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DEL OSTRACISMO
TRISTE ANIVERSARIO
DEMOC
IA CHILENA
Ifafcam>tr Jx b SoH^
BARCELONA ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE REDONDO Y XUMETRA
51
—
Calle de
Tallers,
1892.
—
53
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m
EXCMO. SR. D.
JOSĂ&#x2030;
MANUEL BALMACEDA
Ultimo Presidente Constitucional de Chile
Barcelona 19 de Setiembre de 1892. Señor Director de La República. Señor y
correligionario
—
Santiago
de Chile.
de mi consideración:
En el dia de luctuoso anioersario para las instituciones del pais, séame permitido desde el lejano y mortificante destierro aunar
la
voz
de mi conciencia de chileno leal, d la que en estos patria en glorificación del mártir
mismos momentos elevará la
ilustre que le rindió su vida en holocausto. Sea esta sincera expresión como la de todos los
ción las
en
chilenos,
que las conmociones de la menguada revolu Chile los haya llevado, el más solemne testimonio deque
donde
en
causas
quiera
que pertenecen
palabra apostólica, tierro la destruyan
a
los
pueblos
llevan por todos ellos la persecuciones y el des
sin que el tiempo, las ni debiliten.
Usted señor director, que con inteligente y valerosa pluma, robusta y patriótica palabra, ha defendido y depende el ver dadero Verbo de la causa chilena, dentro de los mismos muros con
en sea
que delibera la Sinagoga que tiraniza y escarnece al pais, quien en tan rememorable fecha levante más y más la me
moria del mártir de la democracia americana, cuya sagrada y hacerle la tardía, pero severa
gigantesca apoteosis principia justicia de la historia.
Haciendo votos al cielo por la redención de la patria ido como siempre, á las órdenes
latrada, queda incondicionalmente, de la verdadera
decidido
causa
de Chile y á las particulares de y servidor respetuoso
usted,
su
correligionario
Nicanor
de la
Sotta.
Escrito este articulo para La República de Santiago de Chile, le hemos presente compaginación no con el pretencioso propósito, como alguien pudiera calcularlo, de allegarle los alcances de un folleto. Kste modesto, pero sin cero panegírico hecho con toda nuestra alma, tiene, si jactancia es ésta, la de pre Nota:
dado la
tender ser leído en Europa y en el mundo entero, si tiuestras fuerzas como nues tra voluntad pudiera llevarlo á todos sus confines. Que no tenga la perentoria vida de la publicación diaria y pueda oportunamente llegar al conocimiento del extran jero ignorante de lo que ha sido la revolución en Chile, tal es su objeto; tal nuestro ardiente, nuestro patriótico deseo de partidario convencido y de chileno leal. Mal que pese á muchos interesados en proyectar sombras sobre la luz; esta se hace y se hará, grande ó pequeño sea el loco que la proyecte.
A_
José
IMIa-nuel Balmaceda
(en
muerte)
su
Por fuerza de traición y do cohecho, no de valor civil, ni de bravura,
desciende el donde del
magistrado rio la altura pueblo le exaltó el derecho.
Y abandonado
en
el turbión deshecho
de vil venganza, que su fin augura, en un sublime instante de locura, con mano
firme
se
desgarra
el
pecho.
¡Oh, ilustre mártir! Si contraria suerte quiso ceder el triunfo á tu adversario, para oprobio de un pueblo audaz y fuerte, Tú tú
también, ¡oh suicida
también, has vencido,
como
Cristo
en
temerario!
con
tu
muerte,
la cumbre del Calvario! A. P.
Echeverría,
(Colombiano)
DEL OSTRACISMO
TRISTE ANIVERSARIO DE LA DEMOCRACIA CHILENA
Séanos permitido en el hospitalario suelo de España y lejos de la patria querida, depositar de lo íntimo del alma en el ara sacrosanta de sus duelos, las amargas y abrasadoras Ligrimas del ciudadano, como ofrenda de gratitud, como tributo de admiración y de respeto por el mártir de su prestigio y de su gloria.
etapa del destierro y descubrir tierra, para consagrar en el san tuario de nuestra conciencia y de nuestro agradecimiento eterno, el luctuoso aniversario del más sublime y expontáneo sacrificio llevado á efecto por el mis esclarecido ciudadano, por el más honrado patrio ta, por el más sincero político; vejado y perseguido como el mártir de Séanos dado detenernos
nos
en
esta
reverentes, hincando la rodilla
en
Belén. Broten á
raudales,
no
de nuestros labios, las
aprendidas
frases de
que las sublimidades del genio y las apoteosis del mártir apagan los esfuerzos de la palabra humana, tronchan las cuerdas de la lira y desgastan en el marmol las inscripciones del arte; sean los
glorificación,
eternos latidos de nuestros corazones
doras
patria
su mejor cántico, y las abrasa de nuestra alma las que mantengan en el seno de la idolatrada el fuego inextinguible de su memoria y de su nombre.
lágrimas
*•« La cana,
hoy de luto: y la democracia ameri grande entidad, se prosterna respetuosa ante el campeón de sus libertades y del mártir de sus derechos.
