pero la tesis sostenida por von Alimen es muy cierta. Jesucristo es el mismo. Ministro por excelencia de la Iglesia, y permanece activo en ella en el día de hoy. El es a la vez el Siervo y el Señor de la iglesia (Ef. 4:5; 5:25-27 y Fil. 2:5111). El es su cabeza (Ef. 5:23) y su fundamento 1ª Co. 3:11-, Ef. 2:20). Es su Salvador y Redentor (Juan 10:11; He. 13:20). Jesucristo es la fuente de la Vida (Juan 15:5), y por su Espíritu la dirige incesantemente (Hc h, 115:11-10; Ap. 2:7; etcétera). El es el Supremo Pastor (1ª. Pedro 5:2 -4, 2.25).
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El Ministerio de Jesucristo es sul generis. Es irrepetible; su obra fue consumada y es definitiva. He. 7:27, etcétera). Pero El ha dispuesto que ella, en cierto modo, es prolongue mediante el anuncio de esa su obra. Misión tal es confiada en primer término a los Apóstoles, y a sus ayudantes, y luego a sus sucesores: y el mismo tiempo a toda la comunidad de creyentes. A todos Invita el Señor a asociarse a su obra y aún a sus sufrimientos. 2. Acerquémonos más a la cuestión del ministerio separado, los Apóstoles ocuparon un lugar único, fundamental o Irrepetible. El colegio apostólico se extingue; y con la sola excepción del de Judas, sus puestos no son llenados por otros. Pero aparecen en el Nuevo Testamento, otros nombres también llamados a presidir funciones esenciales en la vida de la iglesia. Los trabajos de los Apóstoles y de hombres como Apolos, Tito, Timoteo, Epafras, etcétera, indican la existencia del ministerio ecuménico que expresa la unidad de las muchas Iglesias. También como ya queda establecido en páginas precedentes, hay diversidad y pluralidad de ministerios entre los cuales el énfasis recae en el de la palabra (predicación y enseñanza), al cual están subordinados los demás. Ph. H. Menoud dice: "los ministerios de la Palabra tienen el primer lugar en el papel de las funciones eclesiásticas (véase también 1ª Ti. 5:17), por cuanto la iglesia se alimenta de la Palabra Apostólica predicada, explicada y aplicada por hombres Idóneos”. Puede advertirse en las listas de ministerios que los de la palabra son invariablemente mencionados en primer término. Además de los ministerios permanentes existen los ocasionales, debidos a dones carismáticos. 3. Vinculada al ministerio apartado, aparece la noción de autoridad, y el correlativo de obediencia. La autoridad suprema, la única a la que se le debe obediencia absoluta e incondicional, es Dios y Jesucristo, cuyas voluntades son idénticas (Mt. 28:18; Mt. 10:38; Hch. 5:32). Ello pone límites a toda autoridad humana, cuya validez se pierde al momento de entrar en conflicto con la divina (Hch. 5:29; 4:19). Toda autoridad humana se deriva de éste (Juan 19:10-11; Col. 1:16; 2:10). En tal perspectiva general hay que ubicar la toma de la autoridad y la obediencia en la iglesia. No toda índole de autoridad es compatible con la naturaleza del ministerio. Ya hemos observado que la autoridad apostólica tenía sus limitaciones (2ª Co. 10:8). Esto no quita que en ocasiones puede ser severa (2ª Co. 13:10). Los apóstoles no son los únicos que tienen autoridad (1 Ti. 3:4.5). Pero no se trata de una autoridad desnuda, descarnada; sino de la autoridad divina del que "cuida la iglesia". Pero Tito 2:15 impido interpretar esta escritura en términos de debilidad y anarquía. Muestran las cartas del Apóstol Pablo que el ejercer su autoridad apostólica, se convertía en la Ilustración humana de su propia exclamación: "¡Mirad la bondad y severidad de Dios!" (Ro. 11:22, 2ª Co. 10:2 y 6). Ni tampoco es una a utoridad discrecional. En 2ª Co. 8, discurre Pablo sobre las ofrendas que a la sazón se recogían en las Iglesias, a iniciativa suya, para los pobres en Jerusalén (¡Cómo cuida de los detalles para que nadie pueda sospechar de un manejo incorrecto de los
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fondos!), "Evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que administramos, procurando hacer las cosas honradamente no sólo delante del Señor, sino también delante de los hombres" (versículos 20,21). No veía él lesionada su autoridad al compartirla con otros y someter así a fiscalización el propio ejercicio de ella, la autoridad ministerial no es legalista, sino paternal En Hebreos 13:17 leemos: "Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría y no quejándose, porque esto no es provechoso" (véase 13:7). Una palabra que suena muy fuerte en nuestro tiempo aparece en 1ª Pedro 5:5: "Jóvenes, estad sujetos a los ancianos". Pero a renglón seguido agrega: "y todos sumisos unos a otros". Y a Jóvenes y ancianos dice: "Revestíos do humildad". 4. Pasemos a considerar ahora la cuestión de la dedicación exclusiva y la dedicación parcial. Jesús, según se desprende de lo que conocemos de su ministerio público, se entregó a él en forma exclusiva. De entre los discípulos escogió a doce para que estuviesen con El. Para ellos era aquél un tiempo de preparación. Algunos continuaron ejerciendo su ocupación al menos en forma esporádica (los pescadores) y otros parecen haberla abandonado totalmente (p. ej. Leví, Mr. 2:13-17). La tarea apostólica fue en rápido aumento con el crecimiento de la comunidad cristiana, Quejaronse los helenistas de discriminación por parte de los palestinos en la distribución diaria de víveres y ropas. Y los doce propusieron que se nombrara a "siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría" para encargarlos este trabajo, a fin de dedicarse ellos, los Apóstoles, de lleno a la oración y al "ministerio de la Palabra" (Hch. 6:1-7). De aquí parece deducirse la dedicación exclusiva de los apóstoles, cosa a la cual alude Pablo reiteradamente. Pero Pablo mismo, a despecho de su prodigiosa labor apostólica, llega a poder realizarla sosteniéndose con el trabajo de sus manos. Como es sabido, su oficio era el de fabricante de toldos (1ª Co. 4:12; 1ª Ts. 1:9; 2ª Ts. 3:8 y Hch. 18:3). Toma muy en serio aquello de haber podido predicarles a los corintios el Evangelio de baldo; y declara que es "su gloria" (1ª Co. 9:15). Especialmente en su labor misionera no quiera que la cuestión de su sostén pueda oscurecer en algo la gratuidad del Evangelio. Pero al mismo tiempo sostiene con todo vigor el derecho que le asiste de ser sostenido para la tarea apostólica. Todo el pasaje (1ª Co. 9:1-18) está consagrado a hacerlo muy explícito; véase también 1ª Ts.2:5-12; 2ª Te. 3:84; 2ª Co. 12.13-15). Toda vez que pudo, fue apóstol de dedicación exclusiva. En Hechos 18 se nos narra que el Apóstol estaba en Corinto empeñado en la tarea de anunciar el Evangelio a la par que, junto con Priscila y Aquila colegas suyos, trabajaba en hacer tiendas. Entonces viene el versículo 5, que está mal traducido en la Versión Valera. Antes que en presente, el verbo debe conjugarse en pasado, y leerse así: "Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo se entregó enteramente a la predicación de la palabra".
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No dice el pasaje por qué. Es probable que hubieran llegado con ofrendas de las Iglesias para el sostén del Apóstol. En 2ª. Co. 11:8 declara redondamente haber recibido salario de otras iglesias para servir a los Corintios; y especifica haber recibido dinero de parte de los «macedonios hermanos (2! Co. 11:7 12). Con exquisita delicadeza agradece Pablo a los filipenses su generosidad para con él (Fil. 4:10-20). Teóricamente, entonces, sostiene su derecho a la dedicación exclusiva y a su correspondiente sostén. En la práctica, renuncia a este derecho, en ocasiones para no perjudicar su obra misionera. Pero agradece a Dios cuando puede entregarse de lleno a la tarea para la cual había sido escogido por su misericordia. Pero eso sí, no fue la ambición de una vida más desahogada lo que lo movió a hacer las tareas de su oficio. No fue la cuestión económica el móvil preponderante de su vida, y, en consecuencia, jamás supeditó los intereses de la misión a las necesidades cotidianas. En sus Cartas hace referencia incluso a las privaciones que pasó a causa de su ministerio. ( Referencia en 2ª Timoteo 2:3-5 no ha de leerse entonces como si la expresión "cuidados del mundo" tuviese el sentido de trabajo secular", sino en el sentido de comprometer su eficiencia en preocupaciones ajenas al ministerio mismo. En la 1ª Carta a Timoteo 5:17 se habla de dar "doble honor" el que además de administrar trabaja en la predicación y la enseñanza. El contexto del pasaje induce a exegetas a estimar que "doble honor" significa "doble sueldo". 5. A. T. Hanson, en el capítulo 11 de su opúsculo que lleva por título New Forms of Ministry, dice lo siguiente con lo que concuerdo--: "Sería justo decir que los ministros no hacen nada que no haga la iglesia, y menos aún que la iglesia no puede hacer. Si hemos de entender lo que el Nuevo Testamento nos dice acerca de la naturaleza del ministerio, tenemos que desprendernos de una buena vez de la noción popular referente al clero que quiero que éste sea un grupo especial o una corporación señalada por el hecho de estar autorizado a realizar ciertas acciones que al laicado la están vedadas. Esto sería Introducir entre el clero y el laicado una diferencia totalmente extraña al Nuevo Testamento. Si queremos entender la concepción neotestamentaria del ministerio, tenemos que retrotraernos y contemplar al ministerio desde el punto de vista no ya del clero o del laicado, sino de la iglesia. Cuanto hagan los ministros es acción de toda la iglesia. Y si ha de hacerse una distinción entre el clero y el laicado (y pienso que tal distinción es consecuencia inevitable de la concepción neotestamentaria del ministerio, no se le debe expresar diciendo que tales o cuales cosas sólo pueden ser hechos por el ministerio, y otras por 'cualquiera', “el laicado” En efecto, no encontramos en el Nuevo Testamento la mención de ninguna función de la que quedan excluidos quienes no formen parte del ministerio separado. Entonces, la pregunta que surge naturalmente es ésta, ¿En qué consiste el ministerio separado? ¿Cuál en su identidad? ¿Cuál es su justificación, su
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razón de ser? Podemos, desde luego, argüir en pro de un ministerio separado, partiendo de razones prácticas. La necesidad es tan honda, la tarea tan vasta, que se necesitan personas especialmente preparadas para realizarlas. La preparación intelectual que estas necesidades exigen del ministro para efectuar una predicación Inteligente y relevante, para realizar un asesoramiento pastoral constructivo y criterioso, para impartir una enseñanza de la doctrina cristiana que pueda ser respetado por los estudiosos, y para defender a la doctrina de la contaminación de herejías, no es cosa de poca mente; y hacen necesario un estudio constante para su renovación mental, que no suele poder alcanzarse sin una dedicación exclusiva o casi exclusiva. Haciendo las mayores concesiones posibles, diríamos que en todo caso exigen una preparación que no está el alcance de la mayoría. Y creo que la argumentación es valedera; pero no es suficiente. Necesitamos cavar más hondo, y sostener que para el cristiano la razón de ser de un ministerio separado, como la de cualquier otra ocupación, reside en la voluntad de Dios. El ministro sabe que ha sido Llamado por Dios para esta tarea especial, y la iglesia reconoce ese llamado por percibir sus señales (Hch. 13:2). Lo que la Carta a los Hebreos dice respecto del sumo sacerdocio, cuadra al ministerio cristiano: "Nadie tomo para si esta honra, sino el que es llamado por Dios" (5:4). La pregunta de todo cristiano debe ser: "Señor. ¿Qué quieres que yo haga?" Y a algunos Dios llamará a un ministerio separado. Que los tales no pidan mayor justificación. J. J. von Alimen sostiene que la iglesia, tal y como nos la describe el Nuevo Testamento, es a un tiempo congregacional y transcongregacional, y que el "ministerio debe ser Integrado a estas dos dimensiones de la Iglesia para ser auténtico”. Así, la iglesia cuenta con el ministerio localizado en la congregación y con el ministerio ecuménico que trasciendo las iglesias locales y manifiesta su unidad con las demás, realidad ésta oscurecida por nuestras divisiones confesionales. Pero aún dentro de los cuadros denominacionales, aparecen los, ministerios generales. 6. Ahora pasemos a considerar los distintos ministerios que aparecen en el Nuevo Testamento. Los pasajes claves son romanos 12:4-8; Ef. 4:7-16; 1ª Co. 12:4-30 y 1ª Pedro 5:1-12. Hemos de considerar estos pasajes tratando do sortear aquellos puntos que ya hemos mencionado a lo largo de este estudio. Notamos ante todo una significativa ausencia. No aparece en esta lista de variados ministerios el término sacerdote. Comenzaremos por decir que es un término reservado para Jesucristo el Señor, en quien el sacerdote alcanza su cumplimiento y queda perimido. También en unos pocos pasajes aparece esta designación para la Iglesia en su conjunto (1 Pedro 2:9; Ap. 11:6; 5:10), la cual es un sacerdocio sólo para presentar sacrificios de alabanzas y testimonio.
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En su comentario sobre la primera de estas últimas citas, Francis Wright Beare dice:
Baglleton Jerateuma-Sacerdocio real El vocablo griego lereús (sacerdote) nunca fue adoptado por la Iglesia para nombrar a ningún oficio o función de su propio ministerio. La palabra Inglesa Priesi se deriva del griego presbytero (presbítero, anciano) que no tiene en sí mismo ni en el uso primitivo de la Iglesia, ninguna significación sacerdotal que sólo adquiere en el tercer siglo, cuando cambia la concepción misma del ministerio cristiano. Es cosa notable que la Iglesia de la época neotestamentaria, al desarrollar las Instituciones necesarias a su vida corporativa con gran originalidad y osadía, se abstuvo de crear un orden de sacerdotes. Tenía apóstoles, profetas, maestros, evangelistas, pastores, presbíteros, obispos, diáconos. Originalmente apenas puede decirse que fueran "órdenes" en el sentido oficial del término, porque, en general, no se apartaba a los hombres por ritos establecidos de consagración, ni estaban inhibidos para el ejercicio de ninguna función del ministerio por carecer de autorización eclesiástica. Se ejercían los diversos ministerios en el empleo de los dones espirituales de cada cual en beneficio de todos. La situación prevaleciente en la época apostólica está claramente expresada en 1ª Corintios 12:4-11; Los Carismata, diakonía, energémata no acompañaban a los oficios en la Iglesia, sino que eran dones Individuales, distribuidos diversamente a cada cual por el Espíritu, según éste quiere (versículo 11). La mayor formalidad del nombramiento, con solamente ordenaciones y dedicaciones de presbíteros y otros funcionarios, que encontramos en el libro de los Hechos y en las Epístolas pastorales, refleja la práctica de un período muy posterior. Pero lo significativo no es el grado de libertad y espontaneidad que prevalecía, sino el hecho de que ninguna de estas funciones era sacerdotal; con todas las "diversidades de dones" no había ministerio hierático. E51o es tanto más notable cuanto que Israel, aunque idealmente un "reino de sacerdotes” tenía no obstante, su orden sacerdotal, único competente para ofrecer el sacrificio, y todos las religiones de la época tenían sus sacerdocios. Pero como la religión cristiana no empleaba ritos de sacrificios, no tenía sitio para un sacerdocio. Cierto es que ambas cosas, sacrificio y sacerdocio, fueron retenidos por la Iglesia, pero como funciones de toda la comunidad, y no eran ritos externos de ninguna especie que pudieran ser celebrados por un sacerdocio, sino la ofrenda de nosotros mismos a Dios en la continua y entera dedicación a un servicio que no podía ser realizado por terceros designados al efecto, sino que requería que la comunidad en conjunto fuera un Sacerdocio. Sin embargo, muchas veces suele hablarse de la función sacerdotal del pastor para referirse a otra cosa: el ministerio de Intercesión. Pero éste es igualmente cosa que incumbe a la comunidad entera, y no es función privativa de una clase particular de
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cristianos, aún cuando es parte integrante de la tarea ministerial. Concuerdo fundamentalmente con esta interpretación de Beare. Pero él adhiere el concepto según el cual el ministerio es una creación de la Iglesia, concepto que es controvertido por J. J. ven Alimen y por H. J. Carpenter en su meduloso estudio sobre el ministerio. Este último sostiene que tal interpretación se debe a una incomprensión del pasaje de 1ª Co. 12, que pone el énfasis en el "cuerpo” Declara que basándose en Efesios 4, hay que destacar la "cabeza"; y que es ésta, Cristo, quien da a la Iglesia los ministerios que necesita. Estas dos corrientes de interpretación tienen amplia base bíblica, y me parece que no es necesario optar entre una y otra. El ministerio es sí, un don del Señor a su Iglesia, como hemos visto. Y el Señor puede llamar a un hombre, independientemente de la Iglesia (Hch. 9:6 -15) para confiarle el ministerio; pero puede también hacerlo y de hecho lo hace corrientemente por Intermedio de la Iglesia, a la cual Él guía por su Santo Espíritu (Hch. 1:21-26; 6.11-6. 13:2; 15:23; 16:1-3a). Tanto 1ª Co. 12:29 como Ef. 4:11 comienzan con los Apóstoles. Ya anotamos que Jesús llamó de entre sus discípulos a doce (Mt. 10:1 -4; Mr. 3:13-19; Lc. 6:12-16; Hch. 1:21), a quienes denominó apóstoles, esto es:”enviados”. Pero las listas no son totalmente coincidentes. Los llamó "para que estuviesen con Él” y para "enviarlos" (lo primero en preparación para lo segundo). Esta es ya una ambigüedad. ¿Quiénes eran los Doce? ¿Son distinguibles de los Apóstoles? ¿Dónde está el límite de entre los discípulos en general y los Discípulos? ¿Eran doce? ¿Eran setenta? ¿Cuál es el límite de Apóstoles? El titulo se extiende a Pablo, Santiago, Bernabé, Epafrodito, y tal vez a Andrónico y Junios, que, según la anfibológica expresión, eran “insignias entre los Apóstoles" (Ro. 16:7), lo cual puede significar que se contaban entre los apóstoles o que disfrutaban del alto concepto do ellos. ¿Quiénes eran los falsos apóstoles? ¿Por qué no se da el título de Apóstol a Timoteo, Tito; Apolos, que ejercen no obstante, funciones apostólicas? Siendo que el colegio apostólico se extingue, ¿en qué sentido y cómo so continúan sus funciones y quiénes los suceden? ¿Qué es la sucesión apostólica? Estas son algunas de las preguntas que el Nuevo Testamento no contesta. Los eruditos se han esmerado en dar respuestas a estas preguntes, pero su labor a este respecto por fuerza debe recurrir a conjeturas de Interpretación bíblica más o manos plausibles, o a argumentos que escapan a nuestros límites. Pero es evidente que el colegio apostólico, por Indefinidos que queden sus contornos o imprecisos los nombres que en él hayan de Incluirse, constituye un elemento fundamentalísimo (Ef. 2:20: Gá. 2:9; Ap. 21:14), particular y único en el ministerio de la Iglesia. son los que estuvieron con Jesús, participaron de sus sufrimientos y fueron testigos de su Resurrección (Hch. 1:21-22; 1 Co. 9:1) a quienes el Señor mismo comisionó para que anunciaran la buena nueva (Mr. 3:14-15) o fundaran comunidades cristianas, comunidades escatológicas,
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colocados entre la muerte y la resurrección del Señor y su advenimiento prometido para el final de los tiempos, y enseñasen la doctrina, haciendo de los nuevos conversos discípulos y bautizándolos (Mt. 28:18-20). Asimismo debían ejercer la autoridad de echar fuera demonios (Mr. 3:15; 2 Co. 12: 12). Una vez establecida la Iglesia, acaba la misión apostólica, que pesa a otras manos, y el colegio se extingue. En el sentido técnico del término, ya no hay apóstoles en la Iglesia. Desde el principio Pedro ocupó un lugar muy especial. Siempre figura primero en las listas de los apóstoles. A él le fueron dichas palabras muy especiales, consignadas en los Evangelios. Y después de la resurrección, en él recayó la dirección de la Iglesia naciente. Por su predicación abrió las puertas del reino a las multitudes en el día de Pentecostés. Sin embargo, poco después se produce un cambio en la situación y aparece Jacobo, el hermano del Señor, que no figuraba entre los Doce, como la figura primordial en la Iglesia Palestina. Pedro pese a ser el apóstol de la diáspora. Fue el misionero entre los judíos dispersos por el mundo conocido. Y Pablo es reconocido por los otros apóstoles como el Apóstol de la misión gentílica (GaI. 2:8-9). De las actividades de los demás apóstoles, aparte de Juan y de Jacobo el menor, que murió como mártir muy temprano, el Nuevo Testamento guarda silencio. 7. A los apóstoles, los pasajes de 1 Co. 12 y de Ef. 4, agregan en seguida los profetas. En sus cartas Pablo los menciona con frecuencia, y consagra buena parte del capitulo 14 de 1ª Corintios a sus actividades. Asimismo el libro de los Hechos los menta a menudo. De Igual modo en el Apocalipsis, 1ª Timoteo y 2ª de Pedro, aparecen referencias a ellos. Nuevamente encontramos aquí mucha imprecisión en cuanto a los límites del término. Numerosísimos pasajes del Nuevo Testamento se refieren a los Profetas del Antiguo Testamento; pero en otros se trata de los de la Nueva alianza. Como quiera que los límites aparezcan inciertos o acaso Inexistentes desde el principio, no siempre se les puede distinguir. Por otra parte, como para complicar más la cosa aparecen mencionados juntamente con los Apóstoles, sin que tampoco se les pueda diferenciar en todos los casos. Es como si la línea profética del Antiguo Testamento, al llegar al Nuevo se dividiera en dos: Profetas y Apóstoles, y como si en el punto de la bifurcación hubiera entre ambos un nudo. Así "apóstoles y profetas" es una expresión que aparece en Ef. 3:5; 2:20 y Ap. 18:20. En Hch. 13:1 -3 se nos dice que habla en Antioquía profetas y maestros, y sigue una lista de nombres encabezado por Bernabé y cerrada por Saulo. Había además otros que eran netamente profetas, sin que jamás se los haya considerado apóstoles. Así por ejemplo, Agabo, que aparece significativamente en dos ocasiones en Hch. 11:27 y 28, 21:10. El mismo libro menciona a las cuatro hijas de Felipe, el Evangelista (21:9) y a Judas y Silas (15:32), enviados especiales de la Iglesia de Jerusalén a Antioquía y, finalmente, encontramos a los profetas en las congregaciones locales. Pablo indiscutiblemente les acuerda grandísima importancia (1 Co.
