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Presentación
PresentaCión
La violencia ha sido ampliamente representada en la literaria mexicana: desde la ausencia del Estado y la “ley” del más fuerte en las novelas sobre el bandido en el siglo xix, hasta la violencia desmesurada del narcotráfico, la trata de personas y otras formas actuales de lo que Sayak Valencia define como Capitalismo gore, es posible recorrer la literatura mexicana avanzando por entre las sucesivas violencias (sociales, políticas, económicas, etc.,) que marcan el devenir mismo de la historia nacional. Es verdad que en los últimos años la presencia de la violencia en la literatura mexicana se ha multiplicado exponencialmente, fenómeno para nada fortuito si consideramos diversos factores como la fallida Guerra contra el narcotráfico, la corrupción, la impunidad, la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, la violencia es todo menos un fenómeno nuevo; siempre ha estado ahí, lo mismo en la literatura que fuera de ella. El racismo y la exclusión, las demandas de justicia y los excesos del poder se nos revelan como males endémicos y atemporales de la sociedad mexicana. Por no hablar de factores externos que igualmente han moldeado la historia violenta de México, desde las invasiones militares extranjeras en el siglo xix hasta las más sutiles pero no por ello menos violentas intervenciones económicas contemporáneas. Los artículos que componen este volumen abordan desde distintos ángulos y enfoques algunas formas específicas de la violencia presentes en la literatura mexicana. La bastedad y amplitud misma del tema hace imposible un recorrido diacrónico pues la tarea exigiría revisar más de doscientos años de literatura e historia. Por lo demás, la diversidad de contextos y la multiplicidad y complejidad de los conflictos presentes en la literatura demandan la diversidad y la heterogeneidad de los recorridos. Los trabajos aquí reunidos suponen entonces una serie de cortes sincrónicos para analizar cómo ciertas formas particulares de la violencia históricamente localizadas han sido plasmadas en obras literarias de distintas épocas.
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El libro abre con dos artículos sobre obras literarias decimonónicas. Andreas Kurz se enfoca las novelas de Juan A. Mateos, El sol de mayo y El Cerro de las Campanas, que abarcan los acontecimientos políticos sucedidos en México entre 1861 y 1867, “del Tratado de Londres hasta las ejecuciones del 19 de junio y la entrada de Benito Juárez en la capital”, así como en los cuatro retratos que publica como parte de El libro rojo, suerte de biografía histórica de México desde los tiempos precolombinos hasta la llegada del Segundo Imperio. Kurz analiza la prosa de Mateos en el marco de la literatura escrita por los liberales de la época, destacando la intención del autor de crear un relato fundacional para un país en ciernes, un relato en el que trágicamente la violencia, individual y colectiva, parece revelarse como el punto de origen y destino de la historia mexicana. En el capítulo siguiente, Mario César Islas entabla un diálogo con Andreas Kurz al analizar El libro rojo como el relato de las sucesivas violencias políticas y religiosas que inician con la conquista hispánica del imperio azteca y culminan con la Restauración de la República simbolizada con el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo. Anuar Jalife y Asunción Rangel se enfocan en dos autores clásicos del siglo xx, Salvador Novo y José Emilio Pachecho, respectivamente. Anuar Jalife vuelve a la crónica de Novo, Return Ticket y a su autobiografía póstuma La estatua de sal, para revisar la peculiar posición del poeta como testigo impotente de la Revolución mexicana. De acuerdo con Jalife, mientras autores como Martín Luis Guzmán, José Vasconcelos o el propio Mariano Azuela tuvieron una participación activa en la gesta revolucionaria, Novo evoca los recuerdos de la niñez para dar cuenta del sinsentido de la violencia padecida en carne propia. De igual modo, el texto revisa las posturas críticas de Novo con relación a la Revolución y el modo en que inciden en su propia poética. Por su parte, Asunción Rangel recorre la obra de José Emilio Pacheco para revisar los distintos momentos en los que el Premio Cervantes abordó la violencia: la figura del bandido y del pirata así como distintas formas de depredación cruzan transversalmente el texto, estableciendo, siempre desde las bastísima obra de Pacheco, vasos comunicantes entre el siglo xix y el xx.
El libro cierra con dos trabajos sobre textos literarios publicados en el presente siglo. Lilia Solórzano reflexiona sobre el último poemario de Javier Sicilia, Vestigios, publicado a dos años del asesinato de su hijo. El libro es emblemático en la obra de Sicilia ya que con el asesinato de Juan Francisco el escritor decidió silenciar su palabra poética. Vestigios se convierte entonces en un testimonio vivo del dolor y la desolación ya no sólo de un poeta despojado de su palabra sino de un país anegado por una violencia indiscriminada e irracional. Por último, Felipe Oliver aborda un conjunto de novelas contemporáneas de Alejandro Paez Varela, Imanol Caneyada y Miguel Ángel Chávez Díaz de León ambientadas en Ciudad Juárez. Entre el 2008 y el 2012 diversos medios de comunicación alrededor del mundo “distinguieron” a la urbe fornteriza a como la más peligrosa del planeta. Los efectos civiles de la así llamada guerra al narcotráfico emprendida por el entonces Presidente Felipe Calderón, y los bien conocidos (más no aclarados) femicidios en la ciudad fronteriza explican el sitio protagónico de Juárez como la capital mundial de la violencia. Felipe Oliver analiza las dinámicas sociales, culturales y económicas de la ciudad para explicar la violencia como un fenómeno glocal: es decir, como el resultado de una cultura local del desecho en conjunción con los efectos globales de las políticas neoliberales. Cada trabajo remite a contextos sociales muy concretos que van del Segundo Imperio en el siglo xix a la así llamada Guerra contra el narcotráfico en el siglo xxi. El objeto de estudio, a su vez, varía de la narrativa a la crónica y la poesía. Muchas son las violencias que recorren la historia de México y muchas son también sus representaciones literarias. El Cuerpo Académico “Estudios de poética y crítica literaria hispanoamericana” se avocó a la tarea de analizar los modos en que la violencia influye e incide en lo literario, abriendo así una ruta de investigación literaria que puede y debe ampliarse. Este libro supone apenas una primera aproximación, un punto de partida.
Felipe Oliver Fuentes y Anuar Jalife