Extraño Juguete

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(EN
ESCENA
HAY
DOS
MUJERES,
PERLA
Y
ANGELICA,
TIENEN
ENTRE
35
Y
40
AÑOS.
 TODA
LA
OBRA
TRANSCURRE
EN
UN
LIVING‐COMEDOR,
CONFORTABLE
PERO
CON
 CIERTO
AIRE
PUEBLERINO)
 (PERLA
CRUZA
EL
ESCENARIO.
LLEVA
VASOS
EN
LA
MANO.
LOS
GUARDA
EN
UN
 APARADOR,
VA
DE
UN
LADO
A
OTRO,
TRAYENDO
Y
LLEVANDO
COSAS.
ANGELICA
ESTA
 SENTADA
EN
UNA
SILLA.
MUY
LENTAMENTE
SE
PONE
UNAS
MEDIAS
DE
NYLON.
LUEGO
 SE
LEVANTA.
DESCALZA.
SE
MIRA
EN
EL
ESPEJO.
SE
ARREGLA
EL
VESTIDO.
SE
SIENTA
 NUEVAMENTE
FRENTE
AL
ESPEJO.
PERLA,
QUE
HA
TERMINADO
DE
ACOMODAR
EL
 AMBIENTE,
SE
DIRIGE
HACIA
ANGELICA.
SE
MIRAN
UNOS
INSTANTES,
PERLA
TOMA
UN
 PEINE
Y
COMIENZA
A
PEINARLA.
 
 
 ANGELICA
:
(CON
VOZ
ANIÑADA)
¡Ay,
me
duele!
 PERLA
:
Tenés
que
peinarte
más
seguido.
 ANGELICA
:
¿Qué
hora
son?
 PERLA
:
Las
cuatro.
¿Por
qué?
 ANGELICA
:
¡Me
olvidé!
¡La
novela!
¡Está
por
terminar!
¡Dale!
¡Apurate!
 PERLA
:
Quedate
quieta
que
te
va
a
doler
más.
 ANGELICA
:
Esa
manía
de
hacerme
trenzas
que
tenés.
 PERLA
:
Así
estás
más
arreglada.
 ANGELICA
:
(CON
SORNA)
Para
vos
estoy
arreglada.
(PAUSA
CORTA)
Voy
a
comprarme
un
 sombrero.
 PERLA
:
¡Estás
loca!
No
se
usan
más.
 ANGELICA
:
En
las
revistas
las
mujeres
siempre
usan
sombreros.
 PERLA
:
(TERMINA
DE
PEINARLA)
Sí,
en
las
revistas...
Bueno,
ya
está.
 ANGELICA
:
(MIRANDOSE
EN
EL
ESPEJO)
Demasiado
achatado.
Me
hace
cara
de
torta.
 PERLA
:
(SIN
MIRARLA)
Te
queda
muy
bien.
 ANGELICA
:
¿Te
fijaste?
Me
estoy
quedando
pelada.
(SE
TOCA)
 PERLA
:
Siempre
decís
lo
mismo.
 ANGELICA
:
(CASI
LLORIQUEANDO)
¿Y
mis
zapatos?
¿Dónde
están
mis
zapatos?
 PERLA
:
Debajo
tuyo.
¿No
los
ves?
Mirá
que
sos
desordenada.
 ANGELICA
:
(EXITADA)
¡La
novela!
 PERLA
:
(AMENAZANTE)
¡Despacito,
eh!
Te
lo
digo
una
sola
vez.
 ANGELICA
:
(PRENDE
LA
RADIO)
Termina
este
mes.
La
madre
está
muy
enferma.
(HABLA
 SIN
MIRAR
A
PERLA)
 PERLA
:
¿Quién?
¿De
qué
hablás?
 ANGELICA
:
La
madre.
Doña
Clotilde.
 PERLA
:
¿Doña
Clotilde?
(ASPERA)
¿Quién
es?
 ANGELICA
:
La
madre...
la
madre
de
"Sangre
en
las
venas"
 PERLA
:
...
 ANGELICA
:
¡La
novela!
 PERLA
:
Siempre
con
las
mismas
pavadas.
No
cambiás
nunca.
 ANGELICA
:
El
hijo
está
lejos.
¡Pobre!
Ella
no
sabe
nada.
 PERLA
:
Ché.
(MIRANDOSE
EN
EL
ESPEJO)
¿esta
pollera
me
hace
gorda?
 ANGELICA
:
(SIN
MIRARLA)
Ella
quiere
verlo
antes
de
morir.
Le
tiene
que
decir
algo
muy
 importante.
 PERLA
:
¿Me
escuchaste?
 ANGELICA
:
No
sabe
donde
esta,
nadie
sabe
donde
está.
 PERLA
:
Te
pregunté
algo,
¿no?
 ANGELICA
:
(PAUSA)
¡Está
tan
mal!
 PERLA
:
¿Quién?
 ANGELICA
:
Doña
Clotilde.
¡Pobre!
¡A
su
edad...!
(SE
RETUERCE
EN
LA
SILLA)
 PERLA
:
(ENOJADA)
Querés
quedarte
quieta,
que
te
arrugás
el
vestido.
 (ANGELICA,
ESTA
ESCUCHANDO
SU
NOVELA
CON
EL
OIDO
PRACTICAMETNE
PEGADO
A


LA
RADIO.
PERLA,
SACA
UN
TEJIDO
Y
COMIENZA
A
TEJER)
 (PAUSA)
 PERLA
:
¿Hiciste
la
cama?
 ANGELICA
:
¡Callate,
que
no
oigo!
¡Un
telegrama!
 PERLA
:
Me
tenés
podrida
con
tus
pavadas.
(LE
TIRA
UNA
MADEJA
DE
LANA)
Ayudame.
 ANGELICA
:
¿Qué
tiene
que
decir,
que
es
tan
importante?
 PERLA
:
Tendríamos
que
cortar
el
pasto.
Es
una
vergüenza.
 ANGELICA
:
Es
de
Roma.
Avisa
que
viene.
 PERLA
:
Esta
mañana,
por
la
ventana
vi
a
un
hombre
mirando
la
casa.
 ANGELICA
:
¡Por
fin!
Ahora
se
puede
morir
tranquila.
 (AL
APAGAR
LA
RADIO,
SE
ENREDA
DE
LA
LANA)
 PERLA
:
¡Cuidado!
¡Mirá
lo
que
hacés!
 ANGELICA
:
Bueno,
apurate,
me
aburre
estar
aquí.
 (PAUSA)
 PERLA
:
Angélica.
 ANGELICA
:
¿Qué?
 PERLA
:
Mirame
bien.
¿Qué
edad
aparento?
 ANGELICA
:
¡Y...
tu
edad!
¡Que
se
yo!
 PERLA
:
¿Estás
segura?
 ANGELICA
:
(SUBITAMENTE
INTERESADA)
¿Cómo
era
el
hombre?
 PERLA
:
Hay
días
que
me
siento
joven...
 ANGELICA
:
¿Alto?
 PERLA
:
Una
chiquilina...
 ANGELICA
:
¿Alto?
 PERLA
:
(CON
SOSPECHA)
Sí,
¿por
qué?
 ANGELICA
:
¿De
espaldas
anchas?
 PERLA
:
Sí.
 ANGELICA
:
¿De...
unos
cuarenta
años?
 PERLA
:
Sí...
¿lo
viste?
 ANGELICA
:
(MISTERIOSA)
No
sé.
Me
pareció.
 PERLA
:
¿Dónde?
 ANGELICA
:
No
sé.
(PAUSA)
Está
oscureciendo.
 PERLA
:
Son
apenas
las
cinco.
 ANGELICA
:
Pero
ya
es
de
noche.
 PERLA
:
Mañana,
bien
temprano,
cortamos
el
pasto.
 ANGELICA
:
¡Ufa!
Siempre
dando
órdenes.
 PERLA
:
Si
no
fuera
por
mí,
esto
sería
un
chiquero.
 ANGELICA
:
(PICARA)
¿Sabés
qué
soñé
anoche?
 PERLA
:
¡¿Qué?!
 ANGELICA
:
Que
te
morías.
(PERLA,
LA
MIRA
FIJO)
Bueno,
ché,
fue
un
sueño.
 PERLA
:
(MUY
SERIA)
¿Qué
hay
de
comer?
 ANGELICA
:
Milanesas
a
la
napolitana.
 PERLA
:
¿No
te
dije
que
estoy
a
régimen?
 ANGELICA
:
A
mí
me
gustan
las
milanesas.
 PERLA
:
A
mí
también
me
gustan
las
milanesas.
Pero
no
quiero
engordar,
¿entendés?
 (PAUSA.
SE
TOCA
EL
VIENTRE)
¡Me
quiero
cuidar!
 (ANGELICA,
BAJA
LA
MIRADA.
PAUSA
CORTA)
 PERLA
:
Ché,
¿cómo
era
el
sueño?
 ANGELICA
:
¿qué
sueño?
 PERLA
:
El
de
anoche.
 ANGELICA
:
(PICARA)
Ibamos
juntas
a
un
parque
de
diversiones
y
subíamos
a
la
montaña
 rusa...
 (PAUSA)
 PERLA
:
¿Y?


ANGELICA
:
De
repente
te
enojabas
por
algo
y
te
parabas
en
el
trencito...
(PAUSA
LARGA)
 PERLA
:
Ché,
¿qué
te
pasa?
 ANGELICA
:
Me
olvidé...
 PERLA
:
Tenés
que
acordarte.
¡Vamos!
¡Hacé
memoria!
 ANGELICA
:
¿Cómo
era...?
 PERLA
:
¡Dale!
¿Qué
te
pasa?
¡Contá!
 ANGELICA
:
(CONFUNDIDA)
Sí,
te
parabas
en
el
trencito...
y
te
ponías
a
gritar...
y
yo
te
 miraba...
y
de
repente...
el
trencito
bajaba
de
golpe,
shunn
(HACE
SEÑAS
CON
LA
MANO)
a
 toda
velocidad
y
vos
te
caías
para
abajo
(SE
EMPIEZA
A
REIR)
y
mientras
caías,
seguías
 gritando,
y
a
mí
me
hacía
mucha
gracia
...
y
me
reía...
(SE
RIE)
me
daba
un
ataque
de
risa...
 (TENTADA)
...
estabas
graciosa
cayéndote
con
las
piernas
abiertas.
 PERLA
:
(INDIGNADA)
¡Qué
imbécil!
 ANGELICA
:
(RIENDO)
¿Y
para
qué
me
preguntás?
 PERLA
:
(COMO
PENSANDO
EN
VOZ
ALTA)
Sí,
no
sé
para
qué
te
pregunto...
 ANGELICA
:
Te
falta
sentido
del
humor.
(PAUSA)
Por
eso
te
dan
más
edad
de
la
que
tenés.
 PERLA
:
¿Quién
me
da
más
edad?
 ANGELICA
:
¡Y
qué
se
yo!
La
gente...
 PERLA
:
¿Qué
gente?
 ANGELICA
:
El
otro
día
en
la
farmacia
me
preguntaron
cuántos
años
me
llevabas.
 PERLA
:
¿Y
vos
no
dijiste
que
yo
era
menor?
 ANGELICA
:
¿Para
qué?
¿A
quién
le
interesa?
(PAUSA
CORTA)
 PERLA
:
¿Y
quién
estaba?
 ANGELICA
:
¿Dónde?
 PERLA
:
En
la
farmacia.
¿Quién
estaba?
 ANGELICA
:
¡Ché,
pará!
¿Por
qué
me
hacés
tantas
preguntas?
No
se
puede
hablar
con
vos.
 PERLA
:
¡Callate,
querés!
 ANGELICA
:
¿Y
por
qué
me
tengo
que
callar?
 PERLA
:
Shh...
me
parece
que
hay
alguien
detrás
de
la
puerta.
 (LAS
DOS
SE
ACERCAN
A
LA
PUERTA
LENTAMENTE.
SE
QUEDAN
UNOS
INSTANTES
 ESCUCHANDO.
PERLA,
LE
HACE
UNA
SEÑA
A
ANGELICA
Y
ABRE
LA
PUERTA
DE
UN
 ENVION.
DETRAS
DE
LA
PUERTA
HAY
UN
HOMBRE
VESTIDO
DE
TRAJE
OSCURO,
 ANTEOJOS
NEGROS,
BIGOTITO,
TIENE
APROXIMADAMENTE
40
AÑOS
Y
LLEVA
UNA
 VALIJA
EN
LA
MANO.
SU
OTRA
MANO
LIBRE
ESTA
CUBIERTA
POR
UN
GUANTE
NEGRO)
 MAGGI
:
(HUMILDEMENTE)
Buenos
días...
Buenos
días,
señoras...
 PERLA
:
(OBSERVANDO
ATENTAMENTE)
¿Qué
desea?
 MAGGI
:
Si
ustedes
son
tan
gentiles
me
gustaría
mostrarles
algunas
novedades
que...
 PERLA
:
(INTERRUMPIENDO)
No,
gracias.
No
necesitamos
nada.
 ANGELICA
:
(ANSIOSA)
¿Qué
vende?
¿Cepillos?
 MAGGI
:
(DESCONCERTADO)
Bueno,
no
precisamente.
(SE
RIE)
Si
usted
me
permite
 mostrarles.
(ADELANTA
LA
VALIJA)
 PERLA
:
Le
dije,
señor,
que
no
necesitamos
nada...
 MAGGI
:
Bueno...
entonces...
(LA
MIRA
A
ANGELICA)
 ANGELICA
:
(A
MAGGI)
¿Usted
no
estuvo
antes
por
aquí?
 MAGGI
:
No,
señorita...
Yo...
es
la
primera
vez
que
vengo...
 ANGELICA
:
Qué
raro,
me
pareció.
 PERLA
:
(AGRESIVA.
A
ANGELICA)
¿Qué
te
pareció?
 ANGELICA
:
Haberlo
visto
antes.
Me
resulta
cara
conocida.
 MAGGI
:
Bueno,
le
prevengo
que
muchas
veces
me
dicen
lo
mismo.
 PERLA
:
¿Qué
le
dicen?
 MAGGI
:
Que
me
parezco
a
alguien.
(PAUSA.
A
PERLA)
Tengo
cara...
repetida...
(SE
RIE.
 PAUSA
LARGA.
MIRANDO
EL
LIVING)
¡Qué
lindo
está
esto!
 ANGELICA
:
¿Le
gusta?
 MAGGI
:
Se
nota
la
mano
femenina.
 PERLA
:
Disculpe,
pero
no
tenemos
mucho
tiempo.


MAGGI
:
Sólo
un
instante...
 ANGELICA
:
¿Qué
lleva
ahí?
 MAGGI
:
(RESUELTO)
Prendas
femeninas
de
primerísima
calidad.
Si
ustedes
disponen
de
 cinco
minutos,
yo
paso
y
les
muestro
sin
ningún
compromiso.
 (HACE
ADEMAN
COMO
PARA
PASAR)
 PERLA
:
No,
gracias.
 ANGELICA
:
¡Yo
quiero
ver!
 MAGGI
:
(A
ANGELICA)
Bueno,
si
usted
me
ayuda
puedo
mostrarle
desde
aquí.
 (APOYA
LA
VALIJA
SOBRE
SU
PIERNA
DERECHA
FLEXIONADA.
ANGELICA,
LO
AYUDA
A
 SOSTENER
LA
VALIJA
Y
EL
CON
LA
MANO
DERECHA
SOLAMENTE
LA
ABRE
TRATANDO
 DE
MANTENER
EL
EQUILIBRIO)
 PERLA
:
(CERRANDO
LA
VALIJA)
Señor,
parece
que
no
nos
entendemos.
 (MAGGI,
TRASTABILLA.
CONTINUA
CON
LA
VALIJA
SOBRE
LA
PIERNA)
 MAGGI
:
(A
PERLA,
IMPACIENTE)
la
señorita
me
pidió
que
le
mostrara.
 ANGELICA
:
(ABRIENDO
NUEVAMENTE
LA
VALIJA)
¡Yo
quiero
ver
qué
lleva!
 MAGGI
:
(LA
CIERRA)
¡Discúlpeme,
pero
me
están
mareando!
(LA
APOYA
EN
EL
SUELO.
SE
 RIE)
Son
gajes
del
oficio...(PERLA,
HACE
ADEMAN
DE
CERRAR
LA
PUERTA)
Por
favor,
 señorita,
¿no
me
traería
un
vasito
de
agua,
si
no
es
mucha
molestia?
 (ANTES
QUE
PERLA
PUEDA
CONTESTAR
ANGELICA
SALE
CORRIENDO)
 ANGELICA
:
Sí,
como
no.
 (MAGGI,
SECANDOSE
LA
FRENTE
CON
UN
PAÑUELO)
 MAGGI
:
Hace
calor
afuera...
 VOZ
DE
ANGELICA
:(DE
ADENTRO)
¿Le
pongo
hielo?
 MAGGI
:
(GRITANDO
A
ANGELICA)
Bueno,
si
es
tan
amable.
(A
PERLA)
Simpática
su
 hermanita...
 PERLA
:
(DE
MAL
MODO)
Es
una
atolondrada.
 MAGGI
:
Y...
en
las
mejores
familias
siempre
hay
alguno
que
sale
medio.
(HACE
GESTO
 CON
LA
MANO
DE
REVIRE)
 PERLA
:
¿Cómo
dice?
 (ENTRA
ANGELICA,
LE
DA
EL
VASO
A
MAGGI.
ESTE,
TOMA
SU
PRIMER
SORBO)
 MAGGI
:
No
hay
nada
como
el
agua
cuando
uno
tiene
sed...
¡Qué
día...!
No
se
aguanta...
en
la
 calle
no
se
aguanta...
 PERLA
:
¿Ya
terminó?
 MAGGI
:
(MOSTRANDO
EL
VASO)
El
último
sorbo.
Cuando
estoy
acalorado
me
gusta
tomar
 bien
despacito.
(SE
RIE)
Así
me
enseñó
la
vieja.
 ANGELICA
:
¿Qué
vieja?
 MAGGI
:
Mi
vieja.
¡Una
santa!
Que
Dios
la
tenga
en
la
gloria.
(PERLA,
HACE
ADEMáN
DE
 SACARLE
EL
VASO)
Un
momentito,
señorita,
ya
termino.
(TOMA
EL
ULTIMO
SORBO)
(LE
 DA
EL
VASO
A
PERLA)
Muchas
gracias.
(PERLA,
SE
QUEDA
CON
EL
VASO
EN
LA
MANO)
 Siempre
viene
bien
una
pausa
en
el
camino.
(SE
RIE)
 (SE
SACA
LOS
ANTEOJOS.
MIRA
A
TRAVES
DE
ELLOS,
SE
LOS
LIMPIA
CON
EL
SACO
Y
 VUELVE
PONERSELOS.
HACIENDO
UNA
REVERENCIA)
 MAGGI
:
Señoritas,
a
sus
órdenes.
 (AL
AGARRAR
LA
VALIJA
DEL
PISO
SE
LE
ABRE
Y
SE
LE
CAE
PARTE
DE
LA
MERCADERIA)
 MAGGI
:
Huy,
el
cierre...
 ANGELICA
:
(MIRANDO
LA
ROPA
EN
EL
SUELO)
¡Qué
lindas
cosas!
 PERLA
:
¡Pero
esto
es
el
colmo!
 MAGGI
:
(TRATANDO
DE
ARREGLAR
EL
CIERRE)
Es
tan
delicada...
 PERLA
:
¿Quién?
 MAGGI
:
La
valija.
(PAUSA)
¡Qué
desgracia!
 (ANGELICA,
ESTA
EXCITADA
VIENDO
LA
MERCADERIA.
A
PERLA)
 MAGGI
:
¿No
tendría
un
destornillador?
Si
es
chiquito,
mejor.
 PERLA
:
¿Algo
más?
(YENDOSE)

 MAGGI
:
Si
no
tiene,
con
un
cuchillo
me
arreglo.