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14:1-5). En Ef. 2:20 se les menciona junto con los Apóstoles como fundamentos de la Iglesia. Hay que decir aquí que esta falta de precisión de límites es resultado del estado fluido en que se encontraban las formas del ministerio en el momento de escribirse el Nuevo Testamento. ¿Qué papel desempeñaba la profecía en la vida de la Iglesia neotestamentaria? Dicho llanamente, era el papel de la predicación, a veces muy espontánea, inspirada y capaz de Inspirar, exhortar, edificar, enseñar o consolar al oyente (1ª Co. 14:21; 14:31: 14:2425; véase asimismo Hch. 15:32). El Apocalipsis por su parte identifica el Espíritu de profecía con el Testimonio de Jesús (19:10). Para Pablo la profecía es principalmente señal para los creyentes (1ª Co. 14:22); pero también tiene poder para convencer, redargüir y poner de manifiesto lo que se halla oculto en los corazones de los no cristianos (1ª Co. 14:24-45). Es un don espiritual (versículos 12 y 37), vale decir, es un don relacionado con el Espíritu Santo. Esta conexión aparece explícitamente mencionada en Lc. 1:67 y en Hch. 19:6. Por ser importante, este ministerio debía sujetarse a disciplina (1 Co. 14:2930, 32) y no dar ocasión a la exhibición del yo ni erigirse en tribuna libre para cualquier tipo de manifestaciones (2 Pedro 1:20 y 21). Ya Jesús había advertido contra los falsos profetas (Mt. 7:15, 21-23). Lo propio hace 1ª Juan 4:1 y siguientes. Para Pablo era una actividad abierta a todos los creyentes (1ª Co. 14:31). Y la cita que de Joel hace Pedro en Pentecostés, no ofrece indicio alguno de límites al decir "vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán" (Hch. 2:17; anotemos de paso que las mujeres también profetizaban). Esta actividad profética se desarrollaba en la vida de la Iglesia y en su culto. Por otra parte, el Apóstol por medio de una pregunta retórica admite que no todos son profetas (1ª Co. 12:29), algunos tienen dones especiales para ello; éstos tienen el deber de servirse de ellos en provecho de los demás (1ª Co. 12:7-11) con humildad, "según la medida de la fe" (Ro. 12:6). F. J. Leenhardt comenta así "ni negligente, ni pretensioso. El riesgo que amenaza en particular a la profecía es que se la ejerza agregando cosas de la propi a cosecha, o que se siga hablando cuando ya no se tiene nada más que decir de parte del Espíritu". Damos un paso más y reconozcamos con H. J. Carpenter que "san Pablo no está aquí enumerando oficios (cargos) eclesiásticos, sino que describe una variedad de funciones y de servicios de diversa índole, en el cuerpo único (ej. Versículos 12-27), funciones y servicios que contribuyen a su vida corporativa y surgen de la diversa acción del mismo Espíritu en dicho cuerpo (ej. versículos 4-11). Una persona podría ejercer todas estas funciones (sin duda san Pablo mismo hubiera sostenido que tal era su caso), o más de una". 8. Prosiguiendo con la enumeración que hace el apóstol, nos encontramos con maestros (también mencionados en Ef. 4). En griego, didáskales.
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Como ya es archisabido, hay en el Nuevo Testamento una marcada distinción entre el Kerigma y la didaché, entre el mensaje y la enseñanza, entre la proclamación del mensaje y la docencia. Maestros y Doctores tienen la tarea de explicar el mensaje y de aplicarlo. Los nuevos convertidos necesitaban ser instruidos en la doctrina, en el estilo cristiano de conducta y en los demás aspectos de la vida cristiana, dilucidando los problemas y las dudas que se los presentaban. En el articulo que acabamos de citar, H. J. Carpenter señala que "el Apóstol proclamaba el Evangelio y convertía a las gentes a la fe en Cristo; el profeta por su expresión inspirada renovaba y ahondaba la convicción, el arrepentimiento y la esperanza, al maestro o doctor incumbía la tarea de edificar el pensamiento y la vida cotidiana de la comunidad local de cristianos, batiendo una exposición sobre puntos de doctrina y conducta". Así, los apóstoles y profetas podían ser itinerantes, los maestros, en virtud de la misma índole de su ministerio, eran más sedentarios, y estaban relacionados con la congregación local. Con todo, esto no puede tomarse en sentido absoluto. Jesús fue un Maestro itinerante. Los Apóstoles por cierto enseñaron a la por que predicaban en sus giras misioneras y por medio de sus epístolas. Los didaskales no tenían libertad de exponer sus propias opiniones, sino que su misión era interpretar la Palabra de Dios que les había sido revelada en Cristo. Pablo se encarga de distinguir explícitamente cuándo está dando su parecer personal y cuándo está expresando la voluntad del Señor (por ejemplo 1ª Co. 7:25; 7:12). 9. Antes de mencionar a "pastores y maestros", Ef. 4:11 intercala a los evangelistas. Esta designación denota obviamente la función de este ministerio. Sorprendentemente, el té rmino sólo aparece en este pasaje y en Hch. 21:5 y en 2ª Ti. 4:5. Pese a ello la actividad evangelizadora de la Iglesia primitiva fue intensa. A medida que crecía la Iglesia, siendo toda ella evangelista, debieron aparecer en su seno muchísimos hombres señalados con este don especial de comunicar a otros la buena nueva. El relato de la obra de Felipe en Hch.8:4-40 nos muestra a un evangelista en acción. Desde luego que el Nuevo Testamento tiene mucho que decir respecto el Evangelio, pero Intentar analizar este lema nos llevarla fuera del nuestro. El evangelista está en la frontera, y establece contacto con los que aún no han aceptado el Evangelio, esa porque no han oído, sea porque lo rechazan. En parte, su misión es muy semejante a la del apóstol, pero el e vangelista estaba subordinado a él (Hch. 8:14; 11:19-22). Esta última cita parece indicar que muchos evangelistas surgieron espontáneamente, sin previa autorización de la Iglesia. 10. Tras mencionar estos ministerios de la palabra, pasa el Apóstol a mencionar tres ministerios de servicio (1ª Co.12:28): Los que hacen milagros, los que sanan y los que ayudan. Los posprimeros términos se explican a sí mismos, el tercero ya ha sido tratado en páginas anteriores. Toda la obra social de la Iglesia y su proyección servicial hacia la Comunidad se inscriben
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bajo este rubro, cuestión de la que nos hemos ocupado al tratar el tomo de la diaconía. 11. En sitio muy subordinado aparecen los administradores, cuya tarea el Nuevo Testamento no define ni ilustra. Se encuentra subordinado, pero no es despreciable, pues la administración es un don de Dios. Se trata de un don que también debe estar puesto al servicio de la Iglesia, para ayudarlo a cumplir su servicio en el mundo. Quienes reciben una responsabilidad administrati va han de cumplirla con fidelidad y eficiencia (Ro. 12:8). No debe serle impuesta a quienes carecen del don. 12. En último término se menciona el don de lenguas. Este incluye dos cosas muy diferentes: a) El poder hablar o interpretar otros idiomas (Hch. 2:8), y b) el fenómeno de glosolalla (1ª Co. 14:2. etcétera), ante el cual el apóstol no parece manifestar mucho entusiasmo (versículos 28 y 5). Sin embargo, en el versículo 18 da gracias a Dios por tener este don.
No se pierda de vista que tal variedad Y riqueza de ministerios nos es dada por Dios para el perfeccionamiento de su pueblo para la obra del ministerio (del servicio a los hombres), para la edificación de la propia Iglesia y para que cada cristiano se integre en la unidad de la fe y sea llevado a la madurez plena de Cristo mismo. Estas finalidades de nuestros ministerios y de nuestros dones han de estar vivos en la conciencia de todos para que no sean desvirtuados. Llegamos ahora a los tres términos que han permanecido en las formas estructurales del ministerio hasta la .actualidad: Episcopos, Presbíteros y Diáconos (Obispos, presbíteros o ancianos y diáconos). La primera observación que hay que hacer aquí es que, aparte de las epístolas pastorales (sin entrar ahora a discutir la cuestión de su autoría), en las epístolas de Pablo, el segundo de estos términos no aparece, y el primero únicamente en la Carta a los Filipenses. Esta omisión no puede sino ser significativa, no puede ser meramente casual. Y hay que preguntarse cuál es la razón. La respuesta más obvia es que en la época de Pablo todavía no existían estas formas ministeriales. En todo caso no estaban Institucionalizadas, como no lo estaban los ministerios que acabamos de comentar, salvo el apostólico. La mención en la carta a los Filipenses (1:1) puede referirse tan sólo a funcionarios administrativos con responsabilidad financiera y cabría atribuirla al hecho de que en ella Pablo acusaba recibo de la ofrenda que se lo había mandado. En cambio, en el libro de los Hechos tenemos dos menciones del primero de estos dos oficios, y varios del segundo. Es sabido que este libro, como las pastorales y demás escritos pastoriles, reflejan la situación de la Iglesia del tiempo en que fueran redactados.
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1. Empecemos con los obispos. La ambigüedad del Nuevo Testamento a su respecto se pone de manifiesto en que deja sin respuesta ciertas preguntas como éstas: ¿Qué son los obispos? ¿Cuál es su función? ¿Qué relación tienen con los presbíteros? ¿Por qué no se da este título ni a Timoteo, ni a Tito? ¿Cómo surgió el episcopado? ¿Era monárquico desde el principio, o empezó siendo un colegiado? ¿Qué es la sucesión apostólica qué se transmite en el episcopado? Consuélense los obispos un poco con la idea sostenida por muchos exegetas en el sentido de que, en el Nuevo Testamento obispos y presbíteros sean lo mismo: dos nombres para una misma función. ¡Pero consuélense un poco más, por cuanto seria dejar su suerte eterno a la merced de los exegetas, cuyas manos no prueban ser muy seguras, pues en esto simplemente no están de acuerdo¡ Veamos los pocos pasajes que los mencionen. El primero es Hch. 1:20, donde el Griego dice "episcopado" y nuestras versiones traducen "oficio", para acomodarlo el salmo 109:8 de donde se cita. Se trata del reemplazo de Judas, que era apóstol y no obispo. En Hch. 20:28, se relacionan el obispo y su tarea con la del Pastor, como también 1ª Pedro 2:25, donde el autor se refiere a Cristo. Esto nos remite al término "pastor" que será el último que consideremos. En 1ª Timoteo 3:1-7 tenemos lo que nuestras versiones titulan como "requisitos de los obispos". En su mayoría son condiciones de integridad moral las que se requieren; y, además, que sea apto para enseñar, que sea hospitalario, que sepa manejar su propio hogar, que no sea neófito y que tenga "buen testimonio de los de afuera". A.T. Hanson, reflexionando sobre este texto, dice: "Todas estas cualidades eran totalmente laicas”, en el sentido de que no hay entre ellas ninguna que no pudiera aplicarse igualmente a cualquier padre cristiano en s u hogar. En rigor, la impresión más fuerte que el pasaje produce es que la autoridad del obispo es paternal más bien que legal o coercitiva". En Tito 1:7 tenemos otra lista de "requisitos" que, palabra más, palabra menos, coincide con la de 1ª Timoteo. Se añade sin embargo una calificación religiosa: "como administrador de Dios" y "Santo". Y además se agregan en el versículo 9 condiciones que apuntan a la función que históricamente se ha dado el obispo, de defender la sana doctrina, y asegurar así el carácter apostólico de toda la enseñanza de la Iglesia. Ph. Menoud piensa que "probablemente en los tiempos de las pastorales había un solo obispo para cada Iglesia, y que "ocupaba una posición y ejercía funciones que distinguen a los obispos de los presbíteros". Así, en Fil. 1:1 se menciona "a los obispos y diáconos" (pero no a los presbíteros) mientras que en Hch. 20, a los presbíteros de Efeso se les llama “obispos" (versículo 28). La validez del argumento, sin embargo, se quiebra si colocamos estas menciones en perspectiva histórica, y si la palabra "obispos" de filipenses no es coextensiva con la voz "obispos" en Hechos. Otros sostienen, en cambio, que entre los presbíteros algunos eran obispos. Pero no es en el Nuevo Testamento donde pueden apoyarse firmemente
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unos y otros. H. J. Carpenter sugiere que el antecedente del obispo monárquico podría hallarse en la organización de la Iglesia de Jerusalén, donde Jacobo tiene la jefatura. Si la identificación presbíteros-obispos es válida, entonces el episcopado originalmente fue un colegiado, pues eran varios los ancianos de cada congregación. En cuanto al vocablo "obispo” en griego significaba "sobreveedor" o "superintendente” que vela sobre algo o alguien. Con ese nombre eran designados en la vida civil algunos magistrados con funciones de inspectores o administradores generales. También se designaban como episcopos algunos dioses que velaban sobre sus protegidos. El origen civil del término explica el que algunos consideren que en Filipenses se designa tan sólo a un funcionario de la congregación. De todo esto se desprende que el fundamento del sistema episcopal, presbiteriano o congregacionalista, tendrá que hallarse en otras razones aparte de las bíblicas. No tenemos en el Nuevo Testamento una cristalización del sistema ministerial que nos permita señalar a una forma como la definitiva. El proceso está en estado de fluidez, y daría base bíblica a cualquiera de ellos, a condición de mantener flexibilidad de interpretación. 2. Volvamos nuestra atención ahora al término "presbítero", que es el comparativo de presbús = viejo, anciano) y denota lo valioso, lo respetable, lo venerable. El plural puede denotar "consejo de ancianos” y sus antecedentes se remontan a los tiempos más antiguos de Israel. Moisés -se recordará constituyó un consejo llamado “los ancianos de Israel. A lo largo de su historia Israel mantuvo esta tendencia democrática aun dentro de una monarquía que en ocasiones fue rígida, por no decir opresiva. Ellos, a su vez, pueden haberlo tomado de los egipcios, quienes tenían este sistema en su organización política, como también lo tenían los griegos. Ausente el término "presbítero" de las Cartas de Pablo, ¿significa ello que no había organización en las Iglesias Paulinas? Ciertamente, la afirmación de Goguel en el sentido de que Fl. 1:1 basta para establecer firmemente "La existencia de un ministerio ya establecido en los tiempo de Pablo" puede ser refutada, como hemos visto. No obstante, otros pasajes en que el Apóstol habla del derecho que tiene el ministro de ser sostenido por aquellos a quienes sirve (Gál. 6:6). Indican orden y sistema. Cualquiera sea el grado en que los hechos y las pastorales reflejen condiciones posteriores, ello no basta "para rehusarle reconocimiento a la preocupación pastoral de Pablo ni para afirmar que él se desentendió de las cuestiones referentes a la organización. La afirmación de Barnett de que la situación escatológica de la Iglesia Paulina, con su expectativa de una pronta parousia, impedía la idea de un ministerio establecido, es contestada por quienes sostienen que precisamente esa expectativa y esa urgencia obligaba a la Iglesia a buscar la forma más eficiente de realizar su misión, mientras hubiera tiempo. Por lo demás, los pasajes ya estudiados, como 1ª Co. 12,
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revelan claramente un ministerio en el que asoma cierta jerarquización, a la que Pablo señala para combatir las tendencias anárquicas que se manifestaban en esa congregación. Es Innegable que la institución del presbiterio no se origina en las Iglesias gentilicias, sino en la de Jerusalén, de donde luego pasó a los demás. Allí, por Influencia de la organización judaica, la Iglesia tiene sus “ancianos" o "presbíteros" (Hch. 11:30). En 15:4 y 16:4, los vemos mencionados en relación con los Apóstoles ("apóstoles y ancianos"); y en 21:18 es -nos informa que cuando Pablo fue a visitar a Jacobo, éste estaba reunido con los ancianos, aunque Pablo en Gálatas no los menciona. Y si bien Hechos 14:23 nos dice específicamente que en su primer viaje Pablo y Bernabé “constituyeron ancianos en cada Iglesia" con oración y ayuno, y en el capítulo 20 nos habla del encuentro del Apóstol con los ancianos de Efeso para despedirse de ellos, también es cierto que no se define cuáles son sus funciones, y no aparece ningún indicio de que la presencia del presbítero fuera necesaria para la celebración de la Cena del Señor o para la conducción del culto mismo cuando apela por orden en el culto de la Iglesia de Corinto, no se dirige a ningún ministro en particular, sino a la Iglesia en su conjunto, Aparte de estas citas, hay otras muy pocas en el Nuevo Testamento que nos hablen de los "ancianos" o "presbíteros". En Santiago se insinúa que una de sus funciones era visitar a los enfermos, orar por ellos y ungirlos con aceite. Es decir: una función netamente pastoral. En las cartas pastorales tienen funciones administrativas. Así, en 1ª Ti. 5:17 aparece la exhortación a reconocer a los ancianos que "gobiernan bien” y en el versículo 22 el consejo: "no impongas con ligereza las manos a ninguno". En Tito 1:5 y sigs, se expresa la orden de "establecer ancianos en cada ciudad y da como "requisitos" los mismos que para los obispos, y pasa a renglón seguido a hablar de éstos. Si se tiene en cuenta el contexto, la mención de presbíteros en 2:2, tiene que tomarse en el sentido de la edad, pues luego sigue refiriéndose a las ancianas, a las mujeres y a las jóvenes. En 1” Pedro 5 leemos: "Ruego a los Presbíteros que están entre vosotros yo presbítero también con ellos" ¿Se debe a la humildad de Pedro el llamarse copresbítero, o es más apropiado traducir simplemente "anciano"? En el versículo 5, en todo caso, al instar a los jóvenes a sujetarse a los ancianos o mayores, parecía más lógico traducirlo así antes que por "presbíteros", salvo que estos jóvenes fuesen también presbíteros, lo que el contexto autorizaría. Sólo nos queda por considerar ahora los escritos juaninos. En el Evangelio de Juan, no aparecen mencionados sino los ancianos de la institución Judía. En la segunda y en la tercera Carta de Juan el autor se designa como el "presbítero o Anciano". La última de estas Cartas es una ventana que nos permite ver algunas intimidades de la Iglesia primitiva. Gayo, el destinatario, y Demetrio son elogiados por su servicialidad y su hospitalidad, por su testimonio y su andar en la verdad. En cambio, dice de Diótrefes "que ama tener el primado” se niega a recibir a los enviados de otras Iglesias, y prohíbe hacerlo a quienes lo desean, e incluso los expulsa de la Iglesia (versículos 9-
