La escritura maya, maricela falcón

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La escritura maya Maricela Ayala Falcón

Hablar de los mayas es hablar de conocimientos, no hay duda de que entre las culturas que se desarrollaron en el Nuevo Mundo fueron las de los mayas las que lograron mayores avances en el desarrollo intelectual. Esto no significa que otras no los hubieran alcanzado; pero los mayas los dejaron escritos. El hombre moderno está tan acostumbrado a leer y escribir que, por lo regular, no se detiene a pensar como fue el origen y evolución de dichos conocimientos, ni en el hecho de que las sociedades actuales dependen de la comunicación. Pero esta dependencia surgió en el pasado y siempre ha requerido de tres elementos: emisor - medio de transmición -í receptor. Si falta alguno no hay mensaje, no hay transmición y, consecuentemente: no hay herencia. Debió ser en la prehistoria cuando el ser humano cambió los sonidos guturales en "palabras" (fonemas), pero los códigos de comunicación deben haber sido propios a cada grupo, por lo que la forma de transmisión de los mensajes fue cambiando, y, así, el hombre desarrolló tres sistemas básicos: el mímico, el fonético y el gráfico. Este últimc ha evoluciomado en distintas formas, ninguna igual a la otra, pero siempre suceptibles de adoptarse y adaptarse. Antes de iniciar nuestro recorrido por lo que fue el sistema de escritura maya es importante señalar que, hasta el momento, no hay una definición que describa cuando un sistema gráfico puede ser reconocido como escritura. Son los dibujos rupestres una escritura? Son los dibujos de los indígenas norteamericanos un sistema de escritura? La respuesta es difícil, por una razón. Los estudiosos del tema: filólogos, historiadores, lingüístas y antropólogos sustentaban su diferenciación entre grupos primitivos o salvajes, y grupos civilizados o cultos, en base a si tenían un sistema de escritura. Sobre este concepto también surgió la división (obsoleta actualmente) entre Arqueología e Historia. En América los conquistadores se interesaron en los habitantes del continente para dominarlos, evangelizarlos y sólo algunos, por curiosidad, expresaron en sus crónicas y relatos algo que los sorprendió - no olvidemos que estamos hablando de gente del siglo XVI europeo -, "había libros en que se relataban todas sus cosas", "tenían una a manera de escritura con la cual se comunicaban", "tenían a manera de receptorios para sus libros", "usaban de un papel hecho de la corteza de un árbol" (ficus) y sobre el cual pintaban sus ]

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166. Estela 6 de Izapa. Preclásico Tardío (de Lowe, Lee and Martínez, 1982).

Sin embargo, y a pesar de la información relatada en las crónicas, los estudiosos de las escrituras negaron la existencia de sistemas gráficos americanos. No ha sido sino hasta época muy reciente que los antropológos y filológos que desconocían la existencia de esas crónicas, y por lo tanto negaban a las culturas americanas "porque no tenían sistemas de escritura", han tenido que reconsiderar su posición. El mejor argumento en contra ha sido la escritura maya, aunque también están la zapoteca, la mixteca, y la mexica. Pero para hablar de la escritura maya, y de su cultura, es necesario hablar del pasado. Cuando el hombre comenzó a dejar mensajes se valió para ello de signos pintados, o grabados. La mayoría no los podemos entender, y quizá nunca lo haremos, porque no sabemos si se trata de un hecho histórico o de una plegaria. Es el caso de las representaciones prehistóricas en Altamira, España; Lascaux, Francia; o Izapa, México. A este tipo de imágenes se les ha llamado "pictogramas" porque representan figuras realísticamente (fig. 166). Existe una segunda etapa en la evolución de la escritura que ha sido designada bajo el término de «iconogramas", aunque cabe aclarar que es difícil separarlas, y en ella también encontramos representadas imágenes de objetos, pero en esta etapa el objeto implica una idea. Es decir, la figura de un "pez" pasa a significar una idea o un verbo: "pescador", "pescar" (fig. 132). El siguiente paso fue la creación de la escritura logográfica, o fonética, es decir, cuándo el signo comenzó a leerse ya fuera como una palabra, o una raíz morfémica (sílaba). En las lenguas monosilábicas, entre las cuáles se encuentran la sumeria y la maya, la transición debió ser rápida y en el proceso, con seguridad, se apoyaron en palabras homófonas que les permitieron escribir conceptos que de otra manera hubieran sido imposibles de escribir. Así, en la escritura sumeria el dibujo de una flecha, ti, se empleaba para significar ti, "vida". En la escritura maya el signo de kin, "Sol", podía significar el dios solar, el día y, por derivación semántica, el número cuatro (fig. 167), aunque se debe aclarar que cada significado puede escribirse de diversas maneras que se conocen como formas normales, variantes de cabeza, y variantes de cuerpo completo. Los signos gráficos evolucionaron en algunas escrituras hasta llegar a ser fonemas, como nuestro alfabeto pero el proceso fue largo, su historia muy difícil y, de hecho, no todos los sistemas llegaron a esta etapa. Los estudiosos del tema consideran que solamente la egipcia y la cuneiforme evolucionaron hasta el fonetismo, es decir, en donde cada signo representa un sonido (fonema). Y aquí radica uno de los problemas a los que nos enfrentamos ya que existe una etapa previa, reconocida por muchos autores, en la cual los signos se leen como sílabas. Dicha etapa se conoce como fonética-silábica, y se presenta especialmente en las lenguas morfo-silábicas. Casos específicos son: la sumeria, la mexica (o azteca), y la maya.

Historia del desciframiento

167. Arriba: Glifos de Sol, k'in. Abajo: dos variantes de cabeza del número 4, k'in (de Marcus. 1'

El problema en el reconocimiento, o no, acerca de si existía una escritura maya es muy curioso. Cuando fray Diego de Landa, obispo de Yucatán, escribió su Relación de las cosas de Yucatán (157?) no sabía que el documento permanecería en el olvido cerca de tres siglos. Sabemos que Mesoamérica, a lo largo de su historia, compartió un cúmulo de ideas y productos a través de las actividades comerciales, culturales y bélicas. La zona maya no fue la excepción y todas esas actividades, especialmente las bélicas, trajeron como consecuencia el que a la llegada de los españoles, el conocimiento acerca de la escritura casi estaba perdido, manteniéndose, como siempre había sido, en poder de los sacerdotes y de algunos gobernantes que, como asienta Landa, "por ello eran más estimados". Uno de estos personajes fue Gaspar Antoni Chi, quien le proporcionó a Landa la información acerca de como funcionaba el calendario, los jeroglíficos, o glifos, correspondientes m'" (fic ]7n),


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Es importante señalar que en las lenguas mayas' existen sonidos, o fonemas, que no hay en español y a los que se ha designado como glotalizados porque se pronuncian con un cierre de la glotis, y se escriben de la siguiente manera: 2 ch', k', p', ts'. Existen además las llamadas vocales largas:aa,ee,ii, 00, uu, que algunos lingüistas argumentan se trata de sílabas formadas por dos vocales con un cierre de la glotis entre ambas, lo que resultaría en: a'a, e'e, Vi, o'o, u'u. Además existe, en algunas lenguas como las cholanas, la llamada sexta vocal Á. La h tiene un sonido parecido a la j, pero muy suave, y carecen de los sonidos d,f,g. existe además un cambio de [y] por [r] en las lenguas quicheanas. La comunicación entre Landa y Antoni Chi debió ser muy interesante ya que ninguno se percató de que estaban hablando de dos sistemas de escritura distintos.No olvidemos que en español los nombres de las letras son sílabas, así, para la letra [b] (be) se escribieron dos glifos; el primero es una huella de pie que indica "camino", y que en maya se dice be. La letra [h] (ache) fue escrita mediante dos glifos; a-che, y así sucesivamente (fig. 168). Landa no fue el único interesado en los conocimientos de los mayas.Los frailes tenían que aprender las lenguas de los grupos que iban a evangelizar y en ese proceso se escribieron gramáticas, diccionarios, calepinos, thesauius, que han sido de gran ayuda tanto para conocer la cultura maya, como para el proceso del desciframiento. Muchos de estos autores, al observar las ciudades mayas, se interesaron en buscar una explicación acerca del origen y naturaleza de los signos que veían en las estelas (monolitos esculpidos) y edificios, como sucedió con fray Jacinto Garrido, quien al visitar las ruinas que ahora conocemos como Toniná, Chiapas, escribiría (ca. 1630-1680) que, en su opinión, los monumentos deberían referir las conquistas de otras ciudades, y los signos escritos tenían que ser sílabas pues si cada uno fuera una letra, en todo el monumento apenas cabría una palabra (fig 169). La visita del capitán Antonio del Río (1787), a las ruinas mayas y la publicación del diario de su recorrido (1822) así como las visitas de Dupaix (1800) y más tarde John L. Stephens y Frederick Catherwood (184 1) marcaron el inicio de la arqueología maya. Pero a la información que ellos aportaron tenemos que agregar otra, la publicación de varias páginas del llamado Códice de Dresden. Este manuscrito es uno de los tres códices mayas precolombinos' que sobrevivieron a la conquista, evangelización, y celo de los misioneros que quemaron y destruyeron todos los códices y gran cantidad de monumentos por considerarlos asuntos del demonio. El códice fue adquirido, posiblemente en Viena, por Johann Christian Gótze, director de la Biblioteca Real de Dresden durante un viaje por Europa (1739). A su regreso a Dresden publica un inventario en donde menciona su adquisición bajo el rubro de "un códice mexicano". En 1816 Alexander von Humboldt reproduce las páginas 47-52 del docu-

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168. Be, huella de pie, bz "quincunce" y a-che de Landa (de Marcus, 1992).

169. Altar de Toniná (Ayala, 1994).

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170. Alfabeto de Landa (de M. Coe, 1992).

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mento. El códice, completo, fue uno de los que Lord Kingsborough (1831-1838) publicara

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en sus Antiquities

17 1. Glifo para uy glifo T.1 (de Landa; Thompson, 1978).

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172. Arriba: Dintel 29 de Yaxchilán. Abajo: orden de lectura (de Graham, 1975-86).

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ú 0@ w ffl# a chac rojo

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173: Glifos para los colores (de

of Mexico (vol.

3).

