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NATALIA MARTINEZ
LOCUTORA
Me muero de felicidad de encontrarme escribiendo en este momento para la revista Letras Urbanas. Ha sido un año muy difícil para muchos, eso me incluye. Aunque personalmente, fue el año en el que me descubrí completamente como soy, de alguna manera tenía referencias de mí, pero no me sabía, ni si quiera me sentía y es que hubo un momento donde mi esencia se había ido, sentí que me fueron quitados mis sueños, mis sueños, incluso dejaron de ser míos y al parecer también mi alma, pensé que había sido para siempre, de pronto, mundialmente nos encontramos en una situación extraordinaria, “la pandemia” que en mi caso llegó para rescatarme, jamás creí que fuera a crecer un año tan difícil a nivel mundial, donde los duelos a mí se me juntaban.
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Esta ha sido la etapa en la que más fuerte me he sentido, ha sido el año en el que me confronté a mí misma; de lo que ya no quería, me hice responsable y le di fin, un año donde aprendí a soltar TODO, este año aprendí a dejar fluir todo, sobre todo mi talento, me he dedicado a capacitarme, he invertido en mi como mi recurso más importante, soy mi prioridad, cuido que la amargura no entre a mi corazón, mantengo mi rostro firme en lo que deseo para mí, aprendí que estando bien, por consecuencia las personas de mi alrededor serán beneficiadas por ello. Hace unos días, mientras estaba jugando con un amigo “preguntas y respuestas” para conocernos más y pasar el rato, porque se fue la luz, él me pregunto: - ¿Cuáles son tus sueños? Mi respuesta fue: - No tengo sueños, lo tengo todo.
Saben, es completamente verdad, no necesito anhelos, me encanta mi presente, lo disfruto a mi manera, doy todo de mí en cada cosa que hago durante el día. Me preocupe mucho tiempo por eso, por no tener sueños, pero me di cuenta que eso me daba libertad, porque no tengo que seguir un sueño, puedo tener miles de ideas y realizarlas o no conforme la vida vaya avanzando, sin someterme a esta cultura de “VE POR TUS SUEÑOS”, uff, lo hacen sentir inalcanzable, algo por lo que hay que enloquecer para lograrlo, para mi nada que ver. Me encanta conocer gente, me gusta formar lazos, me fascina ser parte de sus vidas y proyectos. Así fue como tuve la hermosa coincidencia de encontrarme con la revista Letras Urbanas, les diré la verdad; si yo me pusiera a contar cómo fue nuestra agradable coincidencia me llevaría la revista completa en detalles que los haría morir de risa, pero en resumen: Julia y yo el día que nos comunicamos hubo un match impresionante, pero el día que nos vimos fue WOW, jamás imaginé que tenía frente a mí a una aliada de vida, una compañera, una mujer tan poderosa que yo podía tomar el teléfono hecha trozos y ella con unos minutos me regalaba de su calma y fuerza, Julia es una mujer que me ha acompañado en los momentos más felices de mi vida de 3 años para acá y los más difíciles, a veces me preocupa no darle el ancho como amiga, porque ella tiene tanta luz y amor, que yo solo quiero que cuando ella me necesite yo tenga el mismo nivel que ella ha tenido para mí, Julia es una mujer no solo guapa, muy fuerte, la admiro muchísimo y agradezco que me tenga confianza, que me acompañe en cada paso que doy. Letras Urbanas tiene escrita mi historia… Letras Urbanas gracias por quererme, creer en mí y apoyarme tanto, deseo muchos aniversarios juntas.
Yo siempre menciono: personas que escuchen tus desgracias sobran, pero personas que escuchen tus logros y se alegren genuinamente por ti, son muy pocos.