ANGELICA
:
(ARRODILLADA
CON
UN
CORPIÑO
EN
LA
MANO)
Señor,
señor,
¿tiene
cómo
 para
mí?
 MAGGI
:
¿Cuánto
calza?
(LA
MIRA
DE
REOJO)
¿95?
¿Acerté?
 ANGELICA
:
¡Qué
práctica!
 MAGGI
:
(BUSCA
ADENTRO
DE
LA
VALIJA)
Aquí
tiene,
señorita,
color
negro,
es
el
que
está
 de
moda.
 PERLA
:
(LLEGA
CON
EL
DESTORNILLADOR)
Tome.
 MAGGI
:
Gracias.
(SE
ARRODILLA
PARA
ARREGLAR
EL
CIERRE)
 PERLA
:
(A
ANGELICA)
¿Qué
hacés
ahí?
 ANGELICA
:
(MOSTRANDO
EL
CONJUNTO)
¡Mirá
qué
lindo!
 MAGGI
:
(ARREGLANDO
EL
CIERRE,
SIN
MIRARLAS)
Aproveche,
señorita,
estas
prendas
 están
hechas
con
el
más
puro
nylon
importado.
Mire
la
etiqueta,
¿vio?
No
se
planchan.
Se
 secan
en
instantes
y
son
de
fácil
lavado.
Aproveche,
yo
sé
lo
que
le
digo.
(A
PERLA,
 MIRANDOLA
DE
REOJO)
Si
gusta
mirar,
ningún
compromiso...
 PERLA
:
¿tiene
para
mucho?
 MAGGI
:
Lo
ajusto
y
ya
está.
 ANGELICA
:
Me
llevo
éste,
éste
y
éste.
 PERLA
:
¡Pero
estás
loca!
Cómo
lo
vas
a
pagar...
 ANGELICA
:
Por
una
vez
que
compro...
 MAGGI
:
No
se
preocupe
por
el
pago...
Si
le
gusta
se
lo
lleva
y
no
hablamos
más.
 PERLA
:
Angélica,
dejá
eso...
 MAGGI
:
Bueno,
ya
está.
(SE
LEVANTA
CON
LA
VALIJA)
Voy
a
tener
que
jubilarla...
ya
no
da
 más.
(ARREGLA
LA
ROPA
DEL
SUELO
Y
LA
GUARDA)
 PERLA
:
Angélica,
¿me
oíste?
 ANGELICA
:
(TIENE
LAS
PRENDAS
EN
LA
MANO)
Dale,
Perla,
no
seas
así...
 PERLA
:
No
hagas
perder
tiempo
al
señor.
 MAGGI
:
Tiempo
es
lo
que
me
sobra.
(A
ANGELICA)
¿Se
lo
dejo?
 PERLA
:
¡Devolvé
eso!
(ANGELICA,
SE
PONE
LAS
MANOS
ATRAS)
 MAGGI
:
(A
PERLA)
Déjela,
señorita...
 PERLA
:
Usted
no
se
meta.
(A
ANGELICA)
Dáselo.
 (HACE
UN
INTENTO
DE
SACARSELO
Y
ANGELICA
SE
ZAFA)
 ANGELICA
:
¡No
se
lo
doy!
 MAGGI
:
¿Entonces,
se
lo
dejo?
 PERLA
:
¡Usted
no
deje
nada!
 ANGELICA
:
(DE
IMPROVISO)
¿Está
seguro
que
usted
no
estuvo
antes
por
aquí?
 MAGGI
:
(DESCONCERTADO)
Ya
le
dije,
señorita,
es
la
primera
vez
que
vengo
por
esta
 zona...
 ANGELICA
:
¿Está
seguro?
 PERLA
:
¿Por
qué
insistís?
 ANGELICA
:
No
sé,
me
recuerda
a
alguien.
(LE
DEVUELVE
LA
ROPA.
SEDUCTORAMENTE)
 Si
pasa
otro
día
quizás
tenga
más
suerte.
 PERLA
:
¿Qué
querés
decir?
 ANGELICA
:
(INOCENTEMENTE)
¿Yo?
Nada.
¿Por
qué?
 PERLA
:
(MUY
ENOJADA)
Que
si
pasa
un
día
que
no
esté
la
bruja,
vos
vas
a
poder
darte
el
 gusto,
¿eh?
¿Eso
querés
decir?
 ANGELICA
:
Yo
no
dije
eso.
 PERLA
:
Sí
dijiste
eso.
(A
MAGGI)
¡Abra
la
valija!
 MAGGI
:
Señorita...
por
mí...
 PERLA
:
¿No
oyó?
¡Abra
la
valija!
(MAGGI,
LA
ABRE
CON
SUMO
CUIDADO)
A
ver,
nenita,
 ¡ahí
tenés!
¡Todo
para
vos!
¿Qué
esperás?
¡Elegí!
¡Elegí...!
El
señor
está
aquí
para
eso...
no
le
 hagas
perder
tiempo.
(ANGELICA,
NO
SE
MUEVE.
PERLA,
A
MAGGI)
¡Qué
raro!
Perdió
el
 interés...
de
golpe...
¿Por
qué
no
nos
dice
lo
que
vende...?
A
lo
mejor
se
entusiasma...
 MAGGI
:
Yo...
si
ustedes
me
permiten...
(HACE
ADEMAN
DE
IRSE)
 PERLA
:
¡Pero
qué
clase
de
vendedor
es
usted!
(PAUSA)


MAGGI
:
(DESCONCERTADO)
Bueno,
tengo
camisones,
medias
de
nylon,
pañuelos,
 calzoncillos
para
quedar
bien
con
algún
familiar,
enaguas,
gorras
de
baño...
 PERLA
:
¿Y,
qué
esperás?
 ANGELICA
:
¡Dejame
tranquila!
 (MAGGI,
SIGUE
REPITIENDO
CON
VOZ
MONOCORDE:
"CALZONCILLOS,
PAÑUELOS,
 MEDIAS
DE
NYLON,
ENAGUAS,
PAÑUELOS
PARA
ALGUN
FAMILIAR,
MEDIAS
DE
NYLON)
 PERLA
:
¡Pare!
¡Pare!
¿No
ve
que
no
hay
interés?
(IRONICAMENTE)
Lo
que
pasa
en
que
mi
 hermanita
es
muy
caprichosa.
Primero
que
sí,
después
que
no.
 MAGGI
:
(CIERRA
LA
VALIJA
CON
BRONCA)
Señoritas,
yo
no
estoy
aquí
para
jugar...
desde
 hoy
que
me
tienen
abriendo
y
cerrando
la
valija
sin
comprarme
nada.
¿Quiere
que
le
diga
 una
cosa?
¡Estoy
harto!
Buenas
tardes.
 (CIERRA
LA
PUERTA
Y
SE
VA)
 ANGELICA
:
(A
PERLA)
¡Te
felicito!
Cada
día
lo
hacés
mejor.
 PERLA
:
Gracias,
querida.
Tu
compañía
me
inspira.
 (PAUSA
CORTA)
 ANGELICA
:
¿Por
qué
tenés
que
ser
siempre
tan
guaranga?
 PERLA
:
Y
si
no,
decime,
¿y
a
vos
quién
te
para?
 ANGELICA
:
Te
olvidás
un
pequeño
detalle...
 (SE
ESCUCHAN
GOLPES
EN
LA
PUERTA.
PERLA
Y
ANGELICA
SE
MIRAN.
ANGELICA,
HACE
 ADEMAN
DE
ABRIR.
PERLA,
LA
DETIENE)
 PERLA
:
Quedate
ahí.
Voy
yo.
 (PERLA,
ABRE.
APARECE
MAGGI
NUEVAMENTE
CON
LA
VALIJA.
SU
EXPRESION
ES
MUY
 SERIA
Y
CEREMONIOSA)
 PERLA
:
¡Otra
vez!
 ANGELICA
:
(ALEGREMENTE)
¡Volvió!
 MAGGI
:
Señoritas,
vengo
a
exigir
una
satisfacción.
Hace
muchos
años
que
estoy
en
la
calle
 y
nunca
me
he
sentido
tan
maltratado.
Yo
soy
un
hombre
de
trabajo
y
no
voy
a
permitir
 que
se
juegue
con
mis
sentimientos.
Porque
yo
vengo
a
ofrecer
lo
mejor
que
tengo,
sin
 ningún
ánimo
de
molestar
a
nadie.
¡Y
en
ningún
momento
habrán
notado
ustedes
en
mi
 presencia,
aquí,
el
más
mínimo
signo
de
falta
de
respeto!
Soy
un
trabajador
de
la
calle
que
 exige
se
me
trate
en
esos
términos
y
bajo
esas
consideraciones.
Sin
ningún
otro
particular,
 les
deseo
muy
buenas
tardes.
 (TOMA
LA
VALIJA
DE
UN
RINCON,
Y
ESTA
SE
ABRE,
CAYENDOSE
TODO.
HAY
UNA
 INFINIDAD
DE
COSAS
DE
LA
MAS
VARIADO.
Y
ENTRE
ELLAS,
SE
CAE
UN
LORO
 EMBALSAMADO)
 ANGELICA
:
(ASUSTADA)
¡Un
bicho!
 PERLA
:
¿qué
es
eso/
¡Saque
eso
de
aquí!
 MAGGI
:
(AVERGONZADO)
¡Lucy!
 ANGELICA
:
¿Quién
es
Lucy?
 MAGGI
:
Mi
lorita.(LA
LEVANTA
MUY
CUIDADOSAMENTE
DEL
SUELO.
LA
ALISA
LAS
 PLUMAS)
Hacía
la
recorrida
conmigo.
 ANGELICA
:
¿Está
muerta?
 MAGGI
:
Embalsamada.
La
embalsamé
después
del
accidente.
 ANGELICA
:
¡Pobrecita!
 (PERLA,
LA
MIRA
ABSORTA.
MAGGI,
HABLA
CON
LA
LORA
EN
LA
MANO.
LA
ACARICIA
 PERMANENTEMENTE)
 MAGGI
:
La
tenía
amaestrada.
Le
enseñé
a
decir:
"Señora,
señora".
Nunca
me
compraron
 tanto.
Yo
me
había
encariñado.
Comía
conmigo,
me
sentaba
en
la
mesa
y
le
ponía
el
platito
 enfrente.
¡Era
una
compañía!
Qué
quiere
que
le
diga...
 ANGELICA
:
¿Y
qué
pasó?
 (LAS
DOS
HERMANAS
ESTAN
INTERESADISIMAS.
MAGGI,
CUBRIENDOSE
LA
CARA
CON
 LAS
MANOS)
 MAGGI
:
No
me
haga
acordar...
 ANGELICA
:
No,
está
bien,
si
no
quiere...


MAGGI
:
(ENTUSIASMANDOSE)
Una
tarde
no
la
encuentro.
La
busco,
la
busco
y
nada.
Me
 extrañó
porque
era
muy
pegada
a
mí.
Lo
primero
que
pensé,
que
algún
hijo
de
su
madre
 me
la
había...
(HACE
GESTOS
CON
LA
MANO
DE
ROBAR)
Yo
estaba
como
loco.
Gritaba
 "Lucy,
Lucy",
se
llamaba
así
por
mi
hermanita
menor...
bueno,
como
no
aparecía...
me
subí
 al
coche
y
arranqué...
¡para
qué!
 ANGELICA
:
(MUY
EXITADA)
¡La
pisó!
 MAGGI
:
¡Pobre
santa...!
Se
había
quedado
dormida
debajo
del
coche...
por
el
calor...
en
 verano
transpiraba
mucho...
¡pobre
lucita...!
siguió
viva
un
rato
largo
y
no
paraba
de
gritar:
 "Señora,
señora"
(PAUSA)
La
tuve
que
matar...
 PERLA
:
(IMPRESIONADA)
¡Usted!
 MAGGI
:
Sí.
(AL
LORO)
Perdoname,
Lucita.
 ANGELICA
:
(CURIOSA)
¿Y
cómo
lo
hizo?
 MAGGI
:
¿Qué
cosa?
 ANGELICA
:
Cómo
la...
 MAGGI
:
Ah...
y...
un
golpe
en
el
cogote...
como
a
los
pollos...
es
lo
más
rápido.
(PAUSA)
Yo
 por
eso
no
quiero
más
bichos.
(PERLA
HACE
GESTOS
DE
DESCOMPOSTURA)
 ANGELICA
:
Y,
sí,
una
se
encariña
y
es
peor...
 MAGGI
:
Me
lo
dice
a
mí...
Cuando
me
iba
bien
le
compraba
cintas
de
colores,
se
las
ponía
 en
el
cuello...
todavía
guardo
la
última...
se
la
saqué
antes
de...
(GESTO
DE
GOLPE
CON
LA
 MANO)
...
para
que
no
se
ensuciara.
(PAUSA)
Si
por
lo
menos
la
hubiera
grabado.
¡Flor
de
 negocio
hacía!
(PAUSA)
¡Qué
desgracia!
 (HAY
UNA
PAUSA.LAS
DOS
HERMANAS
ESTAN
COMO
HIPNOTIZADAS
POR
EL
RELATO
Y
 LA
PRESENCIA
DE
LA
LORITA)
 (MAGGI,
MIRA
EL
VACIO
MIENTRAS
MURMURA
ALGO.
PERLA,
SE
LE
ACERCA)
 PERLA
:
¿Le
pasa
algo?
 MAGGI
:
(SEÑALANDO
LA
VALIJA)
Mire
qué
desastre.
¿Y
ahora
qué
hago?
 ANGELICA
:
(SEÑALANDO
LA
LORITA)
¿Me
la
presta?
 MAGGI
:
¿Cómo?
 ANGELICA
:
Si
me
la
presta.
 MAGGI
:
(TITUBEANDO)
Sí...
pero
por
favor,
con
cuidado.
(SE
LA
DA)
 PERLA
:
¿El
cierre,
otra
vez?
 MAGGI
:
¡Qué
desgracia!
Estas
valijas
de
ahora
no
aguantan
ni
dos
meses
de
trabajo.
(CON
 BRONCA)
¡Cierre
nacional!
 PERLA
:
¿No
tiene
arreglo?
 MAGGI
:
Sí,
pero
lleva
su
tiempo.
 PERLA
:
Si
quiere
pasar
y
arreglarla
aquí...
 MAGGI
:
No,
no
gracias.
No
quiero
incomodar.
 PERLA
:
No
se
va
a
poner
a
arreglarla
en
la
calle.
Pase.
 MAGGI
:
Bueno,
le
agradezco
mucho.
 (RAPIDAMENTE
METE
TODAS
LAS
COSAS
EN
LA
VALIJA.
COMO
ESTA
NO
CIERRA
SE
LA
 LLEVA
BAJO
EL
BRAZO.
AL
ENTRAR
AL
UMBRAL,
PERLA
LE
SEÑALA
LOS
PATINES)
 PERLA
:
Por
favor.
 MAGGI
:
¿Cómo?
 PERLA
:
Los
patines.
 MAGGI
:
¿Me
tengo
que
sacar
los
zapatos?
 PERLA
:
No,
no,
por
encima.
¿Quiere
tomar
algo?
 MAGGI
:
Gracias,
muy
amable.
 (MAGGI
SE
LOS
PONE.
CAMINA
MUY
DIFICULTOSAMENTE
CON
LA
VALIJA
BAJO
EL
 BRAZO
TRATANDO
DE
NO
PERDER
LOS
PATINES.
SE
QUEDA
PARADO
EN
EL
UMBRAL.
 PERLA,
VA
A
BUSCAR
UNA
COPA
AL
LIVING.
ANGELICA,
MIRA
A
LA
LORITA
DE
TODOS
 LOS
ANGULOS)
 ANGELICA
:
(POR
LA
LORITA)
¡Qué
lindos
ojos!
 MAGGI
:
(PESTAÑEANDO)
¿Le
gustan?
(SE
DA
CUENTA
QUE
EL
COMENTARIO
NO
ES
A
EL
 SINO
A
LA
LORITA)
Ah,
¡vio
que
lindos
ojos!
Cuando
comíamos
yo
siempre
se
lo
decía.