República
en una
sepulcro del
de Chile viste
sola y
Chile recoge á media asta
sus
banderas que batió la brisa de
sus
—
8
—
glorias; pone sordina á sus trompetas que pregonó la fama de sus armas; cubre con obscuro crespón el libro de sus sagradas instituciones, que la dio su prestigio y su soberanía; y en el paroxismo de su dolor pro fundo, desgarrando sus desgarradas vestiduras y exhibiendo sus abiertas heridas, alza los ojos llorosos y los brazos suplicantes, y con dolorido y balbuceante labio impetra de lo alto la bondad del cielo. Madre amante y resignada, sofoca el llanto y apaga sus suspiros esperanzada en alcanzar la ambicionada concordia que restablezca la paz entre sus hijos, que restañe la sangre que la ahoga, y extinga los rencores que la despedazan. Y junto con balbucear sus labios frases de perdón, súplica del alma que atraviesa el infinito, escápase doliente, plañidera como queji do de mártir moribundo, pidiendo justicia para sus hijos proscriptos, luz para los ojos cegados, entendimiento para los cerebros que no quieren discurrir y que, en sistemático extravío de pasión política y social, cavan, con homicida mano, la fosa insondable de la separación y de la ruina de la familia chilena. .*. Como la ola de
fuego
terminadora, requemando
que de empinado cráter baja rugiente y exlos ígneos peñascos y desolando el valle y la
campiña con su lava de muerte, así hace un año, la revolución en Chile (no de Chile), vino á corroer sus viejas y sagradas instituciones, sem brando su suelo de cruces y de lápidas, y estableciendo el más horri ble antagonismo dentro del tranquilo hogar de la familia y entre los vínculos de Las
una
grandes
misma sangre. hecatombes del mundo físico,
arrancan
de
leyes
na
turales que transforman, aumentan ó reducen la materia; las crueles conmociones de la sociología humana con sus extravíos, con sus vicios
virtudes, han tenidoy tienen, siquiera, sus antecedentesy sus causas; pero la revolución en Chile, sin precedente en los anales de las repú blicas y democracias modernas, solo ha presentado los dolorosos efec ó
tos, sin causales que puedan divisarse cinto donde
en ese
tenebroso y oculto
re
forjara.
se
•
No vamos,
una vez
más
en
*•
esta
ocasión,
á describir el relato de
lucha fratricida que, como soldado leal y partidario convencido, podría la pasión ó la vehemencia, el destierro y sus amargos sinsabo
esa
res, arrancarnos de lo íntimo del
frases, no
anatemas ó
cumplieran
con
pecho en hirvientes y atropelladas de dolor que cambiaran nuestro propósito y la índole de este recuerdo sagrado. gritos
—
9
-
Impondremos en honor á él, tiránico silencio á estas justas explo siones, retorciendo el corazón, y ante los despojos del mártir que rin dió la vida en holocausto de la patria ausente, sea la voz del chileno, no del sectario, la que se levante unida á la de sus hermanos, todos. para glorificar su sacrificio santificando su memoria. .*.
en
De noble y elevada alcurnia, de ascética y esmerada educación, los primeros albores de su vida, para enriquecer más tarde su cri
terio
superior
con
las
preciosas adquisiciones
de los
múltiples
conoci
mientos humanos, entro los cuales no tuvieron cabida las mezquinda des y miserias de los seres inferiores; de talento asombroso, de labo riosidad incansable, bello de sentimientos y de figura, de elocuencia ciccrónea, de probidad catonniana, idólatra de su patria, franco, leal y magnánimo hasta su perdición misma, el último presidente consti tucional de Chile, esclavo de su deber y de su puesto, Excmo. Sr. Don José Manuel Balmaceda, había nacido predestinado, como el HombreDios, para ser la víctima redentora de los males de la patria. Como Sócrates
en
el momento de la
prueba
final
pudo haber
ex
haber sido leal y haber tratado haciendo virtuosos á mis conciudadanos,
clamado, parodiándolo: Chilenos: por de servir d la
República, defendiendo sus derechos y acatando sus leyes, la victima captatoria de esta misma patria que
me
condenáis á
ser
he amado tanto.
*** Esta sentida y mesurada
resignación evangélica, blimc codicilo del
y
no
mártir,
protesta de verdad indestructible
y de
otra, envuelve el que hemos llamado
si¡-
momentos antes del sacrificio
postrero, y Vanguardia de
hospitalarias é ilustradas columnas de La capital transcribieron, las primeras en España, el presente año. La justicia de la causa que representara como las que las
esta
15 de Julio del
razones por las el sacrificio de su vida misma, están precisa y que le dedicó hasta elocuentemente estampadas en aquel santo manifiesto, última expre sión de su alma grande, último aliento y último suspiro de su pecho
sin odios y de su corazón sin pliegues. Para los hombres honrados de diferentes tintos sistemas de terio de la
nacionalidades,
de dis
y de partido; para los que con el sano criel conocimiento de la fisiología del corazón
gobierno
lógica y con humano, se hayan impuesto de aquel testamento-confesión del gran rcpúblico, hecho ante Dios y su conciencia, eu los instantes solemnes
.
