ARQUITECTURABIZANTINA
Son elementos característicos de la arquitectura bizantina el empleo de materiales pobres (piedra y ladrillo) en el exterior; sin embargo en el interior estaban recubiertos por materiales lujosos como mosaicos con teselas, mármoles, cerámica vidriada y láminas de oro y plata que le dan al templo una policromía de influencia oriental. Su gran aportación fue el empleo de la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos que facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula, que simbólicamente es una imagen del cielo. También del mundo romano y paleocristiano tomaron el uso del arco de medio punto y la columna con un capitel troncocónico muy decorado, generalmente con motivos vegetales o geométricos, labrado a trépano y encima del cual hay un cimacio, pieza de forma trapezoidal.
La Primera Edad de Oro (siglos VI a VIII) En el siglo VI durante el reinado del emperador Justiniano, gran mecenas de las artes, se realizaron muchas construcciones tanto en Constantinopla como en Rávena. En Constantinopla hizo construir la iglesia de Santa Sofía dedicada a la Sabiduría divina. Es la obra maestra del arte bizantino. Sus arquitectos fueron Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, que ya habían trabajado para el emperador en construcciones militares. La planta, muy original, combina la planta basilical y la central. Es casi rectangular con un doble nártex en la entrada y el interior dividido en tres naves; en la nave central, que acaba con un ábside en la cabecera, se eleva una gran cúpula de 31 m. de diámetro y 55 metros de altura, en un intento de superar la cúpula del Panteón romano, sustentada sobre cuatro pechinas apoyadas sobre pilares y contrarrestada por un sistema de semicúpulas y exedras (cuartos de esfera) que descargan su peso en contrafuertes exteriores. La cúpula está recubierta por teselas doradas y una gran cruz azul que al entrar la luz por las ventanas da la sensación de que la cúpula está flotando en el aire. En el exterior da la sensación de ser más baja. Hay Los turcos, tras la toma de la ciudad en 1453, convirtieron a Santa Sofía en una mezquita musulmana y le añadieron cuatro minaretes; ahora es un museo. En Rávena, la capital del exarcado occidental situado en el nordeste de Italia, quedan magníficos ejemplos de templos bizantinos como San Vital, de planta octogonal con deambulatorio, cúpula central sobre pechinas sostenida por ocho pilares y amplio nártex a los pies, y San Apolinar in Classe y el Nuevo, ambas iglesias de planta basilical.
La Segunda Edad de Oro (siglos IX a XII)
Hay una gran variedad de plantas, se muestra preferencia por la planta central pero también hay edificios de planta basilical y de cruz griega (con los brazos iguales).
Predominan las iglesias de planta de cruz griega, cubiertas con cúpulas que se asientan sobre tambores poligonales. A este tipo pertenecía la desaparecida iglesia de Nea de Constantinopla, mandada construir por Basilio I. Pero los mejores edificios están fuera de la capital. En Italia destaca la basílica de San Marcos de Venecia, del siglo XI, de planta de cruz griega inscrita en un rectángulo con cinco cúpulas sobre tambor y tres ábsides; el nártex también tiene pequeñas cúpulas. Se inspira en la iglesia de los Santos Apóstoles. De la misma época son Santa Sofía, en Kiev, de forma basilical de cinco naves y la iglesia de Dafni, en Grecia.
La Tercera Edad de Oro (siglos XIII-XV) El siglo XIV constituye un periodo de renacimiento y esplendor del arte bizantino. A esta etapa corresponden en Grecia las iglesias de Mistra (Peoloponeso) y los monasterios del Monte Athos.
El arte bizantino se sigue extendiendo por los valles del Danubio, por Rumania y Bulgaria, llegando a las tierras rusas. En Moscú destaca la iglesia de la Asunción del Kremlin, del siglo XVI, con cinco cúpulas bulbosas sobre elevados tambores, muy características de este periodo.
ARQUITECTU RARENACENTI STA
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El resurgir de los valores y la arquitectura clásica no apareció ya perfectamente formado, sino que se desarrolló lentamente primero en Italia, y después en toda Europa, durante un siglo o más. Pintores, científicos y arquitectos empezaron a verse, no como peones al servicio de un dios implacable, sino como la medida de todas las cosas. Ellos, y no dios, sostenían el compás sobre la faz de la tierra para dar forma a sus pueblos, sus ciudades y su arquitectura. Este nuevo racionalismo coincidía con un redescubrimiento de la arquitectura romana, una fascinación por las recién establecidas leyes de la perspectiva y el deseo de recrear las glorias del mundo antiguo.
”
Nació en Italia en el s. XV, y llegó hasta el s. XVII, posteriormente pasó a otros países europeos como Francia, Alemania y España. El siglo XV, que es un período eminentemente humanístico y de análisis, se puede denominar renacimiento primitivo o de iniciación. La primera mitad del siglo XVI, que coincide con el apogeo y la síntesis, se puede denominar renacimiento Clásico. La segunda mitad del siglo XVI y comienzos del XVII, que representa el período postclásico, estilizado y ambiguo, al que también se ha denominado manierismo. Los supuestos históricos que permitieron desarrollar el nuevo estilo se remontan al siglo XIV cuando una serie de hechos provocan una profunda crisis en el sistema de creencias del hombre, grandes pestes y epidemias diezman la población europea, la acentuada mortalidad lleva a un sentimiento de inseguridad en el hombre que le provoca una crisis de carácter religioso. La despoblación del mundo rural y la concentración en las ciudades, produce el desarrollo de las grandes ciudades europeas, en las cuales se gesta el
sentimiento de identificación del hombre con su ciudad. El desenvolvimiento del nuevo sistema mercantilista, que desplaza, el sistema feudal, tendrá una lineal traducción en el arte, ya que con la aparición de una nueva clase social, la burguesía, con un gran poder adquisitivo aparecerá el mecenazgo artístico y una intención diferenciadora de las clases nobles y clericales. Coincidiendo con el nuevo sistema de representación, y adelantándolo un poco en el tiempo, aparece el Humanismo, una nueva manera de concebir el universo, diferenciada de la escolástica tradicional, con una crítica basada en un criterio científico retomado de la antigüedad. El acercamiento a la Antigüedad se realiza desde tres niveles: el primero tomando disciplinas que habían sido olvidadas en la Edad Media, el segundo desde una emulación a esa antigüedad y el tercero desde una superación de la misma. Desde estos planteamientos el arte deja de estar considerado como una actividad manual para ser una obra intelectual, el artista pasa a los tratados teóricos del arte. El arte se va a independizar del estamento religioso, el patronazgo artístico pasará a ser ejercido en una medida muy importante por la burguesía rica, de comerciantes y banqueros, con lo cual el arte se hará eminentemente laico, y se verá inmerso en un proceso continuo de secularización. La arquitectura y el urbanismo pretendían ser racionalistas y humanos, tal como lo demuestra la pintura del Palacio Ducal de Urbino. Se trata de una probable obra de Piero della Francesca, importante por varias razones: la primera es que demuestra un modelo de cómo se vería la nueva arquitectura en el lugar ideal; la segunda, que no hay figuras humanas, que es como los arquitectos han dibujado sus proyectos desde entonces. El hecho de no contar con figuras humanas no se debe a que éstas estropearan el cuadro, sino porque Alberti consideraba que los edificios representaban imágenes humanas y divinas, algo fundamental en la arquitectura renacentista. Aquel trazo de la ciudad ideal partía de una retícula, radial o de estrella, empezaría a surgir a lo largo de todo el paisaje italiano. Entre los primeros edificios en piedra y mármol
encontramos la capilla Pazzi (1429 – 1461) , en el claustro de la iglesia franciscana de la Santa Croce, en Florencia; y los palacios de las familias florentinas de los Pitti (Brunelleschi y Fanelli, 1458 – 1466), los Médici ( de Michelozzo , a partir de 1444) y los Strozzi ( de Sangallo y Pollaiuolo, 1498 y siguientes). De alguna manera, estos palacios del siglo XV seguían estando fortificados y, como en muchos diseños de Brunelleschi, eran tan románicos como romanos; aunque poseen detalles sacados de la antigüedadcomo la soberbia cornisa que separa la fachada de piedra del cielo florentino en el Palacio Strozzi (inspirado en uno del Foro de Trajano, en Roma), no son los modelos de luz y razón que aparecían medio siglo más tarde en las obras de Bramante en Roma. A pesar de todo, el precioso ritmo de la capilla Pazzi de Michelozzo – pilastras cortinas grises en contraste con las blancas paredes estucadas- se convertiría en un distintivo de la gran arquitectura que siguió y que se extendió por Europa entre 1500 y 1750. En Venecia se pueden ver muestras del estilo, como la Porta dell´Arsenale, de 1460, que era la entrada a los grandes astilleros de la República veneciana, así como una joya renacentista, la iglesia de Santa María dei Miracoli (Pietro Lombardo, 1481 – 1483), una iglesia muy querida, revestida con mármoly con una bóveda de madera y una cúpula sobre una nave y el presbiterio.