Es posiblemente a través de estas publicaciones que varios investigadores se interesaron en el tema, pero ninguno logró entender la escritura jeroglífica a excepción de Constantine S. Rafinesque, quien estudió los textos con inscripciones que entonces se conocían y publicó sus hallazgos en diversas revistas y diarios norteamericanos (1827-1833). Hubo otros trabajos esporádicos relativos al tema, sin embargo, podemos señalar al francés Charles E. Brasseur de Bourbourg como el autor que puso a la epigrafía maya entre las disciplinas modernas. Brasseur localizó la copia del manuscrito de fray Diego de Landa, mismo que publicó en 1864. El mismo identificó en Madrid otro códice maya, el Troano, el que publicó y leyó (1866) apoyándose en el alfabeto de Landa. Cabe señalar que fue él quien recuperó, y publicó en francés, la traducción hecha por fray Francisco Ximénez, del quiché al español, del Popol Vuh, documento indispensable para el conocimiento de los mitos mayas. El también rescató el drama del Rabinal Achí, única evidencia del teatro prehispánico maya que se conserva. Es cierto que su lectura fonética del Códice Troano fue incorrecta, entre otras cosas porque lo leyó erróneamente y pensando que cada signo correspondía a un fonema, como asentaba Landa. De todas sus lecturas solamente una fue correcta, la del glifo equivalente al morfema u, que en maya-yucateco corresponde al pronombre de la tercera persona del singular (fig. 171) A pesar de sus desaciertos no cabe duda de que debemos a Brasseur el arranque metodológico de la epigrafia maya. Los siguientes ciento treinta años incluyen a una serie de investigadores interesados en el problema, aunque al inicio pocos de ellos pudieron dedicarse de tiempo completo a la resolución del mismo. Acerca de la historia del desciframiento se han escrito recientemente varios libros, ninguno abarca todas las corrientes, ni uncluye rodos los trabajos, lo cual en este momento sería prácticamente imposible dada la proliferación de artículos y libros sobre el tema. La lista es enorme, por lo que solamente señalaremos a los principales. Éstos se dividieron en dos grupos; los que se dedicaron al estudio de los signos intentando leerlos fonéticamente, y los que se avocarón al calendario, matemáticas y astronomía. Y como fue este grupo el que logró avances evidentes fue el que conjeturó que los glifos eran ideogramas. En esta corriente se encuentran autores muy importantes como Ernst Fórstemann, también director de la biblioteca de Dresden y que publicó el códice que se encuentra en esa ciudad en una versión que no ha sido superada (1892). Fórstemann identificó los signos de los números - el punto para indicar 1, y la barra para 5 .-, el signo para "cero", el valor posicional de los números y que el sistema matemático era vigesimal. Fue también él quien identificó las llamadas "Tablas de Venus", y las de "Eclipses" en el Códice de Dresden. Su labor fue primordial para entender las inscripciones. Gracias a sus descubrimientos sobre el calendario fue que otro investigador, el francés León de Rosny (1873), descubrió el orden de lectura de los textos mayas; éstos se leen por columnas dobles, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo (fig. 172). De Rosny también identificó los signos para los colores (fig. 173), y realizó un catálogo de glifos mayas. En este período hubo otros estudiosos como Paul Schellhas, que se dedicó a estudiar las relaciones entre texto y figuras en los códices logrando identificar los nombres jeroglíficos de las deidades y animales representados en ellos. Como no pudo nombrarlos les asignó una nomenclatura alfabética, misma que corregida posteriormente por Günter Zimmermann y Eric Thompson, continúa empleándose. Mientras tanto la corriente fonética avanzaba lentamente, y fracasaba las más de las veces. El norteamericano Cyrus Thomas, valiéndose del alfabeto de Landa, y apoyándose en las relaciones entre texto y figura intentó leer los jeroglíficos de los códices. En 1893, Thomas propuso varios argumentos a favor de la lectura fonética, como fue-


ron (a) el que un mismo glifo podía tener un valor fonético y otra simbólica (o logográfica), y (b) que en este tipo de escrituras diferentes signos podían expresar el mismo sonido. Así, logró leer los cartuchos 4 para "trampa" y "atrapar", en el Códice de Madrid, (fig. 174) mismos que leyó u le, corrigió la lectura que había hecho Rosny para "pavo", kutz (fig. 175), leyó y el de "casa", otoch y el de "guacamaya", moo. Desafortunadamente para la historia del desciframiento, en sus lecturas perdió de vista sus principios y dedujo varias lecturas que no eran razonables, por lo que su trabajo no tuvo mayores consecuencias. El inicio del siglo XX fue en México una época crítica, el presidente Porfirio Díaz le había asignado, por fin, una sede al Museo de Antropología, se creó la Escuela de Antropología y se empezaron a excavar, ya con un método arqueológico, el centro de la ciudad de México, Teotihuacan y Monte Albán, en Oaxaca. Pero el área maya continuaba sublevándose, como lo había hecho a lo largo de su historia, y continúa haciéndolo. Y fue por ello que en este intento por parte del gobierno central de reconocer los orígenes de los mexicanos, la zona maya fue relegada dejándose su estudio, reconocimiento y explotación, a instituciones extranjeras. A finales del siglo XIX había llegado la United Fruits, y con su proyecto de explotación de la zona arrivó Alfred Percival Maudslay, autor de la Biologia Centrali-Americana, (1889-1902), obra de 12 volúmenes en la cual los cinco primeros están dedicados a las ciudades prehispánicas mayas que el autor vio en su recorrido, y a los monumentos que fotografió En base a sus fotografías Annie Hunter dibujó los monumentos con inscripciones, y su calidad fue tal que sólo a últimas fechas se han corregido algunos de ellos. El sexto volúmen fue escrito por J. T. Goodman (1897). De las aportaciones de este autor cabe señalar la correlación entre los calendarios maya y cristiano, misma que corregida por Juan Martínez Hernández (1928), y posteriormente por Eric Thompson (1936), es la que se utiliza actualmente por los epigrafistas.' A inicios del siglo XX otros dos investigadores entraron al campo de la arqueología maya; Franz Blom y Sylvanus G. Morley. Ambos recorrieron la región encontrando, cada uno de ellos, nuevos sitios y nuevos monumentos. Morley, como encargado de la Carnegie Institution of Washington, y Blom, por Tulane University, abrieron la zona a los estudios arqueológicos, antropológicos, etnográficos y epigráficos. Morley localizó varios sitios importantes, entre los que destaca Uaxactun, "8 piedra/año", como lo bautizó por haber localizado en él la primera estela con una fecha 8.6 del baktun También descifró los textos calendáricos de múltiples inscripciones, mismos que publicó en dos obras monumentales: The Inscrztions of Copan (1920) y The

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174. Glifos para "trampa" y "atrapar" u-le (Códice de Madrid) y lectura fonética: e-l-e-1é (de Landa).

Inscriptions of Peten (1937-38). En un trabajo pionero: An Introduction lo Maya Hieroglzfic Writing (1915), aventuró la hipótesis, ya externada dos años antes por Herbert H. Spinden (1913), acerca del conteni-

do histórico de la escritura maya. Su argumento se apoyaba en el hecho de que los mayas erigían estelas cada cinco tunes (año de 360 días), y de que no había ningún evento astronómico con esa periodicidad. Pero ni su opinión ni la de Spinden tuvieron eco. Para la primera mitad del siglo el desciframiento de la escritura maya estaba sólidamente afincado en los campos del calendario, la astronomía, y por derivación, la astrología. La corriente calendárica-ideográfica estaba en su apogeo, llegando los investigadores a caer en extremos tales como en la fabricación de hipótesis numéricas con el objeto de darle un significado astronómico a todas las cuentas. Tales evidencias, debidas al desciframiento parcial de los textos mayas, llevaron a los estudiosos del tema a considerar a los mayas como una etnia dedicada a observar el transcurrir de los astros y, por lo tanto, preocupada solamente por el paso del tiempo. Lo único importante eran las fechas y los dioses.

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cu-iz (u) cutz-pavo

cu-ch (u) cuch-cargar

175. Kutz, "pavo".


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tzul (u) tzul-perro

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176. El glifo para ¡(u) en Landa y en las palabras Tzul (perro) e buluc, numro 11 en el Códice de Abajo, el numero 11 en el sistema de puntos y barras y variantes de cabeza (Ayala y Mathews; Thompson, 1978).

Fue así como los mayas se convirtieron en el epítome del noble indígena. La institución que trabajaba la región era Carnegie Institution, y entre sus aportaciones podemos mencionar la periodicidad de la secuencia cerámica de Uaxactun, llevada a cabo por Robert Smith (1950) y derivada de la relación entre la cerámica y los monumentos fechados del sitio. El autor de dicho fechamiento fue Eric Thompson. No cabe ninguna duda acerca de que Thompson fue el último mayista. Aunque su entrenamiento era como arqueólogo, dominó varias otras especialidades. Conoció ampliamente los documentos coloniales indígenas, españoles y otros. Fue el primero en postular que los textos jeroglíficos debían estar escritos. en - alguna de las lenguas cholanas,. -se dió cuenta de la importancia del comercio en la región, tuvo un gran interés en la religión y etnografía de la zona y su relación con el resto de Mesoamérica, corrigió la correlación mayacristiana, publicó un catálogo de jeroglíficos mayas (1962) que sigue siendo el empleado por todos los çpigrafistas. Sin embargo su concepto sobre la filosofía maya del tiempo, y la imágen del noble indígena, le impidieron ver las evidencias que empezaban a surgir sobre la escritura maya y acercarse a la verdadera naturaleza de este grupo. Según él, el colapso maya y la declinación gradual del grupo se debió al "ataque de las tribus incivilizadas de las remotas latitudes del norte" 7 En 1933 el lingüista norteamericano Benjamin Lee Whorf, regreso al viejo problema del fonetismo en la escritura ma ya por razones que no tenían nada que ver con el desciframiento, sino con el desarrollo de la naciente, en ese entonces, de la corriente estructurahsta. Whorf comenzó su investigación analizando las diferentes lenguas mayas, y de sus estudios dedujo que la escritura maya debía ser silábica. Bajo estos argumentos leyó el cartucho para el mes Mac (fig. 177), pero su trabajo, aparentemente, pasó desapercibido para los mayistas, con excepción del historiador ruso Yurii Knorozov. En 1950 Knorozov presentó ante el Congreso Internacional de Mayistas su lectura de los códices mayas, mismas que a diferencia de las anteriores se apoyaba en el argumento silábico, es decir, morfémico de los signos. Su presentación fue objetada por Eric Thompson y el alemán Thomas Barthel. Thompson criticó el hecho de que Knorozov le asignaba distintos valores a un mismo signo dependiendo de sus intereses. Barthel, por su lado, demostró que con excepción de una lectura, la del número 11 (bu-1u-k) (fig. 176), todas las demás ya habían sido postuladas. Ante tales objeciones Knorozov publicó en 1963 su primer gran trabajo: Pis'menost' Indeitsev Maya, en el cual incluyó su catálogo de jeroglíficos con las lecturas previas que había para cada signo, as¡ como las nuevas propuestas por él. Pero estas lecturas fueroi ampliamente criticadas por los conocedores de la lengua maya yucateca, al igual que fueron criticados los trabajos de un grupo de matemáticos soviéticos; Ebreinov, Kozarev y Ustinov, quienes intentaron leer los códices mayas con ayuda de computadoras (1962). .