(PERLA
LE
DA
LA
COPA.
MAGGI,
TIENE
LA
MANO
DERECHA
OCUPADA
CON
LA
VALIJA.
 PASA
LA
VALIJA
A
LA
MANO
IZQUIERDA.
SE
LA
PONE
BAJO
EL
BRAZO.
TOMA
LA
COPA)
 MAGGI
:
(MIRANDO
EL
VASO
CON
DESCONFIANZA)
¿Qué
es?
 PERLA
:
Oporto.
Nosotras
siempre
tomamos
una
copita
después
de
las
comidas.
 ANGELICA
:
(POR
PERLA)
Ella
dice
que
es
digestivo.
Lo
que
es
a
mí...
(CARA
DE
ASCO)
 MAGGI
:
(A
ANGELICA)
¿Ah,
sí?
(A
PERLA)
Gracias.
Muy
amable.
 (MAGGI,
PERMANECE
PARADO
EN
EL
ZAGUAN,
CON
UNOS
INMENSOS
PATINES
EN
LOS
 PIES.
LA
VALIJA
BAJO
EL
BRAZO
Y
LA
COPA
EN
LA
OTRA
MANO.
TOMA
UNOS
SORBOS)
 MAGGI
:
Lindo
lugar,
¿eh?
Aquí
sí
se
vive
bien.
¿Esto
es
de
ustedes?
 PERLA
:
De
nuestros
padres...
Pero
ellos
ya
fallecieron.
 MAGGI
:
¿Los
dos?
 ANGELICA
:
No,
primero
uno
y
después
el
otro.
(APOYA
LA
LORA
SOBRE
UN
MUEBLE)
 PERLA
:
Nunca
pudieron
vivir
separados.
 ANGELICA
:
La
casa
es
demasiado
grande.
Nunca
se
encuentra
nada.
 MAGGI
:
Esto
es
un
chiche.
Se
lo
digo
yo
que
estoy
en
la
calle.
(TOMA
OTRO
SORBO)
La
 gente
no
sabe
vivir.
Ustedes
se
asustarían
de
ver
las
cosas
que
yo
veo.
Casas
que
de
afuera
 parecen
palacios
y
de
adentro
son
nidos
de
ratas.
 ANGELICA
:
(ASUSTADA)
¿Ratas?
 PERLA
:
¿Lo
dice
en
serio?
 MAGGI
:
Se
lo
juro.
Nidos
de
rata.
Señoras
muy
elegantes
que
tienen
a
los
pibes
a
mate
 cocido
todo
el
día.
 PERLA
:
Habría
que
denunciarlos...
 MAGGI
:
Con
el
laburo
que
hay
ahora
en
las
comisarías,
¡qué
va
a
denunciar!
¡Pero,
 señorita,
por
favor...!
Mire,
le
voy
a
decir
más:
una
vez
conocí
a
una
familia,
parecían
 millonarios
por
la
pinta...
¿y
saben
lo
que
hacían
de
noche?
 ANGELICA
:
(EXITADA)
¡Se
drogaban!
 MAGGI
:
¡No,
señorita!
Recorrían
los
tachos
de
basura.
 PERLA
:
No
lo
puedo
creer.
 MAGGI
:
Sí,
créamelo,
señorita.
Se
lo
juro
por
Dios.
(HACE
LA
CRUZ)
No
gastaban
en
 comida.
Para
qué
les
voy
a
mentir.
 (LA
VALIJA
SE
LE
RESBALA
Y
VUELVE
A
COLOCARLA
BAJO
EL
BRAZO)
 ANGELICA
:
¡Qué
asco!
 MAGGI
:
Las
cosas
que
uno
ve
en
la
calle.
Este
oficio
es
como
el
taxista.
Uno
trabajando
se
 entera
de
la
vida
de
Dios
y
María
Santísima.
Qué
quiere
que
le
diga.
(TOMA
OTRO
TRAGO)
 Yo
hablo
porque
he
visto
mucho,
si
no,
no
hablaría.
 PERLA
:
Los
hombres
tienen
esa
ventaja.
 MAGGI
:
¿Qué
ventaja?
 PERLA
:
La
de
moverse
con
tanta
libertad
sin
que
nadie
piense
mal.
 MAGGI
:
Mire,
señorita,
ustedes
las
mujeres
siempre
dicen
lo
mismo,
pero
yo,
qué
quiere
 que
le
diga,
cuando
a
la
noche
tengo
que
meterme
en
cualquier
hotelucho
y
tengo
que
 comer
solo,
comida
recalentada,
y
gasto
tres
pares
de
zapatos
por
mes,
caminando
los
días
 de
lluvia,
qué
quiere
que
le
diga.
(SE
PONE
AGRESIVO)
Y
ustedes
acá,
escuchando
música,
 tejiendo,
preparando
alguna
rica
comidita,
en
este
palacete...
Mire,
la
verdad,
qué
quiere
 que
le
diga,
yo
con
la
libertad
de
los
hombres,
¿saben
lo
que
hago?
(GESTO
GUARANGO)
 PERLA
:
¡¡Señor!!
 MAGGI
:
(LE
DA
LA
MANO)
Maggi,
mucho
gusto.
(PERLA,
LE
DA
LA
MANO
CONFUNDIDA)
 Celestino
Maggi,
con
dos
g.
 ANGELICA
:
¡Italiano!
 MAGGI
:
Siciliano.
(VUELVE
A
TOMAR
LA
VALIJA,
PAUSA
CORTA)
Lo
que
pasa
es
que
 ustedes
me
hacen
acordar
a
mi
vieja...
que
Dios
la
tenga
en
la
gloria.
Podrían
ser
de
la
 misma
sangre.
Crió
a
nueve
y
encima
lo
ayudaba
al
viejo...
¡una
santa!
 ANGELICA
:
¿La
quería
mucho?
 MAGGI
:
Y
cómo
no
la
voy
a
querer.
¡Una
santa!
¡Como
ustedes!
(JUNTA
LAS
MANOS)
Por
 eso,
qué
quiere
que
le
diga,
la
vida
de
las
mujeres
tiene
sus
contras
pero
también
tiene
sus


ventajas.
(LE
ENTREGA
EL
VASO
VACIO
A
PERLA)
 PERLA
:
¿Un
poquito
más?
 MAGGI
:
No,
no
gracias.
En
horas
de
trabajo
no
acostumbro
a
tomar.
 ANGELICA
:
¿Por
qué
no
se
sienta?
 MAGGI
:
Gracias.
Voy
a
aprovechar
para
arreglar
el
cierre...
Se
está
bien
aquí...
si
me
 permite.
 (BAJA
LA
VALIJA.
MIRA
A
TODOS
LADOS
PORQUE
NO
HAY
SILLA
PARA
EL)
 (DESPUES
DE
UN
RATO)
 PERLA
:
Angélica,
el
señor
está
esperando
para
sentarse.
 (SACA
UN
BANQUITO
MUY
CHIQUITO
DE
DEBAJO
DE
UN
MUEBLE.
MAGGI
SE
ADELANTA
 A
BUSCARLO.
AL
CAMINAR
RECUERDA
LOS
ESQUIADORES.
CUANDO
SE
SIENTA
QUEDA
 VISIBLEMENTE
POR
DEBAJO
DE
ELLAS.
PAUSA
LARGA.
MAGGI
HACE
SENTADO
 MOVIMIENTOS
DE
RELAJACION,
ROTA
LOS
HOMBROS,
EL
CUELLO.
PERLA,
VA
HACIA
EL
 APARADOR.
TOMA
DE
UN
VASO.
ANGELICA,
SENTADA
SE
SACA
LOS
ZAPATOS
Y
MUEVE
 LOS
DEDOS
DEL
PIE.
PERLA
TERMINA
DE
BEBER.
DEJA
EL
VASO
EN
EL
APARADOR.
 CARRASPEA
Y
VUELVE
A
DONDE
ESTAN
ELLOS.
ANGELICA
SE
VUELVE
A
PONER
LOS
 ZAPATOS
Y
MAGGI
SE
QUEDA
QUIETO
EN
SU
BANQUITO)
 MAGGI
:
¡Bueno,
manos
a
la
obra!
 (COMIENZA
A
TRABAJAR
CON
LA
VALIJA.
SACA
INNUMERABLE
CANTIDAD
DE
 HERRAMIENTAS,
HASTA
UN
GATO
DE
AUTO
QUE
LE
SIRVE
PARA
COLOCAR
LA
VALIJA
 ALZADA
EN
UNO
DE
SUS
EXTREMOS.
EL
RESTO
DEL
DIALOGO
ESTA
DICHO
CON
MAGGI
 SIEMPRE
TRABAJANDO
CON
LA
VALIJA)
 PERLA
:
Señor
Maggi,
¿es
fácil
venderle
a
las
mujeres?
 MAGGI
:
Y...
uno
se
defiende...
se
hace
lo
que
se
puede.
 PERLA
:
¿Siempre
lo
atienden
bien?
 MAGGI
:
¡Como
a
un
rey!
 PERLA
:
Bueno,
tiene
mucha
suerte.
 MAGGI
:
Es
el
aspecto.
Mi
cara
inspira
confianza.
 ANGELICA
:
Y
además,
tiene
voz
de
locutor.
 MAGGI
:
(CON
ORGULLO)
Siempre
me
lo
dicen.
 ANGELICA
:
A
su
señora...
¿no
le
molesta
que
usted
viaje
tanto?
 PERLA
:
¡No
seas
impertinente!
 MAGGI
:
(A
PERLA)
Por
favor,
señorita.
(A
ANGELICA)
Bueno...
todavía
invicto.
 ANGELICA
:
¿Invicto?
 PERLA
:
Sí,
que
todavía
no...
 ANGELICA
:
Ah...
 MAGGI
:
Ganas
no
me
faltan,
qué
quiere
que
le
diga...
A
veces
me
siento
solo.
Pero
eso
de
 casarse
un
día
y
descasarse
el
otro...
no
sé...
eso
está
bien
para
los
artistas
y
esa
manga
de
 loquitos...
pero
uno
que
anda
detrás
del
mango...
no
puede
darse
esos
lujos,
¿no?
 ANGELICA
:
(ENTUSIASMADA)
¿Vio
que
Elizabeth
Taylor
se
casó
otra
vez?
(PERLA,
HACE
 UN
GESTO
DE
FASTIDIO)
 MAGGI
:
Son
cosas
de
los
ingleses...
 ANGELICA
:
Yo
tengo
el
alma
de
artista.
Lo
llevo
en
la
sangre.
 MAGGI
:
¿Tiene
algún
pariente
de
la
farándula?
 PERLA
:
¿Dónde?
 MAGGI
:
En
la
colonia.
 ANGELICA
:
¿Qué
colonia?
 MAGGI
:
(IMPACIENTE)
En
el
ambiente...
señorita,
en
el
ambiente
artístico.
 ANGELICA
:
Ah,
sí,
mamá
tocaba
el
arpa.
 PERLA
:
Bueno,
le
prevengo
que
nosotros
nunca
la
escuchamos
porque
el
arpa
la
vendió
 antes
de
casarse.
Pero
ella
siempre
nos
contaba
cómo
la
aplaudían.
¡En
su
época
fue
una
 niña
prodigio!
 MAGGI
:
¡Qué
bien!
¿Y
ustedes
qué
hacen?
¿Tocan
algo?
 ANGELICA
:
Yo
estudio
arte
dramático...
por
correspondencia.


PERLA
:
(RIENDOSE)
Está
esperando
que
la
llama
Torre
Nilson
para
hacer
una
película.
 ANGELICA
:
¡Sos
una
envidiosa!
 PERLA
:
Y
vos
una
caída
del
catre.
 MAGGI
:
¡Y
yo
soy
de
Acuario!
 PERLA
:
(PAUSA)
Y
eso
qué
tiene
que
ver.
 MAGGI
:
(CONFUNDIDO)
¿No
estaban
hablando
de...
astrología?
 PERLA
:
(INDIGNADA)
No,
señor
Maggi,
no
estábamos
hablando
de
astrología.
 MAGGI
:
No,
yo
creí
oír...
 (ANGELICA,
DICE
EL
TEXTO
A
GRAN
VELOCIDAD
SIN
TONOS
Y
A
LA
CARA
DE
MAGGI)
 ANGELICA
:
Los
hombres
de
Acuario
son
muy
peligrosos...
consiguen
todo
lo
que
se
 proponen...
son
fuertes...
impetuosos...no
vacilan
ante
nada...
 (MAGGI,
SIGUE
CONFUNDIDO.
LA
MIRA
A
PERLA.
PAUSA
INCOMODA.
MAGGI,
COMIENZA
 A
BUSCAR
NIERVIOSAMENTE
ALGO
EN
LOS
BOLSILLOS)
 PERLA
:
(A
MAGGI)
¡Así
que
había
sido
de
Acuario!
¡Qué
bien
eh,
de
Acuario!
 MAGGI
:
Sí,
de
Acuario,
¡qué
va
a
hacer!
(PAUSA
TENSA)
Señoritas,
y
si...
 ANGELICA
:
(INTERRUMPIENDOLO)
Yo
voy
a
trabajar
en
la
radio.
 MAGGI
:
(ALIVIADO)
No
debe
ser
fácil...digo...
entrar.
 ANGELICA
:
Todos
dicen
que
tengo
linda
voz.
 MAGGI
:
Se
lo
estaba
por
decir,
señorita.
 PERLA
:
(A
MAGGI)
¿Qué
le
estaba
por
decir?
 MAGGI
:
¿Cómo?
 ANGELICA
:
(A
PERLA,
DESAFIANTE)
Me
decía
que
tengo
linda
voz.
 MAGGI
:
¿Canta?
 ANGELICA
:
Recito.
 MAGGI
:
¡Qué
bien!
(PAUSA)
A
mí
de
chico
me
gustaba
mucho
el
circo.
Quería
ser
 trapecista.
(ANGELICA,
ESTA
MOVIENDO
EL
PIE)
 PERLA
:
Querés
dejar
de
mover
el
pie,
que
no
escucho.
 ANGELICA
:
Pero
si
no
hago
ruido.
 PERLA
:
Me
distraés
y
no
entiendo
lo
que
dice.
(LO
SEÑALA
A
MAGGI)
 ANGELICA
:
Si
vos
nunca
entendés
nada.
 PERLA
:
¡Qué
decís!
 ANGELICA
:
(COMO
SI
NADA)
Así
que
quería
ser
trapecista...
¡qué
peligroso!
 MAGGI
:
Sí,
pero
me
dan
miedo
las
alturas...
vértigo,
que
le
dicen.
Por
eso
me
dedico
a
esto.
 (PALMEA
LA
VALIJA)
(PAUSA
LARGA
E
INCOMODO)
 ANGELICA
:
Hace
mucho
que
no
recibimos.
 PERLA
:
Usted
es
una
excepción,
señor
Maggi.
 ANGELICA
:
¿Por
qué
no
descansa
un
poco?
 MAGGI
:
No,
o
la
arreglo
o
me
morfan
los
piojos.
(SE
RIE)
 PERLA
:
El
señor
Maggi,
seguramente
es
un
hombre
muy
ocupado.
 MAGGI
:
Y...
el
negocio
es
el
negocio.
Si
uno
no
se
ocupa...
(PAUSA)
¿Y
ustedes
no
trabajan?
 (ANGELICA
SE
LEVANTA.
VA
HACIA
LA
RADIO.
LA
PRENDE
DESPACITO.
SE
SIENTA.
 VUELVE
A
SACARSE
LOS
ZAPATOS.
MIENTRAS
ESCUCHA
SE
CHUPA
EL
DEDO
PULGAR
Y
 ENROSCA
EL
PELO
CON
LA
OTRA
MANO)
 PERLA
:
Pregúnteme
a
mí,
porque
lo
que
es
a
ella...
 MAGGI
:
(RIENDOSE
POR
ANGELICA)
¿Ah,
no
le
gusta
el
yugo?
 PERLA
:
¿El
qué?
 MAGGI
:
Agachar
el
lomo.
 PERLA
:
(MIRANDOLO
DESCONCERTADA)
Mire,
lo
que
a
ella
no
le
gusta
es
trabajar.
nació
 inútil
y
morirá
inútil.
En
cambio
yo...
apenas
me
recibí
entré
en
una
contaduría.
Y
no
por
 recomendación,
eh.
¡Por
concurso!
Estuve
ahí
siete
años.
Después
tuvimos
la
desgracia
que
 usted
ya
sabe,
y
se
imagina,
no
podía
dejar
la
casa
en
manos
de
una
lela.
Tuve
que
dejar
el
 trabajo.
Usted
no
sabe
lo
que
me
costó.
Era
mi
familia.
El
último
día
me
hicieron
una
 despedida.
Con
comida
y
todo.
Brindamos.
Y
el
jefe
de
mi
sección
me
regaló
esta
medalla.
 (LE
MUESTRA
UNA
MEDALLA
QUE
TIENE
COLGADA
DEL
CUELLO.
LE
INVITA
A
QUE
SE