—
10-
su última y temeraria resolución, escrito con la más delicada y sencilla forma tic un alma sin odios y de un criterio sin nubes; la pa
dc
labra del mártir chileno debe
ser como
el divino Yerbo, creida y
res
petada. Ella, ella solo,
sepulcro,
timo latido,
ciales,
esa
testamentaria, sublime exposición al
última
sagrada del país y sellada con su úl y será al través de los siglos y de las conmociones so la santa confirmación de su gobierno y de los leales que lo
borde del
ante el
ara
es
mantuvieron. Los
contemporáneos
de la historia, enaltecerá
así lo su
juzgan hoy, y mañana el severojuicio glorificará su martirio.
nombre y
Émulo del gran repúblico mexicano, Benito Juárez, fué su anhe lo más santo servir la causa de la democracia, americana. Aquél gran patricio con tenacidad y patriotismo incomparables libró á la América entera du las testas
coronadas, llevando al cadalso la del infortuna
y asentando así para siempre el trono in conmovible de nuestras amenazadas instituciones republicanas; do
emperador Maximiliano,
Balmaceda, predestinado para el sacrificio, debiera experimentar los sufrimientos de otros tantos Querétaros, pero alcanzados por el cohecho y la traición, para llevar con las democracias modernas el triunfo de
momento, tica
en
Chile,
su
martirio sublime á la faz de
sus
atributos, ahogados por
por los Procónsules de
una
oligarquía
un
aristocrá
religiosa. **«
Educado el ilustre mártir
en
los
sanos
á
su
patria
principios de la más sana con el religioso precepto que imponen los conocimientos del deber y de la penitencia de sí propio. Consagro todo su esfuerzo y su anhelo por hacerla grande y respetada, y si extravíos tuvo (que ellos aún no se descubren) se los habrían abonado su celo, su bien intencionado propósito: nunca la suspicacia de un cálculo mezquino. Secretario del enérgico y hábil político chileno D. Manuel Montt, que en 1865 presidiera en Lima el Congreso americano, cuando nues tras últimas yá arregladas diferencias con España, inició su carrera pública amando la libertad y los derechos de la democracia america na; para ir después desde su asiento de diputado, de diplomático, de ministro y de Presidente de la República, á llevar ante el altar de la patria la ofrenda de su inteligencia, de sus conocimientos, de su sin ceridad política y hasta el noble y espontáneo sacrificio de su vida. Liberal convencido y hombre de ideas avanzadas predicó cu el moral, aprendió
á servir y
amar
11
-
templo
de nuestra
-
legislatura nacional,
con su
elocuencia
impresio
nable y arrebatadora los atributos de la libertad, despertándonos á la vida moral independiente de hoy, para quebrar el yugo de nuestras tiránicas, añejas y estacionarias sugestiones. Pocos como él, soldado de fila en los primeros puestos de nuestra administración, cumplieron de general en jefe llegado al mando su
premo, el programa exhibido durante su vida laboriosa. Fui'' esclavo de su palabra y mártir di' su fé. Modelo de hijo, á cuya respetable señora madre idolatrara, de
padre, nunca anidó en su alma intenciones bastardas, ni haya dicho el inspirado vate chileno, por un procer de nuestra independencia: Déspota nunca, siempre ciudadano, No fué su vida la ambición menguada. esposo y de
como
Los espectros que acechan al tirano, Jamás durmicr ni en su pura almohada.
Ejemplo lus cosas,
de civismo y de probidad, amó ti su patria sobro (odas lo declara ante Dios en el momento de su sacrificio; y
como
de espíritu, generoso y magnánimo, no manchó su escudo con la venganza mezquina de almas inferiores. De concepción brillante, de talento extraordinario, imágeu del
grande
genio
que vive
aprisionado
en
la cárcel estrecha de la envoltura
plás
tica, todo lo grande lo atrajo y lo sedujo: refractario á las miserias humanas, que abatieron su entereza, las luchas del espíritu y de las ideas enardecieron su fé, agigantaion sus conocimientos, remontaron sus propósitos y electrizaron su palabra: lo pequeño ev^ú su vista, dilatando lo inmenso
su pupila. Caballero, prudente, respetuoso, cortesano,
si
se
quiere,
no es
grimió el puñal en luchas deshonrosas: asistió á las justas parlamen tarias enguantado de blanco y con acicates de oro. Exaltado á la
presidencia
de la
República
en
18 de Setiembre
mayores esfuerzos á la consolidación del partido liberal, dividido y anémico desde administracii mes pasadas, en su futuro v cuya herencia recogiera como primer entorpecimiento camino de pero de luminosa huella. de
188G, principió por dirigir
sus
espinas;
pública era lamentable, y un fatal y tranquilidad del Estado. guarda y aerecenta su tesoro, asi guardóy
La solvencia de la Hacienda
peligroso pauperismo Mas,
como avaro
amenazaba la que
—
12
-
con celo infatigable, con honradez proverbial, con perseve rancia y laboriosidad incomparables, los intereses de la patria. Fué su administración una era de prodigiosa y fructífera activi
acrecentó
dad, acreditada por el
sinnúmero de adelantos
económicos y materiales, tismo. Siendo
jefe
del
que
ministerio,
emprendieron en
el
periodo
sociales, intelectuales,
su
inteligencia
de
su
y
patrio
antecesor, el emi
estadista y político, presidente de la República, D. Domingo Santa-María, las leyes de registro y de matrimonio civil, de cemente
nente