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..... 177. Glifos para el mes Mac (Thompson, 1978).

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Sin embargo, Knorozov postuló algo muy importante. Fue el primero que habló de una gramática jeroglífica, a él le debemos el descubrimiento de la sintaxis gramatical de los textos glíficos. Knorozov, en su trabajo sobre los códices, se percató de que cada vez que los dioses realizan la misma acción, el primer cartucho de cada oración es el mismo, también se dió cuenta de que los objetos que portan los dioses en ocaciones están reproducidos en los textos. En base a ello fue que empezó a especular sobre sujetos, verbos y objetos. Gracias a esta explicación gramatical se pudo reconocer algo que Thompson había dicho anteriormente, la lengua de la escritura maya tenía que ser una de las cholanas, y los códices y las inscripciones norteñas debían estar en yucateco. Pero, para llegar a este punto tuvieron que pasar algunos años, y varias circunstancias. En 1958, el arqueólogo de orígen alemán, radicado en México, Heinrich Berlin reconoció una serie de cartuchos por demás interesantes. Berlin, trabajando con el libro de Thmpson Maya Hieroglzhic Writing. An 118 Introduction (1952), se dio cuenta de que el llamado "grupo acuático (fig. 178) siempre se asociaban con el llamado prefijo ben-ich, y ambos servían para enmarcar un signo principal 9 que cambiaba de una ciudad a otra (fig. 179, 31). Por esta razón, y por el uso que se les daba en las inscripciones, los llamó Glifos Emblema y planteó la posibilidad de que su función fuera la de identificar a las ciudades, aunque no sabía si eran el nombre del lugar, el de una deidad o el linaje del sitio. Al siguiente año (1959), analizando los textos jeroglíficos del Templo de las Inscripciones, Palenque, reconoció varios cartuchos asociados a lo que él había identificado como el glifo emblema del lugar. Los cartuchos se encontraban en tres partes: en la base del sarcófago asociados a los personajes ahí representados, en el borde de la lápida del sarcófago, y en los textos de los tableros (fig. 180). De ahí dedujo se trataba de los mismos personajes, y que éstos eran personas que habían vivido en el lugar, es decir, eran personajes históricos. Las repercuciones de éstos hallazgos no se hicieron esperar, y la respuesta inmediata fue el trabajo de una investigadora ruso-norteamericana Tatiana Proskouriakoff. Tania, como la llamaban sus amigos, fue una excelente dibujante y una gran estudiosa de la iconografía maya. A finales de la década de 1950, Proskouriakoff se encontraba estudiando el "dragón/serpiente" en las inscripcipnes de Piedras Negras, Guatemala, y observó que los textos jeroglíficos del lugar presentaban una asociación interesante. Las inscripciones estaban asociadas a los edificios, y cada grupo presentaba un patrón que tenía significado en relación a los descubrimientos de Berlin, es decir, las fechas registradas para cada grupo se ajustaban al ciclo de una vida humana. Pero eso no era todo. A la fecha mas temprana de cada grupo se asociaba siempre un mismo cartucho que Tania llamó del "primer evento". Lo mismo sucedía con las fechas mas tardías, ahí también identificó a otro cartucho que la autora consideró podría referirse a la "muerte" de los sujetos mencionados en los textos (fig. 182).

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.,. 178. Grupo acuático (Marcus, 1992).

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179. Algunos Glifos Emb1ea. De irquierda a derecha y de arriba a abajo: Naranjo, Machaquilá, Piedras Negras y Seibal (Thompson, 1978).


181. Estela 11 de Piedras Negras, 731 d.C. Clásico Tardío(de Schele and Miller, 1986).

Ahondando esta hipótesis siguió estudiando la relación entre las fechas y los sujetos de las oraciones, y descubrió que entre los 6 a 13 años de edad algo le sucedía al individuo. Retomando los datos de Landa identificó ese evento con la designación como heredero del personaje involucrado en cada grupo. Lo que siguió fue la identificación del glifo para "entronización". Cabe aclarar que en las estelas de Piedras Negras hay algunas que se salen de la norma. Es decir, presentan en el frente un nicho dentro del cual está sentado un personaje con las piernas cruzadas, "en flor de loto" (fig. 181). Debajo de estas figuras están unas huellas de pies que ascienden hacia el personaje. Las fechas de éstos monumentos variaban, pero el cartucho asociado era el mismo y la autora lo identificó como la "entronización" del gobernante. Su hipótesis sobre el contenido histórico de las inscripciones fue ratificada con su estudio sobre las inscripciones de Yaxchilán, Chiapas (1963-1964). En este sitio encontró las mismas convinaciones, aunque, claro, los personajes eran otros. Y así comenzó la nueva epigrafía. Las piedras comenzaron a recuperar sus voces, y la historia de los mayas prehispánicosfr la que ellos habían escrito, comenzó a develarse. A los glifos de "nacimiento", "entronización" y "muerte", se agregaron los de "captura", "captor" y "sacrificio" (fig. 182). Y. la imagen de los mayas, aquella de un pueblo dedicado a observar el paso de los astros y medir el tiempo, comenzó a cambiar, aunque no todos los autores estuvieron de acuerdo. Pero uno de ellos, el arqueólogo norteamericano David Kelley, quien llevaba mucho tiempo estudiando las inscripciones con el enfoque de Knorozov, probó los argumentos de Tatiana en el sitio de Quiriguá, Honduras. Con estas dos técnicas y usando la información histórica, David identificó y leyó, por primera vez en la historia moderna (1968), el nombre de un gobernante de Chichén Itzá; Kakupakal (fig. 183). Fue en esta época, 1963, cuando nació en México la Comisión para el estudio de la escritura maya, dirigida por el lingüista norteamericano, radicado en México, Mauricio Swadesh. El proyecto original intentaba descifrar la escritura con la ayuda de computadoras pero con un método diferente al de los soviéticos; Swadesh buscaba las constantes glíficas en los códices. Desafortunadamente él falleció y sus alumnos no pudieron seguir las líneas de investigación que él se proponía por desconocer su proyecto, y la investigación en México se desvió hacia al estudio del origen y evolución de la escritura maya. Años lespués, cuando se desarrolló el método vigente que empleamos en el desciframiento, resultó obvio lo que Swadesh pretendía hacer con las computadoras; desarrollar un método de análisis estructuralista. En 1974, en Dumbartoan Oaks, se reunió un grupo de epigrafistas entre los que se con-

182. De izquierda a derecha, arriba: tres glifos para el verbo "nacer", y dos espresiones para "morir". Al centro: varios glifos para "entronización". Abajo: glifo para "captura", glifo para "captor" y tres glifos para "sacrificio" (Proskouriakoff y Schele).

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taban David Kelley, el lingüista Floyd Lounsbury, Linda Schele y Peter Mathews. Durante la reunión este grupo logró identificar la dinastía de Palenque (fig. 204), as¡ como la construcción preferida en las inscripciones y que consiste de: marcador temporal/ verbo! sujeto. Lounsbury, alumno de Sapper, tenía una formación en el método comparativo y estructuralista, mismo que mostró ser la clave en el desciframiento de la escritura jeroglífica maya. Una vez reconocida la estructura de los textos se pudieron empezar a identificar verbos, sujetos y objetos, por la posición que ocupaban, aunque se desconociera su significado. Otro gran avance lo fue la identificación de las sustituciones glificas, lo que pudo apreciarse al analizar y comparar todos los textos mayas, y fue así como se pudo observar que había oraciones, o cláusulas iguales, en las que un glifo era sustituido por otro (fig. 184). El éxito de su trabajo en equipo los llevó a continuar en su labor, evidenciándose la necesidad de la colaboración entre arqueólogos, epigrafistas, lingüistas e historiadores. Uno de los resultados inmediatos lo fue la reunión de epigrafistas e investigadores interesados, las Mesas Redondas de Palenque, organizadas por Merle Greene R., y los Maya Workshops en Texas, con la figura de Linda Schele al frente de ellos, se volvieron en algo periódico. El conocimiento de la escritura se empezó a divulgar y surgieron más epigrafistas. Durante esa primera etapa el proceso continuó tal como se había establecido; fechamiento de las inscripciones, búsqueda e identificación de cartuchos conocidos y, por análisis comparativo, reconocimiento de glifos nuevos que cumplían las mismas funciones. Fue así como se lograron establecer las dinastías de varias ciudades, los nombres de sus gobernantes, sus períodos de vida, y los actos que les había interesado dejar consignados. La lista de los glifos emblema se incrementó, y la presencia de ellos en otras ciudades permitió establecer las relaciones entre las distintas ciudades, si bien en un principio se desconocía que tipo de relación había entre ellas. Cuándo se empezaron a identificar los relacionadores de parentezco, labor iniciada por el arqueólogo Christopher Jones (1977) en los monumentos tardíos de Tikal, los textos empezaron a arrojar nueva luz tanto en lo que se refiera al sistema de herencia de los mayas, como sobre los vínculos entre las ciudades. Las alianzas matrimoniales entre una mujer de un sitio con el gobernante de otra ciudad empezaron a surgir, con el tiempo se ha descubierto que había otro tipo de alianzas. Que hubo gobernantes impuestos por el Señor de un sitio más importante, que hubo guerras entre estas ciudades aliadas contra sus enemigos comuies, en fin, que el glifo emblema resultó pieza clave en los nuevos hallazgos. Los trabajos de los últimos veinte años están publicados, y ya no son anecdóticos. Son noticias, y como tales muchos de los descubrimientos deben ser tomados con cautela hasta que se haya probado su veracidad. Cuando se publicó la obra The Blood of Kings, escrita por Mary Miller y Linda Schele

183.Nombre de Ka-ku-pa-ka-1, dintel de Chichén Itzá.

184. Ejemplos de sustitución Templo de las

glífica,

Inscripciones, Palenque.

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185.Título y nombre de MaL, k'ina Pakal, de Palenque,

identificado por Lounsbury.