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10). Puede Diótrefes no ostentar e l título de Presbítero, y ejercer una autoridad indebida sobre le Iglesia. Finalmente, en Ap. 4:4, 10 etcétera se habla de los veinticuatro ancianos que adoran a Dios en los cielos. 3. En nuestra consideración sobre la diaconía postergamos la consideración de dos o tres textos en que el término se usa en sentido técnico, referido a un oficio o cargo en la Iglesia, el de diácono, la tradición, cuya huella aparece en el subtítulo de la Versión Valera 1960, suele considerar que el diaconado surge con la designación de los Siete (Hch. 6:1-7). Pero el texto no lo menciona y la única referencia restante en el libro dice: "Felipe, una de los siete". Por lo demás, estos Siete no consideraron que servir las mesas y atender a los pobres y a las viudas fuera su única misión. Eran hombres llenos del Espíritu Santo: Esteban, por su testimonio evangelizador, pese a ser el primer mártir, y Felipe aparece poco después como totalmente entregado a la tarea de evangelista (Hch. 6:8) a) Ya hemos mencionado a Filipenses 1:1, donde el título de diácono aparece entre los destinatarios de la Carta sin ninguna mención acerca de sus responsabilidades y sus tareas. b) El pasaje más importante que los menciona es 1ª Timoteo 3:11-13. Nada se dice en concreto acerca de cuáles son sus funciones. Es un cargo "honroso", y dan "confianza en la fe que es en Cristo Jesús". Deben primero ser sometidos a prueba, y sólo si se les halla irreprensibles" ha de permitírseles ejercer el diaconado. Entre los requisitos se mencionan la honradez, la transpare ncia, el no ser apegado al dinero, y que "guarden el misterio de la fe con limpia conciencia". En cuanto a las mujeres mencionadas en el versículo, no se sabe si se trata de diaconisas, de las esposas de los diáconos o de sus ayudantes. ¿Qué son las viudas de sesenta años? (1ª Ti. 5:1-16). Finalmente el último pasaje que nos resta mencionar es el de Rom. 16:1, donde se habla de Febe “la diácono" (así en griego). ¿Era un cargo o una designación del espíritu servicial de esta hermana? Las opiniones de los comentaristas son encontradas. (La idea del diácono como ayudante del obispo. especialmente para las obras sociales y de caridad aparece clara en épocas posteriores el Nuevo Testamento, y nada hay en éste que la contradiga). 4. Tal vez sea aquí el mejor lugar para considerar la cuestión del ministerio femenino. Vaido Vinay ha dedicado un estudio a esta cuestión. Nos limitaremos a resumir su argumentación en pocas líneas. Para la mujer el Evangelio ha sido y es emancipar (Gál. 3:28). En los páginas del Nuevo Testamento la mujer se mueve con libertad en actividades de servicio (Mt.8:15; Mt. 27:55; Lc. 8:3; Hch.16:14) y, participaban activamente de la vida de la Iglesia (Hch. 1:14; Hch. 18:2, 26; Fil. 4:2, 3). En la lista de cristianos activos en el servicio que nos da Ro. 16, aparecen varias mujeres. Priscila fue la primera misionera. Las cuatro hijas de Felipe profetizaban (Hch. 21:8-9), y en Primera Corintios 11:5 se alude a toda mujer que ora y profetiza", es decir que predicaban. Además estaba la promesa (lo que "nuestras hijas profetizarán" (Hch. 2:17,18). La orden de
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callar las mujeres en las congregaciones (1ª Co. 14:34) no tiene nada que ver con la predicación, ni la oración pública, sino con el hábito desordenado de preguntar en voz alta durante la reunión ( versículo 35), lo cual es indecoroso". Es, pues, una orden circunstancial dictado por las condiciones reinantes en la Iglesia de Corinto, y sin aplicación universal. Hay, sin embargo, un pasaje que se opone a la actuación pública de la mujer. Es 1ª Timoteo 2:11-15, un pasaje que por su estilo y por su argumentación se presenta oscuro y en discordancia con otros muchos del Nuevo Testamento. Vinay nos hace ver que no hay base adecuada para optar entre este solo pasaje y todo, el resto del testimonio neotestamentario. 5. Vamos a llevar a término nuestro estudio considerando el título de pastor. Más que un titulo es una figura, una imagen muy cara al pueblo de Israel y muy cara a la Iglesia cristiana. Los Israelitas llamaron pastores a sus reyes y a sus dirigentes políticos y religiosos. La imagen surgió con naturalidad en la mente de un pueblo pastoril. Les sirve, incluso, para expresar su fe y dicen "El Señor es mi Pastor" (Salmo 23 y otros), palabras éstas que el cristiano repite, recordando que Cristo dijo: "Yo soy el Buen Pastor" (Juan 10:7-16). Las citas bíblicas tanto del Viejo Testamento como del Nuevo Testamento son demasiado numerosas como para darles debida consideración en el espacio de que disponemos; nos limitaremos a comentar un pasaje que resume la enseñanza bíblica respecto del ministerio pastoral, a saber, 1ª Pedro 5:1-4 (véase además Lc 12:32; Hch. 20:28-29; He. 13:20; Jn.10:1-18). Si siguiéramos a Ch. Barnett deberíamos traducir el comienzo de este pasaje de modo semejante a otro: "Exhorto a los mayores que están entre vosotros, como persona mayor también con ellos..." Pero el mismo Barnett admite que indudablemente el presbiterado ya se estaba desarrollando en la época en que fue escrita 1ª de Pedro. Entonces parece más apropiado traducir aquí de este otro modo: "Exhorto a los presbíteros que están entre vosotros, yo co presbítero con ellos". Pero aún así el contenido de la exhortación es válido para todo cristiano, ya que el término "presbítero" o "anciano" denotan formas de ministerio todavía no fijadas. Según el Nuevo Testamento todo creyente es pastor, y, en consecuencia, está llamado a ejercer una acción pastoral. El término Pastor, por lo lento, cubra todas las formas de ministerio de la Iglesia: predicación y servicio; ministerio laico y ministerio ordenado. Pasemos a la exhortación en el: Apacentad (o mejor pastoread) la grey de Dios que está entre vosotros. Hay en el original un pues que no aparece en nuestra versión castellana, que vincula la exhortación a lo que la ha precedido. Pedro les ha hablado de la crisis que se avecina y de los días grávidos de peligros que vienen. En virtud de ello los exhorta a pastorear la grey de Cristo. Como quiera que la iglesia viva siempre en la inminencia de crisis, y todos sus días estén cuajados de peligros, esta exhortación tiene validez permanente. Nuestra época de nerviosismo, de angustia, con tantas personas cargados de problemas emocionales, morales, espirituales, y
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nuestra generación apretada de frustraciones y de esperanzas, de confusión y de anhelos, subrayan para nosotros la urgencia de una tarea pastoral profunda. Esta es tarea de toda la Iglesia, y no sólo de los presbíteros, aunque sea parte importantísima de su particular ministerio. ¿Qué es pastorear? Todo lo que comprende el oficio del pastor de ovejas sirve de Imagen adecuada a cada función ministerial: vigilancia, protección, dirección, alimentación, curación, restauración, disciplina, rescate, amor, son todos ingredientes del oficio. Es tarea que tiene sus riesgos, sus fatigas, sus desalientos y sus satisfacciones. En suma, diríamos que la tarea pastoral es ejercer influencia sobre el otro de tal modo que él quede abierto a la acción soberana del gran "pastor" (He. 13:20), Cristo (Jn. 21:16; Lc. 15:3-6). La grey de Dios que está entre vosotros, esto es, la que está a vuestro cuidado. La grey de Dios no es elegida por nosotros. Nos la da Dios; y a nadie da toda su grey, sino una parte de ella. Poco importa si es grande o pequeña: el Gran Pastor nos la ha confiado y ahí está nuestra responsabilidad. Concretamente: ¿qué es esa grey? Es aquella persona o grupo de personas sobre las cuales podamos tener influencia. Los padres tienen responsabilidad pastoral hacia sus hijos, el amigo hacia el amigo; el cristiano en el círculo en que se mueve, sea que éste se limite al ámbito de su trabajo, de su familia, o al ámbito más amplio de la acción pública (política, social, cultural, etcétera). Hay quienes por cuidar la grey confiada a otros, descuidan la propia. Y otros por aspirar a mejores oportunidades, no ven la que tienen al alcance de su mano. Cierta vez vino a quejárseme un joven porque ni el Pastor ni los dirigentes de la Iglesia a que había sido asignado como pastor ayudante le daba el lugar a que se creía con derecho. Al interrogarlo sobre qué tarea se lo había confiado, me dijo: "Sólo una clase de Secundarios". Eran en total once jovencitos de los cuales acudían a le clase nada más que cuatro. Al preguntarle si había buscado contacto con los otros siete, o si había estimulado a los cuatro a hacerlo, y si había realizado algo con los secundarios del barrio, fui recibiendo respuestas negativas. Entonces le dije: ¿Se da cuenta de que esa clase ha tenido un privilegio singular”, que no volverá a tener jamás, la de tener un maestro de dedicación exclusiva para ellos? Abrió sus ojos desmesuradamente. ¡Ni se le habla ocurrido! Lo que importa no es tampoco el lugar donde se halle la grey. ¿Qué era Hipona? Nada significativo, pero sabemos de Hipona porque algún hombre llamado Agustín ejerció su ministerio. ¿Qué es Lambarené hoy, sino un sitio que ha alcanzado renombre porque allí sirvió un hombre Llamado Schweitzer? ¿Y qué es labrador sino el sitio en que ejerció su pastorado médico otro hombre llamado Grenfell? No por fuerza sino voluntariamente, según Dios (Estas dos últimas palabras aparecen en MSS, antiguos). Imposible es desempeñarse en la tarea pastoral si la hacemos forzadamente. Si lo hacemos presionados o porque otros nos lo han mandado, o si nos mostrarnos renuentes por temor al peligro o a las exigencias del trabajo, o por desaliento, no seremos buenos "pastores". La tarea tiene que ser hecha espontáneamente, de buen grado,
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por amor. Las obligaciones externas tienen que ser transformadas interiorizándolas, para no estar gimiendo bajo la ley. La responsabilidad debe ser cumplida según Dios, esto es, según lo quiere Dios, recordando que la voluntad de Dios es buena, agradable, perfecta" (Ro. 12-2). No por ganancia vergonzosa, sino por pura dedicación. Me imagino que tanto en el pasado como en la actualidad, no demostraría tener un sentido financiero muy agudo quien se entregara a este ministerio pastoral buscando ganancia. Pero siendo el corazón humano muy engañoso, una vez dentro de la tarea a la cual uno se ha entregado, renunciando a mayores ganancias, puede apoderarse de él la apetencia por la ventaja financiera. Aparte de ello hay otras ganancias que no son menos "vergonzosas": el prestigio, el aplauso, el poder, la autoridad, la vanagloria, la celebridad. Cualquiera de ellos puede arruinar la obra pastoral de un hombre o de una mujer. Contra tal tentación y contra ese espíritu, menciona el Apóstol "el ángulo pronto" o "el corazón ardiente" o lleno de celo" o "pura dedicación” según diversas traducciones. Es estar movido no por el anhelo de ventajas a recibir, sino de servicio a prestar. Se trata de ese entusiasmo que da “el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado" (Ro. 5:5), que le hace a uno olvidarse de si mismo. También sobre esto nos ha dejado un ejemplo el apóstol Pablo (Fil. 1:20. 21). No como tentando señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey. La NEB traduce así: "No tiranizando a los encomendados a vuestro cuidado, sino presentando un ejemplo a la grey". Muy grave mal es que el obrero se olvide de que la grey es del Señor y pretenda manejarla como si fuera cosa suya. Esto hace al pastor (ordenado o no) autoritario y hasta dictador de la Iglesia. Tuvimos frente a nosotros el caso de Diótrefes. Lo trágico es que éste suele ser Gayo o Demetrio transformado. Empezó siendo obrero fiel que por su dedicación y celo le fueron siendo dadas mayores responsabilidades. Habituado a ver sus Ideas aceptadas, acaba por exigir que así sea siempre, sin caer en la cuenta de que de la posición consagrada de Gayo y Demetrio han pasado a la del dominador, tiranuelo Diótrefes, que por egocentrismo ame tener el primer lugar siempre. Incluso ha de recordar el obrero que no está llamado a ser mentor de sus hermanos, sino a ayudarles a crecer y madurar para alcanzar independencia respecto de sí mismo, para que sea más cabal su dependencia de Cristo el Buen Pastor. (Juan 4:42). Aquí de nuevo san Pablo nos da ejemplo (2ª Co. 1:24). La característica contraria a esta tentación es ser "dechados de la Grey". Hay en el llamado a ser siervos de Cristo una vocación de ejemplaridad. Hay quienes huyen de esto. A poco de haber iniciado mi trabajo pastoral, cuarenta y pico de años ya, me encontré con un pastor que había dejado de serlo. Intrigado, le pregunté la razón de ello, y me contestó que le resultó intolerable ser "ejemplo" de todos hasta en los más íntimos detalles. Se huye de esta vocación de ejemplaridad por no entenderla. Se la toma como una ley. ¿Y quién es suficiente para tal cosa? Reiteramos aquí lo ya dicho. Hay que Interiorizarla colocándonos en los
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manos de Cristo en forma Incondicional, de modo que El nos capacito a decir: "No ya yo, sino la gracia de Dios en mi" (1ª Co. 15:9:11). Por lo demás, esta vocación de ser "ejemplo" es ineludible si leemos con atención el Nuevo Testamento. Granfield en su comentario se expresa así: "Y que se empeñen de tal manera en imitar la humildad y desprendimiento de Cristo. Que cada uno de ellos pueda decir sin una incongruencia demasiado colosal: sed imitadores de mí como yo lo soy de Cristo". Termina este segmento de la Escritura con estas palabras: Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona incorruptible de gloria. Así Pedro nos invita a poner la mirada en el fin último, cuando venga el Señor. Pedro lo llama el "Archi pastor", el Pastor Supremo. En verdad, hay un solo pastor (Juan 10:11,14). Sólo a El podemos seguir, y dar con caminos de vida. Sólo yendo a su zaga hallamos "verdes prados y aguas mansas" de verdad, que de veras alimentan y dan al hombre lo que más hondamente necesita, los demás, en verdad, no somos pastores sino simplemente peones del Pastor que por su misericordia nos permite el alto honor de servir para ayudar a otras ovejas, cansadas y corridas por los lobos como nosotros, a seguir el Buen Pastor, que es a la vez el Pastor Hermoso (Juan 10). La gloria del mundo pasa, y se marchita cual flor de un día. Renombre, dinero, mando, autoridad: lodo ello pasa, y de ello nada queda. Pero quien se ha empeñado en servir sinceramente a su Señor, movido por el amor a El y a sus semejantes, descubrirá haber trabajado para la eternidad. Su obra permanece y esa será su gloria. Esta gloria lo entendemos, claro está no es ningún halo sobre nuestras coronillas; es el propósito de Dios cumplido. Pudo haberlo dicho así: "Seréis lo que quiere Dios que seáis". Tal es su promesa, tal es nuestra vocación. Y EL DIOS DE PAZ QUE RESUCITO DE LOS MUERTOS A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, EL GRAN PASTOR DE LAS OVEJAS, POR LA SANGRE DEL PACTO ETERNO, OS HAGA APTOS EN TODA OBRA SUENA PARA QUE HAGAIS SU VOLUNTAD, HACIENDO EL EN VOSOTROS LO QUE ES AGRAIJÁBLE DELANTE DE ÉL POR JESUCRISTO, AL. CUAL SEA LA GLORIA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMEN. (Hebreos 13:20-21)
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INTRODUCCIÓN
La Visión Paulina del Ministerio. Página 5064 La visión paulina" con respecto al ministerio nunca ha sido el tema central de un movimiento de reforma, al menos no hasta el punto de conformar una comunidad que pertenezca a la "iglesias de creyentes" de Donald Durnbaugh. Sin embargo, ha habido algunas aproximaciones a esta visión, algunas de ellas fueron fundadas en el marco social de movimientos que estaban vigentes, otras (como las Iglesias Hermanos Libres o los Cuáqueros) se derivaron de las críticas a los modelos clericales de las iglesias ya formadas. Pero los historiadores buscan en vano una reforma basada en la convicción teológica de lo que dicen los evangelios acerca de que el Espíritu hace de todas las personas ministros, o la experiencia concreta de que todos pueden ser hechos ministros por el Espíritu, creando así una nueva comunidad. La designación de "visión paulina" es justificada en tres pasajes de Pablo (1 Corintios 12, Efesios 4, Romanos 12) debido a la importancia de este tema. Sin embargo, esta idea no fue sostenida sólo por Pablo y sus discípulos; señales y aspectos de ésta aparecen en Juan, Hechos, hebreos y 1 Pedro. Tampoco tenemos bases para pensar que Pablo haya recogido este concepto de alguna sinagoga o academia que haya visitado. Es una idea contraintuitiva y contracultural que él proyecta de una manera normativa y correctiva en lugares en que al parecer ésta no había sido comprendida ni practicada. La universalidad del ministerio se refiere a la reforma radical que todavía está por suceder. La visión normativa de Pablo debe ser comprendida y, más aún, practicada de tal manera que pueda "convertirse" en un modelo iluminador y liberador en la vida de la iglesia. Durante todo este tiempo han aparecido una serie de imitaciones que nos han impedido entender el profundo sentido del pensamiento de Pablo, haciéndonos creer que con verdad lo estábamos escuchando. La primera y más conocida imitación es probablemente "el sacerdocio de los creyentes", un dogma muy popular y, con frecuencia, mal definida por la corriente principal del protestantismo. Algunas veces esta frase significa de una manera negativa que no necesitamos sacerdotes para tener acceso a
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Dios, otra definición que se le ha dado es que todos nosotros podemos y debemos de alguna forma ser mediadores o conciliadores con los demás. Este concepto no se ha logrado interpretar en el sentido de que toda persona está capacitada por el Espíritu para hacer algún ministerio particular. Algunas veces, "el sacerdocio de todos los creyentes" quiere decir que las personas que no se han ordenado tienen la autoridad para interpretar Las Escrituras, predicar y dirigir la oración. Una de las más útiles subformas de esta facultad laica es el pequeño grupo de estudio bíblico, oración, edificación y ministerio. Históricamente esta subforma se puede hallar desde el pietismo y Wesley en los siglos XXVII y YXVIII, hasta los pequeños grupos de renovación llegando hasta las actuales "comunidades de base" de Latinoamérica. Dichos grupos hacen mucho de lo que Dios quiere que se haga en relación con el culto, la edificación, la misión y el servicio. Sin embargo, estos grupos sirven a Dios aceptando el estatus separado de “Laicado". No desafían el privilegio sacerdotal o pastoral de una estructura que funciona sobre otros axiomas cuyas limitaciones han sido dejadas de lado, pero sí permiten que permanezcan los sacramentos y el control de la validación de la verdadera doctrina. Ellos realizan su propio trabajo sin aceptar el reto de crear estructuras afines ministerio universal. Otras subformas de la crítica antisacerdotal articulada por algunas formas más radicales de reforma son los modelos desarrollados por los Cuáqueros y los Hermanos Libres. Allí, la crítica del privilegio ministerial, especialmente de una forma negativa es más fuerte que en los modelos anabautistas o pietistas. Sin embargo, se queda corta en palabra y en práctica la afirmación de que a todo creyente se le ha dado un don que él o ella pueden elegir descuidar o cultivar. El primer movimiento cuáquero proporcionó formas para reconocer el ministerio de aquellos que poseían un llamado especial, yendo más allá de las reuniones semanales. Otra imitación, especialmente desde Lutero y Calvino, ha sido la noción del "ministerio del laicado". Esta es la idea que valida como "vocación" el servicio de las personas en la sociedad, tales como carnicero, panadero o zapatero. Este fue un correctivo indispensable en el siglo XVI, como defensa de la dignidad de ' las propiedades de los laicos, del trabajo diario, y de toda función socioeconómica. Fue necesario desacreditar las afirmaciones erróneas hechas en pro de las vocaciones "religiosas" y especialmente. Por la centralidad en la iglesia de la función sacerdotal (el único ministerio que la visión paulina no estipuló). Es claro que de esto no era de lo que Pablo estaba hablando cuando describía las funciones dentro de la comunidad. Pablo no dijo que el Espíritu hubiera hecho a algunos fabricantes de tiendas a otros mercaderes profanos o guardianes; en algunos de los pasajes importantes él (y otros escritores del Nuevo Testamento) usó términos que describían las funciones ejercidas dentro de las estructuras internas de la comunidad de fe: ancianos, pastores, maestros, profetas, los que hablaban en lenguas, los caritativos...