Planificación urbana El renacimiento no sólo fue importante por crear un uevo estilo arquitectónico, sino también por idear un nuevo estilo de ciudad. Los principios racionalistas se aplicaron también en urbanismo: las calles se ensancharon, las fortificaciones se convirtieron en parte integral de la ciudad y la planificación dio más importancia a los monumentos y a las fuentes.
El alto renacimiento Es la época en que los arquitectos italianos, empezando por Donato Bramante (1444 – 1514), en Roma, a principios del siglo XVI, comenzaron a analizar e interpretar con exactitud y finura la arquitectura de la antigua Roma. No pretendían copiar edificios antiguos, sino aprender de ellos; fue una época de grandes inventos y habilidades. Los arquitectos fueron los héroes del Renacimiento: eran a la vez pintores, escultores, poetas, ingenieros y militares. Era el momento de lanzarse hacia una nueva y valiente arquitectura, que miraba al pasado sólo para ir hacia el futuro. El templete de Bramante (1503), un edifico pequeño y de formas perfectas, ligeramente inspirado en el templo de Vesta en Tívoli, fue construido casi con calzados dentro del claustro de la iglesia de St. Pietro en Montorio; la influencia de este edificio ha sido incalculable, pues inspiró no sólo la cúpula de Miguel Ángel de la basílica de San Pedro, sino también la cúpula de Wren en San Pablo, la cúpula del Capitolio en Washington, D.C., EL MAUSOLEO DE Hawksmoor en el castillo Howard, Yorkshire, el Panteon de París y la Radcliffe Camera, de Gibb, en Oxford, por enumerar sólo los más famosos durante 350 años. El templete- erigido para delimitar y roteger el lugar donde tuvo lugar el martirio de San Pedro, el primer Papa- es un templo circular con varios escalones que soportan una columna dórico rematada por una balaustrada y con una preciosa cúpula sobre tambor. La cúpula de 42m de diámetro de la basílica de San Pedro, en Roma, diseñada por Miguel Ángel en 1546 y construida por Giacomo della Porta entre 1588 y 1591; marcó el momento cumbre de la arquitectura del alto renacimiento. La basílica es un edifico pomposo, demasiado grande y lujoso. La cúpula es una obra maestra de la escultura que roza el barroco y consigue dar unidad a todo el vasto edifico revestido de mármol. San pedro sigue siendo uno de los edificios más grandes del mundo. Representa los esfuerzos combinados de al menos nueve importantes talentos de la arquitectura, entre ellos Bramante, Rafael y Miguel Ángel, y se emplearon nada menos que 120 años de construcción.
Características de la arquitectura renacentista:
Características del renacimiento: Surge el culto al genio, el afán de investigación produce grandes inventos que cambian radicalmente la forma de vivir del hombre de la época. La proliferación de la burguesía, con sus actividades mercantiles, logra un gran poder económico y en ésta se pone de moda, la protección de grandes artistas e innovadores Hay un regreso a la antigüedad ; el gusto de la organización grecorromana le sirve de fuente de inspiración a poetas, filósofos, escritores arquitectos y artistas en general. Se incorporan antiguas creencias, temas de mitología y de historia. Se adoptan antiguos elementos simbólicos, la influencia de formas clásicas con la traducción y difusión del tratado de Vitrubio parece muy significativa para la organización en el momento renacentista.
Hay simetría en el diseño Los templos tienen planta de cruz latina, con pocas divisiones en muchos de los casos y no tienen torres. Utiliza bóvedas de cañón corrido, de arista sobre los capiteles, sino sobre dados, que se asientan a su ve en ellos Uno de los elementos más característicos es la cúpula, son las cúpulas de diseño ojival Según la región de los edificios, se remata en la parte superior con diversas formas, tales como con balaustrados, gruesas cornisas, muy voladas, y techos a dos aguas. Las ventanas presentan: Ventanas cuadradas, rectangulares o de medio punto Los muros tienden a un acabado liso, rematado en las esquinas con sillares o con un acabado total de sillares de gran tamaño. En forma traslapada y presentando en algunas ocasiones, se hacen pórticos con ellos. Con frecuencias, aparecen en las fachadas, columnas, pilares y entablaminento adosados. Las columnas pueden abarcar de uno a varios niveles (orden colosal), o presenta los órdenes arquitectónicos superpuestos a la manera de las antiguas construcciones romanas. Su ornamentación es muy variada, pero siempre inspirada en la antigua forma de decorar de los griegos y romanos, se emplearon motivos florales, estatuas, cacetones, bóvedas y cúpulas, que cubre en su interior, con pinturas al fresco, con frecuencia las bóvedas presentan cacetones en su interior. Sobre los balaustrados, que rematan los edificios, suelen colocar estatuas o estar adornados, dentro de nichos de las fachadas. Se emplean también molduras circulares, toros, escocias y unidas con filetes.
Arquitectura
barroca
El llamado estilo barroco fue consecuencia de la evolución del renacimiento hacia formas más libres y dinámicas. Empieza a manifestarse en los últimos años del siglo XVI y dura hasta el segundo tercio del siglo XVIII, y en algunos países hasta finales del mismo. Influyen de manera decisiva en su creación, de una parte, el movimiento religioso de la contrarreforma, que como protesta contra el luteranismo, procura fomentar la devoción, intensificando el lujo del templo y creando conjuntos lo más efectistas posibles, y de otra, el extraordinario desarrollo del boato de los monarcas absolutos, que se hacen construir palacios en cuyas grandes dimensiones y lujo lumbrante reflejan su poder.
Características Desde el punto de vista forma, el nuevo estilo se manifiesta tanto en los elementos arquitectónicos y decorativos como en el conjunto. Los entablamentos se incurvan y los frontones se parten y describen curvas, contra curvas y espirales. Este amor desenfrenado por lo curvilíneo triunfa en la columna salomónica, quintaesencia del barroco. En cuanto a la decoración, dentro de un proceso general de enriquecimiento progresivo, conserva los temas vegetales corrientes del arte clásico, advirtiéndose desde mediados del siglo XVIII la tendencia a un tipo cada vez más naturalista. De los temas geométricos heredados del renacimiento, quizás el más importante sea la tarja que derivó a las más variadas formas. Resumimos a continuación las características más generales del barroco: Por lo general, las formas del barroco son ampulosas, ricas y con predominio de la línea curva bastante cerrada, que da una sensación de voluptuosidad. Las formas primitivas de que derivan las barrocas se deforman en el sentido de engrosarse y curvarse. Se multiplican los elementos del renacimiento y se acumulan en ocasiones de manera confusa, si bien siempre dando una sensación de dinamismo.
Los fustes de las columnas se retuercen, dando lugar a la columna espiral o salomónica. Los frontones se abren en su zona central, los arquitrabes y cornisas pierden su condición rectilínea para curvarse y avanzar en distintas direcciones, Las rectas de las jambas y dinteles son interrumpidos por distintos elementos decorativos. Existe un afán de vigorizar todos los elementos de las fachadas, a las que se les da mayor altura y relieve. Se construyen a lo largo de las fachadas poderosas pilastras, que marcan rigurosamente los ángulo, y dan origen en impostas y cornisas, a grandes saledizos. El color gris de la piedra y el pálido brillo del mármol, utilizados en el renacimiento, son insuficientes para la fastuosidad que persigue el barroco. Así, se utilizan mármoles coloreados, columnas y pilares jaspeados, zócalos de mármoles grises, negros y rosados, embaldosados de complicado dibujo, enmarcado de huecos con piedras de diversas tonalidades, etc. En hornacinas, frontones y cornisas abundan con profusión esculturas llenas de movimiento y revestidas con ropajes de ondulantes y complicados pliegues, ángeles de formas redondeadas entre nubes, y soles nimbados con el monograma de Cristo. Las bóvedas, las cúpulas y los muros se revisten de pinturas al fresco en las que se representa, por lo general, visiones del espacio celeste con nimbos luminosos, ángeles y figuras diversas.
Como es natural, el barroco altera no sólo los elementos arquitectónicos y decorativos heredados, sino también la concepción general del edificio. Al llevar el gusto por las líneas curvas y mixtas a las plantas de los edificios, los muros dejan de ser rectilíneos y de cruzarse en ángulos rectos, y sus dependencias dejan también de ser rectangulares o cuadrados. Este nuevo tipo de planta, al ofrecer a la mirada numerosos planos oblicuos, crea, junto a una sensación de movimiento, abundantes efectos de luz y
ricos juegos de perspectiva, preocupaciones principales del arquitecto al proyectar el edificio.
Italia continúa durante el barroco a la cabeza de la arquitectura europea. Los pasos decisivos en la concepción general del estilo y en la transformación de los elementos arquitectónicos, así como del templo, se dan en ella. Italiana es también la creación del palacio barroco, si bien en este último punto es en Francia donde se producen las obras más representativas. En la evolución de la arquitectura barroca italiana suelen distinguirse tres momentos principales:
el que va de 1580 a 1624, o primer barroco el comprendido entre 1624 y 1670, o período de apogeo del barroco.
el que dura desde 1670 hasta 1750, o barroco decadente. La gran obra del primer período es la transformación de la iglesia de San Pedro por Carlos Maderna, quien prolonga la planta de la cruz griega por la parte de los pies, llegando así a un compromiso entre el tipo de cruz latina y el de cruz griega.