1 186.Ejemplos de lectúras fonéticas propuestas por, Stuart; glifo T17 y signo de "ojo", para el sonido yi. Y¡-1a-h(¡), "lo ve", Y¡-ta-h(i). "en compañia", yi-tzi e, "hermano menor" (los dos difos de ahajo.

(1986), los mayas adquirieron una nueva perspectiva. Las inscripciones mayas, escritas en estelas, altares, dinteles, tronos, tableros, edificios, cerámica y objetos de adorno, comenzaban a develar su mensaje, un mensaje coherente con los de los demás gobernantes del mundo. Los textos se referían a sus vidas y principales actos de gobierno, lo que significa que se trata de una historia manipulada. Cuando se publicó A Forest of Kíngs (Schele y Freidel, 1990), el mensaje fue más obvio. Los gobernantes hablaban de sus triunfos, de los rituales que tuvieron que llevar a cabo para sostener el orden, no sólo de sus sociedades, sino del mismo Cosmos. Los gobernantes se identificaban con los mismos dioses, eran ellos los encargados de alimentar a las deidades para que éstas, a su vez, proveyeran a la humanidad con sus dádivas y así el orden cósmico no se alterara. El concepto filosófico es muy interesante, se trata de una relación mutua entre dioses y hombres en la cual unos no viven sin los otros. Como cuenta el Popol Vuh, los dioses no descansaron hasta que lograron crear a esos seres capaces de recordarlos y adorarlos. Pero esos pequeños seres tenían sobre sí el deler de alimentarlos. Y así, se comenzaron a identificar dichos actos. Por supuesto el pueblo maya no está mencionado. Los mensajes son por lo regular muy cortos y ha sido necesario, para llegar a tener una idea más amplia de los hechos relatados, acudir a otras disciplines afines: arqueología, historia, etnografía, lingüística, en fin, todo aquello que pueda ayudar a complementar el mensaje. Con toda esta información ha sido posible empezar a reescribir la historia maya prehispánica, aunque ahora ya no se trata solamente de los datos obtenidos por los arqueólogos, o las deducciones hechas por historiadores y antropólogos a través de los documentos coloniales. Ahora se trata de lo que ellos dijeron, y como lo dijeron. Por supuesto esta historia nunca estará completa, ni es totalmente verdadera. No olvidemos que muchos textos están perdidos para siempre, otros fueron y continúan siendo saqueados, con lo cual una gran parte de información vital está perdida. Debe haber todavía muchos monumentos que no han sido rescatados, y, algo fundamental, estamos hablando de vidas personales contadas por sus autores como ellos quisieron dejarlas consignadas. Por todo ello es fundamental el análisis comparativo entre los textos mayas. Lo qe un gobernante silenció otro lo puede contar, como las capturas y fracasos en las guerras. La epigrafía maya se ha convertido en una disciplina que está ajustando sus descubrimientos, cada año hay nuevas identificaciones, y ahora, también hay nuevas lecturas. Pero esta etapa es muy reciente. En 1973, Lounsburyhabía logrado leer uno de los prefijos que acompañan a los glifos emblema, el llamado ben-ich, mismo que Thomas Bartel (1968) había reconocido como un "prefijo de rango". Lounsbury probó que el título se podía leer Ab-pop, Ajo, 1 ° título identificado en algunos documentos cakchiqueles escritos durante la colonia para designar a sus jefes; "señor de la estera", o trono. Para lograr sus lecturas corrigió las propuestas de Knorozov y Whorf sobre el carácter silábico de los glifos. Lounsbury demostró que cuando se quería escribir fonéticamente una palabra del orden Consonante-Vocal- Consonante (CVC, forma predominante de las palabras mayas), se seleccionaba para representar la consonante final un signo silábico cuya vocal armonizara con la vocal de la sílaba anterior. Por ejemplo, el verbo "cargar", ciich, se escribía cu—chu. Valiéndose de sus conocimientos de las lenguas mayas, Lounsbury perfeccionó el sistema de lectura y leyó el título Mah k'ina, "gran señor Sol", formado por los glifos para ma-k'in-(n)a, y el nombre de un gobernante palencano, Pakal, "Escudo", escrito pa-k(a)4(a), lectura sugerida por Kelley (fig. 18). El sistema para comprobar las lecturas glificas se debe a David Stuart, joven arqueólogo norteamericano, quien en 1987 logró leer diez glifos, silábicamente, en diversas combinaciones que probaban lo acertado de sus propuestas (fig. 186).

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Las lecturas han proliferado y ahora ya existe un "silabario", además de muchas nuevas identificaciones con respecto al contenido y mensaje de los textos. En un libro reciente escrito por Stuart y Stephen Houston, Classic Maya Place Names (1994), ambos autores se preocuparon por identificar ya no sólo el "cuándo"y "quién", sino por el "dónde" se realizaron los eventos anotados en los textos. Y los topónimos empezaron a surgir. Actualmente se han leído algunos nombres de ciudades así como los de sitios geográficos tales como montañas, lagunas, además de los de varios otros construídos por el hombre: templos, plazas, altares, tronos (figg. 187, 188). La inspiración de éstos hallazgos lo fue el glifo emblema, mismo que había servido para identificar que había relaciones sociopoliticas entre las distintas ciudades mayas y como había sido la evolución de éstas. Dichas relaciones como ya se dijo, podían ser por matrimonios o alianzas, pero también hubo guerras, y estas parecen haber sido mas frecuentes de lo que se suponía. Los sistemas de herencia en ocaciones se vieron afectalos por la muerte o captura de un gobernante, o de su sucesor, y el orden social también se afectó. Entre los últimos hallazgos, aun no totalmente comprobado está la posible presencia de dos supercapitales; Calakmul y Tikal, que según Nicolai Grube y Simon Martin trataban de dominar al resto de la región mediante alianzas o guerras entre las ciudades que formaban parte de su círculo de dominio. Como puede observarse, el mensaje de los textos mayas ha ido cambiando conforme se ha ido comprendiendo mas y mas su contenido. De textos calendáricos y astronómicos, pasó a relatar las vidas particulares de los gobernantes, de ahí cambió de lo anecdótico a lo histórico y empezó a develar una religión de la cual se sabía muy poco a otra mucho más real, por que estaba relatada por ellos, y ahora comienza a abarcar areas del conocimiento para las cuales requiere de la competencia de una gran cantidad de estudiosos, no sólo de la epigrafia. El problema de la guerra, los sistemas de parentezco y herencia, el modo de gobernarse hacia adentro de la ciudad y en relación con los centros de mayor poder, todo ello conforma en parte los caminos a despejar en la lectura de los monumentos. Y falta la gran prueba. La lectura de los códices mayas, escritos durante el postclásico en lengua yucatecana y que, por lo que e entiende de ellos contienen augurios, plegarias, información astronómica, todo ello actuao por las deidades, es decir, son de contenido religioso. La ventaja de los textos en los códices estriba en el hecho de que, por lo que sabemos hasta el momento, los cartuchos son fundamentalmente fonéticos, ello implica que conforme más se avance en las lecturas silábicas de los monumentos, la de los códices será más viable, pero, por su carácter fundamentalmente críptico una vez que se hayan logrado leer seguirá otra etapa por demás importante; el tratar de comprender su significado.

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187. Nombres de la ciudad de Aguateca, K'inich wits, "montaña del Sol" (Stuart y Houston).

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La escritura maya: el calendario

En Mesoamérica la escritura siempre ha estado enlazada a las matemáticas por un razón, los textos que sobrevivieron a la conquista están, todos ellos, ligados al calendario, y las matemáticas que conocemos de esta región y este período son eso; cuentas calendáricas. El único documento mesoamericano, del que sabemos contiene anotaciones numéricas que no registran fechas, sino cantidades, es la Matrícula de tributos, de origen mexica, y de la cual no se sabe con certeza cuándo fue escrito. Algunos autores, como Martínez Marín (1974:232), lo ubican en el colapso mexica, "...durante el sitio de su ciudad, o cuando el humo ya se había disipado". Es decir, al inicio de la conquista, razón por la cual se supone pudo ser una exigencia de los conquistadores para recibir el tributo que se les rendía a los gobernantes mexicas. Se trata de un documento que registra, mediante números y glifos mexicas, la tributa-

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188. Nombres de lugares geográficos. De arriba a abajo: Witz, la montaña; 'el agujero negro con el agua encerrada"; la plaza junto al río en Yaxchilán; yotot, casa (de Ayala, 1995).


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19 189. Numerales de punto barra, Y cero.