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Por tanto, existe una familia completa de imitaciones proveniente de la visión paulina a través de la secularización. La "vocación" se ha convertido en el término general secular para el trabajo que uno realiza, especialmente si uno es digno de éste. La palabra "dotado" se ha convertido en la designación estándar para las personas con alta capacidad, en especial si ésta parece ser más innata que adquirida. El término "carisma" se ha convertido en la palabra usada para designar niveles especiales de "presencia" o "personalidad", en su mayoría, empleada en el espectáculo y la política. Estos tres términos han sido sacados de su entorno original y ahora son inapropiados para expresar lo que Pablo quería significar con ellos. Otras imitaciones provienen del otro lado de la visión; en vez de atenuar la imagen del evangelio desde el interior, la visión paulina encuentra una analogía que viene del exterior. El ministerio universal es interpretado, un poco, como la división del trabajo, el secreto de la industria moderna. Parecido a la descentralización en la administración social o al sufragio universal en la dirección de un Estado, se ve un poco como el feminismo o la liberación. No es mí intención irrespetar alguna de estas realidades denominadas aquí como "imitaciones". En su propio derecho, cada una tiene valor; algunas son de importancia, debo argumentar, porque son analogías o comentarios del evangelio, Pero el meollo del asunto es la forma en que nos escoden el verdadero significado de la gracia del ministerio universal. No son falsas, no fueron creadas para engañar, sin embargo, funcionan como tal, llenando un vacío o no permitiéndonos ver el ideal que reflejan. En los mismos dos pasajes en que Jeremías condena a los indignos líderes por decir "shalom" en donde no hay shalom, él dice que ellos "curan las heridas de las personas superficialmente". Esto siempre ha sido una buena imagen para la reforma que no profundiza. Estas imitaciones y derivados de la facultad laica" y el "ministerio compartido" pueden hacer mucho bien, pero sólo curan superficialmente. Aquellos que defienden esta posición evaden la crítica fundamental de la carencia de privilegio sacerdotal, una carencia que se ubica en el centro del "ministerio" considerado como institución. Aunque existen otras aproximaciones, algunas "imitaciones" sirven para proteger u obstaculizar el camino a la universalización del ministerio. A pesar de ser imperfectas, se practican de una manera más sincera, y expanden auténticamente la visión paulina incluyendo a otras personas en el ministerio aunque éstos constituyen la minoría. Por ejemplo, existe el "ministerio gratuito" que durante generaciones aseguró la supervivencia de las comunidades Menonitas y de. Los Hermanos hasta que se impuso el rápido cambio al modelo profesional, monopastoral. El ministerio gratuito era plural, es decir, varios pastores servían a una
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congregación, era explicable aunque no se reconocían las credenciales. Los ministros que trabajaban gratis no recibían compensación por sus servicios ni un salario. Todos eran educados y no eran de ninguna manera antiintelectuales, pero tampoco académicamente uniformes. Sin embargo, el ministerio gratuito tampoco se acercaba a la visión paulina (su principal texto de prueba era Juan 8: 12), y excluía a las mujeres. Ha habido varías clases de ministerios por parte de las mujeres que, en efecto, mantuvieron a la iglesia en marcha, aunque sin un reconocimiento institucional formal. Estas se encargaban de la visitación, consejería informal, resolución de conflictos y educación. Eran apreciadas y respetadas, pero no en la misma forma que los hombres que presidían y tomaban las decisiones institucionales. Ni las imitaciones ni las aproximaciones bien intencionadas han permitido que la visión Paulina tenga la presencia necesaria. A continuación se presentan siete tesis que respaldan este libro Ministerio de Todos: Creciendo Hacía la Plenitud de Cristo. 1. .El Espíritu les ha dado a todas las personas en el cuerpo de Cristo un papel, un don, una función propia. 2. .Ese don es más que nuestro talento natural; es par-te del trabajo salvador de Cristo. Efesios lo describe como el tesoro distribuido por el héroe conquistador, o como "la plenitud de Cristo". Hebreos lo denomina "una gran salvación". 3. Es una negación del don universal categorizar a cualquier persona como laico", a menos que tal título se refiera a todo el mundo. 4. Es una negación del don universal "ordenar" a cualquier persona a un nivel especial de dignidad a menos que tal dignidad recaiga en todos. Especialmente la visión apostólica niega la visión "sacerdotal" de que una persona sea apartada por ciertas cualidades para realizar los ritos sagrados. Esto niega la noción "episcopal" de un papel supercongregacional monárquico para los ministros y la idea de que e l estatus de "ordenado" pueda ser una posesión personal, variable sin responsabilidad congregacional. 5. El don de cada persona es específico y dado a conocer a la comunidad de fe. Este es el principal énfasis correctivo de Pablo en Romanos 12. Es una negación del carácter específico del don el uso de conceptos generales tales como "ministerio", "sacerdocio" o "don", sin encontrar palabras y prácticas para capacitar a las personas de forma que descubran cuál es su papel y lo desempeñen bien.
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6. También se niega esa: misma especificidad cuando esta visión se caracteriza como " anti estructural" o "sin liderazgo", ya sea por aquellos que piensan que creen en ella (como algunos entusiastas de la comunidad de principios de los años setenta) o aquellos que la rechaza n. La visión no es anárquica sino corporal y estructural. Los textos paulinos establecen criterios estructurales que se podrían seguir por varios caminos sin un restitucionalismo rígido. Sin embargo, estos criterios no siguen ni siquiera en las comunidades que se consideran fuertes en sentido `bíblico". 7. No existe una diferencia importante entre las distintas clases de dones. Este es el testimonio correctivo de 1 Corintios 12, dirigido contra la noción de que ciertos dones son más "carismáticos" que otros; esta Idea acogida tanto por las personas de Corinto de esa época como por algunos creyentes de hoy en día, es una negación del mensaje cuando en la primera generación una misiva de renovación está a favor de cualquier clase de culto a la personalidad. De igual manera, es una negación de este mensaje cuando en la tercera generación la rutina crea una casta clerical. La explicación antropológica de las prácticas religiosas se vuelve más significativa cuando la función de "el ministro" se define como una Idea cultural específica (es decir, qué experiencias son necesarias para relacionarnos con lo trascendental). También crecen las presiones para que el "ministro" se diferencie de nosotros. Para los contemporáneos seculares ha sido una sorpresa descubrir cuan constantes son esas necesidades básicas. Ni Auguste Comte, ni John Dewey, Nitzsche o Maix, tienen tantos herederos en este respecto. La religiosidad no se va a agotar, pero por lo que respecta a la verdad del evangelio, este hecho como tal no figura en ninguna parte. El evangelio no consiste en seguir un camino correcto para ser religioso, es sólo el camino para ser humano. El deseo de permitirle a alguien que realice las funciones religiosos por nosotros, tales como: darnos palabras de reprensión y alivio, satisfacer nuestras necesidades de guiarnos o sostener nuestro mundo, son parte de nuestra permanente búsqueda religiosa. Por esto es más difícil la lucha por recuperar la visión paulina del ministerio universal y- tal vez más fundamental que las clásicas pugnas de la Reforma Radical del siglo XVI contra el bautismo de infantes o el control de la iglesia por parte del Estado. Primero, puede haber aspectos de civilización, especialmente en nuestra época, que harían que una reforma fuese más oportuna para el ministerio. Se puede decir que toda reforma ha ocurrido en un punto de necesidad definida. Conocemos la definición de Lutero, así como las de George Fox, John Wesley y Alexander Campbell en la tradición de la iglesia de creyentes. ¿Podría suceder que hoy los creyentes se estén preparando para una nueva reforma representada por la implantación y falsedad de los mitos del individualismo heroico y por la capacitación sin la necesidad del clero? ¿No
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es éste el momento, como nunca antes lo había sido, para apropiarse de las Buenas Nuevas de que en el cuerpo de Cristo ningún miembro está demás, y que todos poseen un don? ¿Podría ser que la movilidad, literalidad, el exceso en la comunicación, la autoconciencia introspectiva y sociológica nos han preparado para apropiarnos de la visión paulina como no lo pudieron hacer nuestros ancestros espirituales? Segundo, en Ministerio de Todos: Creciendo Hacía la Plenitud de Cristo presto gran atención al fenómeno de la "profesión" en Norteamérica y Latinoamérica debido a que este es el punto al que las iglesias tienden a ser llevadas para renunciar al ideal de Pablo. Nuestra época está viendo la desaparición de la certeza con la que operaban las imágenes de la profesión ministerial en tiempos más simples. Las crisis internas están haciendo tambalear las instituciones de capacitación ministerial profesional mientras se está discutiendo el objetivo para el que se están capacitando. Los sacerdotes y pastores cambian la "vocación" a la mitad de sus carreras. El, concepto de "práctica inadecuada" que era aplicado a la medicina empieza a ser aplicado a los errores que cometen los ministros. Las organizaciones de Laicos" se movilizan para cuestionar el derecho del clérigo y de las burocracias cuando éstas pretenden hablar por ellos, especialmente si es por la paz y la justicia. Algunas veces este descrédito de los papeles eclesiásticos está rara vez ligado a una alternativa constructiva. A medida que estas tendencias continúen, podrían abrir espacios en los que la visión paulina podría florecer como no lo pudo hacer cuando la profesión de pastor era firme. En la época actual de pluralismo y estructuras centrales debilitadas estos nuevos vehículos son poco probables o puede haber muchos de ellos. ¿Si mañana, miles de creyentes empezara n a comportarse como si el mensaje de Pablo fuera verdad, y si su experiencia local fuera transformada por esta visión, se necesitaría crear una nueva denominación? Hoy en día no existe una sola institución principal que expulse a estos innovadores ni ning ún canal de comunicación que transmita sus palabras. Entonces, si este aspecto de la promesa del Espíritu brindara renovación, seria nuevo no sólo en su esencia sino en su forma. Renovaría las congregaciones, podría crear un movimiento, pero probablemente no crearía una "iglesia". El Modelo de Ministerio del Nuevo Testamento" no es algo que podamos desenterrar de nuestro pasado y "restaurar", no yace allí. Esta particular proclamación paulina nunca se ha llevado a cabo. No se deriva de las prácticas establecidas o de experiencias exitosas. No es el uso de alguna subcultura que las personas antes de pablo hayan escogido para asignarle un significado teológico. No es seguro que los romanos, los corintios o efesios lo hayan comprendido bien. El ministerio universal no es una costumbre, o la preferencia de alguien, sino una visión normativa. Pablo lo proclamó con base en la escatología como una de las señales de la presencia del Espíritu, deseando hacerse presente en nuestros tiempos.
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Si decidimos estar de acuerdo con los términos de la ciencia social y los precedentes históricos de que la visión paulina no "funcionará", la predicción se cumplirá. Sí, de otro lado eligiéramos probar la confianza de los apóstoles en que en verdad una nueva época estaba irrumpiendo y aún lo está haciendo, que la resurrección y el Pentecostés permanece como la promesa fundamental de nuestra historia, no hay nada en ella para excluir la facultad renovadora que prometieron los apóstoles.
LA BIBLIA Y EL REINO DE DIOS Me alegra Mucho, que esta plática fuera precedida por un símbolo de lo que significa poner todo bajo la soberanía del Reino, porque la música también puede ser usada para exaltar la gloria del Reino. Estamos ante un tema que ha sido, motivo de exploración desde varias perspectivas. Es uno de los símbolos bíblicos que más han cautivado a los teólogos, y no sólo a los teólogos, sino a muchos ideólogos. El símbolo del Reino de Dios apunta a la realización de la voluntad de Dios en relación con la creación de una nueva sociedad, caracterizada por la justicia y la paz, liberada del pecado y de sus consecuencias. Hablar del Reino de Dios es hablar del Propósito redentor de Dios en Cristo Jesús, propósito que abarca a toda la creación. Es hablar de la vocación histórica que tiene la Iglesia respecto a ese propósito aquí y ahora, entre los tiempos: es también hablar de una realidad futura, una realidad escatológica, que constituye el punto de partida a la vez que la meta de la Iglesia. Pensemos en primer lugar en la presencia del Reino. El énfasis central del Nuevo Testamento, es que Jesús ha venido a cumplir las profecías del Antiguo Testamento y que en Su persona y su obra el Reino de Dios se ha hecho una realidad presente. En el Antiguo Testamento no se usa la expresión Reino de Dios; se habla, sin embargo, de Dios, como el Dios que reina, y una de las aspiraciones del pueblo de Israel es que Dios manifieste su reinado, su dominio en toda su plenitud. La manifestación del reinado de Dios se dará en términos de justicia y de paz. El gobernará sobre todas las naciones de la tierra: su reinado no tendrá fin. En el tiempo intertestamentario se desarrolló una escatología judía básicamente pesimista. Se hablaba de las dos edades, eras o siglos, este siglo y el siglo venidero. Este dualismo escatológico reflejaba el pesimismo de un pueblo que había caído bajo el dominio de emperadores paganos en el período post-exilico. La voz de Dios se había callado, el reino prometido por los profetas no había aparecido, los fieles de Israel eran víctimas del odio y persecución de los gentiles. A partir de esta situación surgió un concepto de la historia con un interés exagerado en el futuro y un persistente desprecio hacia el presente: la historia estaba divorciada de la escatología. Ciertamente los judíos esperaban que Dios estableciera una nueva creación, pero
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pensaban que esto sucedería en un futuro distante. El presente estaba abandonado bajo el dominio del mal y el sufrimiento. Los estudiosos del Nuevo Testamento muestran que esta escatología estaba en contradicción con la escatología de los profetas del Antiguo Testamento. Para los profetas del Antiguo Testamento el futuro de Dios tenía incidencia en la historia. Cómo ha escrito un erudito que ha dedicado mucho de su esfuerzo al estudio de la escatología bíblica, Eldon Ladd, el mensaje profético se dirige al pueblo de Israel en una situación histórica específica y el presente y el futuro se mantienen en una tensión escatológica. A lo largo de todo el Nuevo Testamento, se da por sentada la doctrina de las dos edades, pero se interpreta esa doctrina a la Luz de la muerte y la resurrección de Jesucristo. La premisa fundamental de la escatología del Nuevo Testamento es que en la muerte y la resurrección de Jesucristo, Dios ha actuado definitivamente para cumplir su propósito, el actor principal del drama de la historia ha aparecido en el escenario, se ha iniciado el drama escatológico, la escatología ha invadido a la historia, el impacto de aquella sobre ésta ha producido lo que se ha denominado la nueva división del tiempo. En contraste con el judaísmo, el cristianismo en el Nuevo Testamento, mantiene que el punto medio de la línea del tiempo, no está en el futuro, sino en el pasado. En Jesucristo, ya ha llegado la nueva era; el siglo venidero de la esperanza judía se ha iniciado anticipadamente aquí y ahora, y es posible disfrutar de las bendiciones del Reino de Dios. Sin embargo, aunque la línea del tiempo está marcada por la inserción de la escatología en la historia, la consumación del Reino de Dios se realizará en el futuro. El mismo Dios que ha intervenido en la historia para poner en movimiento su propósito, está todavía actuando y actuará a fin de llevar el drama a su conclusión. El Reino de Dios. Por lo tanto, es una realidad presente y una realidad futura; ha venido y está presente entre nosotros, y vendrá, de modo que esperamos su advenimiento. La afirmación simultánea del presente y el futuro del Reino de Dios es el resultado de la incursión de Dios en la historia por medio de Jesucristo. Hay una tensión escatológica que permea todo el Nuevo Testamento, y representa indudablemente un redescubrimiento de la tensión escatológica que marcó la escatología de los profetas. Las investigaciones más recientes en el campo de la escatología del Nuevo Testamento muestran que las más antiguas tradiciones de la enseñanza de Jesús combinan la afirmación de la venida del Reino como una realidad presente y la expectativa del cumplimiento futuro del propósito redentor de Dios. Sin embargo, la premisa básica de la misión de Jesús y el tema central de su predicación, no es la esperanza de la venida del Reino futuro en una fecha predecible, sino el hecho de que en su propia persona y en su propia obra el Reino ya se ha hecho presente, y se ha hecho presente con gran poder. Jesús afirma que nadie sabe el día ni la hora en que el drama escatológico llegará a su conclusión, ni aún los ángeles del cielo ni el Hijo sino el Padre, pero afirma que el último acto del drama, los últimos días, han comenzado ya en El. El Reino tiene que ver con el poder dinámico de Dios por medio del cual los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es
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anunciado el Evangelio; tiene que ver con el Espíritu de Dios (el dedo de Dios, dice Lucas) que expulsa demonios. Es visto en la liberación de poderes demoníacos, liberación de la ceguera, de la hemorragia, de la muerte misma. El Reino de las tinieblas que corresponde a este siglo ha sido invadido; el hombre fuerte ha sido desarmado, conquistado y saqueado, ha llegado la hora anunciada por los profetas, el Ungido ha venido para dar buenas nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados de corazón, pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos, poner en libertad a los oprimidos y predicar el año agradable del Señor. Hablar del año agradable del Señor, es hablar del jubileo, es hacer referencia a Levítico capítulo 25, a una reestructuración de la sociedad para que haya justicia y paz. La misión histórica de Jesús sólo puede entenderse en conexión con el Reino de Dios. Su misión aquí y ahora es la manifestación del Reino como tina realidad presente en su propia persona y obra, en su predicación del evangelio, en sus obras de justicia y de misericordia. Su enseñanza es enseñanza de la ética del Reino, los valores que auspicia son los valores del Reino, la nueva comunidad que forma está llamada a ser paradigma de la nueva humanidad bajo el dominio de Dios. Diríamos entonces que el Reino de Dios es el poder dinámico de Dios que se hace visible por medio de señales concretas que muestran que Jesús es el Mesías, el Rey. Es una nueva realidad que ha entrado en el cauce de la historia, que afecta la vida humana, no sólo moral y espiritualmente, sino también física, psicológica, material y socialmente. En un estudio muy perceptivo John Yoder, ha tratado de mostrar en qué sentido Jesús ha ofrecido un proyecto especial al pueblo Judío, y no quiero, por razones de tiempo, entrar en toda la argumentación que presenta este autor, el autor de “Jesús y la Realidad Política”, pero quisiera señalar que de sus estudio él concluye que el proyecto de Jesús tiene que ver con la formación de una comunidad, en la cual Dios sería reconocido como Rey, y donde se verían las señales del Reino de Dios. Esta sería la primicia de la nueva humanidad marcada por un estilo de vida diferente, una nueva mandad en la cual se aceptarían los valores del Reino de Dios. Jesús, dice Yoder, repitió lo que Dios hizo al llamar a Abraham, Moisés, Gedeón y Samuel; reunió al pueblo en torno su Palabra y su Voluntad, creó en torno suyo una sociedad como Jamás se había visto en la historia humana. Me permito citar las marcas de esta nueva sociedad según Yoder: 1. Fue una sociedad voluntaria: no se podía nacer dentro de ella, sólo se podía entrar en ella mediante el arrepentimiento y la libre promesa de lealtad a su Rey. En esta sociedad no había miembros de segunda generación. 2. Contra todos los precedentes, esta sociedad era mixta en su composición, mixta racialmente con judíos y gentiles, mixta religiosamente con fanáticos observadores de la ley defensores de: la libertad en todas sus formas; con monoteístas radicales y otros precisamente en vías de romper intelectualmente con la, Idolatría, mixta económicamente al tener pobres y ricos como miembros.
