El rito religioso como motivación de lo siniestro en “Al roce de la sombra” de Guadalupe Dueñas
Daniela Mayorquín Aguilar
U
no de los pocos datos biográficos que pueden rescatarse sobre Guadalupe Dueñas1 es la rigurosa educación católica que recibió por parte de su padre, quien, como ella misma confiesa, “tenía la idea de la religión de las cavernas [...] una idea religiosa tan terrible que yo fui toda la rebeldía del mundo” (cit. en Martínez, 2002: 2-3). Si pensamos en Dueñas simplemente como una escritora “devota”, pudieran sorprendernos las palabras que dedica a propósito de la relación con Dios impuesta por su padre: [...] se quedó con la cuestión religiosa porque él debería haber sido sacerdote [...] nos despertaba con ‘viva Jesús’ y yo quedito decía ‘¡que se muera!’, porque me despertaba, tenía frío y teníamos que ir a la iglesia a misa [...] Todo
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Nació en Guadalajara, Jalisco, el 19 de octubre de 1910. Cursó su educación básica en el Colegio Teresiano y tomó algunos cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). A raíz de su integración a colectivos como las Tertulias del Mate (Castro, 2010: 40), comenzó a dedicar su vida al ejercicio literario con la publicación de sus primeros cuentos en la revista Ábside (1937). Más tarde, se desempeñó como censora de películas y programas de televisión.
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