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ción que recibía el imperio.. El documento está transcrito en náhuati pero con alfabeto latino, lo que permitió conocer su significado. Es éste el único texto en que se emplea el sistema numérico 11 para algo que no son registros temporales, es decir: fechas. El sistema numérico maya no es propio. Los registros más tempranos proceden de Monte Albán, Oaxaca, y son las estelas 12 y 13 de ese sitio (Gonzáles Licón, 1990:fig. 26). En ellas los números están registrados a base de puntos, para registrar el 1, y la barra para el 5. Los mesoamericanos basaron su sistema numérico en el "20", es decir, en un sistema vigesimal. Todo indica que el calendario mesoamericano, como fue concebido originalmente, fracasó en su anotación del año solar, que era también el agrícola, social y religioso, y hubo la necesidad de corregirlo. El resto de Meoamérica optó por dejar de anotarlo. Los mayas crearon un calendario único en el mundo, y cuya eficiencia es tal que una fecha no se va a repetir hasta que hayan transcurrido millones de años. Para lograrlo fue necesario crear un concepto equivalente al cero, es decir, crearon un sistema matemático posicional, que es * como funciona el nuestro Pero para entenderlo tenemos que acudir al calendario. En base a la información con que contamos actualmente, fue la gente de Monte Albán la que creó el primer calendario, y este se conforma por dos ciclos; uno que registra los días, y otro que registra los "meses", o veintenas. Cada día y cada veintena se acompañan de un númeral. Los de los días son 13, los de los meses son 20. El sistema trabaja de la siguiente manera: los puntos no pueden ser más de cuatro, ya que para escribir 5 estaba la barra, y éstas no podían ser más de tres. El número más grande que se podía escribir con este sistema era el 19, escrito con tres barras y cuatro puntos (fig. 189). La pregunta que surge es: Y qué pasa con el 20? Según Alfonso Caso, estudioso de las cultura zapoteca, el 20 se escribía con el "glifo W" hacia abajo. Pero ésto no ha podido ser comprobado. Lo importante es que dicho sistema calendárico fue la base para toda Mesoamérica, incluyendo la zona maya. Cada día tenía su propio glifo (fig. 191), y aunque la forma de escribirlo varía para cada región, los días son los mismos. Las veintenas también tenían su propio glifo (fig. 191). Y los números, como ya se dijo, se escribían con puntos y barras, cuyo total nunca excedió a 20. El ciclo de los días, que fue la base del calendario mesoamericano, se formab1 por veinte signos-días asociados a trece numerales, escritos con puntos y barras. Para que un día, cualquiera, volviera a unirse a un mismo número, era necesario que transcurrieran 260 días (20x13=260). El nombre de este ciclo, en náhuati, era Tonalpohualli, en maya ha recibido diversos nombres porque se desconoce cuál fue el original. El más usado es el de Tzolk'in, o "Cuenta de los días", pero éste es un invento. Thompson lo llamó Almanaque Sagrado por su uso en los códices. Los veinte días conformaban el "mes", y cada día del mes llevaba asociado su propio numeral, que iba de: 1 hasta 20, o de O a 19. Pero cómo se puede escribir 20 en un sistema numérico que no emplea más de cuatro puntos (4), ni más de de tres barras (15)? En él la cantidad máximo que se podría escribir es 19. Qué pasa con el 20? Ese fue el gran desarrollo de las matemáticas mayas, y surgió por la necesidad no sólo de anotar fechas precisas, sino también por una necesidad de poder manipular las ciencias. El calendario mesoamericano estaba fundamentado en el ciclo de 260 días porque era el que regía al día, y todas las vidas y actividades dependían de él. Siempre que se realizaba un evento; nacimiento, matrimonio, entronización, e inclusive la muerte, se buscaba una fecha propicia. Y la base era la combinación del numeral y el día. Si el augurio era nefasto, se cambiaba. Y es que para los mayas los números y los días eran deidades que ejercían su influencia sobre toda la sociedad. 12 El ciclo de 260 días se combinaba, como ya se dijo, con el año solar, formado por 18 veintenas (de veinte días cada una), más los 5 días "sobrantes", "nefastos" o "dormidos",


como ha sido traducido su nombre en las diferentes lenguas. El ciclo solar queda conformado de la siguiente manera: 18 x 20= 360 + 5= 365. Este era el año solar/agrícola mesoamericano. O 0 Pero el año solar es mayor a 365 días, y los mesoamericanos debieron haber empezado a tener problemas, como el hecho de que después de 500 años los meses de las lluvias ya no oo correspondían a la fecha en que se suponía debían ocurrir, o o o Y lo que debió ser más terrible. El ciclo de 260 días y el de 365 vuelve a repetirse cada 18 980 días (26O 3= 18 980 365x52= 18 980), y para los mesoamericanos era muy importante saber con anticipación el reocurrir del tiempo: Porqué? Porque los mismos dioses se iban a ' - conjuntar y los eventos del pasado se iban a repetir. Y seguramente ésto no sucedió (especialmente silos meses se estaban desplazando), con lo cual los poseedores del conocimiento, go190. Estela 2 de Chiapa de bemantes y sacerdotes poseedores del conocimiento empezaron a perder credibilidad. Corzo (Marcus, 1992). Algo así pudo ser el motivo que llevó a los mayas a observar el cielo y e1 movimiento de los astros; primero del Sol, y despuésde la Luna, Venus, y otros planetas, lo cual les confirió un conocimiento preciso sobre la duración del año solar y el movimiento de los astros. 1 De ahí la creación de un registro calendárico que, aunque basado en el año solar, era tan complejo que sus fechas no tenían posibilidades de repetirse sino después de largos períodos. Dado que los números no alcanzaban registros mayores a 20 se creó el sistema numérico posicional en el cual los números aumentan su valor de acuerdo a la posición que ocupan, sólo que ésta era de abajo (unidades con valor de uno) hacia arriba, y como la base era el año solar, la posición base fue la tercera, es decir; el tun (año de 360 días = 18 ciclos de 20 días). Los números, por la posición que ocupan, tienen los siguientes valores 5a. posición 144 000 =7200x20 4a. posición 7 200 = 360 x 20 3a. posición 360= 18x20 2a. posición 20= 1 x 20 la. posición 1 Por supuesto las posiciones no tienen límite, y así se podía escribir cualquier cantidad usando solamente tres signos; el punto, la barra y el "cero". Con este sistema, el número 18 980 se escribe de la siguiente forma: 4a. posición • • 7 200 x2 = 14 400 . . 3a. posición 360x12=4320 2a. posición ••• 20 x 13 =260 la. posición lxO=O Total 18 980 La inscripción más temprana con este sistema es la estela (E.) 13 2 de Chiapa de Corzo, un fragmento de inscripción escrita solamente con numerales que registra la fecha de 7.16.3.12.13,5 Ben (Lowe, 1962:194) (fig. 190). Explicaremos dicho sistema en base a la E. 29 de Tikal (figs. lO, 11) que es la más temprana conocida, del área maya, y que ya muestra las particularidades de estas inscripciones, es decir, presenta a un gobernante maya y el texto, escrito en la parte posterior del monu- En las páginas siguientes: . . 191. Izquierda: alifos de los mento, nlleva eva una fecha con los gliros correspondie n tes a los ciclos, es decir ; el primer tex- chas. Derecha: glifos de los to con escritura maya. meses (Thompson, 1978).

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La base del calendario es una fecha mítica, inventada por él, o los autores del sistema. Ésta se remonta al 13 de agosto de 3114 a.C. (Correlación G-M-T), y en maya se lee: 13.0.0.0.0 4 ahaw 8 kumk'u. La inscripción comienza con el Glifo Introductor de la llamada Serie Inicial (GISI), y de arriba hacia abajo se lee que habían transcurrido: 8 baktunes' 4 , 12 katunes, 14 tunes, 8 winales, 15 k'ines desde la fecha era, el día correspondiente fue (13) Men, y el mes (3 zip). 15 Tenemos entonces que La fecha de la estela 29 indica que habían transcurrido: 5a. 8 ciclos (8 x 144 000) 4a. 14 katunes (14 x 7 200) 3a. 12 tunes (12 x360) 2a. 8 uinales 4 (8x20) la. 16k'ines (16x1) Como puede apreciarse en la inscripción cada numeral va unido al glifo correspondiente a los períodos escritos en las llamadas Variantes de Cabeza (fig. 192). Hasta aquí la inscripción está en una columna, pero en el extremo inferior izquierdo se alcanza a distinguir un numeral 1 (punto), lo que implica que el resto de la inscripción estaba en dos columnas. Los mayas encontraron distintas formas, menos elaboradas, para registrar las fechas, las más comunes son los Números Distancia (ND) que marcan el tiempo transcurrido entre periodo

forma geométrica

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Uznal 192. Glifos para los periodos, o ciclos, en forma "geométrica" y variantes de cabeza (Thompson,

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códices


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dos eventos. Fue este tipo de registro el que llevó a los mayistas a pensar que los mayas tenían una gran obseción por el tiempo, ahora sabemos que están marcando los diferentes eventos en las vidas de los gobernantes quienes siempre trataban de conectar sus actos con las llamadas Fechas de Final de Período, aquellas que terminan en «cero". La razón es muy simple, ellos buscaban imitar los actos de los dioses, y como el mundo actual fue creado en el 13.0.0.0.0, las fechas de final de período marcaban una ruptura, y a ellos les competía reiniciar el tiempo. La manera de lograrlo era mediante sacrificios. Había que alimentar a los dioses para que pudieran seguir cumpliendo sus funciones. Para ejemplificar el sistema de fechamiento, el orden de lectura, y las características estructurales de la escritura maya, véamos otro texto temprano; la llamada Placa de Leyden (fig. 193), pieza tallada en jade y que debió formar parte del cinturón de un gobernante, tal y como se observa en el personaje mismo grabado en el frente de la placa. El texto, que inicia con el GISI, registra la fecha 8.14.3.1.12, el día del Tzolk'ín fue 1 Eb, y el día del Tun fue»0 Yaxk'in (17 de septiembre de 320 d.C.), lo que ocupa los primeros diez cartuchos. Los primeros siete están en una columna, a partir del octavo los cartuchos se leen de izquierda a derecha, 16 en columnas dobles. Esta es la forma básica para leer los glifos mayas, aunque hay variaciones. Los últimos cinco corresponden al texto y comienzan por la acción, "entronización", después está el nombre del sujeto, "cero zopiote/way-chak/kan", y termina con el glifo emblema del sitio de donde era gobernante el sujeto; Tikal. Si se observa a los glifos 8 y 9 de la columna B, se podrá apreciar que son el mismo. El que está en B8 es el "numeral" del mes, escrito mediante un logograma: el verbo chum "sentar". Y es que, como ya se dijo, para los mayas los ciclos, días y números, eran dioses. Cuándo terminaban su recorrido regresaban, como dice el Chilam Balam de Chumayel, "al lugar de su quietud", es decir, se "sentaban", que es lo mismo que hizo el gobernante en esa fecha; chumahy, "se había sentado", es decir; fue entronizado. En este pequeño texto hemos visto tres características de la escritura maya; la repetición de signos, la substitución y la estructura gramatical básica; marcador temporal, verbo, sujeto y complemento, en este caso se trata de un topónimo. El problema en estas escritura radica, precisamente, en saber qué está expresando cada signo, y para ello se crearon otros que indican cuándo la lectura se debía entender como: (a) logograma (palabra) o (b) morfema (fonético-silábico) A estos signos se les conoce bajo los términos de: (a) determinativos, y su función es la de indicar el sentido o valor del signo principal, y (b) complementos fonéticos, que indican cómo se debe leer el signo principal.