rios y de libertad de cultos, debieron á su fogosa iniciativa y valiente defensa en el Congreso, el que hoy sean leyes del país. En el fatalmente interrumpido quinquenio de su presidencia, que hará la etapa más notable de nuestra historia nacional, las ciencias, las artes, las industrias tomaron un desarrollo portentoso. Protegió la
agricultura y minería, creándoles escuelas técnicas y propias; fomen tó la navegación, la emigración extranjera y proyectó en luminosos Reglamentos la nacional, en el vasto y fértil territorio de la Arau canía.. Estimuló la carrera de las armas y atendió preferentemente la defensa de nuestras dilatadas costas, fortificándolas, echando los cimientos del puerto militar de Llico, el Fiume del Pacífico, y man
dando construir
poderosas naves de guerra. Mejoró las condiciones de las clases proletarias y obreras, prote gió el hogar del artesano, levantando infinidad do grandiosas obras públicas, tales como liceos, escuelas, hospitales, asilos de beneficencia, muelles, aduanas, puertos, carreteras, ferrocarriles, telégrafos y teléfonos. Canalizó el río Mapocho que baña la capital; y días antes de que la pérfida revolución pagara con tanta ingratitud tantos des velos, tanto patriotismo y tan ímprobos trabajos, dejaba inaugurada la portentosa obra del viaducto del Malleco, y que con justicia puede figurar entre las primeras de su clase. Solucionó con notable habilidad las complicaciones pendientes entre la Santa Sede y nuestra Iglesia, y cuidó de su culto, atendiendo con no poca liberalidad á los que más tarde debieran predicar desde el pulpito sagrado, la persecución del bienhechor. Atendió la magistratura judicial, creando nuevas Cortes y Juz gados de letras en diversas provincias y departamentos que carecían de tan indispensables elementos. Organizó los de diferentes índoles y atendió ventajosamente los sueldos y condiciones de los empleados de la instrucción pública y de los demás ramos en general. Dedicó
-
sino
especialísimo
principal
13
—
esfuerzo á la instrucción
primaria
y
se
cundaria, haciéndola extensiva desde nuestras ilustradas cátedras universitarias, hasta las humildes y reducidas aldeas de apartadas
poblaciones. Amó á la
juventud y la educó, llevándola hasta los primeros representación nacional á compartir las luchas de la inteligencia, del trabajo y del amor á la patria.
puestos de
la
Levantó nuestro crédito
chas de nuestras deudas, el Erario
económico; solventó brillantemente con ventajoso provecho
disminuyendo
mu
para
otras de embrollada y
antigua solución. Dictáronse á virtud de mociones presentadas por él al poder le gislativo, varias leyes de reforma constitucional, entre lasque hoy figuran las de incompatibilidades parlamentarias y de garantías individuales; Reglamentos y nuevos Códigos como el actual tle mine ría, y que vino á llenar un vacío de notoria necesidad en aquel importantísimo ramo de nuestra industria y de nuestra riqueza nacional,
nacional. No obstante tan fructífera labor y tan crecidos desembolsos, el ilustre presidente mártir á las postrimerías de su periodo dejaba á su fiscales y
en arcas
sucesor,
como
remanente,
la cantidad de
veinte
millones de pesos. V
bién,
se
¡quema el alma calumnia tan grosera! No obstante, tam le acusó de haber manejado con poca escrupulosidad los cau
dales del Estado. A él:
exagerado
...
encarnación de la honradez inmaculada y del escrúpulo hasta la terquedad: á él, que hasta devolvió, con severa
discreción, los ricos é insidiosos presentes tle Mr. Xorth, el Rey ilel Sa litre, porque no habría en su delicada dignidad podido corresponder como presidente de la República, aquellos regalos que otros hombres de Estado, revolucionarios de ayer, aceptaron gustosos de manos de ese peticionario audaz y absorbedor de nuestras salitreras del Tarapacá. Juzgue el mundo; atrévanse, todavía, sus cegados detractores á sostener si aquella administración y aquellos sus servidores, no me recieron la confianza del
pais. ***
No en
nos
la veneración que, como partidarios, sentimos entidad sagrada; como chileno agradecido y con la
apasiona
el alma por
esa
expresión de nuestra sana conciencia podemos declarar, sin que ello arroje desconocimiento para la labor de pasadas administraciones de Chile, que no ha habido en el país de nuestra independencia acá. gobierno alguno que, como aquel, haya realizado más notables y pro-
-
14
-
iligiosos beneficios, ni llevado más injusta y cruelmente el ensaña miento de una persecución ingrata, atrabiliaria y descomedida. No es extraño, pues que en las aparentes tranquilas horas de ese gobierno sin tacha; cuando yá so amamantaba con la robusta lecho de ese
mismo inusitado desarrollo nacional la hidra do la satánica
revo
lución y los frutos se hacían tan palpables, sistemáticos algunos, tenían palabras de mal contenida intención para condonar aquellos beneficios
diciendo, cuando menos, que obras de
se
derrochaban los caudales
prematura construcción, amenazando
así el
públicos en equilibrio eco
nómico de las administraciones venideras.
preparaban para celebrar el triunfo de la hambrien no poderla ofrecer un suculento banquete? No obstante esos nerviosos temores de las primeras horas, el fes ha sido expléndido y continuado. ¿Es que ya
se
ta revolución y temían
tín
los afortunados comilitones estar satisfechos!
¡Pueden
tanto, sirva de lección para aquellos economistas de tan el sentir á este respecto del eminente político de Práxedes Mateo Sagasta, jefe del partido liberal en España
Mientras
peregrino sistema, Europa y
D.