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3. Cuando Jesús convocó a su sociedad dio a sus miembros un nuevo estilo de vida. Les dio tina nueva manera de tratar a los ofensores: el perdón. Les dio una nueva manera de enfrentar la violencia: el sufrimiento. Les dio una nueva manera de tratar con el dinero: compartirlo. Les dio una nueva manera de tratar los problemas de liderazgo: aprovechar el don de cada miembro aún del más humilde. Les dio una nueva manera de tratar con una sociedad corrupta: la construcción de un nuevo orden, no la destrucción del antiguo. Les dio un nuevo modelo para las relaciones entre el hombre y la mujer, entre el padre y el hijo, entre el amo y el esclavo, en el que se concretaba una visión nueva y radical de lo que significaba ser una persona humana, dio una nueva actitud hacia el estado y hacia la nación enemiga. A la luz de las manifestaciones visibles del Reino de Dios y de la formación de la comunidad del Reino, entendernos la proclamación del Reino por parte de Jesús: "El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el Evangelio". Este no es un mensaje meramente verbal dado en aislamiento de las señales que lo corroboran:" es más bien Buenas Nuevas acerca de algo que puede verse y oírse. Según las palabras de Jesús, es una noticia acerca de un hecho histórico, un evento que se está realizando y que afecta la vida humana de muchas maneras. Es, una noticia de Interés público relacionada con toda la historia humana, es una noticia relativa al cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento: es el advenimiento del Malcut-Yahvé, el reino del Señor anunciado por los profetas y celebrado por Israel que se ha hecho una realidad presente. Es una noticia que suscita arrepentimiento y fe y es una noticia que resulta en la formación de esta nueva comunidad, la comunidad constituida por gente que ha sido llamada personalmente a poner su fe en el rey. El sentido exacto en que el Reino ha venido puede verse en la obra y en la persona de Jesucristo, pero es continuada en la Iglesia. En medio de los reinos del mundo, la Iglesia está para ser testigo del dominio de Dios sobre la totalidad de la creación, El Nuevo Testamento presenta a la Iglesia como la comunidad del Reino, la comunidad que reconoce a Jesús como el Señor del Universo y por medio de la cual, en anticipación del fin, el Reino, se Manifiesta concretamente en la historia. Los términos Mesías y Comunidad Mesiánica son correlativos: si Jesús era el Mesías, como afirmó ser, entonces no es extraño que entre otras cosas se rodeara de una comunidad que reconociera la validez de su afirmación. Basta un análisis superficial de la evidencia para concluir que así fue en efecto: en su ministerio llamó a hombres Y mujeres a dejarlo todo para seguirle. Aquellos que respondieron a su llamado constituyeron una manada pequeña a la cual el Padre daría el Reino, serían primicias de una nueva humanidad, de Dios, más cercanas a Jesucristo que sus propios hermanos, hermanas y madre en la carne. La referencia de Jesús a esta comunidad mesiánica como "mí Iglesia” armoniza perfectamente con un propósito de su misión. La intención de rodearse de una comunidad propia, suya, en la cual
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tengan cumplimiento las promesas del pacto de Dios con Israel, es la revelación de Jesús de que él establecerá tina Iglesia que sea característicamente suya, esto sugiere la relación entre la Iglesia y su mesiazgo. El es el Mesías en quien el Reino de Dios se ha hecho una realidad presente, la Iglesia es la comunidad que surge como resultado de su poder real. Siendo así, es obvio que la Iglesia no debe ser equiparada con el Reino de Dios, como lo expresa Ladd:”Si el concepto dinámico del Reino es correcto, nunca debe unificarse o identificarse con la Iglesia. En la terminología bíblica, el Reino no se Identifica con su sujeto; estos son el pueblo de Dios que Ingresan en el Reino, viven bajo él, son gobernados por él. I-a Iglesia es la comunidad del Reino pero nunca el Reino mismo, el Reino es el reinado de Dios, la Iglesia es una sociedad de personas bajo el reinado de Dios, según el propósito de Dios". Después del Pentecostés, el Reino de Dios continuaría como una realidad presente por medio del don del Espíritu Santo. Esto es claro por el hecho de que citando los discípulos de Jesús le preguntaron: “Señor ¿cuándo restaurarás el reino a Israel en este tiempo? El les respondió: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad, pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo". El Espíritu Santo es, p ues, la escatología en proceso de realización; el Reino de Dios que ha Irrumpido en la historia en Jesucristo continúa actuando por medio del Espíritu Santo. La Iglesia es el resultado de la acción de Dios por medio del Espíritu; es el cuerpo de Cristo y como tal la esfera en la cual opera la vida nueva, la vida de la nueva era iniciada por Jesucristo. El Espíritu Santo es el agente por medio del cual se Imparte vicia a los creyentes; asimismo el Espíritu Santo da a la iglesia dones que hacen posible la existencia de la Iglesia como una comunidad misionera. Esto significa que la Iglesia no es primordialmente una organización, sino un organismo vivo; un organismo cuyos miembros están unidos por la acción del Espíritu Santo. Un cuerpo corresponde a un Espíritu. No se puede exagerar la importancia que tiene esta relación del Espíritu Santo e Iglesia para la comprensión correcta de la relación entre Reino de Dios e Iglesia. La Iglesia depende del Espíritu Santo para su propia existencia; sus palabras y sus acciones son meramente el medio para la manifestación presente del Reino de Dios y no pueden explicarse plenamente como palabras y acciones humanas. El Reino de Dios no pertenece exclusivamente al futuro, es también una realidad presente manifestada en la comunidad cristiana que es morada de Dios en el Espíritu. La Iglesia no es el Reino de Dios sino el resultado concreto del Reino, lleva las marcas de su existencia histórica, del "todavía no" que caracteriza al tiempo presente; pero aquí y ahora participa en el "ya" del Reino que Jesús ha Iniciado. Como la comunidad del Reino habitada por el Espíritu Santo, la Iglesia está claramente llamada a ser una nueva sociedad, una tercera fuerza, junto con judíos y gentiles. No debe ser equiparada con el Reino pero tampoco separada del mismo; tiene el propósito de reflejar los valores del Reino aquí y ahora por el poder del Espíritu Santo. No es todavía la Iglesia Gloriosa, pero sí es el Israel de Dios,
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el pueblo de Dios llamado a confesar a Jesucristo la luz de esa confesión; el pueblo de Dios que reconoce que Dios es soberano sobre cada aspecto de la vida humana: el pueblo de Dios que se preocupa por la justicia y la paz, como Lesslie Newbigin lo expresa: “Sólo la comunidad que ha comenzado a gustar aunque sea inicialmente la realidad del Reino puede proveer la hermenéutica del mensaje; sin la hermenéutica de esa comunidad viviente, el mensaje del Reino sólo puede convertirse en una ideología y un programa, no será el Evangelio” La Iglesia está llamada a vivir el Reino de Dios y su justicia. El resultado de Pentecostés fue no meramente el poder para predicar el Evangelio, fue también muchas maravillas y señales hechas por los apóstoles, y una comunidad de personas que perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Fue también una comunidad en la cual los miembros estaban juntos y tenían en común todas las cosas. Pentecostés, por lo tanto, significó poder para un nuevo estilo de vida en comunidad, poder para una nueva economía, la economía del Reino: poder para una nueva política, con un uso diferente del poder. Los poderes de la nueva era liberados por Jesucristo estaban presentes por medio del Espíritu Santo en el pueblo de Dios, dando poder para constituirse en una señal, en la señal del Reino. El Reino de Dios ha sido Inaugurado por Jesucristo. No es posible entender correctamente la misión de la Iglesia, aparte de la presencia del Reino y aparte de su vocación de ser una comunidad que encarna los valores del Reino. La misión de la Iglesia es una extensión de la misión de Jesús, es la manifestación, aunque no completa del Reino de Dios tanto por medio de la proclamación como por medio de la acción y el estilo de vida. El testimonio apostólico continúa siendo el testimonio del Espíritu acerca de Jesucristo por medio de la Iglesia. Dios, quien colocó todo el universo bajo Jesús, lo dio por cabeza por sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo. Como comunidad del Reino la Iglesia confiesa y proclama a Jesucristo como Señor; también realiza buenas obras que Dios ha preparado de antemano para que las haga, para lo cual Dios la ha creado en Jesucristo. Es verdad que por medio de los escritos apostólicos Jesús y los apóstoles continúan hablando, pero es Igualmente verdad que por medio de la Iglesia y sus buenas obras, el Reino de Dios se hace visible históricamente como una realidad presente. Las buenas obras, por lo tanto, no son un mero apéndice de la misión: son parte integral de la manifestación presente del Reino: apuntan al Reino que ya ha venido y al Reino que ha de venir. Esto no significa, por supuesto, que las buenas obras, las señales del Reino, el resultado de la acción hecha por el poder del Espíritu Santo, necesariamente persuadirán a los que no creen acerca de la verdad del Evangelio. Aun las obras realizadas por Jesús fueron rechazadas muchas veces. Sus palabras fueron rechazadas Igualmente. Consecuentemente, no debemos interpretar la misión cristiana de tal modo que demos la impresión de que la proclamación verbal es por sí sola persuasiva para los no creyentes mientras que las señales, las buenas obras, el testimonio vivido de la Iglesia no lo son: ni, el ver ni el oír necesariamente producen fe. Tanto la palabra como la acción apuntan al
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Reino de Dios, pero nadie puede llamar a Jesús Señor sino por el Espíritu Santo. En conclusión, el Reino de Dios, se ha hecho presente en Jesucristo, el Reino de Dios continúa haciéndose presente por la acción de la Iglesia en el Espíritu Santo y en medida en que la Iglesia encarna los valores del Reino de Dios y da testimonio a la .Justicia y el shalom de Dios, en esa medida el Reino se visible aquí y ahora.
Comentarios Darío López Ing. Pesquero. Ex – Secretario General de La AGEUP. Lic. En Misiología del SEL. Pastor de la iglesia Monte Sinaí, de la Iglesia de Dios del Perú, en Villa María Del Triunfo Es un poco difícil poder evaluar en tan breve tiempo toda la riqueza bíblica y teológica contenida en la exposición de nuestro hermano René. Sin embargo es Importante la manera en que ha remarcado la realidad presente y la realidad futura del Reino. Así mismo, el hecho de habernos recordado que la Iglesia es el paradigma de la nueva humanidad bajo el gobierno de Dios, y en base a ello que me parece lo central de la exposición del hermano René, yo quisiera hacer una breve reflexión en relación con lo que a mi modo de ver es la tarea de nosotros los evangélicos en el Perú de hoy con referencia al tema de la noche. Empiezo diciendo que de la comprensión que tengamos de la enseñanza bíblica del Reino de Dios, de allí se deriva nuestro compromiso y práctica evangélica. El Evangelio del Reino de Dios, la Buena Noticia de la irrupción del Reino en la historia, es clave para el discipulado, el seguimiento Cristo y para nuestra Eclesiología. El Nuevo Testamento en su conjunto, y en especial los Evangelios, Hechos de los Apóstoles y las cartas Paulinas, dejan en claro que el mensaje de la Iglesia Apostólica tenía como centro y eje, el anuncio y vivencia del Evangelio del Reino de Dios, La Proclamación de Jesucristo como el Kyrios, como el Señor absoluto en toda circunstancia y momento, en toda situación geográfica, cultural, política, social, económica y religiosa, demuestran cómo
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la Iglesia comprendió, internalizó, vivió y compartió el Evangelio del Reino de Dios. Sin embargo, es mi apreciación, que en nuestro país no hemos calibrado a fondo ni hemos comprendido suficientemente y a cabalidad, el contenido y las implicaciones del anuncio y vivencia de la realidad del Reino. Cito como ejemplo la forma como desde afuera importantes científicos sociales del país, dos de ellos marxistas convictos y confesos, y el tercero católico, todos sin excepción profesores universitarios, van teniendo una lectura y opinión crítica sobre el ser y quehacer de las Comunidades Evangélicas. Wilfredo Kapsoli, historiador y decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, luego de un traba jo de campo en el Rimac, específicamente en una Congregación Pentecostal grande, hace el siguiente comentario: "…lo cierto, es que el Protestantismo crece aluvionalmente, organiza y moviIiza a grandes masas humanas que provienen mayormente de los sectores populares y de los barrios marginales. Sobre ellos derraman una sobrecarga ideológica fundamentalista que los anula social y gremialmente haciéndole aun su conciencia nacional... los conversos son bombardeados sistemáticamente con mensajes fundamentalistas y escatológicos. Estos se suministran particularmente en las Iglesias donde la labor del Pastor adquiere un papel decisivo. Su autoridad es unánimemente reconocida. No hay duda o cuestionamiento a sus opiniones y mandatos, Por momento es autoritario y normalmente es machista. Se autoeducan en sus Iglesias y escuelas dominicales donde taladran la mente de los niños y adolescentes hasta despojarlos de toda la tradición y memoria colectiva, dispensándoles de toda preocupación o iniciativa que tenga que ver co n la historia, la sociedad y la política que en nuestro país se halla revuelta y convulsa dramáticamente...” Por su parte Alberto Flores Galindo, vino de los más Importantes historiadores contemporáneos, quien fuera profesor en las universidades de San Marcos y Católica de Lima, fallecido recientemente, refiriéndose al comportamiento que frente a la violencia adoptan los campesinos de condición Evangélica ubicado en el trapecio andino, argumenta que: “Al campesino que no había sido senderista pero que tampoco quería ser montonero, si esperaba conservar su vida, sólo le quedaba huir lo más pronto posible e integrarse a algún barrio de refugiados de lca o Lima, a no ser que una fe ciega como la de algunos evangelistas ayudara a ese hipotético campesino a permanecer y desafiar todas las tribulaciones consiguientes". Manuel Marzal, sacerdote católico (Jesuita), antropólogo, profesor en la Universidad Católica de Lima, en las conclusiones de su reciente libro dedicado a un cuidadoso estudio de las Comunidades religiosas (entre ellas,
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las Congregaciones Evangélicas) ubicadas en el distrito del Agustino sostiene que: "En las nuevas Iglesias. sobre todo Pentecostales y Escatológicas, aunque se da un desarrollo ético personal verdadero, sin embargo hay una ética social pobre debido a una serie de razones...Tales razones son la insistencia en una conversión "personal" que olvida el contexto social, que debería también transformarse para lograr una conversión duradera; la predicación de un escatologismo inminente, que conduce a cierta relativización de la tarea de transformar el mundo ... la práctica de una interacción espiritualista que refleja una experiencia de Dios real, pero que entraña un olvido de la obligación real de transformar el mundo que exige esa misma experiencia de Dios: la condenación del marxismo como mal supremo, sin valorar para nada la justicia de su causa, ni el valor de algunos de sus análisis; y finalmente, la ruptura con la Iglesia católica, no sólo por los viejos motivos de siempre, sino por los nuevos motivos del, compromiso social con los pobres que ésta predica hoy en el continente" Estas opiniones críticas explican de alguna manera, no sólo la práctica de un significativo número de Comunidades Evangélicas, sino también los contenidos que al interior de ellas se trasmiten y enseñan. Podemos estar en desacuerdo y diferir con algunas de sus afirmaciones, Asimismo podemos cuestionar la carga Ideológica y de tradición religiosa Implícitas en sus puntos de vista. Pero si somos honestos, tenemos que reconocer, tenemos que admitir que, por lo menos algo de válido y cierto, hay en la evaluación que hacen, y es obvio que la médula, lo central, tiene que ver con la comprensión que las comunidades Evangélicas tienen del Evangelio del Reino de Dios y cómo diariamente en su conducta y práctica explicitan y trasmiten esta comprensión. Hablar pues, del aspecto presente del Reino dejando a un lado y teniendo como simple apéndice el ángulo futuro del mismo, es un extremo peligroso. De igual forma concebir el Reino como algo distante y futuro, al margen y fuera de la historia sin referente alguno para el presente, es otro extremo que entraña peligro. Ambas posturas, son en mi opinión, reduccionismos, que cercenan el Evangelio robándole su poder transformador e Ideológizandolo. No sólo debemos cuidarnos de caer en uno de estos extremos, sino dejar que sea la Palabra del Señor bajo la guía de su Espíritu la que nos renueve teológicamente, no dejando que nuestro estrecho marco teológico nos escapule para siempre. Si el Reino se ha hecho presente con la vida y ministerio del Señor Jesucristo "...El tiempo se ha cumplido, y el reino Dios se ha acercado, arrepentíos, y creed en el Evangelio" (Marcos 1. 15), y si la Iglesia es ahora (no mañana), señal, signo, primicia y avanzada del Reino. Consecuentemente es ahora, dentro de la historia, en nuestros lugares de misión, allí donde el Señor nos ha colocado por su Gracia para que seamos
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luz y sal, sus testigos mártires; en donde tenernos que dar razón de la Esperanza que hay en nosotros. Debemos estar conscientes también de la presencia real y activa del antireino que tiene su expresión visible y concreta en las presentes estructuras de poder, en el Estado y en los hombres que se esconden detrás de él; asimismo en aquellos que han elegido el camino de la muerte escudándose en las sombras de la noche tan oscuras como sus corazones e intenciones. Creo que la situación actual del país no puede limitarse sólo a las explicaciones políticas, económicas, sociales, culturales y religiosas, sino que tenemos que percatamos de la presencia del mal entronizado en los hombres y las estructuras que estos han levantado. Una nota clara de la irrupción del Reino es pues el enfrentamiento con los poderes del mal presentes en la historia. La expulsión de demonios, los exorcismos, son una clara señal de la presencia del Reino de Dios entre nosotros. . El día de ayer hemos conversado de una de las formas concretas como la Iglesia tiene que hacer misión hoy en el “Perú hirviente de estos días". Me refiero a la afirmación, valoración, promoción y defensa de los Derechos Humanos, de la dignidad humana tan pisoteada y maltratada en estos años; y específicamente del Derecho fundamental: la vida. Esta es una tarea concreta y una de las Implicaciones de ser avanzada del Reino ahora. Hablar entonces de la Esperanza bienaventurada del retorno del Señor, su Parusía, es hacer conexión con la resurrección. Y hablar de la resurrección es hablar del triunfo de la Vida sobre la muerte. La Vida ha vencido; por ello caminarnos seguros y confiados en la li1storla, confiados no en nosotros mismos ni en nuestras capacidades sino en el Poder (dinamis) del Señor que nos hace capaces de servirle. La santidad hay que vivirla ahora. No es una ética individualista la que se nos demanda, sino por el contrario, el Llamado del Señor es a vivir la realidad del Reino en nuestros contextos específicos de misión con la expectativa de su cumplimiento definitivo. El “Ya y todavía no" del Reino es no sólo clave, sino fundamental para la tarea misionera de la Iglesia. Corno Iglesia, hemos sido convocados por el Señor para ser una señal visible de su presencia en su historia. Somos la Nueva Humanidad en Cristo, llamados a anunciar y vivir la Paz y la justicia que viene de Dios, en medio de un mundo que le niega de muchas formas y vive de espaldas a su voluntad. Recordemos pues, que ni la teología ni la experiencia por muy válidas, importantes y necesarias que éstas sean, no son Palabra de Dios. Solo Dios es Absoluto y su Palabra soberana. Debemos dejar entonces que sea El quien nos hable y ser como su Iglesia, señal del Reino ahora teniendo puesta nuestra mirada en la Esperanza que no avergüenza. Así que el aspecto presente y futuro del Reino hay que tenerlo no solamente en la mente o en la teología sino hay que vivirlo porque como el hermano
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René nos ha recordado en otro momento, la teología sólo es válida si está en función de la misión de la Iglesia y el Reino de Dios del cual somos una expresión concreta y visible; en nosotros tie ne que hacerse real y palpable en nuestro país, por el compromiso militante de los hijos del Señor que se congregan en las Iglesias Evangélicas de nuestro país, que nos duele pero no ganamos mucho: ante el dolor hay que accionar y dejar que sea el Espíritu del Señor que nos impulse y que nos lleve y que nos coloque y que nos haga testigos mártires de su amor en el Perú de hoy.
Pedro Arana Ing. Químico. Pastor de la Iglesia Presbiteriana de Pueblo Libre. Secretario General de la Sociedad Bíblica Peruana. Yo quisiera hacer referencia a algunas afirmaciones de nuestro hermano René Padilla, citando al profesor Yoder en uno de sus libros, cuando decía que el Reino de Dios es la realidad que afecta a la totalidad de la vida humana, es decir, afecta la vida Intelectual, afecta la psicología, afecta el estilo de relacionarse con otras personas y creo que es algo que en este momento nosotros los Evangélicos debemos pedir la Gracia de Dios para que se haga carne en nosotros. Como decía el Apóstol Pablo, el Reino de Dios no es abundancia de palabras, no es discurso piadoso o discurso elocuente y académico, el Reino de Dios, decía Pablo, es poder, pero no el poder en los términos que los entiende el mundo de dominio, de manipulación, de avasallamiento de voluntades, de manipulación, de gente; es Poder Espiritual, que debe primero cambiar nuestra propia vida y darnos cuenta que en el Evangelio del Reino, el Señor nos ha dado un poder, que en este momento es lo que el país requiere y necesita de una manera dramática. Estaba pensando le decía al hermano René, en el libro del Doctor Stanley Jones "Es realidad el Reino de Dios", en el cual, el decía que en la misma estructura de nuestra esencia humana, el Señor ha implantado es(as ansias de eternidad, que nuestra verdadera humanidad solamente se puede cumplir en contacto con Jesucristo resucitado y con el poder que el Espíritu nos ha para poder desarrollar la potencialidad que Dios ha puesto en el ser humano. Y cuando la Iglesia viene en una situación de violencia como la q ue ha sido descrita, a dar su testimonio de fe, debe primero creer que ese testimonio de fe tiene el Poder del Espíritu Santo: que aquella sencilla palabra, aquella sencilla acción hecha verdaderamente con la presencia y el Poder de Jesucristo, puede traer cambios fundamentales, dramáticos, espectaculares, sí ustedes quieren, aunque no sean publicitados, en las vidas de otras personas. Esta tarde yo he tenido, probablemente, la experiencia más perturbadora de todos los años aquí como ministro en
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Lima, porque he podido palpar de cerca, esa lucha del reino y el anti-reino, y aquellos que están en contra de la vida, en contra del amor, en contra de lo constructivo, pero que en lo profundo de su ser personal tienen la profunda Insatisfacción, de no ser de ellos lo que no quieren ser y de no haber alcanzado lo que ellos quieren alcanzar y cuando viene el toque, de ese Reino del cual hemos hablado, que está profundamente establecido en su naturaleza humana por ser imagen de Dios, vemos que despiertan sentimientos que nosotros pensamos esas personas no tenían. Yo personalmente creo que la Biblia se abre con el Reino, el pecado ingresa tratando de perturbar, de distorsionar ese Reino de Dios pero se cierra con el Reino del Apocalipsis; lo que Dios quiere para la vida humana es una vida de amor, una vida de verdad, una vida de respeto mutuo. Así es como yo entiendo el hecho de ser humano en Génesis y eso solamente puede ser establecido cuando Dios reina. Y esta tarde, les decía, que he tenido un encuentro que no lo he buscado, que ha sido una llamada inesperada y al constatar de esta persona que quiere salir del ámbito en el cual él conscientemente ha entrado y que después de haber arrebatado vidas y de sentirse él mismo, no sólo pecador en una ruina en todo lo que ha hecho, el hecho de tener un hijo o la posibilidad de tenerlo, lo hace reaccionar y reavivar en él su sentido de humanidad. Yo no puedo relatar toda la confesión y todo lo que he escuchado, pero lo único que he visto es la realidad del Reino de Dios, que una persona no puede vivir sin Dios, aunque quiera. “Y a mí me han enseñado todo eso y mucho más y soy un hombre capaz de causar destrozos y causar mucho más muerte de lo que yo he hecho, pero no me enseñaron cómo debo cargar con mi conciencia” Yo sigo creyendo que el Espíritu Santo que es el portador de ese Reino, sigue gravitando en la mente y en las conciencias de las personas, llamándolos al arrepentimiento, y que una Iglesia atenta, es una Iglesia que debe recibir aún a esos criminales ¿Porqué? porque, por el Evangelio del Reino, ese es el que ofrece redención para todos, no sólo para los buenos, sino también para los criminales. Claro, para aquellos que se han puesto al margen del ley, yo creo que ha llegado un momento en nosotros como Evangélicos, sabiendo por la misericordia de Dios, que los poderes del Reino están obrando en nuestra sociedad, debemos seguir levantando la bandera de la vida, la bandera del amor, la bandera del servicio, contra aquellos que ya no creen en esas cosas y detrás del drama de una persona que puede estar rodeada en este momento por su propia voluntad dirá, que les digo, como para poder escribir, si ustedes quieren, una novela breve, la manera como ha estado hablando, que detrás de todo hecho social terrible, hay un hecho familiar y personal, que el me lo relató, un hogar que se preciaba de cristiano católico, un padre severo que le dio todo lo que le podía dar., porque tenía una buena posición social, le dio dinero, le dio educación, le dio todo lo que requería para realizar su vida en este mundo, pero no le dio dos cosas, me dijo él. "no me dio amor y no me dio su presencia". "No me dio amor,", y El Reino es de amor: "En esto conocerán todos que sois mis discípulos en que os améis los unos a los otros". Esa experiencia del Reino es la que quiere ver nuestro país. "No me dio su presencia". Y Jesucristo no nos vino a salvar de lejos. El
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Reino entró en esta historia humana corrupta, dañada, que atenta contra ese Reino. Él entró en la misma corriente y desde allí nos ha venido a levantar. Yo creo que eso es lo Dios quiere en estos momentos, que podamos nosotros de alguna manera tratar de entender y suplicar la presencia del Espíritu Santo para vivir a la luz y en la realidad de ese Reino.