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Como funciona la escritura maya

Actualmente la mayor parte de los epigrafistas coinciden en aceptar que la escritura maya es un sistema fonético compuesto por glifos que representan palabras completas, logogramas, y otros que indican sílabas (CV). 1. Los logogramas representan el sonido o el significado de una palabra completa. Los pictogramas corresponden a esta clase de signos, son iconogramas que reproducen el objeto y hay una gran cantidad de ellos, principalmente animales, aunque también se encuentran representaciones de objetos que se refieren al entorno. 2. Los llamados signos de rebus, o escritura de charada, son aquellos que representan el sonido de una palabra mediante otra que suena igual, es decir, mediante homónimos y se emplea sobre todo para escribir conceptos pero en la escritura maya son bastante extraños. Schele refiere que solamente se ha localizado uno que fue identificado por John Justeson. Se trata del signo para el "este" escrito con un plato lak, para significar "siguiente". El problema con tal clase de signos radica en que, por su polivalencia, podían causar dificultades. En este tipo de escrituras los signos tienen sólo una lectura, pero los significados pueden

193. Placa de Leyden, verso (arriba) y anverso (abajo) (Schele and Miller, 1986).

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ser varios, o a la inversa, el signo puede tener un significado pero las lecturas pueden ser varias; por ejemplo, el glifo para "escudo" se puede leer chimal, o pakal. Para eliminar las oo posibles ambigüedades los mayas crearon otras dos clases de signos. 3. Los Determinativos semánticos, que le indican al lector el valor preciso del signo. Tomemos como ejemplo el día ahaw, cuando se escribe para significar el día siempre va "enmarcado", pero la palabra ahaw también significa "señor" (soberano o rey") y tiene ese valor fonético, aunque también se podía escribir con la representación de una pañoleta, o una diadema, en la cabeza de alguien (fig. 194), indicándonos que se trata de un "soberano". (éJ4 4. Complementos fonéticos. Son aquellos glifos que indican el valor fonético particular ... del signo principal cuando éste puede tener varios sonidos. Tomemos como ejemplo nue194. Arriba: día ahaw en forma vamente el glifo ahaw. Este día también significa "flor", nik, cuando se quiere especificar metn variante de cabeza que trata de este lectura se agrega un complemento fonético que tiene el valor ki, así el carR tucho completo se leerá ni-0)k. El caso más claro de todas estas variables es el signo para "zopilóte" o "buitre". Se conocen varias palabras mayas para referirse a este animal: k'uch, ch'om, xulem y ta'hol. Además de utilizar el pictograma para referirse al animal, éste también se emplea para marcar el locativo ti en los llamados Marcadores de-Evento Anterior y Posterior, así como en uno de los cartuchos de entronización (fig. 195). La razón para este empleo parece estar fundamentada en el nombre del animal en lengua Chol, ta'hol (ta' "excremento", hol "cabeza"), conservándose la primera sílaba para el locativo ti, ta, ta (según la lengua) "en, hacia". Para enfatizar la lectura correcta se agrega un pequeño signo ti a la cabeza del animal. éste es el complemento fonético. o La primera expresión, identificada, para "ascenso" o "entronización" lo fue el "glifo de dolor de muelas, como lo llamó Thompson, que lleva como signo principal a los glifos T644 y T684 (fig. 196) y que siempre va acompañado de una frase preposicional compuesta por el prefijo ti/ta escrito con la cabeza del buitre o por el prefijo respectivo, un tí0 tulo y el signo fonético le. El título suele ser el prefijo T168, ahpop o ahaw, "Señor de la estera", o Señor, que en ocasiones se sustituye por el glifo ahaw, o por la cabeza del buitre. Para diferenciar el uso del buitre en cada caso, se agrega el prefijo ti, o un pequeño signo ahaw, o bien se le coloca una pañoleta, misma que, como hemos dicho, se emplea en otros sinos para marcar se trata de un soberano. En este último caso la pañoleta es un determinativo semántico (fig. 197). Los casos anteriores son un buen ejemplo de la llamada sustitución glífica que, como se dijo en la primera parte de este artículo, resultó ser el principio básico de la nueva epigrafía y que, apoyado en el análisis estructural, permite identificar contextos en los cuales diferentes signos se sustituyen en la misma posición, lo que permite asumir se trata de diferentes maneras de decir lo mismo. Los últimos hallazgos han probado que dicha sustitución 195. Marcadores de eventos suele er fonetica, y así se ha ampliado en forma considerable el silabario maya, el cual se Anterior ywal, y Posterior uti,s con glifo ta/ti. originó con la identificación de los glifos presentes en el alfabeto de Landa. 0

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La gramática glífica

196.Cartucho para

"entronización'.

Aunque ya se habló de la estructura gramatical, y sus principios, véamos un ejemplo de ésta, y para ello el mejor caso son los códices por la repetición de signos, y su relación con las figuras. No olvidemos que el orden de lectura es de izquierda a derecha, de dos en dos, y de arriba hacia abajo (cfr. fig. 172). En el texto que va de D.5b a 6b' 9 (fig. 199) podemos observar que las cuatro figuras están taladrando algo, todas realizan la misma acción y, el primer cartucho de cada oración es el mismo, aunque la última está escrita en forma diferente, es el verbo ho-ch' "taladrar, barrenar". El segundo cartucho es el mismo en cada caso, y es el objeto que están taladrando. El tercero es el nombre de la deidad (sujeto), y finalizan con el marcador, positivo o negativo, de cada augurio.


Siempre que los dioses realizan la misma acción el primer cartucho, el verbo, se repite. Cuando las acciones varían el verbo también cambia. Fue este patrón el que encontró Proskouriakoff en sus investigaciones, lo que le permitió identificar varias acciones, o verbos. El orden, entonces, sobre todo en los monumentos, suele ser verbo-sujeto-objeto, pero no significa que sea el único, especialmente en los códices dicho orden puede variar, hay casos en que el primer cartucho se refiere al objeto, por ejemplo, en la llamada Sección de las mujeres del Códice de Dresden (D.16b-17b) podemos observar a la diosa 1, la Luna joven, cargando en su espalda dioses y aves. En cada oración el primer cartucho refiere el objeto cargado, el segundo es el verbo u ku-ch(u), "su carga", el tercero es el nombre de la diosa y el cuarto el tipo de augurio. La identificación de verbos y sujetos ha permitido otras por demás importantes, se trata • de los marcadores de persona, o pronombres. Una característica de la escritura maya es que, por lo que sabemos hasta el momento, está escrita en tercera persona del singular. Cabe señalar el heché de que las lenguas mayas pertenecen a las llamadas lenguas "ergativas", mismas que se ceracterizan por tener dos series de pronombres que funcionan dependiendo de la transitividad de los verbos. La Serie A se utiliza como el sujeto de los transitivos y el poseedor de los nombres ("su"). La Serie B, o Serie Absolutiva, se emplea sufijada a los verbos y se emplea como el sujeto de los intransitivos, y el objeto de los verbos transitivos (Schele, 1996:31, 33). En las lenguas yucatecanas y cholanas (las representadas en los textos), la serie A se localiza enfrente del verbo, mientras que los pronombres de la Serie B están agregados al final de la raíz verbal. El primer pronombre que se identificó fue el pronombre U (identificado por Brasseur), que corresponde a la tercera persona del singular de la Serie A "su", y que se localiza prefijado a los nombres en la posición esperada para un pronombre posesivo. Obviamente cualquier otro signo que ocupe esa posición deberá tener el mismo uso y significado, con lo cual se han identificado diversas variantes del mismo (fig. 198). Hasta el momento no se han identificado pronombres personales para la primera y segunda personas, tampoco se han identificado los pronombre de la Serie B, lo que resulta lógico en una narrativa fundamentalmente histórica. Posiblemente en otro tipo de textos éstos podrán estar presentes. Para terminar esta sección sobre la gramática glífica 20 nos referiremos a los marcadores temporales. Se tratale una serie de afijos que van asociados e los verbos, lo que facilitó su identificación. Estos suelen marcar la inflección y la derivación, y están escritos foneticamente, es decir, no tienen valor semántico. Se trata de sílabas como - ah (T181), indicador de pasado, que puede estar unido al afijo - vi (vocal-1) (T24), afijo derivacional para nombres y atributivos, así como terminación infleccional para raíces verbales (fig. 200).

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197. Títulos de ah po y ahaw, zopilote, ahaw y fonético (Schele md Miller, 1986).

F 198. Variantes del signo a, pronominal para tercera persona del singular (Schele).

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199. Dresden 5b-6b, escenas de dioses taladrando; dios de la tierra, dios de la muerte, Itzamná y dios Q (Villacorta y Villacorta).

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200.Marcadores temporales: transitivo, pasivo, intransitivo completivo, posicional, posicional (Schele).

Entre los últimos descubrimientos están los marcadores ul; utix, ywal ut y utom (fig. 202), fundamentales para entender el sentido de los textos glificos, y un bello ejemplo de

cómo funciona la nueva epigrafía, por lo que referiré su identificación con más detalle. La composición glifica Ut, "sucedió", proviene de la identificación que hiciera Eric Thompson de los llamados por él "Marcador de Evento Anterior y Posterior". Thompson se dio cuenta de que, asociados a los Números Distancia, siempre estaban dos cartuchos compuestos por tres glifos, dos constantes y uno variable (fig. 195). Los constantes eran: el glifo principal y el afijo ti, el variable marcaba si la fecha era "hacia adelante" o "hacia atrás". Fue en 1985 cuando David Stuart, analizando estos cartuchos, y muy posiblemente ya con la idea de la sustitución de elementos, empezó a notar un patrón que explicaba las susticiones no sólo en los marcadores, sino, lo más importante; como funcionaban los afijos variables en la escritura. Stuart observó que el glifo principal, xok para Thompson,21 se podía sustituir por el glifo del día muluk y éste, a su vez, en otros contxtos se empleaba para indicar el pronombre u, marcador de la tercera persona del singular (Ti) (cfr. fig. 198). Stuart dedujo que los dos glifos constantes debían leerse u-t(:), término que se traduce, aproximadamente, por "sucede". Dos años antes, John Justeson y Will Norman habían encontrado que el prefijo marcador de evento anterior, T126, y el postfijo T679, el marcador de evento posterior, se encontraban en diferentes cláusulas asociados a verbos y en esos casos funcionaban igual que en los Números Distancia. Es decir, basándose en los Números Distancia, detectaron que los afijos T679 y T126 se asociaban a eventos anteriores o posteriores, según los casos. Ambos autores comprobaron que el cartucho con el prefijo T679 ocupaba el mismo lugar que en las fuentes mayas coloniales correspondía al yuual, "...una conjunción que introduce una oración subordinada: pues, cuando, entonces" (Smailus, 1975:179), es decir, la lectura del cartucho seria: "entonces sucede...", lo que en lenguaje coloquial corresponde al "y entonces" (fig. 202). El otro cartucho, que incluye al postfijo T126, fue explicado por Kathryn Josserand y Nicholas Hopkins. Ambos autores, estudiosos del Chol moderno, observaron que hay un sufijo especifico que se presenta al final de las raíces verbales cuando éstas están en pluscuamperfecto. Se trata del sufijo - y(i)'/ y(a) (fig. 202), mismo que en el Marcador Anterior de Números Distancia se entiende como "desde", y que en lal formas verbales, unido al ut da la forma ut - y, "había sido". El último tiempo verbal también es producto del trabajo de varios autores, Schele fue la primera en identificarlo y Terence Kaufman explicó su función. Se trata del marcador de futuro u-to-m (fig. 202). Este suele asociarse a fechas que van a ocurrir, algo que escribían lps gobernantes cuando les importaba asociar sus actos a un final de período que "iba a suceder". ¿ Qué nos cuenta la escritura maya?