ACERQUE)
 PERLA
:
Lea,
lea
la
inscripción.
 MAGGI
:
no
veo
nada.
 PERLA
:
Espere
que
le
traigo
la
lupa.
(LA
VA
A
BUSCAR
Y
SE
LA
DA)
 MAGGI
:
(LEYENDO)
"A
la
señorita
Perla
por
el
amor
y
la
dedicación
en
diez
años
de
 ardorosa
tarea"
¡Qué
lindo,
como
un
diploma!
 PERLA
:
(EMOCIONADA)
Nunca
me
voy
a
olvidar
de
ese
día.
(SUSPIRA)
Ahora
trabajo
acá.
 Armo
muñecas
de
trapo,
se
las
vendo
a
los
mayoristas.
Y
así,
de
paso,
controlo
esto.
Si
no
 fuera
por
mí
la
casa
se
viene
abajo.
A
veces
me
pregunto;
¿para
qué
tantos
sacrificios?
 ¿Para
qué?
 MAGGI
:
Y...
(SEÑALANDOLA
A
ANGELICA
QUE
ESTA
CHUPANDOSE
EL
PULGAR
Y
 ENROSCANDOSE
EL
PELO)
¿no
la
ayuda?
 PERLA
:
¡Mírela!
Todo
el
día
así.
Pegada
a
la
radio.
¿Sabe
lo
que
hace?
Imita
la
voz
de
las
 actrices.
dice
que
tiene
que
estar
preparada
por
si
la
llaman.
 (ANGELICA
APAGA
LA
RADIO
Y
VA
HACIA
ELLOS)
 MAGGI
:
Y
sí,
siete
años
es
toda
una
vida.
 ANGELICA
:
(A
MAGGI)
¿Ya
le
mostró
la
medalla?
 MAGGI
:
Sí,
es
muy
linda.
 ANGELICA
:
Se
la
regaló
el
jefe
antes
de
echarla.
Como
compensación.
 PERLA
:
¡Querés
callarte!
 ANGELICA
:
Se
habrá
enamorado
de
él
y
no
lo
dejaba
tranquilo.
 (PERLA
LE
HACE
SEÑAS
A
MAGGI
DE
QUE
ESTA
LOCA)
Hasta
tuvo
líos
con
la
mujer.
(MUY
 DIVERTIDA)
 PERLA
:
(A
MAGGI)
Está
así
de
escuchar
novelas
todo
el
día.
 ANGELICA
:
(RIENDOSE)
¡Se
enteró
todo
el
mundo!
 MAGGI
:
(INCOMODO)
Y
usted,
señorita
(A
ANGELICA)
¿no
tiene
novio?
 ANGELICA
:
Tenía...
pero
nos
peleamos.
Era
muy
celoso.
 PERLA
:
Un
loquito
suelto.
Nunca
quiso
entrar
en
la
casa.
 MAGGI
:
(RIENDO)
no
habrá
querido
ponerse
los
patines.
(LAS
DOS
HERMANAS
LO
 MIRAN
SERIAS.
MAGGI
TRATANDO
DE
ARREGLARLA)
Y,
claro,
si
es
celoso
de
novio,
 después
de
casados,
¡mama
mía!
 ANGELICA
:
No
quería
que
estudiara
para
actriz.
 MAGGI
:
Por
la
fama.
 ANGELICA
:
¿Qué
fama?
Si
a
mí
no
me
conoce
nadie.
 MAGGI
:
No,
digo,
por
la
mala
fama.
 ANGELICA
:
¿Cómo
dice?
 MAGGI
:
No,
lo
que
quiero
decir
es
que
de
las
actrices
dicen
que
tienen
mala
fama.
 ANGELICA
:
Ah,
usted
piensa
igual
que
él.
 MAGGI
:
No,
yo
no.
Por
mí
que
cada
uno
haga
lo
que
quiera.
(PAUSA
CORTA)
Mire,
si
yo
 mismo
tengo
una
hermana
cantante
de
tangos.
¡Cómo
voy
a
pensar
eso!
 PERLA
:
¿Cómo
se
llama
su
hermana?
 MAGGI
:
no,
no
es
conocida.
Recién
empieza.
(PAUSA)
¡Pero
va
a
llegar!...
acuérdense
lo
 que
les
digo.
 ANGELICA
:
Yo
por
eso
espero.
 MAGGI
:
¿A
quién?
 ANGELICA
:
Los
astros
dicen
que
aún
no
ha
llegado
mi
momento.
Pero
está
cerca.
Muy
 cerca.
 PERLA
:
(CARGANDOLA)
Decile
a
los
astros
que
se
apuren,
por
que
si
no
vas
a
trabajar
de
 abuela.
(A
MAGGI)
No
mueve
un
dedo
sin
consultar
arriba.
 MAGGI
:
Y
hace
bien.
Qué
quiere
que
le
diga.
Cada
uno
se
defiende
como
puede.
(DE
LA
 VALIJA
ASOMA
ROPA
FEMENINA)
 ANGELICA
:
(IMPULSIVAMENTE)
¿Puedo
ver?
 MAGGI
:
(BROMEANDO)
Pero
que
no
pase
lo
de
la
otra
vez.
 PERLA
:
¡Querés
controlarte!


MAGGI
:
(A
PERLA)
Déjela,
que
aproveche.
La
vida
es
corta.
Que
se
dé
el
gusto.
 (ANGELICA
SACA
UNA
GORRA
DE
BAÑO
DE
LA
VALIJA)
 MAGGI
:
Si
le
gusta,
tengo
tres
modelitos.
Pruébesela.
Sin
compromiso.
 (ANGELICA
SE
LA
PRUEBA.
MAGGI
REVUELVE
LA
VALIJA
Y
SACO
OTRA.
ANGELICA
SE
LA
 PRUEBA.
ASI
VARIAS
VECES.
MAGGI
LA
MIRA
DE
REOJO
MIENTRAS
CONTINUA
 MANIPULEANDO
CON
SU
VALIJA)
 MAGGI
:
(SIN
MIRARLAS)
Si
me
permite
una
opinión
personal,
este
es
su
modelito.
Yo
 nunca
opino.
Pero
le
queda
muy
bien.
No
a
cualquiera,
eh.
(ANGELICA
HALAGADA
SE
 PASEA
CON
SU
GORRA
DE
BAÑO.
HAY
EN
ELLA
UNA
ACTITUD
MUY
JUGUETONA)
Qué
 quiere
que
le
diga,
yo
soy
un
enamorado
de
la
ropa
que
vendo.
Señorita
perla,
usted
que
es
 tan
amable
(BUSCA
EN
LA
VALIJA
HASTA
QUE
SACA
UNA
PRENDA)
mire
este
camisón.
¿Le
 gusta?
(SE
LO
DA)
Mírese
al
espejo.
(PERLA
MUY
PUDOROSAMENTE
TOMA
EL
CAMISON
Y
 SE
TAPA
CON
EL
COMO
SI
ESTUVIERA
DESNUDA.
NO
VA
AL
ESPEJO.
ESTA
COMO
 PARALIZADA)
¿Qué
me
dice,
eh?
La
verdad
yo
no
nací
para
vendedor,
por
mí
regalaría
 todo.
Soy
un
enamorado
del
buen
gusto.
(A
ANGELICA
MIRANDOLA
DE
REOJO)
¡Si
yo
fuera
 Torre
Nilson!
¿Saben
una
cosa?
Hacen
un
decorado
con
el
chiche
de
la
casa.
Parecen
dos
 muñequitas,
que
quiere
que
le
diga,
dos
muñequitas
preciosas.
 (CUANDO
MAGGI
DICE
ESTO
LAS
DOS
HERMANAS
SE
MIRAN.
PERLA
REACCIONA,
DEJA
 EL
CAMISON
SOBRE
LA
VALIJA
Y
VA
HACIA
EL
APARADOR.
ANGELICA
SE
SACA
LA
 GORRA.
SE
SIENTE
Y
SE
SACA
LOS
ZAPATOS,
MAGGI
DEJA
LA
VALIJA,
SE
QUEDA
QUIETO
 UNOS
INSTANTES
EN
SU
BANQUITO,
DISIMULADAMENTE
SACA
UN
PAPEL
DEL
 BOLSILLO.
LO
OJEA
Y
LO
GUARDA)
 MAGGI
:
Permiso.
¿Hay
un
baño
por
aquí?
 PERLA
:
(SEÑALANDO
UNA
PUERTA
QUE
LINDA
CON
EL
LIVING)
Por
esa
puerta,
al
fondo.
 ANGELICA
:
no
seas
maniática.
Dejá
que
vaya
al
otro
baño.
 PERLA
:
¿Para
qué
tenemos
un
baño
para
las
visitas?
 ANGELICA
:
No
sé.
Porque
aquí
no
viene
nadie.
 PERLA
:
¿Y
el
señor
Maggi,
qué
es?
(ANGELICA
NO
CONTESTA)
¿A
ver,
decime,
qué
es?
 ANGELICA
:
(CON
BRONCA)
Una
visita.
 PERLA
:
(GANADORA)
¿Entonces,
a
qué
baño
tiene
que
ir?
 ANGELICA
:
(CON
MAS
BRONCA)
Al
de
las
visitas.
 PERLA
:
(TRIUNFANTE
Y
VOLVIENDO
A
SEÑALAR
LA
PUERTA)
¡SEñor
Maggi!
 (MAGGI
HA
ESTADO
ESCUCHANDO
EL
DIALOGO
MUY
ATENTAMENTE.
SE
LEVANTA.
SE
 ACOMODA
LA
RAYA
DEL
PANTALON.
INTENTA
DESLIZARSE
CON
LOS
PATINES
PERO
NO
 LO
CONSIGUE.
SE
SIENTE
RIDICULO
Y
ENTONCES
CAMINA
LEVANTANDO
LOS
PIES
COMO
 SI
LLEVARA
SKIES.
DEL
PANTALON
LE
CUELGA
UNA
ETIQUETA
PEGADA.
CRUZA
TODO
 EL
ESCENARIO
Y
DESAPARECE
POR
LA
PUERTA)
 (PERLA
SE
LEVANTA
Y
VA
HACIA
EL
APARADOR.
SE
SIRVE
UNA
BEBIDA.
MIENTRAS
 ANGELICA
TOMA
UN
FRASCO
DE
PERFUME
Y
SE
COLOCA
DETRAS
DE
LAS
OREJAS,
EN
EL
 CUELLO,
EN
EL
NACIMIENTO
DE
LOS
PECHOS)
 ANGELICA
:
¿Pusiste
papel
higiénico?
 PERLA
:
Te
dije
a
vos
que
te
ocuparas.
 ANGELICA
:
Sabés
que
nunca
entro
a
ese
baño.
 PERLA
:
(IRONICA)
¡Vamos!
 ANGELICA
:
Sólo
cuando
quiero
leer
tranquila.
(SE
PONE
UN
DESODORANTE
BUCAL)
 PERLA
:
(RIENDOSE)
¿Qué?
¿CArtas
de
amor?
 ANGELICA
:
(IRRITADA)
¡Callate,
borracha!
 (PERLA
LE
ARROJA
EL
VASO.
ESTE
GOLPEA
CONTRA
LA
PARED
PROXIMA
AL
BAÑO)
 MAGGI
:
(ABRE
LA
PUERTA
DEL
BAÑO)
¿Qué
pasa?
 PERLA
:
(TRANQUILAMENTE)
Nada.
Se
cayó
un
adorno.
 MAGGI
:
¡Ah!
(VUELVE
A
CERRAR
LA
PUERTA)
 PERLA
:
¡Andá
a
traer
una
escoba!
 ANGELICA
:
¡Yo
no
lo
rompí!
 PERLA
:
¿Y
eso
qué
tiene
que
ver?
¡Andá!


(ANGELICA
DE
MAL
MODO
VA
A
BUSCAR
UNA
ESCOBA.
LA
TRAE
Y
COMIENZA
A
 BARRER.PERLA
ESTA
CONTENTA
Y
TARAREA)
 (MAGGI
SALE
DEL
BAÑO.
YA
NO
TIENE
LA
ETIQUETA.
SALE
AJUSTANDOSE
EL
GUANTE.
 PERLA
Y
ANGELICA
LO
MIRAN.
MAGGI
CRUZA
TODO
EL
ESCENARIO
Y
VUELVE
A
 SENTARSE
EN
EL
BANQUITO
AL
LADO
DEL
HALL
Y
CONTINUA
CON
LA
TAREA
DE
 ARREGLAR
LA
VALIJA)
 MAGGI
:
(TIMIDAMENTE,
SEÑALANDO
EL
BAÑO)
No
había
luz
ni
agua.
 PERLA
:
Ese
baño
es
un
desastre.
Nunca
hay
nada.
 ANGELICA
:
(BARRIENDO)
¿Por
qué
usa
un
guante,
señor
Maggi?
 MAGGI
:
(A
ANGELICA,
COMO
SI
NO
LA
ESCUCHARA)
¿No
tendría
una
horquilla?
 ANGELICA
:
¿Una
horquilla?
 MAGGI
:
Sí,
si
me
hace
el
favor.
(A
PERLA)
Menos
mal
que
tengo
dos.
 PERLA
:
¿Dos
qué?
 MAGGI
:
Dos
valijas.
Con
esta
salgo
a
la
tarde.
Para
la
recorrida
de
la
noche,
tengo
otra.
 (MAGGI
ABRE
Y
CIERRA
LA
VALIJA
HACIENDO
UN
RUIDO
MUY
MOLESTO)
 PERLA
:
Señor
Maggi,
por
favor,
me
aturde.
 MAGGI
:
Disculpe.
Es
la
costumbre.
 ANGELICA
:
(LE
DA
LA
HORQUILLA)
¿Siempre
usa
el
guante?
 MAGGI
:
Sí,
señorita
(A
PERLA)
La
clientela
de
la
noche
es
otra.
Otra
mercadería.
Son
dos
 mundos
distintos.
(A
ANGELICA)
Y
la
horquilla.
 ANGELICA
:
La
tiene
en
la
mano.
 PERLA
:
¿Y
qué
vende?
 MAGGI
:
(LIMPIANDOSE
EL
OIDO
CON
LA
ORQUILLA)
Si
usted
supiera
las
cosas
que
tengo
 que
vender...
y...
la
gente
de
noche
es
muy
distinta
a
ustedes.
Es
otro
público.
 Generalmente
es
público
masculino.
Bares,
boites.
Night
Clubs.
Gente
de
la
noche.
 (MIRANDO
LA
CERA
QUE
HAY
EN
LA
HORQUILLA)
¡Compran
cada
cosa!
Para
qué
les
voy
a
 contar.
¡Y
a
qué
precio!
¡Pagan
lo
que
sea!
 ANGELICA
:
(QUE
EN
NINGUN
MOMENTO
HA
DEJADO
DE
MIRAR
EL
GUANTE)
¿Siempre
 usa
uno
solo?
 MAGGI
:
(MOLESTO)
Sí,
señorita.
Siempre
uso
uno
solo.
(AGARRA
LA
VALIJA
Y
LA
 GOLPEA)
¡Parece
que
no
va
más!
 ANGELICA
:
¿Y
por
qué
siempre
usa
uno
solo?
 PERLA
:
¡Qué
pesada
te
ponés!
 ANGELICA
:
¿Qué
tiene
de
malo
que
le
pregunte?
 MAGGI
:
(PACIENTE)
Nada,
señorita,
nada.
Lo
que
pasa
es
que
si
me
pregunta
del
guante
 tengo
que
hablar
del
accidente.
Y
preferiría
no
hacerlo.
 PERLA
:
¿Un
accidente?
 MAGGI
:
(RESIGNADO)
No
ve,
siempre
lo
mismo.
Al
final
uno
termina
hablando
de
lo
que
 no
quiere.
 PERLA
:
Tiene
razón.
Mi
papá
que
tenía
un
ojo
de
vidrio
siempre
decía
(ANGELICA
LO
 DICE
JUNTO
CON
ELLA
COMO
SI
FUERA
UNA
LECCION
BIEN
APRENDIDA)
"La
desgracia
n
 o
está
en
el
defecto,
sino,
en
la
curiosidad
de
la
gente".
 ANGELICA
:
(A
MAGGI)
¿No
le
dijo
que
el
jefe
se
parecía
a
papá?
 (PERLA
LA
MIRA
FIJO.
ANGELICA,
SE
HACE
LA
DESENTENDIDA)
 MAGGI
:
(COMO
SALIENDO
DE
LA
SITUACION)
¡Tiene
mucha
razón
el
papá
de
ustedes!
Y,
 dígame:
¿qué
le
pasó
al
viejo?
 PERLA
:
Un
caballo...
 MAGGI
:
(INTERRUMPIENDOLA)
¿Qué,
lo
pateó?
 PERLA
:
No,
por
mirar
un
caballo,
se
tragó
un
poste.
 MAGGI
:
¡Uy,
pobrecito!
¿Y
qué
ojo?
 PERLA
:
Izquierdo.
 MAGGI
:
¡Menos
mal!
Le
queda
el
derecho.
 (MAGGI
TOMA
LA
VALIJA.
SE
PARA
Y
SIN
MOVERSE
DEL
LUGAR,
LA
SACA
PARA
VER
SI
SE
 ABRE.
ESTO
LO
HACE
VARIAS
VECES,
MIENTRAS
ANGELICA
ROCIA
EL
LUGAR
CON