Dispone en primer término una especie de nártex y levanta ante él una gran fachada con frontón central y ático coronado por estatuas, en la que se desentiende de la organización general del interior. Los verdaderos creadores del estilo son Lorenzo Bernini y Francesco Borromini, y es con ellos que llega a su apogeo. Del primero, es famoso el baldaquino que en el crucero de San Pedro, de Roma, cubre el altar situado sobre la tumba del apóstol. Construyó una especie de manifiesto del nuevo estilo arquitectónico. Es un templete sobre cuatro columnas de fustes torneados en especial inspiradas en la que se conserva el mismo Vaticano, y que en aquella época se suponía procedente del templo de Salomón. De ahí el nombre de salomónica con que se conoce este tipo de columna. Bernini divide el fuste con anillos horizontales en tres partes, la inferior de las cuales decora con estrías en espiral, mientras cubre las otras dos con tallos u hojas menudas, Lo mismo de esos anillos como de la base, hace surgir una fila de grandes hojas de acanto. La base es ática, y el capitel, de orden compuesto. Si en el baldaquino se distingue Bernini por la novedad de los elementos arquitectónicos, en la Scala Regia del Vaticano y en la plaza de San Pedro se preocupa principalmente de los juegos de perspectiva y de intensificar el efecto de profundidad. En la Scala Regia interrumpe la subida con varios rellanos y dispone dos estrechas naves laterales formadas por gruesas columnas. En la plaza procura que el templo produzca a quien no contempla la impresión de encontrarse lo más al fondo posible. Así, dispone en primer término una amplísima plataforma. Las alas de la gran plaza actúan de bastidores, y los numerosos cuerpos cilíndricos de su columnata contribuyen también con su perspectiva a empujar hacia el fondo la fachada del templo.
En el palacio Odescalchi deja creado en sus rasgos esenciales el tipo de palacio barroco, con su planta baja ideada como basamento y las dos superiores recorridas en todas su altura por pilastras gigantescas. Borromini, colaborador primero y competidor después de Bernini, es el que lleva a la concepción general del templo el ansia barroca del dinamismo. En la iglesia de San Carlos, de Roma, en vez de acumular en la fachada columnas y frontones, como sus predecesores, la convierte en una superficie ondulada donde la parte central avanza en forma convexa, mientras las laterales se retraen, describiendo sus contras curvas. En su interior, las formas curvas y rectas crean una traza mixtilínea. En el último período se tiende a volver a formas más serenas, más reposadas y de aire más clásico. El arquitecto más representativo de esta etapa es Juvara, al que se le encargó el proyecto del Palacio Real de Madrid.
La arquitectura barroca francesa es sobre todo palaciega, y en cuanto a su exterior, de composición en general muy clásica. Es costumbre denominar las varias etapas del barroco francés por el nombre de sus reyes, distinguiendo las de Luis XIII, Luis XIV, Regencia, Luis XV y Luis XVI. Durante el reinado de Luis XIII penetra la influencia de la arquitectura italiana precorrominesca. Debido a las enseñanzas de las Academias de Escultura, Pintura y Arquitectura fundadas por Luis XIV, que vienen a intensificar el sentido de la medida tan propio de la cultura francesa y a la influencia de las creaciones italianas menos borrominescas y más monumentales, se forma el estilo de las grandes fachadas de la época de Luis XIV, de composición clara y de nobles proporciones. El gran arquitecto de esta época es Jules Hardouin Mansart, autor de la elegante iglesia de los Inválidos, cuya cúpula de doble tambor domina el conjunto.
Pero donde más sobresale es en el palacio de Versalles. Comenzando este palacio en 1661 por el arquitecto Luis le Vaui con el revestimiento de un pequeño pabellón de caza de tiempos de Lios XIII, es continuado después por Hardouin Mansart, al cual se debe la gran fachada del jardín. El interior del palacio es una interminable sucesión de salones ricamente decorados, donde alternan tapices de la fábrica de los Gobelinos con los cuadros. Los espejos, los bronces dorados y los mármoles de colores. Dirigió toda esta decoración Carlos Lebrun, cuya obra maestra es el gran salón de los Espejos que da frente al jardín. Completan la construcción otras numerosas dependencias como son el teatro y la capilla, obra está también de Mansart, de testero semicircular con tres naves sobre columnas y amplia tribuna corrida sobre los laterales. Alrededor del palacio se hallan otras pequeñas construcciones, como las caballerizas, el palacio Trianon, la gran Orangerie, los pabellones de Marly, etc. Si la arquitectura francesa presenta en el exterior escasas novedades esenciales respecto de la italiana, en la decoración interior su importancia es grande y su personalidad cada vez mayor. La talla en madera, los yesos, las aplicaciones del bronce, las telas y los tapices que revisten las paredes hasta donde comienzan las pinturas de los techos, responden a un trazado general en el que el mobiliario es parte integrante de primer orden. El estilo Luis XIV cuenta con un decorador de gran personalidad, llamado Berain, que en sus composiciones demuestra un gusto muy acusado por la ornamentación de tipo mixtilíneo y cuyas creaciones dejan sentir su influencia fuera del país. Con las naturales diferencias en la forma de los motivos ornamentales, traza grandes tableros de grutescos, de tradición renacentista. El punto culminante y más original del arte decorativo barroco francés se alcanza durante el reinado de Luis XV, pues el breve período de la Regencia es como un primer capítulo del mismo.
La característica fundamental del estilo Luis XV o rococó como lo denominaron los alemanes, es la casi total desaparición de la línea recta y la aparición de la asimetría. La línea curva de hace voluptuosa y femenina y todo adquiere un marcado carácter frívolo, muy acorde con la vida palaciega de la época. El tema ornamental más característico es la <<rocaille>> o rocalla , especie de trozo de concha irregular y asimétrica, cuya creación no es propiamente francesa, sino que se debe a un grupo de decoradores en gran parte extranjeros, entre los que destaca el holandés Oppenord. Igualmente típico es un ornamento de forma arriñonada, que en posición vertical es también asimétrico y que forma con frecuencia parte de la rocalla. Estos motivos combinado se hallan presentes constantemente en muebles, marcos de cuadros y espejos, etc. Desaparece en este estilo todo tipo de clasicismo y las paredes se cubren de espejos que se alternan con los tapices y las telas.
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El barroco es uno de los estilos que conocieron mejor fortuna en España. En ningún otro país se llega a una riqueza ornamental tan exuberante ni a un distorcionamiento tan radical de las formas. A diferencia de Italia y de Francia, donde la acumulación de elementos decorativos se lleva a cabo en los interiores, en España esta ornamentación sale al exterior invadiendo las fachadas. Sin embargo, este dinamismo barroco que se siente tan intensamente en lo decorativo, no llega en lo arquitectónico. La concepción general del edificio Apenas varía con respecto al renacimiento y las movidas plantas borrominescas no se adoptan en España, salvo en muy contados casos y aun circunstancialmente. Entre los más grandes creadores del barroco español figuran José Churriguera, Pedro Ribera y Narciso Tomé.
Churriguera pertenecía a una larga familia de arquitectos y trabajó en Madrid y Salamanca. Las únicas obras de fábrica seguras que se poseen de José Churriguera son el palacio de Nuevo Batzán, adornado con gruesos baquetones de escasa proyección y anchas ajas resaltadas, y la actual Academia de San Fernando. Capítulo importante de su obra lo constituyen los retablos, si bien tanto en el de la iglesia de San Esteban, de Salamanca, como en los restantes conocidos, se limita a emplear las columnas salomónicas de proporciones gigantescas utilizadas ya anteriormente por Herrera EL Mozo. Pedro de Ribera es el difundidor del estilo churrigueresco a sus últimos extremos e imponiéndole un carácter personalísimo. Formando probablemente con José Churriguera, concibe las portadas con un movimiento de riqueza hasta entonces desconocidos en la arquitectura europea. Como la obra maestra de Ribera se considera la portada del Hospicio de Madrid. En ella, el violento ímpetu ascendente tan propio del barroco, eleva todo el conjunto, curvando la cosnisa del entablamento y rompiendo la de la fachada, cuyo trozo central a modo de penacho sirve de remate a la portada. Caprichosas clamboyas agujeran las amplias enjutas, mientras ante las del segundo cuerpo dispone unos vasos con típico sentido barroco del contraste. Concebida la portada como un retablo, un gran cortinaje la encuadra lateralmente. Si Ribera representa el punto culminante del barroquismo español peninsular en cuanto a la decoración, quien encarna la manera más exaltada el ansia de espacio del barroco es el leonés Narciso Tomé, cabeza de la familia de arquitectos decoradores de ese nombre. Su obra cumbre y otra de las joyas del barroco español es el Transparente de la Catedral de Toledo. Se trata de un enorme y teatral retablo construido con ricos mármoles y bronces. Está trazado en perspectiva a fin de fingir una profundidad efecto de luz, cala una de las bóvedas de la girola y labra sobre ella una enorme linterna, donde la parte superior del retablo se hace escultura para acabar fundiéndose en una forma pintada representativa de la Gloria.