201.Estela 26 de Toniná, frente. Museo Nacional de Antropología (dib. de Mathews).

A lo largo de este trabajo hemos explicado que los textos mayas escritos en los monumentos son, fundamentalmente, de contenido histórico, pero es trata de una historia en donde dioses y seres humanos actuaban en forma conjunta, se trata de una Historia Sagrada. Ha sido esta información la que ha permitido empezar a recobrar el pensamiento maya. La mayor parte de los textos son cortos, casi todos están escritos en las estelas, altares, dinteles, tronos, cerámica y objetos de adorno, aunque también hay textos más amplios como lo son los Tableros de Palenque. Gran parte de la nueva información procede no sólo de lo que dice el texto, sino de la forma en que lo dicen. Las sustituciones glíficas han sido pieza clave en el desciframiento para llegar a niveles más profundos en nuestro saber. Resulta obvio que cada gobernante contó su historia, y cada uno relató lo que más le imqL


portaba; su vida. Se calcula que hay 10 000 monumentos y éstos refieren las historias particulares de los gobernantes y, como sucede con todos los escritores, cada uno buscó un estilo propio. Así nació la literatura, y aunque la mayor parte de los textos que conocemos del pasado son históricos no son lo mismo la Crónica de Gilgamex, los Textos del Mar Muerto, que la Biblia. Lo mismo sucede con los textos mayas, por eso vamos a seleccionar la vida de un gobernante que nos servirá de gula para al compararla con la de otros Ah tzib «escribas - eran las principales . . . de dichos autores. iremos enterándonos de cuales preocupaciones Lo que prosigue es la vida de un gobernante, uno especifico, que nos servirá como guía para entender el mensaje histórico de los textos mayas. Desde luego las vidas de los gobernantes no son iguales, no puede haber una vida idéntica a otra, sin embargo todos nacieron, todos fueron gobernantes y todos fallecieron. En este camino hubo actividades particulares, pero como no podemos contar en detalle cada una de estas vidas hablaremos de uno deellos, posiblemente el más popular y el más . conocido. . Así que para nuestro propósito tomaremos uno de los casos que mejor s' conoce por, diversas razones, por sus creaciones arquitectónicas, por la magnificencia de su tumba, la primera que se localizó dentro de una pirámide, y por la diferencia de edad que se ha detectado entre lo que se sabe de sus restos óseos y lo que él dejó escrito; se trata de Hanab Pakal (II) de Palenque. Dicho autor dejó escrita su historia en varios textos localizados en dos edificios: el Templo de las Inscripciones y el Palacio. Hay varias diferencias importantes entre Palenque y otras ciudades. En Palenque la historia comienza a escribirse en la época de Pakal. A diferencia de ciudades como Tikal, Uaxactun o Copán, cuyas inscripciones comenzaron en el Ciclo 8 (Clásico temprano), en Palenque no hay evidencias de textos tempranos, posiblemente porque no se han localizado, o quiza, y ésta es una opinión personal, porque los textos anteriores fueron "borrados". Pero la ausencia de textos tempranos no debe extrañarnos, existen otras ciudades, como Toniná y Tortuguero, que también empezaron a escribir tardíamente. La diferencia entre estas ciudades y Palenque estriba en que sus escritos son actuales, mientras que en Palenque, haciendo a un lado los textos míticos, la historia se remonta al 993 a.C. Otra diferencia entre Palenque y las otras ciudades mayas está en el hecho de que aquí no hay estelas ni altares. Existe sólo una estela que se sale de las normas, ya que en lugar de un monolito cuadrangular esculpido en uno o varios de sus lados, es idénica a las que hacían en Toniná. En este sitio las estelas son esculturas humanas en bulto (figs. 201, 203), con la inscripción en la espalda. La estela de Palenque está tan erosionada que no es posible saber si tuvo texto, lo que quizá hubiera explicado su presencia en esta ciudad. Los textos palencanos están en paneles a los que se ha llamado Tableros a los que se agrega el nombre del edificio dentro del cual estaban colocados. Los más tempranos son los tres tableros ubicados dentro del Templo de las Inscipciones (TI), a los que se ha designado como TIe (este), TIc (central) y TIw (oeste , siendo el texto más largo (exceptuando los códices) del área maya. Fueron estos tableros, las inscripciones del Sarcófago (del mismo edificio), y el Tablero de la Cruz, escrito por el primer hijo de Pakal, los que permitieron reconstruir la dinastía del sitio. Los tableros del Templo de las Inscripciones abarcan un período que va de 9.4.0.0.0 hasta el 9.12.0.0.0. El primer investigador que identificó la fórmula empleada en estos textos fue Floyd Lounsbury (1975). Él se dio cuenta de que la fórmula era ligar, mediante números distancia, las fechas de entronización de los gobernantes con los Finales de Período, dándoseles preferencia a los k'atunes (20 tunes), o alguna de sus subdiviciones; 5 tunes (hotun), 10 tunes (lahuntun), o 13 tunes (oxiahuntun). Los gobernantes registrados en el texto son: Akul-Ah Nab 1, K'an-Hok'-Ch'itam 1, Akul-Ah Nab II, Kan-Balam 1, Señora Ol-Nal, Newal, Señora Sak-K'uk' y Pakal II (Schele y Mathews 1993:93) (fig. 204). La historia dinástica de Palenque, como está registrada en el Tablero de la Cruz (TC) se remonta al 11 de marzo de 431 d.C., comienza con el fundador del linaje que se llamó K'uk'-Balam, "Quetzal-Jaguar" (fig. 204), aunque hay dos gobernantes anteriores; la pri-

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202.Indicadores temporales utix "había -ido", iwalut "y entonces ,utom sera

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203.Estela 26 de Tonma. Parte posterio (dib. de Mathews).

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mera fue la Diosa Madre y el segundo fue U-K'ix-Chan, el "olmeca", como lo llama Schele. El nombre glífico de la diosa es verdaderamente interesante pues está compuesto por el glifo para "blanco", sak, y el principal es la variante de cabeza del Glifo Emblema de la ciudad (fig. 205). Los norteamericanos lo han identificado como un quetzal, pero si se compara este glifo con los nombres de la madre de Pakal y el del fundador (fig. 204), que son quetzales, se verá que son diferentes al de la diosa. El de ella y el glifo emblema de Palenque en su variante de cabeza son iguales, y este se substituye por un cráneo o un hueso, bak, palabra que significa "hueso"y "garza". Por lo tanto la diosa madre debe llamarse sak bak, y Palenque es Bak. Entre el fundador y Pakal (II) hubo diez gobernantes de los cuales dos fueron mujeres, una de ellas fue Sak-K'uk', su madre. No se tienen las fechas de nacimiento de todos los gobernantes ya que ellos registraron, o no, su nacimiento y parentezco conforme a sus conveniencias. Por ejemplo, no sabemos la fecha de nacimiento de Escudo-Jaguar "el Grande", o Itzam Balam de Yaxchilán, ya que en ninguno de los textos que dejó escritos está consignada. Para nuestro propósito, contar la vida de Pakal, tenemos su fecha de nacimiento en varias partes. Nos interesa la escalera jeroglífica de la Casa C del Palacio (fig. 206). La inscripción comienza con el registro de la fecha 9.8.9.13.0, 8 Ahaw 13 Pop (26 de marzo, 603 d.C.). Ya se ha comentado que este tipo de registros no vuelve a repetirse, por lo que no hay duda de la fecha, que también está, en Rueda de Calendario (numeral día, numeral mes) en la lápida de su Sarcófago, y en el TIw (fig. 206). El texto de la escalera jeroglífica continúa diciendo: hul-ah-y mah-k'in-n4 ha-nab pa-ka-1 ah-po-k'ul-bak; "había nacido, gran Sol, lirio escudo, señor de la sangre sagrada de Garza/ hueso (Palenque)". Después entra un Número Distancia; 12.9.8, que nos lleva a la fecha (9.9.2.4.8) 5 Lamat 1 Mol (29 de julio, 615) que también está en el Templo de las Inscripciones (TIw, E1-E9) (fig. 206), y aunque el verbo está escrito de diferente manera, ambas registran la entronización de Hanab Pakal a los 12 años de edad, cuando su madre renunció al gobierno y le dejó el trono a su hijo. Antes de Pakal hubo otro gobernante, Casper , que tamben fue entronizado a los 13 anos (fig. 204). Los epigrafistas americanos consideran que el haber recibido el poder por parte de su madre debió atraerle problemas, ya que el sistema maya tendía a ser por patrilinaje, pero conforme se ha ido avanzando en el desciframiento se ha comprobado que las mujeres también podían actuar como gobernantes. Otro caso semejante se encuentra en Naranjo, Guatemala, en dónde una mujer, la señora Wak Chaanil designó a su hijo como gobernante del sitio cuando tenía 13 años de edad, cuando la norma era que a esa edad fueran designados herederos. Los eventos que se realizaban para designar a los here4eros se pueden apreciar, entre otros monumentos, en las pinturas murales de Bonampak (fig. 156), en el dintel 2 de Yaxchilan (fig. 69) y en la construcción del Templo 55 de Yaxchilán. Este edificio fue construido por Pájaro Jaguar, o Yaxun Balam, para conmemorar un Final de Período, mismo que aprovechó para ligarlo a la designación de su hijo Chel Te (dintel 52), como heredero al trono de Yaxchilán. Pakal se casó con una señora llamada Tz'ak Ahaw en 9.9.13.0.17 7 Kaban 15 Pop (22 de marzo, 626), su primer hijo, Kan Balam II, nació en 9.10.8.9.3 9 Ak'bal 6 X (17 de junio, 641) y su segundo hijo, Kan Hok'Chitam II, nació en 9.10.11.17.0 11 Ahaw 8 Mak (5 de noviembre, 644). Kan Balam fue designado heredero a los seis años de edad, evento que él mismo dejó registrado en sus monumentos, los Tableros de las cruces. La madre de Pakal vivió veinticinco años más después de la entronización de su hijo, no tenemos mucha información de lo que sucedió en ese período, sin embargo, gracias a las nuevas lecturas, y continuando con el texto de la escalera jeroglífica de la Casa C (fig. 206), se ha identificado la siguiente fecha que corresponde al 9.8.5.13.8 (21 de abril, 599). El texto refiere que en esa ocasión ocurrió un ch'akah, "cortar", en Lakam Ha, ciudad capital del reino palencano, el atacante fue un personaje (Kal?-Kaan) de Calakmul, una de las dos -rjflíe potencias que buscaban el dominio de toda el área, la otra potencia era Tikal.