á
próximo En
ser
presidente
brillante
un
del
brindis
Consejo do ministros. pronunciado el 14 del presento
en
la
de exhibir detalladamente el programa del partido liberal, trasunto fiel de lo llevado á efecto en Chile por su émulo y correligionario D. José Manuel Balmaceda, dice:
ciudad dé Oviedo,
después
«Muchas obras
que el
públicas, aunque sean porvenir ayude á pagar aquello que
con
empréstitos; justo
es
también disfrutará.»
La eminente autoridad de este gran político, manifiesta en las copiamos, nos releva el cargo de tener que exhibirlas más
frases que
palpables,
porque solo
lograríamos
hacerlas
menos
conceptuosas,
***
Loque breve y sumariamente hemos consignado, fué el cúmulo de faltas que esc gran hombre chileno vino juntando sobre su cabeza para ser llamado derrochador de los caudales públicos, criminal y tirano, por los mismos que Cámara de
maceda
en
las sesiones del
Congreso de 1889,
en
la
declaraban solemnemente qne «el señor Oalmandatario modelo por su patriotismo, abnegación,
Diputados,
era un
inteligencia
y
probidad» (1).
{{) Entre varios de los miembros que hicieron tan explícita confesión ante la Cámara de Diputados de aquella fecha (que hoy se vuelve airada contra ellos) y que acompañaron al F.xcmo. Sr. Balmaceda, en su gobierno, hasta principios de 1800, es decir, pocos meses antes de la revuelta, podemos nombrar á los señores Eduardo Miño, Abraham Küning y Demetrio Lastarria.
—
El eminente hombre arrancó á la alta
público
15
—
qno tal hizo y que tal
representación de
un
Congreso, ¿pudo,
predicamento en justicia,
cuando aún la solemne
no apagaban las bóvedas del augusto recinto, los ecos de laudatoria, sufrir tal mutación y pervertir en un momento
las virtudes
pregonadas, que mereciera ser condenado por ese mismo Congreso, vituperado, escarnecido, victimado? ¡Cruel aberración de los sentidos, y no menos cruel y veleidoso ofuscamiento do la pasión política ó interesada que todo lo tlcstruye y lo corrompe, burlando los serenos destellos de la inteligencia y los nobles sentimientos del corazón! *** De obscuros y deleznables antecedentes precipitaron, en Chile, con el alzamiento de
las causales que la escuadra y de 7 de Enero de 1891,
arrancan
parte de
contados militaros de tierra, la revolución que en vino á empañar la historia inmaculada do la patria,
No es esta la ocasión do exhibirlas; ni lo permitirían las propor ciones do este artículo, ni mucho menos su índole; que, á parte de haberlas manifestado, yá, en varias publicaciones de España, tiempo
y voluntad tendremos para compaginarlas si las contingentes migajas de nuestro pan
en sus
diferentes detalles,
negro en el destierro nos hacer esta anhelada obrado patriotismo y de
permiten, reduciéndolas, justicia (1) Nos atendremos únicamente, por ahora, á consignar breve y lealmente, el punto ostensible; el argumento que maquiavélica y sofís ticamente hiciera valer la revolución en abono de causa tan injustifica da y antipatriótica para sorprender la opinión extranjera y labrarse, sino prosélitos en Chile, simpatías en las distancias. Sean, entro tanto, nuestro mejor justificativo para los que como leales y buenos defendimos la verdadera política do Chile y de su go bierno, los manifiestos trastornos que lo agitan al presente, y el seve(I) Casi terminatlo desde hace mas de seis meses el trabnjo á que nos referimos y del que á fines de Diciembre del año próximo [tasado, principiamos á publicar parte do el en diferentes artículos de la prensa de Cádiz, vinimos áesta ciudad con el propósito de haberlo dado entero á la luz pública; pero las circunstancias de un
largo destierro,
como
las tiránicas
imposiciones
de
sus
exigencias,
en
medio de
nuestros sacrificios y
desvelos, soportados con resignación y con cariño por la causa, lo han retardado con dolor de nuestra alma y con no pocas decepciones de la humanidad y de la vida; que en nuestra sencilla candidez, y juzgando á todos los demás por el regulador de nuestras acciones, habíamos supuesto de distinta ma nera
bendito destierro que aunque no logres cambiarnos el corazón, exhibiéndonos la realidad de la miseria humana cu el espejo de negro retemplas, al menos, para las luchas morales de la vHa!...,
¡Bendito! ¡si! yá formado,
pesimismo,
lo
—
16
—
juicio de la opinión formada y convencida, que vé y, que palpa los resultados analíticos y ruinosos de la revuelta que se alzó en él, pre gonando programas de mefistofélica redención.
ro
*** La Carta fundamental de la
terminante, que
República consagra y establece de ma nuestro gobierno es republicano, po
precisa y pular, representativo. El ilustre presidente- mártir, esclavo de la ley escrita y délas ins tituciones del país, encarnó como ninguno este precepto constitucio nal; y, tratando de darle fuerza y vida, acción y cumplimiento, reac cionando en contra de un caciquismo oligárquico-religioso, que de tiempo atrás venía usufructuando del país como de un feudo, abrió ancho campo y expedito acceso á los poderes públicos, á los derechos de la verdadera democracia, siempre que trajesen aparejadas las vir nera
tudes del
talento, de la honradez y del civismo. puesto el dedo en la sifilítica llaga, y
Había
su
humor
repartién
atacada debía invadir por falta de opor tuno cauterio, todo el cuerpo social de la república, representado
dose por la
masa
patológica
aparentemente ó extorsionado por unos cuantos títulos de apergami nobleza, que no se cotizan en el mercado de las democracias. Fué este su único delito: la lenidad, sino la excesiva bondad de
nada
su
generoso De
espíritu
allí, do
rismo y del
ese
en
la
aplicación
foco de
infección,
constitucionalismo
en
del remedio abortó el
Chile;
parto del parlamenta
admirando á la
república
que hombres de Gobierno, políticos y legisladores encanecidos en la fácil interpretación de nuestras leyes, les dieran una elasticidad tan exótica
como
acomodaticia.