DESODORANTE
PARA
AMBIENTES)
 PERLA
:
¿Ya
está?
 MAGGI
:
Me
quiero
asegurar.
Una
vez
se
me
abrió
en
la
calle.
me
afanaron
hasta
los
 dedales.
y
yo
para
colmo,
con
esta
mano...
 ANGELICA
:
¿Qué,
no
puede
moverla?
 MAGGI
:
¡No
puedo
defenderme!
Que
si
no...
 PERLA
:
Que
si
no
qué...
 MAGGI
:
(AGRESIVO)
¡Los
mato!
¡Les
doy
una
biaba
que
no
los
reconoce
ni
la
madre!
 (SILENCIO.
LOS
TRES
SE
MIRAN)
(MOLESTO)
¿Por
qué
me
miran?
 PERLA
:
No,
es
usted
que
nos
mira.
 MAGGI
:
¡Ah!
(PAUSA)
Y
bueno,
si
quieren
les
cuento.
 ANGELICA
:
¿Qué
cosa,
señor
Maggi?
 MAGGI
:
Lo
del
accidente.
Pero
les
aviso
que
no
es
muy
divertido.
(COMIENZA
A
ABRIR
Y
 CERRAR
LA
VALIJA)
 ANGELICA
:
Por
mí
no
cuente
nada.
Yo
sólo
quería
saber
por
qué
usaba
un
guante.
 PERLA
:
¡Siempre
hacés
lo
mismo!
¡Preguntás!
¡Preguntás...!
Y
después
te
hacés
la
 mosquita
muerta.
(MAGGI,
QUE
SE
HA
DESINTERESADO
DE
LA
CONVERSACION
SIGUE
 PROBANDO
LA
VALIJA)
¿Pero
qué
hace?
¡La
va
a
romper
otra
vez!
 MAGGI
:
Soy
un
maniático
con
estas
cosas.
(LA
APOYA
EN
EL
PISO)
Bueno,
ya
está.
(SE
 PARA.
SE
ARREGLA
LA
RAYA
DEL
PANTALON)
¡Ahora,
a
laburar!
 PERLA
:
¿Cómo,
se
va?
 MAGGI
:
¿Sí,
por
qué?
¿Necesitaba
algo?
 PERLA
:
Yo
creí
que
iba
a
contar.
 (ANGELICA,
LARGA
UNA
FUERTE
CARCAJADA.
PERLA,
NO
LE
PRESTA
ATENCION)
 MAGGI
:
¿Qué
cosa?
 PERLA
:
Lo
qué
le
pasó.
 MAGGI
:
Ah,
lo
que
me
pasó...
(CAMBIANDO
BRUSCAMENTE
DE
ACTITUD)
Discúlpeme,
 señorita,
pero
ya
perdí
mucho
tiempo.
Lo
dejamos
para
otro
día.
 PERLA
:
Son
cinco
minutos
más.
¿Qué
le
cuesta?
 ANGELICA
:
Qué
pesada
te
ponés
vos
también,
¿eh?
 MAGGI
:
¿Qué
hora
son?
 PERLA
:
Es
temprano.
 ANGELICA
:
Es
casi
de
noche.
 MAGGI
:
¿Tienen
teléfono?
 ANGELICA
:
Sí,
pero
hace
seis
meses
que
no
funciona.
 MAGGI
:
Debe
ser
por
la
lluvia...
los
cables
se
hinchan.
¿Llueve
mucho
por
aquí?
 ANGELICA
:
Cada
tanto.
(ABURRIDA)
 MAGGI
:
Tienen
suerte.
Aquí
se
respira.
Bueno,
no
las
entretengo
más.
(LES
VA
A
DAR
LA
 MANO)
 PERLA
:
(DECIDIDA)
¿Señor
Maggi,
cómo
fue?
 (HAY
UNA
LARGA
PAUSA
CARGADA
DE
MIRADAS
ENTRE
LOS
TRES.
LA
ACTITUD
DE
 PERLA
ES
"DE
AQUI
NO
SE
VA
SIN
CONTARLO".
ANGELICA,
PERMANECE
EN
 OBSERVADORA.
MAGGI
MUY
LENTAMENTE
BAJA
LA
VALIJA.
VUELVE
A
SENTARSE
EN
EL
 BANQUITO)
 (SE
ARREGLA
LA
RAYA
DE
LOS
PANTALONES.
PERLA,
TRAE
UNA
SILLA
Y
SE
SIENTA.
LA
 MIRA
A
ANGELICA
QUE
PERMANECE
PARADA.
ANGELICA,
SE
SIENTA
EN
EL
PISO.
APOYA
 SU
CABEZA
SOBRE
EL
REGAZO
DE
PERLA
Y
COMIENZA
A
CHUPARSE
EL
PULGAR
 MIENTRAS
SE
ENROSCA
EL
PELO)
 MAGGI
:
Fue
hace
mucho
tiempo.
yo
tenía
diez
años.
mi
viejo
tenía
un
mercadito...
¡una
 preciosura!
¡El
orgullo
de
la
zona!
¡Limpio!
¡Ordenado!
¡Yo
siempre
lo
ayudaba
a
acomodar
 la
fruta!
¡Todo
un
arte!
Porque
hay
que
acomodarlas
de
tal
forma
que
las
partes
podridas
 queden
siempre
tapadas.
(LAS
DOS
HERMANAS
NO
LE
QUITAN
LOS
OJOS
DE
ENCIMA)
 Una
siesta,
nos
juntamos
todos
los
pibes,
¡como
si
lo
estuviera
viendo...!
Y
nos
pusimos
a
 jugar
al
almacenero...
Unos
pibes
hacen
la
cola
y
otro
atiende...
Eso
lo
hacía
yo.
Todo
iba


bien.
Lo
estábamos
pasando
fenómeno.
Hasta
que
le
toca
el
turno
a...
a...
 PERLA
:
(ANSIOSA)
A...
 ANGELICA
:
(CONTENTA)
¡Se
olvidó!
 PERLA
:
Callate,
que
lo
ponés
nervioso.
 (MAGGI,
BUSCANDO
NERVIOSAMENTE
ALGO
EN
EL
BOLSILLO)
 MAGGI
:
A...
CArlitos...
(CON
ALIVIO)
Sí,
Carlitos.
¿Y
qué
me
pide?
(LAS
MIRA
FIJAMENTE
A
 LAS
HERMANAS
Y
ELLAS
SE
MIRAN
ENTRE
SI)
¡Fiambre!
(VUELVE
A
MIRARLAS
 FIJAMENTE)
¿Y
saben
por
qué?
Porque
el
guacho
hijo
de
pu...
perdón,
el...
el
Carlitos
éste,
 se
avivó
que
yo
no
sabía
usar
la
cortadora
y
quería
hacerme
pasar
un
papelón.
¡Ojo!
Que
la
 cortadora
era
eléctrica.
 ANGELICA
:
(SACANDOSE
EL
DEDO
DE
LA
BOCA)
¿Eléctrica?
 PERLA
:
¡Con
razón!
 MAGGI
:
¡Made
in
Germany!
Yo,
como
si
tal
cosa.
Agarré
el
jamón
cocido.
lo
puse
sobre
la
 máquina.
Y
no
sé
como...
entró
a
funcionar.
 PERLA
:
¡Y
entonces,
cuente,
cuente!
 MAGGI
:
Y...
yo
me
asusté,
porque
el
jamón
cocido
estaba
mal
puesto
y
la
máquina
lo
 estaba
arruinando
todo.
¡Y
ojo,
eh,
que
el
jamón
cocido
no
es
juguete!
 ANGELICA
:
No.
Claro
que
no.
 PERLA
:
Y...
 MAGGI
:
Y
entonces
lo
traté
de
sacar,
pero
no
sabía
parar
la
máquina...
y
calculé
mal...
 PERLA
:
(al
borde
la
silla)
y...
 ANGELICA
:
(PARANDOSE)
¡No
siga
por
favor!
 MAGGI
:
¡De
un
solo
saque
me
voló
cuatro
dedos!
 ANGELICA
:
¡Cuatro!
 PERLA
:
Con
todo
tuvo
suerte.
 MAGGI
:
(ENTUSIASMADO)
¡Cómo
cortaba
la
maldita!
¡Tenía
un
filo!
Mi
viejo
decía
que
 partía
un
pelo
en
dos.
¡Alemana!
Ahí
sí
que
saben
hacer
las
cosas,
no
como
acá.
 PERLA
:
Y...
qué
pasó
después
que...
 ANGELICA
:
¡Terminala,
querés!
 MAGGI
:
(ENSIMISMADO)
Había
sangre
por
todo
el
almacén.
Los
chicos,
por
supuesto
se
 rajaron.
Me
dejaron
solo.
Yo
no
sabía
si
lloraba
por
mi
mano
o
por
el
jamón
del
viejo,
todo
 estropeado.
¡Mama
mía,
qué
espectáculo!
Yo
saltando
como
un
degenerado
y
los
cuatro
 dedos,
pegaditos,
pegaditos
uno
al
lado
del
otro,
encima
del
jamón,.
Mi
viejo
casi
se
 desmaya.
(PAUSA)
Después
me
hicieron
la
estética
y
quedé
bastante
bien.
(POR
PRIMERA
 VEZ
SE
DIRIGE
A
ELLAS)
¿Si
quieren
se
las
muestro.
 ANGELICA
:
¿Si
a
usted
no
le
importa?
 PERLA
:
No,
no,
gracias.
Me
impresiono
fácilmente.
(PAUSA)
¿Por
qué
no
sigue
contando?
 ANGELICA
:
Primera
muéstrela.
No
debe
ser
para
tanto.
 MAGGI
:
¿En
qué
quedamos?
 ANGELICA
:
Yo
quiero
verla.
 PERLA
:
Dígame,
¿qué
sintió?
 ANGELICA
:
(EN
NENA
CAPRICHOSA)
¡Vamos!
¡Muéstrela!
 PERLA
:
¡Cuente!
¡Cuente!
 MAGGI
:
(HINCHADO)
Por
favor,
señoritas,
pónganse
de
acuerdo.
 ANGELICA
:
Ya
sé,
le
gusta
hacerse
rogar.
 PERLA
:
Puede
confiar
en
nosotras.
 ANGELICA
:
¿No
nos
tiene
confianza?
 PERLA
:
Claro,
somos
dos
desconocidas.
¿No
es
cierto?
 ANGELICA
:
Sin
embargo,
le
abrimos
las
puertas
de
nuestra
casa.
 PERLA
:
Y
lo
escuchamos
atentamente.
 ANGELICA
:
Hasta
le
confiamos
algunos
secretos.
 PERLA
:
Porque
creíamos
en
su
caballerosidad.
 ANGELICA
:
¿Y
entonces?
 PERLA
:
¿Qué
le
pasa?


MAGGI
:
(CONFUNDIDO)
A
mí
nada.
(CON
CIERTO
ENOJO)
Miren,
se
las
muestro
y
 después
sigo
contando,
así
la
terminamos,
¿eh?
 ANGELICA
:
Me
parece
muy
bien.
 PERLA
:
Le
repito,
señor
Maggi,
¡que
yo
no
quiero
verla!
 MAGGI
:
Pero,
señorita,
me
extraña.
Somos
gente
grande.
 PERLA
:
(PARANDOSE)
¡Le
prohíbo
que
me
la
muestre!
 ANGELICA
:
No
le
haga
caso.
Es
muy
aspaventosa.
 MAGGI
:
No,
pero
está
en
su
derecho.
Si
no
quiere,
no
quiere.
 ANGELICA
:
¿Y...
qué
espera?
 MAGGI
:
¿Yo?
 ANGELICA
:¿No
me
la
va
a
mostrar?
 PERLA
:
Está
bien.
Si
lo
que
buscan
es
que
me
vaya,
m
voy.
 MAGGI
:
No
se
lo
tome
así,
señorita
Perla.
Por
favor,
tranquilícense.
(PAUSA
CORTA)
 Miren,
se
me
acaba
de
ocurrir
una
idea.
¿A
ver
qué
les
parece?
(PAUSA)
Yo
la
muestro
 debajo
de
la
mesa...
y
la
que
quiere
mirar,
mira.
(LAS
MIRA
A
LAS
DOS)
¿Qué
tal?(LAS
DOS
 HERMANAS
LO
MIRAN
SIN
CONTESTAR
NADA.
MAGGI,
CON
LA
MONO
DEBAJO
DE
LA
 MESA)
¿Listas?
A
la
una,
a
las...
 PERLA
:
(INTERRUMPIENDOLO)
Espere,
una
preguntita...
si...
s...
yo
quisiese...
por
pura
 curiosidad...
no
es
que...
me
interese...
pero...
bueno...
usted
sabe
como
son
las
mujeres...
si...
 yo...
si...
yo...
quisiera...
podría
tocarla...
 MAGGI
:
Naturalmente.
¡Para
eso
está!
(MIRA
PRIMERO
A
UNA,
DESPUES
A
LA
OTRA,
CON
 UNA
GRAN
SONRISA
EN
LA
CARA)
A
la
una,
a
las
dos
y
a
las...
(MAGGI
COMIENZA
A
 SACARSE
EL
GUANTE
DEBAJO
DE
LA
MESA.
ANGELICA
QUIERE
AYUDARLO.
MAGGI
LE
 PIDE
QUE
SE
QUEDE
QUIETA
PUES
LE
HACE
COSQUILLAS.
MIENTRAS,
PERLA
VA
 ACERCANDO
LENTAMENTE
SU
MANO
A
LA
MESA.
LA
ESCENA
VA
IN
CRESCENDO
ENTRE
 LAS
RISAS
DE
MAGGI
Y
LA
EXCITACION
DE
LAS
HERMANAS
HASTA
QUE
MAGGI
LES
DICE
 QUE
YA
PUEDEN
MIRAR.
ANGELICA
SE
ASOMA
FUGAZMENTE
Y
CAE
AL
PISO,
 RETORCIENDOSE.
LUEGO
QUEDA
INMOVIL.
MAGGI
SE
INCORPORA
CON
EL
GUANTE
 PUESTO)
Vio,
yo
les
dije.
Por
eso
no
quería
contarles.
 PERLA
:
No
se
preocupe.
esto
le
pasa
muy
a
menudo.
¿Me
ayuda?
 MAGGI
:
Sí,
como
no.
¿Adónde
la
ponemos?
 PERLA
:
Pase
por
acá.
 (LA
TOMAN
A
ANGELICA
DE
BRAZOS
Y
PIERNAS
Y
ENTRAN
AL
LIVING.
LA
SIENTAN
EN
 UN
SILLON.
PERLA,
VA
AL
APARADOR
Y
SE
SIRVE
UN
VASO.
MIENTRAS
LO
HACE
 MURMURA
PALABRAS
ININTELIGIBLES.
MAGGI,
VA
A
BUSCAR
LA
VALIJA
QUE
DEJO
EN
 EL
HALL.
ANGELICA,
ABRIENDO
LOS
OJOS
Y
DICIENDO
MECANICAMENTE
COMO
SI
 FUERA
UN
"TICK")
 ANGELICA
:
¿Dónde
están
mis
zapatos?
 PERLA
:
(IRONICA)
¡Bienvenida!
 (ANGELICA,
SIN
PRESTARLE
ATENCION
SE
LEVANTA
Y
VA
HACIA
EL
PERFUMERO.
SE
 PONE
EN
DIVERSAS
PARTES
DEL
CUERPO
PERO
EN
UNA
FORMA
MUY
HISTERICA.
 MAGGI,
PERMANECE
PARADO
EN
EL
MEDIO
DEL
LIVING
CON
LA
VALIJA
EN
LA
MANO.
 OBSERVA
EL
AMBIENTE)
 MAGGI
:
¡Un
chiche!
¡Un
verdadero
chiche!
 PERLA
:
Por
favor,
señor
Maggi,
póngase
cómodo.
 MAGGI
:
Le
agradezco,
señorita,
pero...
(MIRA
EL
RELOJ)
(PERLA
INSISTE.
MAGGI,
 TITUBEA)
Bueno.
Total,
el
día
ya
está
perdido.
 (PERLA,
LE
HACE
SEÑAS
QUE
BUSQUE
EL
BANQUITO
QUE
QUEDO
EN
EL
HALL.
MAGGI,
 VA
Y
LO
TRAE.
SE
SIENTA.
PAUSA.
LENTAMENTE
MAGGI
SACA
DE
UN
BOLSILLO
UNA
 BOLSITA
CON
TABACO
Y
DE
OTRO
BOLSILLO
UNA
PIPA.
CON
SUMA
DELICADEZA
 COMIENZA
A
PREPARARLA)
 PERLA
:
Señor
Maggi...
¿a
usted
también
le
entristecen
los
atardeceres
del
domingo?
 (ANGELICA,
MIENTRAS
HA
COLOCADO
EN
LA
MESA
UN
TABLERO
DE
AJEDREZ
Y
 ACOMODA
LAS
PIEZAS)