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Como resultado de esta acción bélica los dioses palencanos fueron "tirados", yaleh, lo que podría significar que fueron elimhados de alguna forma. En el Templo de las Inscripciones está registrado otro ataque de Calakmul contra Palenque en 9.8.17.15.14, 4 Ix 7 Pop (4 de abril, 611) (fig. 206). Es probable que estas guerras fueran la causa por la cual la heredera al trono fuera la señora Sak K'uk'. Hay suficientes evidencias en los textos de otras ciudades; Bonampak (Ake), Pomoná (Pia), Yaxchilán (Sian Chan), Toniná (Poo) y Tortuguero, en México, y Piedras Negras ( Yocib), Dos Pilas y Naranjo, en Guatemala, por citar algunas, que hablan de una serie de batallas realizadas en diferentes fechas entre las dos facciones; Calakmuf? (Chan) y sus aliados, contra los de Tikal (Mut?). Es importante señalar que estas guerras, y sus actores, están citados en los monumentos de las ciudades involucradas. El texto de la escalera jeroglífica, citado anteriormente, sirve como introducción a los siguientes eventos relatados por Pakal y que refieren varias guerras y capturas en las cuales * participó. El texto de la escalera continúa con la conmemoración de un eclipse lunar (fig. 207) (9.11.6.16.117 Chuen 4 Chen, 7 de agosto de 659). Durante esa conmemoración estuvieron presentes un gobernante de Tikal, Nu Balam Lakam Chak (cfr. dintel 3 del Templo 1 de Tikal), y Escudo Jaguar de Yaxchilan, quien entonces tenía aproximadamente once años de edad y todavía no era gobernante. La cláusula concluye con la captura del gobernante de Tikal. La razón por la cual llegó a Palenque, y fue capturado y muerto posteriormente, aún no es muy clara, el texto que puede explicarlo se encuentra en la escalera jeroglífica 2 de Dos Pilas, y, por lo que han logrado leer los epigrafistas, Schele, Martin y Grube entre otros, todo indica que el problema fue, nuevamente, las guerras de Calakmul contra Tikal, y sus aliados respectivos. A pesar de la derrota que sufrió el gobernante de Tikal, potencia a la cual estaba aliado Palenque, Pakal inició otras guerras en las cuales salió victorioso. El texto de la escalera jeroglífica (fig. 207), y el lugar en donde fue ubicada, así lo demuestran. El texto inicia con la fecha, en Rueda de Calendario, 7 Chuen 4 Chen (misma del eclipse), a la cual prosigue el cartucho yitah, "[en] compañía [de]". Los acompañantes mencionados son cuatro de los seis cautivos representados en las lápidas que enmarcan los páneles del patio del Palacio. Tales capturas debieron haber asegurado a Pka1 su derecho al trono, ya que ellas están asociadas a la dedicación del edificio.

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L. 205. Nombre glifico de la Diosa Madre y Glifos Emblema de Palenque.

Página enfrente:

204. Genealogía de Palenque.

Lista de gobernantes palencanos desde el fundador, K'uk Balam, hasta Hanab Pacal el Grande.

206. A la izquierda: registro del nacimiento de Pakal en la escalera geroglifica de la casa C del Palacio. Al centro, arriba: la misma fecha registrada sobre el sarcófago de Pakal. Al centro, abajo: la misma fecha en el Tablero este del Templo de is Inscripciones. A la derecha, arriba: ataque a Palenque por parte de un personaje de Calakmul, registrado en la escalera de la casa C del Palacio (Schele). A la derecha, abajo: Segundo ataque de Calakmul contra Palenque en 4 Ix 7 Pop. Templo de las Inscripciones (Schele).


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La historia de los eventos asociados a estos actos bélicos y politicos, aún no está descifrada.Sabemos que Nu Balam Lakam Chak llegó a Palenque a refugiarse, y que después fue capturado, y muerto. A pesar de ello, Pakal pudo reafirmar su dominio, su derecho al trono, y designó a sus herederos. El primero fue Kan Balam II, quien heredó un estado tan firmemente asentado que pudo dedicarse a observar a los dioses que regían el Cosmos, y a demostrar que su derecho al trono le venía desde la Diosa Madre. Su historia, iconográficamente, comienza donde terminó la de su padre; con el Árbol Cósmico, la Vía Láctea, dando testimonio de la muerte de Pakal y del ascenso de Kan Balam al trono (figs. 65, 64). Los edificios que construyó, el grupo de las Cruces, es lo que refieren en sus textos. Muy posiblemente su reinado estaba tan firme que el evento primordial en su gobierno lo fue una fecha astronómica, misma que está registrada en los tres Tableros que mandó esculpir, se trata de una conjunción de planetas que ocurrió durante su reinado. En esa fecha, 2 Cib 14 Mol (23 de julio, 690), Júpiter y Saturno se encontraban en un punto estacionario, y Marte y la Luna estaban en una posición muy próxima. Kan Balam II no tuvo herederos, fue su hermano, Kan Hok Chitam II quien heredó el reino de Palenque. Las guerras continuaban y, Baknal Chak, gobernante de Toniná, una ciudad ubicada en lo frontera extrema del área maya, y que siempre se mantuvo independiente, lo capturó (fig. 208). Pero este no es el final de una historia. Es el inicio. Es el inicio de una historia que empieza. La de los pueblos americanos. Es cierto que todavía nos falta mucho por descubrir, y mas aún, por entender. Es una historia nueva. Es la del Nuevo Mundo.

207.Escalera geroglífica de la casa C. Arriba: conmemoración de eclipse lunar observado por Nu Balam Chak de Tikal y Escudo Jagur de Yaxchilán, y captura del primero. Abajo: Fecha de conmemoración de eclipse lunar con la participación de cuatro prisioneros.

208.Monumento 102 de Toníná. Conmemoración de la captura de Kan Hok Chitam II, de Palenque. Clásico Tardío (de Schele and Miller, 1986).

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Notas Los lingüistas han logrado identificar 35 lenguas mayas para la época precolombina. De éstas sobreviven 28. Este grupo de fonemas se ha escrito de muy diferentes formas a lo largo del tiempo, los frailes se valieron de signos especiales, o la misma letra repetida para marcar las consonantes fuertes, o glotalizadas. Los lingüistas modernos han optado por el signo ['], que anteriormente se escribía [?]. Se conocen tres códices mayas del período precolombino sobre los cuales no hay dudas: Códice de Dresden, Códice de Madrid (o Tro-cortesiano) y Códice de París (o Códice Peresiano). Existe un cuarto códice, el Grolier cuya autenticidad no ha sido totalmente probada. La unidad mínima de la escritura son los jeroglíficos o glifos, la unión de dos o más glifos forma lo que se llama un cartucho que, regularmente, corresponde a una palabra. A esta correlación se le conoce como la G-M-T, o Goodman-Martí.nez-Thompson. Debido a las correcciones de Thompson hay dos correlaciones: la 524283 y la 524285. 6 El baktun es un ciclo del calendario maya que comprende 144 000 días. Practicamente todo el Clasico maya cayó dentro del baktun 9. Thompson, 1984:360. 8 Fue Eric Thompson quien designo a este grupo de prefijos bajo el término de "grupo acuático" porque siempre llevan una serie de círculos que él identificó como "liquido". Los jeroglíficos se dividen, por su función y tamaño, en afijos (los menores) y signos principales. La ortografía de las palabras mayas varía según el autor o el documento del cual se toma la referencia. La sustitución del [h] por [j] es normal. 11 Cabe señalar que los números empleados en la Matrícula no son de punto y barra, sino un nuevo sistema desarrollado por los mexicas, y que permitía escribir cantidades superiores a 20, aunque se conservó el sistema vigesimal. 12 El ciclo de 260 días era tan importante que fue el único que pervivió en todo el ámbito mesoamericano como norma estable calendárica, es decir, el día siempre fue el mismo en toda la superárea cultural. Además, éste se continúa empleándo en muchas regiones, por parte de los conocedores del mismo con propósitos médico-adivinatorios. 13 En las obras de epigrafía maya se acostumbra usar siglas, por lo que de aquí en adelante se anotará el término respectivo y la sigla correspondiente entre paréntesis, misma que se seguirá usando a lo largo del trabajo, por ejemplo; estela (E.). 14 Se conocen, a través de los documentos coloniales, los nombres de los primeros cuatro ciclos. Los términos mayas empleados para designar los cielos superiores inmediatos son nombres inventados por los epigrafistas y se componen de un numeral más la palabra tun, "año de 360 días", "piedra". Cuando las fechas mayas están erosionadas, o son implícitas, se escriben entre paréntesis. Como el sistema es matemático la mayor parte de las veces se pueden obtener los datos faltantes en base a los datos registrados. 16 Por acuerdo entre los epigrafistas la designación izquierda-derecha siempre se cita en relación al observador. 17 Los epigrafistas norteamericanos traducen ahaw como king, que en inglés implica ina relación por parentezco, del inglés kznship. pero "rey", en español, no tiene el mismo sentido, de ahí que .ssemos la palabra gobernante, o soberano para significar el "señor" que registran las fuentes y los diccionarios. 18 La letra T se refiere al Catálogo de Thompson (1962), y el número es la clave que le corresponde en dicha obra. 19 Las siglas D., M., P., se emplean para designar, respectivamente, a los códices Dresden, Madrid y París. Los números que prosiguen son la referencia a la página, y la letra a la sección; a, es la superior, b la inmediata inferior y así slcesivamente. 20 A los interesados en este tema les sugerimos la lectura de dos obras: de Victoria Bricker, A Grammar of Mayan Hieroglyphs (1986), y de Linda Schele, Maya Glyphs. The Verb (1982). 21 Thompson identificó la variante de cabeza, en este grupo de cartuchos, como la cabeza del tiburón, xoc, que es un homónimo para "contar". 22 El nombre de este gobernante se lo asignó Floyd Lounsbury, pero como no ha podido descifrarse, ni leerse, se ha conservado dicho apelativo. 2


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