Se trató de entrabar la
expedita acción del Ejecutivo, imponién tutelaje del Congreso, hasta pretender obligar al Presidente de la república que aceptara los miembros del despacho, sus consejeros íntimos de la labor diaria y secretarios de confianza, del seno del dole el
Parlamento y de las tiendas de sus mismos adversarios. Esto era sencillamente atrevido, sino ridículo.
propio nó, como ha tratado de asegurarse, las prerogaelevado cargo, la representación de la república encarna da en él y en sus ministros, acusables y responsables ante ese mismo Congreso por preceptos de nuestra Constitución, repudiaban esta fla Su
tivas do
amor
su
grante trasgresión
de la
ley. ***
17
—
—
templo de la representación nacional, la prensa, los callejeros, formados por inocentes é impresionables estu diantes ó por infelices beodos interpretadores, (ad-hoc) de la turba multa inconsciente y asalariada; es más, el pulpito mismo, desborda ron la pasión en anchos y caudalosos regueros de procacidad sin nom El augusto
comicios
bre y de descomedimiento sin límites. No obstante el tirano... volvemos á
repetirlo, con censurable magnanimidad, dejó pasar la corriente sin oponerle pronto y poderoso dique. Lo repetimos: lo repetiremos siempre, con perdón de su memoria veneranda y de su sacrificio sublime: esto fué su dición, y esto la nuestra y la de la patria entera.
delito;
esto
su
per
No queremos aquí apuntar tantas otras bochornosas causas, que lastimando nuestro orgullo nacional, sonrojaran el rostro de la revo
lución triunfante. No
es
posible:
la vista autorizada y
omnipotente
de la historia las descubrirá.
Nególe el Congreso la aprobación de los presupuestos, tratando desquiciar todo el mecanismo del Estado: y porque como jefe de la Nación, responsable único, (y no la porfiada colectividad legislativa), del equilibrio y del orden establecidos, siguió subviniendo á las nece de
sidades del
ateniéndose al
presupuesto del año anterior, como en había acontecido, se lanzó á la faz del mundo la bola de nieve que en su creciente y vertiginoso rodaje debiera venir, como tremendo ventisquero, á sepultar al país. Esta es la síntesis descarnada: esta es la verdad pura y sincera, dicha con nuestra alma, ante Dios por testigo, y con la mano puesta sobre el puño de nuestra espada leal.
país,
casi todos los anteriores
gobiernos
** Entre las tenebrosas Enero de
1891,
sin
*
maquinaciones
aparato
de la media noche del 7 de
ni solemnidad
alguna
como
después
ha
tratado de atribuírsele, unos cuantos miembros apócrifos de ese Con greso, manchando las glorias de nuestra heroica escuadra, ajaban sus laureles, impulsándola á que parte de ella, levantando sus anclas del
primer puerto se en
república, diera el grito de rebelión para ciego desatino y del más vituperable crimen
de la
pos del más
lanzar de lesa
patria. ¡Pobre
Chile! En un solo momento se habían eclipsado tus glorias borradas por la misma mano de los que, con sus vidas, tenían la obli gación de conservarlas!
¡Ah!
Si
como
los
ojos
del
organismo
para
no ver
los
seres
exter-
18
-
pudiéramos
nos,
pre, para
La
no ver
cerrar
los
ojos
-
del alma, los cerraríamos para siem patria infamada!
el horrendo cuadro de la
revolución,
obra de
unos
.
cuantos, sin opinión, sin
.
pueblo,
.
,
fué
vergüenza á la aislada y cosmopolita provincia de Tara bellocino de oro de nuestras rentas públicas y desiderátum
á ocultar
su
pacá (el de la victoria.) llas
naves
prestigio
Y ¡sarcasmo de la vida! al teatro mismo
que la
condujeran, gloria.
en que aque doce años atrás, habían alcanzado su
y su Mientras tanto, interesados corifeos de
aquella revuelta se repar tían por el extranjero para llevar urbi et orbe la difamación de la pa tria; exornando con fantástico é insidioso colorido la fisonomía polílejana república de ultramar, para hipócrita justificación de procedimientos, captándose así opiniones fáciles y sin información alguna. El Presidente de la república se contrajo, únicamente, á mante ner el prestigio de autoridad, tratando de sofocar aquella rebelión; pues que no tenía por qué cuidarse del concepto ageno, toda vez que su gobierno legalmente constituido, seguía manteniendo su misma re presentación y entidad, ante las potencias y naciones extranjeras, sin que una de ellas, tan solo, dispensara los solicitados honores de la be ligerancia á la revuelta armada (1).
ca
de tan
sus
-
**
Ocho
largos,
interminables
*
meses
de
luto, de lágrimas
bras continuas turbáronla paz octaviana déla tonces, modelo de las de América del Sur.