Arquit ectura neoclรก sica
La desenfrenada libertad del rococó hubo de provocar, al fin, una reacción, preparada ya desde mucho antes por pensadores y estudiosos del arte, al mismo tiempo que por trascendentales acontecimientos. Nuevamente se vuelve la mirada a la antigüedad clásica: en la sencillez y grandiosidad grecorromanas se ve el remedio a todos los excesos del viejo estilo. Se idealiza el mundo antiguo y prende el deseo de implantar las virtudes que se le atribuyen y logra, a través de ellas, el retorno a la felicidad arcaica. La revolución francesa adopta este ideal y favorece la formación del neoclásico, estilo que llega a su apogeo durante el imperio napoleónico.
[Arquitectura neoclásica francesa] La reacción frente al rococó se inicia en los días de Luis XVI, razón por la que se establece una distinción entre el estilo Luis XVI y el estilo imperio. Uno de los arquitectos más notables del estilo Luis XVI es J. A. Gabriel. A él se debe, entre otras importantes obras, el <<Petit Trianon>> de Versalles. Consta este edificio de doble planta, con una rampa de acceso y tejado adornado con una balaustrada . Cuatro columnas corintias con entablamento enmarcan las ventanas centrales y a cada lado un paño de pared practicado por puertas y ventanas ciñe el conjunto.En el interior hay una escalera con barandilla de hierro forjado. La severidad clásica del barroco francés en las fachadas da fácil paso en los días de Luis XVI a los grandes pórticos de los templos griegos y romanos. En este sentido se destaca el arquitecto J. AC. Soufflor, que construye la iglesia de Santa Genoveva, en París, dedicada después de la revolución a Panteón de Hombres Ilustres. De planta de cruz griega, con ostentosa columnata interior y muros exteriores cortados en ángulo recto, tiene en el centro una triple cúpula que se apoya sobre un inmenso tambor sostenido por una columnata porticada.
La entrada es un pórtico de grandes columnas corintias sin estrías con frontón de coronamiento al gusto antiguo. Muy relevante es la iglesia de la Magdalena, que, comenzada en 1764 bajo Luis XVI y todavía sin terminar, se transforma por orden de Napoleón, con arreglo a los planos de Bartolomé Vignon, en templo dedicado a la Fama. En su interior es de cruz latina, con cúpula, pero exteriormente tiene frontón y pórticos de columnas en todos sus frentes. Durante el estilo imperio adquiere gran importancia un tipo de edificio de características tradicionales, pero con una nueva utilidad: la Bolsa. Con él, la burguesía en el poder crea su auténtico templo. La Bolsa de París es un templo corintio, de cruz griega, que descansa sobre un estilóbato y la columna se remata por capiteles que sostienen un entablamento. Los fustes son sin estrías y están distribuidos escasamente espaciados para producir un más bello aspecto. Durante algún tiempo del imperio napoleónico vuelve a ponerse de moda la vieja costumbre romana de construir arcos de triunfo. El más notable, por su grandiosidad, es el gigantesco de la plaza de la Estrella, en París.
De un solo vano, de unos cincuenta metros de altura y sin columnas, es obra de Chalgrin, autor también del teatro Odeón de París.
La decoración de interiores----------El neoclásico es también un estilo de decoración interior. En este aspecto, más que en la ornamentación exterior, se advierte la diferencia entre el estilo Luis XVI y el imperio. Naturalmente, el estilo Luis XVI representa la vuelta a la simetría y a las normas y temas decorativos generales de la arquitectura clásica renacentista, si bien se distingue de ésta por su preferencia por los temas geométricos, su mayor simplicidad y menor recargamiento. Los tableros son rectangulares y se ponen de moda los medallones elípticos. Se emplean las molduras más sencillas y rectilíneas, las estrías y los meandros, los vegetales más lisos, como las hojas de palma y laurel, la roseta, etc., y en general se tiende a los ángulos rectos, a los arcos de círculo y a las superficies cilíndricas. En el estilo imperio se agudiza el deseo de simplicidad y claridad decorativa de Luis XVI, haciéndose los ornamentos cada vez más fríos y estilizados y perdiendo el resto de naturalismo que conservan en el período anterior. Son incluidos temas de carácter militar referidos a las campañas guerreras de Napoleón, como las esfinges, la flor de loto y las pirámides, alusivas a la campaña de Egipto. Entre los temas más personalmente napoleónicos, figuran la N inicial del nombre del emperador, y las abejas de oro, símbolo de la laboriosidad constante y tenaz. En las paredes se copian fielmente las pinturas de Pompeya, ciudad destruida por una erupción del Vesubio y descubiertas sus ruinas en tiempos recientes, y en las que sobre fondo rojo se dibujan, en blanco o negro, delicados temas vegetales y figuras humanas o de animales, de limpio perfil y, generalmente, de un solo color.
[Arquitectura neoclásica alemana] A diferencia de Francia donde el estilo imperio se fundó en la sugestión de la antigua Roma, el neoclasicismo alemán se inspiró en el mundo helénico. Uno de los primeros monumentos del neoclásico alemán y más representativo de este estilo es la puerta de Brandeburgo, en Berlín. Su constructor, Karl Gottard Langhans, tomó las seis columnas de los propileos atenienses, si bien, en todo lo demás, manejó con acertada despreocupación las formas clásicas. Así, las colosales columnas son jónicas, mientras que los capiteles que las coronan son dóricos; el poderoso atrio, con la diosa de la Victoria cabalgando sobre una cuadriga, obra del escultor Schadow, recuerda los arcos del triunfo romanos. Las construcciones que forman las alas del monumento, del mismo estilo, aumentan poderosamente la pujanza del cuerpo central. Más atento y fiel a las características del arte de los clásicos es Karl Fiedich Schinkel. De él es el llamado Cuerpo de Guardia, en Berlín, algo así como un castillo cuadrado, reforzado para la defensa en los ángulos y precedido por un pórtico dórico. Obra también de Schinkel es el Teatro de Berlín, edificio de gran dignidad clásica y en el que cada una de sus partes está magistralmente enlazada con el resto, construyendo el conjunto una espléndida unidad armónica llena de elegancia.En el pórtico escogió el orden jónico. Otro gran arquitecto del neoclásico alemán es Leo von Klenz, autor de la Glipoteca de Munich y de los propileos que cierran monumentalmente la plaza Real, también de Munich. Estos ofrecen un cuerpo central estrechamente afín a los propileos atenienses, mientras que las torres que lo flanquean, adelgazándose ligeramente, recuerdan los portales egipcios o pilones.
La acertada asociación de elementos tan distintos se realiza mediante unas proporciones sabiamente calculadas y completada por el ático que corre sobre el frontón y continúa, por ambos lados, en los frisos de las torres. EL ESTILO BIEDERMEIER. En la arquitectura de edificios particulares se desarrolla en Alemania el llamado estilo Biedemeier, del nombre de un pintoresco y simpático personaje de la literatura, en el que se veían resumidas las virtudes del alemán burgués medio, con cierto gusto y manifiesta sencillez. Las guerras napoleónicas vacían las arcas de los estados alemanes que, si bien excepcionalmente pueden permitirse la aplicación de hermosas pinturas en edificios públicos, no ocurre así en las edificaciones privadas. Se produce entonces un estilo, que se desarrolla durante los años 1815 a 1850 y cuya principal aspiración es la de construir viviendas duraderas y prácticas. Dicho estilo alcanzó gran notoriedad en la decoración interior y en la producción de muebles.
Las ventanas son adinteladas y algunas de ellas tienen una cornisa triangular. Una balaustrada recorre y remata el conjunto del edificio. Pertenece a este estilo el Museo Británico de Londres, construido dentro de un espíritu de neta inspiración clásica, a base de una enorme columnata, por cuyo fondo y en saliente está rematada por un tímpano. Un bello entablamento corona en toda su longitud la columnata. La arquitectura neoclásica tuvo su repercusión en los Estados Unidos de Norteamérica y las formas grandiosas de la arquitectura grecorromana inspiraron a la naciente república. Ejemplo de ello es la cúpula que corona la Casa Blanca, residencia presidencial.
[Arquitectura neoclásica inglesa] Los grandes divulgadores del neoclasicismo en Inglaterra fueron los hermanos Robert y James Adam, que destacaron sobre todo lo ornamental. Los elementos decorativos de que se sirven son los del estilo clásico, pero sabiamente dosificados con gusto y elegancia. En sus proyectos se distinguen arcos, frontones, dinteles, pilastras, todo trabajo con cierta tendencia a la estilización. Uno de los elementos ornamentales más característicos es el motivo en forma de abanico, que también fue empleado en Francia, bajo el Directorio. Un gran edifico de la época es el Somerset House, tipo de gran construcción cuyo cuerpo de edificio se apoya sobre un inmenso basamento de piedra porticado. El cuerpo del edificio presente una serie de salientes que dan sobre una terraza del pórtico. Dichos salientes enmarcan un frontón de cuatro columnas.
