Perversión divina: Inés Arredondo y Guadalupe Dueñas
Inés Ferrero Cándenas
La familia es un nido de perversiones. Simone de Beauvoir
De lo sagrado, lo divino y lo perverso
U
na de las características más significativas de la perversión es que cuanto más trata de ocultarse, más reaparece entre las grietas de nuestra realidad social y humana. Bien apunta Elisabeth Roudinesco que “aunque los perversos resulten sublimes cuando se vuelven hacia el arte, la creación o la mística, o abyectos cuando se entregan a sus pulsiones asesinas, lo cierto es que constituyen una parte de nosotros mismos, una parte de nuestra humanidad” (2010: 16). Efectivamente, al constituir una parte inevitable de nuestra naturaleza humana, el estudio de la perversión se remonta hasta Platón y aparece en estudios medievales, ilustrados, románticos y (pos)modernos. Entre las revisiones más recientes del término destacan las de Julia Kristeva y Georges Bataille, quienes describen la perversión en su connota[ 15 ]