república,
y de zozo hasta en
¡Mares y campos, en fratricida, en horrible, en satánica y despia dada matanza, que acaso no registren los fastos de la historia, absor bieron la enardecida y generosa sangre de nuestros hermanos queri
¡Olas de rabioso plutónica hoguera de dos!
y aires de quemante fuego, soplaron la los tristes despojos, que entre llamaradas de
encono
sangre subieron hasta el Éter para enrojecer el cielo! ¡La virtud, el honor, el hogar de la familia cayeron entre los
estrepitosos
aplastados
derrumbes de la ira, del furioso frenesí y del
En justificación de nuestra sinceridad, debemos hacer presente, reserván apreciaciones y juicios vedados en eme articulo, que Bilivia fué la única entre las naciones del mundo civilizado (pendientes desde 1883 cuestiones fronteri zas con ella) q'ie cediera á los ruegos revolucionarios en este sentido.
(t)
donos
19
-
—
mortífero
fuego del cañón! La propiedad quedó en escombros ante el vendaval; y ¡Dios santo! las reliquias de la patria, los cadáveres mutilados de los viejos generales de la república, fueron arrastrados por calles y por plazas, entre el lábaro de Cristo y el puñal embriagado, avivando el sangriento delirio de nuestros mismos her azote del recio
manos!
¡Las gemonías del mundo
no
romanas,
en
los
tiempos
tle la
los cadáveres de
expusieron, jamás,
¡Despertemos! ¡Esta pesadilla
nos
crapulosa capital
sus
crueles tiranos!
mata!
«**
El sacrificio de la
había consumado.
patria ¿Explicar porqueta reducida revuelta victoriosa pueblo, sin prestigio en la opinión, sin disciplina en menos
se
sin apoyo sus
tropas;
en
el
con
elementos y mayores dificultades había triunfado viniéudouos
á batir atrevida y temerariamente en nuestros mismos y en nuestros mismos parques de guerra?
campamentos
Lo hemos dicho yá: muchas fueron las causas que no nos son da consignar en el presente artículo; y no pocas las que, al estam parlas, quemando nuestros labios, tendrían que ir allá, al seno de la patria para arrugar la frente de hombres que no la pueden descubrir
das
Ante la tumba del mártir, que como Cristo murió por la redención de los suyos, perdonando á sus inmoladores, los arranques de la ira deben contenerse; los coloridos del cuadro deben apagarse; los gritos de desesperación deben reprimirse y las marcas de fuego enfriarse,
mientras tanto, rosa
en
la
templanza
de
una
levantada, oportuna y gene
continencia. *
**
No obstante el triunfo alcanzado por las armas revolucionarias, el Presidente de la república con fuerzas suficientes para haber atajado excesos, sino envuelto las rotas y desorganizadas filas vencedoras, á la patria, depuso el mando supremo, por evitar mayores horrores suficientes para resguardo del país. medios elementos y entregando Creyó que esto aplacaría la tremenda tempestad de miserias que des encadenó el triunfo; y que su sucesor, hombre de prestigio en el ejérci
los
to por
su
valor y
mente) aunque
patriotismo (pero falto de sindéresis, desgraciada partidario embozado de la revolución, alcanzaría
—
20
-
garantías para la familia chilena y el respeto del afortunado vencedor para el ejército leal y honrado. ¡Profundo engaño, y no menos profunda y equivocada elección! Incendios, saqueos, asesinatos en las personas de grandes y pe queños, respondieron á estos santos deseos, desplegándose un lujo de saña tan cruel en las persecuciones, solo comparable con la de rabiosa jauría en la de bestia aterradora y fiera. La matanza de los hugonotes en Francia después de Moncontour, consentida, sino ordenada por el débil Carlos IX, tuvo su noche triste de 23 de Agosto de 1572: La de balmacedistas en Chile, después de la Placilla, la de 29 del mismo mes del año de 1891; pero aquella había sido dispuesta, siquiera, por consejeros extraños al país y fijádose la hora del crimen y la magnitud del atentado. Ésta, autorizada por chi lenos,
debiera
no
aun
rrorosa, caer en
encerrarse en
los estrechos límites de
cuando de ella resultara ileso
su
esa
almirante
breves horas al peso de sus inauditas y furiosas esas mismas teas incendiarías y fatídicas.
noche ho
Coligny, para persecuciones,
y á la luz de
.*.
Refugiado
en
la
Legación Argentina,
el ilustre mártir sostenedor
de las libertades de Chile, aprisionadas de nuevo por la revolución triunfante con la traicionera y sangrienta batalla de la Placilla, en 28
Agosto do 1891, oía desde su buscado asilo los ayes de los mori bundos y los quejidos de las víctimas; veía sus nerviosas contorsiones y los crueles estertores de las agonías martirizantes.
de
Quiso evitarlas (disponiendo de medios para salir del país) y ellas sustraer á Chile del último
sacrilego
crimen de
pisotear
la
con ma
república, arrastrando su cadáver, encarnación del país leyes, que buscaran con gritos de furor y de obcecada ven ganza, y con mano segura, con ánimo sereno, con espíritu fuerte se arrancó el alma cansado de sufrir y de llorar por la patria.
jestad y de
de la
sus
Enorme y tremendo sacrificio, cuyo recuerdo nos conmueve y nos y que sino atajó los desmanes de los obcecados verdugos,
subyuga,
abrió para Chile
nueva era
de más ó
menos cercana
redención.