[Arquitectura neoclásica española] Bajo el reinado de los Borbones se introducen en España los gustos franceses, construyéndose una serie de residencias reales, como las de la Granja y Aranjuez que imitan en sus construcciones y en sus jardines el Versalles soñado por el rey Felipe V. Este mismo rey, para controlar el gusto clásico, crea la Junta Preparatoria para la Enseñanza de la Arquitectura. De ella saldrán notables arquitectos españoles.
Se consideran como arquitectos principales del neoclásico español: Ventura Rodríguez, Francisco Sabatini y Juan de Villanueva, Ventura Rodríguez, profesor de la Academia de San Fernando es el primer arquitecto que se adhiere al neoclasicismo, so bien su formación es completamente barroca. La iglesia de San Marcos, de Madrid, describe en su planta una serie de elipses y un arco carpanel, con el consiguiente movimiento de muros y pilastras. Las bóvedas elipsoidales y las claraboyas treboladas de la capilla de la Virgen del Pilar, de Zaragoza, tienen igual carácter barroco. Sin embargo, el clasicismo de Ventura Rodríguez se manifiesta en el revestimiento con que remplaza la decoración barroca del interior del mismo templo.Más claramente neoclásica es la fachada de la catedral de Pamplona. El siciliano Francisco Sabatini es el arquitecto de confianza de Carlos II, y el director de las grandes reformas urbanas de Madrid. Aunque de un sentido más clásico que la de Ventura Rodríguez, la formación de Sabatini es aún más barroca. A él se deben el edificio que actualmente ocupa en Madrid el Ministerio de Hacienda, en el que sigue las normas generales del palacio italiano de siglo XVI, y la famosa puerta de Alclá, también en Madrid, con tareas arcos y dos vanos adintelados en los extremos.
Juan de Villanueva, de la generación siguiente y que reside carios años en Italia, produce el neoclásico español más puro, limpio ya de elementos barrocos. Es suya la iglesia de Caballero de Gracia, de Madrid, que a pesar de sus pequeñas proporciones, es de tres naves, sobre gruesas columnas, tiene fachada <<in antis>>, de orden jónico. Su obra más importante es el Museo del Prado, construido para Museo de Ciencias Naturales. De planta rectangular muy alargada, su fachada principal tiene en su centro un pórtico resaltado con columnas gigantescas, coronado por un gran ático, mientras que a los lados corren dos galerías: la baja sobre pilares y arcos y la alta adintelada, sobre pequeñas columnas jónicas, que, comparadas con las centrales, aumentan su gracia y ligereza. Gracias a su fino sentido de las proporciones y al alternar las piedras y el ladrillo, Villanueva ha ejercido una notable influencia en la arquitectura madrileña contemporánea. En la arquitectura neoclásica catalana destaca, sobre todo, Juan Soler, autor de la transformación y fachada de la Lonja de Barcelona.
A finales del siglo XVIII y a lo largo de todo el XIX
La.arquit ectura.d el.maqui nismo.
se produce un hecho de enorme trascendencia: la aparición de la gran industria. El avance de la técnica procura el desarrollo del maquinismo: las máquinas, cada vez más potentes y capaces, ofrecen la posibilidad de una producción rápida, abundante y económica. La fabricación deja de ser función exclusiva de la pequeña industria familiar o, cuanto más, gremial, para pasar a manos del capital, el único que puede financiar las grandes instalaciones precisas para una producción de amplias perspectivas. Esa novedad origina la concentración de obreros y máquinas en lugares adecuados y, por tanto, la necesidad de grandes espacios cubiertos y convenientemente iluminados. Una gran conmoción se produce en toda Europa y en América del Norte. El violento cambio de las estructuras sociales y las nuevas necesidades hacen que se planteen unos problemas estéticos que no pueden ser satisfechos por las formas artísticas tradicionales. Más que los arquitectos, son los ingenieros los característicos representantes de la construcción de esta época de la revolución industrial. En un principio los grandes tramos de cubierta se sostienen mediante gruesas vigas de madera, hasta que empiezan a utilizarse para este menester las estructuras de hierro fundido. Este fue el punto de partida. Muy pronto se vio que el hierro constituía la gran solución que exigían las grandes cubiertas de las fábricas, estaciones de ferrocarril, locales para exposiciones industriales, mataderos, etc. Donde se inicia primero esta revolución arquitectónica es en Inglaterra, por ser el país que con más ímpetu se lanzó a la industrialización.
Los edificios de hierro y vidrio fueron los que mejor cumplieron las nuevas exigencias. En su base estos edificios tenían de común con el neogótico la preocupación mecánica y la solución plástica por lo lineal. A ello contribuían las propiedades del hierro. La posibilidad de trabajar este material no sólo por presión sino también por tensión, facilitó a estas construcciones un carácter lineal mucho más patente que en las neogóticas. Todo quedaba convertido, simplemente, en un esqueleto estructural delgadísimo, y, sin duda, para dar mejor a entender estas posibilidades y el aspecto estético que producían, se tendía a cerrar los espacios entre hierros con la frágil y casi inmaterial apariencia del vidrio. El hierro empezó a ser empleado por Renard durante la revolución francesa. Napoleón mandó construir el primer puente de hierro a principios del siglo XIX, Labrouste, en la Biblioteca de Santa Genoveva y Stepheson en el puente Britannia, de 140 metros de luz, prepararon el camino al monumental palacio de Cristal erigido por Joseph Paxton en Londres en 1851 y a las <<Haller>> de París, modelos de innumerables salas de exposición industrial, mercados y estaciones de ferrocarril construidas en todo el mundo, con naves de inmensas luces. Esta arquitectura consigue sus mayores logros en la torre levantada en París por el arquitecto Eiffel, con sus 333 metros de altura, la más alta del mundo en aquel entonces, y en la gigantesca sala de Máquinas, proyecto de Dufert y Contamin con la nave central de 420 metros de longitud y 115 metros de luz..
Uno de los arquitectos más interesantes de fines del siglo XIX y principios del XX, Antoni Gaudí fue el más grande exponente de la arquitectura del movimiento Art Nouveau, llamado también Modern Style, fue la primera corriente artística en la historia que se alejó, conscientemente, de la unión de las artes y las artesanías para crear obras que cumplieran una función social. Sus orígenes se encuentran en la ilustración de libros y estampados textiles en Inglaterra, y en los diseños de William Morris y Arthur H. Macknurdo, así como en la actividad del movimiento Art and Crafts. Pronto se extendió al continente: a Bélgica, Alemania, Australia y Francia, donde importantes artistas se encargaron de desarrollarlo en todos los campos. El caso de Gaudí, el más importante representante que tuvo España, fue único. No salió de Barcelona ni conoció las grandes creaciones de otros arquitectosquizá solamente vio la ilustraciones inglesas. Solo, prácticamente sin influencias exteriores, dio origen al Art Nouveau catalán, imprimiéndole una fuerza interior, una personalidad y un dinamismo que hicieron de su obra un momento único del arte español de todos los tiempos. Gaudí fue un arquitecto para los ricos, para los que el dinero podía fluir durante años y pagar las más extravagantes fantasías. Su imaginación y su capacidad de invención no conocieron límites. Sus edificios poseen un ritmo que nunca cesa; sus formas se retuercen como flamas y dan la impresión de estar surgiendo del suelo por obra de un cataclismo, de
haber sido moldeadas por el aire, o de brotar entre la vegetación que las rodea. Antoní Gaudí i Cornet nació el 25 de Junio de 1852 en Reus, Tarragona. Su padre era un artesano que trabajaba el cobre y hacía utensilios de cocina. Seguramente con él aprendió Gaudí el manejo del hierro; -tradicional en España-, que tan magistralmente habría de incorporar más tarde a sus obras. Estudió la carrera en Barcelona (1869-1877), en la Escuela Provincial de Arquitectura, y en 1877 trabajó como asistente del arquitecto José Fontseré, encargándose de la construcción de la cascada del Parque Ciudadela, en cuya ornamentación aparecen a elementos de lo que será su estilo posterior. Sus primeros proyectos independientes- casas particulares- fueron más bien académicos. Su estilo personal empezó a manifestarse en la casa Vicens, construida entre 1878 y 1880 en Barcelona, y en la finca El Capricho, en Comillas. En ellas existen ya violentas yuxtaposiciones de masas, y una abundante decoración polícroma en hierro, ladrillo, azulejos y metal. Fue al diseñar la decoración interior y el mobiliario para la casa Vicens cuando Gaudí dio cuerpo a su concepción del edificio como un todo orgánico.. Esta ida y el uso de una rica decoración, en la que los elementos simbólicos y los motivos animales o vegetales se mezclan con su rica imaginación, hicieron que en sus obras cristalizaran las premisas y aspiraciones del Art Nouveau. En 1883, recibió una importante comisión, que lo mantuvo ocupado por el resto de su vida: la continuación de la
iglesia de la Sagrada
Familia, en Barcelona. Al mismo tiempo empezó a trabajar para un acaudalado industrial, el conde Eusebio Güell, para quien construía varias de sus más sobresalientes obras. Empezó en 1884 con la finca Güell. Siguió el palacio Güell, construido en Barcelona entre 1885 y 1889, en cuya fachada el arquitecto hizo contrastar dos arcos parabólicos con una abigarrada decoración en hierro forjado. El interior presenta diversas influencias: el arte gótico, los palacios venecianos y la arquitectura morisca, desarrolladas a
través de la exuberante fantasía de su creador. El interior culmina en un grandioso y altísimo salón dominado por una cúpula por cuyo centro se filtra la luz del día. La decoración está realizada principalmente en mármol, hierro finamente trabajado y maderas preciosas. El palacio Güell es una de las obras maestras de Gaudí.