ANGELICA
:
(A
PERLA)
¿Por
qué
decís
también?
 PERLA
:
(A
ANGELICA)
Quise
decir,
si
él
también
se
pone
triste
los
domingos
a
la
tardecita.
 (MAGGI,
MIENTRAS
PREPARA
LA
PIPA,
OBSERVA
EL
DIALOGO,
DESCONCERTADO.
 PERLA,
SE
SIENTA
FRENTE
A
ANGELICA
Y
COMIENZAN
A
JUGAR
MIENTRAS
 CONVERSAN)
 ANGELICA
:
(A
PERLA)
Pero
primero
le
tenés
que
preguntar
a
él,
antes
de
decir
también.
 PERLA
:
(MOVIENDO
UNA
PIEZA)
¿A
quién?
 ANGELICA
:
(MIRANDO
ATENTAMENTE
EL
TABLERO)
Al
señor
Maggi.
 PERLA
:
(TAMBIEN
COMPENETRADA
EN
EL
JUEGO)
¿Y
a
quién
le
estoy
hablando?
 ANGELICA
:
(MOVIENDO
UNA
PIEZA)
Digo,
que
cuando
uno
dice
también
se
está
 refiriendo
a
alguien
que
ya
dijo
algo.
Y
hasta
ahora,
el
señor,
el
señor...
 MAGGI
:
Maggi.
 ANGELICA
:
¡Ah,
sí!,
el
señor
Maggi
no
abrió
la
boca.
(MIRANDOLO
A
MAGGI
 ACUSADORAMENTE)
¿No
es
así?
(INMEDIATAMENTE
VUELVE
SU
MIRADA
AL
TABLERO)
 MAGGI
:
¿Cómo?
 PERLA
:
(MIRANDOLO
A
MAGGI)
¿Ah,
no
es
así?
(MUEVE
UNA
PIEZA)
 MAGGI
:
(CONFUNDIDO)
Bueno,
podría
ser.
 (MAGGI
YA
HA
PREPARADO
LA
PIPA
PERO
CADA
VEZ
QUE
SE
LA
ESTA
POR
PONER
EN
LA
 BOCA,
LAS
HERMANAS
LO
AZUZAN
Y
CONFUNDEN
CON
SUS
PREGUNTAS)
 ANGELICA
:
(MOVIENDO
UNA
PIEZA)
¿Usted
habló
de
su
tristeza
de
los
domingos
antes
 que
mi
hermana
tocara
el
tema?
 MAGGI
:
(SACANDOSE
LA
PIPA
DE
LA
BOCA)
No,
creo
que
no.
 ANGELICA
:
¿Entonces
es
la
primera
vez
que
hablamos
de
este
asunto?
 MAGGI
:
Sí...
(LA
VA
A
PRENDER)
 ANGELICA
:
(ENERGICAMENTE)
Entonces,
no
le
parece
que
la
palabra
también,
está
de
 más
en
un
tema
que
jamás
se
ha
tratado
anteriormente.
 MAGGI
:
(BAJA
LA
PIPA
SIN
PRENDERLA)
Mire
señorita,
la
verdad,
yo
no
me
fijo
en
tantos
 detalles.
(LEVANTA
LA
PIPA
NUEVAMENTE)
 PERLA
:
(MUEVE
UNA
PIEZA)
¿Qué
detalles?
 (MAGGI
VUELVE
A
BAJAR
LA
PIPA)
 ANGELICA
:
¿Usted
se
refiere
a
la
tristeza
como
detalle?
 PERLA
:
¿O
a
los
domingos?
 MAGGI
:
(TOTALMENTE
DESORIENTADO)
¿Cómo?
(TIENE
UN
FOSFORO
PRENDIDO
EN
 LA
MANO)
 ANGELICA
:
(MUEVE
UNA
PIEZA)
¿A
la
tristeza?
 PERLA
:
¿O
a
los
domingos?
 ANGELICA
:
(MIRANDOLO
DE
REOJO)
¿Le
pasa
a
usted
también?
 PERLA
:
(MUEVE
UNA
PIEZA)
Se
le
ve
en
la
cara.
 (MAGGI
CON
EL
FOSFORO
PRENDIDO
OBSERVA
EL
DIALOGO
SIN
ATINAR
A
HACER
 NADA.
DE
PRONTO
EN
SU
CARA
HAY
UN
GESTO
DE
DOLOR.
SE
HA
QUEMADO)
 ANGELICA
:
(OBSERVANDO
MUY
COMPENETRADA
EL
JUEGO)
Tiene
ojos
melancólicos.
 PERLA
:
Una
mirada
triste.
resignada.
 (MAGGI,
MIENTRAS,
SE
PASA
EL
DEDO
POR
EL
PELO
CON
UNA
MUECA
DE
DOLOR)
 ANGELICA
:
(MUEVE
UNA
PIEZA)
¡Dejalo
hablar!
 PERLA
:
¡Pero
si
no
habla!
(MUEVE
UNA
PIEZA)
 MAGGI
:
(CON
UN
GRAN
ESFUERZO
Y
EN
UN
TONO
DE
VOZ
MAS
ALTO
QUE
LO
NORMAL)
 ¡Después
de
la
transmisión
de
los
partidos!
(PRENDE
LA
PIPA)
 PERLA
:
(MIRANDOLO
FIJAMENTE)
¡No
nos
interesa
la
política,
señor
Maggi!
 ANGELICA
:
(MIRANDOLO
FIJAMENTE)
¡No
nos
metemos
nunca
con
esas
cosas!
 (MAGGI
NERVIOSAMENTE
SE
SACA
LA
PIPA
DE
LA
BOCA.
POR
LOS
NERVIOS
SE
LE
DA
 VUELTA
Y
SE
LE
CAE
TODO
EL
TABACO
EN
EL
TRAJE)
 MAGGI
:
¡Pero
de
qué
política
ma
hablan!
(TRATA
DE
LIMPIARSE
EL
TRAJE)
 ANGELICA
:
(MUEVE
UNA
PIEZA)
¿No
dijo
usted
que
le
entristecen
los
partidos
políticos?
 MAGGI
:
(MUY
NERVIOSO.
CAMBIA
LA
VALIJA
DE
LUGAR)
¡Yo
no
hablé
de
política!


PERLA
:
(SE
HA
VUELTO
A
SENTAR
Y
COMO
SI
NADA
REANUDA
EL
JUEGO.
A
ANGELICA)
 ¿Quién
habló
entonces?
 ANGELICA
:
No
sé,
no
tengo
la
menor
idea.
 PERLA
:
Qué
extraño,
me
pareció
oír
hablar
de
política.
 MAGGI
:
(PONIENDO
OTRA
VEZ
TABACO
EN
LA
PIPA
Y
MUY
CUIDADOSO
CON
LO
QUE
 DICE)
No,
lo
que
yo
dije
es
que
me
pone
triste
los
domingos,
cuando
se
termina
la
 transmisión
de
los
partidos
de
fútbol.
(MAS
TRANQUILO)
Es
la
peor
hora
de
la
semana.
(SE
 PONE
LA
PIPA
EN
LA
BOCA)
 ANGELICA
:
(PENSATIVA
FRENTE
AL
TABLERO)
¿Partidos
de
fútbol?
 PERLA
:
Así
que
también
juega
al
fútbol.
¡Jaque!
(JUEGA)
(MAGGI
CON
LA
PIPA
EN
LA
 BOCA
HACE
SEÑAS
QUE
NO.
PERO
ELLAS
NO
LO
MIRAN)
Mi
padre
jugaba
en
el
Club
 Standart
Electric.
 ANGELICA
:
(MUEVE
UNA
PIEZA)
¿Usted
dónde
juega?
 MAGGI
:
(ESTA
POR
PRENDER
LA
PIPA)
No,
escucho.
 ANGELICA
:
(A
PERLA)
Hablale
más
fuerte
que
no
escucha.
 PERLA
:
(A
ANGELICA)
¿Es
medio
sordo?
(JUEGA)
¡Jaque!
 ANGELICA
:
Dijo
que
no
escuchaba.
 MAGGI
:
(CON
LA
PIPA
EN
LA
MANO)
disculpen,
pero
no
entiendo.,..
 PERLA
:
(A
PERLA.
VOCALIZANDO
EXAGERADAMENTE.
JUEGA)
No
hay
de
qué
 avergonzarse.
El
30
por
ciento
de
la
población
a
su
edad,
padece
de
sordera.
 MAGGI
:
(PONIENDOSE
DE
PIE.
MUY
NERVIOSO)
Yo
sólo
dije
que
no
jugaba
al
fútbol.
Que
 escuchaba
nada
más.
(NO
SABE
QUE
HACER
CON
LA
PIPA
EN
LA
MANO)
 PERLA
:
(A
ANGELICA)
¿Qué
tiene
que
ver
el
fútbol
con
la
sordera?
 ANGELICA
:
(A
PERLA)
¿Habrá
recibido
un
pelotazo
en
el
oído?
 PERLA
:
(A
ANGELICA)
¿En
cual?
 MAGGI
:
(SE
TOCA
EL
OIDO
DERECHO
MECANICAMENTE.
AL
DARSE
CUENTA
RETIRA
LA
 MANO
CON
BRUSQUEDAD.
SE
ADELANTA
UNOS
PASOS
HACIA
ELLAS)
¡Pónganse
de
 acuerdo,
señoritas!
¡No
soy
sordo!
¡ni
en
mi
familia
hay
sordos!
¡Y
yo
al
fútbol
lo
escucho
 muy
bien!
 (LA
PIPA
QUE
TIENE
EN
LA
MANO
DEBIDO
A
LA
TENSION
SE
ROMPE)
 ANGELICA
:
(COMO
SI
NADA.
JUEGA)
¿Se
pondrá
la
radio
cerca
de
la
oreja?
 PERLA
:
Tienen
aparatos
especiales.
 (MAGGI
MIRA
LA
PIPA
ROTA.
TRATA
DE
ARREGLARLA.
NO
PUEDE.
SE
LA
METE
EN
EL
 BOLSILLO.
SE
HA
DESCONECTADO
DEL
DIALOGO
DE
LAS
HERMANAS)
 ANGELICA
:
Leí
que
en
Estados
Unidos
hay
deportes
especiales
para
sordos.
 PERLA
:
Habría
que
avisarle.
(JUEGA)
¡Jaque!
 ANGELICA
:
No
creo
que
le
interese.
Es
muy
retraído.(ANGELICA
LE
HABLA
A
PERLA
 PERO
ES
EVIDENTE
QUE
QUIERE
LLAMAR
LA
ATENCION
DE
MAGGI)
Sumamente
retraído
 (PAUSA)
¿has
visto
algo
más
retraído
que
el
señor
Maggi?
 MAGGI
:
(REACCIONA.
SE
ADELANTA
UNOS
PASOS)
¿Señoritas,
no
tendrían
un
cigarrillo?
 ANGELICA
:
(A
PERLA.
JUGANDO)
¿Será
un
tapón
de
cera?
 PERLA
:
(A
ANGELICA)
con
un
buen
lavaje
se
le
destapa.
 MAGGI
:
(CASI
GRITANDO)
Señoritas,
no
tendrían
un
cigarrillo?
 PERLA
:
(LO
MIRA
ASOMBRADA)
No
grite
que
no
somos
sordas.
 ANGELICA
:
(LEVANTANDOSE
DE
LA
MESA)
Con
tanto
barullo
no
se
puede
jugar.
 MAGGI
:
(AVERGONZADO
RETROCEDE)
Disculpen,
no
quise
molestar.
(VA
HACIA
LA
 VALIJA.
LA
TOMA.
SE
DIRIGE
HACIA
LA
SALIDA)
 ANGELICA
:
Señor
Maggi.
(COLOCA
DOS
SILLAS.
UNA
FRENTE
A
OTRA
EN
CADA
 EXTREMO
DE
LA
MESA.
MAGGI
SE
DETIENE)
¿A
que
no
sabe
cuál
es
el
recuerdo
más
feliz
 de
mi
infancia?
 MAGGI
:
Cómo,
señorita?
 (PERLA
VA
AL
APARADOR.
SACA
UN
MANTEL
Y
LO
COLOCA
SOBRE
LA
MESA)
 ANGELICA
:
No
lo
va
a
creer.
¡Los
domingos
lluviosos!
 (TODO
LO
QUE
SIGUE
ANGELICA
LO
DICE
MIENTRAS
ELLA
Y
PERLA
PONEN
LA
MESA


QUE
SOLO
TIENE
DOS
LUGARES.
MAGGI
PERMANECE
PARADO
ESCUCHANDOLA
A
 ANGELICA
Y
AL
MISMO
TIEMPO
MUY
PENDIENTE
DE
SI
VAN
A
COLOCAR
UN
TERCER
 PLATO
O
NO.
PERLA
CADA
TANTO
SE
SIRVE
MAS
BEBIDA
EN
SU
VASO.
DESPUES
DE
 TOMAR
SE
QUEDA
COMO
AUSENTE.
ACARICIA
SU
MEDALLA.
MURMURA
ALGUNAS
 PALABRAS.
LUEGO
VUELVE
A
LA
MESA.
EN
CONTRASTE,
ANGELICA
HABLA
Y
SE
MUEVE
 MUY
EXITADA
Y
CON
MUCHA
RAPIDEZ)
 ANGELICA
:
¿Sabe
por
qué?
Si
el
domingo
amanecía
nublado
o
llovía,
papá
no
iba
a
la
 cancha.
El
iba
a
la
cancha
todos
los
domingos.
Pero
si
,llovía,
no
iba.
Se
quedaba
con
 nosotras.
Ese
día,
nos
poníamos
nuestros
mejores
vestidos.
Yo
tenía
uno
colorado
con
 lunares
blancos.
Tenía
voladitos
en
las
mangas.
Era
todo
colorado
con
pequeños
lunares
 blancos.
Blancos
o
grises.
Nunca
pude
saberlo.
Papá
decía
que
era
su
princesita.
Su
 princesita.
adorada
y
que
tenía
un
aire
aristocrático.
(MAGGI
LENTAMENTE
SE
ACERCA
 AL
BANQUITO
Y
SE
SIENTA.
HAY
CIERTO
AIRE
DE
RESIGNACION
EN
SU
ACTITUD.
SU
 ATENCION
SE
DIVIDE
ENTRE
EL
MONOLOGO
DE
ANGELICA
Y
LA
MESA.
 PERMANENTEMENTE
SE
PASA
LA
LENGUA
POR
LA
BOCA)
Al
mediodía
tomábamos
el
 colectivo
y
nos
íbamos
al
centro.
Los
tres
de
la
mano.
Almorzábamos
en
el
Palacio
de
la
 Papa
Frita.
Fiambre.
Primer
plato.
Y
postre.
En
invierno
tomábamos
sopa.
De
ahí,
 caminábamos
hasta
el
cine
Royal.
Mientras
papá
terminaba
su
cigarro.

 Daban
dibujos
animados,
películas
de
Chaplín,
el
Gordo
y
el
Flaco
y
de...
¡Shirley
Temple!
 mi
ídolo.
Siempre
quise
ser
como
ella.
La
imitaba
en
todo.
Aprendí
baile,
canto,
zapateo
 americano.
Las
noches
que
me
habré
pasado
llorando
porque
mi
pelo
no
era
enrulado.
 (PAUSA)
Al
final
me
hice
la
permanente.
(PAUSA)
Había
películas
que
las
veíamos
4
ó
5
 veces
seguidas.
Como
era
continuado.
Y
cuando
salíamos
del
cine,
si
papa
estaba
de
buen
 humor
nos
invitaba
a
la
confitería
"Las
Orquideas"
a
tomar
chocolate
con
churros.
Y
a
 veces
nos
dejaba
repetir.
(PAUSA)
Papá
pedía
cerveza.
Se
la
servían
en
unos
vasos
muy
 altos.
Y
yo
le
tomaba
la
espumita.
(PAUSA)
¡Qué
días
inolvidables!
 (LA
MESA
YA
ESTA
TOTALMENTE
PUESTA
PARA
DOS
PERSONAS.
PRIMERO
SE
SIENTA
 PERLA
Y
DESPUES
ANGELICA
FRENTE
A
ELLA)
 MAGGI
:
(INCOMODO)
¡Me
imagino!
 ANGELICA
:
(CORTANTE)
No
creo
que
pueda
imaginárselo.
Son
recuerdos.
Y
los
recuerdos
 no
le
interesan
a
nadie.
 PERLA
:
¿Y
usted
qué
hacía
los
domingos?
 MAGGI
:
¿Los
domingos?
(ELLAS
ASIENTEN.
MUY
LENTAMENTE
SE
INCORPORA)
Iba
al
 cementerio.
 PERLA
:
(AZORADA)
¿Al
cementerio?
 ANGELICA
:
¿A
qué?
 MAGGI
:
A
juntar
huesos.
(SACA
UN
CIGARRILLO
DEL
BOLSILLO
Y
LO
PRENDE)
 ANGELICA
:
¿Cómo?
 (PERLA,
NERVIOSAMENTE
VACIA
EL
CONTENIDO
DEL
VASO
DE
UN
TRAGO)
 MAGGI
:
(MUY
TRANQUILO)
Sí,
a
juntar
huesos.
(EL
MONOLOGO
QUE
SIGUE
LO
DICE
 MIENTRAS
CAMINA
LENTAMENTE
ALREDEDOR
DE
LA
MESA
EN
ACTITUD
MUY
 CONTROLADORA
DE
LA
SITUACION)
Me
conseguí
una
changa
con
los
estudiantes
de
 medicina.
Ellos
necesitaban
material
para
las
prácticas
y
yo
se
los
conseguía.
En
la
época
 de
exámenes
me
volvían
loco
a
pedidos.
(PAUSA)
DEspués
trabajé
mucho
con
cadáveres.
 (ENDEREZA
UN
TENEDOR
DE
LA
MESA)
Los
vendía
a
la
facultad.
(PAUSA)
Ustedes
saben
 cuál
es
el
problema
de
los
muchachos.
¡No
hay
cadáveres!
No
pueden
estudiar
50
 muchachos
con
un
solo
cadáver.
Hay
que
conseguirles
más.
Si
no
qué
médicos
van
a
salir.
 ¡Sin
ninguna
práctica!
(PAUSA)
Se
pagan
muy
bien,
¿eh?
Yo
arreglaba
con
la
cátedra
 directamente.
¡Era
un
buen
negocio!
Trabajaba
con
la
zona
de
Chascomús.
De
noviembre
a
 marzo.
Es
la
época
que
mejor
se
pone.
Que
hay
más
accidentes
en
la
ruta.
Algunos
finados
 lo
reclamaban
los
familiares.
Pero
hay
otros
que
quedaban
amontonados
en
la
morgue
y
 no
los
reclamaba
nadie.
A
esos
los
creman.
Nosotros
hacíamos
el
arreglo
con
los
 muchachos
de
la
Municipalidad.
Y
cuando
no
había
reclamo,
ellos
nos
llamaban.
Nosotros
 íbamos
y
los
cargábamos.
Teníamos
una
furgoneta.
Algunos
estaban
muy
bien