.*. Ha
pasado
un
año; decuria de tiempo para los caidos y ligera
carnavalesca estación de
Así,
recreo
para los afortunados vencedores.
que durante tan largo periodo de tiem de reaccionarse contra un sistema de terror y de persecucio
tan
solo,
se
comprende
po, lejos nes, que destila sangre y que borbota odios y rencores,
se
hayan
dado
21
—
-
tregua, esperando que la miseria y el hambre que invaden los hoga de la lealtad chilena, terminen la obra fratricida que hoy el mundo, enterado de los hechos, condena y execra. Nada se ha hecho por restañar la sangre de la ancha y profunda herida abierta en la familia; el crimen que quedara impune, befa y escupe á la sociedad chilena, sentándose á su mesa; gimen en prisio nes y en duro cautiverio, entidades políticas, miembros del Congreso, del Foro, esclarecidos generales de ese ejército sacrificado en el altar de sus mismas glorias; arrastran en desnuda miseria una existencia infeliz, servidores leales de una administración entera, y un sórdido pauperismo con séquito harapiento y horroroso de calamidades, golpea á las puertas en donde se celebra el opíparo banquete del triunfo, no pidiendo justicia yá, pero siquiera clemencia para los hijos sin pa dre, para los hogares sin lumbre, para la inocencia y la virtud amenazadas con lasinstigaciones de la vergüenza y de la prostitu res
ción V
en
estas dos
cercanas
paralelas
líneas que
no se
alcanzarán
forma, exhibe y alienta esa patria chilena los irrecon ciliables odios de una nueva Verona, expuesta á sepultarse para siem pre, en un momento dado, por la terca, injusta y criminal incoutínen
jamás,
en
esta
cia de los que
hoy
la
gobiernan. *
*
gobierno del pueblo verda plegada y ensangrentada en los levantada de nuevo en tiempo no lejano, y
«Si nuestra bandera, encarnación del
deramente
republicano,
ha caido
campos de batalla, será defensores numerosos y más afortunados que nosotros, flameará un día para honra délas instituciones Chilenas y para dicha de mi patria con
á la cual he amado sobre todas las
cosas
de la vida.»
Asi termina el mártir de la democracia
chilena,
momentos antes
postrero, la sublime confesión de sus actos como primer magistrado de la república. Nosotros, por nuestra parte, podremos agregar á este vaticinio y última cariñosa voluntad por el país, las palabras de Gamaliel, en los hechos de los apóstoles: «si el consejo ó la causa es de los hombres, perecerá; pero si es de Dios, no podréis ahogarla. de
su
sacrificio
.% La sangre del mártir derramada por
como
su
propia
mano en
holocaus
estéril: ella habrá de redimir á Chile, la de Cristo redimió al mundo cristiano de la fé pagana, abriendo
to de la
patria,
no
puede
ser
—
los
á la democracia de la
ojos
la vista á
Longino de
22
—
patria,
cual la del Hombre Dios diera
Judea.
Así el que fué escarnecido y calutnniado, pasto del ludribrio y leño pira del civismo y de la democracia americana, asentará su
de la
trono
en
las alturas de lo
infinito,
para velar y
tinos de
aquel pueblo querido, iluminando esplendorosos destellos de su inmortalidad. *
sus
allí los des
presidir de pasos
los
con
fúlgidos
*
siglos no ha dedicado un recuerdo á los tiranos para enaltecerlos: y si hoy después de veintitrés centurias, aún, con signa los nombres de Dionisio y de Tiberio, de Calígula y de Nerón, es para maldecir sus memorias como monstruos sociales, escarnece dores del pudor y de la virtud, y asesinos de la libertad y del derecho. La satánica hidra de la revolución, tratando de endiosarse, des pidió sus rayos de fuego sobre la cabeza de Balmaceda, presentándole al mundo como el hijo de Agripina. Pero, el ángel rebelado se hirió con sus propios dardos, y endiosó La historia de los
al mártir chileno de 19 Je Setiembre de mismo
1891, levantándole
lo admira y reverencia, junto eterno monumento á sus virtudes y á su nombre.
mundo, que
i
con
el
ante
ese
Calvario,
un
* *
*
día de luto y de religioso recuerdo para Chile, donde quiera que haya una pluma honrada y palpite un corazón chileno, se glorificará al mártir de la democracia americana, para tejerle con los En este
laureles y alabanzas de los distintos pueblos de la fiérrala mejor ofrenda que, como ecuménica é inmortal corona fúnebre, adornará su tumba.
¡Tañan de nuevo con lúgubre y quejumbroso acento las campanas veidadera, católica iglesia de Chile: eleven los salinos y hosan nas de los mártires los siervos de su altar, y hagan los honores de los muertos ilustres, con fúnebres y acompasadas salvas, las prepotentes voces del cañón, en el aniversario triste del más preclaro de sus hijos! ¡Cubran su tumba, en el día de su martirologio sublime, las ban deras enlutadas de la patria, y coro bendito de ángeles huérfanos de la fratricida lucha, lleven hasta el cielo su glorificación eterna! ¡Rieguen, mientras tanto, su losa sepulcral las amargas lágrimas
de la
de nuestro
lejano
destierro!.
...
Nicanor
oe la
Teniente Coronel de artillería del
Barcelona, Setiembre 19 de
1892.
Sotta ejército
'leal* de Chile.