Su arquitectura había sido la culminación internacional del estilo Art Nouveau que, en ella , encontró también sus límites. Gaudí no tuvo seguidores inmediatos. Su arte había sido demasiado personal y original, y ha permanecido como un fenómeno aislado dentro de la arquitectura de todos los tiempos.
Al Palacio Güell siguieron la extravagante capilla de Santa Coloma de Cervelló, iniciada en 1898, con sus columnas inclinadas, y el Parque Güell. En este último, Gaudí puso en práctica sus ideas sobre las relaciones entre arquitectura y paisaje. Las estructuras del parque parecen formar parte del ambiente y estar surgiendo de él. Al paisaje y a la vegetación se integran las escalinatas, las balaustradas, las bancas y las fuentes, así como todo un conjunto de fantásticas construcciones cubiertas totalmente con una rica decoración polícroma.
Una de las obras más cercanas a la suya fue el Palacio de Música Catalana, del arquitecto Lluis Doménech i Montaner (1850-1923). Fue el contemporáneo catalán que más se le aproximó y que seguramente recibió su influencia. Este palacio fue construido entre 1906 y 1908, cuando Gaudí había ya realizado sus obras maestras.
Entre 1905 y 1910, Gaudí realizó dos obras de gran importancia: las casa de apartamentos Batllo (190507) y Mila (1905-10). A esta última se le conocen popularmente como La pedrera. Todo en ellas es asimétrico, desde la planta hasta los patios, muros y techos. Las diferentes unidades de los edificios se concentran entre sí como si se tratara de un laberinto. Las fachadas son ondulantes y están decoradas con formas están decoradas con formas que dan la impresión de ser accidentes de la misma piedra. En la Sagrada Familia, Gaudí trabajó durante toda su vida profesional, y murió dejándola sin terminar. Cuando la tomó a su cargo, había sido empezada en el estilo neogótico de moda a fines del siglo XIX. Cuando Gaudí murió, la iglesia no tenía precedentes ni se parecía a nada que hubiera sido hecho jamás. Las formas parecían estar naciendo ante los ojos del espectador, y la fantasía de la decoración- basada en gran parte en el arte gótico- carecía de límites. Hacia el final de su vida, Gaudí se concentró totalmente en esta obra y prácticamente se recluyó en el taller que estableció dentro de la construcción, trabajando con una dedicación casi mística. Sin embargo, no pudo concluir su obra. El 10 de Junio de 1926 murió en Barcelona. Unos días antes, de camino hacia la iglesia había sido atropellado por un tranvía.
B A U H A U S
Bauhaus es el nombre de una escuela de diseño, arquitectura e industria, fundada en 1919 en Weimar (Alemania) por el arquitecto Walter Gropius, trasladada en Dessau en 1925 y disuelta en Berlín en 1933. Puede decirse que el espíritu y las enseñanzas de esta institución se extendieron por todo el mundo. Gropius sostenía que el artista y el arquitecto deben ser artesanos para conocer experimentalmente los materiales tan diferentes con que tienen que trabajar, al propio tiempo que deben dominar la teoría de las formas y el modelado. Según él, un edificio terminado ha de ser el resultado de la labor conjunta de los artistas y artesanos, cada uno de los acuales habrá aportado su trabajo propio orientado al mismo fin. Gropius propugnaba el trabajo en equipo para la construcción, el mobiliario, la cerámica y para todas las demás artes relacionadas con la arquitectura. También la formación industrial entraba en el plan de enseñanza de la Bauhaus . Gropius no era enemigo del empleo de las máquinas, sino que las subordinaba a la acción creadora del artista. Para él la máquina solamente era el perfeccionamiento de las herramientas del artesano que, antes de emplear las máquinas, debe conocer con exactitud los materiales y todas las posibilidades que ofrecen.
El equipo de trabajo para la construcción tiene su paralelo en la colaboración para fines industriales; en ambos casos, se obtienen los mejores resultados cuando cada colaborados no sólo domina su propio cometido como tarea aislada, sino como parte de la obra en su conjunto. Gropius logró reunir un profesorado sobresaliente, que alcanzó gran éxito en su misión. Lo formaban pintores, escultores, decoradores, arquitectos, etc. Al ser trasladada la escuela a Dessau, Gropius proyectó para ella un nuevo edificio cuya construcción se empezó en el otoño de 1925 y se terminó en diciembre de 1926. Constaba el nuevo edificio de tres alas principales, una para la enseñanza técnica, otra para los laboratorios y talleres, y otra para los alojamientos. En el puente o paso entre los locales para enseñanza y para laboratorios, se encontraban las oficinas,, el club y un taller privado de Gropius. La planta de alojamiento, de seis pisos, contenía veintiocho habitaciones para los alumnos. En parte, la construcción se hizo con estructura de hormigón armado. En el ala de los talleres y laboratorios se emplearon cubiertas de hormigón armado y pilares en forma de capiteles que permitieron la formación de una fachada de vidrio, corrida, a lo largo de los tres pisos. Esta fue la primera vez que se empleó el cierre de pared cortina en un edificio industrial y, al igual que en esta escuela, pronto se extendió su uso, en Europa y América, a edificaciones análogas.
Ludwing Mies van de Rohe, otro de los grandes arquitectos de la época, fue profesor de la Bauhaus y sucesor de Gropius en la dirección de la misma. Con el pabellón alemán en la Exposición Internacional de Barcelona, de 1929, Mies van de Rohe consiguió una de las obras maestras de la arquitectura moderna. Sobre un zócalo de mármol travertino, ligeros montantes de acero cromado en perfil de cruz soportaban una placa de hormigón armado. Tabiques de travertino y cristalerías delimitaban el espacio cubierto o sobresalían del mismo. El agrupamiento en ángulo recto, asimétrico de estas paredes ordenaba ligera y claramente el espacio, sin interrumpir, no obstante, la circulación. Completaban la obra dos estanques: el mayor de ellos en terraza abierta, y el pequeño dispuesto en ángulo recto con respecto al primero, pero al otro extremo del pabellón. El estanque menor estaba en una especie de patio formado por paredes proyectadas más allá de la parte cubierta. En él se exponía una escultura de Georg Kolche. Por lo demás, el pabellón contenía solo unos pocos muebles diseñados por el propios Mies van de Rohe. En éñ se expuso la solla Barcelona, el más importante hallazgo en el diseño de muebles de Mies al final de los años veinte. Pese a que esta modesta construcción llamara relativamente poco la atención durante el breve tiempo de su existencia, resultó, gracias a fotografías y publicaciones, una de las obras más influyentes de nuestro siglo.
(Charles – Edouard Jeanneret) Para Le Corbusier- quien además de ser escultor y pintor está considerado como uno de los más grandes genios de la historia de la arquitectura-, el hombre debe ser el módulo y centro de la actividad arquitectónica. Profundamente consciente de la época y de la sociedad en la que la forma depende siempre de la función De esa manera planeaba sus edificios para que respondieran a las necesidades económicas y sociales y al ambiente o al paisaje que lo circunda. En sus edificios Le Corbusier combinó formas simples y volúmenes muy definidos y los organizó de acuerdo a un orden lógico, racional y funcional. La decoración, sencilla y geométrica, se obtiene por medio de líneas y de entrantes y salientes con las que juega la luz produciendo claroscuros. Los trabajos de Le Corbusier ejercieron sobre la arquitectura de nuestro siglo una influencia profunda y decisiva a nivel mundial. Charles- Edouard Jeanneret, conocido como Le Corbusier, nació el 6 de octubre de 1887 en La Chauxde-Fonds, en la Suiza francesa. Su madre era maestra de piano y su padre grabador de carátulas para relojes. A los trece años, entró a la Escuela de Artes Decorativas de su ciudad natal. Fue un arquitecto que, sin estudiar la carrera, se hizo él solo. Una influencia decisiva fue su maestro de La Chaux-de-Fonds, Charles L´Eplattenier, quien le enseñó dibujo e historia del arte, lo impulsó a dedicarse a la arquitectura, y le buscó las primeras oportunidades de trabajo. Realizando numerosos viajes entre 1907 y 1911, Le Corbusier se vio también influido por la arquitectura de Palladio, por la popular mediterránea y la de los Balcanes.