conservados,
¿eh?
Era
un
buen
negocio.
Tranquilo,
seguro.
(PAUSA)
 PERLA
:
¿Pero...
y
por
qué
no
los
reclamaba...
nadie?
 ANGELICA
:
¿Quiénes
eran?
 MAGGI
:
Y...
linyeras,
casi
todos.
(PAUSA)
(ESTA
FRENTE
A
ELLAS)
 PERLA
:
Usted
dijo
"casi
todos".
 MAGGI
:
Sí.
¿Por
qué?
 PERLA
:
¿Y
los
que
no
eran
linyeras
 MAGGI
:
Y...
gente
sola.
Sin
familia.
Hay
mucha
gente
que
muere
y
no
se
entera
nadie.
 (MIENTRAS
LAS
MIRA,
TOMA
UN
TENEDOR
Y
LO
VA
RETORCIENDO
LENTAMENTE)
¿Qué
 se
yo?
Viejos,
viudas.
Jubilados.
(LAS
MIRA
FIJO)
Solteronas.
La
gente
sola.
Las
más
 desamparada.
(PAUSA
LARGA)
¿Ustedes
entienden
a
quienes
me
refiero?
(ANGELICA
Y
 PERLA,
LO
MIRAN
A
MAGGI.
ESTE,
APARECE
TRANSFORMADO
EN
UNA
ACTITUD
DE
 SUPERIORIDAD
Y
AL
MISMO
TIEMPO
AMENAZANTE.
CON
LA
MANO
DERECHA
SE
 ACARICIA
EL
GUANTE.
PERLA
Y
ANGELICA
LO
MIRAN
ATERRORIZADAS)
La
gente
más
 sola.
La
más
desamparada.
Ustedes
saben,
gente
indefensa,
desprotegida.
(A
LA
CARA
DE
 ELLAS)
¡Gente
que
no
tiene
un
perro
que
les
ladre!
(PAUSA.
APOYA
EL
TENEDOR
 COMPLETAMENTE
TORCIDO
EN
LA
MESA)
Hay
mucha
gente
sola.
(PAUSA)
Ustedes
saben
 de
lo
que
estoy
hablando,
¿no
es
cierto?
 (AL
DECIR
ESTO
MAGGI
RETROCEDE
HACIA
LA
VALIJA.
LAS
HERMANAS
SE
PONEN
DE
 PIE.
ESTAN
ASUSTADAS.
MAGGI
TOMA
LA
VALIJA.
LA
APOYA
EN
EL
BANQUITO.
LA
ABRE.
 VA
A
SACAR
ALGO.
PERLA
Y
ANGELICA
RETROCEDEN
MAGGI,
SACA
DE
LA
VALIJA
UNA
 MESITA
PORTATIL
DE
MAGO.
LA
ARMA
RAPIDAMENTE.
LE
COLOCA
UN
TRAPO
ENCIMA.
 SACA
UNA
GALERA.
LUEGO
UNA
VARITA.
EN
NINGUN
MOMENTO
LAS
MIRA
A
LAS
 HERMANAS.
TODOS
SUS
MOVIMIENTOS
SON
DE
UN
VERDADERO
MAGO.
HACE
VARIOS
 NUMEROS
MUY
RAPIDAMENTE.
JUEGOS
CON
CARTAS.
CAJAS
CHINAS.
PAÑUELOS.
LAS
 HERMANAS
PASA
DEL
TERROR
A
LA
SORPRESA)
 (MIENTRAS
LO
MIRAN
SE
VUELVEN
A
ACOMODAR
EN
SUS
SILLAS.
ESTAN
REALMENTE
 FASCINADAS
CON
LO
QUE
ESTAN
VIENDO.
Y
EVIDENTEMENTE
SORPRENDIDAS.
LO
 MIRAN
A
MAGGI.
SE
MIRAN
ENTRE
SI.
SE
RIEN.
MAGGI
PERMANECE
COMPENETRADO
EN
 SU
ROL.
APOYA
LA
GALERA
EN
LA
MESA.
HACE
UNOS
PASES
CON
LA
VARITA.
LEVANTA
 LA
GALERA
Y
HAY
UNA
PEQUEÑA
JAULA
CON
UNA
RATA
ADENTRO.
EN
ESE
MOMENTO
 LAS
HERMANAS
DEJAN
DE
REIRSE.
MAGGI,
LEVANTA
LA
JAULA.
LA
MANTIENE
UNOS
 INSTANTES
SUSPENDIDA.
LA
HACE
GIRAR.
LAS
HERMANAS
MIRAN
CON
SUSTO
Y
 DESAGRADO.
LENTAMENTE
MAGGI
BAJA
LA
JAULA.
LA
VUELVE
A
TAPAR
CON
LA
 GALERA.
HACE
UNOS
PASES
CON
LA
VARITA.
LEVANTA
LA
GALERA.
LA
JAULA
HA
 DESAPARECIDO.
LAS
HERMANAS
APLAUDEN
ALIVIADAS
Y
AL
MISMO
TIEMPO
 SORPRENDIDAS
POR
LA
HABILIDAD
DE
MAGGI.
ESTE,
SALUDA
MUY
 CEREMONIOSAMENTE.
LAS
HERMANAS
SIGUEN
APLAUDIENDO.
AL
RESPONDER
EL
 SALUDO
POR
TERCERA
VEZ,
MAGGI
SE
TOMA
DE
LA
CINTURA
CON
UN
GESTO
DE
 DOLOR)
 MAGGI
:
¡Ay!
¡Ay!
¡La
hernia!
 PERLA
:
(LEVANTANDOSE
DE
LA
SILLA)
¿Qué
le
pasa?
 ANGELICA
:
(A
PERLA)
¿Qué,
es
otra
prueba?
 MAGGI
:
(AIRADO)
¡Qué
prueba
no
ocho
cuartos!
¡La
hernia
de
disco!
 ANGELICA
:
(A
PERLA)
¿La
hernia
de
qué?
 MAGGI
:
¡De
disco!
¡Señorita,
de
disco!
(HABLANDO
PARA
SI)
¿Para
qué
me
agaché?
¡Con
 la
humedad
que
hay!
(LAS
HERMANAS
LO
MIRAN
SIN
ATINAR
A
HACER
NADA)
¿Qué
me
 miran?
Por
favor,
ayúdeme.
(SE
TOMA
DE
UNA
SILLA)
 PERLA
:
Sí,
como
no.
¿quiere
que
llamemos
una
ambulancia?
 MAGGI
:
No,
señorita,
no
es
para
tanto.
A
ver.
(LE
HACE
SEÑAS
A
PERLA
PARA
QUE
SE
 ACERQUE)
Permítame.
(SE
APOYA
EN
ELLA)
Gracias.
(A
ANGELICA)
Y
usted,
por
favor,
 váyame
empujando
de
a
poquito,
de
a
poquito,
así
no
hago
fuerza.
 (MAGGI,
APOYADO
EN
PERLA
Y
MUY
ENCORVADO,
VA
CAMINANDO
LENTAMENTE.
 ANGELICA,
LO
EMPUJA
DE
ATRAS.
ASI
DAN
UNA
VUELTA
ENTERA
POR
TODO
EL


ESCENARIO,
HASTA
QUE
MAGGI
LEVANTA
LA
VISTA)
 MAGGI
:
¿Adónde
vamos?
 ANGELICA
:
No
sé.
Usted
no
nos
dijo.
 MAGGI
:
(SEÑALANDO
UN
SOFA)
Por
favor...
despacito...
no
doy
más.
 (LOS
TRES
VAN
HACIA
ALLI.
MAGGI,
CON
SUMO
CUIDADO
SE
SIENTA,
AYUDADO
POR
LAS
 DOS.
SIGUE
EMITIENDO
AYES
DE
DOLOR.
QUEDA
EN
POSICION
SEMIACOSTADO)
 PERLA
:
Parece
un
bebé.
 ANGELICA
:
¿No
quiere
una
almohadita?
 MAGGI
:
Gracias.
Son
muy
amables.
 (ANGELICA,
LE
COLOCA
LA
ALMOHADA.
EN
ELLAS
HAY
UNA
ACTITUD
MUY
MATERNAL)
 PERLA
:
Desde
ya
que
no
se
va
a
ir
así.
En
ese
estado.
 MAGGI
:
Enseguida
se
me
pasa
y
estoy
bien.
 ANGELICA
:
¡Qué
esperanza!
No
podemos
dejarlo
ir
así.
 (ANGELICA,
COMIENZA
A
PERFUMARSE)
 PERLA
:
A
ver
si
le
pasa
algo.
¡Qué
cargo
de
conciencia!
 MAGGI
:
Ya
estoy
acostumbrado.
 ANGELICA
:
¿Qué,
siempre
le
pasa
algo?
 MAGGI
:
Enseguida
se
me
acomoda
la
vértebra
y
estoy
bien.
 PERLA
:
No,
no.
Usted
se
queda
aquí.
 ANGELICA
:
Y
no
hablemos
más.
 (PERLA,
VA
AL
APARADOR.
SE
SIRVE.
TOMA.
YA
EN
SU
CAMINAR
SE
NOTA
CIERTA
 VACILACION
Y
HA
PERDIDO
CASI
TODA
SU
RIGIDEZ
INICIAL.
HABLA
SOLA.
LAS
FRASES
 SON
INAUDIBLES.
ANGELICA,
PRENDE
LA
RADIO.
SE
SIENTA.
SE
SACA
LOS
ZAPATOS,
 TOMA
UNA
REVISTA.
"ANTENA"
O
"RADIOLANDIA".
LEE
MIENTRAS
SE
CHUPA
EL
DEDO.
 MAGGI,
POCO
A
POCO
SE
VA
CALMANDO.
SU
EXPRESION
ES
NORMAL,
NUEVAMENTE.
 MIRA
DE
REOJO
A
LAS
HERMANAS)
 MAGGI
:
Señorita
Perla,
¿sería
tan
amable
de
alcanzarme
el
banquito?
 PERLA
:
(DEJANDO
RAPIDAMENTE
EL
VASO
EN
EL
APARADOR)
Sí,
como
no.
(
SE
LO
 TRAE)
 MAGGI
:
Para
los
pies.
Gracias.
(PAUSA)
Señorita
Angélica,
me
alcanzaría
los
cigarrillos.
 Están
en
el
saco.
 (ANGELICA,
APAGA
LA
RADIO
Y
SE
PONE
LOS
ZAPATOS
RAPIDAMENTE.
VA
AL
SACO.
 SACA
LOS
CIGARRILLOS.
SE
LOS
DA
A
MAGGI)
 Gracias.
¡Fuego!
 (PERLA,
VA
CORRIENDO
Y
BUSCA
FOSFOROS.
LE
PRENDE
EL
CIGARRILLO)
 ¡Whisky!
 (CADA
PEDIDO
ESTA
SUBRAYADO
HACIENDO
SONAR
LOS
DEDOS
DE
LA
MANO
 DERECHA.
ANGELICA,
BUSCA
LA
BOTELLA
Y
UN
VASO
DEL
APARADOR.
LE
SIRVE
 WHISKY.
SE
LO
DA)
 ¡Cubitos!
 (PERLA,
LE
TRAE
UN
BALDE
CON
CUBITOS)
 ¡Dos!
 (PERLA,
LE
PONE
DOS
CUBITOS
EN
EL
VASO)
 ¡Uno
más!
(LE
PONE
UNO
MAS.
PAUSA)
¡Queso!
 (ANGELICA,
SALE
Y
VUELVE
CON
UN
PLATO
DE
QUESO)
 ¡Cuchillo!
¡Galletitas!
¡Sevilletas!
¡Escarbadientes!
 (A
CADA
PEDIDO
LAS
HERMANAS
CORREN
DE
UN
LADO
PARA
OTRO,
CONSIGUIENDO
 LAS
COSAS.
LA
ACTITUD
DE
ELLAS
ES
DE
GRAN
EXCITACION.
ESPERAN
ANSIOSAS
LAS
 ORDENES)
 ¡Diario!
(PERLA,
SE
LO
TRAE)
¡Radio!
 (ANGELICA,
PRENDE
LA
RADIO.
SE
ESCUCHA
UNA
NOVELA)
 ¡Música!
 (ANGELICA,
BUSCA
CON
EL
DIAL
HASTA
QUE
CONSIGUE
MúSICA.
MAGGI,
LEE
EL
DIARIO
 MIENTRAS
COME
Y
TOMA
WHISKY.
LAS
HERMANAS
PERMANECEN
DE
PIE
A
LA
ESPERA


DE
NUEVAS
ORDENES)
 MAGGI
:
(SIN
MIRARLAS)
¡Pueden
retirarse!
 (PERLA
Y
ANGELICA,
SE
DIRIGEN
HACIA
LA
PUERTA)
 ¡En
puntas
de
pie!
 (ELLAS
LO
MIRAN.
SE
MIRAN.
HAY
COMO
UN
ACUERDO
TACITO
ENTRE
ELLAS.
MAGGI
 CONTINUA
REPITIENDO
"PUEDEN
RETIRARSE".
ESTA
INSTALADO
COMODAMENTE.
 ELLAS
DE
IMPROVISO
COMIENZAN
A
ARROJARLE
COSAS
ENCIMA,
CUBITOS,
EL
PLATO
 CON
QUESO,
LAS
COSAS
DE
MAGIA.
EL
REPITE
CADA
VEZ
CON
MAS
FUERZA
"VAMOS,
 RETIRENSE",
"NO
ME
OYEN",
"PUEDEN
RETIRARSE".
PERLA
TOMA
LA
VALIJA
Y
SE
LA
 VACIA
ENCIMA.
ANGELICA
TOMA
UNA
GORRA
DE
BAÑO
Y
LE
CUBRE
LA
CARA.
CON
LOS
 TRAPOS
Y
ENTRE
LAS
DOS
COMIENZAN
A
ASFIXIARLO.
LA
ESCENA
ES
DE
GRAN
 VIOLENCIA
Y
LAS
HERMANAS
PARECEN
DISFRUTAR
MUCHO
CON
LO
QUE
LE
HACEN
A
 MAGGI.
ESTE
SE
REVUELVE
EN
LA
SILLA.
AL
TENER
LA
CARA
CUBIERTA
POR
LA
GORRA
 NO
SE
ENTIENDE
L
QUE
DICE
PERO
OBVIAMENTE
LES
ESTA
PIDIENDO
QUE
PAREN.
LAS
 HERMANAS
ESTAN
PRACTICAMENTE
ENCIMA
DE
EL
TRATANDO
DE
SOFOCARLO.
MAGGI
 HACIENDO
UN
GRAN
ESFUERZO
SE
INCORPORA.
SE
LEVANTA
APENAS
LA
GORRA,
LO
 SUFICIENTE
COMO
PARA
VERLAS.
TODO
CAE
AL
SUELO.
LA
ACTITUD
DE
MAGGI
ES
 AMENAZANTE.
DE
ENTRE
LAS
ROPAS
SACA
UNA
VARA.
LAS
HERMANAS
SE
ALEJAN,
UNA
 PARA
CADA
LADO)
 MAGGI
:
Así
que
tienen
ganas
de
joder,
¡eh!
¿Pero
quién
se
creen
que
soy?
¡Veinticinco
 años
laburando
en
la
calle
de
bobalicón!
¿Así
que
les
gusta
la
fiesta?
Y
bueno,
vamos
a
 divertirnos.
 PERLA
:
(MIRANDO
A
MAGGI)
¿Y
eso?
 ANGELICA
:
(ASUSTADA)
¡Perla!
 MAGGI
:
Ahora
me
vinieron
ganas
de
divertirme
a
mí.
Tengo
unas
ganas
terribles
de
 divertirme.
 (LANZA
UNA
RISITA
HISTERICA.
COMIENZA
A
PEGAR
CON
LA
VARA
EN
EL
PISO
SIN
 MIRARLAS)
 PERLA
:
Señor
Maggi,
era
un
chiste.
 ANGELICA
:
(ANIÑADA)
No
se
lo
tome
así.
 PERLA
:
No
se
va
a
enojar
por
eso.
 ANGELICA
:
No,
claro
que
no
se
va
a
enojar.
 (MAGGI,
SE
ADELANTA
UNOS
PASOS
HACIA
ELLAS.
LAS
MIRA
FIJAMENTE.
PERLA
Y
 ANGELICA,
RETROCEDEN
ASUSTADAS)
 PERLA
:
Por
favor,
señor
Maggi.
Ya
está
bien.
 ANGELICA
:
(A
PERLA)
¡Callate
que
lo
ponés
nervioso!
 PERLA
:
(A
ANGELICA)
¡Callate
vos!