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LOS DONES DEL ESPIRITU SANTO página 65-82 Hasta este momento, en nuestro estudio del Espíritu Santo nos hemos concentrado en su obra en el creyente individual. Primero recibe el cristiano el don o bautismo del Espíritu al comenzar la vida cristiana, luego busca apropiarse en forma continua y creciente de la plenitud del Espíritu, lo que da como resultado el fruto del Espíritu que va madurando paulatinamente en su vida. Los dones que consideraremos ahora también son dados al creyente individual pero tienen como finalidad el saludable crecimiento de, la iglesia. Al escribir respecto a la iglesia, los escritores del Nuevo Testamento con frecuencia contraponen su unidad y su diversidad. Ambas son obra del Espíritu Santo. La iglesia es una porque un solo Espíritu mora en todos los creyentes. La iglesia es diversa porque el único Espíritu distribuye dones diferentes a todos los creyentes. Así es que el don del Espíritu (que Dios nos da) crea la unidad de la iglesia, en tanto que los dones del Espíritu (que el Espíritu nos da) diversifican el ministerio de la iglesia. Podernos expresar la misma verdad con referencia a la gracia de Dios. La iglesia debe su unidad al charis (gracia) y su diversidad al charismata (dones de gracia). Podernos encontrar cuatro listas distintas de dones espirituales en el Nuevo Testamento. La más famosa aparece en 1 Corintios 12. De igual importancia es la de Romanos.12:18. Aparecen listas más cortas en Efesios 4:7-12 y en 1 Pedro 4:10-11. Partiendo de estos pasajes y otros intentaremos descubrir cuál es la naturaleza de los dones espirituales, cuántos son, su relación a los dones o talentos naturales, si son todos milagrosos, Cuáles están a nuestra disposición en estos tiempos, su alcance (a quiénes son dados), su fuente (de dónde provienen) y su propósito (para qué son dados). La naturaleza de los dones espirituales El mejor punto de partida es 1 Corintios 12:11-6, donde Pablo nos dice: Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo, y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos es el mismo.
El apóstol quiere recalcar que, aunque los dones sean diversos, el Dador es uno sólo. Afirma esta verdad tres veces, relacionando cada vez los dones a una distinta persona de la Trinidad ("el Espíritu es el misino", "el Señor es el mismo", "Dios es el mismo"). También usa tres palabras distintas para referirse a los dones en sí. Primero (v.4), son charismata, dones de la gracia
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de Dios. Segundo (v.5), son diakoniai de servicio. En tercer lugar (v.6) son energemata, o sea energías, actividades o poderes, que el mismo Dios inspira o energiza (energón) en cada uno. Luego hay "variedades” o "distribuciones" (diaireseis) de cada grupo. Juntando las tres palabras, quizás podríamos definir los dones espirituales como "ciertas capacidades, otorgadas por la gracia y el poder de Dios, que capacitan a las personas para un servicio correspondiente y específico". Por tanto, un don espiritual o charisma de por sí solo no es una capacidad, ni un ministerio ni un oficio o posición, sino la capacidad que hace que una persona sea apta para un ministerio o servicio. Dicho de forma más sencilla se, lo puede considerar ya sea corno un don y el trabajo en el cual se ha de ejercer, o una tarea y el don que capacita para realizarla. Estarnos listos, pues, para plantear ciertas preguntas respecto a estos dones que aumentarán nuestro entendimiento de su naturaleza. ¿Cuántos dones distintos existen? El interés de algunos cristianos se reduce principalmente a tres dones, es decir, "lenguas, profecía y sanidad”. Pero, por supuesto, hay más dones aparte de ese trío tan emocionante. He visto un libro, y también un folleto, intitulados Los Nueve Dones del Espíritu. Uno se da cuenta que el motivo del autor al limitar los dones a nueve es trazar un paralelo con las nueve partes del fruto del Espíritu, pero es un error restringir su cantidad de este modo. Claro que es cierto que se incluyen nueve dones en la primera lista registrada al comienzo de 1 Corintios 12. Pero también es cierto que la segunda lista al final del mismo capítulo incluye nueve, de los cuales sólo cinco coinciden con la lista anterior. Así que solamente en 1 Corintios 12 se mencionan catorce dones. Luego hay una lista de siete en Romanos 12 (cinco de los cuales no aparecen en las de 1 Corintios 12), una lista de cinco en Efesios4 (dos de los cuales no incluidos en los anteriores) y sólo dos dones en 1 Pedro 4, uno de los cuales ("si alguno habla”, v. 11) no ha sido mencionado en forma específica anteriormente. No es siempre muy claro, cuando tratamos de comparar las cinco listas, cual don corresponde a cual, pero es casi seguro que veinte o más dones distintos se mencionan en el Nuevo Testamento en total. Más aún, no hay razón para suponer que el total de estas cinco listas representa el catálogo definitivo y exhaustivo de todos los dones espirituales. Ya hemos notado que en las dos listas que aparecen en el mismo capítulo (1ª Co. 12) sólo cinco dones se repiten, por lo que cada una tiene cuatro que le son privativos. La lista de Efesios tiene dos no mencionados en Corintios. Ningún don aparece en las cinco listas, y trece de ellos aparecen en una sola. Su disposición parece casi cosa de azar, como si se quisiera llamar la atención al hecho de que cada lista es una selección de un total mucho mayor.
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Además, ¿acaso no sabemos por la historia y nuestra experiencia de dones que el Espíritu Santo ha dado a ciertas personas que no están incluidas en ninguna de las listas bíblicas? La habilidad de Carlos Wesley como escritor de himnos, ¿no es tanto, un charisma como el don de su hermano Juan corno evangelista? Y ¿qué diremos de cantantes evangélicos, poetas cristianos, y hombres y mujeres con dones espirituales sobresalientes (no puedo describirlos con otra expresión) en literatura cristiana, composición musical, radio y teledifusión? Sólo una de las listas incluye "evangelistas" ¿Debemos entender que este es un don "compréndelo todo” que deben reclamar todos los que están envueltos en alg una forma de evangelización? ¿Acaso nuestra experiencia con la variedad de dones evangelísticos dados por Dios no nos sugiere que quizás haya el don de evangelización por cruzadas, otro de evangelización en los hogares, otro de evangelización por contactos de amistad, otro de evangelización en encuentros casuales, otro de evangelización por enseñanza, otro por literatura, y muchos otros más? Me aventuro a sugerir que nuestro Dios, en esto de los dones, se muestra también como un Dios de diversidad rica y colorida, al igual que lo vimos en relación con experiencias de profundización espiritual. Nuestra tendencia humana es tratar de encajonar a Dios dentro de los confines arbitrarios de nuestros razonamientos limitados, de crear normas rígidas, inflexibles para aplicar a la experiencia y al ministerio. Pero el Dios de la creación quiso hacer, e hizo, una variedad casi interminable de criaturas fascinantes, y aun entre los seres humanos hay complicados patrones de tipos raciales y temperamentales. La Escritura nos sugiere que el Dios de la redención también es así. En un pasaje la sabiduría salvadora de Dios nos es pintada por Pablo como "multicolor” (polupoikilos, Ef. 3:10). La misma palabra, aunque ya sin el prefijo, se aplica respecto a su gracia en otorgar dones espirituales. Se nos insta a ejercitar los dones que liemos recibido "como buenos administradores de la multiforme (poikilos, jaspeada, matizada, variada) gracia de Dios" (1 P. 4:10). Se aplicaba la palabra al mármol, a las telas bordadas y a las alfombras orientales, por ejemplo. La gracia de Dios es como un tapiz muy labrado, y la rica diversidad de dones espirituales es como los muchos hilos de muchos colores que son entretejidos para. Formar la belleza del conjunto. Respondiendo a nuestra primera pregunta, "¿cuántos dones distintos existen?", debernos responder: Al menos veinte son específicamente mencionados en el Nuevo Testamento, y el Dios viviente que ama la variedad y es un dador generoso bien pudiera otorgar muchos, muchos más. Pablo recalca este punto con su repetición enfática al introducir el terna. Escribe que, como contraste a que es un solo Espíritu, hay diversidad de dones, diversidad de ministerios y diversidad de operaciones (1 Co. 12-4-6). La relación entre los dones espirituales y los talentos naturales
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¿Cuál es esta relación? Hay quienes de inmediato contestarían que ninguna, en tanto que otros escriben y hablan al respecto como si no hubiera diferencia digna de notarse entre los dos. Ambas posiciones son extremas. Alguna diferencia tiene que haber, puesto que el Dios de la creación y la providencia da talentos a todos los seres humanos (así podemos decir que alguien tiene un "don" artístico, o musical, o que fulano tiene una personalidad muy "dotada”), en tanto que el Dios de la nueva creación otorga "dones espirituales” sólo a su pueblo redimido. Son los dones espirituales los que distinguen a los miembros del cuerpo de Cristo entre sí, pues cada miembro del cuerpo tiene un don o función diferente. Sin embargo hemos de tener cuidado al extraer de tal hecho la conclusión de que no hay vínculo entre los dos. Hay varias razones que nos darán qué pensar. Primeramente, el mismo Dios es Dios de la creación y de la nueva creación, y opera a través de ambas su perfecta voluntad. Esta voluntad divina es eterna. Dios le dijo a Jeremías al llamarlo al oficio profético: "Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes de que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jer. 1:5). Pablo tenía la misma convicción respecto a sí mismo y a su vocación como apóstol. El Dios que había revelado a su Hijo en él era aquel "que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia" (Gá. 1:15, 16). Obsérvese que ambos pasajes contienen más que una simple referencia de tiempo en el sentido de que Dios sabía lo que les había de acontecer aun antes de su nacimiento. Lo que se afirma es que ya antes de sus nacimientos Dios los había consagrado o puesto aparte para el ministerio particular al que luego le llamaría. ¿Cómo no hemos de suponer que había algún tipo de vínculo entre las dos parles de su vida? ¿No estaría más de acuerdo con el Dios de la Biblia suponer que les dio dones antes de su llamado (acondicionamiento genético, según la terminología moderna) que surgieron y entraron en uso sólo después del llamado? Dios estaba activo en ambas partes de su vida, antes y después de su llamado, ajustando perfectamente la una con la otra. De modo similar, todos los escritores de la Biblia fueron primeramente preparados por la providencia de Dios en cuanto a su temperamento, crianza y experiencia, luego inspirados por el Espíritu Santo a fin de comunicar un mensaje que era enteramente apropiado al tipo de persona que eran. Si fuera a objetarse que lo que fue cierto de profetas y apóstoles no lo es necesariamente del cristiano común de nuestros días, tendría que contestar que las Escrituras sugieren lo contrario. Porque el benigno propósito de Dios para todos nosotros es eterno. Fue formado e incluso nos fue "dado en Cristo Jesús desde antes de la eternidad” (2 Ti. 1:9 BLA); Dios nos escogió para ser santos y nos predestinó para ser sus hijos por medio de Jesucristo "antes de la fundación del mundo" (Ef.1:4, 5); y las buenas obras para las que fuimos creados nuevamente en Cristo son justamente aquellas que 'Dios preparó de antemano". Esta verdad fundamental de que Dios ha planeado el final desde el principio debiera advertimos contra una discontinuidad demasiado fácil
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entre naturaleza y gracia, entre nuestra vida de antes y después de nuestra conversión. Hay una segunda razón para esperar un vínculo entre los dones naturales y los espirituales. Varios de los charismata no sólo no son milagrosos sino que están bien arraigados en este mundo. Son dones espirituales de naturaleza material. Quizás los más notables son los últimos tres de la lista que Pablo da en Romanos 12: El que da, con liberalidad; el que dirige (o presta auxilios), con diligencia, el que muestra misericordia, con alegría (12:8 BLA).
No podemos dudar que estos entran en la categoría de charismata. La palabra misma aparece en el v.6. Y la lista está encuadrada dentro de la misma metáfora de "un cuerpo, muchos miembros” de 1 Corintios 12. Y tus siete dones de Romanos 12 son catalogados en forma casi idéntica. . ¿Qué son pues estos últimos tres dones? El del medio es algo ambiguo en el griego pues puede significar tanto "el que presta auxilios” (margen de BLA) como "el que dirige o preside” y es usado en este sentido en 1 Tesalonicenses 5:12 y 1 Timoteo 5:17 de líderes y presb íteros de la iglesia. Pero no hay ambigüedad en lo que se refiere a los otros dos dones. Uno, "el que da", se refiere a dar dinero y se utiliza específicamente en Efesios 4:28 en el sentido de “compartir" con los necesitados. El otro es "el que muestra (o actúa con) misericordia". Pero indudablemente los que no son creyentes pueden dar (y dan) dinero a los necesitados y muestran misericordia. ¿En qué sentido, pues, podernos decir que, estos dones son “espirituales" concedidos por Dios exclusivamente a su pueblo? Dudo mucho que uno de los dones espirituales en cuestión fuera una repentina e inesperada abundancia de dinero luego de la conversión. No. Pienso que estaremos todos de acuerdo que el con qué (dinero para dar, fuerza para ayudar, etc.) ya estaría presente antes de la conversión de esta gente. De manera que lo nuevo, lo que convierte su dotación natural en un don espiritual estará relacionado con el objetivo (las causas a las que sirven y a las que dan) y el motivo (los incentivos que los guían). Al me nos es aquí en estos aspectos donde Pablo coloca su énfasis principal. Nos dice que no debe haber una disposición de ánimo renuente o de, mala gana. El dador del dinero ha de ejercitar su don "con liberalidad" (v.8) y el que muestra misericordia, ha de hacerlo "con alegría". Un vínculo bastante similar (entre los talentos de antes de la conversión y los dones de después) quizá exista también en los dos charismata anteriores que Pablo menciona en Romanos 12: "el que enseña" (v.7) y "el que exhorta” (v.8). Ya sabernos lo que significa enseñar. Pero el verbo traducido "exhortar", parakaleo, tiene diversos sentidos que van desde "rogar” y "suplicar” hasta "alentar", confortar", y "consolar". Ambos quizás tengan que ver con distintos aspectos de un ministerio de oratoria pública: instrucción por un lado y exhortación por el otro. Por cierto que se puede dar "exhortación"
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(paraklesis) en un discurso formal (Hch. 3:15) y por escrito (Heb. 13:22). Sin embargo, paraklesis es un concepto más amplio e incluye, el tipo de aliento y consuelo que surgen de una amistad personal, de simpatía, de amor. Peto la gente que no es cristiana también da instrucción y aliento. En el mundo secular encontramos a muchos que, decimos, son maestros natos, y otros cuyo gran don es su comprensión, su accesibilidad, su sensibilidad en virtud de lo cual pueden alegrar a la gente y alentarles en su camino. ¿Cuál es entonces, nuevamente, la diferencia entre el ejercicio cristiano y el no cristiano de estos dones? En vista de lo que ya escribimos anteriormente en cuanto al Dios de la naturaleza y el de la gracia, ¿no es a priori improbable que Dios diese el don espiritual de enseñar a un creyente que antes de su conversión no podía ni enseñarle a una mosca, o un don de aliento y consuelo a un hermano o hermana que por temperamento no es simpático ni cariñoso? No es imposible para Dios. Pero ¿no concuerda más con el Dios de la Biblia, cuyos planes son eternos, suponer que sus dones espirituales encajan con sus dotes o talentos naturales? ¿Y que (por ejemplo) un "hijo de consolación» como Bernabé (Hch. 4:36) que ejercitaba su ministerio particular tanto por generosidad en el dar (v.37) y por su amistosidad personal (Hch. 9:26, 27; 11:25, 26) ya era ese tipo de persona, al menos en potencia, por nacimiento? En este caso hemos de buscar los aspectos especiales que, caracterizan y diferencian a los dones espirituales de enseñanza y aliento en el ensanchamiento, la intensificación, la "cristianización” de un don natural ya presente, o al menos latente, en la persona. Así veríamos a una persona que es un maestro muy dotado antes de su conversión, al que se le da luego el charisma de enseñar para habilitarlo para que exponga la palabra de Dios con lucidez, claridad y pertinencia, o quizás sea una persona muy simpática, por naturaleza, y luego de su conversión se le da el don espiritual del "aliento" o "consuelo” para capacitarlo en el ejercicio de un ministerio específicamente cristiano de "consolación en Cristo” (Fil. 2:1), tanto por su instrucción cristiana (1 Te.4:18,- Tit. 1:9) como por el calor y la fuerza de su fe cristiana (Ro. 1:12). En todas estas últimas referencias aparece la palabra parakalêo o paralêsis. Concluimos pues que la evidencia bíblica nos advierte que no tracemos una distinción demasiado rígida entre los dones naturales y los espirituales. En su gran obra del siglo XVII, Pneumatología or A Discourse Concerning the Holy Spirit (una plática sobre el Espíritu Santo), Juan Owen hace esta distinción entre dos tipos de don espiritual: “ta les que exceden todos los poderes y facultades del pensamiento del hombre” y “tales que consisten en mejoras extraordinarias de las facultades de la mente del hombre”
¿Son milagrosos todos los dones espirituales?