Entre 1908 y 1909 trabajó en París con Auguste Perret, uno de los pintores en el uso del concreto reforzado y partidario del funcionalismo; con él, Le Corbusier aprendió el magistral uso del concreto por el que luego se distinguiría. En 1911 trabajó en Berlín con el gran Peter Behrens, que tan profunda influencia ejercía en él y en otros arquitectos como Walter Gropius y Mies van der Rohe. En 1917 Le Corbusier se estableció definitivamente en París y, animado por su amigo el pintor Ameédée Ozenfant, empezó a pintar. Juntos desarrollaron el movimiento purista y publicaron un manifiesto titulado: Después del cubismo. Poco después, con el poeta Paul Dermée, fundó la revista LÉsprit Nouveau (El nuevo espíritu, 1920), revelándose también como un escritor de alto nivel, a través de los brillantes artículos que escribió , entre 1920 y 1921. En cuanto a su actividad arquitectónica el primer período está marcado por sus casas producidas en serio; sus inicios en el urbanismo, y el diseño de un nuevo tipo de casa muy sencilla: lineal, blanca, por lo general cúbica y a veces construida sobre pilotes. Algunas de las obras más representativas son: las Casas Citrohan (1921); las villas de Vaucresson (1922), Garches (1927) y Poissy (1929-31) , y el edificio Cebtrosojus de Moscú (1928). Entre sus proyectos de urbanismo destacan la Ville Contemporaine (1922), la Ville Radieuse (1935) y los trabajos para la ciudad de Argel(1930). Dos edificios de este períododestacan particularmente : el ALBERGUE DEL Ejército de Salvación, (1929) y la Casa de Suiza, de la Ciudad Universitaria (1930-32), ambos en París.
Durante esa época de su actividad, que duraría de 1922hasta 1940, estuvo asociado con su primo Pierre Jeanneret, quien se ocupaba del aspecto técnico de la construcción. En la década de 1930, Le Corbusier tuvo que luchar por la aceptación de la arquitectura moderna. Sus obras fueron criticadas y, muchas veces, se le negó la oportunidad de construir. Sin embargo. Finalmente logró el reconocimiento que le correspondía. En 1936, Le Corbusier viajó a Brasil. Allí diseñó y asesoró la construcción del Ministerio de Salud de Río de Janeiro. Con él trabajaron los importantes arquitectos brasileños Lucio Costa, Oscar Niemeyer y Alfonso Reidy. A partir de la segunda postguerra inició otro brillante período de su actividad. Su genio artístico siguió manifestándose en admirables obras, pero su estilo y su concepción de lo que debía ser la arquitectura cambiaron radicalmente. Su nueva tendencia, opuesta a la anterior, fue más intelectual, pero también más expresiva. En las obras que realizó en esta época puso énfasis en las posibilidades estructurales que el concreto reforzado le ofrecía y lo combinó magistralmente con el vidrio. Su primera construcción de importancia, después de la guerra, no fue ejecutada hasta 1947. Poco antes, sus planes de reconstrucción para las ciudades francesas de Saint-Dié y La Pallice-Rochelle habían sido rechazados y, para la construcción del edificio-sede de las Naciones Unidas en Nueva York, se le había llamado solamente como parte del jurado. Finalmente, con el apoyo del gobierno de Francia, se le comisionó la construcción de importantes unidades habitacionales en Marsella (1947-52); Nantes (195355) y Briey (1956-58). A estas unidades siguió otra en Berlín occidental, construida entre 1956 y 1958. Dos obras maestras de esa época fueron edificios eclesiásticos. La primera fue la capilla Notre-Damedu-Haut (1950-55) en Ronchamp. Esta obra espectacular, con su blanca torre y un techo que parece suspendido en el aire, fue construida en concreto. En los muros, las ventanas, arbitrariamente distribuidas, producen un extraordinario ritmo basado
en los juegos y contrastes de luces y sombras. La segunda obra fue el convento de Sainte Marie de la Tourette, construida entre 1957 y 1961, en Eveux-surL´Arbresle. A partir de 1950, Le Corbusier trabajó importantes proyectos a nivel internacional. Destacan especialmente: la Villa Shodan (1955-56) en Ahmadabad, India; el Pabellón Philips de la Exposición de Bruselas (1958); la urbanización y los planos para la ciudad de Chandigarh, India, con el Palacio de Justicia y el Secretariado (1951-56); el Museo de Arte Moderno de Tokio (1957) y su última obra, el Centro Carpenter de Artes Visuales, en la Universidad de Harvard (1964). Retirado en Cap Martin, Le Corbusier siguió diseñando y escribiendo hasta el final de su vida. El reconocimiento que se le otorgó nunca compensó los rechazos que había sufrido. Sus libros. Entre los que destacan Hacia una arquitectura (1923), La ciudad del mañana (1925), Cuando las catedrales eran blancas (1937) y El modulor (1948), tuvieron una profunda influencia sobre la arquitectura contemporánea. Le Corbusier, a quien la arquitectura de nuestro siglo debe tanto, murió en Cap Martin, Francia, el 27 de agosto de 1965. En 1968 se creó en París una fundación que lleva su nombre.
Frank Lloyd Wright, el más grande arquitecto norteamericano del siglo XX, nació en Richland Center, estado de Wisconsin, el 8 de junio de 1867. Su madre era maestra de escuela y su padre músico ambulante y predicador. Aunque durante su infancia y adolescencia la familia cambió constantemente de lugar de residencia, Wright conservó siempre el amor por la hacienda de su familia materna y por los trabajos del campo. En 1885-86 estudió ingeniería, literatura e idiomas en la Universidad de Wisconsin. En sus años de formación recibió la influencia de las teorías racionalistas del arquitecto francés Viollet-le-Duc, de la Escuela de Chicago y del gran Louis Henry Sullivan, en cuyo despacho (Adler & Sullivan) trabajó entre 1888 y 1893. En 1889 Wright se casó con Catherine Tobin y se estableció por su cuenta en un suburbio de ChicagoOak Park-, después de abandonar el despacho de Adler y Sullivan. Tanto él , como otros jóvenes arquitectos, buscaban soluciones funcionales y modernas para la construcción de casas. Al estilo que desarrollaron, del cual fue Wright el principal exponente, se le llamó Prairie School o escuela Prairiepradera. De Arquitectura.
Utilizando los materiales modernos de construcción que se producían masivamente y simplificando los diseños, Wrighty la Escuela Prairie proyectaron un tipo moderno, espacioso y funcional de casa, de la que Wroght construyó cincuenta ejemplares entre 1900 y 1910. Su primera obra significativa en ese estilo due la casa de W.W.Willita, construida en Highland Park, Illiois, en 1902, a la que siguieron las casas Heurtley (OAK Park, 1902), Cheney (Oak Park, 1904) y Coonley (Riverside, Illinois, 1908). En los primeros años del siglo, Wright empezó a diseñar edificios de apartamentos, complejos habitacionales y edificios para oficinas. El edificio Larkin de Buffalo, estado de Nueva York, construido en 1904 y demolido en 1950, fue uno de los mejores ejemplos de arquitectura funcional y dinámica de los Estados Unidos. En 1906 construyó el Templo Unit, de a Iglesia Unitaria de Oak Park, con su centro social, considerado uno de los edificios más importantes y comprendido entre los monumentos nacionales del país. E 1909 a 1913 Wright vivió una etapa de profundos problemas personales. Decidió casarse con la Sra. Cheney, pero su esposa, Catherine, le negó el divorcio. A pesar del escándalo, que llegó hasta los periódicos, Wright viajó con la Sra. Chenet por Europa y Japón entre 1909 y 1911. En Europa ya se admiraba su trabajo. Allí escribió dos libros que le dieron fama y que fueron publicados en Alemania (Ausgefuhrte Bauten und Entwürfe, 1910), y un libro con fotografías de su obra ( Ausgefuhrte Bauten, 1911). Cuando regresó a los Estados Unidos perdió a la mayor parte de sus clientes a causa de su vida privada y, en 1913, un maniático asesinó a la Sra Cheney, a sus hijos y a cuatro personas más, incendiando la casa que Wright y ella ocupaban. Valientemente, Wright reconstruyó su casa y realizó los Midway Gardens, un centro de recreación que incluía restaurantes, clubs y jardines. Entre 1916 y 1922 viajó a Japón con la escultora Miriam Noel,; ahí cinstruyó otra de sus grandes obras : el Hotel Imperial de Tokio (demolido después).