 (MAGGI,
SIEMPRE
MIRANDOLAS
Y
GOLPEANDO
CON
A
VARA
SE
ACERCA
LENTAMENTE
 A
ELLAS.
SU
ACTITUD
ES
DE
UNA
FRIALDAD
ABSOLUTA.
LA
VARA
ES
GOLPEADA
CADA
 VEZ
MAS
CERCA
DE
ELLAS.
PERLA
Y
ANGELICA,
ESTAN
PEGADAS
UNA
AL
LADO
DE
LA
 OTRA)
 (MAGGI,
CON
LA
VARA
GOLPEA
CERCA
DE
LOS
PIES
DE
PERLA.
EN
EL
MEDIO
DEL
 ESCENARIO
PERMANECEN
LAS
SILLAS
QUE
USABAN
LAS
DOS
PARA
SENTARSE.
 ATERRORIZADAS,
PERLA
SE
SUBE
A
LA
SILLA.
MAGGI,
HACE
LO
MISMO
CON
ANGELICA
Y
 ESTA
NO
TIENE
MAS
REMEDIO
QUE
SUBIRSE
A
LA
OTRA
SILLA)
 (LAS
DOS
ESTAN
AGARRADAS
DEL
RESPALDO.
PARECEN
DOS
ANIMALES
DE
CIRCO.
 MAGGI,
ESTA
COMPENETRADO
EN
SU
ROL.
PERO
SE
MUEVE
CON
CIERTA
DIFICULTAD,
 COMO
SI
NO
PUDIERA
SEPARAR
BIEN
LAS
PIERNAS
AL
CAMINAR.
CON
UNA
MANO
LES
 HACE
GESTO
QUE
SE
INCORPOREN
CON
LA
OTRA
SACUDE
PERMANENTEMENTE
LA
 VARA.
ELLAS
OBEDECEN.
DURANTE
TODA
LE
ESCENA,
PEGAN
GRITITOS,
SOLLOZAN.
 PERLA
SE
AFERRA
HISTERICAMENTE
A
SU
MEDALLA
Y
ANGELICA
LLORA
CON
EL
 PULGAR
EN
LA
BOCA)
 (MAGGI,
CON
UN
GESTO
DE
LA
MANO
Y
GOLPEANDO
LA
VARA
EN
LAS
SILLAS,
LAS
HACE
 BAJAR
Y
DIRIGIENDOLAS
SIEMPRE
CON
LA
VARA,
LAS
HACE
CAMBIAR
DE
SILLAS.
ELLAS


HACEN
ESTO
EN
CUATRO
PATAS.
UNA
VEZ
QUE
LAS
DOS
HAN
CAMBIADO
DE
SILLAS,
 MAGGI
HACE
UNA
LARGA
PAUSA.
COMIENZA
A
CAMINAR
NERVIOSAMENTE
Y
CON
GRAN
 DIFICULTAD.
SE
TROPIEZA
CON
LA
VALIJA
Y
ESTA
A
PUNTO
DE
CAER.
SE
RECOBRA
 INMEDIATAMENTE.
COMIENZA
A
GOLPEAR
FUERTEMENTE
LAS
PATAS
DE
LA
SILLA
DE
 ANGELICA.
SE
TREPA.
LAS
DOS
SE
ABRAZAN.
SE
ACARICIAN.
PERO
SON
CARICIAS
POR
EL
 TERROR.
IGUALMENTE
LA
ESCENA
TIENE
UN
TINTE
EROTICO.
MAGGI,
APARECE
 ENCORVADO
E
INQUIETO.
SUS
MOVIMIENTOS
SE
HACEN
MAS
TORPES
Y
 DESORDENADOS.
PERLA
Y
ANGELICA,
LLORAN
DESCONSOLADAMENTE.
MAGGI,
LES
 HACE
SEÑAS
DE
QUE
SE
DEN
VUELTA.
ELLAS
LO
OBEDECEN)
 MAGGI
:
Claro,
las
nenas
se
portan
mal
para
que
papito
les
haga
chas‐chas
en
la
cola,
eh.
A
 ver
cómo
se
bajan
las
bombachitas.
¡Vamos!
¡Vamos!
Rapidito,
que
las
nenas
tienen
que
 irse
a
dormir.
Vamos,
rapidito,
rapidito.
 (ANGELICA,
TEMBLOROSA,
COMIENZA
A
LEVANTARSE
LA
POLLERA
Y
BAJARSE
LA
 BOMBACHA.
PERLA,
CON
MAS
RESISTENCIA,
LA
IMITA.
LAS
DOS
LLORIQUEAN
Y
GIMEN.
 MAGGI,
QUE
HA
ESTADO
REPITIENDO
LA
PALABRA:
"RAPIDITO"
VARIAS
VECES,
DE
 IMPROVISO
SALE
DE
ESCENA
BRUSCAMENTE
PERO
SIN
HACER
RUIDO.
ANGELICA
Y
 PERLA
CON
LAS
POLLERAS
LEVANTADAS
Y
LAS
BOMBACHAS
BAJAS
SE
QUEDAN
 ESPERANDO
EL
GOLPE.
AL
NO
OCURRIR
ESTO,
LENTAMENTE
PERLA
GIRA
LA
CABEZA
Y
 PERCIBE
QUE
MAGGI
NO
ESTA
EN
ESCENA.
DE
UN
SOLO
MOVIMIENTO
SE
LEVANTA
LA
 BOMBACHA,
SE
BAJA
LA
POLLERA,
PEGA
UN
SALTO
DE
LA
SILLA
Y
EL
LLORIQUEO
DE
 LAS
DOS
SE
CORTA
ABRUPTAMENTE)
 PERLA
:
(DESPRENDIENDOSE
DE
ANGELICA)
¡Señor
Miralles!
 MAGGI
:
(EN
OFF)
Ya
voy,
señorita
Perla.
 ANGELICA
:
¿Qué
está
haciendo?
 (ANGELICA,
BAJA
DE
LA
SILLA.
SU
GESTO
ES
DE
FURIA.
MAGGI,
APARECE.
AHORA
SU
 CAMINAR
ES
AGIL
Y
SEGURO.
AL
VER
LA
EXPRESION
DE
LAS
DOS
HERMANAS
SE
 DETIENE)
 ANGELICA
:
(VIOLENTA)
¿Me
quiere
decir
qué
estuvo
haciendo?
 MAGGI
:
Fui
a
orinar,
señorita.
No
daba
más.
 PERLA
:
(INDIGNADA)
¡Y
eligió
justo
este
momento!
 ANGELICA
:
(TOMANDO
LA
VARA
Y
ARROJANDOLA
POR
EL
AIRE)
¿Pero
que
se
ha
creído?
 MAGGI
:
(SORPRENDIDO)
¡Señorita,
estaba
aguantando
desde
hace
una
hora!
 ANGELICA
:
¡Entonces
hubiera
aguantado
un
poco
más!
 PERLA
:
¿Pero
se
da
cuenta
de
lo
que
hizo?
 MAGGI
:
(APABULLADO)
Me
explotaba
la
vejiga.
¡No
daba
más!
 ANGELICA
:
¡Vamos,
señor
Miralles,
no
es
un
chico!
 MAGGI
:
(CONCILIADOR)
Si
ustedes
quieren...
volvemos
atrás.
 PERLA
:
No
se
haga
el
tonto,
¿eh?
 ANGELICA
:
Nos
arruinó
la
noche.
 (LOS
TRES
SE
MIRAN.
HAY
UN
CLIMA
DE
GRAN
TENSION)
 MAGGI
:
Miren,
les
pido
mil
disculpas.
pero
son
cosas
que
pasan...
 ANGELICA
:
¡Imbécil!
 MAGGI
:
¡No
le
permito!
 ANGELICA
:
¿Qué,
no
me
permite?
 PERLA
:
Dejalo,
Mónica.
No
vale
la
pena.
 MAGGI
:
(AMENAZANTE)
Usted
se
va
a
arrepentir...
 ANGELICA
:
(IRONICA)
¿Me
está
amenazando?
 (ANGELICA
Y
MAGGI,
SE
MIRAN
FIJAMENTE
UNOS
INSTANTES.
LUEGO
ANGELICA
SE
DA
 VUELTA
HACIA
PERLA)
 Arreglá
vos
las
cuentas.
Yo
no
tengo
más
ganas
de
hablar.
 (ANGELICA,
VA
HACIA
UN
MUEBLE.
DE
AHI
SACA
UN
TELEFONO.
COMIENZA
A
DISCAR.
 MIENTRAS
PERLA
HA
BUSCADO
UN
BLOCK
Y
UNA
LAPICERA.
VA
HACIA
MIRALLES.
LOS
 DIALOGOS
SON
CRUZADOS.
MIRALLES,
MIENTRAS,
SE
SACA
EL
SACO.
SE
DESPINTA
CON
 LA
MANO
EL
BIGOTE
POSTIZO.
SU
ACTITUD
ES
DE
GRAN
CANSANCIO)


PERLA
:
(A
MAGGI)
¿Viáticos?
 MAGGI
:
25.000
pesos
viejos.
Aquí
tengo
los
boletos.
 (LOS
SACA
DEL
BOLSILLO
Y
SE
LOS
ENTREGA
A
PERLA)
 ANGELICA
:
(HABLANDO
POR
T.E.)
Hola...
Hola
Rosita...
Sí...
la
señora...
Está
el
señor...
 gracias.
(A
PERLA)
Pedile
la
lista.
 PERLA
:
(A
MAGGI)
¿Comidas?
 MAGGI
:
Un
sandwich
de
jamón
y
queso,
un
bife
con
ensalada,
dos
cafés.
 PERLA
:
¿No
puede
comer
otra
cosa
que
no
sea
bife?
 MAGGI
:
¿Qué
quiere
que
haga?
Estoy
a
régimen.
 ANGELICA
:
¿Hola,
cómo
estás...?
Mirá,
más
o
menos...
 MAGGI
:
Tres
aguas
tónicas.
 ANGELICA
:
...Una
jaqueca
terrible...
 PERLA
:
¿Algo
más?
 MAGGI
:
El
traje.
Aquí
está
la
boleta.
(SE
LA
DA)
 ANGELICA
:
¿Con
quién...?
¿No
me
digas?
 MAGGI
:
Los
zapatos
son
los
mismos.
 ANGELICA
:
¡Qué
increíble...!
Siempre
el
mismo
despistado.
 MAGGI
:
Dan
buen
resultado.
Es
suela
de
goma.
 PERLA
:
¿Y
todo
esto
qué
es?
 MAGGI
:
Los
juegos
de
magia.
 ANGELICA
:
Sí,
estoy
con
Silvia.
Te
manda
un
beso.
 PERLA
:
Pero
esto
no
estaba
en
el
libreto.
 MAGGI
:
No,
pero
pensé
que
les
podía
gustar.
 PERLA
:
Mire,
si
quiere
hacer
modificaciones,
nos
avisa
antes.
A
ver
la
lista.
 MAGGI
:
(SACA
UNA
LISTA
Y
LEE)
Cuatro
valijas,
seis
conjuntos
de
ropa
interior...
 ANGELICA
:
No,
hoy
mejor
no.
Si
querés
sacá
para
mañana.
 MAGGI
:
La
lora,
el
juego
de
ajedrez,
la
pipa.
(SIGUE
LEYENDO)
 ANGELICA
:
...La
de
Robert
Redfor...
 MAGGI
:
...todo
suma...
3.400.000
 ANGELICA
:
Sí,
esa...
 PERLA
:
Más
de
diez
horas.
 MAGGI
:
Y
ocho
horas.
 PERLA
:
Y
ocho
horas
de
preparativos...
son
dieciocho.
 ANGELICA
:
Acordate
de
confirmar
lo
del
sábado...
 PERLA
:
A
40.000
la
hora.
 MAGGI
:
Disculpe,
la
última
vez,
la
señora
(LA
SEÑALA
A
ANGELICA)
me
dijo
cuarenta
y
 cinco.
 (PERLA,
LE
HACE
SEÑAS
A
ANGELICA
CONSULTANDOLE)
 ANGELICA
:
(TAPANDO
EL
TUBO)
Yo
no
recuerdo.
(SIGUE
HABLANDO
POR
TELEFONO)
 MAGGI
:
Vamos,
señorita,
por
favor,
¡ya
me
estoy
cansando!
 ANGELICA
:
(VOLVIENDO
A
TAPAR
EL
TUBO)
¡No
grite,
que
esto
no
es
un
conventillo!
 PERLA
:
(CONCILIADORA)
A
45
la
hora
son...
(NERVIOSAMENTE
HACE
CUENTAS
SOBRE
 EL
BLOCK)
 ANGELICA
:
nada,
mi
amor...
¿Qué
me
estabas
diciendo?
 PERLA
:
Son
6.500.000
(LE
DA
EL
BLOCK)
Fíjese
si
está
bien.
 ANGELICA
:
¿Hay
algún
chico
por
ahí?
 MAGGI
:
Sí,
está
bien.
 (LE
DEVUELVE
EL
BLOCK
A
PERLA.
ESTA,
VA
HACIA
UN
CAJON.
SACA
UN
BILLETE
Y
SE
 LO
ENTREGA
A
MAGGI)
 ANGELICA
:
No,
no
me
esperes...
Sí...
Alrededor
de
las
nueve...
(PERLA,
LE
SUSURRA
ALGO
 A
ANGELICA)
Ah,
y
avisale
a
Raúl
que
Silvia
también
va
a
llegar
a
esa
hora...
 PERLA
:
(A
MAGGI)
¿Me
ayuda?
 (ENTRE
LOS
DOS
COMIENZAN
A
GUARDAR
TODAS
LAS
COSAS
DENTRO
DE
LAS
VALIJAS,
 QUE
AHORA
RESULTAN
SER
CUATRO,
IDENTICAS)


ANGELICA
:
Sí,
sí...
mi
amor...
por
supuesto.
Un
beso.
(CUELGA)
 (PAUSA.
LOS
TRES
SE
MIRAN.
ANGELICA,
A
MAGGI,
CONCILIADORA)
 ANGELICA
:
Cambió
mucho
el
texto
del
accidente,
¿no?
 MAGGI
:
Era
muy
largo.
 PERLA
:
Yo
lo
noté
un
poco
distraído.
 MAGGI
:
¿Sabe
qué
pasa?
Son
muchas
horas.
 (LA
ACTITUD
CORPORAL
DE
MIRALLES
ES
OPUESTA
A
LA
QUE
TENIA
CUANDO
ERA
 MAGGI.
SUS
MOVIMIENTOS
SON
LENTOS,
SEGUROS
Y
YA
NO
HABLA
COMO
UN
REO)
 (PAUSA.
LOS
TRES
COMO
SI
FUERA
UN
VIEJO
RITO
COMIENZAN
A
DESARMAR
LA
 HABITACION.
TODO
LO
QUE
HAY
ES
DE
UTILERIA.
NADA
ES
REAL.
LAS
COSAS
LAS
VAN
 APILANDO
EN
UN
RINCON.
MIENTRAS
HACEN
ESTA
ACCION,
SE
NOTA
EN
LOS
TRES,
 MOVIMIENTOS
CRISPADOS
Y
VIOLENTOS
POR
LA
TENSION
EXISTENTE.
QUEDA
EN
EL
 ESCENARIO
UN
ESPACIO
VACIO
QUE
PUEDE
SER
UNA
HABITACION,
O
UN
GARAGE
O
UN
 GALPON,
ETC.
PERLA
Y
ANGELICA
CON
POCOS
CAMBIOS
HACEN
SU
TOTAL
 METAMORFOSIS
EN
DOS
SEÑORAS
DE
ALTA
SOCIEDAD.
MAGGI,
ORDENA
SUS
COSAS
Y
SE
 DIRIGE
HACIA
EL
HALL.
ANTES
DE
TRASPASARLO
SE
DETIENE.
SE
DA
VUELTA)
 MAGGI
:
Ah,
me
olvidaba
decirles.
(PAUSA)
Tengo
un
nuevo
material.
(PAUSA)
Pero
no
sé
 si
les
va
a
interesar.
 (PAUSA
LARGA.
ANGELICA
Y
PERLA
SE
MIRAN
ENTRE
SI.
LO
MIRAN
A
MAGGI
Y
SE
 VUELVEN
A
MIRAR
ENTRE
SI)
 PERLA
:
(APARENTANDO
INDIFERENCIA)
¿De
qué
se
trata?
 MAGGI
:
De
un
drogadicto.
(PAUSA)
En
Nueva
York
(PAUSA)
Entra
en
una
casa
de
familia.
 (PAUSA.
PERLA
Y
ANGELICA,
VUELVEN
A
MIRARSE)
¿Les
interesa?
(LAS
HERMANAS
LO
 MIRAN
SIN
CONTESTAR)
¿Les
mando
los
libretos?
(LAS
HERMANAS
SIGUEN
EN
LA
 MISMA
ACTITUD)
El
viernes
sin
falta.
(PAUSA)
A
las
dos.
(PAUSA)
Buenas
tardes,
señoras.
 (SE
DIRIGE
HACIA
LA
PUERTA.
SE
DETIENE)
¡Ah,
me
olvidaba!
(SE
SACA
EL
GUANTE
 NEGRO
Y
LO
APOYA
SUAVEMENTE
SOBRE
LA
MESA.
SE
DIRIGE
NUEVAMENTE
HACIA
LA
 SALIDA)
 ANGELICA
:
(AUTORITARIA)
¡Señor
Miralles!
 MAGGI
:
Sí,
señora.
 ANGELICA
:
Le
advierto,
sea
puntual.
 MAGGI
:
(OBSECUENTEMENTE)
Sí,
señora.
 PERLA
:
Y
hágame
el
favor
de
venirse
con
una
camisa
limpia.
 MAGGI
:
Sí,
señora.
Por
supuesto.
Buenas
tardes.
 (MAGGI,
CIERRA
LA
PUERTA
DE
ENTRADA
SIGILOSAMENTE.
ANGELICA,
LENTAMENTE,
 SE
ACERCA
A
UNA
SILLA.
SE
SIENTA.
FRENTE
A
ELLA
HAY
UN
ESPEJO.
PERLA,
 PERMANECE
DE
PIE.
VA
HACIA
EL
GUANTE.
LO
TOMA.
ANGELICA,
SE
MIRA
EN
EL
 ESPEJO.
HAY
ALGO
DE
CANSANCIO
Y
DESAFIO
EN
SU
MIRADA.
PERLA,
LA
MIRA
 MIENTRAS
ACARICIA
EL
GUANTE.
SE
LO
LLEVA
A
LA
CARA.
ANGELICA,
POR
EL
ESPEJO
 TAMBIEN
LA
VE
A
PERLA.
HAY
UNA
LARGA
PAUSA
DE
SILENCIO
Y
MIRADAS
A
TRAVES
 DEL
ESPEJO.
DE
GOLPE,
PERLA
ARROJA
BRUSCAMENTE
EL
GUANTE
HACIA
EL
ESPEJO)


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