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Algunos se ven sorprendidos por la pregunta, porque nunca les había ocurrido que todos los charismata implicaban un milagro. Pero debemos plantearla pues hay ahora quienes dan la impresión de que la palabra “carismático” es más o menos sinónimo de “milagroso”. Nuestra respuesta a la pregunta tiene que comenzar con la repetición de lo dicho ya: que algunos dones, lejos de ser milagrosos, parecen ser muy "de todos los días”, incluso hasta prosaicos. No hay nada de milagroso en los dones de enseñar, alentar y consolar, dar dinero y mostrarse misericordioso. Ni hay razón de las propias palabras, para que supongamos que "palabra de sabiduría”, "palabra de ciencia" o fe (1 Co.12:8, 9) forzosamente sean o tengan que incluir milagros. La interpretación más natural sería que se refieren a una dotación especial de sabiduría y conocimiento (junto con el don de expresarlos) y un don especial de fe, no por supuesto para justificación o santificación, sino para algún tipo especial de ministerio. Como ejemplo del Antiguo Testamento, vemos que a Salomón le fue otorgado el don de la sabiduría; a los héroes de Hebreos 11 se les dio el de la fe. Tanto Pablo como Pedro llaman don espiritual al "servir" (Ro. 12:7; 1 Pe. 4:11). Usan un verbo común, diakonêo, que puede referirse a cualquier tipo de ministerio, sea pastoral o (con mayor probabilidad) práctico. Ho diakonôn es el camarero que sirve las mesas (Lc.22:26 y sig.), y se usa la misma palabra respecto a las tareas domésticas de Marta (Lc.10:40). Pablo también hace atención en 1 Co.12:28 de dos charismata que la versión Reina-Valera traduce “los que ayudan” (antilempseís) y “los que administran” (kuberneseis). La primera palabra solamente aparece aquí en el Nuevo Testamento y se traduce correctamente "ayudas" o,'quizás actos de ayuda”. Parece ser otra de esas, palabras bastante generales como “servicio”. Por otra parte, kuberneseis quiere decir "administración", y Amdt-Gingrich agrega que “el plural indica pruebas de idoneidad para ocupar posición de liderazgo en la iglesia". Otra palabra con la misma raíz, kubernetes, significa "timonel”, "piloto”, e incluso "capitán" de un barco (Hch.27:11) y se aplicaba metafóricamente en el griego clásico a personas en posiciones de liderazgo, como el gobernador de una ciudad. Kubernesis pareciera ser, pues, el don de guiar o gobernar a otros, incluyendo quizás la capacidad organizativa de tomar la responsabilidad por alguna parte del programa de la iglesia, o la conducción de una reunión que modera las deliberaciones con sabiduría. ¿Qué pues de los dones milagrosos? "El hacer milagros” y “los que hacen milagros" por definición caen en esta categoría, así como lo hacen probablemente "dones de sanidades” y “los que sanan", junto con "diversos géneros de lenguas”, y la "interpretación de lenguas" (1 Co.12:9, 10, 28,29). Dando por supuesto que estos son dones milagrosos, ¿son otorgados en estos tiempos? Es extraño que la gente sea tan rápida para tomar posiciones a uno y otro lado del punto en discusión, contestando "si' o "no” sin preguntar primeramente si no hay una doctrina bíblica de los milagros a la luz de la cual
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pueda ser considerado y contestado el interrogante. Porque me aventuro a opinar que tanto un sí como un no ubican posiciones extremas. De hecho, un ¡No! dogmático, acompañado por el comentario “los milagros no ocurren en estos tiempos" o (peor aún) "no ocurren milagros”, es una posición que un cristiano bíblico hallará imposible sostener. El Dios en el cual creemos es el Creador soberano y libre del universo. Sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Toda la naturaleza le está subordinada. Y no sólo puede hacer milagros sino que los ha hecho. ¿Quiénes somos nosotros para circunscribir su poder y decirle qué es lo que puede o no puede hacer? Pero la posición opuesta es igualmente insostenible. En su forma más extrema es la creencia de que casi todo lo que Dios, hace es milagroso. Pero por definición un milagro es un acontecimiento extraordinario, una desviación creativa de las formas naturales y normales en que Dios opera. Si los milagros fuesen cosa de todos los días, dejarían de ser milagros. Sin embargo hay cristianos que sólo ven la actividad de Dios en lo milagroso, lo han convertido en una especie de mago. De allí la necesidad urgente de que todos nosotros comprendamos la revelación bíblica de un Dios viviente que actúa primordialmente en lo natural, no lo sobrenatural, en la historia, no en los milagros. Es el Dios altísimo, que tiene el dominio en el reino de los hombres" (Dn.4:32), a quien “las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo” y “que hace desaparecer las islas como polvo" (Is.40:15), el que "es el juez; a éste humilla, y a aquel enaltece” (Sal.75:7). Es él quien "hace salir su sol” y "hace llover" (Mt.5:45), quien mantiene el ritmo de las estaciones (Gn.8:22; Hch.14:17), quien rige “la braveza del mar" (Sal.89:9), quien alimenta a las aves del cielo y viste las flores del campo (Mt.6:26,30), y tiene la vida del hombre en su mano (Dn.5:23). Una vez que vemos al Dios viviente operando incesantemente a través de los procesos de la historia y la naturaleza, empezaremos a darnos cuenta (por ejemplo) que todo sanidad es sanidad divina sea con el uso de medios sicológicos, físicos o quirúrgicos, o sin ellos. A este último bien se le puede denominar “sanidad milagrosa", en tanto que lo anterior no es milagroso, pero ambos son “sanidad divina" por igual. Una forma menos extrema de esta posición es sostener que aunque todo lo que Dios hace no es milagroso, quiere que los milagros sean parte tan integral de nuestra vida y ministerio cómo lo fueron de la vida y ministerio del Señor Jesús. Tal posición no puede ser sostenida por los que deriven su doctrina de los milagros de las Escrituras. Pues aunque la Biblia contiene cierto número de relatos de milagros, no es exclusivamente un libro de milagros al igual que el Dios de la Biblia no es exclusivamente un Dios de milagros. Hay grandes extensiones de historia bíblica que no registran milagro alguno. Se dice de Juan el Bautista, de quien Jesús afirmó que era el más grande de la antigua dispensación, que no llevó a cabo ninguna señal o milagro (Jn.10:41). En realidad cuando tratarnos de ubicar dónde están localizados los milagros bíblicos, vemos que se agrupan en las Escrituras
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como constelaciones en el cielo nocturno. Primero se agrupan alrededor de Moisés (las plagas de Egipto, el cruce del Mar Rojo, el maná, el agua, etc.), luego alrededor de Elías, Eliseo y los profetas, en tercer lugar alrededor del Propio Señor Jesús y por último alrededor de los apóstoles. ¿No son estas las épocas principales de la revelación: la ley, los profetas, el Señor, los apóstoles? Y el principal propósito de estos milagros sin duda fue autenticar cada nueva etapa de revelación. Por ejemplo, la singularidad de Moisés corno profeta (a quien conocía Jehová "cara a cara") fue confirmada por la singularidad de sus milagros ("nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer”) (Dt. 34:10,11). De modo semejante, el ministerio del Señor Jesús fue "aprobado por Dios... con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo… por medio de él” (Hch.2:22). Dios también dio testimonio al mensaje de los testigos presenciales apostólicos "con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad” (Heb. 2:3,4). Por esto, es correcto referirse al libro de Hechos como “los Hechos de los Apóstoles", pues todos los milagros que Lucas registra en el libro fueron ejecutados por los apóstoles (comp. Hch.2:43. 5:12). Las dos únicas excepciones eran hombres que habían sido expresamente designados por la imposición de manos de los apóstoles (Hch.6:8; 8:6,7). También los milagros de Pablo fueron descritos por él como “las señales de un verdadero apóstol" (2 Co.12:12 BLA). ¿Cuál ha de ser nuestra respuesta a los supuestos milagros de nuestros tiempos? No debe ser una incredulidad obtusa (“ya no ocurren milagros”) ni una ingenuidad falta de crítica (“¡por supuesto que ocurren milagros todo el tiempo!"), sino más bien un espíritu interrogante y abierto: "Supongo que los milagros no son cosa de todos los días, Pues ya está completa la revelación que autenticaban; pero dado que Dios es soberano y que dios es libre, bien pudiera ser que surgieran situaciones particulares en los que le plazca hacerlos”. ¿Nos son dados todos los dones espirituales bíblicos en estos tiempos? Ya hemos sugerido que las cuatro listas bíblicas no son exhaustivas, y que podría haber dones espirituales ahora que no están incluidos en ninguna. Ahora debemos recalcar el punto opuesto, de que no todos los veinte o más dones que sí están listados están ahora a nuestra disposición. Dejando a un lado los dones milagrosos, que ya hemos considerado, enfoquemos la cuestión de si hay "apóstoles" y "profetas” en la iglesia de hoy. Tal cosa se da por sabida entre los que parten de la presuposición de, que todos los charismata mencionados en el Nuevo Testamento siguen vigentes hoy. Tales cristianos dicen que no hay evidencia bíblica alguna de que tales dones fuesen "retirados de circulación”. Por el contrario, hay evidencia de justamente aquello de lo cual dicen que no la hay. La palabra "apóstol" probablemente se aplique en tres sentidos en el Nuevo Testamento. Solamente en un texto se aplica a todos los cristianos, allí
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cuando Jesús dijo que "el enviado" (apostolos en griego) no es mayor que él que lo envió (Jn.13:16). En el sentido general de que todos nosotros somos enviados al mundo por Jesucristo y compartimos en la misión apostólica de la iglesia (Jn.17:18; 20:21), todos nosotros somos, en el más amplio sentido, apóstoles. Pero ya que esto se Puede aplicar a todos los cristianos, no es el charisma dado sólo a algunos. En segundo lugar, se usa la palabra al menos dos veces para describir "apóstoles de las iglesias" (2 Co.8:23, Fil.2:25), o sea mensajeros enviados con recados especiales de una iglesia a otra. En este sentido podría aplicarse la palabra a misioneros y otros cristianos enviados en misiones especiales. Pero está muy claro que éste no es el sentido que lleva el charisma "apóstol”. Porque lo que se nota de inmediato de las dos listas donde aparece "apóstol” es que en ambas ocasiones las encabeza (1 Co.12:28,29 Ef.4:11), y que en la lista de Corintios los primeros tres están numerados (“primeramente… luego... tercero") dando el número uno a “apóstoles". Este don del apostolado al cual se le da primer lugar tiene que referirse, pues, a aquel grupo pequeño y especial de hombres que fueron "apóstoles”. Este don del apostolado al cual se, le da primer lugar tiene que referirse, pues, a aquel grupo pequeño y especial de hombres que fueron "apóstoles de Cristo", formado por los doce (Lc.5:12,13) junto con Pablo (V.Gá.1:1), probablemente Jacobo (Santiago) el hermano del Señor (Gá.1:19) y posiblemente uno o dos más. Eran singulares por haber sido testigos oculares del Jesús histórico, en especial del Señor resucitado (Hch.1:21,22-, 1 Co.9:1, 15:8,9), por haber sido personalmente designados y autorizados, por Cristo (Mr.3:14; Hch.9:5, 15, 16), y por ser especialmente inspirados por el Espíritu Santo para su ministerio de enseñanza (Jn.14:25,26; 16:12-15). En este sentido primario en que aparecen en las listas no tienen sucesores, por definición, aunque sin duda hay "apóstoles" hoy en el sentido secundario de "misioneros". Y ¿qué de los profetas? Indudablemente muchos han afirmado tener inspiración profética a través de la historia de la iglesia. Pero, ¿son auténticas tales afirmaciones? Depende mucho de nuestra definición de, "profecía" y "profeta". Desde los tiempos del Antiguo Testamento, lo que entiende la Biblia es que el profeta es portavoz de la revelación divina, a quien venía la palabra del Señor, y quien, por tanto, hablaba las propias palabras de Dios (Ex.4:12; 7:1,2; Jer. 1:4 -9, 23:16, 18, 22,28). En tal sentido de la palabra, que es el sentido bíblico esencial creo que debemos decir ya no hay profetas pues la auto revelación de Dios se completó en Cristo y en el testimonio apostólico a Cristo, y a tiempo que se cerró el canon de la Escritura. Más aún, "profetas" viene en el segundo lugar de las listas efesias y corintias ya mencionadas, y "apóstoles y profetas” son puestos aparte en varios textos donde se, dice de ellos que son "el fundamento” (por su enseñanza) sobre el cual está edificada la iglesia (Ef.2:20; 15). Un conocimiento elemental de la construcción arquitectónica bastará para que sepamos que una vez que se han echado los cimientos, el fundamento, de,
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un edificio y se estén levantando las paredes, ya no pueden volver a ponerse los cimientos o el fundamento. De manera que en este sentido primario de "profetas", como vehículos de la revelación nueva y directa de Dios, tenemos que decir que este charisma ya le es otorgado. Ya no hay quien se atreva a decir en la iglesia "Vino a mí la palabra del Señor diciendo. . . “o "Así dice el Señor… " Sin embargo, se ha argumentado que "profeta" se puede usar en otros sentidos menores. Hay quien piensa que puede, haber hombres hoy como el profeta Agabo (Hch.11:28; 21:10,11), cuya función no fue de agregar a la revelación sino de predecir acontecimientos futuros. Esto es posible. Pero la historia de la iglesia y mi experiencia personal me hacen ser cauto al respecto. Nada contribuyó más a desacreditar a Eduardo Irving y su "Iglesia Apostólica Católica” a principios del siglo pasado que las profecías no cumplidas de sus profetisas. Mis propias observaciones me confirman al respecto pues yo mismo he escuchado varias predicciones no cumplidas que llevaron a los interesados a la deshonestidad o la desilusión. Pero también hay quienes sugieren que un ministerio profético es uno que interpreta acontecimientos políticos o comenta ternas sociales de actualidad (como hacían los profetas del Antiguo Testamento), pero es difícil aislar este aspecto de su obra de su inspiración divina. Otros incluso interpretan este don de la profecía como el don de exponer o predicar las escrituras, o sea “edificación, exhortación y consolación” (1 Co.11:3). Así es que escribiría Abraham Kuyper: "por profecía Pablo quiere' decir predicación animada, en la cual el predicador se siente animado e inspirado por el, Espíritu Santo". Pero todas estas interpretaciones no alcanzan a llegar a la altura del Punto de vista bíblico de la profecía. En las Escrituras el profeta no es primordialmente el que predice el futuro, ni el comentarista político, ni aun el que trae un mensaje de aliento, sino que es vocero de Dios y medio para una nueva revelación. Pareciera ser en tal sentido que Pablo reúne los términos "apóstoles y profetas" como los más importantes de todos los charismata (Ef.2:20; 3:5; 4:11; 1 Co. 12:28); y e n ese sentido (dígase lo que se diga de los sentidos y ministerios subordinados) debemos decir que ya no existen en la iglesia. Dios enseña en la iglesia de hoy no por revelación nueva sino por la exposición de su revelación ya completada en Cristo y en las Escrituras. La palabra “carismático” Hemos examinado la naturaleza de los charismata, Y hemos estado planteando y respondiendo a ciertas preguntas relacionadas al término. Y esto me lleva a hacer valer una protesta suave contra varios usos equívocos del adjetivo "carismático" que tergiversan la naturaleza de los charismata. Ciertos teólogos contraponen las palabras "carismático" e "institucional” cuando hablan del ministerio cristiano. Denominan “institucionales” a los
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pastores y enseñadores, (así como a obispos y presbíteros) en tanto que los "profetas” serían "carismáticos”; los primeros por ser designados por las iglesias y los segundos por serlo directamente por Dios. Esta es una falsa distinción, al menos parcialmente. Es verdad que los "apóstoles y profetas" eran llamados por Dios sin la autorización formal de la iglesia. Pero de cualquier manera la iglesia no tiene el derecho de designar a quien no haya sido llamado por Dios. Según las Escrituras los pastores y maestros son tan "carismáticos” como los profetas” (Ef. 4:11), y no debiera ser nombrado por la iglesia para ocupar una posición quien no haya ya sido llamado y dotado por Dios. Jamás contempla el Nuevo Testamento una anomalía tan grotesca corno la de que un hombre ocupe un ministerio sin poseer el charisma que lo califica para el mismo. Juan Owen lo expresa admirablemente: "La iglesia no posee, la facultad de llamar a una persona para que ejerza el ministerio cuando Cristo no la haya antecedido en la designación de tal persona dotándola con los dones Podríamos continuar diciendo, por ejemplo, que el Nuevo Testamento no distingue entre "el don de enseñar" y "el don de maestro o enseñador” (1 Co. 12:28-, Ro. 12:7; Ef.4:1 l). El charisma es combinación del oficio y del don para ejercerlo. Se ha puesto de moda en los últimos años que los periodistas escriban de líderes "carismáticos", o de políticos o artistas con "carisma”. Su uso de la palabra parece denotar una mezcla de genio y encanto personal. Esa figura "carismática”, tiene una personalidad que destella. Pero no podernos justificar que se aplique la palabra a luminadas del mundo que no confiesan a Jesús como Señor. Contribuye también a la falsa impresión de que todos los charismata neotestamentarios son dones espectaculares, en tanto q ue hemos visto que hacer a escondidas actos de misericordia, generosidad y administración puede ser igualmente "carismáticos" en el verdadero sentido bíblico. Tercero, tenernos el “movimiento carismático” contemporáneo al cual ya nos hemos referido. En cuanto a mí concierne, uso esta expresión corno gesto de cortesía hacia quienes lo prefieren sobre otra denominación; pero lo hago con renuencia, porque me parece que conduce a serios equívocos. Es aplicar a un grupo de cristianos en la iglesia un epíteto que es propio de la iglesia toda. La iglesia en su totalidad es una comunidad carismática. Es el Cuerpo de Cristo, cuyos miembros funcionan como resultado de sus dones (charismata). El alcance de los dones espirituales: ¿a quién son dados? Habiendo ya tratado de definir lo que son los dones espirituales en su rica variedad, su relación con los talentos naturales, Y su inclusión de elementos tanto comunes como sensacionales llega el momento de inquirir respecto a su distribución. ¿A quiénes son dados? Nuestra respuesta inmediata ha de ser que Si es que hay una amplia diversidad de dones, también habrá una amplia distribución. Los charismata no son prerrogativa de unos pocos
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selectos. Al contrario, el Nuevo Testamento nos da base para afirmar que todo cristiano tiene al menos un don espiritual o capacidad para el servicio, por más dormido e inutilizado que tenga tal don. Las evidencias que respaldan esta afirmación son dos. Primeramente, todos los cuatro capítulos donde están enumerados dones espirituales contienen afirmaciones directas en tal sentido: Digo a cada uno de vosotros... que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada quien…Siendo que tenemos diferentes dones, usémoslos (Ro. 12:3-6 BLA). Pero t odas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere (1 Co. 12:11) Pero a cada uno de nosot ros fue dada la gracia conforme a la medida del don Cristo (Ef. 4:7)
Según cada uno ha recibido un don... usadlo, sirviéndoos los unos a los otros, como buenos administradores de la infinita gracia de Dios (1 Pe. 4:10 BLA).
Las palabras en letra bastardilla en cada verso son en el original pas o hekastos que se traducen todos, cada Lino o cada quien. Ciertamente es notable observar que los dones, más aun que ser distribuidos ampliamente, son universales. En segundo lugar, tenemos la metáfora del cuerpo, la representación favorita de Pablo de la iglesia como cuerpo de Cristo. La iglesia se asemeja al cuerpo humano en que arribos son sistemas coordinados que consisten de muchos miembros, cada cual con una función distintiva. Es significativo que en los tres pasajes donde Pablo se refiere a los dones espirituales (Ro.12, 1 Co.12 y Ef.4) desarrolla esta metáfora del cuerpo. Pareciera que a su forma de ver no se pueden separar los charisma del cuerpo de Cristo. Y en dos de las tres exposiciones, está muy claro cuál es el vínculo entre ellos. Por un lado su argumento es que, al igual que en el cuerpo humano, en el cuerpo de Cristo cada órgano o miembro tiene, alguno función; por el otro, lo acompaña con el concepto de que cada uno tiene una función diferente. Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, también nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los ot ros. Entonces, siendo que tenemos diferentes dones según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos. (Ro.12: 4-6 BLA ). Porque as í como el cuerpo es uno, y, sin embargo, tiene much os miembros, y todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, as í también en Cristo…Porque el cuerpo no es un miembro, sino muchos…Ahora bien, vos otros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él (1 Co.12:12, 14, 27 BLA).
Es fundamental a la doctrina neotestamentaria de la Iglesia este hecho de que cada cristiano tiene un don (y por tanto una responsabilidad) y que a
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nadie se le deja de lado sin ser dotado. También debiera transformar la vida de los cristianos y de las iglesias. Pues la imagen tradicional de la iglesia local es la de un pastor recargado de trabajo, ayudado quizás por un pequeño núcleo de obreros dedicados, donde la mayoría de los miembros contribuye Poco o nada a la vida y obra de la iglesia. Más bien nos trae a la mente el cuadro de un ómnibus (donde hay un conductor y muchos pasajeros soñolientos) que de un cuerpo (donde todos los miembros son activos y cada uno contribuye a la salud y efectividad del conjunto con una actividad particular). Realmente no tengo duda alguna que esta falsa imagen de la iglesia es una de las principales razones del crecimiento del "movimiento carismático". Este movimiento es una protesta contra el clericalismo (supresión del laicado por los clérigos, pastores y ministros) y una súplica para que se libere al laica do (los miembros comunes de la iglesia) para que ocupen las posiciones de liderazgo responsable para las cuales Dios, los ha dotado. Muchas iglesias locales (y especialmente sus pastores) se quejan que a la congregación le falta un liderazgo laico capacitado. Esta es la excusa más corriente que justifica el intentar poco y el preservar el firme control del pastor sobre lo poco que sí se intenta. Pero la Escritura se dirige a cada iglesia local con las mismas palabras que usó Pablo con los corintios: "Sois el cuerpo de Cristo". En este punto difieren la Escritura y las apariencias. Las apariencias nos indican que la congregación carece de dones, en tanto que la Escritura dice: "¡Tonterías! No puede ser. Sois el Cuerpo de Cristo". Tal conflicto entre la palabra de Dios y la evaluación del hombre puede precipitar una crisis de fe. Si le tomarnos a Dios, la palabra, nos vernos comprometidos a creer que él ha dotado, o al menos quiere dotar, cada iglesia local con todos los dones que necesita Para Su vida, salud, crecimiento y obra. Nuestro deber es orar que Dios levante obreros dotados; estar constantemente a la expectativa de dones que pudieran estar o conscientemente sepultados o inconscientemente descuidados; alentar a las personas para que ejerciten los dones que Dios les ha dado (Ti.4:14; 21 Ti.1:6); y asegurar que tengan la oportunidad de hacerlo. Por supuesto que hay lugar para los voluntarios que ofrezcan sus servicios; pero es más saludable y más bíblico que quienes sobreveen la iglesia estén alerta a las formas en que Dios equipa y llama a su pueblo a servir. Estuve en el Congreso Europeo sobre la Evangelización, celebrado en Ámsterdam en 1971, y recuerdo cómo me impactó una sabia palabra de Ja n van Capelleveen, periodista, radiodifusor y secretario de información de las Sociedades Bíblicas Holandesas. Sugirió que hiciésemos "un inventario de las oportunidades espirituales y de los dones espirituales de la iglesia local". Es decir, que un grupo de cada iglesia se tome el trabajo y la molestia de considerar cuál es la obra a la cual Dios les está llamando y qué recursos les ha dado (o les tendría, que dar) para llevarla a cabo. Esta identificación de las nietas, y este apareamiento de recursos con metas quizás sean principios elementales en la administración de negocios moderna; ¡pero la Biblia los
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enseñó mucho antes de que jamás se pensase en estudios de administración! De todas formas, hay pocas cosas que tengan más probabilidades de éxito en liberar a una iglesia local del clericalismo o de promover la movilización de su membresía que el reconocimiento de las sencillas verdades bíblicas de que la iglesia es el cuerpo de Cristo y que cada miembro del cuerpo tiene una función que cumplir. Como ya hemos visto, es en este sentido que toda la iglesia es una "comunidad carismática", pues cada miembro de la comunidad tiene un charisma, y, en algunos casos, más de uno. La fuente de los dones espirituales: ¿De dónde provienen? Hemos definido la naturaleza diversa y la amplia distribución de los charismata. Debemos ahora recalcar que provienen de Dios. Los dones espirituales son dones de Dios. El Nuevo Testamento expresa esta verdad de, diversas maneras. Primeramente, los dones espirituales son dones de la gracia de Dios. Las palabras griegas en sí lo indican claramente. Los charismata son dotaciones de charis, es decir, del favor inmerecido de Dios. Consideremos los siguientes textos: Siendo que tenemos diferentes dones (charismat a) según la gracia (chari s) que nos ha sido dada, usémoslos (Ro.12:6 BLA). Pero a cada uno de nos otros fue dada la gracia (charis) c onforme a la medida del don (dorea) de Cristo (E f.4:7). Según cada uno ha recibido un don (charisma) usadlo sirviéndoos los unos a los otros como buenos administradores de la infinita multiforme gracia (charis) de Dios (1 P. 4: 10 BLA).