Las décadas de 1920 y 1930 fueron muy difíciles para Wright, tanto en su vida personal como en su carrera y en sus finanzas. Divorciado finalmente de Catherine Tobin, en 1992 se casó con Miriam Noel, que lo abandonó seis meses después. En 1923 murió su madre y, en 1925, su casa de Taliesin fue alcanzada por un rayo y se incendió por segunda vez. Después de divorciarse de Miriam Noel se casó , en 1928, con Olgivanna Hinzenberg. Durante años ejecutó brillantes y revolucionarios diseños, que sin embargo no llegaron a construirse. Apunto de arruinarse, perdió su casa en Taliesin. Lo salvó un grupo de ricos admiradores que, en 1927, fundó la Wright Incomporated, con él a su cabeza. Sin embargo, debido al derrumbe de la Bolsa en 1929 y a los años de depresión económica que siguieron, Wright tuvo muy pocos contratos. Se dedicó a dar conferencias, a escribir sus libros (una Autobiografía y La ciudad que desaparece, ambos en 1932), y a la enseñanza, fundando además en un taller de jóvenes arquitectos con quienes construyó un complejo en Taliesin. Influido por la arquitectura japonesa, Wright desarrolló un brillante estilo, de acuerdo al cual diseñó un brillante estilo, de acuerdo al cual diseñó admirables casas. Este estilo, llamado “Usonian”, se caracterizó por el uso de techos planos, amplias proporciones, abundancia de vidrio y una línea sencilla pero de gran funcionalidad. Las casas construidas por Wright se integran a la perfección con el ambiente que la rodea y están proyectadas con amplia perspectiva, para que el aire y la luz penetren en ellas y para que las habitaciones dejen de ser “cajas cerradas” para convertirse en amplios espacios. La funcionalidad y la comodidad de estas casas hacen que en ellas, el hombre se sienta respetado en su individualidad y en su privacidad y las considere su ambiente natural. Hacia 1936 Wright realizó dos importantes obras que le devolvieron su dama y su prosperidad: la espectacular casa volada sobre una cascada, llamada Falling Water, y las oficinas de S.C. Johnson en Racine, Wisconsin, Ambas obras, realizadas n 1936, atrajeron inmediatamente la atención internacional y dieron lugar a nuevas e importantes comisiones. Finalmente,
Wright fue reconocido como uno de los más destacados arquitectos del siglo y recibió invitaciones y honores de parte de los gobiernos de muchos países, Se le llamó a dar conferencias en Londres y en la URSS y se organizaron varias exposiciones sobre su trabajo. De este periodo sobresalieron las casa Jacobs (Westmoreland, Wisconsin, 1937). Taliesin West (Scottsdale, Arizona, 1938) y Winckler – Goetsch (Okemos, Michigan, 1939). El periodo final de su actividad arquitectónica estuvo marcado por un creciente intelectualismo que ha sido considerado excesivo, pero que lo llevó a crear obras innovadoras y revolucionarias en las que los materiales de construcción, utilizados con gran sensibilidad, producen efectos de espectacular belleza.
Entre los últimos diseños destacan los edificios del Florida Southern College(Lakeland, Florida, 1940-49), la tienda V.C. Morris(San Francisco. 1948), la Torre Price(Bartlesville, Oklahoma,1956) y el espectacular edificio Museo Giggenheimde la ciudad de Nueva York; (1956-1959). Frank Floyd Wright murió en Phoenix, Arizona el 9 de abril de 1959.
El arquitecto alemán Ludwing Mies van der Rohe fue “el gran clásico de la arquitectura contemporánea. Su arte, lejano de cualquier connotación histórica de la expresión personal, refleja y sirve admirablemente a las necesidades de la época contemporánea. Depuración, serenidad, armonía, estructuras geométricas en las que el vidrio, el acero y el hormigón armado son los principales componentes que caracterizan su arquitectura. Hermosos y funcionales rascacielos, de purísima línea, encierran su máxima expresión.
Mies van Der Rohe
Su actividad abarcó todos los aspectos de la arquitectura, desde el proyecto y la construcción hasta la decoración de interiores y el diseño de muebles. Por ello, su obra logró una perfecta unidad en la que cada parte se integra armoniosamente para formar un todo. Su influencia ha sido tan grande que podría decirse que el desarrollo de la arquitectura moderna, que tanto debió en sus orígenes a Walter Gropius, depende y se orienta a partir de la influencia de Mies van der Rohe y de Le Corbusier. Ludwig Mies van der Rohe nació en Achen (Aix-laChapelle), Alemania, el 27 de marzo de 1886. Su padre era maestro de obra y tenía un negocio donde se trabajaba la piedra. Esta fue la primera escuela de Mies van der Rohe, que nunca recibió una preparación formal. A los quince años empezó a trabajar con varios arquitectos para los que dibujaba ornamentos. Después de trabajar en Berlín con su especialista en construcciones de madera (1905), se colocó en el taller del diseñador de muebles Art Nouveau, Bruno Paul. Recibió una influencia decisiva n su carrera cuando entró a trabajar en el despacho del famoso arquitecti Peter Behrens, a través del cual entró en contacto con las ideas de la Deutscher Werkbund, que advocaban la unión de las artes y las artesanías al servicio de la construcción racional y funcional, utilizando los métodos de construcción en serie que la industria y la tecnología modernas proporcionaban. Alejándose del Art Nouveau, tanto Behrens como van der Rohe y la Werkbund se inspiraron en las obras neoclásicas del escultor alemán Karl Friedrich Schinkel (1781-1841). Lo influyeron también la obra del norteamericano Frank Floyd Wright, que el gran arquitecto Hendrikus
Petrus Berlage se esforzaba por dar a conocer en Europa, y la del propio Berlage, con quien van der Rohe colaboró durante un año en Holanda.
los Estados Unidos para dar clases en el Instituto Tecnológico de Chicago, donde realizó, entre 1939 y 1941, varios edificios.
Las primeras obras de Mies van der Rohe fueron la Casa Perls en Berlín, en 1911, y el diseño, que no llegó a ejecutarse, de la casa de la Sra Kröller, famosa coleccionista de arte en La Haya.
Su actividad aumentó notablemente después de la segunda guerra mundial. Realizó numerosas obras, tanto en Américo como en Europa, entre las que destacaron varias casas privadas (Casa Farnsworth,
Después de la primera guerra mundial, el panorama artístico de Europa cambió radicalmente. Los mocimientos pictórics de vanguardia – dad:aaa, De Stijl, suprematismo, constructivismo, expresionismo, etc.- influyeron epoderosamente sobre la arquitectura. Surgió una nueva corriente que absorbió a todas las artes, en la función social de la arquitectura y en el aprovechamiento de la tecnología. El movimiento se manifestó brillantemente en la Bauhaus de Walter Gropius. Entre 1919 y 1921, Mies van der Rohe empezó a diseñar sus innovadores rascacielos de acero y cristal, pero tuvo pocas oportunidades para construís. Edificó solamente casa, de gran funcionalidad, en Berlín (Apartamentos Weissenhof) y Stuttgart (casa Wolf), entre 1925 y 1927. También diseñó un monumento a los líderes comunistas Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht (1926), que fue, más tarde, demolido por los nazis. En 1926, van der Rohe se inició en el diseño de muebles y realizó su famosa silla tubular, de acero, a la que siguieron la silla Barcelona (en cuero y acero, 1929) y la silla Tugndhat (1920), entre otras. A partir de la exposición organizada por la Werkbund, en 1927, en la que participaron los más distinguidos arquitectos del momento (entre ellos Le Corbusier y el propio Mies van der Rohe), el estilo “moderno internacional” se hizo una realidad. En 1929, van der Rohe diseñó el Pabellón de Alemania para la Exposición de Barcelona, obra maestra en mármol, adornada con sus propios muebles, que atrajo la atención internacional. En 1930. Ejecutó la Residencia Tugend en Checoslovaquia, para la cual también diseñó muebles. Entre 1930 y 1933, Mies van der Rohe fue director-en Berlín y en Dessau- de la Bauhaus y, en 1938, viajó a
Plano Illinois, 1946-50), edificios de apartamentos (Apartamentos Promontory, Chicago, 1949; Apartamentos en Lake Shore Drive, Chicago, 1949-51; Torres Lafayette, 1963, Detroit), edificios de oficinas (Edificios Seagram, Nueva York, 1956-58; Edificio Bacardí, ciudad de México, 1961; Edificio IBM, Chicago, 1971), las Galerías del siglo XXI (1968), en Berlín. A pocos artistas debe tanto la arquitectura de nuestro siglo como a Mies Van der Rohe. Aparte de su obra arquitectónica, sus teorías y sus enseñanzas contribuyeron a definir la verdadera arquitectura moderna. Desde sus primeros proyectos, realizados al terminar la primera guerra mundial, puso en evidencia las ilimitadas posibilidades que el empleo del concreto reforzado, el acero y el vidrio, ofrecían a la construcción contemporánea. Fue también uno de los primeros arquitectos que intuyeron que el revestimiento tradicional que cubría a los edificios debía desaparecer, para que éstos lucieran plenamente su estructura. Mies van der Rohe diseñó rascacielos 20 años antes de tener la oportunidad de construirlos. Cuando lo hizo, sus diseños no habían envejecido ni habían perdido su vigor ni su originalidad. Respetando profundamente los materiales de construcción, supo aprovechar al máximo sus posibilidades y comprender sus limitaciones. Hizo que sus edificios se integraran al medio ambiente y que correspondieran a la función que debían desempeñar y los embelleció y les dio comodidad diseñando el mobiliario. Este arquitecto, que en sus enseñanzas puso siempre énfasis en la “integridad arquitectónica” y en la “honestidad estructural”, murió en las cercanías del lago Michigan en el estado de Illinois el 17 de agosto de 1969.