Si hemos de sentir toda la fuerza de esta verdad, será necesario recordamos que la palabra charisma no se aplica en el Nuevo Testamento no sólo a los dones espirituales, sino también a la salvación. Por ejemplo, “ la paga del pecado es muerte, más la dádiva (charisma) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Ro.6:23). Estamos acostumbrados a atribuir nuestra salvación
a la sola e inmerecida misericordia de Dios, y ¿qué mejor que esto para hacemos humildes? Pero los charismata que nos son dados para el servicio son tanto una concesión libre e inmerecida de Dios como el charisma de la vida eterna. De manera que tampoco aquí queda lugar para la jactancia o la envidia. En segundo lugar, los dones espirituales son dones del Espíritu de Dios. El capítulo 12 de 1 Corintios comienza literalmente con estas palabras: "Ahora referente a los espirituales” o "concerniente a las cosas espirituales" (peri de tón pneumatikôn). Y aunque la Reina Valera lo traduce "acerca de los dones espirituales", notaremos que la palabra no es charismata. Quizás Pablo usó esta expresión menos definida con toda intención porque continuará escribiendo de la obra del Espíritu en varias esferas, al iluminar nuestras mentes para confesar a Jesús como Señor (v.3) y al unimos al cuerpo de
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Cristo cuando somos bautizados con él y bebemos de él (v. 13), a la vez que al dotarnos con dones espirituales. Las frases “el Espíritu", "el Espíritu de Dios", "el Espíritu Santo”, "el mismo Espíritu", "el único Espíritu”, "uno y el mismo Espíritu” y "un Espíritu” aparecen un total de once veces en los primeros trece versículos. Queda pues fuera de toda duda cuál es, el énfasis del apóstol al respecto. Sin embargo, en los versículos 4 al 6 (como ya se subrayó anteriormente) hay una referencia deliberada a las tres personas de la trinidad: “el Espíritu es el mismo”, “el Señor es el mismo”, “es el mismo Dios”. Vemos también que en romanos 12 Dios es el autor de los dones espirituales, en tanto que el Cristo ascendido, cabeza de la Iglesia, es quien da "dones a los hombres" en Efesios 4:7-11. Esto pareciera darnos a entender que, si bien el Espíritu Santo es el ejecutor de la voluntad de¡ trino Dios y lo que Dios hace en estos tiempos lo hace por su Espíritu, no debemos atribuir los dones exclusivamente al Espíritu, sino más bien recordar que las tres personas de la Trinidad son los dadores. Tercero, los dones espirituales son dones de la voluntad sobera na de Dios. En Efesios 4 Cristo es representado en su ascensión cual si fuera un general victorioso que viene al frente de una multi tud de prisioneros repartiendo dones del botín. Los dones son gratuitos y su "dar» es soberano. 1 Corintios 12:11 lo reafirma diciendo: "uno y el mismo Espíritu distribuyendo individualmente a cada quien según la voluntad de él” (BLA). Es cierto que se nos permite, más aún, se nos manda, desear “los mejores dones” y desearlos "ardientemente” (1 Co.12:31 BLA). Es de suponer que este deseo ardiente se relaciona con "la medida de fe que Dios repartió a cada uno" (Ro.12:3), y se nos alienta en las Escrituras a que oremos pidiendo un aumento de nuestra fe. Sin embargo la distribución de dones no está en nuestra voluntad sino en la voluntad soberana del mismo Espíritu Santo. Así es que los charismata se originan en la benigna voluntad de Dios, y son otorgados por él a través del Espíritu Santo. El apóstol se explaya extensamente en las consecuencias de esta verdad (1 Co.12:14-26). Argumenta que si el Espíritu Santo distribuye dones espirituales de acuerdo con su benigna y sobera na voluntad, luego no hay justificación posible ni para la envidia ni para la vanidad. ¿Cómo podríamos despreciar nuestro propio don y ver con envidia los de otros si Dios nos ha dado nuestro don según su gracia y voluntad? De igual manera, ¿cómo podríamos menospreciar los dones de otros, comparándolos desfavorable mente con el nuestro, si los dones de ellos les han sido dados por su gracia y voluntad? Consideremos cómo maneja los problemas opuestos de la auto desestimación y de la auto importancia. Primeramente, la autodesestimación (v.15-20). Con vivacidad casi humorística pone palabras en la boca de las diversas partes del cuerpo
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humano. El pie no debe decir: "¡Obsérvenme! No sirvo para nada. No puedo levantar las cosas y hace maniobras complicadas como esa mano tan versátil. Soy sólo un viejo y torpe pie". Tampoco debe menospreciarse el oído, diciendo: ¡véanme! Tampoco sirvo para nada. No puedo ver ni las formas ni los colores. Soy ciego. Todo lo que hago es escuchar ruidos”. Pero tales palabras son necias y no significan que por eso dejan de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera un gran ojo, ¿cómo oiríamos? Y si fuera un sólo colosal oído, ¿qué de nuestro sentido del olfato? No. El cuerpo necesita oír tanto como ver, y olfatear tanto como oír. De manera que Dios ha dispuesto los órganos en el cuerpo "según le agradó”. Si no lo hubiese hecho, no habría cuerpo. Pero como está, "hay muchos miembros, pero un solo cuerpo". De manera que ningún miembro tiene razón para desestimarse. El pecado de la autoimportancia (v.21-26) es justamente lo opuesto. El ojo no puede menospreciar la mano o despacharla despreciativamente, diciendo: "No te necesito. Eres sólo una mano. Es cierto que puedes tomar cosas y sostenerlas. Pero en verdad eres inútil pues no puedes ver». Tampoco la cabeza ha de mirar a los pies desde su altura superior y decirles con jactancia: "No los necesito. Sólo son un par de patones viejos en alpargatas. Ya sé que se pueden mover torpemente de aquí para allá. Pero yo soy el cerebro. Yo albergo todo el sistema nervioso central. Yo pienso, planifico y decido. Me las arreglo perfectamente sin uste des”. Pablo no sólo descarta esta clase de parloteo condescendiente, sino que lo contradice directamente. 'Todo el contrario", dice, "así formó Dios el cuerpo”: haciendo indispensables a sus partes más débiles y dando a sus partes menos presentables una mayor honra. Recapitulando, la voz de la autodesestimación dice: "No sirvo de nada; no me necesitas", en tanto que la voz de la autoimportancia dice: "No sirves de nada; no te necesito".' Pero la voz de, Dios dice: "Ambos se necesitan". Los dones que Dios nos ha dado y los dones que ha dado a otros son todos importantes y necesarios En conjunto forman el cuerpo de Cristo completo y saludable, donde todos los miembros funcionan como corresponde. Sólo cuando dejamos de despreciamos y de menospreciar a otros, reconociendo los dones de Dios, cesará la "división” o discordia en el cuerpo (v.25). Dios odia la discordia. Su voluntad es que "los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros", compartiendo en los sufrimientos y los goces unos de otros. Y la gran verdad que por sí sola puede liberamos de la envidia y la vanidad es que los dones espirituales son dones de Dios, distribuidos por su gracia y de acuerdo a su voluntad. En la deliciosa frase de Juan Owen, son las "dádivas arbitrarias" de Dios. No podemos pues despreciarlas, sea que nos sean dadas a nosotros o a otros. El propósito de los dones espirituales: ¿Para qué son dados? Los dones de Dios son dados para ser usados. Los órganos del cuerpo humano son funcionales. De modo semejante, los miem bros del cuerpo de
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Cristo han de ejercitar sus dones. Somos “ad ministradores de la multiforme gracia de Dios”, y se nos manda ser "buenos administradores” (1 P. 4: 10). "Siendo que tenemos... dones", dice Pablo, "usémoslos" (Ro.12:6 BLA). Pero ¿cómo debemos usarlos? Muchos malentendidos rodean el propósito para el cual Dios distribuye dones espirituales en la iglesia. Algunos dicen que son "dones de amor" en cuanto su propósito es el de enriquecer al que los recibe y que hemos de usarlos en propio beneficio. Otros piensan que son "dones de adoración”, en cuanto que su propósito principal es la adoración de Dios y su esfera principal, la conducción del culto público de adoración. Las Escrituras afirman que son "dones de servicio", cuyo propósito primordial es de "edificar" o hacer crecer a la iglesia. Los apóstoles Pablo y Pedro recalcan el uso desinteresado de los dones de Dios al servicio de otras personas, de la iglesia toda: Pero a cada quien le es dada la manifestación del Espíritu pero el bien común (1 Co. 12:7 BLA). Según cada uno ha recibido un don…usadlo sirviéndoos los unos a los otros (1 P. 4: 10 B LA).
Vemos, pues, que los dones espirituales no nos son dados para ayudar, consolar y fortalecernos a nosotros que recibimos esos dones, sino a otros. Este es el sentido de la "edificación" (V. 4:12,16). He aquí también la razón por la cual hay dones que son valiosos que otros. Como ya vimos, no debemos despreciar ningún don. Pero a la vez debemos anhelar ardientemente "los mejores dones” (1 Co.12:31). ¿Cómo hemos de evaluar su importancia relativa? La única respuesta posible es “según el grado en que edifiquen". Ya que todos los charismata tienen el propósito de edificar al creyente individual 'y a la iglesia en su totalidad, en cuanto más edifiquen más valiosos serán. Las palabras de Pablo, no pueden ser más claras al respecto. " Puesto que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia” (1 Co. 14:12 BLA).
Si seguirnos este criterio resultará que el don de la enseñanza es el de mayor valor, porque nada contribuye más a la edificación de los cristianos que la verdad de Dios. No podemos sorprendemos pues al ver que un don, o dones, de enseñanza se encuentra a la cabeza de las cinco listas de dones en el Nuevo Testamento. Esta insistencia apostólica en la prioridad de la enseñanza tiene considerable pertinencia para nuestra iglesia contemporánea. Por todo el mundo hay iglesias espiritualmente mal nutridas por la escasez de expositores bíblicos. En las regiones donde hay movimientos masivos de evangelización están clamando por enseñadores que instruyan a los convertidos. Y esta escasez de maestros hace que nos
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sintamos entristecidos al ver a tantos interesados en dones de menor importancia e incluso hasta distraídos por éstos. Supongo que corresponde mencionar a estas alturas algo respecto a las "lenguas”, don muy enfatizado por algunos. Aún pende un gran signo de interrogación sobre este fenómeno contemporá neo conocido como "hablar en lenguas", en cuanto a si se le puede identificar con el don neotestamentario. Está claro que en el día de Pentecostés los creyentes llenos del Espíritu hablaron "en otras lenguas", vale decir, en idiomas extranjeros, "según el Espíritu les daba que hablasen", y que todos estos idiomas eran comprensibles para uno u otro grupo en la multitud (Hch.2:4-11), Existe una fuerte presunción teológica o lingüística de hecho en el sentido que el fenómeno mencionado en 1 Corintios 12 tenía las mismas características. Primeramente, las frases en el griego son casi idénticas, y una de las reglas primordiales de la interpretación bíblica nos dice que las expresiones idénticas tienen un significado idéntico. En se gundo lugar, el sustantivo glôssa tiene sólo dos sentidos conocidos: el órgano de la boca, y un lenguaje. Igualmente, el verbo que se traduce "interpretación de lenguas" significa en el original traducción de idiomas. Tercero, todo el énfasis de 1 Corintios 14 está encauzado a desalentar el culto a lo ininteligible como cosa de niños: “Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar... pero maduros…” (v.20). El Dios de la Biblia es un Dios racional y no se deleita en lo irracional o lo ininteligible. Esta interpretación crea algunas dificultades exegéticas que han llevado a algunos a establecer una diferenciación aguda entre "lenguas" en los Hechos y “lenguas" en 1 Corintios. Pero las dificultades son pequeñas en comparación con la fuerza del argumento que ha sido planteado. El fenómeno es el mismo en ambos pasa jes, no una expresión extática ininteligible sino un lenguaje comprensible, al menos para algunos (como en el día de Pentecostés). Claro que en un puerto multilingüe como Corinto siempre habría la necesidad de "interpretar" o traducir para que entendiesen los que hablaban otro idioma. Si el don era primordialmente de naturaleza lingüística, entendernos mejor por qué Pablo lo puso al fondo de la lista, y por qué ni se menciona en las otras tres listas. Es verdad que dijo "quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas” (corno cuando Moisés dijo "Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta", Num. 11:29), pues todos los dones de Dios son buenos y deseables, pero en sí (es decir, fuera del significado de lo que se habla) no tiene capacidad de edificación. Entonces, ¿qué de la práctica tan corriente ahora de "hablar en lenguas" como un auxiliar del culto devocional personal? Muchos dicen haber descubierto por su intermedio una nueva soltura en su acercamiento a Dios. Otros nos cuentan de una especie de "descarga síquica" que les ha liberado, y que por cierto no quisiéramos negarles. Pero debemos decir, partiendo de 1 Corintios 14, que si bien Pablo prohíbe terminantemente toda manifestación pública de "hablar en lenguas” sin interpretación, también
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desalienta "hablar en lenguas" en forma privada a menos que el que habla entienda lo que dice. A menudo pasamos por alto el versículo 13: "El que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretar la”. Pues de otra manera su mente "queda sin fruto" o improduc tiva. ¿Qué debe hacer entonces?, se pregunta Pablo. Y responde qUe orará y cantará "con el Espíritu", pero "también con el “entendimiento". Se ve claramente que no podía concebir oración y alabanza cristiana en la cual la mente no estuviera participando activamente. Indudablemente algunos lectores me responderán que en los primeros versículos de 1 Corintios 14 el apóstol contrapone la pro fecía y el hablar en lenguas, afirmando que el profeta edifica a la iglesia en tanto que el que habla en lenguas se edifica a sí mismo, y que por tanto está alentando abiertamente la práctica privada del hablar en lenguas. Debo confesar que me pregunto si esta deducción es la correcta. Hay dos motivos que me dan pausa. Primeramente, 1a edificación" en el Nuevo Testamento siempre es un ministerio que aporta, levanta, a otros. La palabra griega oikodomeô literalmente significa edificar", y se usa de la cons trucción de Ciudades, casas, templos, etc. Se aplica figurativamente a la iglesia. "Edificaré mi iglesia", dijo Jesús (Mt.16:18). "Sois... edificio de Dios”, escribió el apóstol Pablo (1 Co.3.-9, comp. Ef.2:20,21), y cual "piedras vivas",' agrega Pedro, “estáis siendo edificados como casa espiritual"(1 P. 2:5.BLA). Par tiendo de este sentido básico la palabra llegó a usarse en el sentido de "fortalecer, establecer, edificar” a cristianos e iglesias. Lucas escribe que la iglesia Palestina "era edificada”, y Pablo que su autori dad apostólica le había sido dada "para vuestra edificación" (Hch.9:31; 2 Co.10:8; 12:19; 13:10). Además, los. Cristianos tienen un ministerio de "mutua edificación" (Ro.14:19) en el cual han de "edificarse unos a otros" (1 Ts, 5:11; comp. Ro.15:2; Ef4:29; Judas 20). Y si fuésemos a preguntar qué es lo que más edifica o construye a la iglesia, Pablo respondería: la palabra de verdad” (Hch.20:32 - comp. Col.2:7) y "amor" (1 Cor.8. comp.10-23). Este mismo énfasis en la edificación prevalece en 1 Corintios 14, en que no sólo "edifica” el profeta por su mensaje (vs.3, 4) sino que en la adoración pública "todas las cosas" han de ser hechas "para edificación" (v.26, comp. v.17) y todos los cristianos deben procurar abundar en los dones para edificación de la iglesia (v.12, comp. V.5). A la luz de este abrumador y constante énfasis del Nuevo Testamento en la edificación como ministerio hacia otros y hacia la iglesia, ¿cómo hemos de interpretar esa única excepción que dice que el que habla en lenguas "a sí mismo se edifica?" Tiene que haber al menos un dejo de ironía en lo que escribe Pablo, porque la frase es casi una contradicción en térmi nos. La edificación en el Nuevo Testamento simp lemente no incluye el concepto de la autoedificación. En segundo lugar, debemos leer la expresión iluminados por la enseñanza que ya hemos considerado de que todos los dones espirituales son dones de
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servicio, otorgados para el "bien común", para el ministerio a otros. ¿Cómo pues habría de volcarse este único don sobre sí mismo y ser ejercitado para el bien personal en vez del bien común? ¿Acaso no nos veríamos obligados a concluir que tal cosa implica un mal uso del don? ¿Qué pensaríamos de un creyente con don de enseñanza que sólo lo utilizara para instruirse a sí mismo, o de una persona con el don de sanidad que lo usara sólo para sanarse a sí mismo? Es muy difícil justificar el uso para uno mismo de un don específicamente otorgado para el beneficio de otros. Es por estas dos razones que tiene que haber una nota de ironía, si no de sarcasmo, en la voz de Pablo cuando escribe que el que habla en lenguas "a sí misino se edifica”. Da por sabido que los corintios, a quienes les ha explicado claramente el propósito de los dones espirituales en el capítulo 12, captarán lo que les quiere decir sin que tenga que deletreárselos. De manera que los charismata son todos dados para el bien común. Pablo aplica este principio en Efesios 4:11,12 a los dones de enseñanza. Cristo constituyó (con sus dones) a "unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas, a otros, pastores y maestros". ¿Por qué? ¿Con qué fin? Continúa: "a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. El objetivo inmediato del enseñador es conducir a los cristianos (“los santos") no sólo hacia la madurez cristiana sino también hacia el ministerio cristiano, a fin de equiparlos para el ministerio en la iglesia y en el mundo. Los pastores han de ser maestros, lo cual no significa que puedan celosamente guardar para sí todo el ministerio de todo tipo que necesita hacerse. Por el contrario, su ministerio ha de producir más ministerio, en cuanto vayan alentando a otros a ejercitar los dones que Dios les ha dado. Sólo entonces se alcanzará el objetivo final que (nuevamente) es “la edificación del cuerpo de Cristo" hasta su plena unidad y madurez, "a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (vs.12, 3). Esta meta gloriosa, que debiera ocupar nuestras mentes como lo hacía la del apóstol Pablo, se podrá alcanzar a través de las influencias gemelas de la verdad y el amor. Es por seguir (o sostener) “la verdad en amor” que creceremos en todo en aquel que es la ca beza, esto es, Cristo” (vs.15, 16). La verdad es elemento indispensable para el crecimiento hacia la madurez de cristianos e iglesias. Sin un pleno entendimiento y un tomarse fuertemente de la verdad revelada de Dios permaneceremos como "niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina" (v.11). Pero la verdad puede ser dura y fría si no es templada y suavizada por el amor. Por eso nos dice Pablo que "el conocimiento envanece pero el amor edifica", (1 Co.8:1) Todos sabemos del papel preponderante que juega el amor en el desarrollo emocional saludable de los niños. Si esto es verdad en la familia humana, ¿cuánto más no lo será
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de la familia de Dios? Por eso se inserta 1 Corintios 13 entre los capítulos 12 y 14 que tratan de los dones espirituales. Aunque todos los charismata son otorgados para el servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo, si han de tener el efecto propuesto deben ser ejercitados en amor. Porque sin el amor todos los dones, por más espectaculares que sean, son sin valor (13: 1-3). De manea que el amor es aún "el camino más excelente”, más valioso incluso que los mejores dones (12:31). Pero no debiera haber razón para tener que escoger entre el don y el amor.